Lurralde inves. esp.

23 (2000)

p. 125-133

ISSN 1697-3070

 

PRIMERA APROXIMACIÓN A UNA CLASIFICACIÓN

DE CURSOS FLUVIALES APLICABLE A LA ORDENACIÓN

 

 

©Alfredo OLLERO OJEDA

Área de Geografía Física,

Dpto. Geografía, Prehistoria y Arqueología,

Universidad del País Vasco

 

 

Laburpena:

Lur-antolaketarako erabilgarria den ibaibide sailkapen baten lehen ekarpena. Ibaiguneen antolaketarako eta gai hauetazko ikerketarako baliogarria izan nahi dadila ibaibideen sailkapen bat proposatzen da. Artikulu honetan, ezaugarri bereziak azalduz, eta baliotasuna hurrengoko lanetan egiaztatuko den, 17 ibai- bide motaren sailkapen bat agertzenda lehen ekarpen bezala.

Hitz gakoak: sistema flubiala. ubide-ereduak. ureztatu-Iaua. paisaia flubiala. lur-antolaketa.

Resumen

Se propone una clasificación de cursos fluviales que se pretende sea útil para la investigación sobre estos temas y para la ordenación de áreas fluviales. En este artículo se expone una primera contribución, consistente en una clasificación de 17 tipos de curso fluvial, cuyas características diferenciadoras son explicadas y cuya utilidad será verificada en trabajos próximos.

Palabras clave: sistema fluvial, modelos de canal, llano de inundación, paisaje fluvial, ordenación

Abstract

First contribution to a classification of natural rivers for management purposes. The objective of this report is to provide a classification of natural rivers that can be applied to research and management activities. In this paper we present a first contribution, consisting of a list of 17 river-types. An explanation of the specific differential features is given in each case. The usefulness of the classification here reported will be verified in further research works.

Key words: fluvial system, channel patterns, floodplain, riparian landscape, management

Laburpena:

Lur-antolaketarako erabilgarria den ibaibide sailkapen baten lehen ekarpena. Ibaiguneen antolaketarako eta gai hauetazko ikerketarako baliogarria izan nahi dadila ibaibideen sailkapen bat proposatzen da. Artikulu honetan, ezaugarri bereziak azalduz, eta baliotasuna hurrengoko lanetan egiaztatuko den, 17 ibai- bide motaren sailkapen bat agertzenda lehen ekarpen bezala.

Hitz gakoak: sistema flubiala. ubide-ereduak. ureztatu-Iaua. paisaia flubiala. lur-antolaketa.

1. INTRODUCCIÓN

Clasificar cursos fluviales implica simplificar un sistema muy complejo y, por tanto, perder mucha información. Sin embargo, nuestro interés por establecer una clasificación surge de la necesidad de contar con una tipología de cursos fluviales que pueda emplearse en distintos proyectos de investigación en curso.

En este caso, mejor que de sistemas fluviales se habla de cursos fluviales, ya que el objetivo de lograr una clasificación es más descriptivo-comparativo que sistémico, es decir, nos interesa más tipificar tramos fluviales que explicar su funcionamiento integrado, lo cual se aborda en otros trabajos.

Se han consultado algunas propuestas de clasificación ya clásicas (Mollard, 1973; Kellerhals et al., 1976; Mosley, 1987; Kellerhals & Church, 1989; Nanson & Croke, 1992; Rosgen, 1994), así como diversos trabajos de síntesis y aplicados que recogen clasificaciones simplificadas (Archambault, 1995; Lane, 1995; Piégay et al., 1996). No obstante, la presente aproximación o contribución previa se basa principalmente en la experiencia del autor en el análisis de diversos sistemas fluviales de la cuenca del Ebro y el País Vasco (Ollero y Pellicer, 1991; Ollero, 1996; Ollero y Ormaetxea, 1996; González et al., 1998; Ollero, 1999).

Los criterios de definición de los tipos de cursos fluviales en que nos hemos basado son complejos, fundamentalmente topográfico-geomorfológicos (perfil longitudinal y transversal del cauce, el llano inundable y el valle, modelos del cauce, dinámica, etc.) asociados al funcionamiento hidrológico, diferente según nos encontremos en cursos altos, medios o bajos, y también en relación con los ecosistemas que se desarrollan en el sistema cauce-riberas, sin olvidar el criterio paisajístico basado en la unicidad visual del tramo o curso en cuestión.

El objetivo de esta clasificación es su aplicación a los siguientes temas:

-Definición de unidades fluviales internamente homogéneas.

