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EIBAR
Al pronunciar el nombre de esta villa, Noble y Leal, viene irremisiblemente
á la memoria el recuerdo de su actividad industrial, encauzada hacia los objetos
artísticos damasquinados, que hicieron conocida la villa de que procedían, y
hacia la fabricación de armas de fuego, que compiten con las más perfeccionadas
en todos los mercados del mundo.
Esas dos industrias son las que han hecho célebre el nombre de esta
población, situada al O. de Guipúzcoa, en la frontera de Vizcaya, con que
/1016/ linda por el O. , y entre Placencia y Elgóibar, que la limitan por el
E. y EIgueta por el S. Se halla á los 1º 15' 32"de longitud oriental y 43°
12'
de latitud septentrional.
Predominan
en la jurisdicción las margas cretáceas con areniscas intercaladas. El monte
Arrate, en cuya cumbre se halla el santuario de este nombre, es el más popular,
y en la jurisdicción de Eibar entran también Urko, de 797 metros de altura,
Balaunzaga, Salbadore, y Urube, y otros que ponen cerco difícilmente rompible á
las ansias de ensanchamiento de la villa. El término total es extenso. Eibar
poseía gran riqueza de terrenos comunales, pero poco á poco tuvo que venderlos:
una vez para hacer frente á los dispendios que ocasionó á la villa el pago de
sueldos y costas á la gente que envió á Fuenterrabía á luchar con los franceses;
otras veces para atender á los compromisos contraídos en virtud de los grandes
dispendios que en la época constitucional tuvo que hacer, y en más de una
ocasión, para salir de apuros pecuniarios en que vicisitudes de índole varia
ponían al pueblo.
El río Ego atraviesa el casco de la villa en toda su longitud; antes corría
descubierto, pero á fin de remediar en lo .posible la necesidad de terrenos en
que construir, se ha ido cubriendo á trozos y edificando sobre ellos. Aparte de
este río, tan solo cruzan jurisdicción de la villa las re gatas Chonta, Gorosta
y Machari, que afluyen al Ego, la primera por la orilla derecha y por la
izquierda las otras dos.
Por lo que se relaciona al número de habitantes, Eibar es hoy la tercera
población de Guipúzcoa. Tiene 10.121 habitantes, que ocupan 544 edificios; 360
forman; á orillas del río Ego y cerca de la carretera, la zona urbana, de calles
tortuosas y pendientes en general, de terreno aprovechado hasta términos
inverosímiles para levantar una morada ó un pequeño taller. La parte rural, que
tiene 184 caseríos, forma varios núcleos, de los que los más numerosos son el
barrio de Aguinaga, con una treintena de casas, Urkidi, con menos de una docena,
Azitain, Aguinaga y Málzaga, con poco más de media docena, etc.
Por Eibar pasa la carretera que viene de los pueblos de la costa guipuzcoana,
y por Ermua entra en Vizcaya; de esta carretera, en Málzaga arranca un ramal que
sigue por Placencia y Vergara. Los años 1914 y 1915 se abrió el rama! que
arranca del paseo de San Andrés y llega al alto de Irua, en una extensión de 5
kilómetros, para proseguir en su día hasta Marquina, pasando por Aguinaga y
Barinaga. A Placencia hay desde Eibar 6 kilómetros, á EIgóibar otros 6, á
Vergara 14,22 y á San Sebastián 71,86. Atraviesa la villa la línea de los
ferrocarriles vascongados, en la que Eibar tiene dos estaciones: la de Málzaga,
donde la vía se bifurca en ramales que van á San Sebastián y /1017/
Zumárraga, y la de la población misma, que data de Septiembre de 1887.
Tiene teléfono y telégrafo.
Eibar. La
población.
La casa consistorial de Eibar es de las mejores de Guipúzcoa. La construcción
se hizo conforme á proyecto del arquitecto don Ramón Cortazar, y el edificio se
inauguró el 14 de Septiembre de 1901. Es de primer orden: digno de una gran
ciudad: tiene 43,80 metros de longitud, 33,30 de fondo /1018/ y 15
de altura. En el primer piso, sobre la arcada, se hallan las dependencias del
municipio muy bien instaladas; hay varios hermosísimos salones separados por
puertas corredizas que permiten hacer de todas las dependencias un inmenso salón
con vistas á la plaza, y que ocupa toda la longitud de la casa consistorial. En
este edificio resuelven los asuntos municipales diez y ocho concejales
designados por 2.410 electores. Para los casos de elecciones de diputados, Eibar
corresponde al distrito de Vergara.
La enseñanza está bien atendida. En la zona urbana hay tres escuelas
elementales de niños y dos de niñas, y en la rural dos de párvulos y tres
incompletas. Además el ayuntamiento sostiene academias de dibujo, y sobre todo
una escuela de armería (instalada en magnífico edificio expresamente construido
al efecto, é inaugurado en 1912), en la que hallan los muchachos eibarreses
excelente instrucción teórico-práctica, que luego les permite dedicarse al
ejercicio de la industria con firme base de conocimientos. Quienes no deseen
asistir á las escuelas públicas, tienen colegios privados para jóvenes de ambos
sexos, unos dirigidos por órdenes religiosas (el de las Hermanas de la
Providencia) y otros por profesores diversos. También cuenta la villa con una
modesta biblioteca pública que se inauguró oficialmente el 8 de /1019/
Abril de 1907, y, en épocas, salen á luz en la villa semanarios, políticos casi
siempre, que no suelen tener, en general, muy larga vida.
Eibar. Estación de
Málzaga.
Eibar pertenece al arciprestazgo de su nombre. Su iglesia parroquial matriz
es de la advocación de San Andrés, de categoría de ascenso, con Órgano y servida
por un párroco y cinco coadjutores. En el barrio de Aguinaga hay otra parroquia
dedicada á San Miguel, rural de segunda y servida por un párroco. El santuario
de Arrate es también considerado como ayuda de parroquia. Hay en la jurisdicción
cuatro ermitas: la de Nuestra Señora de Azitain, San Lorenzo de Urkidi, Santa
Inés y San Román. Aunque aún existen, se hallan inutilizadas para el culto las
ermitas de Santa Cruz de Mandiola; San Martín, que ya existía en 1666; Santa
María Magdalena, anterior á 1748; la de los Reyes; la de San Juan, y la basílica
de San Esteban, que se hallaba en Barrenkale. No hay ningún instituto religioso
de varones; de mujeres hay cuatro: Mercenarias (asistencia á enfermos),
Franciscanas (vida contemplativa), Hermanas de la Providencia (enseñanza) y
Agustinas Recoletas (vida contemplativa). Por el valor histórico que tienen
algunos de estos edificios religiosos, en notas históricas nos ocuparemos de
ellos con más detención .
Eibar. Casa
Consistorial.
El servicio municipal de vigilancia está encomendado á cinco alguaciles,
cinco serenos (cuerpo fundado en 1864) y un guardamontes. Les secundan el cuerpo
de la guardia civil y el de miqueletes.
