FORTIFICACIONES
LIBERALES EN EL ENTORNO DE SAN SEBASTIÁN DURANTE
LA I GUERRA CARLISTA ©JUAN ANTONIO SÁEZ
GARCÍA |
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Resumen: Se
describen una treintena de fortificaciones levantadas por las tropas
liberales (algunas con apoyo de la
Legión Británica) durante las operaciones que tuvieron lugar en torno a
San Sebastián (Guipúzcoa) a lo largo de la Primera Guerra Carlista
(1832-1839). De la mayor parte de ellas no se conserva ningún vestigio,
ya que fueron arrasadas tras la finalización del conflicto y, en muchos
casos, en la III Guerra Carlista fueron construidas otras fortificaciones
sobre sus restos. Palabras clave: fortificaciones, fuertes, casas fuertes, reductos, baterías,
guerras carlistas, ingeniería militar, San Sebastián, Pasajes, Hernani,
Guipúzcoa, País Vasco. |
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1 LOS FUERTES LIBERALES EN EL ENTORNO DE SAN SEBASTIÁN Las
fortificaciones guipuzcoanas construidas durante el desarrollo de las
operaciones de la I Guerra carlista (1832-1839) fueron numerosas, pero se
caracterizaron, en general, por ser de escasa entidad. Recibían las
denominaciones de fuertes, baterías, reductos y casas fuertes, situándose
en colinas que dominaban núcleos de población de alguna importancia o/y las
principales vías de comunicación.
Constaban, por
regla general, de un foso, cuyas
tierras eran aprovechadas para formar un parapeto
en forma de polígono irregular que frecuentemente no presentaba revestimiento de obra de fábrica,
aunque en algunos casos la escarpa
sí que lo poseía. En el parapeto se abrían entre dos y cinco cañoneras,
provistas de sus correspondientes explanadas
(formadas por tablones) para la colocación de piezas de artillería (entre una
y tres). Las partes menos expuestas al fuego artillero estaban en ocasiones
cerradas por simples muros aspillerados. Hacia el centro
de la fortificación se levantaban generalmente dos edificios. Uno, el mayor,
muchas veces aprovechando un caserío u otra edificación preexistente, servía
para acuartelar las tropas. El otro, mucho más pequeño, albergaba las
municiones. Un puente de madera,
generalmente levadizo, permitía el acceso a la fortificación salvando el
foso. Tras la finalización de la Guerra, una Real Orden obligó a su
destrucción, razón por la que, salvo algunas excepciones, ni siquiera sus
restos han llegado hasta nuestros días. Cuando la
Guerra comenzó en 1833, San Sebastián disponía aún de sus murallas, por lo
que no hicieron falta grandes inversiones en la fortificación del núcleo
urbano propiamente dicho. Sin embargo, fue preciso levantar en sus
proximidades y en la del puerto de Pasajes una veintena de fuertes, algunos
de ellos con la colaboración directa de las tropas británicas. La relación
que sigue no tiene en cuenta pequeñas obras de fortificación tales como
trincheras. Tampoco es descartable la existencia de alguna otra obra de la
que no se ha encontrado referencia documental alguna. Con relación a
la financiación de las fortificaciónes, puede afirmarse que las Juntas
Generales celebradas en Tolosa en junio de 1834 aprobaron que los pueblos
fortificados se hicieran cargo de la mitad de los gastos derivados de las
mismas. 2 FUERTE DE LA FAROLA El Ingeniero
Julián Sánchez Bort presentó en 1774 un proyecto para la ampliación del
puerto de San Sebastián, incorporando en el mismo la edificación de un faro
en Urgull. El proyecto no se llevó a cabo, pero el faro fue construido en
1778 gracias al patrocinio del Consulado de San Sebastián, no en Urgull, sino
en Igueldo; concretamente en el promontorio denominado Txubillo (o Chubillo o Txubilo). El faro dejó pronto de
funcionar y fue incorporado durante las Guerras carlistas al fuerte "de
la Farola". El viejo faro
era un torreón de sillería arenisca, planta cuadrada (32 m de perímetro
exterior, 20 de perímetro interior) y 18 m de altura. Estaba estructurado en
planta baja -donde se encontraba la puerta de acceso- y dos plantas más, la
última abovedada. Remataba la torre una terraza de planta octogonal, más
pequeña que el resto, donde en su día estuvo el mecanismo de iluminación. Por el lado del
acceso (sur) disponía de dos ventanas y otras más se abrían en el resto de
las fachadas. A partir de la planta baja tenía las esquinas matadas y varias
molduras decorativas que recorrían todo el perímetro de la torre a diferentes
alturas. Este torreón es el único resto que a simple vista pervive del
fuerte, puesto que a principios del siglo XX la Sociedad Monte Igueldo construyó un parque de atracciones y
arrasó el fuerte construido en la III Guerra Carlista, con excepción del
faro, al que sometió a una importante reforma. Su altura aumentó, al serle
incorporadas una nueva planta y varias torrecillas que nada tenían que ver
con su función y diseño originales. Durante algún tiempo mantuvo adosado un
tobogán (del que aún pueden verse sus fijaciones metálicas), convirtiéndose
en una atracción más del Parque desde la que puede admirarse un bello
paisaje. El fuerte
construido con ocasión de la I Guerra carlista estaba organizado en dos
sectores separados por un foso de unos 6 m de profundidad y una anchura
comprendida entre 8 y 4 m. El sector más llamativo, por supuesto, era el que
incorporaba el antiguo faro, en torno al que se levantó un parapeto de piedra
seca formando un polígono irregular de 8 lados, inscribible en un rectángulo
de 40x20 m, siendo el lado Norte el más largo (25 m). El sector
occidental tenía una compleja geometría, inscribible en un rectángulo de
60x20 m. Estaba cerrado por un parapeto con su banqueta, excepto por el lado
norte, en el que únicamente disponía de una empalizada y de un pequeño
cobertizo de 5x2 m. En uno de los lienzos de orientación Oeste se abrían dos
cañoneras. También hacia el Oeste partía un apéndice estrecho y alargado que
