EL SISTEMA URBANO
DE EUSKAL HERRIA
Dr. Fco. JAVIER GÓMEZ PIÑEIRO
1. NOCION DE SISTEMA
Partiendo de la Teoría General de Sistemas, formulada por
Bertalanffy
(1956) se ha demostrado, a lo largo de estos años, que el
concepto de sistema es
altamente fructífero y prometedor para el extenso campo de
las ciencias sociales, y
por supuesto en el de la Geografía.
El sistema se define como un conjunto de objetos más las
relaciones entre
esos objetos y entre los atributos de los objetos.
En nuestro caso, los objetos son las ciudades; los
atributos de la ciudad son
su tamaño, población, forma, tipo de funciones y
actividades que realizan. Las relaciones
son la posición de las ciudades en el espacio; el número
de ciudades de
cada tamaño que hay en el sistema; las complementariedades
funcionales; las interacciones
y flujos; y la jerarquía y grados de dependencia entre las
ciudades del
sistema.
Para cuantificar las relaciones entre ciudades, o, lo que
es lo mismo, la
estructura del sistema urbano, se utilizan diversos
indicadores: índice rango-tamaño
(que cuantifica la distribución por tamaños); índice de
Clark-Evans (que
cuantifica la distribución espacial) e índice de Nelson
(que cuantifica la distribución
funcional del sistema).
El entorno de un sistema es el conjunto de objetos que al
cambiar sus atributos
afectan al sistema, y también aquellos objetos cuyos
atributos son cambiados
por el comportamiento del sistema. Cualquier sistema se
puede dividir en subsistemas.
En los sistemas podemos encontrar una jerarquía de
subsistemas.
Desde la década de los cincuenta, los geógrafos han
aportado numerosas innovaciones
conceptuales y metodológicas en la teoría del desarrollo
económico,
introduciendo la variable de espacio en los modelos de
desarrollo.
La estructura espacial no se considera sólo como una
variable dependiente
del proceso de desarrollo, sino como variable causal en la
relación dialéctica.
Aplicando los modelos de la teoría de la difusión, el
desarrollo económico se
analiza bajo nuevas perspectivas, al apreciarse la
influencia decisiva que tiene en él
la configuración espacial. Los economistas incorporan a
sus análisis del desarrollo
espacial estos modelos de los geógrafos.
Los fenómenos que ocurren en el espacio y en el tiempo,
son el objeto de la
teoría de la difusión, y para ello se elaboran modelos de
desarrollo dinámicos y espaciales.
Las ciudades son nudos que organizan el espacio a
distintos niveles. Los procesos
de desarrollo y la forma del sistema de ciudades son
interdependientes,
siendo la causa de su interdependencia el hecho de que el
sistema de ciudades actúa
como canal difusor del desarrollo, según la escala de que
se trate. El sistema
urbano es un elemento causal del desarrollo y no su mera
consecuencia.
En los análisis geográficos de los sistemas urbanos, nos
interesa considerar
todo tipo de relaciones entre los asentamientos humanos.
Hemos de considerar todos
los fenómenos que tienen, a una mayor o menor escala, una
repercusión espacial,
es decir, una manifestación sobre el espacio geográfico
concreto.
Con sus trabajos, los geógrafos han puesto de manifiesto
la insuficiencia de
los modelos puramente económicos. Nosotros tenemos en
cuenta todos los valores
y elementos que configuran la vida de la ciudad, hablamos
de sus funciones, establecemos
una jerarquía urbana que nos definirá la estructura
interna del sistema, y
utilizamos la noción de centralidad, entendiendo por ella
la capacidad de atracción
que tiene un núcleo urbano dentro de una región. En
estudios empíricos la centralidad
se mide valorando la concentración de funciones de cada
ciudad con respecto
a la totalidad del sistema urbano. En la mayoría de los
sistemas urbanos, la
ciudad con mayor centralidad ocupa una función excéntrica
respecto a su región, y
no una posición «central» como pudiera deducirse de ese
término.
2. EL SISTEMA URBANO VASCO
Si consideramos la totalidad de Euskal Herria, debido a la
frontera internacional,
veremos como todo el territorio no se encuentra integrado
en un único sistema.
Pero, pese a esta condicionante, las relaciones entre
ambos lados de la frontera
son muy intensas, especialmente entre las Areas
Metropolitanas o Comarcas
de San Sebastián y Bayonne.
En el caso del País Vasco Continental (Laburdi, Benabarra,
y Zuberoa), encontramos
dos áreas de influencia: la de Bayonne, y la de la ciudad
bearnesa de
Pau.
En el País Vasco Peninsular, las ciudades de Vizcaya y
Guipúzcoa ejercen
su influencia en sectores de La Rioja, Santander, Burgos,
Alava, y Navarra. De
ahí que Ferrer y Precedo, hablan en sus trabajos del
«sistema urbano vasco-periferia
».
Las regiones urbanas de Vizcaya y Guipúzcoa, en el período
de máximo desarrollo
(1910-1970) ejercían un papel de difusión («spread») sobre
su periferia
regional, así como un efecto regresivo y degradante («backwash»)
sobre sus entornos
más próximos despoblando las áreas rurales y dando lugar a
fuertes desequilibrios,
que ya han sido analizados en los capítulos anteriores,
para el caso de la Comarca
de San Sebastián.
Aparte de los trabajos de Ferrer y Precedo, recordamos
aquí los llevados a
cabo por Saenz de Buruaga, y los de Perpiña Grau. Este
último nos habla de la
dasicora vasca (Vizcaya y Guipúzcoa), como áreas de alta
densidad urbano-industrial,
de la aerocora próxima (Alava, Santander, Oviedo), y de
una zona «alejada
» integrada por Navarra, Logroño y Burgos, desde el punto
de vista funcional
y no físico.
Otra aportación reciente es la teoría centro-periferia de
Friedmann, que no
parece que pueda aplicarse con claridad al caso de Euskal
Herria, ya que la densidad
de poblamiento y las ligazones industriales entre los
distintos núcleos, especialmente
en el caso de la industria del hierro, existían antes del
proceso de urbanización
e industrialización modernos, no sólo de Euskal Herria,
sino también del
Estado Español. Baste recordar el caso de las ferrerías,
la industria armera del valle
del Deva, y la minería de las Encartaciones, como muy
ligadas a la historia
económica vasca desde tiempos muy lejanos.
Entre la crisis de las ferrerías y la llegada de una nueva
siderurgia, se produce
un paréntesis en cuyo final, las relaciones
urbano-industriales, de Guipúzcoa
y Vizcaya, reproducen aproximadamente el mismo esquema
espacial anterior: la
metalúrgica básica de localizarse en el Valle del Nervión,
y la metalurgia de transformación
seguirá en el Valle del Deva y en el Goiherri guipuzcoano.
La aparición de subcentros y la articulación de los mismos
en el sistema urbano
de Euskal Herria no presenta en Vizcaya y Guipúzcoa las
características señaladas
por Friedmann.
La teoría centro-periferia tiene sentido aquí, si
consideramos a Vizcaya y
Guipúzcoa como regiones nodales a partir de las cuales se
difundan las innovaciones
tecnológicas hacia la periferia. Así, gran parte de la
industria localizada en los
diversos polígonos industriales vitorianos, tiene su
origen en el Valle del Deva.
No entramos en otras consideraciones y teorías sobre el
sistema urbano de
otros puntos de Euskal-Herria, al escapar de los límites
que nos hemos impuesto
en el presente trabajo.
Pero sí podemos recordar que en Euskal-Herria, la
urbanización es un proceso
tardío con respecto a otras regiones europeas. El proceso
de fundación de las
villas vascas se remonta tan sólo a la Baja Edad Media,
dentro de la política repobladora
y planificadora de las distintas comarcas, con finalidades
defensivas, económicas,
comerciales, políticas, etc...
Pese a los conflictos entre los habitantes de las villas y
los de la «tierra
llana», pronto los primeros ejercerán el control político
del territorio. La aparición
de estas villas condicionó las formas urbanas de la actual
Euskal Herria, siendo la
base del proceso de urbanización que irrumpirá claramente
a mediados del siglo
XIX. Es en este momento cuando los núcleos urbanos
tradicionales del interior,
como Vitoria y Pamplona, quedarán descolgados del fuerte
proceso urbano industrial,
al que se incorporarán en la década de los sesenta en el
presente siglo,
Va a ser, dentro de Euskal Herria, en la zona de mayor
densidad de pobla-
271
FCO. JAVIER GOMEZ PIÑEIRO
miento donde van a surgir las ciudades a la larga más
importantes, con mayor
número de funciones urbanas y con una mayor actividad
fabril.
La existencia de pequeñas villas fabriles, y la dispersión
de la población rural
en pequeñas aldeas y caseríos, son el germen de una
urbanización con unas intensas
relaciones entre sí.
Podemos resumir los dos condicionantes históricos de la
formación del sistema
urbano vasco : la fundación de villas medievales, y el
impacto de la industrialización
en las provincias costeras.
La incidencia de la industria moderna en el sistema urbano
vasco llevó como
consecuencia un cambio notable en la distribución
rango-tamaño en toda la estructura
urbana. El cambio fue especialmente significativo en las
regiones costeras, en
el período 1857-1900, con la primacía de Bilbao.
En la actualidad, encontramos en el sistema urbano vasco
una estructura demográfico-
espacial con una primacía de poco resalte, encabezada por
Bilbao y a la
que siguen las Comarcas o Areas Metropolitanas de San
Sebastián, Pamplona, Vitoria
y Bayona. Se trata de una distribución muy próxima a la de
la regla rangotamaño
con tendencia a una distribución de tipo binario,
ternario, etc..., en su evolución
temporal, conforme las capitales que ocupan los puestos
2.º, 3.º, 4.º y 5.º
en la jerarquía urbana, pueden ir adquiriendo tamaños
semejantes.
A pesar de que la jerarquía urbana de Euskal-Herria, ha
parecido óptima a
muchos especialistas, las estructuras urbanas
subregionales no presentan estas características.
En Vizcaya, Guipúzcoa, y Laburdi, los núcleos urbanos
tienden a unirse definitivamente,
apareciendo en ocasiones como algo continuo careciendo de
sentido
las divisiones administrativas municipales, que no se
corresponden con la realidad
de las distintas unidades urbanas formadas. Cualquier
criterio que se utilice para
delimitar los límites de un Area Metropolitana es
sumamente elástico, debiendo
recurrirse a los flujos diarios del trabajo, el reparto de
las funciones del sector cuaternario
en el área próxima a la Ciudad Central, etc.
