Elementos
notables:
siendo probablemente uno de los
lugares más recónditos y desconocidos de Mutriku, merece la pena acercarse a
conocerlo. En él y además de un ambiente rural, del que sobresale la
actividad ganadera (bovino y ovino), nos podremos acercar al conocimiento de
una de las zonas kársticas de importancia de Guipúzcoa. En esta zona y debido
a su encajonamiento y aislamiento del mundo urbano, el tiempo parece haberse
detenido hace años, quizás para mostrarnos aún hoy en día, las “reliquias” de
un mundo rural por excelencia.
Cartografía:
Hoja 63-Y del Mapa Topográfico nacional
a escala 1:25.000. Hojas 63-11, 63-12, 63-19 y 63-20 de la cartografía a
escala 1: 5.000 de la Diputación Foral de Guipúzcoa.
El barrio de Olatz está emplazado en la zona
centro-occidental del municipio de Motrico (Mutriku), en las proximidades de
la divisoria con el Territorio Histórico de Bizkaia. Delimitado al sudeste
por el macizo calizo de Arno (623 m) y al norte por el monte San Blas (222
m), este pequeño núcleo de población se ubica en un fondo de valle más o
menos plano, rodeado de una serie de laderas escarpadas, en lo que viene a
constituirse como un poljé o
depresión kárstica en forma de valle, alargada en dirección N.-S. Su longitud
es de unos 2 Km y su anchura es variable, con una media que podría situarse
en torno a los 500 m. Configurada como zona típicamente kárstica, su
morfología es consecuencia directa de los procesos de disolución de las rocas
calizas y salinas. Así, la depresión en la que se asienta el núcleo de
población se ha originado por dichos procesos de disolución de las rocas y el
posterior hundimiento a gran escala de las mismas, mientras que en las
laderas del valle los relieves calcáreos presentan superficies muy
irregulares, con surcos y acanaladuras separadas por aristas vivas
(lapiaces). Es frecuente observar también multitud de pequeñas depresiones de
tan sólo algunas decenas de metros de diámetro, conocidas como dolinas.
El sustrato rocoso calizo característico de la
zona ha favorecido además los procesos de infiltración de las corrientes de
agua superficiales a través de toda una serie de sumideros, creándose como
consecuencia de ello importantes flujos de agua dentro del subsuelo, con la
consiguiente formación de un conjunto de cavidades, grutas y simas
subterráneas. El máximo exponente de estos procesos de infiltración podemos
observarlo en el área de Kobalde (182 m), localizada en las inmediaciones de
la iglesia de San Isidro y en la que es posible reconocer un sumidero que
representa el punto más bajo de la depresión y a través del cual se infiltran
en el sustrato las aguas superficiales de la zona (regatas Añu, Olazgoiko,
etc.).
Núcleo de población de carácter típicamente rural,
su actividad económica se centra en torno a la agricultura y a la ganadería.
En otros tiempos quedaba en el entorno de la antigua vía de comunicación que
unía Motrico con la cuenca media del valle del río Deba. Por Olatz pasaban no
sólo las personas que iban caminando desde Mutriku para vender el pescado
hasta localidades como Eibar a Bergara, sino también los romeros que el 8 de
septiembre de dirigian hacia la Virgen de Arrate, en Eibar.
Nuestro paseo tiene lugar en pleno contacto con la
naturaleza. Así, a lo largo de nuestro recorrido podremos observar cómo la
primitiva vegetación autóctona de la zona, constituida básicamente por
robledales así como por extensiones significativas de encinares cantábricos,
ha quedado relegada a pequeñas masas fragmentadas y dispersas de bosquetes,
habiendo sido sustituida paulatinamente bien por amplias zonas de cultivos y
praderas para el ganado o bien por pinares de repoblación (pino de Monterrey
o pino insigne) que en la actualidad cubren prácticamente todas las laderas y
parte de los terrenos del fondo de valle. Asociados a este tipo de
formaciones vegetales existe un importante desarrollo de la población de
ardillas, además de otra fauna característica como son el chochín, el
piquituerto y el petirrojo, etc.