permitía el flanqueo del foso y otro, hacia el sur, que facilitaba también el
flanqueo de otras partes del fuerte. Además del foso que separaba los dos
sectores, otro de entre 3 y 5 m de ancho (según sectores) y 2 m de
profundidad recorría la parte suroccidental de la fortificación. El acceso se
realizaba a través del foso gracias a un camino realizado por estas fechas
para transportar la artillería hasta su emplazamiento. Hacia 1838 estaba
artillado por dos piezas de a 18
aportadas por la Marina Real Británica. 3 FUERTE DE LUGARITZ Lugaritz (o
Lugariz) es una pequeña colina situada en las proximidades del donostiarra
barrio del Antiguo. Sobre su cima se levantaron sendos fuertes a lo largo de
la I y III Guerras Carlistas. El erigido durante la I Guerra, denominado de
Lugariz (o de Fénix), tenía planta
de polígono irregular de 13 lados, todos de desigual longitud (entre 3 y 20
m). Los parapetos que conformaban el fuerte tenían un grosor comprendido
entre 3 y 5 m y su revestimiento era de tepes, excepto en los tramos
orientados hacia el norte, que estaban recubiertos de mampostería. Existían zonas
aspilleradas aproximadamente en la mitad del desarrollo de los parapetos, con
la particularidad de que no se trataba de un simple muro aspillerado, como
era corriente en este tipo de fortificaciones, sino que sobre el grueso
parapeto se levantaba un murete donde se formaba la aspillera (45 en total),
de forma que el fuerte estaba preparado para aguantar la acometida de la
artillería enemiga en la mayor parte de su contorno. Una banqueta recorría el
parapeto, permitiendo la utilización de las aspilleras. En la parte oeste del
fuerte se abrían dos cañoneras, y otras dos en la parte sur. El armamento
estaba formado por un cañón inglés de a
24 y en algún momento dispuso otro de 12 cm, ambos de hierro. En su interior
se levantaba un edificio aproximadamente rectangular de 20x8 m que albergaba
el cuartel de Infantería y el pabellón de oficiales. Pegados a su pared sur
se encontraban un edificio de planta rectangular (11x3 m, cubierta a un agua,
provisto de dos accesos y tres ventanas) que albergaba el cuartel de
Artillería y otro, más pequeño, que hacía las veces de cuadra. En la pared
oriental se adosaba el edificio de las cocinas. Otra pequeña estancia que formaba
parte del terraplén meridional incorporaba los comunes del fuerte. Todo el
conjunto estaba rodeado por un foso, de unos tres metros de profundidad y
entre cinco y seis de anchura, practicable mediante un tablero movible
mediante cuerdas situado frente a la entrada, que se encontraba en la parte
Este del fuerte. 4 FUERTE DEL MOLINO DE VIENTO Un viejo molino
de viento de planta circular (3,9 m de diámetro interior), 7 m de altura y
paredes de 60 cm de grueso fue incorporado a sendos fuertes durante la primera
y tercera Guerras carlistas que señonearon en el pequeño altozano ocupado
actualmente por el entorno de la finca "La Cumbre". Por ello ambos fuertes recibieron la
denominación de Molino de Viento. En la I Guerra
carlista el fuerte del Molino de Viento
estuvo destinado a la defensa del camino de San Sebastián a Hernani. Su
planta era muy irregular y de desigual construcción. El cerramiento del
fuerte estaba formada hacia el este por cuatro edificaciones preexistentes
que servían de alojamiento para la tropa. Estaban unidas entre sí por un
débil muro aspillerado. El edificio situado hacia el norte (caserío Chuchuene) tenía planta cuadrada y
tres pisos de altura, disponía de una casilla anexa a su pared septentrional
que servía de excusado. En el muro aspillerado que le unía a la siguiente
edificación, de planta rectangular y una sola altura (Almacén o Almaxene) se
abría la puerta del fuerte. Pegados a la citada edificación se encontraban
dos barracas para las municiones Los sectores
sur y oeste del fuerte eran los que presentaban mejor fortificación,
disponiendo de parapetos de unos dos metros de altura sobre la cota del
terreno en los que se abrían un total de seis cañoneras (dos hacia el norte y
cuatro hacia el oeste) dotadas de sus correspondientes explanadas para
acomodar las piezas de artillería. 5 BATERÍA DE ARANJUEZ Estuvo situada
a 400 m al SE del fuerte del Molino de Viento, a una distancia de 40 m de la
carretera de Hernani, a la que defendía y con la que comunicaba por medio de
un camino natural que hacía las veces de camino cubierto. No formaba un
recinto cerrado, sino que estaba abierta por la gola. En 1838 estaba ya
desarmada y abandonada. 6 FUERTE DE PUYO El topónimo Puyo procede del gascón, lengua que,
desde la fundación de San Sebastián en el s. XI, se habló habitualmente en la
villa y servía para designar los altos o zonas elevadas. En el siglo XIX los
donostiarras denominaban así a una pequeña altura (118 m) que dominaba parte
del curso final del río Urumea, utilizando también las variantes Puyu y Puio. El mencionado
fuerte, construido en la I Guerra Carlista con objeto de defender la
carretera San Sebastián-Hernani, tenía planta de polígono irregular
inscribible en un rectángulo de 56x28 m. Disponía de un parapeto perimetral
de anchura comprendida entre 4 y 8 metros, correspondiendo mayores anchuras a
los sectores orientados hacia el sur y el Oeste. En él se abrían un total de
once cañoneras, seis orientadas hacia el Sur, dos hacia el Oeste, 2 hacia el
norte y una hacia el Este. Las mismas disponían de plataformas de madera
encima de las cuales se colocaban las piezas de artillería, que en 1838 eran
dos: un cañón inglés de a 21 y uno
de bronce de a 8. En la mayor parte
del sector de parapeto orientado hacia el sur se superponían un total de
catorce aspilleras para fusilería. Otro sector aspillerado, independiente del
parapeto exterior (y que por estar a mayor altura permitía disparar sobre él)
unía éste con el cuartel que ocupaba la parte central del fuerte. Tenía esta
casa unos 18 m de lado, dos plantas (baja y superior) y cubierta a dos aguas.
