FUNCIÓN DEL MONTE EN EL PAÍS VASCO
JORGE ASCASÍBAR ZUBIZARRETA
A lo largo de la charla que vamos a desarrollar esta
tarde, vamos a tratar
algo más que el simple concepto
Explotación Forestal,
por lo que podríamos
denominar la presente comunicación, algo así como FUNCION
DEL MONTE
EN EL PAIS VASCO.
CONCEPTO DE MONTE
Bajo la denominación de monte se entiende todo terreno
rústico que no
siendo naturalmente característico de cultivo agrícola
permanente, desempeña
funciones protectoras, recreativas y productivas, bien
porque en él vegeten
especies arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas,
sea espontáneamente
o procedentes de siembra o plantación, o bien porque haya
quedado adscrito a
la finalidad de ser repoblado, como consecuencia de
resoluciones administrativas
dictadas al amparo de la legislación vigente.
En esta definición legal de monte se contemplan las tres
grandes
funciones protectoras, recreativas y productoras a las que
nos vamos a referir,
si bien haciendo más hincapié en la última función citada,
la productora, por
ceñimos al encargo que se nos ha encomendado en este I
Curso Superior de
Geografía de Euskal-Herria.
VEGETACIÓN DEL PAÍS VASCO
Aunque sea de una manera somera debemos decir qué tipo de
vegetación
y más concretamente qué tipo de bosque puebla nuestro
País.
De todos es sabido que la depresión vasca se halla en
posición de
encrucijada sometida a tres influencias climáticas que son
determinantes de la
vegetación de Euskal-Herria.
Así las influencias atlánticas y europea condicionan sustancialmente la
vegetación de Guipúzcoa y Vizcaya y la influencia mediterránea, que da su
impronta a parte notable de la vegetación de Alava y
Navarra, que por otro
lado también se ven afectados por los componentes
atlántica y europea.
El clima húmedo y templado de las provincias costeras
favorecen el
desarrollo de los bosques mesofíticos de robles y hayas.
Estos robledales y hayedos representan la climax, es
decir, las agrupaciones
vegetales en equilibrio estable con los factores físicos y
biológicos de las
diversas estaciones naturales.
Propias de Guipúzcoa y Vizcaya, además del roble y haya,
son los
fresnos, alisos, avellanos, abedules, acebos, nogales,
cerezos, arces y
encinas en las zonas calcáreas.
Como sabemos, más adelante entraremos en detalles, que
este tipo de
bosque, ha sido eliminado, en parte, por el hombre a lo
largo de la historia
reciente, y ha sido sustituido por especies productoras de
madera con fines
industriales.
La vegetación de Alava y Navarra con marcada influencia
mediterránea,
goza además de la flora arbórea descrita para las
provincias de la costa, de
toda una serie de quercineas y especies de carácter
marcadamente xerófilo
que los proporciona un alto valor florástico que aún hoy
se conserva.
FUNCIÓN PROTECTORA DEL BOSQUE
Una vez descrita, aunque someramente, la representación
arbórea del
bosque originario del país, vamos a referirnos a la
importancia que tiene la
cubierta vegetal, en general, para reforzar el carácter
protector del monte.
También es sabido que el bosque, con su capacidad de
retención de agua,
es el principal embalse a efectos de acumulación del
preciado líquido, a la vez
que la esponja que hace que poco a poco vaya discurriendo
de modo que sea
utilizable por nosotros de una manera económica y
renovada.
Esta retención de agua se efectúa en las hojas, de modo que puede llegar
al 2530% de su peso, en arbolado de frondosas, y en el suelo cuando por
infiltración es capaz de absorber los siguientes porcentajes según tipo
de bosque:
— Un m.3 de hojarasca de haya absorbe 274% de su peso en agua.
— Un m.3
de hojarasca de helecho
absorbe 279% de su peso en agua.
— Un m.3
de hojarasca de abeto
absorbe 150% de su peso en agua.
— Un m.3
de hojarasca de pino
absorbe 142% de su peso en agua.
Esta característica de regulación hídrica del bosque
proporciona una
eficaz protección a los cultivos, vías de comunicación,
asentamientos
humanos y al propio suelo evitando su erosión.
Además, el bosque con su cubierta arbórea tiene un efecto
termorregulador
de modo que por la transpiración de las hojas suaviza los
rigores de un
calor excesivo o de un frío extremo.
Además, este efecto de bombeo de agua del suelo a la
atmósfera favorece
el intercambio del aire haciendo que se produzca un
movimiento de
convección entre las diversas capas.