Desde los comienzos de la industrialización hasta la
década de los 70, la tendencia
ha sido hacia una mayor jerarquización. Desde 1970 se
ralentiza el proceso,
y el crecimiento de las ciudades de la vertiente atlántica
ha sido menor del
esperado.
En la actual jerarquía urbana del sistema urbano vasco hay
distintos niveles:
en el primero se encuentra el Area Metropolitana de
Bilbao; en el segundo las de
San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Bayona; en el tercero
encontramos núcleos
como Eibar, Irún, Bermeo, Durango, Alsasua, Tudela,
Tafalla, Tolosa, etc.; en el
cuarto nivel se integran Elgoibar, Zarauz, Azpeitia,
Azcoitia, Llodio, Amurrio,
Balmaseda, Salvatierra, etc.; y así sucesivamente se irían
integrando pequeños
núcleos que giran en torno a los centros anteriores.
Si comparamos el sistema urbano vasco con los modelos de
Christaller y de
Lösch, vemos que presenta mayores semejanzas con el de
Losch.
Lösch parte, al igual que Christaller, de un espacio
isotrópico en el que sitúa
los lugares centrales, con sus respectivas áreas de
influencias hexagonales, pero
hace coincidir en un único punto, en una ciudad, todos los
tipos de bienes y servicios,
y sobre este punto hace girar, superpuestos, los distintos
tramos de áreas de
influencia correspondiente a cada tipo de lugar central,
hasta lograr que todos los
bienes y servicios se concentren en el menor número
posible de puntos, de ciudades.
El esquema resultante fue el de unos sectores que,
partiendo de la primera
ciudad concentraban mayor número de bienes y servicios,
mientras que los sectores
que alternaban con estos concentraban muy pocos. Lösch,
llamó a este esquema
de «ciudades ricas y ciudades pobres», y los niveles de
jerarquía ya no eran
un número fijo, como en el sistema de Chistaller, sino
toda la combinación posible
de bienes y servicios.
Si la jerarquía de Christaller era sucesivamente
inclusiva, esto es, la ciudad
del nivel 1 de la jerarquía debía incluir todos los bienes
y servicios de las del nivel
2, 3,... 7, y la del nivel 3, a todas las del 4, 5, 6, 7,
esto no ocurre con el sistema
de Lösch, en el que la jerarquía se establece por el
diferente grado de concentración
de bienes y servicios.
Aun advirtiendo las mayores semejanzas del modelo de Lösch
con el sistema
urbano vasco, creemos que es un intento inútil el querer
encontrar regularidades
geométricas en un espacio geográfico concreto. Sin
embargo, las ideas de área de
influencia, áreas de mercado, jerarquía urbana, y grado de
centralidad son útiles, y
pueden obtenerse índices que nos muestren de forma
operativa estos conceptos, y
establecer comparaciones entre los sistemas urbanos, al
tiempo que llegamos a una
comprensión mejor de los mismos, de su estructura, de sus
mecanismos de formación
y evolución.
Volviendo al caso concreto del sistema urbano vasco, gran
parte de los
núcleos urbanos quedan bajo la influencia de las
capitales, pero hay otros, situados
más en la periferia, caso de la zona meridional de Alava y
La Ribera de Navarra,
especialmente, que escapan del espacio vasco, pasando a
depender de Miranda de
Ebro y Logroño.
Si tenemos en cuenta las ligazones entre las capitales,
vemos como los actuales
ejes de comunicación unen estrechamente a Bilbao, San
Sebastián y Bayona.
En un segundo nivel se encuentran las relaciones entre
Bilbao y Vitoria, por un
lado, y las de San Sebastián y Pamplona, por otro, más
dificultosas en este segundo
caso, al no existir la autopista que se da en el primero.
En un tercer nivel, dentro del sistema urbano vasco,
tenemos los importantes
flujos que se producen entre el Valle Medio del Deva,
(Eibar-Elgoibar, principalmente)
con el valle del Ibaizabal (Durango-Elorrio); y entre el
Alto Deva
(Mondragón-Oñate) con la capital alavesa.
Hay también flujos importantes entre la zona noroeste de
Navarra (Lesaca,
Vera, etc.) y las comarcas de San Sebastián y el Bajo
Bidasoa (Irún-Fuenterrabía).
Alsasua, en La Burunda, establece relaciones con el Alto
Urola y Goiherri.
La jerarquía urbana de las ciudades vascas es difícil de
establecer. Bilbao
mantiene su primacía demográfica y funcional, pero
predomina a las otras dos capitales.
Su importancia hay que situarla más en un nivel del Estado
Español,
donde tiene el tercer puesto de la jerarquía estatal.
Dentro del actual marco autonómico, la tendencia es a una
mayor descentralización
de las funciones terciarias y cuaternarias. La
administración vasca tiene su
capitalidad en Vitoria, lo que sin duda contribuirá a
potenciar especialmente el
sector cuaternario de esta ciudad.
El actual empeño de seguir manteniendo el papel industrial
de Bilbao, el
proyecto del Superpuerto, la ampliación de Sondica en
competencia con Foronda
(aeropuerto de la capital alavesa) nos habla del mal
endémico del pueblo vasco, el
provincianismo, y presenta un incierto futuro no sólo para
la capital vizcaína, sino
para toda la política racional de ordenación del
territorio vasco. Al quedar fuera
Navarra de la Comunidad Autónoma, Pamplona asumirá un
mayor papel en el territorio
de su provincia, y muy posiblemente, dadas las tirantes
relaciones existentes
entre las dos administraciones, se dificulte el necesario
entendimiento para la
ordenación del territorio y el análisis global de la
realidad de Euskal Herria.
Como conclusión tenemos un Sistema Urbano
que presenta el siguiente
esquema
:
Sistema Urbano Vasco :
1) Subsistema litoral
2) Subsistema interior
En el Subsisterna litoral,
encontramos a Vizcaya,
Guipúzcoa y Laburdi. En
Vizcaya destaca la fuerte concentración del Area del Gran
Bilbao. En Laburdi,
sobresale el papel concentrador y succionador de Bayona y
su área próxima, que
extiende su dinamismo a lo largo del Laburdi-litoral y de
la costa de las Landas.
Conviene tener presente que Bayona-Anglet-Biarrit, reúnen
el 70% de los habitantes
del sector litoral laburdino, el 55% de Laburdi, y el 45%
de la población del
País Vasco Continental.
En este subsistema litoral, destaca el caso guipuzcoano
con su dispersión en
una serie de núcleos de población, pequeños y medianos a
la cabeza de los cuales
está la Comarca de San Sebastián. Así, Guipúzcoa queda
como engarce entre las
áreas de fuerte concentración del litoral laburdino y de
Bilbao.
En el Subsistema interior,
encontramos los tramos de
Alava, Navarra, Benabarra
y Zuberoa.
A diferencia de lo que ocurría en el Subsistema Litoral
aquí la fuerte concentración
sólo se da en el caso de Vitoria, mientras que en Navarra,
si bien
Pamplona presenta índices claros de aumento y
concentración demográfica, funcionales
y de servicios, existe una red urbana de centros
intermedios, que pueden
ejercer un papel compensador, igual que en Guipúzcoa, si
se cuida este extremo en
una política racional de ordenación del territorio.
En Benabarra y Zuberoa, predomina la dispersión en
pequeños núcleos, al
igual que en las tierras de Laburdi-interior, dentro de
una tendencia general de
despoblamiento de estos territorios que envían su
población a las zonas litorales o
a otros puntos del Estado francés.
Considerando la realidad que presentan los dos
subsistemas, podemos hablar
de la formación de una serie de ejes, a través de los
cuales se desarrollan una serie
de flujos que unen los núcleos de población, con su
correspondiente jerarquía,
dando lugar a la formación de redes y áreas urbanas.
En primer lugar, tenemos un eje longitudinal
formado por Vizcaya,
Guipúzcoa,
y Laburdi-litoral. Existen además tres ejes transversales
que inciden en el
primero: Vizcaya-Alava; Guipúzcoa-Navarra; y Laburdi
litoral-Laburdi interior-
Benabarra-Zuberoa.
En el futuro se podrá hablar de otros ejes, como los de
Alava-Navarra; Navarra-
Benabarra-Lapurdi-Zuberoa, y aquellos que se puedan
establecer con otros
territorios próximos : Landas, Béarne, Rioja, Santander,
Burgos.
Nos encontramos ante un sistema urbano dinámico, en
continuo proceso de
cambio, de desarrollo de relaciones, flujos,
interdependencias, etc..., en el que participa
activamente la Región Urbana de Guipúzcoa, y dentro de
ella, San Sebastián
y su Area Periférica, que en el estudio intracomarcal e
intrametropolitano que
hemos llevado a cabo, en nuestra tesis doctoral se ajusta
bastante fielmente al modelo
rango-tamaño, con las deficiencias señaladas para los
casos de Lasarte, Rentería,
Pasajes y Hernani, especialmente.
3. ANALISIS ESPACIAL DIFERENCIAL
En este apartado vamos a indicar las distintas unidades
que diferenciamos,
desde un punto de vista espacial, en los distintos
territorios de Euskal Herria, al
margen de las relaciones que se establecen entre los
mismos, dentro de cada territorio,
y entre los distintos elementos del sistema urbano, al que
antes nos hemos
referido.
En
Guipúzcoa, nos
encontramos con una jerarquía urbana al frente de la cual
está San Sebastián y su área periférica. Esta última está
integrada por los municipios
de Pasajes, Rentería, Lezo, Oyarzun, Hernani, Usúrbil y
Urnieta, que forman
una conurbación con la capital.
En los siguientes niveles de la jerarquía encontramos una
serie de áreas en las
que predominan las formas de poblamiento urbano, con
intercalaciones de áreas
rurales y mixtas, que se presentan de forma puntual
siguiendo los ejes transversales
de los valles de los ríos guipuzcoanos, y las que se
localizan siguiendo el litoral.
Si bien desde el punto de vista espacial la estructura urbana se puede
considerar equilibrada, no hay que olvidar que el pequeño tamaño de la
provincia y su abrupto relieve hacen que la escasez de suelo apto para
edificaciones de todo tipo sea uno de sus mayores problemas. Por otra
parte, hay que tener en cuenta que la
mayoría de los terrenos presentan fuertes pendientes. Si
aplicamos el criterio internacional
que considera como no aprovechables terrenos con pendiente
superior al
10%, vemos como el terreno disponible queda reducido a la
decimoctava parte del
total provincial.
