Lurralde :inv. espac.

N. 10 (1987)

p. 129-144

ISSN 1697-3070

INMIGRANTES FRANCESES EN FUENTERRABIA: UN "CENSO" DE 1611

José María ROLDAN GUAL

Instituto Geográfico Basco "Andrés de Urdaneta"

Apartado de Correos 719

20080 San Sebastián

RESUMEN:

INMIGRANTES FRANCESES EN FUENTERRABIA: UN "CENSO" DE 1611.

Esta nota busca ofrecer comentadarnente una nueva fuente documental a los especialistas en demografía histórica vasca: un censo civil promovido por el ayuntamiento de Fuenterrabía (en la frontera francoespañola), en Junio de 1611, a fin de registrar los matrimonios y solteros franceses en orden a su expulsión.

Palabras Clave: Demografía histórica, Inmigración, Documentos, Franceses, Fuenterrabía.

LABURPENA: FRANTZIAR INMIGRANTEAK HONDARRIBIAN: 1611GARRENEKO "ZENTSUA".

Ohar honek euskal dernografi historikoanjakitun direnei dokumentu-iturri berri bat irazkindurik eskeini nahi du: Hondarribian (Frantzia eta Espainia arteko mugan) 1611ko ekainean udalak bultzatutako zibil zentsu bat frantziar eskontza eta ezkongabeen izenak hartzekotan beren egozteari begira.

SUMMARY: FRENCH IMMIGRANTS IN FUENTERRABIA: A "CENSUS" OF 1611.

This report seeks to offer a new documental source explanatorily to the specialists in Basque historical demography: a civil census ordered by the municipal government of Fuenterrabía ( on the Franco-Spanish frontier). on June 1611. to matriculate the married couples and single people from France to expel them out of.

Key Words: Historical demography, Immigration, Documents, Frenchmen, Fuenterrabía.

 

En el seno del fecundo, pero aún relativo, movimiento geohistoriográfico vasco tendente a disipar las brumas que envuelven la demografía pretérita del País (1), esta nota aspira únicamente a sumar un nuevo documento, no obstante muy puntual, al parco patrimonio heurístico proto-estadístico con que contamos, ello particularmente notorio en el ámbito vasco litoral. Por otra parte, estas fuentes, anteriores al Censo de Aranda de 1768-69, presentan el inconveniente adicional de carecer de un propósito substancialmente demográfico. Así los diferentes archivos proporcionan a los pacientes investigadores una tipología documental que a grandes rasgos es la siguiente:

1. Censos civiles de diversa índole jurisdiccional y con variada finalidad, a menudo fiscal.

2. Registros parroquiales, ésto es, libros sacramentales de bautizados, de casados/velados y de finados.

3. Matrículas y padrones eclesiásticos (comulgantes, ...). 4. Documentación genealógica.

5. Documentación no estadística tanto pública como privada, ya laica, ya eclesiástica (libros de visita, relaciones de viajes, ...).

En cuanto a la cuestión concreta de los movimientos migratorios, con la que enlaza el documento motivo de esta nota, la insuficiencia de fuentes se hace más insufrible, dado que no se prodigan las listas de ciudadanía, las de extranjeros, las de vinculación a gremios o corporaciones, las de viajeros u otra documentación al respecto, excepción hecha de los protocolos notariales y, en menor medida, de los libros parroquiales -requiriendo empero ambos tipos de fuentes un tratamiento harto laborioso-.

1 El "censo" de franceses en Fuenterrabía de 1611:

En el caso que nos ocupa ya diferencia del contemporáneo vecindario de Zumaya (1610) descubierto por L. Murugarren en los libros sacramentales de la parroquial de S. Pedro, nos hallamos de hecho ante un censo civil promovido por una autoridad municipal (el ayuntamiento de Fuenterrabía (2) ) en su área jurisdiccional (curato de la iglesia de Sta. María), en un momento dado (15 a 18 de Junio de 1611), con un objeto concreto de actuación (matrimonios e individuos solteros oriundos de Francia) y con una finalidad singular (su expulsión). Sin embargo, diplomáticamente no se trata en sí de un censo, sino de unos autos que contienen dicha relación como fe de la comunicación a los afectados de la resolución municipal previa impidiendo su estancia en la villa. Custodiados en el Archive Municipal de la citada ciudad bidasotarra, a la información cuantitativa por ellos suministrada hay que agregar la cualitativa obtenida de las actas municipales, testimonio de las deliberaciones del regimiento de la villa acerca de dicho asunto habidas entre el 30-3-1611 y el 3-10-1612.

