Lurralde inves. esp.

22 (1999)

p. 223-246

ISSN 1697-3070

 

NOTAS SOBRE LA REGIÓN URBANA DE GIPUZKOA

Recibido: 1999-03-01

Fco. Javier GÓMEZ PIÑEIRO

Universidad de Deusto ( Campus Donostia)

Camino de Mundaiz, 50, 20012- Donostia-San Sebastián

 

Laburpena:

urbanizazio prozesua eta populatze area nagusiak aztertzen dira, zeintzuk, garatzean, hiri eskualde bat osatu duten Eje Atlantikoaren barruko sistema batetan integraturik

Hitz Gakoak: Gipuzkoa; Populatze; Urbanizazio; Eskualde; Funtzional Area; Sistema; Ardatz; Eredu.

 

Resumen:

Se analiza el proceso urbanizador y las principales áreas de poblamiento, que al desarrollarse han configurado una región urbana integrada en un sistema dentro del Eje Atlántico.

Palabras clave: Gipuzkoa; Poblamiento; Urbanización; Comarca; Area Funcional; Sistema; Eje; Modelo.

 

1. UN MOSAICO DE VALLES, SIERRAS Y PEQUEÑAS DEPRESIONES.

El territorio guipuzcoano (1980,3 km2) tiene un emplazamiento ístmico entre el País Vasco Continental y el llamado Arco Atlántico, que le facilita su integración en el espacio urbano europeo, conectando con el corredor que se dirige a Baiona, y habiendo conseguido estar bien comunicado con las rutas que se dirigen hacia Bizkaia, la Meseta y el Valle del Ebro.

La Geografía Física ha dispuesto que morfológicamente pertenezca al conjunto de tierras litorales de la Península Ibérica y al llamado eje pirenaico con tres áreas geológicas diferenciadas (el NE; el litoral; y el resto del territorio), gran variedad litológica, y su relieve modesto (entre los 500 m. y los 1551 m.) que se reparte entre la Cadena litoral, el Corredor litoral, la Cadena interior y una serie de Valles.

Estos condicionantes han dado lugar a la formación de una especie de cuadrícula, con valles longitudinales, surcos, sierras, pequeñas depresiones, que ha sido esencial para el desarrollo del poblamiento del territorio guipuzcoano, localizándose la mayor parte de los asentamientos en la costa y siguiendo los valles fluviales, con pequeños núcleos dispersos por el resto del conjunto, lo que ha garantizado una ocupación bastante homogénea y que, en la actualidad, se nos presenta como decisiva para poner las bases del moderno sistema territorial.

2. ÁREAS DE POBLAMIENTO Y REFERENCIAS HISTÓRICAS.

El poblamiento predominante ha sido de tipo disperso intercalar, localizándose los asentamientos de población, principalmente, en algunos puntos del litoral y en las tierras bajas de los valles fluviales. Encontramos emplazamientos diversos: en las laderas, con suaves pendientes, cerca de un curso fluvial, en la parte baja de las vegas y pequeñas llanuras; y finalmente en los puntos abrigados de una costa abrupta y accidentada.

El territorio guipuzcoano ha sido dividido tradicionalmente en tres sectores: las Tierras Altas (desde Tolosa hasta el límite Sur), las Tierras Bajas (desde Tolosa hasta Irún), y el Litoral (desde Orio hasta Mutriku).

El crecimiento de la población en estas áreas de poblamiento ha sido desigual en el espacio y en el tiempo. En el espacio, ya que afectó principalmente al litoral y a las tierras bajas de los valles fluviales, y en el tiempo, porque hay que diferenciar etapas de crecimiento más acelerado de otras con características de estancamiento o crecimiento muy moderado, tanto de la población como de su actividad económica.

Hay que tener en cuenta, además, el lento proceso configurador del territorio guipuzcoano.

Así, a finales del s.XII se diferencian tres áreas: la jurisdicción de San Sebastián (fundada en 1180); las tierras del Medio y Bajo Deba; y la llamada “ tierra” con la casi totalidad del resto del territorio que hoy llamamos Gipuzkoa (territorio que aparece documentalmente en 1025).

Durante la Alta Edad Media están poblados el tramo medio del Valle del Oria, parte del Valle del Deba, el Bajo Urumea y Bajo Bidasoa.

En los siglos XII al XV, encontramos un proceso urbanizador con la fundación de numerosas villas que se agrupan en la Hermandad de Gipuzkoa para defender sus derechos y establecer las normas de gobierno, dividiéndose el territorio en siete Partidos (Segura, Tolosa, San Sebastián, Mondragón, Getaria, Azkoitia y Valle de Mendaro).

Desde el punto de vista Institucional, tenemos que diferenciar entre las Villas y la Tierra Llana, encontrando esta última denominaciones como las de Alcaldes Mayores, Concejos, Universidades, etc. Desde el punto de vista territorial, hemos de considerar las Villas, los Valles, la Tierra Llana y las Uniones. Institucionalmente, se superponen a todo este entramado las Juntas Generales y La Diputación.

Todo este complejo sistema Institucional y Territorial responde a una dispersión del poblamiento guipuzcoano en diversos Valles y Villas, entendiéndose los primeros como un conjunto de tierras y no sólo como una cuenca fluvial.

Si a los datos del medio físico, les añadimos los datos históricos y de poblamiento anteriores, junto con el desarrollo del proceso urbano- industrial (que se inicia a mediados del S.XIX con tradiciones basadas en los molinos y ferrerías del S.XVIII), nos permite dividir el territorio en las siguientes Comarcas: Bajo Bidasoa, Donostia, Urola-Costa, Bajo Deba, Alto Deba, Oria Medio, y Goierri, que luego veremos que han evolucionado, tras el desarrollo del sistema urbano guipuzcoano, hacia las llamadas Areas Funcionales o Comarcas Funcionales, que podemos ahora solo indicar: Donostia; Eibar; Zarautz-Azpeitia; Beasain-Zumárraga; Tolosa; Arrasate-Bergara; y que han servido de elemento básico para la redacción de las Directrices de Ordenación del Territorio.

3. EL PROCESO URBANIZADOR.

Para referirnos a este proceso, es conveniente aclarar primero el concepto de Urbanización del que existen varias interpretaciones, pero que debemos diferenciar de los términos de Crecimiento Urbano y de Urbanismo.

Por Urbanización entendemos un proceso de desarrollo de las ciudades, en el que una parte importante de la población de un territorio se concentra en unos lugares considerados urbanos por una serie de características, al tiempo que se modifican las costumbres, las actividades, las relaciones sociales, etc. de la población. Con el término de Urbanismo nos referimos a los modelos de diseño e intervención en una ciudad.

