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PRINCIPALES SUBSECTORES INDUSTRIALES EN EL PAIS VASCO

 PABLO BECERRA

 

La expansión y el desarrollo que de modo general ha afectado a la actividad industrial a partir de la guerra civil, tiene en el País Vasco su máximo exponente a través de los sectores manufactureros,, cuya sorprendente evolución se ha debido tanto a su capacidad de adaptación a las distintas situaciones coyunturales, consecuencia de la mayor agilidad derivada de sus dimensiones y de su especialización, como a la fabricación de productos de gran demanda en el mercado

La supremacía corresponde, en cuanto a mano de obra empleada, número de empresas y producto industrial bruto, al sector metalúrgico, eje económico para todas las provincias, exceptuando el País Vasco Continental, en donde ocupa un segundo lugar detrás de las actividades industriales relacionadas con la construcción. Este mismo sector se sitúa en un segundo puesto a nivel general, aunque a bastante distancia respecto al primero

1.—SECTOR SIDEROMETALURGICO

Cubre prácticamente toda la gama de productos: desde los aceros especiales, cuya producción supone el 85% del total estatal, y tubos sin soldadura con el 100% hasta los aceros moldeados y tubos soldados, etc..

En 1979, se censaron 10.962 establecimientos dedicados a estas actividades, de las cuales, casi la mitad (5.030 empresas) se localizaban en Vizcaya y un tercio en Guipúzcoa. El resto se distribuían en orden decreciente entre Navarra con 1.704, Alava con 713 y el del País Vasco Continental

Por otra parte, es una industria que presenta altos índices de concentración espacial, destacando en este sentido la margen izquierda de la ría del Ibaizábal, principal núcleo siderúrgico del país que absorbe más de un cuarto de los establecimientos metalúrgicos, (Bilbao con 2.259 empresas, Baracaldo con 287, Basauri con 151, etc...), Vitoria, que registra el más alto índice de concentración empresarial a nivel provincial, puesto que en su término municipal se asienta el 82,1% de todas las empresas del sector, las comarcas guipuzcoanas del Deva Medio, y el Área Metropolitana de San Sebastián, polarizadas en torno a la capital con 828 entidades, Eibar con 411, Rentería con 185 y Vergara con 123, y finalmente los polígonos industriales de Pamplona y Ansoain que acogen a 488 y 132 firmas productoras respectivamente

En 1975, el sector daba empleo a 243.294 personas, cifra que suponía el 46,7% de la población activa vasca. Este contingente laboral se presenta muy desigualmente repartido, en el espacio dado que Vizcaya y Guipúzcoa absorben el 47,5% y el 29,9% respectivamente del mismo. En comparación con este índice de actividad, el resto de las provincias vascas participan con porcentajes calaramente exiguos: (Alava, con 24.414 trabajadores, sólo supone el 10,0 sobre el total; Navarra lo hace con un 8,8% y el País Vasco Continental con el 3,6%)

Dentro de las industrias metalúrgicas, es preciso reseñar el singular papel desempeñado por la siderurgia, la fabricación de máquinas-herramientas y los electrodomésticos, como ramas básicas de esta actividad

La gran tradición de la siderurgia vasca adquiere su configuración actual a partir de la década de 1960, dentro de una etapa de fuerte crecimiento donde no faltaron una amplia serie de problemas derivados del comercio exterior, de la demanda interior y sobre todo de las necesidades de renovación y modernización tecnológicas. La vocación en 1950 de «Ensidesa» por parte del Estado, había desempeñado un importante papel en la reanimación del ramo siderúrgico, hasta entonces postergado por la orientación preferente hacia las industrias manufactureras, pero la admisión de España en la O.E.C.E. puso una vez más de relieve la debilidad de este sector heredado de la política económica autárquica de postguerra. Entre las premisas del I Plan de Desarrollo Económico y Social se hallaba la necesidad de lograr, a escala nacional, una producción de aceros y de laminados acorde a la demanda interior de cada momento y con previsiones futuras. Ello llevó a la elaboración de un Plan Siderúrgico Nacional para el período 1964-1972, dentro del Régimen de Acción Concertado (R.A.C.) mediante un acuerdo entre las empresas y los ministerios competentes. La inclusión de este régimen sería de carácter voluntario para las empresas privadas y se hacía extensible no sólo a la siderurgia sino también al resto de las actividades industriales. Este Régimen de Acción Concertada fue suscrito en un principio por el Estado y 17 empresas, previéndose el fuerte déficit de acero que se iba a registrar en los años próximos. En 1965 se publicaron mediante el Decreto Oficial, los requitos técnicos y de dimensión que habían de reunir determinadas industrias para elegir una ubicación idónea. A partir de esta fecha se detecta un gran esfuerzo por parte de las empresas para incorporar a sus instalaciones todos los avances técnicos, así como la mejora de calidades y la optimización de costos, todo ello a través de medidas como la reducción del consumo de materias primas de energía, el aumento de la productividad, la racionalización de la producción. Se trataba de crear una industria siderúrgica de corte europeo, para lo cual era preciso acometer la realización de grandes inversiones que fueron llevadas a cabo a través del crédito oficial y del capital nacional y extranjero

