Gotorlekuak gipuzkoan XVI-XIX mendean = Fortificaciones en guipuzcoa : siglos XVI – XIX) / Juan Antonio Saez Garcia; fotografía, Juan Antonio Sáez García y Gorka Agirre. – San Sebastián : Diputación Foral de Gipuzkoa, Departamento de Cultura, Euskera, Juventud y Deportes. Diputación Foral de Gipuzkoa, 2002. – 120 p : il. ; 30 cm. – (Bertan , 18). – ISBN 84-7907-362-4

 

 

El Departamento de Cultura, Euskera, Juventud y Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa publica desde el año 1992 una colección que bajo el título genérico de "Bertan" pretende aportar a la oferta editorial un conjunto de libros de temática netamente guipuzcoana en los que la imagen adquiera un lugar preponderante. Editados cuidadosamente a todo color, son fruto de la estrecha colaboración entre una persona responsable de la redacción del texto y otra encargada de ilustrar el mismo mediante fotografías, tratando de obtener un producto cultural de calidad, ameno y dirigido hacia un público no especialista en los temas tratados.

 

El tratamiento lingüístico de la colección otorga al euskara el lugar principal. No obstante y con el objeto de hacer accesible la obra al mayor número de personas posible, incluye versiones íntegras del texto en español, francés e inglés, lo que permite que cada libro pueda ser considerado como una pequeña guía temática de Gipuzkoa que no solo permite descubrir la realidad guipuzcoana a sus propios habitantes, sino también a aquellas personas de otros ámbitos territoriales.

 

La temática está perfectamente reflejada en su título: las fortificaciones guipuzcoanas que se levantaron entre los siglos XVI y XIX, revisando de forma sintética las fortificaciones abaluartadas, las fortificaciones provisionales de las guerras carlistas y las fortificaciones de final del siglo XIX, que son prácticamente las últimas que de cierta entidad que se realizaron sobre el territorio guipuzcoano.

 

Tratándose de un número relativamente reducido de fortificaciones, en la obra se ha procurado individualizar cada una de ellas: la torre el castillo "de Santa Isabel" que defendieron el puerto de Pasaia, los castillos de Carlos V y de San Telmo en Hondarribia, de Santa Cruz de la Mota en Donostia y de Gazteluzar en Irun. así como las imponente fortificaciones abaluartadas que rodearon -y en parte todavía rodean- a las ciudades de Donostia y Hondarribia.

 

Las guerras entre carlistas y liberales acontecidas en el siglo XIX hicieron que en las cimas de muchos montes guipuzcoanos surgieran numerosas fortificaciones, de campaña unas y semipermanentes otras, muchas de las cuales hoy en día perviven en mejor o peor estado, siendo el Noreste de Gipuzkoa el espacio geográfico en el que se levantaron en mayor número: Ametzagaña (Donostia), Lord Jhon Hay (Pasaia), Santa Bárbara (Hernani), Parque (Irun) San Enrique (Hondarribia) y los torreones de los montes Jaizkibel, Elatzeta o Zubelzu constituyen algunos ejemplos.

 

Finalizando el siglo XIX las autoridades militares, temerosas de una invasión francesa, decidieron fortificar los Pirineos mediante diversos campos atrincherados (o territorios dotados de fuertes que se defienden los unos a los otros proporcionando cobertura a un ejército situado en sus inmediaciones). Oiartzun fue uno de ellos, aunque, como el resto de los previstos, no llegó a concluirse por falta de medios económicos y por el imparable avance de la tecnología militar que convirtió en inútiles sus protecciones contra los proyectiles enemigos.

 

En el Campo atrincherado de Oiartzun fueron construidos tres de los ocho fuertes previstos. El mayor –con capacidad para sesenta cañones- se levantó en Hondarribia (Guadalupe), otro entre Donostia y Errenteria (San Marcos) y un tercero, el más pequeño, entre Astigarraga y Errenteria (Txoritokieta).

 

Las fortificaciones más recientes de Gipuzkoa fueron consecuencia de la corta guerra hispano-estadounidense de 1898, que provocó la construcción de la batería de Mompás (luego denominada de la Diputación de Gipuzkoa, porque fue ésta quien financió gran parte de las obras), la batería del Astillero (Errenteria) para la defensa del puerto de Pasaia y la última reforma que sufrieron algunas baterías del monte Urgull de Donostia.

 

Las numerosas fotografías se completan con abundantes planos que permiten comprender mejor la estructura y funciones de cada fortificación.