Se estableció el alumbrado público de aceite hacia 1806; en 1864 se cambió
por el de petróleo, y desde 1893 es eléctrico. La primera traída de aguas data
de 1834, y se hizo desde el manantial de Umbe hasta una fuente pública que era
hermosísima, probablemente sin par en Guipúzcoa; desde el mismo /1020/
manantial se hizo nueva traída en 1898, y se sirvió agua á domicilio á menos de
cien abonados, que luego pasaron de 1.500, por lo que, en 1905, hubo que hacer
nueva traída desde Aya-erreka. Esas aguas surten también seis hermosos lavaderos
públicos que hay en la villa. Hay red de alcantarillado,
Cuenta la villa con cuatro médicos y tres farmacias, y una casa de
beneficencia, en edificio que se inauguró en 1901, sostenida de fondos
municipales y limosnas, en la que hallan asilo cuarenta necesitados, por término
medio. Se socorre también á domicilio á más de otros tantos. Es digno de mención
en-Eibar el Jardín Galeria de Convalecientes, primer establecimiento de
este género establecido en España y cuyo objeto es facilitar agradable y cómoda
estancia, al aire libre, en excelentes condiciones higiénicas, á convalecientes
y personas delicadas: se inauguró en 1909, y se ha construido con cantidades
obtenidas por suscripciones, veladas, etc. (310), Desde 1910 se envían colonias
escolares á las montañas y puertos de mar, y el ayuntamiento tiene también
laboratorio municipal y oficinas de higiene, establecidas en 1911, pabellón de
desinfección, inaugurado en 1912, en las afueras, y gabinete de rayos X, de su
propiedad. Desde1906 hay asimismo en Eibar casa pública de baños.
Esta villa cuenta con poderosos elementos de distracción. Todos los partidos
políticos tienen centros en los que organizan fiestas frecuentes, y aparte de
los salones de espectáculos de que disponen, hay otros dos públicos, Salón
Teatro y Salón Cruceta, en los que casi constantemente se preparan
funciones teatrales, conciertos ó bailes. Los eibarreses son muy aficionados á
jugar á la pelota y á ver jugar, y al efecto disponen de un frontón municipal,
de otro particular, cubierto, y de un trinquete levantado hacia 1900: el año
1907 se jugaron en ellos 126 partidos de cartel, y en los sucesivos no habrá
sido menor el número. Disponen también de plaza de toros, construida en 1902,
Existe la banda La Marcial, formada en 1884, que es excelente, y que
ha sido laureada varias veces: en 1902 obtuvo en San Sebastián dos primeros
premios, incluso el de honor, y un segundo. Da muy buenos conciertos en en
kiosco de la hermosa plaza de Alfonso XIII, También hay banda de tamborileros,
municipal; ya se tienen noticias de que existía en 1669.
Además de todos estos elementos de esparcimiento los eibarreses echan mano de
otro que durante los veranos es el favorito: las expediciones á los pueblos
próximos. Es preciso ver la estación de Eibar en los días festivos del verano
para comprender hasta qué punto llega en los eibarreses la plausible afición de
salir á pasar el día en los próximos puertos de mar ó en las pintorescas
montañas de los lugares vecinos.
La industria de la fabricación de armas es hoy la principal El lector podrá
ver en las notas históricas las más antiguas noticias que se conocen de su
existencia en Eibar, y podrá seguir á grandes rasgos el desarrollo de esta
/1021/ especialidad, en que tanto se han distinguido los habitantes de
Eibar. Si hubiéramos de citar aquí todas las fábricas, y hablar, aunque fuera
escuetamente, del trabajo de cada una, alargaríamos en escala inaceptable estas
páginas. Limitémonos, pues, á decir que las tres principales son: la de Orbea
y Cª, fundada en 1859 y que hoy emplea más de 500 obreros; la de Gárate,
Anitua y Cª, especialidad en revólveres y pistolas, y la de Víctor
Sarasqueta, Cortaberria y Cª, que fabrica excelentes escopetas. Y después,
muchas más, grandes y pequeñas, en amplios edificios y cuchitriles diminutos, en
las faldas de las montañas y en plena calle... Por todas partes se ven amplias
naves en las que trabajan cientos de obreros, ó aposentos diminutos donde hacen
primores un par de muchachos. Más de medio centenar de fábricas y talleres, muy
importantes muchos de ellos, dan á Eibar aspecto de población exclusivamente
dedicada á confeccionar escopetas, pistolas y revólveres. Esta relación, que en
parte reproducimos de la revista bilbaína La Industria, hará ver al
lector la proporción que alcanza la fabricación de armas de fuego en Eibar
(311)
/1022/ Junto á esta industria se ha desarrollado en la villa la del
damasquinado{ y ha llegado á tal grado de perfección que sus productos son
conocidos con el gráfico nombre de objetos de Eibar. Esta industria no es
exclusiva de los eibarreses ni fueron ellos quienes la idearon, según se verá
después, pero está de antiguo establecida en la villa. En la actualidad hay
muchos talleres de damasquinado, y de ellos salen verdaderas filigranas
artísticas.
Toda la espléndida variedad de la industria eibarresa se puso de relieve en
la exposición local de industrias que el año 1908 se celebró en la villa como
número preliminar de las Fiestas Euskaras. A ella acudieron todos los
eibarreses, y la exposición fué magnífico alarde de todos los ramos de la
industria eibarresa, que se mostró distribuida en estas secciones: armería,
grabado (incrustación de oro y plata), industria en general (máquinas, artículos
de madera, herramientas para trabajar hierro y madera, ebanistería, forja,
fundición, electricidad), sociología (representaciones gráficas), artes
liberales, trabajos confeccionados á buril, trabajos de damasquino, trabajo; de
forja á mano, herramientas ó aparatos para el trabajo, trabajos de lima,
trabajos de la mujer, trabajos de la madera, plantillas (piezas preparadas
para grabadores), piezas maquinadas, pulidores, dibujo, níquel, pavón ú otro
recubrimiento cualquiera de metales aplicables á las industrias de Eibar. En
aquellos amplios salones se contempló durante más de un mes la variedad de
productos y la perfección asombrosa que á ellos han llevado los inteligentes y
laboriosos eibarreses.
Notas históricas.
La primera noticia que tenemos de Eibar se remonta al año 1267, en que
Alfonso el Sabio cede el patronato de la iglesia á Juan López de Gamboa, como se
verá luego. Diez años después de esta fecha nos encontramos, al estudiar los
orígenes de Bermeo, con que el privilegio dado á la villa vizcaína por los
Señores de Vizcaya, fué confirmado por el rey Don Alonso el Sabio de Castilla,
hallándose en la cerca del castillo de Unzueta de Eibar á 12 de Agosto de
1277. Después de esto se vislumbra que entre varios de los caseríos
diseminados por las montañas se formó una anteiglesia nominada San Andrés de
Eibar, que pertenecía al valle de Marquina de Suso. La anteiglesia, por ser
patronato de legos, tenía el concepto de monasterial; de ahí que le llamaran
Monasterio de San Andrés. Los habitantes de estos caseríos acudieron en súplica
al rey Alonso XI de que les permitiera alzar un pueblo, y éste dió su
consentimiento en la carta-puebla expedida en Jaén á 5 de Febrero del año 1346,
para que se levantara un pueblo cercado y torreado que había de ostentar el
nombre de Villanueva de San Andrés, que se usó bien poco, y concedió á la
naciente villa el fuero, exenciones y franquicias que tenían los de Logroño, que
consistían en «la facultad de nombrar cada año el alcalde que les gobernase, de
comprar y vender libremente las heredades y demás cosas, la de utilizarse de las
aguas para los riegos y molinos, y de la leña de sus montes para su uso». Les
daba también «el derecho de cultivar los terrenos yermos y que no estuviesen
labrados dentro de su término, de servirse de sus pastos para sus ganados y les
eximió del fuero de sayonía, fonsadera y otros tributos, queriendo que fueran
siempre libres é ingenuos, con solo la obligación de pagar cada año al rey dos
sueldos por casa».
