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LA POBLACION DEL PAIS VASCO:
ORIGEN Y DESARROLLO DEL PROCESO DEMOGRAFICO ACTUAL
PEDRO PICAVEA
Para un mejor conocimiento de la actual
situación demográfica del Pueblo
Vasco, debemos retrotraernos hasta la década de los
cincuenta por cuanto que a
diferencia de épocas pasadas se produjo un incremento
demográfico sin precedentes,
que aunque con matices distintos será común a las cuatro
provincias vascas.
Sin embargo, creo necesario situarnos en el caso de las
provincias de Guipúzcoa y
Vizcaya en el siglo pasado, ya que a partir de finales de
siglo, se produce el fenómeno
originario de una evolución demográfica que se generaliza
a partir de la
segunda mitad de siglo.
Como señalábamos, este «boom» tuvo su origen, a finales
del XIX, en Guipúzcoa
y Vizcaya, por mor de la instalación de establecimientos
fabriles en ambas
provincias lo que produjo un profundo cambio en las
estructuras socioeconómicas
de las zonas litorales, cuyo dinamismo demográfico
contrasta con la atonía reinante
en el interior del País. Esta moderna industrialización,
que se centró en el
desarrollo de la siderurgia, posibilitó un rápido
crecimiento en los núcleos donde
se asentó la misma, principalmente en Vizcaya, ya que en
esta provincia se dio un
mayor auge industrial; concretamente localizado en la
margen izquierda de la Ría
de Ibaizabal.
En el caso guipuzcoano se produjo una dispersión,
localizándose la industria
en las zonas bajas de los valles guipuzcoanos. Se formará
así la actual distribución
espacial de la población en ambas provincias.
El progresivo desarrollo industrial, necesitado de mano de
obra, favorecerá
en una primera etapa la llegada de trabajadores de los
municipios próximos, que
posteriormente se verían acompañados de trabajadores de
las provincias limítrofes
o de otras áreas del Estado Español. Se produce de tal
manera un nuevo hecho a
significar en el proceso demográfico vasco: el de la
inmigración. Después de una
larga historia en la que ha prevalecido la emigración
hacia otras áreas del Estado
-Repoblación de la Reconquista, Emigración a Sevilla por
el Comercio con las
Indias...-, o hacia América, tras la Independencia de las
Colonias: Vizcaya y
Guipúzcoa al amparo de unas nuevas necesidades de
potencial humano que permite
mantener el desarrollo industrial, acogen considerables
contingentes humanos.
El signo de los movimientos migratorios cambia
radicalmente. El País Vasco,
en este caso representado por dos provincias se convierte
en área de inmigración,
hasta tal punto que como veremos posteriormente, la misma
jugará papel predominante
en la estructura poblacional del País.
Esta llegada de inmigrantes, en su mayoría jóvenes,
produjo junto al considerable
rejuvenecimiento de la población un aumento considerable
de la misma.
Aparecerán los primeros grandes núcleos
urbano-industriales, casos vizcaínos de
Baracaldo, Portugalete... —como ya señalábamos la
industria vizcaína se asienta
en la margen izquierda de la Ría— o guipuzcoanos, como
Eibar; aunque la industria
en el caso guipuzcoano presenta una mayor dispersión en el
espacio geográfico
provincial y como señaláramos tuvo menor fuerza que en
Vizcaya, y por
tanto repercusiones más mitigadas.
Con respecto a la villa armera, ha que concretar algunos
aspectos significativos
que nos ofrece García Manrique(1) . Este autor señala la
incidencia que tuvo
la inmigración en la villa armera, al amparo de una
pujante industria. Afirma también
García Manrique que las secuelas negativas que tuvo a
nivel demográfico la
Segunda Guerra Carlista, ya a finales de siglo se habían
superado, como lo refleja
el volumen demográfico municipal —5.000 habitantes— que
tenía la villa en
1900. Una población equilibradamente repartida entre ambos
sexos, lo que viene
a demostrar que el déficit masculino, ocasionado por la
guerra se había subsanado
como consecuencia de la inmigración que la industria había
atraído.
Esta relación industria-población, que es fácilmente
perceptible en Eibar, lo
es asimismo en la mayoría de los núcleos urbanos del País,
a no ser que estos tengan
una función específica: ciudad-servicio, turística, etc.
Esta nueva situación observada tras la instalación
industrial del País, se continuó
prácticamente hasta la guerra civil, aunque como es lógico
hubo épocas de
mayor o menor afluencia de inmigrantes al amparo del
desarrollo económico, favorecido
por situaciones concretas como pudo considerarse la
disposición que tuvo
la industria vasca con los países beligerantes de la
Primera Guerra Europea, desde
los años 1914 hasta finales de la década.
Hemos visto el origen de la reciente historia demográfica
de Vizcaya y Guipúzcoa,
y nos hemos situado en el umbral de la Guerra Civil
Española, pero la
pregunta surge inmediatamente: ¿Qué diferencias había
entre el litoral y el interior?
¿Cuál era la situación demográfica de las zonas
interiores?
En efecto son dos preguntas lógicas y de fácil
contestación. La primera de
ellas se contestaría por las diferencias que marcan una
sociedad en proceso de desarrollo
urbano, económico y por consiguiente demográfico, las
sociedades guipuzcoana
y vizcaína frente a otra donde predominan las actividades
primarias, el
desarrollo industrial es prácticamente nulo y la escasa
atracción que desde el punto
de vista urbanístico ofrecen sus capitales provinciales y
centros comarcales repercuten
en una constante salida de población hacia otras áreas de
«mayor gancho» y
con mejores perspectivas.
La segunda pregunta podríamos contestarla señalando que ambas provincias,
y por los factores señalados anteriormente, han tenido crecimientos
mínimos, siempre mitigados por constantes éxodos hacia otras áreas del
País, ofreciéndonos
de tal manera unas características propias de un ciclo
demográfico antiguo. Esta
situación en los años treinta se mantiene prácticamente
hasta después de la Guerra
Civil, y una situación fidedigna de la realidad
demográfica del interior del País,
nos la da el estudio realizado por Margarita Jiménez(2)
sobre Navarra; estudio que
se puede decir que es de los pocos que con carácter
demográfico tenemos sobre un
territorio vasco. El mismo para un mejor reflejo de la
situación existente está perfectamente
estructurado en tres partes: la provincia, la capital y la
provincia
excluida la capital. Estas divisiones que podían ser
perfectamente válidas para el
estudio de la demografía alavesa por sus similitudes en
estos años con la navarra,
nos muestran como el exiguo crecimiento demográfico se
centra en la capital y en
los centros comarcales, en detrimento de los núcleos
rurales que disminuyen progresivamente
su población. El cambio que años después se observara en
Navarra
hace que hoy día el estudio sea fundamentalmente
testimonio sobre una situación
demográfica precedente al gran «boom» de los años sesenta.
Por esto mismo quizás
la división en tres grandes grupos no podría realizarse
hoy día ya que se observa
en los territorios vascos una gran concentración del total
en torno a las capitales
provinciales y sus comarcas.
Así pues en los años cincuenta se observan profundos
contrastes entre los territorios
históricos vascos del litoral y del interior, o lo que es
lo mismo entre las
zonas urbanas y las áreas rurales.
Situándonos ya en esta segunda mitad de siglo podríamos
hablar de cifras
que si en algunos casos resultan excesivamente frías, no
lo es cuando hablamos de
la evolución demográfica de los últimos años del País
Vasco, por cuanto que en
veinticinco años ( 1950- 1975) se han pasado de 1.443.472
hab. a 2.783.352.