-Ordenación de observaciones y datos de los cursos fluviales y unificación de informaciones dispersas.

-Comprensión del funcionamiento hidráulico, sedimentario y dinámico-evolutivo (ajustes, sensibilidad al cambio) del curso fluvial.

-Predicción de la conducta del río en el futuro a partir de su morfología o apariencia.

-Extrapolación de datos específicos a otros cursos de similares características.

-Comparación de distintos trabajos en diversos sistemas fluviales.

-Valoración de impactos potenciales (sensibilidad al impacto y potencial de recuperación).

-Valoración de alternativas en proyectos de restauración o de defensa.

-En suma, la clasificación ha de ser útil para la ordenación tanto de áreas fluviales (análisis de impactos, reducción de riesgos, protección de sistemas fluviales, normativas de uso, etc.) como de cuencas vertientes y caudales.

-Por último, para que la geomorfología de los cauces sea tenida en cuenta por su valor intrínseco, tanto para justificar la protección o conservación de determinados espacios como en cuestiones legales, como por ejemplo para definir el dominio público asociado a los cauces.

2. TIPOLOGÍA DE CURSOS FLUVIALES

Se ha establecido una clasificación de 17 tipos de cursos fluviales. El criterio definitorio principal es la morfología general del cauce, en relación con la pendiente y las características del valle. Los aspectos hidrológicos, ecológicos y paisajísticos se relacionan, en principio, con la ubicación del tramo en la zona alta, media o baja del sistema, a falta de revisiones y matizaciones que pueden abordarse en próximos trabajos. En la siguiente tabla se recogen las tipologías y las principales características de cada una de ellas.

Tipo

Definición

Curso

Valle

Cauce

CP

Cabecera muy pendiente

alto

inicial

encajado

AG

Anastomosado glaciar

alto

artesa

anastomosado

MG

Meandriforme glaciar

alto

artesa

meandriforme

RP

Recto pendiente

alto

en V

relativ. recto

RE

Recto encajado

alto o medio

encajado

relativ. recto

SP

Poco sinuoso pendiente

alto

en V

poco sinuoso

SE

Poco sinuoso encajado

alto o medio

encajado

poco sinuoso

TA

Trenzado de curso alto

alto o medio

amplio

trenzado

SA

Poco sinuoso de curso alto

alto o medio

amplio

poco sinuoso

ME

Meandriforme encajado

medio

encajado

meandriforme

SB

Poco sinuoso de curso bajo

medio o bajo

poco amplio

poco sinuoso

ML

Meandriforme libre

medio o bajo

muy amplio

meandriforme

MA

Meandriforme amplio

medio o bajo

amplio

meandriforme

MS

Meandriforme muy sinuoso

medio o bajo

amplio

muy sinuoso

TB

Trenzado de curso bajo

medio o bajo

amplio

trenzado

AB

Anastomosado de curso bajo

bajo

amplio

anastomosado

CX

Curso de perfil convexo

bajo

muy amplio

meandriforme

Como se observa en la tabla, la denominación de cada tipo se simplifica en dos letras mayúsculas. Salvo en dos casos especiales, los tramos iniciales o de cabecera (CP) y los cursos de perfil convexo de algunos tramos bajos (CX), la primera letra indica la morfología del cauce, de manera que hay 2 tipos trenzados (T), otros 2 anastomosados (A), otros 2 rectos (R), 4 de baja sinuosidad (S) y 5 meandriformes (M). La segunda letra se refiere a una segunda característica diferenciadora: A ó B para diferenciar entre curso alto o bajo, P para indicar fuerte pendiente, G en referencia al origen glaciar, E para señalar un notable encajamiento de la corriente. Para los cursos meandriformes se establecen otras tres letras diferenciadoras: L para referirnos a meandros libres, A para meandros amplios o grandes curvas y S en referencia a situaciones de máxima sinuosidad.

3. CARACTERES DEFINIDORES DE CADA UNO DE LOS TIPOS

CP (cabecera muy pendiente)

Curso inicial, de orden 1, barranquera o torrente abierto en una vertiente a raíz de procesos de arroyamiento concentrado, por unión de surcos o cárcavas, por erosión remontante, por afloramiento de aguas subterráneas o subsuperficiales o por fusión glaciar. Se caracteriza por su fuerte pendiente, sus modestas dimensiones y por encontrarse encajado bien en el sustrato rocoso, bien en material coluvial. Carece de llano de inundación.

