Lurralde :inv. espac. N. 28 (2005) p. 153-161 ISSN 1697-3070

APORTACIONES DE LA GEOGRAFÍA AL

ESTUDIO CIENTÍFICO DEL TURISMO

Recibido 2004-09-10

Aceptado 2004-11-27

FCO.JAVIER GÓMEZ PIÑEIRO

Cátedra de Análisis Geográfico Regional

Universidad de Deusto(campus de Donostia-San Sebastián)

Camino de Mundaiz,50

Apartado 1359

20080-Donostia-San Sebastián

Resumen:

Se hace un repaso de las principales aportaciones de la Geografía al estudio delfenómeno turístico, indicando tanto los aspectos conceptuales como los metodológicos

Palabras clave: Geografía, Turismo, Conceptos, Metodologías, Territorio, Planificaión, Gestión, Sistemas.

Abstract

Based on a comprehensive literature review,the paper points out the main conceptual and methodological contributions of geography studies to the phenomenon oftourism

Key words: Geography, Tourism, Concepts, Methodologys, Territory, Planning, Management, Systems.

Laburpena: Fenomeno turistikoen ikerketari buruz geografiak egin dituen ekarpen nagusiak,Bai kontzeptualki bai metodologikoki,aztertzen dira

Hitz gakoak: Geografia, Turismoa, Kontzeptuak, Metodologiak, Lurraldea, Planifikazioa, Kudeaketa, Sistemak.

1.-El fenómeno turístico

La palabra turista queda registrada por primera vez en 1800 en el The Shorter Oxford English Dictionary, para referise a las personas que realizan viajes por motivos de placer, de recreo o culturales. A estas actividades se las designa con la palabra turismo, desde 1811. La primera agencia de viajes organizados data de 1851(Thomas Cook &Son),surgiendo el comienzo de lo que podemos denominar turismo moderno, que inicialmente tenía un marcado carácter elitista, produciéndose la socialización del fenómeno turístico en las primeras décadas del siglo XX, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, al extenderse las vacaciones pagadas y con el incremento del poder adquisitivo de las clases medias en los países desarrollados. En el actual proceso de la globalización y de la mundialización de la economía, el fenómeno turístico también aparece como un agente de las mismas, al facilitarlos flujos de personas, bienes y servicios entre ámbitos territoriales y culturales diferentes.

Como afirma el geógrafo Michaud, ajustándose a lo indicado por la Organización Mundial del Turismo,” el turismo agrupa al conjunto de actividades de producción y consumo, a las que dan lugar determinados desplazamientos seguidos de una noche, al menos, pasada fuera del domicilio habitual, siendo el motivo del viaje el recreo, los negocios, la salud o la participación en una reunión profesional, deportiva o religiosa”.

En la actualidad, el desarrollo de las diversas actividades turísticas ha ampliado la definición del turismo con numerosos aspectos medioambientales, sociales, económicos, culturales, publicitarios, psicológicos, tecnológicos, comerciales y espaciales. Sea cual sea la actividad turística, la variable espacial es esencial en la comprensión del fenómeno, si bien no siempre se le presta la necesaria consideración.

Dentro de la variable espacial, destacamos las relaciones entre el espacio y las actividades turísticas, en el conjunto del sistema que se forma, al que luego nos referiremos, con sus elementos, características y factores que intervienen en los diferentes territorios, en sus flujos, sectores de actividad, políticas desarrolladas y en los problemas que se van produciendo.

Si atendemos a la evolución, a lo largo del tiempo, de la actividad turística, observamos que se nos manifiesta como un fenómeno complejo y con una larga trayectoria. En la Antigüedad y la Edad Media, encontramos viajeros que se desplazan por motivos religiosos, de esparcimiento, de comercio, de descubrimiento, etc. Durante los siglos XV al XVIII, podemos hablar de las primicias del turismo, con los viajes de aristócratas, artistas y amantes de la aventura y de la naturaleza. En el siglo XIX y primera mitad del XX, se ponen las bases del turismo moderno, con una corriente elitista para, tras la Segunda Guerra Mundial, dar paso al turismo de masas con un fuerte grado de democratización, debido a factores económicos, sociales, culturales y la creciente urbanización, al tiempo que se diversifican las formas del turismo (costa, montaña, nieve, rural, salud, urbano, cultural, religioso, de negocios, etc.), con grandes disparidades entre los países desarrollados y los menos desarrollados, destacando una fuerte concentración de la demanda en Europa, América del Norte(E.E.U.U. y Canadá) y Japón, especialmente de sus poblaciones urbanas y con motivaciones muy diversas, al tiempo que, recientemente, se ha producido la emergencia de una serie de países(Caribe, Sudáfrica, Sudamérica, Costa mediterránea de Africa, China, Tailandia, etc.), que captan una parte, cada vez más importante, de los flujos turísticos. Además debemos mencionar el uso de internet.