Los resultados del «Consorcio» entre el Estado y las principales empresas siderúrgicas no se hicieron esperar, puesto que estas, dentro de la nueva legislación consiguieron cuotas de producción nunca conseguidas hasta entonces. Efectivamente, entre 1966 y 1970, el volumen de arrabio, acero y laminados producido, se multiplicó por dos y la fabricación de artículos planos lo hizo por cinco

Actualmente, siguiendo la pauta marcada por el sector general, el ramo de la siderurgia registra considerables índices de concentración espacial, polarizándose en tomo a la margen izquierda de la ría bilbaína (Altos Hornos de Vizcaya, Babcock & Wilcox, Nervacero, Tubos Reunidos, etc...), Vitoria (Forjas Alavesas, Arregui, Aranzabal, Helisod, etc...), Goierri (Patricio Echevarría, Esteban Orbegozo, Aceros y Fundiciones del Norte Pedro Orbegozo, Jose María Aristrain, etc...) y Valle del Nervión (Sociedad Anónima Echevarría, Aceros de LLodio, Tubacex —antes tubos especiales Olarra—, Tubos del Nervión, etc...)

La primera empresa siderúrgica del País Vasco es la «Sociedad de Altos Hornos de Vizcaya» planta integral que controla prácticamente una cuarta parte del mercado español. Con su entrada en la Compañía Americana U.S

Steel, efectuada en 1964, a raíz de la adquisición del 25% de sus acciones se hizo posible una renovación profunda de sus instalaciones, lo cual le permitió colocarse a la cabeza de la siderurgia peninsular. Posee plantas productoras en Sestao-Baracaldo y Ansio. La primera, que data de 1902, constituye hoy una moderna fábrica dotada con trenes blooming. La de Ansio, que está constituida por un tren semicontinuo de bandas en caliente. Además, la Sociedad controla cierto número de empresas (Agruminsa, S.A., Hulleras de Turón, Sociedad Bilbaína de Maderas y Alquitranes, etc...) y participa en la gestión de otras tantas (Sefanitro, Bidones y Envases, S.A., General Química, Metalquímica del Nervión, etc...)

Constituida en 1918 y renovada en 1960, «La Babcock & Wilcox», establecida en Galindo, ha pasado de dedicarse a la producción de tubos y derivados a la fabricación de aceros especiales y generales, laminados, etc..

La Sociedad Anónima Echevarría contaba hasta hace pocos años con dos fábricas situadas en Recalde y Santa Bárbara, habiendo iniciado sus actividades en el último tercio del siglo pasado. La planta de Recalde consta de instalaciones siderúrgicas para la producción y transformación básica de aceros. La planta de Santa agueda tiene batería de cocke, dos altos hornos y talleres de fundición trefilería y laminación en frío

Estas tres empresas junto con otras de menor envergadura confieren a la provincia de Vizcaya el carácter de provincia siderúrgica por antonomasia, ocupando el segundo puesto en «Ranking» estatal del ramo, superada sólo por Asturias

En Guipúzcoa, destacan como representativas de esta actividad seis empresas, cuatro de ellas no integrales (Esteban Orbegozo, José María Aristrain, Unión Cerrajera y Vitorio Luzuriaga, S.A.) y dos orientadas a la producción de aceros especiales (Acerías y Forjas de Azcoitia y Acerías y fundiciones del Norte Pedro Orbegozo)

La empresa «Esteban Orbegozo» constituida en 1944 posee instalaciones en Zumárraga y Lezo y se dedica a la fabricación de perfiles, tubos soldados, trefilería, etc. Su vinculación al Régimen de Acción Concertada redundó a partir de 1965 en beneficio de los niveles de producción, logrando alcanzar las 280.000 toneladas anuales

