«VITORIA-GASTEIZ 1950-1980.
LA EXPANSION
PLANIFICADA DEL PAISAJE RESIDENCIAL»
PEDRO
M.ª ARRIOLA
AGUIRRE
1. INTRODUCCION
A partir de la década de los años 50, en la ciudad de
Vitoria-Gasteiz se
inició un proceso de industrialización que produciría
importantes transformaciones
demográficas y económicas cuyo resultado sería un
crecimiento
urbano. El espacio urbano sería transformado, ampliado y
diferenciado,
como consecuencia de la expansión urbana.
En el caso del espacio residencial, su producción interesa
tanto a la
iniciativa oficial como a la privada toda vez que, es el
lugar donde se realiza
la reproducción de la fuerza de trabajo, al tiempo que
supone el desarrollo de
procesos de acumulación capitalista directa.
Unos indicadores previos del crecimiento poblacional y del
número de
viviendas nos mostrarán la importancia del crecimiento
urbano de Vitoria tras
la industrialización. Al mismo tiempo, estos datos nos
introducirán a la
explicación del modelo de desarrollo y producción del
espacio residencial,
seguido en los últimos 30 años.
En 1950, Vitoria-Gasteiz se presentaba como un centro
urbano capital de
provincia con una población de Hecho de 52.206 h. En 1980,
la población era
de 192.775 h. En 30 años la población de la ciudad se
había cuadruplicado.
Incluso, en algunos momentos, en la década de los años 60,
fue la ciudad de
mayor crecimiento poblacional de todo el Estado, con un
porcentaje superior
al 40%
Todo este crecimiento se debió principalmente a la
inmigración: en 1950,
la población nacida en Vitoria representaba la mitad —el
50,87 %— del total
de habitantes de la ciudad. En 1975, el 58,18 % de los
habitantes no habían
nacido en ella. A ellos habría que añadir aquellos que,
nacidos dentro del
Municipio, no lo habían hecho en la ciudad y,
posteriormente, se trasladaron
a ella.
En 1982, este fenómeno se ha reducido: el 24,24 % es el
porcentaje de los
no nacidos en Vitoria; un porcentaje todavía alto pero que
nos expresa el final
de la inmigración y nos muestra a las nuevas generaciones
ya nacidas en la
ciudad.
Refiriéndonos al espacio residencial, podemos completar
este encuadre
con los datos referidos a viviendas:
En 1950 existían 11.274 viviendas en el Municipio, de las
cuales, 10.231
estaban en la ciudad; en 1970 el número se había
multiplicado por 3: en el
Municipio había un total de 35.349 viviendas y en la
ciudad 33.175. Además
de crecer vertiginosamente, las viviendas del Municipio
cada vez se han
concentrado más en la ciudad. En 1982 se contabilizaban
60.615 viviendas en
el Municipio; en 32 años la cifra de viviendas se había
multiplicado por 5,4.
El crecimiento del número de viviendas y con él el de
espacios
residenciales ha sido muy importante; para tratar de ver
el modo en que se ha
encauzado el crecimiento y transformación del paisaje
residencial, es previo
el conocimiento del papel y significado que ha tenido la
Planificación
Urbana.
2. PLANIFICACION Y CRECIMIENTO ESPACIAL
La Planificación urbana, dimensión fundamental de la
política urbana, ha
pasado en el Estado Español y desde los inicios del
proceso urbano
contemporáneo hasta hoy, por diferentes estados. Así, de
los trazados de
planos y alineaciones de Ensanche, con la aparición de la
Ley del Suelo de
1956, se ha pasado a los Planes Generales con sus
zonificaciones, previsiones
de equipamiento y desdoblamiento en Planes Parciales; en
definitiva se ha
pasado a otro modelo.
