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II Encuentros de Geografia Euskalherria-Catalunya. Cubierta de la publicacion virtual

 

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EUSKALHERRIA-CATALUNYA

 

Arteko I. Geografia Topaketa

I Encuentro de Geografía

I Trobada de Geografía

 

 

LA POBLACION DEL PAIS VASCO:

ORIGEN Y DESARROLLO DEL PROCESO DEMOGRAFICO ACTUAL

PEDRO PICAVEA

Para un mejor conocimiento de la actual situación demográfica del Pueblo Vasco, debemos retrotraernos hasta la década de los cincuenta por cuanto que a diferencia de épocas pasadas se produjo un incremento demográfico sin precedentes, que aunque con matices distintos será común a las cuatro provincias vascas.

Sin embargo, creo necesario situarnos en el caso de las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya en el siglo pasado, ya que a partir de finales de siglo, se produce el fenómeno originario de una evolución demográfica que se generaliza a partir de la segunda mitad de siglo.

Como señalábamos, este «boom» tuvo su origen, a finales del XIX, en Guipúzcoa y Vizcaya, por mor de la instalación de establecimientos fabriles en ambas provincias lo que produjo un profundo cambio en las estructuras socioeconómicas de las zonas litorales, cuyo dinamismo demográfico contrasta con la atonía reinante en el interior del País. Esta moderna industrialización, que se centró en el desarrollo de la siderurgia, posibilitó un rápido crecimiento en los núcleos donde se asentó la misma, principalmente en Vizcaya, ya que en esta provincia se dio un mayor auge industrial; concretamente localizado en la margen izquierda de la Ría de Ibaizabal.

En el caso guipuzcoano se produjo una dispersión, localizándose la industria en las zonas bajas de los valles guipuzcoanos. Se formará así la actual distribución espacial de la población en ambas provincias.

El progresivo desarrollo industrial, necesitado de mano de obra, favorecerá en una primera etapa la llegada de trabajadores de los municipios próximos, que posteriormente se verían acompañados de trabajadores de las provincias limítrofes o de otras áreas del Estado Español. Se produce de tal manera un nuevo hecho a significar en el proceso demográfico vasco: el de la inmigración. Después de una larga historia en la que ha prevalecido la emigración hacia otras áreas del Estado -Repoblación de la Reconquista, Emigración a Sevilla por el Comercio con las Indias...-, o hacia América, tras la Independencia de las Colonias: Vizcaya y Guipúzcoa al amparo de unas nuevas necesidades de potencial humano que permite mantener el desarrollo industrial, acogen considerables contingentes humanos.

El signo de los movimientos migratorios cambia radicalmente. El País Vasco, en este caso representado por dos provincias se convierte en área de inmigración, hasta tal punto que como veremos posteriormente, la misma jugará papel predominante en la estructura poblacional del País.

Esta llegada de inmigrantes, en su mayoría jóvenes, produjo junto al considerable rejuvenecimiento de la población un aumento considerable de la misma.

Aparecerán los primeros grandes núcleos urbano-industriales, casos vizcaínos de Baracaldo, Portugalete... —como ya señalábamos la industria vizcaína se asienta en la margen izquierda de la Ría— o guipuzcoanos, como Eibar; aunque la industria en el caso guipuzcoano presenta una mayor dispersión en el espacio geográfico provincial y como señaláramos tuvo menor fuerza que en Vizcaya, y por tanto repercusiones más mitigadas.

Con respecto a la villa armera, ha que concretar algunos aspectos significativos que nos ofrece García Manrique(1) . Este autor señala la incidencia que tuvo la inmigración en la villa armera, al amparo de una pujante industria. Afirma también García Manrique que las secuelas negativas que tuvo a nivel demográfico la Segunda Guerra Carlista, ya a finales de siglo se habían superado, como lo refleja el volumen demográfico municipal —5.000 habitantes— que tenía la villa en 1900. Una población equilibradamente repartida entre ambos sexos, lo que viene a demostrar que el déficit masculino, ocasionado por la guerra se había subsanado como consecuencia de la inmigración que la industria había atraído.

Esta relación industria-población, que es fácilmente perceptible en Eibar, lo es asimismo en la mayoría de los núcleos urbanos del País, a no ser que estos tengan una función específica: ciudad-servicio, turística, etc.

Esta nueva situación observada tras la instalación industrial del País, se continuó prácticamente hasta la guerra civil, aunque como es lógico hubo épocas de mayor o menor afluencia de inmigrantes al amparo del desarrollo económico, favorecido por situaciones concretas como pudo considerarse la disposición que tuvo la industria vasca con los países beligerantes de la Primera Guerra Europea, desde los años 1914 hasta finales de la década.

Hemos visto el origen de la reciente historia demográfica de Vizcaya y Guipúzcoa, y nos hemos situado en el umbral de la Guerra Civil Española, pero la pregunta surge inmediatamente: ¿Qué diferencias había entre el litoral y el interior? ¿Cuál era la situación demográfica de las zonas interiores? En efecto son dos preguntas lógicas y de fácil contestación. La primera de ellas se contestaría por las diferencias que marcan una sociedad en proceso de desarrollo urbano, económico y por consiguiente demográfico, las sociedades guipuzcoana y vizcaína frente a otra donde predominan las actividades primarias, el desarrollo industrial es prácticamente nulo y la escasa atracción que desde el punto de vista urbanístico ofrecen sus capitales provinciales y centros comarcales repercuten en una constante salida de población hacia otras áreas de «mayor gancho» y con mejores perspectivas.

La segunda pregunta podríamos contestarla señalando que ambas provincias, y por los factores señalados anteriormente, han tenido crecimientos mínimos, siempre mitigados por constantes éxodos hacia otras áreas del País, ofreciéndonos de tal manera unas características propias de un ciclo demográfico antiguo. Esta situación en los años treinta se mantiene prácticamente hasta después de la Guerra Civil, y una situación fidedigna de la realidad demográfica del interior del País, nos la da el estudio realizado por Margarita Jiménez(2) sobre Navarra; estudio que se puede decir que es de los pocos que con carácter demográfico tenemos sobre un territorio vasco. El mismo para un mejor reflejo de la situación existente está perfectamente estructurado en tres partes: la provincia, la capital y la provincia excluida la capital. Estas divisiones que podían ser perfectamente válidas para el estudio de la demografía alavesa por sus similitudes en estos años con la navarra, nos muestran como el exiguo crecimiento demográfico se centra en la capital y en los centros comarcales, en detrimento de los núcleos rurales que disminuyen progresivamente su población. El cambio que años después se observara en Navarra hace que hoy día el estudio sea fundamentalmente testimonio sobre una situación demográfica precedente al gran «boom» de los años sesenta. Por esto mismo quizás la división en tres grandes grupos no podría realizarse hoy día ya que se observa en los territorios vascos una gran concentración del total en torno a las capitales provinciales y sus comarcas.