Puede haber Crecimiento Urbano sin que avance la Urbanización, cuando simplemente crece la población de las ciudades al tiempo que también crece la población del Territorio que estemos estudiando, al mismo ritmo o incluso por encima del crecimiento de las ciudades, sin que apenas se produzcan modificaciones sociales y estructurales en la población de esa Región. La población de las ciudades debe crecer por encima de la tasa total de una Región, y producirse los cambios sociales antes indicados, para que podamos hablar de Urbanización.

En el proceso urbanizador guipuzcoano, podemos diferenciar varias etapas: 1/ Núcleos poblados en el valle medio del Oria, parte del valle del Deba, y sectores de los bajos valles del Urumea y del Bidasoa; 2/ Fundación de villas y constituciòn de la Hermandad de Gipuzkoa (siglos XII al XV); 3/ Crecimiento y consolidación de las villas (s. XVI a mediados del XIX); 4/ Desarrollo de los ensanches y proceso industrializador (desde mediados del s.XIX hasta 1955); y 5/ Desarrollo urbano general en todo el territorio, formación de periferias urbanas, aparición de áreas funcionales con la configuración de una Región Urbana, con su correspondiente sistema territorial (desde 1956 hasta nuestros días).

En la primera etapa predomina lo que podemos llamar el “ modelo rural”, con ocupaciones puntuales, en poblados, sitios y lugares, con formas de organización territorial propias de las sociedades rurales de la época.

En la segunda etapa se fundan las villas, que constituyen la base para iniciar lo que llamaremos proceso urbanizador, obedeciendo a diversos intereses: voluntad real (San Sebastián, Hondarribia, Getaria, Mutriku, Zarautz, Segura, Ordizia, Bergara, Azpeitia, Azkoitia, Leintz-Gatzaga, Elgeta y Soraluze) bien sea por interés económico, defensivo o de agrupar a la población rural; o por iniciativa de los pobladores de un territorio (Tolosa, Arrasate, Renteria, Deba, Eibar, Elgoibar, Zumaia, Usurbil, Orio, Zestoa y Urretxu) también por intereses económicos, defensivos o deseo de agruparse. Este conjunto de intereses es la motivación principal para estas fundaciones, sin que el proceso vaya acompañado de un crecimiento de la población guipuzcoana.

Hay que recordar la crisis demográfica peninsular de la segunda mitad del s.XIII y primera mitad del s.XIV.

La mayoría de las villas tiene el emplazamiento en las laderas, orillas de cursos fluviales y tierras llanas de los valles, con una posición en la que destaca el carácter fronterizo, los puntos abrigados del litoral, y la comunicación entre diferentes comarcas.

Predominan los planos regulares de tipo cuadrícula, triangular y de forma ovalada, cerrados por la muralla. Todas las villas tienen un papel esencial en la ordenación del espacio geográfico guipuzcoano, tanto en cuestiones económicas, como sociales y administrativas.

Si bien al principio los términos municipales no eran muy extensos, razones de seguridad provocaron que numerosas aldeas y lugares solicitasen ser anexionados por las villas, por lo que a finales del s. XIV prácticamente todo el territorio estaba bajo su jurisdicción, con la excepción de las Alcaldías Mayores de Sayaz, Ariztondo, Arería, y el Señorío de Oñati.

En la tercera etapa destaca la política expansiva de San Sebastián que se anexiona a localidades como Aduna, Alkiza, Andoain, Urnieta, Zubieta, Lasarte y el puerto de Pasaia, y los intentos, por el contrario, de desanexión de pequeñas localidades que, por motivos defensivos en los conflictos con los Parientes Mayores, se hablan incorporado a las Villas, que fueron apoyados por San Sebastián, por intereses del nº de votos en las Juntas Generales, aumentando progresivamente el número de localidades en el territorio guipuzcoano (en 1615 son ya 65 localidades), y apareciendo los Ayuntamientos que reemplazan a los Concejos abiertos (que sólo se reúnen de forma extraordinaria) y construyéndose las Casas Consistoriales.

La población siguió creciendo de forma paulatina con actividades relacionadas con la agricultura, comercio, pesca y la industria ferrona. La revolución de los precios y salarios, por el flujo del oro y plata americanos, la aparición de otros centros europeos, las dificultades comerciales, etc, se unieron para producir una fuerte crisis en el s.XVII.

Durante el s. XVIII el crecimiento es muy lento, se producen cambios en las estructuras agrarias, se produce la crisis final de las ferrerías, y destaca el papel comercial de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y el cultural y reformista de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (1764), en una sociedad con dificultades económicas, tensiones y conflictos, aumentando el protagonismo de los burgueses y el papel de las Villas en un mundo cada vez más urbano, y siendo muy importante los enfrentamientos entre San Sebastián y el resto de la Provincia por cuestiones económicas, aduaneras, comerciales, ideológicas y políticas, que tuvieron continuidad en las guerras Carlistas y que duraron hasta la abolición de los Fueros (1876).

Hay que destacar la construcción del Camino Real (1757- 1780) entre Leintz- Gatzaga e Irún, que supuso un cambio en las comunicaciones y en la ordenación del territorio.

En 1813 se produce el incendio y posterior reconstrucción de San Sebastián, con lo que se inicia un proceso de renovación urbana que luego será imitado en otras villas, aunque con las limitaciones de las murallas.

Llegamos ahora a la cuarta etapa del proceso urbanizador que estamos resumiendo en estas líneas. Desde mediados del s.XIX, en Gipuzkoa, se inicia un aumento continuado de la población y el proceso de industrialización en los sectores papelero, textil, siderúrgico y minero, con una gran diseminaciín por toda la Provincia, y unas empresas de tamaño medio y pequeño. En 1854, San Sebastán es capital de Gipuzkoa. En 1889 tenemos las Ordenanzas de Edificación de Donostia.

A comienzos del s.XX, avanza notablemente el proceso industrializador con nuevas inversiones y creación de empresas, destacando especialmente el sector siderometalúrgico, el armero y el papelero, quedando en lugar más secundario el textil, el químico, el cementero, el del mueble y el alimenticio.

Nos encontramos en el período en el que se configuran totalmente los límites del territorio guipuzcoano, con la incorporación de Oñati, y en el momento en el que se derriban las murallas y aparecen los ensanches (San Sebastián, Irún, Tolosa, Bergara, Pasai Antxo, Zarautz, etc). Llega en 1864 el Ferrocarril Madrid-Irún, el mismo año en el que se aprueba la Ley de Ensanches y se realiza el de Cortázar en San Sebastián.

En 1906 se aprueba el Catastro de Urbana, Ordenanzas de Edificación de 1930 en Donostia, con el concepto de “ Ciudad-Jardín” y de 1932 en Rentería.

En 1942 tenemos el Plan Provincial de Gipuzkoa y en 1950 se elabora el Plan General de San Sebastián y su área de influencia, ambos documentos de gran trascendencia, al menos en el plano conceptual, que pusieron las bases para muchos estudios, trabajos y proyectos posteriores. En 1954, Planes de Ordenación de Pasaia y Hernani, y en 1955 el de Rentería.

