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II Encuentros de Geografia Euskalherria-Catalunya. Cubierta de la publicacion virtual

 

Indice / Aurkibidea

Organizacion

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L. Casassas

J. Juaristi

A. Cañamero

M. de Bolos

M. de Bolos (2)

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D. Serrat

F. Ugarte

I. Antiguedad

C. Carreras

E. Clemente

J. G. Piñeiro

T. Vidal

P. Becerra

P.Picavea

J. Martin

C. Castro

A. Uriarte

E. R. Urrestarazu

EUSKALHERRIA-CATALUNYA

 

Arteko I. Geografia Topaketa

I Encuentro de Geografía

I Trobada de Geografía

 

 

APROXIMACION A LA GEOGRAFIA DE LA POBLACION

DE CATALUNYA

Dr. TOMAS VIDAL I BENDITO

INTRODUCCION

Sobre un territorio de unos 32.000 km2, de calidad natural más bien mediocre, viven unos seis millones de catalanes a los que corresponde, por término medio, alrededor de media hectárea. Esta densidad regional (180 hab./km2) es una de las más elevadas de la península ibérica y está relativamente próxima a la de las regiones europeas más pobladas.

La relación hombre territorio dista mucho aquí de tener una base ecológica.

Los catalanes viven sólo parcialmente de sus recursos naturales. El país produce un amplio excedente de bienes y servicios que intercambia con el exterior en términos ventajosos y es en ello donde radica su capacidad efectiva de soporte poblacional.

En este contexto, la fuerza de trabajo indígena se reveló insuficiente, ya a principios del siglo actual, y la inmigración extraregional acudió, masivamente, en respuesta a la oferta de puestos de trabajo. En consecuencia, es el binomio economía expansiva-inmigración, la clave de la dimensión, estructura y dinámica de la población catalana.

En fechas recientes dicho binomio ha entrado en crisis, el crecimiento económico se ha detenido y la consecuencia inmediata ha sido un brusco frenazo de la inmigración. No obstante la población sigue creciendo, aunque de forma cada vez más débil, en base a un balance natural positivo basado en el notable grado de juventud de la pirámide poblacional.

1. POBLACION Y ESPACIO (1)

(1) Las notas cifradas remiten al apéndice bibliográfico donde los títulos aparecen numerados.

Las oportunidades que ofrece el espacio catalán al poblamiento son muy diversas.

El país es un microcosmos de marcos naturales variados entre los que predominan los poco favorables. Montañas y altiplanos, fríos y con frecuencia áridos, constituyen gran parte de la vasta Catalunya interior mientras que las llanuras de clima moderado se circunscriben a una reducida banda litoral. En consecuencia en

épocas normales el poblamiento catalán se ha caracterizado por un neto predominio litoral y prelitoral. Sin embargo, a estas razones naturales se suman, desde antiguo, otras de carácter socioeconómico relacionadas básicamente con el éxito político- económico de una ciudad litoral, Barcelona, que se erigió en cabeza motora indiscutible de la vida catalana. La primacía, quizás excesiva, de Barcelona, se convirtió, ya en la Edad Media, en un factor de desigualdad en la distribución de la población en el territorio de modo que la actual macrocefalia es un fenómeno de viejas raíces.

Con el renacimiento económico catalán, a partir del siglo XVIII, la macrocefalia se acentuó de tal modo que en los últimos cien años puede decirse que las características globales de la población catalana, traducen, básicamente, las de la población de la aglomeración barcelonesa. El porcentaje de población catalana residente en esta área no ha hecho más que aumentar mientras que gran parte de la Cataluña interior, especialmente la más marginal a la urbe, ha ido perdiendo peso, incluso peso absoluto. El centro de gravedad poblacional ha ido aproximándose cada vez más a Barcelona y hoy puede decirse que las densidades de población decrecen en proporción directa a la distancia a esta ciudad.

Por debajo de los 25 km al corazón de la ciudad de Barcelona las densidades de población son del orden de los 3.500 hab./km2. Entre los 25 y los 50 km de 180 hab./km2. Más allá de los 50 km las densidades son ya inferiores a la media y esta área ocupa nada menos que el 88% del territorio.

