Lurralde :inv. espac. N. 19 (1996) p. 297-322 ISSN 1697-3070

TIPOLOGIA DE LAS EXPLOTACIONES AGRARIAS EN LAS REGIONES

DE LA UNIÓN EUROPEA. ENSAYO METODOLÓGICO Y CARTOGRÁFICO

Recibido: 1996-10-05

Mª Cruz PORCAL GONZALO

UPV/EHU

LABURPENA: Batasun europarreko nekazal ustiategien tipologia. Saio metodologiko eta kartografikoa

Denok dakigun bezala, Batasun Europarraren barruan nekazaritzaren errealitatea asko aldatzen da leku batetik bestera, bertan diren ustiategien ezaugarririk nabarmenenak aztertzen dituen edonork ikus dezakeenez. Aldakortasun hau ulertu nahia da, hain zuzen, lan honetan aurkezten dena bezalako sailkapen edo tipologiak ezartzeko dauden arrazoietariko bat.

Hitz gakoak: tipologia. nekazal ustiategien, cluster azterketa. Batasun Europarreko

RESUMEN: Tipología de las explotaciones agrarias en las regiones de la Unión Europea. Ensayo metodológico y cartográfico

Como es bien sabido, el territorio de la Unión Europea encierra en su interior una realidad agraria heterogénea y ello puede constatarse si se examinan los rasgos fundamentales de sus explotaciones. El afán de comprender esa diversidad constituye una de las motivaciones esenciales para establecer clasificaciones o tipologías como la que se presenta en este trabajo.

Palabras clave: tipología, explotaciones agrarias, análisis cluster, Unión Europea

ABSTRACT: Tipology of the agricultural exploitations in the European Union Regions. Methodological and cartographic study

As it is well known, the European Union Regions contain in its interior a heterogeneous agriculture fact and that can be verified if the fundamental characteristics of their exploitations are studied. The reason to understand this diversity constitutes one of the essential motivations in order to establish classifications o typologies as the one presented in this work.

Key Words: tipology, agricultural exploitations. cluster analysis. European Union

Este trabajo pretende descubrir y explicar algunos de los rasgos esenciales que caracterizan a las explotaciones agrarias de las regiones de la Unión Europea y hacerlo desde una perspectiva geográfica. Con este fin, se realizará, en primer lugar, una breve presentación de la diversidad que acoge en su interior el espacio agrario europeo mediante el examen de algunos de los aspectos más destacados de sus explotaciones (orientación productiva, dimensión física y tamaño económico). A continuación, motivados por el deseo de clasificar y ordenar esa complejidad, se establecerá una tipología regional a partir de la combinación de una serie de variables, utilizando para ello como método el análisis cluster. La cartografía temática va a desempeñar un papel primordial a lo largo de todo el artículo al convertirse en el hilo conductor de la exposición, de suerte que una de las principales aportaciones de este trabajo lo constituye el mapa tipológico; y es que, como instrumento de síntesis, va a permitir pasar de una forma eficaz de la percepción a la reflexión.

1. UNA REALIDAD AGRARIA HETEROGENEA

Como es bien conocido, a pesar de estar homogeneizado por una política agrícola común el panorama agrario de la Unión Europea es sumamente contrastado en virtud de las diversas potencialidades ecológicas del territorio, de los avatares históricos y del distinto nivel de desarrollo alcanzado. De ahí que, al igual que en otros muchos aspectos, las diferencias se manifiesten con fuerza entre el norte y el sur de la Comunidad, o mejor aún, entre el centro y la periferia.

En líneas generales, el peso del sector agrario en el primer ámbito citado es insignificante, tanto en lo que atañe a s-u aportación relativa a la economía como a su participación en el volumen global de empleo, mientras que, en el segundo, todavía desempeña un papel destacado. El Reino Unido, con una contribución al valor añadido bruto nacional de 1 ,2 % y una población ocupada en el sector agrario que representaba en 1991 el 2,3 %, Bélgica (1 ,8% y 2, 7% respectivamente) y Luxemburgo (1, 7 % y 3,5 %) se sitúan en un extremo; Grecia (13,2% y 22,2 %), Portugal (4, 1 % y 17,4 % ) e Irlanda (7 ,2 % y 13, 9 %), se mantienen en el otro. A escala regional no ha de sorprender que en la casi totalidad de Grecia y en Galicia la agricultura asegure aún más de una cuarta parte del empleo total (por encima de las dos quintas partes en Peloponnisos, Kriti y Anatoliki Makedonia, Thraki) y que, por el contrario, en las principales regiones urbanas europeas (Bruxelles, Ile de France, Hamburg, Madrid y el South East inglés) y en aquellas que mantienen una mayor dependencia industrial (Nordrhein-Westfalen, Saarland, País Vasco, Cataluña, Lombardia, etc.) el peso de los efectivos agrarios sea francamente reducido. En cualquier caso, hay que tener presente que, al igual que ha sucedido en el resto del mundo desarrollado, todos los países de la Unión Europea se han visto afectados, si bien con desfases cronológicos, por un descenso generalizado de la población activa agraria así como por un envejecimiento de la misma; en la actualidad este proceso, que ha derivado en un problema de falta de relevo generacional en la titularidad de las explotaciones, cobra precisamente mayor intensidad en la orla periférica de la Comunidad (Italia, Portugal, España, Grecia e Irlanda, a nivel nacional, y País Vasco, Asturias, Galicia y Algarve, a nivel regional, destacan por el acusado avejentamiento que presentan sus empresarios agrícolas).

En las páginas siguientes la representación cartográfica de algunos de los rasgos que caracterizan a las explotaciones agrarias comunitarias va a servir de instrumento para subrayar, una vez más, buena parte de esa complejidad que alberga el territorio de la Unión Europea.