Cifras de por sí explicativas del ritmo demográfico
mantenido en estos veinticinco
años. Y señalo reiterativamente «veinticinco años», ya que
a partir de esta fecha la
crisis socioeconómica se ha hecho más acusada y el cambio
de rumbo en la dinámica
poblacional ha roto todas las previsiones efectuadas sobre
la población que
se asentaría en nuestros territorios en 1980; fenómeno del
cual, a pesar de la escasez
de datos que en la actualidad poseemos, trataremos con
mayor detenimiento.
Volviendo al período 1950-1975, debemos subrayar que el
aumento experimentado
ha tenido diversas y variadas consecuencias, tanto en los
asentamientos
humanos, como en sus estructuras. Ello es debido a la
heterogeneidad que este desarrollo
tuvo en los distintos territorios peninsulares, ya que
Alava y Navarra,
aunque aumentan considerablemente su población no llegan a
alcanzar los valores
de Vizcaya y Guipúzcoa, como se observa en el cuadro
adjunto.
Evolución de la población (1910- 1975)
|
1950 |
1960 |
1970 |
1975 |
Vizcaya |
169.188 |
759.383 |
1.043.310 |
1.151.680 |
Bilbao |
229.334 |
297.942 |
410.490 |
431.071 |
Alava |
118.012 |
138.934 |
204.323 |
237.473 |
Vitoria |
52.206 |
73.701 |
136.873 |
169.780 |
Guipúzcoa |
374.040 |
478.337 |
631.003 |
682.517 |
San Sebastián |
113.770 |
135.149 |
165.829 |
169.622 |
Navarra |
382.932 |
402.042 |
464.867 |
489.849 |
Pamplona |
72.194 |
97.880 |
147.168 |
165.105 |
Según estos datos comprobamos que en el citado período las
provincias interiores
aumentaron en un 45,2%, lo que equivale a 226.378 habs. de
los cuales
86.311 pertenecen a Álava, lo que sobre la población
existente en 1950 supone un
incremento del 73,13%. Por su parte en Guipúzcoa y Vizcaya
el aumento conjunto
es de 890.969 personas, esto es, el 94,45% de la población
existente en
1950. De este total a Vizcaya le corresponden 582.492
personas, lo que supone
duplicar en veinticinco años su población.
Estas cifras ya son explicativas, de por sí, del cariz que
ha tenido este período,
y las desigualdades entre las cuatro provincias
peninsulares. Baste señalar
que en 1950 Navarra tenía un volumen demográfico superior
en algo más de
10.000 personas a Guipúzcoa, y que al cabo de estos
veinticinco años es superada
por ésta en casi 200.000 habs.
Todo ello, además del puro estudio cuantitativo de la
población, tiene otras
repercusiones como son : la distribución de la misma en el
espacio geográfico o el
reflejo en la estructura por edades, esto es en las
Pirámides de Población. Las mismas,
son de formas regulares con unas bases anchas,
consecuencia de una elevada
natalidad que progresivamente va disminuyendo, y en las
que se observa las muescas
de los años de la Guerra Civil.
La Natalidad(3)
El constante aumento que se observa en las tasas de
natalidad está en gran
medida relacionado con las generaciones masivas de
inmigrantes que llegaron a
Euskadi. En cierta manera podemos señalar que este
desarrollo tiene semejanza
con el «baby-boom» que caracterizó el resurgir de la
natalidad en Europa Occidental
después de la Segunda Guerra Mundial. El principio de este
tipo de acontecimiento demográfico está en la concentración, en un
corto espacio de tiempo
definido por la recuperación económica y poblacional de
todas las concepciones
pospuestas o imposibilitadas en un período anterior de
grave crisis social y económica
los cuales hacen imposible el mantenimiento de las tasas
normales de natalidad
(guerras, grandes depresiones económicas, etc.) y que
hacen caer estos
índices por encima de lo razonablemente previsible. En el
caso vasco a este factor
—relacionado con la Guerra Civil y sus secuelas— se une el
de la favorable estructura
por edades modificada, como hemos señalado, por la masiva
corriente inmigratoria
que afectó al País.
Como norma general las tasas se han mantenido por término
medio por encima
del 20 por mil, aunque no son extrañas tasas provinciales
próximas al 30 por
mil, durante los años sesenta. De cualquier manera suele
ser difícil en algunas ocasiones
precisar las tasas de natalidad a nivel municipal, ya que
las cifras de las capitales
están suficientemente hinchadas, como consecuencia de la
centralización de
los centros sanitarios. Así, para 1964 en San Sebastián se
registró un índice de natalidad
del 44 por mil, cifra propia de cualquier país
tercermundista y que como
señalo en ningún caso debe ser tomada como representativa
de unos índices medios;
más teniendo en cuenta que en San Sebastián el crecimiento
ha sido inferior
al del resto de las capitales vascas y que presenta claros
índices de envejecimiento.
En cualquier caso las cifras debemos considerarlas como
moderadamente
altas, incluso algunas épocas muy altas, para a partir de
los setenta ir descendiendo
paulatinamente.
Ello es consecuencia de factores varios entre ellos la
pérdida del efecto renovador
descrito con anterioridad, lo que junto al mantenimiento
de la mortalidad,
en unos límites difíciles de rebajar, prevé un menor
crecimiento vegetativo para
años venideros. Entre estos factores deberíamos señalar
también una mayor planificación
familiar, un mayor nivel cultural que permite otras
concepciones distintas
de la vida, y sobre todo un hecho fundamental cual es la
incorporación de la mujer
al trabajo. Por todo ello se asiste a un descenso
considerable en el número de nacimientos
que se contrapone a la situación conocida en décadas
anteriores y que se
veía en el fondo reforzada por la política pronatalista
del Estado. (Ver gráfico de
Crecimiento del País Vasco).
La Mortalidad(4)
En general, y al igual que la natalidad, la mortalidad
conoce una tendencia
al descenso continuado, lo que unido a la inmigración
joven produce un rejuvenecimiento de la población y una alteración considerable en
los ritmos de crecimiento
vegetativo. Cuadro que se completa si tenemos en cuenta la
progresiva
ampliación de la vida media del individuo que en 1975 era
de 69,57 años para
los varones y 74,39 para las mujeres.
A mediados del siglo, en el decenio 1950-1960, las tasas
ya son inferiores al
10 por mil, cuando en 1900, eran superiores al doble,
excepto Guipúzcoa, que tenía
unos índices del 19,5 por mil. Este descenso, que es mucho
más palpable en la
primera mitad de siglo —lógico por otra parte— se ha
continuado de tal manera
que en el período 1971-1975, las tasas medias rodaban el 7
por mil, excepto en
Navarra que superaba en dos puntos este índice.
Los Movimientos Migratorios(5)
Antes de entrar en consideraciones sobre las consecuencias
del incremento
poblacional debemos referirnos al papel de la inmigración
en el desarrollo demográfico
vasco. Para ello nada mejor que observar el presente
cuadro.
Repercusión de los Mov. Migratorios en el País Vasco
(1950-1975)
Fuente: Cámara de Comercio, Industria y Navegación.
A través del cuadro adjunto observamos como el crecimiento
del País
Vasco, está sustentado tanto en el crecimiento natural
(n.º de nacidos-no
de fallecidos),
como en el valor de la inmigración.