Todo este proceso ha sido estudiado desde diferentes puntos de vista conceptuales y metodológicos si bien diversas cuestiones terminológicas, económicas, sociales, culturales y medioambientales, han complicado su análisis y la necesaria coherencia para su comprensión, interpretación y valoración.

Para terminar este primer apartado, convendría referirse a otros conceptos que se utilizan, junto con el de turismo, como son el de ocio y el de recreación. El término ocio, a veces denominado tiempo libre, se refiere al tiempo sobrante después del dedicado al trabajo, los quehaceres personales y la actividad del sueño. La palabra recreación se refiere al conjunto de actividades que se llevan a cabo durante el tiempo de ocio. El turismo representa parte de esas actividades, pero no todas, incluyendo los desplazamientos motivados por los negocios, congresos, convenciones, encuentros, jornadas, ferias, exposiciones, etc., como ya indicamos en las líneas precedentes. Teniendo en cuenta estas afirmaciones, ni todo el tiempo de ocio deriva en actividad turística, ni ésta es consecuencia de aquel, por lo que nosotros preferimos seguir utilizando el concepto de Geografía del Turismo, para este trabajo, con las referencias que puedan ser necesarias a los otros términos.

2.-La evolución de los estudios referidos al Turismo

Aunque parece lo lógico que este tipo de estudios estuviesen presentes en la Geografía desde sus orígenes, la verdad es que el estudio del fenómeno turístico es relativamente reciente en la investigación geográfica. Cierto es que se pueden considerar como primeras aportaciones los trabajos de Kohl (1841),de Hettner (1902) y de Hassert (1907),pero éstos son sólo manifestaciones de carácter puntual.

Los estudios referidos al turismo han seguido los mismos pasos conceptuales y metodológicos que los que se han dado en los demás campos de la Geografía, a lo largo de la historia de nuestra disciplina, siguiendo las aportaciones de los diferentes paradigmas científicos.

Así encontramos el enfoque clásico, con aportaciones ambientalistas, historicistas y corológicas,  sobresaliendo el estudio de los factores naturales y humanos, elpapel del turismo en la configuración de los paisajes culturales(causas, impactos, transformaciones) y su integración en los estudios regionales clásicos(como los de la geografía francesa de concepción vidaliana).

Tras la Segunda Guerra Mundial, tienen lugar las importantes aportaciones de la geografía social (paisajes socioculturales, interrelaciones seres humanos-medio, formas de organización e implicaciones espaciales) y de la geografía neopositivista (con el enfoque locacional, análisis espacial, distribuciones, organizaciones, flujos, redes, nudos, áreas de influencia, etc.), ambas tendencias con un claro carácter social, económico y funcional.

Con la década de los setenta asistimos al desarrollo creciente de la moderna geografía del turismo, produciéndose una amplia temática, diversidad de planteamientos conceptuales y metodológicos, con seguidores de los enfoques clásicos, sociales, culturales, neopositivistas, conductistas, humanistas, regionales, radicales y postmodernistas, que nos permiten decir que se consolida como una rama más de los estudios geográficos.

También hay que señalar la diferencia entre las escuelas nacionales de geografía, en lo que supone la priorización de diferentes temáticas: paisaje y sociedad (Alemania), flujos internacionales, nacionales y regionales (Francia), áreas naturales y rurales (Estados Unidos), etc..En el caso español, la mayor parte de los estudios sobre el turismo se incluyen dentro de los análisis regionales y comarcales, si bien pasando progresivamente de las descripciones a los intentos de buscar explicaciones e interpretaciones generales y de conseguir su integración en otros contextos de temáticas geográficas.

En la actualidad, en todos los países, la importancia creciente del análisis de las realidades territoriales, con sus estructuras, funcionalidad, procesos y formas; la aceptación del carácter espacial del turismo, con las implicaciones a diferentes escalas (local, comarcal, regional, nacional e internacional), junto con las aplicaciones de la metodología sistémica; han supuesto importantes avances en la investigación de conceptos, contenidos y metodologías, para el estudio del fenómeno turístico, quedando plenamente integrado en los estudios espaciales, territoriales, regionales y urbanos, así como en los trabajos de ordenación, planificación y gestión de los diferentes espacios, en unos contextos sociales postindustriales que están sometidos a profundos y rápidos cambios, en todos los órdenes de la vida personal y de las relaciones sociales y culturales.

