Lurralde :inv. espac.

N. 4 (1981)

p. 49-63

ISSN 1697-3070

 

ALGUNOS ASPECTOS GEOMORFOLOGICOS DEL KARST

DE KATABERA (SIERRA DE AITZKORRI)

 

 

© Francisco ALONSO

©Felix UGARTE

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El motivo del presente trabajo ha sido el hecho de observar, en diversas salidas de campo, una clara diferenciación morfológica en tres tramos de la alineación Aloña-Aitzkorri, y en la que el sector central (Katabera) merecía una especial consideración debido a sus peculiaridades kársticas.

Este hecho, unido a dos nuevos factores, como son la ausencia de trabajo sobre esta zona (no obstante, es un fenómeno observable para cualquier persona interesada por estos temas y que se aproxime a ella), así como la realización de algunos estudios espeleológicos que permiten observar la elevada densidad de aparatos kársticos, y en especial simas, nos ha inducido a realizarlo.

RASGOS TOPOGRÁFICOS

La crestería de Artzamburu-Katabera queda englobada en la alineación de la Sierra Aloña-Sierra de Aitzkorri que, al seguir una dirección aproximada NWSE forma divisoria de aguas, en su extremo sudoriental, entre el Cantábrico (ríos Deva, Urola, Oria) y el Mediterráneo (ríos Zadorra. Araquil).

No obstante, gran parte de la alineación ha sido tajada profundamente por los ríos que vierten al Cantábrico, y el resultado de ello ha sido la formación de un espolón montañoso que se interna hacia el N., drenado por el río Arantzazu al S., mientras que la divisoria propiamente dicha queda más al S. todavía, formada por la Sierra de Urkilla-Elguea.

Dicho espolón montañoso está constituido por tres grandes unidades, que de W. a E. son: Aloña, Artzamburu-Katabera y Aitzkorri. Las diferencias entre dichas unidades es notable, puesto que en tanto que la primera forma una cresta monoclinal que alcanza los 1.200 m. de altura. así como grandes escarpaduras tanto al N. como al S., la segunda unidad posee desniveles menores, ya que su flanco N. limita con la cabecera del río Urola; la tercera unidad es la más alta (Sierra de Aitzkorri). que rebasa los 1.500 m. de altura, con enormes desniveles hacia el N., es decir el Valle de Cegama (río Oría) que superan los 1.200 m., mientras que hacia el S. limita con el sector oriental de la depresión de Urbía.

RASGOS GEOLOGICOS

El sector de estudio carece de una información bibliográfica y científica adecuada. y los trabajos de campo son escasos. Este hecho dificulta bastante la correlación de los fenómenos kársticos con la litología y estructura correspondiente; no obstante, los datos existentes han servido para hacer una breve síntesis de todo lo publicado hasta el momento.

Los primeros trabajos realizados corresponden a los informes geológicos que, a finales del siglo pasado, se realizan por toda España.

En 1860, DE VERNEUIL (1) y otros autores realizan un trabajo de campo sobre las características geológicas de la provincia de Guipúzcoa y, por lo que nos interesa para este trabajo. llevan a cabo una labor muy interesante desde Salvatierra de Alava hasta Cegama. en el que hacen una descripción de la lit010gía de este tramo. y se acompañan de un corte geológico con las diferentes series sedimentarias

Es importante resaltar que marcan dos series calcáreas (calizas con Requienias), pero en ningún momento dan por entendido que puedan ser la misma serie, puesto que no trabajan acerca de cuestiones estructurales.

En 1884 Ramón ADAN DE YARZA (2) lleva a cabo un reconocimiento de la provincia de Guipúzcoa. El sector de Oñate-Aloña-Aitzkorri lo concibe como una estructura de plegamiento que forma un anticlinal de enormes proporciones, y cuyo flanco Sur corresponde a la sierra de Aloña-Aitzkorri, formado por calizas del Cenomanense; hacia el Norte, el Cretácico inferior formaría un núcleo anticlinal de gran complejidad, ya que está replegado y abarca un amplio sector hasta el norte de Zumárraga.