Eibar. Casa solar
Unzaga
Alzáronse los muros, las torres se construyeron, se levantaron casas, y así
surgió la noble villa de Eibar, que hoy goza de universal renombre por el
impulso que en ella ha tomado la fabricación de armas, á que con tanta pericia
se dedican la mayor parte de sus moradores desde techas muy remotas. Hay motivos
para creer que antes de finalizar el siglo xv la fabricación de armas estaba en
uso en Eibar, y sabemos de manera cierta que ya en 1538 se dió encargo en firme
de 15.000 arcabuces á Juan Orbea y á Juan Ermua de Eibar, lo que prueba que ya
antes de esta fecha se hallaba implantada esta industria en la localidad. Este
pueblo, así como otros del contorno, desviados de todo centro y levantados en
parajes tan accidentados y estériles, acaso deban su formación á los primitivos
armeros, que construirían sus talleres en lugares apartados de todo peligro de
invasión enemiga, y si no fueron ellos la causa de su fundación, fueron
indudablemente el motivo de su desarrollo, porque hay que tener presente que
esta fabricación exigía, además de obreros que á ella se dedicasen, otros muchos
que se ocuparan en plantar árboles, otros en preparar leña, otros en hacer
carbón y transportarlo á las herrerías y fraguas, otros en agenciar fresnos para
picas, y nogales para cureñas ó culatas, etc., etc. A partir de la fecha
indicada vemos á esta villa en estado de prosperidad creciente, y laborando, en
unión de los vecinos de Placencia, armas de fuego encomendadas por la Provincia
y por el Gobierno de S. M. Consta que la real fábrica de armas de Placencia sé
levantó por el año 1573, y que en ella mandaba el Gobierno que entregasen su
obra los eibarreses. Existen también varias disposiciones por las cuales se
manda que en estas montañas se planten fresnos para la fabricación de picas, y
nogales para culatas de mosquetes y arcabuces, todo lo cual viene á demostrar
que los habitantes de los pueblos de esta zona venían de muy antiguo dedicados á
la fabricación de armas blancas y de fuego, y que se tuvieron cuidados
especiales en mantener esta industria en la comarca que nos ocupa, ya por las
ventajas del /1024/ lugar, ya por la aptitud de sus habitantes. En 1596
la Provincia-pidió 900 mosquetes para armar á los guipuzcoanos, y el mismo año
aparece que también elaboraban arcabuces. En 1601 el ayuntamiento de Eibar
dispone que ningún vecino lleve en el alarde arcabuz de chispa ni de pedernal,
sino arcabuz de munición con cuerda y forma propia para la guerra, lo cual
parece indicar que los arcabuces de chispa y de pedernal resultaban anticuados
en esta fecha.
El año 1658 varios particulares de Guipúzcoa acudieron á la Corte para hacer
gestiones á fin de que se les permitiera tomar á su cargo la tarea de proveer de
armas á quien lo solicitara, y hacer ajustes y asientos referentes A la
industria de las armas. Aunque por facilitar el logro de sus deseos ofrecieron
rebajar los precios corrientes, su pretensión fué denegada por R. C. de 15 de
Junio de 1658, en virtud de la cual se estableció que no introdujeran reformas
de ningún género en la fábrica de Placencia, sino que «continuase con la labor
de las armas en la forma y con las calidades y circunstancias que habían corrido
hasta entonces». En 1696 se confirmó por otra R. C. la citada disposición.
Eibar. Casa Zuloaga.
A fin de poner de relieve algunos datos característicos de la industria
armera de los tiempos pasados, reproducimos lo que el gran Jovellanos escribió
en su Diario, inédito hasta la fecha, cuando el año 1791 se detuvo en
Eibar, cuyos habitantes en gran mayoría se dedicaban á la fabricación de armas:
«Lo que llaman fabricación de armas, no significa lo que se cree de ordinario.
Varios artistas establecidos en Ermua, Eibar, Placencia, EIgóibar y Mondragón,
trabajan las varias piezas de que se compone el fusil. Esta arte se ha
subdividido en tres principales, que se ejercen separadamente: cañoneros,
llaveros, cajeros, y aún hay otra de arreeros, que son los que fabrican
guardamontes, baquetas, abrazaderas. Varios hay que saben hacer y hacen todo
esto, aunque prohibido por la antigua ordenanza, mas por lo común cada artista
trabaja en su ramo. Los cañoneros saben incrustar perfectamente las miras y
puntos de plata y las piezas de adorno de oro en el hierro y empavonarle con la
mayor perfección; los llaveros labran y esculpen el hierro en las formas que
quieren, y le pulen con gran limpieza y lo mismo los arreeros; otro tanto hacen
los cajeros en la labor de las cajas. El más célebre de estos artistas es el
dueño de esta casa (don Juan Esteban de Burtindui), hijo de otro muy nombrado:
su fama estriba en la excelencia de sus cañones, aunque hace todas las piezas.
Trabaja para varios grandes y señores de la corte, para América, para
Inglaterra, Francia, Rusia y otras partes, de donde le vienen encargos
frecuentemente. En cada pueblo están reunidos en gremio los artistas de cada
ramo, y eligen anualmente sus prohombres, á que llaman diputados
(312), para el gobierno de los negocios comunes
y contratas: por lo demás, cada uno trabaja para sí con sus oficiales: ninguno y
nada de cuenta de! Rey».
He aquí algunos datos que nos darán idea del número de obreros armeros
eibarreses que existía por entonces. El año 1747 tenía Eibar 340 vecinos. De
ellos, 113 eran maestros y oficiales que se empleaban en el real servicio de
armas de Placencia. En el acta de la sesión que el 25 de Abril de 1762 celebró
el ayuntamiento de Eibar, hay una lista en la que figuran los maestros y
oficiales casados, que en aquella fecha trabajaban en las /1025/
reales fábricas de Placencia. La lista dice así: forjadores 9, cajeros 35,
chisperos 13, aparejeros 35, limadores 19, barrenadores 7, martilladores 11,
rementeros 3. Total, 132. Además había 38 solteros correspondientes á
todos los gremios, que, unidos á los casados, hacen en junto 170. El armamento
ordinario y corriente que se fabricaba en estos pueblos tenía gran aceptación
por su solidez y elegancia, pero cuando se recibían encargos especiales para
regalar á personajes de España ó del extranjero, salían de estos toscos talleres
verdaderas obras de arte, que aún se admiran en los museos. Podríamos citar un
juego de escopetas y dos pistolas de primorosa labor, que por encargo de la
Diputación se hicieron para Don Fernando VII en 1808; dos pistolas para el Rey y
dos sables para los Infantes en 1814, con vaina de hierro sin soldadura, «cosa
nunca hecha aquí hasta ahora». El mismo año se fabricaron con gran esmero las
armas necesarias para los guardias de Corps, y después se han confeccionado
verdaderas joyas de arte para muchos personajes, entre los cuales podemos
incluir al rey Don Alfonso XIII, que posee varías escopetas fabricadas en
talleres de Eibar. Poco á poco la labor manual se ha ido sustituyendo con buenas
maquinarias, y en el día existe una escuela de armería, que se ha levantado con
fondos de la villa, de la Diputación y del Estado. Se colocó la primera piedra
el 6 de Enero de 1913, y se inauguró el edificio el 24 de Junio de 1914 con una
exposición vasca de artes é industrias, con asistencia del ministro de Fomento y
otras autoridades, que dieron gran realce á la solemnidad con que se celebró
aquel acto, de mucha importancia para el vecindario de Eibar. Además de la
fabricación de armas, existe en Eibar hace mucho tiempo la industria del
damasquinado, que también ha contribuido grandemente á extender el renombre de
Eibar por las preciosas obras que han salido de aquellos talleres. Esta
industria, que al parecer viene de Damasco, Siria, y que existía ya en 1791
según hemos visto por lo que nos dice Jovellanos, fué perfeccionándose mucho con
el tiempo, Entre los artífices que más se distinguieron en Eibar por el impulso
que dieron á esta industria y por el primor con que ejecutaban su trabajo, se
halla en primer término Eusebio de Zuloaga, y después su hijo Plácido, de quien
es el sepulcro de Prim, ejecutado en 1873 y colocado en la basílica de Atocha,
todo él damasquinado en oro y plata. Suyos son también la escribanía de estilo
del renacimiento, hecha por encargo de Doña IsabeI Il; un magnífico jarrón que
le compró Don Alfonso XII para regalárselo al Rey de Portugal; un álbum para el
Rey de Baviera, y varios platos, relojes y otros muchos objetos primorosos que
hizo en su tiempo. Su obra póstuma fué el altar expuesto en el santuario de San
Ignacio de Loyola, producto maravilloso del cerebro y de las manos de este
asombroso artista. En las luchas militares en que en el transcurso de los
tiempos ha intervenido la Provincia, al igual que los. demás pueblos, Eibar
contribuía con su compañía armada, acudiendo á los lugares que Guipúzcoa le
señalara. Casi siempre el punto de destino solía ser la frontera de Francia,
porque las invasiones francesas no osaban penetrar en el centro de nuestro
territorio. No sucedió lo mismo el año 1794. En los últimos días de Julio, el
ejército invasor atacó por la parte de Navarra y se apoderó del valle de Baztán,
y ello de Agosto, pasando á Guipúzcoa por la retaguardia de las tropas
españolas, hizo levantar el campo á los nuestros, y penetraron en Fuenterrabía
el mismo día y el 4 en San Sebastián, siguiendo tierra adentro después de romper
la segunda línea de defensa de los nuestros en Hernani. En este tiempo la
anarquía reinante en la Provincia debió llegar á su límite, y nadie tenía
conocimiento exacto de los planes de los jefes militares ni del pensamiento de
la Diputación de Guipúzcoa, á la que muchos consideraban en tratos con Francia.
