Geografia de Guipuzcoa

Geografía de Guipúzcoa

Serapio Mugica Zufiria (1854-1941)


 

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Guipúzcoa (1918)

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SEGUNDA PARTE

GEOGRAFÍA POLÍTICA

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/679/

VII

 PARTIDO JUDICIAL DE SAN SEBASTIAN

SAN SEBASTIÁN

ELEMENTOS DE ESPARCIMIENTO Y DIVERSIÓN.

El carácter donostiarra es jovial, alegre. y busca en cualquier minucia objeto de diversión y entretenimiento: no es, pues, extraño que desde antiguo se haya distinguido la capital de Guipúzcoa por su constancia y gusto en la organización de fiestas, que unas veces son de alto ambiente artístico y otras de callejera jarana, pero nunca ramplonas ni de mal gusto.

A los donostiarras que allá en 1813 se sintieron con ánimos para preparar sencillas fiestas en las calles llenas de escombros humeantes, juzga bien esta estrofa que años después dedicó otro donostiarra, José Vicente de Echegaray, a sus paisanos, y que se hizo popular:

Festarik bear bada

bego Donostiya

betikua du fama

ondo mereziya

bestetan ez bezela

emen gazteriya

amaren sabeletik

dator ikasiya

Donostiarrak dute

aukera doaiya

urtero asmatzeko

festa bar berriya

beren moduchua aa

guztiz egokiya

zer nai gauzetarako

arkitzen du gaiya (268)

 

Este carácter jovial por una parte, y el deseo de proporcionar elementos de diversión a la gente veraniega por otra, hacen que en San Sebastián haya casi continuamente fiestas de índole diversa. En este capitulo procuraremos dar noticia completa de este aspecto de la capital, citando sus días y fiestas tradicionales y los festejos de espíritu cosmopolita que con aquéllos comparten la misión de ofrecer agradable descanso a quienes trabajan y un atractivo más a quienes pueden vivir siempre en pos de la diversión y del placer .

Días típicos y fiestas tradicionales..

El día de más renombre para San Sebastián es el 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, en cuyo honor se canta en Santa María, la tarde del 14, una solemne Salve a la que asisten SS. MM. No hay el día 15 festejos más atractivos que otros días festivos del verano, pero de toda la provincia viene la gente a trenes llenos, y la capital, en el apogeo de su época veraniega, ofrece aspecto deslumbrador. Hasta que la actual guerra se inició, venían también infinidad de franceses a la corrida de este día. Una estadística curiosa del año 1905 nos servirá de base para dar justa idea de la animación que la capital presenta el 15 de Agosto. El restaurant «La Urbana» tuvo que ocupar con sus mesas toda la /680/ arcada correspondiente de la plaza de Guipúzcoa. En el «Club Cantábrico» se sirvieron 439 comidas; en el «Continental», 827; en el «Gran Casino», 362; en el «Hotel du Palais», 312, y en el restaurant de la estación, 2.050,. En el Gran Casino se sirvieron 2,000 cafés y 1.650 litros de cerveza; en el «Café del Rhin» , 2.500 cafés, 2.000 helados, 900 chocolates y 900 litros de cerveza; en el de la Marina, 6.000 cafés, 200 tés, tres cajones de cerveza del país, 2.400 botellas de agua de Seltz, 1.000 helados ,y chocolates y 12.000 copas de licores. Esto era hace once años; hoy las cifras causarían estupor .

Otro dato: el número de vehículos que ese día ha pasado por una de las entradas a San Sebastián:

Años Autos Coches Tranvías Bicicletas y motos Total
1907 493 1.952 761 - 3.206
1910 1.075 1.625 936 213 3.849
1913 1.847 1.840 816 257 4.760

 

El día de Santo Tomás es típico en San Sebastián. Se celebra en la plaza de 'la Constitución una feria de objetos de labranza y de juguetes, y se expenden trozos de chorizo fritos en la misma plaza. De ahí el dicho vulgar:

Santo Tomasko periya

chorizua eta ogiya (269).

Además es el día señalado para que los colonos de los propietarios donostiarras paguen sus rentas, y con ése motivo y con el de las ferias, llega a San Sebastián enorme concurrencia de baserritarras (caseros, labradores), que lleva inusitada animación a la parte vieja de la ciudad. Por la clase de gente que ese día llena la ciudad, por los programas que la Banda Municipal interpreta, por las funciones dramáticas euskéricas del teatro Principal y por otras fiestas de análogo espíritu que se preparan, el día de Santo Tomás es de marcado ambiente vasco.

El día de San Sebastián, 20 de Enero, es fiesta local, fiesta de los donostiarras, de los josemaritarras (270), y el número saliente suele ser la original tamborrada, que recorre las calles de la ciudad en cuanto empieza a clarear el día. Algunos chilibitus, acompañados del golpear de barriles, ejecutaban en su origen algunas piezas populares y sencillas; luego se introdujeron reformas: vinieron-los tambores, se mejoraron instrumentos, y el maestro Raimundo Sarriegui escribió la «Marcha de San Sebastián», que hoy la toca la Banda Municipal. Quienes toman parte en la tamborrada llevan original indumentaria, y al frente de todos va un «tambor mayor», que suele ser casi siempre un josemaritarra popular entre los erriko-semes (271) Pello Pachi, Matapan, Errikoseme, Lukas, Chorizo, Norte, Sagar-arbola, Patri Asasorten, Angelito Minondo, Bustamante y otros han capitaneado con aplauso del vecindario estas huestes del pito y del tambor, que hacen las delicias de toda la gente menuda y de mucha mayor. A

A veces, en la Fiesta del Centenario, celebrada en 1913, por ejemplo, se ha dad entrada: a este festejo en el programa general del verano.

En el barrio de la Jarana se celebra, por las mujeres principalmente, el día de Santa Rita y Santa Quiteria, 22 de Mayo; en el portalón del muelle ponen un altar y la música ameniza el barrio de los pescadores Estos, sin embargo, no dejan de salir al mar a sus faenas ordinarias; su patrona, cuya fiesta celebran, es Ia Virgen del Carmen, y en ese día no se dedican a la pesca.

