Lurralde :inv. espac. N. 7 (1984) p. 333-359 ISSN 1697-3070

LA SOCIEDAD Y EL NACIONALISMO VASCO

 EN LA HISTORIA DEL PAIS DE SOULE.

 

 

Juan Luis PAN-MONTOJO GONZALEZ

 Juan PRO RUIZ

 

El País de Soule (Xiberoa o Zuberoa) es la más oriental de las tres provincias que configuran el País Vasco Francés (Iparralde). Se trata de una comunidad histórica de origen medieval (el Vizcondado de Soule) que, sin embargo, ha adquirido una cierta homogeneidad cultural y socio-económica, en parte por su configuración física y en parte por su propia existencia como ente político. Esta homogeneidad no tiene plasmación a niveles institucionales, pues el territorio del antiguo Vizcondado se disuelve entre dos cantones completos y siete comunas más de un tercer cantón, todo ello en el seno del extenso departamento de Pirineos Atlánticos.

La peculiaridad de Soule es evidente. Rodeada al Este y al Norte por bearneses y al Sur y al Oeste por navarros, el país desarrolló a lo largo de los siglos un conglomerado de manifestaciones culturales diferentes de las de sus vecinos, y de las cuales todavía se guarda memoria: así las famosas mascaradas y pastorales, el canto suletino, los poetas del país, su especial régimen de pastoreo, e incluso una constitución escrita propia del país; pero sobre todo, la conciencia de exclusividad se basa en la posesióñ de un idioma diferente al de sus vecinos: el suletino es un dialecto del vasco, hablado por unas 13.000 personas, que son la mayoría del país (1).

No faltarían, pues, elementos para una conciencia de grupo a nivel de valle (el País de Soule se articula en torno al Valle del Saison o Uhaitza) y, de hecho, existe un cierto «chauvinismo» suletino. Pero es un fenómeno secundario. Lo que prima es la conciencia de pertenencia al País Vasco , espoleada por siglos de conflictos con bearneses, gascones y aquitanos. El entramado socio-cultural básico es común al del resto de Euskal-Herria: es el mismo el papel de la familia y de la casa, es la misma en lo fundamental la acción histórica de la Iglesia y del clero, son los mismos los círculos de relación vecinal (los vecinos cercanos, el trabajo en común y la parroquia) y es el mismo, en último término, el idioma, «expresión por excelencia del carácter nacional" (2).

Vemos que existe el material para una conciencia nacional. y existe además un estímulo externo: el procedente del nacionalismo vasco surgido en otros focos (el País Vasco Español y, de manera inducida, la costa labortana). Sin embargo, el nacionalismo no es hoy una fuerza política importante en Soule (3).

Como dice Solozábal, los elementos de la nacionalidad (lengua, raza, territorio, religión, guerras, dinatías ...) ni aislados ni en su conjunto, explican el surgimiento de la conciencia nacional en una determinada comunidad. No son sino condiciones de posibilidad para ello, pero nunca la causa eficiente {en la medida en que quepa hablar de causas eficientes con referencia a los fenómenos sociales) del nacionalismo. Este no es sino la respuesta social a un cambio que amenaza a la propia identidad y, en consecuencia no aparece, sean cuales sean los elementos o hechos diferenciales presentes, mientras tal amenaza-no se produce (4).

Hemos encontrado en Soule todas las condiciones de posibilidad del nacionalismo, pero no un nacionalismo vasco vertebrado con fuerza política; la explicación hay que buscarla en los dos últimos siglos de historia del valle, en la ausencia de los factores eficientes que confluyeron en la Vizcaya del último tercio del siglo XIX para dar lugar al nacionalismo sabiniano.

1.SOULE BAJO EL ANTIGUO REGIMEN.

En el siglo XVIII, el País de Soule se nos presenta como un territorio esencialmente ganadero (5): se criaban bueyes, cerdos y ovejas de lana, cuyos magros excedentes se comercializaban en mercados cercanos (Bayona, Oloron, España...). Esta economía de subsistencia, fundamentalmente ganadera, se complementaba con un cultivo alternativo de trigo y mijo (6) y con el aprovechamiento forestal (7). Las emigraciones temporales de suletinos a España (8) y las lamentaciones de pobreza que las comunas hacen a los Estados Generales en vísperas de la Revolución (9), nos hacen pensar con Bonetti en unas condiciones de vida precarias, aunque menos de lo que las citadas quejas podrían hacer suponer (10).

Aparte de las actividades agropecuarias, apenas hay otra base económica en el Soule del Antiguo Régimen. Existen, desde luego, algunas pequeñas unidades artesanales, como forjas y talleres textiles, pero no hay ninguna actividad industrial de gran tradición, a diferencia de lo ocurrido en Vizcaya y Guipúzcoa.

Sobre la demografía de Soule antes de la Revolución tenemos pocos datos. Sabemos por Jacques de Bela que a principios del siglo XVII el país tenía unos 25.000 habitantes (11). Después, este número se estancó, e incluso es posible que experimentara una cierta regresión a lo largo del siglo. Si hemos de creer que en el siglo XVII el proceso de descenso demográfico general revistió especial gravedad en las regiones montañosas de Europa y que el empobrecimiento de estas zonas altas creó un flujo migratorio hacia los valles y los llanos fértiles (12), entonces sucesos como la rebelión de Matalas de 1661 pueden ser interpretados como síntomas de una verdadera crisis malthusiana en el Soule del siglo XVII (13).

El bache demográfico del siglo XVII fue recuperado en parte en el transcurso del XVIII. En los archivos parroquiales se ha detectado un discreto crecimiento natural, indicativo quizá de cierto progreso económico, entre 1740 y 1780, tendencia que incluso se mantiene después de ese periodo, cuando a finales del siglo XVIII se observa junto a la baja de los nacimientos un descen so en la mortalidad, seguramente derivado de la mejora en las condiciones higiénicas (fenómeno general en Francia). El descenso de la mortalidad es en Soule causa del mantenimiento de una tasa de crecimiento positiva (14).

El resultado es que el crecimiento del siglo XVIII produce en el XIX cierto grado de superpoblación con respecto a los medios de subsistencia. El excedente de población será absorbido por dos polos: por un lado, las industrias locales de escala artesanal del Pirineo, entre las que destacan las fraguas con su actividad complementaria de corte y acarreo de leña (absorbieron una parte importante de la población en comunas como Larrau, Licq o Chéraute) y los talleres textiles semidomésticos; por otra parte, la emigración a América, que se inicia a una escala significativa alrededor de 1815. Paralelamente, y como reacción contra el exceso de población, se extiende el control de la natalidad; de ahí que la población suletina alcance de nuevo su máximo absoluto de 25.000 habitantes en 1836 e inicie un descenso secular (nunca ha vuelto a alcanzar tal techo desde entonces) (15).

La superestructura institucional del país en este momento se basa en el libro de la Costumbre (16) con los cambios más o menos formales introducidos por una edicto de 1776. Desde esa fecha, la más alta magistratura del país era la Castellanía Real de Soule. La apelación se hacía ante la Corte del Parlamento de Navarra sito en Pau, desde finales del siglo XVII. Pero en todo caso, en las sucesivas instancias se seguía la ley suletina (salvo en lo procesal, que primaba el sistema bearnés). Gobernaba el país desde que en 1449 pasó ala órbita francesa el Gobernador de Soule. Pero sobre todo, existía una asamblea soberana: la Court d'Orde; a ella correspondía llevar los asuntos públicos y velar por los intereses comunes a todo el país. Esta asamblea se reunía en tres cuerpos: nobleza, clero (ambos deliberaban y decidían conjuntamente) y Tercer Estado, estando este último formado por todos los suletinos.

La sociedad suletina a finales del Antiguo Régimen presenta importantes anomalías con respecto a la del resto de Francia. La principal sería el distinto origen de la nobleza: en Soule es noble quien adquiere una casa noble (por herencia, por boda o por compra) y, por tanto, la aristocracia la da el dinero; sin embargo, el gobierno central con frecuencia reafirmaba esta nobleza asociada al solar con la concesión de títulos nobiliarios en su busca de apoyos locales en los distintos conflictos de facciones. Parece ser, asimismo, que existió bajo el Antiguo Régimen un hábito de concertación entre las comunas bajo la dirección del Silviet (asamblea de representantes locales). Los pastos y los bosques eran de propiedad colectiva y libres a todos los suletinos. Heredero de este hábito sería a partir del siglo XIX el Sindicato de Soule, institución nacida para la gestión mancomunada de los montes anteriormente propiedad del país y que, tras la Revolución, carecían de titularidad jurídica clara.

2. SOULE EN LA ERA INDUSTRIAL: OBREROS, PASTORES Y CACIQUES.

La industria suletina parte prácticamente de cero en el siglo XIX: no hay estructuras preexistentes (ya hemos comentado la escasa importancia de forjas y talleres textiles), ni una mano de obra o una clase de empresarios industriales. Sin embargo, surge en un medio en cierto modo favorable.

La artesanía local y la emigración a América no eran suficientes para absorber el exceso de población que se arrastraba. desde finales del siglo XVIII. En la primera mitad del siglo XIX parece que se produjo una crisis agraria generalizada, cuyas consecuencias -la concentración de la propiedad y un exceso de mano de obra en el campo- sentarán las bases de la industrialización francesa; la crisis de Soule sería así el aspecto regional de una crisis estructural profunda y generalizada (17) más que el resultado del traslado de la aduana española al Bidasoa o de la legislación liberal francesa sobre sucesiones. Cierto que en la primera mitad del siglo XIX, una parte importante del aludido exceso de población en Soule, se canalizó hacia el engrosamiento de las filas de los pastores, jornaleros, sirvientes y otros empleos asalariados; pero no fue suficiente, y la emigración pasó en 1832 a ser algo organizado.

Dada una alta oferta de mano de obra, faltaba sólo el capital para dar impulso a un sector industrial: este provendrá de la concentración de capital resultante del endeudamiento campesino y de los intereses de los fondos indianos. El producto en torno al cual se levantará toda la industria del valle va a ser la alpargata, producto muy adecuado por tener cierta tradición s-U1etina y por necesitar una mano de obra abundante, pero poco cualificada.