INDICADORES DE CONCENTRACION DE LA POBLACION (Año 1975)

Población residente en altitudes inferiores a los 50 m (litoral) 3.260.000 hab. (58%)
Población residente en un radio de 25 km del centro de Barcelona 3.609.000 hab. (64%)
Población residente en el municipio de Barcelona 1.754.000 hab. (31%)
Población residente en la comarca del Barcelonès 2.460.000 hab. (43%)

Fte: 43    

Ni que decir tiene que la fuerte concentración en tan reducidos espacios implica ventajas y problemas cuyo balance es en muchos aspectos negativo. Hasta hace poco la concentración iba acentuándose, en la actualidad parece remitir. La Barcelona estricta está demográficamente estancada, algunos municipios tradicionalmente muy expansivos, de su periferia, también y, en contrapartida, crecen con buen ritmo municipios de otras áreas, como la de Tarragona-Reus, mientras que la recesión demográfica de la Cataluña interior es menor.

El ranking urbano es básicamente macrocefálico. Si consideramos como un continuum urbano la comarca del Barcelonès, la primera aglomeración urbana catalana supera los dos millones y medio de habitantes mientras que la segunda sería la conurbación Sabadell-Terrassa con unos 400.000 hab., en gran medida dependiente de Barcelona, y la tercera la conurbación Tarragona-Reus con unos 200.000 hab.

En conjunto, la población catalana es eminentemente urbana, el 80% de la población vive en municipios de más de 10.000 habitantes y de ésta el 60% en municipios de más de 50.000.

Si observamos el mapa 1 que representa la distribución a nivel de entidades y los gráficos 4.1, 4.2, 4.3 y 4.4 el carácter acusadamente desigual de la distribución de la población no requiere mayores comentarios. Simplemente cabe destacar la incidencia de los factores físicos en el poblamiento de la Catalunya interior donde los asentamientos siguen con fidelidad la topografía, especialmente los valles y cuencas, aunque no de modo sistemático. Por ejemplo, muchos tramos de los valles fluviales aparecen casi desiertos a causa de la abrupta morfología de éstos.

Se trata casi siempre de aquellos sectores en que los ríos discurren profundamente encajados entre altas sierras calizas. La topografía incide, especialmente hoy, más por lo que se refiere a la facilidad de tránsito que por sus mayores o menores potencialidades agrarias. De este modo se explica el eje prelitoral, aprovechado y potenciado.

por las autopistas, y el eje de la carretera nacional II entre Barcelona y Lleida.

Otro factor a destacar es la reciente, aunque modesta, recuperación del poblamiento de la alta montaña inseparable del turismo de invierno, la moderación del declive poblacional en las áreas rurales interiores y el sensible frenazo del hasta ahora desbocado crecimiento del área barcelonesa (12.3).

2. LA DINAMICA POBLACIONAL

La dimensión y la estructura de la población catalana actual es el resultado de una dinámica histórica compleja que es preciso conocer. En 1860 la población catalana era de casi 1.700.000 habitantes, en la actualidad roza los 6.000.000.

No es insensato pensar que esta ultima cifra podría haber sido alcanzada por simple dinámica natural, ello implicaría una tasa anual ligeramente superior al 1%, valor medio que la población catalana podría haber detentado a no ser por su temprano malthusianismo.

La transición demográfica debió iniciarse en Cataluña poco antes de 1860.

Para el periodo 1860-77 la tasa media de natalidad era del 35%o y la de mortalidad del 31%o. El primer valor es típicamente tradicional, el segundo parece anunciar ya un proceso de descenso. Si la natalidad se hubiese mantenido unos lustros, mientras la mortalidad continuaba su descenso, la población catalana habría registrado la «explosión), demográfica típica de la primera fase de la transición. Sin embargo a partir de 1880 la natalidad decreció a igual o mayor ritmo que la mortalidad con lo cual el crecimiento natural fue siempre muy exiguo y decreciente alcanzando en la década 1911-1920 valores próximos a cero, precisamente en una época en que la economía catalana experimentó un gran impulso. El resultado de esta coyuntura fue una primera oleada inmigratoria. A partir de este momento el crecimiento de la población catalana se basó fundamentalmente en los aportes externos y éstos, a su vez, modificaron profundamente la estructura y dinámica de la población en el clásico proceso de rejuvenecimiento, subsiguiente aumento de la natalidad, y descenso de la mortalidad. No obstante parece que los inmigrantes de los años veinte se contagiaron rápidamente del malthusianismo de los indígenas pues la natalidad reemprendió muy pronto su descenso y ello, unido a los traumas de la guerra civil, condujo a la población catalana a una acusada fragilidad, eso es a un alto grado de vejez causa y efecto de una bajísima natalidad. En la década 1941-50 la natalidad alcanzó valores inferiores al 14%o y en 1950 la pirámide poblacional presentaba una base de estrechez amenazadora. De nuevo coincidió la baja oferta de fuerza de trabajo local con una fase de fuerte expansión económica.

