ITINERARIO Nº 8

 

LA CUENCA ALTA DEL RIO AYUDA :

SECTOR COMPRENDIDOENTRE OKINA Y SASETA

 

María José GONZALEZ AMUCHASTEGUI

Universidad del País Vasco

 

 

1.- INTRODUCCION

El itinerario propuesto se sitúa en Alava, al SE de Vitoria, en la cuenca alta del río Ayuda, concretamente se extiende entre las localidades de Okina y Sáseta, perteneciente ésta última al condado de Treviño y por tanto administrativamente a Burgos. Se trata de una zona que conforma un corredor natural en los montes de Vitoria y que sirve de comunicación entre la Llanada alavesa y la cuenca de Treviño. Presenta una altitud media elevada como consecuencia de las distintas cumbres que se alzan en este sector, siendo Kapildui el monte más elevado con 1.180 m. de altitud; el talweg del río Ayuda por su parte, salva un desnivel total de 120 m. entre las localidades citadas (780- 660 m.), con un curso caracterizado por la presencia de rápidos y pequeñas cascadas.

Situacion de Alava en la peninsula iberica

Su localización al sur de la divisoria cantábrico-mediterránea y al norte de la Sierra Cantabria, cordal que limita la zona mediterránea claramente definida, hacen de este sector una zona de transición en el que confluyen las influencias del mundo oceánico y del mediterráneo, dotándole de una indefinición clave a la hora de valorar su riqueza ecológica.

Topográficamente en la zona destaca la presencia de valles encajados recorridos por los principales ríos a los que confluyen barrancos de pronunciado perfil longitudinal. Los sectores culminantes (Cuesta de Izarza, Montecicos, Cuesta de Santa Lucía), se caracterizan por la suavidad topográfica y en ellos predomina una vegetación mediterránea que contrasta con la atlántica que abunda en los valles. Este hecho corrobora el carácter transicional de este sector

2.- CLIMA

La disposición del relieve regional influye de manera determinante en la caracterización climatológica de esta zona. En efecto, la presencia de alineaciones montañosas de dirección preferente E-W, supone la existencia de una serie de barreras que frenan la penetración de la humedad.

Climáticamente la zona que nos ocupa se inscribe en el dominio del clima oceánico del interior, también denominado de transición atlántico-mediterránea que se extiende por la zona central de Alava (valles alaveses, la Llanada, Treviño, la Montaña y las estribaciones de Gorbea), desde la divisoria cantábrico-mediterránea hasta la Sierra Cantabria. Se caracteriza por una dinámica atmosférica, tipos de tiempo y régimen pluviométrico de tipo fundamentalmente cantábrico, aunque matizado por una influencia mediterránea que se plasma en la existencia de una poco marcada sequía estival y una oscilación térmica mayor que la que se registra en la costa.

En esta zona no existen estaciones meteorológicas que ofrezcan una serie de datos lo suficientemente continua para establecer una caracterización climática precisa; tan sólo existen algunas estaciones pluviométricas que ofrecen generalmente series incompletas que no abarcan los 30 años recomendados por la Organización Meteorológica Mundial para la elaboración de valores medios representativos. Por ello hemos recurrido al observatorio de Vitoria para realizar una aproximación al clima regional, sin olvidar que las diferencias existentes (altitud, topografía...) en la localización de este observatorio y el sector del río Ayuda aquí analizado, introducen matizaciones a veces importantes entre ambos.

Datos del observatorio:

Longitud: 2° 40' W í

Latitud 42º 51' N

Altitud: 542 m.