Ahora bien, no sólo hay que tener en cuenta la
Planificación sino también
el seguimiento de ésta. A este respecto, los estudios
urbanos tanto locales
como generales en el Estado, nos han mostrado, como bien
pone de relieve
Fernando Terán, las continuas conculcaciones de lo
planificado (TERAN F.1982). Conculcaciones llevadas a cabo por imposibilidades
e intereses del
propio poder institucional que realizó la planificación,
unas veces. Otras
veces, por presiones externas a él y que, en ocasiones,
han sido internas-externas
al mismo tiempo ya que, como Manuel Castells afirma, en
España,
en los últimos años, los procesos generales de producción
urbana han sido
matizados por la especificidad de la Dictadura. (CASTELLS
M. 1977).
En el caso de Vitoria, tanto historiadores como geógrafos
que han
estudiado la evolución del espacio urbano, siempre han
recalcado un hecho:
el crecimiento espacial planificado. La frase «... que
todo edificio, desde la
humilde choza del hortelano hasta el palacio particular o
público más
fastuoso, haya sido construido a línea... » es bien
conocida en la ciudad desde
el siglo pasado.
Durante el siglo XX y antes de la iniciación del gran
crecimiento de la
ciudad, la ciudad se ordenaba siguiendo el modelo del
Ensanche. Mientras
perduró este mecanismo decimonónico y sus réplicas —los
núcleos de
extrarradio—, la ciudad no tuvo una gran expansión, lo
cual, como
consecuencia positiva, daría como resultado la
inexistencia de hipotecas
espaciales del pasado.
Después, en el momento de la gran expansión, aparece el
modelo de los
Planes Generales con sus polígonos, coincidiendo con la
llegada de las
tendencias funcionalistas derivadas de la Carta de Atenas.
Es precisamente
esto lo que predomina en las propuestas del planteamiento
urbano y en la
lectura del tejido urbano de hoy.
2.1.
El Plan General de 1956
La planificación general de la ciudad se inicia de una
manera oficial el 6
de Marzo de 1956. En este momento y coincidiendo con los
inicios de la
industrialización, se aprobaba en Vitoria el primer Plan
General de Ordenación
Urbana, conocido con el nombre de Plan de Alineaciones.
Si en realidad en Vitoria ya existía una tradición
planificadora, hasta 1956
respondió a ordenaciones parciales, planos y proyectos de
Ensanche (1910,
1927, 1947). Estos. habían encauzado en alguna medida la
expansión de
ciertos sectores de la ciudad, pero nunca estuvieron
vigentes.
El Plan de 1956, se había realizado en 1954 y, aprobado 3
meses antes de
la promulgación de la Ley del Suelo, incorporaba algunos
aspectos que la ley
introducía. Sin embargo fue un Plan de Transición y la
transición fue corta ya
que la coyuntura desbordó al Plan.
— No se adaptaba a la Ley del Suelo.
— No abarcaba todo el Municipio.
— Se crearon Zonas Industriales, al margen del Plan.
— Se iniciaron zonas residenciales también, al margen del
Plan y a modo
de acoplamientos.
— Otras zonas residenciales se crearon dentro del suelo
calificado, pero
sin respetar su trazado.
— Dentro del Casco Urbano, algunas ordenanzas, poco
elaboradas, no
fueron respetadas.
— Solamente el Ensanche de los Desamparados y el del Oeste
se hicieron
siguiendo más o menos el Plan.
Se puede afirmar que la vigencia del Plan, muy corta,
coincidió con los
momentos más críticos de la actuación urbanística en la
ciudad.
La Revisión del Plan de 1956 era necesaria y por ello se
redactó el Plan
General de Ordenación Urbana de 1963.
2.2. Plan General de Ordenación Urbana de 1963
Este nuevo Plan trata de solventar los problemas surgidos
durante la
vigencia del anterior. Prevee un crecimiento de población
de 193.000
habitantes, se adapta a la Ley del Suelo de 1956 y abarca
todo el Municipio.
La zonificación realizada en el anterior Plan es
desarrollada haciéndose
mucho más compleja y acentuándose la segregación urbana.
Además, el Plan
legalizaba modificaciones de trazado y acoplamientos
residenciales e industriales,
mientras que como novedad incluye la gran reserva de
grandes
espacios verdes para una ciudad próspera, en aquel
momento.
Este Plan General de 1963, está aún vigente y es el que ha
tratado de
encauzar el crecimiento de Vitoria de una manera ordenada,
en unos
momentos cruciales en su historia.
La planificación se ha realizado; Sin embargo, dentro de
la política urbana
existen otras dos dimensiones: operacional y urbanística (LOJKINE
J. 1977),
por tanto es necesario conocer cómo ha crecido la ciudad.
