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AURKIBIDEA - INDICE

0 AURKEZPENA

1 ADARRA

2 AIAKO HARRIA

3 AIETE PARKEA

4 AIXOLA, PRESA DE

5 ALKIZA

6 ALTZANIA, BEUNDA...

7 ALZO

8 AÑARBE-URDABURU

9 ARALAR

10 ARANTZAZU

11 ARDITURRI

12 ARTIKUTZA

13 ATAUN

14 BEIZAMA-NUARBE

15 BERASTEGI

16 BIDANIA

17 CRISTINA ENEA

18 ERNIO

19 FARO DE LA PLATA

20 GORLA

21 GUADALUPE

22 IZARRAITZ

23 JAIZKIBEL

24 LANDARBASO

25 LARRAITZ

26 LARRAUL

27 LASTUR

28 LAU-HAIZETA

29 LEINTZ GATZAGA

30 LEIZARAN

31 LISTORRETA

32 MALBAZAR

33 MENDIZORROTZ

34 MIRAMAR PARKEA

35 MIRANDAOLA

36 MONTERRON PARKEA

37 OIANGU

38 OIANLEKU

39 OLATZ

40 ORENDAIN

41 PAGOETA

42 SAN ANTON

43 SAN MARCIAL (IRUN)

44 SANTA CLARA (ISLA)

45 SANTA ENGRACIA

46 SANTIAGOMENDI

47 SEGURA

48 TXINGUDI

49 ULÍA

50 URGULL

51 URKULU

52 ZUMAIA-DEBA

 

Babeslea:

Gipuzkoako Foru Aldundia

 

 

17 PARQUE DE CRISTINA-ENEA

Parque de Cristina enea. Palacio del Duque de Mandas

Palacio del Duque de Mandas, rehabilitado en 2005

Denominación:

Parque de Cristina-Enea

Dependencia:

Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián.

Accesos:

Paseo del Duque de Mandas. Existe un acceso secundario por el camino de Mundaiz y otro en pasarela sobre las vías del tren con el paseo del Urumea.

Horario:

Cierra por la noche

Servicios:

Centro de Recursos Medioambientales  (incluye biblioteca especializada). Circuito deportivo con aparatos, parque infantil.

Elementos notables:

Árboles singulares (sequoyas, cipreses, ginko, etc.), palacio, pavos reales, estanque con anátidas, etc.

Prohibiciones:

Las usuales en parques urbanos.

Bibliografía:

Cristina-enea / Juan Antonio Sáez García, María Dolores San Millán Vergé, Miguel Ibáñez Artica, Javier Gómez Piñeiro. – San Sebastián : Ayuntamiento, 1995. – 56 p + 1 plano. – Ediciones en euskara y español.

La entrada principal del parque se abre al antiguo Paseo de San Francisco, hoy denominado del Duque de Mandas. El cambio de nombre de la vía pública no se realizó al azar, ya que el paseo, partiendo del lugar donde se alzaron el convento de San Francisco y la Misericordia (actual colegio público Zuhaisti) lleva al paseante hasta la puerta principal de la que antaño fuera residencia donostiarra del Duque, coronada hoy por el escudo de la ciudad y convertida por expreso deseo de su antiguo morador en parque público

Fermín de Lasala y Collado (1832-1917), duque consorte de Mandas y de Villanueva, nace en Donostia-San Sebastián en el seno de una familia acomodada. Su padre, D. Fermín de Lasala y Urbieta (1798-1853), fue alcalde de la ciudad, diputado foral, presidente de la Diputación (1844) y diputado a Cortes entre 1846 y 1853, además de secretario honorario del Rey (1847) y consiliario del Banco Español de San Fernando (1848-1849). No es de extrañar que la vida social y los contactos políticos de su padre le permitiesen entablar relación con las personas más relevantes del País, participando muy joven en la vida pública. Fue también un hombre de elevada cultura, versado especialmente en Historia, que ejerció como político y activo hombre de negocios.

El Duque de Mandas murió en Madrid el día 17 de diciembre de 1917, recibiendo tierra en su ciudad natal, en la que había construido una "casa de campo" rodeada por un gran jardín a la que bautizó con el nombre de Cristinaenea, en memoria de su mujer, Cristina Brunetti de los Cobos, Duquesa de Mandas y de Villanueva y Condesa de Balalcazar.

Este matrimonio no tuvo descendencia, razón por la que en su testamento el Duque instituyó a la Provincia de Guipúzcoa, representada en su Diputación, como único y universal heredero, dejando instrucciones precisas sobre la administración de su legado.

Algunas iglesias donostiarras también recibieron generosas donaciones, gracias a las que se construyeron, por ejemplo, la torre de la Iglesia de San Ignacio, en el barrio de Gros; los ventanales de la de San Vicente, en la Parte Vieja y el Gran Órgano de la hoy catedral del Buen Pastor.

