Una expedicion a Guipuzcoa

VII

NUESTRA SEÑORA DE ICIAR - MOTRICO

/91/Casi todos los forasteros que pasan en Deva la temporada de baños, consagran un dia á visitar el santuario de Nuestra Señora de ciar . Esta espedicion, que siempre suele verificarse á mediados de agosto, tiene que hacerse precisamente . en artolas, porque d pueblecito á que da nombre la milagrosa Virgen, está situado, aunque á corta distancia, en uno . de los puntos mas elevados . de la costa, y para llegar a él hay que trepar por cuestas tan pendientes y tan dificiles, que á duras pena" pueden subirlas las caballerias del país, tan . avezadas á este género de fatiga . Grande es la devocion que en todos aquellos contornos se tiene á esta Virgen; cuya sagrada imágen cuenta la tradición entre las aparecidas, y esa devoción no es solo de ahora , sino que data de tiempos muy antiguos. En el siglo XVI cuando aquellos mares eran para Guipúzcoa el mas poderoso elemento de prosperidad y de grandeza, /92/ y se veían oprimidos por el peso de tantas naves como los surcaban, todas ellas al cruzar por delante de este santuário que entonces era un magnifico templo, saludaban á la Virgen de Iciar con salvas de artillería, izaban sus banderolas y hacian otras demostraciones de respetuoso afecto . Hóy no es saludada la Santa imagen por buque alguno, que escasos son los que cruzan aquellas aguas; pero en cambio es visitada en los dias de su festividad por todas las poblaciones de las cercanias y el pequeño y humilde pueblo á  que . dá nombre se vé tan concurrido como la corte de un monarca poderoso, y celebra con toros y con zorcicos, porque alli se aparece el tamborilero de Deva á cuya jurisdicción está anejo, el aniversario de la Santísima Virgen, su patrona.

Una cabalgata en artolas ofrece un espectáculo . en estremo raro y agradable. Las artolas como sirven solo para dos personas y ordinarialnente las ocupan dos de sexo distinto, parecen vehiculos de amor, inventados por el niño ciego de la fábula. Cuatro, seis ó mas machos de elevada talla con sus artolas cubiertas por •una colcha blanquisima; uno tras otro van trepando por una dificil pendiente y transportando cada uno un matrimonio, si los consortes son de •igual volumen y peso, porque sino, como es preciso procurar el equilibrio, el esposo de pocas carnes tiene que ceder, por celoso que sea, la mitad del macho á otro mas gordo que haga juego con la amada mitad de su corazon, ó á uno mas delgado, si él tiene la desgracia /93/ de ser obeso y es delicada y ligera su señora. Gallardos mozos de blusa •azul y boina conducen las caballerias del ramal y las estimulan con sus consejos a trepar por aquellos escarpados é inaccesibles -montes.

Llegada la cabalgata al pueblo, echan todas las parejas pie a tierra y pasan á' visitar el santuario . La iglesia no es tan magnifica . como la de otros pueblos de la provincia, pero es bastante espaciosa y de forma casi circular. A  los lados del altar mayor donde se venera la Virgen, se ven una multitud de ofrendas de cera, que revelan la fé que tienen los guipuzcoanos en la milagrosa imagen. Una vez saludada esta por los espedicionanos, se . dirigen a sentar sus reale-en una casita del pueblo, que aquellos dias tiene . el aire de parador, y en su estrecho recinto comen, brindan, duermen y bailan mas de cien personas de todas las clases de la sociedad, que aquel dia se confunden, y que por una cantidad módica se ven servidas á las mil maravillas, entre otras por una muchacha hija de la casa, de singular belleza y cuya hermosa trenza de cabellos, negros como el ébano, llama la atencion de todos, porque se prolonga hasta el suelo.

Cumplidos los deberes de la religion y satisfeoha la necesidad del estómago, nada puede hacerse en lciar mejor que visitar al señor Uzcanga . Tiene este caballero una preciosa cásita en la parte mas elevada del pueblo, cuya situacion no puede ser mas encantadora. Pero antes de ocuparnos de la casa, digamos /94/ algo de su apreciable dueño . El señor Uzcanga es una persona de edad respetable y de . educacion finísima. Como buen guipuzcoano participa del carácter franco y generoso del pais y acoje en su casa con júbilo á cuantos forasteros se deciden á visitarle . En su estimable señora se reflejan, como en un espejo todas sus bellísimas prendas, y apenas pisa cualquiera los umbrales de su sala, desaparece de ella, dejando á su esposo que haga los honores de la visita á los recien llagados, para mandar á sus criadas que saquen los mas ricos vinos y los vizcochos mas tiernos, El agasajo se limita á esto cuando lo inoportuno de la hora no permite á los galantes propietarios de aquella casa ofrecer su mesa á los . que, segun ellos, los favorecen con su visita, porque cuando se llega á tiempo, el obsequio es-completo, así como en los días de las flestas en que reune el señor Uzcanga en su mes a á todas las personas mas respetables del país y de fuera de él que han acudido á Iciar. Levantados los manteles pasan lós convidados á la sala á tomar el café y mientras saborean esta rica produccion de la Moka, la virtuosa y ,respetable señora de Uzcanga, con un gusto y una afinacion prodigiosa, toca en el piano las piezas de música que . mas celebridad han alcanzado en el mundo filarmónico.