La fachada principal tenía un pequeño porche que protegía la entrada,
sirviendo en su totalidad de alojamiento para la tropa de infantería. Otros dos
edificios más pequeños de planta cuadrada de 6 m de lado albergaban a la
tropa de Artillería y al repuesto de municiones respectivamente. La entrada se
abría en uno de los sectores de parapeto orientados hacia el norte y, para
salvar el foso, se empleaba un puente formado por tablones de madera sueltos
que eran retirados en caso de necesidad, impidiendo de esta forma el paso del
enemigo. 7 FUERTE DE CACHOLA Cachola (Katxola
zarra) fue un caserío -hoy en día desaparecido- localizado en el Camino Real
San Sebastián-Hernani. En sus proximidades fue levantado un fuerte en el
invierno de 1837 del que tomó la denominación. Tenía planta de
heptágono irregular, formado por un parapeto de 5 m de grueso (3 m en el lado
N, el más largo), que estaba revestido mayoritariamente, tanto exterior como
interiormete por tepes y, en algunos casos, por barricas coronadas por tepes.
En él se abrían ocho cañoneras, dos en los lados E y W y una en el resto de
los lados, salvo en el sur, que no disponía de ninguna. Tampoco en este lado,
a diferencia del resto, se dispuso de banqueta para la fusilería. El parapeto
estaba rodeado por un foso, disponiendo entre éste y aquél de una estrecha
berma. El acceso se realizaba por el lado N, no siendo necesario el concurso
de un puente, puesto que el foso no existía en el tramo situado frente a la
puerta de madera que cerraba el fuerte. En el interior
se levantaban dos edificaciones. Una de ellas era el cuartel. Tenía forma
rectangular, muy alargada (17x5 m) una sola planta y cubierta a dos aguas. Su
principal característica es que estaba enterrado aproximadamente en dos
tercios de la altura de sus paredes, con objeto de no sobresalir del
parapeto. Por ello, la entrada tenía que hacerse por medio de dos escaleras
que permitían acceder a las dos puertas que se abrían en sus fachadas. El otro
edificio era un repuesto enterrado y blindado para municiones, de planta
rectangular (8x5,5 m) que contaba, al menos para parte de su perímetro, con
un pasillo de aireación y unas escalerillas de acceso. Estuvo
artillado con tres piezas de grueso calibre procedentes de la Marina Real
Británica. 8 REDUCTO ARAMBURU Situado al NE
de Hernani, el reducto de Aramburu podía batir la zona de Astigarraga,
cruzando sus fuegos con los reductos de O'Donell y de la Casa de Aguirre.
Tenía una planta bastante simple: un parapeto de tierra con revestimiento de
tepes que alcanzaba un grosor de 4 m (5,5 el lado N) formando un cuadrado de
40 m de lado, rodeado por un foso (3 m de ancho en la parte superior y 1 en
el fondo) de 3 m de profundidad sobre el que cruzaba un puente de madera que
permitía el acceso al fuerte. En cada esquina disponía de una explanada
artillera cuadrada (5,5 m de lado) que resaltaba del resto de la cota del
fuerte, permitiendo la instalación de artillería a barbeta. Para acceder a
cada explanada desde el interior del reducto disponía de una rampa; las del
sur eran paralelas al parapeto mientras que las del norte seguían las
diagonales del cuadrado que formaba la planta. El centro del reducto estaba
rehundido unos tres metros bajo la cota de las explanadas para dar cabida a
una edificación de planta rectangular (5,5x20 m) y cubierta a dos aguas, que
de esta manera quedaba a cubierto del fuego enemigo. 9 FUERTE DE AMETZAGAÑA A lo largo del
siglo XIX existieron dos fuertes en la parte más alta (123 m) de la colina de
Ametzagaña. El primero fue construido en la I Guerra Carlista. El segundo lo
fue en la última y sus restos aún perduran. El que podemos
denominar como "primer" fuerte de Ametzagaña tenía en el año 1838
planta aproximadamente rectangular (62x40 m). Un parapeto revestido de tepes
lo circundaba. Éste era lo suficientemente grueso como para detener los
impactos de artillería, especialmente en su lado meridional en el que llegaba
a tener unos 6 m de espesor. En su parte media se abría una cañonera, otras
dos en sus esquinas SE y SW y una cuarta en el lado E Las cañoneras,
revestidas de fagina, disponían de sus respectivas explanadas para el
asentamiento de las piezas de artillería. En julio de 1838 estaba artillado
únicamente por una pieza de 240 mm de procedencia inglesa y otra de 160 mm
española. El parapeto de
los otros tres lados era ligeramente menos grueso (unos 4 m), abriéndose el
acceso hacia el N. En el interior del recinto delimitado por los parapetos se
levantaban 6 edificaciones dotadas de cubierta a una sola agua. Las dos
