BREVES REFLEXIONES SOBRE EL FENÓMENO DE LA INMIGRACIÓN

 

Dr. D. Fco. Javier Gómez Piñeiro

Catedrático de Geografía.

Universidad de Deusto (Campus de Donostia)

 

Gogoeta laburrak migrazio fenomenoari buruz

Immigrazioaren fenomenoari orokorrean heldu behar zaio, eta haren kausak azpimarratu behar dira, arautzea, segurtasuna, legez kanpokoa izatea eta beste hainbat kontu azpimarratu beharrean, ez baitute etorkizuna konpontzen, arazo larriak sortu arren. Ekoizpena handitzeak eta enplegua sortzeak berez ez dute bermatzen erreprodukzio demografikoaren prozesuen normalizazioa, eta, horregatik, beharrezkoa da esparru egonkor bat finkatzea biztanleentzat, eta etxebizitzen garestitzeari eta irabazi erregular eta behar adinakoak izateko orduan dauden prekarietate arazoei aurre egitea. Jaiotzen inguruko neurriek esparru ekonomiko eta sozial egoki batean kokatuta egon behar dute, eta hala,  epe ertain eta luzeko egonkortasun ekonomikoa eskaini behar zaie familiei (etxebizitza, oinarrizko errenta, lana). Immigranteak testuinguru horretan bertan hartu behar dira.

 

Gako-hitzak: immigrazioa, Euskal Herria

 

Es conocido que durante las primeras décadas del siglo XX se inició un lento proceso de cambios en el fenómeno migratorio europeo que, hasta 1930, se había caracterizado por la emigración hacia América del Norte y del Sur, Australia y Nueva Zelanda, al tiempo que la industrialización y la urbanización producen cambios en los movimientos intraeuropeos, con los focos emergentes de Alemania, Francia e Inglaterra y otros de menor entidad. Luego tenemos los importantes flujos migratorios relacionados con las guerras, la descolonización, la llegada de nativos de las antiguas colonias (Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Italia, Portugal y España), los refugiados políticos, la mano de obra barata, y la movilidad de directivos, especialistas y jubilados de alto nivel de renta, lo que da lugar a un panorama sumamente complejo.

 

La población extranjera en la U. E. se distribuye de manera muy irregular, ya que son cinco países los que reúnen las cifras más importantes: Alemania (7,5 millones), Francia (3,5 mill.), Reino Unido (2 mill.), España (1,5 mill.) y Suiza (1,3 mill), seguidos a bastante distancia por Bélgica, Italia, Austria, Holanda, Suecia, etc. También es diferente la dinámica: Francia, Suiza, Suecia, etc. También es diferente la dinámica: Francia, Suiza, Suecia, no han incrementado significativamente la presencia de extranjeros, especialmente si la comparamos con lo ocurrido en España, Italia y Alemania.

 

Otra perspectiva es la del análisis del peso relativo de la población de nacionalidad extranjera con relación a la población total. Con más del 5% tenemos Alemania, Francia, Austria, Bélgica, Suiza, Suecia, Luxemburgo; con menos del 2,5% están Portugal, Grecia, Finlandia, Islandia, Polonia, República Checa; y con cifras entre el 2,5% y el 5% están el Reino Unido, Irlanda, España, Holanda, Dinamarca y Noruega.

 

En cuanto al origen extracomunitario sobresalen los colectivos de marroquíes, turcos, yugoslavos, sudamericanos, países del este de Europa, otros países del Magreb y subsaharianos.

 

Teniendo en cuenta las perspectivas demográficas (baja natalidad, envejecimiento) de la mayor parte de los países de la U. E., junto con el panorama social y económico, es evidente que las migraciones van a tener un protagonismo importante, como motor de la reestructuración espacial y como posible corrector de la evolución de la población.

 

En el caso español hemos de recordar que el Índice sintético de Fecundidad está en 1,23 hijos por mujer (2,1 asegura el reemplazo generacional) y en Euskadi es de tan solo de 0,9. Las más optimistas previsiones para un período de unos 50 años, nos mantienen muy alejados del 2,1 que antes hemos indicado: 0,8; 1; 1,4.

 

En cuanto al envejecimiento hay dos ópticas a tener en cuenta, el incremento de la población anciana y el incremento del peso relativo de la población anciana con respecto al de la población joven y a la población activa. Todas las hipótesis apuntan hacia el descenso de la natalidad y el incremento en la esperanza de vida, lo que nos la un envejecimiento agudo.

 

Las actuales tasas de dependencia nos hablan de 4 ó 5 personas activas por cada jubilado y la previsiones europeas para el 2050 nos hablan de 2 y en el caso de España de 1,4. En ese mismo año se habla en España de un 30% de mayores de 65 años y en Euskadi de un 50%; frente a un 50%, en España, de adultos, y un 40% en Euskadi; siendo el grupo de jóvenes del 20% y del 10% respectivamente.

 

Los extranjeros que se calcula que residen en España se aproxima a 1.250.000 (en 1990 eran 408.000), lo que supone un 3% del censo (41.000.000) frente a una media en la UE del 4% (Alemania, 10%; Dinamarca, 4%; Portugal, 2%).

 

En Euskadi, con una inmigración de forma pausada, sin grandes contingentes, lo que debe favorecer su acogida e integración en el sistema  económico, social y cultural, residen unos 31.000 extranjeros, de los que unos 22.000 tienen permiso de residencia (unos 6.000 en Gipuzkoa), 10.500 Bizkaia y unos 5.500 en Araba).

 

El fenómeno inmigratorio se presenta positivo para el mercado de trabajo y el sistema de prestaciones sociales, a corto plazo, si bien deberían desarrollarse importantes políticas familiares activas.

 

Ni el aumento de la producción, ni la generación de empleo, constituyen por sí solos una garantía para la normalización de los procesos de reproducción demográfica, de ahí la necesidad de consolidar un marco de estabilidad para la población, haciendo frente a la carestía de la vivienda, y a los problemas de precariedad en el acceso e ingresos regulares y suficientes. Las medidas natalistas tienen que insertarse en un marco económico y social capaz de ofrecer a las familias estabilidad económica a medio y largo plazo (vivienda, Renta básica, Empleo). Los inmigrantes deben ser acogidos en este mismo contexto.

 

Para terminar indicamos que el fenómeno de la inmigración debe ser abordado de forma global, insistiendo en sus causas y no solo en los aspectos de la regularización, la ilegalidad, la seguridad, etc., qu si bien dan lugar a problemas urgentes no resuelven el futuro.