Por lo tanto, según el conjunto documental antedicho, ¿cuál era la envergadura de la presencia francesa en la feligresía de Sta. María? .Como vamos a apreciar, no es posible fijar la cuantía exacta de los súbditos del Rey Cristianísimo afincados en lo que podemos llamar la Fuenterrabía propiamente dicha, y menos aun la de sus paisanos itinerantes. Pero veamos una aproximación bastante significativa:

A. Residentes

A.l. Personas solteras:

1.1. Intramuros

1.1.1. Calle del Obispo: 5 mujeres.

1.1.2. C/ de Sta. María: 13 mujeres y 1 hombre.

1.1.3. C/ de Pampinot: 1 mujer.

1.1.4. C/ de Sistun: 2 mujeres.

1.1.5. C/ de Mur ix: 3 mujeres.

1.1.6. C/ de Gorgot: 2 mujeres.

1.1.7. C/ de Juan de Laborda: 1 mujer.

1.1.8. C/ de Chapitel: 1 mujer.

1.1.9. C/ de la Reina: 1 mujer.

1.1.10. C/ de Florencia: 1 hombre.

1.1.11. C/ de S. Nicolás: 9 mujeres.

1.1.12. C/ del Norte: 4 mujeres.

1.2. Arrabal de la Ribera: 3 mujeres.

1.3. Caserías y molinos sufragáneos de la iglesia de Sta. María: 1 mujer y 4 hombres.

A.2. Familias:

2.1. Intramuros:

2.1.1. C/ de Florencia: 1 mujer con 1 hija.

2.2. Arrabal de la Ribera: 1 mujer con 2 hijos (sin especificar sexo).

2.3. Caserías y molinos de la parroquia de Sta. María: 2 matrimonios sin hijos; 2 matrimonios con 3 y 6 hijos respectivamente (sin especificar sexo); 3 matrimonios con hijos (sin especificar número ni sexo); 1 matrimonio con hijos y familia (idem); y 1 matrimonio con familia (idem). En definitiva, 9 matrimonios con un mínimo de 9 vástagos y otros parientes sin cuantificar.

A.3. Esposas de vecinos y miembros de la guarnición de la villa: Su montante nos es desconocido en cuanto que, al no haber sido contemplada su expulsión por !a Corona, no se hacía menester su recuento preliminar. Ahora bien, el gobierno municipal ondarrabitarra en su reunión ordinaria del 15-6-1611, al disponer el solicitar al monarca español la aplicación a éstas de dicha medida, nos brinda noticia de su existencia, aunque no muy nutrida aparentemente (3). Mas, no hemos vuelto a descubrir referencia ulterior sobre tal cuestión. De todos modos ya tenor de otras fuentes conservadas en el fondo documental antedicho, entre las mujeres encausadas del grupo de ondarrabitarras {162) sobre los que a lo largo de 1611 recayó la sospecha de supuestas aficiones brujeriles, 3 ostentaban tal estado. A pesar de la publicación de un real edicto de gracia y de la ponderada actuación del inquisidor licenciado Alonso de Salazar Frías, los referidos ediles no renunciaron a librarse de la presunta tríada maléfica, decretando de tal suerte su destierro.

En consecuencia, los franceses arraigados en Fuenterrabía (4) al filo de la primavera de 1611 se pueden cifrar en 87 individuos (los 84 censados y las 3 presuntas jorguinas), a los cuales hay que agregar un número indeterminado, si bien probablemente poco abultado, de familiares y consortes de moradores españoles de la villa. De estas 61 mujeres y 15 hombres identificados (en algunos casos sin consignar el nombre), 11 sujetos de sexo no manifiesto y demás deudos y casadas, bastantes se encuentran desprovistos de toda indicación relativa  a oficio y procedencia precisa. No obstante, la mayor parte parece ser natural del País Vasco continental, es decir, súbditos de Luis XIII rey de Francia y Navarra -de facto la Baja Navarra-, así como dedicados comúnmente, en lo que toca al recinto murado de la villa ya su arrabal, al servicio doméstico.