La actividad alpargatera será en un primer momento un trabajo a domicilio, siguiendo el verlangssystem que en esta época predominaba en toda Francia (18). Los comerciantes de Mauleón dirigían el proceso, suministrando la materia prima y comprando el producto acabado. La peculiaridad suletina aparece como un retraso con respecto al conjunto de la industria francesa, a partir de la década de 1840-49. En dichos años, el sistema de trabajo a domicilio perdió importancia en zonas donde había sido fundamental (Flandes, Picardía, Normandía, Bretaña ...) y quedó limitado a operaciones no mecanizables. Diversos factores económicos influyeron en este paso, pero fue finalmente la aceleración de las crisis económicas, culminando en la de 1846-48, la que «provocó la destrucción de esta industria rural» francesa (19). En Soule, por el contrario, el sistema se mantiene y se expande. Pero la crisis también llega a Soule, provocando el hundimiento de las pequeñas industrias locales, fraguas y talleres textiles, incapaces de sostener una producción competitiva frente a la incipiente industria de gran escala.

Es así como la emigración llega a su punto culminante hacia 1850-59. Por esas fechas, además, la emigración deja de afectar exclusivamente a los hombres y se hace familiar, lo cual reduce enormemente el número de retornos. Este nuevo movimiento de población encuentra su origen en el progresivo endeudamiento del campesinado (en especial tras la mala cosecha de 1857), que forzó a la venta de tierras. Perdida una fuente importante de ingresos periódicos, muchas familias se ven obligadas a dejar el país y otras pasan a engrosar el «ejército industrial de reserva». Es el momento de coyuntura favorable para el crecimiento de la industria de la alpargata, que vendrá a aliviar la economía del mundo rural.

Hacia 1870, el conjunto de los tratantes, ya en número de dieciséis, aparece dominado por una vieja familia de comerciantes mauleoneses: los Béguerie, que se convierten en «banqueros», financiando a pequeños tratantes la adquisición de materias primas.

Así se completa la jerarquía sandaliera, marcada sobre todo por la importancia del sistema comercial y la no-intervención de capitales exteriores a la sociedad local (20).

En la década de 187079la población suletina alcanza el mínimo del siglo. Los grandes flujos migratorios de los años anteriores, junto a la reducción del crecimiento natural, permitieron una estabilización demográfica del medio agrario. Además, se inició el lento pero constante proceso de expansión industrial de Francia, uno de cuyos beneficiarios más directos fue el campesinado. La política proteccionista francesa del periodo 1875-95 mantuvo en el campo métodos de producción anticuados y una sociedad anacrónica, pero fijó a los campesinos en el suelo hasta final de siglo, evitando así un fenómeno de éxodo rural como el que se estaba dando en otros países. De esta forma regiones como Soule mantienen un alto volumen de mano de obra que, dada la obsolescencia de la estructura productiva agraria, habría determinado una sobrepoblación: ;<el único paliativo fue la conservación de las industrias rurales, del tipo industria doméstica» (21).

A partir de 1880, la acumulación de capital, junto a la subida de la demanda, inducirán a una concentración de los medios de producción en talleres y fábricas, complementada todavía por el sistema de producción a domicilio. Aparecen en Mauleón barrios industriales: la "Haute Ville" y la "Ville du Bois". Las nuevas unidades de producción mantienen los métodos de aplicación intensiva del factor trabajo, pues en un nivel técnico más sofisticado era imposible competir con regiones más avanzadas económicamente. Esta actitud lleva a un retraso económico, cuyos efectos se dejan sentir hasta hoy (22).

La demanda de alpargatas se desarrolla extraordinariamente al convertirse este artículo en el calzado habitual de los mineros (23). La dinámica de la industria alpargatera creaba una nueva demanda de trabajo, pero ésta ya no podía ser satisfecha por un medio rural que había alcanzado su estabilidad entre población y recursos en la década 187079 y que además se mostraba hostil a la industrialización. Es así como en los años 1880891a industria suletina se ve forzada a lanzarse a la importación de fuerza de trabajo de Roncal, Hecho, Ansó y el Valle del Aragón, en la vertiente meridional del Pirineo.

Los españoles, de baja cualificación y escaso poder económico, vienen primero como temporeros, pero enseguida comienzan a asentarse ya sustituir a la mano de obra nativa: este proceso creará una inercia industrial, por falta de conflictos laborales, cuya consecuencia más clara será el fortalecimiento de la mentalidad comercial de los empresarios, poco preocupados de aumentar la eficacia de sus medios técnicos de fabricación. La inversión del fenómeno migratorio (Ios inmigrantes llegan a constituir en 1905 un tercio de la población de Mauleón), junto con la aparición de un éxodo rural interno del valle que se dirige a la capital suletina, producen una pequeña «explosión" demográfica en la villa, que le lleva a superar los 4.000 habitantes.

En Mauleón se trabaja 18 horas diarias (mujeres y niños incluidos). La calidad de vida se degrada rápidamente, pues la afluencia de unos mil trabajadores suplementarios se absorbe aumentando la concentración humana en los barrios obreros. En el idílico paisaje de la vega del Saison, aparecen las fábricas, y la burguesía mauletarra se lanza a construir talleres anárquicamente en la franja de suelo libre entre la ciudad alta y la ciudad agrícola de Licharre: el plano de Mauleón se traza en total desorden .

La estructura industrial es muy irregular. Unas empresas desaparecen y otras crecen, haciendo fluctuar el número de establecimientos erráticamente entre los treinta y los cuarenta. Las empresas más dinámicas consiguen una independencia financiera total con respecto a los bancos. Pero todo el dinero se invierte en la rotación materias primas-productos acabados, sin que se mejoren los métodos de producción ni las estructuras. De nada sirvió en este sentido el contacto con las industrias extractivas del Norte y del Este: la tradición rural es la más fuerte.

Mauleón crece de la mano de la industria del calzado. Sus fábricas y talleres pasan de 537 asalariados en 1896 a 1585 en 1911. Las fluctuaciones de la demanda no son muy grandes, dado el carácter dé la misma (mineros ...); no conducen a ningún tipo de crisis cíclicas, ya que la solución española da una total libertad de movimientos a los empresarios. El crecimiento de la capital compensa la secular sangría de efectivos en la zona de montaña (Cantón de Tardets) y Soule conoce una época de estabilidad demográfica y de crecimiento económico hasta la Gran Guerra.

En el terreno político, el viejo sistema constitucional suletino hace crisis como un elemento más del Antiguo Régimen al fina( del siglo XVIII. En su lugar, encontramos una situación política caracterizada por la pérdida de toda autonomía y el sometimiento a un nuevo esquema administrativo que no atiende a las peculiaridades y tradiciones del valle. El comportamiento político de Soule puede seguirse en la historia electoral de los cantones de Mauleón y Tardets, pero en cualquier caso se trata de un fenómeno marginal, con poco peso en el conjunto del departamento y mucho menos a niveles superiores. No obstante, Mauleón era en el siglo XIX capital de arrondisement, status que perdió en 1926.

Conocemos poco la vida política suletina en el siglo XIX, pero algo puede extraerse de los trabajos de Drouin (24), cuya tesis central es que la entrada de las masas en la escena política (mediante el voto) no cambió de forma apreciable la composición de la élite gobernante en el País Vasco del Norte: los notables, «más ricos, más instruidos, más informados», aceptaron someterse a la elección de la mayoría, porque en realidad tenían asegurado que ésta les sería favorable. En la práctica, la opción se limitaba a escoger entre las diversas facciones políticas de la «aristocracia» burguesa dominante. El sufragio censitario limitaba la actividad política bajo la Monarquía de Julio (1830-48) a una escuálida élite burguesa (el 0,23% de la población en Mauleón y el 0,15% en Tardets), la mayoría de ellos «propietarios»; de esta manera, Mauleón elige desde 1816 hasta 1854 siempre al mismo diputado para el Consejo General: ellegitimista Dandurain, rico burgués de simpatía carlista. Tardets, en cambio, tras elegir a un legitimista bajo la Monarquía de Orleans (el Conde Clément Mont-Real), inaugura en 1848 una tendencia más progresista otorgando el escaño a Augustin Chaho, demócrata socialista, filocarnsta y protonacionalista vasco, redactor del periódico «l'Ariel-Le Républicain de Vasconie» (25).

La Revolución de 1848 trajo el sufragio universal, y con él la organización de campañas electorales más o menos masivas y la instalación de un nuevo personal político que complementaba a las viejas élites de notables, todavía firmemente asentadas en el poder. Bajo la Segunda República (1848-51), se perfila el País de Soule con respecto a zonas cercanas (como el Labourd y Bearne) como un núcleo progresista: el Partido del Orden obtiene pésimos resultados electorales, a pesar del apoyo del prefecto y del obispo y de la intensa actividad propagandística del Comité de Bayona; Soule se convierte en el foco de la tendencia demócrata-socialista de Chaho, Arthez (cuñado del republicano Ledru-Rollin), Renaud, Matter, Darroquin, Chumando... Estos personajes copan en Soule las alcaldías y los escaños del Consejo General, aunque no consiguen compensar el arraigo de los conservadores en Bearne y en la costa y no elevan a Chaho a la Asamblea Nacional (Soule no es la base ideal para el lanzamiento de un político). En cualquier caso, no hay que equivocarse: no son «diputados obreros" , sino miembros de profesiones liberales en su mayoría, aunque también «propietarios" y empresarios. Su programa contiene un violento anticlericalismo, antimilitarismo, abolición de deudas. .. En definitiva, sólo se ha producido una renovación de las élites locales, pero el esquema político sigue siendo el mismo a lo largo de todo el siglo XIX: el notabilismo.

El crecimiento de la industria de la alpargata entre 1880 y 1914 fue verdaderamente rápido y sólo puede explicarse por la existencia de un cúmulo de condiciones muy favorables. Es precisamente la generosidad de los beneficios obtenidos la que vicia la estructura interna del sector: por un lado, las empresas se mantienen fuera de los círculos financieros, animadas por su alto nivel de ingresos y esto impide la modernización del sistema de financiación; por otra parte, el éxito de la alpargata obstaculiza la diversificación de la producción y hace depender a la industria mauleonesa de un solo mercado y de una sola fuente de suministro de materias primas. Estas debilidades de la industria suletina empiezan a salir a flote en los años veinte, pero hasta 1929 no alcanzarán una magnitud importante. La depresión de los treinta incide sobre la producción minera y sobre las importaciones de yute y algodón (a través de la devaluación del franco), asestando un fuerte golpe a la industria mauleonesa. El prestigio de la patronal, cuyo comportamiento y actitud responden a una clara orientación paternalista, sale en parte indemne merced a la calificación de las causas de la crisis como exteriores y ajenas a Soule.