Por último diremos, que la pantalla natural, viva y
renovable que supone
un monte arbolado favorece notablemente la amortiguación
del efecto del
viento y del ruido a la vez que cada hoja o acícula, según
los casos, de cada
árbol, supone una area inestimable de retención de polvo y
sustancias
nocivas, que suspendidas en el aire pueden ser nocivas
para el hombre.
FUNCIÓN RECREATIVA DEL MONTE
A nadie se le oculta, que hoy, modernamente, existe una
demanda
creciente y diversificada de espacios de ocio para
satisfacer las necesidades de
tipo recreativo, de expansión y de disfrute.
Tradicionalmente y desde hace muchos años, esta demanda ha
encontrado
acogida en el País Vasco, en nuestros montes y así el
montañismo, las
excursiones, el ejercicio de la caza y pesca, la
admiración del paisaje, han
sido desde antiguo prácticas que nuestro pueblo ha
desarrollado en el monte.
Se impone hoy en día la necesidad de una ordenación y
mejora del medio
natural, pero el recurso monte lo tenemos ahí y en base a
él vamos a dar salida
a las demandas antes citadas.
Las zonas altas del País, los límites de provincia y en
general el cresterío
de nuestras cumbres suponen las áreas más demandadas por
el visitante que
va buscando satisfacer su necesidad de contacto con la
Naturaleza.
Coincide que en esas zonas están localizados
preferentemente los montes
de Utilidad Pública declarados así por su carácter
protector al estar en las
cabeceras de los ríos y dar cabida a las especies
frondosas, cuya protección y
conservación es necesaria, además de constituir los
espacios que al estar
menos humanizados, poseen una representación mayor de
valores naturales.
Ocurre sin embargo, y con esto dejamos apuntado lo que
podría dar tema
para una charla entera, que ha de tratarse por todos los
medios que el
desarrollo socio-económico de las comunidades rurales a
quienes pertenecen
estos espacios no se vea frenado, o lo que es peor
obligado a llevar a cabo
actuaciones que tiendan al deterioro del activo natural,
sencillamente porque
se hayan planteado la contemplación y el disfrute de la
mayoría de la sociedad
a costa de las limitaciones impuestas al medio rural.
FUNCIÓN PRODUCTORA DEL MONTE
Además de las funciones antes descritas de protección y recreo del monte,
de indudable valor, pero difícilmente cuantificables en unidades
monetarias, se encuentra la función productora del monte que proporciona
beneficios
cuantificables, transformables, transportables y en
definitiva capaces de ser
aprovechados por el hombre lejos del propio monte que los
ha originado.
Desde muy antiguo el hombre ha sabido que la madera, las
leñas, los
helechos, aguas, frutos, caza, cortezas, etc., eran
productos que el monte
reponía, hoy llamaríamos recursos renovables, y los
utilizaba sin romper el
equilibrio, de modo que sin deteriorar ese maravilloso
capital, fuente de
tantas riquezas, extraía la renta que el monte le producía
en forma de los
productos citados.
Durante los siglos XVI al XIX, tiene especial significado
la producción de
hierro en las ferrerías para la cual es necesaria, una
cantidad enorme de
madera, base para la producción de carbón vegetal.
A la vez, e incluso desde una época anterior, han sido los
bosques del país
fuente de madera de calidad y grandes dimensiones para la
construcción
naval.
Otro aspecto productivo del monte aprovechado intensamente
por el
hombre ha sido el cultivo agrario en un territorio en el
que las dificultades
orográficas, la escasez de suelo y la fuerte densidad de
población han forzado
a un aprovechamiento del monte transformándolo en tierras
de cultivo. Ya
anteriormente, el hombre transformó las cumbres arboladas,
en zonas de fino
pasto (Aralar, Urbía, Gorbea, etc.), pero fue más tarde
cuando la necesidad
de cereales y pastos para alimentar a los hombres y el
ganado, obligó a
cambiar la vida nómada y errante de unos pastores por la
sedentaria del
agricultor, cuando se produjo el asentamiento del baserri,
desmontando
superficies de robledal y castañal dando lugar a madera
para construir la
vivienda y a tierras que cultivar.
Ya en el presente siglo, la situación de los montes del
país era tal, que en
la ponencia sobre «La Riqueza forestal e industrias
derivadas», que presentó
Octavio Elorrieta al Primer Congreso de Estudios Vascos
celebrado en Oñate
en 1918 decía:
«Las tres quintas partes del suelo de Vizcaya eran
improductivas». «El
país se mantiene más de la mitad de su territorio
improductivo, ha hipotecado
más de la mitad de su independencia».
