Lurralde :inv. espac.

N. 31 (2008)

p. ***-***

ISSN 1697-3070

LURRALDE

GEOGRAFIAS MERCANTILES VASCAS EN LA EDAD MODERNA

LAS RELACIONES MERCANTILES Y MARITIMAS DE LOS VASCOS

CON EL CONDADO DE NORMANDÍA DURANTE LOS

SIGLOS XIV Y XV .

 

©Jose Luis ORELLA UNZUE

Recibido: 2007-11-20
Aceptado: 2008-01-23

Universidad del País Vasco y Universidad de Deusto
Camino de Mundaiz, 50
20008 Donostia-San Sebastián

Laburpena

Euskal merkatal geografiarekin erlazionaturik dauden ikasketa batzuekin hastan gara, hain zuen Erdi Aroaren bukaeratik Aro Berrira doazenak. Hau da, euskaldunek (eta ez bakarik Gipuzkoa, Araba eta Bizkaiako merkatariek) itsas-erreinu eta subiranotasunekin zituzten erlazio geopolitiko eta merkataletan sakontzen saiatu gara. Lehenengo artikulu honetan itsasoz handiko garraio eta merkataritza zuzentzen zuen markatal erakundeen taula bat aurkezten dut. Ondoren, bigarren artikuluan, euskaldunek egoera geopolitiko berrietara egokitzean, herri bat lurganadutza ekonomiatik garrio eta merkatal potentziara aldatzeko egin behar izan zuten aldaketa juridiko eta soziala aztertzen dut. Lehenengo artikulu honetan ere, bibliografia zabal bat agertzen da, artikulu bakoitzean gero banaka zabaltzen dena. Ondoren, hurrengo artikuluetan euskaldunek merkatal trukeak oinarri direla, Inglaterra, Bretania, Frantzia, Normandia eta Portugaleko estatu eta subiranotasunekin izan zituzten erlazio politiko eta ekonomikoak azalduko ditut.

Gako hitzkak: Euskal Herria, Normandia, Merkataritza.

 

Abstract:

We begin some studies related to the Basque commercial geography from the end of the Middle Ages to the Modern Period. That is, we try to study in depth the geopolitical and mercantile relationships of the Basques (not only of the merchants of Guipúzcoa, Alava and Vizcaya) with the maritime kingdoms and sovereignties. In this first article I present a chart with the commercial institutions that controlled the overseas transport and trade. Then in the second article I will study the legal and social change that the Basques needed to make, while they adapted to the new geopolitical circumstances, in order to change a country from a forming economy to a transport and commercial power. In this first article there is also a wide bibliography that is accurately elaborated in each of the following articles. In the following articles I describe the political and economic relationships that as a basis of commercial exchange the Basque had with some maritime states and sovereignties: England, Brittany, Normandy, France, Portugal etc.

Key words: Basque country, Spain, Trade, France, Normandy.

Resumen:

Las relaciones mercantiles castellanas y vascas con Normandía. Hasta el siglo XIV. Las ordenanzas mercantiles de Carlos V para los mercaderes castellanos. Las relaciones mercantiles navarras con Normandía en la segunda mitad del siglo XIV. Las relaciones mercantiles con Normandía bajo Juan I de Castilla (1379-1390). Relaciones con Normandía en el siglo XV. Enrique III de Castilla y el normando Juan de Bethencourt descubren las Canarias.. Las relaciones con Normandía en tiempos de Juan II de Castilla y Carlos VI de Francia. Las relaciones con Normandía durante la embajada de Iñigo de Arceo. Las relaciones con Normandía en la segunda mitad del siglo XV. Las relaciones castellanas y vascas con Normandía anteriores al reinado de los Reyes Católicos. Las relaciones con Normandía durante el reinado de los Reyes Católicos. Apéndice I: Ordenanzas de Carlos V de 1364. Apéndice II: Ratificación de Carlos V de las ordenanzas de 1364. Vincennes 10 de marzo de 1371. Bibliografía.

Palabras clave: País Vasco, España, Mercaderes vascos. Transportistas vascos. Instituciones mercantiles. Normandía.

LAS RELACIONES MERCANTILES CASTELLANAS Y VASCAS CON NORMANDIA

Hasta el siglo XIV

Normandía perteneció a la monarquía anglonormanda hasta que Felipe II Augusto de Francia la conquistó en 1202-1204. A partir de este momento los reyes franceses ligaron Normandía a la economía francesa privándola del comercio de las lanas inglesas y de los vinos de Poitou y de Anjou. Sin embargo durante muchos lustros los duques de Normandía tuvieron que soportar una política hostil de los reyes de Francia.

Normandía disponía de una serie de puertos que eran etapa obligada de las relaciones tanto castellanas como vascas con Brujas. Estos puertos eran principalmente los de Harfleur, Rouen y Dieppe.

Las ordenanzas mercantiles de Carlos V para los mercaderes castellanos

Hito importante de las relaciones castellanas con estos puertos de Normandía fueron las ordenanzas de 1364 que transcribimos en el apéndice.

En estas ordenanzas se otorgaban amplias garantías sobre personas, naves y bienes y se admitía que los comerciantes castellanos tenían jueces propios, mientras que las diferencias con los intereses de los mercaderes de Normandía quedarían resueltas por el preboste de Harfleur y en apelación por un tribunal integrado por el deán de la catedral de Rouen, el baile y el vizconde de la ciudad.

A continuación traducimos del francés algunas de las cláusulas de estas ordenanzas.

“Hacemos saber que varios buenos y leales mercaderes y gentes del reino de Castilla tienen voluntad de frecuentar nuestro reino y conducir sus mercancías especialmente a las villas y puertos de Harfleur y El Havre para poder de ahora en adelante permanecer y pasar la noche en las dichas villas de Harfleur y El Havre y otras de nuestro reino y tener y guardar sus bienes y mercancías así como los otros mercaderes nuestros súbditos y moradores en las dichas villas.

...Por la buena paz y tranquilidad y por el verdadero amor y afección a nuestrio querido y bien amado primo el rey de Castilla queremos que todos los mercaderes, gentes, almirantes y maestros de naves y navíos del dicho reino de Castilla que vendan, comercien y se hospeden en los dichos puertos y villas de Harfleur y Le Havre, y por todos los otros lugares puedan andar con sus cuerpos, naves, barcos, bienes muebles, mercancías y estén bajo nuestra salvaguarda y segura protección

Las relaciones mercantiles navarras con Normandía en la segunda mitad del siglo XIV

Retomando lo que decíamos en nuestro estudio anterior Carlos II de Navarra, conde de Evreux, poseía señoríos y ciudades en Normandía como Mantes, Meulan, Pontoise, Étampes y Mortain y por otra parte era amigo de los señores normandos sublevados y especialmente de Juan de Harcourt. Pero el rey navarro Carlos II se había desposado con la hija del rey de Francia que le ofreció en pago de dote las tierras de Coutances, Avranches, Carentan, Valognes y Cherburgo. Sin embargo el rey francés por discrepancias políticas le hizo encarcelar en la fortaleza de Arleux cerca de Douai. Pero entre Carlos II y Juan el Bueno los normandos prefirieron siempre al navarro sobre el francés.

Por la historia del reino de Navarra de José María Lacarra sabemos que muerto el rey francés Carlos VI de Valois en 1350 le sucedió su hijo Juan II que nombró a Carlos II de Navarra lugarteniente real en el Languedoc mientras le ofrecía en matrimonio la mano de su hija Juana en 1352.

El partido navarro en Francia tenía gran fuerza por sus posesiones en Normandía ya que podía facilitar el desembarco de los ingleses enfrentados con Francia en la guerra de los Cien años. El tratado de Mantes entre los reyes de Francia y de Navarra en 1354 favorecía al navarro que aprovechó la ocasión para asentar a gran parte de sus vasallos en la Normandía.

Con estos antecedentes descritos no es extraño conjeturar que Normandía fue el escenario del enfrentamiento entre el rey de Francia Juan el Bueno y el rey de Navarra Carlos II. El rey navarro reivindicaba los derechos de la sucesión al trono francés ya que poseía en territorio normando el condado de Evreux. Carlos II que había engrandecido sus posesiones por el tratado de Mantes, fue hecho prisionero en el castillo de Gaillard en 1354.

Carlos II de acuerdo con Eduardo III de Inglaterra en la primavera de 1355 reclutó tropas navarras que embarcaron en Bayona rumbo a Cherburgo. La expedición dirigida por el mismo rey se componía de 2.000 hombres.

Para evitar la estrategia de pacto entre los ingleses y los navarros, Juan II envió embajadores a negociar con el rey de Navarra y se firmó en Valogne el 10 de septiembre de 1355 un tratado que confirmaba el de Mantes y se devolvían al navarro las plazas de Normandía que le habían sido arrebatadas y por las que Carlos II rindió vasallaje al rey francés en París.

El 5 de abril de 1356 estando cenando el rey de Navarra en el castillo de Rouen fue apresado junto con su escolta. Al día siguiente 6 de abril sin juicio alguno cuatro de los acompañantes navarros fueron ajusticiados y sus cuerpos colgados en la via pública de Rouen.

Este acto inhumano movió a los navarros a pasarse en bloque y se dejaron caer en brazos ingleses. El duque de Lancaster desembarcó en la Normandía y tras atravesarla, llegó a las puertas de París. Otro ejército inglés dirigido por el Príncipe de Gales subiendo desde Burdeos derrotaba al rey de Francia en Poitiers cayendo prisioneros el rey Juan II y su hijo Felipe que fueron llevados a Inglaterra.

A resultas de esta derrota Francia en medio de la guerra de los Cien Años, entró en un proceso revolucionario guiado por Etienne Marcel y luego por el movimiento de la Jacquerie. Era, por otra parte, el momento de exaltación del rey navarro Carlos II al que hubo que devolver los castillos y las plazas normandas confiscadas en diciembre de 1357.

Carlos II renunciando a sus pretensiones a la corona de Francia apoyó a los ingleses. La paz de Bretigny de mayo de 1360 entre Francia e Inglaterra devolvía al rey de Navarra sus posesiones normandas. En 1361 Carlos II encomendó el gobierno de Normandía a su hermano Felipe y embarcó en Cherburgo rumbo a Navarra. Esta situación de las posesiones navarras en Normandía se mantuvo. En concreto en 1364 conocemos que el reino pirenaico tenía varias villas y castillos en la Normandía durante su guerra contra el rey de Francia.

El rey navarro envió como su lugarteniente y capitán general de las plazas de Normandía al infante don Luis. Con el tratado firmado con Pedro I de Castilla armó una escuadra de diez navíos en los puertos de Fuenterrabía y Oyarzun durante 1365. Con apoyo de Pedro I, Fuenterrabía se convirtió en puerto franco de Navarra.

Para ahuyentar al navarro de Normandía por un nuevo tratado negociado en marzo de 1365 Carlos II renunciaba a sus plazas de Mantes y Meulan y al condado de Longueville, recibiendo a cambio la baronía de Monpellier y la restitución de Evreux y el Cotentin.

Los avatares de la guerra de los cien años hicieron que se firmase el tratado de Libourne en septiembre de 1366 por el que se prometían dar al Príncipe de Gales toda Vizcaya con los puertos de Bilbao, Bermeo y Lequeitio lo mismo que el señorío de Castrourdiales, mientras que Carlos II recibía Guipúzcoa y Alava con sus villas y castillos.

En febrero de 1367 entraban apoyando a Pedro I las tropas del Príncipe de Gales o Príncipe Negro por el Pirineo. El 3 de abril vencieron a las tropas de Enrique II en Nájera derrota que motivó el que el rey castellano tuviera que huir.

En este momento de la guerra Carlos V concentró en 1369 sus buques en Rouen preparando una campaña contra Inglaterra. Visitaba la flota cada semana pero la neutralidad de Enrique II de Castilla impidió que la flota francesa cumpliera sus objetivos.

Enrique II firmó un tratado de mutuo auxilio marítimo con Francia contra el rey de Inglaterra. A resultas de este tratado llegó Du Guesclin con sus tropas que se instalaron en Borja y amenazaron a Carlos II. El rey navarro para librarse de la opresión le ofreció a Du Guesclin en compensación varios castillos de Normandía. Pronto se cerró la guerra fratricida en Montiel con la muerte de Pedro I el 23 de marzo de 1369.

Tras la guerra civil castellana, Carlos II llegó a Cherburgo el 13 de agosto de 1369 para apoyar a sus amigos los ingleses y con el objetivo de renunciar al pacto con Francia devolviendo Montpellier y tomando posesión de Mantes, Meulan y Longuevilla.

Carlos II entabló negociacones con los ingleses en agosto de 1369, emprendiendo un año después y desde Normandía un viaje secreto a Inglaterra en agosto de 1370. A resultas de este viaje se firmó en Clarendon una alianza el 2 de diciembre de 1370 entre Navarra e Inglaterra, es decir entre Carlos II y Eduardo III, pero el Príncipe Negro se negó a ratificarla.

Carlos II, fracasado el acercamiento a Inglaterra, pasó a entrevistarse con Francia. Se reunió con Carlos V en Vernon el 25 de marzo de 1371 con el fin de asegurarse sus posesiones normandas y el 20 de marzo de 1372 entraba el rey navarro en Montpellier.

En 1371 el rey Carlos V concedía en el puerto Harfleur una exención de impuestos a las mercancías traídas por mercaderes castellanos y vascos.

El monarca francés envió a Castilla como sus embajadores a Jacques y Morelet de Montmor que partieron desde Harfleur a entrevistarse con Enrique II en abril de 1372.

Carlos II con el objetivo puesto en fraguar la paz en Normandía envió a sus posesiones normandas a su mujer, doña Juana, que moría allí en 1373.

Los ingleses habían establecido un estrecho bloqueo naval sobre Normandía. En la primavera de 1374 un convoy formado por tres naves castellanas y algunos mercantes intentaron atravesar las líneas inglesas pero la flota inglesa les había encerrado en el puerto de El Havre. A deshacer este bloqueo acudió con sus galeras el almirante castellano Fernán Sánchez de Tovar y su presencia fue decisiva para romper el cerco. Unido al almirante francés Jean de Vienne se apoderó de Saint Sauver le Viconte, asaltó la isla de Wight y realizó numerosas incursiones en la costa meridional británica.

