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PRINCIPALES SUBSECTORES
INDUSTRIALES EN EL PAIS VASCO
PABLO BECERRA
La expansión y el desarrollo que de modo general ha afectado a la
actividad industrial a partir de la guerra civil, tiene en el País Vasco
su máximo exponente a través de los sectores manufactureros,, cuya
sorprendente evolución se ha debido tanto a su capacidad de adaptación a
las distintas situaciones coyunturales, consecuencia de la mayor agilidad
derivada de sus dimensiones y de su especialización, como a la fabricación
de productos de gran demanda en el mercado
La supremacía corresponde, en cuanto a mano de obra
empleada, número
de empresas y producto industrial bruto, al sector
metalúrgico, eje económico
para todas las provincias, exceptuando el País Vasco
Continental, en donde
ocupa un segundo lugar detrás de las actividades
industriales relacionadas con
la construcción. Este mismo sector se sitúa en un segundo
puesto a nivel
general, aunque a bastante distancia respecto al primero
1.—SECTOR SIDEROMETALURGICO
Cubre prácticamente toda la gama de productos: desde los
aceros
especiales, cuya producción supone el 85% del total
estatal, y tubos sin
soldadura con el 100% hasta los aceros moldeados y tubos
soldados, etc..
En 1979, se censaron 10.962 establecimientos dedicados a
estas actividades,
de las cuales, casi la mitad (5.030 empresas) se
localizaban en Vizcaya y
un tercio en Guipúzcoa. El resto se distribuían en orden
decreciente entre
Navarra con 1.704, Alava con 713 y el del País Vasco
Continental
Por otra parte, es una industria que presenta altos
índices de concentración
espacial, destacando en este sentido la margen izquierda
de la ría del
Ibaizábal, principal núcleo siderúrgico del país que
absorbe más de un cuarto
de los establecimientos metalúrgicos, (Bilbao con 2.259
empresas, Baracaldo
con 287, Basauri con 151, etc...), Vitoria, que registra
el más alto índice de
concentración empresarial a nivel provincial, puesto que
en su término
municipal se asienta el 82,1% de todas las empresas del
sector, las comarcas
guipuzcoanas del Deva Medio, y el Área Metropolitana de
San Sebastián,
polarizadas en torno a la capital con 828 entidades, Eibar
con 411, Rentería
con 185 y Vergara con 123, y finalmente los polígonos
industriales de
Pamplona y Ansoain que acogen a 488 y 132 firmas
productoras respectivamente
En 1975, el sector daba empleo a 243.294 personas, cifra
que suponía el
46,7% de la población activa vasca. Este contingente
laboral se presenta muy
desigualmente repartido, en el espacio dado que Vizcaya y
Guipúzcoa
absorben el 47,5% y el 29,9% respectivamente del mismo. En
comparación
con este índice de actividad, el resto de las provincias
vascas participan con
porcentajes calaramente exiguos: (Alava, con 24.414
trabajadores, sólo
supone el 10,0 sobre el total; Navarra lo hace con un 8,8%
y el País Vasco
Continental con el 3,6%)
Dentro de las industrias metalúrgicas, es preciso reseñar
el singular papel
desempeñado por la siderurgia, la fabricación de
máquinas-herramientas y los
electrodomésticos, como ramas básicas de esta actividad
La gran tradición de la siderurgia vasca adquiere su
configuración actual a
partir de la década de 1960, dentro de una etapa de fuerte
crecimiento donde
no faltaron una amplia serie de problemas derivados del
comercio exterior, de
la demanda interior y sobre todo de las necesidades de
renovación y
modernización tecnológicas. La vocación en 1950 de «Ensidesa»
por parte
del Estado, había desempeñado un importante papel en la
reanimación del
ramo siderúrgico, hasta entonces postergado por la
orientación preferente
hacia las industrias manufactureras, pero la admisión de
España en la
O.E.C.E. puso una vez más de relieve la debilidad de este
