Lurralde :inv. espac.

N. 5 (1982)

p. 47-61

ISSN 1697-3070

 

«ESTUDIO URBANO DE VILLAFRANCA DE ORDIZIA» *

 Francisco Javier GARMENDIA LARREA

 

LABURPENA

Gipuzkoako sare urbanoa zuzenki hierarkizatua agertzen zaigu, oreka espazial baten adibide on bat delarik.

Ordizia, zeinaren tradizio urbanoa Erdi Arotik bait datorkigu, Gipuzkoako maila urbanoa osatu eta moldatzen dutenetariko hirigune bat da. Nekazal, defentsibo eta hiri- merkatu eginkizunekin batera, Ordiziak azken mende honetan industrializapen prozesu bortitz baten eragina ezagutu du, fisikoki bere plano urbanoaren hedapen haundi bat suposatu diolarik eta ikuspegi gizakor batetik ohizko bizimoduen aldaketa.

Lanaren metodologia Zaragoza -ko geografia departamenduan eginiko geografia urbanoaren estudioen zentzu klasikoan aurkezten da, nahiz eta euskal fenomeno urbanoaren azterketan berria izan. Klasikoa zeren bereiziki aite kualitatiboak azpimarratzen bait dira: tokia, lekugunea, eta plano urbanoaren analisia, dena dela inola ere eite kuantitatibo- funtzionalak ahantzi gabe, hots, fisikoak, gizakorrak eta funtzionalak, barrenbarrengo elkarrekintza eten gabean dauden faktore ezberdinen bateratzaile nahi lukeen ikuspegi batez.

Beraz lana honela kateaturik gelditzen da: lehenik, Gipuzkoako sare urbanoaz estudio arin bat; tokiaren estudioa; lekugunea eta planoaren garapen historikoa. Bigarren zatia populazioaz arduratua, bereiztasun biologikoak, ekonomikoak eta dinamika demografikoa; eredu hipotetiko- deduktiboak aplikatuz eginkizun urbanoen estudioa, zeina Nelsonena bezala bait da; estruktura urbanoaren analisi batekin bukatzen da lana.

INTRODUCCIÓN

Si algo caracteriza de modo inequívoco a Guipúzcoa es su intenso grado de urbanización e industrialización tanto en el plano sociológico -modos de vida urbanos -como espacial. Organizada por un sistema urbano denso y bien jerarquizado y formando parte de la región urbana pilotada por las áreas metropolitanas de Bilbao y San Sebastián, Guipúzcoa sobresale por el elevado número de centros urbanos.

Es frecuente en áreas de economía avanzada la concentración masiva de población, empresas y servicios en torno a un centro que bien por sus aptitudes naturales o ventajas económicas ejerce una función polarizadora sobre un determinado espacio. El caso más claro lo tenemos en Bilbao, quien por su excelente dotación natural se ha convertido en el centro aglutinador de hombres y empresas restando a la vez dinamismo a otros centros. El Área Metropolitana bilbaína agrupa al 82% de las empresas provinciales y al 84 % del empleo; su población, evaluada en 906.070 habitantes, representaba en 1975 el 75% del total. Por otra parte, en Vizcaya son 18 los municipios con más de 10.000 habitantes (el 18 %), de los cuales 11 se incluyen en el A.M. bilbaína.

Frente a esta estructura, la dispersión de Guipúzcoa se nos presenta bien contrastada. Aquí el A.M. aloja en 1978, 301.129 habitantes de un total provincial de 713.485, es decir, el 42% , el 49% de las empresas y el 45% del empleo.

A pesar de la escasa distancia-tiempo que separa la capital de los núcleos provinciales más lejanos, no ha obstaculizado el desarrollo de centros comarcales con áreas de dominio muy variadas, cosa que si se hace patente en el resto del País Vasco. La dotación de servicios en diversos núcleos, bien por haber sido mercados tradicionales con una arraigada demanda externa, o por haber conocido un desarrollo industrial importante, ha dado lugar finalmente a la constitución de una red urbana muy densa bien jerarquizada y homogéneamente distribuida en el espacio. Irún, Eibar, Tolosa, Vergara, Beasain, Mondragón, Zarauz, Azpeitia, Zumarraga, Villafranca de Ordizia, más otra serie de núcleos industriales y de servicios con elevada capacidad de autoabastecimiento integran la malla urbana en que se apoya la metrópoli donostiarra.

Como hemos podido ver a grandes rasgos, la estructura urbana de Guipúzcoa se nos presenta perfectamente jerarquizada constituyendo un buen ejemplo de equilibrio espacial.

Seguidamente vamos a estudiar los rasgos fundamentales de uno de los núcleos que componen esta red urbana guipuzcoana: Villafranca de Ordizia, vieja capital del Goyerri, que goza de gran tradición terciaria (ferias y mercados), en función de privilegios históricos.

II SITUACIÓN .

El primitivo núcleo de Ordizia, embrión de Villafranca, que nació a la sombra de la ermita de San Bartolomé, está situado en la zona meridional de la provincia de Guipúzcoa, en el tercio superior del valle del río Oria. Al fondo de dicho valle, en la orilla izquierda, podemos encontrar la mencionada ermita.

El valle del río Oria, de siempre muy transitado, está recorrido en la actualidad por vías de comunicación tan importantes como son la carretera nacional Madrid -Irun y el ferrocarril Madrid -Irún.

Factores Potenciadores de Situación

Existen una serie de factores, denominados de situación, que influyen decisivamente en la potenciación de determinados núcleos, áreas, etc., que sin estas «ayudas» difícilmente hubieran podido desarrollarse. A continuación vamos a indicar, de forma muy esquemática, cuales han sido los factores de situación que más han influido en el desarrollo de nuestra Villa.

1. Camino de Santiago y Ruta Comercial hacia Europa.

Pero, ¿cual fue el origen de la ermita de San Bartolomé? .Es muy posible que la ermita tuviera su origen en la devoción de los romeros que afluyeron a las peregrinaciones de Santiago de Compostela. ViIIafranca era punto de paso de una de las rutas del Camino de Santiago: la de Bayona a Burgos. Esta ruta, que atravesaba Guipúzcoa, se adentraba en Alaba por el Túnel de San Adrián. Posiblemente en el S -XII, ya existía la ermita de San Bartolomé que sería lugar de parada para los peregrinos. Así se irían agrupando algunos pobladores, por lo menos temporalmente, en torno a esta Iglesia constituyendo de esta forma el embrión de la futura Villa franca.

Así mismo, con motivo de la incorporación de Álava y Guipúzcoa a la Corona de Castilla (año 1200) con Alfonso VIII, los reyes deseosos de enlazar con Europa más directamente se preocupaban de arreglar los caminos y de repoblar las zonas de tránsito. Álava, y especialmente Guipúzcoa, seguían con la población dispersa en caseríos, cuyo único vínculo común era la Iglesia allí donde existía, comunicados con senderos de trazado difícil por la configuración del terreno. Alfonso VIII primero y Alfonso X más tarde, iniciaron la fundación de las primeras villas del interior y les dieron fueros que facilitaron la concentración en ella de la población dispersa. Así Alfonso VIII concedió un fuero a Fuenterrabía en 1203. En 1256 funda Alfonso X las villas de Segura, Tolosa y Salvatierra en 1268 Villafranca. Todas estas villas se encuentran situadas en el Camino de Bayona a Burgos.

Aquella población que se había constituido en Ordizia a la sombra de la Iglesia de San Bartolomé, recibió del Rey Alfonso X el Sabio en 30 de Julio de 1268 un Privilegio Rodado por el cual se puso a la puebla el nombre de Villafranca, y se le concedió el fuero de Vitoria que era, a su vez, modificación del Fuero de Logroño.

2. Necesidades Defensivas.

Hay dos hechos fundamentales que condicionan notablemente a Villafranca y sus gentes durante la Edad Media y los primeros años de la Edad Moderna: 1.0 El hecho de que Villafranca fuera villa fronteriza con Navarra, con lo cual se vio envuelta en las luchas que enfrentaron a guipuzcoanos y navarros desde que Guipúzcoa, separándose del Reino de Navarra, se une a Castilla, y 2.0 Las Luchas de los Parientes Mayores, los cuales contaban con varias casas en las inmediaciones de Villafranca.

Estos dos factores bélicos, hicieron que Villafranca acrecentara el número de sus vecinos y moradores, y el de los que, habitando fuera de sus muros, buscaban amparo a su sombra, y pretendían ser incorporados a su jurisdicción municipal. Los muros de las villas eran la más firme garantía de que, a su amparo podrían desarrollarse, aunque tímidamente, algunos establecimientos mercantiles y artesanales.

3. La Jurisdicción Territorial

La importancia de Villafranca creció enormemente con la incorporación de varios lugares vecinos a su jurisdicción municipal, buscando amparo y protección contra los malhechores y poderosos que infestaban el País. En efecto, en virtud de escritura de concordia otorgada el 8 de Abril de 1399, confirmada por el Rey D. Enrique III en Turégano el 5 de Agosto de 1.402, los lugares de Alzaga, Arama, Ataun, Beasain, Gainza, Isasondo, Legorreta, Zaldivia y diez casas del Concejo de Lazcano fueron agregados a la vecindad de nuestra Villa. Con ello Villafranca logró una mayor significación y un término jurisdiccional mucho más extenso, que aumentaba su representación en Juntas. Esta unión duró hasta el año 1615, aunque las 10 casas del Concejo de Lazcano permanecieron unidas a Villafranca hasta 1648.

Por otro lado, Villafranca era una de las 18 villas en las que se reunían las Juntas Generales. Por ello tuvo la honra de ser Villa Juntera en 1502, 1511,1518,1529,1538,1547,1556,1574,1583, 1592,1601,1610, 1619,1630, 1639, 1648, 1781, 1799, 1823, 1845, 1865.

Las J untas duraban once días y en ese tiempo la Villa donde se celebraba se convertía prácticamente en la capital de la provincia. Los preparativos que se realizaban para recibir y acomodar a los representantes de la provincia eran largos y laboriosos. Se acometían obras de adecentamiento de casas, Iglesia, Ayuntamiento... se reparaban las calles, la plaza e incluso se proyectaban nuevos edificios.