Un año más tarde en 1919, el Diputado D. Vicente Laffitte
Obineta
presentaba un trabajo al Consejo Provincial de Agricultura
en el que
refiriéndose a los montes de Guipúzcoa, entresacamos los
siguientes:
«De la superficie total de los montes comunales,
corresponden tal vez
unas 20.000 Ha. a la zona alta en que domina el haya,
integrada principalmente
por los montes de Salinas, Oñate, Cegama e Idiazábal,
montes de la
Parzonería Enirio-Aralar, la mayor parte de los montes de
Ataun y parte alta
de los de Lizarza, Berástegui, Villabona, Renteria,
Oyarzun e Irún».
«Todos estos montes están incluidos por su situación entre los montes
protectores de los principales ríos de Guipúzcoa, siendo su extensión
bastante considerable para que su repoblación completa influyera de un
modo notable
en el estado general de toda la zona de montes de
Guipúzcoa, tanto
particulares como comunales».
«De estas 20.000 Ha. de protección no pasarán de 4.000 el
número de
hectáreas repobladas de árboles, estando todo el resto
dedicado exclusivamente
al pastoreo».
«De las 15.000 Ha. de la región media y baja, puede
decirse que salvo
algunos pequeños robledales, toda esta superficie ha
quedado talada estos
últimos años».
«Respecto a los bosques de propiedad particular, ocurre lo
propio; han
desaparecido en su inmensa mayoría».
«Sin embargo en medio de este cuadro tan desolador, decía
D. Vicente
Laffitte, justo es considerar con verdadera satisfacción
los excelentes trabajos
de repoblación forestal que se han practicado en los
diferentes puntos de la
provincia, de los que merecen especial mención los
llevados a cabo en Oñate,
Oyarzun e irún».
Iniciaron las Diputaciones una tarea repobladora y de
fomento de los
bosques ensayándose muchas especies y de los años 1906 y
1912 son las
primeras repoblaciones en base a especies tales como los
chopos, robles,
fresnos, olmos, tilos, plátanos, nogales, acacias,
eucaliptus, etc. entre las
frondosas y abetos, alerces y pinos (silvestre, laricio,
strobus, pinaster,
insignis) entre las resinosas.
Las primeras repoblaciones se hicieron en masas mezcladas
de diversas
especies de modo que se constituyeron auténticos arboretos
de inestimable
valor, desde el nivel del mar a cotas de 1.000 m..
Después de la 2.ª Guerra Mundial, en que la escasez de
materias primas se
hizo notar, comienza un largo período de autarquía en el
que la madera que se
aprovechó, procedente de repoblaciones de treinta años
atrás alcanza precios
importantes.
Paralelamente en la vida del caserío se pasa
paulatinamente de un régimen
de autoconsumo a otro de mercado en el que es preciso
aumentar la
productividad.
Se inicia, intensificándose, el sistema de trabajo «a
tiempo parcial», que
define claramente la forma de vida del caserío.
La juventud va a la industria a trabajar, iniciando un
éxodo que se ha visto
favorecido a partir del momento en que las mejoras
económicas y sociales
conseguidas en la industria han aumentado con notable
ventaja frente a las del
sector agrario.
Igual efecto se ha producido al disminuir el número de
horas de prestación
en la jornada laboral industrial por aumento de
productividad, que no ha ido
pareja en la jornada del agricultor-ganadero.
Citemos por último el mayor atractivo de las prestaciones del Régimen
General de la Seguridad Social frente al Especial Régimen Agrario y la
existencia de unas vacaciones retribuidas en la industria,
que en la agricultura
no se dan.
Estas razones han hecho que paulatinamente, en los últimos
treinta años
haya disminuido considerablemente la superficie de cultivo
y que numerosas
hectáreas que antes eran praderas o manzanales hayan
pasado a repoblarse
con la especie que a corto plazo ha tenido mayor
rendimiento: el pino
insignis, por otro lado muy demandado para la fabricación
de pasta para papel
y más modernamente para la fabricación de tableros de
partículas y como
madera de sierra en las piezas de mayor dimensión.
Si bien en un principio, como antes se ha dicho, las
repoblaciones fueron
hechas por bosquetes, mezclando especies, a partir de los
años 40, paulatinamente
fue ensanchándose su área de localización y su extensión
como masa
pura, comenzando a aparecer los repoblados monoespecíficos
de 20 y 30
hasta 50 Ha..