La planta de «José María Aristrain» establecida en Olaberría desde 1956, está especializada en la fabricación de perfiles comerciales y sobre todo de chapa magnética para la industria eléctrica, artículo este último en cuya producción ocupa el primer puesto a nivel estatal. Su entrada en la Acción Concertada permitió incrementar las cuotas productivas de 70.000 toneladas de acero en 1964 a 260.000 toneladas en 1972

La «Unión Cerrajera», creada en 1906, cuenta con una factoría en Mondragón, dedicada a la transformación de acero fundamentalmente cerrajería, y otra en Vergara orientada a la producción siderúrgica. Su participación en el «consorcio» con el Estado, le produjo unos efectos similares a los de las empresas anteriores alcanzando una producción anual de 130.000 toneladas de acero

La empresa «Vitoria Luzurriaga, S.A.» constituida en su forma actual en 1952, cuenta con varias factorías: la de Usurbil, destinada a la producción de aceros modelados y laminados y dotada de una sección de calderería y construcción metálica, la de Pasajes Antxo y Tafalla, que disponen de hornos para la fundición del hierro y talleres mecánicos, y la de Rentería dedicada al tratamiento de producciones especiales

Respecto a las factorías orientadas a la elaboración de aceros especiales, destacaremos la sociedad «Acerías y Forjas de Azcoitia» creada en 1939, y que, dentro del marco legislativo anteriormente mencionado, produjo en 1972 unas 80.000 toneladas de acero y la factoría «Aceros y Fundiciones del Norte Pedro Orbegozo», fundada en Hernani en 1953, con el fin provisional de dedicarse a la producción del hierro; tras varias ampliaciones llevadas a cabo hasta 1965, su entrada en la R. A.C. permitió un sorprendente aumento de su capacidad productiva (32.700 toneladas de acero y 535 empleados en 1964 frente a 208.100 y 1.329 en 1972 respectivamente), especializándose en la fabricación de aceros especiales, de calidad, laminados, forjas, etc..

La siderurgia alavesa está representada fundamentalmente por tres grandes empresas dos de ellas establecidas en el valle del Nervión (Aceros de LLodio y Tubacex) y la tercera en Vitoria (Forjas Alavesas). Esta última, creda a finales de 1957, se dedica a la fabricación de aceros especiales en una amplia gama de aceros laminados y forjados, sin olvidar los perfiles para carpintería metálica en los que se basó la empresa en sus comienzos. Al acogerse al R. A. C. en 1965, su desarrollo aceleró de tal manera que en 1972 registró una producción seis veces mayor a la de 1964, al mismo tiempo que doblaba el número de trabajadores empleados (de 686 a 1.542 operarios)

La empresa «Aceros de Llodio», ubicada en esta misma localidad, y configurada como Sociedad Anónima en 1940, pasa a ser una de las mayores empresas del Valle del Nervión, dedicándose a la producción de acero, laminados, flejes, etc. Intimamente, relacionada con esta entidad, surge en 1968 Tubacex, anteriormente denominada «Tubos Especiales Olarra», que fabrica tubos por extrusión y tubería de acero por soldadura, empleando a unos 1.200 trabajadores. En Navarra, la única instalación de importancia «Laminaciones de Lesaca, S.A.» con factorías en la villa homónima de Vera de Bidasoa y con asesoramiento tecnológico y capitalista de origen japonés

A diferencia de la industria siderúrgica de otras regiones peninsulares (Valencia, Asturias, etc.) en donde el estado es el principal accionista, la actividad en el País Vasco, está prácticamente controlada por la propiedad privada desempeñada tanto por grupos de bancos (Altos Hornos de Vizcaya, Babcock & Wilcox, Sociedad Anónima Echeverría, Tubos Reunidos, etc...) como por particulares vinculados a las grandes familias industriales (Victorio Luzuriaga, Pedro Orbegozo, Esteban Orbegozo, Arregui, Aranzábal, etc...) En suma se trata de una rama industrial que tradicionalmente se ha constituido en acicate para el desarrollo del sector secundario en general, aunque en la actualidad y a raiz de la grave crisis económica que estamos padeciendo, materializada en una urgente reestructuración a fin de atenuar los hasta ahora índices negativos de rentabilidad y de paliar los considerables porcentajes de paro obrero