Por otra parte los franceses y los ingleses llegaron a la tregua de Brujas de 1375 con una duración de dos años.

Más tarde en 1376 Jean Frogier embajador de Carlos V salía de Harfleur hacia la corte de Enrique II. En junio de 1377 una flota de trece galeras, ocho castellanas y cinco portuguesas fondeaban en los muelles de Harfleur preparadas para atacar Inglaterra.

En este puerto se reunieron con la flota francesa dirigida por Jean de Vienne. Las embarcaciones de guerra salieron hacia Bretaña bordeando Normandía. En Mont-saint-Michel hicieron escala antes de acometer la travesía del Canal. El 29 de junio cinco mil hombres desembarcaban en Rye, asaltando y saqueando dicho puerto que era uno de los cinco Puertos significados de Inglaterra. De allí pasó la flota a Rotingdean y a Lewes. Folkestone fue asaltada el 20 de julio y luego se tomó Darmouth y Plymounth. El 28 de julio cargados los buques de botín, castellanos y franceses regresaron al puerto base de Harfleur.

En la campaña del año siguiente 1380 las naves francesas y castellanas tras el saqueo de las costas de Inglaterra volvieron de nuevo al puerto de Harfleur a poner el botín a buen recaudo. Otros embajadores franceses acudieron a solicitar el envío de una flota castellana.

Por su parte el rey navarro en 1378 envió a Cherburgo a su hijo Carlos con el objetivo de arreglar la situación de las plazas normandas ya que el rey francés pretendía y de hecho ocupó las principales plazas de Normandía y encarceló a los enviados navarros incluidos tres de príncipes reales. A resultas de esta acción francesa a Carlos II sólo le quedaba Cherburgo.

Enrique II de Castilla envió una flota para proteger las plazas de Normandía para Francia. Coaligados navarros e ingleses en 1378 lograron salvar Cherburgo que fue cedida a los ingleses por tres años en compensación de las tropas inglesas que lucharían en el reino de Navarra.

El tratado de Briones del 31 de marzo de 1379 suponía la derrota diplomática del rey de Navarra que se veía obligado a cambiar las alianzas, romper los tratos con Inglaterra y a entregar castillos como rehenes.

Muerto Carlos V de Francia en 1380, y sucediéndole su hijo Carlos VI en 1381 tras estar retenido durante tres años en Francia volvía a Navarra el principe Carlos tras haber perdido sus posesiones francesas que se le devolvieron como bienes administrados.

En 1381 Carlos II esperaba la devolución del puerto de Cherburgo que junto con Calais, Brest y Bayona eran puertos básicos en la guerra inglesa contra Francia.

El 12 de junio de 1382 el propio almirante Fernán Sánchez de Tovar hizo homenaje de servir al rey de Francia. Los buques castellanos fondearon en Rouen camino de Flandes.

Francia siguiendo su política de centralización y absolutización del poder, se apropió de Montpellier en 1382 y en 1385 privó al infante navarro don Carlos de todas sus rentas en tierra francesa.

Carlos II reaccionó casando a su hija Juana con Juan IV duque de Bretaña aliado de Inglaterra. La boda se celebró en la catedral de Bayona en 1386. Al morir el duque de Bretaña Juan IV, la viuda navarra Juana se casó con Enrique IV de Inglaterra.

Muerto Carlos II de Navarra en enero de 1387, le sucedió su hijo Carlos III el noble. Este nuevo rey acordaba de los ingleses la devolución de Cherburgo en diciembre de 1393 y ponía como castellano a Martín Enriquez de Lacarra hasta 1403 y luego a Leonel de Navarra.

Los embajadores navarros reclamaron en 1392 ante Carlos VI de Francia la devolución de las posesiones confiscadas. En mayo de 1397 viaja a Francia el mismo rey Carlos III pero sin resultados.

El rey de Inglaterra Enrique IV celebró sus esponsales en mayo de 1402 con Juana de Navarra, hermana de Carlos III y viuda de duque de Bretaña.

Nuevo viaje de Carlos III a Francia en 1403 cuando Francia deseaba tener el puerto de Cherburgo. Carlos III el 9 de junio de 1404 renunciaba a sus condados de Evreux y Avandrez, junto con las villas y castillos de Normandía a excepción de Cherburgo y volvió a su reino compensado con una renta de 12.000 libras tornesas en tierras que se formalizarían en el ducado de Nemours.

Por otro documento vendía al rey de Francia la villa, castillo y castellanía de Cherburgo por 200.000 libras tornesas. En 1406 volvía definitivamente Carlos III a Navarra.

Como resultado de estos viajes del rey navarro toda la tierra de Normandía quedaba en manos francesas. Esta costa de Normandía con sus puertos de Rouen y Harfleur e incluso Dieppe según M. Mollat poseían sólidas colonias de castellanos y vascos que se dedicaban a la industria de los paños y que se mantuvieron en estos puertos hasta que en 1415 pasaron estas ciudades a manos de los ingleses y quedaron vedados como lugares de intercambio comercial.

Tras la derrota francesa en Azincourt la reacción castellana fue de recelo ante la nueva potencia mercantil inglesa que emergía. El renacer inglés significaba que Normandía se perdía para los mercaderes de la Hermandad de las marismas. Los marinos vascos y cantábricos no querían perder sus fondacos de Normandía y volvieron a remarcar sus alianzas francesas.

Las relaciones mercantiles con Normandía bajo Juan I de Castilla (1379-1390)

Juan I rechazaba en 1380 las propuestas de paz que a través de Aragón le enviaba Ricardo II de Inglaterra, ya que sus embajadores firmaban en febrero de ese año una acomodación del tratado de Toledo que le comprometía a enviar una flota de veinte galeras equipadas y pagadas que emprenderían un ataque directo al territorio inglés.

La primera operación de aquel año dio como resultado el que una flota vasca que operaba al sur de Inglaterra tuviera que guarecerse en el puerto de Kinsale en Irlanda donde perdía todas sus presas y además sufría un gran quebranto el 6 de junio de 1380.

Pero poco después llegaba la gran flota castellana y anclaba en La Rochela el 8 de julio. A partir de esa fecha las costas meridionales inglesas fueron saqueadas por los castellanos, principalmente Winchelsea.

Después la flota se acogió a Harfleur guiada por los almirantes Juan de Vienne y Fernán Sánchez de Tovar. Poco después esta misma flota entraba por el Támesis hasta Gravesend. En septiembre la flota castellana volvía hacia sus puertos de origen.

Inglaterra respondió con la firma de una alianza anglo-portuguesa del 15 de julio de 1380.

La política interior de Castilla iba a condicionar la exterior. Juan de Gante duque de Lancaster, hijo de Eduardo III y padre de Enrique IV de Inglaterra se había casado con Constanza hija de Pedro I y de doña María de Padilla y en virtud de este matrimonio aspiraba a la corona de Castilla.

La guerra de Castilla contra Portugal terminó provisionalmente con la paz de Yelpes de 1383. Una de las cláusulas de esta paz obligaba a desposar al infante don Enrique heredero de Castilla con Beatriz heredera de Portugal aunque fue luego sustituído por el mismo Juan I.

Pero a la muerte del rey portugués Fernando I, Juan I pretendió reinar en Portugal para lo que se desató una guerra civil y exterior en la que Juan I tuvo la peor parte en la derrota de Aljubarrota.

Tras la derrota de Aljubarrota y en los últimos meses de 1385 la hegemonía militar franco-castellana establecida diez años antes se hallaba directamente amenazada. Castilla quería desembarazarse de la guerra, mientras que Francia contando con la flota castellana estaba preparando una nueva serie de ataques contra Inglaterra. Inglaterra respondió con el recrudecimiento de la piratería en el canal y en el golfo de Vizcaya.

Todas estas escaramuzas guerreras ocasionaron el que el puerto de La Rochela estuviera en peligro. Antes de que concluyera el año 1386 hubo que enviar seis buques castellanos para la defensa de la fortaleza, a los que se añadieron tres naos más, enviadas por Francia, que fueron contratadas a través de Jacques de Montmor en Bermeo, Bilbao y Métrico.

La campaña de 1387 se cerró con una decisión real castellana. En primer lugar había que alejar a las tropas auxiliares francesas que se habían dirigido en apoyo de Castilla en la empresa portuguesa y en segundo lugar había que cerrar la participación castellana en la guerra de los Cien Años. La razón principal de este movimiento diplomático estribaba en asegurar las comunicaciones marítimas con Flandes. Pero los consejeros de Carlos VI, los duques de Berri y de Borgoña pensaban por el contrario que era necesario atacar a Inglaterra.

En julio de 1388 daba el visto bueno la corte castellana a la firma del tratado de Bayona con el duque de Lancaster. Las cláusulas eran importantes: 1) Enrique y Catalina de Lancaster contraerían matrimonio siendo reconocidos como herederos del reino. 2) Juan I y el duque de Lancaster se comprometían a trabajar por la paz entre Francia e Inglaterra. 3) se daba una cuantiosa indemnización al duque de Lancaster y 4) se declaraban perdones y pensiones varias.

Este tratado de Bayona inquietó a Francia que envió al almirante Jean de Vienne como embajador y a Morelet de Montmor para armar una flota en 1389. De este modo se aseguraban los franceses de que Juan I seguiría aliado de Carlos VI.

Las repercusiones de este tratado fueron más profundas. Los ingleses abrieron un mercado en Portugal, desplazando a los castellanos. El duque de Borgoña, Felipe el Atrevido, reorientó su política comercial en Flandes, ocasión que aprovecharon los catalanes y mallorquines para en 1389 inaugurar una línea regular de comunicaciones comerciales con Brujas.

Relaciones con Normandía en el siglo XV

En primer lugar vamos a recoger las informaciones que nos da “El Victorial” de don Pero Niño que se escribió entre 1435 y 1448 ya que Pero Niño murió después de 1453 pero que narran hazañas náuticas de años anteriores.

Según el prologuista de la obra “El Victorial”, Juan de Mata Carriazo “la segunda empresa martítima de Pero Niño fue de mayor renombre”.

Castilla estaba confederada con Francia desde que Enrique de Trastamara triunfó con ayuda de los franceses y desde que los dos tronos tuvieron en el de Inglaterra un enemigo común.

A la acción de los ingleses contra la nueva dinastía castellana, ésta había respondido con expediciones navales como la de las veinte galeras que en 1380 armó en Sevilla de orden de Juan I, Fernán Sánchez de Tovar, el cual además de llegar hasta la ciudad de Londres, realizó grandes talas y destrozos en las costas de Inglaterra.

Pero la tregua de París firmada entre Inglaterra y Francia vino a romperse el 24 de junio de 1404, por lo que el rey francés requirió a Castilla el cumplimiento del antiguo tratado de amistad en virtud del cual Castilla se obligaba a prestarle ayuda con fuerzas navales. Para este momento los ingleses habían destronado a su rey Ricardo II en 1397.

Enrique III prometió enviar a Francia una flota de cuarenta naves de guerra y en razón de esa promesa los privilegios de los mercaderes castellanos en Francia se volvieron a confirmar en 1405. Las cuarenta naves fondeadas en el puerto de Santander tenían como almirante a Martín Ruiz de Avendaño y pusieron proa hacia Bretaña para asegurar la tranquilidad de los mares.

Por otra parte el rey castellano mandó armar tres galeras en Santander y las envió en son de guerra al mando de Pero Niño, conde de Buelna, Fernando Niño y Gonzalo Gutierrez de Calleja.

En efecto, Pero Niño fue a Santander, dio una de las galeras a su primo Fernando Niño y otra a Gonzalo Gutierrez de la Calleja y luego de recorrer Laredo, Castro-Urdiales y San Vicente de la Barquera, las tres naves partieron desde Pasajes siguiendo la ruta de La Rochela. Pero Niño emprendió el ataque y saqueo de los alrededores de Burdeos, y poco después recibió el apoyo de Carlos de Savoisy, antiguo mayordomo y primer chamberlán de Carlos VI, caído en desgracia, que se le unió con dos galeras más, por lo que a partir de este momento castellanos y franceses hacen juntos el recorrido hacia la costa de Bretaña.

Las tres galeras castellanas en unión con las dos francesas capitaneadas por Charles de Savoisy acometieron acciones de guerra en las costas de Cornwall y Poole, puertos y tierras del señorío del capitán inglés Harry Pay. Dice el Victorial:

“Comenzabase estonze la guerra entre Francia e Inglaterra sobre el ducado de Guiana e sobre que avían estonce los ingleses muerto a su rey, el rey Ficharte, que hera casado con hija del rey Charles de Françia”.

Poco después cayeron sobre las costas de Cornwell, desembacaron en St. Ives, quemaron el lugar y capturaron dos galeras. Llegados ante Dartmouth, Pero Niño y Savoissy con las cinco galeras fueron hacia Plymounth. Sin embargo se les obligó a retirarse arrostrando el peligro de encallar en las rocas de Stara Point. Pero luego más tarde cayeron con sus armas sobre el puerto de Pórtland que lo quemaron. Pasaron luego a Poole con el ánimo de castigar la patria del corsario Harry Paye. A partir de este momento los hombres de mar que iban en las galeras castellanas aconsejaron a Pero Niño retirarse de las costas inglesas para invernar en el puerto Harfleur.

Llegaron con sus galeras al puerto de Harfleur, donde se encontró con las naves de Avendaño. El capitán Pero Niño y Savoisy decidieron volver a castigar las tierras de Inglaterra y con este fin embarcaron en sus galeras pero el mal tiempo les obligó a regresar. Entonces volvieron a remontar el Sena para invernar en Rouen.

