SEGUNDA PARTE
GEOGRAFÍA POLÍTICA
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/400/
I LA
PROVINCIA Y SU ORGANIZACIÓN
BENEFICENCIA Y SANIDAD
La existencia de edificios destinados al albergue de pobres y transeúntes,
data, en Guipúzcoa, de tiempos muy remotos.
Los peregrinos que, procedentes de Francia, se dirigían a Santiago de
Compostela en Galicia, en grandísimo número, tenían, en varios pueblos de la
ruta que seguían en Guipúzcoa, casas dedicadas a ellos en donde poder alojarse y
descansar.
Penetraban generalmente por Irún, en donde todavía se llama «el paso de
Santiago», al punto en que se atraviesa el Bidasoa en aquella jurisdicción para
pasar de España a Francia. Muy cerca de la orilla francesa existía el Priorato
llamado de Santiago de Zubernoa, señalado todavía con una cruz de madera, que se
levanta en el solar que ocupó el convento y que los vecinos cuidan con
solicitud.
A la parte de Irún, que se halla en la orilla española, continúan llamándole
«barrio de Santiago». Para el paso de los peregrinos de una a otra orilla, se
hizo en este punto, en el siglo XIV, un puente o pasarela de madera, del cual no
quedan vestigios.
Los peregrinos que penetraban por Fuenterrabía tenían señalado el tránsito al
interior por la ermita de Santiago, que aún subsiste.
Disponían estos peregrinos de casas en donde poder albergarse a su paso por
la Provincia en Fuenterrabía, Lezo, San Sebastián, Tolosa, Villafranca y el
alto de San Adrián (183).
También eran antiguos los hospitales creados para la curación de los enfermos
que padecían el mal de San Lázaro, o sea la lepra, a la cual se le tenía tanto
horror en los tiempos pasados. Especialmente en los pueblos marítimos, en donde
parece que abundaba más esta enfermedad, a causa de los alimentos, era mayor el
número de esta clase de hospitales. La mayor parte de las ermitas dedicadas a
Santa Maria Magdalena en estos pueblos, son recuerdos de hospitales de este
género que existieron en otros tiempos.
/401/ Todos estos establecimientos benéficos estuvieron, sin duda,
montados de manera rudimentaria y pobre, especialmente los primeros citados, en
los cuales apenas se encontraría más que un mal abrigo en donde poder cobijarse
y el fogón para hacer el rancho. Fueron fundaciones hechas por los pueblos y
sostenidas con sus propios fondos o con limosnas.
Hospital-asilo Regional de Eibar
El número de hospitales llegó a ser tan crecido en la
Provincia que en una visita de inspección, girada en 1586, se encontraron
edificios de este género en casi todos los pueblos de alguna consideración,
aunque la mayoría /402/ de ellos no tenían comodidades para el destino
que se les daba, ni contaban con rentas bastantes para sostenerse, resultando,
como consecuencia de esta pobreza, el que los menesterosos anduvieran
ostiatim, molestando a los habitantes, y el que los vagos, ociosos y gentes
de mal vivir, que pululaban bastante en el país, como consecuencia de la pobreza
del suelo y de las continuas guerras en que se hallaban ocupados sus naturales,
utilizasen aquellos edificios para albergarse en ellos.
Aunque la Provincia, en el año 1710 y después en el de 1726, trató de
suprimir los hospitales que no tenían medios de subsistencia y conservar
solamente aquellos que se hallaban en condiciones de llenar el destino para que
fueron fundados, no se tomó ninguna providencia a ese efecto y quedaron en pie
todos los existentes.
El servicio médico, si no era nulo, tenia que ser deficientísimo en la mayor
parte de estos establecimientos benéfico-sanitarios, dada la escasez de
facultativos que hubo en tiempos pasados en la Provincia.
Si hemos de dar crédito a un autor de la época (184), en 1625 no había más
que diez y siete médicos en Guipúzcoa, y dicho se está que, con tan escaso
número de facultativos, no se podía atender a un centenar de pueblos
próximamente con que contaba la Provincia, y que la mayor parte de éstos tenían
que estar asistidos por emplasteros y saludadores.
Está de acuerdo esta aserción del doctor lsasti con los acuerdos de las
Juntas provinciales, las cuales, reunidas en Zumaya en Abril de 1530, se hacen
eco de esta falta de médicos y acuerdan llamar al doctor Maturana de Mondragón
para tratar con él acerca de la conveniencia de nombrar un médico, asalariado
por la Provincia, que visitase los pueblos y las boticas establecidas en ellos.
Personado dicho doctor en Junta, se convino con él en que la Provincia: le
asignase un sueldo de 50 ducados al año para que visitase los pueblos de la
misma y las boticas, y que por cada día de los que saliere a curar a personas de
la Provincia cobrase un florín de oro, y los días que estuviere con el doliente,
seis reales diarios y la comida.
También dice Isasi, que los naturales de esta Provincia no tenían afición a
esta facultad, y que nadie seguía esta carrera «sino era por maravilla», debido,
sin duda, añadimos nosotros, a la escasa retribución que en el país se obtenía
con esta profesión. En las fechas a que nos referimos, no debían percibir los
médicos sueldo alguno de los Municipios, a juzgar por la petición que hicieron
aquéllos a las Juntas de Abril de 1524, pidiendo que fueran asalariados, a la
cual no se accedió.
Una idea de la situación de los médicos en este país, nos dará también una
escritura que poseemos de principios del siglo XVII, otorgada entre el médico y
el enfermo, por la cual se obliga éste a pagar cierta cantidad al /403/
médico si le cura de la enfermedad que padece, siendo gratuitas las visitas en
el caso contrario.
Jardín y galería de convalecientes del
Hospital-asilo Regional de Eibar
Aunque escaseaban los médicos en el país, fuera de aquí aparecen hijos
ilustres de Guipúzcoa en el desempeño de la carrera, y el mismo escritor aludido
nos habla de varios de ellos, que prestaban sus servicios cerca de los Reyes,
como son el doctor don Andrés Ibáñez de lrure, protomédico del emperador Carlos
V, natural de Placencia, que murió en servicio de éste en las guerras de
Alemania. El doctor Aguirre, médico de Cámara del mismo emperador, natural de
Azpeitia. El doctor don Fernando de Escoriaza, protomédico /404/ del
mismo Emperador, natural del Valle Real de Léniz, de cuya sabiduría y grandes
estudios, se hizo eco Pedro Apiano, insigne matemático alemán de Carlos V, en la
dedicatoria de su Horoscopion, que imprimió en lngolstad en 1535. El
doctor Juan Bautista de Villarreal Echevarría, médico de Cámara del rey Felipe
III y de los archiduques Alberto e Isabel, que murió en Flandes en 1604. El
doctor don Francisco de Galbete, médico y cirujano de la Cámara de S. M. Felipe
IV, descendiente de la casa solar de Galbete en Cegama, que escribió un libro
muy importante de medicina.
Además de Médicos, había también Cirujanos. La carrera de éstos era más
abreviada, y todavía en el siglo XVIII no se les exigían más estudios que la
asistencia a un curso de Anatomía práctica y dos años de audición de los
tratados quirúrgicos, con más tres años de práctica en los hospitales. Estos
tales eran conocidos generalmente en el país con el nombre de Barberos, porque
además de la obligación de la asistencia facultativa a los enfermos, tenían la
de rasurar semanalmente a los igualados, conforme se ve en las escrituras de
ajuste que otorgaban en los pueblos. Por un celemín o dos de trigo al año,
asistían a todos los individuos de la familia en sus dolencias y quitaban la
barba a los. varones cada semana.
Los saludadores se dedicaban a curar tas mordeduras de los perros, de las
culebras y de otros bichos malignos por medio de la succión y emplastos. Era
creencia general, que cuando un matrimonio tenía siete hijos varones seguidos,
el séptimo hijo tenía una cruz en la lengua y en ella virtud curativa especial,
y aunque éstos eran considerados los más aptos para dedicarse a este oficio,
otros, sin. reunir aquella condición, se dedicaban también a explotar la
ignorancia de las gentes.