La composición de las masas forestales en el momento
presente es
parecida a la que puede verse en los cuadros siguientes,
según datos del
último Inventario Forestal, ampliados según distribución
por cotas, en el
Anexo entregado:
COMPOSICIÓN DE LAS MASAS FORESTALES
Superficie poblada (hectáreas)
DISTRIBUCIÓN DE LA PROPIEDAD
Superficie poblada (hectáreas)
Pertenencias |
Alava |
Gipuzkoa |
Bizkaia |
Nabarra |
Total |
Montes del Estado |
— |
787 |
765 |
19.452 |
21.004 |
Montes consorciados |
— |
3.597 |
6.753 |
491 |
10.841 |
Montes U .P. no consorciados |
82.672 |
12.423 |
12.662 |
185.067 |
292.824 |
Otros (D.For) |
— |
1.120 |
1.500 |
12.740 |
15.360 |
Montes de régimen privado |
25.370 |
100.923 |
104.548 |
86.079 |
316.920 |
Total |
108.042 |
118.850 |
126.228 |
303.829 |
656.949 |
Este año, confiamos tener el inventario por especies y edades según vuelo
de 1980, trabajo que está en realización.
La producción de madera de Comunidad Autónoma es la que puede verse en el
cuadro siguiente:
1 9 8 1
DESTINO
M 3 S/C
1. APEA PARA PASTAS PAPELERAS 678.000
2. APEA PARA TABLEROS
27.000
3. APEA MINAS, PUNTALES, ETC.
80.000
4 . ROLLIZO PARA ASERRADEROS 576.000
5 . T O T A L . . . . . . . . . . . . . . . . .
1.361.000
En donde se hallan incluidos del orden de 50.000 m.3 de frondosas para
sierra.
A título informativo, las producciones de las fábricas papeleras del país
son:
FABRICANTES DE PASTA MECÁNICA
EMPRESA Tm. de PASTA
UBICACION
1. CELULOSA ANDOAIN, S.A.
10.000 GUIPUZCOA
2. ECHEZARRETA, S.A.
15.000 GUIPUZCOA
3. GUREOLA SCOTT, S.A.
5.000 GUIPUZCOA
4. LA PAPELERA ESPAÑOLA, S.A. 78.000 GUIPUZCOA
5. OPUA, S.A.
30.000 GUIPUZCOA
6. SAN MIGUEL, S.A.
12.000
VIZCAYA
A base de 2,5 m.3
de pino insignis por Tm. de
pasta.
FABRICANTES DE PASTA QUÍMICA
DE FIBRA CORTA BLANQUEADA
EMPRESA Tm. de PASTA UBICACION
1. PAPELERA AMAROZ, S.A. 21.000 GUIPUZCOA
2. PAPELERA DEL ORIA, S.A. 21.000 GUIPUZCOA
3. PAPELERA G. ZICUÑAGA, S.A. 42.000 GUIPUZCOA
Que fabrican en base a eucalipto, 3,3 m./Tm.
de pasta, traído de fuera de la
Comunidad Autónoma.
FABRICANTES DE PASTA QUÍMICA CRUDA
EMPRESA Tm. de PASTA UBICACION
1. CELUL. DE NERVION, S.A.
64.000 VIZCAYA
2. LA PAPELERA ESPAÑOLA, S.A. 41.000 VIZCAYA
3. PAPELERA NAVARRA, S.A.
63.000 NAVARRA
A base de 4,5 m.3
de madera de pino por Tm.
de pasta.
En cuanto a la madera de sierra que se produce en un
volumen de 576.000
m.,
la estructura de las serrerías es muy deficiente de tal modo que
existiendo 132 aserraderos en el país y entre 24 serrerías
producen el 66% del
t o t a l .
Este aspecto estructural es el que más hay que cuidar
junto con el de
obtener una madera de mejor calidad para rentabilizar el
monte en un país en
donde la mano de obra es cara, las posibilidades de
mecanización de la
explotación limitadas y el tamaño de los montes reducido.
Pasemos a ver otros dos aspectos a tener en cuenta dentro
de la
producción del monte que son la capacidad de generación de
empleo y el
aprovechamiento energético del monte.
EL MONTE Y LA GENERACIÓN DE EMPLEO
En la UNESCO se dijo, hace algunos años, que el paro era
quizá el
problema más grave con que se enfrentaba el mundo en lo
que quedaba de
siglo, y en el Club de Roma que, a causa de la escasez de
alimentos y su
irregular distribución, se avecina una era de grandes
hambres.