Durante el presente siglo existe una gran laguna en cuanto a estudios en la zona de Aitzkorri, ya sea de forma parcial o global; pero la aparición de los trabajos de P. Rat hace que dicho vacío se vea en gran parte compensado (3). Dicho autor publica en 1959 su tesis doctoral sobre la sedimetología del Cretácico en el País Vasco, y es en ella donde se dan las pautas fundamentales, no solamente de la litología, sino tambien de las líneas maestras de la estructura y la tectónica.

Según Rat, la estratigrafía del sector corresponde a los siguientes sedimentos:

La serie basal más antigua la forman las arcillas NEGRAS Wealdienses, sobre las que se monta una potente masa de calizas masivas urgonianas, y calizas margo-areniscosas azuladas (o paraurgonianas) que corresponden al Aptiense (Cretácico Inferior). Rat define a cada piso de la siguiente manera: «... el piso inferior del Waldiense (...) está formado por arcillas negras que se alteran a veces en colores gris claro ofreciendo un aspecto fibroso con Ostrácodos mal conservados (...) Encima se intercalan en estas arcillas negras delgados bancos o nódulos calizos negros en bandas estratificadas extremadamente fétidas... A continuación se habla de la existencia de unos posibles estratos que corresponden a la transición entre las facies Weáldica y las calizas urgonianas, que presumiblemente se encuentran ocultas bajo los derrubios y la vegetación. Este hecho lo hemos podido constatar a la salida del valle de Arbe, en las proximidades del manantial de Urbaltza, debido al desmonte que se ha realizado para la construcción del embalse de Urkullu. No obstante, en los últimos mapas realizados por el IGME a escala 1: 50.000 este hecho no ha pasado desapercibido.

A continuación se pasa a describir los pisos superiores: «... las calizas paraurgonianas son acumulaciones de desechos de conchas fuera del medio urgoniano. Los pólipos y rudistas están normalmente ausentes y los organismos más representativos son los equinodermos y las orbibolinas.

Se distinguen de las calizas urgonianas por las características siguientes:

a) están netamente estratificados en bancos generalmente compactos de espesor variable, del orden de los 50 cms. o más, por ejemplo.

b) Por su textura (...) presentan frecuentemente, en relación con las calizas urgonianas, un caJibre más marcado de fragmentos órganodetríticos y un cemento menos abundante formado sobre todo por calcita en mosaico (...)

c) Al lado de sus constituyentes calizos de origen autóctono, las calizas paraurgonianas contienen un aporte alóctono apreciable (...) con aporte terrígeno que puede llegar en volumen del 5 al 15% de la roca.

d) Ofrecen además muchas más variedades que las calizas urgonianas, tanto por la naturaleza de sus componentes como por su diagénesis, de forma que es muy dificultoso encuadrarlas en un esquema descriptivo rígido.

(...) Las calizas urgonianas son compactas, resistentes, dispuestas en bancos o en espesas masas cuyo aspecto exterior es homogéneo, sin estratificación visible.

(...) Todas tienen un origen esencialmente biológico y comprenden, de una parte, esqueletos o fragmentos de esqueletos calcáreos muy cristalinos (conchas, pólipos, etc.), y por otra parte un cemento de calcita que, a la vez, une entre sí los restos de organismos, rellenando sus cavidades».

Es, por tanto, evidente el papel fundamental que corresponde a la alternancia a estos dos tipos de rocas (urgonianas y paraurgonianas) en todo el conjunto del macizo de Aitzkorri: «... en este enorme bloque varias barras urgonianas, hinchadas a veces en lentejones, se intercalan entre estratos más oscuros, irregulares, cargados de elementos terrígenos: calizas negras finamente areniscosas, calizas esquistosas azuladas, margas areniscosas oscuras, etc».