AG (anastomosado glaciar)

Curso de pendiente extremadamente baja que dibuja en el fondo de la artesa glaciar un cauce muy sinuoso con abundantes brazos ciegos, isletas y zonas encharcadas (anastomosamientos). Los materiales son finos y se encuentran densamente colonizados por un tapiz herbáceo continuo que recubre todo el llano aluvial, por lo que la morfología del cauce es bastante estable, aunque no está exenta de procesos. El llano de inundación es extenso, ocupando la totalidad del fondo de la artesa. Esta tipología se observa casi exclusivamente sobre lagos glaciares colmatados.

MG (meandriforme glaciar)

De caracteres muy similares al anterior, se diferencia en que la pendiente es superior y los materiales algo más gruesos, por lo que la corriente fluye con mayor facilidad dibujando meandros más amplios por el fondo de la artesa glaciar. Es un modelo más frecuente que el anterior. Los mejores ejemplos se relacionan en ocasiones con el topónimo "aguas tuertas", como ocurre en la cabecera del río Aragón Subordán (Pirineo Aragonés Occidental).

RP (recto pendiente)

Curso relativamente recto de fuerte pendiente, que destaca por la importancia de la erosión lineal y, en consecuencia, por su encajamiento, desarrollando cascadas, rápidos y escalones. Es propio de sectores altos, próximos a la cabecera del sistema fluvial. Cuenta con una gran capacidad de transporte, como se refleja en la gran cantidad de bloques y materiales groseros que aparecen en su curva granulométrica (González et al., 1998).

RE (recto encajado)

Como el anterior es sólo recto relativamente, ya que siempre son evidentes las incipientes sinuosidades. Se diferencia del RP en que la pendiente suele ser mucho menor, caracterizándose esta tipología ante todo por el profundo encajamiento. Se trata de un curso encañonado, que circula por una garganta fluvio-kárstica, y su carácter aproximadamente rectilíneo suele responder al seguimiento de alguna fractura o línea de debilidad. Puede aparecer en cursos altos o medios, destaca por su espectacularidad y recibe muchas denominaciones: hoz, foz, congosto, garganta, cañón... Por la estrechez del valle, en cuya profunda incisión han sido imprescindibles los procesos de karstificación, carece de llano de inundación propiamente dicho, y su corredor ribereño también es muy estrecho. Un ejemplo muy típico es el Congosto de Ventamillo (río Ésera, Pirineo Aragonés).

SP (poco sinuoso pendiente)

Los cauces poco sinuosos, con índices de sinuosidad en torno a 1,2, son los más abundantes en la naturaleza, y en ocasiones resulta complicado establecer diferenciaciones entre unos y otros. Este tipo destaca por su notable pendiente, apareciendo exclusivamente en cursos altos de valles encajados con típico perfil transversal en V. Se emparenta con el tipo RP, ya que el cauce presenta rápidos y escalonamientos, pero dibuja sinuosidades mejor marcadas, más claras, de manera que no sólo ejerce erosión lineal, sino que muestra también una incipiente erosión lateral, además de verse muy afectado por los procesos de vertiente. Es la tipología de curso fluvial más frecuente en cursos altos. El corredor ribereño es también estrecho, aunque en él pueden aparecer ya especies de ribera entremezcladas con las que colonizan las partes bajas de las laderas. El terreno inundable es también estrecho y no precisamente llano, sino marcado por la concavidad basal de las vertientes.

SE (poco sinuoso encajado)

Son las típicas gargantas fluviales de cursos altos o medios, que se diferencian de RE en que las paredes no son tan verticales sino algo más tendidas (algunos autores emplean por ello el término garganta en lugar del de cañón), así como en el hecho de que valle y cauce dibujan sinuosidades, no estando dirigidos por la estructura como en RE. Es frecuente que las vertientes se rompan en fajas con sucesiones de cornisa-talud. Suelen ser gargantas calizas en las que la karstificación ha jugado un papel muy secundario y en las que la intercalación de materiales blandos es responsable del escalonamiento del perfil transversal y, con ello, del menor encañonamiento del valle. El corredor fluvial, de mayor desarrollo lateral que en RE, puede presentar ya franjas de vegetación de ribera. El terreno inundable viene a coincidir con el corredor fluvial y no presenta una topografía llana, sino que se integra con las vertientes. Un buen ejemplo lo constituye la Foz de Arbaiun (Pirineo Navarro) o bien las gargantas del Ebro en su entrada en la provincia de Burgos.