En tan nebulosa situación, no era fácil á los hombres constituidos en autoridad
en los pueblos de Guipúzcoa, ver claro el camino que en sus decisiones habían de
seguir. No será temerario suponer que muchas perplejidades y vacilaciones
velarían por algunos días el ánimo de las personas llamadas por sus condiciones
especiales á dirigir en aquellas circunstancias la marcha del vecindario de
Eibar, pero la luz del patriotismo brilló con fuego intenso y alumbró
esplendorosamente el camino del honor y de la lealtad, que los eibarreses debían
continuar. Se reunieron al efecto, con fecha 21 de Agosto, el ayuntamiento y el
vecindario de Eibar, y dando por cierto que la Diputación de Guipúzcoa y la
República francesa trataban de capitular para la unión entre sí con título de
provisional, acordaron por unanimidad y mientras durasen aquellas
circunstancias, segregarse de esta Provincia y anexionarse á la de Vizcaya,
ofreciéndose á hacer el servicio de las armas con los naturales y á contribuir a
los gastos del Señorío en la parte proporcional. Sin pérdida de tiempo se
trasmitió á Vizcaya resolución de tanta trascendencia, haciendo profesión de su
amor á Dios, á la Patria y al Rey, y pidiendo á Vizcaya que le acogiese en sus
filas para servir en defensa de aquellos ideales. ¡Página honrosa que fué sin
duda una de las causas de la ferocidad con que á los pocos días fué tratada la
villa por sus enemigos! La mañana del día 28 de Agosto se presentó en Azpeitia
una fuerte partida de franceses. Al amanecer del día siguiente, aquellos
franceses cubrían las montañas de Eibar y de Ermua. En las calles de la villa se
oyó el grito de guerra, y los /1026/ eibarreses se dispusieron para
luchar. Al frente de todos figuraron el alcalde Juan Bautista de Mendizábal,
como capitán, y Gabriel de Guisasola, como teniente. Se rompió el fuego. Los
valientes eibarreses pelearon contra los franceses que recorrían el trayecto de
Málzaga á Ermua, y acometieron á los que entraban á saco en las calles de la
villa. Lucharon con denuedo, hicieron proezas, pero aquel puñado de valientes
hubo de sucumbir ante el empuje de los franceses, que en mayor número cayeron
sobre la villa. Los gritos de inhumanos vencedores sustituyeron á la música del
trabajo; las puertas saltaron rotas en pedazos y la crueldad profanó los
santuarios de la vida feliz. No había respeto para nada. No había miramientos
para nadie. Los hombres caían muertos tras la última tentativa de defensa; las
mujeres y los niños corrían despavoridos sin acertar á gritar; se mezclaban las
blasfemias con las plegarias; anudábanse en las gargantas las exclamaciones de
rabia y alzábanse cerrados los puños. A los enfermos se les asesinó en el lecho
del dolor; á las doncellas se las violó junto á los cadáveres de sus padres, y
los niños recién nacidos hallaron la muerte en los brazos de las madres. Las
puertas de las iglesias cayeron deshechas en astillas, y las imágenes de los
Santos partiéronse en cien pedazos al caer del altar; robaron las alhajas,
destrozaron cuanto no podían robar, y á impulsos de los culatazos sacrílegos
saltaron los sagrarios, y en su recinto bendito se introdujeron las manos impías
para robar los recipientes de las Hostias Santas, que fueron rotas y
pulverizadas bajo los pies inmundos del ejército invasor. Una enorme
llamarada enrojeció las calles y á impulsos de las llamas caían trepidantes las
moradas más suntuosas, bajaban con estrépito los tejados y ardían rápidos los
talleres. Se derrumbaron 116 casas, y ardieron las casas consistoriales, la
escuela de niños y parte de la iglesia, y desaparecieron los papeles de las
escribanías y del archivo.
Más tarde se reorganizó la resistencia de estas provincias. Vizcaya puso
5.000 hombres sobre los montes que se levantan desde Iziar hasta Alzola, se
colocaron los guipuzcoanos desde Alzola hacia Alava y Navarra, y los alaveses
ocuparon el resto de la línea. En ella se defendieron los nuestros valientemente
durante siete meses, sin que los franceses pudieran rebasarla hasta el mes de
Julio de 1795, á pesar de las distintas acometidas que hicieron con el fin de
romper nuestras filas. Los pueblos situados en las inmediaciones de este campo,
en el que tantas acciones se libraron, viéronse obligados á sufrir terriblemente
las cargas anejas á la guerra, y fué Eibar uno de los que con más intensidad
tuvo que sobrellevarlas, á pesar de la situación angustiosa á que quedó reducido
en la catástrofe del 29 de Agosto.
En épocas más próximas á la nuestra, tuvo que sufrir también las
consecuencias de la guerra de la Independencia, á principios del siglo pasado, y
de las revueltas políticas durante la época constitucional y en las dos guerras
civiles.
La iglesia parroquial, como ya se ha dicho, existía antes de que Eibar se
erigiese en villa cercada. En el año 1267, Alfonso el Sabio hizo merced del
patronato de la iglesia de San Andrés de Eibar á Juan López de Gamboa, que casó
con la señora de la famosa casa solar y palacio de Olaso, de Elgóibar. El año
1267 existía, pues, una iglesia que se denominaba de San Andrés de Eibar,
aunque, naturalmente, no tenía las dimensiones ni hermosura de la parroquia
actual.
En aquel primitivo templo se realizaron obras considerables á partir del año
1532; se edificó de nuevo desde los cimientos, «ensanchando é alargando la dicha
iglesia de lo que antes era para hacer de tres naves y capillas» .Esta nueva
iglesia, ya de tres naves, se abrió al culto probablemente el año 1547, pero al
cabo de medio siglo ya resultaba reducida, y comenzaron á realizarse obras de
gran consideración, que la dotaron del área que hoy ocupa. Tan radicales fueron
las transformaciones, que se cambió totalmente la disposición de la iglesia,
pues el altar mayor, que estaba en el lugar que ahora ocupa el coro, fué
construido en la parte en que hoy se encuentra.
