Lurralde :inv. espac.

N. 2 (1979)

p.269-277

ISSN 1697-3070

LA POBLACION ACTIVA DE NAVARRA

Y LA DISTRIBUCION DE LOS MUNICIPIOS EN 1975

 

 

© Joseba JUARISTI LINACERO

 

 

LA POBLACION ACTIVA DE NAVARRA Y LA DISTRIBUCION DE LOS MUNICIPIOS EN 1975

El propósito de este artículo es mostrar de forma sintética la distribución de tamaños de los municipios de Navarra como una consecuencia de la distribución de la población activa en cada uno de los sectores económicos, tratando de ver qué particularidades presentan éstos en el caso de Navarra.

La metodología es sencilla: consiste en observar, partiendo de un modelo de distribución de tamaños de asentamientos ya clásico en Geografía como es el de orden-tamaño o «rank-size» (l), en qué medida cada uno de los tres sectores de la economía aporta una determinada configuración a la distribución general de los asentamientos.

En realidad aquí sólo presentamos el inicio de un estudio sistemático sobre las actividades económicas de Navarra, dejando de lado muchas cuestiones, en particular las relacionadas con los asentamientos y municipios de tamaños más pequeños, y las relativas a la población activa agraria, que son precisamente las que mejor reflejan la variedad del medio, y las diferentes formas económicas que toma la agricultura en esta provincia (2).

En otras ocasiones se han analizado las distribuciones espaciales de las actividades económicas y los procesos que han dado lugar a la actual

configuración de la red urbana en Navarra (3), sin embargo, en lo que se refiere a tamaño de los asentamientos dentro del marco general de los sistemas urbanos, nos ha sido posible esta aproximación gracias a los datos sobre la población activa de Navarra, referentes al año 1975, y editados por el Servicio de Estadística de la Diputación Foral de Navarra.

Una cuestión más a añadir es que el estudio se refiere a un año concreto: 1975, no pudiendo, por tanto, dar un carácter dinámico a las observaciones que aquí se hacen, limitándonos en todo caso a hacer alguna conjetura en base a lo que se conoce sobre crecimiento de sistemas urbanos y cambio económico.

Con los datos de los municipios navarros de más de 2.000 habitantes se ha representado en un sistema de coordenadas doblemente logarítmico, la población en el eje de las ordenadas y el orden ocupado por cada municipio -colocados en orden decreciente según su población en el eje de las abcisas, como lo requiere el modelo rank-size.

En primer lugar (gráfico 1) se ha representado la población total de los municipios y la población activa. La semejanza de forma de los perfiles de las distribuciones nos indican cómo, efectivamente, la distribución de tamaños de los asentamientos es consecuencia de la distribución de la población activa. Para cada una de estas dos distribuciones se han calculado las rectas de ajuste (por el método de mínimos cuadrados) , el coeficiente de correlación r de Pearson y el índice de primacía de Pamplona sobre el resto de la distribución. Este índice consiste simplemente en la relación del tamaño real de Pamplona (o de su población activa, o de la población de cada sector, según sea el caso) y el tamaño teórico, o punto de corte de la recta de ajuste con el eje de los tamaños. Hay que advertir que Pamplona ocupa el primer puesto en todas las distribuciones salvo en la del sector primario. Los datos obtenidos para las dos distribuciones mencionadas son:

 

DISTRIBUCION  Pendiente de la recta  Coeficiente r  Indice dePrimacía
Población total. 0,84843  -0,95921 3.44 
 Población activa. 0,84750   -0,96093  3,33

 

De estos datos se desprende, en primer término, la gran semejanza en cuanto al valor de la pendiente. Sin embargo, en el caso de la población activa la pendiente es sensiblemente menor. Este hecho y el que el índice de primacía de Pamplona sea menor en la distribución de la población activa nos llevó a pensar que existía una ligera correlación negativa entre el tamaño del municipio y la tasa de actividad, tal como se representa en el gráfico 2, en el que se observa que la correlación negativa es especialmente clara en los municipios mayores de 5,000 habitantes. Esto bien podría interpretarse como una deseconomía de aglome-

 

ración, aunque los tamaños de los asentamientos navarros de primer orden en la jerarquía urbana (Pamplona, Tudela, etc.) no alcanzan los umbrales señalados por los economistas regionales para que se produzcan estas deseconomías4. Otro hecho que nos llama la atención es la dispersión de las tasas de actividad en los municipios situados entre los 2.000 y 5.000 habitantes. En el caso de municipios con tasas de actividad excesivamente altas (por encima del 37%), hemos comprobado que se trata de municipios ribereños (salvo un caso) , y con composiciones sectoriales semejantes, como indica la siguiente tabla:

 

MUNICIPIO  Tasa actividad  I II III Población 1975
Fitero 40,54% 38,1% 43,4% 1 8,4%  2.277 
San Adrián  40,37% 15,3% 60,5%  24,1%  4.045 
larraun 38,86% 39,3% 29,8%  31,0%  2.136 
 Villafranca 37,84% 37,9%  32,5% 29,6%   2.582 
Carcastillo 37,42% 33,1% 41,3% 25,6% 2.608
Cortes.  37,37%  43,3%  36,5%  20,2%  3.171

 

En estos casos, la tasa de actividad excesivamente alta bien pudiera darse por la difícil definición de algún subsector, como el conservero que emplea mano de obra eventual que en otros casos no figuraría como población activa: mano de obra femenina, sobre todo. Este podría ser el caso de San Adrián, en el que el sector secundario parece muy amplio. Para el resto de estos municipios la ..hinchazón» de actividad podría darse en el sector prímario, según la hipótesis de Gaviria (5).