Nuestra andadura por Olatz se inicia a la altura
de la antigua ermita de San Isidro, hoy en día iglesia parroquial. Mencionada
ya desde 1781, conserva en su interior una talla de Santa Ana, una imagen de
la Virgen María (Andra Mari) y una tosca pero hermosa imagen de San Isidro
labrador portando una hoz en la mano izquierda y una azada en la derecha. En
las inmediaciones de esta iglesia y a través de una pista que sale a la
izquierda de la misma, podremos acercarnos hasta el sumidero de Kobalde a
través del cual se canalizan, recogen e infiltran las aguas de las pequeñas
regatas, arroyuelos y escorrentías de la zona (Añu, Olazgoikoa, etc.).
Seguidamente y desde la iglesia de San Isidro,
tomaremos la pista asfaltada que sale junto a la misma. Por ella y tras
recorrer un tramo de unos 150 m hacia el SO., llegaremos a una bifurcación.
Debemos tomar la pista que sale a nuestra izquierda y que cruza mediante un
pequeño puente el curso de la regata Añu, antes de que ésta se infiltre en el
sumidero de Kobalde. Tras recorrer algo menos de 100 m por esta pista, nos
encontraremos con una nueva bifurcación. Tomaremos de nuevo la pista que sale
a nuestra izquierda cruzando en diagonal el fondo del valle y a través de
ella, y tras un recorrido de 350-400 m, alcanzaremos la altura de la casa solar
Urruztieta (Urreiztieta), ubicada en el paraje conocido como Olatz Goixa. Si
bien hasta esta zona podemos realizar nuestro recorrido en coche, a partir de
aquí y salvo que retornemos también en coche a la bifurcación anterior y nos
dirijamos por la pista que continúa de frente, deberemos realizar nuestro
recorrido a pie.
En caso de ir a pie, desde el caserío Urreiztieta
y en un itinerario de alrededor de 500 m, que discurre por las inmediaciones
de la regata Olazgoiko (margen derecha) llegaremos al caserío Iturritza, del
que merecen destacarse las proporciones de los sillares utilizados en su
construcción. El mismo se encuentra en la actualidad en rehabilitación. En
este paraje y situados junto al camino existente cerca de este caserío así
como en las laderas de las inmediaciones, podremos contemplar además algunos
de los encinares cantábricos relictos, cuyo valor no sólo radica precisamente
en su escasez y práctica ausencia en el Territorio Histórico de Guipúzcoa,
sino también en la interesante comunidad faunística que éstos albergan, entre
la que se encuentran especies como zorros, garduñas y tejones.
Nuestro paseo continuará hacia el SO. durante unos
250 m, superados los cuales cruzaremos a través de un pequeño puente el curso
de la regata Olazgoiko en el fondo del valle. Antes de tomar el camino de
regreso hacia la ermita de San Isidro, haremos una pequeña incursión hacia el
caserío Txurruka, tomando la pista que sale a nuestra izquierda y que, en
menos de 100 m, da acceso al mismo. Situado en lo alto de una pequeña loma y
datado del s. XVIII, en la actualidad se encuentra abandonado. Constituye un
ejemplo típico de arquitectura rural, siendo junto con el vecino caserío
Goienetxe uno de los más apartados del núcleo de Olatz.
Ya de regreso tomaremos la pista que se dirige
hacia el centro de Olatz, la cual se adentra en escasos metros en un pinar y
tras dejar a su izquierda una caseta, alcanza la altura del caserío Etxerre.
Situado en las laderas del monte Basarte (442,50 m), constituye un modelo de explotación
agropecuaria típicamente rural. Cuenta con una importante estabulación de
ganado vacuno, actualmente en expansión, correspondiente tanto a vacas, como
a toros bravos utilizados en las fiestas de los pueblos.
Tras un recorrido aproximado de 450 m en el que
dejaremos a nuestra derecha la pista que conducía al caserío Urruztieta,
llegaremos a la bifurcación a través de la cual hemos tenido acceso a esta
zona de caseríos diseminados del municipio. En este punto, en vez de retomar
la pista que se dirige hacia la iglesia de San Isidro, nos dirigiremos en
sentido contrario. Recorridos unos 100 m e iniciada la subida por el citado
camino, nos encontraremos frente a una nueva bifurcación que deja a nuestra
izquierda una pequeña caseta. Tomaremos la pista que sale a nuestra izquierda
en paralelo al curso de la regata Añu. Desde la misma y por una pista que
cruza dicha regata, podremos alcanzar la altura del caserío Ube. Desde el
mismo podremos tomar un camino que nos conduce hacia otro caserío de interés:
Apategi Berri, hoy en día deshabitado.