sector heredado de
la política económica autárquica de postguerra. Entre las
premisas del I Plan
de Desarrollo Económico y Social se hallaba la necesidad
de lograr, a escala
nacional, una producción de aceros y de laminados acorde a
la demanda
interior de cada momento y con previsiones futuras. Ello
llevó a la
elaboración de un Plan Siderúrgico Nacional para el
período 1964-1972,
dentro del Régimen de Acción Concertado (R.A.C.) mediante
un acuerdo
entre las empresas y los ministerios competentes. La
inclusión de este
régimen sería de carácter voluntario para las empresas
privadas y se hacía
extensible no sólo a la siderurgia sino también al resto
de las actividades
industriales. Este Régimen de Acción Concertada fue
suscrito en un principio
por el Estado y 17 empresas, previéndose el fuerte déficit
de acero que se iba
a registrar en los años próximos. En 1965 se publicaron
mediante el Decreto
Oficial, los requitos técnicos y de dimensión que habían de reunir
determinadas industrias para elegir una ubicación idónea. A partir de
esta fecha se detecta un gran esfuerzo por parte de las empresas para
incorporar a sus instalaciones todos los avances técnicos, así como la
mejora de calidades y la optimización de costos, todo ello a través de
medidas como la reducción del consumo de materias primas de energía, el
aumento de la productividad, la racionalización de la producción. Se
trataba de crear una industria siderúrgica de corte europeo, para lo cual
era preciso acometer la realización de grandes
inversiones que fueron llevadas a cabo a través del
crédito oficial y del capital
nacional y extranjero
Los resultados del «Consorcio» entre el Estado y las
principales empresas
siderúrgicas no se hicieron esperar, puesto que estas,
dentro de la nueva
legislación consiguieron cuotas de producción nunca
conseguidas hasta
entonces. Efectivamente, entre 1966 y 1970, el volumen de
arrabio, acero y
laminados producido, se multiplicó por dos y la
fabricación de artículos
planos lo hizo por cinco
Actualmente, siguiendo la pauta marcada por el sector
general, el ramo de
la siderurgia registra considerables índices de
concentración espacial, polarizándose
en tomo a la margen izquierda de la ría bilbaína (Altos
Hornos de
Vizcaya, Babcock & Wilcox, Nervacero, Tubos Reunidos,
etc...), Vitoria
(Forjas Alavesas, Arregui, Aranzabal, Helisod, etc...),
Goierri (Patricio
Echevarría, Esteban Orbegozo, Aceros y Fundiciones del
Norte Pedro
Orbegozo, Jose María Aristrain, etc...) y Valle del
Nervión (Sociedad
Anónima Echevarría, Aceros de LLodio, Tubacex —antes tubos
especiales
Olarra—, Tubos del Nervión, etc...)
La primera empresa siderúrgica del País Vasco es la
«Sociedad de Altos
Hornos de Vizcaya» planta integral que controla
prácticamente una cuarta
parte del mercado español. Con su entrada en la Compañía
Americana U.S
Steel, efectuada en 1964, a raíz de la adquisición del 25%
de sus acciones se
hizo posible una renovación profunda de sus instalaciones,
lo cual le permitió
colocarse a la cabeza de la siderurgia peninsular. Posee
plantas productoras
en Sestao-Baracaldo y Ansio. La primera, que data de 1902,
constituye hoy
una moderna fábrica dotada con trenes blooming. La de
Ansio, que está
constituida por un tren semicontinuo de bandas en
caliente. Además, la
Sociedad controla cierto número de empresas (Agruminsa,
S.A., Hulleras de
Turón, Sociedad Bilbaína de Maderas y Alquitranes, etc...)
y participa en la
gestión de otras tantas (Sefanitro, Bidones y Envases,
S.A., General
Química, Metalquímica del Nervión, etc...)
Constituida en 1918 y renovada en 1960, «La Babcock &
Wilcox»,
establecida en Galindo, ha pasado de dedicarse a la
producción de tubos y
derivados a la fabricación de aceros especiales y
generales, laminados, etc..
