Lurralde inves. esp.

21 (1998)

p. 229-252

ISSN 1697-3070

 

 ARTALDE (1986-1992):

APUESTA FALLIDA POR SOLUCIONAR LA PROBLEMATICA RURAL DE VALDEREJO (ALAVA) POR MEDIO DEL COOPERATIVISMO

 

 Recibido: 1998-09-01

 

© Jesús María GARAYO URRUELA

LABURPENA

ARTALDEK (1986-1992) egindako plana porrot egin zuen Valderejoren (Araba) nekazal arazoak lankidegoaren zela medioz konpontzeko

ARTALDE lankidegoa, 1986ko martxoan Valderejon (Araba. Euskal Herria) izan zen sortua, goi arriskuko postura tekniko batek, perspektiva emankor batetik izan zen. Itomen ekonomikoa eta lan-baldintz gogorrak eta lehenago etapan ezinbestekoak eta faktore batzuen eskusartzea, batzuk bilatuta, hitzarmenen arazoa CDTI-rekin eta beste kasu batzuk, otsoaren erasoak bezalaxe, proiektua etorkizun problematiko batean lankideago bihurtu zuten. Azkenean, 1992ko martxoan itxidurarekin amaitu zen.

Hitz gakoa: Nekazal lankidegoa / Landa garapena / Mendiko baserrrialdeak

RESUMEN

La cooperativa ARTALDE, constituida en el Valderejo (Alava. País Vasco) en marzo de 1986, constituyó una apuesta técnica de alto riesgo desde una perspectiva productiva. El ahogo económico y las duras condiciones laborales y vitales de la etapa inicial y la intervención de factores varios, unos buscados, caso de los contratos con el CDTI, y otros fortuitos como los ataques del lobo, convirtieron a la cooperativa en un proyecto de problemático futuro, culminado con el cierre en marzo de 1992.

Palabras clave: Cooperativismo agrario / Desarrollo rural / Zonas de montaña

SUMMARY

ARTALDE (1986-1992): frustrated proyect to alleviate the rural problems in Valderejo (Álava) through and agricultural cooperative

The ARTALDE cooperative project founded in Valderejo (Álava, Basque Country) in March 1986, was a high risk technical option from a productive perspective. The economical crisis and the hard working and living conditions of the initial period and several other factors, some of them seeked, such as the contracts with the CDTI, and other accidental such as wolf attacks, complicated the cooperative project which was abandonned in March 1992

Key words: Agricultural cooperative, rural developement, mountain areas

 

 

0. INTRODUCCION

Valderejo, situado en el extremo más occidental de Alava, forma un pequeño valle de 3,5 km2 de extensión, compuesto por los pueblos de Lahoz, La Lastra, Ribera y Villamardones, encontrándose estos dos últimos abandonados

El valle de Valderejo reúne unas condiciones altitudinales (997 m de altitud media y 600 m de diferencia entre las cotas extremas), orográficas (el 60 por ciento del territorio con pendientes superiores al 20 por ciento) y climatológicas (rigor invernal, sequía estival,...), que repercuten en el acortamiento del ciclo biológico de los cultivos y entraña una elevación de los costes de producción agraria. El territorio valderejino, por situación altitudinal, accidentada orografía y prolongación y dureza invernales combinada con sequías estivales, se inscribe dentro de las zonas rurales vascas de montaña1

Valderejo mantuvo la estabilidad demográfica y social mientras los cambios e influencias provenientes de la sociedad global discurrieron por un ritmo lento y se circunscribieron a una débil intensidad, lo que le concedía un amplio margen de tiempo para incorporarlos y asimilarlos. La etapa de crecimiento económico abierta en España por el Plan de Estabilización (1959) entrañó una rápida e intensa reestructuración productiva que introdujo importantes cambios en la eficiencia y productividad económicas y terminó por alterar los equilibrios interregionales e interterritorriales existentes, desencadenando la aceleración del ritmo y la profundidad de los cambios económicos socioeconómicos experimentados por la sociedad española. La comunidad rural valderejina reunía unas condiciones naturales, unas estructuras sociales de producción agraria y, en definitiva, unas potencialidades y una flexibilidad de adaptación que, en el marco de la expansión económica de los años sesenta, se convirtieron en escasamente competitivas con otros territorios. Valderejo se adentró en un profundo proceso de desvertebración socioeconómica, culminado con la desmembración del modelo tradicional de explotación agraria y de gestión del territorio y con el desmantelamiento de la infraestructura social, es decir, de la organización político-administrativa, los servicios sociales, los equipamientos (escuelas,...) que, conforme a su volumen demográfico, se había dotado en el proceso histórico

La desarticulación socioeconómica experimentada por Valderejo a raíz de los años sesenta introdujo un duro reajuste en el equilibrio entre efectivos humanos y recursos disponibles y potenciales, que ha desembocado en la configuración de una nueva sociedad rural valderejina, marcada por una baja densidad poblacional y la desvitalización demográfica. La densidad demográfica del valle alcanzó unos valores alarmantes: en 1970, 1,4 hab/km2 y en 1986, 0,8 hab/km2. La tasa de densidad demográfica de Valderejo resultaba muy baja y estaba por debajo de las tasas alcanzadas en esos años por la comarca de Valles Alaveses o el municipio de Valdegobia, que, con 5-6 y 3,1-3,3 hab/km2 ocupaban respectivamente los puestos últimos del territorio alavés en cuanto a densidad de población por comarcas y municipios (GALDOS, 1990:71; EUSTAT, 1993; GARAYO, 1997 b y 1998)

El aumento del tamaño de las explotaciones agrarias, que, de forma espontánea, se ha producido en otras zonas rurales dedicadas a cultivos extensivos al labrar los que quedaron en el pueblo las tierras de los que emigraron, se ha producido en muy poca escala en Valderejo. La tierra de los emigrantes pasó en su mayor parte por medio de ventas a manos de propietarios foráneos al valle y constituyó la base territorial de las empresas agrarias, ganaderas preferentemente, creadas por estas últimas

 

Así, el Secretariado Diocesano de Acción Social puso en funcionamiento una granja (1958-1960) en Villamardones. Explotaciones UGARAN creó una explotación ganadera-forestal (1963-1969) en Ribera. UGAVALSA, tras adquirir las propiedades de las empresas citadas y comprar otras, montó una gran empresa ganadera (1970-1986). El valle estuvo formado hasta los años sesenta de este siglo por pequeñas y algunas medianas explotaciones agrarias de carácter campesino. A partir de los setenta, la estructura agraria del valle ha estado compuesta, por un lado, por una empresa agraria con 553 has de extensión en coto redondo, con sede en Lahoz, y, por otro, por un reducido grupo de pequeño-medianas explotaciones agrarias familiares, localizadas mayoritariamente en La Lastra

El ajuste estructural, producido de forma espontánea en la sociedad y economía valderejinas desde los años sesenta, apuntaba una serie de problemas en orden a mantener en el territorio un tejido económico y social mínimos para, de ese modo, alcanzar cierta estabilidad demográfica y, a la vez, garantizar la conservación del medio natural y de los paisajes valderejinos. En el segundo quinquenio de la década de los ochenta, las administraciones vascas tomaron conciencia de la necesidad de intervenir para evitar consecuencias irreparables o no deseadas. Las Administraciones Autonómica y Foral, con el apoyo a la cooperativa ARTALDE, persiguieron la revitalización del valle de forma indirecta2. Las siguientes páginas están dedicadas a analizar los procesos de constitución, funcionamiento y desaparición de la cooperativa ARTALDE.

 

1. CONSTITUCION DE LA COOPERATIVA ARTALDE

La constitución de ARTALDE ocurrió en La Hoz el 19 de marzo de 1986. Los cuatro promotores de la misma suscribieron a partes iguales el capital social, que ascendió inicialmente a cuatro millones, y desembolsaron, en esa fecha, el 25% de la aportación, es decir, doscientas cincuenta mil pesetas cada uno. La cooperativa registrada con el nombre de “ARTALDE, S.COOP.LTDA.” fue inscrita en el Registro de Sociedades Cooperativas de Euskadi el once de abril de 1986 como cooperativa de Trabajo Asociado y se le asignó el número de inscripción VI-73. Con anterioridad, por Resolución con fecha de 17 de marzo, la Delegación Territorial del Departamento de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social había calificado favorablemente el proyecto de Estatutos Sociales y la documentación restante que completaba el expediente

ARTALDE nació como resultado de una serie de circunstancias coincidentes. EROSKI compró los terrenos. La cooperativa, sin embargo, puso la actividad, adquirió los pabellones, la maquinaria y el ganado y rehabilitó o acondicionó diversas viviendas con destino al asentamiento de los socios y trabajadores. Además, la cooperativa se comprometió a la gestión y ejecución de un proyecto elaborado y diseñado por el Departamento Agroalimentario de Caja Laboral. Esta entidad bancaria, por otro lado, adelantó en forma de créditos los medios financieros, con los que contó la cooperativa. La Caja Laboral, a través de su Departamento Agroalimentario, ejerció la supervisión y control tanto técnico como financiero de la marcha del proyecto

Los estudios de viabilidad realizados por el Dpto. Agroalimentario de Caja Laboral con motivo de la creación de la cooperativa aportaban unos resultados muy ajustados. La Caja Laboral, en este contexto, era partidaria de abandonar el proyecto que, sin embargo, salió adelante por la decidida apuesta de EROSKI por el mismo

