Lurralde inves. esp.

1 (1978)

p. 129-282

ISSN 1697-3070

 

 

 

LOS TIPOS DE TIEMPO EN LA LLANADA OCCIDENTAL ALAVESA

© EUGENIO RUIZ URRESTARAZU

Universidad del País Vasco

 

 

Laburpena Eguraldi motak Arabako mendebaldeko Lautadan Lan hau Arabako Lautadako klimaren ikerketa baten eskema da, eta urteko sasoi guztietan eskualde horretan izaten diren eguraldi motak zirriborratzen dira, eta aztertzen, halaber, haien iraupena eta erritmoa bezala iraupena ere. Horrek ez du inola ere esan nahi baztertzen dela metodo analitiko edo sintetikoa deritzona, ezinbestekoa delako seriotasunez heltzeko leku baten ezaugarri klimatikoen konplexutasunari, eta, halaber, guztiz beharrezkoa delako konparazioak egiteko beste klima batzuekin, hala nola jakintza gai honi lotutako beste arlo batzuekin. Horregatik, artikulu honek ez darama izenburuan klima hitza, aztertu nahi izan duguna gainditzen duelako, baina eguraldi motak agertu egiten dira, klimaren edozein azterketaren zati funtsezko eta beharrezkoa diren aldetik. 

Gako-hitzak: Arabako Lautada, eguraldia, klima, Araba, Euskal Herria.   

Resumen El presente trabajo es un esquema de un estudio climático de La Llanada alavesa esbozándose los tipos de tiempo que se presentan en esta comarca a lo largo de las estaciones del año, viendo tanto su duración y su ritmo como su evolución. No quiere esto decir que se desprecie de ningún modo el método llamado analítico o sintético, absolutamente imprescindible para afrontar seriamente la complejidad de los caracteres climáticos de un lugar, y totalmente necesario para establecer comparaciones con otros climas y con otras disciplinas ligadas a ésta. De ahí que este artículo no ostente en su título la palabra clima, que va más allá de lo que hemos intentado investigar, y sí aparezcan los tipos de tiempo como parte fundamental y necesaria de todo estudio climático 

Palabras clave: Llanada alavesa, tiempo, clima, Alava, País Vasco.  

 

INTRODUCCION 

La elección del tema viene determinada en primer lugar por las preferencias personales del autor y por el auge que están adquiriendo, dentro del ámbito geográfico, estos estudios que tienden a describir y explicar, en la medida de lo posible, los caracteres climáticos de determinadas áreas regionales. 

La evolución que ha sufrido el concepto mismo de «clima» desde J. Hann (1) hasta la definición propuesta por Max. Sorre, hoy unánimemente aceptada (2)  ha tenido su importancia en cuanto al modo de emprender con posibilidades de éxito el estudio de la climatología de un lugar determinado.

El presente trabajo no es sino un esquema sobre lo que podría llegar a ser un completo estudio climático de La Llanada alavesa. Nos hemos contentado con esbozar los tipos de tiempo que se presentan en esta comarca a lo largo de las estaciones del año, viendo tanto su duración y su ritmo como su evolución. No quiere esto decir que se desprecie de ningún modo el método llamado analítico o sintético, absolutamente imprescindible para afrontar seriamente la complejidad de los caracteres climáticos de un lugar, y totalmente necesario para establecer comparaciones con otros climas y con otras disciplinas ligadas a ésta, como la Hidrografía, Geomorfología, Geografía Agraria, etc (3). De ahí que este artículo no ostente en su título la palabra clima, que va más allá de lo que hemos intentado investigar, y sí aparezcan los tipos de tiempo, que son el leitmotiv de estas líneas como parte fundamental y necesaria de todo estudio climático.

El ámbito territorial elegido quizá resulte excesivamente reducido para intentar extraer conclusiones aplicables a áreas más extensas; labor, por otra parte, muy arriesgada en esta región de contrastes de relieve muy marcados. Sin embargo, puede considerarse positivo este trabajo con el fin de servir de punto de comparación con otros estudios parecidos realizados en comarcas cercanas o ligadas a ésta por unos rasgos comunes en cuanto a dinámica atmosférica (4). Sería interesante llegar a contar con investigaciones climáticas de diferentes zonas más o menos reducidas y emparentadas para poder trazar, como colofón, una síntesis regional más amplia. Por ahí se encamina este artículo. 