Entre 1930 y 1966 se extiende un periodo marcado por la incertidumbre y una tímida política de diversificación y modernización de las instalaciones (ligada a la introducción del caucho). La industria monopoliza el mercado de mano de obra en Soule pues, a pesar de la modernización y la mecanización, sigue basándose en la utilización masiva e intensiva del factor trabajo (26).

El desarrollo industrial mauleonésse retrasa en estos años en los que el aparato productivo francés descansa ya sobre otras bases. Mauleón produce casi todas las alpargatas de Francia, pero la monoproducción liga la suerte del valle a las variaciones de un mercado poco s9lido.

La "revolución" demográfica causada en Mauleón por los españoles a comienzos de siglo se detiene en la postguerra. La gripe de 1918 y la propia guerra europea crean un bache demográfico; junto a esto, hay una causa económica: la industria suletina no se ve afectada por la onda expansiva de la economía nacional en la postguerra. Concentración urbana y crecimiento industrial son las notas dominantes en el conjunto de Francia, lo cual favorece que Soule cambie de nuevo el sentido de su saldo migratorio: de nuevo predomina la emigración. Comienza un periodo de envejecimiento lento de la población que ocupa hasta la mitad del siglo.

A comienzos de los años sesenta, la industria del calzado pasa por una fase de quiebras, -despidos y grandes fluctuaciones, no sólo en Mauleón, sino también en otros centros vascos, como Hasparren y Bayona. El sector parece incapaz de adaptarse a esquemas capitalistas y va quedando marginado, debido a la pequeña dimensión de las empresas, su estructura familiar, la ausencia de formación del personal directivo y el débil dinamismo comercial. Los beneficios obtenidos son raquíticos, del orden del1 al 2,5% sobre la cifra de negocios. En 1965, el Gobierno de Argelia suprime las compras de calzado francés, lo cual supone un importante descenso en las ventas de Mauleón (Argelia absorbía un 18 ó 20 % de la producción).

3. EL CAMBIO ECONOMICO, DE LOS AÑOS SESENTA A LOS OCHENTA.

La industria atraviesa un periodo de renovación desde 1966. En dicho año, la recién constituída CNFE (Cámara Nacional de Fabricantes de Alpargatas) se lanza a grandes campañas de promoción. Consigue con ello una actitud proteccionista de parte del Estado francés para con su producto, a base de cláusulas favorables en los tratados comunitarios, aranceles de entrada altos para la alpargata española, etc. y consigue también extender el uso de esta prenda, asociándola a la vestimenta informal en tiempo de ocio y ligando su empleo al turismo de masas que se desarrolla a finales de los sesenta. La producción crece vertiginosamente :

1966 5.600.000 pares

1977 12.000.000 pares.

Desde 1966, por tanto, la industria suletina vive una nueva fase de expansión. Simultáneamente, las viejas direcciones paternalistas de las empresas están siendo sustituidas por nuevas generaciones de herederos, más activos y modernos. Los nuevos empresarios (los empresarios modernistas) potencian la actuación del personal de servicios dentro de las empresas; pero las carencias fundamentales permanecen: la falta de inversión y el temor a la diversificación.

Durante esta nueva expansión, las urgentes necesidades de mano de obra barata se cubren en parte con inmigrantes portugueses; así se congelan los costes de personal y se limita la conflictividad laboral. La aparición de una grave crisis industrial en los setenta culminará esta labor, haciendo desaparecer los últimos restos de conflicto en las empresas.

Pero no es sólo el sector secundario el que ha sufrido transformaciones en estos años. Es sobre todo la agricultura la que altera los ritmos tradicionales de vida del valle. Todo el País Vasco interior comienza desde los años cincuenta un cambio importante, que le conduce «de una agricultura tradicional y autárquica a una agricultura moderna y dinámica» (27). La agricultura tradicional en Soule era la típica del Pirineo Occidental, pues los rasgos aquitanos (cultivo comercial del maíz, tabaco...) apenas tienen alguna influencia en las comunas del Noroeste. Elemento primordial ha sido la tenencia en común de los pastos de verano, que ligaba toda la economía del valle a la trashumancia y a la montaña. La ganadería predominaba y predomina sobre el cultivo, y el pastoreo es la forma más corriente de explotación (ovina, sobre todo). Después del progreso del cereal en el siglo XIX, los prados volvieron a ganar terreno en el XX. El paisaje que esta estructura agraria ofrece a la vista es el del bocage clásico del Sur y Oeste de Francia: campos anchos y cortos, generalmente cercados (con alambradas o con setos), forman un mosaico de formas y tamaños irregulares. El poblamiento diseminado se combina con el concentrado. Abundan las bordas y otras construcciones de explotación alejadas de la vivienda. Una red de caminos irregular y sinuosa completa el paisaje de campos cercados, típico de zonas ganaderas pobres. El bosque es el otro elemento definidor de la vida agrícola tradicional en el país.

La excesiva atomización de la propiedad fundiaria y la falta de capitalización de las explotaciones (inexistencia de material mecánico hasta los años sesenta) eran a mediados de este siglo los dos problem1!s más importantes; pero junto a ellos, encontramos un subequipo de las zonas rurales, una deficiente escolarización debida a la dispersión del hábitat, un fuerte éxodo femenino. ..

.En el movimiento modernizador de la agricultura hay que destacar el protagonismo que, al menos para las comunas del Noroeste de Soule, tuvo la cooperativa Lur Berri de Saint-Palais (Baja Navarra); bajo el influjo de la democracia cristiana (Errecart), el cantón de Saint-Palais contaba ya con un cierto número de tractores desde 1950. Al cantón de Mauleón, la mecanización llega diez años más tarde, unida a otros cambios de importancia.

El cambio de la agricultura se basa en su tecnificación y capitalización y en una transformación estructural simultánea, que consiste en la reducción del número de explotaciones y el crecimiento sostenido del tamaño medio de éstas. Es un cambio que afecta a todas las regiones rurales de Europa Occidental y que, además de transformar profundamente el paisaje agrario (desaparición del laboreo con energía muscular. ..) crea un enorme excedente de mano de obra en el campo (28). Este excedente presionará a lo largo de las décadas de los sesenta y los setenta, manifestándose en la emigración (no ya a América como en la primera mitad del siglo, sino fundamentalmente a la costa labortana, aunque también a Lourdes, Pau, Burdeos, París...) (29) y en el paro, este último sobre todo desde el comienzo de la crisis económica general de los setenta. Los recursos agrícolas cada vez sustentan una población menor, y así vemos cómo el cantón de Tardets pierde ininterrumpidamente efectivos demográficos en este siglo ( el de Mauleón se mantiene más o menos estable en torno a los 12.000 habitantes) :

 

1936 6.816 hab.

1936-54 15,3%

1954-62 8,9%

1962-68 8%

1968-75 10,6%

1975-82 11 %

1982 3.839 hab. (30).

En los últimos veinte años, pues, se ha ido dibujando un panorama sombrío, caracterizado por una baja fecundidad, baja natalidad, altas tasas de dependencia, envejecimiento de la población, sex ratio elevada, celibato forzoso, alta morbilidad, éxodo rural, despoblación del campo...(31).

4. LAS RELACIONES SOCIALES EN EL SOULE CONTEMPORANEO.

El microcosmos social suletino nace de la superposición de un mundo rural montañés envejecido y tradicional y un mundo semiurbano centrado en torno a la industria de la alpargata. Ambos polos no están separados radicalmente, entre otras razones porque existe un sector importante de campesinos que trabajan en la industria a tiempo parcial; pero sí que constituyen los puntos de referencia básicos para explicar las corrientes sociales y culturales de una región que, pese a sus escasas dimensiones, se halla en buena medida encerrada en sí misma.

La base de la pirámide social suletina en lo que a rentas se refiere está formada por los agricultores, aunque el sistema de compensación mediante ingresos complementarios y la existencia de rentas económicas no monetarias hacen difícil saber qué grupo ocupa el nivel más bajo de ingresos medios reales.

Los obreros industriales, los asalariados agrícolas y los asalariados artesanales han formado tradicionalmente un segundo bloque de ingresos, dado que por la baja cualificación de los primeros y el escaso margen de plusvalía de la alpargata, y por el carácter complementario de los otros dos grupos de actividad, las .rentas son muy homogéneas, habiéndose situado en todo momento en torno a los salarios mínimos (32).

Por encima de las medias de ingresos (en la década de los setenta entre 3000 y 6000 francos al mes por unidad doméstica), sólo se encuentran las clases medias compuestas por artesanos, empleados y «cuadros» (un 22,5 % de la población activa en 1981); de éstos hay que descontar algunos pequeños comerciantes y artesanos que se encuentran en el segmento de ingresos más bajos. Finalmente, en la cima de la pirámide se situarían determinados comerciantes e industriales locales y uno o dos grandes agricultores.

La jerarquía de la renta manifiesta una cierta constancia histórica. Las crisis sectoriales no han alterado sustancialmente este orden, ante la flexibilidad laboral que introducen los campesinos-obreros, y sobre todo por las posibilidades ofrecidas por la emigración. La promoción y el descenso en la pirámide social encuentran pronto sus límites «naturales» en un medio de tan escasas posibilidades económicas (que incluso impiden el mantenimiento de un lumpenproletariado) y sólo los cuadros medios y superiores, vinculados a centros externos al país, han visto considerablemente mejorada su posición e incrementado su número en las últimas décadas.

Frente a la estabilidad de las divisiones sociales con base en la renta, la composición y orientación de las élites sociopolíticas se ha visto sometida a procesos de cambio más importantes. Estas élites locales, loS notables, no son independientes de la jerarquización social por niveles de renta, perola posición «acomodada» aparece más como condición necesaria para el encuadramiento en puestos de alto status social que como una condición suficiente. Los notables (médicos, farmacéuticos, comerciantes, empresarios industriales. ..), definidores de la acción política en el ámbito local, han servido tradicionalmente de puente entre el mundo rural y semiurbano del país y las instalaciones superiores económicas y sobre todo administrativas.

A lo largo de la Historia, la clase notable (a su vez jerarquizada internamente) ha mantenido el .Control social merced a su papel de intermediación entre Soule y el exterior. Los distintos conflictos políticos de nivel estatal y las propias necesidades de los burgueses de Mauleón, han conducido desde el fin del Antiguo Régimen a desplazamientos dentro de las élites sociopolíticas (al fin y al cabo, los nobles suletinos no eran sino notables con título).

