La escultura de Jorge Oteiza y su entorno inmediato, cuya urbanización
se realizó posteriormente, es el único espacio adecuadamente tratado.
La realización del suelo en plano único (sin aceras) y el
hecho de que el bidegorri transcurra en la zona de la calzada más próxima
al mar condicionó, sin duda, la utilización de los bancos y piedras
para separar el carril de bicicletas del espacio reservado a los peatones.
En una próxima remodelación puede ser aconsejable suprimir la
circulación de automóviles, permitiendo únicamente la de bicicletas. De esta forma
podría suprimirse el carril bici formal (que impacta negativamente en el diseño
final) al convertirse el Paseo en una vía de
coexistencia bicicleta-peatones.
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