La quinta etapa se inicia con la aprobación en 1956 de la Ley del Suelo y Ordenación Urbana, que incluye a la ciudad y el territorio en un marco global, existiendo la posibilidad de realizar documentos de planeamiento a diferentes escalas espaciales (municipal, comarcal, etc.) y se regula la participación de los ciudadanos en el proceso de tramitación.

El Plan de Estabilización (1959) abre la etapa desarrollista, iniciándose una fuerte expansión demográfica, aumento de la actividad económica y un fuerte ritmo de crecimiento en todas las ciudades. En 1962 se redactan los Planes Generales de Donostia y de Urnieta. En 1964 tenemos los de Usurbil y Lasarte, y en 1965 el de Lezo.

Es la época de los grandes movimientos migratorios interiores, de los Planes de Desarrollo, de los Polos y Polígonos Industriales, del comienzo del turismo, y de unas políticas urbanas de carácter desarrollista, en contradicción con el marco legal existente que preconizaba un crecimiento urbano más equilibrado y dinámico, que produjo importantes costes sociales y ambientales, creando en los espacios urbanos numerosas y profundas distorsiones, que han llegado hasta nuestros días.

Aparecen conjuntos residenciales de carácter colectivo en las periferias promovidos por Organismos Oficiales, se renovaron de forma brutal los cascos históricos y los Ensanches del s.XIX, con la implantación de numerosas actividades terciarias y viviendas de lujo para minorías privilegiadas, aumentando la especulación del suelo y de las viviendas y locales, al tiempo que se agrava la problemática del medio ambiente urbano y de los espacios rurales próximos.

En los años 60 llega el fenómeno de la consideración de la realidad urbana bajo la óptica de formación de un Sistema Urbano dirigido por una serie de áreas metropolitanas, cuya clasificación se introdujo en el III Plan de Desarrollo (1972-1975) que no llegó a institucionalizarse. En Gipuzkoa se considera la existencia de un Area Metropolitana desde la Comarca de San Sebastián hasta Irún- Hondarribia. En 1966 se redacta el Plan Provincial de Ordenación Urbana de Gipuzkoa. En 1971 tenemos el Plan de Oiartzun, en 1978 el Plan Especial de la Vega de Zubieta, y en 1979 el Avance del Plan de Donostia.

La crisis energética del año 73 y el inicio de la transición política coinciden con el comienzo del descenso demográfico, graves problemas económicos y el declive urbano como una consecuencia de la crisis económica. Las ciudades más afectadas fueron las que se vieron sometidas a fuertes procesos de reconversión industrial, lo que produjo graves problemas sociales, afectó a las actividades de servicio urbano y a la calidad de vida de sus habitantes, con la aparición de formas de marginalidad urbanística, social y económica.

En 1982, se inicia lo que podemos denominar como política oficial de reconversión urbana, tratando de sanear los sectores en crisis, delimitando las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR, 1984), descentralizando las localizaciones industriales y potenciando las ciudades de tamaño medio. Las ciudades más grandes tienden a estancarse, si bien continúan creciendo sus periferias y adquieren mayor protagonismo las ciudades medias.

Con este panorama llegamos a los años finales de la década de los 80 y entramos en la de los 90 hasta nuestros días, en lo que se continúa en gran parte con la tendencia anterior, si bien ya se desarrollan, poco a poco, los nuevos planteamientos: adaptación a la realidad europea; Primacía de las actividades terciarias; Mantenimiento y recuperación de actividades industriales de transformación, especialmente las de alta tecnología con la creación de Parques Tecnológicos: Desarrollo de operaciones urbanísticas que apoyen a las economías urbanas y transformen físicamente la ciudad; Mejora del medio ambiente urbano y de las condiciones de vida; Mejoras cuantitativas y cualitativas en las poíticas de vivienda; Servicios urbanos; Recuperaciòn y nuevos diseños en los espacios poblicos; Conservación y rehabilitación del Patrimonio Urbano; Planes Integrales de Saneamiento Ambiental; Asociacionismo vecinal; y políticas de Ordenación del Territorio.

De la cronología de esta etapa destacamos El Plan General de Ordenación Urbana de San Sebastián (1962), la Ley de Ordenación del Territorio del País Vasco (1990), las Directrices de Ordenación Territorial de la Comunidad Autónoma del Pas Vasco (1994), la elaboración de numerosas Normas Subsidiarias y Planes en diversos Ayuntamientos, y la aprobación el 6 de marzo de 1995, del Plan General de Ordenación Urbana de Donostia- San Sebastián.

4. COMARCAS Y MUNICIPIOS.

La variedad del territorio guipuzcoano nos permite considerar siete comarcas que renen a un total de 88 municipios y a una población de 676.208 habitantes en el año 1996: Bajo Bidasoa, Donostia-San Sebastián, Alto Deba, Bajo Deba, Tolosa, Goierri y Urola Costa.

Como podemos comprobar en el cuadro nº1, todas tienen una superficie similar, excepto las del Bajo Bidasoa y Bajo Deba, que también son las que cuentan con menor número de municipios. El número de núcleos de población también es bastante similar, con la excepción del Goierri y de la comarca de Tolosa, donde se eleva su n´mero de manera importante. La población se reparte de manera uniforme, siendo la menos poblada la comarca de Tolosa, y la más poblada la de Donostia-San Sebastián.

Esta regularidad está en relación con las características de los Valles guipuzcoanos que marcaron la pauta de los asentamientos, de las áreas de población y del proceso urbanizador, que se extendió de forma bastante homogénea por todo el territorio, manteniendo la personalidad de cada una de sus Comarcas y evolucionando hacia una Región Urbana con una importante red de núcleos urbano. (V. Cuadros nº2, nº3, nº4 y nº5).

Tenemos 20 municipios con una extensión entre 10 y 20 kilómetros cuadrados, lo que supone el 22,7% del total de municipios, siendo la cifra absoluta y porcentaje más elevado de todos los grupos que podemos hacer para estudiar la extensión municipal.

El grupo más pequeño, en cuanto a su número, es el de 7 municipios que están entre 15 y 20 km2 (7,9%) y el de más de 100km2, con un solo municipio (Oñati).

El resto de los grupos aparecen en el cuadro nº6, en el que comprobamos que casi todos los niveles estén bien representados, si bien sobresale el tamaño pequeño de los municipios guipuzcoanos, ya que los grupos de menos de 20km2. reúnen a 53 municipios (60%). Los intermedios (entre 20 y 50km2.) son 26 municipios (29,5%) y los grandes (más de 50 km2) son tan sólo 9 municipios (10,5%).

Para conocer el grado de urbanización de la población recurriremos a su distribución en 3 grandes grupos: 1/ de menos de 2.000 Hab., 2/ entre 2.001 y 10.000 Hab., y 3/ de más de 10.001 Hab.