A partir de la Segunda Guerra Mundial, que produce uno de estos cambios internos al perder su influencia en la administración republicana los colaboracionistas, la democracia cristiana constituye el aglutinante de los notables en el País Vasco interior. Perola década de los sesenta va a señalar grandes cambios en todos los aspectos de la vida suletina : cambios en la industria y en la agricultura, que se manifiestan en un intenso cambio social y político. En la primera mitad de la década se produce un relevo en las élites dominantes: el fin de la democracia cristiana para dejar paso al gaullismo; pero el cambio social es más amplio y reviste enorme importancia.

Los demócrata-cristianos gobernaron, como ha señalado Bidart, una sociedad basada en las nociones de respeto, reconocimiento, amor de Dios, amor al trabajo, rectitud del hombre, vasco-creyente (= Euskalduo-fededuo) ...La moral cristiana y la religión eran los criterios sociales de referencia; todo el sistema de relaciones sociales se estructura Con base a vínculos naturales: la caridad y el deber (33). Es todo esto lo que empieza a hacer crisis en los años sesenta. En veinte años, los mass-media entran en los pueblos y rompen el monopolio de los notables sobre la información del mundo exterior , haciendo penetrar en el campo la mentalidad urbana; el concepto milenario del «etxe» (la casa familiar, célula social primaria omnipresente en la cultura tradicional) se debilita en favor de la casa individual; surge el mercado de tierras; la voluntad emancipadora de la juventud se refuerza y, por primera vez, se pone en duda el binomio "eskualdun-fededun». Una nueva burguesía, gaullista y desarrolladora del turismo, se hace con las riendas del poder local (34).

La historia electoral de la postguerra (hasta 1965) está dominada por los triunfos repetidos y masivos de las fuerzas conservadoras, yen especial de los demócrata-cristianos ligados a la industria mauleonesa. Personajes como Elissabide, Camino, Labeguerie, Goux, etc. , no tienen muchas dificultades en batir a sus oponentes socialistas en las elecciones cantonales y legislativas; no obstante, la capital permanece como un firme bastión socialista, que se manifiesta sobre todo en las elecciones municipales. Las legislativas de 1967 dan una ventaja holgada al gaullismo en la figura de Michel Inchauspé, que desplaza definitivamente a Labeguerie (aunque en el cantón de Tardets, éste obtiene aún una ligera ventaja sobre aquél). Inchauspé acapara el escaño de la circunscripción hasta nuestros días, enfrentándose a un voto socialista minoritario y variable, y mantiene en Soule lugartenientes adictos, como Vigneau y Duboscq. En las cantonales, las victorias de Goux (UDF) culminan en 1976 con el triunfo de una sola vuelta sobre los socialistas; pero el voto del PSF crece rápidamente, haciéndose incluso mayoritario en el cantón de Tardets (Erbin), mientras que la derecha consigue en Mauleón la elección de Roger (UDF-RPR).

Hasta el momento, hemos analizado un sector que no es claramente identificable con la burguesía, si bien está encuadrado dentro de ésta. De hecho, las relaciones sociales en Soule están marcadas por una serie de rasgos que aproximan su funcionamiento al del caciquismo decimonónico. La aparente contradicción entre el mantenimiento de estos vínculos en una región con un sector industrial de gran peso y tradición, no es tal si se analiza la estructura interna de las clases sociales suletinas y el engarce de lo que llamamos microcosmos social suletino con el sistema social departamental o nacional.

La burguesía engloba en Soule a un grupo heterogéneo de gentes, compuesto tanto de la burguesía propiamente dicha de la tradición marxista, como del conjunto de quienes ocupan puestos intermedios en la jerarquía social (cuadros medios y superiores). Este grupo está integrado entre otros elementos por una amplia gama de propietarios procedentes de diferentes medios, que van desde los artesanos dueños de su taller hasta los empresarios modemistas (Roger, Etchandy ...); este término, empleado por Chadefaud, Di Meo y Dalla Rosa, designa a un grupo situado teóricamente en la cima de la pirámide social, pero cuya presencia en el medio suletino está mediatizada por dos hechos: su integración en circuitos ajenos al país (inversiones en el extranjero; vida social en ámbitos menos marginales, como la Costa Vasca o París); y un cierto grado de separación formal entre el medio rural y la sociedad urbano-industrial (35).

Las características más importantes de la burguesía industrial en lo que a relaciones sociales se refiere son, según Viers: una actitud paternalista frente a los asalariados y un individualismo patronal fuertemente arraigado, a lo que se añade un marcado puritanismo en el comportamiento consumidor, al menos dentro del ámbito suletino (36).

La crisis desatada en los primeros años sesenta es de gran significación para la constitución de esta burguesía modernista industrial. Las deficiencias estructurales de la industria de la alpargata en Soule hacen de ésta presa fácil de todas las coyunturas desfavorables: el parón a la compra de calzado francés por Argelia en 1965 hace quebrar a varias empresas. Tras la muerte de Elissabide (37), la pequeña burguesía industrial demócrata-cristiana de Mauleón termina de perder el poder, al mismo tiempo que en el campo se produce una renovación del notabilismo. La modificación de la cúpula empresarial que acompaña al relanzamiento industrial de la segunda mitad de los sesenta, introduce a una burguesía que centra sus intereses sociales fuera del país. El absentismo empresarial sólo se ve roto por la participación en la política departamental, para la cual Soule es utilizada como plataforma de lanzamiento electoral, en la que se usa ampliamente de la «compra» del voto, mediante las conexiones con los notables inferiores más cercanos al campesinado (38).

Los sectores comerciales y de servicios de la burguesía, que en una región marginal como Soule son débiles y con pocas posibilidades de desarrollo cultural y económico, juegan un papel de gran importancia relativa en el país, dado el absentismo social de la burguesía industrial. Como dicen Chardier y Tressard, «pequeños comerciantes y cuadros medios forman un bloque que destaca de la masa obrera» (39). Así, esta clase media actúa como núcleo de la vida social de Soule, configurando con sus valores los valores sociales del país y formando la base humana de los notables y del entramado asociativo a través del cual actúan tanto estos últimos (renovando sus medios de control social) como las pequeñas células que impulsan el cambio político (socialistas, comunistas, nacionalistas).

En el año 1981, un poco más de la mitad de la población obrera suletina tenía una condición socioprofesional mixta; es decir, estaba formada por obreros-campesinos, o al menos por miembros obreros de familias campesinas (y cohabitando con éstas). Según algunos autores, este hecho es capital para la inteligencia del comportamiento social del proletariado suletino: el peso numérico de los rurales determinaría una visión marcadamente conservadora de las relaciones laborales. Los obreros «puros», cuya situación económica depende sola y exclusivamente de la venta de su fuerza de trabajo a las empresas y que, por tanto, mantienen una mayor propensión a la combatividad, son frenados por la moderación de unos asalariados que, propietarios a la vez, conciben el trabajo en fábricas y talleres como fuente de una renta complementaria. La debilidad del movimiento obrero (bajo nivel de afiliación sindical y hegemonía de la organización Force Ouvriere) es consecuencia, además, de los frecuentes procesos de sustitución de mano de obra nativa por inmigrantes (españoles a principios de siglo y después de la Guerra Civil; portugueses en la década de los setenta) así como de indudables facilidades de control empresarial de los elementos más «duros» en unas unidades de producción que superan sólo en dos casos los 150 asalariados.

El campesinado constituye el grupo más original del conjunto social suletino. El conservadurismo cultural que impregna sus actividades sociales le configura como bastión de lo tradicional. Los campesinos son internamente un grupo muy homogéneo en cuanto a rentas. El tamaño de las explotaciones (que no tiene grandes variaciones) y la morfología del terreno en que se asientan, inciden en la rentabilidad de las mismas; pero existe todo un sistema de compensaciones, que va desde las ayudas directas hasta la utilización de más horas de trabajo, cuyo efecto es la igualación de los ingresos de los agricultores. La estructura social, en un mundo conservador culturalmente (conservadurismo seguramente ligado a la propiedad directa de tierras y al sistema de transmisión patrimonial) y equilibrado en la distribución de la renta, es fundamentalmente una estructura tradicional; el problema es que esta estructura se convierte en muchas ocasiones en un «esqueleto» desprovisto de contenido ante la importancia del fenómeno migratorio.

La relativa estaticidad subrayada hasta el momento no puede hacernos olvidar la importancia de los cambios acaecidos en las últimas dos décadas en torno a dos aspectos: la entrada de los medios de comunicación en el campo y la mecanización de la explotación agrícola. La primera tiene especial importancia en la ruptura de mecanismos sociales preexistentes y en la extensión de hábitos de vida más ambiciosos en términos de consumo, que conducen inexorablemente a la comercialización de la agricultura. Con la paralela realización del segundo cambio, la mecanización, se produce una situación agraria nueva.

Desde 1960 se puede hablar de crisis agrícola en Francia, y parece cierto que Soule se vio muy afectado por ésta (en espacial los campesinos más endeudados y que estaban invirtiendo en la modernización de sus explotaciones). Malherbe señala que «este desarrollo se traduce a partir de 1960 en un fenómeno bastante virulento de contestación por parte de los jóvenes agricultores» que se separan de la FDSEA (sindicato de corte conservador y notabilista, de ámbito nacional) para vincularse a la CDJA (confederación sindical más joven y dinámica) y aproximarse en parte al nacionalismo vasco (40). Esta división de los agricultores conduce a la formación de un núcleo campesino modernizante en su actitud y actividad que, sin embargo, no ha conseguido romper con la inercia del conservadurismo rural, aunque ha introducido cambios en la realidad social; estos cambios obligan a la readaptación de las formas de actuación de los notables y alteran sustancial mente la vida del país.

La sociedad suletina, compuesta por una población de 17.000 habitantes, dividida en clases de acuerdo con las necesidades del modo de producción capitalista, pero con un sistema de relaciones intergrupales que se deriva de formas tradicionales de organización en buena medida, se encuentra separada de su entorno regional y estatal por una cierta originalidad estructural que en sí misma es prueba fehaciente de su marginalidad.como núcleo económico. Frente al mayor grado de industrialización ya la orientación maicera del Bearne (41) (región por otra parte desconectada cultural mente del País Vasco) y frente a la terciarización del País Vasco costero con su zona de influencia bajonavarra, Soule aparece como una provincia en la que confluyen factores de cambio y de estancamiento resultantes de su propia debilidad infraestructural; esta debilidad, por otro lado, impide el desarrollo sociopolítico por la vía de la integración plena en la sociedad capitalista, pero también por la vía de la contestación regional.