Si hasta finales del siglo pasado la emigración había sido
uno de los factores
que tradicionalmente había contribuido a frenar el
crecimiento de la población, en
estos años ha sido agente fundamental del incremento
demográfico vasco. El País
gana debido a estas llegadas de inmigrantes 590.509
personas a pesar del saldo
migratorio que de carácter negativo presenta Navarra,
quien a pesar de tener a
partir de los años sesenta unos considerables aportes
debido a la inmigración no ha
podido equilibrar las salidas registradas entre 1950-1960,
y que principalmente
iban dirigidas a las provincias litorales. Este déficit,
de cualquier manera está
ampliamente compensado por los valores que nos muestran
las restantes provincias; desde los valores vizcaínos (saldo positivo de
371.073 personas), hasta el alavés (77.257) pasando por el guipuzcoano
(160.027).
Los orígenes de los inmigrados son fundamentalmente las
regiones extremeña,
andaluza, gallega, castellana y riojana. Mientras en este
período las emigraciones
son de escaso valor y responden a una difusión de la
industria fuera de los
límites propios del País.
La crisis socioeconómica que se percibe desde los años
1973-1974, hace
que ya entre 1970-1975, los volúmenes de inmigrantes
desciendan considerablemente,
con respecto a los valores registrados en los años
sesenta. Este descenso de
la inmigración y la aparición de un éxodo hacia otras
áreas serán los síntomas que
caracterizarán, como posteriormente veremos el período
1975-1981, caracterizado
por unas acusadas diferencias con períodos precedentes.
Antes de observar la incidencia que el desarrollo
poblacional ha tenido en el
País, y como resumen de la evolución que han tenido las
tasas de natalidad, mortalidad
y del valor de los saldos migratorios ofrecemos un cuadro
que es sumamente
expresivo de este período.
Tasas de Crecimiento en el País Vasco ( 1950-75)
Fuente: Mapa Sanitario de la Comunidad Autónoma Vasca.
Departamento de Sanidad y S. Social del Gob. Vasco. 1982.
(x). TN = Tasa de Natalidad;
TM = Tasa de Mortalidad;
SM = Saldo Migratorio
CV = Crecimiento Vegetativo |
Nota: El Valor del Saldo Migratorio Navarro en el período
1971-75 está modificado
del que se señala en la citada fuente. El mismo está
basado en cálculos propios que
difieren sustancialmente de los ofrecidos por la citada
publicación, que señalan un pequeño
saldo migratorio de carácter negativo en Navarra en el
citado período 1971-
1975.
La distribución espacial de la población
Hemos visto el desarrollo demográfico euskaldun, hemos
analizado brevemente
los factores de crecimiento; bueno será pues incidir en
las repercusiones que
ha tenido este incremento a nivel provincial, puesto que
el mismo, sabemos que no
ha afectado de igual manera a los cuatro territorios, ni
en volumen, ni en su distribución
espacial.
En Alava, observamos como el aumento se centra
prácticamente en su capital
Vitoria, con una clara tendencia a la macrocefalia, ya que
representa las tres
cuartas partes del total provincial. Ello es debido
fundamentalmente a la inmigración.
Una inmigración, común al resto de las provincias vascas,
que se asentó fundamentalmente
en la capital, como consecuencia de la ubicación de
polígonos industriales.
Está necesitada de terreno para acoger a tal volumen
demográfico así
como a los nuevos centros fabriles se vio obligada a la
anexión de los municipios
próximos. Como consecuencia de esta concentración fabril
en torno a Vitoria, se
produjo una atracción de la capital sobre los núcleos
rurales que progresivamente
se van despoblando, de tal manera que sólo dos municipios,
Llodio y Amurrio tienen
una población superior a los 5.000. habitantes, y ello en
función de la dependencia
comercial del Área Metropolitana del Gran Bilbao.
Por todo lo expuesto es fácilmente contrastable el aumento
de la capital y el
progresivo despoblamiento de la provincia, donde se han
producido constantes fusiones
de municipios, hasta llegar a los 51 de 1975, frente a los
75 existentes en
1950.
En Vizcaya, son la margen izquierda y Bilbao, las que
absorben un gran
porcentaje, similar o quizás algo superior al de Vitoria,
de la población vizcaína.
Junto a Bilbao, que también fue anexionando municipios
próximos, encontramos
núcleos de gran tradición industrial, auténticas «cunas de
la moderna industria»,
Baracaldo, Portugalete y Sestao, prácticamente unidas
entre sí con una ocupación
intensiva del espacio que llega a la saturación. El
reflejo de esto son las densidades
medias superiores a los 4 y 5.000 hab./k
2
m , y que en el caso de
Portugalete en
1975 llegaba a la increíble cifra de 17.000 hab./km2.
Esta congestión ha originado
la aparición de centros descongestionadores en otras áreas
vizcaínas, principalmente
en el Duranguesado y Plencia-Munguia, aunque se siga
manteniendo el
desequilibrio existente. El resto provincial no llega al
10% de la población vizcaína,
siendo precisamente las dos comarcas más extensas en
superficie, Arrate-
Nervión y las Encartaciones las menos densamente pobladas.
En el resto de la provincia, por su papel demográfico,
debemos señalar a los
centros comarcales, Guernica, Bermeo, Marquina, etc.
También en Navarra es la capital y su área comarcal la que
concentra el
mayor porcentaje de la población navarra, aproximadamente
el 45% del total provincial.
Ello es debido a las óptimas condiciones que los núcleos
próximos a
Pamplona han presentado a partir de los años sesenta para
el asentamiento de los
centros fabriles.
De las cuatro provincias peninsulares es Navarra la que
menos ha sido afectada
por las transformaciones que la industria ha supuesto.
Sólo los núcleos industriales
y las cabeceras comarcales han aumentado su volumen
poblacional. Serían
los casos de Tafalla, Tudela y Alsasua. Paralelamente se
produce un considerable
despoblamiento de las zonas rurales que, como hemos visto
al hablar de los
movimientos migratorios, no han sido compensados con el
crecimiento de los
núcleos urbanos ya que hemos señalado con anterioridad que
el crecimiento navarro
ha sido en el período 1950-1975 inferior al estimado; muy
por debajo del
crecimiento medio del resto del País, y a nivel del Estado
Español.
Por su parte en Guipúzcoa a diferencia del resto del País,
presenta un cierto
equilibrio en la distribución espacial de la población. La
capital, contrariamente a
Bilbao, Pamplona y Vitoria, ha crecido de manera moderada;
consecuentemente
no ofrece San Sebastián las características macrocefálicas
que se observan en las
otras provincias. La capital guipuzcoana raramente ha
representado el 30% del total
provincial, habida cuenta del mantenimiento de su carácter
de ciudad-servicio,
puesto que la industria se ha localizado en los municipios
próximos, Rentería, Pasajes,
Lezo, así como a lo largo de los valles que jalonan la
provincia. Consecuencia
de ello ha sido la formación de pequeñas
microconurbaciones; casos de Villarreal-
Zumarraga, Beasain-Ordizia,... e incluso dentro de la
misma comarca donostiarra
Pasajes-Rentería, fiel reflejo de la vitalidad existente
en estos municipios industriales
guipuzcoanos.
