GEOGRAFIA E HISTORIA DE DONOSTIA-SAN SEBASTIAN

 

Geografía e

Historia de Donostia

S. Sebastián

Edición octubre 2013

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5.4.3 

INFRAESTRUCTURAS DE SERVICIOS URBANOS

© Juan Antonio SAEZ GARCIA

 

5.4.3.1 ABASTECIMIENTO DE AGUA 

La población de San Sebastián no dispuso dentro del recinto murado de más agua potable que la que proporcionaron algunos pozos, los aljibes del Castillo y varios escasos manantiales en Urgull. Con objeto de solucionar tal problema, en el año 1566 comenzó la construcción de una conducción de agua desde los manantiales de Olarain, en la falda del monte Igueldo. El proyecto de la misma fue realizado por el fontanero tolosano Juan Sanz de Lapaza, pero su ejecución fue abandonada por dificultades técnicas.

Donostia - San Sebastian. Fuente del Chofre (Txofre)

Fuente del Chofre

En 1609 comenzó la ejecución de una nueva conducción de aguas diseñada por el fontanero Juan Ferrier, esta vez desde Morlans. La obra tuvo que ser reconstruida en 1658, dotándola de un acueducto bajo cuyos arcos transcurría el agua de la marisma, por constituir la zona de Morlans en aquel tiempo un entrante de la ría que se inundaba en pleamar. Tuvo que sufrir nueva reparación por parte del fontanero bordelés Pedro Larrochet como consecuencia de su nueva destrucción en el sitio de 1719.

Tras el incendio de 1813 el agua de Morlans -que procedía un conjunto de 19 pequeños manantiales- alimentó a la fuente (1814) que se instaló en la Plaza Vieja. Tal fuente estuvo coronada por un León, el mismo que tras el arrasamiento de las murallas ha ornado durante muchos años la Plaza de Lasala. Al reducido caudal de Morlans se sumaron los procedentes de los manantiales de Lapazandegui y Moneda (1848), situados en Ulía.

El abastecimiento de agua potable se organizaba mediado el siglo XIX de la siguiente manera: el agua de la nueva traída de Ulía alimentaba la fuente de la plaza de los Esterlines, desde donde partían otras dos conducciones; una hacia la calle de la Trinidad (con un ramal hacia la fuente de San Vicente) y la otra hacia el alto de Puyuelo (al oeste) del que partía una conducción hacia el puerto que alimentaba dos fuentes y un pequeño lavadero. El viejo acueducto de Morlans alimentaba las fuentes de la Plaza Vieja, de la Brecha y el Abrevadero de la calle de los Cuarteles.

El constante aumento de la población y la generalización de las instalaciones de agua corriente en las viviendas aconsejó complementar los aportes de agua, creando la infraestructura necesaria para ello. Con este fin se procedió al aprovechamiento de los manantiales de Errotazar (1865, ampliada en 1872), Txoritokieta (1885) y Olarain (1892), así como a la construcción de los depósitos de Soroborda (7.000 m3) y Buskando (10.000 m3), ambos situados en el Alto de Miracruz. Además, existían en las proximidades fuentes públicas como las de La Salud (actual Amara Viejo), del Chofre (actual Gros), cuatro en el Paseo de S. Francisco y otras más, además de 10 abrevaderos.

Donostia - San Sebastian. Aguadora en la Fuente de la Salud

Fuente de la Salud: Aguadora

Pero las nuevas traídas de agua se quedaron muy pronto obsoletas. De forma que, tras arduas negociaciones, el 26 de abril de 1895 fue aprobada la Ley Especial por la que se declaraba de utilidad pública el abastecimiento de aguas de la Ciudad de San Sebastián y se concedía a su Ayuntamiento el derecho de derivar del río Urumea o de sus afluentes un caudal máximo de 200 l/sg.