Así pues en los años cincuenta se observan profundos contrastes entre los territorios históricos vascos del litoral y del interior, o lo que es lo mismo entre las zonas urbanas y las áreas rurales.

Situándonos ya en esta segunda mitad de siglo podríamos hablar de cifras que si en algunos casos resultan excesivamente frías, no lo es cuando hablamos de la evolución demográfica de los últimos años del País Vasco, por cuanto que en veinticinco años ( 1950- 1975) se han pasado de 1.443.472 hab. a 2.783.352.

Cifras de por sí explicativas del ritmo demográfico mantenido en estos veinticinco años. Y señalo reiterativamente «veinticinco años», ya que a partir de esta fecha la crisis socioeconómica se ha hecho más acusada y el cambio de rumbo en la dinámica poblacional ha roto todas las previsiones efectuadas sobre la población que se asentaría en nuestros territorios en 1980; fenómeno del cual, a pesar de la escasez de datos que en la actualidad poseemos, trataremos con mayor detenimiento.

Volviendo al período 1950-1975, debemos subrayar que el aumento experimentado ha tenido diversas y variadas consecuencias, tanto en los asentamientos humanos, como en sus estructuras. Ello es debido a la heterogeneidad que este desarrollo tuvo en los distintos territorios peninsulares, ya que Alava y Navarra, aunque aumentan considerablemente su población no llegan a alcanzar los valores de Vizcaya y Guipúzcoa, como se observa en el cuadro adjunto.

Evolución de la población (1910- 1975)

  1950 1960 1970 1975
Vizcaya 169.188 759.383 1.043.310 1.151.680
Bilbao 229.334 297.942 410.490 431.071
Alava 118.012 138.934 204.323 237.473
Vitoria 52.206 73.701 136.873 169.780
Guipúzcoa 374.040 478.337 631.003 682.517
San Sebastián 113.770 135.149 165.829 169.622
Navarra 382.932 402.042 464.867 489.849
Pamplona 72.194 97.880 147.168 165.105

Según estos datos comprobamos que en el citado período las provincias interiores aumentaron en un 45,2%, lo que equivale a 226.378 habs. de los cuales 86.311 pertenecen a Álava, lo que sobre la población existente en 1950 supone un incremento del 73,13%. Por su parte en Guipúzcoa y Vizcaya el aumento conjunto es de 890.969 personas, esto es, el 94,45% de la población existente en 1950. De este total a Vizcaya le corresponden 582.492 personas, lo que supone duplicar en veinticinco años su población.

Estas cifras ya son explicativas, de por sí, del cariz que ha tenido este período, y las desigualdades entre las cuatro provincias peninsulares. Baste señalar que en 1950 Navarra tenía un volumen demográfico superior en algo más de 10.000 personas a Guipúzcoa, y que al cabo de estos veinticinco años es superada por ésta en casi 200.000 habs.

Todo ello, además del puro estudio cuantitativo de la población, tiene otras repercusiones como son : la distribución de la misma en el espacio geográfico o el reflejo en la estructura por edades, esto es en las Pirámides de Población. Las mismas, son de formas regulares con unas bases anchas, consecuencia de una elevada natalidad que progresivamente va disminuyendo, y en las que se observa las muescas de los años de la Guerra Civil.

La Natalidad(3)

El constante aumento que se observa en las tasas de natalidad está en gran medida relacionado con las generaciones masivas de inmigrantes que llegaron a Euskadi. En cierta manera podemos señalar que este desarrollo tiene semejanza con el «baby-boom» que caracterizó el resurgir de la natalidad en Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial. El principio de este tipo de acontecimiento demográfico está en la concentración, en un corto espacio de tiempo definido por la recuperación económica y poblacional de todas las concepciones pospuestas o imposibilitadas en un período anterior de grave crisis social y económica los cuales hacen imposible el mantenimiento de las tasas normales de natalidad (guerras, grandes depresiones económicas, etc.) y que hacen caer estos índices por encima de lo razonablemente previsible. En el caso vasco a este factor —relacionado con la Guerra Civil y sus secuelas— se une el de la favorable estructura por edades modificada, como hemos señalado, por la masiva corriente inmigratoria que afectó al País.

Como norma general las tasas se han mantenido por término medio por encima del 20 por mil, aunque no son extrañas tasas provinciales próximas al 30 por mil, durante los años sesenta. De cualquier manera suele ser difícil en algunas ocasiones precisar las tasas de natalidad a nivel municipal, ya que las cifras de las capitales están suficientemente hinchadas, como consecuencia de la centralización de los centros sanitarios. Así, para 1964 en San Sebastián se registró un índice de natalidad del 44 por mil, cifra propia de cualquier país tercermundista y que como señalo en ningún caso debe ser tomada como representativa de unos índices medios; más teniendo en cuenta que en San Sebastián el crecimiento ha sido inferior al del resto de las capitales vascas y que presenta claros índices de envejecimiento. En cualquier caso las cifras debemos considerarlas como moderadamente altas, incluso algunas épocas muy altas, para a partir de los setenta ir descendiendo paulatinamente.

Ello es consecuencia de factores varios entre ellos la pérdida del efecto renovador descrito con anterioridad, lo que junto al mantenimiento de la mortalidad, en unos límites difíciles de rebajar, prevé un menor crecimiento vegetativo para años venideros. Entre estos factores deberíamos señalar también una mayor planificación familiar, un mayor nivel cultural que permite otras concepciones distintas de la vida, y sobre todo un hecho fundamental cual es la incorporación de la mujer al trabajo. Por todo ello se asiste a un descenso considerable en el número de nacimientos que se contrapone a la situación conocida en décadas anteriores y que se veía en el fondo reforzada por la política pronatalista del Estado. (Ver gráfico de Crecimiento del País Vasco).

La Mortalidad(4) En general, y al igual que la natalidad, la mortalidad conoce una tendencia al descenso continuado, lo que unido a la inmigración joven produce un rejuvenecimiento de la población y una alteración considerable en los ritmos de crecimiento vegetativo. Cuadro que se completa si tenemos en cuenta la progresiva ampliación de la vida media del individuo que en 1975 era de 69,57 años para los varones y 74,39 para las mujeres.

A mediados del siglo, en el decenio 1950-1960, las tasas ya son inferiores al 10 por mil, cuando en 1900, eran superiores al doble, excepto Guipúzcoa, que tenía unos índices del 19,5 por mil. Este descenso, que es mucho más palpable en la primera mitad de siglo —lógico por otra parte— se ha continuado de tal manera que en el período 1971-1975, las tasas medias rodaban el 7 por mil, excepto en Navarra que superaba en dos puntos este índice.

Los Movimientos Migratorios(5)

Antes de entrar en consideraciones sobre las consecuencias del incremento poblacional debemos referirnos al papel de la inmigración en el desarrollo demográfico vasco. Para ello nada mejor que observar el presente cuadro.

Repercusión de los Mov. Migratorios en el País Vasco (1950-1975)

Fuente: Cámara de Comercio, Industria y Navegación.