mayores correspondían a los cuarteles de Infantería. El situado hacia el
norte (20x6 m) disponía de una estancia que hacía la función de cuarto de
oficiales. El otro, algo mayor (36x6 m), incorporaba el repuesto de munición
y se encontraba a una cota más baja que el primero, ya que la cota de la
mitad norte del fuerte era superior a la de la parte sur. Entre ambos
cuarteles podrían acoger una guarnición aproximada de cien hombres, a los que
habría que añadir los alojados en el pequeño cuartel de artillería situado
cerca del parapeto del oeste. Las cocinas ocupaban una pequeña casilla pegada
al parapeto N, en el que también se apoyaban otras dos que servían de estancias
para sargentos. Todo el
conjunto estuvo rodeado por un foso de una altura media de unos 3 m. Para
salvar el mismo, se disponía frente al acceso al fuerte de un puente móvil. 10 REDUCTO DE AMETZA A unos 400 m al
este del fuerte de Ametzagaña, en un pequeño promontorio de esta colina (115
m de altura), se levantó en la I Guerra carlista el denominado reducto de
Ametza. En 1838 estaba formado por dos sectores unidos por un tercero más
estrecho (50x10 m). El sector oriental, de unos 25 m de lado, incorporaba la
batería artillera. En sus parapetos, revestidos interiormente de fajina (el
resto lo estaban de tepes), se abrían tres cañoneras, dos orientadas hacia el
W y una hacia el S. Disponía de una explanada artillera corrida que permitía
el asentamiento de los cañones. Su centro estaba ocupado por una pequeña
construcción de adobe y cubierta a un agua. El sector
occidental, algo mayor que el oriental, disponía de un parapeto interior que
permitía disparar sobre el parapeto perimetral aprovechando que su situación
era dominante sobre aquél. Todo el reducto estaba rodeado por un foso,
salvado por dos puentes que constituían el acceso a cada uno de los dos
sectores del reducto. En 1838 estaba ya fuera de uso, semidestruido y sin
artillar. 11 REDUCTO DE RODIL El reducto de
Rodil estuvo situado en el último meandro que forma el río Urumea antes de
desembocar en el mar, en el entorno del actual parque de Cristina-Enea. Estaba formado
por un cerramiento constituido por once sectores de parapeto con distinta
orientación (revestido exteriormente de tepes e ineriormente de fagina)en el
que se abrían cuatro cañoneras. Tres de ellas estaban orientadas hacia el SE
y una hacia el SW. Formaba también parte del cerramiento N una edificación de
planta rectangular (17x8,5 m), dos plantas y cubierta a dos aguas, siendo
este lado, especialmente el que seguía al edificio -utilizado como cuartel-,
el más débil del fuerte, además de ser el único que no contaba con foso. La entrada al
fuerte se realizaba por el parapeto NW, disponiendo de un puente formado por
un tablero que se elevaba por medio de dos cuerdas servidas por sendas
poleas. En julio de 1838 se le había retirado ya la artillería. 12 REDUCTO DE SAN FRANCISCO Fue levantado
en las cercanías del convento franciscano sito en las proximidades del puente
de Santa Catalina con objeto de controlar la carretera San Sebastián-Pasajes.
Su planta era un exágono inscribible en un rectángulo de 40x30 metros. La
entrada se situaba en el lado norte, teniendo sus parapetos un espesor de dos
metros. El declivio exterior era de fuerte pendiente y no tenía berma. El
foso era bastante imperfecto, puesto que, a pesar de tener sectores con 7 m
de profundidad y 5 de anchura, el sector W no disponía de este elemento y en
algunos puntos estaba abierto a la penetración del enemigo. A 120 m del
reducto se levantaba una edificación. Para facilitar la comunicación entre
ambas construcciones se estableció un camino cubierto de 90 m de largo
formado por un muro de aproximadamente un metro de espesor defendido por un
foso de tres metros de ancho y cuatro de profundidad. En 1838 el reducto
estaba ya desarmado y fuera de servicio. 13 BATERÍA TORRES También con la
intención de proteger la carretera de San Sebastián a Pasajes (hacia el N) y
el valle de Loyola (hacia el S) se levantó la batería de Torres, situada
entre las de San Francisco y de La Reina. En 1838 se había abandonado
y desarmado. Tenía forma de polígono irregular de nueve lados inscribible en
un rectángulo de 30x35 m. Su parapeto tenía un grosor de 2 m y su foso
llegaba a tener 4 m de profundidad y 3 de anchura. En su interior tenía una
edificación que servía de cuartel y de almacén de municiones. 14 FUERTE DE CRISTINA Fue construido
por los liberales con el objeto de batir el cercano reducto de Ametza (al
sur) en el tiempo en el que éste estaba en poder de las tropas carlistas.