2.1. Precipitaciones

En el el período 1931-1960, Vitoria registró una media anual de precipitaciones de 845,4 mm., distribuidos mensualmente del siguiente modo:

Mes  P. p.mm.
Enero 89,8
Febrero 85,2
Marzo 67,8
Abril 70,2
Mayo 76,5
Junio 69,4
Julio 33,1
Agosto 42,0
Septiembre 64,1
Octubre 82,5
Noviembre 73,9
Diciembre 90,9

 

El invierno aparece como la estación más lluviosa:

Distribución estacional de las precipitaciones:

Invierno: 31,4%

 Primavera: 25,4%

 Verano: 17, 1%

Otoño: 26, 1 %

El mes más lluvioso (Fig. 2) es diciembre con 90,9 mm. de media, lo que representa un 10' 7% de la media anual, seguido muy de cerca por noviembre que presenta una media de 89,8 mm. Puede apreciarse en el diagrama de Walter-Gaussen un máximo secundario centrado en mayo, dato que junto a la presencia de una poco marcada sequía estival, están indicando la matizada mediterraneidad de este sector.

El verano por tanto es la estación más seca y dentro de ella destaca julio como el mes más seco, al presentar una media anual de 33, 1 mm.

La mayor parte de las precipitaciones se producen en forma de lluvia, distribuidas por término medio en 145 días y siendo diciembre el mes más lluvioso con un promedio de 16,2 días; también son frecuentes las nevadas con una media anual de 14,3 días al año, valor que se ve incrementado en los Montes de Vitoria. Los días de tormenta presentan una media anual de 11 ,5 y los de granizo de 3,6.

2.2.- Temperaturas

La temperatura media anual registrada en el observatorio de Vitoria en el período 1931-60 es de 11, TC, con una oscilación térmica anual considerable (14,8°C).

Mes Tª ºC
Enero 4,5
Febrero 5,3
Marzo  8,7
Abril 10,4
Mayo  13, 1
Junio 16,7
Julio 18,9
Agosto  19,3
Septiembre 17,2
Octubre  12,7
Noviembre 8,3
Diciembre 5.6

Los inviernos son fríos, destacando enero que con 4,5°C de media constituye el mes más frío del año; en este sentido hay que indicar también que la media de las mínimas de este mes es de 1,3° y una mínima absoluta de -17,8°C. En este contexto, las heladas son un fenómeno muy frecuente que presenta una media de 38,5 días, centrados fundamentalmente entre noviembre y abril, aunque no están ausentes en los meses de mayo y octubre y más excepcionalmente en junio. La fecha más frecuente de la primera helada es la primera década de noviembre y la de la última la tercera década de abril.

Los veranos son generalmente suaves, destacando agosto como el mes más cálido con 19,3°C de media, aunque con amplias oscilaciones diurnas.

3.- GEOMORFOLOGIA

En primer lugar enmarcaremos geomorfológicamente la zona alta de la cuenca del río Ayuda para pasar con posterioridad a aspectos referidos al modelado del sector. Como primer gran marco estructural, la zona se inscribe en el llamado umbral vasco que sirve de enlace entre la Cordillera Cantábrica y la cadena pirenaica, conformando una zona menos elevada entre ambas; esta gran unidad encuentra su límite meridional en la Sierra Cantabria, al sur de la cual se extiende la depresión del Ebro.

Esquema tectonico

Dentro de esta primera gran unidad puede diferenciarse un conjunto de alineaciones montañosas que de W a E recorren el País Vasco; estas son la divisoria de aguas de las vertientes cantábrica y mediterránea, las sierras centrales que limitan la Llanada alavesa al N. y la cuenca de Treviño al S., y la Sierra Cantabria. De todos ellos, son las sierras centrales las que presentan un mayor interés para nosotros ya que en ellos se localiza la zona que nos ocupa.

Las sierras centrales -Enzia, Iturrieta, Montes de Vitoria y Tuyo- se localizan en la zona central de Alava, recorriéndola de E a W con una continuidad notable aunque no presentan altitudes muy importantes, alcanzando la máxima altura en Kapildui con 1.180 m. La disposición de estas sierras ejerce, como ya se ha mencionado más arriba, una influencia importante en el clima regional, al actuar como pantalla climática. En su sector oriental, estas sierras enlazan con otro conjunto de cordaJes que complican la organización topográfica de esta zona.

