Lurralde :inv. espac.

N. 12 (1989)

p. ***-***

ISSN 1697-3070

LURRALDE

NUEVO COOPERATIVISMO AGRARIO EN NAVARRA. LAS COOPERATIVAS CEREALISTAS DE LAS CUENCAS PREPIRENAICAS

Ana UGALDE ZARATIEGUI

Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea Facultad de Filología, Geografía e Historia -Vitoria

Recibido: 1989-01-03

RESUMEN: Nuevo cooperativismo agrario en Navarra. Las cooperativas cerealistas de las cuencas prepirenaicas

Durante el decenio de 1980, el viejo cooperativismo agrario navarro ha experimentado un impulso de renovación y desarrollo de gran envergadura e interés, estimulado por las nuevas condiciones de comercialización derivadas del ingreso de España en la C.E.E., y por las ventajas que las cooperativas ofrecen a los agricultores. Este trabajo trata de analizar la aparición, estructura, funcionamiento e incidencia de las nuevas cooperativas "de zona", creadas desde fines de los años 1970 en las productivas comarcas cerealistas septentrionales de Navarra -Cuencas Prepirenaicas y N de la Zona Media en las que, a diferencia de la mitad meridional de la provincia, nunca habían existido silos cooperativos. El balance de sus pocos años de andadura es positivo, tanto por la comodidad que proporcionan, al encargarse del almacenamiento, conservación y venta de los granos, como por sus beneficios económicos y técnicos, derivados de la concentración de la oferta y de la demanda, y de su vinculación a los organismos técnicos al servicio del sector agrario.

Palabras Clave: Agricultura, cooperativas, Navarra, España.

ABSTRACT: The new agrarian cooperative societies in Navarra. The cerealist cooperatives in the bassins from the prepyrenees

During the Eighties, the old agrarian cooperative societies from Navarra, have experimented a great development, stimulated by the new comercialization conditions derived from the Spanish entry in the EEC, and from the advantages cooperatives offer. This article analyzes the appearance, structure, way of labouring and incidence of the new regional cooperatives, created since the end of the Seventies, in the productive cerealist areas in the north of Navarra, in which there had never been any other antecedence like this. The result obtained from these years of experience has been highly positive, because they can be used to store, keep and sell the products of the harvest, and because of their economical and technical benefits, derived frorn the concentration oí the offer and the dernand, and frorn their collaboration with the technical agrarian organizations.

Key Words: Agriculture, cooperative, Navarra, Spain.

LABURPENA: Nekazal kooperatibismo berria Nafarroan: Pirineo Hego-alpeko haranen ale-produkzio kooperatibak:

1980,eko hamardakan zehar, Nafarroako nekazal kooperatibismo zaharrak interes eta garrantzi handiko garapen eta berrikuntzaren bultzapen jasan du, EEE barnean Espainaren sarrerak sortarazi dituen komerzializaziorako baldintza berriek eta nezakariei kooperatibek eskaintzen dizkieten abantailek bultzaturik. Lan hau, Nafarroako Iparraldeko ale-produkzio eskualde ekoizleetan, -Pirineo hegoalpeko haranak eta Ertaldeko iparraldeazeinetan Probintziako iparraldeko erdialdearekin konparatuz, inoiz ez ziren belarrobi kooperatiba berrien agerpena, egitura, funtzionamentu eta eragina aztertzen saiatzen ari da.

Ibiltzearen urte gutxi hauen balantzea baikorra da, nahiz aleen salmenta, kontsebazio eta bilketaren ardura izaterakoan ematen duten erosotasunarengatik nahiz nekazal sektorearen aldeko erakunde teknikoekin erlazio eta eskaintza eta eskariaren kontzentrazioak soetutako etekin ekonomiko eta teknikoengatig.

Desde finales del decenio de 1970, el viejo cooperativismo agrario navarro que, como es sabido, goza de fuerte y tradicional arraigo en la provincia, ha experimentado un amplio proceso de renovación y unas transformaciones de suficiente envergadura como para merecer, sin duda alguna, un análisis detenido (1). Son varios los factores que han contribuido a poner en evidencia ante los técnicos y los agricultores el interés, o mejor, la necesidad de crear agrupaciones cooperativas y de modernizar las preexistentes: por una parte, la liberalización del mercado del trigo, previo al ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, y las grandes mutaciones que ha originado en los mercados; por otra, la comodidad de los servicios ofrecidos por las cooperativas, y el estímulo que supone el disponer de más tiempo libre y evitarse preocupaciones, sobre todo tras la generalización de la agricultura a tiempo parcial; en fin, el perfeccionamiento de las técnicas de conservación del grano y los procesos de transformación de los productos agropecuarios. Todos estos condicionamientos han conducido a una reestructuración -todavía en curso del sector cooperativo agrario de Navarra, en el intento de ampliar, vitalizar y adecuar sus estructuras a las nuevas exigencias impuestas por las circunstancias actuales. Este proceso de desarrollo cooperativo puede ser calificado sin reservas de pionero en relación al de la mayoría de las provincias españolas, pero resulta todavía muy limitado -incluso embrionario en algunos aspectossi se compara con el volumen, la variedad de actividades y el alcance económico que las cooperativas agrarias han adquirido, a lo largo del siglo XX, en otros países de la Comunidad Económica Europea como Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia o la República Federal de Alemania (2).