P. Rat marca también las líneas maestras del comportamiento estructural del sector, y su teoría sigue siendo vigente: «... el Aitzkorri es un anticlinal disimétrico ligeramente tumbado hacia el N. que se cierra y pierde hacia el SW. La cresta principal, conocida con el nombre de Sierra de Aitzgorri, al E. de Aránzazu, y Sierra de Aloña al NW., está situada en el flanco S. del anticlinal, en el cual está localizada casi toda la masa urgoniana. Una vez más, estamos en presencia de un enorme complejo lenticular donde se entroncan facies variadas que van desde las calizas urgonianas francas, a las calizas margosas azuladas, y a las margosas, cuyo espesor total debe llegar a los 1.000 m., pero que se reducen por todas partes (...) El plegamiento parece no haberse podido producir sino fuera de la masa caliza principal, que se comportaba como bloque rígido.

En los puntos donde un adelgazamiento brusco creaba zonas de debilidad. Así se explicaría el movimiento envolvente rápido de las calizas por detrás del adelgazamiento de 'a peña de Aratz y la articulación brutal, probablemente fracturada, entre los dos flancos del pliegue: flanco SW. formando una enorme cresta monoclinal con buzamiento regular del orden de los 45°. y el flanco NE., vertical o tumbado, y probablemente incluso suprimido bajo la cima culminante del macizo».

En este punto Rat reafirma sus propias hipótesis en datos no contrastados suficientemente, ya que uno de los argumentos que utiliza para la comprensión del enorme pliegue-falla de Aitzkorri lo tomo como referencia de una cita (4) en la que se describen dos series estratificadas de características similares, y supone que corresponden a los dos flancos del mismo pliegue.

Los trabajos posteriores a P. Rat apenas modifican globalmente lo ya apuntado por este autor. salvo parcialmente y en algunos detalles. Dichos trabajos se encuentran vinculados a las perspectivas de rentabilidad económica en las variantes de minería, cantería, y aprovechamientos hídricos, así como a la elaboración de nuevos mapas geológicos, o la renovación de los ya existentes.

En 1971 se elabora el mapa provincial de Guipúzcoa (escala 1: 50.000) en el que las variaciones con respecto a los postulados de Rat son escasas; no obstante. merece la pena llamar la atención sobre un hecho: en tanto que la tesis doctoral elaborada por dicho autor es enfocada desde un punto de vista esencialmente estratigráfico, es decir. que se destaca la disposición de las series sedimentarias en el País Vasco, a la tectónica y a la orogénesis se le da importancia en cuanto que modifica las condiciones normales de sedimentación, o bien cuando las series estratigráficas han sido trastocadas (fallas, cabalgamientos, etc.). Pero lo que para Rat es un punto de partida, también lo va a ser para los mapas elaborados posteriormente, en los que tanto la tectónica como la orogénesis serán analizados según las pautas marcadas por éste, sin haber investigado en otras directrices, y que deberían ser las complementarias de un trabajo esencialmente estratigráfico.

Así. en el mapa realizado por el IGME (5) se dan por válidas todas estas hipótesis y apenas se modifican.

Posteriormente. se realizan las hojas del IGME a escala 1: 50.000 (6), y en las cuales se sigue insistiendo en los mismos presupuestos. pero se establece ya algunos cambios notorios que, en lo referente a nuestro estudio, cabe destacar la realización de la hoja n°. 113 (Salvatierra de Alava) que, aunque de forma tangencial, da una versión actualizada del cabalgamiento Aitzkorri-Aloña con aspectos muy detallados en el tramo Cegama-San Adrián, y que resume la realización de trabajos de sondeos y prospecciones petrolíferas llevados a cabo por diversas sociedades y compañías que, en su conjunto, constituye lo más reciente.

MORFOLOGIA KARSTICA

El hecho más peculiar del sector de estudio es la existencia de un karstmuy original. y de características bien diferentes a cualquiera de las restantes zonas calcáreas de la Sierra de Aitzkorri.

