"Calle Mayor de Pasai Donimane (Pasajes de
San Juan)"
Las
calles de San Juan constituyen una delicia para el paseante. Los rincones
inesperados se suceden uno tras otro. Parece como si el tiempo se hubiera
escondido tras una esquina y quisiera jugar con visitante. Representan de
alguna forma la arquitectura tradicional urbana.
No hay
demasiada elección para pasear por el núcleo urbano. Una sola calle separa
y une a la vez dos únicas hileras de casas. Unas abiertas hacia el mar,
las otras encaramadas en la montaña. De trecho en trecho encontraremos
estrechas callejas perpendiculares que terminan en el mar y una multitud
de escaleras que se ascienden hacia el monte.
Entre
ambas alineaciones de edificios se tienden con alguna frecuencia uniones
que, para no interrumpir el fluir de personas y vehículos, forman
pasadizos de una veintena de metros de longitud. En su interior
encontraremos frecuentemente el portal de una casa, la entrada a un
comercio, una escalera que lleva sabe Dios dónde...
Al cabo
de unos minutos de agradable paseo, el visitante llegará a un espacio más
despejado: la plaza del pueblo, abierta, como no, al mar. Allí se
encuentra la Casa Consistorial y el frontón. Más adelante, la basílica del
Cristo de la Bonanza; fuera ya del núcleo urbano, las ruinas del castillo
de Santa Isabel y, aún más allá, lo que los lugareños denominan “puntas”,
el finis terrae particular de los sanjuandarras, materializado en
los acantilados próximos a la embocadura del puerto.
Fotografía: JAS, 2005
Lugar: Pasai Donibane.
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