Elementos
notables: Interesantes enclaves naturales junto a ejemplos culturales
de gran interés. Un tranquilo y agradable lugar donde disfrutar de diferentes
opciones.
Cartografía: Hoja 88-II
del Mapa Topográfico nacional a escala 1:25.000.
La zona de Beizama-Nuarbe se encuentra situada en
el centro geográfico de la provincia de Guipúzcoa, entre los términos
municipales de Azpeitia, Beasain, Bidegoien, Régil, etc., en una zona poco
impactada por las actividades de carácter industrial de territorios vecinos,
lo que hace que se configure como un territorio en el que la economía del
caserío esté, todavía hoy, bastante bien representada. Aunque existen
innumerables explotaciones silvícolas dedicadas fundamentalmente a la
obtención de madera, de forma rápida, a través de especies como el alerce (Larix spp.) y el pino insigne (Pinus radiata), también se conservan
retazos de vegetación potencial, dotando a este espacio de una riqueza
natural a considerar. Dentro de estos bosques potenciales, es de reseñar la
gran presencia de una especie como es el castaño
(Castanea sativa), aunque no faltan
otras como el roble (Quercus robur),
el abedul (Betula celtiberica), así
como el haya (Fagus sylvatica), que
crece fundamentalmente por encima de los 500 metros. El propio ayuntamiento
de Beizama se hizo responsable de plantar hayas en diferentes descampados ya
en los siglos XVIII y XIX, aunque siempre con el objetivo del aprovechamiento
maderero.
Geológicamente, la zona se sitúa a espaldas del
borde Oeste de la Depresión kárstica de Bidania que se caracteriza por
presentar diferentes colinas y montañas entre las que destacan el monte Ilaun (823 m), el monte Urraki (821 m) y Maubia (735 m). Todas estas
estribaciones están configurados sobre paquetes duros, calcáreos, conformados
por calizas urgonianas del
Cretácico. Dichas calizas se caracterizan por presentar formas de denudación
o erosión muy típicas y ampliamente representadas en toda la provincia y el
País Vasco como son los campos de dolinas, las cuevas y los lapiaces
semicubiertos. El área que nos ocupa presenta ejemplos bastante buenos. Desde
los relieves más elevados ya mencionados y situados al Este y Nordeste del
término municipal de Beizama, se da un descenso bastante pronunciado, hasta
el Valle socavado por el arroyo Ibar y el río Ibai-eder, donde se sitúan
Nuarbe y, aguas arriba, el pantano de
Ibai-eder. Este valle presenta ya una litología más antigua y más
deleznable. Se trata de un paquete arcilloso.
El pantano se sitúa encima de estos materiales y
al contar con la característica de su impermeabilidad no existen pérdidas
subterráneas del agua embalsada. El embalse de Ibai-eder fue puesto en marcha
en el año 1991 y recoge las aguas del río del mismo nombre y las del arroyo
Ibar, disponiendo de una cuenca de unos 29 kilómetros cuadrados. Cuenta con
un caudal en regulación de aproximadamente 800 litros por segundo y su
capacidad total es de 11,3 hectómetros cúbicos. La presa fue construida
fundamentalmente con el objetivo de abastecer de agua a las localidades
cercanas y también como regulación de la cuenca.
Existe un acceso directo a la propia presa desde
la que se contempla un magnífico paisaje y especies tan interesantes como la
garza real (Ardea cinerea). Por
otra parte, en el pantano existen especies piscícolas como la trucha común (Salmo trutta fario), el piscardo o
ezkailu (Phoxinus phoxinus), el
barbo (Barbus bocagei), la locha de
río (Noemacheilus barbatulus), etc.
El barrio de Nuarbe
pertenece mayoritariamente al término municipal de Beizama, aunque cierta
parte del propio núcleo se encuentra ya en territorio azpeitiarra. Se trata
de una pequeña aldea donde lo más destacable es la existencia de un antiguo
molino hidráulico que aprovechaba la fuerza de las aguas de un arroyo para
moler el grano. Hay que reseñar la afición al deporte de la Soka-tira de esta
población.
En Beizama podemos visitar la iglesia de San Pedro, que Cuenta con una estructura peculiar ya
que está rodeada por un pórtico cubierto en su derredor. Dispone de nave
única de planta rectangular y cubierta de bóveda de crucería; data, en su
mayor parte, del siglo XVI. Frente a ella, la casa consistorial, que responde al modelo tipológico de los
ayuntamientos construidos en el siglo XVII. Se trata de un gran caserón, con
pórtico. El caserío Estrata cuenta
con un magnífico escudo en su fachada.
Es también interesante la visita al ecomuseo (Domingos de 16,00 a 18,00
horas) que cuenta con un piso dedicado a aula de naturaleza donde se
explican, a través de paneles diferentes cuestiones relacionadas con la
Geología, Geomorfología, Climatología, Fitogeografía, Ecología, etc. Otro
piso está dedicado a etnografía, exponiéndose herramientas y artilugios
utilizados antiguamente en el ámbito del caserío y el mundo rural como laias,
separadoras de grano, argizaiolas, cedazos, etc.
Un poco más alejada del grupo
nuclear se encuentra la ermita de la Soledad, un pequeño edificio al que los habitantes de
Beizama profesan una gran devoción. Existen otros caseríos interesantes: Amenabar,
Aitzalde, Igarán, Urdampilleta-goikoa y Santa Águeda.
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