A su ciudad, representada por su Ayuntamiento, legó, entre otros bienes, la finca de Cristina-enea. El legado fue aceptado por el Ayuntamiento de San Sebastián en sesión de 27 de marzo de 1918.

Cristina-Enea comenzó a ser una realidad en la segunda mitad del siglo XIX. Es un momento importante para la ciudad, pues es ahora cuando el férreo cinturón de murallas -militarmente inoperantes- es demolido, participando D. Fermín activamente en el movimiento ciudadano que gestionó los permisos necesarios para acometer tal empresa. La ciudad, una vez liberada de las murallas, se extenderá rápidamente por los terrenos arenosos ocupados en parte por las fortificaciones, pasando su población de 15.000 habitantes en 1860 a 79.000 en 1930. Por estas fechas llega también el ferrocarril a Donostia-San Sebastián, disponiendo sus instalaciones muy cerca de lo que será su residencia donostiarra.

Ya en el siglo XVIII se asentaba en la parte de la colina más alejada de la ciudad la finca de Mundaiz, propiedad de la familia Olazábal, dotada de un Palacio y de jardines; el resto de la loma estaba ocupada por una serie de caseríos y huertas que D. Fermín comenzó a comprar a partir de 1863 con la intención de construir su casa y un gran jardín. Entre estas fincas se encontraban nombres como Micaelene, Chicoene, Manuene, Manuelenea, Egañategui, Toledochiqui, Leriñene y Torres; también adquirió terrenos a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.

Cuando el parque fue entregado a la ciudad contaba con una extensión de 78.979 m2, de los que 993 m2 correspondían a superficie edificada -el palacio, capilla, cocinas, portería y dos casas más-. Los últimos terrenos en ser agregados al parque fueron una pequeña parcela de 734 m2, sobre la que están enclavadas la capilla y las antiguas cocinas; esta parcela fue reclamada como suya por la baronesa de Lisingen y comprada por el Ayuntamiento en 1929. En el año 1982 una parcela mucho mayor (15.300 m2), segregada de la casería "Mundaiz" y situada igualmente en la parte trasera del palacio, fue comprada por el Ayuntamiento a una sociedad que pretendía construir un centro escolar en la finca.

Parque de Cristina enea. Cedro del Libano

Cedro del Líbano

El parque cuenta actualmente con una superficie de 94.960 m2, de los que 16.660 corresponden a viales, 1.300 m2 a edificios o ruinas y 780 m2 al estanque.

La distribución originaria del palacio, que data de 1890, fue obra de José de Osinalde. Consta de planta baja y dos pisos, el último parcialmente abuhardillado. La planta baja acogía la zona noble del palacio. Por la entrada principal del mismo, siempre vigilada por el busto que el Duque tiene dedicado justo enfrente de la misma, se accedía a un vestíbulo del que partía una gran escalera de madera que servía de acceso a los pisos superiores. A la izquierda del mismo se abría una puerta que permitía la entrada al gran salón -donde antaño colgaban los retratos del Duque (Londres, 1905) y de la Duquesa (Madrid, Vicente Palmaroli, 1879)- comunicado mediante puertas con un salón denominado "mediano" y otro "pequeño". Por la puerta situada a la derecha del vestíbulo se accedía al comedor y a la biblioteca. La primera planta albergaba diversas y muy espaciosas habitaciones, servicios, despacho, oratorio, etc. La última planta sirvió de residencia al personal encargado de la custodia del edificio.

Durante algunos años el palacio fue utilizado como residencia por el Nuncio de su Santidad en sus visitas a San Sebastián. En  el año 2005 sufrió una importante rehabilitación. El jardín fue diseñado por Pierre Ducasse.

El Duque dispuso en su testamento una serie de condiciones relacionadas con Cristina-enea; unas destinadas a que el usufructo de la finca permaneciera durante algún tiempo en manos de su familia y otras que restringían su uso futuro.

La primera beneficiaria del usufructo de la casa de campo sería -en homenaje a la duquesa-, su cuñada Inés Brunetti. A su fallecimiento, Cristina-enea pasaría a ser usufructuada por su hermano político José Brunetti, duque de Arcos y su mujer Virginia Lowery y, por último, muertos éstos, por su sobrina Berenguela Collado y del Alcázar, marquesa del Riscal y de la Laguna, a cuyo fallecimiento debía cesar el usufructo, convirtiéndose en propietario con pleno dominio el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, con la condición que éste cumpliera con una serie de estipulaciones.

En 1925, muerta Inés Brunetti, el resto de los usufructuarios contemplados en el testamento del Duque -a los que se obligaba a residir varios meses en Cristinaenea- manifestaron su voluntad de ceder sus derechos sobre la finca al Ayuntamiento, que aceptó gustosamente tal cesión, firmándose la misma el día 6 de julio de 1926.

Las condiciones a que se comprometía el Ayuntamiento al aceptar el legado de Cristina-Enea fueron: conservar el nombre de Cristinaenea, sirviendo exclusivamente como paseo, prohibiéndose "