El 10 de septiembre de 1896 la Reina Regente María Cristina y su hijo (el futuro Alfonso XIII) asistieron en Ventas de Astigarraga al inicio de las obras de la nueva traída de aguas del río Añarbe, que por al altura a la que discurría (167 m en Txoritokieta) fue denominada como "canal alto" o de "alta presión", permitiendo el transporte de 250 l/sg (ampliada más tarde a 400 l/sg). La obra fue proyectada por el ingeniero Marcelo Sarasola y el arquitecto Nemesio Barrio, entrando en funcionamiento en 1899. Transcurridos tres años, la ciudad sufrió una epidemia de fiebres tifoideas (40 muertos), culpando de la misma a la contaminación de las aguas que llegaban a la ciudad, razón por la que el Ayuntamiento determinó la modificación de la toma de agua, encargando el proyecto técnico al ingeniero Antonio Sonier. Esta modificación forzaría, años más tarde a la compra de la finca denominada Artikutza.

La citada finca (3.700 Ha.) está enclavada en el término municipal de Goizueta (Navarra). Perteneció desde 1270 a la Colegiata de Santa María de Roncesvalles16, y a partir del siglo XIV tuvo una importante actividad ferrona. Funcionaron en ella las ferrerías denominadas Artikutza, Urdallue, Goizarin y Elama (con sus pequeños embalses reguladores, hornos de calcinación, talleres, etc.). Actividades íntimamente ligadas a la ferrera fueron la minería (hierro principalmente) y el carboneo. También hay restos de hornos tejeros (Gorritxo) y caleros (Egazki I y II, Loiola, Goizarin y Elama)

La finca fue desamortizada en 1844 y posteriormente vendida por el Estado. Tras pasar por varias manos se hizo con ella el empresario, político y periodista Rafael Picavea, que vendió al Ayuntamiento de San Sebastián (24-12-1903) el derecho a desviar de la regata de Elama hasta 203 l/sg. de agua con destino al abastecimiento de San Sebastián. Tras las pertinentes comprobaciones el Ayuntamiento llegó a la conclusión de que en el estiaje la regata proporcionaba un caudal considerablemente inferior al contratado, por lo que hizo uso de la cláusula del contrato que le autorizaba a obtener caudales de agua complementarios de otras regatas de la finca (Enobieta, Urdallue, Errolarri, etc.), procediendo inmediatamente a ejecutar las obras pertinentes.

Embalse de Artikutza (Goizueta, Navarra) Finca propiedad del Ayuntamiento de Donostia - San Sebastian

Embalse de Artikutza

Tal decisión no fue aceptada ni por Rafael Picavea, ni por el Marqués de Acillona (que compró en 1905 el 80% de la finca). En 1906 Picavea (con su 20%) y el Marqués formaron la Sociedad Explotadora de Articuza. Algún tiempo después de la disolución de la Sociedad (1908) se constituyó en San Sebastián la Compañía Explotadora de Articuza (1912), presidida por José de Acillona.

La situación degeneró en diversos pleitos que se solucionaron el 27 de enero de 1919 cuando la finca fue adquirida por el Ayuntamiento de San Sebastián a los herederos del Marqués de Acillona, incluidas sus aguas, las concesiones mineras y el ferrocarril minero (1898-1917) que unió mediante una vía de 60 cm. de ancho y 18 Km. de longitud la estación de Rentería y la finca..

No habían transcurrido treinta años cuando la infraestructura de abastecimiento de agua necesitó de nuevas inversiones. El embalse de Enobieta se construyó en la finca entre 1947 y 1960. Tiene una capacidad de 3 Hm3, pero por razones técnicas no puede llenarse más allá de la mitad. En 1958 entró en servicio el denominado canal de Arrambide-Txorikokieta que, dotado de una capacidad de 1.100 litros/sg., transcurría por una cota más baja que el preexistente(90 m., de ahí su denominación de Canal bajo).

El aumento del consumo de agua derivado del crecimiento de la población comarcal hizo necesaria la unión de los municipios cercanos a San Sebastián con objeto de enfrentarse mancomunadamente al problema. A tal efecto se formó en el año 1968 la que se denominó "Mancomunidad de Aguas del Añarbe". El abastecimiento a los municipios que participan en la misma se nutre principalmente del denominado embalse del Añarbe (1975), que toma su nombre del afluente del Urumea en el que se asienta la presa. La misma tiene una altura de 65,5 m. y está situada a una cota de 160 m. sobre el nivel del mar, recogiendo las aguas de una cuenca de 100 Km2. Dispone de una capacidad de 43,7 Hm3., aunque para garantizar la regulación de la cuenca en caso de lluvias extraordinarias no se permite su total llenado.