En el primer grupo encontramos a 47 municipios con un total de 31.794 Hab., lo que supone el 4,70% de la población, que podemos considerar rural. En el segundo grupo, que podemos llamar intermedio o semiurbano, tenemos 22 municipios con un total de 114.480 Hab., lo que representa el 16,92% de la población. En el grupo totalmente urbanos tenemos 19 municipios con 529.934 Hab., lo que supone el 78,36% de la población. No obstante, hay que indicar que gran parte de la población del segundo grupo, presenta las mismas características de urbanización que las del tercer grupo, por lo que podemos afirmar que, aproximadamente, el 90% de la población guipuzcoana presenta rasgos totalmente urbanos (V. cuadros nº 7 y nº 8).

Si analizamos más en detalle el tamaño de los municipios, según el número de habitantes, destaca el hecho de que el 26,31% de la población se concentra en Donostia- San Sebastián, lo que supone un grado moderado de macrocefalia de la capital, a diferencia de lo que ocurre con las capitales de Bizkaia y Araba.

El segundo grupo en importancia demográfica es el de los núcleos entre 10.001 y 20.000 Hab., que reúnen a 203.263 Hab., lo que representa el 30%. Le sigue el grupo entre 20.001 y 50.000 Hab., con 94,548 Hab., y el 13,98% de la población total. En los de menos de 500 Hab., tan sólo encontramos a 5679 Hab., lo que supone el 0,83% del total. Los demás grupos están representados por porcentajes variados que oscilan entre el 0,9% y el 10,98%. Estos datos, una vez más, nos hablan de una ocupación bastante uniforme del territorio, lo que permite su optimización y el desarrollo correcto de Comarcas y Areas Funcionales en las políticas de Ordenación del Territorio, si bien será necesario corregir el declive registrado en los últimos años, por la crisis económica y demográfica, en algunos municipios y comarcas, lo que repercutirá favorablemente en el conjunto de Gipuzkoa (véanse mapas nº 1 y nº 2).

5. GIPUZKOA; UNA REGIÓN URBANA.

Podemos definir a las Regiones Urbanas como espacios organizados por una red urbana jerarquizada. El territorio guipuzcoano se ajusta perfectamente a esta definición.

Nos encontramos con una malla compleja de caserÌos dispersos, pequeños núcleos rurales y una red de pueblos y villas, que se distribuyen por la geografía guipuzcoana en un paisaje fuertemente impactado por el fenómeno urbano-industrial.

Existe un cierto equilibrio en la distribución espacial de la población y de los núcleos urbanos, pero con graves problemas urbanísticos y ambientales, tanto en sus cascos históricos como en sus periferias, así como en el nivel de infraestructuras y equipamientos.

Esta población desarrolla una serie de flujos o movimientos de distinta índole (económicos, sociales, comunicaciones, información, etc), a lo largo del tiempo, que se materializan en el espacio geográfico, a través de una serie de “ canales” o “ conductos” dando lugar a la formación de una red urbana con sus diferentes núcleos o nudos, o los pueblos y ciudades, en los que confluyen los flujos. La evolución de la población queda reflejada en el cuadro nº 9.

La posición de los núcleos, la intensidad y persistencia de los flujos, de acuerdo con una serie de hechos físicos, humanos, económicos y sociales, produce una jerarquización de los núcleos, que van extendiendo su influencia hacia las áreas próximas, produciéndose procesos de difusión e integración de las mismas en un único conjunto urbano, y formando la Región Urbana de Gipuzkoa.

El entramado urbano, desarrollado en la costa y en los valles ha dado lugar a numerosas conurbaciones, es decir dos o más núcleos que creciendo por separado acaban juntándose en un conjunto urbano, como son los casos de San Sebastián y su área periférica; Irún-Hondarribia; Andoain-Billabona; Arrasate-Aretxabaleta; Zumárraga-Urretxu; Beasain-Ordizia-Lazkao-Olaberria; Azpeitia-Azkoitia; etc.

Las Comarcas de Donostia- San Sebastián y del Bajo Bidasoa (Irún- Hondarribia) han configurado lo que podemos denominar Area Metropolitana, que presenta como características la existencia de núcleo principal o Ciudad Central con su área de influencia, concentración importante de población con puestos de trabajo en las Comarcas, predominio de actividades terciarias, relaciones de interdependencia entre los diferentes núcleos, elevado grado de interrelación en las comunicaciones económicas y sociales, y existencia de un sistema de transportes y comunicaciones suficientemente desarrollado para mantener las relaciones entre la Ciudad Central y su área de influencia, al tiempo que facilita su conexión con otros sistemas urbanos próximos.

El hecho de que estas Comarcas, encabezadas por la capital, estén localizadas en el nordeste de Gipuzkoa, hace que no controlen de forma completa el territorio del resto de la Región Urbana. Así el Valle Medio del Deba se orienta hacia el Valle Vizcaino del Ibaizabal; el Alto Urola y el Goierri se relacionan con la Comarca navarra de Burunda; y el Alto Deba mira hacia Vitoria- Gasteiz con flujos cada vez más importantes.

Por el contrario las comarcas de la capital y la del Bajo Bidasoa tienen flujos importantes con el Laburdi litoral y con el noroeste de Navarra.

Si atendemos a la población y a los bienes y servicios que la misma recibe de los diferentes núcleos en los que reside, a las necesidades que pueden satisfacerse y al conjunto de actividades que se realizan, es decir a lo que podemos llamar grado de centralidad de los municipios guipuzcoanos, estos se pueden clasificar en siete niveles de jerarquía. (ver Mapa nº 3).

En el primer nivel tenemos a Donostia-San Sebastián. En el segundo están Irún, Rentería y Eibar. En el tercero se encuentran Arrasate-Mondragón, Zarautz, Hernani, Pasaia, Lasarte-Oria, Tolosa y Bergara. En el cuarto nivel se sitúan Andoain, Beasain, Hondarribia, Azpeitia, Zumarraga, Elgoibar, Oñati y Azkoitia. En el quinto nivel de jerarquía se localizan Ordizia, Legazpi, Oiartzun, Zumaia, Urretxu, Aretxabaleta, Billabona, Lezo, Usurbil, Zestoa y Deba. En el sexto nivel hay un total de 25 municipios: Lazkao, Urnieta, Soraluce, Mutriku, Ibarra, Orio, Astigarraga, Eskoriatza, Zizurkil, Getaria, Antzuola, Idiazabal, Anoeta, Alegia, Zaldibia, Ataun, Zegama, Aia, Segura, Ormaiztegi, Legorreta, Mendaro, Asteasu, Olaberria y Amezketa. En el séptimo nivel los 33 municipios restantes.

6. GIPUZKOA EN EL SISTEMA URBANO VASCO.

Por Sistema Urbano entendemos un conjunto de ciudades con sus características más las relaciones entre las ciudades, entre las ciudades y sus características y entre las características.