La Sociedad Anónima Echevarría contaba hasta hace pocos
años con dos
fábricas situadas en Recalde y Santa Bárbara, habiendo
iniciado sus actividades
en el último tercio del siglo pasado. La planta de Recalde
consta de
instalaciones siderúrgicas para la producción y
transformación básica de
aceros. La planta de Santa agueda tiene batería de cocke,
dos altos hornos y
talleres de fundición trefilería y laminación en frío
Estas tres empresas junto con otras de menor envergadura
confieren a la
provincia de Vizcaya el carácter de provincia siderúrgica
por antonomasia,
ocupando el segundo puesto en «Ranking» estatal del ramo,
superada sólo por
Asturias
En Guipúzcoa, destacan como representativas de esta
actividad seis
empresas, cuatro de ellas no integrales (Esteban Orbegozo,
José María
Aristrain, Unión Cerrajera y Vitorio Luzuriaga, S.A.) y
dos orientadas a la
producción de aceros especiales (Acerías y Forjas de
Azcoitia y Acerías y
fundiciones del Norte Pedro Orbegozo)
La empresa «Esteban Orbegozo» constituida en 1944 posee
instalaciones
en Zumárraga y Lezo y se dedica a la fabricación de
perfiles, tubos soldados,
trefilería, etc. Su vinculación al Régimen de Acción
Concertada redundó a
partir de 1965 en beneficio de los niveles de producción,
logrando alcanzar
las 280.000 toneladas anuales
La planta de «José María Aristrain» establecida en
Olaberría desde 1956,
está especializada en la fabricación de perfiles
comerciales y sobre todo de
chapa magnética para la industria eléctrica, artículo este
último en cuya
producción ocupa el primer puesto a nivel estatal. Su
entrada en la Acción
Concertada permitió incrementar las cuotas productivas de
70.000 toneladas
de acero en 1964 a 260.000 toneladas en 1972
La «Unión Cerrajera», creada en 1906, cuenta con una
factoría en
Mondragón, dedicada a la transformación de acero
fundamentalmente cerrajería,
y otra en Vergara orientada a la producción siderúrgica.
Su
participación en el «consorcio» con el Estado, le produjo
unos efectos
similares a los de las empresas anteriores alcanzando una
producción anual de
130.000 toneladas de acero
La empresa «Vitoria Luzurriaga, S.A.» constituida en su
forma actual en
1952, cuenta con varias factorías: la de Usurbil,
destinada a la producción de
aceros modelados y laminados y dotada de una sección de
calderería y
construcción metálica, la de Pasajes Antxo y Tafalla, que
disponen de hornos
para la fundición del hierro y talleres mecánicos, y la de
Rentería dedicada al
tratamiento de producciones especiales
Respecto a las factorías orientadas a la elaboración de
aceros especiales,
destacaremos la sociedad «Acerías y Forjas de Azcoitia»
creada en 1939, y
que, dentro del marco legislativo anteriormente
mencionado, produjo en 1972
unas 80.000 toneladas de acero y la factoría «Aceros y
Fundiciones del Norte
Pedro Orbegozo», fundada en Hernani en 1953, con el fin
provisional de
dedicarse a la producción del hierro; tras varias
ampliaciones llevadas a cabo
hasta 1965, su entrada en la R. A.C. permitió un
sorprendente aumento de su
capacidad productiva (32.700 toneladas de acero y 535
empleados en 1964
frente a 208.100 y 1.329 en 1972 respectivamente),
especializándose en la
fabricación de aceros especiales, de calidad, laminados,
forjas, etc..