Veamos las descripciones textuales que esta obra “El Victorial” relata de estos dos puertos normandos:

“Cuando llegaron a Haraflor, fueron alli bien resçevidos e ovieron grand placer con el capitán. Haraflor es una fermosa villa, e tiene buen puerto de alta mar. Entran los navíos dentro en la villa por una ria que pasa por medio della; e çerca la mar la mentad della, e de la otra parte tiene buen muro e muy fuertes torres, e tiene la caba labrada muy fermosa de cal e canto, e llena de agua. Entran por puentes levadizas e las puertas dobladas; están en cada una de las puertas entre dos torres muy fuertes. Esta villa es siempre muy basteçida; es muy rica de mercadores, fazen en ella muchos paños. Es a una legua de Mosterviller, una buena villa, en que está un monesterio honrrado de monjas. Fazen alli muchos finos paños.

Alli entra en la mar un gran rio caudal que llaman Saena; non ay mayor rio en Francia que aquel, a fuera del Ras. De allí a Paris son cincuenta leguas, el rio arriba, e las chanrruas e las barcas ban e vienen de allí a París. Allí en Araflor fue aloxado el capitán e su gente por algunos dias.

Estando allí Pero Niño, llegó allí Martín Ruiz de Mendaño, capitán de las naos de Castilla. Allí ovo el capitán Pero Niño con él sus razones, diciéndole que curaba poco del serviçio del rey de Castilla: alli llegó al tiempo que pudiera aver mucho mal entre ellos. Requestólo Pero Niño que non abía fecho como buen caballero, e que ge lo faría conocer. Mas los franceses amaban a Pero Niño; non los dexaron llegar a mal. E partieronse desamigos.

El capitan e mosén Charles con las buenas andanzas que avían abido de consuno con los yngleses olbidaron todos los trabajos que abían pasados, ansí de la mar como de las galeras que avían avido e acordaron de tronar otra vez en Ingalaterra. Aderezaron sus galeras e tomaron vituallas e ayuntaronse al capitán otros tres balleneros armados de Françia. E salieron a tener noche al cavo de Caos...

El tiempo lo dava ya, ca hera ya ynbierno; e ovieronse de volver a mal de su agrado al puerto de Haraflor...Alli estobieron tanto tiempo que la gente non podia ya sufrir la frialdad e las muchas aguas, que siempre llueve mucho en la ribera de la mar.

Pues que non podian pasar en Inglaterra por las grandes fortunas, acordaron que subiesen con las galeras el río arriba de Saena e fuesen enbernar a Ruán; una muy noble çiudad que está en la ribera de aquel rio e es muy abastada de todas las cosas que abín menester; e subieron el río arriba.

Es aquella ribera muy fermosa: ay en ella muy buenos lugares e muchas fermosas casas de grandes señores. Está en aquella ribera una abadía de monjes de San Benito, muy rica e honrrada, e muchos hermosos bosques e muy graçiosas huertas e jardines. E benian alli a ver el capitan los señores de aquella tierra e fazíanle honradas fiestas. Ansí llegaron las galeras a la çiudad de Roán. Tenía alli el rey de Francia una tarazada de la otra parte del rio en que avía galeras e tafurcas, que son muy grandes galeras, e llievan sobre mar cavallos e mucha gente. Allí fue alojado el capitán en una grand posada e fermosa e sus gentes en otras posadas al derredor de aquella...

Hera çerca de Roán un noble caballer que llamavan mosén Arnao de Tria, almirante de Françia. Hera viejo. Envió rogar al capitan Pero Niño que le fuese ver; e partió de Roán e fue a un lugar que llaman Xirafontayna donde estaba el almirante. El lo reçibió muy bien e rogale que estubiese alli con él e folgase algunos dias, que benia muy trauxado de la mar; e folgó alli tres dias... Este caballero avía su muger la mas fermosa dueña que entonze avía en Francia: hera de la mayor casa e linaxe que aví en Normandia, hija del señor de Belangas...

Contarvos he la orden e la regla que la señora tenía...La bendición dicha e las tablas alzadas, venian los mestrieres e danzava Madama con Pero Niño e cada uno de los suyos con una damisela. Duraba esta dança hasta una ora...Esta ordenanza que vos he dicho se tenia todos los días en cada tiempo segúnd conviene, todas las vezes que el capitán allí venia, e otros segúnd sus estados...

E Pero Niño fue tan amado a buena parte de Madama por las bondades que en él veya, que fablava ya con él algo de su fazienda; e rogale que fuese a ver su padre, un noble cavallero que llamavan monser de Belangas que vibía en Normandia.

Capitulo LXXIX. Cómo Pero Niño fue a París e demandó en el consejo del rey sus gajes, por fuertes palabras, segund lo dava el tiempo...

El capitán Pero Niño abia ya gastado el sueldo que avía llevado de Castilla. Entró un día en el consejo donde heran los duques e con ellos el rey Luys e el rey de Navarra e otros muchos condes e grandes señores e demandó que le diesen paga para las galeras...e trayanlo a la luenga e non le davan ninguna cosa; e él estava en grand priesa de se le desarmar las galeras por mengua de dineros sino por algunos mercadores que le prestavan sobre su verdad...Ma en caso que bien le dieron a entender que él dezia muy gruesas palabras, valióle tanto que luego le hordenaron todo su gasto...

Entonze partio de alli e fue a Roan, donde estavan sus galeras e su gente. En este comedio finó el buen cavallero almirante de Francia e Madama de Girafontayna envió por Pero Niño e fabló con él toda su fazienda; e de alli adelante fueron enamorados...

Partio Pero Niño de Paris e vínose a Roán, e pagó e contentó su gente lo mejor que pudo. E fue a ver a Madama de Xirafontayna e su padre monseñor de Belangas. Allí se comenzó tratar casamiento entre Pero Niño e Madama; pero que avía razones entremetydas de amas las partes por que se non pudía luego fazer el casamiento...Ansí quedó aquella bez conçertado aquella razon entre ellos, que la señora esperase dos años cumplidos, porque Pero Niño oviese tiempo de librar su fazienda, ansí en la guerra que hera a la sazón como con su señor el rey.

Los tratos ansí puestos, diéronse sus joyas; e tomada liçençia della, partió para Roán. E vinieron allí a él muchos de los caballeros e señores de Normandía a fablar con él en fecho de guerra.

E partió de allí con sus galeras e fuése al puerto de Haraflor...E llegaron las galeras a Haraflor: allí estaba mosén Charles de Sagasti aderezando sus galeras para partir de allí con el capitán Pero Niño. Llegaronse allí a mandado del capitán tres balleneros de Françia bien armados e todos juntos partieron de Araflor e fueron al cavo de la Oga. Ovieron su consejo que entrasen en la canal de Flandes buscando navíos de Angliaterra; e costeando pasaron a cavo de Caos e de Normandía e de Picardía...fueron a hechar áncoras ante la villa de Cortey, que es en Picardía, e es una villa de Francia, toda çercada de mar: non pueden entrar a ella por tierra si non de bajamar. Alli tomaron vituallas.

Como hemos visto cuando Pero Niño llegó con sus galeras al puerto de Harfleur se encontró con Avendaño, disputaron y hubieran terminado mal sin la intervención de los franceses. El capitán y Savoisy decidieron invernar el segundo en Harfleur mientras el capitán pasó a Rouen.

Los días vividos en el palacio campestre de Serifontaine con el almirante Renaud de Trie y con su bella, espiritual y joven esposa Jeannette de Bellanges de la que se enamoró, es un bella pieza del amor caballeresco de la época. Luego Pero Niño se trasladó a París donde el incapacitado rey Carlos VI no le pudo atender en sus reclamaciones que sin embargo fueron atendidas por el Consejo real de Francia.

Pasado el invierno Pero Niño con sus galeras y auxiliado por los caballeros normandos y bretones que le acompañaban desembarcó en la isla de Jersey, derrotó a los ingleses y consiguió una fuerte contribución de guerra para pagar a sus gentes.

Repartido el botín en Brest, Pero Niño se dispuso a regresar a Castilla, costeando las islas de Bretaña. Caminó hacia La Rochela y de allí hasta Santander donde le esperaba una carta del rey de Castilla. Pasó luego a Valladolid y a Madrid donde se encontraba el rey. Enrique III armó caballero a Pero Niño para luego morir y dejar el trono a su hijo infante Juan II.

Enrique III de Castilla y el normando Juan de Bethencourt descubren las Canarias.

Enrique III (1379-1406) fue hijo y sucesor de Juan I al que le sucedió como rey de Castilla en 1390, si bien no asumió el poder efectivo hasta 1393. Durante su reinado se apoyó en la segunda nobleza desplazando a sus parientes MÁS cercanos como Alfonso Enriquez y Leonor de Navarra.

En 1388 y en virtud del Tratado de Bayona, se casó con Catalina de Lancaster, hija de Juan de Gante, duque de Lancaster y de Constanza de Castilla y por lo tanto descendiente de Pedro I el Cruel. Esto permitió culminar el conflicto dinástico, afianzar la Casa de Trastamara y establecer la paz entre Inglaterra y Castilla.

Envió dos embajadas ante Tamerlán, la primera encabezada por Hernán Sánchez de Palazuelos y la segunda por Ruy González de Clavijo. De esta segunda tenemos la relación del viaje en un libro titulado “la Embajada a Tamorlán”.

Durante su reinado la flota castellana obtuvo victorias navales tanto contra los ingleses en el Atlántico como en el Mediterráneo con la destrucción de Tetuán en le norte de Africa.

En 1402 comenzó la colonización de las islas Canarias gracias a la participación del normando Juan de Bethencourt(1360-1422).

Bethencourt había sido escudero y chanbelan del rey Carlos IV de Francia, mientras que a la vez era marino y explorador. A través de su pariente Robin de Brequemon entró en contacto con Enrique III de Castilla que le dio los derechos feudales de la conqusita de las Islas que descubriese.

Como Enrique III dentro de la polémica y división de la Cristiandad del Cisma de Occidente apoyaba a Benedicto XIII (el aragonés Papa Luna) éste recompensó al proyecto castellano con bulas papales que le daban la posesión de las tierras descubiertas y conquistadas.

La expedición partió de La Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con dos naves y 200 tripulantes normandos y gascones junto con los capellanes Pedro Boutier, benedictino y Juan Le Verrier, presbítero que iban como capellanes. Gadifer de La Salle hizo de cronista de la expedición escribiendo la crónica “Le Canarien”.

La expedición debió fondear durante varias semanas en Cadiz en donde 26 hombres desertaron. Los expedicionarios fueron guiados por dos nativos canarios capturados en previas expediciones castellanas.

Los normandos con Bethencourt a la cabeza desembarcaron en la costa norte de Lanzarote. Sujetaron con las armas a los aproximadamente 300 guanches que habitaban en la isla de Lanzarote y pasaron a dominar las islas vecinas de Fuerteventura y Hierro.

El normando mandó construir un castillo en la Costa del Rubicón, mientras que vuelto hacia Castilla con un cargamento de esclavos guanches pudo conseguir más apoyos. Dejó la isla en manos de Gadifer de la Salle como gobernador y de Berthin de Beneval como comandante del fuerte.

El rey castellano hizo pregonar la prohibición de que nadie intentara ni conquistar ni comerciar con las islas descubiertas sin permiso del descubridor.

Bethencourt volvió de nuevo con el decreto real de Enrique III que le nombraba “Rey de las Islas Canarias” y que le otorgaba el señorío sobre Lanzarote. Igualmente llevaba consigo varias bulas papales de Benedicto XIII, una de ellas fechada el 7 de julio de 1404 que mandaba erigir un obispado en Rubicón y otra de la misma fecha que hacía obispo de la nueva diócesis al franciscano fray Alonso de Sanlúcar de Barrameda. Los autóctonos tuvieron que rendirse y fueron convertidos al catolicismo. Asegurada la posesión de Lanzarote los expedicionarios intentaron conquistar Gran Canaria y La Palma.

Jean de Bethercourt volvió de nuevo a Normandía en enero de 1405 para volver en mayo de ese mismo año con unos 120 parientes, soldados y colonos. Entre sus acompañantes estaba su sobrino Maciot de Bethencourt.

Jean de Bethencourt abandonó Lanzarote que se la vendió a su sobrino Maciot de Bethencourt en diciembre de 1406 mientras que él mismo se retiró a Grainville en Normandía para usufructuar la ruta y el monopolio del comercio con las Canarias desde Harfleur.

Al pasar por la península se encontró con que había acaecido la muerte del rey Enrique III el 25 de diciembre de 1406 por lo que rindió vasallaje en Segovia al nuevo rey castellano Juan II. La regente doña Catalina de Lancaster por mediación de Robert de Braquemont almirante de Francia y tío de Jean de Bethencourt le renovó a éste último el nombramiento de rey de Canarias.

Sin embargo la entrada en la ciudad Harfleur en 1415 de los ingleses desbarató la ruta normanda-castellana hacia las Canarias y obligó a Bethencourt a vender al rey de Castilla en 1418 los derechos que la familia Bethencourt tenia a la corona, la cual se los trasladó al conde de Niebla.

 

Las relaciones con Normandía en tiempos de Juan II de Castilla y Carlos VI de Francia.

A fines de 1406 moría en Castilla su rey Enrique III y entraba a reinar su hijo Juan II bajo la tutoría de su madre Catalina de Lancaster y de su tío y hermano del rey difunto Fernando de Antequera.

Catalina de Lancaster pretendía establecer relaciones de paz con su hermano el rey inglés Enrique IV. Pero para allanar las diferencias con Inglaterra se oponía el partido político pro-francés muy fuerte en la corte de Castilla.

El 24 de abril de 1408 llegaba a Castilla una solemne embajada francesa que venía con el objetivo de renovar las treguas y mutuas paces tal como se firmaron el 7 de diciembre de ese mismo año en Valladolid. Esta paz dejaba abierto el camino para que Castilla firmara también treguas anuales con los ingleses como las realizadas en 1408 y 1409, para llegar en 1410 a firmar en Fuenterrabía una regulación de amistad en las relaciones entre Castilla e Inglaterra. Eran representantes castellanos en esta negociación Pedro Velázquez de Guevara y Gonzalo Moro, mientras que por parte inglesa estaban presentes Bertrand de Montferrand y Thomas Swynbourne, alcalde de Bordeaux.