Las obras comenzaron á principios del si!;lo XVII, con sujeción á la traza de
Hernando de Loidi. En 1603, muerto Loidi, se encomendó la obra á Miguel de
Garaizabal, que la prosiguió hasta 1617, en cuya fecha, por muerte de aquél, se
llamó al maestre Juan de Aguirre, que hizo otra traza conforme á la que siguió
las obras el maestro cantero Diego de Eguiguren. Este dirigió la construcción
del coro con su arco, la portada nueva y otras partes, y le sucedió desde 1641
Ignacio de Ansola, y á este su hijo Juan, quien terminó para 1656 las capillas y
la torre, conforme á los planos del ingeniero jesuita Francisco de Isasi. Luego
construyó la escalera para la torre, y en 1662 se dió por definitivamente
concluida la obra encomendada á Ansola, que importó 178.957 reales.
El magnífico templo parroquial tiene tres naves; su longitud es de 43,73
metros, y la anchura de 28,70 en el crucero y 18,70 en el resto.
El retablo del altar mayor es hermosísimo. Su ejecución se confió á un
celebradísimo escultor del siglo XVI, á Andrés de Araoz, que comenzó esta obra
el año 1567 y la prosiguió hasta su muerte; entonces le /1027/ sustituyó
en esta labor su hijo Juan, que la terminó. El retablo, tal como los Araoz lo
dejaron, constaba de dos cuerpos, y en 1736 se encargó la ejecución de la parte
complementaria á Hilario de Mendizábal y Fernando de Arizpe, quienes, á pesar
del empeño que pusieron en imitar á los hábiles escultores, hicieron labor de
muy inferior mérito.
El ilustre crítico de Bellas Artes don Valentín Carderera dice de este
retablo: «es de los mejores de Guipúzcoa por lo que toca á los dos primeros
cuerpos (jónico y corintio) ejecutados por estos hábiles profesores»-, y otro
renombrado crítico, Jovellanos, dedicó al retablo estas palabras: «...es muy
precioso, de madera sin estofar; consta de cinco cuerpos colocados sobre un alto
basamento. Cada uno de los cuatro primeros tiene un zócalo esculpido con
bellísimos bajos relieves con figuras de á palmo; el resto se reduce á varios
retablitos con su estatua cada uno, y en los claros de los que tiene cada cuerpo
hay misterios representados en bajos relieves, ó medios, por mejor decir. Las
figuras del medio, que son San Andrés, San Juan y San Francisco Javier, según
parece, y el Señor Crucificado, son de mala mano y las únicas que están
estofadas; no importa, pero sí que no lo esté lo demás, pues habría perdido
mucho».
Al hablar de la iglesia parroquial no pueden dejar de citarse dos magníficos
facistoles de bronce, en forma de águilas, traídos de Bravante y regalados en
1590 por Pedro de Ibarra, y considerados como los mejores de España por Lope
Martínez de Isasti. Ni puede pasarse por alto tampoco la existencia de una
hermosísima colección de doce libros de canto, escritos en pergamino, con
elegantes y sólidas tapas, copia de una colección idéntica que existe en la
catedral de Toledo; es regalo que el año 1673 hizo don Pedro de Iñarra, natural
de Eibar, cuando á la sazón era obrero y dignidad de aquella catedral. Hay
también otro libro mucho más antiguo cuya música está escrita en una sola línea,
y debiera haber muchas preciosas alhajas, entre ellas un viril, un copón y un
incensario, que otro Pedro de Ibarra regaló á la parroquia, después de haberlas
comprado en Milán en la almoneda pública que, en 1571, se hizo de las alhajas de
la capilla del rey Francisco I de Francia; éstas y otras muchas se llevaron á
Vergara en 1794 por evitar que los franceses en su invasión las robaran, pero
entraron también en Vergara, y desde entonces nada se ha sabido de ellas.
El santuario de Nuestra Señora de Arrate ha sido desde antiguos tiempos el
predilecto de los eibarreses. Está situado en una bella planicie del monte
Arrate ven él se venera la imagen de la Purísima Concepción. Este santuario
existía ya en 1498 y era muy visitado por los peregrinos que, con dirección á
Santiago de Compostela, pasaban por Eibar; para aliviar las molestias de los
peregrinos y satisfacer sus necesidades, junto al santuario había una
hospedería, cuyo cuidado corría á cuenta de seroras encargadas de proporcionar á
los caminantes luz, fuego y lecho.
No era entonces el santuario lo que hoy es; gracias al auxilio del
ayuntamiento unas veces y á mandas especiales otras, ha ido mejorando
progresivamente en comodidad y belleza. En 1584 Andrés de Otaola regaló á la
Virgen una corona; en 1667 Fray José de Echevarría, hijo de la villa y maestro
organero, puso generosamente su trabajo en la construcción de un órgano, que fue
sustituido por otro en 1816; en 1670 se renovó la torre, que volvió á ser
reformada en 1740, y en 1674, Pedro López de Iñarra, no satisfecho con regalar á
la parroquia el magnífico santoral de que hemos hecho mención, regaló otro al
santuario de Arrate; en 1794 se reedificaron las habitaciones que los cabildos
eclesiástico y secular ocupaban en tiempo de fiesta, y en 1803, el eibarrés
Francisco Acha Albizuri, residente en Caracas, regaló un cáliz con su patena y
cuchara, un plato, vinajeras y campanilla, todo ello de plata y colocado en una
cajita.
Merced á la forma práctica en que los eibarreses han demostrado su devoción á
la Virgen de Arrate, el santuario está hoy bien atendido. En el altar mayor está
la imagen de la Purísima Concepción, con el Niño en brazos. A los lados hay
otros dos altares, de San José y Santa Ana, ambos modernos, con retablos
totalmente dorados.
Merecen citarse unas reliquias salvadas de un robo verificado á mediados del
siglo XVIII, y cuatro hermosos cuadros pintados por el artista eibarrés Zuloaga,
que están colocados á derecha é izquierda del altar mayor.
Desde muy antiguo, desde antes del año 1498, existió la cofradía de Nuestra
Señora de Arrate, que celebraba una colación en el santuario el domingo
siguiente de la festividad de la Virgen y organizaba en el curso del año
distintas funciones religiosas. Entre los actos de devoción á la Virgen de
Arrate, colectivamente celebrados, citaremos el último: la peregrinación
celebrada el 3 de julio de 1904, á la que acudieron cerca de 10.000 fieles.
Ermitas hay varias en Eibar.
La de Nuestra Señora de Azitain es anterior al año 1625, y anualmente se
celebraba en ella misa solemne, cantada, el día de San Juan, hasta que el año
1664 el obispo, á petición de los eibarreses, consintió en que la misa fuera
rezada, á condición de que la solemne se celebrara en la parroquia.
/1028/ La de San Lorenzo de Urkidi, llamada así por el punto de su
emplazamiento, fué construida merced á los bienes que para el objeto dejó María
de Mallea en su testamento el año 1610.
La de Santa Inés está situada sobre el palacio de Isasi y es fundación de don
Martin López de Isasi y su mujer. El capellán de los fundadores decía misa
diariamente en esta ermita.
La de San Román está situada en Aguinaga y al año 1741 se refieren las
primeras noticias que de ella tenemos.
Aunque aún existen, se hallan inutilizadas para el culto las ermitas de Santa
Cruz de Mandiola, San Martín (que ya existía en 1666), Santa Maria Magdalena
(anterior á 1748), la de los Reyes y la de San Juan. Otras varias que en la
antigüedad había, han sido derribadas.
Hay dos conventos de monjas: el de Agustinas recoletas y el de la Concepción
Francisca.