Una de las manifestaciones más evidentes de esa reanimación cooperativista ha sido la creación de nuevas cooperativas en las comarcas cerealistas más septentrionales de Navarra -las Cuencas Prepirenaicas de Pamplona y Lumbier-Aoiz, y el N. de la Navarra Media-, que nunca habían conocido este tipo de agrupaciones. A su creación, características, funcionamiento e incidencia se dedican estas páginas, que no pretenden ser sino el avance de un trabajo más amplio -en curso de elaboración que ofrezca una panorámica global de las trascendentales y significativas transformaciones que han tenido lugar en el cooperativismo agrario de Navarra durante el decenio de 1980.

1. JÓVENES COOPERATIVAS DE ORGANIZACIÓN SENCILLA.

Como se ha apuntado ya, las Sociedades Cooperativas (3) existentes en las comarcas cerealistas septentrionales de Navarra surgieron desde fines de los años 1970, en el seno de lo que puede considerarse un nuevo movimiento de creación de cooperativas desarrollado desde mediados de la década de 1970 (4). Dos de ellas "Ororbia" y "Sierra de Alaiz", creadas en 1979, se localizan en la Cuenca de Pamplona, en los concejos de Ororbia (Cendea de Olza) y Torres de Elorz (Valle de Elorz), respectivamente; otra: la de "Urroz", de 1983, en el municipio de Urroz, en la Cuenca de Lumbier-Aoiz. Las restantes nuevas cooperativas constituidas en parecidas fechas se sitúan al N de la Navarra Media Oriental ("Valdizarbe", creada a fines de 1977 en Ucar, que fue modelo para las de posterior creación), en la Navarra Media Occidental (las de Yerri y Oteiza de la Solana, de 1979), y al N de la Ribera Estellesa (Larraga, también de 1979). En todos los casos se trata de agrupaciones cerealistas de características semejantes.

Todas ellas, de considerable tamaño en relación con las "viejas" cooperativas cerealistas navarras, se crearon con el objetivo primordial de almacenar y comercializar el cereal, es decir, de prestar a los agricultores un servicio cuya necesidad se hizo más imperiosa desde que el SENPA anunció que, a partir de la liberalización del mercado del trigo, dejaría de hacerse cargo de estas dos funciones, al menos tal y como las había desempeñado hasta entonces. y en lo que atañe a las Cuencas Prepirenaicas ya Valdizarbe, constituyen una novedad, ya que en estas comarcas, a pesar de la existencia de numerosas Cooperativas Agrícolas-Cajas Rurales creadas hace un buen número de años, no se acostumbra a almacenar y vender el grano en común, a diferencia de la Ribera y gran parte de la Navarra Media, donde los graneros cooperativos gozan ya de una larga historia que se remonta hasta la tercera década del presente siglo (5).

La iniciativa para la constitución de estas cooperativas fue tomada por grupos de agricultores, ante la necesidad de disponer de almacenes con instalaciones modernas y adecuadas para conservar el grano en buenas condiciones de calidad y poder así venderlo en el momento más oportuno. Dicha iniciativa contó desde el primer momento con el apoyo de las instituciones oficiales -la Diputación, el Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) y la Caja Rural (6)-, muy interesadas en la promoción de estas asociaciones que no sólo ofrecen importantes ventajas a los agricultores sino que, evidentemente, van a ser imprescindibles en un futuro próximo, a tenor de las experiencias y las condiciones de los mercados de productos agropecuarios de los restantes países miembros de la Comunidad Económica Europea. Por ello, para la financiación de sus instalaciones pudieron beneficiarse de las subvenciones concedidas por la Diputación y el Estado a través del SENPA (7); otra parte del montante inicial fue aportada por los socios, mediante una cuota de entrada (que se actualiza anualmente); el resto del capital se obtuvo por medio de préstamos a largo plazo, concedidos por diversas entidades bancarias, particularmente por el Banco de Crédito Agrícola (8). La concesión de subvenciones llevaba inherente el compromiso de las Cooperativas a integrarse en el Instituto Técnico y de Gestión del Cereal (9) y la obligación por parte de los socios "de entregar toda su cosecha a la Cooperativa y de realizar sus compras de los servicios de suministros que aquella disponga" (10).

Los gastos de amortización de los préstamos, mantenimiento de las instalaciones y almacenamiento y conservación del grano corren a cargo de los socios, a los que se retiene un porcentaje sobre el precio medio de venta del kilogramo de cereal; dicho porcentaje varía cada año en función de los gastos y de las cantidades entregadas a la Cooperativa en cada campaña y, naturalmente, se reduce progresivamente a medida que se amortizan los préstamos y asciende el precio del grano. Además de cubrir los gastos, una parte de esa retención se destina a incrementar el capital social, "constituido por las aportaciones efectuadas por los socios" que, lógicamente, es proporcional al volumen de cereal que haya entregado

cada uno (11). A su vez, la Cooperativa recurre a los créditos de campaña ofrecidos por las entidades bancarias para efectuar los pagos a sus asociados. Normalmente, las liquidaciones de cada cosecha tienen lugar en varias entregas (12).