Si volvemos a la realidad francesa y concretamente a Normandía se puede afirmar que los franceses a comienzos del siglo XV seguían considerando a los castellanos como amigos y así el 13 de enero de 1412 les fueron confirmados en Normandía sus antiguos privilegios mercantiles. Pero los castellanos no estaban dispuestos a arriesgar nada a favor de los franceses.

Durante los avatares siguientes de la guerra de los cien años Enrique V de Inglaterra conquistó la Normandía y los reyes ingleses pretendieron separarla de Francia. Más aún, en los puertos normandos de Harfleur, Rouen y Dieppe y desde la conquista inglesa de estas tierras en 1415, los mercaderes de la cornisa cantábrica, perdieron los privilegios y ventajas que les había concedido Carlos V desde 1364.

En 1414 se confirmaron las treguas entre Inglaterra y Castilla y aun otorgaron a Enrique V la cláusula de que ningún buque armado pudiera atacar a otro entre los dos reinos. Pero en este momento Inglaterra se disponía a atacar e invadir el territorio de Francia. Enrique V había convertido a Castilla en su aliada.

Sin embargo Inglaterra no logró separar a Normandía de Francia. Hasta 1415 el comercio vasco-normando con el puerto Harfleur como cabecera fue floreciente, si bien a partir de esa fecha decayó porque el comercio se trasladó a Rouen. Del mismo modo la presencia en Dieppe fue escasa.

La ocupación de Normandía convirtió a los ingleses en enemigos de las ciudades de la hermandad de las Marismas.

En 1416 en el intento francés de Bernardo de Armagnac de recuperar Harfleur estaban las naves vizcaínas que junto con las francesas combatieron al duque de Somerset. Vizcaya admitió el reclutamiento de ballesteros en su señorío y aun colaboró con naves, si bien el intento terminó en fracaso.

Tras la muerte de la reina Catalina de Lancaster en 1418 los embajadores de Francia pidieron ayuda naval, pero la interinidad que se vivía en Castilla aconsejó no prestarla en aquellos momentos. Poco después llegaban noticias de París acerca de las cruentas luchas entre el Duque de Bretaña y el Conde de Armagnac y la peste que se declaró posteriormente.

Las victorias inglesas en Harfleur, Rouen (tras un terrible asedio de cinco meses) y Dieppe en 1419 expulsaron a los marinos de la Hermandad de las marismas de Normandía hasta 1451, por lo que éstos tuvieron que buscar como alternativa los puertos de Bretaña.

En 1419 se declaraba la mayoría de edad del rey de Castilla Juan II. Entre los temas internacionales que tuvieron que resolverse en esos días destacaban las quejas del Duque de Bretaña pidiendo al rey que pusiese paz entre vizcaínos y bretones. Para ello se nombraron dos jueces uno por cada parte en concreto Fernando Pérez de Ayala, merino de Guipúzcoa por Castilla que consiguieron implantar la concordia. Poco después volvió a la Corte el Almirante de Castilla procedente de Santander donde había dejado a su bastardo Juan Enríquez la dirección de la flota armada para ayudar al rey de Francia.

En 1431 Juan II de Castilla recibió a los embajadores que había enviado a Inglaterra y que habían acordado un año de tregua con la misma Inglaterra pero con la condición de que en ella no entraría Francia. El 6 de diciembre de 1434 Juan II recibió en el Alcazar de Madrid a los embajadores de Carlos de Francia, quienes solicitaron ante el Consejo ayuda militar terrestre y marítima contra el monarca inglés. Carlos pensaba en darle una batalla decisiva a su enemigo quien en los últimos tiempos le había destruido sus dominios.

También pretendían los embajadores franceses que el rey castellano ratificase las alianzas entre ambos reinos. Durante dos meses se trabajó en rehacer los tratados pues el francés había perdido sus documentos durante la guerra, tomando parte activa en las negociaciones el Condestable, el arzobispo de Sevilla y el Conde de Benavente; los tratados serían ratificados el 29 de enero del año siguiente. Juan II prometía que si sus guerras en la península se lo permitieran, enviaría ayuda militar a Francia. Tras agasajar a los embajadores durante varios días partieron el 10 de febrero de 1436.

Durante este período de la guerra de los cien años los marinos de Vizcaya que temían las victorias inglesas apoyaron al nuevo rey francés Carlos VII por ejemplo en 1423. Y a resultas de este apoyo pidieron que se trasladasen a La Rochela y Poitiers los privilegios que tenían en Harfleur y Rouen, a lo que el rey francés accedió a pesar de la oposición de sus súbditos interesados en el tema.

Castilla lograba imponer su superioridad naval a La Hansa y luego a Inglaterra y más tarde restablecía en propio beneficio la libertad de comercio. La paz con La Hansa se firmó el 6 de agosto de 1443.

El rey Enrique VI de Inglaterra tenía ya veintidós años, pero su relevancia política era nula. Ese año, el duque Humphrey de Gloucester, que seguía a la cabeza del partido belicista, sufrió un revés del que ya no se recuperaría: había proyectado el matrimonio del rey con una hija del conde Juan V de Armañac, que era uno de los nobles más poderosos del sur de Francia. Su intención era convertir al conde en el sustituto del duque de Borgoña, es decir, en un aliado clave para dominar Francia.

Este fracaso de la política del duque de Gloucester permitió que en la corte inglesa se impusiera el partido pacifista, al frente del cual estaba ahora el conde Guillermo de Suffolk. Ese mismo año llegó a Francia con la misión de concertar una tregua. Al igual que el duque de Gloucester, pensó en la conveniencia de un matrimonio real, pero de carácter muy diferente: en lugar de buscar un enemigo potencial de Carlos VII, buscó la esposa entre los más allegados al monarca. Sucedía que el duque Renato de Anjou, recién llegado a Francia, donde era considerado como legítimo rey de Nápoles, tenía una hija de catorce años, Margarita. El 28 de mayo de 1444 se firmó una tregua por dos años, renovable, a la vez que se acordaba el matrimonio entre Enrique VI y Margarita de Anjou, celebrado en abril. La tregua ratificaba el dominio inglés sobre Calais, Normandía y la Guyena, mientras que los ingleses cedían el condado de Maine, que formaba parte de las posesiones hereditarias del duque de Anjou.

En efecto Inglaterra y Francia concertaron una tregua en Tours el 28 de mayo de 1444 a la que se sumó Castilla en Rouen el 19 de enero de 1445 siendo Iñigo de Arceo el que hacía de embajador castellano.

Las relaciones con Normandía durante la embajada de Iñigo de Arceo

Según Suárez Fernández, Iñigo de Arceo que era un mercader de Burgos que sostenía fuertes intereses en casi todos los puertos atlánticos va desempeñar un importante papel en la diplomacia mercantil castellana. Carlos VII le encomendó la misión de informar a Juan II de la tregua de Tours y al mismo tiempo de transmitirle la invitación de adherirse a la misma. La tregua de Tours se había firmado entre Inglaterra y Francia el 28 de mayo de 1444. Juan II aceptó el integrarse y se le comunicó a Inglaterra probablemente a través del mismo Iñigo de Arceo en Rouen el 19 de enero de 1445 y de este acuerdo se hizo eco el rey inglés Enrique VI y mandó a todos los sheriffs guardarlo. Las instrucciones dadas por Juan II a sus embajadores Alfonso de Brecianos e Iñigo de Arceo están fechadas en 1444.

Como el corso y las represalias entre Inglaterra y Castilla seguían funcionando, se redactó un tratado en Tordesillas el 3 de mayo de 1448 propiciado por el mismo Iñigo de Arceo. En este tratado se acordaba realizar una inquisición de presas realizadas por ambos grupos de mercaderes que estuvo en ejecución entre el 1 de diciembre de 1448 y el 31 de mayo de 1449. El pago de este balance debería realizarse a John Duddley en Brujas, si Inglaterra era la acreedora y a Iñigo de Arceo si la acreedora era Castilla. De este modo las nuevas treguas fueron publicadas en Inglaterra el 7 de noviembre de 1448. El acuerdo entre Castilla e Inglaterra para la reparación mutua de daños causados por las piratería está fechado en Tordesillas el 3 de mayo de 1448. En este documento se cita textualmente:

“c´est a savoir pour la partie d´Anglaterre a ce dit seigneur de Duddeley ou a son certain procureur et pour la partie de Castille a Yñigo d´Arceo boursier d´Espaigne ou a son certain prcureurdedans six mois prouchains ensuivans, apres le dit premier iour d´aoust an mill IIIIXLIX »

Entre los mercaderes castellanos que aparecen en Rouen, una vez comenzada la guerra franco-inglesa de 1449 fue Iñigo de Arceo que operaba en nombre de la hermandad de Burgos la cual estaba interesada en colocar las lanas castellanas necesarias para la industria de la ciudad.

Pasado el tiempo de la ocupación inglesa de las plazas de Normandía, los castellanos pretendían volver al lugar que en esas ciudades tuvieron antes de la ocupación inglesa. Iñigo de Arceo pudo conseguir la restauración de los privilegios castellanos en Normandía, pero no pudo impedir que se tuvieran que pagar las hansas establecidas en Rouen.

La instalación de los castellanos en Normandía fue el principal resultado de la nueva etapa de guerra franco-inglesa.

En 1450 Iñigo de Arceo aparecía como embajador de Carlos VII ante el rey castellano para resolver tanto las cuestiones económicas como también las políticas generadas por la guerra civil navarra entre Juan II y su hijo el Príncipe de Viana.

Iñigo de Arceo a su vuelta a la corte francesa llevaba varios cometidos, entre otros, que el rey francés desautorizase a Gastón de Foix, general en Guyena, yerno del soberano navarro Juan II por su matrimonio con Leonor tercera hija de Juan II y de Blanca de Navarra y que aspiraba a sentarse en el trono navarro. Las credenciales de Arceo están fechadas en Arévalo el 24 de agosto de 1450.

Las gestiones de Iñigo de Arceo plantearon la cuestión atlántica y coincidieron en conjuntar una flota franco-castellana para vigilancia de las costas contra la piratería. Otros asuntos tratados fueron la petición francesa de que sus comerciantes gozasen en los puertos de Castilla los mismos privilegios que tenían los castellanos en los puertos franceses y la exigencia de que los mercaderes castellanos instalados en Rouen pagasen los impuestos debidos. Juan II reaccionó afirmando que los privilegios de los castellanos en los puertos de Normandía eran pago de la ayuda victoriosa de las naves castellanas en la recuperación de los puertos normandos.

Iñigo de Arceo acompañaba también a los embajadores franceses que se desplazaron a Castilla en enero de 1455 a felicitar al nuero rey castellano Enrique IV, una vez muerto Juan II. La comitiva llegó hasta Córdoba en mayo de 1455 donde el rey se desposaba con Juana de Portugal. En estas entrevistas se aseguraron los intereses de los mercaderes castellanos en los puertos franceses y aun se exigió la restitución de las presas ejercidas a ciertos marinos vascos encarcelados en Rouen por las autoridades normandas según consta de la carta de Enrique IV a Carlos VII escrita en Córdoba el 17 de julio de 1455.

En la reunión bilateral entre Francia y Castilla realizada en 1456 en Gannat, cerca de Clermont Ferrand, en la que se convalidaron los salvoconductos emitidos por los dos monarcas, estaba Iñigo de Arceo como funcionario castellano que al fin y al cabo validará estos salvoconductos.

Sin embargo el pacto de Gannat fue el fin de las buenas relaciones entre Francia y Castilla y esto se palpó en la escasa colaboración de vizcaínos y normandos en el ataque a Sándwich. Además terminada la guerra de los cien años ya no era necesaria esta amistad franco-castellana.

Por esto mismo en la embajada castellana a la corte francesa en mayo de 1457 no hubo avances significativos en el ámbito mercantil. Iñigo de Arceo fue el portador de la mala noticia para Castilla de la alianza realizada entre Carlos VII de Francia y Juan II de Aragón realizada el 17 de junio de 1459.

A su vuelta a Francia Iñigo de Arceo recibió la dura respuesta mercantil de Carlos VII cuando deccidía que los castellanos como extranjeros debían pagar como todos los mercaderes las entradas y salidas en los puertos franceses.

Suárez Fernandez transcribe un documento en francés fechado en 1459 con la explicación española y francesa de los puntos comunicados a Enrique IV por Iñigo de Arceo por encargo de Carlos VII.

Los castellanos siguieron instalados en los puertos de Normandía como fondacos necesarios en su camino a Flandes a donde se exportaba vino y hierro y también lana hasta que Enrique IV limitó la exportación de este producto en 1462 con el objetivo de potenciar la propia industria lanera de Castilla.

Las relaciones con Normandía en la segunda mitad del siglo XV

Cuando la guerra franco-inglesa se reanudó en 1449 los marinos castellanos y vascos se colocaron en una situación muy comprometida con ambos bandos. Sin embargo, los marinos de la Hermandad de las Marismas preferían que los ingleses salieran definitivamente de Normandía.

Esta preferencia de Castilla por la instalación del reino de Francia en Normandía nos consta por las réplicas que dieron los embajadores franceses en 1450 a las respuestas dadas a sus peticiones por el rey de Castilla. Se decía textualmente en estas réplicas:

“Primo, ad primam requestam factam por dictos ambaxiatores regis Franciae, in qua patebant quid dictus rex Yspanie haberet acceptabilem guerram quam dictus rex Francie ynobit contra anglicos in recuperando ducatum Normaniae et alias partes sui regni sibi pertinentes, respondit dictus rex yspanie quid multum gaudet de gracia quam Deus fecit regi Francie suo fratri et confederato in recuperando ducatum suum Normanie...”

En esta región y principalmente en sus puertos, los marinos vascos y cantábricos se instalaron rápidamente al finalizar la guerra centenaria entre Francia e Inglaterra. Veían la victoria francesa como fruto de su colaboración y por eso mismo los mercaderes castellanos reaparecieron y se reinstalaron en Rouen como lo hizo el burgalés Iñigo de Arceo que como hemos visto fue embajador del rey francés Carlos VII en la misma Castilla que llevaba la lana castellana tan necesaria para las manufacturas normandas.