Con objeto de realizar el aprovechamiento hidroeléctrico del embalse, se constituyó en 1993 bajo la forma de sociedad anónima la Central Hidroeléctrica del Añarbe, destinada a satisfacer las necesidades de alumbrado público de los municipios integrados en la Mancomunidad. La citada sociedad está participada por el Ente Vasco de la Energía (97,6%) y Aguas del Añarbe s. a. (2,4%).

El transporte de agua desde los embalses hasta los lugares de consumo se realizó hasta 1992 a través de los denominados Canal Alto (embalse y regatas de Artikutza) y Canal Bajo (embalse del Añarbe). El primero contó con una capacidad de 250 l./sg., ampliada hasta los 400 l/sg., siendo retirado del servicio provisionalmente en 1992 a causa de sus fuertes pérdidas, quedando en reserva.  Alimentaba a los depósitos de más alta cota (130 m. de altura): Oriaventa (20.000 m3 de capacidad) que abastecía a Ayete, Miraconcha, Lugaritz, Añorga, Igueldo, etc. y el depósito de Putzueta (17.000 m3) que surtía de agua a Altza, Bidebieta, Ulía, Intxaurrondo, Eguía, etc. De esta forma el embalse de Artikutza quedó relegado a participar en la regulación del caudal de la cuenca

El Canal Bajo, dotado de una capacidad inicial de 1.600 l/sg., fue ampliado en 1984 a 2.200 l/sg. Une el embalse del Añarbe con la estación de tratamiento de aguas de Txoritokieta, capaz de tratar 1.600 l/sg., ampliables a 2.200 l/sg. Desde ella parte una conducción (ramal IV) que durante algún tiempo suministró mediante bombeo agua depurada a los depósitos antes surtidos por el antiguo Canal Alto (Oriaventa y Putzueta). Posteriormente se han preparado bombeos destinados a  elevar el agua del depósito de Amara hacia el de Oriaventa y de la depuradora de Txoritokiera al de Putzueta. El depósito de Oriaventa fue derruido en 2009 y sustituido por otro de similar capacidad (20.000 m3) pero situado a mayor cota. Esta sustitución es debida a que la vejez de la instalación solo permitía utilizar la mitad de su capacidad.

De la estación depuradora parten otras tres conducciones: El ramal I suministra agua a los depósitos donostiarras situados en una cota de unos 70 m. de altura: Martutene (6.500 m3), Amara (26.000 m3: Parte Vieja, Centro, Amara, parte de Gros, etc.) y Matía (13.000 m3: Antiguo, Ibaeta, Igara). El ramal II surte al depósito donostiarra de Mons (20.000 m3 y cota de 50 m., que alimenta a parte de Gros, bajo Eguía y Herrera) y los de otros 7 municipios del este de la Mancomunidad, mientras que el ramal III lo hace a otros cinco municipios del oeste de la misma.

5.4.3.2 AGUAS RESIDUALES 

Hasta principios del siglo XX la mayor parte de las viviendas donostiarras utilizaban pozos negros situados bajo ellas para deshacerse de las aguas residuales, que en algunos casos eran limpiados periódicamente.

El drenaje de las aguas de lluvia fue poco eficiente hasta la reconstrucción de la ciudad tras el incendio de 1813 puesto que el centro de la ciudad estaba ligeramente deprimido. Después, en 1842 se abrió un conducto en la calle de la Trinidad (31 de agosto), al que iban a parar la mayor parte de las aguas de la ciudad y de Urgull. La obra fue completada en los años siguientes con otras alcantarillas secundarias. En 1899 el ingeniero Marcelo Sarasola diseñó el moderno sistema de alcantarillado, que a principios del siglo XX contaba ya con 17 Km de alcantarillas visitables.