La Provincia prohibió el ejercicio de este oficio por acuerdo de 1743, que
fue confirmado en 1757.
Desde el siglo pasado aparecieron también otros curanderos llamados
Petriquillos, sin duda porque el primero se llamó Petri o Pedro, que se
dedicaban a curar dislocaciones y fracturas de1os huesos.
Aparte de éstos, hay muchos curanderos y curanderas en el país, que
sigilosamente se dedican a explotar la ciencia de curar, empleando brebajes y
emplastos, en algunos de los cuales tiene mucha fe la gente labradora y
marinera.
No hay duda que, si en los tiempos pasados los médicos eran pocos en el país,
las boticas tampoco serían numerosas, En 1553 consta que había en San Sebastián,
Fuenterrabía, Rentería, Tolosa, Villafranca, Segura, Vergara, Mondragón,
Elgóibar y Motrico, y seguramente habría también en algunas otras villas.Sobre
dichos establecimientos, ejercía la Provincia saludable acción fiscalizadora,
cuidando de que estuvieran abastecidos y de que se sujetaran al arancel. Vemos
al efecto que, en las Juntas de Mondragón de 1532, se encarga a los doctores en
Medicina señores Maturana e lrure, que /405/ visiten las boticas de
la Provincia y manden sean abastecidas conforme a su parecer y al de los
Presidentes de Junta.
Vista general del hospital
de Irún
En las siguientes Juntas de Hernani de 1533, aprovechando el viaje a Zaragoza
y a la Corte del escribano Juan Martínez de Obanus, se le dio el arancel
confeccionado por estos señores para que consultase con los Boticarios de allí,
si era o no justo, y al año siguiente, no sabemos si enmendado o no, se pidió a
S. M. la confirmación del arancel y se repartieron por la Provincia más de 500
ejemplares, que seguramente no serían extensos ni impresos.
/406/ Más tarde, en 1549, se dispuso que las visitas a las Boticas se
practicasen por dos Regidores y un Médico y un Boticario traído de fuera, pero
se conoce que no bastaban estas medidas para complacer al público, puesto que
dos años después, en vista «del desorden gue se traían en los pesos y careza de
las medicinas», encargan al Corregidor que las visite en persona con Médico y
Boticario de fuera de la Provincia y mande poner pesos iguales conforme al
marco, estableciendo además la tasa o arancel por el cual se habían de regir. En
las Juntas de Tolosa de 1586, se acordó que los Boticarios moderasen los precios
de las medicinas, de modo que también los pobres las pudiesen comprar, y que,
para evitar abusos, los Médicos pusieran en castellano su importe al pié de cada
receta. En fechas posteriores, diferentes Médicos fueron recibiendo encargos de
las Juntas para que repitieran las visitas, y en 1590 se le encargó al doctor
Arzallus que, además de las boticas, extendiera la visita de inspección a los
Cirujanos, Barberos y Algebristas de los pueblos.
Continuando la Provincia con el cuidado de los referidos establecimientos,
hizo un arancel en 1713, que se publicó impreso, reimprimiéndose en 1744 con el
título de Tarifa de los Medicamentos assi simples como compuestos, Galenicos
y Chimicos (185).
En el día, la organización del cuerpo Médico, así como el Farmacéutico de la
Provincia, está sujeta a las leyes generales del Reino, con alguna ligerísima
variante. De conformidad con las disposiciones sanitarias en vigor, hay en la
Provincia un Inspector provincial de Sanidad, que es Médico, y un lnspector
municipal de Sanidad en cada pueblo.
Los Partidos médicos y los Distritos farmacéuticos en que se hallan
organizadas /407/ la clase médica y la farmacéutica de la Provincia, son
cuatro, y abarcan la misma jurisdicción que los Partidos judiciales. En cada
partido judicial hay un Subdelegado de medicina y otro de farmacia.
Así los Médicos como los Farmacéuticos, tienen cada cual su Colegio
provincial con residencia en San Sebastián.
El Colegio farmacéutico está declarado oficial.
He aquí la relación de los Médicos y Farmacias existentes en los cuatro
partidos en que se halla dividida la provincia:
[Cuadros
sinópticos del servicio medico-farmacéutico de los Partidos judiciales de
Azpeitia y de San Sebastián].
[Cuadros
sinópticos del servicio medico-farmacéutico de los Partidos judiciales de
Tolosa, y Vergara. Resumen del Servicio Medico-farmacéutico en Guipúzcoa]
/409/ De donde resulta que en la Provincia hay 196 Médicos en 59 pueblos, y que 31
de éstos carecen de Médico, teniendo que buscar la asistencia facultativa en los
Médicos de 10$ pueblos colindantes.
Varios de estos pueblos se hallan asistidos por Practicantes, cuyos
conocimientos en la actualidad consisten en cuatro semestres de
estudios-teóricos y dos cursos de práctica.
De igual modo nos enseña el estado precedente, que en Guipúzcoa hay 79
Farmacias, repartidas en 37 pueblos, careciendo de este servicio, en jurisdicción
propia, 53 pueblos.
Ordinariamente son cuatro los modos en que los Médicos acostumbran a prestar,
sus servicios en los pueblos de Guipúzcoa, y se distinguen con las
denominaciones que siguen: Partido cerrado; Partido abierto, Igualas y
Servicio libre.
Partido cerrado es aquel en que el Ayuntamiento abona al
Médico titular la cantidad estipulada para el servicio del vecindario, sin que
le quede opción a cobrar nada por las visitas ordinarias a los vecinos, y sí
únicamente en casos de asistencia extraordinaria, como son partos, lesiones a
mano airada en que interviene el Juzgado, accidentes de trabajo por contratos
con las fábricas, etc.
Partido abierto es aquel en que el Ayuntamiento da una cantidad al
titular por prestar sus servicios a los pobres de la vecindad, incluidos en la
lista y le deja en libertad de ajustarse con el vecindario en la forma más
conveniente o con sujeción a las condiciones que se estipulan acerca de la
cuantía de las cantidades que los vecinos deben abonarle por sus visitas.
El método de igualas ó ajustes consiste en el convenio que el médico
hace con las familias para prestarles su asistencia por una cantidad
determinada a pagar en metálico o en especies.
Así en este caso, como en el anterior, en los pueblos rurales especialmente,
los vecinos se dividen en clases o categorías, según la posición económica que
ocupan, y conforme a ellas se les señalan las cuotas,
Libres son aquellos que ejercen su profesión sin compromiso alguno con
los Municipios ni con los vecinos, cobrando por visita los honorarios que tengan
por conveniente.
El Partido abierto es, sin duda, el más general en los pueblos de Guipúzcoa.
Dentro de esta misma clasificación; prestan sus servicios los
Farmacéuticos de la Provincia en la siguiente forma:
Partido cerrado: apenas existe, pero donde le hay, el Farmacéutico,
previa una cantidad alzada que le abona el Ayuntamiento, despacha gratis todas
las recetas suscritas por los Médicos titulares de la localidad, quedándole
únicamente el derecho de cobrar la venta al menudeo.
En los Partidos abiertos tiene el Farmacéutico la obligación de
despachar, /410/ a cambio de la asignación que cobra del Ayuntamiento, las recetas suscritas
por los Médicos titulares de la localidad a nombre de los pobres incluidos en
lista como tales, y con destino a la Beneficencia. Fuera de esto, puede o no
ajustarse con el vecindario en la forma que le parezca conveniente.
En el servicio de igualas, el Farmacéutico se ajusta con las famillas
para servirles los medicamentos incluidos en el Petitorio por la cantidad
anual convenida, en dinero o en especies. Se exceptúan los específicos, aguas
minerales, artículos de terapéutica y otros que no figuran en el Petitorio.