Viendo ahora la distribución orden-tamaño del sector primario (gráfico 3) observamos que ésta no se ajusta en absoluto a una recta, y ni siquiera a la regla orden-tamaño en que la pendiente tiene que ser próxima a la unidad. Este hecho no es ninguna sorpresa: las actividades económicas ligadas a la tierra no tienen, lógicamente, una distribución paretiana o exponencial, y su crecimiento y eficiencia se rige por principios distintos de los sistemas urbanos. la dstribución de la población activa agraria obedecería, según los principios que Zipf estableció6 a las fuerzas de diversificación de la economía. Otra consecuencia, derivada de los principios de Zipf es el nivel de truncamiento o inflexión, que en el caso de la distribución de Navarra se produce entre los 400 y 300 activos agrarios, nivel por debajo del cual la agricultura sería una actividad ineficiente. No pretendemos con esto revitalizar las teorías de zipf, sino mostrar de una manera gráfica en qué medida las actividades económicas determinan los tipos de sistemas urbanos. Para esta distribución he-

 

mos calculado la pendiente hasta el nivel de truncamiento (los 26 primeros municipios) , que da un valor bajo: -0,32395.

Más interesante resulta la observación de las distribuciones del sector secundario y terciario (gráfico 4). Los datos obtenidos para estas distribuciones son:

 

DISTRIBUCION  Pendiente de la recta  Coeficiente r  Indice de Primacía
Sector Secundario -1 ,03054   -0,98009 2,00
Sector Primario -1' 14498  -0,97829  2,95

 

La pendiente y el índice de primacía superiores en el caso del sector terciario indican, indudablemente, que son las actividades terciarias las que son más polarizadoras en el sentido espacial, esto es, que las grandes desigualdades en cuanto a tamaño de los asentamientos son consecuencia o causa, según se mire, de las grandes desigualdades en la distribución de la población activa del sector terciario. En cuanto al perfil de ambas distribuciones hay que destacar la separación que se produce en los activos de uno y otro sector en cifras por debajo de los 1.000 activos, indicando diferentes especializaciones en los municipios de menores tamaños, y el acercamiento de las líneas en un punto cercano a los 1.000 activos. Otra consecuencia del perfil de las distribuciones, aunque a nivel de hipótesis es el hecho de que la distribución del sector secundario presenta una concavidad con respecto al origen, por debajo de los 1.000 activos, mientras que en el sector terciario no se da esta concavidad. La hipótesis, establecida por Vining (7) y comentada por Parr (8), dice que tal concavidad puede representar un momento en el que el sistema ha alcanzado un estado estable (steady state), en este caso sería la traducción a los procesos de cambio en los sistemas urbanos del comienzo del proceso económico de terciarización. Sin embargo, esto es sólo una hipótesis, y habrá que esperar datos de un próximo censo para comprobar la forma de evolución de ambos sectores. Para facilitar un examen comparativo de las distribuciones hemos representado, en el gráfico 5, las diferentes rectas de ajuste de los sectores analizados.

©JOSEBA JUARISTI, 1979

 

1. Para un examen bibliográfico del modelo vid.: CAPEL SAEZ, Horacio, «La valídez del modelo rank-síze», en Revista de Geografía, Universidad de Barcelona, vol. VI, n." 1, 1972, pp. 121-138.

2. Vid., por ejemplo, URABAYEN, Leoncio: «Una Geografía de Navarra. Investígación sobre las residencias humanas en Navarra». Ed. Libe. Pamplona, 1959.

3. Vid. PRECEDO, Andrés J.: «La Red Urbana de Navarra». Ed. Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona, 1976.

4. Vid., por ejemplo, ISARD, Walter: «Métodos de Análisis Regional». Ed. Ariel, B¡lrcelona, 1971.

5. Cfr.: GAVIRIA, M. y equipo, «Navarra. Abundancia». Hordago Publicaciones. San Sebastián, 1978.

6. Cfr.: ZIPF, G. K. «National Unity and Disunity». Blomington, Principia Press Inc. 1941, y «Human Behavior and the principle of least effort». Reading Mass. Madison-Wesley, 1949.

7. Cfr.: VINING, D. R. «Autocorrelated Growth Rates and the Pareto Law. A Further Analysis». Journal of Political Economy, 1976. Vol. 84, pp. 369-380.

8. Cfr.: PARR, J. B. «A Class of Deviations fTom Rank-Size Regularity; Three Interpretatians». Regional Studies, vol. 10, pp. 285-292. Pergamon Press, 1976.