“El Sector primario no es que ofreciese muchas ventajas. Los números salían muy raspados. Caja Laboral parecía que no iba a tomar parte en el asunto. Eroski dice que se tiene que seguir adelante y se sigue adelante, tomando riesgos al 50% entre Caja Laboral y Eroski” (EV.8)3

“Era interesante hacer la prueba porque no hay ningún proyecto que no tenga un riesgo y creímos que merecía la pena correr ese riesgo aunque era muy difícil. Las personas, si estaban bien dirigidas, podrían darnos una salida satisfactoria” (EV.9)

Los problemas y riesgos económicos del proyecto se pensaba que podían ser minimizados o, al menos, contrarrestados por medio de recursos humanos convenientemente dirigidos, lo que desembocó en una supervisión y control continuados sobre la marcha de la cooperativa por parte del Departamento Agroalimentario de Caja Laboral

EROSKI consideró la explotación puesta en venta por UGAVALSA en Valderejo como una oportunidad para hacerse con una propiedad agrícola de 500 has de extensión en cuanto base para desarrollar una experiencia cooperativa en producciones ganaderas en una zona alejada y deprimida, pero dotada de singulares recursos naturalísticos. EROSKI, con ello perseguía tener por medio de una cooperativa cercana una experiencia directa en el sector ganadero ovino que le permitiera conocer las interioridades del mismo en temas como selección, alimentación, etc. y, de este modo, mejorar el control de la calidad de los productos ganaderos. EROSKI, por entonces, participaba en una experiencia similar en el sector ganadero de producción porcina. La intervención de EROSKI se canalizaba a través de la cooperativa de segundo grado “ARTXA Soc.Coop”4. El sector agrario vasco era previsible que experimentase cierta transformación con la adhesión de España a la CEE y, por ello, EROSKI consideró conveniente sondear las posibilidades de negocio generadas con tal motivo dentro del sector ganadero de la producción láctea ovina al que se le auguraban inmejorables perspectivas de crecimiento

UGAVALSA, en noviembre de 1986, percibió por la venta de propiedades y bienes radicados en Valderejo 143 millones de pesetas. EROSKI compró las tierras, por aproximadamente cien millones de pesetas mientras ARTALDE adquirió con el pago de la cantidad restante las instalaciones, maquinaria y cabaña ganadera de la empresa referida. Los propietarios de UGAVALSA prosiguieron con la gestión de la propiedad durante aproximadamente medio año por lo que el traspaso efectivo de la misma no se realizó hasta la primavera de 1987. La constitución de Artalde sucedió en la primavera de 1986, es decir, un año antes. Este dato parece indicar la existencia de una opción de compra de EROSKI por la finca de UGAVALSA, materializada, sin embargo en otoño cuando, a la vista de los estudios de viabilidad, la cooperativa vasca de distribución alimentaria decidió seguir adelante con el proyecto

La adquisición por EROSKI de la propiedad agraria de UGAVALSA en Valderejo representó la entrada en el valle de una de las más importantes empresas del País Vasco5. Las empresas intervinientes hasta entonces en Valderejo habían consistido en empresas constructoras o de distribución con un ámbito preferentemente provincial y de dimensiones pequeño-medianas. EROSKI, en cambio, era una empresa cooperativa vasca que, tras PRYCA, CONTINENTE y ALCAMPO, se encuentra entre las cuatro primeras empresas estatales del sector de la distribución alimentaria en cuanto a volumen de negocio

El acceso a la propiedad de los terrenos ocupados por UGAVALSA abría la puerta al control del ochenta por ciento de la tierra cultivada de un valle como Valderejo. Al inicio de los años ochenta, el valle se encontraba ya en el punto de mira de la administración. En el caso de actuaciones públicas sobre el espacio valderejino, este control de tan importante patrimonio territorial resultaba fundamental. Por ello, no resulta descabellado pensar que la entrada de Eroski en Valderejo contó con el beneplácito de las Administraciones Vascas

 

2. OBJETIVO: SOLUCION COOPERATIVA A LOS PROBLEMAS AGRARIOS VALDEREJINOS

El ámbito concreto de actuación de ARTALDE radicó en Valderejo. La actuación, sin embargo, tuvo inicialmente una proyección espacial mayor. Los promotores consideraron la cooperativa una experiencia con vocación de transformarse en ejemplar para el sector agrario del municipio de Valdegobía, en donde, como, en la mayor parte de las zonas rurales vasca, faltaba y falta una reflexión conjunta de las ventajas reportadas por la acción común orientada a la consecución de metas conjuntamente compartidas

La agricultura valderejina, como la de Valdegobía, caracterizada por importantes déficit estructurales y especializada en cultivos excedentarios en los mercados comunitarios europeos, presentaba un futuro difícil que, en cierto modo, se proponía reconducir y mejorar mediante la cooperación, la intensificación de las producciones ganaderas y la diversificación económica por medio de la terciarización de la economía de las explotaciones agrarias

“En el tema agrícola, el valle estaba abocado a nada y, si se hace algo, tendría que ser en función de la cooperación o de algunas asociaciones o, sino desviar las atenciones del valle al agroturismo y al tema de ocio. Prácticamente, no tenemos otra cosa. Podemos hacer agricultura, ganadería y vender naturaleza. (...). Se hace agricultura, puede ser más ganadero que lo que es y el resto sería vender naturaleza, que es lo que tenemos de una forma casi radiante” (EV.8)

ARTALDE, inicialmente, al menos apostó por el medio rural valderejino y proyectó instalar un grupo de cuatro o cinco familias que contribuyesen a dar cierta vida a un área desvitalizada en lo demográfico y deprimida en lo económico

“La pretensión, en un principio, era haber instalado cuatro o cinco familias, cumpliendo los choques de trabajo más fuertes del año con gente eventual. Las cuatro o cinco familias podían haber llevado la dirección, haber cubierto las necesidades de la zona y las socialmente familiares, es decir, hijos, escuela, médico y demás, creando un grupo de viviendas (adecentar cuatro casas) en La Lastra. Al surgir ese núcleo, surgía el poder vivir lo menos mal posible en la zona” (EV.8)

La dureza de condiciones de vida trataba de ser superada al menos en parte en la creación de un grupo de familias instaladas en el valle a partir de la constitución de la cooperativa. El modelo de acción cooperativa trascendía el terreno económico de las producciones agrarias para abarcar el ámbito social y abordar las necesidades y problemas sociales del medio rural valderejino desde el espíritu y principios cooperativos

Buena parte de los socios de la cooperativa de trabajo asociado y del personal empleado en la misma eran neo-rurales, es decir, jóvenes de procedencia urbana y con formación preferentemente media e, incluso, alta que han optado y apostado por vivir en el medio rural (SANCLIMENS, GANYET y CAMPILLO, 1986: 25). Los vecinos y los neo-rurales establecieron entre sí unas relaciones sociales estrechas, propias de los pueblos pequeños

“Llegamos a unos niveles majos de contacto. No creo que nunca la Junta de Valderejo se comprometió con la cooperativa para que los socios de la misma fuesen reconocidos como vecinos. Hubo pequeños detalles: por ejemplo, se nos concedió la llave del txoko como unos más. En el tema de foguera, parece que había recelos, en el tema de aguas, había también problemas. En los asuntos propios del Gobierno de la Junta Administrativa, había mucho recelo de dar a conocer y dar a participar. En esto, igual a otros pueblos” (EV.8)

La normalidad en las relaciones sociales interpersonales entabladas entre vecinos contrastaba con la aparición de recelos en la esfera de lo público y de la gestión de los recursos patrimoniales de la junta administrativa valderejina que, posiblemente, de haber salido adelante la cooperativa y, por tanto, haberse prolongado la estancia de los neo-rurales en el valle, hubieran terminado por diluirse y desaparecer

La experiencia común de desarrollo más completo de un grupo de familias fue, sin embargo, quedando en un segundo plano en la medida que los problemas se multiplicaron en la dimensión empresarial de la cooperativa. La dimensión económica y empresarial constituía el objetivo principal y primario de Artalde. Los objetivos sociales cumplían un papel secundario y supeditado al cumplimiento y buena marcha de los primeros. La intervención mediatizadora de la Caja Laboral y la mala evolución de los objetivos económicos imposibilitaron poder consolidar el compromiso de instalar familias en el medio rural con un funcionamiento y desarrollo social bajo moldes cooperativos

El aumento de las dificultades y pérdidas económicas se tradujo, entre otras consecuencias, en la rescisión del contrato a dos de los empleados de la cooperativa instalados en Valderejo con su familia y con idea de asentarse en forma más o menos permanente en el valle

 

3. COOPERATIVA DE BASE SOCIAL HETEROGENEA

ARTALDE, S.COOP.LTDA tuvo dos tipos de socios: socios trabajadores y socios institucionales. La cooperativa, a lo largo de su funcionamiento, llegó a tener un número máximo de seis socios trabajadores, cada uno de los cuales desembolsó un millón de pesetas. Los socios colaboradores fueron más y, con aportaciones desiguales de capital, participaron en ARTALDE diferentes empresas de la división financiera, agro-alimentaria y de la distribución integradas en la Mondragón Corporación Cooperativa (MCC): EROSKI, CAJA LABORAL POPULAR y EREIN, que agrupa a las cooperativas que operan en el sector agroalimentario6. EROSKI, además de las aportaciones de capital en cuanto socio colaborador, aportó a la experiencia ARTALDE la tierra o base física que le hizo posible. La cooperativa, a lo largo de los cinco años de funcionamiento, desembolsó anualmente por este concepto a EROSKI en torno a los tres millones de pesetas