La cuenca del Antiguo (Igara, Ibaeta, Recalde, El Antiguo) recogió sus aguas residuales mediante un colector que inicialmente desembocó en el extremo del actual Paseo del Tenis, desviadas en la segunda mitad del siglo XX mediante un túnel bajo el monte Igueldo que vertía al mar en el paraje de Tximistarri. Una estación de bombeo próxima al campus universitario, inaugurada en 1994, permitió el desvío de las citadas aguas residuales por el colector que discurre por Miraconcha, con dirección a la estación de bombeo de la Plaza de España.

Los barrios de Gros y Eguía evacuaban sus aguas en las proximidades del puente de Santa Catalina, en la desembocadura del Urumea, siendo conectados a la estación elevadora de Sagües, con objeto de posibilitar su incorporación al túnel que atraviesa el monte Ulía.

El colector de Txingurri recibe las aguas residuales de Herrera, Bidebieta, Altza, parte de Intxaurrondo, etc. y el colector del Urumea recoge las aguas residuales de Loiola y Martutene.

La cuenca de la estación de bombeo de la Plaza de España comprende la Parte Vieja, Centro, Amara y recoge los caudales procedentes de la antigua cuenca del túnel de Tximistarri. Los barrios de Loiola y Martutene vierten al colector del Urumea.

La mayor parte de las aguas residuales de San Sebastián así organizadas se vierten en la zona de la ensenada de Murguita, localizada en la vertiente norte del monte Ulía. En el futuro todos los colectores de la comarca serán conectados a una planta depuradora localizada en las canteras de Kapuene (Loiola), desde la que partirá el agua parcialmente depurada hacia un emisario submarino en las proximidades de Murguita.

5.4.3.3 SUMINISTRO ELÉCTRICO

  El alumbrado público de la ciudad evolucionó no poco a lo largo del siglo XIX. En su inicio estuvo formado por faroles de aceite, que en 1861 fueron sustituidos por otros que utilizaban el gas como combustible. En el año 1882 comenzó a funcionar el alumbrado público eléctrico y la electricidad, lentamente, fue introduciéndose en todos los hogares y negocios.

Es de destacar la supervivencia de un gasomotor alemán de la marca Otto Fabrik Deutz en el interior de los edificios conservados de la Fábrica Municipal de Gas. Tal maquinaria permitía generar electricidad a partir del gas fabricado con destino al alumbrado público de la época. Éste estaba formado por 100 lámparas eléctricas de arco voltaico de corriente continua, de 12 amperios de intensidad, repartidas por las principales calles de la ciudad. El citado grupo electrógeno tiene una potencia de 16 HP, disponiendo de dos gasomotores de un cilindro que trabajan en paralelo, unidos mediante un eje en el que se sitúa un volante de inercia de unos tres metros de diámetro, que a su vez hace de correa de transmisión hacia los elementos generadores de electricidad.

En 1920 el alumbrado público eléctrico estaba formado por unos 170 focos alimentados por el generador de gas. Dos años más tarde se inauguraban dos saltos de producción de energía eléctrica (Txoritokieta y Cuevas de Landarbaso) aprovechando el canal de la traída de aguas del Añarbe.

Antiguo edificio de la Compañia Electrica de San Sebastián (Donostia - San Sebastian)

Edificio construido en la calle Guetaria

por la Compañía eléctrica  de San Sebastián.

Hasta el año 2002 fue la sede guipuzcoana

de Iberduero / Iberdrola.

Fue rehabilitado en el año 2006

Con objeto de proporcionar fluido eléctrico a la ciudad se constituyó en 1912 la Cooperativa Eléctrica Donostiarra. Rafael Picavea y Victor Pradera estaban entre sus accionistas. No duró mucho la empresa, puesto que se disolvió en 1925.

 Mediado el siglo XX eran cuatro las compañías eléctricas que daban servicio a industrias y viviendas de la ciudad: la Compañía Eléctrica de San Sebastián (1890), que se hizo cargo de la central de generación eléctrica propiedad de la Empresa del Alumbrado del gas de San Sebastián, en proceso de liquidación en aquello momentos; la.  Compañía Eléctrica del Urumea (1895), Electra de Aritzacun (1933) y la Distribuidora Eléctrica. Cada una de las cuales disponía de pequeñas centrales hidroeléctricas, capaces de hacer frente a la reducida demanda eléctrica de aquellos tiempos. La Electra de Berchín fue creada por la Compañía del Tranvía de San Sebastián para abastecer de electricidad a tranvías y trolebuses.