3. DEL ENSANCHE A LOS POLIGONOS DE ENSANCHE Y LA
REFORMA INTERNA
Durante la década de los años 50, la ciudad presentaba las siguientes
unidades:
1. Casco Antiguo.
2. Ensanche del siglo XX.
3. Ensanches del Este y del Oeste.
4. Ensanches apoyados en las principales cras. de salida
de la ciudad.
5. Grupos de Casas Baratas.
6. Ciudad Jardín y Zona Residencial Sur.
7. Barrios de Estrarradio: Sta. Isabel, S. Martín, S.
Cristóbal y S.
Prudencio de Armentia.
En los momentos en que comienza la expansión urbana, tres movimientos de
construcción se desencadenan simultáneamente:
— La actuación en el límite del Casco, siguiendo los Ensanches.
— La transformación del Casco Urbano existente.
— La iniciación de una Periferia Urbana.
3.1. Los Ensanches
Las alineaciones realizadas durante la década de los 40 y
la de los 50,
representan, en el momento de inicio de la expansión, el
marco de crecimiento
de la ciudad. Aquéllas debían completarse y, es el Plan de
1956 el
instrumento para realizarlo.
Con este Plan se desarrollan sectores del Oeste: Sancho El
Sabio, Gorbea,
Landázuri, Coronación y Eulogio Serdán. Por el Este, el
Ensanche de los
Desamparados y otras calles trazadas con anterioridad. En
las salidas de la
ciudad, las calles de Beato Tomás de Zumárraga, Portal de
Villarreal y Reyes
Católicos y S. Cristóbal.
Estas realizaciones presentan las siguientes características:
— Responden en su mayoría a parcelaciones y alineaciones controladas por
el Ayuntamiento o que siguen el Plan General una vez vigente.
— Son realizadas siguiendo el sistema de Ensanche, con
cesión de viales
y contribuciones especiales.
— Morfológicamente son manzanas en forma más o menos de
cuadrícula.
— La política municipal solamente reglamenta las
alineaciones y rasantes
y concede su campo a la iniciativa privada. Esta será el
agente más
relevante.
— En algunas de estas zonas, las plusvalías, en los momentos de inicios
de la expansión, se disparan, por lo que con el tiempo adquieren una
categoría más elevada.
3.2. Los Polígonos del Ensanche
Cuando finaliza la vigencia del Plan General del 56, el
planteamiento
nuevo, a través de los Planes Parciales, los primeros en
algunos casos,
ordenará los sectores de Ensanche apareciendo los
Polígonos de Ensanche,
mientras que en algunos lugares se completan siguiendo las
ordenanzas
generales.
Podemos incluir aquí los Polígonos 3 y 4 en el Oeste y,
más tardíamente,
el N.º 16 completando lo realizado en la Cra. de Ali, el
N.º 11 en Cra. de
Bilbao y el N.º 24 en la Cra. de S. Sebastián.
En estos polígonos la actuación ha sido privada con cesión
de viales y
contribuciones especiales, la morfología de manzanas por
lo que los denominamos
polígonos de Ensanche. En ellos se advierte un paso de la
iniciativa de
los propietarios de terrenos, al promotor-constructor de
mediana categoría.
Por último, en estos sectores según sea el momento de su
aprobación, la
reglamentación se hace más concisa, mientras que su
selección social
también.
3.3. La Reforma Interna
En este campo se pueden distinguir dos tipos de
actuaciones
— La reforma de edificio a edificio, en el Casco Antiguo y
en el
Ensanche del siglo XIX e inmediaciones.
— Los Polígonos de sectores urbanos transformados.
Existe una gran variedad de motivaciones a la hora de
sustituir contenedores
residenciales o de transformar un espacio en otro, con
diferente uso. Sin
embargo la reforma interna supone una revalorización del
espacio, los
procesos suelen estar ligados a operaciones de obtención
de plusvalías y, por
tanto, de acumulación inmobiliaria.