En resumen, podríamos señalar ciertas semejanzas en la
distribución espacial
de la población en Alava y Navarra y en menor medida en
Vizcaya, ya que aquí
no existe, a pesar de la gran concentración de Bilbao, las
áreas despobladas del interior
de Álava y Navarra. Contrariamente a esta situación la
homogeneidad guipuzcoana,
se basa en la dispersión industrial, y en el moderado
crecimiento de su
capital.
Por ultimo, antes de hacer hincapié en los postreros y
profundos cambios
que se están observando en el País, es conveniente señalar
las modificaciones, lógicas
por otra parte, que se han experimentado en estos años en
la ocupación poblacional
de los trabajadores.
La Población Activa(6)
Una de las consecuencias del desarrollo económico es el
descenso de las tasas
de actividad en las primeras fases de desarrollo y un
progresivo aumento de las
mismas. En el País Vasco este cambio es perfectamente
observable a partir de
1960, ya que desde 1950 asistimos a un lento descenso de
estas tasas de actividad, que sí son realmente apreciables en la década
siguiente, como consecuencia
del aporte inmigratorio, que si efectivamente hace
aumentar el número de activos,
aumenta mucho más el número o volumen demográfico, por el
protagonismo de
una población juvenil e infantil fuertemente ligada a las
tasas de natalidad, así
como el progresivo aumento de la edad de escolarización.
Todo lo cual redunda
en una mejora de la calidad de vida al aumentar los
niveles de estudio y reducirse
la importancia de los grupos marginales (niños y
ancianos).
Estos factores en el caso vasco están íntimamente ligados
al rejuvenecimiento
de la sociedad vasca, lo que conlleva un descenso del
porcentaje de personas
en edad activa.
Junto a ello se produjo un profundo cambio en la
estructura de la distribución
sectorial de la población activa. El descenso de las tasas
de actividad agrícola
son claras, principalmente en Guipúzcoa y Vizcaya cuyos
porcentajes son claramente
inferiores al 10%. Sólo Navarra se mantiene en tasas muy
superiores y
próximos a la media estatal. Este descenso del volumen
agrícola es consecuencia
del trasvase campociudad, que se ha producido con la
industrialización del País.
Analizando el cuadro podemos comprobar fácilmente estos
extremos ya que en
Guipúzcoa, Vizcaya y Alava la población activa encuadrada
en el sector primario
es claramente inferior al 8,5%, más teniendo en cuenta que
en Vizcaya y Guipúzcoa
hay un porcentaje de población activa encuadrada en las
actividades pesqueras
de gran arraigo en el País, a pesar de lo cual no se llega
al 6% del total
provincial.
POBLACION ACTIVA
Distribución de la Población Activa por Sectores (1968-
1975)
|
Alava |
Guipúzcoa |
Vizcaya |
Navarra
|
|
1968 |
1975 |
1968 |
1975 |
1968 |
1975 |
1968 |
1975 |
Población Activa en % |
— |
36,0 |
— |
35,8 |
— |
34,9 |
— |
35,6 |
Sector Primario |
17,5 |
7,8 |
10,4 |
5,7 |
10,2 |
4,4 |
29,7 |
19,3 |
Sector Secundario |
56,0 |
58,7 |
56,7 |
56,9 |
53,8 |
55,5 |
40,1 |
44,5 |
Sector Terciario |
26,3 |
33,3 |
32,8 |
37,2 |
35,9 |
40,0 |
30,2 |
36,1 |
Fuentes : AZAOLA, J.M.:
“Vasconia y su destino”
Ed. Revista de
Occidente. 2 Volúmenes,
Madrid 1975 y 1976.
CAMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE ALAVA.:
“Economía Alavesa”
Varios Números.
CAMARA DE COMERCIO INDUSTRIA Y NAVEGACION DE BILBAO.:
“Memoria Comercial’’
Varios Años.
CAMARA DE COMERCIO INDUSTRIA Y NAVEGACION DE GUIPUZCOA.:
"Economia
Guipqroana” Varios Años.
CAMARA OFICIAL DEL COMERCIO E INDUSTRIA DE NAVARRA.:
“Cifras
Estadísticas de la Provincia Navarra”
Varios Años.
Elaboración Propia.
Sin embargo, paralelo a este descenso se produce el
aumento de población
trabajadora en el sector secundario, que supera claramente
el 50%, excepto en Navarra
donde este trasvase campo-ciudad o lo que es lo mismo,
sector primario-sector
secundario ha sido menor. A su vez y como resultado de lo
ya expuesto, observamos
el aumento considerable del sector terciario. De todo ello
da una estructura
a nivel urbanístico de claro descenso de los núcleos
rurales y una progresiva urbanización
que se ha observado en estos años en el espacio geográfico
vasco. De tal
manera que, aproximadamente, el 80% de la población está
asentada en núcleos de
más de 10.000 habitantes.
¿La aparición de un nuevo ciclo demográfico
entre los años 1975 y 1981?
Una vez expuesto a grandes rasgos el desarrollo
demográfico vasco y sus repercusiones
en la distribución espacial sería conveniente analizar el
cambio que se
ha dado en el País en estos últimos años y más
especialmente a partir de 1975.
Si el crecimiento demográfico vasco estaba fuertemente
sustentado en un
aporte masivo de inmigrantes de otras provincias o del
mismo Estado Español, en
estos últimos años las entradas son prácticamente nulas a
la vez que las salidas de
potencial humano vuelven a tomar consistencia y
consecuentemente limitan el crecimiento
demográfico vasco. Una limitación que en muchos casos ha
traído como
consecuencia el descenso demográfico en municipios cuyo
desarrollo haz estado
fuertemente ligado a la industria y por consiguiente a la
inmigración. Se entra pues
de lleno en un período demográfico donde las migraciones
son superiores a las
entradas aunque haya a nivel provincial excepciones al
hecho.
Alava es quizás la provincia menos afectada por este nuevo
rumbo, ya que
continúa conociendo saldos positivos, aunque, claro está,
con menor intensidad
que en épocas precedentes. Si en el período 1971-1975
tenía un saldo migratorio
del 17,6 por mil, en estos últimos años 1975-1981 se le
calcula un incremento rodante
al 7 por mil, lo que significa un descenso porcentual
superior al 50%. El hecho
del mantenimiento de estos saldos positivos puede estar
relacionado con la
constitución de Vitoria como sede del Gobierno Vasco con
todo lo que esto
conlleva. De hecho Vitoria y, en menor medida, los centros
dependientes del Área
Metropolitana del Gran Bilbao, son los núcleos que
aumentan demográficamente;
contrariamente al interior donde el despoblamiento es un
hecho real.
En definitiva, durante estos últimos años podemos decir
que la provincia
continúa con sus ritmos de crecimiento aunque menores a
los de la primera mitad
de la década. Un mejor y más profundo estudio nos lo
ofrece Rosario Galdós (7) en
«Lurralde V».
Por su parte, Guipúzcoa y Vizcaya son las provincias cuyos
ritmos de crecimiento
han disminuido más sensiblemente, como consecuencia de una
crisis que
está afectando más a los núcleos fabriles, como antaño
también se vieron más fuertemente
afectados por las corrientes inmigratorias. Guipúzcoa en
estos últimos
años ha tenido un crecimiento de sólo 10.000 habitantes,
cuando de haber existido
unos movimientos migratorios del valor 0, tenía que haber
llegado a los 715
o 720.000 habs., y existían unas previsiones, de haberse
mantenido los ritmos de
crecimiento, una población que no debiera estar lejos de
los 725.000 habs. Ello es
consecuencia de la ya mencionada corriente emigratoria que
en muchos casos es la
vuelta al lugar de origen de la población que vino a
Euskadi en los años cincuenta-sesenta
principalmente.