Con la palabra relaciones, nos referimos a las posibles interrelaciones, interconexiones, interdependencias e interacciones que puedan producirse en el conjunto del Sistema. Habrá que estudiar la estructura, la funcionalidad, los procesos y las formas resultantes. Es importante conocer la distribución por tamaños de los núcleos, la distribución espacial, y la distribución funcional del sistema. Los Sistemas pueden dividirse en subsistemas.

En el País Vasco, de forma progresiva, se ha ido formando lo que ahora denominamos Sistema Urbano, quedando Gipuzkoa integrada en el mismo como una Región Urbana con sus Comarcas y Areas Funcionales.

Como condicionantes históricos de la formación del Sistema Urbano Vasco, tenemos la fundación de las Villas medievales y el impacto de la industrialización en Bizkaia y Gipuzkoa, que eran las áreas con mayor densidad de poblamiento.

En el período de máximo desarrollo (1950-1970), las regiones urbanas de Bizkaia y Gipuzkoa ejercieron su influencia sobre las regiones próximas, afectando por lo que se refiere a Euskal Herria, de forma positiva a los territorios de Araba y Navarra, y dando lugar a fuertes impactos medioambientales, procesos especulativos en el suelo urbano-industrial, y procesos de suburbanización de muchas áreas rurales, en sus propias ciudades y comarcas, cuya huella en los paisajes de Bizkaia y Gipuzkoa es evidente en la actualidad.

El Sistema Urbano Vasco con el que nos encontramos está organizado por las tres capitales, Bilbao, Donostia-San Sebastián y Vitoria-Gasteiz, que lideran sus respectivos territorios, con primacía de Bilbao, y formando un Sistema Polinuclear.

Gran parte de los núcleos urbanos quedan bajo la influencia de las tres capitales, pero hay algunos casos que escapan a su influencia y se orientan hacia ciudades de otras regiones, como es el caso del sector meridional de Alava en relación a Logroño y Miranda de Ebro, al igual que ocurre dentro de los propios territorios vascos, con las áreas de Gipuzkoa que se orientan hacia Bizkaia y Alava, que antes hemos indicado.

Dentro de este Sistema Urbano Vasco, Gipuzkoa ocupa un lugar estrategico de cara a las relaciones con el espacio urbano europeo a través de las conexiones con el Laburdi litoral, presidido por Baiona, que forma una importante conurbación, y a las relaciones con el resto de la Comunidad Autónoma y con Navarra hacia el Eje del Ebro.

Sobresale el papel del Area Metropolitana de Donostia- San Sebastián, que se prolonga hasta Irún-Hondarribia, con importantes áreas residenciales, comerciales e industriales. La autovía de enlace con Pamplona ha reforzado las relaciones con Navarra y el Valle del Ebro.

Destacamos también los flujos existentes entre el Valle Medio del Deba (Eibar, Elgoibar) con el Valle del Ibaizabal (Durango, Elorrio, etc); entre el Alto Deba y Vitoria- Gasteiz,; entre las áreas de Donostia y del Bajo Bidasoa con el noroeste de Navarra; y del Alto Urola y el Goierri con la comarca navarra de la Burunda.

Dentro del Sistema Urbano Vasco podemos diferenciar un Subsistema litoral, en el que se encuentra Gipuzkoa junto con Bizkaia y el Laburdi litoral, y un Subsistema interior con las tierras de Alava, Navarra, Benabarra y Zuberoa.

En el Subsistema litoral destaca la fuerte concentración del Area de Bilbao y de Baiona, frente a la dispersión guipuzcoana de núcleos medianos y pequeños que garantiza un mejor equilibrio de cara a las relaciones, conexiones, ocupación del suelo, desarrollo de comarcas y políticas de Ordenación del Territorio.

Además debemos considerar, dentro del Sistema, a los Ejes de desarrollo que se están formando, como es el caso de Bizkaia-Gipuzkoa-Laburdi; el de Bizkaia- Cantabria;Alava-Burgos;Gipuzkoa-Navarra; y Navarra-Laburdi-Benabarra-Zuberoa, que a su vez entran en relación con los grandes Ejes como los del Arco Atlántico, Valle del Ebro-Costa Mediterránea, o el de la N-1 hacia tierras de Castilla-León, Madrid, Extremadura y Portugal.

Gipuzkoa, con su tradicional dinamismo y su equilibrio territorial, supone una aportación muy importante al conjunto del Sistema Urbano Vasco, para mantener su dinamismo, conseguir atraer inversiones y mejorar la calidad ambiental, al tiempo que se van mejorando los límites administrativos para conseguir espacios regionales integrados en los grandes sistemas urbanos europeos, que en estos momentos están evolucionando muy rápidamente, existiendo el riesgo de quedar en la periferia de los mismos.

7. INTEGRACIÓN EN EL ESPACIO URBANO EUROPEO.

En el Sistema Urbano Europeo destacan las áreas del triángulo Londres- París- Amsterdam y la cuenca del Rhin-Ruhr, con una extensión hacia el sur de Alemania y el norte de Italia, formando la llamada “ Dorsal Europea” o “ Banana Azul”, por la forma que puede dibujarse en un mapa con esta serie de regiones, de redes, de flujos, y de ejes de desarrollo.

A este conjunto se le está añadiendo el Eje que desde Milán se extiende hasta Barcelona y la costa mediterránea española, pasando por el sur de Francia, y que es conocido con la denominación de Eje Mediterráneo, y que se configura como un espacio de elevada centralidad, si bien, al igual que ocurre en la “ Dorsal”, también pueden establecerse relaciones centro-periferia en cada una de sus regiones, es decir situaciones desiguales en cuanto a los núcleos de desarrollo, inversiones, calidad de vida, infraestructuras, equipamientos, servicios, etc..., Las relaciones interciudades son el elemento clave en la integración y el dinamismo de las nuevas regiones europeas.

En la Península Ibérica hay además otros espacios que van aumentando progresivamente su centralidad como son el Eje la Coruña-Oporto, el área de Sevilla- Bahía de Cadiz-Costa del Sol y el Eje Valle del Ebro que nos conecta con el Eje Mediterráneo y que nos coloca en una posición estratégica, tanto en relación al mismo como al Eje Atlántico y a las conexiones con el centro de las tierras peninsulares en dos direcciones, una el Eje Gipuzkoa-Vitoria-Burgos-Valladolid-Salamanca-Aveiro (Portugal), y la segunda el eje Gipuzkoa-Vitoria-Burgos-Madrid. El área de Madrid queda englobada en el conjunto del Eje del Valle del Ebro y los espacios mediterráneos formando el espacio dinámico europeo, junto con el sur de Francia y el norte de Italia, al que antes nos hemos referido.

En la actualidad el Eje Atlántico, el que se encuentra Gipuzkoa, constituye un sistema urbano poco integrado, con ciudades de nivel medio y pequeño que mantienen escasas conexiones entre sí, lo que da lugar a un espacio urbano poco estructurado y con un dinamismo moderado, quedando en la periferia de los grandes espacios europeos.