Con este panorama se puede ser optimista ante el futuro de la Geografía del Turismo, siempre que se plantee, de acuerdo las necesidades actuales, desde un punto de vista sistémico e integrada en el conjunto de los análisis territoriales, tanto en lo referente a los diágnósticos, como a la planificación y la gestión, en el marco de las políticas a desarrollar en la ordenación de territorios y ciudades.

3.-Análisis y valoración de los contenidos

A lo largo de la evolución de la Geografía del Turismo se ha estudiado la localización y la descripción de los recursos y de los viajes, se han realizado monografías de diferentes espacios, efectuado análisis a diversas escalas espaciales y se han considerado una serie de variables (demográficas, económicas, sociales, culturales, comerciales y medioambientales) que afectan al fenómeno turístico. Diversos especialistas se han dedicado a sistematizar los factores clave del importante desarrollo del fenómeno turístico: reducción del tiempo de trabajo y aumento del llamado tiempo libre y de ocio, incremento de las rentas familiares, crecimiento de la economía mundial, desaparición de fronteras, apertura de determinados países al exterior, generalización de los períodos de vacaciones y el desarrollo reciente de internet.

Los contenidos analizados desde los años ochenta se concretan en conocer y comprender las características de la demanda y de la oferta, con los correspondientes patrones de su distribución espacial, la cuantificación del volumen, el origen de los turistas, los servicios que solicitan, el tiempo del desplazamiento y la duración de las estancias, el sentido de los flujos, el desarrollo de los espacios y centros turísticos y los impactos producidos en los mismos, al tiempo que se lleva a cabo una valoración, tanto del fenómeno turístico como de los cambios que se producen en las sociedades receptoras, en todas sus dimensiones (económicas, sociales, culturales, políticas y medioambientales).

Si agrupamos lo indicado en los apartados anteriores, podemos hablar de trabajos centrados en la localización y distribución, en las formas de producción del espacio turístico con sus transformaciones y en la articulación espacial de escalas, estructuras, funcionalidades, flujos y redes.

En cualquier fenómeno geográfico que estudiemos, además de los elementos y características que lo constituyen, hay que prestar especial atención a los factores que inciden de manera decisiva en el mismo, como causas que modifican los elementos y sus características, así como al conjunto de relaciones que se producen. En el caso del turismo siempre tendremos en cuenta una serie de factores naturales (relieve, clima, aguas, vegetación, paisajes naturales, etc.) y humanos (asentamientos, alojamientos, transportes, equipamientos, actividades económicas, cultura, política, información, sociedad, etc.) que lógicamente son potenciados y resaltados por los medios de comunicación, la publicidad e internet.

En las dimensiones económicas de la valoración destacaremos sus efectos sobre la balanza de operaciones corrientes, la de capitales y la de pagos, así como sobre la inflación, los presupuestos públicos, la renta nacional y el empleo. En la dimensión social se analizan los cambios en los modos de vida, en la cultura, en las ideas y conductas, en los comportamientos, en el consumo y en la política. En las dimensiones medioambientales se estudian las alteraciones, para bien o para mal, que se han producido en los espacios turísticos, con los correspondientes impactos, estudios de capacidad de carga, de potencialidad, de aptitud, de interacciones y de concienciación ambiental.

Es necesario delimitar el espacio turístico, estableciendo el marco correspondiente y las áreas de influencia que, con respecto al mismo, se generan y se interrelacionan entre ellas, con el área de referencia y con otros espacios, al tiempo que se analiza y diagnostica su aptitud, su potencial, los impactos que se producen, las infraestructuras y equipamientos, su capacidad de carga y los cambios producidos, incluyendo un trabajo prospectivo.

Es necesario siempre establecer una clasificación de los espacios turísticos, atendiendo a los servicios que ofrecen, al tipo de turistas, a su especialización o a su diversificación, a los flujos que emiten o reciben y a la estacionalidad de la ocupación. Como señala J. R. Díaz, se pueden establecer clasificaciones funcionales, con las características más destacadas del tipo de turismo que se practica; sociales( tipo de turistas);espaciales, en función de la concentración y distribución de la oferta turística (urbano, rural, playa, concentrado, polinuclear, etc.);y temporales, en función de la estacionalidad de la utilización de los servicios.