San Sebastian. Feria de Santo Tomas en la Plza de la Constitucion

Aspecto de la plaza de la Constitución el día de Santo Tomás

La víspera del día de San Juan se celebra la fiesta de la bendición de un árbol que se coloca en la plaza de la Constitución. El cabildo de la parroquia de San Vicente, que llega precedido de la Banda Municipal, la bendice, y luego se distribuyen ramitas entre la multitud. Es fiesta que procede de la Gascuña y se celebra desde tiempo inmemorial, con algunas variaciones e interrupciones. La última data del año 1912, en que el Ayuntamiento, por mayoría de votos, la suprimió; varias veces los donostiarras pidieron que la ceremonia se reimplantara y fue desechada la petición, hasta que, ante una /682/ nueva súplica, en sesión del 14 de Junio de 1916, fue restablecida, suprimiendo la quema y derribo del árbol y el arranque atropellado de ramas por el público. Así se ha hecho, y con ese motivo acudió la Banda Municipal, hubo aurreskus, ezpata-dantzaris, etc.

San Sebastián. Bendicion del arbol de San Juan en la Plaza de la Constitucion

Bendición del árbol de San Juan

También los donostiarras de todo tiempo han celebrado los días de Carnaval y han dado rienda suelta a su ingenio para organizar cabalgatas y fiestas de conjunto que siempre alcanzaban gran éxito. Antes del saqueo de 1813 ya recorrían estas comparsas las calles de la ciudad; aquel saqueo y la guerra que fue su causa, impidieron que lucieran durante algunos años, pero apenas terminó la lucha ya volvieron a salir. El jueves de Carnaval de 1816 salió una estudiantina, para la que el poeta popular donostiarra José Vicente de Echegaray, vate imprescindible en todos los casos semejantes, escribió una tirana de doce cuartetas y un estribillo; al domingo siguiente, una comparsa de majos y toreros cantó otras coplas del mismo autor, y el lunes se dio a conocer una comparsa de ciegos valencianos. En Febrero de 1817 hubo otra mascarada de ciegos valencianos y un arzaigokia o comparsa de pastores. En Enero de 1818 hubo comparsa de jardineros y una estudiantina, y en 1819 una comparsa de sastres; en el año siguiente salió también una estudiantina y se celebró la segunda comparsa pastoril; en 1827 se celebraron los carnavales con comparsas de gitanos andaluces, y de zapateros y estudiantinas; en 1828 hubo tercera comparsa de pastores y primera de caldereros turcos; en 1829, una comparsa de griegos y turcos, con baile, música militar /683/  y canto, representó El Triunfo del defensor de la Cruz Demetrio Ipsilanti, y al año siguiente hubo comparsas de ciegos valencianos, de oficios o artesanos, de panaderos franceses y de manolos; en 1832, comparsa de jardineros y otra de oficios varios; en 1833, comparsa alegórica a la jura de la Princesa de Asturias; en 1839 una comparsa alegórica; en 1841, comparsa de jardineros; a los dos años, comparsas de oficios y de gitanos andaluces; en 1845, comparsa de valencianos, y al año siguiente, de oficios o artesanos; en-1848, comparsa de peregrinos; en 1850, de peregrinos y de jardineros; en 1866, una comparsa en honor de Mari, que murió en Enero de aquel año al acudir en socorro de -unos náufragos; en 1867 se celebró por vez primera el entierro de la sardina, y en 1869 recorrió las calles una carroza en la que aparecía reproducido el cuadro de la ejecución de «Los Comuneros de Castilla» y otra alusiva al triunfo de la libertad en España.

Durante la última guerra civil y en los años que siguieron no hubo comparsas de mérito, pero en 1881 algunas sociedades populares las pusieron de nuevo en vigor, y en 1882, en 1883 y otros, se celebraron con la fastuosidad acostumbrada. En el carnaval de 19oosalieron a la calle espléndidas comparsas con muchas carrozas de las sociedades y de los industriales, bandas, heraldos, grupos originalísimos de chipirones, lampernas, muskullus, dragones, acompañantes de a pié, a caballo y bicicleta, etc., todo ello magníficamente construido y dispuesto bajo la dirección de arquitectos y artistas donostiarras. El 9 de Julio de 1906, con motivo de las Fiestas Euskaras, hubo en la Plaza de Toros un festival del que fue base la comparsa de jardineros. Con interrupciones más o menos largas han seguido deleitando al mucho público que acudía, pero poco a poco los interregnos son más largos y es de esperar que acaben por serlo más.

No es éste apropiado lugar para que nos entretengamos en dar detalles de ninguno de los festejos, pero sí hemos de advertir que todas esas comparsas estaban muy bien organizadas, preparadas con verdadera esplendidez de trajes y músicas, y presentadas a la perfección. La música era elemento indispensable. y el poeta Echegaray, varias veces citado, era quien casi siempre escribió las letras alusivas a las canciones, hasta que le sorprendió la muerte. Las sociedades populares La Unión Artesana, La Fraternal y otras de esta índole eran muchas veces las organizadoras.

Entre los festejos populares de San Sebastián, no puede dejarse de citar , aunque desapareció hace algunos años, el denominado soka-muturra. Varias veces al año se corrían bueyes ensogados por las calles situadas entre la cuadra y la plaza de la Constitución, y los jóvenes venían ante el animal intentando ejecutar suertes del toreo, y los viejos y las mujeres y los niños contemplaban el espectáculo desde los balcones, o desde los portales, o encaramados a las ventanas. La lidia terminaba en la plaza, donde se ataba al buey; se pasaba la cuerda por una argolla ( empotrada 'en una gran piedra /684/ que al efecto estaba enterrada en el centro de la plaza, dejando la longitud suficiente para que el buey pudiera llegar a las cuatro bocacalles. Hay noticias de que en 1570 existía ya esta costumbre de correr la soka-muturra, que desapareció de Donostia por acuerdo que el Ayuntamiento tomó el 14 de Enero de 1902 en virtud de una disposición general dictada dos años antes por el Ministerio de la Gobernación.

Alguna semejanza con esta diversión tiene la del zezen suzko o «toro de fuego»; es un toro de madera, toscamente trabajado, hueco, que lleva en el lomo diversos juegos de pólvora que terminan en unas ruedas de fuegos de artificio que el animal lleva en la cabeza. Unos hombres metidos en el cuerpo del toro lo pasean por la plaza y la gente se divierte huyendo de las inofensivas chispas que despide a ambos lados: cuando el fuego llega a las ruedas, dejan quieto al animal en medio de la plaza hasta que dispara el último tiro. Es diversión inofensiva, muy el agrado de la gente, y casi siempre suele ser final de una colección de fuegos artificiales.