Con una participación relativa del 51 % sobre la producción final agraria en 1992, el valor de la producción ganadera contabilizada en el conjunto de Estados miembros supera ligeramente al agrícola. En líneas generales, los países del Norte (sobre todo Irlanda, Luxemburgo, Alemania, Dinamarca, Bélgica y Países Bajos) se han orientado con mayor intensidad hacia las producciones animales en tanto que los del Sur los han hecho hacia las vegetales. Ahora bien, a pesar de ser ésta la tendencia general, existen claras excepciones al respecto en el seno de muchos de ellos: regiones como la alemana Rheinland-Pflaz, de especialización vitícola, el oeste de los Países Bajos, dedicado en alto grado hacia frutas y hortalizas, las fuertemente cerealistas de la Cuenca de París o del Este de Inglaterra y algunas de la cornisa cantábrica española, tales como Asturias, Cantabria y Galicia, en las que adquiere un gran protagonismo el ganado vacuno de leche, son tan sólo ejemplos de ello. Observando el mapa 2 se percibe con claridad que, pese a los avances de la técnica y al peso creciente de los factores socioeconómicos en la articulación del espacio, los contrastes regionales en cuanto a la orientación agrícola o ganadera se hallan estrechamente vinculados a las virtualidades que ofrece el territorio.

Entre las producciones agrícolas destacan los cereales. Estos ocupan prioritariamente las cuencas sedimentarias europeas (de Londres, París, Aquitania, Ebro, Duero y Tajo), una suave topografía que indudablemente ha propiciado las obras de concentración parcelaria y la mecanización intensa de este cultivo. En ocasiones, los cereales aparecen asociados a plantas industriales como la remolacha azucarera, particularmente en el norte de Europa, y el girasol que prevalece en las áreas más secas y soleadas del sur. También en el sur se concentran los cultivos permanentes, capaces de adaptarse de forma óptima a la sequedad estival propia del ámbito mediterráneo; no obstante, si bien es cierto que los olivos se adscriben fielmente a este dominio, cubriendo grandes extensiones en Andalucía, Puglia, Castilla-La Mancha, Kentriki Ellada y Nisia-Kriti, la vid penetra en latitudes más elevadas (Iocalizándose, por ejemplo, en torno a los ríos Rhin y Mosela) donde se asienta al amparo de condiciones locales óptimas para su desarrollo. España (Castilla-La Mancha), Italia (Sicilia, Puglia) y Francia (Languedoc-Rousillon, Aquitaine) albergan las mayores extensiones de viñedo de la Unión Europea. Por su parte, las frutas y hortalizas, cultivadas de forma intensiva mediante regadío ya veces bajo plástico, representan un papel primordial en el litoral mediterráneo español (Comunidad Valenciana y Murcia), en algunas regiones italianas (Calabria y Trentino-Alto Adige), en bastantes islas de la Europa meridional (archipiélago de las Canarias, Corse y Sicilia) y en los cinturones periurbanos de las grandes ciudades; su aportación a la producción final agraria supera en todas ellas el 50 %.

Es sabido que la Europa atlántica constituye el principal dominio de las producciones ganaderas -fundamentalmente de la leche de vaca sustentadas en los abundantes recursos forrajeros de ese territorio (Irlanda, norte y oeste de Gran Bretaña, norte de los Países Bajos, Dinamarca, oeste de Francia, norte de España, etc.). Ahora bien, la desvinculación de la tierra, la estabulación y las técnicas de manejo altamente cualificadas son algunas de las características propias de los sistemas intensivos que se hallan presentes en muchas de las explotaciones ganaderas de estas regiones. Algo que también sucede en las granjas de porcino, las cuales radican sobre todo en Dinamarca, sur de los Países Bajos (Zuid-Nederland), Cataluña en España, Nordrhein-Westfalen en Alemania, Bretagne en Francia y Vlaams gewest en Bélgica. Finalmente, hay que señalar que el ganado ovino se distribuye esencialmente por los países mediterráneos y por el Reino Unido toda vez que ésta es una de las especies ganaderas que desde siempre mejor ha aprovechado los rastrojos, los barbechos y los pastizales secos de las regiones montañosas y, en particular, del ámbito mediterráneo.

Los contrastes regionales en cuanto al tamaño físico medio de las explotaciones agrarias quedan plasmados en el mapa 3. La gran diversidad que en él se trasluce obedece a factores muy variados tales como los tipos de cultivo y ganado predominantes, el nivel de mecanización y tecnificación, los acontecimientos históricos, la estructura de la propiedad, las reformas agrarias, la forma de transmisión y movilidad de la tierra, etc.

Las mayores explotaciones (por encima de 44 hectáreas de S.A.U.) se concentran prioritariamente en el norte de Francia (lle de France, Picardie, Bourgogne, Centre, Champagne-Ardenne y Lorraine) y, sobre todo, en Gran Bretaña, siendo Escocia la que, merced al predominio de grandes explotaciones ganaderas de bovino y ovino asentadas sobre amplias extensiones de pastizales, registra la media más alta (alrededor de 180 hectáreas). Es significativo señalar que en Ile de France y en sus alrededores el elevado tamaño que alcanzan las empresas agrarias -cuya orientación es fundamentalmente cerealista- obedece, en gran medida, al proceso de concentración de la tierra por arrendamiento, un régimen de tenencia que ha progresado fuertemente en los últimos años. A su vez, en el Reino Unido hechos históricos, como el fenómeno de las enclosures o el mantenimiento de grandes propiedades rústicas en pocas manos, y en particular las políticas agrarias aplicadas han ejercido una gran influencia en la estructura actual de sus explotaciones; así la fuerte apuesta efectuada a partir de los años cuarenta en favor de la intensificación y de la modernización de las empresas agrarias ha originado la creciente desaparición de las más pequeñas y menos competitivas y, en última instancia, el que este país reúna los tamaños medios más sobresalientes en el contexto de la Unión Europea.