A través del cuadro adjunto observamos como el crecimiento del País Vasco, está sustentado tanto en el crecimiento natural (n.º de nacidos-no de fallecidos), como en el valor de la inmigración.

Si hasta finales del siglo pasado la emigración había sido uno de los factores que tradicionalmente había contribuido a frenar el crecimiento de la población, en estos años ha sido agente fundamental del incremento demográfico vasco. El País gana debido a estas llegadas de inmigrantes 590.509 personas a pesar del saldo migratorio que de carácter negativo presenta Navarra, quien a pesar de tener a partir de los años sesenta unos considerables aportes debido a la inmigración no ha podido equilibrar las salidas registradas entre 1950-1960, y que principalmente iban dirigidas a las provincias litorales. Este déficit, de cualquier manera está ampliamente compensado por los valores que nos muestran las restantes provincias; desde los valores vizcaínos (saldo positivo de 371.073 personas), hasta el alavés (77.257) pasando por el guipuzcoano (160.027).

Los orígenes de los inmigrados son fundamentalmente las regiones extremeña, andaluza, gallega, castellana y riojana. Mientras en este período las emigraciones son de escaso valor y responden a una difusión de la industria fuera de los límites propios del País.

La crisis socioeconómica que se percibe desde los años 1973-1974, hace que ya entre 1970-1975, los volúmenes de inmigrantes desciendan considerablemente, con respecto a los valores registrados en los años sesenta. Este descenso de la inmigración y la aparición de un éxodo hacia otras áreas serán los síntomas que caracterizarán, como posteriormente veremos el período 1975-1981, caracterizado por unas acusadas diferencias con períodos precedentes.

Antes de observar la incidencia que el desarrollo poblacional ha tenido en el País, y como resumen de la evolución que han tenido las tasas de natalidad, mortalidad y del valor de los saldos migratorios ofrecemos un cuadro que es sumamente expresivo de este período.

Tasas de Crecimiento en el País Vasco ( 1950-75)

 Fuente: Mapa Sanitario de la Comunidad Autónoma Vasca.

Departamento de Sanidad y S. Social del Gob. Vasco. 1982.

(x). TN = Tasa de Natalidad;

 TM = Tasa de Mortalidad;

SM = Saldo Migratorio

CV = Crecimiento Vegetativo

Nota: El Valor del Saldo Migratorio Navarro en el período 1971-75 está modificado del que se señala en la citada fuente. El mismo está basado en cálculos propios que difieren sustancialmente de los ofrecidos por la citada publicación, que señalan un pequeño saldo migratorio de carácter negativo en Navarra en el citado período 1971- 1975.

La distribución espacial de la población

Hemos visto el desarrollo demográfico euskaldun, hemos analizado brevemente los factores de crecimiento; bueno será pues incidir en las repercusiones que ha tenido este incremento a nivel provincial, puesto que el mismo, sabemos que no ha afectado de igual manera a los cuatro territorios, ni en volumen, ni en su distribución espacial.

En Alava, observamos como el aumento se centra prácticamente en su capital Vitoria, con una clara tendencia a la macrocefalia, ya que representa las tres cuartas partes del total provincial. Ello es debido fundamentalmente a la inmigración.

Una inmigración, común al resto de las provincias vascas, que se asentó fundamentalmente en la capital, como consecuencia de la ubicación de polígonos industriales.

Está necesitada de terreno para acoger a tal volumen demográfico así como a los nuevos centros fabriles se vio obligada a la anexión de los municipios próximos. Como consecuencia de esta concentración fabril en torno a Vitoria, se produjo una atracción de la capital sobre los núcleos rurales que progresivamente se van despoblando, de tal manera que sólo dos municipios, Llodio y Amurrio tienen una población superior a los 5.000. habitantes, y ello en función de la dependencia comercial del Área Metropolitana del Gran Bilbao.

Por todo lo expuesto es fácilmente contrastable el aumento de la capital y el progresivo despoblamiento de la provincia, donde se han producido constantes fusiones de municipios, hasta llegar a los 51 de 1975, frente a los 75 existentes en 1950.

En Vizcaya, son la margen izquierda y Bilbao, las que absorben un gran porcentaje, similar o quizás algo superior al de Vitoria, de la población vizcaína.

Junto a Bilbao, que también fue anexionando municipios próximos, encontramos núcleos de gran tradición industrial, auténticas «cunas de la moderna industria», Baracaldo, Portugalete y Sestao, prácticamente unidas entre sí con una ocupación intensiva del espacio que llega a la saturación. El reflejo de esto son las densidades medias superiores a los 4 y 5.000 hab./k 2 m , y que en el caso de Portugalete en 1975 llegaba a la increíble cifra de 17.000 hab./km2. Esta congestión ha originado la aparición de centros descongestionadores en otras áreas vizcaínas, principalmente en el Duranguesado y Plencia-Munguia, aunque se siga manteniendo el desequilibrio existente. El resto provincial no llega al 10% de la población vizcaína, siendo precisamente las dos comarcas más extensas en superficie, Arrate- Nervión y las Encartaciones las menos densamente pobladas.

En el resto de la provincia, por su papel demográfico, debemos señalar a los centros comarcales, Guernica, Bermeo, Marquina, etc.

También en Navarra es la capital y su área comarcal la que concentra el mayor porcentaje de la población navarra, aproximadamente el 45% del total provincial.

Ello es debido a las óptimas condiciones que los núcleos próximos a Pamplona han presentado a partir de los años sesenta para el asentamiento de los centros fabriles.

De las cuatro provincias peninsulares es Navarra la que menos ha sido afectada por las transformaciones que la industria ha supuesto. Sólo los núcleos industriales y las cabeceras comarcales han aumentado su volumen poblacional. Serían los casos de Tafalla, Tudela y Alsasua. Paralelamente se produce un considerable despoblamiento de las zonas rurales que, como hemos visto al hablar de los movimientos migratorios, no han sido compensados con el crecimiento de los núcleos urbanos ya que hemos señalado con anterioridad que el crecimiento navarro ha sido en el período 1950-1975 inferior al estimado; muy por debajo del crecimiento medio del resto del País, y a nivel del Estado Español.

Por su parte en Guipúzcoa a diferencia del resto del País, presenta un cierto equilibrio en la distribución espacial de la población. La capital, contrariamente a Bilbao, Pamplona y Vitoria, ha crecido de manera moderada; consecuentemente no ofrece San Sebastián las características macrocefálicas que se observan en las otras provincias. La capital guipuzcoana raramente ha representado el 30% del total provincial, habida cuenta del mantenimiento de su carácter de ciudad-servicio, puesto que la industria se ha localizado en los municipios próximos, Rentería, Pasajes, Lezo, así como a lo largo de los valles que jalonan la provincia. Consecuencia de ello ha sido la formación de pequeñas microconurbaciones; casos de Villarreal- Zumarraga, Beasain-Ordizia,... e incluso dentro de la misma comarca donostiarra Pasajes-Rentería, fiel reflejo de la vitalidad existente en estos municipios industriales guipuzcoanos.