Las Cartas del Agua (1968) y del Suelo (1972), del Consejo
de Europa,
advierten que estos elementos son recursos escasos, y las
Naciones Unidas
(1972) instan a restaurar, conservar y mejorar la
capacidad de la Tierra para la
producción de recursos renovables, vitales.
Todos los indicios nos hacen pensar, hoy en día, que no se
resolverá la
crisis del modelo actual de sociedad, si no se impone la
sensatez de considerar
que la producción primaria es la más vital para las
necesidades humanas.
Cada vez se habla y se escribe con mayor insistencia
acerca del paro.
También es cierto que la mayoría de los esfuerzos
tendentes a mitigar al
desempleo van. encaminados a la creación de puestos de
trabajo en la
industria. Parece fiarse solo en las infraestructuras
artificiales para la
producción secundaria y terciaria, con manifiesto olvido
del potencial de
empleo que ofrece nuestro medio físico natural.
Una de las mayores dificultades con que tropieza la lucha
contra el
desempleo, en una situación en la que no es fácil
discernir qué es lo que más
conveniente producir, al no verse clara una línea de
futuro, suele ser la gran
inversión necesaria para crear esos puestos de trabajo que
requieren unas
instalaciones y maquinaria previas, de elevado costo.
Además, en muchos casos este desembolso inicial se
prolonga en el
tiempo de modo que desde el momento en que se decide la
creación de los
puestos de trabajo industriales, consiguientemente la
inversión a realizar,
hasta que comienza realmente la producción, puede pasar un
dilatado período
en que al costo de subsidio de desempleo hay que añadir el
de financiación de
las obras de infraestructura, montaje y puesta a punto de
la maquinaria de
nueva instalación.
Estos inconvenientes no se producen cuando se trata de
promocionar
empleo en el Sector Primario y más concretamente, como en
el caso a que
vamos a referirnos, cuando se trata de promover puestos de
trabajo dedicados
a la explotación forestal y la adecuación, en general, del
medio natural.
Los trabajos selvícolas (desbroces, limpias, podas, etc.),
las repoblaciones,
las limpiezas de márgenes de ríos, regatas, fuentes,
playas, así como la
adecuación y limpieza de áreas recreativas, sendas,
caminos y parques, no
requieren inversión previa, a lo sumo una sencilla
herramienta manual, y
pueden llevarse a cabo prácticamente en cualquier época,
sin que sea
necesaria una actuación continuada en el tiempo, es decir,
que pueden
acometerse por unidades de actuación previamente
establecidas que permiten
trabajar con estacionalidad.
La teoría Keinessiana considerando a la inversión pública
como generadora
de empleo e instrumento de desarrollo y equilibrio rural
cobra mayor fuerza
si pensamos que para promover los puestos de trabajo del
tipo de los
anteriores citados, no hace falta prácticamente inversión,
siendo la totalidad
del gasto jornales que pueden generarse en la comarca en
la que se acomete la
acción, si bien, hay que tener presente desde el primer
momento, que la
gestión del estudio, propuesta, recluta de la gente y
control de la ejecución de
los trabajos, supone no pocos esfuerzos.
A título indicativo del empleo que puede proporcionar sólo
el bosque, sin
tener en cuenta otros usos propios tan importantes, como
el ganadero,
citaremos algunos datos extraídos de comunicaciones
presentadas en el
último Congreso Forestal Mundial.
En amplias áreas reforestadas se ha creado un empleo fijo
por cada treinta
hectáreas (L. Jorge Castaños, Argentina). El bosque de
L’Aigoual, con
15.600 Ha., arrasado en el siglo XVIII y reforestado a
principios del XIX,
rinde un empleo cada cincuenta hectáreas, entre gestión
forestal, explotación
y atención de infraestructura recreativa creada (B. Tanton,
Francia).
Los 135 millones de hectáreas de bosque francés dan
trabajo, entre
selvicultura, explotación y transformación de productos, a
600.000 personas
lo que representa una tasa de un empleo cada 22,4
hectáreas.
En el País Vasco, con una producción de 850.000 m.3
madera con destino
a las fábricas de pasta para papel y tableros y 530.000 m.3
con destino a las
sierras, se generan del orden de 2.250 empleos permanentes
en las tareas de
repoblación, tareas selvícolas, elaboración, y transporte,
además de los 1.600
puestos de trabajo existentes en la industria de pasta y
papel serrerías y
tableros, lo que supone para las 350.000 Ha. arboladas en
los montes de la
Comunidad Autónoma, un empleo cada 90 Ha.