En 1875, en plena Guerra Civil, Villafranca vio otra vez reunidas las Juntas Carlistas, que proclamaron a D. Carlos como rey Católico por quien se declaraba Guipúzcoa en aquellos momentos. Después D. Carlos juró «guardar y cumplir los fueros y privilegios, leyes y ordenanzas, buenos usos y costumbres de la provincia de Guipúzcoa y su hermandad, y no quebrantarlos, ni ir contra ellos, ni consentir que ninguno vaya» (1).

4. La Función Mercantil.

Fue Villa franca Puerto Seco o Punto de Aduanas entre Guipúzcoa y Navarra. Es evidente que esta circunstancia favoreció también el crecimiento de la Villa, y la convirtió en centro obligado de transacciones comerciales, precursoras del mercado semanal que se establece en la Edad Moderna.

El Mercado Semanal se originó, por Privilegio Real, expedido en Burgos el 15 de Mayo de 1512 por la desventurada Reina Doña Juana, por el que se obtiene Real Facultad para que hubiese mercado franco todos los miércoles del año, como medio de ayuda a la reconstrucción de la Villa que había sido destruida por un incendio el 18 de Marzo del mismo año. Este mercado ha sido la base más firme del desenvolvimiento de la Villa y acicate y estímulo para el establecimiento de algunas industrias, e impulso de otras actividades mercantiles, que sin este aliciente no podrían subsistir en una población de su categoría.

En íntima relación con la actividad mercantil se encuentran las Vías de Comunicación, que son vitales en el desarrollo de cualquier comunidad. Villa franca ha estado, de siempre, excelentemente comunicada. Era punto de paso de dos de los tres Caminos Reales con que contaba Guipúzcoa. Ambos procedían de Álava y entraban en Guipúzcoa por San Adrián y Salinas de Leniz. Así mismo, la carretera general Madrid -Irún cuya apertura se produjo en 1780, atravesaba Villafranca por la calle del Medio (hoy calle Mayor). Esta carretera entraba en Guipúzcoa por Salinas de Leniz. El actual trazado a través del Puerto de Echegarate no se terminó de construir hasta el año 1851.

Por otro lado Villafranca era punto de partida de la carretera que unía Guipúzcoa con Echarri -Aranaz y Estella. Esta carretera se comenzó a construir el año 1855, aunque no se terminó completamente hasta principios de este siglo. En 1865 se produjo la apertura de la carretera que une Villafranca con Zaldivia. De esta carretera nacería el ramal de Arama realizado entre los años 1902 -1903 que continua por Alzaga y Alzagarate. Algunos años más tarde, en tiempos de la II República, se construyó el ramal de Gainza y se iniciaron las obras de la carretera que partiendo de Zaldivia enlaza con Larraitz y Abalcisqueta.

No nos podemos olvidar del ferrocarril puesto que en Villafranca su establecimiento ha influido poderosamente sobre todos los factores que integran la prosperidad industrial y mercantil de la Villa, y aún sobre sus usos y costumbres tradicionales. Villafranca no contó con estación de ferrocarril hasta 1896, aunque el servicio ferroviario entre San Sebastián y Beasain dio comienzo el1 de Septiembre de 1863 y la totalidad de la línea Madrid -Irún había sido inaugurada el15 de Agosto de 1864.

Todas estas carreteras junto con el ferrocarril, ayudaron en gran medida a consolidar y aumentar la importancia de Villafranca, sobre todo, porque facilitaron enormemente la entrada y salida de los productos agrícolas, artesanales y ganaderos de su mercado. Por otra parte, Villafranca quedaba integrada dentro de los circuitos comerciales y de relación más importantes del País.

También hay que considerar que con la apertura de estas vías de comunicación numerosos pueblos de la zona, de marcado carácter rural, quedaron profundamente engarzados dentro de la comarca pivotada en la actualidad por los municipios de Beasain y Villafranca, que son los que aglutinan la mayor parte de los servicios.

III. EMPLAZAMIENTO

Todos, Diccionario de la Real Academia de la Historia (2), Pascual Madoz (3), y Gorosabel (4), se ponen de acuerdo al recoger una tradición en la que se afirma que el primitivo emplazamiento de Villafranca estaba situado en la orilla izquierda del río Oria, al fondo del valle por él formado, justo donde hoy encontramos la ermita de San Bartolomé.

Este primitivo emplazamiento fue creado en época de paz, cuando todavía Guipúzcoa pertenecía al reino de Navarra y aún no había comenzado la fraticida lucha de los Banderizos.

Pero a partir del año 1200, una vez que Guipúzcoa se unió a Castilla, Villafranca se convirtió en pueblo fronterizo, por lo que el primitivo emplazamiento fue sustituido por otro defensivo en altura, eligiéndose, para ello, una colina situada a la orilla izquierda del río Oria. Allí se erigió, hacia 1268, un recinto murado con alta Torre-Vigía (23 mts.) que se conserva prácticamente intacta, y edificaciones anexas para sus servidores. Pronto se comenzó a construir una nueva iglesia, la de Santa María, que de esta forma sustituyó a la de San Bartolomé que quedó convertida en ermita.

Este primitivo núcleo murado fue ampliándose al compás de los tiempos, sobre todo, por ser lugar de refugio de las gentes de la comarca, que se agrupaban en el interior de su recinto, para defenderse no sólo de los navarros, sino en grado quizás mayor, de los Parientes Mayores.

Pacificadas las luchas fronterizas de ]os Parientes Mayores e incorporado e] Reino de Navarra a la Corona de Castilla en 1515, la función defensiva de Villafranca expiró, aunque la expansión urbana no comienza a manifestarse plenamente hasta finales del S.- XIX, con el derribo de las murallas, una vez finalizadas las Guerras Carlistas.

Ya en el S.- XX la tendencia a la expansión se ve agudizada, sobre todo en su segunda mitad, comenzándose a poblar y urbanizar las zonas más bajas del valle del Oria, que son precisamentelas que menos complicaciones orográficas ofrecen.

IV. EVOLUCIÓN URBANA

Como bien se sabe, el hombre vasco se caracterizaba, y en muchos casos hoy también, por su marcado carácter individualista que quedaba perfectamente reflejado en el Caserío. Villafranca no era una excepción, y antes de que los habitantes de estos caseríos comenzaran a agruparse en torno a la Iglesia de San Bartolomé, lo que caracterizaba al lugar de Ordizia era su poblamiento disperso. Con la fundación de San Bartolomé, ¿S.- XII? , algunos de estos caseríos se abandonaron, por lo menos en ciertas temporadas, y sus moradores se trasladaron a las inmediaciones de la iglesia ya citada. De este primer núcleo ordiziano no queda ningún resto, la acción del hombre y el paso del tiempo los ha borrado. La Iglesia de San Bartolomé fue destruida en 1813 por las tropas de Napoleón, reconstruyéndose posteriormente, 1885, en el mismo lugar tal y como aparece en la actualidad.

A partir del año 1200, y por causas arriba mencionadas, los habitantes de esta zona han de encontrar un emplazamiento más seguro y más fácilmente defensible. De esta forma, en un altonazo que domina el valle del río Oria, surge un núcleo de población que, en 1268, recibe del rey Alfonso X el Sabio el nombre de Villafranca. Se eligió, pues, con indudable acierto, el altonazo de Ordizia para bastión de defensa. La fortificaron por el lado Sur con la muralla, cuyas piedras corren todavía a lo largo de la calle Arteaga, y forman parte de la base y cimientos de la actual iglesia. Quedaba así en la parte superior un terreno casi rectangular, el mismo que aproximadamente ocupa hoy dicha iglesia que fue reedificada en el S. -XVI.

En su ángulo suroriental construyeron el verdadero baluarte, compuesto por Torre- Vigía y alguna pieza complementaria al pie. Paralelamente a la torre, por el lado interior, se erigió la pequeña y primitiva iglesia gótica de Santa María. En el ángulo diagonalmente opuesto a la Torre- Vigía surgió por el mismo tiempo la capilla de San Pedro y a su lado un enterramiento engreolado, que revela el emplazamiento de un cementerio existente en los aledaños de la capilla. y entre Torre-Vigía e Iglesia, en el Sur, y capilla, en el Norte, un amplio patio donde se refugiaban las gentes de la comarca en los momentos difíciles, verdadera plaza de armas. Esta es la descripción de Villafranca en los días próximos, anteriores y posteriores, a la fundación legal como villa.

1. Segunda modificación del Plano.

Es fácil adivinar que simultáneamente con el castillo ya la vera y amparo luego del mismo y la iglesia surgieran algunas casas que esbozaran la Eliz - Kalea. El primitivo recinto de planta rectangular fue ampliándose con el paso del tiempo debido, sobre todo, a los conflictos bélicos que creaban la inquietud y el desasosiego en las gentes de la comarca.

1.1. Las Murallas.

Los fines de protección y defensa con que se creó la población de Villafranca, que no la primitiva Ordizia, obligaban a fortalecerla y protegerla con muros y torres. Se cree que para mediados del S.- XV ya estaba configurado el trazado de las murallas que, salvo pequeñas modificaciones, permanecen en pie hasta bien entrado el S.--XIX.

Las murallas tenían forma elíptica ya lo largo de su trazado se habrían algunas puertas y se levantaban torres. No es difícil reconstruir el perímetro de los muros que guardaban la Villa, puesto que este plano bajo medieval permanece casi intacto en la actualidad.

El cerco exterior de la muralla corría desde la entrada de la calle Mayor por la actual casa de la señora viuda de Lazcano, calle Ordizia, Casa de Ibarbia, Plaza de Garagarza, bajando por la calle de Euskal-Herria, casa de Jacques, casa de Barretxe, Serkaldeta (calle Etxezarreta), iglesia parroquial, para salir por el edificio de la alhóndiga y la farmacia de Jáuregui.

Villafranca contaba con cuatro portales de entrada al pueblo en dirección a los cuatro vientos: el de Francia o del Norte, situado entre la casa de Jacques y el Palacio de Barretxe. El de Castilla o del Mediodía, entre la farmacia de Jauregui y la casa de la señora viuda de Lazcano. El de Garagarza, junto a la casa de Ibarbia y la de la viuda de Etxeberria, y el portal de la Soledad en la calle de San Pedro.

1.2. Las Calles.

Como casi todas las villas guipuzcoanas construidas antes de la Edad Moderna, Villafranca contaba con tres calles. Una central recta que iba desde la puerta de Castilla a la de Francia (actual calle Mayor) y dos laterales curvas que se configuraban más o menos geométricamente con el trazado elíptico de las murallas. Eran la calle de la Iglesia o Eliz-Kalea, que formaba el arco abierto correspondiente a la muralla inferior (actual calle Santa María) y la Goien-Kalea, que, como indica su nombre, formaba el arco superior y está formada en la actualidad por las calles Goien y Elcano.