Desde esta zona y además de toda una serie de
pistas y senderos que nos conducen hacia las cimas que constituyen la
divisoria con el Territorio Histórico de Bizkaia (Kostalamendi, 488 m) así
como hacia otras cimas que delimitan el área noroccidental del barrio de
Olatz (Mendigain, 367,35 m, etc.), podremos tomar una pista de regreso hacia
el núcleo de Olatz, pasando por los caseríos.
Iniciamos ya nuestro regreso por una pista que desde
Beliotegi se dirige hacia lo que podríamos denominar núcleo urbano del
barrio, en donde encontraremos otro hermoso ejemplo de arquitectura rural: el
caserío Zelaieta. Situado frente a la iglesia de San Isidro y completamente
restaurado, destaca a media altura de su fachada principal una inscripción
que, a modo de escudo, recoge el “zu-burniya”, acompañado de un dibujo y una
leyenda en la que aún es posible leer Vincent
victus (“Vencerá el vencido”).
Ya de regreso hacia Mutriku, podemos acercarnos a
las proximidades del caserío Abeletxe, tomando la única pista que sale a
nuestra derecha antes de alcanzar la altura de las antiguas escuelas (Eskola
Etxe ó Eskola Zaharrak), localizadas junto a las ruinas del caserío Ibiritxo,
donde podremos admirar una de las encinas más hermosas del territorio
guipuzcoano. Su altura total es de 22,5 m, mientras el diámetro de su tronco
alcanza 5,80 m y el de su copa 26 m.
Podremos seguir acercándonos a algo de la historia
de la zona, especialmente en relación a su poblamiento en tiempos
prehistóricos, poblamiento del que son testimonio algunos restos
arqueológicos existentes en las inmediaciones. Son las cuevas de Jentiletxeta
(I y II). Para acceder a las mismas y de vuelta por la GI-3562 hacia Motrico
deberemos acercarnos hasta el caserío Ibiritzo, y a unos 200 m del mismo
desviarnos a la izquierda por una pista que da acceso a una cantera caliza
existente en el lugar. Desde la cantera y por una pista que discurre al pie
de las cimas de los montes Miruaitz (354,50 m) y Mendibeltzu Buru (312,50 m),
alcanzaremos el paraje denominado Jentiletxeta, en las inmediaciones de la
loma conocida como Arrigorrieta, donde podremos observar una antigua borda en
ruinas.
Las son dos: Jentiletxeta I, y Jentiletxeta II. La
primera se localiza a unos 100 m al E. de la citada borda, bajo un amplio
banco calizo y ante una plataforma poblada de encinas. A su pie, existe
además una gran dolina, en uno de cuyos bordes se sitúa el caserío Aritza
(Ziñua), desde donde también es posible acceder a la cueva. Localizada a una
altitud de 260 m, fue descubierta en el año 1927. Se trata de una galería
estrecha en forma de S, con una entrada de 2 m de anchura y 3,50 m de altura.
Su longitud total es de 10 m, encontrándose orientada al SO. Su estado de conservación
es bueno y en ella se han encontrado materiales diversos, atribuidos al
Eneolítico-Bronce, que incluyen desde material cerámico hasta material lítico
(puntas de flecha, raspadores, lascas, etc.), decorativo (cuentas de piedra y
azabache, conchas perforadas, etc.), antropológico (dientes), faunístico
(restos fósiles de mamíferos y moluscos). La segunda cueva, Jentiletxeta II,
está situada junto a la anterior y fue descubierta igualmente en 1927. Su
excavación fue iniciada en el año 1936, pero hubo de ser paralizada con
motivo de la guerra civil. La entrada a la cueva, de 2 m de anchura y 3,50 m
de altura, da acceso a un vestíbulo, en el que se encuentra el yacimiento,
iluminado por una abertura natural. Del fondo de esta sala, parte una
estrecha galería meandriforme en la que también han aparecido algunos
materiales. Su longitud total es de 95 m y su orientación al SE. Su grado de
conservación es también bueno y la diversidad de materiales encontrados en la
misma menor que la indicada para la cueva de Jentiletxeta I.
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