También hemos de citar aquí, por lo que tuvieron de típicas, las Fiestas Euskaras, que, respetando el turno establecido, se celebraron en San Sebastián en Julio de 1906. Se desarrollaron conforme a las líneas generales que expusimos en este tomo de la Geografía (página 450), aunque, como es natural, dados los medios con que la capital cuenta, superaron en brillantez a las de otros pueblos. Dentro del programa establecido para todos los casos, se incluyeron representaciones de las óperas vascas Chanton piperri y Anbotoko dama, en el teatro Circo; funciones dramáticas euskéricas en el Principal, plantación del retoño del árbol de Guernica en el paseo de este nombre, comparsa de jardineros en la Plaza de Toros, conferencias, regatas de traineras, retretas, conciertos, veladas literarias y otros números que lógicamente deben tener en la capital más brillantez .que en los demás lugares designados para la celebración de Fiestas Euskaras.

Excursiones.

Dada la comodidad de tranvías que hay en San Sebastián, pocas excursiones a pie suelen hacerse: el alpinismo está poco desarrollado. Parece, sin embargo, que apunta su iniciación, y las guías que se publican en Donostia incluyen ya en sus páginas noticias de las excursiones que pueden hacerse a Mendizorrotz, Buruntza, Andatza, Adarra, Hernio, Aizkorri y otras montañas. No creemos que los donostiarras, y mucho menos los veraneantes, tomarán con afán esas visitas a los montes bellísimos de Guipúzcoa.

Los habitantes de la ciudad extienden muy poco sus paseos a pie, y los forasteros los reducen a visitar el cercano monte Urgull, desde cuya cumbre se divisa un magnífico panorama.

En la cúspide del monte está el castillo de la Mota, casi cuadrado, compuesto de un fuerte torreón llamado el macho y una espaciosa plataforma; dentro del recinto de la fortaleza hay un cuartel, una capilla, prisiones militares, almacenes a prueba de bomba, habitaciones, etc. Repartidas por los /685/ declives del monte hay varias baterías, y en la parte E. algunos sepulcros de jefes y oficiales de la legión británica que murieron durante la última guerra civil en defensa de la causa constitucional. La visita de todo ello y la contemplación del panorama entretiene agradablemente a cuantos salvan la pendiente de la montaña, que precisamente hay que escalar a pie.

En tranvía y coches se extiende mucho más el campo de los paseos. Los pueblos cercanos, Pasajes, Rentería, Lezo, Hernani, son muy visitados; sobre todo los días festivos apenas hay donostiarra que no pase la tarde en alguna villa inmediata. En verano los forasteros imitaban la conducta de los naturales, y la imitan aún, aunque ya hay otros puntos que también tienen atractivos.

San Sebastian. Cementerio de los Ingleses en el monte Urgull

 Sepulcros en el monte Urgull. Clisé de Frederic

El primero que llamó hacia sí a los excursionistas fue el monte Ulía. Una compañía inició la explotación de la montaña y facilitó la ascensión a la misma construyendo un hermoso ferrocarril eléctrico que se inauguró solemnemente el domingo 8 de Junio de 1902. Desde entonces mucha gente acude a Ulía; hay buena carretera, pero no es muy utilizada por los paseantes. Estos toman en el Boulevard los tranvías, que después de pasar ante el Casino recorren la calle de Hernani y la Avenida, atraviesan el Urumea por el puente de Santa Catalina y llegan al barrio de Ategorrieta; sin cambiar de vehículo comienza la ascensión, que es sugestiva en grado sumo. A 200 metros sobre el nivel del mar está la cumbre, y a ella se llega después de recorrer /686/ en muchas revueltas tres kilómetros de vía férrea, que hacen 'desfilar ante el viajero vistas realmente espléndidas.

Ya en la cúspide, desde una terraza que tiene cien metros de longitud, se contempla el conjunto bellísimo de San Sebastián, y tras la ciudad, lejos, una enorme cadena de montañas que nace en las costas de Vizcaya y desaparece en las lejanías de Francia. Por el lado opuesto se divisa el panorama soberbio del mar y del cielo, cuya línea de contacto apenas acierta la vista a distinguir. La montaña está surcada por cómodos caminitos que conducen a hermosos bosques de pinos, a poéticos recodos, al campo de tennis, al lugar donde los niños corren en borriquillos que alquilan, a la peña del Águila, o a aquella otra en que una inscripción trilingüe asegura haber sido puesto del vigía que a los marinos donostiarras anunciaba la aparición de una ballena en el mar. Un soberbio trasbordador, ideado por el ingeniero Torres Quevedo, conduce, a quienes lo deseen, de un punto a otro de la: montaña, a muchos metros de; altura sobre el suelo. Hay también restaurant, música y otras distracciones sencillas propias del campo.

Martutene, camino de Lasarte, fue también lugar de mucha atracción. Se construyó un casino, se levantó una plaza de toros cubierta y se habilitó un parque de distracciones; acudió la gente, pero hoy todo ello está abandonado.

A competir con Ulía vino luego Igueldo. En la estribación más cercana a la ciudad, cerca del torreón, se levantó un restaurant y se construyó un funicular que se inauguró el 25 de Agosto de 1912. Desde entonces es punto muy frecuentado; hay dos buenas carreteras, pero la mayor parte de los excursionistas sube en tranvía, bien tomando en la Alameda uno que le conduzca a la estación del funicular y cambiando aquí de vehículo, o bien marchando a pie hasta la falda de la montaña y tomando allá el funicular. El recorrido de la Alameda a la estación del funicular se hace en tranvía en ocho minutos y cuesta diez céntimos; el billete que da derecho a subir a Igueldo y bajar en el funicular, cuesta cincuenta céntimos,

La ascensión es sumamente atrayente; subyuga por su originalidad el contemplar cómo la ciudad va hundiéndose a nuestros pies y a la vez ensanchándose el campo de observación que abarcamos; desde arriba, las vistas son más bonitas que las de Ulía; se divisa la ciudad mas cerca, más recogida, y la visión es más clara y limpia.

Estas son las excursiones que en tranvía se hacen desde San Sebastián, y casi las mismas las que en coche se hacen. Los automóviles extienden más su campo de acción y recorren con preferencia los pueblos de la costa; hasta que se encendió la actual guerra, eran lugares preferidos por ellos Hendaya, San Juan de Luz, Biarritz y Bayona, y merced a los excursionistas que a esos puntos acudían a pasar la tarde, las pastelerías y establecimientos semejantes adquirieron vida próspera; hoy, a causa de los grandísimos obstáculos que /687/ hay que salvar para pasar la frontera, casi ningún automóvil se interna en los pueblos de Francia, y al decaimiento de los establecimientos franceses ha sucedido el desarrollo de algunos de Irún y otros puntos.

