GEOGRAFIA E HISTORIA DE DONOSTIA-SAN SEBASTIAN

 

Geografía e

Historia de Donostia

S. Sebastián

Edición octubre 2013

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6.2 

FIESTAS Y OTRAS COSTUMBRES

©Juan Antonio SAEZ GARCIA

 

6.2.1 SIMBOLOS DE REPRESENTACIÓN

6.2.1.1 EL ESCUDO

En una de las caras del sello de San Sebastián que aparece colgando en algunos documentos medievales puede observarse la representación de un castillo medieval. Algunos historiadores han identificado tal imagen con la de la fortificación que se levantó en la cima del monte Urgull, si bien probablemente se trata de una representación genérica. En la otra cara del sello presentaba la imagen de un navío.

D. Juan de Mendoza, Cronista y Rey de Armas de Carlos, II firmó -con fecha de 24 de mayo de 1682- una certificación sobre el escudo de la Ciudad que se conservó en el Archivo Municipal hasta que fue destruida en el incendio de 1813. Con objeto de suplirla, en 1895 la Corporación Municipal solicitó una copia de la citada certificación existente en los Reales Archivos. En ella se dice "... pertenecen por Armas de la Ciudad San Sebastián, de la Provincia de Guipúzcoa, un escudo, el campo azul y en él un navío con su Belamen de plata, puesto sobre ondas de agua de azul y plata, y en la parte alta superior de este escudo, dos SS y letras de plata. Todo circundado por esta letra: Por fidelidad nobleza y lealtad ganadas. Con Coronel que que comúnmente llaman Corona, sobre el Escudo...".

A partir de tal certificación se realizaron algunos escudos en los que el navío aparecía trazado en dirección a oriente, cuando en los escudos antiguos se dibujaba siempre hacia occidente, razón por la que el Ayuntamiento aprobó el 6 de Mayor de 1908 que fuera esta la orientación correcta.

6.2.1.2 LA BANDERA

Entre los siglos XIII y XVI parece ser que San Sebastián contó con diversas banderas, relacionadas con la participación de donostiarras en hechos bélicos concretos, tales como la conquista de Sevilla (1247), la Guerra de los Comuneros (1522) o la toma de San Juan de Luz (1558).

En 1659 se documenta que los colores azul y blanco formaban ya parte de una bandera de San Sebastián entregada a los vencedores de una regata. En la primera mitad del siglo XIX, una Real orden otorgó a San Sebastián la bandera blanca con el dado azul superior como enseña marítima que debían enarbolar todas las embarcaciones matriculadas en su puerto, extendiéndose poco a poco su uso fuera del ámbito portuario.

No obstante, en el siglo XIX al menos dos banderas diferentes a la azul y blanca son utilizadas como identificativas de San Sebastián. Una de ellas era blanca, cruzada por el aspa de San Andrés (de color rojo). La otra, de color morado, fue obtenida originariamente por el padre del Almirante Oquendo en guerras por las costas africanas en 1575 y ofrecida por su hijo a San Sebastián.

Con motivo de la celebración en 1913 del Centenario del Incendio de la Ciudad, el Ayuntamiento decidió realizar una bandera inspirada en la morada, que es la que presidió durante algunos años las procesiones corporativas. La réplica de la bandera de Oquendo estuvo guardada años más tarde en el museo que se habilitó durante varias décadas en su casa solar de Manteo.

Según el historiador Luis Murugarren, la bandera morada guardada en la Alcaldía y que hasta 1998 portó la corporación en sus procesiones cívicas no fue otra que la denominada Bandera de los Voluntarios de la Libertad, regalada por la reina María Cristina en 1837 a los milicianos liberales de San Sebastián. El motivo de tal obsequio fue el haber sustituido a las tropas de guarnición en San Sebastián, permitiendo de esta forma su traslado a Bilbao con objeto de luchar contra la rebelión carlista iniciada en 1833.

El paso del tiempo deterioró la citada bandera, obligando en el año 1933 a sustituir la tela de base, a la que se trasladaron los antiguos bordados. Bien es cierto que fue la bandera azul y blanca la que, sin tener reconocimiento oficial, ondeaba en el mástil del Ayuntamiento y era utilizada en la inmensa mayoría de los actos oficiales y populares.

Con objeto de oficializar definitivamente esta enseña, el Ayuntamiento inició en diciembre de 1997 un proceso informativo en el que se demostró la voluntad de que tal bandera se constituyera en la representación oficial de la Ciudad. En noviembre de 1998 el proceso culminó con la aprobación por parte de la Diputación Foral de Guipúzcoa32 y el 20 de enero de 1999 se celebró su oficialización en la izada de la nueva bandera que en la Plaza de la Constitución dio inicio a la jornada de la festividad del patrón de la Ciudad.