Consecuencia de ello es el incremento de carácter negativo
que se está dando
en algunos municipios, caso de Pasajes
22.501(8) y que en 1981 era de 20.696
que en 1975 tenía una población de (9), lo que
supone una disminución de
1.805 habs. en seis años. Aplicando en el caso de Pasajes
los índices o tasas medias
de natalidad y mortalidad para dicho período
correspondientes a la provincia
(Ver Cuadro), Pasajes debería tener una población de
23.729 habs., lo que comparando
con la cifra real del Municipio Pasaitarra da una
«salida», de más de
3.000 habs. En una extrapolación de unas tasas medias
provinciales a un municipio,
que más que válida como cifra en su aspecto cuantitativo,
debe ser manejada
como reflejo de una situación real existente hoy día en
Guipúzcoa.
Una situación que al igual que en Pasajes, aunque en menor
volumen, se está
dando en otros municipios guipuzcoanos, ya que en este
territorio parece, según
todos los indicios, que las emigraciones han alcanzado
mayor valor, hasta situarse
en torno a un saldo Migratorio del 6 por mil en dicho
período. Por todo ello, y
después de realizar los pertinentes cálculos, extrapolados
de los índices medios de
natalidad y mortalidad, podemos asegurar que las salidas
de potencial humano en
este período no deben andar lejos de las 25 o 30.000
personas. La Cámara Oficial
de Comercio, Industria y Navegación(10)
señala en el período
1976-1981 una
inmigración neta de 21.207 personas. Cifra que se podría
aumentar hasta llegar a
las ya señaladas si tenemos en cuenta que no todos los
cambios de residencia suelen
ser comunicados a los Centros Oficiales, lo que
indudablemente dificulta la
evaluación total de estos movimientos.
Los principales puntos de destino de los emigrantes en
estos años son tras
Madrid y el resto de las provincias vascas, Cáceres y
Badajoz. La Rioja, Valladolid,
Salamanca... etc., mientras las escasas inmigraciones son
provenientes en su
mayoría de Madrid, Vizcaya y Navarra.
En Vizcaya asistimos a un proceso de características muy
similares al guipuzcoano,
manteniéndose una similitud en sus procesos demográficos,
como ocurriera
en años precedentes. Sin embargo si los arribos de
inmigrantes en Vizcaya han superado claramente a los de Guipúzcoa, aquí puede suceder a
la inversa ya que según
los primeros cálculos el saldo migratorio, puede rodar el
—5 por mil, lo que en
Guipúzcoa era de un entero más. Ello representaría que en
el citado período que
comentamos las salidas de vizcaínos hacia otras áreas
tanto del País Vasco, como
del Estado Español, podrían llegar a las 35 o 40.000
personas.
Mikel Marañón(11)
tomando los índices de
crecimiento del período 1970-
1976, extrapolándolos hasta 1980, calculaba para este año
una población de
1.288.000 habitantes, cifra que supera en 100.000 personas
el volumen demográfico
vizcaíno según el Censo de 1981. Ello es consecuencia del
volumen emigratorio
que desde Vizcaya se han ido a otras áreas, así como el
considerable descenso
que han sufrido los índices de crecimiento vegetativo. Con
respecto a éstos
ya señalábamos como a partir de los años setenta se
observaban disminuciones
acusadas en función del descenso de la natalidad, como
observamos de la comparación
del presente cuadro con el del período 1910-1975.
Tasas de Crecimiento en el País Vasco (1975-1981)
Alava |
Guipúzcoa |
Vizcaya |
Navarra |
|
16,9 |
15,1 |
17,1 |
15,8 |
TN |
6,6 |
6,0 |
7,0 |
8,6 |
TM |
10,3 |
9,1 |
10,1 |
7,2 |
CV |
7,2 |
- 6 . 0 |
- 5 , 0 |
2,0 |
SM |
Las cifras registradas por la Cámara de Comercio, Industria y Navegación
de Bilbao (1981) señalan el carácter negativo de los movimientos a partir
de 1977, siendo superiores a las 4.000 personas anuales a partir de 1978,
y estimándose un saldo negativo de casi 7.000 personas para 1980. Estas
cifras de por sí nada despreciables, pueden no señalar la auténtica
realidad de estos movimientos, ya que al igual que en Guipúzcoa, pensamos
que hay excesivos cambios que no se registran. De ahí que estemos más de
acuerdo con los saldos expuestos con anterioridad, que podríamos
calcularlos en una emigración neta de 35.000 personas.
Volumen algo superior al guipuzcoano pero quizás menos
preocupante habida
cuenta de que Vizcaya casi duplica en potencial
demográfico a Guipúzcoa.
Desde el punto de vista del asentamiento de la población
en el territorio es
de señalar el desplazamiento que se está produciendo hacia
la margen derecha del
Nervión, así como el reforzamiento del papel
descongestionador de algunas comarcas,
que se señalaba con anterioridad, ya que la saturación
demográfica del
Àrea Bilbaina es un hecho palpable.
Como en el caso guipuzcoano los destinos de los
emigrantes, parecen guardar
relación con los orígenes del inmigrante que vino años
atrás al País Vasco.
Por su parte también en Navarra se observa esta tónica de
crecimientos
mínimos, que es menos acusada que en el resto precisamente
por la menor incidencia
del «boom» de los años sesenta.
En este período podemos situar la tasa de crecimiento
debido a los movimientos
migratorios en torno al 2 por mil, cifra poco
significativa y que en modo
alguno es la continuación de la tónica de incidencia
exigua de la inmigración que
ya se observa en Navarra entre 1970 y 1975. Lo que sí es
significativo es el considerable
aumento de los movimientos intraprovinciales, lo que
indudablemente
favorece el ritmo de crecimiento de los centros comarcales
industriales y acentúa
las diferencias campo-ciudad.
Ante estos cambios que se observan en el País Vasco, surge
inmediatamente
la pregunta: ¿Cuál es el futuro demográfico de Euskadi? En
realidad es difícil
predecirlo, ya que el mismo está muy ligado a una serie de
factores, principalmente
económicos, y en función de ellos puede derivarse una
dirección demográfica tendente
al aumento o disminución. De ahí la dificultad de las
predicciones demográficas,
ya que cualquier alteración puede introducir cambios
sustanciales. Lo
cierto es que en 1981 los grupos de edades 0-4 son
inferiores a los inmediatamente
superiores, lo que de continuarse podría dar lugar a un
envejecimiento de la
población. De ahí que entre interrogantes hayamos
mencionado la aparición de un
nuevo ciclo demográfico entre 1975 y 1981, cuya
continuación pudiera darse, todavía,
durante algunos años.
LA POBLACION EN EL PAIS VASCO CONTINENTAL
Antes de entrar en el análisis propiamente dicho de la
población vascofrancesa,
creo conveniente describir, siquiera someramente, la
división administrativa
del Estado Francés, por cuanto los territorios históricos
de Laburdi, Benabarra y
Zuberoa, no se corresponden con entidad administrativa
alguna, sino que quedan
englobados en uno de los 99 Departamentos que configuran
el Estado Francés;
más concretamente en el Departamento 64, denominado de los
Pirineros Atlánticos
o Bajos Pirineos.
La unidad básica es la comuna que podríamos asemejarla con
el municipio.
Estas comunas se agrupan en cantones cuya unión constituye
el Departamento.