Con todo, no es la siderurgia la actividad más representativa del sector metalúrgico vasco, puesto que en términos de mano de obra empleada y de producto industrial bruto es ampliamente superada por la rama de transformados metálicos, en particular los astilleros, la construcción ferroviaria y aeronáutica, las máquinas-herramientas, los electrodomésticos, las máquinas eléctricas y electrónicas, la fabricación de vehículos rodados de todo tipo y las armas de fuego. En efecto, el 83,4% de la mano de obra empleada en el sector metalúrgico trabaja en entidades productivas relacionadas con los transformados metálicos. Esta población activa se reparte entre numerosas empresas, en su mayor parte de pequeño tamaño, diseminados especialmente por la margen izquierda de la ría bilbaína, valle del Ibaizábal, Alto y Medio Deva, Area Metropolitana de San Sebastián, Aglomeración de Bayona, Vitoria y Pamplona

Respecto a los astilleros cabe decir que los de Vizcaya son los más importantes del norte peninsular. Casi en su mayor parte se localizan en tomo a la vía del Ibaizábal, lo que les supone graves problemas de congestión, comprometiendo incluso su desarrollo, puesto que en palabras de J. A

Acedo, «el futuro de los actuales astilleros vizcaínos no ofrece perspectivas notables de ampliación de sus instalaciones, ya que prácticamente todos se hallan encajonados entre otras industrias, cuando no rodeadas del núcleo urbano». Quizá la construcción del «superpuerto» bilbaíno venga a atenuar la problemática del sector, ya que los astilleros de la ría tienen graves dificultades en las botaduras y cada uno de ellos constituye el mayor buque que puede botar

A partir de 1970, se asiste a un proceso de concentración empresarial por fusión de cierto número de astilleros vascos (Euskalduna, Sociedad Española de Construcción Naval, etc...) con sociedades españolas, dando lugar a la empresa «Astilleros Españoles, S.A.», (A.E.S.A.) con instalaciones en Bilbao y Sestao y cuyo capital social está controlado en un 50% por el I.N.I

Junto a esta gran sociedad constructora, trabajan también otras empresas como los «Astilleros Tomás Ruiz de Velasco», «Ardeay», «Astilleros del Cadagua», «Astilleros y Talleres Celaya», etc..., durante 1973, año en que culmina el período de consolidación y madurez de la industria naval, los astilleros vizcaínos construyeron 56 buques, producción que supuso el 28,4% del total nacional con 341.368 T.R.B

No obstante, a partir de este mismo año, paralelamente al comienzo de la disminuida crisis energética, la actividad de la construcción naval ha sufrido un fuerte colapso, cuyas consecuencias, ponen en grave riesgo la estructura económica de la provincia, a no ser que se aplique una profunda remodelación en todos sus aspectos. Además de este importante núcleo industrial, existen instalaciones navales en Zumaya (Astilleros Balenciaga), Guernica (Astilleros de Murueta, S.A.), Pasajes (Astilleros Luzuriaga), San Juan de Luz y Bayona, todos ellos, de escasa capacidad productiva y sin entidad económica importante

La fabricación de material ferroviario, está protagonizada en esencia por un escaso número de empresas que alternan esta actividad con la de la construcción naval. Tal es el caso de la «Compañía Euskalduna», «Babckoc & Wilcox» y los «Astilleros Españoles, S.A.», dedicadas también a la producción de locomotora y material ferroviario en general

Fuera de este núcleo, cabe reseñar la «Compañía Auxiliar de Ferrocarriles » (C.A.F.) de Beasain, proveedora de la R.E.N.F.E., los «Talleres de Amurrio», en el pueblo homónimo, las «Fonderies et Ateliers» de Mouserolles, radicada en bayona, que con 490 operarios trabaja para la «Sociétè National de Chemin de Fer» (S.N.C.F.) y los «Atelier Metalurgiques d’ Anglet»

La industria aeronáutica posee excepcional importancia en Laburdi, a tenor de la mano de obra empleada (absorbe el 38,0% de la población activa metalúrgica del País Vasco Continental) y por la connotación que tiene de empresa punta. Se encuentra concentrada en tomo a dos empresas «Avions Marcel Dassault-Breguet Aviation» en Anglet y «Turbomeca» en Tarmos (Landes), generando 3.364 puestos de trabajo (1979)

La primera se estableció en Anglet en 1936, respondiendo a una iniciativa del Ministerio de la Guerra Francés para alejar de la frontera alemana las empresas aeronáuticas demasiado vulnerables. Actualmente es la entidad productora más grande del País Vasco Continental con 1.884 empleados, repartidos entre sus dos unidades de Hardoy y del Aeródromo de Pruebas. Se dedica a la fabricación de aviones militares franceses de varios modelos (Jaguar, Mirage, Falcon, Alphajet, etc...)