En el caso de la reforma por sustitución de edificios, podemos distinguir
dos sectores:
a) En el Casco Antiguo, sector degradado, se ha llevado a cabo un
aprovechamiento de solares con infraestructura. Hasta 1955 destacó la
iniciativa pública y posteriormente ha seguido la privada, enmarcada por
las Ordenanzas. El sector ha sido ocupado por clases modestas. El proceso
ha sido simple y no muy generalizado.
b) En el Ensanche del Siglo XIX, ha habido gran interés
por la obtención
de plusvalías. Aquí los precios del suelo han sido muy
altos. Los propietarios
de terrenos y después las inmobiliarias especializadas,
han ido aprovechando
los cada vez más escasos solares.
Durante la vigencia del Plan de 1956, algunas ordenanzas
fueron
incumplidas; después, el aprovechamiento ha sido ordenado,
pero con un
crecimiento en altura consagrado.
Por lo que respecta a los sectores que han supuesto una
reforma interna,
éstos se encuentran repartidos por toda la ciudad y
responden a diferentes
motivaciones:
— La apertura de la calle Gral. Alava, en una gran manzana
del Ensanche
del siglo XIX, supone una elevación de alturas y un gran
negocio para
los propietarios a iniciativa del Ayuntamiento.
— El polígono 14 supone la revalorización del entorno de
una iglesia,
propiciado por el Ayuntamiento.
— Sectores de industrias (P-44), conventos y cuarteles
(Desamparados),
escuelas (P-42) y de uso residencial extensivo (P-24, M-10
y M-8),
gracias a la Planificación, han pasado a tener un
aprovechamiento
mayor y, casi siempre, para viviendas de bastante o mucha
calidad.
En estos procesos, la Administración unas veces los ha
provocado, otras
veces sólo los ha controlado y quizá sea aquí donde se han
realizado más
concesiones a los propietarios urbanos y promotores
urbanos especializados.
El crecimiento en los Ensanches y la reforma interna no
pueden
entenderse sin conocer las actuaciones que simultáneamente
se realizaban en
la Periferia de la ciudad.
4. LA PRODUCCION DE UNA PERIFERIA PLANIFICADA
A partir de 1956 el crecimiento del espacio residencial no
pudo llevarse a
cabo siguiendo exclusivamente las alineaciones del Plan
General. La afluencia
de inmigrantes fue tal, que la necesidad de viviendas en
serie, económicas,
sobre terrenos baratos y amplios, para desarrollar un
urbanismo
funcionalista, precipitó un «salto» a la Periferia; el
resultado de este proceso
es una aureola periférica residencial modelo en todo el
Estado.
4.1. La primera generación de polígonos periféricos
Quizá el primer promotor de polígonos periféricos fue el
Ayuntamiento,
junto con al Caja de Ahorros Municipal. Ellos fueron los
promotores del
«Plan Blein» o barrio de Zaramaga. Exponente de un cuidado
Open-Planing,
este barrio se situaba junto a la industria y ello debido
a 2 motivaciones: se
facilitaba la compra de terrenos ya que el lugar iba a ser
destinado a uso
industrial y ahora se podría llegar a un convenio con los
propietarios de
terrenos, por convertirse en residencial. Por otro lado,
junto a la industria se
situaba la residencia para los obreros.
Este polígono fue previsto para 7.500 habitantes sobre 25
Ha. en las que
se construyeron bastante extensivamente 1.600 viviendas
subvencionadas,
con el siguiente orden: primero las más alejadas y
después, con el Plan Parcial
N.º 37, las más cercanas al casco, cuando ya se
construyeron dotaciones, por
lo que debido a procesos de revalorización las viviendas
fueron de más
calidad y para otros destinatarios.
Urbanísticamente éste era un ejemplo a imitar:
La necesidad de viviendas junto a la industria también se
dejó sentir cerca
de la zona industrial de Olarizu. Las presiones de los propietarios de
terrenos
sirvieron para recalificar el 13 de Diciembre de 1959 un
suelo industrial,
convirtiéndolo en residencial.
Propietarios de terrenos, promotores-constructores,
empresas industriales
y una Cooperativa creada por el Secretario Social del
Obispado de Vitoria,
crearon el Barrio de Adurza. Una especie de polígono no
planificado
globalmente pero su resultado fue integrador e integrado
en la ciudad.
La iniciativa privada también actuaría en terrenos
alejados, pero sólamente
con una finalidad de obtención de plusvalías y de
acumulación por parte de
una constructora. Este es el caso de Ariznavarra, barrio
creado en el Sureste
mediante una parcelación en terrenos calificados por el
Plan General de 1956.