ARTALDE proyectó instalar en Valderejo un número de empleos de cierta entidad, que contribuyese a dinamizar el valle. La generación prevista de empleo por ARTALDE ascendía a 10 puestos de trabajo: un director gerente, un administrador, dos encargados de grupo (uno de vacuno y otro de ovino) y seis operarios (cinco en ovino y uno en vacuno). La incorporación del personal pensaba realizarse de forma progresiva en la medida que la cabaña ganadera de la explotación fuese en aumento de modo que la plantilla estuviese cubierta para el año 1990 (ARTALDE, 1986: 20-21). La atención continuada, que requiere el cuidado de animales, determinaba la necesidad de que el personal de la cooperativa viviera en el valle. Los empleos previstos se consideraban ajustados para organizar el cuidado del ganado mediante el establecimiento de turnos en fiestas, vacaciones y bajas. El empleo generado por la cooperativa se mantuvo en los parámetros señalados al inicio y final de la experiencia pero, en torno a los años 88-90, con la incorporación de la apicultura al proyecto técnico de producción y la firma de los contratos de I+D con el CDTI, ARTALDE llegó hasta emplear de quince a veinte personas entre socios trabajadores, personal eventual, trabajadores autónomos y becarios

 

Los socios trabajadores y personal contratado de ARTALDE tenían procedencia geográfica y trayectoria personales diversas. En concreto de los seis primeros empleados de la cooperativa, tres provenían del pueblo alavés de Llodio, dos del propio valle de Valderejo, concretamente, de Lahoz y el otro de Arroyo, pueblo burgalés el municipio de San Zadornil lindante con Valderejo. La cooperativa unió en un proyecto común a personas que, previamente y en conjunto, no habían mantenido unas relaciones sociales estrechas y constantes en el tiempo en el marco de experiencias vitales comunes. ARTALDE tuvo, por ello en su origen, un componente ficticio alto en lo que respecta al equipo humano, que, integrado por personas procedentes de distintos lugares del País Vasco no poseía experiencia vitales previas comunes al conjunto de los mismos:

“Todo empieza ficticiamente. Existía un terreno que se vendía y, ficticiamente, se empieza a crear la cooperativa sin la necesidad, es decir, no existían las personas atrapadas por una necesidad vital para desarrollar esa cooperativa sino que empiezan unas personas que ven una posibilidad, empiezan a desarrollar una cooperativa de trabajo asociado en un sitio que se vende y que puede ser posible desarrollar para las ayudas de la administración y demás” (EV.8)

 La situación de la cooperativa, desde su arranque, presentó, por tanto, y en lo que respecta al equipo humano, un déficit y vacío sociales evidentes:

“La situación de la cooperativa era discutible. No había una idea de que aquello iba a ser el medio de desarrollo vital de la persona y familias que estabamos allí: No se había conseguido todavía ese núcleo necesario común (...) de modo que se empezase a hacer de aquello algo propio y (se) pelease en pro de ese beneficio común para sacar adelante su propia vida” (EV.8)

La cooperativa, por tanto, adoleció desde el principio de la falta de un núcleo humano con proyectos, aspiraciones y apuestas surgidas en el marco de experiencias vitales comunes. ARTALDE integró a personas de procedencia geográfica diversa y metas distintas en un proyecto común fundamentalmente económico más que social

El Departamento Agroalimentario de Caja Laboral ejerció en forma continua y directa la supervisión financiera y el control técnico de las actividades desarrolladas por ARTALDE. La cooperativa, por esta prestación de servicios de asesoramiento, ingresaba a Caja Laboral cada año una cantidad algo superior a los tres millones de pesetas. La directa y continuada intervención del Departamento Agroalimentario de la Caja Laboral en la vida interna de la cooperativa obstaculizó la integración, el rodaje y el despegue del equipo humano comprometido en la experiencia cooperativa de ARTALDE

“Solo, hacía falta unos empujes direccionales, unos empujes técnicos, unos empujes de iniciación pero nada más. El resto sería dejar a esas familias que apostasen por el tema, dejarles rodar, que es lo que no ocurrió nunca” (EV-8)

La formación de un grupo cooperativo con los socios trabajadores y, personal empleado en ARTALDE no llegó a producirse. La mediatización externa inicial se acrecentó en la puesta a punto y ejecución de la experiencia en la medida que la marcha de la cooperativa tomó unos derroteros económicos comprometidos y las pérdidas económicas se acrecentaron y consolidaron. La constitución de un grupo cooperativo con funcionamiento autónomo sobre el medio rural valderejino no llegó, por tanto, ni a plantearse

 

4. CONTINUOS CAMBIOS EN LA GESTION TECNICA DE LA EXPLOTACION

 ARTALDE aspiró a poner en marcha formas ganaderas de explotación adaptadas al medio natural de la zona como punto de partida y referencia obligadas en el establecimiento de alternativas a la situación de recursos productivos ociosos o con un uso marginal y de regresión socioeconómica. El proyecto empresarial de ARTALDE tenía una orientación productiva predominantemente ganadera completada con el lógico desarrollo de cultivos agrícolas destinados a la alimentación animal con productos en verde. Las producciones animales puestas en marcha consistieron en ovino de leche, vacuno de carne y apicultura

El proyecto técnico inicial de la cooperativa ARTALDE consistió, sin embargo, en la creación de un centro de producción de leche de ovino y, con carácter secundario, de carne de vacuno y alfalfa. El ganado vacuno, en el proyecto técnico inicial de ARTALDE, se consideraba una producción complementaria a la de ovino con el fin de sacar un aprovechamiento óptimo de los pastos. El plan era reducir el rebaño de vacas-madres, provenientes de UGAVALSA, a otro de 40 con una producción anual calculada en 35 terneros y vender las restantes para vida (ARTALDE, 1986: 8). Con el objetivo de conseguir un tipo de ganado más rústico, adaptado a un sistema extensivo de pastos y con mejores canales, se proyectaba realizar cruces por absorción de toros de raza pirenaica con las vacas madre pardo-alpinas austríacas

El plan en ovino consistía en alcanzar una cabaña de 2.400 ovejas-madre a partir del rebaño procedente de UGAVALSA (400 ovejas) con compras a diferentes explotaciones agrarias. Una vez constituido el rebaño con 2.400 ovejas, que se proyectaba alcanzar en 1990, la recría por reposición estaba destinada a sustituir al ganado retirado por desvieje. El manejo previsto del rebaño presentaba aspectos innovadores como el destete a las veinticuatro horas y alimentación de los corderos con leche artificial, distribución de los partos a lo largo de todo el año mediante la organización del rebaño en lotes y la utilización de la inseminación como técnica de reproducción. Parte de las ovejas-madres eran inseminadas en la fase de celo natural detectado por moruecos vasectomizados provistos de arneses marcadores y la otra parte por medio de celo inducido mediante tratamientos hormonales sobre la base de esponjas vaginales e inyección de PMSG. ARTALDE nació, por tanto, con la idea de convertirse en una explotación modélica y técnicamente avanzada por lo que respecta a los sistemas de manejo del rebaño, mejora de los pastizales, desarrollo del potencial genético de la oveja lacha y suministro de materia prima a la industria transformadora en condiciones óptimas de coste y calidad. El proyecto perseguía abordar, por tanto, los principales problemas o retos que la producción lechera ovina del País Vasco tenía planteados a mediados de los ochenta como eran las condiciones de vida del pastor, la mejora genética, la transformación de los pastizales y la calidad del producto alimentario final

El proyecto técnico-productivo de ARTALDE, consistente en una especialización en la actividad de ovino de leche, era muy distinto al de UGAVALSA, basado en vacuno de carne. Ello entrañó un elevado nivel de inversiones para afrontar la transformación del medio en el que la cooperativa iba a desarrollar la actividad productiva y, también, para adquirir el ganado. Las instalaciones existentes bastaban para el manejo adecuado de las vacas pero no así en cuanto a la intensificación de la producción tanto en ganado como en cultivos entrañada por el plan productivo proyectado

La consecución de dicho objetivo planteaba la necesidad de nuevas inversiones que afectaban a las edificaciones (sala de ordeño y lechería, pozo antisárnico, aprisco,...), al manejo de los pastos (cierres y cercados, resiembras e instalación de praderas, balsas de riego en Ribera y Lahoz, instalaciones (ordeñadora, tanque de frío, equipo de riego), infraestructura (accesos, puntos de agua, caminos), o a la maquinaria (tractores, equipo de ensilado, remolque autocargador, carros de distribución). Los medios de producción estimados inicialmente necesarios para abordar el proyecto técnico diseñado implicaban el desembolso de 133 millones, de los cuales el ganado representaba 37.7 millones, las instalaciones 52, la infraestructura 22.5 y la maquinaria 28.8 millones de pesetas

La cooperativa ARTALDE, a la hora de abordar la financiación de las inversiones, la cobertura de los resultados negativos de explotación inicialmente previstos y la disponibilidad de un fondo de maniobra, contó con los recursos propios provenientes del capital social de la cooperativa y préstamos a crédito y de las subvenciones públicas

La cooperativa obtuvo de Caja Laboral Popular la concesión de dos créditos por un valor total de aproximadamente 102 millones. El crédito principal, por un importe de 90 millones de pesetas tenía un plazo de devolución de diez años con tres de carencia, pago anual de amortización y un interés del 11%. El otro crédito a devolver en 7 millones y al 12 por ciento de interés, ascendía a 12.6 millones que, por estar destinado a la compra de maquinaria y, por ello, acogido al “Plan de Ayudas al Sector Agrario” de la Diputación Foral de Alava de 1987, estuvo subvencionado en cinco puntos de interés