El primero fué fundado el año 1602 por don Juan B. de Elejalde, en
cumplimiento de una de las cláusulas del testamento de su madre doña María de
Mallea. Esta señora dejó á discreción de su hijo la elección de la orden, y la
elegida fué la de monjas descalzas de la orden de San Agustín. El Diccionario
de la Academia afirma que en 1802 aún se conservaba integro el cuerpo de Sor
María de la Fe, una de las fundadoras que murió en 1635 con mucha fama de
santidad.
El convento de monjas de la Concepción Francisca, fué costeado por Martín
López de Isasi y su mujer Domenja de Orbea, quienes, á cambio de ciertos
privilegios que recabaron para ellos y sus sucesores, otorgaron en 1593 la
escritura de fundación y dotación. En 1634 se dió posesión del convento al P.
Francisco de Zuola, ministro provincial de la provincia de Cantabria, yá cuatro
monjas fundadoras que vinieron del convento de la Concepción Francisca de
Bilbao.
El proyecto del convento é iglesia es del P. Miguel de Aramburu, y con
arreglo á este proyecto comenzó la obra Maese Hemando de Loidi, y á su
fallecimiento la continuaron Miguel de Garaizabal y Juan de Arostegni. La
escultura del retablo principal y de los colaterales es obra de Gregorio
Hernández. Bajo la capilla. mayor se pusieron los restos de los fundadores, en
un panteón.
Se celebran romerías al santuario de Arrate el día 8 de Septiembre y á
Azitain el 15 de Agosto. Las fiestas patronales de la villa son el 24 de junio,
día de San Juan.
Como hecho histórico de importancia sucedido en esta villa, anotaremos el
fallecimiento del infante Francisco Femando, hijo del rey Don Felipe IV,
ocurrido el 11 de Marzo de 1634 en el palacio de Isasi, en donde residía con su
ayo y maestro don Juan de Isasi, á cuyo cargo se hallaba desde el año 1630. El
15 de Abril siguiente hizo entrega del cadáver, el alcalde de la villa don
Francisco de Eguren, en el monasterio de El Escorial, en donde fué enterrado. El
mismo año de 1634 se le encomendó á don Juan la educación y cuidado del príncipe
don Baltasar Carlos, que con ese motivo residió también en el palacio Isasi de
Eibar. De uno de estos dos vástagos de la familia real y del tiempo que estuvo
en Eibar, debe ser el retrato, de Velázquez, que aparece en el Museo de Pinturas
de Madrid con el número 1.076. Según el Diccionario Geográfico de la
Academia, este retrato es del Infante, aunque en el Museo figura como del
Príncipe.
El escudo de armas de la villa tiene, en campo de oro, la imagen de San
Andrés con aspa roja, y sobre el yelmo un volante azul con letras de oró, que
dicen: villa de Eibar. Desde el año 1908, dos ramitas adornan el. escudo:
una de roble, representativa de la fuerza y el vigor, y otra de laurel, que
simboliza la inteligencia.
Biografía.
Albizuri. General de la real armada en los mares del Sur á principios
del siglo XVIII.
Alzua ( Fray Esteban de). Obispo de la isla de Cuba.
Arriola (Martín de). Capitán de uno de los galeones en la empresa de
Túnez.
Arizulueta (Juan López de). Fué el año 1544 por capitán de una nao á
Tierra Firme, Distinguiose mucho en tiempo del emperador Carlos V, al frente de
la armada de Indias, que mandaba como general desde su galeón «Flor de Lis».
Eguiguren ( Ascensio de). Fue contador de la real fábrica y del
ejército de Flandes. Juan. comisario de muestras en los estados de
Flandes, Lázaro, fué de soldado á Flandes, y, siendo capitán, tomó parte
en la armada que fué en 1624 á Briviel. En 1631 fué de sargento mayor en la
expedición á Pernambuco, dirigida por Oquendo, y debido á su brillante
comportamiento le nombraron almirante.
Eizaga (Fray José). Religioso franciscano, organero de S. M. el rey
Carlos III, construyó en 1658 el órgano de la iglesia parroquial donde fué
bautizado.
Elexalde (Diego de). Teniente de caballos, paje de Don Felipe III, de
la orden de Santiago. Francisco, su hermano, pagador general de los
ejércitos en Flandes en tiempos del Duque de Alba, principios del siglo XVII, de
la orden de Calatrava. Juan Bautista, padre de los anteriores, corregidor
en Badajoz y en Ávila: tomó el hábito de la orden de Santiago en 1609.
/1029/ Gorostiaga (Juan Zuri de). Bravo capitán, que sirvió de
castellano en la fortaleza de Domodozola, en el estado de Milán, donde murió.
Ibarra (Antonio). Oidor de la Real Audiencia de las Charcas, en el
Perú. Antonio, auditor general de la gente que luchó con ocasión de la
guerra que España sostuvo con Alemania. Más tarde ocupó los cargos de camarero
del papa Paulo III, abad de Santa Vitoria de Milán y canónigo. Bartolome:
contador de S. M. en México. Cristóbal, de la orden de Santiago. Era
capitán de caballos ligeros en Milán y murió en el cerco de Ginebra, yendo al
frente de dos mil caballos. Carlos, como almirante de la escuadra de
Cantabria, pasó á Berlingas en 1616. Tomó parte en la victoria alcanzada contra
los holandeses en el Estrecho de Gibraltar en 1627 y el gño siguiente recibió el
encargo honroso de organizar una flota. En 1633 fué como general de la escuadra
encargada de escoltar la flota que salió para Nueva España y en Septiembre de
1638 obtuvo, en aguas de Cartagena de Indias, sonada victoria contra la escuadra
de Pie de Palo. Tenía los títulos de Vizconde de Centenera, que se le
concedió en 1637, primer Marqués de Taracena en 1639; comendador de Villahermosa
en la orden de Santiago; gentil-hombre de boca de S. M.; del Consejo de guerra y
caballero de la orden de Alcántara. Murió en Barcelona el 22 de Noviembre de
1639 y fué enterrado en el convento de San Francisco de esta ciudad. Diego,
veedor general en los estados de Flandes, gentil-hombre de la Cámara y
mayordomo del archiduque Alberto. Distinguiose como militar en la conquista de
la Nueva Galicia, fué consejero de Estado y de Guerra, comendador de
Villahermosa y el año 1593 fué á París como enviado extraordinario de Felipe II.
Falleció el 11 de Mayo de 1626. Diego López, en 1657 capitán y sargento
mayor en Chile. En 1672 general de galeones. Esteban, de los Consejos de
Guerra y de Hacienda de S. M., de la orden de Santiago, fundador de la basílica
de San Esteban en su pueblo natal. Esteban, secretario del emperador
Carlos V y del Consejo de Guerra en 1547. Sirvió en las galeras de Alemania y se
señaló en la prisión del Duque de Sajonia, por lo cual el Emperador le hizo
castellano de la fortaleza de Manfredonia. Francisco, padre de Diego,
nació en 1514 y murió en Madrid en 1514. Fué comendador de Santa Cruz de la
Zarza en Castilla, proveedor y comisario general en las armadas y ejércitos de
S. M. en Flandes en 1570, del Consejo de Guerra de Felipe II. Francisco,
hijo de Diego, Maestre de campo y de la cámara del archiduque Alberto en
Flandes, de la orden de Santiago. Falleció en 1622 peleando en ruda batalla.
Francisco, sobrino de Diego, de la orden de Santiago, tomó parte activa en
la conquista de la Nueva Vizcaya. Juan, secretario y consejero del
consejo de Indias y Bosques, de la orden de Calatrava. Juan, general de
marina en la carrera de las Indias. Mandaba la urca «Santa María del Juncal» en
la armada que en 1588 se dirigió contra Inglaterra. Lucas, pagador
general de 105 ejércitos y revisor de las ~uentas del patrimonio real en Sicilia.