El mantenimiento de una compleja infraestructura para la generación y distribución de energía eléctrica propició la absorción en 1950 de las citadas empresas por parte de Iberduero (constituida en 1944 como fusión de Hidroeléctrica Ibérica y Saltos del Duero y a su vez fusionada con Hidroeléctrica Española en 1992 para dar lugar a Iberdrola), cambios culminados con la liberación del sector eléctrico en el último quinquenio del siglo XX.

La infraestructura eléctrica puede sintetizarse esquemáticamente afirmando que las líneas de transporte de energía eléctrica de muy alto voltaje (338 Kilovoltios (Kv), 220 Kv y 132 Kv) procedentes de Ezkio-Itsaso y de Ormaiztegi (Goierri) discurren al sur del Término Municipal para enlazar con la red francesa y la central térmica situada dentro del recinto portuario de Pasajes.

Tres líneas de 132 Kv penetran en el término municipal donostiarra para llegar a tres Subestaciones Transformadoras de Distribución (ST) que realizan la transformación de 132 Kv a 30 Kv. Son las subestaciones de Errondo (que actúa también como STR), Martutene e Igara.

Desde ellas parten líneas de media tensión (30 Kv) hacia grandes consumidores y para alimentar varias Subestaciones Transformadoras de Reparto (STR) que bajan nuevamente el voltaje de 30 Kv a 13,2Kv: STD Martutene/STR Eguía, ST Martutene/STR Alza y ST Usúrbil/STR Errondo.

De las citadas Subestaciones de Transformación y Reparto (STR) salen líneas de 13,2 Kv en dirección a los centros de transformación -subterráneos, aéreos o en lonja- distribuidos por todo el término municipal en razón teórica aproximada de uno cada 325 abonados domésticos o uno por cada Hectárea industrial. En los mismos tiene lugar una nueva reducción el voltaje para su distribución a los usuarios.

La liberalización llevada a cabo a principios del siglo XXI hará que la distribución de la energía eléctrica dependa de varias empresas, excediendo su estudio de planteamientos locales.

5.4.3.4 SUMINISTRO DE GAS 

Fabrica Municipal de Gas de San Sebastian (Hacia 1925. Fototeka Kutxa)

Fábrica de Gas hacia 1925

Con objeto de sustituir los antiguos faroles de aceite que alumbraban la ciudad, en 1861 la "Empresa del Alumbrado de Gas de San Sebastián", de capital mixto -privado y municipal- dispuso su fábrica y gasómetro (depósito regulador) al pie del Cerro de San Bartolomé, cifrándose su producción en unos 300 m2 diarios. En 1893 el servicio fue municipalizado bajo la denominación de Fábrica Municipal de Gas de San Sebastián s. a, procediéndose al traslado de la Fábrica a Morlans. La producción de la nueva fabrica aumentó hasta 500 m3 diarios con objeto de atender la creciente demanda de gas, que en 1939 había ascendido ya hasta 28.000 m3 diarios.

Entre el diverso material que se trasladó de la vieja a la nueva fábrica destaca el gasómetro de 800 m3 de capacidad construido en Lyon por la casa Bonet-Sparing y Cie. Disponía de una cuba metálica y guías tangenciales de 14,8 m. de longitud rematadas con pequeños detalles ornamentales. La estructura de la cuba metálica es de juntas y engranajes remachados y un novedoso sistema interno de mantenimiento totalmente realizado en madera. Constituye uno de los elementos conservados de la Fábrica de Morlans por su interés en el campo de la arqueología industrial.

Año

 Abonados

1970 

 18.000 

1977

  22.000

1980

  25.000 

1985

  28.000

1990

  30.000 

1999

  40.000

2003

  55.000

El combustible distribuido era el denominado "gas ciudad", inicialmente obtenido a partir de la combustión del carbón y, desde 1970, de derivados del petróleo, gracias a un sistema de "craking catalítico de naftas ligeras" con capacidad para producir hasta 10.000 m3/hora.