TA (trenzado de curso alto)

Los cauces trenzados se distinguen con mucha facilidad por su notable anchura y muy baja profundidad, por su gran carga de material sólido y por la subdivisión de la corriente en múltiples brazos que dejan entre sí isletas inestables o móviles. La diferenciación entre el trenzado de curso alto y el de curso bajo se puede llevar a cabo en función de la pendiente, pero es difícil marcar un umbral separador. Este tipo TA se da en cursos altos y medios y suele asociarse a fondos de valle muy extensos a causa de la llegada de afluentes con notable carga sedimentaria cuyos abanicos aluviales se expanden e integran en la propia llanura aluvial del río principal. El cauce es muy ancho, con materiales predominantes de granulometría gruesa, y el corredor o cinturón fluvial es aproximadamente recto, manteniendo una pendiente relativamente alta, con buena colonización vegetal en las zonas más estables pero nula en amplios sectores debido a la frecuencia de caudales altos y crecidas. El llano de inundación es extenso, ocupando generalmente todo el fondo de valle. Buenos ejemplos se dan en el fondo de algunos valles glaciares, ya en las inmediaciones de la morrena terminal. Es el caso del cauce del río Ara (Pirineo Aragonés) en Planduviar (Sarvisé).

SA (poco sinuoso de curso alto)

Es un curso de baja sinuosidad propio de sectores altos o medios. El valle presenta una anchura intermedia que permite el desarrollo del corredor fluvial, pero las curvas presentan una baja amplitud de onda y chocan con frecuencia con las paredes del valle, por lo que el llano de inundación viene a coincidir con la banda de ameandramiento. Es decir, sólo son inundables las orillas convexas y no siempre en toda su extensión, ya que pueden asociarse a la vertiente a través de depósitos coluviales. En algunos sectores pueden desarrollarse terrazas. En suma, se trata de una tipología de transición muy frecuente y con límites diferenciadores poco nítidos, por lo que requerirá en el futuro un estudio más avanzado de definición.

ME (meandriforme encajado)

Tipología frecuente en cursos medios, se caracteriza por un cauce de alta sinuosidad que ha quedado impreso en series sedimentarias de borde de cuenca, tal como ocurre en el curso del Ebro en la Rioja Alta, entre Haro y Logroño, o bien en el Bajo Aragón (Sástago-Escatrón), o en el curso medio del río Cidacos entre Yanguas y Enciso. El valle es, por tanto, también sinuoso, acompañando al cauce a modo de garganta abierta, siendo más inclinadas las vertientes cóncavas y más tendidas las convexas. Corredor fluvial y llano de inundación son franjas estrechas paralelas al cauce, que sólo pueden desarrollarse más en algunos lóbulos de meandro.

SB (poco sinuoso de curso bajo)

Se desarrolla con frecuencia en cursos medios o bajos y se diferencia de SA en su menor pendiente, mayores dimensiones del cauce y amplitud de onda ligeramente superior. Las familias de sinuosidades suelen presentar menor continuidad que en SA, rompiéndose en choques con las paredes del valle o en sectores más constreñidos. El desarrollo de terrazas es más completo y el llano de inundación es más amplio. El corredor ribereño coincide con la banda de ameandramiento y las orillas convexas pueden estar pobladas por sotos.

ML (meandriforme libre)

Propio de cursos medios o bajos en valles muy abiertos y fácilmente deleznables donde puede desarrollarse un llano de inundación muy extenso y de pendiente muy baja. En la cuenca del Ebro los tramos más notables con este modelo son los cursos bajos del Arga y Aragón y los casi 350 km de cauce del Ebro entre Logroño y La Zaida. La sinuosidad no puede ser elevada por las continuas cortas de meandros que en condiciones naturales se producen. El corredor ribereño coincide básicamente con la banda de ameandramiento, pero puede extenderse en algunas orillas convexas y hay que contar también con los meandros abandonados recientes, todavía con lámina de agua (galachos) o en avanzado proceso de colmatación (colonización vegetal). Los sotos ribereños pueden alcanzar notables extensiones y una buena continuidad como pasillo vegetal. El llano de inundación alcanza una gran anchura y se encuentra tapizado de depósitos y huellas superficiales de paleocauces abandonados por la corriente principal.

MA (meandriforme amplio)

En cursos medios o bajos hay sectores de cauce en los que los meandros dibujan curvaturas mayores, de mayor longitud y amplitud de onda que ML, también más regulares y con menos rupturas, ya que son más estables, con menos posibilidades de corta. Las causas de esta morfología pueden ser naturales (mayor abundancia de material fino, bien colonizado en las orillas), pero parece importante la influencia antrópica en sectores cultivados desde muy antiguo, con las orillas bien controladas. Las huellas de meandros abandonados en el llano de inundación también son menos abundantes que en ML. Ante la ausencia o escasez de cauces abandonados recientes, el corredor ribereño es más estrecho que en ML, ajustándose a la banda de ameandramiento e incluso haciéndose sinuosa y paralela a las orillas del cauce menor. Los sotos son más estrechos, pero suele desarrollarse una franja de vegetación continua, muy madura y densa, jalonando las dos orillas. Dentro del Ebro medio hay un sector con estas características entre Tudela y Buñuel (Navarra). También responde a esta tipología buena parte del curso bajo del Ebro en la zona de Tortosa.