Únicamente nos ocupamos de La Llanada occidental, pues los datos que se han manejado se refieren al observatorio de Vitoria. Con ser una comarca en la que los caracteres físicos y humanos se mantienen con una notable uniformidad, hemos preferido evitar la inclusión de la mitad oriental ya que por su especial configuración del relieve -mayor altura media, cadenas montañosas elevadas más cercanas se presta a unas diferenciaciones que es preciso comprobar, si bien los datos son lastimosamente escasos. Lo dejaremos para más adelante.

METODO Y FUENTES  

Lo primero que había que hacer era concebir unos tipos de tiempo que fueran fácilmente tratables y lo más cercanos posibles a la realidad climática de la zona. En esta clasificación de los tipos de tiempo podrían entrar variables atmosféricas muy numerosas y de muy distinto alcance. El problema reside en que si hacemos participar a muchos componentes atmosféricos la clasificación puede resultar inacabable, llegándose a la conclusión de que cada día tiene un tipo de tiempo diferente, lo cual, si bien es cierto en sí aun a escalas temporales más reducidas (pues los elementos del clima cambian constantemente y nunca se dan dos situaciones iguales) , perdería todo valor científico, explicativo y de síntesis. 

Por ello, a semejanza de otros trabajos de la misma índole (5) la clasificación se basa en tres elementos exclusivamente: presión atmosférica, temperatura y precipitaciones. 

Con respecto al primero, la presión, se han dividido los días en tres categorías, anticiclónicos, ciclónicos e interciclónicos. Como lo que nos interesa es el clima de La Llanada, nos hemos basado en los datos de presión del aeródromo de Vitoria, donde se encuentra instalado el observatorio, sin reducción a otros niveles. Calculando la. presión media en dicho lugar, es sencillo dividir los días en anticiclónicos -aquellos a lo largo de los cuales, según las medidas de las horas I, 7, 13, y 18, la presión permanece más elevada que la media (957 mb.)y ciclónicos, en los que sucede lo contrario.

El problema surge cuando se presentan jornadas en las que la presión es superior a unas horas e inferior a otras. La mayor parte de ellas tienen un desnivel continuo de ascenso o descenso desde alta presión a baja presión, o viceversa, por influjo del acercamiento de un individuo isobárico diferente al que dominaba anteriormente; estos días han sido clasificados como interciclónicos, según la terminología expresada por Comellas en el trabajo citado. También entran dentro de esta clasificación los días cuya presión estaba alrededor de la media y que no podían clasificarse como alta o baja; comprobando sobre los mapas sin ópticos esas situaciones, se llega a la conclusión de que, en efecto, están sometidos a la doble influencia de una borrasca y de un anticiclón, sin que ninguno de ellos prevalezca sobre el otro. Así ocurre muy frecuentemente en situaciones del norte, con una depresión en el Mediterráneo y un área de altas presiones en el Atlántico, siendo ambos los causantes del tiempo de ese día. Una vez clasificados los días en estos tres apartados, el segundo paso consiste en dividirlos según sus características térmicas.

Para ello se ha tenido en cuenta únicamente la temperatura máxima, ya que la media desfigura en muchas ocasiones la situación real; la exclusión de la temperatura mínima diaria obedece a que, especialmente en las estaciones intermedias, es muy a menudo puntual, con muy escasa repercusión en el conjunto de la jornada, así como al intento de obviar los fenómenos de irradiación e inversión térmica que también enmascaran la situación real. Este dato, sin embargo, viene siempre señalado en los diferentes tipos que se muestran. Una última razón, y de no menor peso, es la necesidad ya expuesta de acortar en lo posible la lista de tipos de tiempo, que se haría prolija en exceso.

Con ayuda, pues, de la temperatura máxima se han clasificado los días en cinco tipos distintos según el valor de este dato. Para delimitar los niveles se ha elegido una escala que puede servir para caracterizar el estado térmico de la atmósfera, partiendo de los grupos de temperatura más habituales en las distintas estaciones del año. La clasificación, con la terminología empleada, queda así:

 

Días muy fríos (mf) Tm<5ºC

Días fríos (f) Tm 5-10º C

Díastemplados (t) T: 10 - 15º C

Días cálidos (c) Tm 15 - 25º C

Días muy cálidos (mc) Tm > 25º C

 

Por último entra el factor pluviométrico, separando los días que reciben precipitación (p) de los días en que ésta no se registra. Dentro de los días secos se han incluído los de lluvia inapreciable, por considerar la nimia importancia que tiene la precipitación y, sobre todo, para facilitar las posibles comparaciones con otros observatorios en los que esta medida no aparece o lo hace de una forma no regular o poco fiable.