Para su funcionamiento, disponen de un Consejo Rector elegido por la Asamblea General de socios, que es "el órgano de representación y gobierno de la sociedad en cuanto a tal y gestiona la Empresa directamente". Tiene competencia para tomar las decisiones ordinarias, tales como las compras, las ventas, la contratación de mano de obra eventual, etc., para lo que se reúne generalmente cada 15 días. Se compone de presidente, vicepresidente, secretario y vocales; los consejeros son renovados en un 50% cada dos años. La Asamblea General constituida por los socios se reúne una vez al año en sesión ordinaria, y su aprobación es preceptiva, entre otros aspectos, para designar a los miembros del Consejo Rector, aprobar las cuentas y balances, acordar nuevas aportaciones obligatorias al capital social, o decidir sobre la ampliación de los servicios o de las instalaciones (13). Para la administración, la atención a los socios y la ejecución de las decisiones tomadas por el Consejo Rector, cuentan con un gerente, unos pocos empleados en los almacenes y, en verano -durante los meses de mayor trabajo-, contratan mano de obra eventual para efectuar las labores de almacenamiento y, en su caso, de selección de semillas.

2.UNA OFERTA DE SERVICIOS MUY ÚTILES.

A lo largo de los pocos años transcurridos desde su creación, las Cooperativas han ampliado progresiva mente el número de servicios ofrecidos a los agricultores, haciendo así realidad buena parte de los proyectos que se plantearon en sus comienzos (14), Para almacenar el grano disponen de silos metálicos instalados desde el principio, y de naves construidas después, ante la necesidad de ampliar su capacidad. Silos y naves están dotados de termosondas y ventiladores, con objeto de lograr una buena ventilación y, de esta forma, mantener el grano a temperatura y humedad adecuadas y evitar así, sin acudir a tratamientos químicos, los posibles ataques de hongos, bacterias e insectos, especialmente el de gorgojo (15). Las Cooperativas acogen grano de todas las clases de cultivos que se siembran habitualmente en estos secanos "frescos" de Navarra: trigo, cebada, avena, colza, girasol, habas, guisante y alholva. En la actualidad venden el cereal directamente a los particulares: el trigo a las harineras, y la cebada, en su gran mayoría, a las fábricas de piensos y, mucho menos frecuentemente, a las malterías.

Es indudable que estos dos servicios resultan muy ventajosos desde el punto de vista económico, al menos para los agricultores más modestos, cuya escasa capacidad de inversión no les permite construirse sus propios silos o que "se ven precisados a desprenderse de su cosecha en el momento de la recolección" (16). Entre los agricultores que ya disponían de silos particulares, y que en general son titulares de explotaciones relativamente grandes, el interés por asociarse a las cooperativas ha sido hasta ahora menor, puesto que tenían solucionados los principales servicios que éstas ofrecen y, por el momento, los gastos derivados de la asociación no les compensan.

Gracias a sus instalaciones, a su sistema de financiación ya su gran volumen de almacenamiento, las cooperativas tienen la posibilidad de retrasar las ventas hasta el momento que consideren más conveniente, y de presionar más para obtener mejores precios en el mercado. Pero sobre todo son muy ventajosas por la gran comodidad -subrayada por todos los agricultores encuestados que supone poder transportar el grano directamente desde la finca a los almacenes cooperativos, y evitarse de este modo el trabajo de llevarlo a la casa y la preocupación de conservarlo y venderlo. Todo ello favorece de forma especial a los agricultores que combinan las labores propias de su profesión agrícola con otras actividades, ya sea la ganadería o los trabajos en los sectores secundario y terciario.

Otro de sus servicios, que presenta iguales ventajas que los anteriores, es la adquisición de abonos, herbicidas y semillas en grandes cantidades, que hace posible el conseguir sustanciosos descuentos sobre los precios del mercado. Una vez comprados, los productos se almacenan en las naves, hasta que los agricultores retiran sus pedidos (17). En este sentido, las cooperativas ejercen una función semejante a las pequeñas "cajas rurales" locales, muchas de las cuales, casi inactivas en los últimos años, han terminado por desaparecer al crearse estas nuevas cooperativas "comarcales". Hasta 1984, todas las "recién creadas" realizaban sus compras a través de la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO) -ahora llamada Sociedad Cooperativa Agropecuaria de Navarra (18); pero debido a las discrepancias surgidas en tomo a la gestión cooperativa, tres de ellas -"Valdizarbe", "Sierra de Alaiz" y "Ororbia" -se separaron de UTECO, y en la actualidad compran directamente a los mayoristas o a las fábricas (19).

En 1980, comenzó a funcionar una planta de selección para la producción de semilla certificada "R2" (20): la Cooperativa de Semillas de Navarra (COSENA), situada en Torres de Elorz e integrada por las Cooperativas de Ororbia, Torres, Oteiza de la Solana y Larraga (Valdizarbe disponía ya de otro centro de selección desde 1979). Con ella, se pretendía obtener simiente a precios más bajos que los ofrecidos por las casas de venta (21). La semilla "R2", certificada por el Instituto Nacional de Semillas y Plantas de Vivero, se destina a la venta para asociados y no asociados (la "R3" menos costosa y bastante utilizada por los cooperativistas durante algunos años, ha desaparecido). La producción de semilla se realiza en fincas seleccionadas propiedad de los asociados, siempre que el cultivo precedente haya sido de colza o leguminosas; puesto que estas parcelas requieren cuidados especiales, se paga al agricultor una subvención por kilogramo de cereal destinado a simiente.

Actúan además como entidades "comerciales" (22) con los agricultores no cooperativistas, a los que compran cereal y venden (a precios algo más altos que los establecidos para sus socios) abonos, semillas, y productos fitosanitarios. De ahí que su alcance sea superior al que podría deducirse del número de asociados, o de la extensi6n de sus explotaciones.

Las cooperativas ofrecen también al agricultor una asistencia técnica, atendida por el Instituto Técnico y de Gestión del Cereal; al estar integradas en este organismo, se han convertido en un importante cauce de difusión de las recomendaciones de sus agrónomos. Finalmente, se encargan de la tramitación de los seguros de pedrisco e incendio.