En resumen, podríamos señalar ciertas semejanzas en la distribución espacial de la población en Alava y Navarra y en menor medida en Vizcaya, ya que aquí no existe, a pesar de la gran concentración de Bilbao, las áreas despobladas del interior de Álava y Navarra. Contrariamente a esta situación la homogeneidad guipuzcoana, se basa en la dispersión industrial, y en el moderado crecimiento de su capital.

Por ultimo, antes de hacer hincapié en los postreros y profundos cambios que se están observando en el País, es conveniente señalar las modificaciones, lógicas por otra parte, que se han experimentado en estos años en la ocupación poblacional de los trabajadores.

La Población Activa(6)

Una de las consecuencias del desarrollo económico es el descenso de las tasas de actividad en las primeras fases de desarrollo y un progresivo aumento de las mismas. En el País Vasco este cambio es perfectamente observable a partir de 1960, ya que desde 1950 asistimos a un lento descenso de estas tasas de actividad, que sí son realmente apreciables en la década siguiente, como consecuencia del aporte inmigratorio, que si efectivamente hace aumentar el número de activos, aumenta mucho más el número o volumen demográfico, por el protagonismo de una población juvenil e infantil fuertemente ligada a las tasas de natalidad, así como el progresivo aumento de la edad de escolarización. Todo lo cual redunda en una mejora de la calidad de vida al aumentar los niveles de estudio y reducirse la importancia de los grupos marginales (niños y ancianos).

Estos factores en el caso vasco están íntimamente ligados al rejuvenecimiento de la sociedad vasca, lo que conlleva un descenso del porcentaje de personas en edad activa.

Junto a ello se produjo un profundo cambio en la estructura de la distribución sectorial de la población activa. El descenso de las tasas de actividad agrícola son claras, principalmente en Guipúzcoa y Vizcaya cuyos porcentajes son claramente inferiores al 10%. Sólo Navarra se mantiene en tasas muy superiores y próximos a la media estatal. Este descenso del volumen agrícola es consecuencia del trasvase campociudad, que se ha producido con la industrialización del País.

Analizando el cuadro podemos comprobar fácilmente estos extremos ya que en Guipúzcoa, Vizcaya y Alava la población activa encuadrada en el sector primario es claramente inferior al 8,5%, más teniendo en cuenta que en Vizcaya y Guipúzcoa hay un porcentaje de población activa encuadrada en las actividades pesqueras de gran arraigo en el País, a pesar de lo cual no se llega al 6% del total provincial.

POBLACION ACTIVA

Distribución de la Población Activa por Sectores (1968- 1975)

  Alava Guipúzcoa Vizcaya Navarra      
  1968 1975 1968 1975 1968 1975 1968 1975
Población Activa en % 36,0 35,8 34,9 35,6
Sector Primario 17,5 7,8 10,4 5,7 10,2 4,4 29,7 19,3
Sector Secundario 56,0 58,7 56,7 56,9 53,8 55,5 40,1 44,5
Sector Terciario 26,3 33,3 32,8 37,2 35,9 40,0 30,2 36,1

Fuentes : AZAOLA, J.M.: “Vasconia y su destino” Ed. Revista de Occidente. 2 Volúmenes, Madrid 1975 y 1976.

CAMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE ALAVA.: “Economía Alavesa” Varios Números.

CAMARA DE COMERCIO INDUSTRIA Y NAVEGACION DE BILBAO.: “Memoria Comercial’’ Varios Años.

CAMARA DE COMERCIO INDUSTRIA Y NAVEGACION DE GUIPUZCOA.: "Economia Guipqroana” Varios Años.

CAMARA OFICIAL DEL COMERCIO E INDUSTRIA DE NAVARRA.: “Cifras Estadísticas de la Provincia Navarra” Varios Años.

Elaboración Propia.

Sin embargo, paralelo a este descenso se produce el aumento de población trabajadora en el sector secundario, que supera claramente el 50%, excepto en Navarra donde este trasvase campo-ciudad o lo que es lo mismo, sector primario-sector secundario ha sido menor. A su vez y como resultado de lo ya expuesto, observamos el aumento considerable del sector terciario. De todo ello da una estructura a nivel urbanístico de claro descenso de los núcleos rurales y una progresiva urbanización que se ha observado en estos años en el espacio geográfico vasco. De tal manera que, aproximadamente, el 80% de la población está asentada en núcleos de más de 10.000 habitantes.

¿La aparición de un nuevo ciclo demográfico entre los años 1975 y 1981?

Una vez expuesto a grandes rasgos el desarrollo demográfico vasco y sus repercusiones en la distribución espacial sería conveniente analizar el cambio que se ha dado en el País en estos últimos años y más especialmente a partir de 1975.

Si el crecimiento demográfico vasco estaba fuertemente sustentado en un aporte masivo de inmigrantes de otras provincias o del mismo Estado Español, en estos últimos años las entradas son prácticamente nulas a la vez que las salidas de potencial humano vuelven a tomar consistencia y consecuentemente limitan el crecimiento demográfico vasco. Una limitación que en muchos casos ha traído como consecuencia el descenso demográfico en municipios cuyo desarrollo haz estado fuertemente ligado a la industria y por consiguiente a la inmigración. Se entra pues de lleno en un período demográfico donde las migraciones son superiores a las entradas aunque haya a nivel provincial excepciones al hecho.

Alava es quizás la provincia menos afectada por este nuevo rumbo, ya que continúa conociendo saldos positivos, aunque, claro está, con menor intensidad que en épocas precedentes. Si en el período 1971-1975 tenía un saldo migratorio del 17,6 por mil, en estos últimos años 1975-1981 se le calcula un incremento rodante al 7 por mil, lo que significa un descenso porcentual superior al 50%. El hecho del mantenimiento de estos saldos positivos puede estar relacionado con la constitución de Vitoria como sede del Gobierno Vasco con todo lo que esto conlleva. De hecho Vitoria y, en menor medida, los centros dependientes del Área Metropolitana del Gran Bilbao, son los núcleos que aumentan demográficamente; contrariamente al interior donde el despoblamiento es un hecho real.

En definitiva, durante estos últimos años podemos decir que la provincia continúa con sus ritmos de crecimiento aunque menores a los de la primera mitad de la década. Un mejor y más profundo estudio nos lo ofrece Rosario Galdós (7) en «Lurralde V».

Por su parte, Guipúzcoa y Vizcaya son las provincias cuyos ritmos de crecimiento han disminuido más sensiblemente, como consecuencia de una crisis que está afectando más a los núcleos fabriles, como antaño también se vieron más fuertemente afectados por las corrientes inmigratorias. Guipúzcoa en estos últimos años ha tenido un crecimiento de sólo 10.000 habitantes, cuando de haber existido unos movimientos migratorios del valor 0, tenía que haber llegado a los 715 o 720.000 habs., y existían unas previsiones, de haberse mantenido los ritmos de crecimiento, una población que no debiera estar lejos de los 725.000 habs. Ello es consecuencia de la ya mencionada corriente emigratoria que en muchos casos es la vuelta al lugar de origen de la población que vino a Euskadi en los años cincuenta-sesenta principalmente.