En estos análisis de los espacios turísticos queda el tema básico de los flujos entre los mismos, teniendo en cuenta el grado de desarrollo, las circunstancias políticas, las campañas de imagen, captación y promoción, junto con la influencia de internet.

Por otra parte, en los estudios acerca de la movilidad espacial, se utilizan diversos índices y tasas, como los de propensión al viaje, el índice regional de emisión turística potencial, el índice espacial de frecuentación turística, la tasa de función turística, la tasa de función residencial, la carga turística global, la delimitación del área de influencia turística, etc.(v. J. Callizo).

En la actualidad tienen mucha importancia, debido a su magnitud y a las repercusiones de todo tipo que conllevan, los cambios que se están produciendo en la distribución espacial del fenómeno turístico, con nuevas orientaciones y destinos, junto con las correspondientes políticas de competencia y el papel que, en todo este proceso, está teniendo el desarrollo de internet.

Estos cambios están dando lugar a nuevos procesos y tipologías de desarrollo del fenómeno turístico, a una serie de impactos de todo tipo, con importantes efectos en el espacio, en la población, en sus modos de vida, en el empleo, etc., generando la necesidad de nuevas políticas que atiendan la promoción, el crecimiento y el desarrollo, pero también la protección, la ordenación, la planificación y la gestión, teniendo en cuenta la fuerte competencia entre una, cada vez mayor, variedad de espacios turísticos.

La complejidad de todos estos contenidos aconseja utilizar, al igual que se hace en otras disciplinas, la metodología sistémica, que tiene la ventaja de centrarse en las relaciones y en los procesos, con las estructuras, funciones y formas resultantes, y no sólo en los componentes con sus correspondientes características, si bien debe aplicarse teniendo en cuenta los continuos cambios que se están produciendo, muy rápidamente, en el fenómeno turístico, que habrá que interpretar y valorar adecuadamente para la comprensión del momento presente y de las tendencias del mercado en el futuro.

4.-El Turismo como Sistema

Si estudiamos el turismo como un sistema, empezaremos por identificar sus principales elementos: el turista, como objeto final, como cliente con sus preferencias de consumo y con su grado de satisfacción o de disgusto; los agentes y promotores públicos y privados; los medios de transporte; los equipamientos; la sociedad; las ofertas que se generan; los flujos internos y externos; y los propios espacios turísticos con sus características.

Lógicamente, desde el punto de vista geográfico, nos interesa, de manera prioritaria la variable espacial del fenómeno turístico. En este sentido nos preocupamos especialmente de las estructuras territoriales, de su funcionalidad, de los procesos, de las formas, de los impactos, de las distribuciones, interacciones, articulaciones y de las organizaciones resultantes, con los correspondientes subsistemas que se van generando en los sistemas territoriales, regionales, comarcales y urbanos.

En los espacios turísticos debemos destacar sus recursos, su aptitud, potencial y capacidad de acogida, para analizar e interpretar su oferta, la demanda y los flujos internos y externos existentes, al tiempo que se consideran sus infraestructuras, equipamientos y servicios, así como las circunstancias y características de la sociedad, siguiendo un planteamiento sistémico, es decir analizando los diferentes subsistemas territoriales (natural y paisajes, social, productivo, cultural, asentamientos, infraestructuras, e institucional), que se articulan en un sistema complejo y dinámico que trata de alcanzar los máximos niveles de eficacia, eficiencia, calidad y competitividad. Es importante considerar las diferentes escalas territoriales, la diversidad de los espacios turísticos, tanto interna como en relación a otros espacios, así como los flujos que se articulan entre los centros emisores y los receptores, con sus correspondientes factores internos. Queda por añadir todo lo referente a los niveles administrativos e institucionales, como son el local, comarcal, provincial, regional, autonómico, estatal e internacional.

A la hora de considerar las escalas, se debe tener en cuenta el fenómeno de la globalización y la mundialización, con sus repercusiones a nivel local, comarcal, regional y nacional, sobresaliendo las cuestiones relativas al desarrollo de territorios y comunidades locales (capital social y desarrollo comunitario), de gran interés en la actualidad, que nos lleva a la necesidad de ordenar, planificar y gestionar los territorios, su funcionalidad y las políticas a llevar a cabo, con la mayor participación y consenso posibles entre todos los agentes implicados.