Treinta son los tipos de tiempo que salen a la luz de esta clasificación barotermopluviométrica:

Anticiclónico muy frío con precipitaciones (Amfp) . 

Anticiclónico muy frío sin precipitaciones (Amf).

Anticiclónico frío con precipitaciones (Afp) . 

Anticiclónico frío sin precipitaciones (Af) . 

Anticiclónico templado con precipitaciones (Atp) .

Anticiclónico templado sin precipitaciones (At).

Anticiclónico cálido con precipitaciones (Acp) .

Anticiclónico cálido sin precipitaciones (Ac) . 

Anticiclónico muy cálido con precipitaciones (Amcp).

Anticiclónico muy cálido sin precipitaciones (Amc) 

 

Ciclónico muy frío con precipitaciones (Cmfp) .

Ciclónico muy frío sin precipitaciones (Cmf) . 

Ciclónico frío con precipitaciones (Cfp). 

Ciclónico frío sin precipitaciones (Cf) . 

Ciclónico templado con precipitaciones (Ctp). 

Ciclónico Templado sin precipitaciones (Ct). 

Ciclónico cálido con precipitaciones (Ccp) . 

Ciclónico cálido sin precipitaciones (Cc). 

Ciclónico muy cálido con precipitaciones (Cmcp). 

Ciclónico muy cálido sin precipitaciones (Cmc).

 

Interciclónico muy frío con precipitaciones (Imfp) . 

intericlónico muy frío sin precipitaciones (Imf) . 

Intericlónico frío con precipitaciones (Ifp) . 

Interclónico frío sin precipitaciones (If) . 

Intericlónico templado con precipitaciones (Itp). 

Interciclónico templado sin precipitaciones (It).

Interciclónico cálido con precipitaciones (Icp) .

Interciclónico cálido sin precipitaciones (Ic) . 

Interciclónico muy cálido con precipitaciones (Imcp).

Interciclónico muy cálido sin precipitaciones (Imc) . 

 

Los días correspondientes al período elegido -1968, 1969 y 1970 se incluyen dentro de alguno de estos tipos. A continuación se han agrupado por estaciones (6) y se han estudiado las situaciones atmosféricas que los han conformado, según los mapas diarios suministrados por el Servicio Meteorológico Nacional, y se han extraído las oportunas relaciones.

Igualmente, se han realizado cálculos estadísticos con el fin de examinar la frecuencia de los diferentes tipos de tiempo en las cuatro estaciones, así como su duración y la relación de antecedencia y sucesión entre ellos.

Los datos meteorológicos utilizados se han obtenido del mismo observatorio de Vitoria y, preferentemente', de los que posee el Centro Meteorológico de la Cuenca del Ebro, en Zaragoza, dependiente del Servicio Meteorológico Nacional. Como material gráfico -fundamentalmente mapas de tiempo-, los suministrados por el mismo Servicio en su Boletín Diario, que han sido seguidos día a día durante esos tres años. Los mapas que acompañan a cada tipo de tiempo -utilizados a modo de ejemplo pertenecen en su totalidad a dicho Boletín. .

LA LLANADA, ELEVADA CUENCA ONDULADA CERCANA AL MAR

Anttes de pasar directamente a la lectura de los tipos de tiempo de La Llanada, conviene echar una ojeada, siquiera sea somera, a la situación y características del relieve más importantes, rf)mo factores imprescindibles para una mejor comprensión de las particularidades climáticas de esta comarca alavesa.

Se halla situada en la parte central y nororiental de la provincia de Alava, con una extensión aproximada de 800 kilómetros cuadrados y distante unos 50 kilómetros del mar.

Pertenece al extremo occidental del rosario de cuencas prepirenaicas, con caracteres parecidos a los de éstas. El tío Zadorra, la más importante corriente fluvial, ha drenado una cuenca cretácica -de margas senosenses y cenomanenses cuyos estratos buzan suavemente hacia el sur. Está incluida en el flanco sur del gran anticlinal vizcaíno, cuyos escarpes cercanos al eje cierran por el norte la comarca? En efecto, La Llanada -superficie ondulada, con cabezos de resistencia que la esmaltan aquí y allá se encuentra rodeada de sierras montañosas, teniendo ella misma una altitud comprendida entre los 500 y 600 metros 

Por el norte, las sierras calcáreas que forman la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea (Gorbea, Amboto, Urquilla, Elguea) atenúan la influencia del Cantábrico, colaborando en cierta medida a la continentalización de la región¡ La altura de esta cadena, superior a los 1.000 metros, y, sobre todo, los boquetes que se abren hacia el mar a oriente y occidente de la peña de Amboto colaboran a que esa influencia marítima se haga patente; los frentes remontan con relativa facilidad esas sierras.