El Departamento de los Pirineos Atlánticos constituye
junto a Dordogne y
Gironde una de las veintiún regiones económicas en que
está dividida la nación
francesa. Esta región económica, denominada Aquitania,
tiene su capitalidad en
Burdeos.
Esta división administrativa presenta enormes dificultades
puesto que al no
constituir los territorios vascos una entidad autónoma
propia, los diversos estudios
demográficos se realizan en base a determinados criterios;
criterios que en ningún
caso coinciden con los límites establecidos entre Laburdi,
Benabarra y Zuberoa.
George Viers(12) desde el punto de
vista demográfico divide el País Vasco Continental
en tres grandes grupos: Litoral, Colinas y Montaña;
mientras el INSEE
(Institut Nationale d’Estudes Economiques Estatistiques)
en sus últimos estudios
(1975) divide el Departamento en los Pirineos Atlánticos
en aglomeraciones urbanas:
Aglomeraciones de Pau, Oloron y Bayona, siendo ésta última
la única del
País Vasco Francés con una población superior a los
100.000 habs. y estando
incluidas en ella las comunas de Ondres y Tarnos
pertenecientes al Departamento
de Landes.
Asimismo debemos señalar que, a diferencia de la mayoría
de los países europeos
que realizan periódicamente sus censos, el Estado Francés
no guarda periodicidad
alguna en la confección de los mismos. Desde 1936 se han
realizado censos
en 1954, 1962, 1968 y 1975.
Por último, en esta breve introducción, mencionaremos los
16 cantones que
constituyen el País Vasco Francés, a saber: Anglet,
Bayona, Biarritz, Hendaya,
Bidache, Espelette, Hasparren, Saint Jean de Luz y
Ustaritz (pertenecientes a Laburdi,
aunque el cantón de Bidache tenga alguna comuna situada en
el territorio
histórico de Benabarra), Labastide-Clairance, Iholdy,
Saint Jean Pie de Port,
Saint Etienne de Baigorry, Saint Palais (pertenecientes a
Benabarra) y Mauleon y
Tardets (Zuberoa).
Estos dieciséis cantones, formados por un numero muy
variable de comunas,
agrupan a las 160 que constituyen el País Vasco
Continental; comunas en su
mayoría rurales puesto que sólo 16 (Anglet, Bayona,
Biarritz, Bidart, Boucau,
Cambo-les-Bains, Ciboure, Hasparren, Hendaya, Saint Jean
de Lus, Saint Pee sur
Nivelle, Saint Pierre d’Irube, Urrugne, Ustaritz
—pertenecientes a Laburdi—,
Saint Palais —Benabarra—, y Mauleon —Zuberoa—) superan los
2.000 habitantes;
cifra ésta que se considera como divisoria para delimitar
a comunas rurales y
urbanas.
En general la población vasco francesa se haya
irregularmente repartida sobre
el territorio; ya que Laburdi, cuya superficie es el 34%
del total, alberga tres
cuartas partes de la población total, originándose por
ello una desigual distribución
entre la costa y el interior. Ello es consecuencia de los
importantes movimientos
migratorios que se han venido produciendo desde tiempos
atrás y que tuvieron
especial incidencia en Benabarra y Zuberoa. L. Etcheverry(13)
señalaba que entre
1831 y 1892, habían abandonado el País 79.262 personas;
cifra ésta a la que deberíamos
añadir la emigración clandestina con lo cual se
aproximaría a 100.000
personas las que abandonaron el País Vasco Continental
durante el siglo pasado.
Por todo ello no es de extrañar las enormes diferencias
que se observan, hoy
en día, entre el litoral y el interior.
La evolución de la población vasco francesa
en el siglo XX
Durante el siglo XX paralelo al importante crecimiento
demográfico de Laburdi,
se acentúa hasta límites extremos el desequilibrio entre
la costa y el interior,
consecuencia del continuo despoblamiento de las zonas
rurales como se observa a
través del siguiente cuadro.
|
1901 |
1911 |
1936 |
1954 |
1968 |
1975 |
Laburdi |
96.868 |
99.910 |
118.260 |
140.040 |
156.048 |
176.805 |
Benabarra |
55.775 |
— |
70.024 |
40.039 |
37.011 |
34.683 |
Zuberoa |
20.708 |
— |
18.895 |
17.609 |
16.690 |
16.247 |
TOTAL |
173.351 |
|
207.179 |
197.688 |
209.749 |
227.815 |
Fuente: INSEE
Con las cifras que poseemos se puede suponer que el
crecimiento demográfico
de Iparralde ha sido constante, aunque mínimo, hasta 1936.
A partir de
aquí se percibe un descenso acusado que puede ser
consecuencia de una emigración
que tras los años posteriores a la finalización de la
Guerra europea, pudo darse,
principalmente, en París y sus alrededores.
Según el censo de 1968 apreciamos una ligera recuperación
que iguala el total
demográfico vasco francés a la población existente treinta
años antes. A partir
de aquí el crecimiento, de valores mínimos, se sigue
centrando en Laburdi, a la vez
que se continúan los descensos poblacionales de Benabarra
y Zuberoa.
Distribución de la población
Este notable contraste que se observa en los territorios
del País Vasco Continental,
es mucho más acusado a nivel de comunas y cantones. Según
el censo de
1975 de los 16 cantones que existen en el País, sólo 5
superan los 15.000 habitantes,
mientras que 9 no llegan a los 10.000. Sólo la
aglomeración de Bayona,
formada por las comunas de Anglet, Arcangues, Bassussary,
Bayona, Biarritz, Bidart,
Boucau, Guethary, Mougerre, Ondres (Landes), Saint Pierre
de Irube y
Tarnos (Landes), supera los 100.000 habitantes (120.780).
George Viers, desde el punto de vista demográfico, divide
los cantones en
tres grandes grupos o unidades : El Litoral, Las Colinas y
La Montaña.
— El Litoral: comprende los cantones actuales de Bayona, Anglet, Biarritz,
Saint Jean de Luz, Hendaya, Ustaritz y Espelette. Es zona
urbana o suburbana
dependiente de las actividades secundarias del área de
Bayona o las terciarias del
litoral.
Dentro de este grupo debemos hacer una graduación ya que a medida que nos
trasladamos al Este las densidades descienden considerablemente. Frente a
los
altos valores de los cantones costeros, llegándose a
cifras de verdadera congestión,
nos encontramos con que las densidades de los cantones del
extremo oriental no
llegan a la media del País Vasco Continental.
|
Superficie (Km2) |
Población |
Densidad |
Bayona |
108,8 |
57.591 |
529,4 hab./km2 |
Anglet |
26,48 |
25.241 |
953,4 hab./km2 |
Biarritz |
11,66 |
27.595 |
2.366,6 hab./km2 |
S. Jean de Luz |
62,23 |
17.443 |
280,2 hab./km2 |
Hendaya |
66,02
|
20.942 |
317,2 hab./km2 |
Ustaritz |
165,91 |
9.592 |
57,8 hab./km2 |
Espelette |
180,43 |
10.091 |
55,9 hab./km2 |
Fuente: INSEE (1975)
— Las Colinas: engloba los cantones del extremo oriental
de Laburdi y la
mitad septentrional de Benabarra y Zuberoa. Comprende los
cantones de Hasparren,
Labastide-Clairance, Bidache, Saint Palais, Iholdy y
Mauleon.