B. Transeúntes:

A pesar de la marcada fluidez del trasiego fronterizo, que no pasaba desapercibida a los viajeros de la época, como tampoco cuatro décadas después al noble delfinés Antoine de Brunel, la crisis pesquero-comercial que afectaba en los inicios del s. XVII a los entes urbanos costeros vascos peninsulares indubitablemente incidía en un decrecimiento de la frecuentación de Fuenterrabía por parte de sus vecinos franceses. Ello parece inferirse, a la luz de las actas municipales, de los argumentos expuestos por el ayuntamiento ondarrabitarra en abril de 1611 a la hora de eludir los designios regios de restringir su acceso e intensificar el control sobre sus visitas -junto al extrañamiento de los residentes de dicha naturaleza-(5). Sin embargo, no cabe duda de que todo suplicatorio a una instancia superior implica un cierto margen de distorsión en su veracidad informativa, y es evidente que con los trabajos de investigación histórica hasta hoy efectuados sobre esta comarca en el Siglo de Oro resulta inasequible calibrar la importancia real, en número e incidencia, del tránsito de franceses por esta villa guipuzcoana.

2 Interpretaciones geohistóricas en torno al "censo":

A. Cuestiones demográficas:

Desde una óptica estrictamente demográfica, se nos plantean una serie de interrogantes acerca de la radicación de franceses en Fuenterrabía en las décadas iniciales de la XVII a centuria. Habrán de ser los especialistas en la geografía de la población en un sentido diacrónico de la misma quienes las diluciden en la medida de las posibilidades heurísticas del actual patrimonio documental y arqueológico vasco. En esta línea, la próxima tesis doctoral del profesor universitario Santiago Piquero sobre la demografía guipuzcoana en el marco cronológico antedicho será indiscutiblemente reveladora.

¿Cuál era la cifra exacta de naturales del limítrofe reino de Francia en la villa bidasotarra? .¿Cuál era su proporción con respecto a la población total de la misma, y, claro está, el volumen de ésta (6)?. ¿Cuál el peso específico de los colectivos franceses en otros núcleos guipuzcoanos y en el conjunto de la Provincia (7)? .¿Cuál era su comportamiento demográfico en una fase de contracción general como fue la de 1570-1640, particularmente para el modelo progresivo urbano costero del País Vasco peninsular (8)? .¿Cuál su trabazón con la dinámica de recuperación demográfica relativa del confinante Labort -de cuyo traspaís parecen provenir muchos de los franceses asentados en Fuenterrabía-, pero que no dejó por ello de ser hontanar de emigrantes?

B. Cuestiones geohistóricas:

B.1. Sobre la residencia francesa en la villa:

Este tema debe lógicamente integrarse en un contexto más amplio, el guipuzcoano, en el cual determinar las razones de la corriente inmigratoria desde allende el Bidasoa, las características de la misma y los diversos patrones de arraigo de sus protagonistas en nuestro territorio.

En cuanto a estas dos postreras cuestiones, el "censo" y restantes documentos ondarrabitarras únicamente nos desvelan un predominio del sexo femenino y una notable ocupación en funciones de criado. y en lo referente a la primera, las tierras labortanas continuaban caracterizándose a la sazón por el desequilibrio recursos-población, a pesar de una paulatina activación pesquera y comercial y de la extensión del cultivo del maíz. Desde otro prisma, el área se hallaba vivamente convulsionada dada la implacable represión inquisitorial de presuntos fenómenos hechiceriles emprendida en 1609 por Pierre de Lancre, consejero del Parlamento de Burdeos, reverberación de un complejo tejido de conflictos sociales (resistencia nobiliar ante el campesinado y una expansiva burguesía urbana), culturales e ideológicos (minorismo étnico-religioso -fundamentalmente sefardita-, movimiento contrarreformista, incubación jansenista, hondo arraigo de una cultura popular de tradición secular, ...), y quizás también políticos (intervencionismo estatal en región periférica). Por lo demás, las sendas de penetración labortana aquende el Bidasoa estaban muy holladas. Durante el periodo 1450-1570 de florecimiento económico-social y demográfico vizcaíno-guipuzcoano principalmente, era habitual que la emigración labortana tomara en general no los caminos septentrionales u orientales, sino el portalón bidasotarra para desparramarse por suelo hispánico, y en concreto por tierras vascas peninsulares. Esta última opción se veía facilitada por lazos culturales y lingüísticos (euskera y gascón). Ahora bien, en Fuenterrabía yen 1611, inmerso ya en una etapa de crisis generalizada, con un todavía incipiente proceso de ruralización compensatorio -hegemónico para mediados de siglo-, ¿cómo se explica este afincamiento francés? .Aparte de que muchas de estas situaciones se habían materializado años atrás y de las causas internas labortanas ya apuntadas, la creciente pérdida de población en los núcleos urbanos marítimos, agudizada por la catastrófica epidemia de peste bubónica de 1597-98(9), posiblemente provocó carencias de mano de obra, preferentemente en labores de inferior categoría, muy a propósito para "refugiados de la pobreza". Recordemos además que con cierta frecuencia los marinos sin expectativas de trabajo por el decaimiento de las actividades marítimas guipuzcoanas no' 'se reconvertían"; al contrario, comenzaron a trasladarse a los puertos labortanos en auge (vg.: San Juan de Luz). ¿Sucedió así esta suerte de reacomodo laboral en Fuenterrabía? .En cualquier caso, tanto para esta villa -elemento en parte atípico por tratarse de una plaza fuerte de inmediatez fronteriza- como para todo el País Vasco el s. XVII requiere una multiplicación y profundización de investigaciones históricas y geohistóricas que iluminen las penumbras en que se halla sumido.