3. UN TAMAÑO RELATIVAMENTE GRANDE EN EL MARCO NAVARRO.

Respondiendo a las tendencias actuales hacia la formación de cooperativas de tamaño suficiente como para poder disponer de una capacidad elevada de inversión y de decisión en los mercados, estas agrupaciones cerealistas han surgido como cooperativas llamadas "de zona", que sobrepasan ampliamente el marco municipal o concejil de las viejas cajas rurales (23). Poseen una capacidad de almacenamiento elevada en relación a lo que es habitual en las cooperativas navarras: en 1988, "Ororbia" alcanzaba unas 22.000 Tm. (unas 17.000 en 1985); "Sierra de Alaiz" unas 28.000 (23.000 en 1985); "Urroz", 14.800 (10.200 en 1985) (24); Oteiza, 22.000 Tm. A mediados de los años 1980, esos volúmenes sobrepasaban con creces la capacidad de la mayoría de las tradicionales "grandes" cooperativas cerealistas de la Ribera o el Sur de la Navarra Media (25), aunque es preciso decir que en estas comarcas son cada vez más numerosas las cooperativas que amplían sus instalaciones, y algunas alcanzan, en conjunto, volúmenes de almacenamiento en torno a las 20.000-25.000 Tm. (Sesma, Peralta, CabaniIIas, por ejemplo).

Así mismo, la superficie que abarcan -"Sierra de Alaiz unas 5.500 ha. en 1 1988 (4.602 en 1985), "Ororbia" alrededor de 4.000 ha. (3.143 en 1985), Urroz unas 3.700 ha. -es extensa, y su radio de acción más amplio que el de las antiguas cooperativas: entre "Ororbia" y "Sierra de Alaiz" atienden prácticamente toda la cuenca de Pamplona y los valles sur-occidentales de la de Lumbier-Aoiz; el resto de esta última Cuenca cae bajo la órbita de "Urroz", y los agricultores de Valdizarbe y el extremo S de la Cuenca de Pamplona -Muruarte de Reta, Campanas y parte de los de Tiebas son -tributarios de los silos de Ucar. La extensión de las "áreas de influencia" de estas cooperativas se ha visto favorecida por la estructura del hábitat, compuesto por pequeñas aldeas muy próximas unas a otras y, sobre todo, por la densa red de comunicaciones existente en estas comarcas, que permite transportar el grano desde las fincas hasta los silos sin mayores dificultades. Para la localización de los silos se ha atendido principalmente a la facilidad de acceso, factor que ha prevalecido incluso sobre otro tipo de consideraciones en principio no menos importantes como, por ejemplo, el precio del suelo (26). El mayor número de socios se centra en las aldeas más cercanas al punto de ubicación de las cooperativas, y desciende a medida que la distancia se hace mayor y la accesibilidad disminuye (27). Pocos valles carecen de cooperativistas, y se trata siempre de los más alejados y ganaderos de las Cuencas, como los de Ezcabarte, Oláibar, Juslapeña, aunque muchos de sus agricultores utilizan los servicios que las cooperativas ofrecen a los no asociados.

4.UNA TRAYECTORIA ESPERANZADORA.

El balance de los pocos años que llevan en funcionamiento las nuevas cooperativas cerealistas puede considerarse muy positivo. Además de facilitar notablemente las tareas finales de la campaña cerealista, y de conseguir buenos precios de venta y un sensible abaratamiento de los costos de producción, se han convertido en cauces de modernización de la agricultura a través del ITGC, al que están asociadas. Parece que, en conjunto, pesan más sobre la mayoría de los agricultores sus ventajas que sus inconvenientes, entre los que se cuentan los ineludibles sacrificios económicos que conlleva su "lanzamiento", o la renuncia, siempre costosa, a administrar personalmente la propia explotación. Prueba de su buena trayectoria es el incremento que han experimentado en el número de socios, en la extensión de las tierras que abarcan y, sobre todo, en su volumen de almacenamiento. En 1979 "Sierra de Alaiz" contaba sólo con unos 70-75 socios y 11.000 Tm. de capacidad, que en 1988 se habían convertido en unos 140 y 28.000, respectivamente. "Ororbia" tenía este último año unos 150 socios, frente a los 85 de 1979, y las Tm. de capacidad eran de 22.000 y 9.000, en las mismas fechas. "Urroz" alcanzaba 3.400 Tm. y apenas 50 socios en 1983, y 14.800 Tm. y 78 asociados en 1988. La pujanza de estas cooperativas se ha visto favorecida por los elevados rendimientos que se obtienen en estas comarcas. En la actualidad, un nuevo y difícil reto se les plantea para el futuro próximo: el de afrontar la competencia y, a imitación de las cooperativas de los países de Europa Occidental, penetrar en el sector de las industrias agroalimentarias, con el fin de recoger el beneficio del valor que se añade a los productos agrarios a lo largo de los procesos de transformación industrial.