Trazadas ya las directrices del desarrollo urbano hacia mediados del S. - XV, Villafranca mantiene, sin sustanciales modificaciones, su esquema bajo medieval hasta bien entrado el S.- XIX. Las murallas, que conferían al plano una forma elíptica, y las tres calles eran los elementos directores.

Dentro del perímetro de las murallas existían muchos espacios sin construir, ocupados principalmente por huertas, que poco a poco fueron sustituidas por nuevos edificios que hicieron aumentar la densidad urbana de la villa. Hay que destacar en este sentido que durante los siglos XVI y XVII se construyeron o reedificaron la Iglesia de Santa María, la Torre Pública -que se quemó en 1794-, y los palacios de Zabala, Barretxe -diseñado por Juan de Herrera-, Gazteluzar y Abaria, obras estas, que imprimieron gran carácter a Villafranca.

Cuando el S. -XVIII estaba llegando a su fin comienzan a surgir, aunque muy tímidamente, algunas edificaciones fuera del cuerpo murado de la villa, esbozándose el arrabal de Garagarza.

2. La Expansión Urbana del Siglo XIX.

Durante la primera mitad del S.- XIX, apenas se producen modificaciones respecto al plano gestado a mediados del S.- XV. Las únicas variaciones experimentadas se reducen al desarrollo alcanzado en el arrabal de Garagarza, que comenzó a insinuarse, como ya se ha dicho, a finales del S -XVIII.

La villa en esta época experimenta un importante aunque desigual crecimiento demográfico que quedará perfectamente reflejado en la evolución que experimenta el plano durante estos años. Así los 832 habitantes con que contaba la villa en el año 1806 se convierten en 1456 al finalizar el siglo. Como se puede apreciar la población aumenta de forma bastante rápida, pero el ritmo de crecimiento es muy desigual a lo largo de la centuria, debido a dos acontecimientos que lo empañan: las dos Guerras Carlistas (1833 - 1839 y 1873- 1875) y la epidemia de cólera morbo que se desató en Villafranca el año 1855.

Es en la segunda mitad del S. -XIX cuando el plano elíptico-cerrado de Villafranca sufre su primer gran cambio en su estructura. El año 1876, una vez finalizada la II Guerra Carlista, comienzan los trabajos de demolición de las murallas. Este es el momento en que se empieza a gestar la expansión urbana de la villa. Con el derribo de las murallas nacieron nuevas calles, con céntricas a las tres primitivas, que seguían casi a la perfección el trazado de las murallas. Estas calles son la de Ordizia, plaza de Garagarza, calle Euskal- Herria, Etxezarreta, escalera de Arteaga y calle Juan de Amezqueta.

Otra forma de expansión, que también comienza a manifestarse a raíz del derribo de las murallas es la que sigue la carretera general Madrid -Irún que atravesaba el núcleo antiguo por la calle del Medio (hoy calle Mayor). Pronto se comenzó a edificar a lo largo de esta carretera conformándose las actuales calles de Urdaneta y Filipinas.

Quizá una de las causas fundamentales de esta expansión fuera la constitución de la actual empresa CAF en el punto de Urbieta, jurisdicción de Beasain, que atrajo a buen número de inmigrantes de otras provincias y de la propia Guipúzcoa que se instalan en Beasain y Villafranca.

Es importante destacar la instalación en la villa de la estación del ferrocarril, que contrariamente a lo sucedido en otros lugares, con mayores niveles demográficos, no generó un barrio funcionalmente diferenciado a sí mismo. No obstante si ha jugado un papel rector en la expansión del plano, puesto que las vías del ferrocarril crearon problemas a la gran expansión urbana que experimenta Villafranca en la segunda mitad del presente siglo. Al marchar las vías junto al nuevo trazado de la carretera general, constituían un verdadero tapón al crecimiento urbano, que se ha solucionado, en parte, mediante la construcción de pasos elevados y subterráneos.

3. Expansión Urbana en el S % XX.

A pesar de que Villafranca, durante este S.- XX, ha venido manteniendo un ritmo progresivo en su proceso de crecimiento, tenemos que diferenciar dos períodos que quedan separados por la Guerra Civil.

Hasta la Guerra Civil, el crecimiento demográfico aunque positivo, era inferior al que se produce una vez finalizada la contienda. Los 1.421 habitantes de 1900 pasan a ser 4.423 en 1930. Posteriormente hay un período que lo podemos enmarcar entre los años 1935 -1939, de crecimiento negativo. Son años de conflictividad y tensión que desembocan en nuestra Guerra Fraticida. Esta es la causa por la cual la población de 1940, cifrada en 4335 habitantes, sea inferior a la alcanzada 10 años antes.

Después de la Guerra se inician los trabajos de reconstrucción, siendo a partir de 1950, cuando se produce el gran despegue demográfico hasta alcanzar los 10.327 habitantes de 1975. Tal incremento demográfico tiene su consiguiente expresión gráfica en una expansión del plano del mismo tenor .

El 14 de Junio de 1904, se aprobó el plano de reforma y ensanche de la Villa, trazado por el arquitecto de Tolosa D. Alejandro de Mugica. Pronto se van a ver sus frutos, al construirse la nueva planta el Lavadero público, el matadero municipal y la Casa de Beneficencia. Sin embargo la obra de mayor trascendencia, que se realiza en la Villa en esta primera mitad de siglo, es la que afecta a la Plaza Mayor ya que en 1925 se inauguraron las obras de ampliación y cubrimiento, fundamentales para el desarrollo del mercado.

Pero es tras el período de la Guerra Civil, cuando se produce el empuje definitivo. Frente al plano predominantemente espontáneo de épocas anteriores, comienza ahora la era del urbanismo preconcebido o de previa planificación, cuyos antecedentes, como se ha visto, nacen el año 1904. La villa experimenta un rápido crecimiento, siguiendo las directrices trazadas tanto en el Plan General de Ordenación Urbana redactado por D. Domingo Unanue en 1950, como en la revisión de este Plan General redactado por los arquitectos Luis Peña Ganchegui e Iñaki Galarraga en 1973.

Se abandonan las zonas altas y comienza la expansión urbana por las tierras llanas del fondo del valle. En 1950 se aprueba la construcción del Grupo Padre Urdaneta que es el primer grupo de viviendas de moderna concepción que se edifica en Villafranca.

La antigua carretera general Madrid-Irún, que constituye en la actualidad las calles Urdaneta y Filipinas, se ha convertido en un poderoso eje de desarrollo urbano. En el sector Norte de este eje, actual calle Filipina, surgen la barriada de San Juan, las Torres de Armendariz, las Villas y chalets de la barranca de Biona, la factoría de Apellaniz y el Complejo Alcayaga. La parte meridional del mismo eje, calle Urdaneta, ha visto urbanizados todos los espacios y solares que aún quedaban sin edificar y acondicionar. Así mismo, entre las ya mencionadas calle Urdaneta y las vías del ferrocarril, se han configurado las nuevas calles de Diego Rivero y Goyerri que se encuentran enmarcadas por modernas edificaciones.

En el sector Sur del municipio, muy lejos del Centro Tradicional de la Villa, aparecen el Complejo Docente Escuela Profesional del Goyerri, y en sus inmediaciones el Cuartel de la Guardia Civil y las instalaciones industriales de Pagosa.

Pero es en el sector oriental de la Villa donde ha surgido el verdadero «Boon» urbanístico, con una prolongación y extensión de Villafranca, que viene a constituir un apéndice de desarrollo mayor que el Casco Clásico Tradicional. En este sector aparecen los barrios de Zumbilla, Tejí -Enea, Altamira -con el complejo Deportivo-Docente- y Bustuntza, situados todos ellos en la orilla derecha del río Oria.

. Paralelamente a toda esta expansión, el Centro Tradicional, es objeto de un tímido proceso de centrifugación, encargado de transportar fuera de sí a las familias con posibilidades de obtener una vivienda más equipada en los nuevos barrios. Pero el núcleo Tradicional, no ha entrado, ni mucho menos, en un proceso de degradación. Algunas casas que se quedaron vacías han sido derribadas y sustituidas por otras de nueva construcción. En las inmediaciones de este núcleo Antiguo han surgido diversas edificaciones entre las que destacan el Edificio Torresol, el más alto de la Villa; el grupo de viviendas construido en el antiguo Campo Arana, las viviendas de Aguirrezabala y la modernísima residencia de ancianos que sustituye a la antigua Casa de Beneficencia.

Revisten gran importancia las obras que se están realizando en la apertura de un vial, que una vez concluido en su totalidad, descongestiona muy notablemente el tráfico rodado que hoy discurre por el centro del Casco Urbano. Este vial, denominado sur, discurre por la zona horizontal sita al Sur de la Villa, limitada por el puente de Malkasko y el de Tximista.

Esta ha sido la última gran expansión urbana de Villafranca y la que ha producido una mayor modificación del plano primitivo. En este sentido fue de gran importancia el cambio de trazado de la carretera general, trasladándola desde el Centro del Casco Viejo, hasta la parte más baja y llana del Valle tal y como hoy la encontramos.

Como se ha visto, se ha pasado de construir en zonas altas y con pendientes a las zonas bajas y llanas. Se pasa de la margen izquierda del río Oria, foco tradicional, a la margen derecha, que se ha constituido en el centro de la gran expansión urbana de estos años.

V. LA POBLACIÓN.

Se calcula que a comienzos de la Edad Moderna o fines del S-XV , Villafranca tendría sin contar las vecindades una población aproximada de 500 habitantes. Desde entonces el número de habitantes ha aumentado progresivamente, aunque con bastante desigualdad en los ritmos de crecimiento.

En 1828, la población con que contaba Villafranca era de 1.100 habitantes que pasan a ser 1.115 en 1857, año en que se realiza el censo oficial. Analizando este censo observamos que el número de mujeres (616) es muy superior al de los hombres (490). Esta desproporción entre hombres y mujeres parece tener otras causas además de las biológicas. La naturaleza tiene establecido un equilibrio en este aspecto que no se suele ver roto en esa proporción. Por eso no es aventurado pensar que en aquellas fechas los hombres se veían obligados a emigrar de la villa a fin de luchar por la subsistencia. Este proceso migratorio junto con la epidemia de Cólera Morbo que se desató en 1855, son las causas fundamentales que nos pueden explicar el lento crecimiento experimentado por la población en este período.