Turbomeca, instalada en 1965 en terrenos de la comuna landesa de Tarnos, próxima a Bayona, para paliar los excedentes de empleo derivados del cierre en 1964 de «Forjas del Adour», se constituye la segunda empresa por mano de obra empleada en el País Vasco Continental, registrando una plantilla de 1.470 trabajadores (1979). Fabrica motores y turbinas para ferrocarriles, industrias y aviones tanto civiles como militares (helicópteros, montaje de turboreactores, y turbopropulsores, etc...) Ambas empresas absorben el 12% del empleo industrial de todo el País Vasco Continental y dan trabajo a más de un tercio de los obreros cualificados de la zona costera

La fabricación de máquinas-herramientas, en especial aquellas que se utilizan de manera específica para el trabajo con metales (tomos, fresadoras, taladros, mandrinadoras, prensas-plegadoras, etc...) han adquirido un desarrollo inusitado en el País Vasco y concretamente en los Valles Guipuzcoanos del Deva y del Urola. En 1939 se inician las actividades de esta rama industrial, aprovechando los beneficios derivados de la política de autarquía

Desde 1960, registra un período de consolidación a tenor de la abundancia de mano de obra solicitada y la proximidad de centros industriales

Actualmente, Guipúzcoa participa con un 50% en la producción peninsular de máquinas-herramientas, lo que le convierte en la primera provincia del estado español por los niveles productivos alcanzados, seguida a distancia por Vizcaya, que juntas suman un 20% más

Por otra parte, se trata de una actividad con un alto índice de atomización empresarial (73 empleados de media), factor que redunda en perjuicio de su desarrollo y le confiere un carácter débil y vulnerable frente a cualquier depresión coyuntural

Aunque ya se ha registrado alguna iniciativa de asociación por parte de empresas aisladas (Acme y Danobat de Elgóibar), la producción presenta todavía una diversificación extremada de modelos claramente perjudiciales de cara al mercado. Destaca como actividad de primer orden, dentro del ramo, la fabricación de máquinas de coser, en la que destacan dos empresas de las cuatro más importantes del estado español: «ALFA» de Eibar y «ESTARTA Y ECENARRO», de Elgóibar, que adopta la marca «Sigma»

La industria de maquinaria eléctrica vasca, sustentada esencialmente por patentes y capital extranjero, se centra de manera especial en tomo a la capital vizcaina. En este sentido, destaca la empresa «General Eléctrica Española», que fabrica turbinas hidraúlicas, alternadores, transformadores, motores industriales, etc... «Cenemesa», «Aguirena», etc..., fuera de la comarca del Gran Bilbao, cabe citar a «Indar» de Beasain, principal fabricante guipuzcoa- 295 PABLO BECERRA no de material eléctrico, «Niesen» de Rentería, «Echeverría Hnos.», de Vitoria, etc..

Dentro del ramo de la maquinaria eléctrica, destaca como actividad de peso relevante en el país la fabricación de electrodomésticos. Presenta una fuerte concentración, tanto empresarial como geográfico, dando que solamente sus empresas, que en conjunto generan 9.000 puestos de trabajo, suponen el 35,5% del número total de entidades productivas y el 35,0% del empleo a nivel estatal. Geográficamente se localizan en Bilbao, («Fabrelec», «Sararduy»), aunque una de ellas posee su factoría en Orduña, en las comarcas del Alto y Medio Deva, centradas en Vergara y Mondragón («Ulgor Sociedad Cooperativa», «Maye») y en Pamplona («Orbaiceta, S.A.», «Mepansa »). La empresa de mayor entidad es la cooperativa «Ulgor» que asociada al grupo de la Caja Laboral, censa una plantilla de 3.410 empleados

Bajo la adopción de la marca «Fagor», se ha constituido la primera empresa productora de electrodomésticos en el Estado Español. A cierta distancia le siguen «Fabrelec», resultante de la Unión de «Edesa» y «Westinghouse» con 2.792 trabajadores, y «Orbaiceta, S.A.» con 2.250 operarios, ambas ocupando un puesto de línea en el mercado interior del ramo

Este subsector ha alcanzado tales niveles de desarrollo en el País Vasco peninsular, que en 1977, se fabricaron el 60% de los frigoríficos eléctricos, producidos en el estado (740.000 unidades), el 40% de las cocinas eléctricas (455.000 unidades), el 28% de las lavadoras automáticas (330.000 unidades), el 25% de los calentadores eléctricos, el 18% de los lavavajillas (18.000 unidades) etc..