Procedencia de los socios de la Cooperativa cerealista "Sierra de Alaiz" (1985)
Cuenca de Pamplona Cuenca de Lumbier-Aoiz
 

Nº de socios

 

Nº de socios

Valle de Elorz 41 (39 %) Valle de Unciti 12 (11,4%)
Elorz 5 Alzórriz 1
Ezperun 1 Artáiz 1
Guerendiáin 5 Cemboráin 4
Imarcoain 3 Unciti 4
Oriz 6 Zabalceta 1
Otano 2 Zoroquiáin 1
Torres de Elorz 6    
Yárnoz 2 Valle de Ibargoiti 1 (1%)
Zabalegui 5 Idocin 1
Zulueta 6    
    Monreal 4 (3,8)
Cendea de Galar 30 (28,6 %)    
Arlegui 2    
Barbatáin 4    
Cordovilla 1    
Esquíroz 4    
Olaz-Subiza 2    
Salinas de Pamp. 5    
Subiza 3    
Beriáin 9    
       
V. de Aranguren 14 (13,3%)    
Badostáin 1    
Tajonar 9    
Zolina 4    
       
Tiebas-M. de Reta 3 (2,9 %)    
 

TOTALES

Nº asentamientos 30
  Nº de asociados 105
(Fuente: Relación de socios de la Cooperativa "Sierra de Alaiz", 1985).
Procedencia de los socios de la Cooperativa cerealista "Ororbia". (1985)
Cuenca de Pamplona
 

Nº de socios

 

Nº de socios

Cendea de Olza 49 (42,2 %)  Val de Echauri 17 (14,7 %)
Arazuri 10 Ciriza 2
Asiáin 5 Echarri 1
Ibero 8 Echauri 7
Izu 4 Arraiza 5
Izcue 3 Ubani 1
Lizasoáin 2 Belascoáin 1
Olza 1    
Ororbia 12  Cendea de Ansoáin 5 (4,3 %)
Orcoyen 4 Larragueta 1
    Loza 4
Cendea de Cizur 23 (19,8 %)    
Astráin 5 Cendea de Galar 3 (2,6 %)
Gazólaz 11 Galar 3
Larraya 2    
Paternáin 2 Valle de Ollo 2 (1,7 %)
Cizur Mayor 2 Arteta 1
Undlano 1 Beasoain 1
       
Cendea de Iza 17 (14,7%)    
Aldaba 4    
Atondo 2    
Erice de Iza Iza 2    
Iza 4    
Ochovi 3    
Sarasa 2    
 

TOTALES

Nº asentamientos 12
  Nº de asociados 116
(Fuente: Relación de socios de la Cooperativa "Ororbia". 1985).

NOTAS

1. Para el tema del cooperativismo en Navarra, analizado desde la óptica geográfica, puede consultarse, esencialmente: LIZARRAGA LEZAUN, Mª A., FLORISTÁN SAMANES, A., SANCHO COMINS, J., "Cooperativismo agrario", en Gran Atlas de Navarra Geográfico-Histórico. I. Geografía, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1986, pág. 17476. FLORISTÁN SAMANES, A., "Transformaciones modernas de la agricultura navarra", Aportación española al XXI Congreso Geográfico Internacional, Madrid, CSIC, 1968, pág. 89-100. Desde el punto de vista de las propias cooperativas: UNIÓN TERRITORIAL DE COOPERATIVAS DEL CAMPO (UTECO), Medio siglo en el campo de Navarra 1910-1960, Vitoria, H. Fournier, 1960, 96 págs. La evolución del cooperativismo navarro puede seguirse a través de La Acción Social Navarra, revista publicada desde 1903 por UTECO, que pasó a denominarse Acción cooperativa desde diciembre de 1987, y comenzó nueva numeración desde febrero de 1988 (nº 3).

2. Un artículo sobre la situación de las cooperativas en la C.E.E. es el de ALONSO SOTO, F., "Política comunitaria sobre cooperativas", en Acción cooperativa, nº 5 (abril 1988), pág. 25-29. Para una información amplia y continuada, pueden consultarse los informes publicados periódicamente por el COMITÉ GENERAL DE LA COOPERATION AGRICOLE DE LA C.E.E. (COGECA); entre sus publicaciones, resulta de gran interés: COGECA, Las Cooperativas agrarias y de la pesca en la C.E.E., Bruselas, septiembre de 1987. Para obtener información más detallada sobre el cooperativismo en los distintos países de la C.E.E., es preciso acudir a las publicaciones de los numerosos Consejos, Comités y Federaciones Agropecuarios nacionales.

3. Según el art. 7° del Reglamento de las sociedades y de las empresas cooperativas (B.O.E., 17 noviembre 1978), la denominación de la sociedad incluirá las palabras "Sociedad Cooperativa". Conviene señalar que, en la actualidad, y en tanto no sea aprobada la Ley Navarra de Cooperativas, para las que ésta tiene competencia exclusiva, se halla vigente en su territorio la muy General de Cooperativas del Estado de 1987.