En este caso, se guarda la costumbre de cobrar menos a los conducidos que a
los no conducidos.
Los Farmacéuticos libres sirven los medicamentos sin más limitación
que la tarifa.
Así el Médico como el Farmacéutico, que cobra su asignación del Ayuntamiento,
lleva la designación de titular .
En algunas poblaciones no hay verdaderos titulares, es decir, que el
Ayuntamiento no contrata el suministro para los pobres con un Farmacéutico
determinado, sino que deja a aquéllos en libertad de surtirse de donde quieran,
y a fin de mes o del año pasan los Farmacéuticos las cuentas respectivas al
Ayuntamiento, y éste paga ajustando la tasación de las recetas a una tarifa
especial llamada de Beneficencia, en la cual los medicamentos son más baratos.
Antiguamente existió en San Sebastián una Cofradía de San Cosme y San Damián,
formada por los Médicos, Cirujanos y Boticarios que residían en esta población.
No hace muchos años todavía, debieron conmemorar este día en San Sebastián,
con una solemne función religiosa, muchos señores pertenecientes a las clases
citadas, que acudieron de diferentes pueblos de Guipúzcoa, pero no existe la
Cofradía ó Hermandad que en lo antiguo tenían.
Así en la clase Médica como en la Farmacéutica, ha habido en nuestros tiempos
personalidades nacidas en Guipúzcoa, cuyos méritos han rebasado los límites de
la Provincia.
El Excmo. Sr. D. Melchor de Sánchez Toca, Marqués de Toca, notable operador,
hijo de Vergara. fue presidente de la Real Academia de Medicina y catedrático en
el Colegio de San Carlos, médico de Cámara de S. M. Isabel II y autor de una
notable Memoria. Murió en 1880.
El doctor don Hilario Gaiztarro, natural de Anoeta. habilísimo operador, que
adquirió gran renombre en San Sebastián y fuera de la capital por su destreza y
maestría en la práctica de las operaciones quirúrgicas, mereciendo la confianza
de personajes de la Familia Real. Fue el fundador, en unión de varios ilustrados
compañeros, de la Clínica de San Ignacio, en San Sebastián, y su director hasta
su fallecimiento, que ocurrió el 15 de Octubre de 1909. cuando apenas tenía
cincuenta años de edad.
/411/ El doctor don Fausto de Garagarza y Dujiols, de Fuenterrabía, catedrático y
decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central. Fue gobernador
civil de la Coruña y Pontevedra y director del Laboratorio de Madrid. Era
analista eminente. Falleció el 12 de Febrero de 1905, a los 75 años de edad.
Hemos dejado consignado que, antiguamente, eran muchos los pueblos de la
Provincia que tenían hospitales, aunque dada la pobreza de los tiempos, se
hallaban éstos montados con muy escasas comodidades. La generación presente,
animada del mismo espíritu de caridad que sus antepasados y con más elementos y
recursos que aquéllos, extiende su acción bienhechora por todos los pueblos de
Guipúzcoa, levantando asilos donde tienen alojamiento confortante y tranquilo
los menesterosos, o repartiendo dinero o especies a domicilio en aquellas
localidades que no están en condiciones de sostener un establecimiento benéfico,
como podrá verse por la relación que a continuación publicamos:
Alegría reparte 8,50 pesetas diarias a domicilio entre las familias
pobres y tiene opción a enviar cinco de éstos a la Misericordia de Tolosa.
Andoain tiene un Establecimiento-Municipal de Beneficencia, con más de veinte acogidos.
Anzuola socorre a sus pobres a domicilio.
Arechavaleta posee un Hospital-Sanatorio destinado a enfermedades
contagiosas.
Ataun presupuesta anualmente de tres a cuatro mil pesetas para socorrer a
los pobres a domicilio y otras dos mil próximamente para abonar las estancias de
sus pobres en los hospitales de Beasain, Villafranca, Tolosa, San Sebastián y
dementes asilados en Santa Agueda.
Azcoitia tiene Casa de Misericordia, con cerca de cuarenta acogidos
Azpeitia tiene un Asilo de Beneficencia.
Beasain. Casa de Beneficencia y Hospital, con una veintena de acogidos.
Cestona cuenta con un Hospital.
Deva. Asilo de ancianas desvalidos e incurables indigentes, con una decena de asilados.
Eibar, además del Hospital llamado Asilo Regional de San Andrés, cuenta
con el jardín-Galería de Convalecientes, que es el primer establecimiento
sanitario de este género implantado en España.
Elgoibar. Asilo-Hospital de San Lázaro, con un número de asilados que
oscila entre veinte y treinta.
Elgueta. Casa de Beneficencia, destinada a socorrer a los ancianos que no pueden ganar el sustento.
Escoriaza. Hospital, con una decena de asilados.
Fúenterrabía. Hospital de San Gabriel, con una veintena de acogidos.
Hernani. Hospital de Santa María Magdalena, con cuarenta asilados próximamente.
/412/Irún. Establecimiento Municipal de Beneficencia, con más de ciento
veinte acogidos;
Mondragón. Casa de Beneficencia para ancianos y Hospital, con una
veintena de asilados. En esta villa se halla también el Manicomio Provincial de
Santa Agueda, con trescientos alienados.
Motrico. Casa de Beneficencia, con media docena de acogidos.
Oñate. Establecimiento Municipal de Beneficencia, con más de sesenta
asilados.
Oyarzun. Asilo para ancianos é inválidos, con un promedio de siete
acogidos.
Pasajes. Asilo.
Placencia. Asilo.
Regil.Asilo.
Rentería. Asilo del Sagrado Corazón de Jesús, que hace también de
Hospital.
Salinas. Casa de Beneficencia.
San Sebastián cuenta con el Hospital de San Antonio Abad, más
generalmente conocido con el nombrede Manteo, con 260 enfermos próximamente, al
cuidado de 25 Hermanas de la Caridad; ,el Asilo Benéfico de la Reina Victoria,
con 430 ,acogidos y 25 Hermanas de la Caridad, y el Asilo de Uba, sostenidos
todos tres con fondos municipales, así como las tres Casas de Socorro que
funcionan en la ciudad. El Asilo Matía, de fundación particular; Asilo de
Nuestra Señora de las Mercedes, sanatorio para pretuberculosos pobres de San
Sebastián; La Gota de Leche, en donde se prepara la leche maternizada; Asilo de
niños de San José, en el cual se cuida y mantiene durante el día a los niños de
familias pobres, quedando así sus madres libres para el trabajo; Hermanitas de
los Pobres; Asilo de Caridad, en el Alto de San Bartolomé; Junta de Protección:
a la Infancia; Asilo de San Rafael, para niñas ciegas, regentado por Monjas
Dominicas; Clínica de San Ignacio; Clínica de Lerembourg; Clínica de Irigoyen;
Consultorio de Especialidades; Instituto de Vacunación, y algunos otros
establecimientos benéficos y sanitarios que ciertamente se habrán escapado a
nuestra investigación.
Segura. Casa de Beneficencia, con cuarenta asilados próximamente.
Tolosa. Casa de Misericordia y Hospital, que ha servido para recoger a los expósitos del Distrito, y Asilo de San José.
Urnieta.
Establecimiento de Beneficencia.
Usurbil. Casa de Beneficencia, con doce asilados.
Vergara. Casa de Beneficencia, con setenta a ochenta acogidos, y Lazareto
para enfermedades contagiosas.
Vidania. Asilo de Beneficencia.
Villabona. Casa de Beneficencia para ancianos é imposibilitados para el
trabajo. En esta villa se halla la Casa-Cuna Central de Fraisoro.
/413/Villafranca. Casa de Beneficencia y Hospital.
Villa-Real. Establecimiento de Beneficencia, con un par de acogidos.
Zarauz. Casa de Beneficencia de Santa Ana, con cuarenta acogidos próximamente.