5. EL NACIONALISMO VASCO: ALGUNAS IDEAS.

El nacionalismo vasco surgió en Vizcaya en el siglo XIX como producto del enfrentamiento de ciertos sectores de la pequeña y mediana burguesía con el capital monopolista vizcaíno, identificado con los valores sociales e ideológicos propuestos por la Restauración (42), enfrentamiento en el que confluyen los grupos sociales más perjudicados por el paso del Antiguo Régimen al Estado liberal.

La magnitud del movimiento nacionalista está ciertamente reforzada por la solución bélica que tiene el tránsito de la monarquía absoluta al moderantismo en el País Vasco. Este paso, marcado por el filojacobinismo de los liberales decimonónicos en lo que a la organización del Estado se refiere, se ve acompañado por el fin de las instituciones forales y por un proceso industrializador de especial rapidez en el que se deja sentir el carácter inacabado del desarrollo económico hispano (importancia del capital extranjero, debilidad de la burguesía industrial...). La agresión cultural (magnificada por los intelectuales románticos) y política, que arranca de la llegada masiva de inmigrantes y del desmantelamiento de la organización tradicional de los poderes formales y reales, encuentra su respuesta en un sentimiento de rechazo al proletariado no-vasco, que a veces se transforma en abierta xenofobia merced a su instrumentalización por parte de los empresarios industriales (43); y también en el movimiento carlista primero y foralista después, asociados a los grupos sociales e institucionales representativos del antiguo orden (la Iglesia, la pequeña nobleza, la dinastía carlista...) (44). Estos dos movimientos, difuso el uno y claramente estructurado el otro, son el caldo de cultivo del primer nacionalismo vasco, en el que convergen, como señala Corcuera, elementos integristas y elementos procedentes de la burguesía no monopolista (agrupados en torno al fuerismo liberal en primer lugar, y posteriormente en el seno de la sociedad Euskalerría).

El nacionalismo del PNV en la primera mitad del siglo XX, heredero de los dos componentes citados, estará sometido constantemente a fuertes crisis internas (división del partido entre los sabinianos y Comunión Nacionalista Vasca), que no son obstáculo para su paulatino ascenso, al abrigo de su efectividad como ideología «de choque» frente a la agudización de la conflictividad social y la extensión de las organizaciones de clases (en especial PSOE y UGT , aunque también parcialmente el PCE, al menos en las zonas mineras). Es de este nacionalismo, que logra por tercera vez dotar de un contenido nacionalista a una contienda cuyas dimensiones se escapan al País Vasco, del que nacen las diversas formas de abertzalismo que hoy dominan el panorama político de EuskalHerria.

Este breve esbozo de la génesis del nacionalismo vasco en España, nos permite tipificar tres componentes que consideramos fundamentales para la explicación de cualquier fenómeno nacionalista de carácter centrífugo en Europa:

1º) obviamente es necesaria la presencia de una serie de atributos diferenciales en la base del fenómeno nacionalista: debe existir un vínculo o conjunto de vínculos significativos que permitan la construcción en torno a ellos de la autoconciencia de comunidad frente a otras comunidades. Kedourie relativiza el valor de estas bases culturales diferenciadas y subraya que con frecuencia su percepción es posterior a la formación de la conciencia diferenciadora (45).

2º) en segundo lugar, pensamos con Solozábal que el surgimiento del nacionalismo (a no ser que resulte de un proceso mimético) pasa por «la complicación y complejidad de las relaciones sociales y económicas, producto del contacto con grupos exteriores» (46).

3º) y finalmente, debe existir un agente que haga efectivo como movimiento sociopolítico al nacionalismo. Este agente sólo existe en la medida en que el grupo social dominante en el plano local no esté integrado con el grupo dominante a escala estatal; es decir, en tanto en cuanto la clase hegemónica ejerce su hegemonía en un contexto modelado por fuerzas sometidas a la acción de grupos exteriores con los que no se siente solidaria. La incapacidad del desarrollo económico español para crear una burguesía nacional sin fisuras, para integrar y coordinar a los diversos sectores burgueses del Estado, está seguramente en conexión con la falta de totalidad. con la profunda dualidad de la industrialización española (47); lo cual, en última instancia, conduce a una gran heterogeneidad en el seno de las clases medias, donde coexisten diferenciadas regional mente una burguesía industrial (vasca y catalana) y una burguesía parcialmente comercial, pero sobre todo dependiente de la administración (sea directamente -funcionarios- o indirectamente -profesiones liberales-.

Frente a una evolución socio-política compleja como la expuesta, caracterizada por una profunda transformación en todos los órdenes en el País Vasco del Sur, la situación en Iparralde nace de un contexto histórico en el que los cambios son mucho más lentos y en un área de rasgos geográficos muy distintos. La industrialización es mucho menos intensa y afecta mucho menos a las poblaciones del Labourd, Soule y Baja Navarra. El cambio del Antiguo Régimen al Estado liberal altera el marco institucional, pero no supone una ruptura radical con la organización social anterior, en una región caracterizada por la pequeña propiedad y en la cual, tras los primeros años revolucionarios, la Iglesia y los notables logran mantener su posición en la escala social. Finalmente, la agresión cultural no es repentina, y por tanto no obtiene una respuesta; la inexistencia de unas élites culturales de fuerte implantación, por otra parte, hacía imposible esta respuesta.

Todos estos rasgos son reconducibles a .uno solo: el País Vasco del Norte no se ve afectado sensiblemente en sus formas de vida por la revolución burguesa, entre otras razones porque constituye un área periférica con respecto al núcleo de la vida política y económica francesa, y además porque carece de una tradición urbana y burguesa que permita la puesta en marcha de procesos de cambio. La acefalia social del País Vasco francés convierte a éste en un feudo conservador, en el que juegan un papel dirigente la Iglesia y la inercia del notabilismo. La sociedad vasco-francesa, aislada históricamente de los sectores dominantes de las regiones vecinas (Bearne y las Landas), vuelta de espaldas a España (48) y con un peso demográfico muy escaso, será incapaz, a lo largo de todo el siglo XIX, de crear cualquier tipo de opción política original.

En los años treinta del presente siglo, surge en el País Vasco del Norte la primera organización política que se aproxima a la percepción de la realidad vasca desde una perspectiva que intenta dejar atrás el plano folklórico y emotivo (la simbología regionalista venía siendo utilizada por las fuerzas conservadoras y clericales). Malherbe pone en relación directa el nacimiento de este protonacionalismo con la «grave crisis intelectual y moral de la juventud francesa, que se traduce en el inconformismo de los años treinta" (49). Aintzina, nacida en 1934 en pleno apogeo del renacimiento cultural que impulsa el Eskualzaalen Biltzarra, es un movimiento pequeño-burgués con incidencia en un sector social poco numeroso, que traduce en el medio vasco las inquietudes de la burguesía ante los avances del socialismo en plena crisis económica. Su fuente ideológica es el nacionalismo sabiniano, readaptado a las corrientes corporativistas que nutren a la reacción conservadora europea de los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. El regionalismo de Aintzina es, sin embargo, una fórmula transitoria de acercamiento al populismo, que se muestra incapaz de evolucionar hacia la creación de un movimiento nacionalista sólido, y pierde su escasa influencia al terminar la ocupación alemana, durante la cual renace a través del colaboracionista Mouvement Eskualherriste. Aintzina no consigue penetrar en los círculos de notables, frente a los cuales mantiene una posición ambigua; su influencia en la evolución del nacionalismo vasco en Francia es casi nula.

La creación del nacionalismo como movimiento político en Iparralde puede asociarse plenamente a la fundación de Embata (luego Enbata) en los años sesenta. En el primer Enbata confluyen grupos muy diversos, que se sienten atraídos por el vasquismo desde presupuestos muy distintos. Por una parte, las transformaciones sociales y económicas que acompañan a la mecanización de la agricultura vasca ya la modernización de la infraestructura de medios de comunicación con el exterior, señalan el inicio de una crisis en la organización socio-política del País Vasco, que pone temporalmente en entredicho la influencia de los notables agrupados en torno a la democracia cristiana. Por otra, el crecimiento de la contestación juvenil, que adquiere una dimensión nacionalista en el marco de «la rebelión contra un sistema de integración y de manipulación» (50) y que se prolonga a lo largo de toda la década de 16s sesenta. La convergencia de sectores tan heterogéneos, a los que se añaden grupos sociales particularmente fustigados por la reconversión industrial de los años 1960-65, es a la vez la explicación de la importancia fugaz de Enbata y de su gran debilidad interna, que se solucionará en 1967 con la escisión de la que nace el núcleo del nacionalismo vasco de izquierdas en el Norte.

De la Enbata izquierdista, juvenil y nacionalista, nacen en los años setenta: Aski, de carácter revolucionario, que es un reflejo de ETA en el campo de la organización y la ideología, y que precisamente se ve muy afectada por las crisis internas de la organización del Sur; y una Enbata renovada, estructurada como un partido político, que tiene en Amaia su organización estudiantil de apoyo. Aski actúa fuera de los cauces legales y consigue capitalizar las protestas campesinas del País Vasco interior; sin embargo, desaparece como fruto de su incapacidad para adaptarse a la legalidad o de pasar a la lucha armada (contaba con la oposición activa de ETA, que no quería un grupo revolucionario en el País Vasco Norte, pues precisaba de éste como base de partida y reducto de protección).

Enbata, que recurre a las elecciones sólo como medio de: comprobación del avance en las luchas sociales, que son las que directamente le interesan, . es finalmente disuelta por el Estado francés en 1975. Al lado de Aski y de Enbata, van naciendo a lo largo dé la década 1970-79 una serie de grupos (Mende Berri, Euskal Gogoa, Iparretarrak...) que se mueven al margen de la legalidad, reduciéndose a acciones importantes en conflictos específicos, pero incapaces de salir de su «ghetto» político.