En el extremo opuesto (por debajo de las 4,91 hectáreas) se sitúan Grecia, Liguria, Veneto, Campania y Calabria, en Italia, Berlín, en Alemania, y también algunas regiones españolas bañadas por el mar, tales como Galicia, Comunidad Valenciana y Canarias. Por consiguiente, se percibe que las dimensiones más desfavorables dominan en buena parte de la Europa mediterránea. La excepción a esta tendencia la protagonizan fundamentalmente algunas regiones de la España interior (sobre todo Castilla-La Mancha), así como Córcega y Cerdeña (unas islas de relieve accidentado en donde hoy los pastos y matorrales ocupan una gran extensión) ya que sobrepasan la media europea, esto es, las 15 hectáreas. Del mismo modo, en el seno de la Europa Comunitaria del Norte, se observa que Bélgica, la casi totalidad de los Países Bajos y la mitad meridional de Alemania no llegan a alcanzar, en lo que atañe a la extensión media de sus explotaciones, el promedio europeo. La importancia que ostenta la agricultura a tiempo parcial en buena parte de Alemania, la cual se ratifica por el significativo y relevante peso que poseen en este país las microexplotaciones (en regiones como Baden-Württemberg y en Rheinland-Pfalz las menores de 20 hectáreas suponen más de las cuatro quintas partes del total), figuran entre las razones que sirven para explicarlo.

Asimismo entre los dos extremos señalados se perfila un gran cúmulo de situaciones intermedias. Este panorama general se constata nuevamente si se analiza la distribución espacial de las explotaciones según intervalos de superficie. Del mismo modo se aprecia que unos países presentan una estructura muy heterogénea y polarizada con una exagerada participación de las categorías inferiores (tal es el caso de Portugal, Italia. Grecia. España) mientras que otros. como Bélgica o Países Bajos. se caracterizan por un mayor equilibrio.

Pero, ciertamente, la caracterización dimensional de las explotaciones agrarias no debe basarse tan sólo en el tamaño físico sino que también tiene que contemplar el tamaño económico, razón por la cual se ha realizado una aproximación a este último utilizando como indicador el valor añadido bruto, expresado en ecus por explotación (vid. mapa 4).

Observando su distribución espacial lo primero que se percibe es que existe una gran dicotomía entre los países mediterráneos e Irlanda, donde las dimensiones económicas de las empresas agrarias no alcanzan la media comunitaria (las más pequeñas se encuentran cuatro veces por debajo de ella), y la Europa central y septentrional, que la rebasan ampliamente (con unos resultados que en los casos extremos pueden llegar a ser seis veces mayores).

Así pues, las explotaciones de menor tamaño económico radican en las regiones italianas -en particular en las ubicadas en la mitad sur peninsular y en las islas-, en las españolas y en las griegas; los valores más mediocres corresponden concretamente a Basilicata ya Calabria, en el Mezzogiorno italiano (4.240 y 4.540 ecus por explotación, respectivamente), ya Asturias y Galicia, en la cornisa septentrional española ( 4.710 y 5.070 ecus por explotación). No obstante, a escala nacional Portugal contabiliza los valores añadidos más bajos (3.390 ecus por explotación)1.

En el conjunto mediterráneo los mejores resultados económicos medios se registran en la región francesa Provence-Alpes-Cote d'Azur (con 32.830 ecus) y, en menor grado, en el valle del Po (destacando dentro de este ámbito Emilia-Romagna donde se sobrepasan los 24.000 ecus).

En el otro extremo, buena parte del Reino Unido, de Francia y de los Países Bajos se erigen en representantes de las dimensiones económicas más favorables. Se perfila un eje longitudinal que desde Yorkshire and Humberside llega hasta las Ardenas atravesando el Este y Sureste de Inglaterra, el Canal de la Mancha y, ya en Francia, las regiones de Picardie e Ile de France. East Anglia (Reino Unido), con 91.000 ecus por explotación, es la que acapara los valores más altos. A ella le acompañan especialmente el Oeste y, con menor intensidad, el Norte de los Países Bajos (West-Nederland, con 76.500 ecus y Noord-Nederland, con 53.520 ecus), algunas regiones de la Cuenca de París tales como Champagne-Ardenne (con 73.670 ecus), Picardie (55.770 ecus) e Ile de France (54.000 ecus) y, en Inglaterra, las tierras medias orientales (East Midlands, con 64.180 ecus) así como el Sureste (South East, con 57.460 ecus). En cualquier caso, en toda Gran Bretaña -a excepción de Wales-, en Dinamarca, en Bélgica, en el resto de los Países Bajos, en la porción noroeste de Alemania y en buena parte de Francia -particularmente en su mitad occidental y septentrional- se supera ampliamente la media comunitaria, sobrepasándose los 23.700 ecus. Si se coteja este mapa con los dos anteriores se percibe que, indudablemente, el valor económico que se obtiene en una empresa agraria se halla estrechamente relacionado con su tamaño superficial -aunque no siempre se establece entre ambos una relación directamente proporcional- y con su orientación productiva, pero también aparece vinculado a otros aspectos tales como las potencialidades agrícolas del territorio y el nivel de tecnificación y modernización -en cuanto que determinan los rendimientos- o los costes de producción. En suma, está claramente conectado con la productividad de la tierra y del trabajo.

Esta complejidad agraria que se ha tratado de una forma sucinta va a quedar patente en la tipología siguiente.

2. ENSAYO DE CLASIFICACION

2.1. El método

A la luz de la diversidad que ofrecen las empresas agrarias europeas se ha juzgado de sumo interés efectuar un ensayo de síntesis, crear una tipología regional a partir de una serie de elementos considerados fundamentales para caracterizar esas explotaciones. Como es bien sabido, el esfuerzo por parte de los geógrafos de buscar soluciones a la clasificación espacial no es algo nuevo (Dickinson, 1963), y el interés que encierra su aplicación a la construcción de tipologías de estructuras agrícolas resulta comprensible2,

El método empleado en este trabajo para conseguirlo ha sido el análisis cluster, un conjunto de técnicas que sirven para clasificar una serie de individuos u observaciones en grupos homogéneos, en base a ciertas variables observadas. Se trata de un método de análisis cuantitativo que, al igual que el análisis factorial en componentes principales, se ha utilizado ampliamente por geógrafos de la escuela anglosajona, aunque obviamente sus aplicaciones se extienden a la práctica totalidad de las ciencias experimentales.