La situacion de esta casita es en estremo deliciosa. Colocada en la parte mas elevada del pueblo, puede decirse que descuella sobre una de las mas altas montañas de la costa. Las olas del mar bañan la falda de aquella mentaña-y arrollan  /95/con su solemne bramido el sueño de los tranquilos habitadores de la casita . Desde las ventanas del gabinete del señor Uzcanga, presenta el mar una vista admirable; pero aun la ofrece mas encantadora desde la ventana de un pequeño y elegante gabinete, la pieza mas limpia de la casa, que se llama en otras, para hablar con el decoro posible•, lugar escusado, y que en esta mansion pintoresca, nadie puede escusarse de visitar, sin renunciar á la vista del mas bello panorama . La ventana . de este gabinete está construida á propósito para apoyar en ella un magnifico telescopio, con cuyo auxilio se distinguen hasta veinte leguas de mar, é inclinándole á la derecha se pueden contar las blancas casas del pueblo de . Biarriz, y hasta las lanchas de pescadores que surcan sus aguas y salen de . su muelle. Esta pieza lindísima, donde están consultadas todas las exigencias de la comodidad y de la limpieza, tiene, si se nos permite la . frase aplicada á tan modesto objeto, una gran celebridad por aquellos contornos, y raro es el forastero, que al visitar al . señor . Uzcanga no le muestre deseos de reconocer todas sus habitaciones, hasta llegar al . diminuto y lindo gabinete que hemos tenido la-audacia de describir.

Otra de las espediciones que inevitablemente emprenden los bañistas de Deva, es la de Motrico. Situado este pueblo á muy corta distancia, una elevada montaña que se interpone entre él y Deva, le oculta totalmente á la vista . de los devanos, y este mismo inacesible /96/ valladar que le oculta y que parece levantado por la naturaleza para contener las impetuosas olas de aquel proceloso golfo, aumenta la curiosidad de visitarle . Tres caminos conducen á Motrico. Los mas arrojados prefieren el del mar, y costeando por la  izquierda desembarcan en su puerto; los mas prudentes se dirigen en carruaje por la carretera y pasado el puente que se atraviesa para venir a Deva toman el ramal que conduce á Motrico; y los mas andarines cruzan el rio y trepan por la elevada montaña á cuya falda está situado el pueblo, al cual llegan rendidos despues de haber empleado una bora en subir y otra en bajar a quella

Hermosean la entrada de Motrico por la carretera . las muchas viñas que por ambos lados esmaltan el camirio. El aspecto de la poblacion, aunque agradable por las buenas casas . que la forman, y por la bel!a perspectiva del mar que baña sus cimientos, tiene cierto colorido de tristeza, y ese colorido se lo . da la misma situación topográfica de la Villa, enclavada en el fondo de elevadlsimos montes que por todos lados la cercan , sin tener mas respiro que por la parte occidental del puerto. Otra de las circunstancias, efecto tambien de lo montuoso y desigual del terreno, que mas •caracterizan á Motrico, es la de estar continuamente subiendo y bajando escaleras de piedra, por las cuales unas calles comunican con otras . Algunos edificios antiguos de familias nobles embellecen el pueblo, pero sus fachadas apenas pueden lucirse . por lo estrecho de /97/ las calles . Entre otros sobresalen por el lujo y solidez de su parte material, aun mas que por lo elegante de su forma, el palacio de Urreztieta y la casa del duque de Granada .

La iglesia parroquial, aun no •concluida, es de una construccion elegantisima . Forma su planta una cruz griega con cuatro bellas columnas dóricas sobre las que sientan los arcos torales, rematando en un cascaron que termina por fuera en una aguja . A un lado del altar mayor está la sacristia y al otro la sala capitular, elevándose entre ambas y a espaldas del altar, la torre que remata como la lglesia en otra aguja. Un hermoso pórtico, compuesto de columnas aisladas y al . que se sube por una bella escalinata, dá entrada al templo.

Despues de visitar este, debe pasar el forastero al convento de canónigas de san Agustín, no porque tenga mucho que admirar su iglesia, que es bastante espaciosa, sino para ver un precioso lienzo de Waudik, una lindisima pintura de Muríllo, y una escultura que representa a Jesus Nazareno, que aunque •de autor desconocido, cautiva la atencion de los inteligentes

Los moradores de Motrico son activos y laboriosos como todos los del país. Los hombres se dedican á la pesca; las mugeres á la elaboracion del escabeche; los muchachos mas pobres se familiarizan con las olas para emprender mas tarde la profesión de sus padres, y apenas ven atravesar por el muelle á algun forastero, se despojan de sus vestidos y se . /98/ lanzan at . mar, porque nadan como peces. Informados los forasteros del objeto de aquel baño improvisado, se divierten un rato en arrojarles monedas, casi siempre de cobre; á distancia en que hay diez y mas varas de profundidad, y los intrépidos nadadores las sacan en los dientes despues de haberse sumergido en el fondo de las aguas y de haber aparecido en su superficie en dos ó tres minutos. Recuperadas las perdidas fuerzas en la casa municipal de Motrico con un almuerzo abundante, aunque sencillo, que suele servir, generalmente una joven de veinte abriles, llamada Inés, que es sin disputa, á juicio de los inteligentes, una de las muchachas mas bellas de la provincia, y despues de felicitar por tan hermosa produccion á la . madre y á la abuela de la muchacha, que la acompañan siempre por temor de que en la precipitacion de sus pocos años se la rompa algun plato, los espedicionarios regresan á Deva, y no quedándoles ya nada que hacer en esta villa, al día siguiente, empaquetados diez en un coche en que solo pueden ir  seis cómodamente, se dirigen á Vergara á esperar en el parador de San Antonio fa diligencia de Madrid á Bayona que debe conducirlos a San Sebastian, ciudad preciosa de que nos ocuparemos con la detencion que reclama su importancia en-los articulos siguientes

 

 

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