Hacia el norte dominaba la carretera que unía San Sebastián con Pasajes,
situándose frente al fuerte de San Martín (o de Labeas), en Ulía. Su planta era
muy irregular, formando su parapeto (de entre 3 y 4 m de grueso) un polígono
de 12 lados, con longitudes comprendidas entre los veintiocho metros del más
largo y unos cuatro metros del menor, inscribible el conjunto en un
rectángulo de 90x50 m. La entrada al fuerte se realizaba por el lado norte
mediante un puente levadizo que permitía salvar el foso que rodeaba
totalmente la fortificación. A la izquierda del mismo se encontraba un
edificio, la ermita de Sta. Margarita, que hacía la función de cuerpo de
guardia. Frente a la
ermita se levantaba una edificación de mayores proporciones, la denominada
casa Sarategui, que fue utilizada
como cuartel y alojamiento de oficiales. Tenía planta cuadrangular, de unos
veinticinco metros de lado, tres plantas y cubierta a dos aguas. En su
fachada este disponía, ligeramete avanzada sobre la fachada, de una arquería
formada por tres arcos que sustentaban una galería. Las fachadas oeste y, en
parte, la norte, constituían el cerramiento de la fortificación, no
disponiendo de parapeto por delante, sino de una estrecha explanada que
limitaba con el foso. En la planta baja de la fachada meridional se abría un
porche sustentado por tres pies derechos, incluidos en un parapeto
semicircular de tierra dotado de un grosor de un metro, mientras que otra
parte quedaba fuera del parapeto, dejando expedita una de las entradas a la
casa. La zona no ocupada por la galería disponía de una puerta y una ventana,
que estuvo incorporada a otro parapeto similar al citado, este de forma
semiovoidea, que en su extremo oeste sobresalía hasta el foso principal,
permitiendo el flanqueo de éste en un pequeño sector. Ambos parapetos estaban
protegidos por un pequeño foso (diferente del foso principal). El parapeto estaba
revestido por el interior de la fortificación de tepes, excepto por el lado
sur, que lo estaba de barricas. En algunos tramos disponía de banqueta y, en
el lado Sur, de seis cañoneras; cuatro orientadas hacia el reducto de Ametza
y dos hacia Alza. Enfrentada a ellas por la parte interior se situaba una
explanada artillera corrida, probablemente confeccionada de madera. En uno de
los sectores de parapeto del Este de la fortificación se encontraba un
repuesto de municiones a prueba de bomba y, en el extremo opuesto del mismo
sector (el más largo de la fortificación) una caponera que permitía el
flanqueo de parte del foso. En 1838 no disponía de artillería. 15 FUERTE DE LA REINA Las misiones
encomendadas inicialmente a este fuerte fueron las de apoyar al fuerte de
Cristina en sus fuegos artilleros sobre Ametzagaña, así como la de permitir
el disparo sobre el curso del Urumea en la zona de Loyola, que dominaba
perfectamente. Su parapeto formaba un polígono irregular de nueve lados en el
que se abrían siete cañoneras que apuntaban hacia el S y SE, menos una que
dirigia fus fuegos hacia el NW. En la parte SW disponía de un través de tepes
que evitaba las enfiladas desde esa dirección. El recinto
fortificado encerraba dos edificaciones. La principal tenía planta
rectangular (17x11 m) y sus tres pisos servían de cuartel para las tropas.
Tenía anexos tres cobertizos, uno en la parte trasera y otros dos laterales,
que disponían una sola planta y cubierta a un agua. El situado en el lado
norte era el mayor, llegando a sobresalir ligeramente de la línea de la
fachada principal de la casa. El otro edificio, mucho más pequeño (3,6x4 m),
dotado de planta rectangular y un solo piso, servía para almacenar las
municiones. Disponía de
foso perimetral, que se salvaba mediante un puente levadizo situado al N del
fuerte. En 1838 estaba ya desarmado y abandonado. 16 REDUCTO DE JÁUREGUI Un audaz ataque
carlista sobre Alza llevado a cabo en octubre de 1836 proporcionó la idea de
establecer el reducto de Jáuregui con objeto de colaborar en la defensa de la
carretera que unía San Sebastián con Pasajes. Frente a él, en Ulía, estaba el
fuerte de San Martín y, también próximo, el de Cristina. El reducto
tenía planta de pentágono irregular.(20x46x36x30x20 m), formado por un
parapeto de 3 m de grueso en el que se abrían cinco cañoneras, concentradas
en los lados orientados al W (1 cañonera), SW (2 c.) y SE (2 c.), cada una de
ellas con sus correspondientes explanadas enfrentadas. La banqueta para
disparo de fusilería recorría la parte baja del parapeto, excepto por el lado
NE. El foso, de
tres metros de anchura y otros tantos de profundidad, rodeaba totalmente al
reducto, excepto frente al acceso abierto en la confluencia de los lados W y
NW. En el interior de la fortificación se levantaban tres edificaciones. La
mayor tenía planta de cruz (17 m cada nave), una sola planta, cubierta a dos
aguas y acceso por el brazo SE. El brazo orientado hacia el NE estaba
reservado a alojamiento del oficial al mando. Tras ella, cerca del parapeto,
se encontraba el repuesto de municiones, de planta rectangular (4x5,5 m) y
cubierta a dos aguas. En la esquina oriental contaba con una pequeña caseta
(3x3 m) que albergaba el excusado. En 1838 no
disponía de artillería fija, y la guarnición se limitaba a una guardia diaria
al mando de un sargento. 17 FUERTE DE SAN MARTÍN Fue levantado a
media altura (128 m) de la falda del monte Ulía, integrando en el mismo a la
casa Labeas, en las proximidades
del Alto de Miracruz. Su función era la de cubrir la carretera San
Sebastián-Pasajes, que transcurría al pie del fuerte, a la que dominaba
gracias a una diferencia de altura de unos 70 m. Tenía planta de
exágono irregular, inscribible en un rectángulo de 42 m de largo y 28 m de
ancho, constituida por un parapeto recubierto mayoritariamente, tanto
interior como exteriormente, por tepes, excepto un sector de 21 metros del
recubrimiento interior, orientado hacia el norte, que lo estaba de
mampostería. En parte del
sector SW el cerramiento estaba formado por la ya citada casa de Labeas,
dotada de planta rectangular de 10x12 m y cubierta a dos aguas, que hacía las
veces de cuartel. Un muro de mampostería continuaba la línea de cierre
iniciada por la casa, que se prolongaba por el lado NW, donde se encontraba
la entrada al fuerte. Como es habitual, contaba también con un repuesto de
municiones de planta cuadrada (3x3 m). La única cañonera que se abría en el
parapeto estaba orientada hacia el S (en dirección hacia San Sebastián),
aunque en 1838 no disponía de artillería. El foso no rodeaba totalmente el
fuerte, sino que únicamente su mitad (lados N-E-S). 18 FUERTE DE ALZA En lo alto de
una pequeña colina de 104 m de altura, al este de Ametzagaña, se encontraba
Alza, pequeño barrio rural de San Sebastián (aunque en algunos cortos
periodos de tiempo gozara de independencia). Contaba con un reducido núcleo
de población desde el que se dominaba el estratégico puerto de Pasajes.