La siderurgia alavesa está representada fundamentalmente
por tres grandes
empresas dos de ellas establecidas en el valle del Nervión
(Aceros de
LLodio y Tubacex) y la tercera en Vitoria (Forjas
Alavesas). Esta última,
creda a finales de 1957, se dedica a la fabricación de aceros especiales
en una amplia gama de aceros laminados y forjados, sin olvidar los
perfiles para carpintería metálica en los que se basó la empresa en sus
comienzos. Al acogerse al R. A. C. en 1965, su desarrollo aceleró de tal
manera que en 1972
registró una producción seis veces mayor a la de 1964, al
mismo tiempo que
doblaba el número de trabajadores empleados (de 686 a
1.542 operarios)
La empresa «Aceros de Llodio», ubicada en esta misma
localidad, y
configurada como Sociedad Anónima en 1940, pasa a ser una
de las mayores
empresas del Valle del Nervión, dedicándose a la
producción de acero,
laminados, flejes, etc. Intimamente, relacionada con esta
entidad, surge en
1968 Tubacex, anteriormente denominada «Tubos Especiales
Olarra», que
fabrica tubos por extrusión y tubería de acero por
soldadura, empleando a
unos 1.200 trabajadores. En Navarra, la única instalación
de importancia
«Laminaciones de Lesaca, S.A.» con factorías en la villa
homónima de Vera
de Bidasoa y con asesoramiento tecnológico y capitalista
de origen japonés
A diferencia de la industria siderúrgica de otras regiones
peninsulares
(Valencia, Asturias, etc.) en donde el estado es el
principal accionista, la
actividad en el País Vasco, está prácticamente controlada
por la propiedad
privada desempeñada tanto por grupos de bancos (Altos
Hornos de Vizcaya,
Babcock & Wilcox, Sociedad Anónima Echeverría, Tubos
Reunidos, etc...)
como por particulares vinculados a las grandes familias
industriales (Victorio
Luzuriaga, Pedro Orbegozo, Esteban Orbegozo, Arregui,
Aranzábal, etc...)
En suma se trata de una rama industrial que
tradicionalmente se ha
constituido en acicate para el desarrollo del sector
secundario en general,
aunque en la actualidad y a raiz de la grave crisis
económica que estamos
padeciendo, materializada en una urgente reestructuración
a fin de atenuar los
hasta ahora índices negativos de rentabilidad y de paliar
los considerables
porcentajes de paro obrero
Con todo, no es la siderurgia la actividad más
representativa del sector
metalúrgico vasco, puesto que en términos de mano de obra
empleada y de
producto industrial bruto es ampliamente superada por la
rama de transformados
metálicos, en particular los astilleros, la construcción
ferroviaria y
aeronáutica, las máquinas-herramientas, los
electrodomésticos, las máquinas
eléctricas y electrónicas, la fabricación de vehículos
rodados de todo tipo y
las armas de fuego. En efecto, el 83,4% de la mano de obra
empleada en el
sector metalúrgico trabaja en entidades productivas
relacionadas con los
transformados metálicos. Esta población activa se reparte
entre numerosas
empresas, en su mayor parte de pequeño tamaño, diseminados
especialmente
por la margen izquierda de la ría bilbaína, valle del
Ibaizábal, Alto y Medio
Deva, Area Metropolitana de San Sebastián, Aglomeración de
Bayona,
Vitoria y Pamplona
Respecto a los astilleros cabe decir que los de Vizcaya
son los más
importantes del norte peninsular. Casi en su mayor parte
se localizan en tomo
a la vía del Ibaizábal, lo que les supone graves problemas
de congestión,
comprometiendo incluso su desarrollo, puesto que en
palabras de J. A
Acedo, «el futuro de los actuales astilleros vizcaínos no
ofrece perspectivas
notables de ampliación de sus instalaciones, ya que
prácticamente todos se
hallan encajonados entre otras industrias, cuando no
rodeadas del núcleo
urbano». Quizá la construcción del «superpuerto» bilbaíno