4. Véase "El cooperativismo agrario en Navarra", en La Acción Social Navarra, nº 3.598 (1 abril 1979), pág. 22-23.

5. Véase el mapa confeccionado por Floristán sobre la distribución de las cooperativas en Navarra, en FLORISTÁN SAMANES, A., "Transformaciones modernas de la agricultura navarra", Aportación Española al XXI Congreso Geográfico Internacional, Madrid, CSIC, 1968, pág. 95. En este trabajo, el autor analiza, entre otros temas, el nacimiento y desarrollo del movimiento cooperativista en Navarra: fue a comienzos de siglo (1903-1904) cuando se crearon las primeras Cooperativas Agricolas Cajas Rurales, con el fin de luchar contra la usura, tan frecuente entonces en el campo español (pág. 96). Para este tema, puede consultarse también "1904-1979, 75 años de vida de la Acción Social Navarra", en La Acción Social Navaex nº 3.608 (septiembre 1979), pág. 6-8. En los años 1920, algunas de las cooperativas más antiguas disponían ya de graneros, como la de Artajona, creada en 1904, que inauguró su primer almacén en 1926. Otras, como la de Tudela, puesta en marcha en 1930, contaron con almacenes desde el principio. Muchas de estas "viejas" cooperativas, particularmente las de mayor tamaño, han ampliado progresivamente su capacidad de almacenamiento ante el incremento de la producción, la trayectoria del mercado de cereales y las recientes medidas adoptadas por el SENPA, por lo que no ha habido necesidad de crear otras nuevas. Pueden encontrarse noticias sobre la evolución reciente de algunas de ellas en la revista UAGN, nº 8 (mayo 1979), pág. 10-11 (Artajona); en La Acción Social Navarra, nº 3.602 Junio 1979), pág. 9-11 (Artajona), nº 3.653 (enero 1983) pág. 22-23 (Tudela), y en Acción Cooperativa, nº 3707 (enero 1988), pág. 42-46 (Cabanillas); nº 3 (febrero 1988), pág. 43-48 (Urroz); nº 4 (marzo 1988), pág. 43-48 (Caparroso); nº 5 (abril 1988), pág. 45-48 (Oteiza); nº 6 (mayo 1988), pág. 42-48 (Tudela); nº 7 Junio 1988), pág. 41-48 (Cascante); nº 8 Julio-agosto 1988), pág. 50-56 (Corella); nº 9 (septiembre 1988), pág. 58-64 (Falces); nº 10 (octubre 1988), pág. 58-64 (Sesma); nº 12 (diciembre 1988), pág. 42-48 (Peralta).

6. Véase el art. 40 del Reglamento, sobre Ayudas a la financiación, para la promoción y desarrollo del movimiento cooperativista.

7. Por ejemplo en "Sierra de Alaiz", las subvenciones ascendieron aproximadamente al 30 % de la inversión inicial, y al 45 % en la de Urroz. En 1979, la Diputación aprobó la concesión de 70 millones de pesetas en concepto de ayuda a las cooperativas cerealistas, a la que pudieron acogerse todas aquellas que iniciaron la construcción de almacenes con posterioridad al 1de enero de 1978, Actualmente, pueden recibir subvenciones del Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA), como ha sucedido en Urroz, por ejemplo. Cfr. ZARATIEGUI, J.M., "Urroz, una cooperativa en ascenso", en Acción cooperativa, nº 3 (febrero 1988), pág. 43-48.

8. En esos momentos -según información obtenida por encuesta-, la Caja Rural ayudó a las Cooperativas concediéndoles préstamos a corto plazo (préstamo puente) que cubrieron el período transcurrido entre la petición de los préstamos a otras entidades bancarias y su concesión. Para la financiación y plan de aportaciones de estas cooperativas, véase: "Tres nuevas Cooperativas en marcha' " en La Acción Social Navarra nº 3604 Julio 1979), pág. 67.

9. El Instituto Técnico y de Gestión del Cereal es un organismo creado en Navarra en 1980, junto a otros dos Institutos ganaderos: el del Porcino (ITGP) y el del Vacuno (ITGV), de estructura y finalidad semejantes. Se trata de empresas de servicios mixtas financiadas -mayoritariamente por el Gobierno de Navarra y por los agricultores y/o ganaderos. Tienen la misión básica de proporcionar asesoramiento técnico y de gestión económica a los pequeños empresarios agrarios, con el fin de lograr la modernización de las explotaciones familiares. En parte, son herederos del antiguo Servicio de Información Agraria de la Diputación de Navarra, y en parte, han recogido el modelo de organización y funcionamiento de los Institutos Técnicos franceses. El ITGC se encarga de los trabajos relativos a todos los cultivos, a excepción de praderas artificiales (que competen al ITGV) y la vid (que corre a cargo de la Estación de Viticultura y Enología de Navarra); de los servicios que ofrece, unos -la experimentación de variedades de cultivo, abonado, técnicas novedosas -se hacen extensivos a todos los agricultores y ganaderos de Navarra, y otros -asesoramiento técnico y de gestión se reservan a sus asociados, entre los que se hallan, obligatoriamente, las Cooperativas Cerealistas. La mejor fuente de documentación sobre los IITTGG y las labores que realizan es la revista Navarra Agraria, editada desde 1985, con periodicidad mensual, conjuntamente por los IITTGG, el Departamento de Agricultura, Ganadería y Montes del Gobierno de Navarra, y algunas otras sociedades adscritas a este último. En estos momentos me ocupo de la preparación de una publicación sobre estos "nuevos" organismos al servicio de agricultores y ganaderos.

10.El texto del acuerdo de subvención puede consultarse en "70 millones para las Cooperativas Cerealistas", en La Acción Social Navarra, nº 3607 (agosto 1979), pág. 12.

11.El capital social produce un interés del 11% anual. Véase el art. 31 del Reglamento, sobre capital social. La cantidad destinada al incremento de capital social es también variable, en función de la cosecha no se retiene nada para esta partida.