El País Vasco y en concreto Gipuzkoa, aparecen en la encrucijada de los Ejes Madrid-París-Eje del Ebro y Cornisa Cantábrica, con una ventajosa posición estratégica, cerca de los centros más dinámicos e innovadores de Europa, en la órbita de las altas tecnologías, en la frontera que divide el sistema norte europeo y el sistema sur (es decir la llamada Diagonal de las Dificultades, que separa las áreas con mayores dificultades estructurales por una saturación y envejecimiento, de las áreas con mayor crecimiento), y con grandes posibilidades de integración en los espacios urbanos más dinámicos.

El esfuerzo que se está realizando en materia tecnológica; en el sector servicios; en la actividad comercial; en las interconexiones de las ciudades; en las comunicaciones con otras regiones, ejes y corredores; en la cooperación transfronteriza; y en la calidad urbana y ambiental; nos permiten confiar en el importante papel que podemos desempeñar en esa posición estratégica de cara al Arco Atlántico y a los espacios urbanos europeos más dinámicos.

La Geografía urbana guipuzcoana, con sus pueblos, ciudades y comarcas, nos da las bases necesarias para que a partir de algunas correcciones en la ordenación de nuestro medio físico, de nuestro sistema de asentamientos con la política de suelo adecuada para diferentes usos, desarrollando el planeamiento municipal, los procesos de renovación y rehabilitación urbana, mejorando los paisajes industriales, incrementando las áreas de esparcimiento, ordenando las infraestructuras y los equipamientos, podamos desempeñar un papel esencial en el Sistema Urbano Vasco y en su proceso de integración en el Espacio Urbano Europeo más desarrollado y con posibilidades de un futuro prometedor.

8. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS ESTRUCTURAS TERRITORIALES.

El conocimiento de las estructuras, es decir de las características, de los elementos y de las relaciones que configuran la realidad de un territorio es algo esencial en cualquier estudio que pretenda conocer la estructura espacial de los asentamientos, con sus interrelaciones, conexiones y jerarquías para llegar a una comarcalización; establecer las potencialidades y deficiencias existentes con sus repercusiones económicas: y determinar las líneas básicas de la política territorial y de ordenación del territorio.

Este tipo de estudios se plantea bajo la metodología del análisis de sistemas.

Se estudian los elementos, los atributos y las relaciones existentes en cada uno de los componentes del sistema territorial: medio físico; población; asentamientos (con el estudio del sistema urbano); actividades económicas; conexiones; proceso histórico; y marco jurídico, administrativo y político. En el Modelo Territorial resultante se tendrán en cuenta las economías de escala, las de aglomeración y las de urbanización, para establecer la correspondiente planificación territorial.

En estas breves líneas, no podemos abordar toda esta temática, pero haremos algunas indicaciones básicas.

Los recursos naturales y el suelo urbanizable de Gipuzkoa juegan un papel esencial a la hora de conocer en profundidad las estructuras territoriales y pensar en una ordenación del medio físico.

Es necesario establecer categorías de ordenación del suelo urbanizable; crear una red de espacio naturales protegidos y áreas de interés especial; regular todos los usos actuales y potenciales del medio físico teniendo en cuenta su conservación, las actividades de ocio, las actividades económicas, las infraestructuras, las localizaciones aisladas de asentamientos, y el desarrollo urbanístico. Esto se realiza a través del Planeamiento Municipal, de Planes Territoriales Parciales, de Planes Territoriales Sectoriales, o de Normas Subsidiarias.

Se deben desarrollar políticas de suelo para viviendas y actividades económicas, tanto en las áreas urbanas actuales, como en las que ofrecen posibilidades de expansión o de convertirse en alternativas. Destacamos también las intervenciones en el Patrimonio Cultural y Arqueológico, Rehabilitación de Cascos Históricos, procesos de Renovación Urbana, obras de Restauración, mejora de Paisajes Industriales, y distribución de Areas de Esparcimiento. De especial trascendencia es lo relativo a las redes de carreteras, autovías, autopistas, ferrocarril, alta velocidad, aeropuertos, puertos y telecomunicaciones.

Para completar el tema de las Estructuras Territoriales hay que añadir la ordenación en lo referente al tema del agua, la energía, los residuos sólidos y los equipamientos, que afectan a cada localidad y comarca de forma diferente, pero que deben ser tratados de una manera integral en el conjunto del territorio guipuzcoano.

9. LAS ÁREAS FUNCIONALES.

Si tenemos en cuenta la red urbana, los flujos existentes y los diferentes grados de centralidad en los municipios guipuzcoanos, llegamos a la conclusión de que en nuestro territorio se están formando una serie de comarcas o áreas funcionales, que aparecen como un nivel intermedio entre los municipios y el sistema urbano vasco, que son un elemento esencial para conseguir un equilibrio espacial, establecer potencialidades y deficiencias y definir las líneas básicas de la política territorial, señalando el nivel de cada núcleo de población, los usos del suelo, las actuaciones económicas, las infraestructuras, etc.

Los expertos que han trabajado en las Directrices de Ordenación Territorial, han fijado para Gipuzkoa las siguientes áreas funcionales: Donostia-San Sebastián; Beasain- Zumárraga; Eibar; Mondragón-Bergara; Tolosa; y Zarautz-Azpeitia. (V. Mapa nº4).

El Area de Donostia- San Sebastián con trece municipios que se engloban en las Comarcas de Donostia y del Bajo Bidasoa, dan lugar a un espacio urbano continuado que enlaza con el conjunto de Laburdi litoral, siendo un elemento clave del sistema urbano vasco y estando en fase de metropolitanización.

La capital junto con Rentería, Pasaia, Lezo forma una conurbación, al igual que ocurre con Irún y Hondarribia, formando los dos grupos de mayor jerarquía urbana y centralidad del Area Funcional. Les siguen en importancia Hernani, Lasarte-Oria, Oiartzun, Andoain, Usurbil, Urnieta y Astigarraga. La especialización funcional, más que las relaciones de dependencia, es la que establece el grado de las relaciones entre los núcleos urbanos.

Este conjunto ejerce influencias sobre el área de Orio, de Billabona-Zizurkil- Aduna, el Laburdi litoral y el noroeste de Navarra. Podemos hablar del Corredor Donostia-Baiona.

Pese a la elevada densidad (1.007 Hab./Km2) la distribución espacial de la población es bastante equilibrada, con un crecimiento lento, siendo el espacio urbano con mayor desarrollo del sector terciario de la Comunidad Autónoma, ocupando al 58% de una población activa. El sector de la construcción ocupa al 6%, la industria al 33% y el sector primario al 3%.

El Area de Beasain-Zumárraga, con 22 municipios, coincide prácticamente con el Goierri. Tiene una densidad de 193 Hab./Km2 con tendencia a un desequilibrio espacial de la población que queda englobada en las Areas de Beasain-Ordizia- Lazkao y Zumarraga-Urretxu, de forma preferente, seguida de Legazpi, que queda en la órbita de Zumárraga-Urretxu junto con Gabiria y Ezkio-Itxaso.