Más concretamente, Okina se sitúa en el núcleo oriental de los Montes de Vitoria, éstos constituyen la continuación hacia el W de la Sierra de Enzia e Iturrieta; sus alturas no son muy prominentes y aunque conforman una "muralla" bastante continua, presentan numerosos collados y puertos que permiten la comunicación entre la Llanada y la cuenca de Treviño. En uno de estos pasos se sitúa el puerto de Okina, en un sector de cordal de altura uniforme en torno a los 900-1.000 m. y con altitud es importantes en su entorno: el citado Kapildui al E y Palogán al W (1.041 m.).

En este sector, al igual que en el resto de la alineación, las vertientes presentan una fuerte disimetría, con laderas septentrionales mucho más pendientes con un salto de unos 400 m., mientras que la vertiente meridional que desciende hacia Sáseta es mucho más suave y regular. Esta disimetria se explica porque los Montes de Vitoria constituyen el flanco sur del gran sinclinal de Urbasa que penetra en Alava y pasa a denominarse sinclinal de MirandaTreviño (Fig. 3), con una dirección general WNW- ESE. En él los materiales del terciario continental forman un amplio sinclinal asimétrico debido a la migración del eje de máxima subsidencia durante la sedimentación. Como consecuencia el flanco N. queda en resalte conformando un cresterío que da lugar a los Montes de Vitoria.

En conjunto, este flanco septentrional constituye una serie monoclinal que buza suavemente al sur, con presencia de fallas normales tan sólo en la zona próxima a la terminación del anticlinal de Zuazo.

Litológicamente este sector se caracteriza por el dominio absoluto de los materiales calcáreos, con edades que abarcan desde el Cretácico superior hasta el Mioceno. Centrándonos más en el sector recorrido por el itinerario y desde una edad más antigua a otra más moderna, en primer lugar, se sitúan los materiales del tránsito Cretácico-Paleoceno, formados por una alternancia de calizas blancas y margas dispuestas en estratos de potencia decimétrica a métrica que suelen dar lugar a pequeños escarpes y que forman una estrecha banda observable en el pueblo de Okina. A continuación se sitúa un nivel de edad paleocena, compuesto por un primer término de calizas bien estratificadas, margas, calizas arcillosas y calizas oolíticas con una potencia máxima de 200 m. y dispuestas con una alternancia irregular; por encima se dispone un segundo nivel formado por calacarenitas bioclásticas algales y coralinas.

En discordancia erosiva sobre los materiales paleocenos aparece un conglomerado de edad miocena formado por cantos calcáreos, aunque también existen algunos silíceos dispersos, de gran heterometría y tamaños próximos al metro. Los cantos se hallan dispuestos en barras métricas y decamétricas y presentan contactos de presión- disolución y una escasa matriz microconglomerática. En la sección de Okina-Sáseta analizada por ell.G.M.E. (1979), se ha medido un espesor de 150 m. de conglomerados; éstos se formaron a partir del desmantelamiento de los relieves calizos septentrionales en un medio de abanicos aluviales, de los que constituyen las facies proximales. Se pueden observar estos conglomerados en la cabecera del barranco de Arroja y en las paredes del valle del río Ayuda en las proximidades de Sáseta.

En relación con los aspectos morfológicos, hay que señalar la confluencia de dos sistemas morfogenéticos, el fluvial y el kárstico, de cuya combinación resulta el paisaje que actualmente podemos ver. El modelado fluvial ha desempeñado un papel fundamental a lo largo del Cuaternario; de hecho es el valle del río Ayuda el elemento protagonista del paisaje de este sector en el que actúa como eje colector de las aguas.

El Ayuda ha dibujado un cañón de paredes con desniveles superiores a los 100 m., aunque no muy estrecho. Además existen una serie de barrancos que muerden las laderas y que sirven para evacuar las aguas procedentes de las suaves plataformas que circundan el valle. Las aguas en numerosas ocasiones afloran en manantiales situados en el contacto entre litologías de distinta permeabilidad; en estos puntos es muy frecuente la presencia de acumulaciones tobáceas. La dinámica de estos barrancos -entre los que destaca el de Arrola-, difiere de la del río Ayuda por sus perfiles longitudinales mucho más pendientes ya que en un tramo muy corto deben salvar un desnivel importante, de ahí que posean una dinámica más torrencial, con cauces salpicados de continuas rupturas de pendiente y cascadas.