Miguel, presidente de la real audiencia de Quito. Miguel, juez de
testamento, capellanías y obras pías en el arzobispado de México, catedrático en
propiedad de la cátedra de Decreto en la real Universidad de la ciudad citada.
Ortuño, conquistador de la Nueva España, tesorero general de aquel reino
y factor de S. M. Pedro, tío de Diego. Siendo capitán de infantería mató
á César Fragoso, veneciano, y á Pedro Rincón, español, en el río Po, embajadores
de Francisco I de Francia, que iban á pedir socorro al gran turco y no quisieron
rendirse. Reclamó el Rey de Francia contra Pedro y por consejo de Carlos V
cambió el apellido Ibarra en Inarra:, para librarse del castigo. Fué veedor
general en Milán, de la orden de Calatrava. Dejó varias fundaciones en la villa.
Pedro Ibáñez, oidor en la real audiencia de Sevilla, proveído por
gobernador de la isla española de Santo Domingo.
lbarzábal (Francisco). Contador de las armadas y flotas de la carrera
de las Indias en la real casa de la contratación de la ciudad de Sevilla.
Idiáquez (Alonso). Superintendente general de fábricas y galeones en
la primera mitad del siglo XVII.
Idiáquez lsasi (José). Gobernador de la provincia de Conchucos en el
Perú y gobernador de las Indias, gentil-hombre de boca de S. M. y caballero de
la orden de Calatrava.
lñarra Atodo e Isasi (Francisco Fernando de). -Fué bautizado el 7 de
Febrero de 1633, siendo padrino el infante Francisco Fernando. Llegó á ser
gentil-hombre de boca de Felipe IV, coronel de la provincia de Guipúzcoa,
diputado de la misma en 1660, de la orden de Santiago. Iñarra Isasi (Martín),
secretario de Felipe IV y de la cámara del infante cardenal, de la orden de
Santiago. Iñarra y Mallea (Martín López) tesorero general en
México y patrono de las obras pías que por encargo de Fray Andrés de Ubilla,
obispo de Chiapa, se guiaban. lñarra Isasi (Pedro López de),
arcediano de Guadalajara, canónigo en 1551, tesorero, chantre y abad de Santa
Leocadia en la iglesia de Toledo. Regalo suyo es la magnífica colección de doce
libros de canto con hojas de pergamino, reproducción de otra de la iglesia de
Toledo, que aún se conserva en la parroquia de Eibar.
lsasi. Esta antiquísima casa-torre, morada que fué en mucho tiempo de
dos hijos de Felipe IV, y que todavía en nuestros tiempos ha recibido las
visitas de Doña Isabel II en 1865, de Doña María Cristina en 1887 /1030/
y 1908, y de Don Alfonso XIII en 1905, ha sido cuna de varios hijos ilustres,
honra de nuestra nación. Isasi Idiáquez (Antonio), comenzó su
carrera militar en 1603 en las galeras de Nápoles y llegó á capitán en 1616. En1
1621, en la escuadra que Guipúzcoa construyó para el servicio de S. M., Isasi
hizo las veces de general, y en la armada que el mismo año salió para el Brasil
á las órdenes de Toledo, figuró la escuadra de Guipúzcoa, compuesta de cinco
navíos, con su almirante Isasi. El año 1625 envió Guipúzcoa ocho galeones á
Lisboa con Isasi y en 1639 se le nombra por S. M. gobernador general de las
galeras, y en 1647 figura como general de la ftota del NE. Era de la orden de
Alcántara y de los Consejos Supremos de Guerra y Marina. Debió morir en 1662.
Diego Antonio, maestre de campo en 1634 y coronel de los tercios de
Guipúzcoa que fueron á la frontera y penetraron después en Urruña y San Juan de
Luz. Siguió también al frente de las fuerzas guipuzcoanas, durante la invasión
francesa de 1638. Fué caballero de la orden de Calatrava, comendador de las
casas de Placencia, gentil-hombre de la cámara de S. M. y del infante, y del
consejo de guerra. Domingo Tomás peleó con grado de capitán en Flandes en
1667, más tarde ejerció el cargo de maestre de campo de la caballería en
Flandes, y cuando en 1681 amenazó invadir la Provincia el francés, fué nombrado
coronel de los tercios guipuzcoanos. Murió en 1703. Francisco, de la
Compañía de Jesús. Su patriotismo y sus grandes conocimientos en las artes
matemáticas, hicieron que el año 1638, cuando el francés cercó la plaza de
Fuenterrabía, penetrara este patriota en la ciudad, dispuesto á arrostrar todos
los peligros que son consiguientes á un sitio de guerra, y á poner al servicio
de España las aptitudes extraordinarias que poseía para el arte de edificar y
construir. De acuerdo con el gobernador de la plaza dirigió varias obras de
defensa, y permaneció firme en su puesto sin que las balas enemigas le
arredraran. Los de Fuenterrabía, para conmemorar la victoria obtenida entonces
contra el francés, acordaron celebrar anualmente el día 8 de Septiembre una
función religiosa en honor y alabanza de la Virgen de Guadalupe, y el P. Isasi
fué el primer predicador que tomó parte en esta función. Dirigió también otras
obras militares y en 1646 trazó los planos de las capillas y torre de la
parroquia de su pueblo. lsasi ldiáquez (Juan), nació el 29 de Junio de
1581. A pesar de su alta jerarquía, no se desdeñó en desempeñar el cargo de
teniente alcalde en 1603 y el de alcalde en 1604 y 1614. Por R. C. de 1º Junio
1630, se le hizo entrega del infante Francisco Fernando, hijo de Felipe IV, que
falleció en 1634, como se ha dicho. El mismo año se le encomendó la educación y
cuidado del príncipe Baltasar Carlos y por ello le felicitó la Provincia,
enviándole comisionado especial á su casa. Siguiendo la costumbre que todos los
hijos preclaros de la Provincia guardaban con ella cuando ocupaban altos
puestos, Juan Isasi solía enviar noticias á la representación de Guipúzcoa del
estado y adelantos del príncipe. El 27 de Octubre de 1638 escribía á la
Provincia una carta «en que le da cuenta de la rara habilidad y suficiencia que
S. A. el Príncipe mostró en sus estudios de letras humanas en unas conclusiones
que uno de los días pasados tuvo delante de muchos caballeros versados en ellas
con pasmo y admiración de todos de que S. M. recibió gran contento y en
demostración de él hizo á dicho señor Vizconde, merced del título de Conde». de
Pie de Concha; Abrazó, después de viudo, la carreta eclesiástica y fué arcediano
de Guadalajara, dignidad y canónigo de Toledo en 1636, y se dice que murió
electo cardenal de Roma, aunque no consta. lsasi y Barrena (Pedro),
sirvió con su galeón durante muchos años en la carrera de las Indias y cayó dos
veces prisionero en manos de Francisco Draque.
Larreategui (Diego Colón de). Del consejo de S. M., alcalde de crimen
en Valladolid, de la orden de Santiago. Francisco Colón, del consejo de
S. M., oidor en la audiencia y chancillería de Valladolid, de la orden de
Santiago. Juan, secretario de Felipe IV y cuestor del magistrado
ordinario de Milán, de la orden de Santiago. Martín, del consejo de S. M.
en el real de Castilla, miembro de la junta de millones y visitador del consejo
de Hacienda en 1651, de la orden de Santiago.