venga a atenuar la
problemática del sector, ya que los astilleros de la ría
tienen graves
dificultades en las botaduras y cada uno de ellos
constituye el mayor buque
que puede botar
A partir de 1970, se asiste a un proceso de concentración
empresarial por
fusión de cierto número de astilleros vascos (Euskalduna,
Sociedad Española
de Construcción Naval, etc...) con sociedades españolas,
dando lugar a la
empresa «Astilleros Españoles, S.A.», (A.E.S.A.) con
instalaciones en
Bilbao y Sestao y cuyo capital social está controlado en
un 50% por el I.N.I
Junto a esta gran sociedad constructora, trabajan también
otras empresas
como los «Astilleros Tomás Ruiz de Velasco», «Ardeay»,
«Astilleros del
Cadagua», «Astilleros y Talleres Celaya», etc..., durante
1973, año en que
culmina el período de consolidación y madurez de la
industria naval, los
astilleros vizcaínos construyeron 56 buques, producción
que supuso el 28,4%
del total nacional con 341.368 T.R.B
No obstante, a partir de este mismo año, paralelamente al
comienzo de la
disminuida crisis energética, la actividad de la
construcción naval ha sufrido
un fuerte colapso, cuyas consecuencias, ponen en grave
riesgo la estructura
económica de la provincia, a no ser que se aplique una
profunda remodelación
en todos sus aspectos. Además de este importante núcleo
industrial,
existen instalaciones navales en Zumaya (Astilleros
Balenciaga), Guernica
(Astilleros de Murueta, S.A.), Pasajes (Astilleros
Luzuriaga), San Juan de
Luz y Bayona, todos ellos, de escasa capacidad productiva
y sin entidad
económica importante
La fabricación de material ferroviario, está protagonizada
en esencia por
un escaso número de empresas que alternan esta actividad
con la de la
construcción naval. Tal es el caso de la «Compañía
Euskalduna», «Babckoc
& Wilcox» y los «Astilleros Españoles, S.A.», dedicadas
también a la
producción de locomotora y material ferroviario en
general
Fuera de este núcleo, cabe reseñar la «Compañía Auxiliar
de Ferrocarriles
» (C.A.F.) de Beasain, proveedora de la R.E.N.F.E., los
«Talleres de
Amurrio», en el pueblo homónimo, las «Fonderies et
Ateliers» de Mouserolles,
radicada en bayona, que con 490 operarios trabaja para la
«Sociétè
National de Chemin de Fer» (S.N.C.F.) y los «Atelier
Metalurgiques d’
Anglet»
La industria aeronáutica posee excepcional importancia en
Laburdi, a
tenor de la mano de obra empleada (absorbe el 38,0% de la
población activa
metalúrgica del País Vasco Continental) y por la
connotación que tiene de
empresa punta. Se encuentra concentrada en tomo a dos
empresas «Avions
Marcel Dassault-Breguet Aviation» en Anglet y «Turbomeca»
en Tarmos
(Landes), generando 3.364 puestos de trabajo (1979)
La primera se estableció en Anglet en 1936, respondiendo a una iniciativa
del Ministerio de la Guerra Francés para alejar de la frontera alemana
las
empresas aeronáuticas demasiado vulnerables. Actualmente
es la entidad
productora más grande del País Vasco Continental con 1.884
empleados,
repartidos entre sus dos unidades de Hardoy y del
Aeródromo de Pruebas. Se
dedica a la fabricación de aviones militares franceses de
varios modelos
(Jaguar, Mirage, Falcon, Alphajet, etc...)
Turbomeca, instalada en 1965 en terrenos de la comuna
landesa de
Tarnos, próxima a Bayona, para paliar los excedentes de
empleo derivados
del cierre en 1964 de «Forjas del Adour», se constituye la
segunda empresa
por mano de obra empleada en el País Vasco Continental,
registrando una
plantilla de 1.470 trabajadores (1979). Fabrica motores y
turbinas para
ferrocarriles, industrias y aviones tanto civiles como
militares (helicópteros,
montaje de turboreactores, y turbopropulsores, etc...)