Además de esta dificultad hay que tener en cuenta la
desigual, irregular y en
ocasiones anárquica estructura interna de la mayor parte
de los núcleos urbanos,
en los que el crecimiento se ha desarrollado en medio de
la especulación, del incumplimiento
de la legislación, con una falta de planificación, que ha
dado lugar a
una fuerte congestión y a la mezcla de residencias y
establecimientos industriales,
con los lógicos perjuicios para ambos.
Como otros rasgos de la estructura urbana guipuzcoana
podemos señalar: la
formación de microconurbaciones (Azpeitia-Azcoitia;
Andoain-Villabona; Zumárraga-
Urretxu; Mondragón-Arechavaleta; Beasain-Ordizia-Lazkao-Olaberria;
Irún-Fuenterrabía); y las conurbaciones lineales, formadas
por las localidades que
se extienden de forma continuada siguiendo los valles de
los ríos Deva, Oria y
Urola.
En
Vizcaya podemos
distinguir el Gran Bilbao y los distintos valles.
En el Gran Bilbao el profesor M. Ferrer, que ha sido el
geógrafo que ha realizado
estudios más amplios y completos sobre esta unidad y en
general sobre el
sistema urbano vasco, con la colaboración de A. Precedo,
diferencia el Bilbao
Central, el área submetropolitana y el área suburbana.
Otro geógrafo, García Merino, utiliza los términos del
área suburbana y
área periurbana, en lugar de los dos últimos términos que
utiliza M. Ferrer.
En los valles podemos distinguir: 1) Las Encartaciones (Balmaseda,
Aranguren,
Sodupe, Zalla, etc.); 2) La Costa (Guernika, Markina y
Mungía); 3) Altos
Valles del Nervión (Orduña y Otxandiano); y 4) Valles
Medios del Nervión
y del Ibaizabal (Durango, Lemona, Elorrio y Amorebieta).
Estas áreas presentan en general una densidad pequeña con
una variada
gama de actividades. Ofrecen excelentes perspectivas para
la descongestión del
Gran Bilbao, siempre y cuando se les dedique una mayor
atención y se lleve a
cabo una correcta planificación de la ocupación y
utilización de su territorio.
En
Alava podemos
distinguir tres conjuntos: el Valle del Alto Nervión alavés;
el área de Vitoria; y los núcleos y ejes secundarios.
El Valle del Alto Nervión alavés tiene como núcleos
fundamentales a Llodio
y Amurrio. Este área recibe el impulso del Gran Bilbao,
siendo su desarrollo consecuencia
de la expansión bilbaina, y ocupando el segundo y tercer
lugar, respectivamente,
en la escala demográfica alavesa.
El área de Vitoria comienza su desarrollo a partir de
1957, como consecuencia
de la expansión del Valle del Deva guipuzcoano y de la
llegada de capitales
vizcainos y guipuzcoanos. Su crecimiento se ha realizado a
expensas de La Llanada,
ejerciendo en ella; y en la mayor parte de la provincia,
un efecto succionador
y depresivo concentrando en la capital el 74% de la
población provincial.
Los núcleos y ejes secundarios inician su desarrollo a
partir de 1968-1970,
con la implantación de una serie de polígonos
industriales, impulsados desde la
Diputación Foral, al objeto de descongestionar el área de
Vitoria y contribuir a
una mejor ordenación del territorio alavés. En este
sentido están Oyón, Salvatierra-
Araya-Alegría, Santa Cruz de Campezo, Villarreal, Iruña de
Oca y Zambrana.
Es de desear que se continue con esta política de
descongestión urbano-industrial.
En
Navarra tenemos a
Pamplona y su área metropolitana (Villava, Huarte,
Egües, Burlada, Ansoain, Cizur, Galar, Elorz, Aranguren,
Olz, etc.), y una serie
de núcleos de población, de distintos niveles y jerarquía,
que se reparten entre los
conjuntos comarcales navarros de los Valles Cantábricos,
Valles Meridionales,
Barranca-Burunda, Valles Pirenaicos Centrales, Valles
Pirenaicos Orientales,
Cuenca de Pamplona, Cuenca de Aoiz-Lumbier, Navarra Media
Occidental, Navarra
Media Oriental, Ribera Estellesa y Ribera Tudelana.
Según A. Precedo (1976) sólo la Ribera Tudelana, la
Navarra Media
Oriental, la Navarra Media Occidental y la Montaña tienen,
desde el punto de
vista de la estructura de la red urbana, un dispositivo
urbano-espacial adecuado
para organizar espacios funcionales. El mismo autor señala
que la red urbana posee
un grado de jerarquización adecuado, si bien habrá que
corregir la tendencia a
la concentración en Pamplona y su área metropolitana,
potenciando el desarrollo
de los núcleos de tamaño medio de población: Tafalla,
Estella, Tudela, Vera de
Bidasoa, Lodosa, Marcilla, Santesteban, Alsasua-Olaz-Urdain,
Echarri-Aranaz,
Atallo-Betelu, Sangüesa y Elizondo.
En el País Vasco Continental,
dejando aparte términos
de clasificación como
los de: regiones económicas, departamentos, distritos,
circunscripciones, cantones
y unidades urbanas, podemos distinguir: el Laburdi litoral
y las tierras del interior.
En el Laburdi litoral destaca la primacía de Bayona que
ejerce efectos positivos
en el litoral y negativos y succionadores con respecto a
las tierras del interior,
forma un área conurbada con Biarritz y Anglet. La
conurbación se continua en el
litoral de Laburdi hasta la costa guipuzcoana y penetra en
la costa de las Landas.
Como conjuntos urbanos en el Laburdi litoral podemos
diferenciar los de:
Bayona-Anglet-Biarritz, San Juan de Luz-Ciboure, Hendaya-Behobia
y el de Bidart-
Guéthary. En líneas precedentes de este capítulo ya nos
hemos referido a la
fuerte concentración de población y de actividades
secundarias y terciarias que se
registra en este sector y que da lugar a un fuerte
desequilibrio espacial.
Por otra parte hay que señalar también que si bien la
densidad del Laburdi
litoral, en 1975, era de 552,37 hab/km2,
existen numerosas áreas que superan
ampliamente dicha cifra : Biarritz (2.366,6 hab/km2),
Bayona (1.675 hab/km2),
Hendaya ( 1.191 hab/km2),
etc. que establecen áreas de concentración urbana discontinuas,
lo que unido a la presencia de áreas rurales intercaladas,
debilita el significado
de la conurbación y la continuidad de las formas urbanas,
ocultando desequilibrios
y congestiones que se dan en el conjunto urbano cuyo nudo
principal es
Bayona.
Las tierras interiores se inician con el «postpais» del
Laburdi litoral que está
formado por los cantones de Ustaritz, Espelette y
Hasparren. Parte del territorio
de estos cantones se relaciona directamente con el Laburdi
litoral, mientras que el
resto forma parte del interior, en el que también se
encuentra el cantón de Bidache
antiguo señorío de los Gramont, y en el que varias comunas
son de Benabarra.
Las tierras del Laburdi interior se enmarcan en un paisaje
de colinas que se
extiende por la Benabarra septentrional a través de los
cantones de: Labastide-
Clairence, Iholdy, Saint Palais y por la Zuberoa
septentrional que corresponde al
cantón de Mauleón-Licharre.
Además de estas tierras interiores con un paisaje de
colinas, tenemos un sector
montañoso que se localiza en las tierras meridionales de
Benabarra y Zuberoa,
comprendiendo los cantones de Baïgorry, San Juan Pie de
Puerto y Tardets-Sorholus,
los dos primeros en Benabarra y el último en Zuberoa.
En general todas estas tierras interiores registran
pérdidas de población, encontrándose
en una etapa de depresión que exigirá fuertes esfuerzos y
decididas
iniciativas para corregir el desequilibrio actual
existente.
En la jerarquía urbana de las tierras del interior
destacan en Laburdi: Hasparren,
Cambo-les-Bains, Ustaritz (capital histórica de Laburdi) y
Espelette; en
Benabarra: Saint Palais, Baïgorry, San Juan Pie de Puerto
y Bidache; y en Zuberoa
destaca Mauleón-Licharre. De todos estos núcleos la
primacía industrial la tienen
Hasparren, Mauleón y Saint Palais; si bien a mucha
distancia de los centros
industriales del Laburdi litoral.
4. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL SISTEMA Y LAS
AREAS URBANAS
Como ya hemos indicado en otro momento, el sistema urbano
vasco con los
subsistemas en que se divide, no está aislado sino que
mantiene estrechos contactos
con otros sistemas y áreas provinciales próximas.
Así por ejemplo hay que tener presente las relaciones que
se establecen a través
de flujos económicos y sociales con las áreas de
Santander, Burgos, Logroño,
Valle del Ebro, Las Landas y el Bearne. El resultado se
refleja en numerosas interdependencias
funcionales, que son más numerosas y evidentes cada día.
Al objeto de completar la información sobre las
características del sistema
urbano y el análisis espacial diferencial del apartado
anterior, vamos a detenernos
en algunos aspectos funcionales y en los principales ejes
de comunicación que sirven
para el discurrir de los diversos flujos.
En la franja litoral, los tres núcleos principales:
Bilbao, San Sebastián y
Bayona, organizan un complejo mundo de actividades
industriales, financieras,
comerciales y de servicios.
En
Bilbao se localiza
el 85% del empleo provincial, en San Sebastián el 45%
y en Bayona y su área próxima el 80%.
En el área del Gran Bilbao, nos encontramos con un importante
sector de industrias
básicas, entre las que destacan la metalúrgica y la
química, otros sectores
industriales como el del papel y el de la construcción, y
una amplia gama de servicios
financieros, comerciales, de asesoramiento a empresas, de
transportes, servicios
personales y actividades de esparcimiento.
Todas estas funciones dan lugar a un complejo sistema de
relaciones entre
ellas, en el que las economías de escala juegan un papel
importante. De esta forma,
gran parte de las actividades tienen su principal mercado
en la propia aglomeración
bilbaina. Unas empresas abastecen a otras y todas se
benefician de la red de
transportes y comunicaciones, de la infraestructura y
disponibilidad de una mano
de obra cualificada. Por ello, a veces se olvidan los
graves problemas de congestión
y saturación que tiene este área.