Consecuencia de ello es el incremento de carácter negativo que se está dando en algunos municipios, caso de Pasajes 22.501(8) y que en 1981 era de 20.696 que en 1975 tenía una población de (9), lo que supone una disminución de 1.805 habs. en seis años. Aplicando en el caso de Pasajes los índices o tasas medias de natalidad y mortalidad para dicho período correspondientes a la provincia (Ver Cuadro), Pasajes debería tener una población de 23.729 habs., lo que comparando con la cifra real del Municipio Pasaitarra da una «salida», de más de 3.000 habs. En una extrapolación de unas tasas medias provinciales a un municipio, que más que válida como cifra en su aspecto cuantitativo, debe ser manejada como reflejo de una situación real existente hoy día en Guipúzcoa.

Una situación que al igual que en Pasajes, aunque en menor volumen, se está dando en otros municipios guipuzcoanos, ya que en este territorio parece, según todos los indicios, que las emigraciones han alcanzado mayor valor, hasta situarse en torno a un saldo Migratorio del 6 por mil en dicho período. Por todo ello, y después de realizar los pertinentes cálculos, extrapolados de los índices medios de natalidad y mortalidad, podemos asegurar que las salidas de potencial humano en este período no deben andar lejos de las 25 o 30.000 personas. La Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación(10) señala en el período 1976-1981 una inmigración neta de 21.207 personas. Cifra que se podría aumentar hasta llegar a las ya señaladas si tenemos en cuenta que no todos los cambios de residencia suelen ser comunicados a los Centros Oficiales, lo que indudablemente dificulta la evaluación total de estos movimientos.

Los principales puntos de destino de los emigrantes en estos años son tras Madrid y el resto de las provincias vascas, Cáceres y Badajoz. La Rioja, Valladolid, Salamanca... etc., mientras las escasas inmigraciones son provenientes en su mayoría de Madrid, Vizcaya y Navarra.

En Vizcaya asistimos a un proceso de características muy similares al guipuzcoano, manteniéndose una similitud en sus procesos demográficos, como ocurriera en años precedentes. Sin embargo si los arribos de inmigrantes en Vizcaya han superado claramente a los de Guipúzcoa, aquí puede suceder a la inversa ya que según los primeros cálculos el saldo migratorio, puede rodar el —5 por mil, lo que en Guipúzcoa era de un entero más. Ello representaría que en el citado período que comentamos las salidas de vizcaínos hacia otras áreas tanto del País Vasco, como del Estado Español, podrían llegar a las 35 o 40.000 personas.

Mikel Marañón(11) tomando los índices de crecimiento del período 1970- 1976, extrapolándolos hasta 1980, calculaba para este año una población de 1.288.000 habitantes, cifra que supera en 100.000 personas el volumen demográfico vizcaíno según el Censo de 1981. Ello es consecuencia del volumen emigratorio que desde Vizcaya se han ido a otras áreas, así como el considerable descenso que han sufrido los índices de crecimiento vegetativo. Con respecto a éstos ya señalábamos como a partir de los años setenta se observaban disminuciones acusadas en función del descenso de la natalidad, como observamos de la comparación del presente cuadro con el del período 1910-1975.

Tasas de Crecimiento en el País Vasco (1975-1981)

Alava Guipúzcoa Vizcaya Navarra  
16,9 15,1 17,1 15,8  TN
 6,6  6,0   7,0 8,6  TM
10,3  9,1  10,1   7,2 CV
 7,2 - 6 . 0  - 5 , 0   2,0 SM

Las cifras registradas por la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao (1981) señalan el carácter negativo de los movimientos a partir de 1977, siendo superiores a las 4.000 personas anuales a partir de 1978, y estimándose un saldo negativo de casi 7.000 personas para 1980. Estas cifras de por sí nada despreciables, pueden no señalar la auténtica realidad de estos movimientos, ya que al igual que en Guipúzcoa, pensamos que hay excesivos cambios que no se registran. De ahí que estemos más de acuerdo con los saldos expuestos con anterioridad, que podríamos calcularlos en una emigración neta de 35.000 personas.

Volumen algo superior al guipuzcoano pero quizás menos preocupante habida cuenta de que Vizcaya casi duplica en potencial demográfico a Guipúzcoa.

Desde el punto de vista del asentamiento de la población en el territorio es de señalar el desplazamiento que se está produciendo hacia la margen derecha del Nervión, así como el reforzamiento del papel descongestionador de algunas comarcas, que se señalaba con anterioridad, ya que la saturación demográfica del Àrea Bilbaina es un hecho palpable.

Como en el caso guipuzcoano los destinos de los emigrantes, parecen guardar relación con los orígenes del inmigrante que vino años atrás al País Vasco.

Por su parte también en Navarra se observa esta tónica de crecimientos mínimos, que es menos acusada que en el resto precisamente por la menor incidencia del «boom» de los años sesenta.

En este período podemos situar la tasa de crecimiento debido a los movimientos migratorios en torno al 2 por mil, cifra poco significativa y que en modo alguno es la continuación de la tónica de incidencia exigua de la inmigración que ya se observa en Navarra entre 1970 y 1975. Lo que sí es significativo es el considerable aumento de los movimientos intraprovinciales, lo que indudablemente favorece el ritmo de crecimiento de los centros comarcales industriales y acentúa las diferencias campo-ciudad.

Ante estos cambios que se observan en el País Vasco, surge inmediatamente la pregunta: ¿Cuál es el futuro demográfico de Euskadi? En realidad es difícil predecirlo, ya que el mismo está muy ligado a una serie de factores, principalmente económicos, y en función de ellos puede derivarse una dirección demográfica tendente al aumento o disminución. De ahí la dificultad de las predicciones demográficas, ya que cualquier alteración puede introducir cambios sustanciales. Lo cierto es que en 1981 los grupos de edades 0-4 son inferiores a los inmediatamente superiores, lo que de continuarse podría dar lugar a un envejecimiento de la población. De ahí que entre interrogantes hayamos mencionado la aparición de un nuevo ciclo demográfico entre 1975 y 1981, cuya continuación pudiera darse, todavía, durante algunos años.

LA POBLACION EN EL PAIS VASCO CONTINENTAL

Antes de entrar en el análisis propiamente dicho de la población vascofrancesa, creo conveniente describir, siquiera someramente, la división administrativa del Estado Francés, por cuanto los territorios históricos de Laburdi, Benabarra y Zuberoa, no se corresponden con entidad administrativa alguna, sino que quedan englobados en uno de los 99 Departamentos que configuran el Estado Francés; más concretamente en el Departamento 64, denominado de los Pirineros Atlánticos o Bajos Pirineos.