A veces se organizan excursiones colectivas en automóvil; la última fue la que los arquitectos españoles que en San Sebastián celebraron el VI Congreso el año 1915, realizaron en treinta automóviles, recorriendo San Sebastián, Lasarte, Hernani, Andoain, Villabona, Tolosa, Vidania, Regil, Azpeitia, Loyola, Azcoitia, Villarreal, Legazpia, Oñate, Vergara, Placencia, Elgóibar, Zumaya, Guetaria, Zarauz, Orio, Usúrbil, San Sebastián.

San Sebastian. Funicular al monte Igueldo

San Sebastián. El monte Igueldo

Hay vaporcitos que durante el verano hacen diariamente el viaje a Pasajes, y son muchas las personas que se recrean en esa excursión marítima. En lancha, la Isla de Santa Clara es casi el único lugar que se visita; no hay en ella otros atractivos que el faro y las vistas bellísimas. Dentro de algún tiempo se podrá ir a pie desde las estribaciones de Igueldo a la isla, pues se trata de construir un paseo que pueda ser atravesado siempre que no esté muy alta la marea. A veces, en el mar, cerca de la bahía, suelen anclar buques de guerra extranjeros, y entonces se multiplican extraordinariamente los pequeños paseos en lancha, pues la gente acude presurosa a curiosear por los barcos.

Deportes. En mayor o menor escala, en San Sebastián se cultivan gran número de deportes, algunos por la afición del público a hacer ciertos ejercicios físicos, otros para explotarlos como espectáculos.

Gracias a las excelentes condiciones de la bahía y del mar en las inmediaciones de la ciudad, pueden organizarse perfectamente los deportes que necesitan el agua como campo de lucha. Aparte de cucañas y otros entretenimientos que no suelen faltar en diversos puntos del Urumea, se organizan concursos de natación, cuyo recorrido, en parte por lo menos, se realiza en la bahía; anualmente hay algún pugilato bien organizado, y este año han acudido a él nadadores catalanes que se han llevado la palma.

San Sebastian. Isla de Santa Clara Isla de Santa Clara

 

También todos los veranos hay regatas. Existe el « Real Club Náutico » , que tiene su domicilio en Alderdi eder, en un edificio que imita fa figura de un buque, y esta sociedad organiza anualmente regatas en las que los miembros que la forman toman parte personal con sus balandros y a las que concurren aficionados extranjeros y el rey Don Alfonso XllI que también corren con sus embarcaciones. Los yates de diversas dimensiones, los sonderklases, los balandros varios, corren durante muchos días regatas nacionales o internacionales, en las que se disputan copas y premios en distintas combinaciones personales, por equipos, etc. Más de una embarcación suele tomar parte patroneada por decididas señoritas de la aristocracia, y en muchas pruebas el mismo Rey dirige sus balandros. Además de estas grandes semanas de yachting, el «Real Club Náutico» organiza cruceros, excursiones, a Pasajes, Zarauz, Guetaria, San Juan de Luz y otros puntos de la costa.

/689/ Se celebran asimismo las clásicas regatas de traineras, que traen a San Sebastián inmenso gentío de todos los pueblos costeños de Guipúzcoa.

Hacía varios años que había dejado de celebrarse este espectáculo, pero el pasado, 1915, el Ayuntamiento donostiarra Lo organizó para el mes de Septiembre, concediendo varios premios y una bandera de honor. El 19 de Septiembre se corrió la primera regata; tomaron parte en ella cuatro traineras de Pasajes de San Juan, de Pasajes de San Pedro, de Orio y de San Sebastián; los remeros de Pasajes de San Juan alcanzaron el primer premio de 1.500 pesetas, los donostiarras el segundo de 1.000 pesetas, por un segundo de tiempo con los primeros, y los de Orio el tercer premio de 500 pesetas. Los dos vencedores primeros; San Sebastián y Pasajes, debían jugar luego, con las traineras cambiadas, la regata de honor en la que se disputaban un premio de 2.500 pesetas y la bandera; a causa del mal tiempo fue retrasándose, y el 3 de Octubre, por fin, pudo jugarse la regata, que se resolvió con el triunfo de los donostiarras por once segundos de ventaja.

San Sebastian. Real Club Nautico

San Sebastián. -Salón del Real Club Náutico

Los pueblos costeños se despoblaron los días de prueba, y en San Sebastián hubo una verdadera invasión de guipuzcoanos; las regatas despertaron gran entusiasmo y alcanzaron visos de acontecimiento. Los habitantes de San Sebastián no se habían preocupado gran cosa de sus marinos ni esperaban que hiciesen buen papel, pero cuando vieron que triunfaron de sus competidores, se despertó el entusiasmo, colmaron de elogios y homenajes a los remeros donostiarras, y el mes de Noviembre se constituyó una nueva sociedad náutica denominada Club marítimo donostiarra, con objeto de estimular y fomentar /690/ la afición a ejercicios marítimos y arbitrar recursos con que poder construir embarcaciones que pudiesen tomar parte en las regatas de años sucesivos. Así se hizo, y en las de este año, 191 6, para las que diólos premios el Ayuntamiento, se han presentado siete traineras, que en la primera prueba, el 3 de Septiembre, llegaron por este orden: Orio, premio de 1.500 pesetas (19 minutos 59 segundos); San Sebastián, premio de 1.000 pesetas (20 minutos 15 segundos); Elcano, de Guetaría, premio de 500 pesetas (20 minutos 17 segundos); Zarauz, premio de 300 pesetas (20 minutos 19 segundos); Pasajes de San Pedro (20 minutos 2, segundos); Golondrina, de Guetaria (20 minutos 29 segundos); Pasajes de San Juan (20 minutos 30 segundos).

San Sebastian. Regata de balandros en la bahia de la Concha

Regatas de balandros

Al domingo siguiente, 10 de Septiembre, las dos primeras tripulaciones, Orio y San Sebastián, con las traineras cambiadas, se disputaron el premio de honor, la bandera y 2.000 pesetas, que las alcanzó Orio por 27 segundos de diferencia.