Es una región predominantemente agrícola y rural bajo
influencia de dos villas
industriales (Hasparren y Mauleon) y un centro de
servicios (Saint Palais).
Consecuencia de esta débil estructura económica es su
escasa población, que en
ningún caso supera los 50 hab./km2.
|
Superficie (km2) |
Población |
Densidad |
Labastide-Clairance |
114,92 |
4.052 |
35,2 hab./km2 |
Hasparren |
160,38 |
7.123 |
46,9 hab./km2 |
Bidache |
158,08 |
4.087 |
25 ,8 hab./km2 |
Saint-Palais |
322,45 |
9.406 |
29,1 hab./km2 |
Iholdy |
246,04 |
4.639 |
18,8 hab./km2 |
Mauleon |
302,47 |
11.931 |
39,4 hab./km2 |
Fuente: INSEE
(1975)
— La Montaña: esta tercera unidad se corresponde con los
cantones fronterizos
de Benabarra y Zuberoa, esto es los cantones de Saint
Ettienne de Baigorry,
Saint Jean Pie de Port y Tardets.
Es zona de vida pastoril carente de cualquier industria y
con un sólo centro
urbano animado por el turismo y los mercados agrícolas
(Saint Jean Pie de Port).
A pesar de la gran extensión de los cantones las
densidades son muy bajas,
menores de 25 hab./km2,
consecuencia de la escasa población existente en esta
área de escasos recursos y carente de cualquier tipo de
servicios.
|
Superficie (Km2) |
Población |
Densidad |
S. Etienne de Baigorry |
318,59 |
6.379 |
20,0 hab./km2 |
S. Jean Pie de Port |
309,58 |
6.983 |
22,5 hab./km2 |
Tardets |
383,42 |
4.316 |
11,2 hab./km2 |
Fuente: INSEE (1975)
Analizando la distribución a nivel de comunas la situación se hace más
precisa.
Nuevamente comprobamos como las mayores densidades
corresponden a las
comunas de la zona litoral, superando los 1.000 hab./km2,
en Bayona y Hendaya
(1.675 y 1.191 hab./km2,
respectivamente), mientras en el resto de Laburdi la
población se centra en torno al AA. MM. de Bayona y a lo
largo de los valles del
Nive y Adour.
En Benabarra las densidades son considerablemente bajas,
salvo algunas comunas
como Saint Jean Pie de Port y Saint Palais con 633,3 y 286
hab./km2,
respectivamente.
Zuberoa es el territorio que presenta una situación más
desequilibrada. La
mayoría de las comunas del cantón de Tardets tienen
densidades inferiores a los
15 hab./km2
—la comuna de Tardets-Sorholus
tiene 54,5 hab./km2—
mientras
que en Mauleon las densidades son algo mayores, aunque
siempre en valores muy
reducidos, con la excepción de la comuna de Mauleon que
tiene 331 hab./km2.
Crecimiento Natural y Movimientos Migratorios
Dos de los factores a considerar en el crecimiento natural
de la población:
Natalidad y Mortalidad, aunque debemos tener siempre en
cuenta las repercusiones
que directa o indirectamente pueden tener los movimientos
migratorios.
La natalidad para el conjunto del País Vasco Continental,
14,2 por mil es
baja, inferior a la de las zonas colindantes, tanto
francesas como españolas. Por el
contrario los índices de mortalidad son altos 12,4 por mil
—superior a la media
francesa 10,6 por mil—. Como lógica consecuencia de ellos
y complementado por
una importante emigración se está dando un continuo
envejecimiento de la población,
mucho más acusado en las áreas rurales.
El crecimiento continuo de los cantones costeros se
manifiesta en la década
de los 50, para ir disminuyendo paulatinamente en los
últimos años (4.941 personas
en el período 1954-62, para ser en el período 1968-75 de
2.837 personas).
|
1954-62 |
1962-68 |
1968-75 |
Bayona, Anglet y Biarritz (B.S.B.) |
2.463 |
2.306 |
2.089 |
Saint Jean de Luz, Hendaya |
1.606 |
1.145 |
641 |
Ustaritz |
344 |
208 |
220 |
Espelette |
528 |
232 |
- 1 1 3 |
Zona Litoral total: |
4.941 |
3.891 |
2.837 |
Este crecimiento viene dado por una tasa de natalidad
superior a la media
del País Vasco Continental llegando al 15% en el BAB
(Bayona, Anglet, Biarritz),
pero siempre inferior a la media del Estado Francés —16,8
por mil—, y favorecido
por un importante movimiento migratorio. El relativo
crecimiento viene
dado en buena parte por el acentuado carácter de
envejecimiento de la población
costera. Dato significativo es el hecho de que entre
1968-75 el número de jubilados
ha aumentado en un 4,3% con respecto al total de la
población, pasándose al
18,8% de la misma.
Tasa de Natalidad y Mortalidad (Año 1975)
|
Natalidad
(por
mil) |
Mortalidad
(por
mil) |
Bayona, Biarritz, Anglet |
15,0 |
12,2 |
Saint Jean de Luz, Hendaya |
13,6 |
11,6 |
Ustaritz |
14,9 |
11,3 |
Espelette |
14,0 |
15,6 |
Hasparren |
14,8 |
11,8 |
Labastide-Clairance |
12,3 |
13,4 |
Bidache |
13,7 |
14,6 |
Saint Palais |
14,1 |
12,8 |
Mauleon-Licharre |
13,5 |
12,3 |
Iholdy |
14,1 |
12,8 |
Total País Vasco Continental: |
14,2 |
12,4 |
Fuente : INSEE
En el interior del País, zona de colinas, la disminución
de la emigración es
un hecho claro, a pesar de lo cual se siguen produciendo
desplazamientos hacia la
zona litoral. Consecuentemente el crecimiento natural es
débil tendiendo a disminuir.
El crecimiento que se dio entre 1954-62 de 1.496 personas
disminuyó sensiblemente,
siendo de tan sólo 354 personas en el período 1968-75 y
apareciendo
dos cantones, Labastide Clairance y Bidache, con
crecimiento negativo de —30 y
—28 personas respectivamente. Serán los pequeños núcleos
industriales y de servicios
de Hasparren, Saint Palais y Mauleon los que ejerzan el
papel de centros co-
345
PEDRO PICAVEA
merciales de atracción mejorando su situación con respecto
a los cantones de montaña,
mostrándose una estructura de población por edad y la
relación entre efectivos
de uno y otro sexo en general más equilibrada, aunque en
menor escala sigan
ofreciendo las mismas diferencias los cantones con alguna
industria y aquellos fundamentalmente
rurales.
Fuente: INSEE
En la zona de montañas observamos un fuerte descenso de
las tasas de natalidad
entre 1954 y 1975 consecuencia de la importante emigración
femenina, generalmente
con carácter definitivo, ya que difícilmente volvían a
contraer matrimonio
a sus lugares de origen. Directamente relacionado con ello
y de claras repercusiones
para la natalidad, y en consecuencia para el
envejecimiento de la población,
es el gran número de solteros así como la tardía edad en
que se celebran
los matrimonios. Este envejecimiento de la población queda
de manifiesto al
comprobar como en los cantones de montaña ha habido en el
período 1968-75 un
crecimiento negativo del 2,6%, equivalente a 344 personas,
contrariamente al crecimiento
positivo de años anteriores.