El capital social de la cooperativa estuvo constituido por las aportaciones de socios trabajadores y socios colaboradores institucionales. El capital social inicialmente previsto para el año 1987 ascendía aproximadamente a 16 millones de los que algo más de la mitad iban a ser cubiertos con las entregas de los socios trabajadores y el resto con aportaciones de socios institucionales, concretamente de EREIN (ARTALDE, 1986: 48). El capital desembolsado en realidad alcanzó en 1987 la cifra de 27 millones, de los que los socios trabajadores aportaron en torno a un quinto del mismo

La cooperativa contaba también con acceder a las subvenciones en capital (por compra de las edificaciones y construcción de otras nuevas; inversiones en instalaciones y equipos ganaderos, en cercas e implantación de praderas) y a la explotación (compra del ganado...) de acuerdo con lo establecido en el “Plan de Ayudas al Sector Agrario” de la Diputación Foral Alavesa. Las subvenciones previstas por estos capítulos estimados entre un 40% y 45% del valor total, según los cálculos establecidos en el estudio de viabilidad, iban a reportar a la cooperativa unos ingresos anuales en torno a los 25 millones de pesetas (ARTALDE, 1986: 40). Además, la cooperativa tenía la posibilidad de acogerse a las ayudas comunitarias otorgadas por el FEOGA al desarrollar la actividad en una zona de agricultura de montaña

El ganado ovino, de raza latxa cara negra, procedía por compra de diferentes rebaños repartida por la geografía vasca. La oveja latxa había sido ya introducida en el medio valderejino por pastores trashumantes desde los años sesenta pero los individuos de esta raza adquiridas por ARTALDE, con la excepción de los procedentes del rebaño comprado a UGAVALSA, no estaban adaptados al medio en el que fueron instalados

El rebaño ovino sumó, en 1989, 1935 cabezas y ascendió en 1991 a 2279 reses. El rebaño de ARTALDE, durante su existencia, estuvo sometido a los programas de control lechero y selección, promovidos desde la Asociación de Criadores de Raza Latxa en Alava (AGORALA)

Cuadro 1. ARTALDE (1989-1991): Censos de la cabaña de ganado ovino

 

años cabezas

1989

1990

1991

1933

1975

2279

Fuente: Servicio de Ganadería de la D.F.de Alava

La instalación de un rebaño de ovejas lachas de las dimensiones comentadas en una zona nueva presenta múltiples problemas y dificultades causadas por estrés, por infecciones (brucelosis, dermatosis,...) derivadas de compras y etiologías diferentes, por muertes, etc. Por ello, un periodo más o menos largo de aclimatación e integración resulta necesario para que se pudiese incrementar por medio de la recría el número inicial de reses ovinas

 “Era imposible crecer del número comprado hasta que eso no empezase a crecer con su propia recría, que empezase a poder limar las lombrices, las dermatosis, la brucelosis, que empezase a restar todo eso, entonces, se podía empezar a crecer a partir de un 15%” (EV.8)

Los factores comentados condicionaron que el objetivo del rebaño proyectado de 2.400 ovejas adultas pudiera llegar alcanzarse durante los años en los que la cooperativa estuvo en funcionamiento. Ello estuvo, además, mediatizado por el cambio de coyuntura económica de las producciones lecheras ovinas. La atención prioritaria concedida a la producción ovina de leche en el proyecto de ARTALDE es preciso enmarcarla en la situación de euforia generada por la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. Dentro de ese contexto, las expectativas de mercado, abiertas para la leche de oveja sobre la base del desarrollo de la industria quesera, eran altas

A ello no eran ajenas, tampoco, la especial aptitud de la oveja lacha para este tipo de producciones y su capacidad, por la rusticidad, en consumir a diente y en régimen extensivo los abundantes recursos herbáceos montanos existentes, desaprovechados de otro modo. Por entonces, se gestionaba la creación del Consejo de Denominación de Origen del Queso Idiázabal, que se constituyó en 1987

La coyuntura económica de las producciones de ovino un cambio de tendencia cuando la cooperativa comenzó justamente su andadura. El sector ovino inició en 1987 una caída de precios que se mantuvo a lo largo de los años de funcionamiento de la cooperativa

Los mecanismos estabilizadores introducidos en 1988 perseguían atajar los aumentos provocados en el presupuesto del FEOGA por el fuerte crecimiento del censo. La reforma de la OCM de las producciones ovinas aprobada por el Reglamento 3013/89 tuvo como objetivo principal la estabilización del censo comunitario de ovino

Las referidas medidas contribuyeron a reducir la cuantía de la prima por ovino en concepto de compensación por pérdida de rentas durante los años 1988, 1989 y 1991. En cierto modo, esta situación tendió a corregirse al introducirse en 1991 una nueva ayuda para todas aquellas explotaciones localizadas en las zonas desfavorecidas y conocida por prima al mundo rural (DOMENECH y BARCO, 1994: 72-75 y 136-137)

La evolución es diferente por productos tal como puede apreciarse de la lectura del cuadro nº6, del que, en cuanto al tema analizado, conviene tener en cuenta el descenso del precio de la leche de oveja experimentada en los años 1987 y 1988, coincidente con los dos primeros años de funcionamiento de la cooperativa de ARTALDE

 

Cuadro 2. Sector ovino, 1986-1992: precios percibidos por los ganaderos por la venta de leche, cordero lechal y la lana

Fuente: Secretaría General Técnica del MAPA (1994: 434, 463, 482)

 

 La comentada evolución de precios y ayudas en el sector ovino permite comprobar que las inmejorables perspectivas auguradas para las producciones del mismo con motivo del ingreso en el mercado comunitario fueron resultado del análisis de una situación coyuntural y difícilmente repetible a medio plazo. La tendencia a la baja, manifestada por los precios de las producciones ovinas durante los años de funcionamiento de la cooperativa, es decir, entre 1987 y 1992 entrañó unas pérdidas de rentas que no llegaron a ser compensadas con las ayudas concedidas por el FEOGA en la forma de primas al ganado ovino

Las dificultades económicas derivadas de la creación rápida de un rebaño ovino de grandes dimensiones, sumadas a las desencadenadas por la coyuntura económica recesiva del sector ovino lechero, desencadenaron un cambio en la gestión técnica del plan productivo de ARTALDE. De este modo, el vacuno de carne dejó de representar un papel complementario y secundario al del ovino lechero y pasó a tener protagonismo propio dentro de las producciones ganaderas de la cooperativa

 

Cuadro 3. ARTALDE (1990-1992): censos de la cabaña de ganado vacuno

AÑOS CABEZAS

1990

1991

233

173

Fuente: Servicio de Ganadería de la D.F.de Alava

 

El ganado vacuno, de raza pardo-alpina austríaca, procedía de UGAVALSA por lo que era un ganado instalado y adaptado al medio valderejino. El censo de vacasmadres pardo-alpinas ascendía aproximadamente en el momento de la transmisión de la propiedad a ciento ochenta cabezas. El plan inicial de producción marcaba la reducción de los efectivos vacunos hasta llegar a 40 vacas madres y, por ello, la idea era ir desprendiéndose de cabezas de ganado vacuno. Así, se empezó a hacer, pero, a la vista de la marcha regresiva del sector ovino lechero, las ventas se paralizaron y, ante los aceptables resultados derivados del engorde de terneros y de la venta de animales para vida, la cooperativa incorporó al plan de producción el vacuno de carne por el que apostó en forma plena e indudable

Los efectivos de la cabaña ganadera de vacuno comenzaron nuevamente a crecer pero, por los problemas de mamitis aparecidos en reses de edades altas, se procedió a realizar una reordenación orientada a situar el número de vacas-madre en torno a 175 cabezas, número que se estimaba idóneo para el manejo y cuidado de las mismas por medio de dos empleados

El plan original de cultivos no fue tampoco llevado totalmente a la práctica. El sistema de cultivos estuvo orientado a la producción de forrajes (praderas de siega, alfalfa, maíz, esparceta) para ser destinados, por medio del ensilado y la henificación a la cobertura de las necesidades alimentarias de la cabaña ganadera durante la etapa invernal, a cuyo fin se adquiría también paja a los agricultores de los diferentes pueblos de Valdegobia y, tras ser tratada con amoníaco, se utilizaba en cuanto aporte de fibra en la alimentación de los animales. Los planes de introducir el regadío en Ribera fueron olvidados y, en cierto modo, trasladados a Lahoz en donde, se construyó una balsa en terrenos próximos a las edificaciones e instalaciones ganaderas. La producción de cereales no era contemplada en los estudios de viabilidad pero, posiblemente, por los aceptables resultados obtenidos por las explotaciones campesinas de Lalastra en estos cultivos, pasaron a ocupar buena parte de los terrenos agricolamente utilizables. Los datos variaban de un año a otro pero, en torno a 1990, la distribución de cultivos, que se seguía en la finca, no era muy diferente a la de 150 hectáreas de cereal, 20 hectáreas de alfalfa, 15 hectáreas de maíz, 10 hectáreas de esparceta y el resto de terrenos susceptibles de uso agrario que podían llegar hasta 185 hectáreas con praderas de siega y pasto. El proyecto de transformación de la zona de Ribera en un espacio productor de alfalfa quedó olvidado

Los cambios sucesivos en la gestión técnica y productiva del plan de explotación de la finca estuvieron acompañados de un arranque lleno de obstáculos por lo que se refiere a la marcha de la cooperativa en el plano humano y económico

 