Ello ha sido posible por diversos factores. de entre los que caben destacar los siguientes:

a) Existencia de una barra de rocas calcáreas urgonianas en plena crestería, que alcanzan una notable extensión superficial y que no puede ser comparada a ningún otro sector de la alineación Aitzkorri-Aloña.

b) Dicha barra calcárea aparece fuertemente plegada, con buzamientos hacia el S. (en torno a los 48°.). Todo ello unido a una fuerte fracturación y diaclasamiento(7), que atraviesan a la barra en diversas direcciones, va a permitir una intensa infiltración de las aguas superficiales en profundidad. En Katabera hay un notable ensanchamiento de las calizas urgonianas, lo que facilita un notable desarrollo de las formas kársticas, lo que permite diferenciar a esta zona de los restantes sectores: al E., Aitzkorri, donde la barra es menos potente y con buzamientos subverticales, lo que unido a su altura topográfica, la reduce a una cresta; al W., en Aloña, la barra desaparece lateralmente y es sustituida por las calizas paraurgonianas.

c) El perfil topográfico del sector en el flanco Sur de la barra calcárea es muy suave, aún existiendo fuertes buzamientos hacia el Sur que, en ocasiones, llegan a ser casi subverticales, lo que hace que la escorrentía superficial sea inexistente.

d) el proceso de karstificación no se ha desarrollado en el fanco N. de la barra debido al abrupto escalón existente hacia las cabeceras de los ríos Ubao-Oñate, Urola y Oria, de más de 1.000 m. en algunos puntos, lo que se une al buzamiento general hacia: el Sur. Así, las surgencias y manaderos de todo el flanco N. de la Sierra de Aitzkorri apenas tienen importancia -con la excepción de Ubao- en contraposición a los existentes en Araya (río Araquil).

Formas exokársticas

Es bastante diferente la escala en que se puede hacer una tipología de formas exokársticas, puesto que tanto sus tamaños como su génesis es muy variada.

En general se puede hablar de formas grandes o macroformas, como puede ser, por ejemplo, la Campa de Urbía y que, por su complejidad de detalle, no será analizada en este trabajo.

En menor escala, están las dolinas, que a su vez se pueden subdividir en dos grandes subgrupos:

1) Dolinas formadas en las calizas recifales urgonianas

2) Dolinas formadas en las calizas margosas para-urgonianas.

1 Dolinas formadas en calizas recifales urgonianas: Las dolinas que se forman sobre dicha litología son muy peculiares, y tal vez sean las formas más originales de la Sierra de Aitzkorri.

Son auténticas dolinas-embudo o dolinas-pozo (8), de diámetro no superior a los 100 m., pero de escarpes verticales, que se cierran en profundidad y a veces acaban en simas que, en el caso más espectacular, llega al centenar de metros.

Estas dolinas se han ampliado muy poco en superficie, a expensas de la profundización en vertical, facilitando por el hecho de que en este sector las calizas recifales urgonianas aparecen fuertemente levantadas.

En conjunto, aparecen alineadas en dos direcciones dominantes, la W.NW.E.SE., en la que se sitúan la mayor parte de las colinas, en especial en el tramo de Katabera, ya que! además de coincidir en el flanco S. de la alineación AloñaAitzkorri, es donde las calizas recifales urgonianas poseen un mayor espesor, lo que permite que la karstificación haya tenido una mayor importancia.

Este tramo de la barra calcárea ha sido considerado tradicionalmente como un engrosamiento de las calizas urgonianas a expensas de las calizas margosas para-urgonianas; no obstante, tal vez sea susceptible interpretarlo de otras maneras, relacionando dicho afloramiento con la tectónica, lo que, a su vez, explicaría la dirección dominante de estas dolinas.

La agrupación alineada en dirección N.NE.-S.SW. es menos importante, y las dolinas se presentan en grupos separados e individualizados, lo que nos indica un fenómenos mucho más local: fracturas más o menos importantes han incidido sobre las calizas urgonianas, lo que hace que las mismas hayan sido aprovechadas puntualmente por el proceso de disolución y karstificación.

Los bordes de este tipo de dolinas aparecen muy lapiazados, y en especial siguiendo el buzamiento de los estratos.