Sin embargo, las nuevas autoridades normandas no estaban dispuestas a conceder exenciones excepcionales ni a castellanos ni a vascos. A pesar de esta negación el comercio con Normandía entró en una fase pujante. En Rouen los vascos y los castellanos vendían lana, hierro, cueros, vino, higos, pasas y a su vez compraban arenques y trigo.

Esta pujanza de las relaciones con Normandía no estaban exentas de ciertos impedimentos y represalias. De estas sabemos por las respuestas dadas por Enrique IV en 1455 a las demandas de los embajadores franceses en donde se les dice:

“Quantum tangit ad gravamine que subiecti regis Castelle passi sunt in Normania per comestabularium comitem de Dunoys, magnum senescallum predicte patrie, predicto serenissimo regi Castelle placet quod dicti dampnificati vel aliquis eorum pergant cum ambaxaitoribus quae predictus serenisissimus rex Castelle intendit mitere ad dictum serenissimum regem Francie ut eis precipiat facere iustitie complementum, porro dictus rex Castelle confidit quod ita fiet secundum quod a predictis ambaxiatoribus regis Francie dictum est et quod ipsi procurat...

“Quantum ad processum tangentem senescallum de Normandia, dictus dominus rex Castelle iam precepit suis de consilio quid illico videant negotium et faciant id quid rationis et iustitie fieri debet quid fiet statim absque dilatione parte prosequente vel alio eius nomine”.

En estas mismas circunstancias del 17 de julio de 1455 y fechada en Córdoba es la carta de Enrique IV de Castilla a Carlos VII en la que protestaba de la prisión de ciertos mercaderes castellanos en Rouen. Dice textualmente en el documento conservado y transcrito en el apéndice XXXIV por Luis Suárez Fernández:

Al muy alto e muy poderoso don Carlos, por la gracia de Dios rey de Françia, nuestro muy caro e muy amado primo, hermano e aliado, don Enrique por esa misma graçia rey de Castilla e de Leon, salud con acrecentamiento de toda prosperidad e buena aventurança. Fazemos vos saber que por parte de Martin Yañez de Urquiza e Martin Ruiz de Olea e Pero Ruiz de Deva e Pero Ruiz de Zamudio e Lope de Unzueta, nuestros subditos e naturales, nos fue fecha relación quel vuestro senescal e capitan de la çibdad de Roan, contra el tenor e forma de los previllejos por vos otorgados en vuestros regnos e señorios a nuestros subditos e naturales, injusta e non devidamente los ha prendido e tiene presos en la dicha vuestra çibdad de Roan diziendo que algunos nuestros subditos e naturales en los tiempos pasados, continuando la guerra a que por nuestro mandado tienen contra los yngleses nuestros comunes enemigos, tomaron una nao de los dichos yngleses, la qual se dezia tener salvoconducto del dicho senescal, en lo quel dizen que seydo e son agraviados por quanto ellos nin alguno dellos non intervinieron en la dicha presa de la dicha nao ynglesa nin de tal cosa se podria mostrar verdadera información; e nos suplicaron e pidieron por merced que sorello vos escribiésemos para que vos les mandasedes proveer en tal manera que su inoçençia en este caso nos fuese gravada.

Muy alto e muy poderoso prinçipe e rey, nuestro muy caro e muy amado primo, hermano e aliado, afectuosamente vos rogamos que considerada la amiçiçia e benevolencia, fraternidad, alianzas e confederaçiones que por la graçia de Dios entre nosotros e nuestros vasallos e subditos e naturales son firmadas e juradas e inviolablemente deven ser guardadas segund antiguamente lo fueron en los tiempos de los reyes de gloriosa memoria nuestros progenitores, vos plega por nuestra contemplación mandar soltar los dichos nuestros subditos de la dicha prision, pues ellos nin alguno dellos non intervinieron en la dicha toma, mayormente que por vuestros privillejos es otorgado a los dichos nuestros subditos que non sean molestados, impedidos nin gravados por delitos algunos, caso que la dicha toma alegada por los dichos ingleses constase ser fecha por los dichos nuestros subditos, lo que no consta, quanto mas que los dichos ingleses nuestros comunes enemigos, non mostraron salvoconducto vuestro nin nuestro, segund de neçesario se requeria, pues la guerra era pregonada contra ellos por mandado vuestro e nuestro. E sobreseo fabamos con los enbaxadores que nos enbiastes segund ellos vos faran relación. Muy alto e muy poderoso príncipe e rey nuestro muy caro e muy amado primo hermano e aliado, Dios vos aya todos tiempos en su espeçial guarda. Dada en la muy noble çiudad de Cordoba diez e siete dias de jullio año de LV. Yo el rey. Por manddo del rey, relator. (BNP. Mss. Lat. 6024, fol. 92).

A pesar de estos avatares puntuales se puede concluir que la instalación de los marinos de la Hermandad de la Marina en Normandía fue el mejor resultado de la guerra de los Cein Años recientemente terminada. Entre los comerciantes asentados en Rouen estaban los durangueses Juan y Martín Pérez.

Según Suárez Fernández en 1458 se descargaron en Rouen 26.000 balas de lana burgalesa.

Por otra parte entre los paños normandos que se transportaban a los puertos de Castilla eran de especial significación los de Louviers, Rouen, Caen, Montivilliers y Harfleur.

Las relaciones castellanas y vascas con Normandía anteriores al reinado de los Reyes Católicos.

La guerra entre Francia y los futuros Reyes Católicos en la disputa de la sucesión de Enrique IV en la cabeza de Juana la Beltraneja cambió el sesgo de las relaciones mercantiles. Los castellanos sufrieron importantes daños en la frontera guipuzcoana de modo que al hacer la paz en 1478 y restaurarse los antiguos privilegios que se tenían en 1474, se creó una comisión de ambos países para implantar justicia y resolver las indemnizaciones.

En esta comisión estaban como representantes castellanos Juan de Gamboa y el arcediano de Almazán que presidieron el comité para la ejecución de la justicia hispana.(AGS.RGS. 1479-XII, fol.69)

Las cartas de marca concedidas se anularon en junio de 1480 como consta le sucedió a un vecino de San Sebastián (AGS. RGS. 1480-VI, fol. 186)

En Rouen según Mollat de los 469 barcos entrados en el puerto en 1477-1478, más de un centenar venían con productos cargados en la Península Ibérica, con una apreciación de 267.634 libras de hierro. Según el mismo autor la cuarta parte de la mercancía que recibían los muelles de Rouen entre 1476 y 1483 fue hispana.

Las exportaciones europeas a Castilla y a Portugal se regularizaron por caminos diversos, como por ejemplo por medio de transportistas normandos, bretones, castellanos o portugueses a través de las naciones castellana y portuguesa de Brujas y de Amberes.

En Bilbao y en Burgos los castellanos que iban al puerto de Rouen y las compañías que unían Nantes con el consulado de Burgos, realizaron importaciones copiosas tal como se manifiestan en las cuentas de Gonzalo de Baeza tesorero de Isabel la Católica.

Según Mollat los puertos cantábricos eran los lugares en donde se abastecían los puertos normandos de hierro, lana, fruta y corcho y a veces aceite de oliva, vino y especias como la canela. Mientras que de los puertos normandos se exportaban paños, telas, artículos de mercería, trigo y productos manufacturados.

Para los navegantes normandos los puertos cantábricos aparecían en una doble función: 1) como mercado directo de intercambios (paños, trigo, manufacturas y recogida de hierro, lana, frutas, especias y oro) y 2) como etapa de tránsito desde donde podían llegar sus barcos hasta la costa de Marruecos o de las Canarias.

Entre la colonia de mercaderes hispanos en Normandía podemos numerar a los Arceo, Castro, Pardo, Frias y Aranda en Ruán.

Las relaciones con Normandía durante el reinado de los Reyes Católicos.

Durante la guerra de los cien años Enrique V de Inglaterra conquistó la Normandía y los reyes ingleses pretendieron separarla de Francia. Más aún, en los puertos normandos de Ruán, Harfleur y Dieppe y desde la conquista inglesa de estas tierras en 1415, los mercaderes de la cornisa cantábrica, perdieron los privilegios y ventajas que les había concedido Carlos V desde 1364. Pero Inglaterra no logró separar a Normandía de Francia.

Tras la guerra de los cien años los castellanos volvieron a los puertos normandos pero dentro de cierta confusión económica y monetaria no disipada en el intervalo de 1475 a 1479 y de nuevo a partir de 1495.

Con el tiempo los reyes franceses convirtieron al tribunal de justicia en parlamento en 1515 al que concedieron los mismos privilegios que al de París. En 1517 se fundó el puerto del Havre.

Sin embargo los paños de Normandía tenían un precio inferior a los paños flamencos y a los del Brabante. Los normandos a final del siglo XV eran los cuartos abastecedores más importantes de paños en la feria de Lendit, a juzgar por los alojamientos pagados a la abadía de Saint-Denis. Y gradualmente en importancia estaban Rouen, Louviers, Lisieux, Bernay y Vire. La situación según Mollat cambió a lo largo del siglo XVI.

 

 

Mapa de Normandía

 

 

APÉNDICE I. Ordenanzas de Carlos V de 1364.

1364, abril París.

Privilegios otorgados por Carlos V de Francia a los mercaderes castellanos en su reino.

Charles, par la grace de Dieu roy de France, sayoir faisons a tous presens et a venir que plusieurs bons et loyaulx merchans et gens du royaume de Castelle aient propos et boulente si comme ils dirent de converser et frequenter notre royaume, d'y faire mener et conduire leurs loyaulx marchandises et especialement es villes et ports de Harfleur et de L'Eure, et pour ce nous aient fait instanment supplier et requerir qu'il nous pleust leur faire grace et eslargir notre puissance royal envers eulx et leur pourveoir de telle grace et securite par quoy ils aient cause de venir en notre royaume et d'y faire et conduire leurs dites marchandises et qu'ils puissent doresnavant demourer et seiourner paisiblement es dites villes de Harfleur et du L'Eure et ailleurs en notre royauine et seigneurie et de y mener, tenir et garder leurs dits denrees et marchandises si comme font les autres marchánds nos subiects et demourants es dites villes.

I. Nous qui desirons et voulons les subgiets et merchans frequentans notre dit royaume gouverner en bonne paix et transquilite et qu'iis aient plus grand cause de y venir, et pour la bonne et vraye amour et affection que notre tres cher et tres ame cousin le roy de Castille et ses predecesseurs et aussi que les subgets et merchans de son royaume ont tousiours eu et ont a nos royaume et esperons qu'ils aient ou temps a venir, voulons que en ceste partie apercoivent notre grace et liberalite royal pour contemplation de notre dit cousin qui sur ce nous a tres affectueusement escript et a la supplication et requeste des dits merchans, de grace especial et certaine science et de notre auctorite royal, avons octroie et octroions par ces presentes aux dits merchans, gens et adrniraulx du dit royaume de Castelle. que tous les merchans, gent et admiraulx et maistres de nefs et de navire dit royaume de Castelle qui vendirent, comercerent et hosterent auxi dits ports et ville de Harfleur et de L'Eure et partout allieurs en nos, dit royaume et seigneurie, leurs corps, nefs, navires, biens meubles et marchandises qu'ils y ameneront et vouldront amener soient et des meurent en notre salvegarde et seure protección, et que pour guerre quelconque qui ait este faite on temps passe et pourroit estre on temps a venir, que Dieu ne veuilie, entre nous et notre dit cousin roy de Castelle, enfans, freres, gens ou amys de nous eu de nos hostels ou autres ducs, comtes, barons et communaultes ou autres quelconques subgets des dits royaume et seigneurie de present et pour le temps a venir pour prinses de hommes, de femmes ou de bien faictes en mer ou en terre, debtes ou plegeries pour marques ou autres quelsconque choses donnes et octroiees par nous ou nos sucesseurs contre notre dit cousin le roy de Castelle ou ses successeurs au contraire ou pou quelconque autre chose qui ait este faite on temps passe en mer ou en terre avec quelsconques gens de nos royaume et seigneurie ou d´autres quelsconques seigneurs ou pourroient estre on temps a venir que eulx ou autres deulx ne soient prins leurs corps ne leurs biens et merchandises, leurs nefs et navires par quelsconque qui adviengue ou soit a venir si ce n'est pour son propre meffait qui ait este fait en nos dit royaume et seigneurie ou pour sa propre plegerie ou debte qu'il auroit fait le mesfait. Et que le fait, obligation, delit ou mesfait de l'un ne lie en riens l'autre ni les biens de l'autre ne soient on aucu maniere arrestez s'il n'estoit trouve deuement qu'il cust compaig en biens communs avecques autres qui semblablement seroient obliges en la maniere que le cas les requeroit et soient excutez ainsi que de raison appartiendra. Et s'ii advenoit, que Dieu ne vueille, que aucun contens feust meu de notre dit cousin de Castelle ou les successeurs de nous et de luy par quoy les gens et marchans du dit royaume de Castelle deussent de partir de notre royaume par le comandement de nous et de nos successeurs, nous voulons et nous plaist que les biens et marchandises estans pour lors en nos dit royaume et seigneurie ils puissent faire vender et emporter sauvement et sainement dedañl ung an apres ce qui leur sera signifie sans ce qu'ils soient en leurs dits biens et marchandises grevez ou dommagez ne qu'ils soient par nous ne nos subgetz arrestees ou empeschees pour ceste cause.

II. Item nous voulons et leur octroions en la maniere que dessus est dit qu'en tout nos royaume et seigneurie ne soient mis en prison hommes qui soient du dit pais de Castelle pour quelconque cause que ce soit jusques a ce que soient amenes devant le juge ordinaire et qu'il soit delivre en baillant plege convenable de faire et accomplir ce qui lui sera raissonnablement demande, et ne leur soient arrestes ou empesches leurs corps, nefs, navires, merchandises ne biens quelsconques en baillant pleges comme dit est, se ce n'estoit pour cas de crime ou que aucuns feussent obliges, lesquels nous voulons qu'ils soient contrains selon la teneur de I'obligacion.