Ambas empresas absorben el 12% del empleo industrial de
todo el País
Vasco Continental y dan trabajo a más de un tercio de los
obreros cualificados
de la zona costera
La fabricación de máquinas-herramientas, en especial
aquellas que se
utilizan de manera específica para el trabajo con metales
(tomos, fresadoras,
taladros, mandrinadoras, prensas-plegadoras, etc...) han
adquirido un desarrollo
inusitado en el País Vasco y concretamente en los Valles
Guipuzcoanos
del Deva y del Urola. En 1939 se inician las actividades
de esta rama
industrial, aprovechando los beneficios derivados de la
política de autarquía
Desde 1960, registra un período de consolidación a tenor
de la abundancia de
mano de obra solicitada y la proximidad de centros
industriales
Actualmente, Guipúzcoa participa con un 50% en la
producción peninsular
de máquinas-herramientas, lo que le convierte en la
primera provincia del
estado español por los niveles productivos alcanzados,
seguida a distancia por
Vizcaya, que juntas suman un 20% más
Por otra parte, se trata de una actividad con un alto
índice de atomización
empresarial (73 empleados de media), factor que redunda en
perjuicio de su
desarrollo y le confiere un carácter débil y vulnerable
frente a cualquier
depresión coyuntural
Aunque ya se ha registrado alguna iniciativa de asociación
por parte de
empresas aisladas (Acme y Danobat de Elgóibar), la
producción presenta
todavía una diversificación extremada de modelos
claramente perjudiciales de
cara al mercado. Destaca como actividad de primer orden,
dentro del ramo, la
fabricación de máquinas de coser, en la que destacan dos
empresas de las
cuatro más importantes del estado español: «ALFA» de Eibar
y «ESTARTA
Y ECENARRO», de Elgóibar, que adopta la marca «Sigma»
La industria de maquinaria eléctrica vasca, sustentada
esencialmente por
patentes y capital extranjero, se centra de manera
especial en tomo a la capital
vizcaina. En este sentido, destaca la empresa «General
Eléctrica Española»,
que fabrica turbinas hidraúlicas, alternadores,
transformadores, motores
industriales, etc... «Cenemesa», «Aguirena», etc..., fuera
de la comarca del
Gran Bilbao, cabe citar a «Indar» de Beasain, principal
fabricante guipuzcoa-
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PABLO BECERRA
no de material eléctrico, «Niesen» de Rentería,
«Echeverría Hnos.», de
Vitoria, etc..
Dentro del ramo de la maquinaria eléctrica, destaca como
actividad de
peso relevante en el país la fabricación de
electrodomésticos. Presenta una
fuerte concentración, tanto empresarial como geográfico,
dando que solamente
sus empresas, que en conjunto generan 9.000 puestos de
trabajo,
suponen el 35,5% del número total de entidades productivas
y el 35,0% del
empleo a nivel estatal. Geográficamente se localizan en
Bilbao, («Fabrelec»,
«Sararduy»), aunque una de ellas posee su factoría en
Orduña, en las
comarcas del Alto y Medio Deva, centradas en Vergara y
Mondragón («Ulgor
Sociedad Cooperativa», «Maye») y en Pamplona («Orbaiceta,
S.A.», «Mepansa
»). La empresa de mayor entidad es la cooperativa «Ulgor»
que
asociada al grupo de la Caja Laboral, censa una plantilla
de 3.410 empleados
Bajo la adopción de la marca «Fagor», se ha constituido la
primera empresa
productora de electrodomésticos en el Estado Español. A
cierta distancia le
siguen «Fabrelec», resultante de la Unión de «Edesa» y «Westinghouse»
con
2.792 trabajadores, y «Orbaiceta, S.A.» con 2.250
operarios, ambas ocupando
un puesto de línea en el mercado interior del ramo
Este subsector ha alcanzado tales niveles de desarrollo en
el País Vasco
peninsular, que en 1977, se fabricaron el 60% de los
frigoríficos eléctricos,
producidos en el estado (740.000 unidades), el 40% de las
cocinas eléctricas
(455.000 unidades), el 28% de las lavadoras automáticas
(330.000 unidades),
el 25% de los calentadores eléctricos, el 18% de los
lavavajillas (18.000
unidades) etc..
La industria electrónica, en general poco desarrollada,
está escasamente
representada por varias empresas de Laburdi, única región
donde han
conseguido alcanzar cierto desarrollo. Destacan la «Sociétè
Anonyme de
Telecomunications» (S.A.T.), de Bayona, con una plantilla
de 300 trabajadores;
«Telerad», «Laboratoides», de Anglet, con 135; «Porterie-Sakes»,
de
Bidart, que con 55 empleados se dedica a la fabricación de
mandos de
distancia (Walkies-talkies); «Bertín y Cía.», de Tarmes,
especializada en la
fabricación de aparatos de precisión, etc..