La unidad básica es la comuna que podríamos asemejarla con el municipio. Estas comunas se agrupan en cantones cuya unión constituye el Departamento.

El Departamento de los Pirineos Atlánticos constituye junto a Dordogne y Gironde una de las veintiún regiones económicas en que está dividida la nación francesa. Esta región económica, denominada Aquitania, tiene su capitalidad en Burdeos.

Esta división administrativa presenta enormes dificultades puesto que al no constituir los territorios vascos una entidad autónoma propia, los diversos estudios demográficos se realizan en base a determinados criterios; criterios que en ningún caso coinciden con los límites establecidos entre Laburdi, Benabarra y Zuberoa.

George Viers(12) desde el punto de vista demográfico divide el País Vasco Continental en tres grandes grupos: Litoral, Colinas y Montaña; mientras el INSEE (Institut Nationale d’Estudes Economiques Estatistiques) en sus últimos estudios (1975) divide el Departamento en los Pirineos Atlánticos en aglomeraciones urbanas: Aglomeraciones de Pau, Oloron y Bayona, siendo ésta última la única del País Vasco Francés con una población superior a los 100.000 habs. y estando incluidas en ella las comunas de Ondres y Tarnos pertenecientes al Departamento de Landes.

Asimismo debemos señalar que, a diferencia de la mayoría de los países europeos que realizan periódicamente sus censos, el Estado Francés no guarda periodicidad alguna en la confección de los mismos. Desde 1936 se han realizado censos en 1954, 1962, 1968 y 1975.

Por último, en esta breve introducción, mencionaremos los 16 cantones que constituyen el País Vasco Francés, a saber: Anglet, Bayona, Biarritz, Hendaya, Bidache, Espelette, Hasparren, Saint Jean de Luz y Ustaritz (pertenecientes a Laburdi, aunque el cantón de Bidache tenga alguna comuna situada en el territorio histórico de Benabarra), Labastide-Clairance, Iholdy, Saint Jean Pie de Port, Saint Etienne de Baigorry, Saint Palais (pertenecientes a Benabarra) y Mauleon y Tardets (Zuberoa).

Estos dieciséis cantones, formados por un numero muy variable de comunas, agrupan a las 160 que constituyen el País Vasco Continental; comunas en su mayoría rurales puesto que sólo 16 (Anglet, Bayona, Biarritz, Bidart, Boucau, Cambo-les-Bains, Ciboure, Hasparren, Hendaya, Saint Jean de Lus, Saint Pee sur Nivelle, Saint Pierre d’Irube, Urrugne, Ustaritz —pertenecientes a Laburdi—, Saint Palais —Benabarra—, y Mauleon —Zuberoa—) superan los 2.000 habitantes; cifra ésta que se considera como divisoria para delimitar a comunas rurales y urbanas.

En general la población vasco francesa se haya irregularmente repartida sobre el territorio; ya que Laburdi, cuya superficie es el 34% del total, alberga tres cuartas partes de la población total, originándose por ello una desigual distribución entre la costa y el interior. Ello es consecuencia de los importantes movimientos migratorios que se han venido produciendo desde tiempos atrás y que tuvieron especial incidencia en Benabarra y Zuberoa. L. Etcheverry(13) señalaba que entre 1831 y 1892, habían abandonado el País 79.262 personas; cifra ésta a la que deberíamos añadir la emigración clandestina con lo cual se aproximaría a 100.000 personas las que abandonaron el País Vasco Continental durante el siglo pasado.

Por todo ello no es de extrañar las enormes diferencias que se observan, hoy en día, entre el litoral y el interior.

La evolución de la población vasco francesa en el siglo XX

Durante el siglo XX paralelo al importante crecimiento demográfico de Laburdi, se acentúa hasta límites extremos el desequilibrio entre la costa y el interior, consecuencia del continuo despoblamiento de las zonas rurales como se observa a través del siguiente cuadro.

  1901 1911 1936 1954 1968 1975
Laburdi 96.868 99.910 118.260 140.040 156.048 176.805
Benabarra 55.775 70.024 40.039 37.011 34.683
Zuberoa 20.708 18.895 17.609 16.690 16.247
TOTAL 173.351   207.179 197.688 209.749 227.815

Fuente: INSEE

Con las cifras que poseemos se puede suponer que el crecimiento demográfico de Iparralde ha sido constante, aunque mínimo, hasta 1936. A partir de aquí se percibe un descenso acusado que puede ser consecuencia de una emigración que tras los años posteriores a la finalización de la Guerra europea, pudo darse, principalmente, en París y sus alrededores.

Según el censo de 1968 apreciamos una ligera recuperación que iguala el total demográfico vasco francés a la población existente treinta años antes. A partir de aquí el crecimiento, de valores mínimos, se sigue centrando en Laburdi, a la vez que se continúan los descensos poblacionales de Benabarra y Zuberoa.

Distribución de la población

Este notable contraste que se observa en los territorios del País Vasco Continental, es mucho más acusado a nivel de comunas y cantones. Según el censo de 1975 de los 16 cantones que existen en el País, sólo 5 superan los 15.000 habitantes, mientras que 9 no llegan a los 10.000. Sólo la aglomeración de Bayona, formada por las comunas de Anglet, Arcangues, Bassussary, Bayona, Biarritz, Bidart, Boucau, Guethary, Mougerre, Ondres (Landes), Saint Pierre de Irube y Tarnos (Landes), supera los 100.000 habitantes (120.780).

George Viers, desde el punto de vista demográfico, divide los cantones en tres grandes grupos o unidades : El Litoral, Las Colinas y La Montaña.

— El Litoral: comprende los cantones actuales de Bayona, Anglet, Biarritz, Saint Jean de Luz, Hendaya, Ustaritz y Espelette. Es zona urbana o suburbana dependiente de las actividades secundarias del área de Bayona o las terciarias del litoral.

Dentro de este grupo debemos hacer una graduación ya que a medida que nos trasladamos al Este las densidades descienden considerablemente. Frente a los  altos valores de los cantones costeros, llegándose a cifras de verdadera congestión, nos encontramos con que las densidades de los cantones del extremo oriental no llegan a la media del País Vasco Continental.

  Superficie (Km2) Población Densidad
Bayona 108,8 57.591 529,4 hab./km2
Anglet 26,48 25.241 953,4 hab./km2
 Biarritz  11,66 27.595 2.366,6 hab./km2
 S. Jean de Luz  62,23 17.443  280,2 hab./km2
Hendaya  66,02 20.942 317,2 hab./km2
Ustaritz 165,91  9.592  57,8 hab./km2
Espelette 180,43 10.091  55,9 hab./km2

      Fuente: INSEE (1975)    

— Las Colinas: engloba los cantones del extremo oriental de Laburdi y la mitad septentrional de Benabarra y Zuberoa. Comprende los cantones de Hasparren, Labastide-Clairance, Bidache, Saint Palais, Iholdy y Mauleon.