En cuanto al modelado kárstico, sus manifestaciones pueden apreciarse fundamentalmente en las zonas cimeras, así como en la presencia de cavidades y formas caprichosas de la roca originadas por su disolución. Entre ellas, destaca la sima de Okina -silo de Okina-, localizada en una explanada al E del pueblo, en cuyo centro se abre una boca circular de 12 m. de diámetro y 32 m. de profundidad. Sobre ella, y al igual que ocurre en otras zonas con fenómenos kársticos de este tipo, existe una leyenda del siglo XIV, según la cual había en su interior un becerro de oro macizo que era defendido por seres diabólicos.

También en relación con el modelado kárstico, destaca la importante presencia de acumulaciones tobáceas asociadas tanto al fondo del río Ayuda como a las surgencias de aguas procedentes del karst profundo y que constituyen el depósito correlativo de fases de karstificación (NICOD, 1986); contienen una importante información paleoecológica a partir de la cual se puede establecer la evolución geomorfológica del medio. Sobre sus condiciones de formación, rasgos sedimentológicos y facies, ya se ha hablado en otro capítulo por lo que no incidiremos en este aspecto.

Las acumulaciones tobáceas que aparecen en este sector no alcanzan la importancia ni esbeltez morfológica de los edificios de otros sectores de la cuenca del Ebro, pero su presencia y reiteración en la mayor parte de los valles de la zona permiten erigir a estos edificios en los ejes conductores de la evolución geomorfológica de este sector de la vertiente mediterránea, al menos en lo que a las fases propicias para su formación se refiere, y que asociamos a los momentos de biostasia, entendida ésta en un sentido amplio.

En el valle del río Ayuda y en el barranco de Arrola aparece una pequeña terraza tobácea (+5-7 m.) constituida fundamentalmente por facies calcareníticas en las que puede apreciarse la presencia de pequeños elementos biogénicos de destrucción. También en el fondo de ambos puede apreciarse la precipitación actual de carbonatos, generalmente asociada a la presencia de pequeñas rupturas del talweg; ésta es muy superior en el barranco de Arrola, donde se constata la fosilización de pequeños restos (tallos, hojas...) por la capa carbonatada que en ocasiones presenta espesores importantes, elemento éste de gran interés ya que podría permitir el establecimiento de "testigos" con el fin de analizar las tasas anuales de crecimiento tobáceo.

En este mismo barranco se sitúa el mejor ejemplo de acumulación tobácea, con un espesor superior a los 15 m. y formado fundamentalmente por facies biogénicas entre las que se aprecian con facilidad los restos de hojas, céspedes, malacofauna... En la actualidad este edificio está siendo desmantelado por la circulación hídrica procedente de una surgencia. En la cabecera del barranco aparece una cascada tobácea cuya magnitud testimonia la existencia en el pasado de caudales superiores como se plasma en el tipo de facies tobáceas (flecos, penachos...) y hoy recorrida por una pequeña corriente. En este barranco aparecen también pequeños aterrazamientos de escaso espesor formados por cantos perfectamente rodados que podrían inducir a pensar en unos índices de rodamiento y una dinamica de los que difícilmente este barranco podría ser responsable dada su escasa longitud. Su explicación hay que buscarla en los bancos conglomeráticos de edad miocena que aparecen en la cabecera de este arroyo, a partir de los cuales se han ido liberando los cantos por disolución de su matriz.

Por otro lado, es muy frecuente la existencia de pequeñas cascadas tobáceas en las que también se constata la precipitación actual de carbonatos fundamentalmente en la zona de desembocadura de los barrancos laterales en el río Ayuda.

Otro elemento morfológico importante es la presencia de canchales que tapizan las laderas del cañón del Ayuda y formados por cantos de caliza muy rodados cuyo área madre vuelve a ser el conglomerado mioceno situado en las partes altas.