III. Item voulons et leur octroions que se aucun debat ou discort advenoit entre les gens du dit royaume de Castelle, les ungs contre les autres, de iceulx debats et discors deux ou trois hommes mariniers d'ieeilui royaume de Castelle ou d'autres teis comme ceulx qui auront fait le debat vouldroient eslire les puissent delivrer et mettre a acord sans paler pour ce aucune aniende fors tant seulement en cas de crime.

IV. Item nous voulons et leur ayons octroie que se aucun debat i)u discort advenoit entre les marchans et gans du dit royaume de Castelle ou contre ceulx de Harfleur ou de L'Eure ou autres quelseon- ques de notre royaume et seigneurle ou d'autres gens queisconques d'autres terres et seigneuries ou cas qu'ii y auroit sang et plaie per quel@onque maniere que ce solt qu'il puisse estre delivre en cas civil tant seulement par le jugement du prevost de Harfleur ou d'autre juge ordina ¡re du licu ou le contens et debat sera meu, appelles avec ¡u¡ deux preudes hommes -de la dite ville d'Harfietir ou d'autres ou le debat aura este fait et aussi deux merchans du dit !-oyaume de Castelle qu'iis nommeront s'ils y veullent estre, et s'ils n'y veulle'nt e.-,tre le dit juge ne laissera pas pour ce a proceder avant et faire les jugements en faisant droit aux parties. Et se aucune d'iceíles parties se sentoit greves du jugement qui ¡u¡ auroit este fait, nous voulons et nous plaist que sans aucun moien elle puisse appeller a Rouen devant le doien. de I'eglise de Rouen, le baila¡ et le viconte de la dite ville de Rouen qui a present sont et pour le temps a venir seront qui jugueront loyaument sélon le cas leur cas d'appel et feront droit aux parties quant le cas y escherra, et seront et demouront perpetuellement leurs juges en les causes de appel et consignateurs. Et voulons qu'eii leurs dites causes et fais que seront mieux par devant euix, ils procedent et facent pro- ceder sommerement et de plain, sans long proces et figure de juge- ment et au moins de gref et domage des dits parties qui pourront, et leur donnons provoir, auctorite, et commectons par ces presentes qu'ils puissent faire convenir et citer par devant eulx totites personnes qu'ii le-ur apperra deuement, qui aucune chose ferrent ou attempterent ou ferroient faire ou attempter contre la teneur de nos presens privileges, franchises et libertes, et qu'ils commandent, facent tenir et acomplir tout ce que es dis privileges est contenu et les facent entierement gar- der et tenir sans les souffrir dufrauder en aucutie maniere au contraire.

V. Item nous voulons et leur octroions, ordonnons et commandons par ces presentes a ceulx a qui il appartient, qu'il soit fait a la arque de L'Eure et devant la ville de Harfleur, port et hable porquoy les nefs et navires du dit royaume de Castelle puissent aler, venir et sejourner et demourer sainement et seurement afin que aucun dommage ne vienne aus dits nefs et navires ne aucun peril aux biens et merchandises qui vendront et seront amenees et conduites au dit port de Harfleur. Et voulons et mandons que toutesfeis que le dit hable sera empire qu'il soit refait et aparcille sans ce que les merchans et gens du dit rovaume de Castelle soient tenus de paier aucune chose pour la refection et appareillement du dit habla. Et s'il advenoit que pour I'empirement du dit port et hable les dis mereans et gens du dit royaume de Castelle n'y peussent descharger les dits biens et marchandises qu'ils amenassent en la ville de juridicion de L'Eure pour les descharger et que pour ceste cause te prevost de L'Eure leur voul- sist aucune chose dernander ou aucune chose faire qui leur peust porter grief et domage, nous voulons que iceulx gens et merchans et chacun d'eulx qui au dit port de L'Eure deschargeront, soient francs et quietes par eulx, leurs dits biens et marchandises de toutes coustumes, defaulx et amendes qui porroient a prevost de L'Eure.pour ceste cause, appartenir.

VI. Item nous voulons et mandons a ceulx a qui il appartient que l'en face feu en tout temps de nuyt on grong de Caulx affin que les nefs et navires qui vendront au port et hable de Harfleur et allieurs ou pais puissent venir seurement et pour adviser 1e chemin et adresse sans ce que les dits merchans et gens, adrniraulx, maistres et mariniers du dit royaume de Castelle soient tenus d'en paier aucune chose.

VII. Item nous voulons que les chaussees et hais de la dite ville de Harfleur soient mis en tel estat et si convenable. point que les díts marchans et gens du dit royaume de Castelle puissent charger et descharger denrees et marchandises de nuit et de jour sans paier aucun peage ne autre chose quelconque. Et voulons aussi qu'ils puissent charger et descharger par nuyt et par jour de fetes et autres toutes fois qu'il leur plaira ou besoing leur sera sans paier aucune amende.

VIII. Item nous voulons et mandons que les capitaines, prevosts et autres officiers que a present sont et pour le temps a venir seront ou leurs lieutenens, donnent et soient tenus de donner brumons, vaisseaux et hateaux pour alleger les nefs et navires du dit royaume de Castelle et leurs merchandises et biens qu´ils aporteiont au dit port de Harfleur tantost qu' ii seront arrives. Et voulons aussi que tous les biens qui venront es dits nefs et navires soient descharges et mises en leurs hostels et celiers des dits merchans en la dite ville de Harfleur aux cousts raisonables des dits marchans au dit et ordonnance du dit prevost de Harfleur et de deux bons hommes de la dite ville aver deux nutres hommes du dit royaume de Castille.

IX. Item voutons que les maistres des petits vaisseulx qui a present sont et pour le temps a venir seront, reçoivent les merchandises et biens qui d'icy en avant seront deschargees et se deschargeront des nefs et navires du dit royaume de Castelle, en Seine ou dedans la cricque de L'Eure ou hable qui vient de Harfleur ou d'ailleurs en nos rovaume et seigneurie, et seront tenus de les recevoir par compte aux propres despens et missions des dits marchans comme facto avoir de poix, vins et autres quelsconques merchandises qu'ils les rendent par compte a ceulx a qui ils seront. Et se aucunes d'icelles esties perdues ou aucun domage y estoit fait par default d'eulx, nous voulons qu'ils soient tenus a le restituer et desdomager par la maniere que souffisamment le pourront monstrer et qu'ils en soient pugnis par telle maniere dores en avant que les autres y preignent exemple.

X. Item voulons et mandons que se les veturiers et chartiers ou autres gens quels qu'ils soient, prennent aucune merchandise et biens des dits merchans et gens du dit royaume de Castelle pour mener et ramener par notre royaume, par mer et par cave ou par terre ou par aucune autre lieu et s'il avenoit ou estoit trouve avoir este fait aucun domage, qu'ils soient tenus dores en avant de le rendre et restituer par telle maniere que les dits merchans soient paies des dommaiges qu'ils y aurront eus et soustenus.

XI. Item voulons et mandons que se aucune personne de nos rovaume et seigneurie ou autre quelconques esties prins et receu es nefs et navires du dit royaume de Castelle qu'ils viennent au port de Harfleur ou de Caen en autre lieu de nos dits royaume et seigneurie pour convoyer les dis nefs et marchans et marchandises et adrecer leur chemin pour certain pris fait entre eulx et promectant que les nefs et merchandises ils meneront et conduiront sauvement et seurement, et se par la faulte de lui il advenoit aucun domage es dits nefs et merchandises, les dits gens et marchans du dit royaume de Castelle ne auront pour eulx ne seront tenus le lui en paier aucune chose, mais sera tenu celui ou ceulx que le default auront fait de rendir et restituer les vrays cousts et domages fais par leur default et a ce contraincte par prinse et expletacion de leurs biens et detencion de leurs corps.

XII. Item nous voulons et leur octroions que se aucune nef ou navire qui soient du dit royaume de Castelle charges de biens et marchandises quelques elles soient ou de quelque nation qui ce soit, ou vindo ou en alant ou en venant aloit ou arrivoit au dit port de Harfleur ou ailleurs en nos dits royaume et seigneurie, et que pour tourmente que advenist ou pour quelconque autre adventure perillase en mer ou en terre en aucune partie de nos royaume et seigneurie ou en la terre et juridiction d'aucuns seigneurs ou damas ou de personnes d'eglise ou de religion ou d'autres quelsconques nos subgets, ou venisent ou allassent nefs ou navires de qualque seigneurie que ce soit, chargees de biens et marchandíses des merchans et gens du dit royaume de Castelle, soient per ils les gens et conducteurs ou femmes et leurs biens ou leurs navires se sauvassent ou se perissent ou aucune partie d'iceulx, que tous leurs biens et merchandises, navires et appareils de leurs nefs, vaisseaulx qui per telle maniere eschapassent a l'autre, ou par autre maniere quelconque se sauvassent, qu'ils soient rendus et restitues a ceulx a qui il appártendra et de qui ils seront et demandes dedans ung an, depuis quils auront este saulves en paiant a ceulx qui les auront sauvez et trouvez ou empeschez pris et salaire raisonnable et convenable pour leur peine et travail au dit et creance de deux preudes hommes des lieux ou les dites choses seront trouvees et peschees. Et se le cas susdit advenoit, que Dieu ne veuille, nous voulons que les justiciers des lieu ou lieux ou les dits cas serott advenus facent commandement et crier publiquement que tous ceulx qui aurroient autre chose trouve ou recelle des biens perdus comme dit est qu'ils rendent et restituent tantost et sans delay et qu'ils soient mis en garde et depost en certains lieux esleus et ordonnes pour baillir a ceulx a qui ils appartendront rendre et restituer les dits biens et merchandises qui par la maniere.dessusdite auront este trouves sans ce que nos dits juges et officiers ou autres quelsconques seigneurs nos subgiez en puissent aucune chose demander ou reclamer a neus ne a eulx appartenir par maniere d'epave ou autrement en quelque maniere que ce soit.

XIII. Item voulons que si aucunes nefs ou navyres du dit royaume de Castelle demouroient sur I'encre en la mer ou en aucun port en nos royaumes et seigneurie pour fortune de temps ou pour autre cause convenist appareiller sans praindre I'encre et la table et demourast la I'encre ou la table ou batel ou arquet ou autre appareil, ou se aucun le trouvoit avant que le maistre de la nef I'envoiase querir, celui qui le trouvera sera tenu de le rendre a celui ou ceulx a qui il appartendra, en paiant pris et salaire raisonnable a celui qui l'aura trouve pour son salaire et travail au dit d'ordonnace de deux preudes hommes des lieux ou les dites chossw seroient trouvees.

XIV. Item nous plaist et leur octroions que les maistres mariniers du royaume de Castelle soient franes de praindre estaches pour leurs nefs et navires en tous les ports de nos dits royaume et seigneurie sans paier aucune chose et sans ce qu'ils en soient tenus de paier aucun entraige par quelque maniere que ce soit. Et se aucun domage est fait a aucun en ce faisant, yceulx ou aucun deulx, nous voulons que satisfaccion raisonnable en solt faicte.

XV. Item nous voulons que se aucun merchans ou gens du dit pais de Castelle mourroient de leur mort naturelle ou de mort violente ou par autre occasion quelconque en la mer ou en terre en nosroyaume et seigneurie ou autre partie, que leurs nefs, navires et merchandises ou auttes biens quel qu'il soient ne puissent estre arrestes ne prins et que tous leurs biens et merchandises, nefs et navires, soient rendus et delivres aux heirs de qui ils seront ou a ceulx a qui ils appartiendroit et deuroit appartenir, et que les marchans, maistres et mariniers qui auront aucuns biens ou merchandises, nefs ou navires du trespasse ne soient pour ce arrestes ou empesches ne que nous, nos gens et offciers et autres y puissent aucune chose reclamer ou demander de droit d'espave ou autrement ou cas que I'eritier ou celui qui auroit juste tiltre en seroit deivement fait ou quils nous appartenisse comm avoues, forfais et acquis par le fait et coulpe dampnable du dit trespasse.

XVI. Item nous leur aecordons et octroions que se aucuns marchans et gens du dit royaume de Castelle disoient aucunes p«roles deshonnestes de leur bouche ou faisent aucunes autres choses en nos dit royaume et seigneurie contre aucunes personnes quelques elles soient, ils n'en paient aucune amende si ce n'est qu'ils eussent dit ou fait aucunes choses contre I'onneur de Dieu, nos ou autres de nos lignage, de nos officiers, prelats, riches hommes ou autres personnes de grant auctorite ou pour cas de crime ou pour autre cause notable.

XVII. Item nous voulons que se aucuns de nos royaunie et seigneurie, ou de quelsconques autres lieux qu'il soit, ferist ou mourast en aucune maniere aucuns des merchans ou gens qui soient ou feussent du dit royaume de Castelle, celui ou celux qui auront fait le meffait, soient pugnis par les justiciers de notre royaume a qui la cognoissance en deyra appartenir comme de sauvegarde enfrainete selon la qualite du fait. Et s'il advenoit que aucuns du dit royaume de Castelle feussent tues en notre dit royaume, nous voulons que celui ou ceulx qui le dit fait auront commis et perpetre en soient pugnis selon raison, sans ce que remision eu pardon en soit fait. Et se fecte estoit per aucune avanture quelle ne soit en aucune valeur mais soit fait bon acompliment de justice ou cas toutesvoyes que le fait ne feust tel que la grace y feust bien emploiee.

XVIII. Item nous leur octroyons que se auctin capitaine ne autres personnes ou officiers quelsconques de la ville de Harfleur ou d'autres lieux de notre royaume et seigneurie, la ou seront les merchans et gens du dit royaume de Castelle ne les puissent contraindre ou faire contraindre a aller faire guets ou gardes de jour ou de nuyt aux portes ne sur les murs en quelque maniere que ce soit et qu'ils ne (soient) tenus de paier aucunes aides, subsides et coustumes anciennes ou nouvelles ordonnees ou a ordonner pour les refactions et fortifications des villes, murs, fosses ou chaussees des lieux et villes ou ils seront, et semblablement en aucunes choses quelsconques.