Poco después comienza la era de industrialización del País Vasco y con la expansión económica y la creación de puestos de puestos de trabajo, el índice de crecimiento de la población aumenta notablemente.

Observando con detalle la figura nº 1, donde aparecen relacionadas la curva de Villafranca y la Provincial, vemos que a partir del año 1900, al que hemos considerado 100, se pueden distinguir tres períodos claramente diferenciados.

1er. Período (1900-30): Llama la atención el crecimiento del primer decenio así como el de 1920-30, que obedece a la primera oleada de industrialización que se registró en la comarca del Goyerri. Así en el año 1930 (Índice 311,25), Villafranca ya había doblado su población.

2.º Período (1930-50): Se produce una brusca disminución de la población entre 1930 y 40 y una lenta recuperación en el decenio siguiente. Son los años de la Guerra Civil y de la postguerra inmediata con la consiguiente paralización de la industria y las enormes necesidades más vitales.

3er. Período (1950-1975): Es a partir del año 1950 cuando la población realiza su despegue definitivo, llegándose a multiplicar por seis en 1965 (Índice: 587,19). La implantación de nuevas industrias induce a la construcción de viviendas con la consiguiente ola de inmigración. A partir de 1970, aunque el ritmo de crecimiento se mantiene alto, podemos observar una disminución con respecto a años anteriores, motivada por una importante disminución de la inmigración y un descenso del crecimiento vegetativo. De todas formas, en el año 1975, el número de habitantes con que contaba Villafranca ya se había multiplicado por 7 (Índice 726,74).

Como se aprecia en el cuadro, la población de Villafranca ha crecido en una proporción doble que la de la provincia. Tomando como base la población de 1900, tenemos que los índices de crecimiento más importantes registrados en la provincia de Guipúzcoa en el año 1975 eran los siguientes: Rentería: 1135,23; Legazpia: 814,04; Pasajes: 787,85; Villafranca: 726,74; Mondragón: 691,59 y Beasain: 565,47.

Evolución de la población de Villafranca

  Villafranca Provincia
Años Habitantes Índice Habitantes Índice
1900 1.421  100 195.580 100
1910 2.318 163,12  226.684 115,90
1920 3.059 215,27 258.557 132,20
1930 4.423 311,25 302.329 154,58
1940 4.335 305,06 331.753 169,62
1950 4.797 337,50 374.040 191,24
1960 6.790 477,83 478.337 244,57
1965 8.344 587,19 567.566 290,19
1970 9.465 666,08 631.003 322,63
1975 10.327 726,74 682.517 348,97
Fuente: I.N.E. Elaboración propia

Este "boon" , demográfico ha traído consigo una serie de problemas derivados del poco espacio de que dispone el municipio. Así en el año 1975, Villafranca contaba con una población de 10.327 habitantes, establecidos en una superficie de 5,74 Km., lo que nos produce una densidad de 1.799,12 habitantes por Km.2 sólo superada en la Provincia por Pasajes y San Sebastián.

Esta situación de rápido crecimiento demográfico que acabamos de presentar, nos obliga a reflexionar sobre las condiciones en que se han producido. Tan espectacular crecimiento poblacional no es tan solo consecuencia de los movimientos naturales de la población, sino también, y en grado quizás mayor, de los intensos aportes de inmigrantes (provinciales y extraprovinciales) que se han establecido a lo largo de este siglo en esta Villa.

 

1. LOS MOVIMIENTOS NATURALES. 

1.1 NATALIDAD

Como se contempla en el cuadro, la natalidad en Villafranca ha seguido, a lo largo del presente siglo, una tónica regresiva intercalada con períodos de cierta recuperación. Si en el primer decenio la Tasa de Natalidad es alta, 31,53%, en los siguientes diez años aumenta considerablemente hasta alcanzar niveles muy propios de países subdesarrollados, 41,80%. La causa de este espectacular incremento de la natalidad hay que buscarla en el importante aporte de inmigrantes jóvenes en su gran mayoría, que afluyeron a Villafranca en los primeros años del siglo. Pronto la Tasa de Natalidad comienza a descender, coincidiendo su nivel más bajo con la Guerra Civil. Con el comienzo de la década de los años 40, terminada, pues la Guerra Civil, vuelve a incrementarse, para descender a partir de los 60, registrándose, en 1975, una tasa relativamente baja, 16,30%0.

En la Provincia tenemos un panorama similar en la primera década del siglo, con tasas del orden de 31,2%0 descendiendo hasta alcanzar su nivel mínimo con la Guerra Civil. Pronto comienza la recuperación, en la que se puede intuir la influencia migratoria, alcanzándose niveles análogos a los registrados en Villafranca en la misma época. Con la década de los años 70, se reinicia tendencia regresiva, presentando en 1975 cifras semejantes a las del conjunto nacional (19,14%o y 19,18%o  respectivamente).

En general la crisis de la familia y sus concepciones tradicionales, el aumento del coste de la vida, el constante encarecimiento de la vivienda, y la normalización, difusión y utilización de los anticonceptivos, son algunas de las causas que nos explican la reducción de la Natalidad, aunque existen otras muy complejas y variadas.

NATALIDAD %o

  Villafranca (1)  Provincia (2)  España (3)
1901-10 31,53 31,2 34,5
1911- 20 41,80 28,17 29,8
1921- 30 29,13 26,49 29,2
1931- 40 15,59 19,47 24,3
1941- 50 21,66 20,03 21,5
1951- 60 23,28 23,01 20,85
1961- 70 18,77 23,53 20,65
1971- 75 16,30 19,14 19,18      (4)

Fuente:

1. Elaboración propia a partir de los datos recogidos en el Juzgado de Distrito de Villafranca.

2. I.N .E. Elaboración Propia.

3. Salustiano del Campo. Análisis de la Población de España. Elaboración propia.

4. I.N.E. Anuario 1979.

 

MORTALIDAD %o

  Villafranca (1)  Provincia (2)  España (3)
1901-10 18,17 19,52 24,4
1911- 20 21,87 18,32 23,5
1921- 30 13,23 15,4 19,0
1931- 40 9,63 13,26 17,1
1941- 50 9,54 11,09 19,95
1951- 60 7,99 9,13 9,45
1961- 70 6,84 7,53 8,55
1971- 75 5,45 6,98 8,3          (4)

Fuente:

1. Elaboración propia a partir de los datos recogidos en el Juzgado de Distrito de Villafranca.

2. I.N .E. Elaboración Propia.

3. Salustiano del Campo. Análisis de la Población de España. Elaboración propia.

4. I.N.E. Anuario 1979.

1.2 LA MORTALIDAD

A lo largo del presente siglo la mortalidad experimenta, al igual que la natalidad, un importante descenso, Como ya es sabido, los avances e intensificación progresiva de los medios y medidas profilácticas y sanitarias, los progresos realizados en el campo de la farmacopea y la higiene, junto a una elevación del nivel de vida y una sensible mejora de la alimentación, son las causas de este importante descenso, que por lo demás, tiene lugar en todos los países desarrollados.

Si en el primer decenio del siglo actual se contemplaba en Villafranca una tasa de118, 17%o (19,52 %o en la provincia}, ambas muy por debajo de la media nacional (24,4%o), en la segunda decáda, se produce un alza coyuntural producida por la epidemia gripal que se desarrolló a partir del año 1916 y que trajo consigo un importante aumento del número de óbitos.

En los años siguientes se regulariza la tónica descendente, sin producirse como ocurrió en otros lugares, el alza coyuntural del período de la Guerra Civil (9,63% o) para alcanzar en el quinquenio 1970-75 valores del 5,45%o (6,98%o en la provincia).

Son niveles muy bajos que ocultan en ocasiones la realidad. Villafranca ha conocido a lo largo del S. XX, salvo en los años de la Guerra Civil, un crecimiento constante de su población, lo que reduce la importancia relativa del número de defunciones que se registran cada año.

Además este crecimiento se ha llevado a cabo a través del aporte de personas procedentes de otras zonas de la provincia y de otras regiones españolas jóvenes en su mayoría, que introducen una alteración considerable en el ritmo de crecimiento de la población. Por otra parte, también hemos de tener en cuenta la progresiva ampliación de la esperanza de vida del individuo, sobre todo en los últimos decenios (62,10 años en 1950; 69,65 en 1960 y 72,33 en 1970).

1.3 El Crecimiento Vegetativo.

Durante el presente siglo el crecimiento vegetativo ha conocido una clara tendencia regresiva, aunque con períodos en los que se observan recuperaciones ciertas. Si en los primeros años del siglo se registran en Villa franca tasas del 13,35Ho que se sitúan por encima de las medias provincial y nacional  (11,68 Ho y 10,1Ho , en el decenio siguiente se registra una importante recuperación (19,93Ho, al producirse un importantísimo "ovni " fatalista consecuencia de la fuerte inmigración de la década anterior . Los altos niveles alcanzados en estos años, sin parangón en la provincia, ya no se volverán a repetir, ni siquiera con aproximación, a lo largo del siglo.

Durante la década de los 30, vuelve a producirse un importante decrecimiento vegetativo, como consecuencia de la Guerra Civil (5, 96Ho, en la provincia (6,21Ho), para experimentar en los veinte años siguientes una importante recuperación (12,12Ho) que continuará, aunque con un menor ritmo, hasta finales de la década de los 50 (15,29Ho), (13,88Ho) en la provincia. Con la llegada de los sesenta se vuelve a manifestar la tónica regresiva, alcanzándose en el quinquenio 1971-75 una tasa de 10,95Ho muy similar a la media nacional: (10,88% , aunque inferior a la provincial: (12, 16% .

CRECIMIENTO VEGETATIVO %o

  Villafranca (1)  Provincia (2)  España (3)
1901-10 13,36 11,68 10,1
1911- 20 19,93 9,85 6,3
1921- 30 15,90 11,90 10,2
1931- 40 5,96 6,21 7,2
1941- 50 12,12 8,94 8,56
1951- 60 15,29 13,88 11,4
1961- 70 11,93 16 12,1
1971- 75 10,95 12,12 10,88       (4)

Fuente:

1. Elaboración propia a partir de los datos recogidos en el Juzgado de Distrito de Villafranca.

2. I.N .E. Elaboración Propia.

3. Salustiano del Campo. Análisis de la Población de España. Elaboración propia.

4. I.N.E. Anuario 1979.

 

.Los movimientos migratorios.