Durante la I Guerra Carlista, en torno a su Iglesia (bajo la advocación de
San Marcial) y de siete casas, los liberales formaron un fuerte de indudable
importancia estratégica. El trazado del
mismo era un polígono irregular formado por diversos sectores de parapeto de
entre 2 y 4 m de grueso en los que se abrían diversas cañoneras (2 al N, 3 al
E, 1 al W y 3 al S) dotadas de su correspondiente explanada de artillería. En
la conformación del recinto colaboraban también algunas de las casas
integradas en el fuerte y diversos sectores de muro aspillerado. La parte
occidental del mismo estaba protegida por un foso, la oriental por un camino
que, por circular ligeramente rehundido hacía las veces de foso, mientras que
una parte del sector orientado hacia el norte no disponía de tal elemento de
defensa. La articulación
interior del fuerte era también compleja. Constaba de dos recintos: el
principal y el caserío Aduriz. Éste
distaba unos 50 m de aquel y servía de alojamiento para un destacamento.
Ambos recintos estaban unidos por un camino cubierto (con su parapeto) que
corría paralelo al ya citado camino rehundido. El sector
principal, a su vez, estaba dividido interiormente en tres (sectores NW, NE y
S) por los edificios y varios tramos de muro aspillerado (con su banqueta de
madera). En el sector NE predominaba la función cuartelaria. En él se incluía
la iglesia, habilitada como cuartel y tres casas más, de las que dos servían
de cuartel de tropa y una de alojamiento de la oficialidad. La iglesia no se
trata del templo que, bajo la misma advocación, se conserva actualmente, sino
de otro que se levantaba con anterioridad en su mismo lugar. El que nos atañe
disponía, adosados a un lado y otro de su única nave, de dos pequeños
cobertizos. Un muro aspillerado rodeaba la iglesia, excepto por la fachada
principal. y en la parte trasera en la que era sustituido por un parapeto en
el que se abrían dos cañoneras dirigidas hacia el N y el E que se servían de
una única explanada artillera. Los accesos al fuerte también se encontraban
en este sector, concretamente en las proximidades del ángulo SW de la iglesia
y en el muro aspillerado N. Una tercera puerta permitía la comunicación con
el sector S. El sector S
tenía función fundamentalmente artillera, disponiendo en la mayor parte de su
perímetro exterior de un parapeto de 2-4 m de ancho en el que se abrían cinco
cañoneras (dos orientadas al E y tres al S). Separado del parapeto disponía
de un repuesto de municiones y, formando parte del recinto perimetral, de una
edificación que servía de cuartel. Ésta, hacia la campaña, disponía cubriendo
una puerta, de un tambor aspillerado semicircular que permitía el flanqueo
del foso. Al sector NW se
accedía mediante una puerta abierta en el muro aspillerado que lo separaba
del sector S. Por el E estaba limitado
por las traseras de las casas ya mencionadas en el sector NE y por una casa
que, sirviendo también de cuartel, formaba parte del recinto perimetral
exterior. En él se abrían dos cañoneras que apuntaban hacia el norte y oeste
respectivamente. El armamento
del que disponía el fuerte en 1838 estaba formado por dos cañones de a 12 una carronada (o cañón naval corto), también de a 12, un cañón de a 6 y
otro de a 4. 19 FUERTE DE LORD JOHN HAY Fue construido
por los zapadores de la Marina Real Británica en el monte Jaizkibel (a 219 m
de altura), tomando su denominación del Comodoro Lord John Hay, que ordenó su construcción con objeto de defender
la villa de Pasajes de cualquier ataque que proviniese de tierra. Tiene forma
de decágono irregular, inscribible en un rectángulo de 80x50 m. El parapeto
orientado hacia el SE es el más grueso de la fortificación (unos 4 m),
disponiendo sobre él de un sobreparapeto dotado de treinta aspilleras. En el
mismo, y con la citada orientación, se abrían cuatro cañoneras y una más
orientada hacia el S, desenfiladas por tres traveses. El resto de los
parapetos tenían unos 2 m de grosor y disponían de una única cañonera (en la
esquina NE del fuerte). En el ángulo
esquina SW disponía de un caballero (o plataforma elevada 4 m sobre el resto
de la fortificación) dotado de planta rectangular de 17x8 m. La entrada
principal del fuerte se encontraba en la prolongación del foso del lado
oeste, y conducía, pasando bajo la antes citada plataforma, a una especie de
foso interior al que se abría la semienterrada planta baja del cuartel (32x6
m), que incorporaba también un pabellón de oficiales. Del citado foso se
podía subir mediante dos escaleras (separadas 12 m una de otra) a la cota del
suelo del fuerte. Al lado de cada escalera partían sendos puentecillos de
madera que permitían pasar sobre el citado foso interior hacia las puertas de
la planta superior de cuartel, dotado de paredes firmes y aspilleradas. El fuerte
disponía de foso propiamente dicho únicamente en su frente SE y en parte del
NW, circunstancia que constituía uno de sus puntos débiles. El recinto así
formado estaba dividido longitudinalmente en dos por un muro dotado de 36
aspilleras. El recinto septentrional incorporaba un pozo de unos siete metros
de profundidad, pero sus aguas eran turbias y de mal sabor, por lo que, salvo
en las emergencias, el agua potable para la guarnición era llevada de
Pasajes. En el mismo recinto se encontraban tres de las ya mencionadas
cañoneras y, pegado al parapeto NE, los comunes
o excusados. Al lado del caballero
se abría la otra puerta del fuerte, muy poco protegida, que daba acceso al
sector septentrional, pudiéndose ingresar en el meridional a través de una
abertura que disponía el muro aspillerado de separación. El recinto
meridional agrupaba formando parte del cerramiento SW: el ya citado cuartel,
un edificio que albergaba las cocinas y el almacén (16x4 m) y el repuesto de
munición (7,5x4 m) rodeado de su pasillo de aireación. Otros excusados (3x3
m), estaban pegados al muro aspillerado de separación entre ambos recintos.