5. ARRANQUE Y ANDADURA DE LA COOPERATIVA PLAGADOS DE OBSTACULOS

 Las condiciones de vida fueron inicialmente durísimas. La vida en un medio rural aislado geográficamente, desvitalizado demográficamente y deprimido económicamente resulta difícil pero, en el caso de los socios de ARTALDE, adquirió una situación sin parangón por carecer de los mínimos servicios organizados respecto a la satisfacción de necesidades elementales como comida, vivienda, aseo, ocio y descanso:

“La gente estaba de mala manera. En Lahoz, la cocina (era) pequeña y el sitio (era) frío. (...) No existían viviendas propias, rincones propios en los que la asepsia familiar pudiera ser posible. Una pareja o una familia no tenían un lugar en donde poder recibir a familiares y amigos que le haría posible y agradable la vida en el lugar” (EV.8)

 La puesta en marcha de la cooperativa resultó enormemente costosa. Los socios trabajaron inicialmente sin determinación de horarios y permanecieron en el valle sin salir del mismo todo el tiempo necesario para la puesta a punto de la explotación:

“La gente trabajaba durante todo el mes seguido y no ocho horas, sino doce horas y las que cayesen. Esto quemó a la gente. Luego, más condiciones en casa...” (EV.8)

Los socios trabajadores superaron las infrahumanas condiciones laborales y vitales de partida con la entrega y apuesta por un proyecto en el que creían. Esta situación inicial, que reunía visos tercermundistas, experimentó un cambio drástico tras la rehabilitación de varias casas de Lalastra, una de la cuales pasó a ser ocupada por los trabajadores de la cooperativa:

“(Con el acondicionamiento de la casa de Lalastra), una parte de la gente estaba en unas condiciones decentes, con una habitación arreglada y un servicio arriba. Luego, abajo, estaba la cocina, el txoko y un baño. Esa temporada, la cosa estuvo bien, la gente trabajaba, tenían un sitio donde comer, sabían que la comida estaba hecha, marchaban a trabajar, volvían a la noche, tenían la cena preparada. Fue una temporada en la que la gente, al menos, estaba atendida y estaba organizada” (EV.8)

 El arranque de ARTALDE constituyó una experiencia humana muy dura. Los socios y empleados de la cooperativa, que asumieron la totalidad del costo de la puesta en marcha, se vieron a su vez desbordados por las dificultades económicas que,  desde el inicio, atravesó el proyecto. El estudio económico de viabilidad confeccionado para un periodo de cinco años, que comprendían tres de puesta en marcha y dos años de actividad con el total de la cabaña ganadera proyectada, preveía alcanzar el umbral de rentabilidad de la explotación, excluidas las subvenciones, para 1991, primer año pronosticado de actividad normal. Una serie de factores como la necesidad de renovación de la maquinaria y dificultades surgidas en la ejecución del proyecto productivo contribuyeron a que las pérdidas engordasen y el balance de la cooperativa fuese más negativo de lo calculado inicialmente

“La cooperativa empieza atravesar un montón de problemas de puesta a punto, de necesidad de maquinaria. Ahí, empezamos a demarrar, a tirar de la cuerda de subvenciones,... para poder ir desarrollando el tema. Fue un inicio bastante duro, creo que, para las personas, fue durísimo, brutal porque se empieza sin un duro más, lo cual hace delicado la existencia de un trabajo continuado y de desarrollar el tema” (EV.8)

Las empresas agrarias como ARTALDE, cuyos ingresos fundamentales proceden de ventas realizadas al contado, requieren disponer de un saldo de tesorería relativamente elevado que les permita atender los pagos y oscilaciones coyunturales normales. La disponibilidad de un saldo de tesorería es, por tanto, del todo punto necesaria en la puesta en marcha del proyecto empresarial. En la medida en la que el funcionamiento de la empresa está consolidado, el incremento de la actividad productiva y la consecución del pleno rendimiento genera los ingresos suficientes para hacer frente a los costos de explotación y a los intereses y plazos de amortización de los créditos solicitados. ARTALDE, como se verá por las páginas siguientes, no llegó a superar la fase de puesta a punto y, por tanto, alcanzar la de pleno rendimiento

El medio rural valderejino, zona elegida para ejecutar el proyecto empresarial de la cooperativa, presenta unas específicas condiciones de producción que, por sus repercusiones limitantes, era necesario interpretarlo como un factor negativo, aspecto que, sin embargo, no fue debidamente tenido en cuenta en los estudios previos de viabilidad

“El medio es agresivo total. El sistema de producción es muy corto. La producción de forrajes en Valderejo tiene un período cortísimo de apenas dos meses de vegetación. Empieza en mayo y te acaba en julio por la sequía y te puede empezar igual medio mes en septiembre u octubre y te acaba a los quince días. Prácticamente, son dos meses y medio o tres meses, que tienes que aprovechar al máximo para poder recolectar. Luego, tienes una extensión muy vasta que, en esa pequeña acción de la vegetación, se puede mantener el ganado en un período más amplio de lo dicho” (EV.8)

 El fracaso de no pocas explotaciones creadas en zonas de montaña por personas de procedencia urbana radica fundamentalmente en la creencia de que, en el medio montano, se puede y debe obtenerse la misma rentabilidad que en el llano (ANGLADA y al., 1980: 64-65). Algo de esto, salvadas las distancias, sucedió también en la experiencia de ARTALDE respecto al medio rural valderejino:

“En la zona cantábrica, tienes medias de 120 litros por ovejas, mientras en Valderejo, resulta difícil conseguir esa media y a lo que más puedes llegar es a ochenta/noventa litros por oveja. Todo ello debido a una climatología dura” (EV.10)

Los estudios de viabilidad económica realizados avanzaban para el cuarto año de funcionamiento una producción de media de 120 litros por oveja adulta.(ARTALDE, 1986: 7). Los resultados medios reales estuvieron por debajo de los previstos y, a lo sumo, se alcanzó una producción media que venía a representar el 75% de la proyectada

El Plan de viabilidad previó unos objetivos de ventas y, por tanto, de ingresos que, tras lo que se viene apuntando, se puede sospechar que no se alcanzaron. Así, sucedió, pues si bien, en el año 1987 las ventas realizadas de 29.6 millones estuvieron por encima de los 26.7 millones proyectados, en 1988, en cambio, los 30.2 millones proseguidos eran muy distantes a los 56.4 previstos (ARTALDE, 1986: 13). El ahogo económico y problemas de tesorería que todo ello acarreaba trataron de resolverse desde la cooperativa por medio de la introducción de producciones nuevas en el plan productivo de la cooperativa, la entrada de capitales por la incorporación de socios institucionales, las subvenciones procedentes de la CEE y los créditos privilegiados provenientes de la firma de contratos de proyectos de I+D con el CDTI

El plan técnico de producción de la cooperativa introdujo nuevas producciones con el fin de mejorar los resultados de la cuenta de explotación. La principal modificación introducida en este campo consistió en la apicultura que, por ser Valderejo una zona abundante en matorral y brezos, se pensaba obtener buenos resultados de la misma. La idea planteada en forma de proyecto a finales de 1987 no se ejecutó, sin embargo, hasta 1990. En el desarrollo y ejecución del proyecto productivo denominado ARTALDE-ABEJAS, la cooperativa contó con la asistencia y asesoramiento técnicos del Centro de Recursos e Investigación Apícola, S.L. (CRIA, S.L.) de Barcelona que, por tal motivo, recibió 1.627.000 ptas., de las que la cooperativa, por medio de subvenciones públicas, recuperó la mitad. Las colmenas instaladas llegaron a la cifra de mil, aproximadamente un tercio de las previstas, pues la idea inicial consistía en alcanzar la cifra de 3.000 colmenas en producción. La línea productiva de la apicultura fue desarrollada por apicultores venidos de Gipuzkoa, concretamente, de Cegama a Eibar. La instalación de la apicultura entrañó el desembolso de inversiones complementarias a las ya señaladas en equipos y material apícolas por un valor aproximado de 12 millones de pesetas. En la estrategia de introducir nuevas producciones, cabe también apuntar el intento realizado en 1991 de dedicar varias hectáreas en Ribera a la producción trufera que, sin llegar a entrar en producción, fueron posteriormente levantadas

El capital social de la cooperativa constituido por las aportaciones realizadas por los socios de la cooperativa experimentó un fuerte incremento durante el período de funcionamiento de ARTALDE y pasó de 27 en 1987 a 135. 6 millones en 1991, lo que, aproximadamente, representa quintuplicar la cantidad desembolsada en 1987. Este fue el momento de la entrada en ARTALDE de cooperativas provenientes del sector agrario como socios colaboradores. De este modo, se sumaron a las ya presentes, relacionadas con la división financiera, sector de la distribución del movimiento cooperativo y el propio sector agraoalimentario, representado en forma agrupada a través de EREIN

 

Cuadro 4. ARTALDE, 1987-1991: capital social (en miles de pesetas)

CAPITAL 1987 1988 1989 1990 1991

Capital previsto

Capital aportado

1.472

27.000

12.960

37.899

16.50

117.775

6.050

35.358

16.050

135.642

Fuente: ARTALDE (1986: 40) y Cuentas de Explotación 1987-1991

 

El programa de desembolso de capitales establecidos en el estudio de viabilidad y las cuantías aportadas son claramente distintas. La diferencia cualitativa entre lo programado y lo acontecido realmente se produjo en 1989 en el marco de la reconducción que la cooperativa, con cambio de gerente en la dirección técnica de la explotación incluido, trataba de imprimir en su actuación con vistas a mejorar la cuenta de resultados