.Si hasta los últimos años del S. XIX, el País Vasco en general y Guipúzcoa en particular, constituían una región exportadora de emigrantes, con el inicio de un rápido y creciente proceso de industrialización, el País Vasco, se convirtió en uno de los mas importantes polos de atracción poblacional de toda la nación. Villafranca no se quedó al margen de este proceso, y así, en todo lo que va de siglo, han sido 428110s inmigrantes que se han establecido en la Villa.

Con todo, el ritmo en la llegada de inmigrantes no ha sido constante. Así en el primer decenio, se registraron unas tasas de inmigración altísimas: (32,320/r4, valores que se volverán a repetir a lo largo del siglo, motivados, sin duda, por iniciarse la primera oleada de industrialización de la comarca (establecimiento de CAF y otras industrias auxiliares). Pronto se produce un importante descenso del flujo migratorio, para experimentar, en los años 20, una muy notable recuperación (20,550/~, que obedece a la fuerte atracción que ejercen los núcleos de Beasain y Villafranca sobre los pequeños municipios rurales de la comarca, dando lugar a una importante corriente migratoria dentro de la misma.

Con la Guerra Civil, y por causas de todos conocidas, Villafranca ve como muchos de sus hijos se ven obligados a emigrar, pasando de núcleo importador de inmigrantes, a núcleo exportador. Esta emigración coyuntural, continuará a lo largo de la década de los años 40. Los años 50 contemplan, por fin, el término de larga depresión económica. El País Vasco entra en una nueva etapa de desarrollo industrial, que acelera la despoblación rural e impulsa la concentración urbana. Villafranca se verá afectada con la llegada de una nueva ola de inmigrantes, alcanzándose tasas del (19, 12% o).

En la década siguiente, la que conduce de 1961 a 1970, este proceso no hace más que intensificarse (20,97% o). Sin embargo la inmigración experimenta un fortísimo descenso (6,56% o), que coincide con la tan cacareada crisis económica y la intensificación de los problemas políticos, terrorismo incluido, en todo el conjunto del País Vasco.

También hemos de constatar que en los últimos, años, y para el conjunto de Guipúzcoa, se registran saldos migratorios negativos, siendo mayor el número de emigrantes que de inmigrantes.

Ya se ha visto la enorme importancia que han tenido los movimientos migratorios en la evolución demográfica experimentada en Villafranca a lo largo del presente siglo. Pero ¿de donde procede tan importante contingente de población? .En 1910 los nacidos en el propio pueblo representaban el (42,1 %), del total de la población, mientras que los vecinos procedentes de la comarca del Goyerri suponían el (20,7%}. Con niveles más modestos, pero similares entre sí, los habitantes llegados del resto de la provincia y del resto del País Vasco-Navarro, alcanzan cifras de113% y del 12,2% respectivamente. Por otra parte, la población procedente del resto de las regiones españolas, especialmente de Aragón y Castilla la Vieja, constituían el 10,2% del total.

En 1965 la situación experimenta una importante variación. Pierde importancia la inmigración regional, adquiriendo preponderancia la procedente del resto de España (24,2%). Son importantes los contingentes de población venidos de Castilla la Vieja, León, Extremadura, Galicia y Andalucía.

Este mismo panorama se repite en 1975, aunque se aprecia un ligero aumento de población procedente de la misma provincia (excepto de la comarca del Goyerri), el pequeño retroceso de los nacidos en el resto del País Vasco- Navarro, y el también ligero aumento de población venida del resto de las regiones españolas. Los nacidos en Villafranca representaban el 42,5% del total, porcentaje sensiblemente igual al registrado en al año 1910.

PROCEDENCIA DE LA POBLACIÓN %

  Comarca Provincia R. País V N R. España Extranjero P. Pueblo
1910 20,7 13 12,2 10,2 1,8 42,1
1965 14,4 7,5 6,1 24,2 0,5 47,3
1975 14,3 11,7 4,8 26,1 0,6 42,5
Fuente:

Censo del año 1910. Elaboración Propia.

Informe Siadeco de la Comarca del Goyerri, 1965.

Padrón Municipal de Habitantes. Año 1975. Elaboración propia.

3. ESTRUCTURA BIOLÓGICA.

Los movimientos naturales y migratorios que acabamos de realizar, tienen su expresión gráfica, en una estructura biológica relativamente joven pero en proceso de envejecimiento. El estudio de las sucesivas pirámides de edades, que hemos elaborado, nos permite seguir sucesivamente la evolución de la población ordiziana.

En 1802, la pirámide ordiziana, de amplia base, el grupo de los menores de 20 años representa el 42,30% del total de la población, mientras que los mayores de 60 años, constituyen tan sólo e18% del total. La población ordiziana se presentaba pues, muy joven.

Según el índice de vejez propuesto por Veyret-Verner (5) consistente en relacionar los mayores de 60 años con los menores de 20 años (1 = > 60/ < 20) y según el cual, una población muestra características de envejecimiento biológico cuando el cociente de dicha división es superior a 0,4. En 1802, la población de Villafranca es claramente joven, el índice de vejez nos da un valor de 0,19.

Reversiblemente, Veyret propone un índice de juventud, situando un 35% como umbral mínimo de población joven, y no sobrepasando el 12% de ancianos. Ambos requisitos son cumplidos escrupulosamente por Villafranca en 1802 (42,3% y 8% respectivamente).

.En 1910, se registraba en Villafranca un índice de vejez de 0,15%, valor inferior al del año 1802, lo que nos indica que la estructura biológica de Villafranca continuaba siendo muy joven. Los vecinos de más de 60 años representaban el 7,31 %, mientras que los menores de 20 años constituían el 46,030¡0, valores ambos, que están muy lejos del umbral propuesto por Veyret. La fuerte corriente inmigratoria producida en la primera década del siglo, compuesta fundamentalmente por jóvenes de 25 a 40 años, provoca un fuerte aumento de la natalidad, influyendo poderosamente en la estructura biológica que se mantiene muy joven. La forma de la pirámide presenta una disposición acorde con dicha figura geométrica.

En 1975, la primera impresión que produce la pirámide, es la de una población afectada por factores extraños al desarrollo normal. Comienza con una base muy amplia constituida por los niños y los jóvenes menores de 20 años. Se registra una disminución de los efectivos comprendidos entre los 20 y 39 años y una notable proporción de adultos de 40 a 54 años.

Una observación más detallada, permite descubrir la existencia de una pirámide bastante regular a las que se han introducido dos grupos de población provocando las irregularidades ya mencionadas. Dichos grupos son el de adultos de 40 a 54 años (nacidos entre 1920 y 1935), y el de los niños y jóvenes de 0 a 19 años. Ambos estrechamente relacionados puesto que se trata de los inmigrantes y sus hijos.

Las irregularidades restantes no presentan mayores consecuencias. El hueco, no muy acusado, en el estrato de los 30 a 40 años, nacidos entre 1935 y 1940, obedece al descenso de la natalidad y al aplazamiento de matrimonios como consecuencia de la Guerra Civil. La diferencia entre los hombres y las mujeres, favorablemente a estas últimas, a partir de los 60 años es normal debido a la mayor resistencia biológica de la mujer ya la supermortalidad masculina de esas edades.

El hecho de la inmigración ha supuesto, por tanto, una transformación de la estructura demográfica de Villafranca, aumentando considerablemente el número de adultos y el de niños y jóvenes menores de 20 años; trayendo como consecuencia el rejuvenecimiento de la población.

La expresión numérica de lo anteriormente expuesto es la siguiente: Villafranca presenta un índice de vejez de 0,29%, que se encuentra muy lejos del propuesto por Veyret. Asimismo el índice De juventud (11,18% y 37,73%), queda enmarcado dentro de los umbrales considerados por el mismo autor , presentándose la población ordiziana con una estructura relativamente joven, aunque de continuar la actual disminución del ritmo natalista, pronto comenzará a notarse un déficit de niños y jóvenes con el consiguiente envejecimiento de la población.

Otro indicador, el índice de Reemplazamiento, que nos permite determinar la posibilidad que tiene una generación de ser reemplazada por otra (6), corrobora de nuevo cuanto veníamos afirmando. Efectivamente, si en 1802, en índice de reemplazamiento se sitúa en 1,73% -estamos ante una población joven, sin problemas de reproducirse a sí misma,- en 1910, el índice sufre un espectacular aumento, 2,21% obra del importante aporte de inmigrantes, jóvenes en su mayoría que se produjo en la primera década del siglo.

En 1975, él índice de reemplazamiento desciende a 1,37%, cifra aún no excesivamente peligrosa, pero que nos denuncia el proceso de envejecimiento que ha comenzado a experimentar la población ordiziana. De seguir la misma tónica, llegará el día en que la generación de los comprendidos entre los 40 y 60 años, no pueda ser reemplazada por la siguiente.

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR GRUPOS DE EDADES

1975(4)

Años 0- 14% 15- 64%  65 y más I. Vejez  I. Reemplaz
1802(1) 34,38 60,46 5,16 0,19 1,71
1910(2) 36,20 59,47 4,33 0,15 2,21
1965(3) 31,3 63,2 5,5 - -
1975(4) 28,40 64,02 7,58 0,29 1,36
Fuentes:

1. Monografía Histórica de Villafranca. Elaboración Propia.

2. Censo de 1910. Elaboración Propia.

3. Informe Siadeco.

4. Padrón Municipal. Elaboración Propia.

4. ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA POBLACIÓN.

En 1975 el porcentaje de la población de Villafranca económicamente activa era del 33,50% (27,09% varones y 6,410;0 mujeres), cifra muy baja si la comparamos con la que se registra en la provincia, que arroja valores del 40,30;0. Estas cifras están referidas a la aportación de la población activa respecto del total de la población. Ahora bien, si consideramos únicamente la población activa, los porcentajes de varones y de mujeres arrojan cifras de 80,860;0 y 19,40;0 respectivamente.

Como se ve la aportación femenina a la actividad económica es muy tímida y limitada. Hoy en día, aunque existe una progresiva tendencia a que la mujer se incorpore al trabajo, no se puede decir que goce de una igualdad de condiciones objetivas de parte de la sociedad para que tal tendencia se haga plenamente realidad. Para que tal hecho se produzca, es necesario derribar una serie de barreras que todavía subsisten en la sociedad actual.