4.- HIDROGRAFIA

El río Ayuda es el principal colector de las aguas de este sector; la zona se sitúa en la vertiente mediterránea al ser el Ayuda un afluente del Zadorra y éste del Ebro.

El río Ayuda nace en los Montes de Vitoria en la base del Kapildui. Inicialmente sigue una dirección E-W girando hacia el S en las proximidades del puerto de Okina hasta llegar a Urarte donde vuelve a cambiar de rumbo, ahora W, y posteriormente NW mientras recorre la cuenca de Treviño; en su tramo final marcha en dirección SW desembocando en el Zadorra tras un recorrido de 43 km. Recibe numerosos afluentes en ambos márgenes sirviendo de colector de las aguas procedentes de la vertiente meridional de los Montes de Vitoria, así como de los Montes de Izkiz, Jaundel, Moraza y Chulato.

Presenta un perfil suave, más pendiente en su tramo alto y va progresivamente suavizándose a medida que avanzamos hacia su desembocadura; tiene un régimen pluvial oceánico muy semejante al del Zadorra, con un caudal absoluto de 3,03 m3/seg y relativo de 9,881/seg/km2 y caudales máximo y mínimo registrados en 1961 y 1957, de 5,9 y 1,31 m3/seg (RUIZ URRESTARAZU y GALDOS, 1983).

A la vista del gráfico puede apreciarse una situación de aguas altas en invierno y primavera con un máximo en febrero y de aguas bajas en verano que se alarga a los meses de invierno; en este caso es el mes de septiembre el que presenta los mínimos caudales anuales; a partir de octubre comienza la recuperación como consecuencia de la llegada de las lluvias otoñales.

5.- EL PAISAJE VEGETAL

En primer lugar podemos establecer una pequeña introducción sobre la vegetación potencial y la real. En cuanto a la primera hay que señalar que nos encontramos en una zona de dominio del hayedo, que se extendería por las umbrías y por las suaves planicies que ocupan la parte superior de este sector; los robledales de Quercus robur ocuparían los fondos de los valles caracterizados por los suelos más ricos y profundos, y finalmente los quejigares se dispondrían con una localización intermedia entre los hayedos y los robledales.

Si esta es la situación potencial, el paisaje vegetal que actualmente podemos observar se compone por distintas formaciones que constituyen un mosaico de gran interés. Así desde Okina hacia el sur y siguiendo el cauce del río Ayuda, tras atravesar una zona de cultivos, llegamos a una formación de hayedo, denominada "hayedo calcícola o eutrofo". Se dan mosaicos entre los hayedos eutrofos desarrollados en las zonas deprimidas más ricas y los calcícolas petranos, desarrollados en los sectores más pedregosos. Esta formación vegetal se desarrolla sobre suelos neutros o moderadamente ácidos a pesar de que nos hallamos en un sector de dominio de los roquedos calizos; ello se debe a las precipitaciones que producen un intenso lavado de los roquedos y de sus bases. Son además zonas de calizas muy karstificadas lo que tiene como consecuencia una disponibilidad hídrica menor a la esperada debido a la emigración rápida del agua en profundidad a través del suelo.

Este tipo de hayedo presenta masas importantes y en buen estado de conservación en los Montes de Vitoria. Aparecen como plantas representativas los dos majuelos del País, el Crataegus monogyna y el Crataegus laevigata que conviven en las montañas de transición; también aparece la Carex sylvatica, Allium ursinum o la Hepática nobilis, entre otras. En los puntos donde el terreno se hace más escarpado como en las proximidades de los cantiles por ejemplo, aparece con carácter permanente un bosque mixto en el que podemos destacar la presencia de tejos.

Continuando hacia el sur y fundamentalmente en las planicies elevadas de la zona, aparece la segunda formación vegetal, constituida por el quejigal subcantábrico perfectamente adaptado a las condiciones climáticas de la zona y que encuentra su óptimo en las comarcas de transición. En muchos casos esta formación se desarrolla sobre suelos frescos con buena capacidad de retención del agua, lo que les hace de buena calidad para el cultivo, factor que ha hecho que el quejigal se haya visto muy mermado como consecuencia del ataque antrópico. Como principales plantas del quejigal podemos destacar el quejigo ( Quercus faginea), el askarrio (Acer campestre), el acebo (llex aquifolium), el Viburnum Lantana, al aligustre (Ligustrum vulgare)...