En la década de 1980 entró en servicio el gasoducto de alta presión Barcelona-Valencia/País Vasco, propiedad de ENAGAS, al que se conectó el gasoducto Bergara-Irún, propiedad de Gas Euskadi. De éste último parten gasoductos de media presión que proporcionan gas natural al usuario industrial y también la red de distribución para usos domésticos explotada por la "Fábrica Municipal de Gas de San Sebastián", que comienza a utilizar la marca comercial "Donostigas". 

La red  principal que surte actualmente a los barrios centrales consta de cuatro arterias que parten de las instalaciones de Donostigas en Morlans, surtida por el gasoducto de Gas Euskadi que llega desde la zona de Oriamendi.

Hasta la llegada del gas natural estas cuatro arterias fueron: Oeste (Antiguo, Bidebieta II e Ibaeta), Centro (Parte Vieja, Ensahche y Gros), Eguía (pasando por el Paseo de los fueros y puente de María Cristina, dando servicio a Eguía, Intxaurrondo Norte y Ategorrieta) y Amara. Las citadas arterias tenían un diámetro de 250 mm, excepto la que alimentaba al Centro, que tenía 400 mm)

Durante la década de los años noventa se introdujo el gas natural en los barrios de nueva construcción y la Fábrica Municipal siguió generando gas ciudad a partir del gas natural mientras se procedía a la reconversión de la red de distribución. En el año 1998 la citada empresa desmanteló sus instalaciones de producción, dedicándose únicamente a la distribución de gas natural entre los aproximadamente 40.000 abonados al servicio. La Fábrica Municipal de gas de San Sebastián s. a. Participó al 55% las empresas Gas Hernani y Gas Pasaia, disponiendo de participación testimonial en la Sociedad del Balneario de la Perla del Océano (0,33%).

En el mismo año se comenzó a tramitar la venta del 49% de la empresa a la Sociedad pública Ente Vasco de la Energía (EVE), operación que culminó en 1999.

El 25 de enero del mismo año su denominación social fue modificada por la de Donostigas s. a., construyéndose seguidamente un nuevo edificio administrativo en los terrenos de la antigua fábrica, manteniéndose los antiguos edificios para albergar un pequeño museo del gas. En el año 2003 desaparece el monopolio de distribución de gas natural.

Integrada Donostigas s. a. en el grupo  Naturcorp junto con el resto de empresas dedicadas a la distribución gasística del País Vasco, el EVE decidió adjudicar el 62% del capital del Grupo Naturcorp al grupo Hidrocantábrico y en tal proceso se verificó en el año 2004 la fusión de las diferentes sociedades en Naturcorp Redes s. a., que comercializó la distribución de gas bajo la "marca" Donostigas, que desaparece como empresa propiamente dicha y con ello la existencia de una estructura empresarial vinculada directamente al Ayuntamiento de San Sebastián, que seguirá manteniendo únicamente las acciones correspondientes. En este momento final  Donostigas contaba con una red de 263 Km de longitud y 55.000 abonados. La denominación de Donostigas fue sustituida progresivamente a partir de 2005 por la de Naturgas energía con objeto de integrar la distribución de energía eléctrica.

La liberalización de la distribución energética provocará un cambio radical en la organización de los servicios que implicará que su estudio exceda de planteamientos puramente locales.

5.4.3.5 TELEFONÍA

Las primeras líneas telefónicas tendidas unieron a finales del siglo XIX los domicilios particulares de algunos empresarios con las oficinas de sus respectivos negocios, situadas en San Sebastián o en localidades vecinas. Es el caso de Brunet (1883), Osácar (1883), Durás (1887), Ubarrechena (1888), Buerba (1888), etc., a las que sería necesario añadir una red oficial (1886) que unió el Gobierno Civil con la Alcaldía, Telégrafos y la Guardia Civil26.