Los dos días ha acudido a la capital inmenso gentío, que ha contemplado la lucha desde vaporcitos, canoas y lanchas, desde el muelle, desde la Concha, desde la isla de Santa Clara, castillo y monte igueldo, que presentaban muy pintoresco aspecto, llenos de gente que comentaba sin cesar los probables acontecimientos o las incidencias de la lucha.

Estas regatas han despertado mucho en Guipúzcoa la afición al deporte del remo, y ya se organizan en Orio, en Fuenterrabía, en Zarauz y otros puntos, luchas en que se disputan premios, o excursiones marítimas sin ambiente de pugilato.

/691/ En San Sebastián se ha cultivado también como espectáculo el deporte de la aviación. Ello sucedió por vez primera el mes de Marzo de 1910, en que se contrató al aviador francés Hubert Le Blon para que en la bahía de la Concha hiciese algunas experiencias de este peligroso deporte, cuya novedad atrajo gran número de forasteros. En Ondarreta se dispuso el campo de aviación, se construyeron cobertizos para el aparato Blériot que había de montar Le Blon y se cerró el arenal en forma que solo mediante previo pago pudieran ser contemplados por el público los preliminares de las experiencias, las salidas y llegadas. .

El día 27 inició los vuelos, que fueron presenciados por enorme gentío que llenó el campo e invadió los alrededores de la Concha. El espectáculo sedujo grandemente por su novedad y belleza, y se repitió el 28 y el 29; Le Blon evolucionó admirablemente sobre la bahía entre las ovaciones de la multitud. Este día 29 el aviador cayó al mar con su aparato, pero ambos pudieron ser salvados sin graves consecuencias.

San Sebastian. Regata de traineras

Salida de las traineras a correr la regata

Prosiguieron las experiencias conforme el tiempo lo permitía; banderas de diversos colores, colocadas en distintos puntos de la ciudad, anunciaban al público si el espectáculo se celebraría o no. El 3 de Abril, cuando Le Blon había terminado sus compromisos, por dar una prueba de simpatía hacia los donostiarras quiso realizar un vuelo extraordinario, y a las tres y media de la tarde, sin previo aviso a nadie, se elevó en su monoplano; un minuto más tarde, cuando el aviador se hallaba a unos treinta metros de altura, el aparato /692/ dio una vuelta de campana y se hundió en el agua arrastrando al piloto. Acudieron canoas y lanchas a salvar al aviador, pero todos los esfuerzos fueron inútiles; de nada sirvieron la presteza de quienes acudieron ni los esfuerzos de los médicos. Le Blon estaba muerto. Al día siguiente se verificó la conducción del cadáver a la estación del Norte, con músicas, coronas y enorme acompañamiento de gente.

El mes de Septiembre del mismo año hubo otra serie de experiencias aéreas. Las inauguró Morane el día 27 con varios vuelos -por la bahía, sobre el frontón Jai-alai, Ulía e Igueldo, en presencia de los Reyes; este aviador dio a conocer en San Sebastián el sistema de bajar planeando. Al día siguiente 28, repitió magníficos vuelos, y durante uno de ellos, cuando el público seguía emocionado los movimientos del inmenso pájaro, el público divisó al aviador Tabuteau que venía desde Biarritz tripulando un biplano. El entusiasmo que el espectáculo despertó en la multitud fue grande, y entre ovaciones ensordecedoras Tabuteau entró en la bahía por entre la isla e Igueldo, llegó hasta el campo de aviación, y en un rapidísimo y magnífico viraje enfiló la curva de la Concha y dio la vuelta entera y aterrizó en medio de grandes aclamaciones. A ambos aviadores, Morane y Tabuteau, el Rey anunció en el mismo campo que les concedía la cruz de Carlos lII.

Un biplano volando por encima del palacio de Miramar [Ilustración no disponible]

Al día siguiente se aplaudió mucho al piloto español Benito Lóigorri, que evolucionó en un biplano Farman, y el público contempló con emoción profunda el espectáculo soberbio que los tres aparatos de Loigorri, Tabuteau y Morane ofrecían al evolucionar a la vez sobre el mar, bajo un cielo limpio y azul.

Siguieron las pruebas los días sucesivos, siempre con éxito: el 30, ascendieron con Tabuteau varios pasajeros, y el 1 de Octubre Loigorri llevó consigo a una distinguida señorita donostiarra; á consecuencia de una parada del motor, el aviador no tuvo tiempo de hacer que su aparato llegara al campo, y descendió /693/ en el agua, cerca de la orilla, sin consecuencias para él, para la señorita ni para el aparato.

En Mayo de 1911 se corrió la soberbia carrera París-Madrid, distribuida en tres etapas: San Sebastián era el punto designado para término de la segunda y principio de la tercera; con ese motivo dispuso las cosas admirablemente, ofreció premios y organizó varios espectáculos de aviación. El día 23 llegó Vedrines a las once de la mañana y ganó la copa de San Sebastián ofrecida por el Aero Club para el primero que llegase a la capital; más tarde llegó Garros, que perdió tiempo a causa de un aterrizaje en el Jaizkibel por falta de gasolina, y en cambio ganó por ese incidente la medalla que el Círculo Mercantil ofreció al primero de los aviadores que tocase tierra española; a las seis de la tarde vino Gibert, y al mediodía del 24 llegó Granel.

Un accidente en el Concurso de hidroplanos...(I. no disponible]

El 26 por la mañana se les dio la salida para que recorrieran la tercera etapa, a Gibert, Garros y Vedrines; Granel no siguió el viaje. Pudiéramos narrar muchas incidencias del paso de estos aviadores por los diversos pueblos de Guipúzcoa, pero baste decir que despertó enormemente la curiosidad de todos los guipuzcoanos, que desparramados por las montañas contemplaron los vuelos atrevidos de los afortunados y auxiliaron con verdadera solicitud a quienes necesitaron de sus servicios. La carrera la ganó Vedrines.

En Febrero de 1912 Garnier realizó algunos vuelos y un viaje San Sebastián, Pasajes, lrún, Hendaya, y vuelta en 35 minutos; fue el primer aviador que atravesó la frontera por los Pirineos, pues los predecesores llegaron por el mar o por ferrocarril.