El más importante de los partidos nacionalistas en la segunda mitad de los setenta, cuando el nacionalismo del País Vasco del Sur empieza a condicionar de forma significativa el nacionalismo del Norte, es EHAS, de corte socialista radical, que en las elecciones de 1976 obtiene unos resultados en general poco brillantes: el dominio total 'del panorama político vasco-francés por los partidos estatales y la debilidad del movimiento nacionalista conducirán a la elección de otros «frentes» por los abertzales. Surgen así cauces de acción cultural en torno a las ikastolak (escuelas que enseñan en vasco) de Seaska, a las emisoras de radio (Rad.o Adour-Navarre, Xiberoko Botza), a los periódicos (Egia, Herriz Herri, Abil, Enbata, Ager...), a las comisiones de fiestas, etc.; cauces de acción económica alrededor de las cooperativas y de grupos como Herrikoa y Hemen, respaldados desde el Sur; y cauces de acción socio-política, como los Herri Taldeak e Iparretarrak (que opta por una lucha reivindicativa, sobre todo en el campo laboral, jalonada por acciones violentas). Todos estos grupos impulsan el mantenimiento de un nacionalismo activo en las tres provincias, pero al mismo tiempo disgregan la fuerza de un movimiento de por sí poco numeroso y fuerte frente a unas instituciones políticas y sociales hondamente arraigadas.

6. LOS MOVIMIENTOS NACIONALISTAS EN SOULE.

La historia del nacionalismo vasco en Soule es la de un movimiento reflejo en sus orígenes; episodios como la celebración de un congreso de Aintzina en el país (Domezain, 1938) son sólo hechos aislados, en una región en la que lo único remotamente parecido a un regionalismo era el derechismo ultracatólico de Ybarnegaray. El primer grupo que se acercará en Soule al nacionalismo vasco serán los campesinos jóvenes descontentos de los años sesenta, de la mano de la CDJA y la ASSAM (Asociación al Servicio de los Agricultores Montañeses) y de líderes como lean Pitreau y Erreçarret: serán ellos la primera clientela política de Enbata y el núcleo fundamental de sus votantes en las elecciones legislativas de 1967 (en las que Enbata obtiene un 9,01% de los votos en Soule, frente a un 3,4% en Baja Navarra). Parece ser que también algunos industriales alpargateros de Mauleón financiaron a Enbata antes de su radicalización. En el giro revolucionario del movimiento a mediados de los años sesenta, la afiliación de jóvenes procedentes de clases populares también contó con un aporte importante de suletinos, hasta el punto de que dentro de Enbata se perfiló una corriente radical que se nutría fundamentalmente de jóvenes del país (bajo el liderazgo de Etchaluz y Egiaphal). Algunos autores ven la causa de esta relativa fuerza del nacionalismo suletino de los sesenta en la crisis de la industria local, el paro, etc; pero estudiando la geografía del voto nacionalista y comparando con la situación en la Baja Navarra, parece más realista atribuir la mayor parte de la responsabilidad a la forma en la que se realizó el «cambio» agrícola de estos años, en oposición abierta al notabilismo, la FDSEA, la democracia cristiana, etc.

Entre 1968 (autodisolución de Enbata) y 1975 (disolución definitiva), van surgiendo las tres ramas sociales de la reivindicación «particularista» vasca, todas ellas con alguna cabeza de puente en Soule: el regionalismo democristiano, el autonomismo de la burguesía industrial, y sobre todo el nuevo nacionalismo de la pequeña burguesía intelectual y técnica, el campesinado progresista y la juventud radical. El último grupo nacionalista con importancia política en Soule ha sido ERAS, que se ha presentado en oposición frontal al poder de los notables ya todo compromiso. Su periódico Euskaldunak adquiere una cierta importancia política a partir de la toma de postura en la huelga de 1976 de los trabajadores de Wood Milne Dennery S.A. de Mauleón (portugueses en su mayor parte). En las elecciones legislativas de 1978, ERAS es votada por el 3,9% de los electores en el cantón de Mauleón (destaca Barcus con un 9,2 %) y el 6,4% en el de Tardets (destaca Larrau con un 13,7%); en las cantonales de 1979, obtienen en Tardets un 4,6% de los votos, lo cual constituye la mejor puntuación de todo el País Vasco. Estos datos, fuera de contexto, pueden sugerir un fracaso electoral; pero dentro de la apatía sociocultural que caracteriza al País Vasco interior, un 5% de nacionalistas reclutados entre la juventud, entre los pocos "intelectuales» suletinos y entre el campesinado inconformista, suponen un núcleo de actividad muy visible (más por su dinamismo que por su número).

Para el pequeño "tamaño" social del valle, resulta señalable que ha producido importantes nacionalistas teóricos y prácticos, empezando por el remoto precedente de Chaho en el siglo XIX y siguiendo por Kristiane Etchaluz de Domezain (destacada activista radical en Enbata y luego en Aski, ligada a ETAV asamblea) y Jean Louis Davant (dirigente fundador de Enbata y de ERAS).

En general, se respira en Soule un clima de difuso sentimiento nacionalista, que se manifiesta sobre todo en lo cultural. Las fiestas tradicionales se han convertido en actos de reivindicación de la especifidad de lo vasco: se baila bajo los colores de la ikurriña, los charivaris se utilizan como arma de los nacionalistas, e incluso .en la última pastoral del bertsolari Etxahun-Iruri (1908-1979), ,"lparraguirre", se utiliza toda la retórica clásica del nacionalismo vasco del Sur, se menciona a Chaho, a Zumalacárregui, a Garat ya Iparraguirre, y culmina con el canto del "Gemikako Arbola» con el público puesto en pie; hay además otras pastorales recientes de corte nacionalista; como ,<lbañeta» (= Roncesvalles) y «Pette Basabürü», La "nueva canción vasca» penetra en Soule en los años setenta con los discos venidos del Sur y de la Costa, empieza a sonar en la radio, y se enriquece incluso con cantantes genuinamente suletinos (Bedaxagar de Ordiarp). Existen también medios de comunicación social de ámbito suletino, con un tono siempre cercano al nacionalismo: la radio Xiberoko Botza (1982) .y los periódicos Egia (1979) y Abil (1982). Las acciones oficiales de animación social del país sirven en última instancia para llevar la iniciativa a los elementos más dinámicos de la población, entre los que se cuentan la mayor parte de los nacionalistas: así ha ocurrido con el Plan de Ordenación Rural del Valle de Soule (1981), cuyos aspectos económicos y culturales muestran un tono de reivindicación vasquista más que notable (de este plan ha nacido Uhaitza, la asociación cultural con más medios de Soule, y también de "inevitable» inspiración nacionalista).

Un factor importante para el aglutinamiento del disperso nacionalismo vasco en Soule es la organización de las ikastolak, impulsadas por su federación Seaska (cuyo ámbito es todo el País Vasco francés). Hay dos centros de enseñanza en vasco en Soule: la ikastola de Mauleón (1972), con 46 alumnos, y la de Tardets (1978) con 7 alumnos (datos de 1982).

7. UNA INTERPRETACION DEL VASQUISMO SULETINO.

Seguramente la debilidad del movimiento nacionalista en todo el País Vasco del Norte debe mucho a las limitaciones de tamaño y composición interna de la burguesía, derivadas de la propia contingencia del marco geográfico de Iparralde. En tal marco, sólo podría desarrollarse un «micromodelo" de dialéctica social que condujera a un «micronacionalismo" (dada la separación con respecto al País Vasco español). Pero sobre todo, lo que obstaculiza el surgimiento de un nacionalismo pujante es la relación unilateral de dependencia de la economía vasca con respecto a la economía francesa y comunitaria; se genera así otra dependencia, de carácter social y político, que se manifiesta en el alineamiento, tanto de las élites gobernantes como de los grupos de contestación, en alternativas políticas de ámbito nacional: la derecha y la izquierda francesas.

En Soule, consideramos que existe ya la conciencia subjetiva de especificidad cultural. Pero el hecho es que esa conciencia no se ha trasladado al plano político: han faltado para ello el ambiente y los agentes.

El ambiente social necesario para que surja el nacionalismo no ha existido nunca en la historia del país. Las transformaciones han sido lentas: no ha existido el «cambio que amenaza a la propia identidad" que Solozábal ve como causa eficiente del fenómeno nacionalista (51). No ha existido una rápida industrialización que afecte profundamente a la mayor parte del país; y cuando la industrialización ha aparecido, ha tomado el aspecto de una actividad rural más, acoplable a los ritmos de vida del campesinado: siempre una industria ligera, trabajos a domicilio, trabajos estacionales, productos «artesanales" , pequeñas unidades empresariales. ..Tampoco la «agresión cultural" ha sido percibida claramente, sino por elementos aislados de la intelectualidad vasca: no ha revestido la forma de imposiciones legales brutas y repentinas, ni ha venido de la mano de una gran masa inmigrante dispersa por el país; los inmigrantes sólo han sido obreros industriales, y han quedado confinados en una célula aislada de un único barrio de Mauleón; no podían dar lugar a reacciones hostiles generalizadas. La supresión de la «autonomía" del valle es muy anterior al advenimiento de la era industrial, y para cuando ésta hubiera podido generar la reacción tradicionalista, la nueva administración post-revolucionaria era ya una realidad comúnmente aceptada.

Soule vive aislado del mundo exterior en buena media, funcionando como una unidad socialmente independiente (la configuración del país como un estrecho valle que desemboca en Mauleón contribuye a ello). De ahí la necesidad de recrear todas las funciones internas de un movimiento socio-político dentro del país, sin posibilidad de recurrir a la coordinación con otros movimientos similares, para que sea efectivo. Ello conduce a la opción entre estructuras locales (generalmente débiles por falta de base humana) o estructuras desarraigadas y percibid as como ajenas. Al nacionalismo le faltaban dentro de Soule varios elementos, y no es el menor de ellos una elite intelectual propia. Según Delos, "en ningún sitio ha surgido el sentimiento nacional sin la acción deliberada, frecuentemente violenta y apasionada de hombres o de grupos, historiadores, poetas, filólogos, gramáticos, oradores, hombres políticos, agitadores revolucionarios" (52).

Y el País de Soule era quizá demasiado pequeño y atrasado como para que este tipo de personas surgieran; faltaba un centro universitario (no hay ninguna universidad en el País Vasco francés), y faltaba incluso el medio urbano, el medio burgués. Como expresa Portal, «si el campo es el depósito de las nacionalidades, se puede decir que la ciudad es su conciencia» (53) : la única ciudad suletina es Mauleón (7.000 habitantes, contando toda la aglomeración), un centro demasiado pequeño, en el que la inmigración terminó de completar el ya antiguo divorcio cultural con el campo circundante; éste era un marco demasiado estrecho para que la contradicción dialéctica campo-ciudad actuara como catalizadora de posturas políticas.