Es una región predominantemente agrícola y rural bajo influencia de dos villas industriales (Hasparren y Mauleon) y un centro de servicios (Saint Palais).

Consecuencia de esta débil estructura económica es su escasa población, que en ningún caso supera los 50 hab./km2.

   Superficie (km2) Población Densidad
Labastide-Clairance 114,92 4.052  35,2 hab./km2
Hasparren 160,38  7.123 46,9 hab./km2
Bidache  158,08 4.087 25 ,8 hab./km2
 Saint-Palais  322,45  9.406  29,1 hab./km2
 Iholdy  246,04 4.639  18,8 hab./km2
Mauleon  302,47 11.931  39,4 hab./km2

Fuente: INSEE (1975)

       — La Montaña: esta tercera unidad se corresponde con los cantones fronterizos de Benabarra y Zuberoa, esto es los cantones de Saint Ettienne de Baigorry, Saint Jean Pie de Port y Tardets.

Es zona de vida pastoril carente de cualquier industria y con un sólo centro urbano animado por el turismo y los mercados agrícolas (Saint Jean Pie de Port).

A pesar de la gran extensión de los cantones las densidades son muy bajas, menores de 25 hab./km2, consecuencia de la escasa población existente en esta área de escasos recursos y carente de cualquier tipo de servicios.

  Superficie (Km2)  Población Densidad
S. Etienne de Baigorry  318,59 6.379  20,0 hab./km2
S. Jean Pie de Port 309,58 6.983 22,5 hab./km2
Tardets 383,42 4.316 11,2 hab./km2

   Fuente: INSEE (1975)

 

Analizando la distribución a nivel de comunas la situación se hace más precisa.

Nuevamente comprobamos como las mayores densidades corresponden a las comunas de la zona litoral, superando los 1.000 hab./km2, en Bayona y Hendaya (1.675 y 1.191 hab./km2, respectivamente), mientras en el resto de Laburdi la población se centra en torno al AA. MM. de Bayona y a lo largo de los valles del Nive y Adour.

En Benabarra las densidades son considerablemente bajas, salvo algunas comunas como Saint Jean Pie de Port y Saint Palais con 633,3 y 286 hab./km2, respectivamente.

Zuberoa es el territorio que presenta una situación más desequilibrada. La mayoría de las comunas del cantón de Tardets tienen densidades inferiores a los 15 hab./km2 —la comuna de Tardets-Sorholus tiene 54,5 hab./km2— mientras que en Mauleon las densidades son algo mayores, aunque siempre en valores muy reducidos, con la excepción de la comuna de Mauleon que tiene 331 hab./km2.

Crecimiento Natural y Movimientos Migratorios

Dos de los factores a considerar en el crecimiento natural de la población: Natalidad y Mortalidad, aunque debemos tener siempre en cuenta las repercusiones que directa o indirectamente pueden tener los movimientos migratorios.

La natalidad para el conjunto del País Vasco Continental, 14,2 por mil es baja, inferior a la de las zonas colindantes, tanto francesas como españolas. Por el contrario los índices de mortalidad son altos 12,4 por mil —superior a la media francesa 10,6 por mil—. Como lógica consecuencia de ellos y complementado por una importante emigración se está dando un continuo envejecimiento de la población, mucho más acusado en las áreas rurales.

El crecimiento continuo de los cantones costeros se manifiesta en la década de los 50, para ir disminuyendo paulatinamente en los últimos años (4.941 personas en el período 1954-62, para ser en el período 1968-75 de 2.837 personas).

  1954-62 1962-68   1968-75
Bayona, Anglet y Biarritz (B.S.B.)  2.463  2.306 2.089
Saint Jean de Luz, Hendaya 1.606  1.145 641
Ustaritz   344 208 220
Espelette  528 232  - 1 1 3
Zona Litoral total: 4.941  3.891 2.837

Este crecimiento viene dado por una tasa de natalidad superior a la media del País Vasco Continental llegando al 15% en el BAB (Bayona, Anglet, Biarritz), pero siempre inferior a la media del Estado Francés —16,8 por mil—, y favorecido por un importante movimiento migratorio. El relativo crecimiento viene dado en buena parte por el acentuado carácter de envejecimiento de la población costera. Dato significativo es el hecho de que entre 1968-75 el número de jubilados ha aumentado en un 4,3% con respecto al total de la población, pasándose al 18,8% de la misma.

Tasa de Natalidad y Mortalidad (Año 1975)

 

Natalidad

 (por mil)

Mortalidad

 (por mil)

Bayona, Biarritz, Anglet 15,0 12,2
Saint Jean de Luz, Hendaya 13,6 11,6
 Ustaritz 14,9 11,3
Espelette 14,0 15,6
Hasparren 14,8 11,8
Labastide-Clairance  12,3 13,4
Bidache 13,7 14,6
Saint Palais 14,1 12,8
Mauleon-Licharre 13,5  12,3
Iholdy 14,1  12,8
Total País Vasco Continental: 14,2 12,4

Fuente : INSEE

En el interior del País, zona de colinas, la disminución de la emigración es un hecho claro, a pesar de lo cual se siguen produciendo desplazamientos hacia la zona litoral. Consecuentemente el crecimiento natural es débil tendiendo a disminuir.

El crecimiento que se dio entre 1954-62 de 1.496 personas disminuyó sensiblemente, siendo de tan sólo 354 personas en el período 1968-75 y apareciendo dos cantones, Labastide Clairance y Bidache, con crecimiento negativo de —30 y —28 personas respectivamente. Serán los pequeños núcleos industriales y de servicios de Hasparren, Saint Palais y Mauleon los que ejerzan el papel de centros co- 345 PEDRO PICAVEA merciales de atracción mejorando su situación con respecto a los cantones de montaña, mostrándose una estructura de población por edad y la relación entre efectivos de uno y otro sexo en general más equilibrada, aunque en menor escala sigan ofreciendo las mismas diferencias los cantones con alguna industria y aquellos fundamentalmente rurales.

Fuente: INSEE

En la zona de montañas observamos un fuerte descenso de las tasas de natalidad entre 1954 y 1975 consecuencia de la importante emigración femenina, generalmente con carácter definitivo, ya que difícilmente volvían a contraer matrimonio a sus lugares de origen. Directamente relacionado con ello y de claras repercusiones para la natalidad, y en consecuencia para el envejecimiento de la población, es el gran número de solteros así como la tardía edad en que se celebran los matrimonios. Este envejecimiento de la población queda de manifiesto al comprobar como en los cantones de montaña ha habido en el período 1968-75 un crecimiento negativo del 2,6%, equivalente a 344 personas, contrariamente al crecimiento positivo de años anteriores.

Fuente: INSEE

Como consecuencia de ello se han introducido lógicas variaciones en la relación de efectivos en ambos sexos. Si para el País Vasco Continental, el número de personas del sexo femenino por cada 100 del masculino es de 91,6; para el conjunto de las zonas predominantemente agrícolas y ganaderas se eleva a 116. Desequilibrio idéntico al que se observa entre la cohorte 40-44 con una relación 100- 144.