A partir del examen cuidadoso de un amplio abanico de variables se han seleccionado nueve, las cuales están referidas a la dimensión física de las explotaciones, a su orientación productiva, a su tamaño económico ya la importancia general que el sector agrario posee en cada región europea. Cabe señalar que la fuerte dispersión de valores existente en algunas de ellas así como las diferentes unidades de medida en que se hallan expresadas han obligado a llevar a cabo, previamente a la realización del cluster, la estandarización de todos los datos con el fin de homogeneizarlos. Para cada una de ellas se han establecido cinco categorías:

< -1 muy pequeño/muy bajo

-1 a -0,5 pequeño/bajo

-0,5 a 0,5 medio/intermedio*

0,5 a 1 grande/alto

>1 muy grande/muy alto

* Esta categoría podría, a su vez, subdividirse en otras dos: medio-bajo (-0,5 a 0) y medio-alto (0 a 0,5)

La medida utilizada para definir la proximidad entre cada individuo -en este caso regióny el centro de su respectivo cluster o grupo ha sido la distancia euclídea, ciertamente una de las usadas con mayor asiduidad.

Por lo que atañe a la infraestructura territorial, el análisis está referido a un total de 89 unidades administrativas de la Unión Europea (NUTS 2 y, en algunos casos, NUTS 1 )3, que aparecen representadas en el mapa 1.

En resumidas cuentas, las regiones de la Unión Europea se han agrupado en siete conjuntos que, de acuerdo a los aspectos más significativos de sus explotaciones agrarias, han sido definidos de la siguiente manera (vid. mapa 5).

1. Explotaciones agrarias de tamaño económico muy grande4 o grande, tamaño físico muy grande o grande, y una participación media o baja de la producción animal en la producción final agraria

2. Explotaciones agrarias de tamaño económico grande, tamaño físico predominantemente medio y una participación muy alta o alta de la producción animal en la producción final agraria

3. Explotaciones agrarias de tamaño económico medio, tamaño físico grande o medio y una participación muy alta o media de la producción animal en la producción final agraria

4. Explotaciones agrarias de tamaño económico medio o pequeño, tamaño físico también medio o pequeño y una participación medía-baja-muy baja de la producción animal en la producción final agraria

5. Explotaciones de tamaño económico pequeño, tamaño físico medio o pequeño y una participación baja o muy baja de la producción animal en la producción final agraria

6. Explotaciones de tamaño económico pequeño, tamaño físico medio o pequeño y una par1icipación media o baja de la producción animal en la producción final agraria

7. Explotaciones agrarias de tamaño económico pequeño o muy pequeño, tamaño físico medio o pequeño y una participación muy alta o media de la producción animal en la producción final agraria

2.2. Los resultados

1. Explotaciones agrarias de tamaño económico muy grande o grande, tamaño físico muy grande o grande, y una participación media o baja de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V .A.B. agric./ V.A.B. total)

media-baja-muy baja

Proporción relativa de activos agrarios (%)

baja-muy baja

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

 muy grande-grande

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

 muy bajo

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

muy grande-grande

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

muyalta-alta

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

media-baja

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

muy alta

Participación relativa de las frutas y hortalizasen la P.F.A.

media-baja

REGIONES

 Ile de France, Picardie, Centre, Bourgogne, Nord-Pas-de-Calais, Yorkshire, East Midlands, East Anglia, South East

Forman parte de este grupo algunas de las regiones consideradas más paradigmáticas de la eficacia y de la prosperidad agrícola en el marco de la Unión Europea. Ubicadas en la Cuenca de París y en el este y sur de Inglaterra, Ile de France, Picardie, Centre, Bourgogne, Nord-Pas-de-Calais, Yorkshire and Humberside, East Midlands, East Anglia y South East cuentan con vastas empresas agrarias, de orientación fuertemente cerealista, que se han visto particularmente favorecidas por una topografía llana con baja altitud media y suaves pendientes -la cual desde tiempo atrás ha propiciado una mecanización intensay por unos suelos de buena aptitud agrológica desarrollados sobre materiales sedimentarios. Aunque los "grandes cultivos" (cereales y plantas industriales) ocupan en estas regiones la posición hegemónica, la ganadería adquiere también cierta significación económica en zonas tales como Yorkshire and Humberside (sobre todo el porcino), Nord-Pas-deCalais (leche) y East Midlands (leche, avicultura), así como las frutas y hortalizas en el South East y en East Anglia, dentro de Gran Bretaña. Sin duda, la proximidad de grandes centros de consumo y la pujanza que han adquirido las industrias agroalimentarias en esta porción del territorio europeo han constituido un acicate para su desarrollo agrícola.

A grandes rasgos, el destacado tamaño económico medio de las explotaciones agrarias (oscila entre los nada menos que 91.000 ecus de East Anglia y los 32.078 ecus del Centre, en la Cuenca de París) se halla estrechamente vinculado a unas altas dimensiones físicas (por ejemplo, más de 70 hectáreas de S.A.U. por explotación en East Midlands y en East Anglia), que junto con un sistema de cultivo eficaz y una fuerte inversión en medios técnicos y científicos permiten obtener una cuantiosa producción. Por todo ello, se constata una óptima productividad del trabajo al ser grande el valor añadido obtenido, pocos los activos agrarios (sobre todo en Ile de France y en el South East donde se concentran las espectaculares aglomeraciones urbanas de París y Londres y el sector de los servicios adquiere un relevante desarrollo) y francamente notable el nivel de tecnificación. Dentro de este grupo, Nord-Pas-de-Calais, el Centre y Bourgogne se singularizan en ciertos aspectos agrarios de las otras seis regiones, al alcanzar, en líneas generales, unos resultados menos brillantes (lo cual obedece, en gran medida, a los diferentes tipos de agricultura que persisten en su interior).

2. Explotaciones agrarias de tamaño económico grande, tamaño físico medio, y participación muy alta o alta de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V .A.B. agric./ V.A.B. total)

media-baja

Proporción relativa de activos agrarios (%)

baja-muy baja

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

 media

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

 medio bajo - muy bajo

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

grande

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

muyalta-alta

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

muyalta-alta

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

media-baja

Participación relativa de las frutas y hortalizasen la P.F.A.

media-baja

REGIONES

Belgica, Dinamarca, Niedersachesen, Nordrehein-Westfalen, Schleswig Holstein, Luxemburgo, Noord-Nederland, Oost nederland, Zuid-Nederland, North West Midlands, North West.