El periglaciarismo tampoco está ausente en estos bordes, pues aquella roca que ha sido atacada por la erosión o, más particularmente, la disolución, y al quedar en resalte, es susceptible de romperse por procesos mecánicos de hielo-deshielo. Los derrubios formados por estos procesos, así como por fenómenos de hundimientos, van a recubrir los fondos de las dolinas.

2 Dolinas formadas en calizas margosas paraurgonianas: en primer lugar hay que destacar el hecho de que al ser calizas margosas son mucho menos permeables que las urgonianas. No obstante, permiten un cierto desarrollo del karst, de menos intensidad, caracterizado en esencia por una red de dolinas formadas sobre estratos margosos más solubles, por !o que en general aparecen alineadas siguiendo la dirección de estos estratos, en especial en el sector N. de Urbía y S. de Katabera.

Son dolinas en cubeta (9) poco desarrolladas en profundidad, circulares, de bordes poco abruptos, que descienden en suave pendiente hacia el fondo, recubierto con relleno arcilloso. Todo el conjunto se encuentra tapizado de pradería.

Entre estos dos tipos hay un tercero que puede considerarse intermedio, como es el que se da en el contacto entre las calizas recifales urgonianas y las margosas para-urgonianas: debido a la diferente capacidad de infiltración y disolución de estos tipos de rocas, hace que este tipo de dolinas tengan características peculiares y que, a su vez, gozan de las propiedades de los dos tipos reseñados anteriormente.

En el mismo flanco S., y hacia el W., en el sector de Aloña, las calizas urgonianas forman dos bandas, una superior o crestería, y otra inferior. Entre ambas se encuentra un tramo de considerable espesor de calizas margosas paraurgonianas. Todo el conjunto es surcado por fracturas importantes de dirección aproximadamente N.S., que permiten una acción intensa tanto de la arroyada como de diversos procesos mecánicos, y el resultado final es la formación de una serie de vallonadas que, al cortar la banda inferior de calizas urgonianas, forman una serie de dolinas de gran tamaño en las que se pierde el drenaje exorreico o superficial; dichas dolinas aparecen colmatadas parcialmente por derrubios que descienden por las valloradas: serían por tanto, unas dolinas de tipo mixto, por formarse en el contacto de tipos de litología diferente, pero las que los procesos mecánicos y de arroyada están presentes (dolinas de Duru-Malla).

Lapiaz

Se da con preferencia en el sector de calizas urgonianas de Katabera, en donde, tanto los estratos levantados junto con las diaclasas (de dirección NE.-SW. fundamentalmente), conforman un extraordinario mundo de dolinas, entre las que la roca calcárea aparece lapiazada profusamente: acanaladuras, pináculos, pequeños pozos, etc. son formas que se repiten conformando un auténtico malpaís calcáreo, que se hace aún mucho más enrevesado al ser sometido a la acción del hielo-deshielo (rotura de pináculos, pedreras, etc.)

Las acanaladuras, siguiendo la dirección de la gravedad, se sitúan sobre todo en los dorsos de los estratos.

El resto de la zona del lapiaz es un caos de roca urgoniana fragmentada en bloques de todos los tamaños, alternando con espacios cubiertos por praderías. La acción de los agentes erosivos climáticos, en los procesos de preparación del material, es aquí preponderante.

También se observa, asímismo, pequeñas áreas de lapiaz en las calizas margosas para-urgonianas, restringidas a las vertientes S. de las dolinas, aprovechando las pequeñas fracturas.

FORMAS ENDOKARSTICAs

Los fenómenos kársticos de todo tipo en superficie se desarrollan con mucha mayor intensidad en la masa urgoniana (calizas recifales). Sin embargo, es evidente por lo investigado hasta el momento, que las redes subterráneas continÚan en la masa para-urgoniana (calizas biostrómicas) ya que la circulación de agua en la masa caliza atraviesa ambas facies en los principales recorridos ya reconocidos. Tenemos noticia de ello gracias a los trabajos intensivos efectuados en la zona por los grupos espeleológicos y que aparecen reflejados en diversas publicaciones (10).