Desde el punto de vista de la distribución sectorial de la población activa, Villafranca de Ordizia, mantiene una población activa decantada fundamentalmente hacia el sector secundario. En 1975, solamente el 1,28% (1,11% hombres y 0,17% mujeres), del total de la población activa, porcentaje prácticamente inapreciable, se dedicaba a actividades primarias. La provincia registra valores del 10% .

Por el contrario, el sector secundario, que es el predominante, absorbe el 68,08% (62,29% hombres y 6,7% mujeres), de la población activa; valores que se sitúan por encima de la media provincial del 60% .

Por último, la población dedicada a actividades terciarias representaba el 29,62% (17,44% hombres y 12,18% mujeres), del total de la población, niveles sensiblemente iguales a los que representa la provincia: 30% .Es precisamente en el sector terciario, donde la mujer ha encontrado mayores facilidades para desarrollar una actividad económica, por eso no debe extrañar, que el 41,10% de las personas de Villafranca dedicadas a actividades terciarias sea mujeres.

Población según su relación con la actividad económica Porcentaje sobre el total de  población activa o inactiva
  Activa %  Inacti. % Activa %  Inacti. %
  27.09 22,65 80,86  34,07
   6,41  43,85 19,14  65,93
  33,50 66,50    

Fuente: Padrón Municipal de Habitantes año 1975. Elaboración Propia.

 

  Porcentajes de población pertenecientes a los distintos sectores de actividad sobre el total de la población activa Porcentajes sobre el total de la población perteneciente activa a cada sector de actividad
Primario Secundario Terciario Primario Secundario Terciario
Hombres % 1,11 62,29 17,44 86,66 90,18 58,90
Mujeres % 0,17 6,79 12,18 13,34 9,82 41,10
Total % 1,28 69,08 29,62      
Fuente: Padrón Municipal de Habitantes año 1975. Elaboración Propia.

VI. LAS FUNCIONES URBANAS

En el segundo capítulo de este trabajo hemos tratado de demostrar la relación existente entre la situación y la finalidad para la que fue creada la puebla de Villafranca, que no, la primitiva Ordizia. Se trataba, por lo menos en su fase gen ética, de una villa fronteriza y por lo tanto militar. Dicha función, perdura hasta el año 1515 en que el Reino de Navarra se incorpora a Castilla, Desempeñó, además, una importante función como capital, transitoria, de los pueblos de la comarca que se incorporaron a su jurisdicción municipal en busca de protección. Vimos, también, cómo una vez que la función militar se torna caduca, no por eso desaparece la importancia de la Villa, pues gracias a su extraordinaria situación, al pie de dos Caminos Reales, ya la concesión por Privilegio Real de un mercado en 1512, se le brinda la posibilidad de desarrollar funciones mercantiles.

Ahora bien, con esto no queremos decir en absoluto, que nuestra villa desempeñase únicamente esas funciones. Todo lo contrario, puesto que junto a la función comercial, un alto porcentaje de la población debió estar dedicada al ejercicio de otras actividades: la agricultura, una tímida industria artesanal, etc.,

En el capítulo que ahora comenzamos trataremos de determinar el grado de especialización funcional de Villafranca, en los distintos grupos de actividad económica, para lo cual utilizaremos el índice de Nelson (7). Para medir el grado en que una comunidad se ha especializado en una función (J funciones determinadas, Nelson utilizó una muestra de 897 áreas urbaj1izadas de Estados Unidos en 1950, y observó la clasificación de servicios dentro de ellas; a saber, la proporción de población activa total dedicada a la minería, la industria, los transportes y comunicaciones, el comercio, servicios personales, públicos. etc.,

Para cada una de estas funciones calculó la proporción promedio que se dedica a ellas, así como la desviación standard. La especialización, según Nelson, se daba cuando un área urbanizada tenía una proporción de su población activa empleada en una función determinada que era igualo mayor que el promedio más una desviación estándar de esa función. Si se deseaba observar un grado mayor de especialización se podía hacer calculando las ciudades que tenían una proporción igualo mayor que el promedio más dos o más tres desviaciones estándar .

Siguiendo este mismo método, la Institución FOESSA (8) ha calculado la proporción media (de los municipios urbanos españoles) de población dedicada a cada una de las ramas de actividad económica, así como la desviación standard de cada una de esas funciones.

 

Función Urbana de Villafranca de Ordizia (9)
Rama Actividades Económ  X G X + G  Villaf Grado
Agricultura, Ganadería 25,23 22,82 48,05 0, 94 0
Minas y Canteras 1,77 6, 98 8, 75 0,34 0
Industrias Manufactu 27,00 18,44 45,44 62,17 3
Agua, Gas, Electric  0,93 4,10 5,03  0,60 0
Construcción 11,80  5,58 17,38  6,30 0
Comercio 12,38 5,63 18,01 12,39 1
Transportes 5,31 2,87 8,18 2,72 0
Est. Financieros y Seg. 1,80 1,19 2,99 2,03 1
Servicios Comunales y Func. 13, 72 7,01 20,73 12,47 0

Fuente: FOESSA. Elaboración Propia a partir del Padrón Municipal de habitantes de 1975 para Villafranca de Ordizia.

Analizando los datos que se presentan en el cuadro, Villafranca, aparece como una villa superespecializada en el grupo de Industrias Manufactureras, con una participación del 62, 17% respecto de la población activa total, porcentaje que casi alcanza la media nacional (X: 27 ,00% ) más dos desviaciones standard. Villafranca, posee, además, una especialización en la función comercial arrojando un porcentaje de 12,39% , que supera, tímidamente, la media nacional (X: 12,38%). El grupo de Establecimientos Financieros y Seguros presenta también una cierta especialización, al registrar un nivel de 2,03% igualmente superior a X: 1 ,80% .

Por consiguiente, en 1975, debemos establecer la conclusión de que estamos ante un municipio en que su población activa está decantada hacia actividades industriales. Por otra parte, Villafranca, sigue manteniendo una larga tradición mercantil, aunque su importancia queda lógicamente oscurecida por el alto crecimiento del sector industrial.

1. La Función Industrial.

Como se ha visto, desde finales del siglo pasado, se ha producido en todo el País Vasco un intenso proceso de industrialización, del que Villafranca no se ha visto ajeno. Tanto es así, que la industria ha relegado a un segundo plano a las actividades comerciales, que han sido junto a la agricultura, la base fundamental del desenvolvimiento de la Villa.

También conviene recordar que gran parte de la población activa industrial de Villafranca tiene su lugar de trabajo en otros municipios, en especial Beasain (CAF), Olaberria (Aristrain S.A.) y Lazcano (diversas fundiciones y Forjas). Villafranca ofrece muy pocos puestos de trabajo en el sector industrial, constituyéndose, para todo este gran contingente de activos que han de desplazarse a realizar su trabajo a otros municipios, en una auténtica villa-dormitorio.

Se observa en Villafranca un marcado minifundismo en las explotaciones industriales. La mayoría de ellas se sitúa en torno a 12,23 empleados por establecimiento en 1970 y 12 en 1976; cifras, que, por otra parte, son poco significativas debido a la gran desviación de algunos grupos. En 1970 el número de empresas contabilizado era de 86 que absorben a 1.052 elnpleados, que suponen una media por establecimiento de 12,23. Nos encontramos con gran número de empresas (82) que cuentan con menos de 50 empleados, registrándose una media de 4,45 empleados por empresa. Tres establecimientos industriales superan los 50 obreros, presentando una media de 129 empleados/empresa, y tan sólo un establecimiento contaba con más de 250 empleados (300).

En 1976, nos encontramos con un panorama similar. El número de empresas es de 80, que ofrecen 960 puestos de trabajo con una media de 12 empleados/establecimiento. Se puede observar, que el número de establecimientos industriales ha descendido con respecto a 1970 (80 frente a 86), disminuyendo, así mismo, el número de puestos de trabajo (960 frente a 1052). También aquí nos encontramos con gran número de establecimientos que cuentan con menos de 6 empleados (48 establecimientos). 29 fábricas emplean entre 6 y 50 obreros, y tan sólo 3 tienen más de 51 empleados.

El primer lugar, en cuanto a nivel de empleo, es ocupado por las industrias de transformados metálicos y fabriles, con un empleo total de :377 personas, que representan el 39,27% del total industrial. Es el segundo sector menos minifundista, con una relación de 15,08 personas por establecimiento. A este sector le sigue en importancia el de la Construcción, que emplea a 216 personas que suponen el 22,5% del total industrial, y con un tamaño medio de 9,81 personas por establecimiento.

A mayor distancia se sitúan las empresas de madera y mueble: 64 personas (6,66% del empleo industrial) y 5,81 personas/establecimiento. En quinto lugar aparecen las industrias de Alimentación, Bebidas y Tabaco : 47 personas ( 4,89% del empleo industrial) y 11,75 personas/establecimiento. A continuación se sitúan las dedicadas a Cuero, Calzado, Vestido, Confección (25 personas), las de Papel y A. Gráficas (21 personas), la Textil (10) y por último la industria Química (9).

Como conclusión, se puede afirmar que se trata de un sector bastante diversificado, con predominio de las industrias de transformados metálicos y empresas dedicadas a la construcción. Pesa muchísimo la pequeña y mediana empresa, posible herencia de un pasado artesanal.

2. La Función Comercial.

Hemos visto, como en 1975, Villafranca presentaba una especialización funcional en actividades comerciales. Predomina el comercio minorista (222 establecimientos) frente al mayorista (22 establecimientos). Año 1976.

Analizando el número de licencias comerciales de los 21 municipios guipuzcoanos que en 1975 contaban con más de 10.000 habitantes observamos en primer lugar, que en 14 municipios el número de licencias comerciales es inferior a la media provincial, que por otra parte se presenta muy baja (1,881icencias/100 habitantes). Esto es debido al enorme peso que tiene el sector industrial en toda la provincia ya lo reducido de las áreas de influencia que tienen que surtir. El municipio que tiene mayor número de licencias por 100 habitantes (2,62), es Tolosa. Le siguen en importancia Irún (2,47 licencias/100 habitantes), Zarauz (2,43 L./100 h.), Pasajes (2,33 L./100 h.), San Sebastián (2,29 L./100 h.) y Villafranca (2,29), que como ya hemos comentado, ha mantenido a lo largo de su historia una fuerte tradición mercantil, constituyéndose en e] centro comercial de la Comarca de] Goyerri junto con Beasain (2,04).