Buena parte de la Europa atlántica septentrional (Bélgica, Dinamarca, el norte de Alemania, Luxemburgo, la mayoría de las regiones de los Países Bajos y el norte y oeste de Inglaterra) integra este conjunto, en el cual la ganadería adquiere un significativo papel y la productividad del trabajo supera ampliamente la media comunitaria, hasta llegar incluso a duplicarse en Noord-Nederland, Dinamarca, Niedersachsen y Bélgica. De la vocación ganadera del territorio -a la que sin duda han contribuido las condiciones del medio natural- deja constancia el hecho de que en todas ellas la producción animal represente más de las tres quintas partes de la total agraria (siendo la especialización mucho más acusada en Luxemburgo, oeste de los Países Bajos y norte de Inglaterra).

El valor añadido que se obtiene en las empresas agrarias de estas regiones, suele ser algo inferior al señalado para el grupo anterior y puede definirse como medio y alto. Los resultados económicos más satisfactorios se alcanzan sobre todo en el norte y en el sur de los Países Bajos (unos 53.500 ecus en Noord Nederland y cerca de 40.700 ecus en Zuid Nederland) y traducen la modernización de unos sistemas intensivos de explotación altamente productivos y la concentración en las empresas de un elevado número de cabezas (principalmente bovino de leche y porcino); se combinan así en este país tamaños físicos pequeños y medios (unas 8,67 ha. por explotación y más del 80 % de empresas menores de 20 ha en Zuid-Ne:derland y 26, 71 ha y alrededor del 40%, respectivamente, en Noord-Nederland) con económicos grandes lo que significa que, en definitiva, se consigue una productividad de la tierra sumamente elevada. En el extremo opuesto, los resultados económicos más moderados corresponden a Nordhein-Westfalen (26.112 ecus), a Bélgica (32.987 ecus) ya Luxemburgo (32.250 ecus), y se obtienen en unas empresas agrarias superficialmente dispares, aunque en conjunto puedan calificarse como medianas.

3. Explotaciones agrarias de tamaño económico medio, tamaño físico grande o medio, y participación muy alta o media de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V.A.B. agric./ V.A.B. total)

alta-media-baja

Proporción relativa de activos agrarios (%)

alta-media-baja

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

grande-media

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

baja - muy baja

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

medio

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

media-baja

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

muy alta-medida

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

alta-media-baja

Participación relativa de las frutas y hortalizas en la P.F.A.

media-baja

REGIONES

Haute Normandie,  Basse Normandie, Lorraine, Franche-Comté, Pays de la Loira, Bretagne, Poiou-Charentes, Midi Pyrénées, Limousin, Auvegne, South West, Wales, Northern Ireland.

Once regiones francesas -que representan más de la mitad de la superficie total del paísy tres del Reino Unido (Wales, South West y Northern Ireland) componen este grupo que, en gran medida, se singulariza por los valores medios que, atendiendo a bastantes aspectos, alcanzan sus explotaciones agrarias en el marco de la comunidad. En términos generales, la carne de bovino y la leche son los productos que más contribuyen al valor total de la producción agraria en este ámbito espacial ocupando los prados, los pastos y los cultivos forrajeros una gran extensión (en particular en Wales y Northern Ireland, en el Reino Unido, y en Auvergne y Limousin, en Francia). A su vez, la mayor base agrícola corresponde a Aquitaine, Poitou-Charentes y Midi-Pyrénées, con una orientación predominante hacia el policultivo. El tamaño físico de estas explotaciones se sitúa en todos los casos por encima de la media europea, oscilando en la mayor parte de las regiones entre 25 y 40 hectáreas de S.A.U. -auque en las británicas se rebasa dicha dimensión-; por su parte, en lo que atañe a los ingresos económicos la posición ocupada es algo inferior.

Los peores resultados económicos dentro de este conjunto se registran en las tierras altas del Macizo Central francés (Limousin, con 13.276 ecus y Auvergne, con 18.773 ecus), en Wales (18.100 ecus) y en Northern Ireland (15.029 ecus), coincidiendo con unas condiciones ecológicas más desfavorables y con un sistema prioritariamente ganadero asentado en el uso extensivo de hierbas y pastos5. Todo ello va asociado a una productividad de la tierra bastante moderada.

4. Explotaciones agrarias de tamaño económico medio o pequeño, tamaño físico medio o pequeño, y participación media-baja-muy baja de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V.A.B. agric./ V.A.B. total)

media-baja

Proporción relativa de activos agrarios (%)

media-baja

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

media-pequeña

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

muy alto -alto-medio

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

medio-pequeño

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

media-baja

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

medida-baja-muy baja

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

alta-media-baja

Participación relativa de las frutas y hortalizas en la P.F.A.

media-baja

REGIONES

 Baden-Württemberg, Bayern, Hessen, Rheinland-Pflaz, Saarland, País Vasco, Navarra, Madrid, Cataluña, Aisace, RhóneAlpes, Languedoc-Rousillon, Piemonte, Liguria, Lombardía, Veneto, Friuli-Venezia-Giulia, Emilia-Romagna, Toscana, Umbria, Marche

Este amplio grupo cubre la mitad meridional de Alemania (Baden-Württemberg, Bayern, Hessen, Rheinland-Plfaz y Saarland), algunas regiones españolas (País Vasco, Cataluña, Madrid y Navarra) parte del este y sureste de Francia (Aisace, Rhóne-Alpes y Languedoc-Rousillon) y el norte de Italia (Piemonte, Liguria, Lombardía, Veneto, Friuli-Venezia-Giulia, Emilia-Romagna), a las que hay que añadir otras como Toscana, Umbría y Marche que, aunque se hallan situadas en el centro de este país, basculan en su organización socioeconómica hacia septentrión. Muchas de ellas son importantes centros industriales en las cuales la agricultura participa débilmente tanto en el empleo como en la economía regional. En todo caso, en el seno de este conjunto existen disparidades, particularmente en los que atañe al tamaño económico de la explotación ya la productividad del trabajo, entre las regiones del norte alemanas, francesas y alguna de la Italia septentrional, como Emilia-Romagnay las del sur, en beneficio de las primeras. Así por ejemplo, el valor añadido bruto por explotación oscila entre los 7.778 ecus de Madrid y los 24.381 ecus de Aisace.