12.Generalmente, en septiembre se paga el 250¡0 de o que se calcula va a ser el valor total de la cosecha de cada socio; a finales de enero el 500¡0 ya fines de maex el 250¡0 restante; en agosto se hace el ajuste de cuentas, calculando el valor total en base al precio medio de venta del kilogramo de cereal en esa campaña. Además de cobrar en las fechas indicadas, el agricultor que lo necesite tiene la posibilidad de recibir dinero directamente de las entidades bancarias, mediante un aval de la Cooperativa en el que ésta certifica la cantidad de kilogramos que el socio ha entregado. Cfr. "Entrevista a Jesús Sola, presidente de la Cooperativa de Valdizarbe", en La Acción Social Navarra, nº 3598 (abril 1979); confirmado por encuesta en las Cooperativas de "Ororbia' y "Sierm de Alaiz". Mientras fueron colaboradoras del SENPA, estas cooperativas se beneficiaron del sistema de compra en depósito reversible, de resultados semejantes al que se ha descrito.

13. En las dos cooperativas de la Cuenca de Pamplona, el Consejo Rector tiene 10 miembros. La composición y funcionamiento de los órganos sociales se ajustan a lo establecido en el Reglamento, en su capítulo IV, sobre "Representación y gestión de la Cooperativa". Vid. art. 47 (Órganos sociales y Dirección), arts. 48-50 (sobre la Asamblea General), y arts. 55 y 57 (sobre el Consejo Rector y su composición).

14.Quedan todavía por realizar muchos proyectos más ambiciosos, tales como la instalación de molinos para la fabricación de piensos, de gasolinera o de taller de reparación de maquinaria agrícola. Para las funciones que les son propias, véase el art. 97 del Reglamento, sobre Cooperativas del Campo.

15. Para este tema, puede consultarse "Manejo de granos almacenados", en Navarra Agraria, nº 5 (junio-julio 1985), escrito por el equipo Técnico del ITGC, en el que se aplican detalladamente todos los procedimientos necesarios para conseguir una buena conservación del grano.

16."Cooperativa Agraria-Caja Rural (de Artajona): 75 años de historia", en La Acción Social Navarra, nº 3602 (junio 1979), pág. 11. Naturalmente, durante los primeros años de funcionamiento, estos beneficios se ven contrarrestados por los gastos de amortización de las instalaciones.

17.Hasta la apertura española al mercado internacional de abonos, eran las pocas "casas'. vendedoras quienes dictaban los precios; por lo general, los abonos se compraban en julio, antes de la subida de precios que solía tener lugar en agosto, recurriendo a los préstamos de campaña. El procedimiento era muy beneficioso ya que los descuentos conseguidos en las compras solían ser notablemente más elevados -el doble, incluso que el interés al que se conceden los préstamos de campaña. El acceso al mercado internacional ha transformado totalmente el panorama, porque actualmente se encuentran ofertas semejantes en cualquier mes del año.

18. LA Agropecuaria de Navarra es, tras el Reglamento de 1978, una Cooperativa de segundo grado, cuyos socios son las Cooperativas de primer grado (art. 15). Sus funciones y servicios se exponen en sus Memorias anuales, y vienen enumerados, en síntesis, en estos artículos: "LA función de UTECO", en La Acción Social Navarra, nº 3594 (enero 1979). pág. 24; "Estos son los socios de UTECO", en  La Acción Social Navarra, nº 3604 (julio 1979) y en Acción cooperativa nº 3706 (diciembre 1987), dedicada íntegramente a la Agropecuaria de Navarra.

19. El Reglamento de Cooperativas, puesto en vigor en noviembre de 1978 (B.O.E., 17 noviembre 1978). deja en libertad a éstas para asociarse o no a la Agropecuaria (vid. el art. 4.0 del Reglamento sobre "autonomía de las Cooperativas"). De las que pertenecen a esta última, unas son solamente "asociadas" y otras, además de asociadas, "comprometidas". Las primeras tienen libertad para utilizar o no, según sus conveniencias, los servicios de la Agropecuaria; las segundas se comprometen a comprar abonos, piensos, semillas y productos fitosanitarios a través de ella. En contrapartida. hacia las "comprometidas'. revierte el 70 % de la partida destinada al cierre de cada ejercicio anual a beneficio de las cooperativas, mientras que las "asociadas" reciben el 30 % restante. En 1984, según los datos ofrecidos en la Memoria de la Agropecuaria, había 134 cooperativas asociadas (5 de ellas provinciales y 129 "locales"), de las que 66 eran comprometidas, y alcanzaban el 87 % de la actividad total (o de la facturación estimada total).

20. En octubre de 1979, "el Ministerio de Agricultura publicó un decreto por el que se autorizaban alas cooperativas a obtener los títulos de productor multiplicador y a certificar esas semillas multiplicadas"; véase "Las cooperativas cerealistas estudian la creación de una planta de selección de semillas", en La  Acción Social Navarra nº 3614 (diciembre 1979). Para informarse sobre la producción de semillas, es de utilidad: HUICI CASTIELLA, J.M., Semilla de cereal, "LA Semilla certificada", en Acción. cooperativa nº 8 (julio-agosto 1988), pág. 13-16.

21. En principio, ese centro de selección trabaja para las cuatro cooperativas asociadas. pero está "abierto" para todas aquellas que quieran adherirse; cfr. "Un centro cooperativo de producción y selección de semillas certificadas (COSENA), en La Acción Social Navarra, nº 3633 (marro 1981), pág. 23.

22. Permitido por el art. 11.º del Reglamento.

23. UTECO insiste reiteradamente en sus informes sobre la necesidad de agrupar las pequeñas cooperativas locales cuya subsistencia se hace cada vez más difícil; ante esa situación, afirma: "han sido los propios agricultores los que han buscado la respuesta haciendo cooperativas por zonas, por valles, como las del cereal, que van sustituyendo a las antiguas a quienes el paso del tiempo envejeció": "El cooperativismo agrario de Navarra", en La Acción. Social Navarra, nº 3598 (1 abril 1979), pág. 22.