B.2. Sobre la expulsión de los ondarrabitarras de origen francés:

Ante todo, el colofón del acontecimiento aquí reseñado tiene que quedar plasmado en un signo de interrogación. La documentación manejada no nos descubre el desenlace de los susodichos autos municipales. Sin embargo, nos sugiere que persistió una atmósfera hostil a la estancia de extranjeros en las villas guipuzcoanas: los sucesivos impedimentos de Fuenterrabía a lo largo de 1612 al regreso de una de las "brujas" desterradas el año anterior, la prohibición de hospedaje a aquéllos y la expulsión de un francés residente en San Sebastián por parte de las Juntas Generales de la Provincia (Tolosa, abríl 1613), o la requisitoria del virrey de Navarra en 1620 al alcaide de Fuenterrabía acerca de un molinero labortano. Pero ello parece inscribirse además en una malla socio-psicológica y política más intrincada, dominante en la sociedad española de la época, de marginaciones exclusivistas tendentes a anular lo minoritario, tenido por germen de inestabilidad colectiva: léase las medidas provinciales en 1611 de extrañamiento de portugueses -probablemente judíos conversos-, o las ondarrabitarras de 1612 relativas a las mujeres amancebadas con similar significado. Mas, ésto escondía por otra parte en las provincias vascas costeras de la Corona castellana, como razón añadida, una fuerte reacción ante posibles flujos inmigratorios, cualquiera que fuere su procedencia, los cuales, al ahondar el desequilibrio demográfico-alimenticio, hubieran agravado considerablemente el deterioro social y económico existente. De ahí que se recurriese a instancias ideológicas para frenarlos y que se condensaron de una forma genérica en el subrayado de la hidalguía universal de sus pobladores originarios y la difusión de tesis igualitaristas acerca de los mismos (10).

Con lo anteriormente expuesto, nos adentramos en las causas que impulsaron no ya a Felipe III a ordenar la expulsión. sino a la propia Fuenterrabía a apoyar y cumplir estrictamente tales directrices reales, y ello cuando en un principio el concejo se había posicionado en contra. ¿A qué se debió tal cambio de actitud entre marzo y junio de 1611? Ni las actas municipales ni los autos responden explícitamente a esta cuestión. El replanteamiento del asunto pudo venir dado por argumentos en torno a la seguridad militar de la villa -al encontrarse varios oficiales entre los vecinos principales a los que se solicitó asesoramiento-, por motivaciones ligadas a lo mencionado en el párrafo precedente, o por la incidencia social de las presuntas manifestaciones brujeriles ya comentadas -o bien ¿éstas fueron manipuladas por ondarrabitarras partidarios de la disposición citada?-.

En conclusión, pretendíamos dar a conocer una serie de documentos del Archivo Municipal de Fuenterrabía, entre los que descuella desde un punto de vista demográfico un censo un tanto heterodoxo por ser otra su finalidad, que supusiesen una aportación informativa más para aquellos investigadores entregados a la recuperación del s. XVII en términos poblacionales. Sin embargo, hubiera sido impropio el sustraernos a un sucinto análisis relativo de los mismos en aras a aproximarnos al complejo geohistórico que los generó, planteando sobre todo unos interrogantes/sugerencias que estudios ulteriores de filiación diversa y plural vendrán ineluctablemente a esclarecer.

