¿ 20.000 € ?
EL VALOR DE LOS SELLOS
Muchas personas creen que quien posea una colección de sellos tiene una
fortuna entre sus manos y que ésta crece rápidamente con el paso del
tiempo. Por otra parte, se piensa que es fácil vender una colección de
sellos obteniendo pingües beneficios en la transacción. En el noventa por
ciento (o más) de los casos esto no es así.
Primera observación. Entre 1850 y el año 2011 se han emitido en España
unos 4.700 sellos (sin contar los entero-postales, los emitidos con
destino a las colonias, a Andorra, etc). El abanico de precios es
considerable: desde unos pocos sellos cuyo valor oscila entre 10.000 y
20.000 euros (por ejemplo el sello reproducido arriba), hasta los que tienen adscrito el precio mínimo, fijado
actualmente en torno a 0,25 € (cantidad que cubre principalmente el coste
de manipulación). Determinadas variantes, errores, sellos sin dentar,
pruebas, hojas-bloque, etc. (con o sin razón) pueden llegar a alcanzar
“cotizaciones” elevadas. Lo mismo diremos de los sellos coleccionados en
pliegos, medios pliegos, boques de cuatro, etc, generalmente mejor pagados
que los sellos conservados de forma individual.
Además, los precios marcados en los catálogos se refieren a ejemplares
“normales”, por lo que su valor variará (especialmente en los anteriores a
1960) en función de si poseen o no marca de fijasello, del centrado,
calidad del dentado, si conserva o no la goma original, si está
matasellado y de la claridad de su cuño; grado de oxidación, etc., etc.
Segunda observación: Es preciso relativizar
el valor de los sellos consignado en los catálogos. Aunque es
cierto que la mayor parte de las transacciones de sellos toman como base
referencial el valor consignado en ellos, el mismo sufrirá en la práctica
notables desviaciones:
- Los catálogos proporcionan los precios
"recomendados" de venta (no de compra) en los comercios filatélicos
minoristas.
- Los catálogos son publicados, en general, por los comerciantes de
sellos y, lógicamente, están plegados a sus intereses (si tienen
almacenados ciertos sellos, suben los precios de éstos; si quieren
comprar ciertos sellos, estancan los precios, etc.).
- Ya se ha comentado que los sellos (muy numerosos) cuyo valor en catálogo es el
mínimo establecido, o cercano a él, en realidad, no tienen valor alguno
desde el punto de vista "económico".
- Es preciso adaptar el "valor" consignado en el catálogo a las
características y estado del sello concreto de que se trate. Este asunto
es delicado para los no expertos. El comprador, dado que no es una
ciencia exacta, lógicamente, intentará minusvalorar algo el sello que se
le ofrece en venta.
- Téngase en cuenta que es "posible" adquirir en el mercado
muchos sellos entre el 50% y el 75% más baratos de lo consignado en los
catálogos.
Los catálogos más difundidos con ámbito geográfico internacional son
Ivert&Tellier (publicado en Francia), Scott (USA),
Stanley-Gibbons (Reino Unido) y Michel (Alemania). Todos ellos constan de
varios volúmenes, dado que incluyen sellos de todos los estados del mundo y antiguas
colonias. Entre los catálogos temáticos es preciso citar los publicados por la editorial catalana
Domfil . Los catálogos de ámbito geográfico español los publican
también editoriales especializadas: Edifil, Manfil
(antiguo Anfil) y Filabo (Grupo Lamas Bolaño). También existen
catálogos on-line (de pago) como es el caso de Phildom philately
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Catálogos de cobertura mundial: Stanley
Gibbons (UK), Ivert&Tellier (Francia), Michel (Alemania) y Scott (USA).
Existen también versiones electrónicas. |
Catálogos españoles: Edifil, Manfil,
Filabo. |
De todo ello debe deducirse que si un coleccionista medio quiere vender
sus sellos, el precio tendrá que calcularlo muy a la baja con relación al
precio marcado en los catálogos. De esta afirmación sólo se librarán (con
suerte) los sellos verdaderamente valiosos (que escasean en las
colecciones medias).
Tercera Observación: los sellos valen lo que un comprador esté dispuesto a
pagar por ellos. De ahí que proliferen las subastas promovidas por
comercios filatélicos, empresas dedicadas a la gestión de bienes tangibles
e, incluso, por empresas especializas en subastas por internet. Es mejor
no participar en ellas si no se conocen todos los factores relacionados
con la filatelia y con los sellos concretos que se pretendan adquirir por
estos métodos (especialmente si se trata de ejemplares valiosos). En las
“subastas” de internet (generalmente especializadas en sellos baratos) es
más que probable que algunas personas adquieran sellos a precios más
elevados del que podrían obtener en un comercio convencional, sin que
además exista en muchos casos seguridad sobre su autenticidad o estado
real de conservación. Eso sí,
debemos reconocer que internet es un instrumento válido para conocer las
ofertas de sellos que los comercios convencionales publicitan por este
medio.
Cuarta observación: existe un cierto número de “coleccionistas” que no
aplican normas (incluso de sentido común) a la hora de coleccionar sellos.
Les da lo mismo su estado, la forma de conservación (incluso pegados con
pegamento en
hojas de papel), su ordenación, etc. Al final, todos los sellos (la mayor
parte ya de por sí sin valor intrínseco) acaban maltrechos e inutilizados
desde el punto de vista filatélico.
Quinta observación: El valor invertido en elementos de soporte para la
colección (hojas de álbum, filoestuches, etc) puede superar en algunos
casos casos el valor económico de la colección propiamente dicha.
¿Cuales son los elementos que hacen que algunos sellos adquieran
valor? Básicamente son cuatro: garantía de la emisión, tirada reducida,
calidad del diseño y aceptación.
- Por garantía de emisión se entiende que los sellos deben ser emitidos por
un Estado (y no por ciertas agencias privadas), y que éste destruya ante
notario todas las planchas utilizadas en la impresión y notifique
públicamente el número exacto de ejemplares emitidos.
- La escasez de la tirada es un requisito imprescindible para que un sello
alcance un valor considerable, pues es garantía de que el mercado nunca
llegará a estar saturado.
- La calidad está relacionada con cuestiones formales (centrado, color,
perfección del dentado, ausencia de deficiencias) y no tanto con la
calidad del diseño o la técnica de impresión.
- La aceptación está relacionada con el interés que despierte entre los
filatelistas, que son los demandantes del sello. Si el sello pertenece a
alguno de los temas más coleccionados, mejor que mejor.
Conclusión: Es muy complicado vender a buen precio una colección de sellos
(excepto si ésta es excepcional). Sólo ejemplares escogidos o series de
cierta relevancia podrían proporcionar suculentas ganancias siempre y
cuando se gestione la operación adecuadamente. Derivado de
ello podemos deducir que es posible encontrar en el mercado colecciones
completas montadas en hojas (especialmente abarcando los años 1965 y 1995)
por cantidades muy modestas.
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