En Abril del mismo año se vio maniobrar el primer hidroplano en San Sebastián; lo capitaneaba Paulham, quien llegó de Hendaya en seis minutos el día 17; El 25 de Marzo de 1913 pasó Marcel Brindejonc, que iba de París a Madrid. El 8 de Junio fue de Ondarraitz (Hendaya) a San Sebastián en su aparato Matius Terce, y aunque llegó al campo de Ondarreta, volvió sin aterrizar. En Septiembre de 1913 hubo concurso de hidro-aeroplanos, al que /694/ asistieron varios aviadores. El 1º de Mayo de 1914 pasó Salvador Hedilla en un monoplano, de Ondarraitz a Zarauz.

El 16 de Marzo de 1914 comenzó otra semana de aviación en San Sebastián. Se contrató para los vuelos a Hanouille, quien causó verdadera sensación con sus vuelos invertidos y sus rizos y espirales inverosímiles. Pero el segundo día de pruebas sufrió un accidente que le costó la vida; llevaba quince minutos en el aire, cuando desde 150 metros de altura cayó al centro de la bahía el aparato, de cabeza, y dio vuelta completa dejando debajo al aviador . El cadáver no fue hallado hasta unos días después.

En la organización de muchas de estas pruebas aviatorias ha tomado parte muy activa el «Real Aero Club», que tiene su domicilio social en la Alameda, número 9.

Se cultivan en San Sebastián deportes-más asequibles y menos peligrosos que los que necesitan el mar o el aire como campo de acción: los de tierra firme.

La afición al juego de la pelota es antigua en San Sebastián. El primitivo frontón estaba adosado a la muralla, en lo que hoy es paseo del Boulevard; y en él, y en otro que había en el barrio de Gros, aprendió a jugar la juventud de varias generaciones. Desapareció el primero en el derribo de las murallas, y en el año 1876 el arquitecto don Juan de Goicoa expuso al Ayuntamiento la necesidad de construir uno, y dió la solución eligiendo un terreno apropiado en Atocha; el Ayuntamiento aprobó la idea, Goicoa hizo los planos y

presupuesto, y en Mayo del año siguiente ya estaba construido el frontón, que se inauguró el 21 de Mayo, segundo día de Pascua de Pentecostés. El Ayuntamiento lo arrendaba, y los arrendatarios ganaban dinero con partidos a largo y a rebote, que llevaban mucha gente.

En los últimos meses de 1886 y primeros de 1887, se construyó en Ategorrieta el frontón Jai alai, que por su disposición con sillas, palcos y grada, sorprendió agradablemente. El proyecto es de don Pedro Eceiza, y el coste, terreno incluido, ascendió a 223.000 pesetas. Se inauguró el 3 de Julio de 1887 con un partido que jugaron Elicegui y el Chiquito de Eibar contra los azpeitianos Baltasar y Mardura; los primeros dejaron a los contrincantes en 37 para 50.

La construcción de este frontón fue causa de que ya nadie quisiese arrendar el de Atocha; en consecuencia hubieran desaparecido en absoluto los partidos a rebote, si el Ayuntamiento de San Sebastián no hubiese incluido algunos en su programa de festejos.

El día 22 de Julio de 1893 se inauguró otro magnífico frontón, Beti jai, proyecto de don José Goicoa, construido por don José Arana, entre las calles 31 de Agosto y Aldamar y el paseo de Salamanca: tenía sillas, plateas, palcos, sobrepalcos, tertulia, terraza. y gran terraza. Más tarde su propietario lo convirtió en Teatro Circo, y un incendio hizo que desapareciera el año 1913.

/695/ En 1904 quedó terminado el frontón cubierto Jai alai Moderno, que hoy se llama vulgarmente (Frontón Moderno» .Se inauguró el 1º de Enero de 1905 con un partido a mano entre Chiquito de Azcoitia y Urzelai, colorados, contra Tacolo y Baltasar, azules; lo ganaron éstos dejando en 13 a los contrarios. Este frontón tiene 1.063 localidades.'

En el lugar donde estuvo el frontón de Atocha, de que hemos hecho mención, y en frente del Jai-alai Moderno, se ha construido otro, el Frontón Municipal, que una empresa arrendataria explota durante veinte años, al cabo de los cuales el edificio pasará a ser propiedad del Ayuntamiento. Es hermoso: ocupa una superficie de 1.500 metros y en su construcción se ha empleado el hormigón armado. Se inauguró el 16 de Mayo de 1914 con un partido a cesta entre lsidoro y Trecet contra Arnedillo y Claudio.

San Sebastian. Fronton Jai.Alai Moderno  

Frontón Jai Alai Moderno, durante la celebración de un partido a mano. Clisé de Aguirre.

 

He aquí la cabida de los tres frontones que hoy se hallan en explotación:

Jai alai ..................1.000 espectadores

Jai alai Moderno......1.063 

Frontón Municipal... 1.200

La gente acude con avidez a los partidos, pero justo es declarar que en su mayoría no va, en la mayor parte de los casos, por disfrutar del mérito de las jugadas, sino por el aliciente de ganar en las apuestas.

Se juega también en San Sebastián al tennis; hay varios campos en «chalets» particulares y otros en diversos puntos de las afueras de la ciudad, pero /696/ el que en Ondarreta posee la sociedad San Sebastián Recreación Club, es el que lleva, por decirlo así, la representación oficial. Todos los años del 1 al 15 de Septiembre se organizan partidos y campeonatos individuales de señoras y de caballeros, de parejas, mixtos, etc., en los que se disputan copas y regalos, algunos donados por S. M. el Rey, que es el presidente de honor.

Hay un campo de golf en Lasarte, y a él se trasladan por el ferrocarril de la Costa o por el tranvía de Tolosa, muchos donostiarras que gustan de este deporte. Señoritas y caballeros se disputan copas regaladas por aficionados aristócratas y pasan las tardes en el campo de juego o en el «chalet» que la Sociedad posee en él. Estos días hemos leído en un periódico inglés grandes elogios de este campo; dice entre otras cosas:

«Lo que más me ha gustado es el espléndido campo de golf con 18 agujeros, que bajo la dirección del renombrado arquitecto Mr. H. Fowler acaba de ser terminado, campo al que será difícil encontrar otro en el mundo que supere en condiciones, belleza de paisaje en que está situado y diversidad de medios de comunicación.

San Sebastián. Uno de los campos de tennis [Ilustración no disponible]

»Este campo, instalado en las afueras de San Sebastián, juntó al también nuevo y ya célebre Hipódromo, ocupa una extensión de 42 hectáreas en las praderas de Lasarte, sobre un terreno llano en nueve de los agujeros y artísticamente accidentado en los nueve restantes, con obstáculos naturales muy bien aprovechados y otros artificiales sabiamente dispuestos».