En el capítulo de la industria automovilística es preciso
subrayar la
importancia económica adquirida por aquellas empresas
dedicadas a la
fabricación de bicicletas, ciclomotores y automóviles,
tanto utilitarios como
industriales. En la fabricación de bicicletas destaca el
núcleo eibarrés
representado por («G.A.C.», «Orbea», etc.) y el Vitoriano
(«Beistegui
Hnos.», etc...), que abastecen no sólo al mercado interior
sino que también
destinan una buena parte de su producción a la
exportación
La industria de las motocicletas radicada principalmente
en Guipúzcoa,
está muy vinculada a las técnicas y al capital extranjero
(moto Vespa)
Recientemente y a raíz de transformaciones en la demanda
se está favoreciendo
la producción de ciclomotores en detrimento de las
máquinas de mayor
cilindrada (Bultaco, Ossa, etc...)
Con todo, es una actividad que registra una fuerte
competencia en el
mercado exterior, a tenor de la existencia de firmas
extranjeras más
acreditadas, sobre todo alemanas, italianas y japonesas
La fabricación de automóviles tienen sus únicos exponentes
en Vitoria y
en Pamplona. En esta última ciudad, se practica esta
actividad desde 1967,
año en que la «British Motor Corporation« instaló una
planta de montaje para
la producción del «Monis». En la actualidad, ha sido
transformada en una
factoría de Seat (S.E.A.T.), especializada en el
ensamblaje de los últimos
modelos de vehículos salidos al mercado «Seat Panda». En
Vitoria destaca la
empresa «Mevosa», antes «Imosa», que con participación de
«Mercedes
Benz», «Wolswagen» y el I.N.I. se dedica a la fabricación
de furgonetas
industriales (D.K.W.). A pesar de que la representación
del sector automovilístico
es exigua, es el suficiente como para potenciar la
creación de más de
un centenar de industrias auxiliares, proveedores de
piezas (llantas, engranajes,
accesorios de todo tipo)
Finalmente, es remarcable la importancia de la industria
armera, por su
arraigada tradición en el País Vasco y por el valor que
han adquirido sus
exportaciones. Está concentrada en tomo a Eibar, en donde
se producen
armas de caza y pistola de tiro para el ejército (marca
Star), y con la empresa
«Manufactures d’Armes des Pyrénées Atlantiques», da
trabajo a 119 productores
dedicados a la fabricación de armas de caza y de defensa
personal
2. CONSTRUCCION-VIDRIO-CERAMICA
Según datos facilitados por el Instituto Nacional de
Estadística y por el
I.N.S.E.E., este sector ocupa un segundo lugar detrás del
metalúrgico, en
cuanto a mano de obra se refiere. Efectivamente, en 1975,
99.413 personas
trabajaban en actividades relacionadas con la construcción
de edificios, y la
fabricación de vidrio y cerámica, en todo el País Vasco,
cifra que suponía un
19,9% del potencial activo industrial total. A nivel
provincial, este contingente
está repartido de manera heterogénea, puesto que Vizcaya
absorbe el
44,0% del mismo, si bien, en este caso, las diferencias
con el resto de las
provincias no alcanzan la entidad adquirida en otros
sectores (metalurgía,
química, agua-gas-electricidad, etc...). Le siguen a media
distancia Guipúzcoa,
con el 22,1%; Navarra, con el 15,4%; el País Vasco
Continental, con el
9,2% y Alava, con el 9,0% Es en las provincias
continentales donde esta
actividad pasa a ocupar un primer puesto en el «ranking»
industrial en cuanto
a mano de obra ocupada (9.180 trabajadores, lo que supone
el 32,0% de
empleo industrial continental), beneficiada, no tanto por
el desarrollo de las
urbanizaciones como por la debilidad de los otros sectores
industriales
Además, se trata de una industria muy ligada a la
actividad turística de la
costa, en donde se concentran el 66,0% del número total de
establecimientos
a la reforma del habitar rural o construcción de nuevos
alojamientos en el
interior
Es un sector que presenta una extremada atomización
empresarial, lo cual
concierte a la mayoría de las entidades productoras en
poco eficientes, ya que
carecen en muchos casos de medios financieros para
mecanizarse, viéndose
obligados a emplear mucha mano de obra en su mayoría no
cualificada
Donde este fenómeno se da con mayor virulencia es en
Guipúzcoa, que con
3.584 establecimientos registra un tamaño medio por empesa
de 6,1 empleados,
seguida muy de cerca por Navarra con el 6,4% empleados.
