Las especies corpulentas ensombrecen la calles excesivamente,
provocan defecto de insolación en las viviendas, llegando incluso hasta pisos
altos. Impiden también la
contemplación desde la calle de las fachadas de los edificios y al vecindario la visión
de aquélla.
Desde el punto de vista de la conservación urbana las raíces
inciden negativamente en el estado de las aceras y en las infraestructuras
soterradas, necesitando alcorques de gran tamaño en detrimento del espacio
peatonal.
Las especies
corpulentas es más adecuado reservarlas para su plantación en plazas o parques.
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