En este mismo campo se ha instalado muy recientemente un juego de bolos a estilo del país. .

Se practican, aunque no mucho, ejercicios de lanzamientos de disco, salto con pértiga, etc. y como espectáculo se ha dado a conocer en estos últimos /697/ años la lucha greco-romana, que ha tenido cultivadores en Guipúzcoa; en este particular merecen ser citadas las luchas que en Octubre de 1912 sostuvo en el Teatro Circo de esta capital el navarro Javier de Ochoa con Jenny Esson, Van Roeber y otros a quienes venció con gran contentamiento del público que llenó siempre el teatro.

En el Gran Casino y en varios centros hay profesores de esgrima,. no carecen de discípulos, pero el ejercicio no sale de un limitado círculo de personas.

Al foot-ball se juega bastante. Hay varias sociedades que cultivan este deporte, y entre ellas sobresale la Real Sociedad, que tiene su campo cerrado y bien dispuesto en Atocha; el primer equipo de esta Sociedad es de los mejores de España.

San Sebastian. Campo de futbol de Atocha

Campo de foot-ball que la Real Sociedad posee en Atocha

La sociedad Jolastokieta, puede también considerarse como donostiarra aunque tiene en Alza su campo de deportes; su equipo es de primera categoría y desde hace varios años toma parte en el campeonato de España. Desde !9~6 entra también en primera categoría el club. Esperanza. Además de esos tres existen .otras sociedades footballísticas: Fortund, Avión, Amaikak'bat, Old Boy's Club, Sartako, Español y Club Arenas, de Gros. La Real Sociedad tiene en Atocha su campo; Jolastokieta en Alza, y Fortuna en Chominenea {Loyola); las demás no tienen campo propio y juegan en Ondarreta, en prados espaciosos o en los lugares a que les invitan.

Los aficionados a la bicicleta tienen el Club Ciclista, y organizan excursiones a diversos puntos de Guipúzcoa. No hay velódromo, pues el que existía en Atocha y en el cual á: veces se celebraban carreras, desapareció hace pocos años para que' la Real Sociedad de foot-ball construyera en él sus campos. Ahora se va extendiendo bastante el uso de la motocicleta sola o con silla al Iado: en Octubre de 1916, desde San Sebastián salieron varios corredores con objeto de hacer el recorrido a Madrid en 1a carrera organizada por el Moto Club de Madrid; quien triunfó en la lucha salió de San Sebastián a las cinco de la mañana y llegó a las tres y media de la tarde a Madrid.

Con objeto de aunarlos esfuerzos de todos por la difusión de los deportes, se formó hace dos años en esta ciudad la Federación Athlética Guipuzcoana, que subsiste.

El Real Club Automóvil suele disponer fiestas que se celebran en el campo de Ondarreta cuando requieren reducido espacio; otras veces organiza carreras en cuesta al monte Igueldo, carreras de kilómetro, etc.

La Real Sociedad Hípica tiene por objeto celebrar concursos hípicos y demás ejercicios que tiendan a fomentar el progreso de la equitación, y ha celebrado muchos resonantes. Todos los años ha tenido lugar el concurso internacional, en en que se han distribuido más de 50.000 pesetas en premios. S. M. el Reyes el presidente de honor, S. A. R. el infante Don Carlos el vicepresidente de honor, y los infantes don Fernando de Baviera, Don AIfonso de Orleans y el príncipe Don Mauriciode Battemberg, socios de honor.

Desde Julio de 1916, los aficionados a las carreras de caballos tienen un magnífico lugar en que dar satisfacción a su deseo: el hipódromo recién construido hacia Lasarte. En Febrero comenzaron las obras y en Julio estaban aquellos campos pantanosos, desnivelados, convertidos en hermoso hipódromo, de soberbia pista «á la americana», con piso de arena oscura, ligeramente apisonada, de forma elíptica y de 2.100 metros de desarrollo en su contorno exterior; además, para las carreras del kilómetro lanzado, hay otro trozo de pista recta, de un kilómetro de longitud. Se han construí do también varios edificios con destino a tribuna regia, a localidades pe preferencia, a cuadras, etc. Para facilitar el acceso se han abierto caminos, construido puentes y dispuesto una planicie capaz para 400 automóviles. En resumen: se ha construido un hipódromo del cual se asegura que es de los mejores del mundo.

Se inauguró el domingo 2 de julio con asistencia de SS. MM., y el gentío /699/ que acudió fue tal que hubo verdadero desconcierto en el ferrocarril de la Costa y en los tranvías de Tolosa, que, a pesar de tener dispuestos trenes y coches suplementarios, fueron impotentes para trasladar el gentío incalculable que no tenía medios de utilizar otro sistema de locomoción. Los automóviles y coches invadieron la planicie que rodea al hipódromo, y el espectáculo fue de vigor y animación imposible de prever; en aquellos lugares antes silenciosos irrumpieron este día más de 10.000 personas. Las montañas solitarias de Guipúzcoa fueron aquel día teatro de un espectáculo digno de las narraciones quiméricas.

Cuarenta días de carrera se anunciaron, corriéndose caballos de millonarios de todo el mundo y de S. M. el Rey de España, quien presentó los suyos a nombre del Duque de Toledo.

San Sebastián. Tiro de pichón en Ulía [Ilustración no disponible]

También en San Sebastián se practica el deporte de matar a tiros a las palomas. Existe la Real Sociedad de tiro de pichón, que tiene su campo en el monte Ulía y que organiza tiradas en las que toman parte excelentes tiradores nacionales y extranjeros.

El Tiro nacional, del que es presidente S. M. el Rey, dispone también en su campo diversos campeonatos con variedad de armas cortas y largas. En los concursos del mes de Septiembre de 1915 tomaron parte 296 tiradores, que compitieron en 527 ocasiones. Fue instalado en el caserío «Guarda plata», sito en el camino de Pasajes de San Pedro, e inaugurado en Mayo de 1913.