Las mayores
empresas medias se localizan en Vizcaya (23,0 empleados) y
el País Vasco
Continental con plantillas de 40 a 50 trabajadores («Echart»,
«Bonier»,
«Durryty», «Chistian», etc...)
Salvo ciertas entidades que poseen un nivel de
capitalización y tecnificación
elevado («Huarte», «Agromán», «Dragados y Construcciones»,
«Entrecanales
y Tábora», etc...), el resto de las empresas atraviesan
ciertas
dificultades derivadas de los problemas de financiación,
puesto que normalmente
se exige grandes desembolsos de un capital que no tiene.
Esta situación
ha impuesto el recurso del apoyo estatal a través del
Banco de Crédito
Industrial, organismo que facilita el crédito del estado
para la adquisición de
maquinaria por parte de las constructoras o para la
financiación de edificios
industriales
Lógicamente; se trata de una actividad íntimamente
vinculada a las áreas
de gran expansión urbana e industrial, de donde procede la
gran parte de la
demanda. Esto explica, que las mayores concentraciones de
constructoras y
afines se registren en la comarca del Gran Bilbao (Bilbao,
con 824
establecimientos; Baracaldo, 116; Guecho, 84; Santurce
Antiguo, 48, etc...),
en las áreas metropolitanas de las capitales guipuzcoanas
y Navarra (San
Sebastián, con 943 establecimiento; Rentería, con 287;
Hernani, 156;
Pamplona, 706; Burlada, 67, etc...), en la costa labortana,
150; en el Deva
Medio (Eibar, con 129; Vergara, etc...); Irún, con 402;
Vitoria, que con 364
entidades absorbe el 75,6% del número total de los mismos
a nivel provincial;
Tudela, con 134; Durango, 72..
Dentro del sector de la construcción, podemos dedicar una
mención
especial al ramo del cemento como actividad que en estas
últimas décadas ha
adquirido un singular desarrollo. Este subsector está
representado en el País
Vasco por cuatro empresas distribuidas por otras tantas
provincias: «Cementos
Portland, S.A.», en Olazagutía (Burunda); «Cementos Rezola»,
con
instalaciones en Añorga (San Sebastián); Arrona (Cestona)
y Arrigorriaga;
«Cementos Portland de Lemona», con una planta en esta
misma localidad y
«Ciment de l’Adour», en el Boucau, que con una capacidad
de 300.000
toneladas de cemento por año se abastece de caliza en las
cercanas canteras de
Guiche (Cantón de Bidache)
Los elevados costes de transporte terrestre han influido decisivamente en
el crecimiento del mercado interior (en 1978 absorbió el 57,5% de la
producción), reservándose una mínima parte tanto para abastecer la
demanda del resto del Estado (17,8%) como para la exportación (24,7%). En
conjunto se trata de una rama industrial que posee una buena
infraestructura a juzgar
por la existencia de abundantes canteras de piedra caliza
La producción de vidrios y cerámica se reduce a unas
cuantas empresas
radicadas en los principales núcleos de población: «Faimerie
de la Cótè
Vasque» (FACOLA), en Anglet, que con 124 productores se
dedica a la
fabricación de porcelanas; «Usines de Tuilles de la Cote
Basque», en Biarritz,
que produce 130 toneladas por día de ladrillos huecos y
compartimentos;
«Porcelanas del Bidasoa«, de Irún; «Porcelanas del Norte»,
en Pamplona;
«Porcelanas del Pirineo», de Cizur, etc.
Anexo estadístico no incorporado
Mapa1: Industrias siderometalúrgicas
Mapa 2: Construcción-vidrio-cerámica
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