24.Datos recogidos en ZARATIEGUI, J.M., "Urroz una cooperativa en ascenso", en Acción. Cooperativa, nº 3 (febrero 1988), pág. 43-48.

25. En 1983-1984, entre las 27 cooperativas navarras exclusivamente cerealistas asociadas a UTECO, y atendiendo al volumen de facturación estimativa (es decir, de previsión de ventas para el próximo ejercicio) -aunque no al número de socios-, "Alaiz" ocupaba el segundo puesto tras la Asociación de Labradores de Tudela, y "Ororbia" el quinto, detrás de Valdizarbe y de la Cooperativa Agrícola de Santacara, como puede verse en la relación siguiente, elaborada mediante la Memoria 1983-1984 de la Agropecuaria de Navarra, Sociedad Cooperativa Limitada.

  Localidad Socios Facturación (miles depts)
1 Tudela 200 500.000
2 Torres ("Alaiz") 130 400.000
3 Ucar ( "Valdizarbe") 200 400.000
4 Santacara 400 300.000
5 Ororbia 107 275.000
6 Carcastillo 250 260.000
7 Tafalla 400 240.000
8 Oteiza 160 230.000
9 Villafranca 280 200.000
10 Artajona 620 200.000
11 Yerri 150 188.000
12 Arguedas 450 150.000
13 Urroz 32 130.000
14 Lerín 50 110.000
15 Larraga 50 105.000

 

El volumen de facturación no es proporcional al número de socios: las nuevas cooperativas tienen menos socios que las "antiguas", pero, en el caso de las no integradas en UTECO, al actuar también como entidades de compraventa con los no asociados, alcanzan volúmenes de facturación muy superiores a las demás. De las 134 cooperativas registradas en 1984 en la Memoria de UTECO, 48 contaban entre sus actividades la relativa a los cereales, pero sólo 27 son exclusivamente cerealistas y suministradoras de abonos, yen algún caso, de piensos. Es lógico que la maestría de las cooperativas de la Ribera trabajen al mismo tiempo en cereales y hortalizas, y unas cuántas en vinos, en función de las producciones agrícolas. En cambio, la inmensa maestría de las del Norte de la Navarra Media y las Cuencas Prepirenaicas son exclusivamente cerealistas.

Pero la situación de las cooperativas ha experimentado cambios muy notables desde 1984, año en que se efectuó la última -y única de los años 1980 Memoría de la Agropecuaria en Navarra que ofrece datos desglosados por cooperativas. "Valdizarbe" es, actualmente, mayor que "Alaiz"; numerosas cooperativas veteranas de las comarcas meridionales de Navarra han ampliado sus instalaciones (Arguedas, Andosilla, Arróniz, por ejemplo); otras se han renovado en su conjunto (Tudela); algunas han creado nuevas secciones de cereal (Sesma, Fustiñana); han aparecido otras nuevas cooperativas cerealistas (Lerín, Los Arcos, Lumbier, Liédena, Valdorba, Ujué, Sesrna); han desaparecido muchas pequeñas cooperativas decadentes, y se han fusionado otras (las vinícolas de Cascante y Los Arcos). En la actualidad, la Agropecuaria lleva a cabo una labor de recopilación de datos en toda Navarra -de los que espero disponer en un plazo de tiempo no muy dilatado-, que permitirán la necesaria revisión \y puesta al día de la información.

26. En el caso de "Ororbia", "el lugar de ubicación se eligió por ser centro de comunicación, y punto céntrico de todas las aldeas"; sin embargo, "el costo del terreno, por su situación de zona industrial y de buenas comunicaciones, representa un porcentaje alto sobre el total de la inversión"; "Tres nuevas Cooperativas en marcha", en La Acción Social Nacional, nº 3604 (julio 1979), pág. 8. Además, el medio ambiente no parece ser el más propicio para la conservación del cereal, dada la humedad existente por la cercanía del río Arga y la contaminación que originan las industrias, sobre todo "Unión Carbide", localizada a muy poca distancia de los silos.

27. Como puede verse en las relaciones que se ofrecen a continuación, de los 105 socios que componían "Sierra de Alaiz" en 1985, el 39 % procedían del Valle de Elorz, yel 58 % de los municipios colindantes: Galar y Aranguren en la Cuenca de Pamplona, y Unciti, Monreal e Ibargoiti en la de Lumbier-Aoiz. En el mismo año, en "Ororbia", el 42 % de los 116 socios eran vecinos de la Cendea de Olza, y el 55 %, de los valles limítrofes, pertenecientes todos ellos a la Cuenca de Pamplona: Cendea de Cizur, Val de Echauri, Cendeas de Iza, Ansoáin y Galar y Valle de Ollo. A su vez, las encuestas realizadas en las cooperativas indican que alrededor del 80 % de los agricultores del área de "Sierra de Alaiz", y aproximadamente el 60 % de los del ámbito de "Ororbia" están integrados en ellas; en Valdizarbe la proporción se eleva al 90 %; en Urroz, son pocos los agricultores que quedan fuera de la cooperativa, pero poseen las explotaciones de mayor tamaño; en 1988 tenía 78 socios procedentes de unos 25 pueblos. La disminución del porcentaje en el área de "Ororbia" está relacionada con la mayor importancia de la ganadería, que se alimenta principalmente con cereales y forrajes obtenidos en la propia explotación.