Simultáneamente diversas compañías privadas intentaron o comenzaron a establecer algunos limitados servicios: Compañía Hispano Americana Electro-telefónica (1887) la Compañía Telefónica del Cantábrico (41 abonados en 1889), la Sociedad de Crédito Mercantil de Barcelona (1895), la Sociedad Anónima de Telefonía Privada (51 abonados en 1905) y la Compañía Peninsular de Teléfonos (que tenía arrendada la explotación de la red interurbana del Noroeste).

Cuando revertió al Estado la concesión para la explotación de la red urbana telefónica de que disponía San Sebastián (393 abonados), fue subastada por el Estado, consiguiéndola el Ayuntamiento de la Ciudad haciendo uso del derecho de tanteo que la Ley le otorgaba sobre la mejor oferta. De esta forma el Ayuntamiento de San Sebastián contó desde 1908 con una red telefónica propia por un período de vigencia de quince años, posteriormente ampliada a veinte años. La central municipal (también la Provincial) estuvo situada en la Calle San Marcial n. 28.

El número de líneas instaladas inicialmente por la Red Telefónica Urbana Municipal de San Sebastián fue de 1.080, llegando en el año 1919 a atender a 2.720 abonados. Ante el constante aumento del número de líneas, pronto se planteó la necesidad de nuevas inversiones, pero para que éstas fueran rentables el período de concesión tenía que ser ampliado. Esta fue la razón que animó al Municipio a solicitar la explotación a perpetuidad del servicio, resuelta favorablemente en 1923.

La automatización del servicio (1926) se planteó de forma conjunta con la red telefónica provincial, encargándose la Compañía Ericsson de suministrar al Ayuntamiento una central automática con capacidad para 5.000 abonados, ampliable hasta 10.000, llegándose a modificar la red subterránea con objeto de posibilitar dar servicio hasta 6.500 líneas.

En un primer momento la explotación de la Red Telefónica fue llevada a cabo por el Ayuntamiento como un servicio más dependiente del mismo, hasta que en el año 1959, dada la creciente complejidad de la gestión, se decidió que fuera explotada por un órgano especial de Administración, dotado de presupuesto propio (aprobado por el Ayuntamiento) y regido por un Consejo de Administración y un Gerente nombrados también por la Corporación Municipal.

El déficit generado por el servicio (fruto de una política de tarifas poco realistas), las importantes inversiones necesarias para la adecuación del servicio telefónico a la demanda de la creciente población donostiarra (en el año 1960 existían 13.000 solicitudes no atendidas sobre un total de 20.500 líneas en servicio), unidos la existencia de un monopolio en Manos de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), provocaron en la década de 1970 la enajenación de la red telefónica donostiarra a la CTNE por 1.000 millones de pesetas, tras la que el servicio telefónico experimentó una mejora considerable.

Tras la expiración en 1944 de la concesión de la red telefónica interurbana, la CTNE acabó atendiendo al servicio telefónico de todo Guipúzcoa, con excepción de su capital, con la que mantuvo algunos pleitos derivados de la no reversión al municipio del extrarradio de la ciudad (15 Km en torno a ella) a que le daba derecho la concesión, así como por el impago por parte de la CTNE de un canon por las llamadas intercambiadas entre la red de la CTNE y la red municipal.

El Gobierno Vasco cableó la ciudad en 1994 mediante fibra óptica, en previsión de la liberalización de las comunicaciones y de la aplicación de tecnología novedosas en el campo de la información y de las comunicaciones. En el año 1995 la Compañía Telefónica tenía 86.339 líneas telefónicas en servicio

En los últimos años del s. XX, el término municipal estaba dividido a efectos telefónicos (CTNE) en varias zonas, cada una de ellas atendida por una central telefónica, a su vez interconectadas entre sí mediante fibra óptica: Ondarreta (Antiguo y parte de Ayete), San Marcial (Centro, Parte Vieja y parte de Ayete), Amara (Amara, Loiola y Martutene), Gros (Gros, Eguía, Ategorrieta, Intxaurrondo), San Pedro (parte de Alza y Bidebieta), Pasajes Ancho (parte de Alza). La central de Bidebieta es la responsable del servicio interurbano.