Exentos se encontraban: un cuerpo de guardia de planta rectangular (9x5 m) y
unas caballerizas (4x3 m) situadas detrás de éste. La guarnición
del fuerte estuvo formada por 160 hombres del Batallón de la Marina Real
Inglesa, al mando de un capitán. La dotación artillera del fuerte en 1838
estaba compuesta por cinco piezas. Una de a
3, en reserva, una de a 24
(hierro) y otra de a 6 (bronce)
apuntando en dirección del fuerte de Isabel; otra similar y otra más de a 12 (hierro) apuntando hacia
Guadalupe, puesto que es, precisamente de este punto, desde donde el enemigo
podría disparar sobre el fuerte. 20
CASA DE LA RESISTENCIA Fue una casa
que se fortificó a unos 400 m al este del Fuerte de Lord John Hay. Únicamente
podía servir de puesto avanzado de observación. 21
REDUCTO DE ISABEL Se encontraba
situado a unos 325 m al Este del fuerte de Lord John Hay con el objeto de
batir Lezo y Rentería, pero su situación no era la más adecuada para ello;
además, su construcción no se adaptaba a lo que puede entenderse como una
fortificación militar. Fue construido por un oficial de comercio inglés que
mandaba un navío de guerra al servicio de la marina española. En 1838 estaba
en estado ruinoso y semiabandonado por las tropas inglesas, que habían dejado
en él una pieza de a 3 que fue
robada por los carlistas, momento a partir del cual se instaló en él una
mínima guarnición. 22
REDUCTO DE SAN ANTONIO Con objeto de
evitar los inconvenientes del reducto de Isabel, se construyó en sus
proximidades el reducto de San Antonio, aunque sus proyectiles difícilmente
podrían llegar hasta Rentería. Disponía de un edificio capaz de albergar
hasta 30 hombres, así como un repuesto de municiones convenientemente
blindado. Su artillería estaba formada por una pieza de a 24 en hierro y otra de bronce de a 8. 23
BATERÍA DE BORDANDIA Bordandia es la
denominación de una casa situada en un pequeño altozano, al oeste de Lezo. En
la fachada oriental disponía de un balcón que fue dotado de un parapeto
aspillerado, habilitándose en el interior de la casa un repuesto de
municiones. La casa tenía dos entradas, una al este, por la que se accedía a
la batería, y otra al oeste, que servía de salida a un tambor formado por
toneles dispuestos en dos filas superpuestas. A la derecha de la entrada
existía un sector de muro aspillerado desde donde se podía disparar en
dirección al puerto. Delante de esta
fachada se realizó un parapeto trapezoidal que se constituyó en batería a
barbeta tras la instalación de una pieza de hierro de a 24 y otra de bronce de a
6. Su misión era batir Lezo y Rentería, permitiendo el disparo sobre un
tramo del camino de Lezo y sobre parte de la rada de Pasajes. Para desenfilar
la posición de posibles disparos enemigos se montó en ella un través formado
por barricas llenas de tierra. La entrada de
la batería estaba curiosamente enmascarada por un gran árbol que permitía el
paso de una sola persona a la vez. Delante de la batería existía un foso de
unos 3 m de ancho y 6 de profundidad. Al este de la casa se encontraba un
camino cubierto de unos 160 m de longitud, protegido por un muro aspillerado
(parte de mampostería, parte de tierra) de 1 m de altura precedido por un
foso poco profundo. La batería estuvo guarnecida por un destacamento de la
Marina Real Británica formado por 25 hombres al mando de un teniente. 24
REDUCTO MORALES Estuvo situado
en el monte Ulía, dominando el mar (N), el puerto de Pasajes (E), Alza y la
carretera de Pasajes (S). Tuvo forma rectangular (47x44 m) con entrada en el
lado que miraba hacia el puerto de Pasajes. Ocupando el lado N se encontraba
un edificio rectangular que servía de cuartel para la tropa y de alojamiento
para los oficiales, sumando en total una compañía de 80 hombres del Batallón
de la Marina Real Inglesa. En el centro del recinto se encontraba el almacén
de municiones. La cocina estaba instalada en el foso y la cuadra detrás del
cuartel. El parapeto (de
4 m de espesor), estaba revestido interiormente de tepes y en él se abrían 4
cañoneras y varias plataformas para tiro a barbeta, una de ellas con destino
al tiro hacia la mar (N), aunque el armamento asignado en 1838 era tan solo
de un cañón de hierro de a 18. El
foso estaba, en parte, excavado en la roca natural, tenía una anchura de 8 m
y una profundidad de 6. 25
LA BATERÍA INGLESA En las
inmediaciones de la torre de Pasajes (de San Pedro) se encuentra una pequeña
elevación en la que los ingleses (de ahí su denominación) montaron una
batería formada por barricas llenas de tierra, con un cuerpo de guardia con
capacidad para unos 30 hombres destacados de la guarnición del reducto