Sin duda alguna cabe mayor empleo en el monte, en tareas
de tipo
selvícola tendentes a mejorar la calidad de la madera y el
estado de las masas
forestales, y en operaciones de adecuación recreativa en
parques, sendas, etc.
de modo que llegáramos al ratio de un empleo cada 50 Ha.
arboladas.
EL APROVECHAMIENTO ENERGÉTICO DEL MONTE
Realmente, la madera, la leña, los frutos, pastos y en general cuanto
produce el monte, y que de una manera natural se renueva, están producidos
a
partir de la originaria fuente de energía que es el sol,
la luz, fundamental para
que a través de la función clorofílica las partes verdes
de los vegetales den
lugar a los diversos productos con el concurso del agua y
las sustancias
nutritivas de todo tipo, que se encuentran en el suelo.
Esta capacidad del monte de funcionar como acumulador de
energía, está
dando lugar a que puede contemplarse la producción
forestal desde una nueva
perspectiva cobrando especial relevancia la Xiloenergética,
ciencia que trata
de la energía obtenida a partir de productos leñosos.
La materia prima leñosa y en particular la madera tiene la
particularidad
frente a otros productos básicos necesarios para el hombre
que es directamente
utilizable con un pequeño costo de transformación pues la
«planta
industrial» en donde se ha producido la madera o la leña
no tiene gastos de
infraestructura, ni de energía.
Por el contrario, el acero, cemento o aluminio para que
puedan ser
utilizables por el hombre llevan un consumo brutal de
energía desde la
extracción del mineral o de la piedra en la cantera, a la
elaboración en
procesos industriales altamente demandantes de energía.
De este modo, se establece que el consumo de energía para
disponer en
forma utilizable una tonelada de madera, acero o aluminio
es la siguiente:
— Para una Tm. de madera aserrada son necesarios: 430 Kwh.
— Para una Tm. de acero son necesarios: 2.700 Kwh.
— Para una Tm. de aluminio son necesarios: 17.000 Kwh.
Esta proporción, que es muy significativa a la vista de las cifras dadas,
se hace más marcada si ponemos en juego la densidad de los tres
productos, de modo que para obtener un metro cúbico de los tres
productos, en situación de poder utilizarlos, el consumo de energía será:
— Para un m.3 de madera aserrada son necesarios: 215 Kwh.
— Para un m.3
de acero son necesarios:
20.770 Kwh.
— Para un m.3
de aluminio son necesarios:
42.500 Kwh.
Este dato comparativo, cobra mayor fuerza si tenemos en
cuenta que la
madera, al ser transformada da lugar a unos residuos que a
su vez tienen en
alto potencial energético, de modo que, como puede verse
en las cifras que
damos a continuación según el tipo de industria, la
producción de energía, en
termias por tonelada de residuos es la siguiente:
Tipo de Industria Th./Tn. de los residuos
Aserrado 2.860
Tableros contrachapados 2.573
Tableros de partículas 724
Tableros de fibras 357
De lo que deducimos dos consecuencias importantes:
1.º La transformación energética de los residuos hace autosuficiente las
industrias de aserrado y tablero contrachapado y hacen más rentables
energéticamente los de partículas y tableros de fibras.
2.º El aprovechamiento de la energía de los residuos
industriales de la
industria de la madera es fundamental en la economía
energética del monte.
Deliberadamente hemos dejado para el final de este
apartado el aprovechamiento
de los residuos que habitualmente se quedan en el monte.
Ante el encarecimiento de la energía, ha tomado gran auge
el estudio de la
posibilidad de utilización de ramas, cortezas, tocones,
etc., bien para quemar
en planta industrial o como combustible urbano en cocinas
o calefacciones.
Los países que tienen una geografía más llana que la
nuestra se están
planteando la utilización de residuos leñosos procedentes
de las cortas
(ramas, hojas, acículas, tocones), para obtener energía y
sustituir de este
modo el petróleo.
Aquí se han hecho algunas pequeñas experiencias que no han
llegado a
tener mayor relevancia, al margen de que los residuos de
serrerías, papeleras
y fábricas de tableros si están siendo utilizados con
notable éxito.
Está por ver en qué punto ha de quedarse esta extracción
de productos que
irían a descomponerse al suelo, no sea que si arramplamos
con todos,
tengamos que abonar con productos inorgánicos, que también
tiene su coste
energético.