San Sebastián y su área periférica están a la cabeza de una
estructura urbana
bien jerarquizada, en la que se distribuyen diversas
funciones industriales, comerciales,
de servicios y esparcimiento. Lógicamente los principales
equipamientos
terciarios se concentran en San Sebastián y su periferia,
a la que siguen localidades
como Irún, Tolosa, Vergara, Zarauz, Eibar, Beasain,
Mondragón, Zumárraga,
Azpeitia y Villabona, por este orden.
En la capital donostiarra destacan las funciones
financieras, de seguros, servicios
personales, comerciales y de transportes, distribuyéndose
por los centros de
la periferia (Hernani, Pasajes, Renteria, Lezo, Oyarzun,
Urnieta y Usurbil) actividades
portuarias, industriales y pequeños sectores comerciales.
En cuanto al Laburdi litoral,
nos encontramos que
distintas unidades urbanas
han formado una aglomeración urbana, a lo largo de unos 50
km, que enlaza
con el litoral guipuzcoano, y que sobre una superficie de
unos 275 km2 se localiza
el 75% de la población del País Vasco Continental y el 85%
de la de Laburdi.
Sólo en el conjunto formado por Bayona-Anglet-Biarritz,
llamado distrito
B.A.B., ya vimos que viven el 70% de los habitantes de la
franja litoral, el 55% de
los de Laburdi y el 45% de los del País Vasco Continental.
En medio de un paisaje maravilloso, se suceden áreas
urbanas continuas,
áreas mixtas y sectores rurales. Sin embargo existe una
continuidad de funciones y
actividades bajo el papel rector de Bayona.
La realidad de este área urbana ha sido reconocida a
efectos económicos, urbanísticos
y estadísticos con la denominación de la llamada ZPIU (Zane
de Peuplement
Industrial ou Urbain), que se extiende por el Laburdi
litoral y un sector
de la costa de las Landas, fuera ya del País Vasco
Continental.
En esta ZPIU tenemos los ocho cantones del Laburdi
litoral, los de Ustaritz
y Villefranque y once comunas del Departamento de Las
Landas. Abarca un territorio
de 60s km2,
aproximadamente, la mitad del cual, así como el 85% de su población,
corresponden a Laburdi.
El desarrollo urbano y económico de Bayona y su área es
debido a la facilidad
de las comunicaciones, la actividad comercial e
industrial, al papel desempeñado por el puerto de Bayona, la proximidad de la frontera
internacional y al fenómeno
turístico.
El fenómeno turístico, que tuvo su punto de partida en
Biarritz supuso un
cambio en los modos de vida y en las estructuras urbanas
de los núcleos de población
que ahora son, en su mayoría, netamente urbanos.
En la estructura urbana del Laburdi litoral hay que
diferenciar un sector
Norte encabezado por el conjunto Bayona-Anglet-Biarritz,
que enlaza con el área
de Hossegor-Capbretón, en las Landas, y un sector Sur en
el que aparecen distintas
unidades como San Juan de Luz-Ciboure, que es la
principal, Hendaya-Behobia,
Bidart-Guethary, que se relacionan estrechamente con el
área del Bidasoa,
Oyartzun y Urumea, en la que encontramos las conurbaciones
de Irún-Fuenterrabia
y la que forma San Sebastián y su área periférica.
Especialmente en Bayona-Anglet y Biarritz hemos asistido,
en los últimos
veinte años, a un crecimiento de los empleos en el sector
industrial y terciario. Los
flujos diarios de trabajo entre las distintas localidades
son muy importantes, dirigiéndose
la mayoría hacia el distrito B.A.B., San Juan de Luz y
Hendaya, predominando
en los demás núcleos de población el carácter residencial.
Como señala P. Laborde (1975), « las comunas de la región
se han urbanizado
progresivamente a partir de núcleos antiguos o recientes».
Aunque el crecimiento
de las diferentes localidades, proporcionalmente, ha sido
mayor que el de
Bayona, ésta ha mantenido su papel director en numerosas
funciones y servicios.
Las principales áreas industriales se localizan en Bayona,
San Juan de Luz y
Hendaya, destacando las actividades portuarias en torno al
Adour y al Nivelle.
Los trabajadores proceden no sólo de las localidades del
Laburdi litoral sino también
de las tierras interiores, del Departamento de las Landas
y de la otra orilla
del Bidasoa.
Para la comprensión del desarrollo y de las relaciones que
establece este sector
del subsistema marítimo vasco, además de lo anteriormente
expuesto con respecto
a las Landas, al litoral guipuzcoano y al resto del País
Vasco Continental,
hay que tener presente las que se dirigen hacia el eje
Tarbes-Toulouse. Bayona y
Pau tienen unos lazos estrechos debido a la actividad
industrial y portuaria y a los
yacimientos de gas de Laq.
Los principales ejes de comunicaciones por los que se
desarrollan los intensos
flujos, de toda índole, en el subsistema marítimo que
tiene como centros las áreas
de Bilbao, San Sebastián y Bayona, se organizan en torno a
la carretera y ferrocarril
Madrid-Irún, que enlazan con los que atravesando el
Laburdi litoral siguen
hasta París. Destaca la autopista Bilbao-Bayona. Son
también importantes la carretera
y el ferrocarril que, siguiendo el Valle del Nervión, van
a Miranda y que
comunican a Bilbao con Madrid, la Rioja y Zaragoza. La
autopista Bilbao-Miranda
enlaza con esta red de comunicaciones, y cerca de Miranda
se producirán
los enlaces con la carretera de Madrid a Irún por Vitoria,
la cual enlazará en Malzaga
con la autopista de Bilbao-Behobia-Bayona.
Quedan por señalar el ferrocarril y carretera que recorren
las costas de Guipúzcoa
y Vizcaya dirigiéndose hacia tierras de Santander. Las
numerosas carreteras
interiores guipuzcoanas y vizcaínas, y las que partiendo
de Bayona comunican
el Laburdi litoral con las tierras del interior del País
Vasco Continental, de Navarra,
como la carretera que va de Bayona a Pamplona por los
Aldudes, y al resto
del Estado francés. Pequeñas líneas de ferrocarril
complementan a estas carreteras,
destacando el papel de Hendaya como importante nudo
ferroviario.
Finalmente hemos de considerar el papel desempeñado por el
super puerto
de Bilbao, los puertos de Pasajes y Bayona, y los
aeropuertos de Sondica, Fuenterrabía
y Biarritz-Parma.
En el subsistema interior
sobresalen Vitoria y
Pamplona, que como ya vimos
en líneas precedentes, encabezan ‘áreas provinciales de
características contrastadas,
al registrarse una fuerte concentración en la primera
frente a una mayor dispersión
en la segunda, si bien esta ultima también ejerce una
clara primacía sobre la red urbana
provincial.
Vitoria registra un crecimiento
espectacular a partir de 1957 ofreciendo una
serie de ventajas locacionales entre las que señalamos la
disponibilidad de terrenos
a costes mínimos, equipamientos infraestructurales, vías
de comunicación, vida socio-
cultural, etc., a las que se unen los incentivos fiscales.
Con todo ello, acude el
capital principalmente guipuzcoano y vizcaíno, se
desarrollan los centros fabriles y
van llegando una gran cantidad de trabajadores. Se vincula
así el crecimiento urbano
con la teoría de la localización industrial (J. Ollora,
1976) estimándose que
la capacidad de la ciudad para la atracción de capitales,
transformables en inversiones
creadoras de empleo, es la causa principal del crecimiento
urbano.
Como consecuencia de todo esto, todas las comarcas
alavesas pierden población,
a excepción de La Llanada, entendiéndose aquí
fundamentalmente Vitoria, y
la Cuenca Cantábrica, cuyos centros principales, Llodio y
Amurrio, se relacionan
estrechamente con el área del Gran Bilbao. En este área
del Valle del Alto Nervión
alavés tenemos la segunda gran área urbana de Alava.
Mientras se produce todo este proceso, Vitoria pasa de ser
una ciudad comercial
y de servicios a un importante centro financiero,
comercial e industrial. La
ciudad se ve rodeada por un importante cinturón de
polígonos industriales: Gamarra,
Betoño, Larregana, Olarizu, Ali-Gobeo y Jundiz.
A partir de 1968-1970, asistimos al desarrollo de lo que
anteriormente hemos
llamado núcleos y ejes secundarios, que obedecen a una
política de descongestión
del área de Vitoria y a una mejor ordenación del
territorio alavés. Son los casos
de: Oyón, Salvatierra, Araya-Alegría, Santa Cruz de
Campezo, Villarreal,
Iruña de Oca y Zambrana.
Todo este espacio geográfico alavés, en el que destaca la
macrocefalia de Vitoria,
se estructura en torno a grandes ejes de comunicación,
carretera y ferrocarril,
como la línea Madrid-Irún, Bilbao-Miranda de Ebro,
carreteras de Vitoria a Bilbao
por Barazar, la que va a Bilbao por Munguia, la de Vitoria
al Valle del Deva
guipuzcoano por el puerto de Arlabán, la de Vitoria a
Estella, la que atraviesa el
Sur de la provincia yendo de Miranda a Logroño, con un
ramal hacia Haro y la
autopista Bilbao Vitoria.
A todo esto hay que añadir la reciente inauguración del
aeropuerto de Foronda,
con capacidad para todo tipo de vuelos, y los proyectos de
mejoras en la
red arterial ferroviaria, que permitan enlaces rápidos
entre las cuatro capitales del
País Vasco Peninsular, las estaciones terminales de los
T.I.R. (transportes internacionales
regulados) y los T.I.F. (transportes internacionales por
ferrocarril) en el
polígono de Júndiz, entrando en funcionamiento una aduana
interior que descongestionará
la de Irún.. Con todo esto, Vitoria pasará a desempeñar un
importante
papel en el contexto regional vasco y en el sector
Nororiental de la Península.
Por lo que respecta a Navarra, Pamplona
está al frente de una red
urbana
más equilibrada y armónica que la de los casos anteriores
habiéndole afectado en
mucha menor medida el anárquico proceso urbano-industrial
de Euskal Herria.
El proceso urbano-industrial tiene su arranque en los años
cincuenta, con
gran participación de capital guipuzcoano, sobresaliendo
las industrias de la
construcción, metalurgia y transporte, basadas en materias
primas como las potasas
y las magnesitas, que poco a poco se fueron intensificando
y diversificando.