Una segunda e imponente oleada inmigratoria rellenó el hueco y trastocó en poco más de un lustro, la estructura poblacional. La natalidad subió al 20%o y la pirámide poblacional pasó a ser sensiblemente joven. La mortalidad continuó bajando y, en consecuencia, Catalunya conoció tasas de crecimiento natural inéditas, por primera vez superiores al 1% anual.

Los saldos migratorios fueron entre 1950 y 1970 como sigue:

Saldos migratorios quinquenales

1951-55 . . . . . .  200.000 hab.

1956-60 . . . . . . 240.000 hab.

1961-65 . . . . . . 300.000 hab.

1966-70 . . . . . . 370.000 hab.

En veinte años Cataluña recibió más de un millón de inmigrantes que se instalaron, más mal que bien, en Barcelona y su periferia donde las ciudades dormitorio proliferaron como hongos en la más lamentable anarquía. Algunos municipios periféricos multiplicaron por 20 su población en poco más de un decenio.

3. LA PROBLEMATICA ACTUAL

La crisis económica de los años setenta se plantea en Cataluña en un momento en que la población ha alcanzado un alto grado de juventud y, en consecuencia, posee un alto potencial de crecimiento natural. La recesión se tradujo en una reducción del empleo y con ello la inmigración, fenómeno que parecía algo consustancial en la dinámica demográfica catalana, se redujo drásticamente. En el quinquenio 1971-75 el saldo migratorio fue todavía importante (231.000 hab.) pero en el siguiente, 1976-80, se convirtió en poco más que simbólico (38.000 hab. en cifras absolutas, 0,14% en cifras relativas). En consecuencia, los efectos directos de la inmigración han dejado de contar en la demografía catalana, prevalecen, no obstante, los indirectos, esto es la notable reserva de gente joven que va alcanzando la edad núbil, con lo cual, aunque el malthusianismo parece incrementarse, cabe esperar nuevas generaciones nutridas al menos por algún tiempo.

Los contingentes de las últimas generaciones han sido los siguientes :

 Generaciones 1961-80, por quinquenios

1961-65 .............. 402.000 hab.

1966-70 .............. 473.000 hab.

1971-75 .............. 536.000 hab.

1976-80 ............... 473.000 hab.

(cifras provisionales)

En la actualidad, pues, la dimensión de los grupos reproductores va incrementándose sensiblemente al igual que la presión sobre el precario mercado de trabajo.

Por estas fechas están saliendo de edad laboral unos 43.000 hab. al año y van entrando unos 80.000. A la vista de estas cifras parece evidente que sólo una gran expansión económica podría garantizar el empleo de los naturales y hacer posible una inmigración significativa. En consecuencia, la panorámica que nos ofrece hoy la población catalana hace pensar en un futuro más bien oscuro.

Hasta la publicación de los primeros datos del censo de 1981 se hablaba insistentemente de un espontáneo retorno de inmigrados. Los citados datos parecen desmentir esta hipótesis. Sin duda ha habido algunos retornos pero su incidencia ha sido débil y compensada por una también débil inmigración. El paro, que está alcanzando altas cotas y afecta especialmente a las familias inmigradas, es un acicate para el retorno pero las perspectivas laborales en sus lugares de origen son todavía más hipotéticas.

El descenso de la población en algunos municipios de neto carácter inmigratorio, tales como Terrassa y Sant Adrià, no puede explicarse simplemente, por un retorno de inmigrados a su lugar de origen. Es muy posible que el fenómeno obedezca en parte a movimientos internos de familias mal alojadas o que han cambiado de lugar de trabajo.