Un conjunto de viviendas subvencionadas, sin Plan Parcial,
pero planificado
sobre la marcha con un Open-Planing menos ambicioso que el
de la iniciativa
oficial.
Los barrios obreros habían saltado a la periferia, en tres
extremos de la
ciudad; la expectativa de los espacios intermedios era un
valor más que se
creaba.
4.2. Los nuevos polígonos periféricos
Los espacios intersticiales fueron rellenándose con una
segunda generación
de polígonos periféricos. Estos serían totalmente
planificados y socialmente
más diversificados.
Junto a Zaramaga, Sta. Isabel y el Polígono 15,
conservaron ciertas
características de barrios para las clases obreras. La
morfología es también
abierta, siendo la iniciativa de los
constructores-promotores enmarcados por
el control municipal.
Junto a Adurza, el P-23, Iturrichu y Zumalbide fueron
también de
iniciativa privada, pero con una mayor diversificación
social.
En el Oeste de la ciudad, una actuación de la Gerencia de
Urbanismo,
aunque paradójica a primera vista, muy típica, por
puntual, de algunos
momentos del Ministerio de la Vivienda en manos de la
Falange: el Polígono
de Chagorrichu, resultante de una actuación por
expropiación y construido
por Cooperativas y constructoras benéficas junto a un
sector muy valorado, el
de la Avenida de Gasteiz.
Cerca de Chagorrichu, propietarios del suelo y
promotores-constructores
adelantaron en la programación del Plan General la
construcción de otro
polígono periférico, el Pilar, antes de ser «pillados» por
una expropiación y
construcción por parte de la que se había convertido en la
potente promotora
municipal, VIMUVISA, empresa volcada casi totalmente a la
periferia.
Una muestra de la acción de Vimuvisa es el barrio de
Gazalbide situado
entre los dos polígonos anteriores y expresión culminante
de las ideas
funcionalistas en Gasteiz.
La periferia se construía a través de Planes Parciales donde el
Ayuntamiento, habiendo dejado las alineaciones y Ensanches intermedios a
la iniciativa privada, intervenía directamente en algunos sitios y, en
todo momento indirectamente con-un control que, nos atrevernos a afirmar,
de los más rigurosos del Estado. Este control se llevaría a cabo con
medidas incluso
tan espectaculares como el derribo de bloques que no
cumplían lo estipulado
en el Plan Parcial. Caso ocurrido en el barrio de Arana,
uno de los escasos
ejemplos de realización por parte de una gran inmobiliaria
en Vitoria.
La gestión municipal llegó a ser concertada en el caso de
Arambizcarra,
donde la propia legislación de los años 70 y la acción del
Ayuntamiento
provocó actuaciones de mayor envergadura.
En esta década la iniciativa privada tenía también sus
propios polígonos,
precisamente los más problemáticos, tras la aplicación del
Reglamento de
Parcelaciones de 1966. Ejemplo Sta. Lucía. A pesar de ello
en estos años la
aureola periférica estaba prácticamente diseñada, sólo
quedaban retazos
calificados:
- Aranzabela en el Este. Pequeño espacio realizado por una
inmobiliaria.
- Las Trianas en el Sureste.
- El Polígono de Santiago, sobre un lugar ocupado por
cuarteles y que se
revalorizaba al verse rodeado por zonas residenciales y
espacios verdes.
- Ariznavarra, completando en el Suroeste el espacio
calificado por el Plan
General.
Algún polígono se había retrasado, incluso teniendo plan
Parcial aprobado,
el de S. Martín, revalorizándose continuamente y destinado
finalmente a
viviendas de tipo medio y alto, cuando el crecimiento para
las clases bajas y
medio bajas se había encauzado hacia el Actur de Lakua.
El ACTUR de Lakua representa la culminación de la acción
municipal y
la expresión de una excesiva previsión, que creaba una
ciudad, yuxtapuesta
físicamente a Vitoria y jurídicamente mediante un
«acoplamiento» al Plan
General. Aquí se realizarían 16 polígonos, nueve de ellos
serían residenciales
para los que se habían previsto 19.890 viviendas con una
población de 71.398
h. (Hoy un polígono se ha realizado directamente por el
Ayuntamiento y otros
dos por parte de la iniciativa privada. Sin embargo el
futuro del Actur está en
la actual revisión del Plan General).