ARTALDE, por una serie de elementos que rodearon su trayectoria como zona rural desvitalizada y desfavorecida, organización empresarial en la modalidad de cooperativa y finca de grandes dimensiones en coto redondo complementada con abundantes recursos herbáceos montanos en terrenos de montes de propiedad pública local, representó una experiencia singular. Los Departamentos de Agricultura de la administración autonómica y foral, aunque con cierto recelo ante el temor de resultar fallido, acogieron con ilusión y apoyaron decididamente la experiencia cooperativa de ARTALDE en el medio rural valderejino. La administración autonómica vasca presentó la actuación ante la CEE que lo declaró en 1988 proyecto piloto de agricultura de zona de montaña con un presupuesto de 155 millones de pesetas. La cooperativa se acogió también a los programas de subvenciones públicas en materia agraria tanto forales en cuanto a inversiones y mejora de la explotación (compra de ganado, etc.) como europeos en concepto de apoyo al desarrollo de actividades agrarias en zona declarada de agricultura de montaña (primas al ganado vacuno, al ovino, etc.). Los problemas de tesorería, no obstante la entrada de subvenciones y ayudas públicas, estimados para finales de 1988 en 141.3 millones de pesetas (CEE: 71 millones; Diputación: 65 millones; Gobierno Vasco: 53 millones), seguían sin resolverse, por lo que los directivos técnicos de la cooperativa decidieron incorporar al proyecto técnico de ARTALDE estudios de I+D que le permitieron acceder a créditos baratos

6. CONTRATOS CON EL CDTI: ESTUDIOS DE I+D

La cooperativa ARTALDE estableció una serie de contratos con el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) con vistas a abordar proyectos de I+D relacionados con la mejora genética de la oveja lacha y con el manejo de la alimentación en un rebaño de grandes dimensiones. El CDTI, en concreto, aprobó en 1989 el proyecto titulado “Mejora genética de la oveja lacha” con un presupuesto de 280 millones y un préstamo privilegiado de dicho organismo por valor de 100 millones. La concesión de los fondos apuntados permitió la iniciación en 1989 de diferentes estudios del rebaño de la cooperativa titulados “Intensificación del ritmo productivo”, “Alimentación programada”, “Lactancia artificial” y “Control Sanitario”, realizados cada uno de ellos por un veterinario. Al año siguiente, el CDTI acordó la concesión de un crédito de 20 millones sin intereses para financiar los 40 millones presupuestados en la ejecución del proyecto I+D titulado “Establecimiento de un sistema de control de la alimentación y primeras estimaciones nutritivas de un rebaño de grandes dimensiones de ovejas lachas”. El proyecto de investigación anterior constituyó el punto de partida de la concesión de una beca de doctorado en 1991 por parte del Ministerio de Educación. ARTALDE presentó al CDTI un proyecto relacionado con la instalación de ovejas “Assaf” que, por los riesgos excesivos contraído, la generación de pérdidas en los primeros años y falta de apoyo financiero, la cooperativa terminó por desestimar y abandonar. La idea de instalar ovejas “Assaf” surgió con la oportunidad abierta por la venta del único rebaño estatal de la raza referida y por la posibilidad, en caso de llevar adelante el proyecto, de especializarse y monopolizar la venta de reproductores de una raza de ovejas con expectativas crecientes en el mercado estatal ovino. Este proyecto presentaba unos fines claramente especulativos y ello es preciso enmarcarlo en Lurralde, 21: 1998 244JESÚS MARÍA GARAYO URRUELA la acuciante necesidad de intensificación del modelo productivo con el objeto de rentabilizar la explotación y compensar las cuantiosas pérdidas acumuladas

Los contratos entre ARTALDE y el CDTI, elevados a escritura pública, establecían que la cooperativa, salvo autorización expresa del CDTI, no podía proceder a la venta de los bienes financiados a cargo de los proyectos de I+D aprobados. Estos bienes comprendían el ganado ovino, valorado en el balance del año 1991 en 18 millones, que venía a representar un tercio de la existencias, y 116 millones de material inmovilizado algo más de los dos tercios del mismo

El simultaneamiento de los estudios de I+D con el desarrollo de un proyecto productivo con un diseño técnico de por sí arriesgado como el de ARTALDE contribuyó a incrementar las dificultades de viabilidad surgidas en torno al mismo. La cooperativa asumió, por tanto, unas actividades de investigación que el sector primario vasco, por otro lado, no estaba en condiciones de afrontar tanto desde una perspectiva de conjunto como sectorial:

 “El sector primario da justo para ir desarrollando una economía. La investigación, no a cargo del sector primario, sino a cargo de la administración como mucho” (EV.8)

ARTALDE comportó una apuesta técnica de alto riesgo que sumado al ahogo económico y las condiciones laborales y vitales infrahumanas de la etapa inicial dentro de las desfavorables condiciones agronómicas de Valderejo y de factores unos buscados, caso de los contratos con el CDTI, y otros fortuitos como los ataques de los lobos al rebaño, que se analiza en el apartado siguiente, convirtieron a la cooperativa en un proyecto arriesgado con problemático futuro

 

7. DAÑOS CAUSADOS AL REBAÑO DE OVINO POR ATAQUES DE LOS LOBOS

 La comprometida viabilidad del proyecto empresarial ARTALDE que, de por sí, reunía un alto riesgo de partida que, en la fase de ejecución, se transformó en una situación negativa, estuvo a su vez incrementada por los importantes daños causados al rebaño ovino como consecuencia de los ataques de los lobos. Esta especie predadora, tras décadas de ausencia y procedente de núcleos lobunos establecidos en el norte de la provincia de Burgos lindante con Alava, eligió como área esporádica de caza el territorio valderejino en la transición de los años ochenta al noventa, siendo comprobada la presencia del mismo en el valle durante los años 1989 y 1991

El censo de cabezas de ovino crotaladas de propiedad de la cooperativa, conforme a los datos de la campaña ganadera, ascendía el 15 de mayo de 1989 a 1933 reses distribuidas en 1551 ovejas adultas, 343 corderas y 40 carneros. El ganado accedió a los pastos del altiplano y cuando bajó al valle el 30 de junio al realizarse el inventario, se detectó la falta de 141 ovejas madre. Durante los meses de julio y agosto, no se produjo la desaparición de ganado alguno. La falta de ganado volvió a comprobarse a mediados de septiembre e, incluso, uno de los pastores avistó a un lobo cuando atacaba al rebaño. Los ataques del lobo prosiguieron en octubre y noviembre

El ganado ovino desaparecido a la cooperativa ascendió a 354 cabezas que, sumadas a las de otros vecinos del valle, alcanzan 457 ovejas y el valor de los daños causados con este motivo calculado sobre la base de multiplicar la cifra anterior por 12.000 pesetas se estima en 5.484.000 ptas., de las aproximadamente que el 80% correspondieron a ARTALDE

Nuevamente, sucedieron ataques de lobos al ganado ovino durante 1991. La práctica totalidad de los casos de predación de ganado ovino acaecidos en Valderejo durante ese año afectaron al rebaño de la cooperativa. Las ovejas atacadas por el lobo en ese año sumaron entre muertas y desaparecidas a ciento veinte cabezas

ARTALDE, a raíz de los ataques de lobos al rebaño acaecidos en 1989, suscribió una póliza de seguros con LAGUNARO que, en otros riesgos, cubría los daños al ganado ovino producidos por ataques de lobos y perros. LAGUNARO abonaba doce mil pesetas por oveja muerta previa entrega del crotal y del correspondiente certificado veterinario, pero no se hacía cargo del abono de indemnizaciones en caso de ovejas desaparecidas y dadas por muertas de las que no se encontrase el correspondiente número de crotal

Cuadro 5. “ARTALDE, Soc.Coop”: ovejas atacadas por lobos

Años

ovejas

Total
Muertas Desaparecidas

1988

1991

-

74

 

354

36

 

354

120

Fuente: Servicio de Ganadería de la Diputación Foral de Alava; CONSULTORA DE RECURSOS NATURALES, S.L. (1994: 100-102)

Las posibilidades de encontrar los crotales de las ovejas atacadas por los lobos en zonas como Bóveda y Valderejo, en las que se ubicaban una importante colonia de buitres, se veían reducidas por el hecho de que los cadáveres de las ovejas eran devorados por los buitres antes de dar tiempo a la localización y retirada de los crotales

ARTALDE estimaba que la probabilidad de encontrar los crotales en una zona de fácil acceso para los buitres se circunscribía a la mitad de los casos de ovejas muertas por ataque de lobo

Los daños producidos por los ataques de lobos en un rebaño de ovejas lachas son tanto directos como indirectos. Los daños directos provienen por las pérdidas de ovejas adultas en producción. Los indirectos consisten, por un lado, en la caída de la fertilidad en el resto del rebaño y en el consiguiente descenso de las producciones de leche y corderos. A los anteriores, se suman, por otro, el incremento de los costes de producción derivados de la retirada de resto del rebaño de los pastos móntanos, consumidos en régimen extensivo, y el traslado a los terrenos inmediatos y a las cuadras de las explotaciones, en donde consumen henos y pastizales. Después de que el lobo había hecho acto de presencia en el valle, los técnicos realizaron un estudio del comportamiento de la variable fertilidad en los dos lotes de ovejas adultas, unas cubiertas en abril y otras en junio. Sumados los factores antecedentes, el estudio mencionado aportaba el dato de que la fertilidad probable, cifrada en el 80%, se había visto reducida en la realidad al 30%. ARTALDE, conforme a los datos disponibles y sumados los factores antecedentes, estimaba las pérdidas causadas, por oveja muerta a causa de ataques del lobo en 21.598 ptas. que, en el caso de Valderejo, por las circunstancias derivadas del importante censo de buitres existente y calcularse en la mitad el número muertes de oveja por lobo susceptible de comprobarse, duplicaba y cifraba en 43.196 ptas