La hipótesis de futuro más plausible es que la inmigración dejará de ser el factor clave de la dinámica poblacional y que la población catalana evolucionará en función de sus propios recursos. La natalidad desciende y seguirá descendiendo a causa de la reducción de las tasas brutas de reproducción. Con ello la pirámide poblacional envejecerá y al no haber perspectivas de que la ya alta esperanza de vida aumente ostensiblemente, la mortalidad aumentará. En consecuencia, el crecimiento natural se irá reduciendo y quizás no esté demasiado lejos el crecimiento cero.

4. LA NATURALEZA DE LA POBLACIÓN CATALANA

El resultado de las grandes oleadas inmigratorias ha sido una profunda renovación de la población de Cataluña que se ha convertido en un crisol de pueblos peninsulares hasta el extremo de que la población de hondas raíces catalanas es posiblemente hoy una minoría.

Como es sabido las estadísticas disponibles no permiten averiguar más que el lugar de nacimiento de los individuos residentes en un determinado lugar. En base a esta información sabemos que en 1970 sólo el 62,3% de los habitantes de Cataluña habían nacido en ella. Si tenemos en cuenta que la cuantiosa inmigración de la década de los sesenta estaba constituida principalmente por adultos jóvenes no es difícil sospechar que gran parte de los nacidos en Cataluña en dicha década eran hijos de estos inmigrantes recientes, con lo cual, si sumásemos a los nacidos fuera de Cataluña su prole nacida ya en el país el porcentaje de población de origen externo sería muy elevado.

La alta aloctonía de la población catalana actual constituye, que duda cabe, un problema pero, por el momento, la convivencia entre nuevos y viejos catalanes se ha desarrollado sin tensiones graves.

El que a pesar de las sensibles diferencias de lengua, cultura y estatus socioeconómico entre autóctonos e inmigrados la citada buena convivencia haya prevalecido es un logro del que la sociedad catalana, sin distinción de origen, puede envanecerse.

De hecho, existen, no obstante, diversos grados de segregación entre autóctonos e inmigrados. En primer lugar la segregación espacial. Un altísimo porcentaje de inmigrados vive en la periferia industrial barcelonesa, en ciudades dormitorio precarias donde la presencia de catalanes viejos es una rareza. No obstante, esta segregación espacial es de base esencialmente socioeconómica. La mayor parte de los inmigrantes al llegar a Cataluña eran ex-jornaleros agrícolas que ocuparon puestos de trabajo de poca cualificación en la industria, la construcción y los servicios. Obviamente, en estas circunstancias no pudieron escoger el lugar de residencia.

La segregación espacial y económica no es, sin duda, un buen vehículo para la integración cultural y social no obstante parece haber más indicios de aproximación que de distanciamiento entre las distintas colectividades. Los resultados electorales de los recientes comicios han puesto en evidencia que los inmigrantes votan masivamente a partidos de izquierda que manifiestan en sus programas y actuaciones actitudes sensiblemente catalanistas. En contrapartida todos los intentos de explotar políticamente el sentimiento anti-integracionista de los inmigrados han sido un fracaso.

Hasta que no sean públicos los resultados del censo de 1981 no sabremos con cierta exactitud cuantos habitantes de Cataluña hablan catalán. De momento, si nos atenemos a los datos de FOESSA (1981) un 80% de la población, sin distinción de origen, habla el catalán. Entre los inmigrados el porcentaje desciende al 54%.

La valoración de estos datos es delicada. Aún considerándolos fiables, cabe preguntarse por su significación. La implantación de la enseñanza del catalán en las escuelas es todavía muy mediocre, entre otras razones porque es muy escaso el porcentaje de maestros catalanoparlantes y menor todavía la de aquellos con suficientes conocimientos lingüísticos para llevar a cabo una enseñanza aceptable. Por otra parte la arrolladora influencia de los mass media en castellano representa un contundente factor a favor de un bilingüismo muy sesgado hacia la lengua del estado.

No cabe duda de que el uso del catalán progresa, pero estamos todavía muy lejos de un bilingüismo equitativo. Los hijos de inmigrados incapaces de entender y de expresarse en catalán deben ser una exigua minoría, pero de esto al uso generalizado del catalán como lengua doméstica va un gran trecho.