Se diferencian, por un lado, regiones como Madrid, País Vasco, Navarra, Umbría, Marche o Toscana cuyas explotaciones ostentan un tamaño económico pequeño con una dimensión física también pequeña (unas 7-8 hectáreas de S.A.U. por ejemplo en el País Vasco o en las regiones italianas) o más bien media (22,6 ha en Madrid y 19,9 ha en Navarra) y una productividad del trabajo en todos los casos inferior a la de Europa de los Doce; por otro lado, regiones como Alsace, Languedoc-Rousillon y Rhóne-Alpes en las que existe una correlación entre el tamaño físico y económico de las explotaciones, alcanzando ambos valores medios; y, finalmente, otras como las alemanas, Emilia-Romagna y Lombardía que registran también un tamaño económico medio pero en este caso con una dimensión física más bien pequeña.

La participación relativa de la producción vegetal en la final agraria sobresale particularmente en Languedoc-Rousillon, Rheinland-Plfaz, Aisace y Toscana donde los cereales y la vid adquieren un gran protagonismo, así como en Ligura, de orientación hortofrutícola, mientras que la ganadería prevalece en Baden-Württemberg, Bayern, Hessen, Saarland, País Vasco, Madrid, Cataluña y Lombardía. En el resto de las regiones se produce un cierto equilibrio entre ambos tipos de producción.

5. Explotaciones agrarias de tamaño económico pequeño, tamaño físico medio o pequeño, y participación baja o muy baja de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V.A.B. agric./ V.A.B. total)

media-baja

Proporción relativa de activos agrarios (%)

muy alta-media-baja

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

media-pequeña

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

muy alto -alto

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

pequeño

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

media-baja-muy baja

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

baja-muy baja

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

media-baja-muy baja

Participación relativa de las frutas y hortalizas en la P.F.A.

muy alta-alta

REGIONES

Berlín, Baleares, Provence-AlpesCote d' Azur, Lacio, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias, Trentino-Alto Adige, Campania, Abruzzi, Puglia, Basilicata, Calabria, Sicilia

Este grupo se localiza prioritariamente en la Europa mediterránea; concretamente en él se integra parte del litoral levantino español (Comunidad Valenciana y Murcia), así como la Italia continental del sur, a la que se suman una región del norte (Trentino-Alto Adige) y dos del centro de este país (el Lacio y Abruzzi), algunos de los archipiélagos e islas más significativas de la Europa meridional (Canarias, Baleares y Sicilia), Berlín, en el corazón europeo, y una importante región mediterránea francesa, esto es, Provence-Alpes-Cote d'Azur.

Lo primero que se observa es que en todas ellas la participación del subsector agrícola en la producción final agraria es importante (en 1991 oscilaba entre el 93 % de Provence-Alpes-Cote d'Azur y el 63% de Baleares). Aunque usualmente se encierran agriculturas distintas en el interior de cada región, las explotaciones agrarias se hallan orientadas fundamentalmente a la hortofruticultura y de ello deriva que padezcan con intensidad los embates de la comercialización y del mercado. Si bien es cierto que la productividad de la tierra registra en algunos casos valores elevados (Canarias, Campania o Trentino-Alto Adige), el microfundio que todavía subsiste en muchas zonas (por ejemplo, en la agricultura litoral de la Comunidad Valenciana o en el Mezzogiorno italiano donde las explotaciones menores de 20 ha. predominan) impide que los resultados económicos lleguen a alcanzar la media europea6.

Un análisis algo más pormenorizado de este conjunto permite identificar dos subgrupos atendiendo a la importancia del sector agrario en la economía y en el empleo, que puede resultar esclarecedor. El primero de ellos está constituido por Berlín, el Lacio, Baleares y Provence-Alpes-Cóte d'Azur; las dos primeras regiones son importantes zonas urbanas y centros de servicios en las cuales se han desarrollado cinturones de cultivos hortofrutícolas y flores destinados a satisfacer la fuerte demanda interna, mientras que, los segundos, tienen en común el hecho de ser destacadas áreas turísticas. En suma, las cuatro poseen un potente sector terciario que es el que participa más intensamente en la economía y el que ha drenado parte de los activos. De ahí que tanto el porcentaje de población activa agraria, que oscila entre el O, 7 % de Berlín y el 5 % del Lacio, como el valor añadido agrícola, que lo hace entre el 0, 1 % de Berlín y e12, 1 % de Provence-Alpes-Cote d'Azur, adquieran escasa significación.

Por su parte, en el resto de regiones italianas y españolas la contribución del sector agrario al V.A.B. regional, (en torno a14-5 %) así como el empleo que concentra (en la mayoría de ellas con proporciones de110-20 %) alcanzan valores superiores. En este sentido, destaca el importante papel que representa la agricultura particularmente en Puglia, Basilicata y Calabria y también en Murcia (aunque en este último caso la productividad agrícola sea mucho mayor).