Zumarraga. Casa de Beneficencia y Hospital, con una decena de acogidos.
Zumaya. Asilo de Beneficencia y Hospital, con una veintena de asilados.
Estos establecimientos están sostenidos por los Municipios ó por fundaciones
particulares o por limosnas.
Claro está que los pueblos que cuentan con establecimientos benéficos
recogen en ellos a los pobres que han nacido en su término municipal, y aquellos
que no disponen de asilos deben recogerlos también a su cargo, en virtud de la
norma de conducta que, de tiempo inmemorial, tiene adoptada esta Provincia de
que cada pueblo sostenga sus pobres.
Así es que apenas se conocería la mendicidad en Guipúzcoa si no fuera por los
transeúntes forasteros que, especialmente en verano, acuden a este país en
bastante número y recorren la Provincia pidiendo limosna por los pueblos y
hurtando el cuerpo a los cuidados de los Miqueletes, que tienen orden de no
consentir la postulación y de expulsar a los pobres forasteros fuera de los
límites de Guipúzcoa.
A las sumas que se invierten por los conceptos expresados, hay que añadir las
que destina la Diputación Provincial al capítulo de Beneficencia. En el
presupuesto vigente hay anotadas las cantidades siguientes:
Dementes. 142.000 pesetas (189).
Expósitos 172.500 »
Sordo-mudos y ciegos. 11.400 »
Hospitales y Asilos 50,000 );
Sala de maternidad. 11.000
Venéreas 6.000
Socorros a familias de náufragos. 5.000
Subvenciones establecimientos
benéficos 9.450
Transeúntes pobres. 10.000 »
Gota de Leche 5,615
Gastos eventuales. 64.000
Calamidades públicas, 10.000 )
Total. 406.965 pesetas.
Cómo se ve por la nota precedente, los artículos más recargados dentro del
capítulo de Beneficencia y Sanidad, son los de expósitos y dementes,
importantísimos servicios que se hallan atendidos en Guipúzcoa de manera
admirable, como bien lo dan a entender las considerables cantidades que se
invierten en estos dos ramos, que, por lo mismo, bien merecen que hagamos
mención especial de la forma en que se hallan organizados. El primero, a cargo
y cuenta de la Provincia, y el segundo, de las órdenes religiosas de San Juan de
Dios y del Sagrado Corazón.
Expósitos. Hasta mediar el siglo XVIII, no parece que se ocupara nuestra
autoridad provincial de prestar amparo y protección a los pobres seres que
vienen al mundo por los ocultos caminos de la ilegitimidad.
Para las criaturas a quienes cabía esta desgracia no había otros asilos que
les acogiesen, sino eran aquellos que se hallaban instituidos en las capitales
de los Obispados a que pertenecían, bajo la protección de los respectivos
Prelados. De aquí resultaba que muchas criaturas perecían abandonadas en los
campos, en las puertas de las iglesias y casas particulares o devoradas por
los perros ú otros animales. Los que salían mejor librados, eran recogidos y
criados por familias extrañas o conducidos a las indicadas inclusas o
establecimientos diocesanos. Pero no hay duda de que, en este largo viaje,
realizado acaso sin lactar y al cuidado de personas indiferentes y de manera
anormal, morirían muchos antes de llegar a su destino. Además, con la
aglomeración consiguiente de tantas criaturas, no podían éstas ser atendidas
con el cuidado que requería su tierna edad, ni adquirir la debida educación e
instrucción para obtener los medios de vivir, sin ser una carga perpetua en la sociedad.
Compadecida la Provincia de las desdichas a que estaban sujetos estos pobres niños, un sentimiento noble de humanidad le guió a
pensar en su
remedio, estableciendo en su territorio asilos en donde pudiesen conservar las
vidas de estos inocentes y enseñarles un oficio. La empresa era costosa, dados
los escasos medios de que entonces se disponía, y era ardua su organización por
los graves inconvenientes que bajo el punto de la moralidad pública podía
producir la institución, si no se organizaba con exquisitas precaucIones.
No se llegó, sin embargo, a formalizar ningún plan, hasta las Juntas celebradas en la villa de Elgóibar el año de 1791, en que presidió el
pensamiento de establecer una casa general para los expósitos y reclusión de
malas mujeres en el centro o paraje más proporcionado de la Provincia (190).
Sobrevino después la guerra con Francia y quedaron paralizados todos los
trabajos que en este sentido se venían practicando, sin que volvieran a
reanudarse hasta el año 1796. Se publicó en este año la Real Cédula de 11 de
Diciembre, sobre la policía general de expósitos, y en su virtud el Obispo de Calahorra estableció el año 1798 una
inclusa en Mondragón para los pueblos de
Guipúzcoa pertenecientes a la propia Diócesis. Se quisieron establecer otros
asilos similares en los pueblos de la Provincia pertenecientes al Obispado de
Pamplona, y se acudió al Prelado con el indicado fin, pero no tuvieron éxito
tan humanitarios propósitos hasta las Juntas de Vergara del año 1803; en las
cuales se aprobó el reglamento redactado en 1798 por los Caballeros Junteros,
nombrados al efecto. Conforme a él, quedó para este fin dividido /415/ el territorio de
Guipúzcoa en cinco partidos; estableciéndose otras
tantas cajas de expósitos en San Sebastián, Tolosa, Azpeitia, Azcoitia y
Mondragón, asignándoles a cada una de ellas los pueblos respectivos.
Mereció esta organización la aprobación de S. M. por R. O. expedida en San
Ildefonso el 18 de Agosto de 1804 y se pidieron, para el sostenimiento de estos
establecimientos benéficos, algunos arbitrios que no fueron concedidos por S.
M.
Asilo benéfico de la Reina
Victoria, en San Sebastián
Sobrevino luego la guerra de la lndependencia, cuyas exigencias absorbieron toda la atención
y todos los recursos de la Provincia, por cuya razón
quedó suspendido el desarrollo del plan proyectado; hasta que, terminada la guerra, se prosiguió tan
humanitaria labor, alcanzando de S. M. la gracia de imponer un arbitrio al vino y otro
a la carne. Por el nuevo
Reglamento confeccionado más tarde, en 1844, se redujeron las casas de expósitos a las
cuatro cabezas de partido judicial, quedando suprimidas, por consiguiente, las
de Azcoitia y Mondragón, señaladas en el Reglamento de 1803, y la de Motrico,
establecida con posterioridad, creando en cambio la de Vergara, que antes no
existía.
Así continuó este servicio durante muchos años. Con el tiempo se notaron algunas deficiencias, que hicieron fijar
la atención de las personas
que se ocupan de los intereses encomendados a la autoridad provincial, y se
sintió la necesidad de que se reorganizara un ramo tan importante con arreglo a las exigencias modernas. La Junta de Gobierno de la Caja de Ahorros Provincial,
/416/ haciéndose eco de estos deseos, acordó con noble desinterés, en Noviembre de 1901, donar a los fondos de la Provincia la cantidad de 20.000
pesetas para invertirlas en la construcción de una Casa-Cuna central de
expósitos en la Granja modelo de agricultura, llamada de Fraisoro.
La Comisión provincial aceptó con singular agrado el donativo ofrecido por
la Caja de Ahorros y acordó poner en práctica cuanto fuese necesario para
llevar a cabo la construcción de la Casa-Cuna; emplazándola en el lugar que, al
efecto, se señalare dentro de los pertenecidos de la Granja de Fraisoro y
encargando la formación de planos y del presupuesto de la obra al arquitecto
provincial don Ramón de Cortazar, quien llevó a cabo su cometido, asesorado de
dos señores Médicos.
En vista del mal resultado que en el desempeño de su misión habían dado las
mujeres encargadas de las Casas-Tornos que existían en San Sebastián, Tolosa,
Azpeitia y Vergara, la Comisión provincial dispuso que cesaran éstas en sus
cargos, siendo reemplazadas por las Hermanas de la Caridad, y que esta misma
marcha se siguiera en la nueva Casa-Cuna central, que se iba a construir.
