Lurralde :inv. espac. N. 4 (1981) p. 93-95 ISSN 1697-3070

 

BASES PARA EL ESTABLECIMIENTO DE UN PLAN FORESTAL 

A NIVEL DE LA COMUNIDAD AUTONOMA VASCA

 

© Jorge ASCASIBAR

 

 

 

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Bajo este título que en principio puede resultar pretencioso, vamos a tratar en realidad de desarrollar en este breve trabajo. una serie de sugerencias previas al establecimiento del Plan Forestal que necesitan nuestros montes.

Quizá convenga definir lo que entendemos en términos generales por monte, a saber:

«Monte es todo terreno rústico que no siendo naturalmente característico de cultivo agrícola permanente y rentable. desempeña funciones protectoras, recreativas y productivas», bien porque en él vegetan especies arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, sea espontáneamente o procedentes de siembra o plantación, o bien porque haya quedado o quede adscrito a la finalidad de ser repoblado, como consecuencia de resoluciones administrativas dictadas al amparo de la legalidad vigente.

No cabe duda que en Euskalerria, y sobre todo en los superpoblados y diversificados Guipúzcoa y Vizcaya las tres funciones protectoras, recreativas y productivas del monte requieran una atención armónica, de modo que la obtención de productos (madera, leñas, pastos), en cantidad suficientes para atender las necesidades del País. tanto en el orden cuantitativo como cualitativos. se vea refrendado por una atención exquisita al cuidado y conservación de nuestro suelo, aguas, fauna y flora. tendiendo a un modelo de crecimiento cuya variable independiente a optimizar sea la Naturaleza.

Sabemos de antemano que la tarea no es sencilla ya este respecto las acciones a emprender en Guipúzcoa y Vizcaya diferirán en gran medida de las de Alava y Navarra. como consecuencia de los distintos puntos de partida, cuyas diferencias las plasmamos esquemáticamente de la siguiente manera:

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  Guipúzcoa Y Vizcaya Alava y Navarra
Superficie Provincial en ha.  199.700 Y 221.700  
Superficie Forestal; % respecto al total provincial  77 y 70  57 y 54 
Superficie arbolada; % respecto al total provincial  60 y 57 35 y 29 
Superficie arbolada de frondosas; % respecto a la superficie total arbolada 28 y 13 65 y 66 
Superficie forestal en manos de propiedad particular; % sobre superficie total arbolada 85% y 83% 23% y 28% 
DensidaQ de población provincial (hab./Km2) 342 y 519  78 y 46

A la vista de estas cifras vemos cómo las provincias del litoral tienen un marcado carácter forestal. aspecto que se ve plasmado por una proporción mayor de terreno arbolado. También se correlaciona esto con el hecho de que la proporción de montes pertenecientes a particulares. respecto a los de propiedad de Ayuntamientos es notablemente mayor en Guipúzcoa y Vizcaya. respecto a las provincias hermanas.

Si a esto unimos el hecho de que por razones climáticas y de posibilidades de venta. es muy factible la repoblación del monte con especies de crecimiento rápido. tipo pino insignis. En las provincias del litoral. nos encontramos que la proliferación de esta especie ha sido muchas veces agobiante.

Por último a la hora de destacar diferencias. diremos que la «presión» demográfica sobre Guipúzcoa y Vizcaya. es notablemente distinta que para las otras dos provincias. de modo que el riesgo de deterioro del medio físico puede ser irreversible. si se hace uso de las áreas de esparcimiento sin una planificación y preparación.

Ciñéndonos al aspecto forestal que tanto incide en el uso del territorio y tratando de conseguir una mejor utilización del mismo caben hacer las siguientes consideraciones:

a) Será necesario realizar un inventario de las especies forestales que pueblan el país indicando las superficies. edades y estado de las masas.

b) Será preciso encuestar a la industria consumidora. incluidas las serrerías para determinar las necesidades de madera industrial y por tanto la superficie que ocupan las resinosas introducidas. detectada en el inventario. y la mínima establecida para atender las necesidades industriales. tomando las debidas garantías de posible crecimiento. nos determina la superficie susceptible de otro uso a base de repoblación de frondosas o de zonas dedicadas a pastoreo.

 

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d) Este cambio de uso ha de estudiarse en cada caso, según la pendiente, exposición, cota y naturaleza del suelo de la parcela que se corte a hecho, una vez llegada a su turno de modo que se pueda determinar si es posible repetir la plantación con la misma o distinta especie o bien destinar el terreno a pasto.

e) Este reconocimiento del terreno nos debe permitir llegar a estudiar la vegetación de las vaguadas y puntos en donde nacen nuestros ríos y regatas, de modo que conservemos y ampliemos la vegetación allí existente en base a especies tales como fresno, aliso, arce. olmo, abedul. etc.. tan importantes para la evitación de la erosión y escorrentías a la vez que con su lecho de hojas muertas permitan una regulación de las precipitaciones (zonas protectoras).

f) Por último, en todo caso. convendrá establecer un plan de tratamientos culturales (limpieza. podas, etc.). y de claras o entresacas de las masas en general con el fin de aumentar la productividad, mejorar el aspecto estético y evitar incendios a la vez que se hagan más transitables las áreas boscosas.

g) Esta acción encaminada a una mejora de la producción de madera y al aumento de la protección de las zonas originarias de los cauces de agua, debe complementarse con la restauración de las áreas de frondosas tales como haya, roble y castaño en masas puras o mezcladas de modo que se rompa en lo posible el efecto uniformizador del actual paisaje.

h) Por último diremos, que esta política de mínimos en cuanto a producción de madera industrial. ha de ser conscientemente adoptada, toda vez que en un orden económico, la producción maderera en la Comunidad Autónoma Vasca es una baza a considerar teniendo en cuenta el déficit de esta materia prima a nivel europeo y del resto del Estado español.

© Jorge Ascasibar, 1981