La industria electrónica, en general poco desarrollada, está escasamente representada por varias empresas de Laburdi, única región donde han conseguido alcanzar cierto desarrollo. Destacan la «Sociétè Anonyme de Telecomunications» (S.A.T.), de Bayona, con una plantilla de 300 trabajadores; «Telerad», «Laboratoides», de Anglet, con 135; «Porterie-Sakes», de Bidart, que con 55 empleados se dedica a la fabricación de mandos de distancia (Walkies-talkies); «Bertín y Cía.», de Tarmes, especializada en la fabricación de aparatos de precisión, etc..

En el capítulo de la industria automovilística es preciso subrayar la importancia económica adquirida por aquellas empresas dedicadas a la fabricación de bicicletas, ciclomotores y automóviles, tanto utilitarios como industriales. En la fabricación de bicicletas destaca el núcleo eibarrés representado por («G.A.C.», «Orbea», etc.) y el Vitoriano («Beistegui Hnos.», etc...), que abastecen no sólo al mercado interior sino que también destinan una buena parte de su producción a la exportación

La industria de las motocicletas radicada principalmente en Guipúzcoa, está muy vinculada a las técnicas y al capital extranjero (moto Vespa)

Recientemente y a raíz de transformaciones en la demanda se está favoreciendo la producción de ciclomotores en detrimento de las máquinas de mayor cilindrada (Bultaco, Ossa, etc...)

Con todo, es una actividad que registra una fuerte competencia en el mercado exterior, a tenor de la existencia de firmas extranjeras más acreditadas, sobre todo alemanas, italianas y japonesas

La fabricación de automóviles tienen sus únicos exponentes en Vitoria y en Pamplona. En esta última ciudad, se practica esta actividad desde 1967, año en que la «British Motor Corporation« instaló una planta de montaje para la producción del «Monis». En la actualidad, ha sido transformada en una factoría de Seat (S.E.A.T.), especializada en el ensamblaje de los últimos modelos de vehículos salidos al mercado «Seat Panda». En Vitoria destaca la empresa «Mevosa», antes «Imosa», que con participación de «Mercedes Benz», «Wolswagen» y el I.N.I. se dedica a la fabricación de furgonetas industriales (D.K.W.). A pesar de que la representación del sector automovilístico es exigua, es el suficiente como para potenciar la creación de más de un centenar de industrias auxiliares, proveedores de piezas (llantas, engranajes, accesorios de todo tipo)

Finalmente, es remarcable la importancia de la industria armera, por su arraigada tradición en el País Vasco y por el valor que han adquirido sus exportaciones. Está concentrada en tomo a Eibar, en donde se producen armas de caza y pistola de tiro para el ejército (marca Star), y con la empresa «Manufactures d’Armes des Pyrénées Atlantiques», da trabajo a 119 productores dedicados a la fabricación de armas de caza y de defensa personal

2. CONSTRUCCION-VIDRIO-CERAMICA

Según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística y por el I.N.S.E.E., este sector ocupa un segundo lugar detrás del metalúrgico, en cuanto a mano de obra se refiere. Efectivamente, en 1975, 99.413 personas trabajaban en actividades relacionadas con la construcción de edificios, y la fabricación de vidrio y cerámica, en todo el País Vasco, cifra que suponía un 19,9% del potencial activo industrial total. A nivel provincial, este contingente está repartido de manera heterogénea, puesto que Vizcaya absorbe el 44,0% del mismo, si bien, en este caso, las diferencias con el resto de las provincias no alcanzan la entidad adquirida en otros sectores (metalurgía, química, agua-gas-electricidad, etc...). Le siguen a media distancia Guipúzcoa, con el 22,1%; Navarra, con el 15,4%; el País Vasco Continental, con el 9,2% y Alava, con el 9,0% Es en las provincias continentales donde esta actividad pasa a ocupar un primer puesto en el «ranking» industrial en cuanto a mano de obra ocupada (9.180 trabajadores, lo que supone el 32,0% de empleo industrial continental), beneficiada, no tanto por el desarrollo de las urbanizaciones como por la debilidad de los otros sectores industriales