Con respecto a los movimientos migratorios he de señalar que el País Vasco Continental ha sido tradicionalmente área proveedora de mano de obra, con destino tanto a América como al resto del Estado Francés, principalmente a las áreas industriales próximas y a París y sus alrededores.

Un análisis detallado de los movimientos migratorios que se han dado en estos últimos años en Iparralde, permite observar que desde 1954 a 1975, sólo la zona litoral ofrece un saldo positivo, que ha hecho factible el continuo crecimiento de esta zona. Zona cuya afluencia más importante la señalaríamos en el período 1962-1968, con un volumen de inmigrantes superior a 12.000 personas. En este numeroso contingente migratorio debemos señalar el importante atractivo que ejercen determinados puntos como residencias para personas de la tercera edad que vienen a pasar sus últimos días al País Vasco Continental principalmente a la comuna labortana de Cambo Les Bains, donde hay varios centros de características muy específicas al hecho que me refiero.

Sin embargo el importante crecimiento de la zona costera no ha tenido correspondencia directa con el también necesario aumento de los puestos de trabajo, como sería de esperar. El período 1968-1975 contempla un crecimiento de la población activa de 3.000 personas, de los que fácilmente se deduzca la importancia de la tercera edad y lo que es lo mismo el volumen de gente no activa (jubilados).

Del mismo modo que el crecimiento ha sido continuado en las zonas litorales, el interior está asistiendo a un progresivo despoblamiento. En la zona de colinas entre 1954-1975, se registra un saldo migratorio negativo, especialmente acusado entre 1954 y 1968 (ver cuadro).

Igualmente la Montaña presenta un saldo migratorio negativo. Baste recordar para señalar el rumbo demográfico de estas áreas interiores que en los territorios históricos del interior, en 1901 la población era muy superior a la asentada en 1975, como hemos señalado en el cuadro de la Evolución Demográfica.

Como consecuencia de este despoblamiento no es ilógico el proceso de fusión que se ha producido en estos años por parte de varias comunas, de escasa población y menos recursos económicos. Hace falta en la actualidad conocer los datos del Censo de 1981 para saber si esta línea descendente se continúa o si por el contrario se produce una paralización de los emigrantes, que en caso de ser un hecho cierto, sería como consecuencia del agotamiento de ese potencial humano que tiene una edad óptima para emigrar y no como resultado de unas mejores perspectivas económicas. Con todo ello podemos resumir diciendo que el futuro demográfico de las áreas interiores del País Vasco es más que preocupante, es alarmante ante el devenir.

Fuente: INSEE

Estructura de la Población Según los datos que tenemos la población del País Vasco Continental (1975), debemos considerarla como una población adulta que tiende a un progresivo envejecimiento.

Al analizar la composición de la población por edades observamos que la población joven (esto es menor que 20 años) se eleva a 63.279 personas, lo que viene a representar el 27,7% del total demográfico, siendo este porcentaje inferior al resto de la zona de Montaña. La población adulta (comprendida entre 20 y 64 años) asciende a 122.291 personas, lo que supone el 53,6% del total. Mientras, la población adulta, esto es superior a 65 años, significa el 18,5%, porcentaje claramente superado en las zonas interiores del País.

En cuanto a la población activa podemos señalar que en 1975 ascendía a 86.670 trabajadores, lo que suponía el 38% de la población total, claramente inferior al porcentaje de la media nacional francesa (41,5%).

Lógicamente y en función de su mayor volumen demográfico, es en la zona litoral, donde se encuentra el mayor número de trabajadores —63.160, equivalentes al 72,8% de la población activa del País Vasco Continental—. Mientras el interior sólo tiene el 27,12 de la población activa.

La ocupación poblacional varía lógicamente en el interior y el litoral. Aquí predominan sobre todo las actividades terciarias, con un elevado porcentaje de mano de obra femenina.

El sector primario ocupa al 15,5% del total de los trabajadores. Este alto porcentaje del sector primario se debe a la importancia del mismo en las zonas interiores, en las que se llega al 41,2% mientras en la costa sólo es del 5,7 ; cifra ésta que no podemos considerarla excesivamente válida, ya que se debe al gran volumen de trabajadores que en este sector se encuentran en Ustaritz y Espelette (32 y 17% respectivamente). Mientras en las zonas costeras, salvo Saint Jean de Luz con un 6% —debido a la importancia de la pesca— las actividades agrícolas y ganaderas ocupan a muy pocos trabajadores, oscilando las cifras entre el 2,2% de Bayona y el 0,9% de Biarritz.

El sector secundario ocupa el 31,4% del total del volumen activo del País Vasco Francés. A pesar de su ligero retroceso este porcentaje se supera en la zona litoral, 32%. Por su parte en el interior con un porcentaje inferior estos trabajadores están concentrados en los núcleos industriales de Hasparren y Mauleon.

El sector terciario ocupa en la zona costera un elevado porcentaje de su población activa —62,3%— muy superior a la media del País Vasco Continental —53,1%— y la del Estado Francés. Este porcentaje a medida que nos alejamos de la costa, desciende considerablemente, siendo el sector más débil por cuanto sólo ocupa el 28,9% de la población activa.

NOTAS

(1) GARCÍA MANRIQUE , J . : « Eibar : C.S.I.C. 1961. Zaragoza inmigración y desarrollo urbano e industrial»

(2) JIMÉNEZ CASTILLO, M.: «La Población de Navarra. Estudio Geográfico», Zaragoza, 1918.

(3) Natalidad = (N.º de Nacimientos x 1.000) /  P .

P = Población asentada a mitad del año a que hace referencia la tasa de Natalidad.

(4) Mortalidad = (N.º de fallecidos x 1.000) / P.

P = Población asentada a mitad del año a que hace referencia la Tasa de Mortalidad.

(5) Saldo Migratorio = Crecimiento Real - Crecimiento Natural

(6) Población Activa = (N.º de activos x 100) / P o b l a c i ó n

La población como en casos anteriores hace referencia a la supuesta con la mitad de año.

(7) GALDÓS URRUTIA, R.: El Crecimiento de la población Alavesa entre 1975-1981. Una primera aproximación. «Lurralde V» (INGEBA), San Sebastián, 1982.

(8) I.N.E.: Padrón Municipalde 1975.

(9) I.N.E.: Censo de 1981.

(10) CAMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACION DE GUIPÚZCOA: Memoria Estadística, 1981. San Sebastián, 1982.

(11) MARAÑÓN, M. : «Demografía Vizcaína del s XX». Lurralde n.º 1, San Sebastián, 1978.

(12) VIERS, G.: Pour un Pays Basque heureux. Federation des Pyrennes-Atlantiques du Parti Comuniste Français. Bayonne, 1979.

(13) L. ETCHEVERRY: Memoria presentada al Congreso de Pau. Pau, 1892

 

 

 


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