La CTNE ejecutó a partir de los años noventa la paulatina conversión de sus centrales a tecnología digital y la creación de una red de fibra óptica, en principio dirigida a satisfacer las necesidades de usuarios institucionales y las propias de la Compañía. En diciembre de 1998 los contratos de prestación de servicios de la CTNE fueron cedidos a la sociedad filial denominada Sociedad Operadora de Servicios de Telecomunicaciones en España, s. a.

También en 1998, como consecuencia de la liberación del sector de las telecomunicaciones, comenzó la actividad de Euskaltel como segundo operador global de telecomunicaciones. Utilizó inicialmente la infraestructura de la CTNE, logrando un acuerdo para la gestión de la red de fibra óptica tendida por el Gobierno Vasco.

En la década de los años noventa comenzó también a prestar servicio la telefonía móvil, diversificándose las empresas vinculadas los servicios de telecomunicación, excediendo del interés puramente local.

5.4.3.6 INFRAESTRUCTURAS RELACIONADAS CON LOS RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS 

La recogida de los residuos sólidos urbanos (RSU) y la limpieza de las calles fue realizada durante décadas por operarios municipales. Para ello el Ayuntamiento contaba con una flota de camiones y personal propios. En la década de 1970 se prescindió del personal de limpieza de las calles, encomendándose su función a una contrata. Un proceso similar tuvo lugar en la última década del siglo XX al ser entregado el servicio de recogida de basura a una contrata cuyos camiones depositan los RSU en el vertedero de San Marcos a un ritmo de unas 75.000 Tm. anuales.

La "Mancomunidad de San Marcos" fue constituida en el año 1970 con el objetivo inicial de solucionar la recogida y tratamiento de los RSU en los municipios de Lezo, Pasaia, Rentería y, más tardíamente, de Oiartzun. Originariamente el vertedero gestionado por la mencionada Mancomunidad constaba de seis hornos incineradores y de una serie de terrenos situados al SE del termino municipal donostiarra en su límite con Rentería y Astigarraga, en los que se procedía a los vertidos. Tras la clausura de los citados hornos, la mayor parte de los municipios de la comarca comenzaron a verter en el mismo de forma indiscriminada.

Al saturarse el vertedero de Petritegui (Astigarraga), que fue el que recibió los RSU generados por San Sebastián hasta finales de la década de los años ochenta, el Ayuntamiento de la Ciudad acordó con la Mancomunidad la compra de terrenos circundantes al vertedero, comprometiéndose ésta a remodelar el mismo, transformándolo en un vertedero controlado (1993) capaz de recibir en sus 25 ha. de superficie (3.500.000 m3) los RSU donostiarras, así como los procedentes de los antiguos municipios mancomunados y los provenientes de Hernani, Astigarraga, Urnieta, Lasarte-Oria y Usúrbil, convirtiéndose todos ellos en municipios de derecho de la Mancomunidad. El peso anual de RSU depositados en el vertedero es de aproximadamente 115.300 Tm. de las que el 62% corresponden a las recogidas en el municipio de San Sebastián.

La gestión es complementada con la recogida selectiva de RSU en vías públicas por medio de contenedores (1995) y la generación de energía eléctrica (1994) a partir del biogás producido por la descomposición de las materias depositadas en el vertedero, esta última actividad gestionada por Biosanmarkos s. a., sociedad participada por el Ente Vasco de la Energía (94,4%) y la propia Mancomunidad de San Marcos (5,6%). 

Estando próximo a su saturación el vertedero de San Marcos, se plantea la construcción de una planta incineradora de residuos sólidos urbanos dotada de aprovechamiento eléctrico cuya localización está causando fuerte polémica, circunstancia que ha propiciado la ampliación del periodo de explotación del vertedero de San Marcos, que a partir de 2007 dejó de recibir progresivamente una parte de los residuos, repartiéndolos entre otros vertederos guipuzcoanos y vizcainos. En 2014 se procedió a la clausura del vertedero de San Marcos.

En 1994 la vaguada del arroyo Aizmendi, situada en el límite sur del término municipal, en las proximidades de Hernani, se convirtió en el vertedero para residuos inertes.


Geografía e Historia de Donostia-San Sebastián / Juan Antonio Sáez García, Javier Gómez Piñeiro... et al

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