A pesar de faltar el marco favorable para la creación del espíritu nacional vasco, éste habría podido surgir si al menos hubieran existido uno o varios grupos sociales interesados en potenciarlo y en convertirlo en «bandera de partido». Pero tampoco existieron estos agentes del nacionalismo: en realidad, como movimiento político no habría servido para defender los intereses de nadie.

La clase obrera no ha estado nunca interesada por el nacionalismo vasco en Soule, como en la mayoría de los nacionalismos históricos. El «patriotismo» aparece como una alternativa burguesa que puede conectar con el campesinado propietario, pero que sólo con dificultad y como mero reflejo del complejo ideológico burgués se enraíza entre el proletariado, tendente en cualquier caso a convertirlo en una xenofobia intuitiva a través de un proceso de desintelectualización. Por ello, para la clase obrera, sus intereses parecen estar mejor defendidos en el marco de la República francesa democrática, con alternativas reales de poder socialistas y comunistas fuertes y bien organizadas, a las que generalmente llega de la mano de los sindicatos. Además, en Soule gran parte de los trabajadores son inmigrantes, desvinculados culturalmente del País Vasco; y el resto son en su mayoría campesinos que buscan en el salario de la fábrica la regularidad y seguridad que le faltan a su renta agrícola.

Los campesinos sí podrían haber sido una baza nacionalista: depositarios de los elementos culturales diferenciadores que constituyen el prerrequisito básico del sentimiento nacional, son además la gran mayoría del país. En general, se trata de un grupo muy conservador, pero desde la década de 1960-69, empezó a dibujarse entre ellos una tendencia minoritaria de jóvenes agricultores innovadores y contestatarios, cuyo descontento con las estructuras sociales reinantes en Soule se manifestó en el terreno asociativo (ASSAM...), sindical (CDJA...) e incluso político (fueron el núcleo de los votantes de Enbata en 1967-68). Pero eran una minoría demasiado aislada, dada la tendencia al envejecimiento de la población suletina; la emigración de quienes sentían agobiante la estrechez provinciana de la vida en este valle perdido y buscaron en la ciudad sobre todo el «mieux vivre», les privó de una importante masa de campesinos dinámicos. La fuerza de todos los obstáculos contra los que había que marchar fue excesiva: desde el notabilismo político y social hasta el jacobinismo de los socialistas, pasando por el peso de los sindicatos agrarios tradicionales, los partidos políticos y las instituciones, todo estaba contra ellos. Los datos electorales indican que su momento pasó, y que este ímpetu innovador acabó por traducirse en una tendencia de todo el país al voto de «izquierdas», pero ya desvinculado de la cuestión nacional.

Los campesinos siguen en su mayoría encuadrados en el sistema del «jefe natural», notable o cacique; no son políticamente autónomos, y sólo podrían inclinarse hacia la reivindicación nacionalista si fuera para seguir a uno de estos caudillos de aldea o a los párrocos locales (cuya acción social y cultural tiende a ser coherente con los intereses burgueses; sólo dos o tres de ellos son nacionalistas, frente a la importancia del clero nacionalista en el País Vasco del Sur). Por otra parte, es improbable que un campesino francés encuentre interés en separarse de un Estado que -sobre todo en las zonas más desfavorecidas-Ie subvenciona y le protege con un solícito paternalismo; gran parte de las rentas del agricultor de montaña proceden de transferencias del Estado, y esto en última instancia se traduce en una lógica de «estómagos agradecidos» ( = «d'abord, on est français» ).

Pero el nacionalismo es fundamentalmente un fenómeno burgués; una burguesía nacionalista sería la garantía para Soule de que el movimiento tendría incidencia en la vida política. La burguesía industrial mauleonesa no suele vivir en el país, y además su compromiso con la causa francesista encuentra un apoyo definitivo en la dependencia unilateral y absoluta de la economía vasca con respecto a los centros regionales (Pau, Lacq, Burdeos) y europeos (París y el eje del Rin). El País Vasco del Norte -y con mayor razón Soulese adaptan bien al concepto de economía-periferia a pesar de su situación en plena Europa Occidental (54). La industria alpargatera ha precisado siempre de la protección de París, sea contra la alpargata española como antaño, o como hoy contra las importaciones de China; y los mercados no son, desde luego, vascos, sino que se buscan dentro de las fronteras que Francia ha tenido en cada momento: primero en las minas del Norte y del Este de la nación, luego entre las poblaciones coloniales del Magreb, más tarde entre las clases medias acomodadas que descubren el fin de semana, el ocio y el turismo. La burguesía suletina no puede ser nacionalista, porque no hay conflicto ni fisuras entre ella y la burguesía industrial francesa en general; no hay ningún parecido con el caso vizcaíno y guipuzcoano.

Quedaba la posibilidad de que tomaran en sus manos la causa nacional los «burgueses rurales», los notables, los hombres importantes de los pueblos y de las aldeas, jugando un papel similar al de los jauntxos vizcaínos. Al fin y al cabo, ellos son quienes viven más de cerca ese «depósito de vasquidad» que es el campesinado suletino, y quienes se imbuyen de folklorismo. ---Hactonal para proclamarse orgullosamente por encima de sus vecinos bearneses. Pero habrían necesitado algo contra lo que luchar; en realidad, el poder real en los pueblos estaba y sigue estando en sus manos, y lo han puesto al servicio del mejor postor: este fue -perdida la baza de un nacionalismo reaccionario y colaboracionista bajo la ocupación alemana el candidato electoral «de derechas» (democristiano primero y luego gaullista), que perpetuaba en el campo la tradicional estructura de poderes y transmitía a las instancias político-administrativas superiores las demandas y preocupaciones de estos personajes. No ha existido un conflicto importante entre estos notables rurales y los notables urbanos; si lo ha habido, se ha limitado a ser un conflicto de intereses o de categorías (55), fortuito y pasajero, muy distinto de una verdadera lucha de clases que reclamara la presencia de ideologías de combate.

El juego de la lucha de clases en Vizcaya sirvió para decantar hacia el nacionalismo a una parte de la burguesía, como ideología para enfrentarse al socialismo en alza, no ha jugado en Soule el mismo papel. Uno de los motivos podría ser el predominio de las empresas pequeñas, poco aptas para la organización del movimiento obrero, y en las cuales la forma fundamental de relación obrero-patrono ha sido desde el siglo pasado el paternalismo. Además, la larga tradición en el uso de temporeros ha sido un factor de quebranto de la combatividad obrera. La importancia de los obreros-campesinos introduce en las fábricas otro factor de mansedumbre, una mentalidad rural conservadora y una consideración del salario como mero complemento. Si no hay lucha de clases virulenta, no hay necesidad de una ideología de choque contra el trabajador inmigrante.

Queda ese 5 ó 10% de votantes nacionalistas de Soule (los de Enbata en 1967 y los de ERAS en 1976). De composición heterogénea, parece ser que predominan entre ellos los jóvenes campesinos (en Mauleón capital su incidencia es mucho menor), que forman parte de un renacimiento o renovación del viejo principio de las nacionalidades de la entreguerra remozado por la nueva coyuntura histórica (56).

Para explicar este fenómeno, podría acudirse al concepto de «clase social de la juventud», en el sentido marcusiano de clase, y al análisis de las relaciones de alienación y dependencia social en la sociedad post-industrial. Indudablemente, la reivindicación nacionalitaria (57) en el País Vasco francés se mueve dentro de unas coordenadas de contestación cultural que parecen responder por completo a la nueva tipología de conflictos que aparecen en la sociedad contemporánea : la oposición se da menos entre el capital y el trabajo que entre los aparatos de decisión económica y política y quienes están sometidos a una participación dependiente ( ...) La desalienación sólo puede ser el reconocimiento del conflicto social que se interpone entre los actores y los valores culturales. Esto es lo que da toda su importancia a la juventud (58).

No obstante, el nacionalismo de los jóvenes, allí donde existe, encuentra muchas dificultades en hacer que su contestación a la dependencia cultural sea asumida por ninguno de los grupos sociales tradiciones de la sociedad industrial: la gran contradicción latente es que precisamente estos grupos interesados en la superación de la alienación toman la forma de movimientos nacionalistas en las áreas menos post-industriales. Soule no es una excepción.

 

NOTAS

(1).Datos sociolingüísticos de Pedro de YRlZAR: «Los dialectos y variedades de la lengua vasca. Estudio lingüístico demográfico». Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, San Sebastián, 1973.

(2).Juan José SOLOZABAL: .Nacionalismo y conciencia nacional», memoria de beca de ia Fundación Juan March, 1979, P. 8.

(3).Los resuitados electorales pueden ser un buen indicador: en las elecciones legislativas de 1978, ERAS (Eoskal Herrlko Alderdi Sozialista) obtuvo-en primera vuelta el 3, 9% de ios sufragios en el cantón de Mauleón y el 6,4% en el de Tardets. Además, la militancia nacionalista es casi nula después de la disolución del núcleo suletino de Herri Talde en 1981.

(4).Juan José SOLOZABAL: op. cit., p.16.

(5).R. JOLLY y P. COURTEAULT: .Essal sur le régime finnancier des petits états do Midi de la France au XVmeme siecle», París-Tolosa, 1935, p.17.

(6).L. de FROIDOUR: «Mémoires du Pais de Souie», Bull. Soc. Sciences, Lettres et Arts de. Bayonne. Julio-Diciembre 1928. pp.227-228.

(7).Georges VIERS: .la foret d'Iraty», Révue Géographiqoe des Pyrénées et do Sod.Ooest, t. XXV, fasc.l, 1955, p.16.

(8).Citadas por primera vez en el Dictionaire géographique, historique et politique des Gaules et de la France» de EXPILL Y. en 1762-1770.

(9).Publicadas íntegramente por el Dr. LARRIEU: .Cahiers des griefs rédigées par les communautés de Soule en 1789». V ve. Léon Ribaut, Pau, 1894, extracto del Bull. Soc. Sciences, Lettres et Arts de Pau, 1891-92, segunda serie, t. XXI.

(10).BONETTI: :.La vie reIigieuse en Soule, 1598-1789. Mentalités et comportements», tesis presen(ada en 1978 en la Universidad de Pau y de los Países del Adour .

(11)..Tablettes» de Jacques de Bela, en G. CLEMENT SIMON : Le protestantisme et I'érudiction dans le Pays Basque au commencement du XVIléme siecle. Jacques de Bela: biographie; extraits de ses oeuvres inédites», BulI. Soc. Sciences, Lettres et Arts de Pau, 1895, segunda serie, t. XXIV, pp.197 -321.