3. La Función Administrativa y Financiera.

Según pudimos ver anteriormente, los establecimientos financieros y entidades aseguradoras se presentan como una espacialización de la Villa, alcanzando el grado I, y superando" con cierta holgura la media nacional,

Los servicios privados han alcanzado un gran desarrollo, contándose con gestorías. asesorías jurídicas. entidades bancarias y Cajas de Ahorros, delegaciones de empresas aseguradoras, etc. Todos estos servicios son utilizados. no sólo por los propios vecinos de Villafranca. sino también por los baserritarras que. procedentes de los caseríos y núcleos rurales de la comarca. aprovechan sus desplazamientos al mercado para realizar este tipo de gestiones.

Aunque no alcanzan la media nacional, también tienen importancia los servicios comunales y funcionales. Villafranca, auténtica capital administrativa del Goyerri, es sede del Juzgado de Distrito. También están establecidas en Vil1afranca las oficinas de Extensión Agraria, hoy dependientes del Gobierno Vasco. Oficina de Empleo. Delegación de Iberduero, Notaría. Dispensario Médico para la obtención del Carnet de Conducir. Parque de Bomberos. Escuela Profesional del Goyerri, Instituto de Enseñanza Media y varios colegios e Ikastolas que ejercen una notable influencia en cierto sector de la comarca. puesto que la función docente está compartida con Beasain.

Por otra parte. tenemos que hacer mención de un tipo de servicio que en los últimos años está adquiriendo notable importancia. Nos referimos a la función deportiva. Vil1afranca. merced a las notables instalaciones que posee. puede convertirse en el Centro Deportivo de la Comarca.

Finalmente. el Servicio Doméstico, tiene una cierta importancia. Con la actual crisis económica, y la consiguiente falta de puestos de trabajo en la industria y el comercio. las labores del hogar suponen la única posibilidad de trabajo para un buen contingente de personal femenino.

VII. ESTRUCTURA URBANA

Es sabido que las villas y ciudades presentan una estructura tanto más definida y nítida, cuanto mayor es su volumen demográfico. De este mudo, los diferentes grupos humanos que componen los municipios y ciudades tienden a adoptar una formas típicas de distribución espacial.

En Villafranca, resulta muy difícil analizar la distribución de la población en base a sus características socio-profesionales, puesto que aunque se han constituido algunos barrios perfectamente configurados y delimitados en su aspecto físico, no podemos hablar de «barrios» de clases altas, medias o bajas, o de mayor o menor nivel de instrucción, sino que debe habilitarse de «edificios», y aún éstos, pueden albergar vecinos de muy diferente categoría y condición. Las causas debemos buscarlas en la natural permeabilidad de toda pequeña ciudad con niveles demográficos modestos, donde los cambias en la estructura ciudadana suscitan los consiguientes deseos de emulación.

Para la realización de nuestro estudio de Villafranca, vamos a distinguir el Casco Urbano {Poblamiento Concentrado) y los Caseríos {Poblamiento Disperso).

1. Casco Urbano

.1.1. Usos no Residenciales.

A pesar del impresionante crecimiento que ha experimentado Villafranca en los últimos años, no se han producido novedades importantes en la localización de las actividades comerciales y administrativas. Solamente la industria ha buscado nuevos espacios urbanos, para intentar dar respuesta a las nuevas necesidades que se le han planteado.

a. El Comercio

A pesar de las numerosas innovaciones y ampliaciones que presenta el plano de Villafranca, el comercio sigue localizado, principalmente, en el Casco Antiguo Tradicional. Bien entendido que estamos refiriéndonos a una actividad con cierto grado de especialización, y no al que tiene por objeto los bienes de primera necesidad, tales como los establecimientos de alimentación, etc.

De siempre, la Plaza Mayor y calles adyacentes, ha sido donde se localizaba la actividad comercial. Hoy en día, aunque el comercio se ha extendido a otras zonas de la Villa, sigue siendo la Plaza el centro de todo el entramado comercial. Podemos destacar las calles de Urdaneta, Mayor, Santa María, Goen (con su mercadillo), Ordizia, Euskal- Herria, Etxezarreta, ElIcano, Ampuero (con la reciente inauguración del mal llamado hipermercado), inicios de la calle Filipinas y Plaza de Garagarza.

En los barrios de reciente construcción se ha seguido una política muy peculiar en cuanto a la localización de los estable-cimientos comerciales. Así, en el barrio de Buztuntza, los bajos de los edificios se han conservado en forma de porches, constituyendo de esta forma, espacios adicionales para disfrute y deleite de niños y mayores, localizándose las actividades comerciales en unas zonas muy concretas y definidas del propio barrio. Aquí se intercalan comercios que desarrollan actividades con cierto grado de especialización (Farmacia, Librería, Perfumería, etc.) con los que se dedican a la venta de artículos de primera necesidad.

En Altamira, donde no abundan los porches debido a la especial configuración de los edificios, el comercio (todo él de artículos de primera necesidad) está localizado en una manzana de viviendas muy concreta. Mientras que en el barrio de Otegui-Enea nos encontramos con que la mayor parte de los bajos de la viviendas están ocupados por establecimientos comerciales de muy dispar especialización.

Recientemente, se ha constituido la Agrupación de Comerciantes «Ordizian», con el fin de defender sus intereses gremiales y de intentar devolver al comercio ordiziano el prestigio y la calidad que antaño gozaba, y que por diversas causas, había ido perdiendo.

b. La Industria.

Como ya se ha comentado, Villafranca, a pesar de tener la mayor parte de su población activa desarrollando actividades industriales, no presenta altos niveles de implantación industrial. La causa fundamental de este hecho está en lo reducido de su término municipal, en la falta de espacio, (10 que trae consigo una notable elevación de los precios de los terrenos). Esto obliga a realizar una muy especial y severa planificación que determine la extensión y localización de los espacios industriales.

Si a comienzos de siglo, los establecimientos industriales, aparecen dispersos por el Casco Tradicional de la Villa, las industrias surgidas a partir de los años 50, han buscado una localización más ventajosa y racional: los ejes de salida de las carreteras: Calle Filipinas, Urdaneta, Barrio de San Bartolomé, inmediaciones de la carretera de Zaldivia y la carretera general Madrid -Irún .

De todas formas, todavía podemos encontrar en el núcleo tradicional de la villa, establecimientos industriales que nos hablan de un pasado artesanal (reducidas dimensiones y volumen de empleo pequeño).

c. Establecimientos Financieros y Administrativos.

Los establecimientos financieros y administrativos no han experimentado modificaciones notables en su ubicación. La mayor parte de ellos están situados en el Casco Viejo, aunque, eso sí, han variado su emplazamiento dentro de él, modernizándose y acomodándose a las necesidades actuales.

La «Puerta del Sol» y sus inmediaciones constituyen el centro «financiero» de la Villa. Por otra parte, en el barrio de Bustuntza se ha registrado la apertura de una sucursal de una entidad de ahorro, para atender en lo posible las necesidades de los residentes en esta populosa zona.

En cuanto los servicios administrativos, se encuentran prácticamente concentrados en el Edificio del Ayuntamiento, sito en la Plaza Mayor, donde podemos encontrar las oficinas del Juzgado de Distrito y la Agencia de Extensión Agraria. Las oficinas de Correos y el Centro Médico para la obtención del carnet de conducir están situadas en la Casa de Muxica (de gran relevancia en la historia de Villafranca), junto a la Iglesia Parroquial, mientras que en la calle América, muy cerca de la Plaza de Garagarza, se sitúan las oficinas de empleo.

1.2. Usos Residenciales.

La estructura urbana de Guipúzcoa presenta notables novedades con respecto al siglo anterior. Aunque en los primeros años del presente siglo, se realizaron en la Villa algunas obras de gran trascendencia, es tras el período de la Guerra Civil, cuando se produce el empuje definitivo, experimentando la villa un rápido crecimiento.

Con la construcción de esta gran cantidad de viviendas, muchos de los habitantes del núcleo tradicional trasladan su residencia a los barrios recién construidos, produciéndose el vaciado de algunas viviendas, que en parte, son ocupadas por inmigrantes -que se establecen en régimen de alquiler . Algunas de estas viviendas carecen de los más elementales servicios tales como baño, ducha y lavabo. De todas formas, el centro tradicional no presenta síntomas de degradación. Algunas casas que se quedaron vacías han sido derribadas y sustituidas por otras de nueva construcción que han venido a revalorizar toda esta zona.

Tanto en el Centro Tradicional como en los barrios de reciente construcción (Bustuntza, Altamira, Otegui-Enea, Usumbilla), todos ellos de marcado carácter residencial, se mezclan personas de muy diversa procedencia y condición social, con lo cual es muy difícil establecer diferenciaciones.

Nivel de Instrucción

  Menores Analfab Escolares Adult.P .inc. P. compl.  B.Elem B.Sup. F .Prof.  Perit.lng T. .E.Sup.
% 11,32 1,23 12,29 13,79 44,98 6,68 4,01 3,61 1,14 0,89
M. 50,76 73,64 50,35 55,88 52,79 50,43 41,62 9,81 19,32 36,55
V. 49,23 26,35 49,64 44,11 47,20 49,56 58,37 90,18 80,67 63,44

Fuente: Padrón Municipal de Habitantes. Año 1975. Elaboración Propia

Si exceptuamos a los menores no escolarizados ya los escolares que, por razones de edad aún no han concluido la primera enseñanza, tenemos que un 15,02% da la población de Villafranca, mujeres en su mayor parte, no han efectuado los estudios primarios. Es inadmisible, encontrarse en la sociedad actual con tan elevado número de personas que se encuentran dotadas de tan deficiente bagaje cultural e intelectual.

Las personas que han realizado únicamente estudios primarios, arrojan un porcentaje del 44, 98% .Después de la enseñanza primaria, es el Bachillerato elemental el que más importancia encierra en sus contingentes. En esta categoría se encuentra el 6,68% de la población adulta, accediendo al bachiller superior el 4,01% de la población. Sin embargo son muy pocos los que continúan sus estudios realizando carreras superiores y técnicas (2,03 %), lo mismo que los que orientan sus estudios hacia la Formación Profesional (3,61 %).