Igualmente acordó que se hiciera uso de la alimentación artificial en un
principio, de la leche de vaca maternizada, ya que tan excelentes resultados se
habían obtenido con este procedimiento en la última Exposición Internacional de
París. Un ingeniero experto en la química agrícola fue, por encargo de la
Comisión provincial, a Fecamp para estudiar detenidamente el procedimiento e
implantarlo en Fraisoro, en beneficio de los expósitos.
En Febrero de 1903, la Junta de Gobierno de la misma Caja de Ahorros
Provincial, acordó costear en su totalidad las obras de construcción de la
Casa-Cuna, y la Comisión provincial, después de aceptar agradecida este generoso
desprendimiento de tan benéfica institución de crédito, acordó que se practicara
una liquidación general de todo lo gastado y se encargara de ello la Caja de
Ahorros Provincial, de cuya cuenta habían de correr también los gastos que en lo
sucesivo se realizasen.
Esta benéfica institución es, pues, la que ha sufragado todos los gastos,
tanto de la construcción de la primitiva Casa-Cuna como de las obras de
ampliación en ella realizadas el año 1910, bajo la inteligente dirección del
Arquitecto citado, hasta quedar en el estado brillante en que actualmente se
ven. Puede decirse, sin temor a ser desmentido, que la Casa-Cuna de Fraisoro es
la mejor de las que existen de su clase en España y mejor que muchas renombradas
del extranjero.
Su coste total asciende, aproximadamente, a 500.000 pesetas. La Casa-Cuna
Central de Expósitos de Guipúzcoa, donde encuentran protección y amparo los
pobres seres que vienen al mundo abandonados por sus padres, se halla colocada
frente a la estación ferroviaria de Villabona, sobre la meseta anchurosa de un
altozano, rodeada de tierras bien cultivadas, pertenecientes /417/ a la. Granja provincial de Fraisoro.
En esta amable morada, que sirve de
asilo a tanto inocente, todo es de color blanco, como la pureza de las almas
infantiles que allí duermen, ríen y lloran, sin saber de donde vinieron, sin
saber a donde irán. Blancas son las paredes, blanco el mobiliario, las ropas de
los asilados, los uniformes de las nodrizas, los roperos, los departamentos de
la hidroterapia, las dependencias, hasta el confesionario de la capilla es blanco.
El edificio consta de dos pisos. En la planta baja están el despacho
del Médico-Director, cuarto de pesaje, el de la Superiora, dormitorio de las
monjas, el cuarto ropero con estantería de cristal, en donde se colocan las
prendas de las criaturas que salen luego del establecimiento con nodrizas
externas; cuarto de costura, en donde se prepara la ropa para el ropero; el
dormitorio de los niños destetados con su cuarto de baños y de lavabos; se
dispone de mesas rodantes para transportar las ropas y el lavabo del médico; un
gabinete de observación de niños y el laboratorio, servicio muy importante de la
casa, en donde, además de los análisis de las leches y preparaciones de
microscopios, se practica la reacción de Wasserman para el diagnóstico de la de heredo-sífilis, con el
objeto de evitar el que las criaturas recién nacidas y enfermas con esta
terrible herencia, salgan con nodrizas externas y causen el contagio de las
nodrizas y de las familias de éstas, como ha sucedido alguna vez antes de
instalar este servicio en la Provincia, habiéndose por este medio evitado
totalmente el contagio, sin que haya ocurrido un solo caso desde que se adoptó
el empleo de esta reacción hace siete años. Sin duda alguna, es el primer
establecimiento de España, y acaso también del extranjero, que hace uso de esta
reacción.
Hay también una capilla para el personal de la casa y de la Granja agrícola.
En esa capilla son bautizados los niños que ingresan en la casa.
También hay un torno para la recepción de los niños que se quieren depositar.
Funciona automáticamente, haciendo sonar un timbre con el propio peso del niño,
para que las Hermanas de guardia lo recojan en el acto y le presten los auxilios
necesarios.
En el frontis de la escalera principal hay un magnífico cuadro de gran
tamaño, pintado por Ignacio Ugarte, que representa a Nuestro Señor acariciando a
los niños, interpretando aquél tierno pasaje del Evangelio de San Marcos;
Sínite Párvulos venire ad me (Dejad "á los niños venir a mí).
La planta principal está destinada para los niños de pecho. Tiene dos salones
y una enfermería. Esta consta de cuatro departamentos, aislados uno del otro,
con tabiques de cristal, lo que hace que pueda desinfectarse con facilidad y
permite la vigilancia de todos ellos. Cada salón tiene su cuarto de baños y
un departamento que está al contacto de éste, en donde, según las deposiciones
que acusen los pañales de cada criatura al levantarse, se les dan ó no los
enemas; se hacen las curas de las erupciones, etc.
/418/El pavimento es de Terrazothlit, pasta especial higiénica que está
dando muy buenos resultados.
El servicio de hidroterapia se halla instalando en los dos pisos del
edificio. En la planta baja hay cuatro bañeras, dos destinadas para la limpieza
y dos para baños tónicos de agua salada. A continuación están los lavabos en
número de doce, todos provistos de dos grifos para el agua caliente y fría. Los
baños-lavabos de los niños de pecho en el piso superior, son iguales, con la única dif~rencía de que cada lavabo de éstos dispone de tres
pedales, con los que se opera respectivamente para dar agua fría, agua caliente
o abrir el vertedero, sin que la nodriza que tiene ocupados los dos brazos con el niño
tenga que hacer uso de1as manos. En todos los cuartos de baños hay, en las
paredes,
unos espacios cuadrados de cristal, todos numerados, en donde se coloca la ropa
de secar de cada niño. El pavimento de estos departamentos hidroterápicos es de
mármol, y las paredes de baldosa-mármol, en una altura de dos metros. La
porcelana, la tubería y los grifos refulgen de manera envidiable.
Cuarto lavatorio a chorro directo para aseo de nodrizas,
en la Casa-Cuna central de Fraisoro
Hay, además, en el edificio, retretes para niños y personas mayores,
instalados con arreglo a los últimos adelantos; bañeras para Hermanas y
nodrizas; cuartos de aseo; dormitorio para amas secas o enfermas; comedor
de las amas y nodrizas, con mesas de mármol; cocina amplia y bien instalada, y un
patio exterior cubierto, en donde hay colgadas varias hamacas para que los
niños puedan estar echados en pleno ambiente libre.
La calefacción, las escupideras, los vertederos de basura y otros detalles
no menos necesarios, están admirablemente entendidos. A tal punto llega la
observación de los mandatos higiénicos, que, junto a cada dormitorio, hay unos
expulsores para que la ropa sucia salga fuera del edificio sin necesidad de
andar con ella de una parte a a otra.
En todas las dependencias y servicios están cumplidas las mayores exigencias de la higiene y puericultura modernas. El orden, la delicadeza, la
pulcritud más exquisita campean en todas partes. Aquellos pasillos y salas,
iluminados con los resplandores de luz abundosa, que entra como en torrentes,
sin un ángulo, sin un rincón, sin un relieve donde pueda posarse o esconderse el
polvo; aquellas galerías amplias, oreadas, llenan todas las condiciones
exigibles a un establecimiento del género del que nos ocupa.
Se ha hecho traída de aguas independiente a la Casa-Cuna, para nueva
instalación del lavadero, y se preparan los secaderos en armonía con la moderna
instalación.
La desinfección de la Casa-Cuna se hace anualmente, pintándola en su
totalidad con brillantina hasta una altura de dos metros del suelo, y el resto a
cola. En la enfermería se desinfectan los tabiques de cristal con solución de
sublimado y el ambiente se desinfecta con formol.
La desinfección de la ropa se hace fuera de la casa, sometiéndola a fuerte
ebullición en dos calderas especiales.