A partir del Programa de Promoción Industrial ( 1964) se
crean una serie de
polígonos industriales : Pamplona, Vera de Bidasoa,
Tafalla, Lodosa, Tudela,
Santesteban, Marcilla, Alsasua-Olaz-Urdain, Atallo-Betelu
y Echarri Aranaz.
La creación de estos polígonos responde al intento de
lograr una polarización
comarcal, al tiempo que contribuían de una manera notable
a la formación de
una red urbana («La red urbana de Navarra,,, Precedo,
1976). Este desarrollo de
la red urbana de Navarra facilitaba la descongestión de
áreas de Guipúzcoa y del
Gran Bilbao.
La estructura de la red urbana navarra se relaciona
directamente con las formas
de poblamiento de los distintos conjuntos comarcales (Floristán,
1975). En la
Navarra Húmeda del Noroeste, en los Valles aparecen
pequeños pueblos y caseríos
dispersos. En la Barranca-Burunda, los núcleos de
población son de tipo medio.
En los Valles Pirenaicos Centrales hay una dispersión en
pequeñas aldeas,
mientras que en los Orientales hay una mayor concentración
de población y los
núcleos son de tamaño medio. En las Cuencas, a excepción
de Pamplona, hay dispersión
en pequeñas aldeas, especialmente en la de Aoiz-Lumbier.
La Navarra
Media Oriental presenta caracteres semejantes a los de las
Cuencas, con un poblamiento
más concentrado en el caso de la Navarra Media Occidental.
En las dos
Riberas, Tudelana y Estellesa, predominan las formas de
poblamiento concentrado
con grandes núcleos de población. En general, las tierras
próximas a
Guipúzcoa, Pamplona y Ribera del Ebro, son las que
presentan las mayores densidades,
con un grado de concentración que aumenta de Norte a Sur y
de Oeste a
Este. Las áreas de mayor crecimiento de población
corresponden a la Cuenca de
Pamplona, Barranca-Burunda y La Ribera.
Sobre esta estructura comarcal se desarrolla la red urbana
que como señala
Precedo, presenta una situación intermedia entre una
estructura jerárquica equilibrada y la primacía del área metropolitana de Pamplona. En
líneas precedentes ya
nos hemos referido a la concentración de más del 65% de
las industrias en
Pamplona, Tudela, Estellesa y Tafalla, y de los servicios
terciarios en las mismas
localidades más las de Alsasua, Sangüesa, Elizondo y
Santesteban.
Pamplona ejerce una gran atracción en varios de los
núcleos citados anteriormente,
como es el caso de Tafalla, Sangüesa, Elizondo y Alsasua.
Estella y Tudela
mantienen posiciones de mayor independencia. También hay
que tener en cuenta
las atracciones que ejercen localidades navarras sobre
áreas de las provincias vecinas,
al tiempo que localidades como San Sebastián, Irún,
Tolosa, Vitoria, Santa
Cruz de Campezo, Calahorra, Logroño y Zaragoza, lo hacen
sobre numerosos
núcleos navarros.
Pamplona se ha convertido en un importante centro
industrial, comercial,
universitario, de asistencia sanitaria y de otros
servicios, concentrando la mayor
parte de los servicios provinciales, siendo de desear una
mayor diversificación del
sector terciario en otros núcleos de la provincia.
El espacio urbano navarro utiliza para su desarrollo las
vías de comunicación
de Irurzun-Pamplona-Tudela, Logroño-Tudela, las que
atraviesan Velate, el Baztán,
los Aldudes, etc. y la autopista navarra. Se preveen
importantes mejoras en la
red de carreteras y ferrocarriles y en el aeropuerto de
Noain, que contribuirán al
desarrollo de la red urbana y su integración en el sistema
urbano.
Finalmente en las tierras interiores del
País Vasco Continental destacan centros
como Hasparren (actividad industrial), Cambo-les-Bains
(comercial y balneario),
Ustaritz (comercial y agrícola), Espelette (minería y
agricultura), San Juan Pie de
Puerto (comercial, agricultura y ganadería), Baigorry
(ganadería), Saint Palais (industria,
comercio y turismo), Labastide-Clairence (industria y
agricultura), Bidache
(comercio y agricultura). Iholdy (agricultura), Mauleon-Licharre
(industria y
comercio), Tardets-Sorholus (comercio y agricultura), que
no forman una red urbana
organizada, pero que progresivamente se van integrando en
el subsistema del
Laburdi litoral, manteniendo también estrechas relaciones
con áreas del Bearne.
La primacía industrial la tienen Hasparren, Saint Palais y
Mauleon. Es de esperar
que continuen intensificándose las relaciones entre las
tierras del País Vasco Peninsular
y Continental.
5. LOS NUCLEOS PRINCIPALES: SUS MODELOS URBANOS
BILBAO
Los orígenes de Bilbao se remontan al año 1300 cuando
surgen las primeras
edificaciones en la margen derecha de la ría.
Anteriormente existía en la margen
izquierda un pequeño núcleo denominado Bilbao la Vieja. La
villa se construye de
acuerdo con un plano ortogonal.
El comercio de la lana, la exportación de hierro, la
construcción naval y la
industria del hierro, dan lugar a un intenso proceso de
desarrollo desde su fundación
hasta el siglo XVIII.
Desde la 2.a mitad del siglo XVIII, la
villa confirma su crecimiento con una
serie de edificaciones que siguen los ejes de
comunicación. A partir de la 2.a mitad
del siglo XIX, continuan las realizaciones urbanas y
numerosas obras de
infraestructura, en medio de una intensa actividad
industrial, económica y financiera .
Al tiempo que se llevan a cabo el Primer y Segundo
Ensanches, las áreas rurales
se ven invadidas por nuevas edificaciones urbanas e
industriales. Pronto las
localidades próximas a Bilbao se integran en un vasto
conjunto urbano-industrial,
configurándose lo que hoy denominamos Gran Bilbao.
La actual región urbana de Bilbao abarca los ejes
fluviales del Nervión y del
Asua, separados por los suaves relieves de Archanda.
La unidad del Nervión tiene una serie de núcleos:
Arrigorriaga, Baracaldo,
Bilbao, Basauri, Guecho, Echevarri, Galdácano, Lejona,
Portugalete, Santurce,
Sestao y Zarátamo, que forman una conurbación sobre una
densa red fluvial de
gran importancia. Así, el Nervión enlaza con el postpaís
castellano; el Ibaizábal
junto con el Arratia, es el enlace con Guipúzcoa, y Alava;
el Cadagua lo hace con
Santander, Burgos y León; y la red fluvial se completa con
el Galindo, Gobelas,
Asua y el Abra.
La industria pesada y los astilleros se localizan
principalmente en la margen
izquierda de la ría. A partir de Basauri, donde confluyen
el Nervión y el Ibaizábal,
encontramos alternancia de grandes y medianas industrias
con numerosas viviendas,
y sectores mineros, hasta llegar al casco bilbaíno. La
mezcla de industrias y de
viviendas se da también en las desembocaduras de los
afluentes del Nervión y en
los restantes tramos de la ría. Con las Arenas se inicia
una amplia área urbana, de
carácter residencial, que rompe la sensación de agobio y
congestión de los sectores
anteriores, y que se continúa por Algorta, Neguri, etc.,
hasta Punta Galea.
Encontramos también importantes áreas industriales en
dirección a la carretera
de Santander. El Valle del Asua, en el que se localizan
once municipios, presenta
una menor actividad industrial pero una mayor densidad
urbana.
Además de los sectores de la margen izquierda, margen
derecha, Valle del
Asua, tenemos las áreas de la cuenca minera carretera de
Santander, con núcleos
como San Salvador del Valle, La Arboleda, Gallarta,
Ortuella, Ugarte, etc. y el
área minera de San Juan de Somorrostro y el sector del
Cadagua, que presentan
una menor congestión.
Respecto al modelo urbano
del Gran Bilbao se
diferencian en él las siguientes
unidades: 1) Bilbao Central; 2) Area submetropolitana o
suburbana interna y externa;
y 3) Area suburbana o periurbana en proceso de
transformación; según la
distinta terminología utilizada por M. Ferrer y García
Merino, a los que nos hemos
referido anteriormente.
1)
Bilbao Central: en
esta unidad hay que diferenciar dos sectores, el Casco
Viejo y el Ensanche. En él se encuentran los centros
oficiales, bancos, oficinas,
grandes almacenes, una gran variedad de establecimientos
comerciales y locales de
espectáculos y algunas áreas de viviendas.
El Casco Viejo
es la parte tradicional de
la ciudad. Encontramos en él una
mezcla de edificaciones muy deterioradas y otras en
proceso de reconversión.
Tiene una función comercial y es lugar de residencia de
clases medias.
El Ensanche, con esta denominación nos
referimos a los varios ensanches que
ha conocido Bilbao, si bien el Ensanche por autonomasia es
el realizado desde finales
del siglo XIX sobre el antiguo término de Abando. En este
sector encontramos
el área de servicios más importante del Gran Bilbao. Tiene
un plano radioconcéntrico
con viejos y señoriales edificios que en los últimos años
están experimentando
un intenso proceso de reconversión morfológica. Las
viviendas están
ocupadas por clases medias-altas.
En él se encuentra lo que llamamos el C.B.D. (Distrito
Central de Negocios),
que lo forman la Gran Vía, en su primer tramo, y las
calles secundarias paralelas
a ella. Es un área muy dinámica con densidades muy altas
durante el día y
muy bajas por la noche.
En el resto del Ensanche se pueden diferenciar distintos
sectores según que
ellos predominen las clases medias-altas, las clases
medias y medias-bajas, y las
funciones residenciales o de oficinas y centros de
servicios.
Hay también un sector periférico de pequeños talleres y
actividades comerciales.
Para terminar este comentario de Bilbao Central,
añadiremos que debido a
la congestión del C.B.D., numerosas áreas como las plazas
Indauchu y Zabalburu,
etc., han pasado a integrarse en el mismo. Las otras áreas
del Bilbao Central quedarán
como áreas de transición entre la Ciudad Central y el
resto de las unidades
del modelo urbano del Gran Bilbao, siendo en unos casos
sectores que presentan
un proceso de reconversión morfológica y funcional, como
es el caso del Casco
Viejo, y en otros que se encuentran estancados o en
proceso de regresión, como
son los casos del barrio de San Francisco y el Campo de
Volantin.