El cálculo de los daños por muerte de oveja como consecuencia del ataque de lobos no incluía las horas consumidas en batidas, los gastos derivados de la organización de las mismas, las labores extra de vigilancia, etc. La cooperativa, sobre la base de los datos manejados, calculaba que, no obstante tener asegurado el ganado, las indemnizaciones del seguro cubrían aproximadamente un cuarto de los daños ocasionados en el rebaño como consecuencia de los ataques de los lobos

El Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Alava, a raíz de las reclamaciones y quejas por daños causados al ganado ovino por el lobo, apostó por solventar este problema a través de la vía del aseguramiento de los riesgos por tal motivo aparecidos y, en este sentido, acordó subvencionar la mitad de las primas de seguro de ovino que, con un coste de 90 ptas. por oveja asegurada y una indemnización de diez mil pesetas por oveja muerta, ofrecían las diferentes compañías a los ganaderos. La indemnización quedó mejorada e incrementada a quince mil pesetas por oveja muerta en 1992 sin modificarse la cuantía de la prima. Además, a partir de ese año, a los pastores que tenían el ganado asegurado, se les concedía una prima de tres mil pesetas para reposición de oveja muerta por lobos. La Administración Foral Alabase consideraba la suma de la prima del seguro y de la ayuda a la reposición suficientes por la administración foral del ramo para cubrir los daños producidos en el ganado ovino por causa del ataque de los lobos

ARTALDE que, a lo largo de los años 89 al 91, había realizado múltiples gestiones y solicitudes orientadas a la obtención de indemnizaciones por los daños causados al rebaño de la cooperativa en 1989, interpretó las ayudas concedidas por la Dirección de Agricultura y Medio Natural del Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Alava como “una solemne tomadura de pelo y un escándalo”. La Sociedad Cooperativa, cuando recibió esta noticia, se encontraba abocada definitivamente a la disolución y liquidación y pasaba por momentos difíciles y para las tensiones propias de tales situaciones. La tramitación de la declaración de Valderejo como espacio natural protegido contribuyó también a enrarecer las relaciones de la cooperativa y, particularmente, de la gerencia con la administración. Dentro de este marco, las medidas apuntadas que, por otra parte, nada señalaban respecto a los ataques del lobo en el año 1989, fueron acogidas con indignación entre socios y trabajadores de la sociedad cooperativa

 

8. LA LIQUIDACION DE ARTALDE, S.COOP.LTDA

ARTALDE, S.Coop.Ltda., por asamblea general extraordinaria celebrada el 16 de marzo de 1992, adoptó por unanimidad el acuerdo de proceder a la disolución de la misma. Esta se sustentó en el argumento de la imposibilidad manifiesta para realizar el objeto social de la cooperativa en el marco de las continuadas e importantes pérdidas y problemas de tesorería que empezaban a aparecer. La cooperativa se constituyó el 19 de marzo de 1986, por lo que, por unos días, no llegó a superar los seis años de existencia y cinco de funcionamiento productivo

Los gastos de explotación (mano de obra, renta pagada a EROSKI por el arrendamiento de la finca, pago de los servicios de asesoramiento prestados por el Departamento Agroalimentario de la Caja Laboral, ..) y el pago de intereses y amortizaciones de los préstamos solicitados para inversiones de capital y mejora de la explotación, cuya cuantía conjunta se calculaba aproximadamente en trescientos millones de pesetas, no se vieron compensados con los ingresos provenientes de la venta de productos, bastante inferiores a los previstos pues de los 285 millones pronosticados, se alcanzaron solamente 189 millones, lo que representaban el 66% de los ingresos proyectados

“ARTALDE, S.Coop”, en los cinco años de actividad productiva en el valle, realizó una serie de inversiones en capital que abarcaron aspectos como la compra de edificaciones e instalaciones así como el acondicionamiento de las mismas y la construcción de otras nuevas, la adquisición de maquinaria y equipos, la mejora de las infraestructuras de la finca (regadío, cierres, ...) y la rehabilitación y acondicionamiento de viviendas

La cooperativa, por este concepto, recibió de los diferentes organismos públicos subvenciones que, en el periodo de funcionamiento, alcanzaron la cuantía aproximada de 186 millones de pesetas. La cooperativa, a su vez, percibió ayudas de procedencia pública en concepto de mejora de la explotación y con motivo de desplegar las actividades productivas dentro de un territorio localizado en una zona de agricultura de montaña (plan piloto europeo, primas al ganado, etc.). Los ingresos percibidos por estos conceptos, considerados como resultados extraordinarios en las cuentas de explotación de la cooperativa, ascendieron en el período 1987-1991 a 120 millones y aportaron una inyección dineraria que contribuyó a desahogar la asfixiada tesorería de la cooperativa

 

Cuadro 6. “ARTALDE, Soc.Coop.”: subvenciones en capital recibidas por la cooperativa en el período 1987-1991 (en miles de pesetas)

 

Años

Subvenciones

1987

1988

1989

1990

1991

7.477

27.507

47.212

52.337

51.448

Total

 

186.021

 

 

Fuente: Cuentas de explotación 1987-1991

Los problemas de tesorería, no obstante los intentos por compensarlos con ingresos extraordinarios (subvenciones en capital y a la explotación), persistieron y aunque, en algún año como el año 1988, se alcanzó una cierta mejoría, el “cash-flow” de la cooperativa que, según el estudio del plan de viabilidad, iba a presentar datos positivos a partir de 1988, fue en el periodo 1987-1991 negativo con cuantías en torno a los 25 millones

Los gastos, particularmente, los fijos, ascendieron a 102 millones, una cantidad superior al doble de la prevista, incremento en buena parte provocado por las amortizaciones del inmovilizado productivo que, frente a los 32.6 millones pronosticados, alcanzaron en el periodo 87-91 la cantidad de 60.8 millones, y, por ello, aumentaron más de lo proyectado sin verse compensados por los ingresos provenientes de la venta de los productos, por lo que los primeros incidieron de una forma determinante y decisiva en la cuenta de explotación que, durante el período de funcionamiento de la cooperativa, se saldó con resultados negativos. Todo ello impuso un importante lastre de partida, que condicionó la evolución y la trayectoria posteriores de “ARTALDE, S.Coop.”

El estudio económico preveía que el umbral de rentabilidad de la explotación, excluidas las subvenciones, no se iba a alcanzar hasta 1991, primer año calculado de actividad normal. La realidad económica de la cooperativa, sin embargo, fue muy distinta a la prevista. Las pérdidas fueron continuadas y en lo que se refiere a los ejercicios de 1987, 1988, 1989, 1990 y 1991, alcanzaron respectivamente -25, -17, -37, -47 y -48 millones de pesetas que, sumadas, totalizan -174 millones de pesetas

Las deudas contraidas por ARTALDE en el momento de la disolución sumaban 135 millones de pesetas. El principal acreedor era el CDTI, con el que se tenía una deuda pendiente de 115 millones, es decir, el 85% del total exigible a la cooperativa

La cooperativa adeudaba también 15 millones a la Caja Laboral. Los cinco millones restantes consistían en cantidades pendientes adeudadas a otros acreedores y a organismos públicos

 

Cuadro 7. “ARTALDE, S.Coop.” (1987-1991): variables relacionadas con los resultados económicos de la cooperativa (en miles de pesetas) según el Plan de Viabilidad y las Cuentas de Explotación

 

Fuente: ARTALDE (1986: 32) y Cuentas de Explotación 1987-1991

 

 La resolución de los contratos con el CDTI planteó a ARTALDE problemas que, tras estudiarse diferentes alternativas, encontraron una vía de salida por el impago obligado de intereses de los préstamos concedidos por causa de la disolución de la cooperativa. Los liquidadores nombrados por ARTALDE, una vez disuelta la sociedad cooperativa y ser autorizados expresamente por el CDTI, procedieron a la venta de las ovejas y del 68% del inmovilizado

Los socios de ARTALDE, en la reunión en la que aprobaron la disolución de la sociedad cooperativa, acordaron limitar la venta de los activos. En parte, estaban obligados a ello por los contratos firmados con el CDTI. De este modo, la disolución no revestía la forma de quiebra y no peligraba tampoco el cobro de importantes subvenciones pendientes (12 millones del FEOGA, cuatro millones de la prima de ovino de 1992 y un millón de la prima de vacuno del mismo año referido)

El derecho de tanteo a la compra de los activos de ARTALDE concedido a las cooperativas derivó en que buena parte de los mismos pasaron a engrosar los bienes y patrimonio de las mismas. Así, BEHI-ALDE Soc.Coop. adquirió el ganado vacuno, la maquinaria, herramientas y accesorios no financiados por el CDTI como también el heno, la paja y el maíz ensilado; EZTIKIDETZA, cooperativa promovida por la Asociación de Apicultores de Bizkaia, compró por su parte la maquinaria apícola. Las colmenas y el material apícola, en cambio, pasaron a ser propiedad de pequeños agricultores