El personal de la casa lo componen: el celoso médico-director don Toribio
Albea, un capellán; once Hermanas de la Caridad, veinticinco a treinta nodrizas,
dos ó tres amas secas, una costurera, una cocinera, una o dos criadas, dos
lavanderas, un demandadero y un sereno,
El movimiento de niños asilados oscila entre 250 y 300 al año, contando los
que existen al comenzar éste. En general, los años últimos la entrada ha sido
mayor que las salidas y defunciones, y esto ha hecho que se aumentara el numero
de los existentes en la casa. Para obviar este inconveniente, se ha aumentado la
soldada de las nodrizas de 15 a 21 pesetas mensuales. Con el aumento de salario
indicado, es mayor el número de nodrizas que se presentan a recoger a los niños
de pecho, por lo que se calcula que el año corriente de 1915, las entradas serán
de 150 a 200 y las salidas pasarán de 200, teniendo que añadir a este numero el
de las defunciones que ocurran.
La alimentación de los niños es de nodriza los primeros días de la vida, y a
los 20 ó 30 días, tiempo variable según el numero proporcional de niños y de
nodrizas encargadas de la lactancia, empieza la alimentación mixta con uno o
dos biberones al día, cantidad que, progresivamente, se aumenta o disminuye,
según los resultados que arroja la vigilancia de las Hermanas, visita médica
diaria y las. pesadas semanales. Más adelante, cuando tienen diez o doce
meses, se les somete, si las criaturas están en buenas condiciones de
resistencia, a la alimentación artificial con leche maternizada y esterilizada.
/420/ La alimentación artificial exclusiva se emplea desde el momento de su ingreso
con los heredo-sifilíticos, quienes, aunque resisten bien la alimentación, unida
al tratamiento apropiado, generalmente terminan con la muerte.
El tanto por ciento de mortalidad de niños expósitos oscila entre 12 y 15
por 100 al año, debiendo tener presente que, ordinariamente, estas criaturas son
engendros de gente infecciosa y viciosa y producto de embarazos mal cuidados.
En el mismo edificio se halla también la Sala de Maternidad, que
anteriormente estaba instalada en la Casa de Misericordia de Tolosa, trasladada
en fecha reciente a la Casa-Cuna, viéndose dotado este departamento especial de
material ginecológico moderno, adquirido por la Diputación.
A petición de la Junta provincial del ramo, se trata de construir un nuevo
edificio, próximo a la Casa-Cuna, destinado a Casa de Maternidad, a fin de que
pueda acogerse más cómoda y secretamente en él, la mujer que haya tenido la
desgracia de concebir ilegítimamente.
En dicha sala se recibe a solteras pobres embarazadas, siempre que reúnan las
circunstancias de ser primerizas, hijas de la Provincia o que hayan residido
tres años en ella y que hayan entrado en el séptimo mes del embarazo. Se las
atiende hasta que lleguen al término del embarazo; se les asiste al parto,
convalecencia, etc., y luego pueden pasar si les conviene a ser nodrizas de la
Casa-Cuna, en donde se encargan de la lactancia de los niños con la soldada de
40 pesetas mensuales. Si no quieren quedarse de nodrizas en la Casa-Cuna,
salen de la Maternidad para sus casas, pero retirándoles la leche. En la
Maternidad permanecen estas mujeres, criando a sus hijos, durante un mes si
luego han de pasar a la Casa-Cuna, y durante dos meses si han de ir fuera.
Además de los niños expósitos, asilados en la Casa-Cuna, hay un número
crecido que, en la actualidad, pasa de 700, menores de siete años, diseminados
por los pueblos de la Provincia al cuidado de las nodrizas externas, retribuidas
por la Diputación. En este numeroso contingente, entran muchos niños conducidos
de otras provincias de España y muy especialmente de los departamentos
fronterizos de Francia, atraídos por la fama que disfruta este servicio en
Guipúzcoa, por cuya razón figura la Provincia en una proporción que no le
correspondería si los demás pueblos atendiesen a esta clase desgraciada,
inspirándose en los sentimientos de humanidad y de altruismo en que se inspira
Guipúzcoa.
Ya hemos dicho antes, que eran varios los tornos que nuestros antepasados
habilitaron para depositar expósitos. En Junio de 1910, cuando se completó el
edificio de la Casa-Cuna en la forma en que actualmente se halla, por iniciativa
del inolvidable patricio guipuzcoano don Joaquín Carrión, presidente a la sazón
de la Diputación Provincial de Guipúzcoa, que tanto hizo en bien de esta clase desheredada, fueron disueltas las Juntas de expósitos
/421/ que, bajo la denominación de Juntas de Partido, regían en los distritos de
San Sebastián, Tolosa, Azpeitia y Vergara, creando, en sustitución de aquéllas,
una Junta provincial única, compuesta de un presidente nato, que lo es el de la
Diputación, más otros cinco señores Diputados en representación de cada uno de
los distritos expresados y en el de Irún. Como consecuencia de esa supresión de
las Juntas de Partido, fueron cerrados los tornos que, para la recogida de
niños, existían en las Casas de Misericordia de Tolosa, Azpeitia y Vergara y
Asilo de San José, de San Sebastián, y quedó centralizado el servicio de
recepción de niños, única y exclusivamente en el torno establecido en la
Casa-Cuna central de expósitos de Fraisoro.
Véase a continuación la forma excelente en que está organizado este
importante servicio en la actualidad.
Desde el momento en que una criatura ha sido depositada en el torno, las
Hermanas de la Caridad se encargan de recogerla y prestarla los primeros
auxilios, bautizándola en la capilla de la casa y señalándola la nodriza que le
ha de amamantar. Allí queda a la expectativa de que se presente nodriza externa
que quiera hacerse cargo de ella, en cuyo caso se le entrega la criatura y dos
mudas completas de ropa. La Junta provincial se encarga de proveer a la nodriza
de una libreta en la que, además de los nombres y apellidos de la criatura, se
hacen constar las obligaciones de las nodrizas, instrucción para amamantarlas
convenientemente, algunas prescripciones contra el alcoholismo y un encasillado
en que se hace constar trimestralmente el estado de la criatura y los haberes que
le han sido satisfechos por la Junta.
Para ayudar a la Junta provincial de que se ha hecho mérito en su humanitaria
misión, existe en cada pueblo una Junta local, protectora de expósitos,
compuesta de los señores Alcalde, Párroco y Médico de la localidad, y una
Sección auxiliar de señoras encargadas de vigilar a las nodrizas que en cada
localidad tienen niños expósitos.
La Junta provincial remite trimestralmente una libranza de giro mutuo provincial a favor del Alcalde para que satisfaga sus haberes a las
nodrizas que residen en la localidad, comprendidas en la relación que envía por
duplicado. En la Alcaldía, donde está reunida la Junta local, se presentan las
nodrizas del pueblo de su residencia a percibir sus haberes con el expósito y la
libreta correspondiente, en la cual deberán ser consignados los conceptos que al
médico le hubiera sugerido cada una de sus visitas y un atestado del
Cura-párroco del pueblo por el cual se haga constar que el expósito vive en el
último día del trimestre. El médico titular reconocerá a la criatura y a la
nodriza, si fuere menester, certificando el estado de sanidad de ambos, y si se
han cumplido las prescripciones facultativas y consejos higiénicos consignados
en: la libreta. Las señoras examinan el estado de la ropita que cubre al niño, y
llenadas todas estas formalidades, se procede a hacer los pagos sin merma ni
descuento alguno. Por estos medios ha conseguido la Corporación /422/ provincial regularizar tan importante servicio benéfico, adquiriendo
periódicamente perfecto conocimiento del estado de los 700 expósitos que se
hallan diseminados por la Provincia y rebajar en proporción notable el
porcentaje de defunciones, obteniendo en definitiva un bienestar notable para
los desgraciados niños que han quedado bajo la custodia y el amparo dé la administración .