Por el sur se alza un frente de cuesta de la estructura monoclinal que se dirige hacia el sinclinal de Treviño, de la que forman parte las sierras de Entzia, lturrieta y Montes de Vitoria. Esta alineación montañosa y la anterior tienden a aproximarse una a otra por el este, cerrando los horizontes de La Llanada Oriental; queda entre ellas, sin embargo, un boquete que comunica la comarca con La Burunda, ya en tierras navarras.

Las sierras de Badaya y Arrato, dorsos de cuesta calizos que desde la sierra Salvada se prolongan hasta penetrar en La Llanada, completan el círculo por el oeste (9) Este cinturón montañoso, que rodea La Llanada por todas partes, sirve de pantalla climática, atenuando las consecuencias que comportan los flujos, sean de la dirección que sean. Aun inmersa plenamente en la dinámica atmosférica cantábrica, se observan, debido a la configuración del relieve, síntomas claros de una cierta continentalización -la altura media es factor muy importante-, entre los que destacan unas temperaturas relativamente frías en el invierno y cierta aridez estival que no vamos a cuantificar aquí. Pero esto se puede ver mejor observando los tipos de tiempo de cada una de las estaciones del año.  

 

Estaciones

(Acceso mediante menú)

INVIERNO

PRIMAVERA

VERANO

OTOÑO

      
NOTAS 

1) J. HANN. Hl1ndbuch derKlimatologie. Viena, 1882. 

2) L'ambiance atmosphérique constituée par la série des états de I'atmosphere au-dessus d'un lieu dans leur succession habituelle.MAX. SORRE. Les fondemenls biologiques de 111 Géographie Huml1ine, Colin. París, 1943. Págs, 13-14. 

3) A. FLORISTAN SAMAMES. El clima de Pamplona y de las ciudades vecinas. Lección inaugural de la apertura' del curso 1975-76 de la Universidad de Navarra. Dirección de Información de la Universidad de Navarra. Pamplona. 1975, Pág. 48, 

4) J. L. COMELLAS. Los estados de tiempo en la cuenca de Pamplona. Rev. Geographica, X, 1963-64. Págs. 3-34. 

J. CREUS NOVAU. El clima del Alto Aragón Occidental. 1977. Tesis doctoral. Sin publicar. 

5) J. CREUS NOVAU,Op. cit. 

6) Siguiendo la norma de que cada estación cuente con un solsticio o un equinoccio. 

7). RAMIREZ DEL Pozo. Síntesis geológica de la provincia de Alava. Caja de Ahorros Municipal de la Ciudad de Vitoria. Vitoria. 1973. 

8) A. PRECEDO LEDO. Provincias V~congadas. en Conocer España. Salvat. Pamplona. 1973. 

9) Varios autores: Historia de una ciudad. Vitoria. EUGENIO URRESTARAZU: En el centro de La Llanada. Págs. 11-18. Banco Industrial Guipuzcoano. Vitoria. 1977. 

10) CH P. PEGUY. Précisde Climatologie. Masson, París, 1970. Pág. 46. 

11) P. PÉDELABORDE. lntroduction a I'étude scienttfique du climat. S.E.D.E.S. París, 1970. Pág. 104 

12) L. GARCIA DE PEDRAZA. La predicción del tiempo en el Va/le del Ebro. Publicaciones del Servicio Meteorológico Nacional. Serie A, n. o 38. Madrid, 1964. 

14) A.UR1ARTE.EI régimen pluviométrico en San Sebastián. Revista Munibe (Sociedad de Ciencias Aranzadi). Año XXIX. N." 1-2. San Sebastián, 1977. Págs. 111-164. 

15) P. PEDELABORDE.Le climat du Bassin Pireneen. Masson. París. 1957. 

16) W. ZIMMERSCHIED. Acerca de la relación entre las cantidades de precipitación enla Península Ibérica y la crudeza del Invieno en la Europa central. Publicaciones de1 S.M.N. Madrid. 1949 

17) F. DURAND-DASTES Climatoloial. Ariel. Barcelona, 1972. Pág. 185. 

18) A. FLORISTAN SAMAMES. Opus Cit. Pág. 51. 

l9) GARCIA DE PEDRAZA, L. Op. Cit. Pág. 94