Es interesante contrastar el diferente grado de instrucción existente entre los hombres y las mujeres. Como se ve en el cuadro las diferencias entre ambos sexos son patentes en la mayoría de los casos. El 17,14% de las mujeres, no han llegado a cursar los estudios primarios, frente al 12,88% de hombres que se encuentran en el mismo caso. Sin embargo, en la Enseñanza Primaria el porcentaje de mujeres es superior al de hombres. Las mujeres, en efecto, veían su ciclo de estudios terminado una vez que finalizaban los estudios primarios. Los hombres, por el contrario, encontraban más facilidades para continuar sus estudios. En efecto, sólo el 11,82% de mujeres de más de 14 años continuaban sus estudios mientras que el porcentaje de hombres llega a 20, 92% .

Estos resultados ponen de manifiesto el sentido funcional e interesado con que se consideraba la instrucción. El hombre, destinado a la vida de trabajo, sostén de la familia, generalmente era más instruido que la mujer , llamada a desarrollar la anodina profesión de sus labores inherentes a su condición de madre de familia. Claro está, que no todas las mujeres llegaron a casarse, y que un buen número de ellas habrán adoptado trabajos profesionales, pero también es claro, que los padres destinaban mentalmente a sus hijas el trabajo doméstico como futuras madres, olvidándose de su instrucción, que sé consideraba de menor interés para ellas.

Hoy aunque todavía perdura este problema, cada día reviste menor gravedad debido a los cambios de mentalidad que se están operando en los últimos años, tratando de equiparar, a todos los niveles, al hombre y la mujer .

2. El Caserío.

El origen de las poblaciones de Guipúzcoa y Vizcaya, ha sido el Caserío, las casas aisladas asentadas en montes y valles. A lo largo de muchos años, el caserío ha representado, el hogar familiar, la unidad económica de producción y el centro de la cultura y el folklores; ha sido al mismo tiempo centro social, religioso y de trabajo.

Hoy día la gran mayoría de los caseríos del País Vasco están atravesando una aguda crisis. La galopante industrialización -hoy también en crisis -, junto con la evolución socioeconómica; las comodidades urbanas -inevitablemente superiores a las rurales -y la voz tentadora de la sociedad de consumo, polarizan la atención de la población aldeana que abandonan los caseríos, dejando en ellos a sus mayores, que ven con impotencia cómo se derrumba todo lo construido con el sudor y el esfuerzo de muchas generaciones.

La ruptura generacional y el paulatino envejecimiento de la población engendrarán en el medio rural, en muy breve plazo, un gravísirno problema. De no tomarse medidas correctoras, muy difíciles de aplicar de§de cualquier punto de vista, perderemos algo fundamental de nuestra idiosincrasia.

El número de caseríos con que cuenta Villafranca es de 23, uno de los más bajos de la provincia, quizás motivado por lo reducido de su término municipal.

En 1975, eran 157 las personas que habitaban estos caseríos, de los cuales 71 eran hombres y 86 mujeres. La estructura biológica de esta población presenta alarmantes síntomas de envejecimiento, arrojando un índice de Vejez de 1,35. Asimismo, el índice de Juventud (23,56%y 31,84%) se escapan de los umbrales propuestos por Veyret. Otro indicador el índice de Remplazamiento (1,04), corrobora de nuevo cuanto veníamos afirmando, denunciando el importante proceso de envejecimiento que está experimentando la población de estos caseríos.

Un hecho importante y diferenciador, que merece la pena resaltar, es que la totalidad de los habitantes de estos caseríos, a diferencia de lo ocurrido en el resto del municipio, han nacido en el País Vasco-Navarro sin recibir ningún inmigrante procedente de otras regiones españolas.

Procedencia de la población %

Comarca 9,55
Provincia 10,82
Navarra 1,91
Propio Pueblo 77,72

Fuente: Padrón Municipal de habitantes. 1975. Elaboración Propia

El porcentaje de población económicamente activa era de 36,94 % (26,75% hombres y 10,19% mujeres), cifras referidas a la aportación de la población activa respecto del total de población. Ahora bien, considerando únicamente la población activa los porcentajes de hombres y mujeres presentan valores de 72,41% y 27,58% respectivamente.

Desde el punto de vista de la distribución sectorial de esta población activa, y en contra de lo que pudiera pensarse, estos caseríos mantienen una población decantada principalmente hacia el sector secundario que absorbe el 37,93% (31,03% hombres y 6,89% mujeres) de la población activa. Por el contrario el sector primario, que tendría que ser el predominante, absorbe un porcentaje de población activa de 34,48% (25,86% hombres y 8,62% mujeres). Por último, la población dedicada a actividades terciarias representaba el 27,58% (15,51% hombres y 12,06% mujeres) del total de la población activa.

Este hecho es uno de los que nos explican los bajos porcentajes de la población activa guipuzcoana dedicada a actividades primaria..,;. El caserío, centro de producción agrícola, se está convirtiendo en centro residencial. Sus habitantes, comienzan a considerar las labores agrarias como una actividad parcial, dedicando la mayor parte de su tiempo al desarrollo de otras actividades más productivas y ventajosas.

En cuanto al nivel de Instrucción, tenemos que el 29,29% de la población que habita estos caseríos, no ha realizado estudios primarios, porcentaje notablemente superior a la media municipal (15,02 %).

Las personas que han realizado estudios primarios arrojan un porcentaje de 47,13% (44,98% en el municipio), constituyendo un 12,71% el porcentaje de población que ha realizado estudios más avanzados de los primarios, alcanzando el 1, 90 % los que han realizado carreras y estudios técnicos superiores.

CONCLUSIONES

El primitivo núcleo de Ordizia, embrión de Villafranca, que nació a la sombra de la ermita de San Bartolomé, fue levantado originariamente en respuesta a las actividades mercantiles y religiosas que allí se desarrollaban, al ser punto de parada de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, siguiendo la ruta de Bayona a Burgos.

Cuando en 1200, Guipúzcoa se adhiere a la Corona de Castilla separándose del Reino de Navarra, Villafranca se convirtió en pueblo fronterizo, viéndose envuelto en las constantes luchas que mantuvieron ambos reinos. Esto aconsejó la sustitución del primitivo emplazamiento por otro, más seguro, en altura, convirtiéndose de esta forma en auténtica Plaza-Fuerte de la Comarca.

Asimismo su importancia creció enormemente con la incorporación de varias vecindades a su jurisdicción municipal, buscando el amparo y pro de sus murallas.

Una vez que la función militar se torna caduca, Villafranca se erige en la capital mercantil de la comarca gracias a su mercado semanal, concedido en 1512 por la reina Doña Juana, que ha sido la base más firme del desenvolvimiento de la villa, acicate y estímulo para el establecimiento de algunas industrias y el desarrollo de otras actividades mercantiles, que se vieron potenciadas enormemente gracias a la apertura de la carretera general y del ferrocarril Madrid-Irún, que sustituyeron a los antiguos Caminos Reales, y que dejaron a Villafranca perfectamente integrada dentro de los circuitos comerciales y de relación más importantes del País.

Desde el punto de vista demográfico, Villafranca comienza a presentar síntomas de un cierto envejecimiento de la población, que si para el conjunto del Casco Urbano no son muy alarmantes, lo son ciertamente en los Caseríos, que están sufriendo un rápido proceso de despoblación. De no ser por los intensos aportes inmigratorios de las últimas décadas, la población ordiziana hubiera alcanzado unos peligrosos umbrales de envejecimiento.

Por otro lado se puede observar, que la mayor parte de la población activa está decantada hacia el sector secundario, como consecuencia del fuerte proceso de industrialización que se operó, desde comienzos de siglo, en todo el País Vasco, y que atrajo a gran cantidad de inmigrantes.

El sector servicios también presenta una cierta especialización gracias a los niveles alcanzados por la función comercial, que goza de gran tradición, y el buen equipamiento de Establecimientos Financieros. Por el contrario el porcentaje de población activa dedicado a actividades primarias, es mínimo. Constatándose una clara tendencia al descenso.

En lo concerniente a la estructura urbana, se puede observar que los barrios de reciente construcción están perfectamente integrados en el núcleo tradicional, donde están emplazados la mayor parte de los comercios y servicios.

El mayor problema con que se enfrenta Villafranca, es la acuciante falta de espacio que impide su desarrollo y expansión. Ante esta realidad, el futuro de la Villa hay que estudiarlo y meditarlo muy seriamente.

En nuestra opinión se han de buscar soluciones mancomunadas y llegar a una plena complementariedad de funciones entre los más importantes municipios de la comarca, que constituyen un claro ejemplo de microconurbación (Beasain, Lazcano, Olaberria y Villafranca). De este modo Villafranca ha de mantener su actual preponderancia comercial y de servicios para constituirse en una auténtica Ciudad -Dormitorio y Centro administrativo de carácter comarcal.

Gráficos 1, 2 y 3

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PLANO

 

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NOTAS

* Este trabajo es una síntesis de la Memoria de Licenciatura de su autor . Realizada bajo la dirección del Prof. Dr. Don Vicente Bielza de Ory, fue leída el día 11 de Junio de 1981 en la Facultad de Letras de Zaragoza recibiendo la calificación de Sobresaliente «cum laude>,.

(1) Echegaray. C. y Mugica. s. Monngrafía Histórica de Villafranca deGuipúzcoa. Tipografía. Vd.. de Valverde. Irún 1908 pág.312.

2 Diccionario Histórico Geográfico de la Real Academia de la Historia (1802), Ediciones de la Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao 1968; pág. 454.

3 MADOZ, P.. Diccionario Histórico de España, Ed. Pascual Madoz, Madrid 1850, Tomo XVI, pág. 128.

4 GOROSABEL, P." Noticia de las Cosas Memorables de Guipúzcoa" Ediciones de La Gran Enciclopedia Vasca, 1968, pág. 235. Bilbao.

5 VEYRET- VERNER. Population. París. 1959

6 I. de Reemplazamiento = Grupo de 15 a 39 años/ Grupo de 40 a 64 años

 I.R. = 1 se asegura el reemplazamiento

I.R. < 1 la población no puede ser reemplazada

7 NELSON H.J.:  A service classification of Amcrican Cities en "Economic Geographyc" 31, 195, pág 189- 210

8 Informe FOESSA Estudios sociológicos sobre la  situación social de España 1975.  Madrid 1976 pág 106

9 Siendo X la media nacional de población dedicada a cada una de las ramas y G la desviación standart de cada una de ellas.