Es probable que la actual estabilización demográfica sea un factor favorable para la catalanización de los inmigrados pero también es posible que la problemática laboral que afecta en especial a éstos pueda traducirse en conflictos.

5. LOS ESTUDIOS ACERCA DE LA POBLACION EN CATALUNYA

La preocupación por la temática demográfica en Catalunya es un viejo fenómeno.

Ya a finales del pasado siglo diversos estudiosos se interesaron por los problemas de población. Higienistas y urbanistas, entre estos últimos el conocido Ildefonso Cerda, se preocuparon por las precarias condiciones de vida del proletariado barcelonés y realizaron estudios especialmente relacionados con la mortalidad y la morbilidad (3, 27).

A principios del presente siglo el principal objeto de interés de los estudiosos fue el descenso de la fecundidad. Con frecuencia esta preocupación aparece en un contexto más o menos racista, envuelto en una preocupación por la decadencia de la población autóctona frente al auge de la población inmigrante.

En los años treinta, tras la primera gran oleada de inmigrantes, un notable economista, J. VANDELLÓS(1), publicó un libro de gran impacto y notable valor en el que se insistía en la condena del malthusianismo de los catalanes y en el peligro de la pérdida de identidad de la población de Catalunya a causa del aluvión inmigratorio.

En la postguerra destaca la figura de J. IGLESIES, geógrafo que participó activamente en los trabajos conducentes a la división territorial de la Catalunya autónoma de la II República. Iglesies es un gran compilador de información estadística acerca de la población catalana de todos los tiempos. Ha vaciado desde los viejos fogatges medievales hata los más recientes censos pasando por su valioso estudio del Censo de Floridablanca. Su obra capital es la citada con el número dos en el apéndice bibliográfico cuya rica información es siempre utilizada por los estudiosos de la población. También es muy meritoria su síntesis acerca de la población catalana publicada en la Geografía de Catalunya de la editorial Aedos. Un mérito a destacar de J. IGLESIES es que su voluminosa obra ha sido realizada al margen de todo contexto oficial. Ha trabajado solo contando únicamente con esporádicas y modestas ayudas de beneméritas instituciones culturales catalanas.

La soledad de los estudiosos de la población catalana ha sido casi una constante. En esta línea cabe incluir los trabajos de J. MALUQUER DE SOSTRES(3), hoy retirado de las lides demográficas.

En los años sesenta surgieron nuevos francotiradores meritorios. A. SÁEZ, formado en centros extranjeros, fue sin duda el autor del trabajo de mayor enjundia demográfica de la época(18) si exceptuamos los estudios de carácter histórico de J. NADAL y E. GIRAL.

En esta época aparecen también diversos trabajos de temática parcial, especialmente centrados en la inmigración que acudía masivamente a Catalunya. Entre ellos cabe citar los realizados por autores más o menos vinculados a la Universidad como los geógrafos J. VILÁ VALENTÍ(14) i MARIA DE BOLOS(15, 17).

Otra obra a destacar es la dirigida por el historiador A. JUTGLAR(19).

En los años setenta, la expansión de las universidades catalanas integró en el mundo académico a viejos y nuevos valores del campo demográfico pero ningún plan de estudios estableció disciplinas estrictamente demográficas. No obstante algunos conspícuos demógrafos continuaron al margen de la institución universitaria.

Un caso a destacar es el de Ll. RECOLONS(4, 6), sociólogo formado en el extranjero, que publicó en 1976 el primer libro general sobre la población de Catalunya e inició una meritoria labor docente en el Institut Catòlic de Ciencies Socials (ICESB).

La Universidad de Barcelona, concretamente el Departamento de Geografía, estableció a fines de los sesenta una asignatura denominada Geografía Social en cuyo programa tiene cabida una sustanciosa proporción de temas demográficos.