4.3. Los polígonos jardín
Simultáneamente con toda la producción de polígonos se han
desarrollado
otros con carácter diferenciado en el Sur de la ciudad:
los polígonos y
manzanas-jardín. El sector sur de la ciudad siempre ha
presentado una mayor
indefinición en el plano, pero en todo momento ha sido
valorado urbanísticamente
como de alto standing. Incluso a veces, considerado como
coto privado
para las clases acomodadas, ha sido una zona para la
burguesía de la ciudad.
Aquí, la propiedad del suelo y las promotoras privadas han
ido ofreciendo
unos productos selectos. El mercado ha sido privado,
restringido, de privados
a privados, con altos precios y con escasa intervención
oficial (Aprobación de
proyectos).
El resultado ha sido: el P-20, un polígono Jardín, al
suroeste de la ciudad,
con casas unifamiliares y colectivas aisladas y el mosaico
de pequeñas
manzanas y polígonos con aprobación municipal y no
estatal, en muchos
casos. (M-5, M-11, M-1; M-2 y M-3).
Son polígonos jardín, de comunidades reducidas: Chalets
aislados, trenes
de chalets, pequeños bloques entre jardines y en medio de
instalaciones
deportivo-recreativas, privadas y municipales.
A estos espacios hemos de sumar el polígono de Estíbaliz,
a 9 kms de
Vitoria, en el que el juego de los intereses de una
inmobiliaria ha conseguido
un lugar para las clases acomodadas en una colina que,
espiritualmente, es
patrimonio de los alaveses.
Con estos polígonos Jardín, realizados lentamente y según
las expectativas
del mercado, se ha completado la periferia urbana de
polígonos
residenciales en Vitoria. En ella el juego de sus agentes
ha estado enmarcado,
en general, por las reglas de la planificación y en unas
líneas generales de
consenso entre la política oficial y la iniciativa
privada. Una y otra han estado
dispuestas en todo momento a conseguir su finalidad
minimizando las
plusvalías del propietario del suelo, y esto, ha ocurrido
más en la periferia,
que en el interior de la ciudad.
Sin embargo, la producción de la periferia ha tenido sus
excepciones,
visibles físicamente y morfológicamente aunque
marginales,. cuantitativamente,
desde el punto de vista de la valoración de la política
urbana, del
modelo de crecimiento de la ciudad y de la producción de
espacio en Vitoria:
los pueblos periféricos y los «enclaves marginales».
5. EL CRECIMIENTO DE LOS PUEBLOS PERIFERICOS Y LOS
ENCLAVES MARGINALES
Los pueblos periféricos a Vitoria han presentado diferencias en cuanto a
su integración al proceso de expansión urbana de la ciudad. Se puede
afirmar que existen tres tipos:
1. Aquellos que desde el inicio de la expansión de la ciudad se integraron
en ella y después su proceso de crecimiento se atenuó, en parte, debido al
agotamiento del espacio en que se permitió construir. La planificación
congeló el crecimiento.
a) En Armentia se construyó el pequeño Grupo Martín
Ballesteros, barrio
de tipología rural con connotaciones de barraquismo
oficial.
b) En Abechuco se realizarían promociones con tipología
rural y bloques
de viviendas. Una «Zona Residencial» segregada y creada
por medio
de un «acoplamiento» al Plan General de 1956. Un espacio
que
también ha presentado características de barraquismo
oficial.
c) En Alí en 1958 se construyó la «Colonia Obrera» de una
empresa
industrial. A ella se añadieron después pequeñas
promociones particulares
aisladas.
d) En Arechavaleta se realizaron pequeñas promociones y el
Grupo de
Bustealdea, un conjunto de viviendas Subvencionadas.
2. El segundo tipo de pueblos lo constituyen aquellos que han crecido más
continua y lentamente, cuando la ciudad ha llegado a ellos. En ellos se
han realizado promociones aisladas de propietarios de terrenos. A este
grupo
pertenecen Arriaga, Betoño y Gamarra donde se han
realizado viviendas para
obreros industriales, principalmente.