MS (meandriforme muy sinuoso)

Se registra en cursos medios y bajos y se parece a MG, salvando las enormes diferencias ambientales, o a AB, pero no se divide en brazos. La sinuosidad es máxima, favorecida por la baja pendiente y la dominancia o casi exclusividad de materiales finos. Los procesos de erosión están muy ralentizados por la bajísima pendiente del cauce. Tampoco las cortas son abundantes. El corredor ribereño es extenso e irregular, pudiendo desarrollarse tanto sotos extensos como franjas arboladas continuas. Suele haber un empobrecimiento en especies, debido a la extrema homogeneidad del sustrato de materiales finos. En el llano de inundación los restos de cauces no suponen variaciones granulométricas.

TB (trenzado de curso bajo)

Puede aparecer en cursos medios y bajos y se diferencia de TA en su menor pendiente, en que la granulometría es más variada, apareciendo también materiales finos, y en la presencia de sectores notablemente estables. En general, la fragmentación en brazos e isletas es menor que en TA y los subcauces son más anchos y más sinuosos. El corredor ribereño dibuja, en conjunto, pequeñas sinuosidades. La vegetación ribereña se asienta con mayor facilidad en las zonas más estables. El llano de inundación es extenso y bien desarrollado. Un excelente pasillo fluvial con esta tipología lo encontramos en el curso bajo del río Cinca, entre Monzón y Fraga (Huesca). También encontramos cortos tramos con esta tipología en muchos cursos medios y bajos al pie de presas y azudes.

AB (anastomosado de curso bajo)

Presenta la morfología típica del curso anastomosado, sinuoso, parecido a MS pero con brazos ciegos, estrangulamientos y zonas encharcadas. Se diferencia de AG casi exclusivamente en las dimensiones, en este caso mayores como corresponde a un curso bajo. Se da en sectores prácticamente sin pendiente, como por ejemplo en zonas distales de abanicos aluviales y deltas, con mayor tendencia que AG a fragmentarse en cauces múltiples. Tanto el corredor ribereño como el llano de inundación son extensos y de límites poco precisos, teniendo en cuenta la planitud del terreno o su perfil transversal convexo.

CX (curso de perfil convexo)

Exclusivo de cursos bajos y frecuente en llanuras litorales (Júcar, por ejemplo), en la cuenca del Ebro sólo se da en algunos sectores dentro del delta del colector principal. El perfil transversal convexo implica que el cauce menor se eleva sobre sus propios sedimentos y circula a mayor altura que el llano de inundación. En consecuencia, el corredor ribereño es irregular y de límites poco precisos, y la vegetación de ribera escasa, salvo una estrecha franja arbolada que coloniza las orillas. El llano de inundación es muy amplio e irregular, y puede extenderse por toda la llanura litoral o el delta, alejándose mucho del río. Puede contar con zonas encharcadas e incluso albuferas, debido a la elevación general del nivel freático.

4. DISCUSIÓN Y PERSPECTIVAS

En la clasificación expuesta se consideran integrados todos los cursos fluviales conocidos por el autor, en espera de ser verificada en próximas investigaciones. También se tratará en dichos trabajos de definir rangos en parámetros diferenciadores (pendientes longitudinales y transversales, ratio de encajamiento, anchura del cinturón de meandros, anchura en bankfull y su relación con la profundidad, índice de sinuosidad, etc.), que permitan la utilización no sólo cualitativa sino también cuantitativa de esta clasificación.

Es más que probable que la clasificación haya de ser modificada al proceder a estos trabajos, pero ello no resta valor a este borrador que aquí ha sido desarrollado, ya que, como modelo conceptual, se establece como base consistente para la comprobación empírica, proceso posterior que sería imposible sin esta fase previa.

El número de 17 tipos es quizás excesivamente amplio, pero se ha preferido establecer una clasificación simple, no jerarquizada en varios niveles -como ocurre con la mayor parte de clasificaciones al uso- para una más fácil resolución. Al establecer un solo nivel era imposible limitar más el número de tipos.

5 REFERENCIAS

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©Alfredo Ollero Ojeda