Fuente: INSEE
Como consecuencia de ello se han introducido lógicas
variaciones en la relación
de efectivos en ambos sexos. Si para el País Vasco
Continental, el número de
personas del sexo femenino por cada 100 del masculino es
de 91,6; para el conjunto
de las zonas predominantemente agrícolas y ganaderas se
eleva a 116. Desequilibrio
idéntico al que se observa entre la cohorte 40-44 con una
relación 100-
144.
Con respecto a los movimientos migratorios he de señalar
que el País Vasco
Continental ha sido tradicionalmente área proveedora de
mano de obra, con destino
tanto a América como al resto del Estado Francés,
principalmente a las áreas
industriales próximas y a París y sus alrededores.
Un análisis detallado de los movimientos migratorios que
se han dado en estos
últimos años en Iparralde, permite observar que desde 1954
a 1975, sólo la
zona litoral ofrece un saldo positivo, que ha hecho
factible el continuo crecimiento
de esta zona. Zona cuya afluencia más importante la
señalaríamos en el período
1962-1968, con un volumen de inmigrantes superior a 12.000
personas. En este
numeroso contingente migratorio debemos señalar el
importante atractivo que
ejercen determinados puntos como residencias para personas
de la tercera edad
que vienen a pasar sus últimos días al País Vasco
Continental principalmente a la
comuna labortana de Cambo Les Bains, donde hay varios
centros de características
muy específicas al hecho que me refiero.
Sin embargo el importante crecimiento de la zona costera
no ha tenido correspondencia
directa con el también necesario aumento de los puestos de
trabajo,
como sería de esperar. El período 1968-1975 contempla un
crecimiento de la población
activa de 3.000 personas, de los que fácilmente se deduzca
la importancia
de la tercera edad y lo que es lo mismo el volumen de
gente no activa (jubilados).
Del mismo modo que el crecimiento ha sido continuado en
las zonas litorales,
el interior está asistiendo a un progresivo
despoblamiento. En la zona de colinas
entre 1954-1975, se registra un saldo migratorio negativo,
especialmente acusado
entre 1954 y 1968 (ver cuadro).
Igualmente la Montaña presenta un saldo migratorio
negativo. Baste recordar
para señalar el rumbo demográfico de estas áreas
interiores que en los territorios
históricos del interior, en 1901 la población era muy
superior a la asentada en
1975, como hemos señalado en el cuadro de la Evolución
Demográfica.
Como consecuencia de este despoblamiento no es ilógico el
proceso de fusión
que se ha producido en estos años por parte de varias
comunas, de escasa población
y menos recursos económicos. Hace falta en la actualidad
conocer los datos
del Censo de 1981 para saber si esta línea descendente se
continúa o si por el
contrario se produce una paralización de los emigrantes,
que en caso de ser un hecho
cierto, sería como consecuencia del agotamiento de ese
potencial humano que
tiene una edad óptima para emigrar y no como resultado de
unas mejores perspectivas
económicas. Con todo ello podemos resumir diciendo que el
futuro demográfico
de las áreas interiores del País Vasco es más que
preocupante, es alarmante
ante el devenir.
Fuente: INSEE
Estructura de la Población
Según los datos que tenemos la población del País Vasco
Continental
(1975), debemos considerarla como una población adulta que
tiende a un progresivo
envejecimiento.
Al analizar la composición de la población por edades
observamos que la población
joven (esto es menor que 20 años) se eleva a 63.279
personas, lo que
viene a representar el 27,7% del total demográfico, siendo
este porcentaje inferior
al resto de la zona de Montaña. La población adulta
(comprendida entre 20 y 64
años) asciende a 122.291 personas, lo que supone el 53,6%
del total. Mientras, la
población adulta, esto es superior a 65 años, significa el
18,5%, porcentaje claramente
superado en las zonas interiores del País.
En cuanto a la población activa podemos señalar que en
1975 ascendía a
86.670 trabajadores, lo que suponía el 38% de la población
total, claramente inferior
al porcentaje de la media nacional francesa (41,5%).
Lógicamente y en función de su mayor volumen demográfico,
es en la zona
litoral, donde se encuentra el mayor número de
trabajadores —63.160, equivalentes
al 72,8% de la población activa del País Vasco
Continental—. Mientras el interior
sólo tiene el 27,12 de la población activa.
La ocupación poblacional varía lógicamente en el interior
y el litoral. Aquí
predominan sobre todo las actividades terciarias, con un
elevado porcentaje de
mano de obra femenina.
El sector primario ocupa al 15,5% del total de los
trabajadores. Este alto
porcentaje del sector primario se debe a la importancia
del mismo en las zonas interiores,
en las que se llega al 41,2% mientras en la costa sólo es
del 5,7 ; cifra ésta
que no podemos considerarla excesivamente válida, ya que
se debe al gran volumen
de trabajadores que en este sector se encuentran en
Ustaritz y Espelette (32 y
17% respectivamente). Mientras en las zonas costeras,
salvo Saint Jean de Luz
con un 6% —debido a la importancia de la pesca— las
actividades agrícolas y ganaderas
ocupan a muy pocos trabajadores, oscilando las cifras
entre el 2,2% de
Bayona y el 0,9% de Biarritz.
El sector secundario ocupa el 31,4% del total del volumen
activo del País
Vasco Francés. A pesar de su ligero retroceso este
porcentaje se supera en la zona
litoral, 32%. Por su parte en el interior con un
porcentaje inferior estos trabajadores
están concentrados en los núcleos industriales de
Hasparren y Mauleon.
El sector terciario ocupa en la zona costera un elevado
porcentaje de su población
activa —62,3%— muy superior a la media del País Vasco
Continental
—53,1%— y la del Estado Francés. Este porcentaje a medida
que nos alejamos de
la costa, desciende considerablemente, siendo el sector
más débil por cuanto sólo
ocupa el 28,9% de la población activa.
NOTAS
(1) GARCÍA MANRIQUE , J . : « Eibar : C.S.I.C. 1961.
Zaragoza inmigración y desarrollo urbano e industrial»
(2) JIMÉNEZ CASTILLO, M.: «La Población de Navarra.
Estudio Geográfico», Zaragoza,
1918.
(3) Natalidad = (N.º de Nacimientos x 1.000) /
P .
P = Población asentada a mitad del año a que hace
referencia la tasa de Natalidad.
(4) Mortalidad = (N.º de fallecidos x 1.000) / P.
P = Población asentada a mitad del año a que hace
referencia la Tasa de Mortalidad.
(5) Saldo Migratorio = Crecimiento Real -
Crecimiento Natural
(6) Población Activa = (N.º de activos x 100) /
P o b l a c i ó n
La población como en casos anteriores hace referencia a la
supuesta con la mitad de año.
(7) GALDÓS URRUTIA, R.: El Crecimiento de la
población Alavesa entre 1975-1981. Una
primera aproximación.
«Lurralde V» (INGEBA), San
Sebastián, 1982.
(8) I.N.E.: Padrón Municipalde 1975.
(9) I.N.E.: Censo de
1981.
(10) CAMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACION DE
GUIPÚZCOA:
Memoria Estadística, 1981.
San Sebastián, 1982.
(11) MARAÑÓN, M. : «Demografía Vizcaína
del s XX». Lurralde n.º
1, San Sebastián,
1978.
(12) VIERS, G.: Pour un Pays Basque heureux. Federation
des Pyrennes-Atlantiques du
Parti Comuniste Français. Bayonne, 1979.
(13) L. ETCHEVERRY: Memoria presentada al
Congreso de Pau. Pau, 1892
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