Otras diversiones. Entre las fiestas que no pueden tener cabida en ninguna de las divisiones que hemos establecido, la que más gente atrae son las corridas de toros, que antes se celebraban en la actual plaza de la Constitución, más tarde en una de madera que se levantó á orillas del Urumea, en el barrio de San Martín, y que fue derribada en 1867, y luego en la plaza de toros construida en Atocha y de la que fue popularísimo empresario don José de Arana, y actualmente en la nueva plaza de toros, soberbia construcción levantada sobre el barrio de Gros conforme a los planos ideados por el arquitecto don Francisco de Urcola. El 11 de Junio de 1902 se colocó la primera piedra y en Agosto del año siguiente se dio la primera corrida. El diámetro del redondel es de 55 metros y de 100 el del edificio; la plaza puede contener 13;000 espectadores; costó 1.300.000 pesetas. Es de hermoso aspecto, de amplias dependencias y de servicios muy bien dispuestos.

Derribada la plaza de Atocha y cerrada la de Martutene, esta nueva es la única que hay en San Sebastián; rara vez se abre durante el invierno, porque ni en Donostia ni en los pueblos vecinos hay afición que la sostenga; pero en cambio, durante el verano, los forasteros proporcionan gran negocio a los empresarios, quienes organizan corridas para todos los domingos y días festivos del mes de Agosto y alguno de Septiembre.

Plano de las ferrias en Amara

Disposición de !as diversas secciones de las ferias

Desde hace algunos años, las ferias que en el paseo del Árbol de Guernica se celebran durante la segunda quincena del mes de Septiembre, son también elemento de recreo para los habitantes de San Sebastián, para los veraneantes y para el mucho público que, sobre todo los días festivos, va de /701/ los pueblos vecinos. Hay en esas ferias diversiones de carácter popular, tíovivos, columpios, cinematógrafos, barracas de enanos y domadores de serpientes, churrerías, juguetes y músicas. Desde el anochecer presentan muy animado aspecto.

Estas ferias venían celebrándose desde el año 1902 organizadas por el Círculo Mercantil, y desde 1913 las organiza el Ayuntamiento. Varias veces se ha tratado de suprimirlas o reformarlas, alegando que el espectáculo, tal como se desarrolla, es poco digno de la ciudad donostiarra.

El arriendo de pabellones, concesión de terrenos, etc. , suponen al Ayuntamiento un ingreso de 14.000 pesetas.

San Sebastian. Ferias de Amara

San Sebastián. Las ferias de Septiembre

El Gran Casino. -El nombre del Gran Casino de San Sebastián va íntimamente unido al de la ciudad, para quienes consideran a la capital guipuzcoana como población de recreo y diversiones es el eje sobre el que giran casi todos los espectáculos, la base firme que sostiene este ambiente de cosmopolitismo, de ligereza agradable, de vida elegante que durante el verano inunda las calles de Donostia.

Situado en céntrico lugar, a la orilla del mar, junto a la Alameda, en un amplio parque, su edificio suntuoso destaca, tras una espaciosa terraza que en la época estival es lugar de exhibición lujosa, abrumador escaparate de elegancia y distinción. Por la noche, cuando de todas las salas surge la luz intensa al exterior y los focos de las dos torres iluminan las alturas, y se ven deslizarse por los salones a damas, políticos, aristócratas y elegantes de vida desconocida o sospechada, que de todo el mundo vienen, se da uno cuenta /702/  de la atracción fantástica que en todos los países produce ese nombre: «Casino de San Sebastián», aspiración culminante para muchos, sueño que no se ha de realizar para muchos más.

Dos notables arquitectos, don Adolfo Morales de los Ríos y don Luis Aladren, idearon, el año 1882, el proyecto de este soberbio edificio, por encargo de la sociedad anónima «Casino de San Sebastián», y cinco años más tardé, el día 1 de Julio de 1887, se abrió al público. Desde entonces ha sido como luz potente que ha irradiado por todo el mundo noticias de la vida fastuosa que los elegidos por la fortuna pueden hacer en San Sebastián, y ha hecho de la capital donostiarra estación obligada de los potentados que llevan su vida inquieta de recreo á través de poblaciones y de centros que en serles agradables ponen su intención.

San Sebastian. Gran Casino (actual ayuntamiento)

San Sebastián. El Gran Casino

 

Para ellos hay en el Gran Casino salones que les seducen, pero hay también, para quienes no llegan a ese rango, atractivos de órdenes diversos combinados siempre en ambiente de elegancia.

Durante todo el año una orquesta ejecuta conciertos en los salones, y el verano la orquesta se refuerza y los conciertos adquieren más alto nivel artístico: un concierto «clásico» los martes; un concierto «artístico» los viernes, desfile de pianistas y cantantes de renombre mundial, conjuntos magníficos de la orquesta y los coros del Orfeón Donostiarra, son fiestas que en él salón /703/ principal se ponen al alcance de todos los aficionados; y diariamente, además, la orquesta toca por las tardes en el kiosco de la terraza y el público puede escuchar el concierto sin entrar. Por el escenario del Casino desfilan las compañías dramáticas nacionales y extranjeras de más nombre; en el salón de fiestas bailan cotillones brillantes los aristócratas; en la terraza danzan los niños y para que todos, los de dentro y los de fuera, se diviertan, hay siempre músicas, y en el parque se queman magníficas colecciones de fuegos artificiales, y el pueblo se distrae viendo subir globos grotescos, cohetes fantásticos y luces de mil colores que reflejan su brillantez en las aguas inquietas de la Concha.

Mucho dinero entra en el Casino; mucho dinero sale de él en beneficio del progreso material de San Sebastián y de los desheredados de la fortuna. Los asilos benéficos, las sociedades de fomento, los organizadores de fiestas, tienen siempre en la administración del Casino auxilio para la caridad, ayuda para sus empresas (272).

NOTAS

(268) Cuando haya que organizar fiestas, nadie dispute la palma a San Sebastián, que siempre tuvo fama bien merecida; aquí, como en ninguna otra parte, la juventud viene bien instruida del vientre de sus madres. Los donostiarras tienen d6n especial para idear una fiesta nueva cada año; es proverbial su maña en toda clase de asuntos.

(269) La feria de Santo Tomás, chorizo y pan.

(270) José Mari, nombre compuesto de José y María, común en San Sebastián, ha dado origen a la voz vasca josemaritarra, que se aplica a los donostiarras de pura cepa, amantes de las costumbres de su pueblo.

(271) Erriko-seme quiere decir literalmente "hijo del pueblo" y es calificativo que se aplica por antonomasia a quienes se alegran de serlo y lo manifiestan por su afición a las costumbres populares y típicas donostiarras.

 


 

© Texto: Herederos de Serapio Múgica. ©  Edición electrónica: Juan Antonio Saez, 2006-2007

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