Es un acontecimiento Consolador, ver a las nodrizas acudir a la alcaldía con
los niños en brazos, haciendo gala de un aseo exquisito y procurando a porfía
mostrarlos hermosos. Al pasar por la calle, son muchas las personas que detienen
a las nodrizas para examinar a las criaturas y acariciarlas, y aquéllas dejan
con fruición besar y palpar al niño, que viene blanco como la nieve y bien
perfumado de polvos de arroz y agua de colonia, como no se atrevieron a
presentar nunca a sus propios hijos, temerosas de que pareciera demasiado lujo a
sus relaciones.
Al cumplir el ultimo año, que antes era el séptimo y ahora es el sexto, el expósito es, generalmente, prohijado por la familia de la nodriza que lo ha criado,
a quien se le concede derecho preferente si reúne las condiciones
necesarias para ello, percibiendo por este alguna gratificación de 70 pesetas.
La reserva más absoluta se guarda respecto de la situación y señales con
que los niños son depositados: en el torno, así como de los nombres y demás
circunstancias, hasta tanto la madre haya hecho el reconocimiento
de su hijo en forma legal, en cuyo caso se le entrega con la reserva y
garantías consiguientes.
Con todo esto y con decir que tanto los trabajos de Secretaría, Como de
lnspección y Sanidad del: ramo se llevan con toda escrupulosidad, sobre todo
desde la aprobación del nuevo ,Reglamento, se comprenderá la altura
envidiable en que se halla organizado este ramo, sin desdecir en nada de
otros que también corren a cargo de la Diputación, y que tantos y tan calurosos
elogios ha merecido de cuantos se han detenido a estudiarlos Con alguna atención.
Es verdad que a esta desvalida clase, no podía depararles el cielo, madre más
amante y generosa; a falta de la suya, que la que tienen en una corporación
que les atiende Con cariñosa solicitud y se ocupa de su porvenir Con el celo y
nobleza que se ve por la breve reseña que acabamos de hacer .
Considérese la distancia que se ha recorrido de aquellos tiempos en que
todavía no se había hecho cargo la Provincia de este servicio y morían los
desdichados niños abandonados en los campos o devorados por los perros, a estos,
otros en gue, habiéndose propuesto la Diputación cuidar: de la vida de estos
desgraciados, los pasean trimestralmente las nodrizas por las talles de los
pueblos, llamando la atención por el aseo y buen estado de salud en que se les
mantiene. Loor a las Corporaciones que así cuidan de sus administrados.
/423/ Dementes. Manicomio de Santa Agueda. En tiempos pasados, desde fecha
muy remota, los alienados de Guipúzcoa se conducían a la casa de locos de
Zaragoza, y, en cambio, se permitía a los postulantes de esta casa recoger
limosna por los pueblos de la Provincia y se ponían cepillos en las iglesias con
el mismo destino.
Desde que se estableció el Manicomio de Santa Águeda, dentro de la
jurisdicción de la Provincia, los dementes pobres de la misma se recluyen en
esta casa de salud, pagando a razón de 1,25 pesetas diarias por cada uno, a
partes iguales entre la Diputación y el pueblo de donde es natural. En el
presupuesto provincial de 1915 figuran 295 dementes pobres en la Provincia, que, a razón de
1,25 pesetas diarias, importan 134.593,75, de las que abonan
los pueblos la mitad, o sean 67.296,87 pesetas.
Manicomio de Santa Águeda, en la villa de Mondragón
El Manicomio de Santa Águeda se halla situado en el confín occidental de
Guipúzcoa, lindando con Alava y Vizcaya: a los 43° 4' de latitud N. y lº 14' de
longitud E. del meridiano de Madrid, a 82 kilómetros de San Sebastián y 4 de
Mondragón, a 233 metros sobre el nivel del mar, en un estrecho pero ameno y
frondoso valle regado por el río Aramayona, cerrado al N. por el Udalaitz, al S.
por el Murugaiñ y al O. por los montes de Aramayona, formando pintoresco grupo
con las pocas y esparramadas caserías de la anteiglesia de Santa Agueda o Guesalíbar, álzase el que
fue aristocrático y concurrido balneario de Santa
Águeda, convertido hoy en Casa de Salud de su nombre, enclavado en jurisdicción
de la villa de Mondragón.
/424/Fue adquirida esta casa de baños por las O. H. de San Juan de Dios y del
Sagrado Corazón, con objeto de transformarla en manicomio para orates de ambos
sexos, a raíz del asesinato del Excmo. Sr. .D. Antonio Cánovas del Castillo,
ocurrido el 8 de Agosto de 1897, cuando se encontraba en éste, a la sazón
renombrado balneario, haciendo uso de sus aguas sulfurado-cálcicas sulfhídrico-nitrogenadas.
Después de las modificaciones y reformas introducidas en el establecimiento
de baños, encaminadas a ponerlo en condiciones de prestar convenientemente los
servicios necesarios a su nueva aplicación, fue inaugurado, en calidad de
sanatorio frenopático, el 1º de Junio de 1898, siendo trasladados a él, de los manicomios de Valladolid y Zaragoza, 66 enfermos y 44 enfermas, a cargo de las
Diputaciones de Alava y Guipúzcoa.
En los diez y seis años transcurridos, la población manicomial ha ido
aumentando incesantemente, como puede comprobarse en el cuadro gráfico que
acompaña, demostrativo del movimiento de enfermos durante el tiempo de su
funcionamiento y que ahorra descripciones enfadosas y cuadros estadísticos
interminables; solo hemos de añadir que el notable contraste en el número de
salidos por traslación que ofrecen los años de 1900 y 1910, tiene la explicación
de que en esos años fueron trasladados a los manicomios de Bermeo y de Vitoria,
respectivamente, los enfermos indigentes de Vizcaya y Alava.
Inaugurado, como se ha dicho, en Junio del 1898 con 110 enfermos de ambos
sexos; su población manicomial, en 1º de Enero del año corriente, era de 696
enfermos, de ellos 291 guipuzcoanos, 201 burgaleses y el resto pensionistas de
distintas provincias de España y aún del extranjero.
El número siempre creciente de orates acogidos en este establecimiento
frenopático y la necesidad de que sus condiciones de capacidad, bienestar é
higiene respondieran a las exigencias de los avances psiquiátricos, han movido
a las 0. H. religiosas que lo regentan, a construir nuevos pabellones é
introducir en los primitivos, reformas que, por su importancia, representan
modificación radical en la manera de ser, condiciones y servicios de este
sanatorio.
Al efecto de ilustrar a las mencionadas entidades religiosas acerca de lo que
respecto de asistencia de alienados se practica en el extranjero, su reputado
Médico-Director Dr. Añíbarro, efectúa periódicamente excursiones a las naciones mejor
organizadas al respecto, y después de un depurado estudio de
las observaciones recogidas, propone lo que estima útil y hacedero en las
condiciones de vida y desenvolvimiento de este establecimiento.
Así, partiendo del pié forzado de un establecimiento de baños, los esfuerzos
aunados de unos y de otros, el buen deseo y mejor voluntad de todos, han
logrado hacer un manicomio que reúne condiciones cumplidas para llenar
debidamente su cometido.
/425/
Gráfico demostrativo del
movimiento de enfermos en el manicomio de Santa Agueda
/426/ Hoy cuenta este manicomio con catorce pabellones, siete por cada sección, que
reúnen excelentes condiciones higiénicas y de comodidad: los enfermos están
separados por categorías y síndromes, di:;poniendo en sus respectivos pabellones
de todos los medios de esparcimiento y de, tratamiento de su psicopatía, y
disfrutan de toda la libertad compatible con la forma y carácter de su vesania.
Está dotado de instalaciones balneoterápicas surtidas, disponiendo, al
efecto, de un caudal de aguas de 180.000 litros diarios, a presión de tres
atmósferas y captados y conducidos en condiciones de perfecta asepsia; gabinete
electroterápico; farmacias provistas de los medicamentos más modernos, y
talleres, huertas y jardines para la aplicación del trabajo como medio de
tratamiento.