Las características oficiales de la bandera son: color blanco, de tamaño 2,50 por 1,60 .(si bien en ubicación interior se utiliza en tamaño 1,50 por 1 m.) con rectángulo superior de color azul francia junto a la vaina, de lado los dos quintos de la vaina y los dos quintos del largo de la bandera.

6.2.2 LAS SOCIEDADES GASTRONÓMICAS

Las sociedades gastronómicas (o populares) están muy extendidas en Euskal Herria, pero se concentran en la capital guipuzcoana en gran número -unas 150- y están revestidas de gran tradición y antigüedad: Unión Artesana (1870), Ollagorra (1907), Gaztelupe (1916), Euskal Billera (1901), Cañoyetan (1901), etc.

Una sociedad gastronómica tradicional está constituida por un número relativamente reducido de socios. Además de una cantidad de entrada, satisfacen una cuota mensual que generalmente confiere al socio el derecho de poseer la llave de la sede social. En ella la actividad gira en torno a una gran cocina y a las mesas situadas en su proximidad, complementadas con bodega, despensa, cámaras frigoríficas, etc. Las consumiciones son autoliquidadas por cada socio y, por lo general, son éstos quienes cocinan. Algunos acuden todos los días a la Sociedad. Otros lo hacen solamente en algunas ocasiones. Unas veces degustan sus platos en solitario; otras los comparten con otros miembros de la sociedad o con invitados. El buen ambiente, el humor y las canciones populares -un piano vertical forma parte habitual del mobiliario- están presentes frecuentemente en ellas.

Los estatutos de algunas sociedades gastronómicas no permiten que las mujeres formen parte de las mismas, en otras limitan sus actividades (no pueden cocinar). En las sociedades más tradicionales llega incluso a estar prohibida la entrada a las mujeres, si bien tradicionalmente existían dos excepciones: a partir de la medianoche, tras las cenas festivas de las vísperas de San Sebastián (20-1) y de la Virgen (15-8). No obstante, la evolución cultural está variando rápidamente este tipo de costumbres.

Formando parte la cocina del bagaje cultural de los donostiarras, no es de extrañar que en la ciudad proliferen escuelas de cocina y afamados restaurantes. También debe citarse los pinchos que se ofrecen en buena parte de los bares donostiarras para acompañar al clásico txikiteo.

Además de su función gastronómica, muchas sociedades realizan actividades deportivas, culturales, benéficas y festivas. Entre ellas tiene especial preeminencia la organización de las tamborradas en el día de San Sebastián.

LAS SIDRERÍAS

Las sidrerías son caseríos especializados en la fabricación de sidra. En ellas es tradición que, entre enero y abril (temporada del tsots), se constituyan en tradicionales lugares de ocio. Lo fueron antaño de los caseros, que acompañaban la degustación de la sidra que iban a comprar para consumir durante el año con bertsos, juegos de bolos, toca, etc., y actualmente también lo son de los urbanitas.

En la década de 1960 la industrialización y la generalización del vino como bebida popular supusieron la decadencia de las sidrerías. Pero veinte años más tarde resurgieron de sus propias cenizas. No son las mismas costumbres de antaño, pero actualmente puede afirmarse que quien accede a una sidrería va a encontar una gran estancia rodeada de grandes barricas (kupelas), donde se disponen una serie de mesas corridas, muchas veces sin asiento. A la voz de mojón alguien abre la espita que se coloca en la kupela y de ella sale la apreciada bebida que los comensales se afanan, uno tras otro, en recoger mediante un ancho vaso. La comida que acompaña a la sidra -que en algunos casos puede llevar el comensal- es invariablemente tortilla de bacalao, chuletón y queso con nueces. El rito de llenar los vasos se repetirá una y otra vez, probando, si la ocasión es propicia, el contenido de más de una kupela, puesto que el pago -una cantidad fija- da derecho a beber toda la sidra que se desee. Existen también otro tipo de sidrerías, similares en sus servicios a un restaurante y que abren durante todo el año, ofreciendo menús similares y el mismo sistema de provisión de sidra

La zona constituida por los municipios de Astigarraga (antiguo barrio de San Sebastián), Hernani y Oiartzun es una de las zonas con mayor número de sidrerías. En el actual término municipal de San Sebastián se distribuyen principalmente por Zubieta, Igueldo, Martutene y Añorga-Ibaeta. La moda ha hecho que en los últimos años este tipo de locales (aunque desprovistos de autenticidad) se extiendan a zonas urbanas e incluso a comarcas donde tal tradición era inexistente.

 


Geografía e Historia de Donostia-San Sebastián / Juan Antonio Sáez García, Javier Gómez Piñeiro... et al

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