Metodológicamente podemos seguir los siguientes pasos: Flujos, redes, nudos, jerarquías entre los nudos, áreas de influencia de cada nudo, con las áreas que se van integrando, así como las posibles áreas o sectores en los que se producen interferencias, debido al encuentro de dos o más áreas de influencia de determinados nudos o centros, quedando por último, el estudio de los procesos de influencia recíproca entre espacios y sociedades.

Estos pasos los incluiremos en el análisis y diagnóstico de las estructuras territoriales, de las articulaciones funcionales entre espacios, de la consideración de los impactos producidos, de las relaciones sociales, de los cambios en territorios, paisajes y sociedades, teniendo en cuenta niveles y subsistemas, para una correcta interpretación y valoración, que nos ayude en las tareas de ordenar, planificar y gestionar los espacios turísticos con sus formas, procesos, funciones, estructuras y las imágenes socioterritoriales que se perciben.

En suma, a partir de una escala determinada, nos adentramos en las dimensiones espacial y temporal del sistema turístico que estemos estudiando, analizando cuestiones relativas al destino, con sus características, a las distancias, la demanda, las tipologías, las dinámicas internas y externas, las formas y sus correspondientes imágenes y percepciones, así como los cambios demográficos, sociales, culturales, paisajísticos y territoriales, para finalizar con un diagnóstico de la oferta y de los recursos con los que se cuenta para garantizar la calidad, eficiencia y eficacia, y seguir siendo competitivos.

En esta manera de trabajar, el territorio no es un mero soporte o escenario para determinados procesos, sino que lo consideramos como un conjunto complejo y cambiante en el que se estructuran unos determinados sistemas y subsistemas, a diferentes escalas, que nosotros analizamos, diagnosticamos, planificamos y gestionamos, buscando siempre la mejor ordenación, al servicio del territorio y de sus sociedades. El sistema turístico debe ser integrado en esta manera de pensar y trabajar, si queremos que perdure en el tiempo y que sirva para el desarrollo socioterritorial sostenible.

5.-Ordenación, Planificación y Gestión de los Espacios Turísticos

Nos encontramos ante una coyuntura del fenómeno turístico, en la determinados países, entre ellos España, se enfrentan a problemas referentes a los flujos que reciben o pueden recibir en un futuro inmediato.Así se habla del aumento de la oferta, de los nuevos hábitos de los turistas, de la competencia de otros destinos, de renovar el turismo tradicional de “sol y playa”, de ofrecer más valor añadido(deportes, cultura, naturaleza, etc), incluso de procesos de reconversión. También se tienen en cuenta los cambios en la comercialización, introduciendo páginas web y sistemas de reservas on-line, etc..

Todas las circunstancias anteriores, refuerzan la idea de que se impone la necesidad de desarrollar una nueva forma de ordenar, planificar y gestionar los territorios y las ciudades turísticas, en la línea de las reflexiones anteriores.

A partir del estudio de los flujos turísticos, del Territorio con un Medio Ambiente equilibrado que lo haga atractivo, es necesario regular, planificar y gestionar, para evitar su deterioro y que, en un plazo más o menos breve, deje de tener interés. Igualmente habrá que intervenir en aquellos espacios que ya presentan un deterioro evidente, para frenarlo y recuperar todo lo que sea posible.

Hay que desarrollar una sostenibilidad y calidad territoriales, para hacer frente a la fuerte competencia entre destinos, a las demandas cada vez más exigentes de los turistas y a los procesos de concentración e inversiones de las empresas turísticas. Para el desarrollo local y comunitario, no hay que hipotecar la calidad de paisajes, territorios y ciudades, con inversiones especulativas que sólo dan beneficio a corto plazo y tan sólo a unos cuantos.

Para ello es necesario trabajar con unidades territoriales claramente delimitadas en extensión, volumen, densidad, alturas, etc., al tiempo que se las enmarca en otros niveles territoriales, como comarcas y regiones, de cara especialmente a su imagen y promoción.

Habrá que ordenar teniendo en cuenta todo lo referente al patrimonio cultural, el paisaje y el medio ambiente, de forma que se recoja en la correspondiente planificación del territorio y de las ciudades, con una visión sistémica de estas realidades espaciales, para lograr una gestión en la que intervengan todos los agentes públicos y privados, cada uno con sus responsabilidades, a la hora de diseñar y ejecutar los programas, actividades y estrategias correspondientes.

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