Morales. Estuvo artillada con una pieza de bronce de a 8. En las inmediaciones existía otra plataforma que permitía el
tiro sobre el puerto, que estaba unida por un camino cubierto de unos 300 m a
una casa en ruinas, cerca de la que estaban montados en batería un cañón de
hierro de a 24 y dos morteros de 8
pulgadas para tirar sobre el puerto y sobre Alza. 26
ORIAMENDI El monte
Oriamendi (196 m) está situado al pie del ramal del Camino Real que unía San
Sebastián con Hernani. El monte tiene forma cónica y desde aproximadamente la
mitad de su ladera partían unos sencillos parapetos resistentes sólo al fusil
que en forma de espiral ascendían hacia su cúspide. Desde ellos se impediría
por parte de la fusilería el acercamiento de las tropas enemigas. En la cima
se encontraba una pequeña meseta, suficiente para la maniobra de cuatro
piezas de artillería protegidas por un parapeto que, aunque de considerable
grosor, no tenía el suficiente como para resistir el impacto del tiro de
cañón; sin embargo, este inconveniente quedaba reducido por la dificultad que
su elevada posición suponía para el tiro artillero enemigo. Dentro de este
conjunto existían varios pequeños edificios que servían de cuerpos de guardia
y otros usos. En la zona SW, la más abrigada, se abrió un camino que
comunicaba la carretera con la batería superior, con objeto de poder conducir
hasta ella las piezas de artillería. 27 CASA FUERTE DE LOS ARCOS Estuvo situada
al NW de Hernani, en una posición que podría considerarse como intermedia
entre las fortificaciones del entorno de Hernani y la línea de Oriamendi, con
objeto de impedir que fuerzas carlistas se pudieran posicionar entre ambas.
Estaba formada por una casa de recia construcción (aunque vulnerable al tiro
de cañón), planta rectangular (20x14 m), tres alturas (planta baja y dos
plantas más) y cubierta a dos aguas, caracterizada por estar dotado su lado
meridional de tres arcos (de ahí su denominación) formando un soportal que se
abría también a los laterales. Las obras de
fortificación eran relativamente sencillas, pues no tenían disposición alguna
para artillería, sino únicamente para fusilería. Los lados oeste, sur y parte
del este estaban envueltos por un foso de dos metros y medio de anchura y
tres de profundidad. Las tierras resultantes de la excavación del foso fueron
amontonadas entre éste y la casa, formando un grueso parapeto cuya altura
llegaba hasta la del arranque de los arcos. La apertura que la arquería tenía
en la fachada occidental estaba cubierta por un tambor -recubierto de tepes-
de altura ligeramente mayor que el parapeto; las aspilleras abiertas en el
mismo permitían el disparo por encima del parapeto, que cubría el citado
tambor de forma similar a la casa. De una puerta lateral de la fachada
oriental se formaba un tambor similar, si bien en este caso no disponía de
parapeto antepuesto, quedando un espacio entre el foso y el citado tambor.
Alineado con la fachada septentrional se formaba otro tambor aspillerado
abierto que permitía cubrir un sector del foso y el citado tambor mediante
algunas aspilleras. 28
REDUCTO DE IRIBARREN Fue levantado
en la cima del monte Ollomendi, actualmente rodeado por la carretera N-I, la fábrica de cementos Rezola y la Yeguada Lore-Toki. Tenía planta rectangular (40x28 m). Para su
construcción fue necesario realizar un importante relleno de tierra, que fue
sujetado por medio de tablones que formaron el recubrimiento exterior del
terraplén. Sobre éste se formó un parapeto (ya sin tablones) en el que se
abrían seis cañoneras (1 al N, 2 al W, 2 al S y 1 al E) y un acceso cerrado
mediante una puerta de madera a la que se podía llegar gracias a un puente de
madera que salvaba el foso. En este caso el foso rodeaba totalmente el
reducto y estaba provisto de la correspondiente berma que separaba la escarpa
del foso del terraplén revestido exteriormente de troncos hasta la altura de
las cañoneras. El revestimiento interior, por el contrario era de tepes. En su interior
se levantaban dos pequeñas edificaciones. La mayor era rectangular (11x6 m) y
servía para el alojamiento de la tropa, mientras que la segunda (6x3 m)
constituía el repuesto de municiones. En sus inmediaciones no existía ninguna
posición que le dominase, sino que, por el contrario, las batía a todas.
Protegía, aunque con dificultad, al Fuerte de los Arcos y al de Oriamendi. En
la actualidad pueden observarse, desdibujados, fosos y otras estructuras que
debieron pertenecer al reducto. © Juan Antonio Sáez García. San
Sebastián, 2001-2002 |
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