(12).Tal es la afirmación de Aldo de MADDALENA: «La Europa Rural (1500-1750»>, en Carlo M. CIPOLLA, ed.: .Historia económica de Europa (21. Siglos XVI y XVD», Ariel, Barcelona, 1979.

(13).La rebelión de Matalas es una protesta campesina antifiscal característica del Antiguo Régimen, que tuvo lugar en Soule en 1661. Sobre su desarrollo hay abundantes datos en M. de JAURGAIN: .Les Capitaines-Chatelains de Mauléon, gouverneurs de la Vicomté de Soule», Revue de Béarn, Navarre et Lannes, París, 1884, pp. 279-283.

(14).El estudio de los archivos parroquiales ha sido realizado en parte por Bonetti y sus resultados están en la tesis antes citada.

(15).Georges VIERS: «Mauléon-Licharre, la population et l'industrie: étude de géographie urbaine», Hiere, Hurdeos, 1961.

(16).«Les coustumes generales du Pays et Vicomte de Sole» (en gascón), primera edición conocida en París, 1553. Es una recopilación del derecho consuetudinario suletino, que data en su versión escrita de 1520.

(17).Georges VIERS: .mauléon-Licharre op. cit...

(18).Al continuar la mano de obra en los distritos rurales. fue necesario en toda Francia recurrir a instalar las industrias preferentemente en el campo para servirse del trabajo a domicilio. cuando no cerca de las fronteras para utilizar mano de obra inmigrada (alemanes o suizos en Mulhouse, flamencos en Tourcoing ...). En Mauleón, como veremos, se combinan las .dos modalidades.

(19).C.H. POUTHAS: .La population francaise dans la premieremoitié du XIXe siecle.., Paris, 1956, p. 224; citado por C. FOHLEN: «La revolución industrial en Francia, 1700-1914.., en Carlo M. CIPOLLA, ed.: .Historia económica de Europa (4). El nacimiento de las sociedades industriales (primera partel.., Ariel, Barcelona, 1982.

(20).M. CHADEFAUD y otros: .MBuléon en Butomne. Une société BU tournant de ses tradition8", Universidad de Pau y de los Países del Adour, 1981, pp. 5-6.

(21).C. FOHLEN: op. cit., p. 30.

(22).G. VIERS: .Mauléon-Licharre...", op. cit., p.124.

(23).Desde 1872 aproximadamente, la producción minera francesa crece ininterrumpidamente . hasta la víspera de la Gran Guerra. como ha puesto de manifiesto F o CROUZET: .Essai de construction d'un indice annuel de la production industrielle francaise au XIX siecle», Annales, E.S.C., 1970, I, ppo56-99o Gráfico comparativo con la evolución de la producción industrial y de hierro en lingotes, en C. FOHLEN: op. cit., po 15.

(24).J .C. DROUIN: .Les élites politiques au Pays Basque français sous la monarchie de Juillet et la seconde République., en .Euskal-Herria (1789-1850). Acres do ColIoqoe Inrematlonal d'Etudes Basques, Bordeaux, 3-5 Mal 1973., Universidad de Burdeos III y Euskaltzaindia, Sociedad de Amigos del Museo Vasco, Bayona. 1978. Drouin recoge en forma sintética los resultados del trabajo de Vincent WRIGHT: .The Basses Pyrénées from 1848 to 1870. A stody In departemental politics., Tesis de doctorado, Universidad de Londres, 1965; y en menor medida, también recoge los trabajos de René CUZACQ y de Pierre BAYAUD.

(25).La figura de Agustin Chaho es de interés en sí misma, por constituir un'precedente impor. tante del nacionalismo vasco, y para nosotros por ser suletino. Una breve visión de su papel político puede encontrarse en Eugene GOYHENECHE: .Un ancetre du nationalisme basque: Augustin Chaho et la guerre carliste., en .Eoskal-Herrla (1789-1850) , op. cit., pp. 229-251.

(26). Marie Martille GERVAIS-AGUER: «Colltribution ál l'étude de la petite et moyenne entreprise a travers un exemple local: I'industrie mauléonnaise». Tesis de doctorado, Ulliver~ sidad de Burdeos, 1969,

(27).La frase es de Jean Paul MALHERBE: «Le nationalisme basque en France (1933.1976", Tesis de doctorado, Universidad de Ciencias Sociales Tolosa-1, 1977, p. 60.

(28).Hermann PRIEBE: «La función cambiante de la agricultura (1920-1970)., en Carlo M. CIPOLLA, ed.: «Historia económica de Europa (5). El siglo XX (segunda parte»>, Ariel, Barcelona, 1981. pp. 20-26.

(29).Una visión general de los caracteres de la emigración suletina puede encontrarse en Gilbert DALLA ROSA: «Les migrations des montagnards basco-béarnais en France., Revoe Géographiqoe des pyrénées et du Sud-Ooest, t. 41. fasc.1, 1970, pp.43-S2.

(30).Datos del INSEE, tomados de Le Miroir de la Soule. 4-IX-82.

(31).Georges VIERS: «Pour un Pays Basque heureux", Parti Communiste Fran¡;ais, Bayona, 1979, pp.23-3S.

(32).Aunque no existe ningún estudio de la distribución de la renta en Soule, hay importantes datos descriptivos y estadísticos al respecto en Nicole CHARDIER y Martine TRESSARD : «Les comportements de consommation et leur répercussion sur la sociabilité a Mauléon", tesis de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, Universidad de Pau y de los Países del Adour, 1980

(33).Pierre BIDART: «Le pouvolr polltlque daos le village basque. Le cas de Saint Etienne de Baigorry», tesis de doctorado, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París, 1975, p.183. El análisis.de Bidart para la Baja Navarra es aplicable casi sin reservas a la sociedad suletina.

(34).J.P.MALHERBE: op.cit..pp.57-60.

(35).M. CHADEFAUD y otros: op.cit.,pp.21-23.

(36).G. VIERS: «Mauléon-Licharre...», op. cit...

(37).Elissabide, industrial suletino del sector alpargatero, fue en buena medida el símbolo y el elemento más activo de la burguesía demócrata-cristiana de la postguerra. Su propia biografía es significativa: tras ser animador de la mayor parte de las iniciativas de asociación industrial, creador del periódico Le Miroir de la Soule y mecenas de varias actividades culturales, acabó con grandes dificultades económicas en los años sesenta, poco antes de morir.

(38).La «compra del voto no es el fenómeno burdo de repartir dinero a los votantes, sino un conjunto de mecanismos más sutiles, a través de los servicios y del recordatorio de favores; puede seguirse detalladamente en las denuncias del periódico suletino Egia, del que el GEIS publicó 36 números entre 1980 y 1982)"

(39).N. CHARDIERyM. TRESSARD: op.cit.,pp.141-142.

(40).J .P .MALHERBE: op. cit., p. 64.

(41).Serge LERA T : «Les Pays de l' Adour. Structures agraires et économie agricole", UFI, Burdeos, 1963, p. 303, citado por J .P. MALHERBE: op. cit., p. 64.

(42).Manuel GONZALEZ PORTILLA: «El desarrollo industrial en Vizcaya», Anales de Economía, núm. 24, Octubre-Diciembre 1974; y «Los orígenes de la sociedad capitalista en el País Vasco. Transformaciones económicas y sociales en Vizcaya", en Saioak. Revista de Estudios Vascos, año I, número 1, 1977.

(43).Javier CORCUERA: «Orígenes, ideología y organización del nacionalismo vasco, 18761904", Madrid, Siglo XXI, 1979, pp.S82-S83.

(44).La discusión sobre el carácter fuerista y/o absolutista del movimiento carlista en el País Vasco es objeto de una fuerte polémica. y ha generado una extensa bibliografía.

(45).Elie KEDOURIE: «Nationalism-. Hutchinson &Co.. Londres. 1979.

(46).Juan José SOLOZABAL: «Problemas en tomo al estudio del nacionalismo. formación y crisis de la conciencia nacionalista-. Revista de Estudios Políticos, núm. 17. Sept.-Oct. 1980. p. 71.

(47).Jordi NADAL: «El fracaso de la revolución industrial en España», Ariel, Barcelona, 1975.

(48).Si bien los contactos comerciales e incluso sociales revistieron durante el Antiguo Régimen una cierta importancia, la centralización política (y no en menor medida los conflictos fronterizos) orientaron a los grupos de notables hacia París, separándoles de España.

(49).Jean Paul MALHERBE: «Le nationalisme basque et les transformations socio-politiques en Pays Basque Nord», cap.II de Pierre BIDART, ed.: «Lanouvelle société basque. Ruptures et changements", L 'Harmattan-CNRS, París, 1980, pp. 51-52.

(50).A. TOURA.INE: .La sociedad postindustrial», Ariel. Barcelona, 1969, p. 77 ,

(51).J.J. SOLOZABAL:. .Nacionalismo y conciencia nacional., op. cit., p.16.

(52).Citado por SOLOZABAL: .Nacionalismo y conciencia nacional». op. cit., p. 25.

(53).La frase de Roger Portal, referida a las nacionalidades eslavas, está recogida en SOLOZABAL: .Nacionalismo y conciencia nacional», op. cit., p.33.

(54).En Manex GOYHENETCHE: «Pays Basque Nord, un peuple colonisé". Elkar. Bayona. 1979, se habla de «marginalidad y subordinación" y de una situación «colonial., lo cual no es más que la traducción a la propaganda nacionalista de la idea de dependencia económica que hemos enunciado.

(55) La distinción terminológica de Pierre VILAR: «Croissance économique et analyse :; historique., Premiere conférence intemationale d'histoire économique. Stockholm, 1960, Mouton et Co.. París-La Haya, 1960, p.83.

(56).Juan Francisco MARSAL y colaboradores: ..El resurgimiento del nacionalismo catalán en la España actual., memoria de beca de la Fundación Juan March, 1980, vol. I, p. 58.

(57).Los movimientos «nacionalitarios. son un fenómeno contemporáneo extendido a toda la Europa Occidental; para Y ves PERSON : «Els marxistes devant el fet nacional., Quadems d'alliberament, n." I, 1977, p.66, son la «superación del nacionalismo francés.. El término de «nacionalitarios. fue acuñado por Maxime RODISON: «Sobre la cuestión nacional., Barcelona, Anagrama, 1975; corresponde con bastante exactitud al concepto de ..nacionalismo etnicista. de Anthony D. SMITH: ..Las teorías del nacionalismo., Barcelona, Península, 1976.

(58).A. TOURAINE: op. cit., pp.11-12.