A través de esta asignatura fueron presentándose tesis y tesinas de temática poblacional (nos. 34-40) que han sido la base de una modesta cantera de estudiosos de la población cuya producción se ha canalizado principalmente en las series de mapas y textos de carácter poblacional del Atlas Sòcio-econòmic de Catalunya (8, 9, 10, 11 y 12) En la Universidad Autónoma los quehaceres poblacionales han sido más azarosos pero no menos meritorios. El citado A. Sáez estuvo temporalmente vinculado a la misma y, más recientemente lo hizo A. Cabré, formada en el francés INED,(7, 13, 42), Esta autora e I. Pujadas, de la Universidad de Barcelona, son las responsables del más completo estudio realizado hasta hoy sobre la población catalana( 1 3 ) .

También cabe destacar el papel desempeñado por los sociólogos, más o menos vinculados a instituciones universitarias (24, 25, 29).

En fechas muy recientes, 2-VI-82, se ha realizado una jornada acerca de la población de Catalunya(44) que ha reunido a gran parte de los estudiosos catalanes en activo de la temática demográfica. De la lista de participantes, que no parece adecuado reproducir aquí, se desprende que la demografía en Catalunya es, como decía A. Sauvy, una disciplina bastante salvaje, o quizás mejor, muy poco institucionalizada.

Entre los asistentes no había ni un solo demógrafo en estricto sentido profesional. Había economistas, sociólogos, geógrafos, historiadores, técnicos de la administración, etc., y la mayoría se dedicaban a la demografía de un modo marginal. No obstante el balance de lo efectuado por esta masa heteróclita de estudiosos, en las últimas décadas, es muy estimable. En consecuencia, al menos en Catalunya, la institucionalización de la ciencia no es, por lo menos, indispensable.

No sabemos cual habría sido la situación si las universidades catalanas hubiesen contado, tiempo ha, con materias o especialidades de carácter demográfico. Cabe sospechar que los resultados habrían sido mejores, el enigma estriba en saber en qué medida esta institucionalización habría potenciado o frenado la expontánea afición por los estudios demográficos.

Apéndice bibliográfico (1)

(1) Para ahorrar espacio esta relación sirve también de bibliografía al texto general del artículo. Las citas hacen referencia al número que precede a los títulos.

 

SELECCION DE PUBLICACIONES RECIENTES ACERCA DE LA POBLACION DE CATALUÑA

1) Obras de carácter general (por orden cronológico de publicación)

1. VANDELLÓS, J. : Catalunya, poble decadent. Biblioteca Catalana d’Autors Independents. Barcelona 1935.

Obra de gran impacto por su contenido ideológico. Pone su acento en la amenaza de la desnaturalización de la población catalana a causa del maltusianismo de los autóctonos frente al natalismo de los inmigrantes.

2. IGLESIES, Josep: El movimiento demográfico en Cataluña en los últimos cien años. Real Academia de Ciencias y Artes. Barcelona, 1961.

Panorámica general de la población catalana entre 1857 y 1950. De especial interés por su gran aparato estadístico a nivel municipal.

3. MALUQUER i SOSTRES, J.: Població i Societat a l’àrea catalana. Editorial A.C. Barcelona, 1965.

Síntesis demográfica tradicional de los países de habla catalana. A destacar un interesante prólogo de Jordi Nadal donde se hace historia de los estudios demográficos en Catalunya.

4. RECOLONS, Lluís: La població de Catalunya. Editorial Laia. Barcelona, 1976.

Trabajo clásico acerca de la población catalana entre 1900 y 1960. A destacar una notable preocupación por la dimensión espacial de los fenómenos demográficos.

2) Estudios demográficos de carácter general incluidos en publicaciones de temática más amplia (por orden cronológico de publicación)

5. IGLESIES, Josep: «La Població» en Geografia de Catalunya, vol. I, dirigida por L. Solé Sabarís. Editorial Aedos. Barcelona, 1958.

Síntesis de la evolución de la población catalana desde la Edad Media hasta los años cincuenta.

6. RECOLONS, Lluís: «Els Habitants), en Catalunya: Home i Territori. Editorial Blume. Fundació Jaume Bofill. Barcelona, 1979.

Síntesis, con nuevas aportaciones, del libro del mismo autor citado en el apartado 1.

7. CABRÉ, Arma: «Reflexions sobre l’evolució de la població a Catalunya fins l’any 2000» en Catalunya cap a l’any 2000. Editorial Blume. Barcelona, 1979.

8. VIDAL BENDITO, Tomas i PUJADAS, Isabel: Mapas y textos de Geografía de la Población en el Atlas Sòcio-econòmic de Catalunya. Editorial Sirocco. Barcelona, 1980.