La jerarquía urbana está encabezada por el conjunto Beasain-Ordizia-Lazkao, por su posición junto a la N-1. Todo el conjunto tiene problemas referidos al crecimiento de la población, a la renovación urbana, a paisajes industriales deteriorados y a la mejora de las comunicaciones. La población activa se concentra prácticamente en el sector industrial (60%), frente al sector servicios y la construcción (38%) y al primario (2%).

El Area de Eibar, con 8 municipios, coincide con gran parte de la Comarca del Bajo Deba, teniendo en cuenta que en el estudio de las Directrices se incluyen las localidades vizcainas de Ermua y Mallabia, por razones funcionales.

Precisamente el conjunto urbano de Eibar-Ermua, es el que encabeza la jerarquía urbana, seguido de Elgoibar, Deba, Soraluze, Mendaro, Mallabia.

La población con una densidad de 383 Hab./Km2 presenta una tendencia decreciente debido a los efectos de la crisis económica, y al elevado grado de congestión, por la concentración espacial, en una pequeña parte del territorio de la comarca, con la excepción de los municipios costeros, en los que destaca el papel turístico de Deba. El sector industrial ocupa al 60% de la población activa, frente aun 37% del sector servicios y de la construcción y un 3% del sector primario.

Parte de la comarca se orienta al Duranguesado. Se imponen importantes procesos de diversificación industrial, de descongestión urbanística, de mejora de los paisajes industriales, de renovación urbana y de mejora de las comunicaciones y conexiones de esta comarca con los ejes principales.

El Area de Mondragón-Bergara en el Alto Deba, cuenta con 8 municipios, estando encabezada la jerarquía urbana por Mondragón y Bergara y siguiéndoles Oñati, Aretxabaleta, y Eskoriatza como núcleos principales. Elgeta y Antzuola quedan en la órbita de Bergara y el resto gravita hacia Arrasate-Mondragón.

La población con una densidad de 159 Hab./Km2, presenta una ligera tendencia regresiva. El sector industrial ocupa al 64%, el de servicios y construcción al 34% y el primario al 2%, teniendo gran importancia el modelo cooperativo en su organización.

Se impone una mayor diversificación industrial, incremento del sector servicios, mejora de las infraestructuras y de las comunicaciones, procesos de renovación urbana y mejoras en los paisajes industriales.

El Area de Tolosa coincide con la comarca del mismo nombre entorno a la N-1 y al curso medio del Oria, contando con 28 municipios. La jerarquía urbana está encabezada por el conjunto de Tolosa-Ibarra, seguido de Billabona y presentando una distribución espacial adecuada al territorio. Larraul, Asteasu, Zizurkil y Aduna gravitan hacia Billabona.

La población con una densidad de 135 Hab./Km2, sigue una tendencia regresiva.

La industria ocupa al 49% de la población activa, el sector de servicios y de la construcción al 43% y el sector primario al 8%.

Es importante frenar su declive económico con una mayor diversificación industrial, potenciación del sector terciario, renovación urbana, promoción pública de viviendas, mayor nivel de equipamientos, mejora en paisajes industriales, accesos y comunicaciones.

El Area de Zarautz-Azpeitia, coincide con la comarca de Urola-Cosat, tiene diez municipios, cuya jerarquía urbana está encabezada por Zarautz seguido de Azpeitia, Zestoa, Zumaia, Orio, etc. Azpeitia ejerce influencia sobre Azkoitia, Zestoa, Beizama, y Errezil, gravitando el resto de los municipios hacia Zarautz. Comarca de gran potencial, siendo destacable junto con las actividades comerciales e industriales el fenómeno turístico y el de la segunda residencia.

La población con una densidad de 179 Hab./Km2 tiene un crecimiento moderado, estando ocupada el 47% de su población activa en el sector industrial, el 43% en el de servicios y construcción, y el 10% en el sector primario.

10. EL MODELO URBANO DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN Y SU ÁREA PERIFÉRICA.

Con esta denominación nos referimos a una aproximación a la realidad morfológica-funcional del conjunto urbano que forma la capital guipuzcoana y una serie de municipios próximos, algunos de ellos formando una conurbación con Donostia, que ocupan un sector del litoral, entre las bahías de la Concha y Pasaia, y de las vegas del Urumea, Oria, Oiartzun y Regata de Añorga.

Este modelo urbano, con sus formas, usos del suelo, equipamientos, infraestructuras, actividad socioeconómica, flujos, etc., se ha ido configurando a lo largo de diferentes etapas: 1/ Hasta mediados del S.XII predomina el carácter rural; 2/ Desde mediados del S.XII hasta comienzos del S.XV, con la fundación de la capital y su consolidación como primer núcleo urbano de la comarca, su fortificación, aumento de población, y dominio sobre un amplio término municipal, desarrollo del puerto comercial y de la red de caminos; 3/ Desde comienzos del S.XV hasta finales del S.XVIII, destaca el papel militar de la ciudad y el declive de su poder económico, la reducción de su término municipal, crecimiento de los arrabales del Antiguo, San Martín y Santa Catalina, y obras de ampliación del puerto; 4/ Desde comienzos del S.XIX hasta el derribo de las murallas en 1863, etapa en la que destacamos el incendio de 1813, las obras de reconstrucción en 1816, el comienzo del turismo en 1845, la inauguración de la carretera N-1 en 1847 y la capitalidad de 1854; 5/ Desde 1864 hasta 1955, con el ensanche de Cortázar hasta la Avenida, el ensanche meridional, el ensanche oriental, la evolución de otros barrios, la ocupación de parte de la Vega del Urumea, crecimiento general de todo el conjunto urbano central y periférico, y el Plan General de 1950; y 6/ Desde 1956 hasta nuestros días, con la Ley del Suelo, el Plan General de 1962 de Donostia y otros polanes en los municipios del área periférica, el Plan de Ordenación Urbana de Gipuzkoa de 1966, la ley de Ordenación del Territorio de 1990 y sus Directrices de 1994, el Plan General de Donostia 1995, y la formación de periferias urbanas, áreas funcionales y proceso de configuración de un Area Metropolitana.

Las unidades del modelo urbano son las siguientes: 1/ Ciudad Central con el Distrito Central y el Area Complementaria; 2/ El Area Periférica con el corredor submetropolitano y los corredores Suburbanos.

El Distrito Central tiene como eje principal a la Avenida de la Libertad, extendiéndose desde este eje hasta el Boulevard y hasta la Plaza del Buen Pastor. En esta área destaca la Plaza de Gipuzkoa con el Palacio de la Diputación Foral. Estamos en la zona más representativa y de actividad oficial de la ciudad, con una importante actividad financiera y comercial.