Se han catalogado en la barra superior de Katabera un total de 13 cavidades, todas ellas simas, que poseen ciertas características comunes:

-Desarrollo vertical o subvertical. En algunos casos siguen la dirección de la barra.

-Se abren en el fondo de las dolinas-pozo o en las grietas generadas por diaclasas.

-Ningúna de ellas tiene circulación de agua.

-Todas ellas se taponan en el fondo por derrubios clásticos. Posiblemente (es el caso concreto de la sima de Katabera) al entrar en contacto con las calizas para-urgonianas. Poseen escasas o nulas colmataciones de carbonatos.

El desnivel de las mismas es variable, desde los 220 m. de Katabera I, hasta los 10-20 m. de varias de ellas.

Pocos datos más tenemos para tratar de describir las características del endokarst que nos ocupa. Las redes subterráneas escapan a nuestra visión, y sólo podemos aportar los datos obtenidos a través de coloraciones efectuadas que nos permiten decir algo más.

Toda esta inmensa zona de absorción de aguas (Katabera, crestas y vertiente sur de Aitzkorri, depresión de Urbía-Oltza) con sus numerosas simas, grietas y sumideros, van jerarquizando sus redes en profundidad para llegar a un único punto de resurgencia importante Iturrioz (Araya, 780 m.s.n.m.), punto de confluencia de diversas fallas importantes. Es difícil describir el tipo-tamaño, desarrollo, etc.de la red existente; solamente podemos decir que la coloración efectuada (11) dio una velocidad de la masa de agua -en línea recta: sumidero de Urbía-Iturriozde 80 mts./hora.La escasez de datos de este tipo sobre el karst regional circundante hace que no podamos ofrecer más precisiones al respecto:

Como dato curioso se puede añadir que la sima Artzanburu I fue utilizada como nevero por la Villa de Oñate. Se rellenaba de nieve en época invernal, trasladándose posteriormente en bloques, durante la primavera y el verano, para su venta. Se utilizaba como remedio medicinal, siendo explotado por arrendamiento efectuado por el Concejo.

HIDROLOGIA

Como es característico en las zonas kársticas, el drenaje superficial es practica mente inexistente. En el cresterío,y en el resto de las zonas más altas, el agua de lluvia y las precipitaciones nivales se infiltran directamente en la masa caliza a través del lapiaz y de las dolinas, así como por las grietas.

En el flanco N., las corrientes superficiales aparecen en el contacto de la masa caliza con los materiales del Wealdense, más impermeables. Estas corrientes tienen su origen en las pequeñas surgencias kársticas situadas entre los 800 y 900 m., formando la cabecera del río Urola, cuya cuenca coincide en cabecera con este sector de la Sierra de Aitzkorri (12).

En el flanco S., inmerso todo él en la masa caliza, las corrientes superficiales carecen de interés. En el caso de la depresión de Urbía, existe una pequeña corriente superficial, alimentada por pequeñas surgencias subaéreas, que recorre una parte de la depresión sobre las calizas margosas para-urgonianas, sumiéndose en el contacto con las calizas recifales urgonianas.

HIDROGEOLOGIA

El funcionamiento hidrogeológico de esta masa caliza está aún por determinar. Se han realizado algunos trabajos previos (13) que nos indican la existencia de unas direcciones concretas del drenaje subterráneo, condicionadas fuertemente por la estructura y la tectónica. Sin embargo, no se ha llegado aún a fijar claramente los límites de las diversas cuencas subterráneas y su funcionamiento, así como tampoco se ha efectuado ningún balance hidrogeológico de aguas.

Se sabe que a partir de Artzanburu, hacia el E., el drenaje de las aguas de la Sierra de Aitzkorri se efectúa en dirección hacia la surgencia de Iturrioz de Araya (Alava), mientras que el sector al W. de Artzanburu. incluida la Sierra de Aloña, drena hacia la surgencia de Ubao (Oñate).