6. Explotaciones agrarias de tamaño económico pequeño, tamaño físico medio o pequeño, y participación media o baja de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V.A.B. agric./ V.A.B. total)

muy alta

Proporción relativa de activos agrarios (%)

muy alta-alta

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

media-pequeña

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

muy alto -alto-medio

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

pequeño

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

media-baja

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

media-baja

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

alta-media

Participación relativa de las frutas y hortalizas en la P.F.A.

alta-media

REGIONES

Grecia, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía

Este tipo de explotaciones que, en términos generales, caracterizan a buena parte de España (Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía) y de Grecia se inscriben en un ámbito espacial en el que todavía el sector agrario posee un notorio protagonismo tanto por lo que respecta a la participación de la agricultura en la economía como a la población empleada en ella (el caso extremo en este sentido lo protagoniza Grecia y, dentro de esta, Kriti y Thessalia). La dimensión física media de las empresas agrarias rebasa generalmente a la del conjunto de la Comunidad; la excepción la protagonizan La Rioja y, sobre todo, el territorio griego cuyas unidades de producción usualmente son inferiores a 20 hectáreas. Sobre esta base estructural se organiza una gama productiva heterogénea ya que estas regiones encierran grandes contrastes en su interior. Ahora bien, hay que decir que, consideradas globalmente, se decantan decididamente hacia la producción agrícola siendo los cultivos herbáceos, y en particular los cereales, los que ostentan, a grandes rasgos, el protagonismo superficial. El carácter extensivo y los bajos rendimientos de muchas de estas explotaciones agrarias en comparación al resto de la Unión Europea -relacionados en alto grado con la aleatoriedad de las cosechas que impera bajo el dominio mediterráneo se plasman en una baja productividad de la tierra, la cual se revela sobre todo en Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura. Esta contrasta con una productividad del trabajo algo más elevada, debido al fuerte éxodo rural y también a la acusada mecanización de los cultivos de estas zonas. La mayor productividad de la tierra en el seno de este grupo se registra en La Rioja, gracias a la intensificación del sistema de cultivo por el regadío ya la importante participación de la vid en la P.F.A.

En suma, todos estos factores se combinan dando como resultado que el tamaño económico medio de las explotaciones de estas regiones sea mediocre, sobre todo si se coteja con el del conjunto de la Europa Comunitaria; los 8.550 ecus de Extremadura, los 9.040 ecus de Aragón, los 9.430 ecus de Castilla-La Mancha, los 10.980 ecus de Andalucía y los 13.520 ecus de la Rioja, frente a los aproximadamente 14.670 ecus europeos, sirven para ratificarlo.

7. Tamaño económico pequeño o muy pequeño, tamaño físico medio o pequeño y participación muy alta o media de la producción animal en la producción final agraria

Participación de la agricultura en la economía

regional (V.A.B. agric./ V.A.B. total)

muy alta -alta-media

Proporción relativa de activos agrarios (%)

muy alta-alta

Dimensión física media de la explotación (ha

de S.A.U. por explotación)

media-pequeña

Porcentaje del número de explotaciones

menores de 20 ha

muy alto -alto-medio

Tamaño económico medio de la explotación

(ecus por explotación)

pequeño-muy pequeño

Productividad del trabajo (V.A.B. por U.T.A.)

baja-muy baja

Participación relativa de la producción animal

P.F.A. (%)

muy alta-media

Participación relativa de los cereales en la

en la P.F.A. (%)

media-baja-muy baja

Participación relativa de las frutas y hortalizas en la P.F.A.

media-baja

REGIONES

Galicia, Asturias, Cantabria, CastillaLeón, Irlanda, Valle d'Aosta, Molise, Sardegna, Portugal

Aunque cabría hacer matizaciones al respecto, las regiones que integran este grupo (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Irlanda, Valle d'Aosta, Molise, Sardegna y Portugal) sobresalen fuertemente en el seno de la Comunidad por la insuficiencia dimensional de sus explotaciones agrarias tanto física como econÓmicamente, por la baja productividad del trabajo y por el destacado papel de la ganadería -prioritariamente del vacunoen su estructura productiva (la mayor participación agrícola se da en Molise, Sardegna y Portugal).

Como es comprensible, con el handicap estructural que supone el pequeño tamaño físico de las empresas y los bajos rendimientos que en ellas se registran, difícilmente pueden obtenerse unos resultados económicos satisfactorios (el valor añadido bruto por explotación más mediocre corresponde a Portugal, con 3.391 ecus, y el mejor a Irlanda, con 13.167 ecus, situándose ambos por debajo de la media comunitaria). Hay que tener presente que se trata de zonas desfavorecidas y en muchos casos con limitaciones topográficas que conducen al dominio de una agricultura de montaña.

Un ámbito espacial claramente representativo de este grupo es la cornisa cantábrica española. En Galicia, Asturias y Cantabria la S.A.U. media por explotación oscila en torno a las 4-6 hectáreas, y las empresas menores de 20 hectáreas representan más del 95 % del número total; la productividad del trabajo es inferior en un 54 % e incluso en un 83 % a la media comunitaria y el valor añadido bruto por explotación está comprendido entre los 5.075 y los 7.179 ecus (lo que significa que es un 65-51 % menor a la media europea). Como es sabido, el marco natural está dominado esencialmente por un relieve accidentado y por los caracteres del clima oceánico que, al igual que sucede por ejemplo en Irlanda, contribuye a la acidificación de los suelos propiciando la proliferación de prados y pastizal es y, a la postre, la vocación ganadera del territorio, con una orientación hacia el bovino, fundamentalmente de leche (la participación de la producción animal en la final agraria rebasa el 90 % en Cantabria y el 75 % en Galicia y Asturias). A su vez, en el extremo noroccidental de Italia se localiza el valle d'Aosta, una región fuertemente montañosa con un clima alpino de inviernos rigurosos, que cuenta con unas explotaciones agrarias muy similares a las españolas citadas, al menos en lo que al tamaño económico ya la productividad del trabajo se refiere (unos 5.222 ecus y un V.A.B. por U.T.A. de casi 55 sobre la base 100 establecida para el conjunto de Europa).

Algunas regiones poseen unos rasgos propios muy marcados que hacen difícil su adscripción a uno u otro grupo; tal es el caso de Scotland, Corse, ChampagneArdenne y West Nederland.

CONSIDERACIONES FINALES

Nos hemos aproximado a la diversidad que encierra el espacio agrario de la Unión Europea a través del análisis de sus explotaciones. Con este motivo, se ha establecido una tipología que ha permitido resumir sintéticamente una gran variedad de datos estadísticos y, al hacerlo, realizar la abstracción de una realidad compleja en la que, como es conocido, intervienen numerosos factores con un alto grado de interferencia o interrelación. En suma, se ha creado un marco de referencia esquemático que, por su claridad, puede servir de punto de partida para reflexiones posteriores. De ahí que, aunque evidentemente subsisten peculiaridades en el interior de cada grupo perfilado y aun dentro de cada región, el interés de esta tipología no se atenúa si se tienen en cuenta los objetivos perseguidos.