9. VIDAL BENDITO, Tomàs :

1. Localització de la població en 1970.

2. L’evolució de la població 1860-1975.

3. L’evolució de la població 1860-1900.

4. L’evolució de la població 1900-1930.

5. L‘evolució de la població 1930-1960.

6. L‘evolució de la població 1940-1975.

7. L ‘estructura sòcio-econòmica en 1975.

10. PUJADAS, Isabel :

 1. La naturalesa de la població 1970.

2. L ‘estructura per edats.

3. La població activa.

Están en prensa las siguientes hojas :

11. PUJADAS, Isabel:

1. La natalitat 1975-1980.

2. La mortalitat 1975-1980.

12. VIDAL BENDITO, Tomàs:l. Síntesi demográfica 1970-1975.

2. El Poblament: anàlisis quantitatives.

3. L’evolucióde la població 1975-1981.

Las citadas hojas constan de un mapa principal, a escala 1: 1.000.000, con información generalmente de base municipal, y diversos cartogramas y gráficos complementarios. Acompañan a los mapas extensos textos en los que se comentan aquellos y se da información amplia sobre la temática contemplada.

13. CABRÉ, Arma y PUJADAS, Isabel: «Población y Recursos Humanos en Cataluña), en Reconocimiento Territorial de Cataluña realizado por el Centre d’Estudis de Planificació (I.E.P.) por encargo de la Generalitat y el M.O.P.U. Publicación interna policopiada. Cinco volúmenes dedicados a la población.

Se trata del mayor esfuerzo realizado hasta la fecha en materia de recolección, tratamiento y análisis de datos demográficos de Cataluña, realizado por dos auténticas profesionales. Se basa principalmente en la explotación ad hoc de los datos originales del padrón del 1975 desagregados por municipios y comarcas.

3) Publicaciones de carácter monográfico y artículos de revista (por orden cronológico de publicación)

14. VILA VALENTÍ, J. : Aportación murciana al crecimiento de Barcelona. Anales de la Universidad de Murcia, 1958-1959.

15. BOLOS CAPDEVILA, María de: La inmigración en Barcelona en los últimos decenios. Estudios Geográficos. Madrid, 1959.

16. VILA VALENTÍ, J.: Estudios demográficos acerca de la ciudad de Barcelona. Estudios Geográficos. Madrid, 1960.

17. BOLÓS CAPDEVILA, María de: Evolución del poblamiento rural en una comarca prepirenaica. Pirineos, 1967.

18. SÁEZ BUESA, Armando: La población de Barcelona en 1863 y 1960. Moneda y Crédito. Madrid 1968.

19. JUTGLAR, A. y cols.: La inmigración en Cataluña. Edició de Materials. Barcelona, 1968.

20. VIDAL BENDITO, Tomàs : El reverso de la urbanización: la despoblación del campo en Cataluña. Estudios Geográficos. Madrid, 1970.

21. SÁEZ BUESA, Armando: «L’activitat econòmica dels catalans» en L‘Economia de Catalunya Avui. Banco de Bilbao, 1974.

22. VIDAL BENDITO, Tomàs: «El despoblament del camp a Catalunya» en Miscellania Pau Vila. Ed. Societat Catalana de Geografia. Barcelona, 1975.

23. VIDAL BENDITO, Tomàs: La despoblación del campo en Cataluña. (Resumen tesis doctoral) Universidad de Barcelona, 1976.

24. CARDELÚS y cols. : La población en Cataluña. Rev. Materiales. Barcelona, 1978.

25. PINILLA DE LAS HERAS, E. : Immigració i mobilitat social a Catalunya. I.C.E.S.B. Barcelona, 1973-1978.

26. VIDAL BENDITO, Tomàs: «La despoblació del camp català i el problema de la ruralitat» en Catalunya Agrícola. Servei d’Estudis del Banc Occidental. Barcelona, 1978.

27. GALERA, Montserrat: Bibliografia Geográfica de la Ciutat de Barcelona. Tom II. La Població. Ajuntament de Barcelona i Departament de Geografia del C.S.I.C. Barcelona, 1978.