En suma, el desgraciado que por haber perdido el don más preciado del hombre,
se ve recluido en este asilo, encuentra en ella tranquilidad, el silencio, la
paz del alma de que tanto necesita. Un clima de agradables y suaves temperaturas
medias; paisaje agreste, genuinamente vascongado, que aportando al desgraciado orate auras del próximo hogar de su familia, levanta el
decaído ánimo del melancólico a la región de la esperanza, calma el exaltado
espíritu del maníaco y predispone al enfermo a ser influenciado por la acción
bienhechora de la cura moral, coadyuvante eficaz de los agentes terapéuticos .
El Manicomio de Santa Águeda ha conquistado reputación honrosa y se ha captado el cariño y la confianza de su numerosa clientela, premio el más
preciado a los afanes de quienes lo regentan y dirigen.
En la misma forma que se atiende al pago de las estancias de los dementes
pobres entre la Diputación y los Ayuntamientos, se cubren también a partes
iguales los gastos de los sordo-mudos en el Colegio de Deusto, y los de las
personas que han sido mordidas por perros atacados de hidrofobia. Respecto de
esto último, en 1889 pasó la Diputación una circular a los Ayuntamientos
diciendo que, en vista de los casos que se repetían de mordeduras de perros
hidrófobos, establecía como medida general, que de los fondos provinciales se
abonase a los Ayuntamientos respectivos la mitad de los gastos que ocasionare
la curación de los individuos mordidos, con el tratamiento del doctor Pasteur,
en París, o en otro punto en que se estableciese en lo sucesivo, siempre que se
justificase la necesidad de someterles a aquel tratamiento y el paciente
careciese de recursos para costear el viaje y las estancias. En el caso de que
el Ayuntamiento careciese de recursos para entregar a la persona que acompañase
al paciente, la Comisión provincial anticiparla la cantidad necesaria para el
viaje. Así se ha puesto en práctica cuando ha llegado el caso, enviando a los
enfermos de esta clase a París o a la clínica del doctor Ferrán de Barcelona.
No concluye aquí la actuación de nuestra Corporación provincial en el
/427/ ramo de Beneficencia y Sanidad, y podemos añadir a lo dicho, que desde
mediados del siglo pasado, ha estado trayendo de Inglaterra remesas de vacuna en
cristales para repartirlos entre los pueblos, y que hoy posee una máquina
potabilizadora de aguas y otra desinfectadora, que en los casos que requiere la
alteración de la salud pública en los pueblos, se envían a ellos con el
personal necesario para su uso.
RAMO DE VETERINARIA. Por la relación que tiene este ramo con la higiene
pecuaria y con la salubridad públicas, nos parece éste el lugar más adecuado
para ocuparnos de tan interesante institución.
A pesar de ser éste un país en que abunda el ganado de todo género, el
ejercicio de la veterinaria ha estado completamente postergado, y el ganadero ha
preferido entenderse con el curandero práctico que con el albéitar con título.
En Memoria presentada a la Diputación por el subdelegado del distrito de
Vergara, don Francisco Javier de Aramburu, en 1849, se queja amargamente de la
preferencia que se da a aquéllos y propone los medios que podían adoptarse para
que el veterinario ocupe el lugar que le corresponde.
En tiempos más cercanos a los nuestros y con sujeción a las leyes generales
del Reino, el curandero se ha visto obligado a ocultarse y el veterinario se
halla en el disfrute de todos sus derechos.
El año 1899 se fundó entre varios compañeros la «Asociación Veterinaria» de
Guipúzcoa, que siguió funcionando como tal hasta el año 1904.
Visto el proceder de otras instituciones análogas de España, solicitó, el
entonces Presidente de la Asociación indicada, del Ministro de la Gobernación,
la inclusión de ésta como Colegio oficial, y así lo decretó el Ministro por R.
O. de 1905.
En la actualidad funciona este Colegio con tal carácter de oficial y a él se
encuentran adheridos la casi totalidad de los veterinarios que ejercen en la
Provincia.
Guipúzcoa cuenta con treinta y seis veterinarios, repartidos en los siguientes pueblos: Alegría, Andoain, Azcoitia, Azpeitia, Beasain
(dos),
Berástegui, Cestona, Deva, Eibar, Elgóibar, Escoriaza, Fuenterrabía, Hernani,
Irún (dos), Mondragón, Oñate, Orio, Oyarzun, Rentería, San Sebastián (siete),
Tolosa, Vergara, Villabona, Villafranca (dos), Zarauz, Zumarraga y Zumaya.
La generalidad de los pueblos tienen atendido su servicio veterinario
municipal, y los que hacen de cabeza de partido profesional, o sea residencia
habitual del veterinario, satisfacen a éste sueldos decorosos y la mayoría más
altos que los marcados por la tarifa de honorarios vigente.
Todos los puntos indicados como residencia de los veterinarios, cuentan con
mataderos públicos, y además existen otros diez o doce de éstos diseminados por
distintos puntos de la Provincia.
De todos estos mataderos, los que más sé destacan por sus. condiciones
higiénicas y lo moderno de sus construcciones, son los de Villafranca, Azpeitia,
Zumaya, Eibar, Elgóibar y la capital.
Todos los veterinarios están provistos de microscopios, cuando menos para la
investigación de las enfermedades parasitarias, y algunos poseen estos aparatos
para investigaciones más altas.
En la capital cuentan con todos los aparatos é instrumentos precisos para la
inspección, adelantándose en casi todas las ocasiones al resto de la nación en
la adquisición de los utensilios para la inspección bromatológica o de
sustancias alimenticias. En 1914 adquirió un modernísimo aparato para la
investigación de la triquina, fundado en la proyección de las imágenes
microscópicas en una pantalla y al tamaño deseado, con lo que, además de
abreviarse la operación de reconocimiento, se disminuye el cansancio del
operador.
El Estado tiene como representante de la clase veterinaria al inspector de
higiene pecuaria de la Provincia.
La Diputación provincial, a su vez, satisface de sus fondos otra plaza de
veterinario, al que tiene encomendado el servicio de paradas provinciales, y patrocina la institución denominada Caja de Reaseguros Provincial, la que, a su vez,
sostiene otro veterinario.
Como auxiliares de la profesión veterinaria, están establecidos un número
crecido de herradores de ganado vacuno, provistos de licencias especiales
facilitadas por las escuelas de veterinaria.
Asimismo deambulan por toda la Provincia castradores del ganado cerdal,
provistos también de licencias similares a las de los herradores.
Dada la topografía de la Provincia y los precios bajos de las igualas o
ajustes entre los ganaderos y veterinarios, también abundan los curanderos o
intrusos de la profesión, los que desaparecerán tan pronto se creen mayor número
de partidos veterinarios, conforme con lo que reclaman las necesidades actuales.
NOTAS
(183) Noticia de las cosas memorables de Guipúzcoa, por Gorosabel.
(184) Compendio historial de Guipúzcoa
(185) Fue confeccionada por el licenciado don Carlos Joaquín de Aztina,
abogado de lá Real Chancillería de Valladolid, por comisión que le dio la Junta
de Motrico, valiéndose para ello de peritos de su satisfacción.
Los medicamentos están divididos en grupos y colocados éstos por orden
alfabético: Aguas, Arinas, Arropes, Azafrane", Azeytes, Bálsamos, Bayas,
Besoardicos, Cocimientos, Confesiones, etc. En la letra E. hay un grupo con el
título de Enjundias y partes de animales, que por la rareza de los
medicamentos que contiene, vamos a copiar, al mismo tiempo que con ello damos
idea de los precios y de la forma en que está presentado tan interesante
arancel:
(189) La mitad de esta cantidad la abonan los pueblos a la caja provincial.
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