XIX. Item nous leur octroions et voulons que notre admiral ou son lieutenant ne quelsconques autres capitaines ou officiers ordonnes par nous ou par le dit admirar des nefs, galees, navires ne autres vesseaulx quelsconques en notre royaume n'auront aucun droit ou. povoir sur les marchans, gens, admirais, maiestres et rnariniers ne. sur les nefs et navires, grans ne petites du dit royaume de Castelle ne sur leurs marchandises, pour quelconque corvee que l'en face, ne ne prandront ne feront praindre eulx, leur heirs et successeurs ne autre chose du leur, et quant a ce seront exemps de leur juridicion et seigneurie.

XX. Item voulous que les marchans du dit royaume de Castelle et chacun d'eulx, puissent fere establir procureurs, ung ou plusieurs, en nos royaurne et seigneurie tels comme il leur plaira par lettres seellees soubs le seel autentique pour toutes les choses faire qui leur plaira et toutesfois que mestier sera.

XXI. Item nous voulons et leur octroins que les peseurs ordonnes de par nous en la dite ville de Harfleu ou ailleurs en notre royaume, aillent peser es hosteis des dits marchans et gens du dit royaume de Castelle les denrees et marchandises toutesfois que requis en seront et mestier sera sans paier aucune chose pour le dit pesage et le dit poix demeurent tousiours en ung estat sans cróistre ne appetiter.

XXII. ltem nous voulons que toutesfois que les dits marchans et gens du royaume de Castelle tous ensemble ou ung marchant de chacun hostel de ceulx qui demouront ou seront residens en la dite ville d'Harfleu ou ailleurs en nos dit royaume et seigneurie des plus souffisans, adviseront et vouidront eslire aucun courrateur ou courrateurs souffisans qui seront ordonnes iceulx courratiers per eulx esleus ils presenteront a notre juge du dit lieu, lequel s'il les tienne souffisans et nees de notre royaume et deuement appleigez il les instituira et ordonnera ou dit office de courrateur en leur faisant faire le serment que bien et loyaument ils feront et exerceront leur dit office ne ne seront marchans, taverniers ne osteliers. Et se par le fait et defaul des dits courratiers ou d'aucun deulx aucune perte ou dommaige advenoit aus dits merchans et gens du dit royaume, le dit juge estant de par nous au dit lieu, contraindra et fera punition de ceulx qui auront fait le meffait sur eulx et leurs pleges par la forme et maniere qu'il appartendra et selon ce que le cas le requerra et en faire satisfaction raisonable a ceulx qui auroient eu la dite perte.

XXIII. Item il nous plaist et voulons que se aucune personne ou personnes de nos dit royaume et seigneurie et de quelconque autre lieu doivent et sont tenus en aucune chose aux marchans et gens du dit royaume de Castelle per marchandises achetees deulx ou pour aucune cause quelconque elle soit que nous baillisons par nostres justiciers et autres officiers de notre royaume qui a present sont et pour le temps ad venir seront ou leurs lieutenents a qui la cognoissance en doivra appartenir facerent briefment sans long proces paier les dits creanciers, et de tout ce qui leur apperra estre deu tant per lettres, obligacions, instruments et autres loyaulx enseignemens comme par confession de partie par tesmoings ou autrement deuement en contraignant a ce tous les debteurs ainsi comme il appartient a faire mesmement que prinse de corps a tenir prison combien que per lettres ou autrementles dits debteurs n'y soient obliges non obstant privileges, graces et respits et estas qu'ils pourroient empescher la dite execution, nous ne voulons qu'aient aucun effect.

XXIV. Item se aucune monnoye d'or ou d'argent estoit nouvellement faicte ou ordonnee en nos dit royaume et seigneurie ou que autre monnoye y eust cours pour le temps, nous voulons que si les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle avoient prins aucunes monnoyes d'or ou d'argent, aiant cours en notre royaume per avant celle qui nouvellement seroit faicte pour la vendue de leurs biens et marchandises, pour leur frait de leurs nefs ou pour autre cause quelconque, icelle monnoye ils pourront mettre pour le pris quelle vauldroit deuement en tout ce qu'ils acheteront en nos dits royanme et seigneurie. Et aussi pourront vendre ou acheter a sols ou a livres ou a florins ayans cours en notre dit royaume lequel que míeulx leur plaira.

XXV. Item nous voulons et octroions que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle puissent aller hors de notre dit royaume et seigneurie et emporter avecques eulx pour faire leurs denrees et marchandises la monnoye d'or et d'argent aiant pour lors cours en notre dit royaume et aussi la monnoye de leur pais.

XXVI. Item nous voulons que toutes choses que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle trouveront en la mer, que aucune personne de nos dits royaume et seigneurie ou de quelque autre lieu que ce soit ne le puissent avoir ne y metre fors seulement celui ou ceulx de qui il apperra deuement que les dites choses seront.

XXVII. ltem que s'il advenoit que aucun ou aucuns des gens du. dit royaume de Castelle eussent aucune chose mesfait de nuyt ou de jour en nos dits royaurne et seigneurie, nous voulons et nous plaist que pour quelconque mesfait que iceulx facent aucuns des autres ne soient prins, molestes ou dommages fors celuy ou ceulx qui auront, perpetre le dit mesfait ou qui en seront consentans et aidans et que les marchandises et biens quils auront ou seront de leurs maistres, ou d'autres personnes quelsconques de leur poyoir et commandement ou en autre maniere quelconque ne soient prins, empesches ne arrestes pour cause et occasion du mesfalt dessusdit ne leurs compaignons ou facteurs ne les bien deulx qui seront estans et demourants en ung hostel. Et se par vanture, celuy ou ceulx qui auront fait et perpetre le dit meffait ou les consentans ou aydans aloient en I'ostel d'autres marchans que iceulx marchans de I'ostel ou ils seront entres ou trouves ne soient empesches ou troubles en corps ne en biens pour le dit cas, mais celuy ou ceulx qui auront commis le dit mesfait et les aidans et consentans comme dit est tant seulement facent amende et soient pugnis et corriges ainsi que le cas le requerra.

XXVIII. Item nousvoulons et nous plaist que se aucuns marchans et gens du dit royaume de Castelle malmetroient, dissipolent ou gastoient aucuns bien des marchans de leurs maistres ou de leurs compagnons et facteurs ou d'autres quelsconques par mariage ou par autre maniere quelque elle soit, que leurs corps et biens soient detenus et prins et tous les biens qu'ils aurront et qui seront trouves estre de leurs maistres ou de leurs facteurs compaignons ou d'autres quelsconques ou a leurs procureurs soient rendus, baillis et delivres et les corps d'iceulx dissipeurs et gasteurs demeurent presionniers jusques a tant qu'ils aient fait restitucion et amendement du mesfait qu'ils auront fait selon ce que sera trouve et prouve par lettres ou obligacions ou per deues cognoissances ou autrement par dit et ordonnace de bonnes gens.

XXIX. Item nous voulons et octroions aus dits marchans et gens du dit royaurne de Castelle que aucuns maistres de notre ostel de nos garnisons ou autres quelsconques de nos officiers ou de l'ostel de notre tres chere et amee compaigne la royne de nos tres chers et ames freres ou d'autres quelsconques de notre sang, de ducs et de contes, de barons et seigneurs, chevaliers et escuers, de personne d'eglise ou de religion ou d'autres quelsconques de nos dits royaume et seigneurie ou aucuns d'eulx n'ayent povoir, auctorite ne puissance par nos lettres ne autrement ne par quelque maniere que ce soit de praindre des dits marchans et gens du dit royaume de Castelle, vins, bles, chairs, cire ne autres marchandises ou autres choses quelque elles soient contre leur voulente jusques a tant qu'ils les aient achetes d'eulx pour le pris qu'elles vauidroient ou que deux courratiers diront qui vauldront pour leurs serments pour la saison. Et voulons que les dits marchas ou autres pour eulx aient et detiennent par devers eulx en leur main leurs dits biens et marchandises jusques a tant qu'ils en soient paies de iuste pris. Et se pour ceste cause et autres quelsconques I'on vouloit faire aus dits marchans ou a aucun deulx dommaige, injure ou violence ou quelconques autres iniures faire, nous voulons et mandos per ces presentes aux baillis et capitaines et autres nos officiers quelsconques de nos dis royaume et seigneurie soubs quels iuridiction et puissance ils seront, quils les gardent et dependent de toutes iniures, oppresions, dommaiges ou molestations. Et se aucuns leur estoient fais qu'ils leur en facent faire iustice et raisonnable amende selon meffait et tellement pugnissent les coulpables et malfaiteurs que soit perpetuel exemple aux autres. Et quant ad ce nous voulons q aucuns soient exempts des dits capitanes et justiciers.

XXX. Item nous voulons et ordonnons par ces presentes que le bailli de Caulx ou le capitaine ou prevost de Harfleur qui son a present ou pour le temps ad venir seront, ou leurs leiutenans aucun deulx facent bailler et delivrer aux dits marchans et gens du dit royaume de Castelle qui venront a la dite ville de Harfleur hostels et celiers toutesfoies que mestier en auront pour eulx, leurs denrees, marchandises et biens metre et retraire par achat de ceulx qui de leurs bonnes voulentes les vouldront vendre ou par loyer a pris condenable. De quel pris nous voulons qu'il soít fait par deux preudes hommes de la dite ville esleus par les dits marchans ou par deux marchans du dit royaume de Castelle esleus par les bonnes gens de la dite ville de Harfleur, lesquelles quatre personnes esleus feront le serment par devant le dit prevost que bien et loyaument priseront selont le temps sans ce qu'ils puissent croitre le pris qui sera prise par les dits esleus comme dit est.

XXXI. Item nous plaist et voulons que les dits marchans et gens du dít royaume de Castelle puissent ordonner et faire ordonner quels conques choses qu'il leur plaira sur leurs dits marchandises qu´ils ameneront et feront conduire au dit port et lieu de Harfleur ou autres quelsconques lieux de nos dits royaume et seigneurie et seront francs et quistes de leurs dits denrees et marchandises de toutes coustumes, arnendes et defaulx qui pourroient appartenir au prevost de la dite ville de Harfleu ou autre juge quelconque en cas civil tant seulement.

XXXII. Item nous voulons que tous les marchans et gens du dit royaume de Castelle qui vendront au port et ville de Harfleur qui y demourront ou quelsconques autres lieux de nos dits royaume et seigneurie soient francs et quictes eulx et toutes leurs marchandises et biens qu'ils ameneront pour la premiere vente seulernent tant vin comm sel et autres denrees et marchandises quelsconques et toutes leurs nefs et navires par tout nos dit royaume et seigneurie de toutes malestoures, coustumes anciennes et nouvelles, de toutes imposicions, aides, subsides, XIIIa, de vin et cinquieme de sel ou autres aides ou subsides quelsconques ordonnes ou a ordonner, tant pour le fait de la redempción de notre tres cher sieur et pere, que Dieu absoule, comme pour quelconque cause que ce soit et des quatre deniers pour livre qui sont leves en la dite ville de Harfleur. Et on cas que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle ne pourroient vendre ne delivrer si bresment comme ils vouldroient de leurs dits denrees et marchandises quant elles seront venues au dit port de Harfleu, ils les pourront faire descendre et descharger en la dite ville de Harfleur la ou bon leur semblera et les vendre ou faire vendre a leur volente sans ce quils en soient tenus d'en paier aucunes coustumes, subsides, imposicions, XIII" du vin et cinquieme de sel ne autres aides qualsconques dessusdits pour la premiere vente. Et si bon leur sembloit et qu'ils voutsissent faire recharger en nefs ou en vaisseaux les dits denrees et marchandises et mettre ou envoier hors la dite ville de Harfleur, ils le pourront faire enmener et arrimer quelque part qu'il leur plaira en nos dits royaume et seigneurie ou ailleurs, ou cas qu'ils ne les feront mener en aucuns lieux dont les ennemis de nous et de notre royaume en puissent estre soustenus par la mer, par la riviere ou par terre. Et non seront tenus de paier aucunes des aides dessusdites en quelque maniere que ce soit pour la premiere vente. Et s'il advenoit quils eussent sel quils ne peussent vendre a leur volonte, ils le pourront faire descharger et mettre en aucuns greniers de gabelle en notre royaume, tant en la dite ville de Harfleur comme ailleurs et le faire vendre par le grenetier du lieu, par la forme et maniere que soit et ont acoustume de faire les merchans de notre dit royaume. Et aussi si aucuns vins ils faisoient descharger en la dite ville de Harfleur ou ailleurs quils voulsissent ou fecissent vendre a detail, ils seront tenus de paier ce qu'ils vendront et feront vendre a detail seulement les aides per la maniere que les autres marchans de notre dit royaume. Et en oultre avons octroie et octroions aus dits marchans et gens du dit royaume de Castelle qu'ils puíssent acheter et revendre en la dite ville de Harfleur seulement toutesfoís que leur plaira, toutes manieres de marchandises quelsconques, san paier aucuns subsides ordonnes ou a ordonner fors les anciennes coustumes et aussi voulons et leur octroions que de quelsconques denrees et marchandises quils acheteront en notre royaume et seigneurie pour mener au dit royaume de Castelle ou ailleurs, mais que ce ne soit en pais de nos ennemís, ils soient franes et quictes de toutes aides et subsides dessusdites sans en rien paier.

XXXIII. Item s'il advenoit que les dis rnarchans et gens du dit royaume de Castelle trouvassent en leurs hosteles et celiers aucunes gens quils voulsissent praindre leurs biens per maniere de larrecin au autrement indeuement contre leur voulente, nous voulons que sans batre ou villener ils les puissent praindre et mener en prison ou a la itistir,e dit lieu. Et si ceulx qui trouverotit malfaitsans se plaignerent a justice d'aucune chose pour la dite prinse, les dite marchans ou ceulx qui les praindront, n'en seront eulx ne leurs biens en aucune dommage ou amende pour ce en quelque maniere que ce soit.

XXXIV- Item se les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle ou aucun deulx aurroient fait ou temps passe chose par quoy ils feussent tenus a nous en aucune amende ou amendes, Nous voulons qu'ils soient et demeurent quictes et paisibles d'icelles amendes et de tous les defaulx qu´ils auront faire jusques aujour d'uy.