El Area Complementaria, tiene un carácter heterogéneo, con servicios y actividades que giran entorno a la función del Distrito Central, contando además con una importante presencia de la actividad residencial.

En esta área, tenemos los sectores occidental y meridional del Ensanche, que forman parte del Centro, Miraconcha, Aldapeta, Aiete, Munto, Bera- Bera, Etxadi, Ondarreta, Igeldo, el Antiguo y Benta Berri, como prolongaciones del sector occidental, y Amara Viejo, San Roque, Morlans, Amara Nuevo, Zorroaga, Anoeta, Errondo, Ciudad Sanitaria y Miramón, como prolongaciones del sector meridional. Además están las áreas de la Parte Vieja, el Ensanche Oriental, Gros, Sagües, Cemoriya, Atocha, Egia y Mundaiz.

El resto de las unidades quedan incluidas en lo que llamamos Area Periférica, en la que diferenciamos el Corredor Submetropolitano, de mayor densidad y continuidad urbana, y los Corredores Suburbanos que presentan rasgos menores de densidad y continuidad urbana.

En el Corredor Submetropolitano tenemos a Ulía, Ategorrieta, Intxaurrondo, La Paz, Bidebieta, Herrera, Alza, Larratxo y los municipios de Pasaia, Lezo, Renteria y Oiartzun.

En el Corredor Suburbano Suroriental, tenemos a Gomistegi, Loiola, Txomin- Enea, Martutene, Sarrueta, Astigarraga, Ergobia, Landarbaso, Hernani y Urnieta. En el Corredor Suburbano Suroriental-Occidental, tenemos a Pakea, Beriyo, Ciudad Universitaria, Lorea, Zapatari, Ibaeta, Igara, Errotaburu, Añorga-Txiki, Rezola, Rekalde, Zubieta, Lasarte-Oria y Usurbil.

CRONOLOGÍA.

1025: Aparece documentalmente el término de Gipuzkoa.

1180: Fundaciones de Donostia- San Sebastián.

1203- 1383: Fundación de Hondarribia, Getaria, Mutriku, Zarautz, Tolosa, Segura, Ordizia, Arrasate-Mondragón, Bergara, Azpeitia, Rentería, Azkoitia, Leintz- Gatzaga, Elgeta, Deba, Soraluze, Eibar, Elgoibar, Zumaia, Usurbil, Orio, Hernani, Zestoa y Urretxu.

1696: Libro de los Fueros de Gipuzkoa.

1717: Decreto de Traslado de las Aduanas a la Costa.

1749: Comienza la redacción del Catastro de Ensenada.

1757- 1780: Camino Real (entre Leintz-Gatzaga e Irún).

1813: Incendio y reconstrucción de San Sebastián.

1833: División Territorial del Estado en provincias.

1841: Traslado definitivo de las Aduanas a las Costas.

1845: Incorporación de Oñati a Gipuzkoa.

1854: San Sebastián, capital de Gipuzkoa.

1861: Registro de la Propiedad.

1863: Derribo de las murallas de San Sebastián.

1864: Ensanche de Cortázar en San Sebastián. Ferrocarril Madrid-Irún. Ley de Ensanche de Poblaciones.

1876: Abolición del Régimen Foral. Modificación de la Ley de Ensanche.

1892: Nueva modificación de la Ley de Ensanche, que provocó su generalización en las ciudades.

1906: Catastro de Urbana.

1921: Ley de Casas Baratas (hay otra Ley anterior de 1911).

1924: Estatuto Municipal (impone la obligación a todos los municipios de más de 50.000 habitantes de elaborar un Plan de Extensión).

1939: Ley de Viviendas Protegidas. Instituto Nacional de la Vivienda.

1942: Plan Provincial de Gipuzkoa.

1944: Ley de Viviendas Bonificables.

1946: Ley de Arrendamientos Urbanos.

1950: Plan General de San Sebastián y su área de influencia.

1954: Ley de Viviendas de Renta Limitada.

1955: Plan Sindical de la Vivienda.

1956: Ley del Suelo y Ordenación Urbana.

1962: Plan General de Ordenación Urbana de San Sebastián.

1963: Ley de Viviendas de Protección Oficial.

1966: Plan Provincial de Ordenación Urbana de Gipuzkoa.

1975: Ley de Reforma de la Ley del Suelo. Ley de Régimen Local.

1976: Texto Refundido de la Ley del Suelo y Reglamento.

1978: Constitución. Ley de Viviendas de Protección Oficial. Competencias para las Autonomías en materia de Ordenación del Territorio.

1979: Elecciones Municipales. Avance del Plan General de Donostia- San Sebastián.

1980: Decreto-Ley de Creación de Suelo y Agilización de la Gestión Urbanística.

Campaña Europea para el Renacimiento de la Ciudad.

1982: Se inicia la Reconversión Industrial Urbana. Areas de Rehabilitación Integrada.

1985: Ley de Bases de Régimen Local. Ley del Patrimonio Histórico.

1990: Ley de Ordenación del Territorio del País Vasco.

1994: Directrices de Ordenación Territorial de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

1995: Plan General de Ordenación Urbana de San Sebastián.

1995- 1999: Planes Territoriales Parciales.

1999: Proyecto Eurociudad Vasca Baiona- San Sebastián.

BIBLIOGRAFIA.

Arizaga, B. (1978). El Nacimiento de las Villas guipuzcoana en los siglos XIII y XIV: Morfología y funciones urbanas. Grupo Doctor Camino de Historia Donostiarra, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, San Sebastián.

AA.VV: (1988). Inventario cartográfico de Gipuzkoa. Instituto Geográfico Basco, San Sebastián.

EUSKO JAURLARITZA- GOBIERNO VASCO (1994). Directrices de Ordenación Territorial de l a Comunidad Autónoma Vasca. Dpto. de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. Vitoria- Gasteiz.

EUSKO JAURLARITZA- GOBIERNO VASCO (1994). Lurralde Datutegia. Banco de Datos Territoriales. Dpto. de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente. Vitoria- Gasteiz.

EUSTAT (1998). Euskal Urtekari Estatistikoa. Anuario Estadístico Vasco. 1997- 1998.

Gómez Piñeiro, F.J. (1982). San Sebastián y su área periférica. 3 Vols. Caja de Ahorros Provincial de Gipuzkoa. San Sebastián.

Gómez Piñerio, F.J. (1983). El Sistema Urbano de Euskal Herria. Eusko Ikaskuntza- Sociedad de Estudios Vascos. Cuadernos de Sección, Historia- Geografía nº 1.

Donostia-San Sebastián.

Gómez Piñeiro, F.J. y otros (1978). Geografía de Euskal Herria: Gipuzkoa. Editorial Haramburu. Donostia- San Sebastián.

Gómez Piñeiro, F.J. y otros (1990). Euskadi, en Geografía de España. Volumen V.Editorial Planeta, Barcelona.

Mapas 1 y 2

Mapas 3 y 4