2) Area Submetropolitana o Suburbana Interna: resulta difícil, en ocasiones,
separar este conjunto del anterior, ya que los límites son
imprecisos y algunas áreas
señaladas en el apartado anterior forman parte también de
este sector. Sus habitantes
pertenecen a las clases medias y bajas. Destaca el
comercio de barrio y actividades
como transportes, almacenes, garajes, talleres y pequeñas
industrias.
Se pueden diferenciar tres unidades : el barrio de San
Francisco Rekaldeberri
y el sector Norte. Las dos primeras unidades pertenecen al
sector Sur de Bilbao,
localizado en su mayor parte al otro lado de la vía del
ferrocarril de Santander.
Son barrios eminentemente populares, con una mezcla
heterogénea de unidades
edificatorias.
Rekaldeberri queda separado de Bilbao por la línea del
ferrocarril. La presencia
de una cantera, las industrias molestas y la división
producida por el viaducto
de la solución Sur, constituyen graves problemas. Hay una
mezcla de clases
medias y bajas, con gran diversidad de edificaciones.
El Sector Norte, desde San Ignacio a Bolueta, incluidos
Deusto y Begoña,
es mucho más complejo que las unidades anteriores. Hay
barrios obreros con
mezcla de clases medias, como Torremadariaga; suburbios
como Bolueta, Achuri
y Ollerias; áreas aún más degradadas como Ocharcoaga;
barrios de clases medias
como Santuchu; de clases medias y acomodadas como Deusto;
y de gran mezcla
como el caso de Begoña.
3) Area Submetropolitana o Suburbana externa. Se pueden diferenciar tres
sectores, la margen izquierda de la ría, la margen derecha
del Abra y el Sureste.
En el primer sector nos encontramos con una urbanización
anárquica y congestionada
en medio de grandes complejos industriales, con
importantes núcleos
de población de clases medias y bajas. El sector más
deteriorado se extiende desde
Zorroza a Sestao. El mejor es la parte de Portugalete y
Santurce.
En la margen derecha del Abra tenemos las áreas
residenciales de Lejona y
Guecho, con clases medias y altas. El carácter más
residencial y acomodado corresponde
a Guecho.
En el Sureste encontramos núcleos como Basauri, Echevarri,
Galdácano y
Arrigorriaga, con distintos grados de integración en el
área urbano-industrial del
Gran Bilbao. Así por ejemplo, Galdácano y Arrigorriaga
tienen todavía algunas
actividades rurales. En general viven en estos núcleos
clases medias y bajas.
4) Area Suburbana o Periurbana en proceso de
transformación. Es un
sector no
integrado claramente en el Gran Bilbao. Hay una mezcla de
actividades industriales,
sectores residenciales, de esparcimiento y áreas rurales.
Se pueden diferenciar algunos sectores: el Noroeste, la
Cuenca Minera, el
Valle de Asua, el Valle del Cadagua, el Valle del Nervión
y el Valle del Ibaizábal.
Varias de estas unidades se integran, o sirven de enlace,
con el segundo conjunto
que indicamos al hacer la división del espacio urbano
vizcaíno, los Valles.
En el Noroeste predomina la actividad agraria y las áreas
de residencias secundarias,
con pocas industrias. Destacan Plencia y Sopelana.
En la Cuenca Minera tenemos a San Salvador del Valle y
Ortuella. Numerosos
grupos obreros y tendencia a incrementar las actividades
industriales.
En el Valle de Asua predominan los conjuntos
residenciales, si bien se ha iniciado
ya una etapa de asentamientos industriales.
El Valle del Cadagua presenta una mezcla de industrias,
barrios obreros y
sectores rurales. Lo mismo ocurre en los Valles del
Nervión y del Ibaizábal, extendiéndose
el primero desde Arrigorriaga hasta Llodio (Alava), y el
segundo desde
Galdácano hasta Amorebieta. En numerosas ocasiones los
caseríos presentan
géneros de vida mixtos, o se han convertido en
caseríos-dormitorio.
SAN SEBASTIÁN
El origen de la ciudad se presenta oscuro pero girando en
torno a un monasterio
denominado San Sebastián de Hernani, que más tarde sería
conocido como
San Sebastián el Viejo. Con la primera denominación se le
señala en el Privilegio
de Votos que hacia el año 939 otorgó el conde Fernán
González a favor del monasterio
de San Millán de la Cogolla. Parece que una de las
misiones de este monasterio
era servir de refugio a los peregrinos del Camino de
Santiago, que por la
costa evitaban las rutas más peligrosas del interior. La
donación de San Sebastián
del Antiguo o el Viejo al monasterio de Leyre se produce
durante el reinado de
Sancho el Mayor.
En el reinado de Sancho el Sabio, San Sebastián recibe su
Fuero. Según
Gonzalo Martínez Díez, el Fuero donostiarra habría que
datarlo entre 1150 y
1163, con prioridad al de Estella de 1163. J.L. Banus
afirma en cambio que el
Fuero de San Sebastián deriva del de Estellesa y éste, a
su vez, del de Jaca. Podemos
fijar la fecha en 1180.
Lo que sí es cierto es que la ciudad surge sobre el
tómbolo, formado por los
aluviones del río Urumea y la acción de las corrientes
marinas, que une el monte
Urgull a tierra firme. Las posibilidades de defensa
natural, su excelente posición y
emplazamiento, el hecho de facilitar a Navarra una salida
al mar, son las causas
que determinarán las funciones de la ciudad y las
características de su desarrollo
urbano.
Pronto sus pobladores desarrollan una intensa actividad
comercial, disponiendo
de un amplio término municipal en el que se encontraban
otras poblaciones
que de mala gana aceptaron su inclusión en el término
donostiarra, empezando
pronto las desavenencias y las desmembraciones
territoriales, hasta el punto que en
el siglo XIX nos encontramos con un término municipal que
es sólo la quinta
parte del que le fue asignado en su Fuero.
La ciudad, por su carácter de plaza fuerte, fue pronto
amurallada. Un casco
urbano ligeramente menor que la actual Parte Vieja,
constituía el recinto amurallado.
Era prácticamente un cuadrilátero con siete puertas y
cuatro frentes.
La ausencia de restos medievales o de otros siglos
anteriores al siglo XIX, es
debida a la serie de incendios que sufrió la ciudad: 1266,
1278, 1338, 1361,
1397, 1433, 1489, 1512, 1524, 1630 y 1813.
Tras el ultimo incendio se inició la reconstrucción de la
ciudad siendo el resultado
de la misma la actual Parte Vieja. El aumento de la
población, las nuevas
funciones comerciales, industriales, culturales,
turísticas, administrativas, políticas,
con la capitalidad definitiva de Guipúzcoa en 1854,
aconsejan el derribo de las
murallas que se inicia el 4 de mayo de 1863, empezando la
época de los Ensanches,
desde 1864.
El más conocido de ellos es el que lleva el nombre del
principal de sus autores,
Antonio de Cortázar. Fue muy mejorado con el trazado del
Boulevard, Parque
de Alderdi-Eder, Plaza de Guipúzcoa, Plaza del Buen Pastor
y encauzamiento
del río Urumea.
De 1891 a 1894 se lleva a cabo el Ensanche de San Martín.
De 1882 a 18
85 se realizó el llamado Ensanche Oriental, en la parte
comprendida entre la desembocadura
del río y la Parte Vieja. A partir de 1911 se inician los
trabajos del
llamado Ensanche de Gros o de la Zurriola, en los arenales
que se extendían desde
el río Urumea hasta las proximidades del monte Ulia. El
Ensanche del Antiguo se
inició en 1920. De 1906 a 1914 se construyen muros de
contención en el río
Urumea, seguidos de trabajos de saneamiento y
encauzamiento del río en el sector
de Amara, desde 1924 a 1926, en el que ya se habían
realizado algunos trabajos
de construcción desde 1895. Así comienza la construcción
del Ensanche de
Amara, que pronto se convierte en el Barrio más populoso
de la ciudad. En 1902
se aprueban mejoras urbanísticas en el sector de Ulia-Ategorrieta,
y en 1913 en el
barrio de Loyola.
La preocupación por las cuestiones urbanas y la
planificación de la ciudad se
refleja en los Planes Generales de Ordenación Urbana de
los años 1950 y 1962,
que desgraciadamente han sido aplicados sólo en una mínima
parte, quedando en
la actualidad bastante desfasados y estando ya en marcha
un nuevo Plan General
de Ordenación Urbana, que deberá tener en cuenta no sólo
la realidad actual de la
ciudad, sino también la de los núcleos que forman parte de
su área periférica, en la
que se ha dado un fenómeno de conurbación y de elevadas
densidades humanas.
Considerando la realidad de San Sebastián y de su actual
periférica, podemos
establecer el siguiente modelo urbano: 1) Ciudad Central;
2) Area Periférica.
1)
Ciudad Central, comprende el C.B.D. y el Area Complementaria.
En el C.B.D. se ha desarrollado en los últimos años un
intenso proceso de
reconversión morfológica y funcional, especialmente en las
proximidades de su eje
central que es la Avenida de la Libertad y calles
perpendiculares. Progresivamente
han ido desapareciendo los edificios destinados a
viviendas, siendo sustituidos por
otros dedicados a oficinas y entidades bancarias. Podemos
considerar perteneciente
al C.B.D., el sector del Ensanche que se extiende desde el
Boulevard hasta
la Plaza del Buen Pastor, quedando limitado, en sus
laterales, por el río y la bahía
de la Concha. Los edificios de viviendas están ocupados
por clases medias y altas.
Por otra parte, determinados establecimientos comerciales
de esta zona de la
ciudad han cedido su lugar a otros de servicios más
especializados y de más alta
cualificación. También han aparecido establecimientos de
esparcimiento, de
acuerdo con las tendencias modernas, en este sentido, en
los centros urbanos. La
mayor densidad de población durante el día y su
disminución por la noche, es otra
de sus características.
En el Area Complementaria del C.B.D. podemos incluir la
Parte Vieja y los
barrios de Amara Viejo, Amara Nuevo, Gros, Antiguo y el
sector de Ayete-Miraconcha.
A excepción de la Parte Vieja, y en menor medida en el
barrio de Amara
Viejo, también se registran en estos sectores procesos de
reconversión morfológica
y funcional, con distintas variantes.