XXXV- Item ii nous plaist et voulons que se aucun ou aucuns des varlets des marchans et gens du dit royaurne de Castelle faisoient aucune obligacion de debte ou plegerie ou autrement envers aucun de nos subgets ou autres, les maistres d'iceulx varlets qui ce seront, en leurs biens et marchandises tenus, obliges, empesches ne arrestes en aucune maniere se de leurs dits maistres n'avoient bonne et soufisant procuracion ou si ne se portoit notairement como facteur.

XXXVI. Item nous voulons et mandons a tous fermiers et receveurs presens et a venir de toutes les aides, subsides coustumes, imposicions, XIII" de vin et cinquieme de seel et autres aides quelsconques ordonnes ou a ordonner en nos dits royaume et seigneurie que sur les dits marchans et gens du royaume de Castelle ou sur aucun deulx ne preugnent, lievent ou demandent aucune chose contre la teneur de leurs presens privileges mais selon la teneur d'iceulx les facent sousset et laissent joir et user paisiblemnet de leurs franchises et libertes. Et se aucune chose estoit faicte au contraire, nous voulons que leur soit amende ainsi qu'il appartiendra a faire de raison. Et si aucuns des dits aides, subsides ou imposicions nous tenions en notre main, nous commandons a tous nous vicomtes et receveurs et autres quelsconques a qui il appartiendra que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle et chacun d'eulx facent semblablement tenir francs et quietes selon que dessus est dit.

XXXVII. Item, que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle qui seront et demouront en nos dits royaume et seigneurie ou aucun d'eulx ne vouloient parer a ce qui sera ordonne par le commandement du roy de Castelle ou pour I'ordonnance d'aucunes villes de sa seigneurie ou soit ordonne par nos dits royaurne et seigneurie par aucuns qui seront elus par le dit commandement, nous voulons et mandons au baillif de Caulx, au vicomte de Montrevilier, au capitaine et prevost de la dite ville de Harfleur et a tous autres iusticiers, officiers et sergens de nos dits royaume et seigneurie qui pour le temps seront ou a leurs fieutenant qu'ils facent paier aux rnarchans maistres des nefs, mariniers et gens du dit royaume de Castelle, toutes choses que seront ordonnées qu'ils paient comme dit est. Et si paier ne veullent qu'ils contraignent par prinse de corps ceulx qui en seront refusans jusques a ce qu'ils aient deuement paie.

XXXVIII. Item si les dits marchands du dit royaume de Castelle ou aucun deulx recevoient ou leur estoit fait aucun grief ou dommage en nos dits royaume et seigneurie depuis le jour de la date de ces presentes, contre la teneur de leurs presens privileges, ou se aucun les enfraignoit, nous mandons aux conservateurs dessusdits au autres juges quelsconques a qui la cognoissance en doivra appartenir qu'ils contringnent les malfaicteurs pour prinse de corps et de biens a faire amende selon le cas a ceulx a qui il appartendra.

XXXIX. Item nous octroions et voulons que aucunes nouvelles coustumes ou anciennes iinposicions, subsides, redevances ne autres choses quelsconques ne soient ordonnes ne levees dores en avant sur les marchans et gens du dit royaume de Castelle ne sur leurs biens et marchandises, nefs, navires, et se aucunes en estoient ordonnees en quelque maniere, qu'ils n'en soient tenus de rien paier fors sexilement en la maniere que dessus est dit.

XL. Item nous voulons que pour nuile marchandise ne autres choses quelsconques que les maistres, mariniers et gens du dit royaume de Castelle deschargent en la juridiction du L'Eure pour porter a Harfleur ou a autre lieu quelconques ils soient tenus de paier aucune coustume ou amende au prevost de L'Eure ne a autre personne quelconque.

XLI. Item nous voulons que les marchans et gens du dit royaume de Castelle qui ameneront ou feront amener cordovan ou autre marchandise quelconque en la ville de Paris ou autres quelsconques lieux de nos dits royaume et seigneurie, les puissent vendre ou charger en leurs hostels sans aucun empeschement et sans en paier aucune amende.

XLII. Item si aucuns debats, discors, distencions estoient ou advenoient entre les marchans et gens du dit royaume de Castelle aves les gens de la dite ville de Harfleur ou de L'Eure ou d'autres quelsconques gens de nos dits royaume et seigneurie ou d'autres quelsconques lieux de quoy il eust fait sang ou playe, meshain ou mort, nous leur octroions et ordonnons par ces presentes le capitaine de la dite ville de Harfleur que a present est et pour le temps ad venir sera, et voulons qu'il soit leur juge ordinaire et lui donnons povoir, auctorite des dites discors, debats et discensions cognoiser et determinar sommierement et de plain, sans long proces et figure de jugement, selon Ieurs merites, des causes et selon les coustumes de la mer et leurs d'Oleron et dehors et le status de leurs marchandises. Et pour leurs causes delivrer sera le dit juge deux fois le jour en jugement se mestier est, lequel juge appellera et jugera par le conseil de deux hommes bons de la dite ville de Harfleur, et de deux bons hommes du dit royaume de Castelle que seront esleus par les bonnes gens de la dite ville de Harfleur. Et de tous cas quelsconques tant en demandant comme en defendant fais tant en la jurídiction de L'Eure comme de Harfleur cognoistre sommerement et plainement en faisant aus dits parties bon et brief acomplissement de justice. Et voulons que les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle ne soient tenus de respondre pour quelconque cas que ce soit tant en la juridiction de L'Eure comme de Harfleu devant quelconque juge que ce soit hors tan seulement devant le dit juge avecques lui les dits quatre hommes de son conseil, les trois ou les deux diceulx, c'est a savoir l´un du dit pais d'Harficur et l'autre de Castelle, et se par devant le dit juge les dits parties ne povoient estre a acord et qu'il y eust appel le dit appel ira tout droit a Rouen devant les dits conservateurs le doyen, le bailly et le viconde de Rouen qui des dits causes d'appel cognoistront et feront bon et brief acomplisement de justice per la maniere que dessus est dit et aura puissance et auctorite le dit juge de faire adiourner et convenir devant lui toutes les personnes estans et demourans tant en la jurisdiction de L'Eure comme en la juridiction de Harfleur de qui les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle se plaindront pour leur faire droit et raison tantost et sans delay toutesfois que mestier sera et les gardera le dit juge de injuries et violences en tout cas. Et s'il advenoit que la díte ville d'Harfleur peust estier et demourer souvent sans y avoir capitaine et que le pais feust en paix et transquilite par quoy il ne feust neccessaire que aucun capitaine y fust ordonne, nous vous octroions et voulons que en lieu du dit capitaine le dits marchans et gens du dit royaume de Castelle aient au dit lieu ung autre bon et sufissante personne leur jugeaiant de nous au tel et semblabe povoir que auroit le dit capitaine, lequel en ce cas seroit par nous ordonne toutesfois que requis en serions.

XLIII. Item nous voulons et leur octroions que si les niarchans, admiraulx, maistres de nefs ou navires, meriniers ou autres gens quelconques des dits royaume et seigneurie de Castelle vouloient aler hors de nos dits royaume et seigneurie en autres lieux et pais qu'ils puissent aller tous temps, heures et saisons qui leur plaira, eulx, leurs cours, marchandises, leurs bien et leurs nefs et navires, ne pour guerre que en la mer ou en la terre aient este ou temps pases ou puissent estre en temps ad venir, ne pour volente qu'ils aient de aller hors de nos dit royaume et seigneurie, ils ne pourront estre empeschiez mais pourront aller seurement par mer ou par terre leurs corps, biens et marchandises nefs et navires, et se aller en vouldroient ils auroient trois mois de treue de eulx partir et se es dits trois mois n'avoit temps ou vent convenable, íls pourront attendre tant que Dieu leur envoye vent et temps convenable pour eulx en aller et cependant seront et demourront tousiours en notre protection et special sauvegarde de leurs corps et leurs biens, marchandises, nefs, navires ou autres choses quelsconques. Et avec ce voulons et mandons a tous nos justiciers, officiers et subgets ou a leurs lieutenans et chacun deulx que se les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle vouloient avoir vivres quils leur en facent delivrer et ballir par paiant le juste pris et qu'ils ne les empeschent ou souffrent empescher ou arrester en aucune maniere se ce n'estoit quils feussent obliges envers aucune personne et qu'ils facent serment en levant leurs dits biens et marchandises et qu'ils ne les feront mener pour conforter ne soustenir aucuns ennemis de nous et de notre royaume. Et se les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle nous estiez tenus en aucune chose ou envers autres, ils ne seront tenus de rendre fors chacun pour sa propre chose et fait et pour ses propres debtes seulement.

Et avecques toutes les choses dessusdietes et chacune dicelles en ampliant notre dit grace, nous voulons et octroions par ces presentes, de grace especial et certaine science, de notre auctorite royal, que les dits merchans et gens du dit royaume de Castelle et chacun d'eulx de tous leurs privileges, libertes et franchises quelsconques a eulx octroies par nous, par nos predecesseurs roys de France, ils puissent joir et user paisiblernent selon la forme, et teneur d'iceulx sans ce qu'eulx ou aucun d'eulx puissent estre empesches, contrains ou molestes en aucune maniere et que pour quelsconques causes en ces presentes soit contenu, iceulx privileges, libertes et franchises ne soient de moindre valeur mais soient et demeurent en telle forme et vertu comme se de mot a mot estoient incorpores en ces presentes. Et donnons en mandement a tous les justicieurs, officiers et subgets de nos dits royaume et seigneurie presens ou ad venir, ou a leurs leiutenants et chacun d'eulx si comme a lui appartendra que de nos presens privileges, graces, libertes et franchises tout en la propre forme et maniere que dessus est contenu, laissent, facent et seuffrent joir et user paisiblement les dits marchans et gens du dit royaume de Castelle et chacun d'eulx ne contre la teneur eulx en leurs corps, biens, denrees, marchandises, nefs, galees, navires ne autres choses quelsconques ne les contraingnent, molestent ou empeschent ou facent estre contraincts, molestes ou empesches. Et se aucune chose du leur estoit prise ou arrestee ou aucune chose £aicte, actemptee ou innovee au contraire, qu'ils le facent restituer et mettre sans aucun default au premier estat et deu. Et que ce soit chose ferme et estable nous avons fait mettre notre seel a ces presentes sauf notre droit en autres choses en toutes l'autruy. Donne a Paris le mois d'avril l'an de grace mil CCC soixante et quatre et de notre regne le premier.

A. N. P. X 8607, fols. 164r-171v.

(Tomado de la obra de L. SUAREZ FERNANDEZ: Navegación y Comercio en el Golfo de Vizcaya, Apéndice primero).

APÉNDICE II: Ratificación de Carlos V de las ordenanzas de 1364. Vincennes 10 de marzo de 1371.

1371, marzo 10, Vincennes.

Ratificación por Carlos V de Francia de los Privilegios otorgados a los mereaderes castellanos.

Charles par la grace de Dieu roy de France, a tous ceuls qui ces letres verront, salut. Oye la supplication de plusieurs, marchans et gens du royaume de Castelle, frequentans et desirans a frequenter et conversar en notre royaulne, requerans que comme nous leurs aions octroie par nos lettres seellees en las de soie et cire vert euls ou autres du dit royaume de Castelle demourans a Haiefleu ou ailleurs en notre royaume, et leurs denrees et marchandises que ils y ameneront ou feront venir tant vins comme sel et autres denrees quexconques, soient frans et quictes pour la premiere vente d'icelles marchandises de toutes malecoustes, coustumes, imposicions et autres aydes et subsides quiex quils soient et leur avons fait, donne et octroie plusiers autres graces, franchises et libertes si comme plus a plain est contenu en nos dictes autres lettres, et aucuns leur aient mis et s´efforchent de mettre de jour en jour aucunes doubtes et empeschements en l'effect de nos dictes lettres et grace en disant que notre dit grece et previlege que octroies leur en avons ne doivent estre entendues fors des vins et autres denrees que ii ameneront du royaunie de Castelle a notre dit port de Haiefleu et non pas des autres denrees que ils ameneront des autres royaumes et pays lointaings a notre dit port de Haiefleu. Nous voulons sur ce declarer notre entencion et volonte, nous voulans la grace et previlege que octroies avons aux dis marchans leur estre tenus, gardes et mis a execucion et joissent de l´effet d'iceuls plainement, avons desclairie et declairie notre entencon et volente avoir este en l'octroyer que fait leurs avons de notre dicte grace et privillege et encore estre que de toutes iinpositions, treiziesme, siziesme, gabelles et autres aydes ou subvencions quelsconques ordenes ou a ordenner estre leves de et sur les denrees et marchandises qui seront amenees, vendues et achetees en notre dit royaume 1es dis suppliants et les autres marchans du dit royaume de Castelle que seront pour le temps ad venir soient exemps, frans, quictes et delivres de la premiere vente tant du vin cornme de toutes les autres denrees et marchandises que ils ameneront et feront deschendre en notre dit port de Haiefleur, et tant du dit royaume de Castelle comme des autres royaumes et pays de dehors notre dit royaume, et se aucun empeschement ou descombre leur estoit mis ou a aucun d'eulx au contraire par quelque personne de quelque auctorite, povoir, office et estat il soit este tantost et sans delay sy donnons en mandement par ces lettres a nos ames et feauls les generauls conseillers sur le fait des aydes ordenes pour la guerre et a tous receveurs generauix et particuliers et autres deputes ou a deputer, a lever, cueillir et recevoir les dis aydes qui a present sont et qui pour te temps et a chascun d'eulx si comme a lui appartendra que les dis marchans sachent et laissent jopir et user paisiblement de notre dite grace et previlege selon sa teneur et nostre presente declaracion en ostant et faisant oster toute empeschement qui mis leur auroit este ou seroit au contraire. En tesmoing de ce nous avons fait mettre notre seel a ces letres.

Donne au boys de Vincennes le Xe jour de mars l'an de grace mil CCCLX et once et le huitiesme de notre regne.

Incluído en testimonio notarial A. N. P. K-907, numero 1.

(Tomado de la obra de L. SUAREZ FERNANDEZ: Navegación y Comercio en el Golfo de Vizcaya, Apéndice segundo).

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