 

Plano y corte

 

CONCLUSIONES

Se ha pretendido hacer un estudio de un sector de la Sierra de Aitzkorri en que el karst es muy característico, y sus resultados han sido los siguientes:

-Las dificultades de compresión de la geología regional se hacen patentes en la Sierra de Aitzkorri debido a la escasez de trabajos específicos sobre la zona, lo que nos ha llevado a realizar un breve resumen de todo lo referente a la geología de la zona. que se acompaña de un corte geológico realizado «in situ»

-La morfología exokárstica ha merecido un tratamiento más de detalle que. no obstante, debido a las características del trabajo, no es exhaustivo. La línea seguida corresponde a la vinculación de las formas exokársticas con la litología y el dispositivo estructural. Posteriormente se ha hecho una clasificación de las formas más importantes, en especial de las dolinas, que se acompaña de la cartografía correspondiente.

-La morfología endokárstica no se ha podido elaborar con más detalle debido a la dificultad de su investigación, así como a la escasez de datos referentes a su funcionamiento. No obstante, se da información de todos los trabajos realizados hasta el presente.

-La enumeración de planteamientos para futuros traba ios sería muy copiosa, pero, no obstante. vamos a apuntar los que nos parecen más interesantes:

1) El estudio de los procesos morfogenéticos actuales. en especial aquellos relacionados con el clima y la vegetación. así como los vinculados a cualquier alteración que introduzca el hombre (pastoreo, desforestación. la utilización masiva de la montaña como espacio de ocio y su consiguiente degradación, etc.)

Para su realización hay que tener en cuenta la ausencia de datos adecuados para dichos estudios. y en especial los climatológicos (estaciones inexistencia de montaña).

2) Planteamiento general del funcionamiento hidrogeológico, así como la realización de balances hidrológicos en la zona. lo que supondría un conocimiento detallado del endokarst. Cabe reseñar de nuevo otra dificultad: faltan los datos de aforos -tanto superficiales como subterráneos de ríos y surgencias, y por tanto. no se conoce la variación estacional de los mismos.

 

Fotografías:

1) Contacto calizas urgonianas Artzanburu

2) Lapiaz profundo en katabera. Calizas recifales

3) Karts en calizas margosas. Dolina

(No incluidas en la versión electrónica)

 

Kataberako karstari. Buruz dato batzuek

 

NOTAS

(1) de Verneuil. Ed. Colombo, Ed. Triger. Note sur une partie du Pays Basque Espagnol. BSGB, 2ª serie. T. XVII, pñag. 333-372

(2) ADAN DE YARZA: Ramón «Descripción física y geológica de la Prov. de Guipúzcoa». Memoria de la Comisión del Mapa Geológico de España. 1884

(3) RAT. P: «Les pays crétacées basco-cantabriques» PUF. Universite de Dijon 1959.

(4)ADAN DE YARZA: op. cit.

(5) ESTUDIO GEOLOGICO DE LA PROVINCIA DE GUIPUZCOA. Tomo 79. Edit por IG. y M.E. Madrid. 1971

(6) Mapa Geológico de España I: 50.000. nº 113 Salvatierra I.G.y M.E. Madrid, 1978.

(7) El conjunto de las diaclasas presentan direcciones diversas, pero la predominante es la N.W.-S.E

 (8) NICOD. Jean. «Pays et paysajes du calvaire». Pavio P.U.F., 1972. pp. 27.32.

(9) NICOD, Jean: op. cit. pp. 27-32.

(10) G. E. Aloña-Mendi: "Trabajos en el karst del SE de Guipúzcoa. Vitoria, 1974. También: Datos del Archivo de la SECD Eibar y SE de SCN Aranzadi (datos de archivo, trabajos de Félix Ruiz de Arcaute, Juan San Martín, 1957).

(11) Ibidem, pg. 9.

(11) G.E. Aloña-Mendi: «Trabajos en el karst del SW. de Guipúzcoa». Vitoria, 1974,131 Ibidem. pp 87.93.