En la fecha de la liquidación, ARTALDE contaba con nueve trabajadores distribuidos en la siguiente forma: cuatro socios cooperativistas, dos eventuales con contrato por obra o servicio (ordeño y atención a partos), dos autónomos sin ningún tipo de contrato y con cobro de salario por días trabajados y un doctorando del MEC con beca anual prorrogable, que finalizaba el 31 de marzo de 1992. Los cuatro socios cooperativistas perdieron la totalidad de la aportación realizada en ARTALDE, que ascendió a la cantidad de un millón de pesetas. Tras la disolución, los cuatro trabajadores cooperativistas, de acuerdo con la aplicación del régimen especial agrario, tenían derecho al cobro de prestaciones por desempleo que, en 1992, sumaban cuarenta y siete mil pesetas. El resto de los trabajadores de la cooperativa no tenían derecho a indemnización alguna

 

9. CONCLUSIONES

El cierre y liquidación de ARTALDE son precisos considerarlos el resultado de un cúmulo de circunstancias. Entre estas, merecen un apunte especial las desfavorables condiciones de producción y de vida presentadas por la zona, los arriesgados planteamientos técnicos del proyecto empresarial, la heterogeneidad y desvertebración del equipo humano y las infrahumanas condiciones de vida y trabajo. Los problemas de liquidez de la etapa inicial, el abultado crecimiento de los gastos fijos, la incorporación de actividades de I+D al proyecto y circunstancias imprevistas como los ataques al rebaño ovino por parte de los lobos en los años 89 y 91 terminan por dibujar el cuadro completo de la dura situación por la que atravesó la cooperativa. Todas ellas constituyeron una serie de elementos que, en una u otra forma, incidieron en la aparición de pérdidas en las cuentas de explotación de la cooperativa. El funcionamiento de la cooperativa se vio de este modo ahogada y pasó por acuciantes dificultades dinerarias, a las que se solaparon los problemas productivos, laborales y humanos comentados

El movimiento cooperativo de Mondragón, por medio de Eroski y Caja Laboral fundamentalmente, percibieron la necesidad de intervenir en apoyo del sector ganadero ovino. Los estudios de viabilidad se redactaron, las inversiones vía crédito se pusieron en marcha pero, en la medida que aparecieron los problemas y las dificultades y el esfuerzo realizado no se traducía en actuaciones consolidadas, el movimiento cooperativo se retiró de la operación y procedió a su liquidación a los seis años de funcionamiento que, por otro lado, coincidían con los abarcados por los estudios de viabilidad

El proyecto empresarial ARTALDE comportaba unos objetivos económicos primarios y básicos, sin cuya consecución los directivos de la misma eludieron cualquier compromiso solidario con la desvitalizada situación social del territorio valderejino. El compromiso del movimiento cooperativo de Mondragón con el medio rural valderejino estuvo condicionado por la trayectoria económica de ARTALDE y dejó de existir en el momento en que las dificultades se presentaron y la superación de las mismas requería nuevos desembolsos, que no estuvo dispuesto a afrontar

La declaración de Valderejo como parque natural, ocurrió en la transición de los años de 1991 y 1992. Valderejo se declaró, por tanto, espacio natural protegido cuando ARTALDE recorría la parte última de su existencia. Una actuación sucedió a otra. La última condicionaba y, en cierto modo, postulaba rectificaciones y modificaciones del proyecto empresarial de la primera pero, aún con todo, el simultaneamiento de las dos actuaciones hubiera servido para reforzar los procesos desencadenados separadamente por cada una de ellas y queda abierto el interrogante de si, con el valle declarado parque natural, ARTALDE hubiera fracasado

La experiencia de ARTALDE presenta, por otro lado, cuestiones, que, aún siendo colaterales, merecen, al menos, un comentario como son los casos de la instalación de neo-rurales y los ataques del lobo

En la problemática suscitada por el lobo, se debaten dos temas importantes. Por un lado, están los daños causados por este animal que genera la persecución y enemiga de los ganaderos. Por otro, no se puede olvidar el evidente peligro de extinción, que afecta a esta especie animal. La declaración del lobo como especie protegida marca el camino para asegurar su conservación, mientras que el establecimiento de un sistema ágil, rápido y generoso de indemnizaciones contribuye a que sea la sociedad, y no los particulares, la que asuma el coste de la indicada política conservacionista

La instalación de neo-rurales en el espacio rural no resuelve indudablemente los problemas de desarticulación territorial y socioeconómica derivadas de la despoblación, pero sí representa, contra corriente, un movimiento social de abandono de la ciudad para establecerse en el campo. Con independencia del volumen cuantitativo y la dimensión ideológica, el neo-ruralismo constituye un fenómeno social, que entraña consecuencias positivas en relación con la futura recomposición de los actuales desequilibrios demográficos, socioeconómicos e, incluso, ecológicos. Por ello, este movimiento social merece cierta atención e, incluso, su promoción por parte de la administración con medidas legislativas, programas financieros,... orientados a superar los obstáculos que frenan el desenvolvimiento normal y expansión de este tipo de procesos sociales

En fin, la disolución de la cooperativa ARTALDE desencadenó el abandono de Valderejo por parte de los neo-rurales. La situación demográfica valderejina volvió a ser muy similar a la preexistente a su llegada. Según el Padrón de Población de 1996, Valderejo cuenta con 29 habitantes (EUSTAT, 1997), una cantidad intermedia entre los 30 de 1981 y los 27 de 1986, año de la constitución de ARTALDE. La densidad demográfica del valle alcanza la misma cota en 1986 y en 1996: 0,8 hab/km2. El repunte poblacional, generado por la creación de la cooperativa ARTALDE, había quedado diluido y cortado diez años después. Los errores humanos de ejecución, una coyuntura productiva poco favorable y una racha de mala suerte dieron al traste con un proyecto, que, de otro modo, hubiera contribuido a convulsionar e invertir la regresiva situación socioeconómica de una zona rural deprimida como la valderejina

 

10. BIBLIOGRAFIA

ANGLADA, S., BALCELLS, E., CREUS, J., GARCIA-RUIZ, J.M., MARTI, C. y PUIGDEFABREGAS, J. (1980): La vida rural en la montaña española (orientaciones para su promoción), Jaca, Instituto de Estudios Pirenaicos

ARTALDE (1986): Empresa ganadera cooperativa. Proyecto de explotación de ovino lechero y vacuno de carne. Valdegobia, Comunión (Ayuntamiento de Lantarón), Asociación de Agricultura de Montaña “Añana” (Valles Alaveses), 50 pág. (inédito)

DOMENECH GARCIA, J. y BARCO ROYO, E. (1994): Mil millones de ovejas. Estudio socioeconómico del subsector de ganado ovino en La RIOJA, España y el mundo, Logroño, Fundación Rural de la Caja de Ahorros de La Rioja

CONSULTORA DE RECURSOS NATURALES, S.L. (1994): El lobo en Euskadi, Vitoria-Gasteiz, Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco (inédito)

EUSTAT (1993): Censos de Población y Viviendas 1991. Estructura de la población, Zarautz, Itxaropena S.A

GALDOS URRUTIA, R. (1990): Estructura y dinámica de la población alavesa (1900-1981), Vitoria, Departamento de Cultura de la Diputación Foral Alavesa

GARAYO URRUELA, J.Mª. (1997 a): “La declaración de parque natural como intento de revitalización de un espacio rural de montaña: el caso del valle de Valderejo”. Zainak. Antropología- Etnología / Cuadernos de Sección de Eusko Ikaskuntza, nº14, 339-366

– (1997 b): “La sociedad y la población rurales en el País Vasco”. Cuadernos de Mundaiz, nº54, 61-99

– (1998): “Sociedad y población rurales”, en A.Urzainqui (dir.), Espacios rurales e industrializados. Donostia, Etor-Ostoa, Geografía de Euskal Herria, 1998, IV, 9-23

SANCLIMENS, X., GANYET, R. y CAMPILLO, S. (1986): El servicio telefónico: problemática actual y perspectivas, La Seu d’Urgell (Lérida), MAB 6 ALT PIRINEU

SECRETARIA GENERAL TECNICA (1994): Anuario de Estadística Agraria. Año 1992, Madrid, MAPA

 

 

NOTAS

1. (Decreto 394/1985, de 30 de diciembre de 1985, sobre Régimen específico de la Agricultura de Montaña en la CAPV, B.O.P.V. de 17 de febrero de 1986)

2. La intervención directa de las administraciones vascas en la marcha del valle sucedió en los años noventa tras la declaración de Valderejo como parque natural (GARAYO, 1997 a)

3. Los párrafos en negrita provienen de textos obtenidos en entrevistas personales abiertas y la cifra entre paréntesis del final precedida de las siglas “EV” corresponden al número dado a las mismas según orden de ejecución

4. Esta cooperativa fue creada en 1984 por la cooperativa vasca de consumo y las cooperativas de ganaderos” ANOGA, Soc.Coop.”, radicada en Alava, y “MIBA Soc.Coop”, localizada en Bizkaia

Lurralde, 21: 1998 232JESÚS MARÍA GARAYO URRUELA

5. EROSKI, cooperativa mixta de consumidores y trabajadores nacidas en 1969 de la fusión de nueve cooperativas de consumo de ámbito local, tenía conforme a la memoria del ejercicio de 1993, un capital social de 22.451 millones, movió un volumen de negocio de 222.485 millones, obtuvo unos beneficios netos de 4139 millones y dio empleo a 9.500 trabajadores

 6. A través de EREIN, formaron parte como socios colaboradores de ARTALDE, las cooperativas agrarias siguientes: BEHI-ALDE (vacuno de leche y de carne), BARRENETXE (hortofruticultura), ARTXA y MIBA (sector ganadero porcino), ETORKI (sector de la madera), FISO, UDALA y COSECHEROS ALAVESES (sector vino)