Mallea (Antonio ). Teniente del asistente de Sevilla y oidor de la
real audiencia en Granada. Francisco López, sirvió en las galeras de
Nápoles y Sicilia y fué luego castellano en la fortaleza de Terano. Gabriel,
uno de los cuatro capitanes que la Provincia nombró el 23 de Junio de 1638,
para mandar 500 hombres que, á las órdenes del coronel Diego de Isasi, envió á
las orillas del Bidasoa. Martín, navegó de alférez en la armada del mar
Océano y el Rey le envió, al mando de una compañía, á las guerras de Piamonte en
Italia; donde luchó valientemente. Fray Martín Ignacio de Loyola, de la
orden de San Francisco de los Descalzos, obispo del Paraguay. Pedro Ortuño,
señalose como experto capitán al frente de la gente de guerra de Valencia
del Cid en la empresa de Túnez y en la de las islas de Cerdeña. Por su excelente
comportamiento la ciudad de Valencia y el emperador Carlos V le honraron mucho.
Mendizábal (Juan Bautista). Notable maestro estatuario, que trabajó
varias imágenes para la parroquia de la villa en 1784 y siguientes, y por la
misma época otras más, como la de Nuestra Señora del Pilar, Santiago, etc., para
la iglesia de Fuenterrabía.
Moguel (Juan Antonio de). Cura de Marquina, notable vascófilo y autor
de varias obras. Son suyas /1031/ Estudios gramaticales sobre la
lengua Euskara (Vitoria, imprenta de Larumbre, 1803); Diálogos
Vascongados (Bilbao, imprenta de Apraiz, 1815); Nomenclatura de las voces
guipuzcoanas, sus correspondientes Vizcaynas y Castellanas; Cartas y
disertadones sobre la lengua Vascongada (Bilbao, imprenta del Euskalduna,
1870). A las investigaciones de don Carmelo de Echegaray debemos la noticia de
que este conocido escritor fuera hijo de esta villa.
Orbea. La casa solar de este nombre en Eibar, por su mucha antigüedad,
la gerarquía de sus poseedores y el número de hijos ilustres que de ella han
descendido, es una de las más importantes de la villa. Orbea (Carlos),
general en la carrera de las Indias. Domingo, proveedor general de las
galeras en España. Domingo, nació en 1507. Fué veedor general de las
galeras en España y de la orden de Santiago en 1557. Domingo Martínez,
tesorero general de España y de Carlos V en Flandes. Juan,
tesorero general del reino de Aragón. Juan Bautista, oficial de los
papeles de guerra de S. M. y gentil-hombre de su real casa, en el primer cuarto
del siglo XVII. Manuel María, padre de Juan Manuel, Casimiro y
Mateo, fundadores los tres de la fábrica de armas que se constituyó bajo la
razón social de «Orbea hermanos» en el año 1859, y que subsiste en el día
próspera y potente, con sucursales en el extranjero, y dando ocupación á muchos
cientos de obreros en su patria nativa. Martín, teniente general, que
regaló á la iglesia donde fué bautizado un magnífico estandarte, que estuvo
muchos años ondeando en el techo de la parroquia. Martín nació el 20 de Junio de
1591. En 1627 fué nombrado caballero de la orden de Santiago y en 1631 almirante
de los cinco galeones de Tierra Firme y flota de Nueva España. Cuando el 22 de
Mayo de 1635 embarcó Orbea para la Nueva España con el Marqués de Cardereita y
el general Juan de Vega Bazán, era ya almirante, y desde la empresa de la
Goleta, donde se distinguió extraordinariamente, fué general de las galeras de
España. En Septiembre de 1638 se reunió con la escuadra de su paisano Carlos de
Ibarra, y juntas las dos escuadras invernaron en Veracruz, de donde vino á
España Orbea en Julio de 1639, conduciendo la plata que había ido á buscar.
Murió en Vélez-Málaga, general electo de los galeones¡ Pedro, oidor en la
real chancillería de Granada.
Soroeta (Juan Antonio). Secretario de S. M; en 1742. Jgnacio,
su hermano. corregidor de Parinacochas en el Perú.
Ubilla ( Fray Andrés de). Obispo en Chiapa, México.
Ugarteburu (Sancho Martínez de). Este fiel capitán fué quien alzó la
primera bandera en el servicio del Emperador, cuando Francisco Fernández Girón
se rebeló contra Su Majestad Cesárea en el Perú. El Emperador, agradecido, hizo
á Ugarteburu merced de un repartimiento de indios.
Unzeta (Francisco). Veedor general del ejército de Extremadura, de la
orden de Santiago. Martín, contador de las galeras de España en 1603 y
pagador general de Flandes, después. Ochoa López, auditor general de los
ejércitos de Milán.
Unzueta. La antigüedad de esta renombrada casa solar es tanta, que se
tienen noticias, como ya se ha dicho, de que el rey Alonso el Sabio I tenía
cercada en 1272. Unzueta (Andrés), salió á servir á S. M. en 1609
y continuó después en las galeras de Sicilia y Nápoles. En las expediciones de
Levante, en la toma de OneIla y en apresar bajeles enemigos, se distinguió como
valiente. En Susamanco, Berbería, al ir á quemar unos bajeles de corsarios por
orden de su jefe, le hirieron á Andrés con dos mosquetazos que á las seis horas
le causaron la muerte. Cristóbal, se distinguió como capitán en la
batalla que la armada española, mandada por García de Toledo, sostuvo contra la
inglesa en Cádiz, el 3 de Noviembre de 1625. Gregorio López, tesorero de
la real Hacienda en la ciudad del Cuzco. Juan, comenzó su vida militar
sirviendo en los galeones que á cargo del general Larrazpuru, salieron á navegar
en Julio de 1622. Estuvo en la jornada que Fadrique de Toledo hizo á las Indias
en 1629, y fué nombrado capitán en 1632. El mismo año, al mando del patache «San
Antonio», peleó en el centro de la boca del canal de la Habana con una urca
inglesa, que la dejó desarbolada y desjarciada.
Urquizu (Pedro Ruíz). Sirvió á Carlos Ven las jornadas de Levante con
su persona y un galeón de 600 toneladas. Al amanecer de una mañana viose
sorprendido sobre Almería por trece galeones enemigos que le rodeaban, y sin
vacilar un instante rompió fuego contra ellos, y contra todos peleó aquel día y
la noche siguiente, con tal tacto y valor que, tras de haber descalabrado y
matado mucha gente de la armada enemiga, consiguió salir con su buque sin daños
que merezcan mención. Así salvó la real hacienda que á bordo llevaba con rumbo á
Orán, y el emperador se dió por muy bien servido.
Zabala (Andrés). -Contador mayor de la cruzada del reino del Perú.
Zumaran (Domingo). Era capitán de mar y guerra cuando, tras de haber
servido muchos años en Italia, volvía en las galeras de España, con el
condestable de Castilla, á prestar socorro á los que en la guerra de Granada
luchaban; se anegó su galera y halló la muerte en las profundidades del golfo de
Navarra.
Bibliografía.
Eibar, Monografía descriptiva de esta Noble y Leal villa de Guipúzcoa,
por Pedro Sarasketa, obra premiada con el segundo premio en el concurso
celebrado en la citada villa en Septiembre de 1908, con motivo de las Fiestas
Euskaras (imprenta de P. Orue, Eibar, 1909). Monografía Histórica de la Villa de
Eibar, por Gregorio de Mujica, obra premiada con el primer. premio en el
concurso antedicho de 1908 (imprenta de la Viuda de Valverde, Irún, 1912).
NOTAS
(310) Véanse en las páginas 401 y 403 los
grabados de la Casa de Beneficencia y del Jardín Galería.
(311) Algunos totales no son exactamente
las sumas de las diversas partidas, pero los errores son de poca importancia.
(312) Eran cuatro los gremios: Cañonistas,
Cajeros, Aparejeros y Llaveros, y cada uno de dichos gremios tenia su Diputado
(N. del A.)
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