El barrio de Gros se ha convertido en un conjunto ingente
de viviendas, de
morfología sumamente desigual, sin apenas espacios libres
ni áreas de expansión
ciudadana. Hay numerosos establecimientos comerciales y
talleres de todo tipo.
La mayoría de sus habitantes pertenecen a las clases
medias y medias-bajas.
El barrio de Eguia y el de Sagués, próximos al de Gros,
son áreas intermedias,
fundamentalmente de viviendas de baja calidad, mínimas
dotaciones de servicios
y ocupados por poblaciones obreras. En la misma situación,
y a continuación
del barrio de Eguia, se encuentra el de Loyola.
En el barrio de Amara Nuevo hay una alta densidad
edificatoria y poblacional,
con un primer sector que se extiende desde el barrio de
Amara Viejo hasta el
Gobierno Civil, con clases medias, y un segundo sector
desde el Gobierno Civil
hasta Anceta, dividido en dos subsectores por la variante
de entrada a la ciudad y
la Avda. de Madrid, en el que aparecen gran variedad de
comercios, talleres y una
población heterogénea de clases medias y medias bajas.
El sector de Ayete-Miraconcha, es un área de enlace entre
el C.B.D. y el barrio
del Antiguo, teniendo fundamentalmente un uso residencial,
con espacios verdes
intercalados, de servicios educativos estando ocupado
fundamentalmente por
clases medias y altas.
El barrio del Antiguo, si bien está estrechamente
relacionado con el C.B.D.,
tiene desde siempre un carácter independiente. En él hay
un sector de villas, en
Ondarreta, como resto del intento de crear una
ciudad-jardín. El resto del barrio
presenta una mezcla de viviendas de lujo y otras de
modesta condición, con los correspondientes
servicios comerciales, y a las que responden las clases
sociales que
las ocupan.
Próximo a este barrio se encuentra el monte Igueldo, en el
que encontramos
una mezcla de urbanizaciones de lujo, caseríos y el
pequeño y popular barrio de
Igueldo, siendo un área atrayente por sus posibilidades
naturales, por lo que deberá
evitarse la saturación.
El eje Ulia-Ategorrieta, formado por villas, conjuntos
residenciales y centros
educativos y sanitarios, inicia lo que llamaremos el
corredor submetropolitano del
área periférica de la ciudad. En el otro extremo de la
ciudad, los conjuntos residenciales,
educativos y de pequeña industria, de Ibaeta, Lorea, Igara
y Añorga,
desempeñan el mismo papel de enlace con uno de los
corredores suburbanos. El
otro corredor suburbano se iniciará a partir de Loyola,
con Martutene, Sarrueta y
Astigarraga.
2)
El Area Periférica, formada por el corredor submetropolitano y dos corredores
suburbanos. Son consecuencia del crecimiento de la ciudad,
tanto en población
como en funciones, especialmente la industrial. Les
corresponde, por lo
tanto, una morfología variada, alternancia de viviendas,
industrias, áreas comerciales
y sectores rurales, con caseríos de géneros de vida
mixtos.
En los tres corredores encontramos barrios de San‘
Sebastián y municipios
que, si bien son independientes, están plenamente
integrados en el área urbana donostiarra.
El corredor submetropolitano se inicia en el eje Ulia-Ategorrieta
comprendiendo
barrios de San Sebastián como Inchaurrondo, Roteta, Alza,
Herrera y las
localidades de Pasajes, Lezo, Renteria y Oyarzun. En este
ultimo predomina el carácter
rural y el poblamiento disperso en pequeñas agrupaciones y
caseríos.
El primer corredor suburbano se inicia en Loyola y
continúa por Txominenea,
Martutene, Sarrueta, Astigarraga y los municipios de
Hernani y Urnieta.
En el segundo corredor suburbano, a cuyo comienzo ya nos
hemos referido
anteriormente, pertenecen los barrios ya señalados, el de
Lasarte, que aspira a convertirse
en municipio independiente, Zubieta y el municipio de
Usúrbil.
Con todo esto, queda San Sebastián presidiendo un vasto
conjunto urbano
de variadas funciones y alta densidad ocupacional, muy
lejos del primitivo y pequeño
centro del tómbolo a los pies del Monte Urgull.
VITORIA
Se encuentra en el centro de La Llanada Alavesa, siendo su
emplazamiento
primitivo una colina, en cuyas proximidades está el río
Zadorra.
Esta posición y emplazamiento la convirtieron en punto
radial de comunicaciones,
lugar de comercio, defensa y descanso de viajeros y
peregrinos. Su fundación,
en 1181, es debida a Sancho el Sabio que le otorga el
Fuero de Logroño con
algunas modificaciones.
La primitiva ciudad presentaba un recinto amurallado, de
forma irregular, al
que se ajustaba el trazado de las calles, con una
curvatura de las mismas en torno
al eje principal.
Había tres calles principales: Santa María, Zacarías
Martínez y la de las Escuelas.
Las iglesias de San Vicente y San Miguel formaban parte de
la muralla.
En 1202 la población sufre un incendio y Alfonso VIII
ordenó el Primer
Ensanche, hacia el Oeste, surgiendo las calles de la
Correría, Zapatería y Herrería.
Se cerca el nuevo conjunto. Se funda la iglesia de San
Pedro.
En 1256, Alfonso X, ordena el Segundo Ensanche, surgiendo
las calles de
la Cuchillería, Pintorería y Judería, denominándose esta
última, tras la expulsión
de los judíos, calle Nueva.
Después del convenio firmado entre Alfonso X y la Cofradía
de Arriaga, en
1258, se incorporan a Vitoria las llamadas «aldeas
viejas». Más tarde se producirán
nuevas incorporaciones y anexiones que darán lugar a
numerosas disputas.
Las luchas de bandos, del siglo XIV, afectaron a la ciudad
contribuyendo a
su despoblación, hasta el año 1476. Durante los siglos XVI
y XVII hay una
época de prosperidad para Vitoria, basada en el comercio
de la lana, el hierro y el
vino.
A partir del siglo XVIII se derriban las murallas y se
construyen la Plaza
Nueva, los Arquillos y el Ensanche. Tras el descubrimiento
en 1780 de unos manantiales
en la Plaza Vieja, se inician una serie de obras
importantes de construcción
y ampliación del casco urbano, que afectan a edificios,
calles, plazas, jardines
y monumentos, en distintos puntos de la ciudad.
En el primer cuarto del siglo XIX se trazan las calles de
San Francisco y
Postas. En 1830 el ensanche de la Senda del Prado. En 1856
llega el ferrocarril,
lo que da lugar a un nuevo impulso urbanístico surgiendo
la Vitoria decimonónica,
cuyo eje principal será la calle Dato que unirá la Plaza
Nueva con la estación. Este
nuevo ensanche tiene un plano en damero, en el que las
casas aparecen con miradores
y galerías acristaladas. Luego hay otro conjunto con plano
en diagonal hacia
el Oeste, y una serie de unidades residenciales en torno a
la primitiva colina.
En la década de los cincuenta, aparecen una serie de
urbanizaciones y polígonos
industriales que han ampliado la ciudad, absorbió áreas y
espacios libres, y
pueblos cercanos a Vitoria. (Ollora, 1976).
Podemos hablar de una Ciudad Central
que comprenderá el conjunto
de viviendas,
oficinas y establecimientos comerciales que se extienden
desde la Plaza
Nueva hasta la estación, partiendo del eje principal de la
calle Dato. En este sector
y en otros próximos, encontramos conjuntos residenciales
de clases altas y medias.
En el área residencial de Lacua aparece un subcentro
comercial y funcional
de importancia creciente. En la periferia hay polígonos
residenciales, de muy reciente
construcción, que albergan a gran parte de la población
trabajadora. Al otro
lado del ferrocarril, y junto a la ciudad-jardín de los
años treinta, hay un área de
servicios e instalaciones industriales.
Desde 1957, surgirán una serie de polígonos industriales:
Gamarra,
Arriaga, Betoño, Larregan, Ali-Gobeo, Olarizu y Júndiz,
que cambiarán completamente
la fisonomía de la ciudad, que pasa de ser un centro
comercial a convertirse
en una importante ciudad industrial y de servicios,
concentrando al 75% de la
población alavesa.
PAMPLONA
La vieja Iruña, a comienzos del siglo XIII, estaba
dividida en cuatro partes:
la Navarrería, la «población» de San Nicolás, y los «burgos»,
de San Saturnino y
San Miguel.
Hasta los años cincuenta, la capital navarra presentaba un
aspecto tradicional,
con una serie de funciones comerciales, administrativas y
de servicios generales.
En aquella época, la ciudad estaba formada por el Casco
Viejo y el Ensanche,
que se localizaban sobre una de las terrazas del Arga, poniéndose de
manifiesto la primitiva función, militar y defensiva, de la ciudad
medieval. Recordemos en este sentido el castillo construido en época de
Carlos V y la Ciudadela del reinado de
Felipe II. Fuera de las murallas quedaban una serie de
barrios, entre los que destaca
la Rochapea.
En el Casco Viejo se distinguen tres barrios: la
Navarrería, San Cernín y
San Nicolás. San Cernín tiene un plano poligonal,
destacando en el mismo la calle
Mayor. San Nicolás presenta un plano regular de planta
rectangular. En la Navarrería
encontramos un plano mixto, de estructura radial en la
parte alta y de plano
regular en el resto. Las murallas que rodeaban a los tres
barrios fueron derribadas
en el siglo XV. En los espacios intermedios se
encontraban: el mercado, el Ayuntamiento
y una serie de edificios singulares. La plaza del Castillo
ocupa el lugar de
un Castillo medieval.
En 1888 se inicia el Primer Ensanche al Oeste del Casco
Viejo. En 1920
comienza el trazado del Segundo Ensanche, que presenta un
plano ortogonal, con
la calle de Carlos III como eje principal. La segunda fase
del Ensanche es posterior
a la guerra civil.
Rodeando el Casco Viejo y los Ensanches hay un área mixta,
urbana y rural,
discontinua y desordenada, con barrios como la Rochapea,
la Chantrea, Lena,
Magdalena, San Juan, Iturrama, Abejeras y la Milagrosa.
La expansión urbana que se inicia en la década de los
cincuenta tiene un proceso
de desarrollo desordenado. A partir de 1970 se producen
renovaciones morfológicas
y ocupacionales en el Primer y Segundo Ensanche, con una
elevación
notable de las densidades.