Además, se trata de una industria muy ligada a la actividad turística de la costa, en donde se concentran el 66,0% del número total de establecimientos a la reforma del habitar rural o construcción de nuevos alojamientos en el interior

Es un sector que presenta una extremada atomización empresarial, lo cual concierte a la mayoría de las entidades productoras en poco eficientes, ya que carecen en muchos casos de medios financieros para mecanizarse, viéndose obligados a emplear mucha mano de obra en su mayoría no cualificada

Donde este fenómeno se da con mayor virulencia es en Guipúzcoa, que con 3.584 establecimientos registra un tamaño medio por empesa de 6,1 empleados, seguida muy de cerca por Navarra con el 6,4% empleados. Las mayores empresas medias se localizan en Vizcaya (23,0 empleados) y el País Vasco Continental con plantillas de 40 a 50 trabajadores («Echart», «Bonier», «Durryty», «Chistian», etc...)

Salvo ciertas entidades que poseen un nivel de capitalización y tecnificación elevado («Huarte», «Agromán», «Dragados y Construcciones», «Entrecanales y Tábora», etc...), el resto de las empresas atraviesan ciertas dificultades derivadas de los problemas de financiación, puesto que normalmente se exige grandes desembolsos de un capital que no tiene. Esta situación ha impuesto el recurso del apoyo estatal a través del Banco de Crédito Industrial, organismo que facilita el crédito del estado para la adquisición de maquinaria por parte de las constructoras o para la financiación de edificios industriales

Lógicamente; se trata de una actividad íntimamente vinculada a las áreas de gran expansión urbana e industrial, de donde procede la gran parte de la demanda. Esto explica, que las mayores concentraciones de constructoras y afines se registren en la comarca del Gran Bilbao (Bilbao, con 824 establecimientos; Baracaldo, 116; Guecho, 84; Santurce Antiguo, 48, etc...), en las áreas metropolitanas de las capitales guipuzcoanas y Navarra (San Sebastián, con 943 establecimiento; Rentería, con 287; Hernani, 156; Pamplona, 706; Burlada, 67, etc...), en la costa labortana, 150; en el Deva Medio (Eibar, con 129; Vergara, etc...); Irún, con 402; Vitoria, que con 364 entidades absorbe el 75,6% del número total de los mismos a nivel provincial; Tudela, con 134; Durango, 72..

Dentro del sector de la construcción, podemos dedicar una mención especial al ramo del cemento como actividad que en estas últimas décadas ha adquirido un singular desarrollo. Este subsector está representado en el País Vasco por cuatro empresas distribuidas por otras tantas provincias: «Cementos Portland, S.A.», en Olazagutía (Burunda); «Cementos Rezola», con instalaciones en Añorga (San Sebastián); Arrona (Cestona) y Arrigorriaga; «Cementos Portland de Lemona», con una planta en esta misma localidad y «Ciment de l’Adour», en el Boucau, que con una capacidad de 300.000 toneladas de cemento por año se abastece de caliza en las cercanas canteras de Guiche (Cantón de Bidache)

Los elevados costes de transporte terrestre han influido decisivamente en el crecimiento del mercado interior (en 1978 absorbió el 57,5% de la producción), reservándose una mínima parte tanto para abastecer la demanda del resto del Estado (17,8%) como para la exportación (24,7%). En conjunto se trata de una rama industrial que posee una buena infraestructura a juzgar por la existencia de abundantes canteras de piedra caliza

La producción de vidrios y cerámica se reduce a unas cuantas empresas radicadas en los principales núcleos de población: «Faimerie de la Cótè Vasque» (FACOLA), en Anglet, que con 124 productores se dedica a la fabricación de porcelanas; «Usines de Tuilles de la Cote Basque», en Biarritz, que produce 130 toneladas por día de ladrillos huecos y compartimentos; «Porcelanas del Bidasoa«, de Irún; «Porcelanas del Norte», en Pamplona; «Porcelanas del Pirineo», de Cizur, etc.

Anexo estadístico no incorporado

Mapa1: Industrias siderometalúrgicas

Mapa 2: Construcción-vidrio-cerámica

 


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