Apéndice 1: Fuentes:

Archivo Municipal de Fuenterrabía (Hondarribia):

1 -1611, Junio, 15. Fuenterrabía -1611, Junio, 18. Fuenterrabía.

Autos de notificación por parte del ayuntamiento de Fuenterrabía a los moradores franceses de la misma del acuerdo municipal de expulsarlos en virtud del mandato real en tal sentido dirigido a Gonzalo de Luna y Mora, alcaide de la plaza.

  • Lleva inserta una carta misiva de Bartolomé de Aguilar y Anaya, secretario real, de 1611, Marzo, 22. Madrid.
  • A.-Cuadernillo de 6 hojas actualmente descosidas.-308 x 212 mm.- Papel. Conservación: mala.

AMF S. E., N.5, S.2, L.2, Exp. 5

2 - 1611-1612.

Actas municipales de la villa de Fuenterrabía.

A.M.F. S.A, N.l, L.26.

3 -1611, Noviembre, 14. Fuenterrabía -1611, Noviembre, 24. Fuenterrabía. Registro de la Junta General de la Provincia de Guipúzcoa celebrada en dicha .villa.

A.M.F. S.E, N.2, S.l, L.10.

4 -1613, Abril, 20. Tolosa -1613, Abril, 30. Tolosa.

Registro de la Junta General de la Provincia de Guipúzcoa celebrada en dicha villa.

A.M.F. S.E, N.2, S.l, L.10.

Apéndice 2: Bíblíografía:

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NOTAS

(1) No olvidemos las aportaciones y/o expectativas que ofrecen nuestros centros universitarios: Deu.sto (Josetxo Urrutikoetxea, ...), País Vasco (Santiago Piquero, ...) y Navarra (Alfredo Floristán). A tal fIn véase INGEBA. (1986).Bibliografía geográfica de Euskal Herria = Euskal Herriko geografi bibliografia.Donostia-San Sebastián: Instituto Geográfico Basco Andrés de Urdaneta = Euskal Geografi Elkargoa.461 p.Contiene: Demografía hist6rica = Demografia historikoa.P. 307-331.

(2) A la sazón villa costera guipuzcoana, limítrofe con Francia, que englobaba en su demarcación, además del núcleo ondarrabitarra, los lugares de Irún, Lezo y Pasajes de San Juan. Reducido su término municipal, desde hace unos años su denominación oficial -euskaldunaes la de Hondarribia.

(3) "(...) abia algunos soldados casados con mugeres francesas (...)" (A.M.F.OS.A., M.l, L.26: acta municipal 15-6-1611).

(4) Sin tener en cuenta los enclaves de Irún, Lezo y Pasajes de S. Juan.

(5) Limitar dicho acceso a la lonja -extramuros- y prohibir su alojamiento puertas adentro respondían a condicionantes geoestratégicos de política internacional. Piénsese que, a pesar de la distensión franco-española vigente desde 1607, persistía subyacente un antagonismo político-económico de proyección continental, que, vinculado a una tradicional contraposición de intereses comarcanos a ambas orillas del Bidasoa, podía hacer temer una agresión francesa inesperada, más aun si el limitado conflicto de Jülích y Cleves rebasaba dicho escenario germánico.

(6) Juan Arzadun le adjudica algo más de cuatro centenares de vecinos.

(7) J. R. Cruz evalúa el contingente extranjero -imaginamos que francés en su rnayoría aposentado en Pasajes de S. Juan en 1597 Gusto antes de arribar la peste) en 100 individuos para una población teórica de 917 y fáctica de 807 (110 hombres en expediciones marinas pesqueras, comerciales y militares).

(8) Con un patente proceso de despoblación en Fuenterrabía, si nos ajustamos a los números aventurados por el conde del Llobregat y J. Arzadun, necesitados de una rigurosa verificación.

(9) En Fuenterrabía aniquiló en tres meses a 219 personas, mientras que en Pasajes de S. Juan sucumbió el 45,1% de sus moradores efectivos.

(10) Así, el ayuntamiento de Fuenterrabía se lamentaba en carta al secretario Aguilar (4-4-1611) de que la cancillería real se hubiera dirigido, además de al regimiento municipal, a los hombres buenos de la villa, alegando que no había tales en la misma.