28. VIDAL BENDITO, Tomàs : Èxode rural iproblemàtica demoespacial a Catalunya (1860-1970) Rev. Estudis d’Historia Agraria. Barcelona, 1979.

29. CARDELÚS, J. y PASCUAL, A: Movimientos migratorios y organización social. Ed. Península. Barcelona, 1979.

 30. VIDAL BENDITO, Tomàs: «Població i Territori a Catalunya» en Los Planetas Comparados. Centre Mediterrani d’rnvestigació i Desenvolupament. Ed. Sirocco. Barcelona 1980.

31. ROQUER, S. : Aproximación al estudio de la población activa de Cataluña en 1970. Distribución sectorial y contrastes comarcales. Tarraco, Cuadernos de Geografía. Tarragona, 1980.

32. ROQUER, S. y VILA, A.: La Població d’Osona. Evolució i estructura. Ed. Enmo. Vic, 1981.

33. ALBENTOSA, L.M.: Proceso de desertización y desorganización social en una comarca agraria regresiva: El Priorat. Tarraco. Revista de Geografía. Tarragona, 1981.

Trabajos inéditos realizados por el equipo de Geografía Social del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona.

34. ROQUER, S.: La situación demográfica de los pequeños municipios rurales cercanos a una ciudad. El caso de Malla, en la Plana de Vic. Universidad de Barcelona, 1972. Tesis de licenciatura dirigida por Tomàs Vidal Bendito.

35. ARAN, J.: Castelltercol i la seva àrea d‘influència. Estudis d’evolució poblacional de 1817 a 1970. Universitat de Barcelona, 1973. Tesis de licenciatura dirigida por T. Vidal Bendito.

36. PUJADAS, I.: Evolución demográfica y estructura actual de la población de Balaguer. Universidad de Barcelona, 1973. Tesis de licenciatura dirigida por T. Vidal Bendito.

37. VIDAL BENDITO, T. : La despoblación del campo en Cataluña. Universidad de Barcelona, 1973. Tesis doctoral dirigida por J. Vilà Valentí.

38. TOBAR, A.: Evolución socioeconómica de un municipio del área de influencia de la Gran Barcelona: Masquefa. Universidad de Barcelona, 1974.

39. VIVES, M.: Castellví de Rosanes. Estudio socioeconómico de un municipio periurbano del área metropolitana de Barcelona. Universidad de Barcelona, 1975. Tesis de licenciatura dirigida por T. Vidal Bendito.

40. ROQUER, S.: Población y transformaciones espaciales en la comarca de Osona (Siglos XVIII-XX). Universidad de Barcelona, 1976.Tesis doctoral dirigida por T. Vidal Bendito.

5) Fuentes estadísticas especiales

41.CONSORCI D’INFORMACIÓ I DOCUMENTACIÓ DE CATALUNYA: Posee un banco de datos con información demográfica. A destacar la información, parcialmente publicada, de los datos desagregados, por comarcas y grandes municipios, del censo de 1970. También la publicación de datos provisionales de población municipal (de hecho) del censo de 1981.

42.GENERALITAT DE CATALUNYA (Institut Central d’Estadística i Documentació). Publica el Boletín Estadística i Societat en el cual aparecen frecuentes datos y trabajos de demografía a cargo de Anna CABRÉ. Poseen también datos del padrón de 1975 que han sido explotados y utilizados para el citado Reconocimiento Territorial de Cataluña.

43. ATLAS SOCIO-ECONOMIC y Equipo de Geografía Social de la UNIVERSIDAD DE BARCELONA: Banco de datos demográficos, organizado por J. CASAS, I. PUJADAS y T. VIDAL BENDITO.

ADDENDA

44. ASSOCIACIÓ CATALANA DE CIENCIA REGIONAL: La població a Catalunya els anys vuitanta. Jornada realizada el 1-VI-82. Publicados en multicopias los siguientes trabajos.

44.1. VIDAL BENDITO, Tomas: Panoràmica general de la població catalana.

44.2. PUJADAS, Isabel: Perspectives demogràfiques diferencials de la població de Catalunya.

44.3. CANALS, J.M. y NOVOA, X. : Anàlisi quantitativa de l’evolució demográfica de la ciutat de Barcelona entre 1970 i 1980.


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