El último mapa presentado ha dejado en resalte los fuertes contrastes que todavía existen entre en el norte y el sur de la Unión Europea, en lo que se refiere a los caracteres de sus explotaciones agrarias. En términos generales, las condiciones más desfavorables corresponden al segundo ámbito espacial, merced al medio natural (sequedad estival propia del clima mediterráneo, topografía más accidentada si se compara con las vastas llanuras sedimentarias septentrionales, importantes riesgos de erosión, etc.) y, sobre todo, a unas estructuras productivas en muchos casos arcaicas. En todo caso, se percibe con facilidad que esa disparidad es acorde también con el grado de desarrollo alcanzado y con la situación de cada país dentro del proceso económico general.

Los desajustes expresados en términos económicos son manifiestos; las combinaciones resultantes entre las variables manejadas indican, como cabía esperar, que los beneficios económicos pueden obtenerse con modelos distintos de explotación (sobre la base de grandes superficies -de lo cual son paradigma las regiones de la Cuenca de París y del sureste de Inglaterra-, con productos de alto valor añadido e independencia relativa de la tierra gracias a los invernaderos -como sucede por ejemplo en el oeste de los Países Bajos-, mediante modernos y tecnificados sistemas de explotación ganaderos de carácter industrial -tales como los que imperan en el norte y sur de los Países Bajos, en Bélgica o en Dinamarca-, etc.). Ahora bien, no hay que olvidar que el panorama agrario de la Unión Europea -que va cambiando al hilo de la normativa establecida por la Política Agrícola Comunitaria (P.A.C.).se ha trastocado fuertemente tras su reforma de 1992, al primar no ya el incremento de la producción sino aspectos como la extensificación o la reducción de los costes de explotación. Por ello, y como es comprensible, el llevar a cabo un seguimiento de las repercusiones territoriales de todas las medidas adoptadas en el marco de la P .A.C. reviste un gran interés.

Aun con todo, a la luz de los resultados obtenidos, se observa que el futuro se presenta francamente incierto para muchas de las explotaciones agrarias portuguesas, italianas (sobre todo del valle d'Aosta y Molise), españolas (fundamentalmente de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla-León) e irlandesas, las cuales difícilmente van a poder sobrevivir en un mercado que, máxime tras los acuerdos del GATT y las nuevas tendencias de la política estadounidense, se revela cada vez más competitivo y agresivo.

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NOTAS

1. Lamentablemente no se ha podido disponer de datos al respecto sobre las regiones portuguesas ni sobre las griegas.

2. KOSTROWICKI, J. (1966) "Tipología geográfica de la agricultura mundial. Principios y métodos". Conferencia Regional Latinoamericana, V. 11, pp. 793-807; ZUKOVSKAJA, M (1967) "Application of multifactor analysis in the identification and classification of agricul!ure regions", Papers of the Regional 8cience Association, vol 20, págs. 55-62; ARNAL MONREAL, M. (1977) Estructuras y tipologias agricolas en la provincia de Zaragoza; BONNAMOUR, J. & GILLETTE, Ch. (1980) Les types d'agriculture en France. 1970. Essai methodologuique; KOSTROWICKI, J. (1984) Types of agriculture map of Europe. E. 1: 2.500.000'; KOSTROWICKI, J.& SZYRMER, J. (1990) Guide de la typologie agricole.

3. Con el fin de conseguir unos ámbitos espaciales algo más homogéneos en cuanto a tamaño, se ha utilizado en el caso de Alemania y de los Países Bajos la Nomenclatura de Unidades Territoriales Estadísticas (NUTS) de nivel 1, esto es, las regiones de base (denominadas lander en el primer país y landsdelen en el segundo). En España la división administrativa escogida equivale a las comunidades autónomas, en Francia a las régions + DOM y en Italia a las regioni. Hay que aclarar también que, oficialmente, Irlanda, el Gran Ducado de Luxemburgo y Dinamarca son considerados como unidades territoriales de nivel 1 y 2. A su vez, los vacíos existentes en la disponibilidad de datos estadísticos ha obligado, por ejemplo, a utilizar el nivel 1 en vez del 2 en el Reino Unido, a considerar en muchos casos a Grecia, Portugal y Bélgica como una sola región ya prescindir de algunos enclaves como Brernen, Hamburg, Ceuta y Melilla; tampoco se han podido encontrar datos disponibles sobre los Lander alemanes orientales, ni sobre los nuevos estados miembros de la Unión Europea (Suecia, Finlandia y Austria).

4. Se han marcado en cursiva los calificativos que son claramente predominantes dentro de un grupo, lo que significa que, en este caso, aunque existen regiones con explotaciones agrarias de tamaño económico grande predominan indiscutiblemente en número las que poseen explotaciones de tamaño muy grande.

5. Es conocido que, parla que atañe al ganado bovino, en Francia se distinguen con claridad, por un lado, explotaciones orientadas fundamentalmente hacia la producción de carne que se sustentan en el uso extensivo de las hierbas y pastos (localizadas sobre todo en el Macizo Central francés y en el este del país) y, por otro lado, explotaciones cuyo principal destino es la leche, que reposan sobre cultivos forrajeros y praderas artificiales (modelo bretón).

6. En cualquier caso, como es fácil de adivinar, el mayor valor añadido bruto de los productos hortofrutícolas explica que habitualmente no se lleguen a registrar unos resultados económicos tan débiles como los obtenidos en otras regiones de explotaciones también superficialmente pequeñas pero con una orientación muy diferente, tal y como sucede por ejemplo en las eminentemente ganaderas, Asturias o Cantabria. Por otra parte, se constata que la explotación media de Trentino-Alto Adige, y sobre todo de Provence-Alpes-Cote d'Azur, supera usualmente el promedio económico comunitario.