Una serie de recientes edificaciones y polígonos
industriales completan el
Tercer Ensanche de la ciudad, con una ocupación
discontinua, desordenada y
anárquica, en la que las obras de infraestructura y
servicios son claramente deficientes.
En el Casco Viejo destaca la actividad comercial y de
servicios con una población
envejecida. En los Ensanches, clases sociales medias y
altas, destacando
claramente la actividad de los servicios. En las áreas
periféricas, población joven e
inmigrante, que se emplea en su mayoría en las
instalaciones industriales de esta
periferia.
En los que podemos llamar Ciudad Central
tenemos el Casco Viejo y
los dos
primeros Ensanches. El Casco Viejo tiene una gran
diversificación funcional, con
un carácter tradicional. La primera zona de Ensanche está
especializada en servicios
financieros, personales y grandes almacenes. El principal
sector urbano se localiza
en la Plaza del Castillo y el Paseo Sarasate, en contacto
con el segundo y
primer Ensanche, respectivamente. En el Segundo Ensanche
destaca la calle de
Carlos III. Hacia el Oeste, y debido a las estaciones
terminales de autobuses y
transportes urbanos, aparecen servicios terciarios y hay
síntomas de reconversión
morfológica.
Las instalaciones industriales se encuentran muy dispersas
por toda la ciudad,
destacando el sector septentrional en la margen derecha
del río Arga. Hay
también dos ejes industriales a lo largo de las vías de
acceso a la ciudad por su
parte Sur.
El profesor A. Precedo, en su trabajo La red urbana de Navarra 1976), establece
el siguiente modelo urbano para Pamplona : Ciudad Central,
Periferia Meridional
y Periferia Septentrional.
La
Ciudad Central está
formada por el Centro, el Area de Transición Pasiva
y el Area Complementaria Activa. El Centro comprende parte
del Primer Ensanche
y del Casco Viejo. El Area de Transición Pasiva comprende
la otra parte
del Casco Viejo. El Area Complementaria Activa corresponde
a la Segunda fase
del Ensanche.
En el Centro hay una población envejecida, siendo
dominantes las clases altas
y predominando las funciones terciarias. En el Area de
Transición Pasiva encontramos
clases medias y bajas, en un conjunto urbano deteriorado y
con funciones
especializadas. En el Area Complementaria Activa destaca
el carácter residencial,
con clases medias y altas, e importantes funciones
comerciales y pequeñas industrias
especializadas.
La Periferia Meridional presenta un área complementaria
pasiva, sectores residenciales
de clases medias y altas, un subcentro especializado en
servicios universitarios
y hospitalarios de proyección regional, y una serie de
núcleos suburbanos.
En el área complementaria pasiva encontramos los barrios
de la Milagrosa y
Santa Mª la Real; con clases medias
y bajas y actividad comercial e industrial. En
los núcleos suburbanos tenemos a Echavacoiz, Cordovilla,
etc., que presentan distintas
funciones y equipamientos urbanísticos deficientes.
La Periferia Septentrional tiene una franja rural-urbana,
siguiendo el curso del
río Arga, una serie de barrios obreros y sectores
industriales. En todos ellos hay
una mezcla de residencias, industrias y servicios, en
general de baja calidad.
El crecimiento de Pamplona ha dado lugar a lo que M.
Ferrer y A. Precedo,
en varios de sus trabajos, denominan Area Metropolitana de
Pamplona. En la
misma quedan integrados los núcleos de: Villava, Huarte,
Burlada, Barañain, Beriain,
Berriozar-Ansoain, Arre-Oricain, Noain, Aranguren, Olza,
Galar, Elorz y
Egues. Con ello se refleja el continuo crecimiento
demográfico, industrial, y la diversificación
funcional de Pamplona, que encabezando la red urbana
navarra se ha
convertido en un importante centro regional.
BAYONA
Se sabe de la existencia de Bayona desde comienzos del
siglo V, en el que
aparece con el nombre de Lapurdum. La Bayona romana se
extendió por la colina
en la que hoy se encuentra la catedral.
En el siglo IX, los vikingos ocupan la fortaleza, siendo
expulsados un siglo
después por el duque de Vasconia, Guillermo Sancho,
convirtiéndose la plaza en
capital del vizcondado de Laburdi.
En el año 1030 es sede episcopal. Desde 1152 hasta 1451 es posesión de
los reyes ingleses, obteniendo en 1215 una carta magna con
la que consigue una
gran prosperidad económica.
Al final de la Alta Edad Media toma el nombre de Bayona.
Su incorporación
a la Corona de Francia con Carlos VII, supuso para Bayona
una etapa de decadencia.
La primera expansión de la ciudad se inicia hacia el
Norte, hasta las orillas
del río Nive, surgiendo el barrio de la Gran Bayona. Más
tarde, entre las orillas
del Nive y el Adour, se construye la Pequeña Bayona.
Posteriormente, en la orilla
derecha del Adour se levanta el barrio de St. Esprit.
Otros sectores de la ciudad
son: el Nuevo Bayona, Lachepaillet, St. Leon, Marracq,
etc.
Desde el siglo XII hasta el XIV, el comercio fluvial y
marítimo son las causas
principales del crecimiento de Bayona. Hay frecuentes
enfrentamientos entre
ella y los núcleos próximos de Laburdi.
Una de las mayores dificultades que tuvo la ciudad fueron
los cambios en la
desembocadura del Adour. En 1578, los trabajos de Lonis de
Foix llevaron la desembocadura
a Boucau, junto a Bayona, lo que aseguró la expansión de
ésta.
Las circunstancias políticas y religiosas hicieron decaer
su función comercial
Y crecer la militar. Vauban construye la ciudadela y los
trabajos de fortificación
duran hasta mediados del siglo XIX.
En 1726 se funda la Cámara de Comercio. En 1794 llega a
ser puerto
franco. La llegada del ferrocarril y la instalación de las
Forjas del Adour, señalan
el inicio de una etapa industrial que llegará hasta
nuestros días.
En el Gran Bayona y Pequeño Bayona podemos localizar lo
que denominamos
la
Ciudad Central, al
encontrarse aquí la actividad comercial, de servicios
públicos y profesionales, no sólo para la propia ciudad
sino también para el área
próxima. Este sector se prolonga hacia Allées Marines.
El barrio de St. Esprit evoluciona de forma independiente
pero conectada
con la Ciudad Central. En él se distinguen varios sectores
por la morfología de sus
edificios, los comercios, el carácter residencial, los
almacenes y la actividad industrial.
Hay actividad portuaria a lo largo de la orilla del Adour.
El conjunto del Nuevo Bayona y Lachepaillet es un área
residencial, con villas
y inmuebles, de estrato social medio y alto y con
actividad comercial, pequeños
talleres, clínicas y servicios públicos.
En Allées Marines tenemos actividad portuaria con
talleres, almacenes,
agencias, oficinas, algunas viviendas y la Subprefectura.
Los barrios de St. Leon y Marracq son el resultado de la
expansión de
Bayona hacia el Sur, siguiendo el río Mive. Predominan las
clases medias, con una
mezcla de viviendas, empresas, centros escolares,
conventos, hospital, etc.
Los barrios de Beyris y Mousserolles tienen una función
claramente residencial
viviendo en ellos obreros medios y bajos. Otros barrios
residenciales son St.
Bernard, St. Frédéric y St. Etienne, que es el conjunto
residencial más reciente,
con equipamientos colectivos y modernas concepciones
arquitectónicas y urbanísticas, que sirven a un conjunto heterogéneo de personas
de clases medias y bajas
(P. LABORDE, 1975).
Los ríos Adour y Nive, las murallas, las áreas verdes y
las plazas, han determinado
una estructura urbana discontinua en cuanto a funciones,
morfología y tipología.
En el conjunto del Gran Bayona y Pequeño Bayona, la mitad
septentrional
es el área comercial y de negocios, mientras que la mitad
meridional presenta un
carácter más residencial.
Hay que tener en cuenta también, que el crecimiento de
Bayona ha dado lugar
a procesos de suburbanización que han afectado a
Saint-Pierre-d’Irube, Mouguerre,
Boucau, Tarnos y Anglet.
Bayona forma junto con Biarritz y Anglet, el Distrito
urbano llamado
B.A.B., al tiempo que encabeza la aglomeración urbana del
Laburdi litoral, que en
forma de conurbación enlaza con el litoral guipuzcoano. En
ocasiones anteriores
ya hemos comentado la fuerte concentración de población de
esta aglomeración litoral.
SAN JUAN PIE DE PUERTO Y MAULEON
Si las incluimos en este capítulo no es porque sean
importantes núcleos de la
red urbana, sino por su carácter de capitales de Benabarra
y Zuberoa respectivamente.
Recordamos aquí que la capital histórica de Laburdi es Ustaritz,
centro
agrícola y comercial que cada día se relaciona más con
Bayona y su aglomeración.
San Juan Pie de Puerto (1.720 hab.) es una pequeña
localidad con actividad
agrícola y ganadera, en la que inciden como elementos
diferenciadores las carreteras
que se dirigen a: Mauleón, Cambó y Bayona, Baigorry, y
hacia Valcarlos y
Pamplona.
Todas ellas coinciden en la plaza del Mercado, próxima a
la cual se encuentra
la plaza de Floquet. Quedando dividida la población en
tres conjuntos: al
Norte, al Sur y al Oeste de la plaza del Mercado.
La villa fue fortificada en el siglo VIII, debiéndose la
ciudadela a Vauban.
Es una ciudad de calles cuidadas y viejas mansiones que
miran al río Nive, que la
cruza.
Mauleón (4.239 hab.), capital de Zuberoa que tiene en la
actualidad una pequeña
actividad industrial, presenta un plano regular que queda
dividido en cuatro
sectores por las vías de comunicación de entrada y salida
a la villa: a Sauvaterre,
Oloron y Mavarrenx, San Juan Pie de Puerto y hacia Tardets-Sorholus.
La villa es atravesada por el Gave de Mauleón, también
llamado Saison y
Uhaitzandia, y creció amurallada en torno a un castillo
construido a principios del
siglo XI.
El núcleo de Licharre es anterior al castillo y se fusionó
en 1841 con Mauleón,
denominándose la nueva comuna Mauleón-Licharre. Su
industria de calzados
ejerce atracción sobre los pueblos vecinos.
|