En Berrosteguieta, siguiendo la teoría de los Sectores (Hoyt),
se han
realizado residencias secundarias en consonancia con lo
realizado en el Sur de
la ciudad.
3. Al último tipo pertenecen los pueblos no afectados por
el crecimiento:
Elorriaga, Lasarte, etc.
Junto a los pueblos periféricos, en los cuales ha habido
promociones que
han supuesto unos «enclaves urbanos» en un contexto rural,
existe otro
«enclave marginal», subintegrado y construido sobre suelo
no urbanizable:
Errekaleor. Este es el resultado de una acción de
«prevención del suburbio».
Un conjunto de bloques de viviendas, a modo de «Poblado
Dirigido»,
promocionado por la Cooperativa «El Mundo Mejor» del
Secretario Social
del Obispado de Vitoria.
Si la planificación había previsto un modelo compacto de
periferia de
polígonos con unos pueblos aledaños congelados, muchos se
vieron afectados
por el crecimiento y, al margen de la planificación,
surgió, también, la
Segregación urbana con diferentes umbrales. Así, estos
pequeños hábitats
urbanos de Vitoria son: marginales en el crecimiento de la
ciudad. Marginados
espacial y socialmente y, siguiendo con el juego de
palabras, algunos han
presentado connotaciones de crecimiento heterodoxo y de
urbanización
marginal.
6. CONCLUSIÓN
Hasta aquí hemos visto el crecimiento del paisaje
residencial en Vitoria-
Gasteiz después de 1950, aquél ha sido planificado cada
vez más y más
matizadamente, con algunas pequeñas excepciones.
Indudablemente el espacio residencial tiene una finalidad
y unas perspectivas
diferenciadas para los agentes urbanos: es un espacio cuya
producción
capitalista interesa a la iniciativa privada y por su
función de lugar de la
reproducción de la fuerza de trabajo interesa también al
poder político. Los
intereses han entrado en juego y éste ha sido encauzado
por la planificación y
la gestión. La administración ha reglamentado,‘ sin
obstaculizar, a la
iniciativa privada, con lo cual se han podido obtener
condiciones favorables
para el desarrollo del sistema.
Unos espacios han sido reservados a la iniciativa privada,
otros han sido
llevados a cabo por cuenta de la acción pública e incluso
han existido
realizaciones en colaboración dirigidas por el
Ayuntamiento. Con esta
adjudicación de puestos en el juego, se han
compatibilizado procesos de
acumulación particulares sin obstaculizar el proceso
general y viceversa.
Todas las posibilidades se han aprovechado para esta combinación de
intereses, llegándose a fórmulas atípicas, muy particulares de Vitoria. A
este respecto hemos de mencionar que el régimen jurídico-administrativo
alavés y la colaboración financiera de una entidad de ahorro corporativa,
han sido
fundamentales a la hora de poner en práctica la capacidad
de gestión del
Ayuntamiento de la ciudad.
Por todo lo anteriormente expuesto, la ciudad aparece hoy
con unos
estándares urbanísticos de nivel superior a otras del
Estado —no tanto en
viviendas—.
La Ley del Suelo que se podía cumplir según mejores o
peores
interpretaciones, o no cumplirse, en Vitoria ha tenido un
seguimiento
importante, dándose la circunstancia de que al cumplir lo
planificado se ha
beneficiado quien tuvo interés en planificar.
La ciudad, hoy, aparece con ciertas diferencias respecto a
otras. En ella
no se cuenta con fenómenos como el chabolismo, las
conculcaciones de
zonificaciones, las llamativas insuficiencias de
equipamientos, etc. Pero en
definitiva, las diferencias mayores son de forma y
gestión; la ciudad se ha
producido siguiendo el sistema capitalista, con su
finalidad y sus contradicciones.
Es por tanto, una ciudad diferente y no diferente. Se
iguala al resto de
las del Estado porque ha seguido un modelo de desarrollo
dentro del marco de
la producción capitalista del espacio, con problemas de
segregación espacial,
contradicciones espaciales, etc.
Difiere de otras por haber obtenido unos estándares
urbanísticos superiores
y porque los aspectos de tercermundismo urbanístico, en
ella, han sido
mínimos o inexistentes.
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