En las zonas de solana y en contacto con esta formación, aparecen manchas de carrascal montano subhúmedo, sobre todo en zonas de calizas y conglomerados con matriz arenosa. Sus principales especies son la encina carrasca ( Quercus ilex subsp. rotundifolia), el madroño (Arbutus unedo), el enebro (Juniperus communis), la carrasquilla (Rhamnus alaternus), la rubia (Rubia peregrina), y el olivillo (Phillyrea latifolia); también abundan en las zonas de claros, la Genista hispánica, el brezo (Erica vagans), la jara (cistus salvifolius), Gayuba (Arctostaphylos uva-ursl)...

En esta zona de los Montes de Vitoria la formación de carrasca presenta un estado de conservación muy superior al de otras zonas del sector, sin embargo no forma grandes extensiones sino que se encuentra interrumpido por zonas de matorral.

La formación de matorral recibe el nombre de "prebrezal subcantábrico petrano" y suele constituir en este sector una etapa de sustitución del carrascal aunque también presenta un carácter permanente sobre paredes y repisas rocosas. Las dos especies más abundantes son la Erica vagans y Genista hispánica, aunque también aparecen otras especies como el Brachypodium pinnatum, He/ianthenum nummu/arium, Sese/i cantabricum.

Finalmente, hay que hablar de una última formación que alcanza una extensión relativamente importante en este sector: el bosque mixto calcícola. Es un tipo de vegetación que se halla ligada a la roca ya unas condiciones de inestabilidad muy determinadas como son la existencia de aclareos naturales por desprendimientos de bloques; afloramiento de la roca; dificultad para la formación de suelos en zonas de fuerte pendiente; inestabilidad edáfica por deslizamientos...

Estos bosques destacan dentro del dominio del hayedo, y ello como consecuencia del monoespecifismo de este bosque; su desarollo es posible gracias precisamente a esas condiciones de inestabilidad ya que permiten la colonización de unas especies que de otro modo serían incapaces de sobrevivir bajo la sombra del hayedo.

Entre las especies que componen el bosque mixto, citamos el tejo (Taxus baccata), el mostajo (Sorbus aria), el fresno (Fraxinus exce/sioi), el Acer opa/us, el olmo (U/mus g/abra), el quejigo (Quercus faginea), el haya (Fagus sylvática), el askarrio (Acer campestre), majuelo (Crataegus monogyna, C. /aevigata), la hiedra (Hedera He/ix), el sauco (Sambucus nigra), el endrino (Prunus spinosa), o el durillo (Ame/anchier ova/is), o el boj (Buxus sempervirens). El estrato herbáceo está compuesto por una alternancia de zonas donde aflora la roca y lugares deprimidos donde se acumula la hojarasca lo que permite la formación de un suelo rico y fresco.

6.- ITINERARIO PROPUESTO

El itinerario propuesto parte del pueblo de Okina, localidad situada al SE de Vitoria. Para llegar a este punto debemos tomar la carretera que va a Otazu sigue por Bolívar y Ullivarri de los Olleros y termina en Okina. Este pueblo, situado en el camino viejo de Santander que unía Vitoria con Bernedo, presenta como monumento de interés la Iglesia de la Asunción con portada protogótica del siglo XIII. Frente a la fuente del pueblo parte un camino que no debe confundirse con el que bordea el río Ayuda, sino que deja entre éste y el camino una franja ocupada por cultivos.

1. El camino en sus inicios es ancho y no presenta ninguna dificultad; recorre una zona de pequeña pendiente que va siguiendo el río y circundado por un seto vivo compuesto por avellanos, arces, majuelos, endrinos, fresnos, arces, quejigos, boj... Este tramo se desarrolla sobre materiales calcáreos de edad paleocena que conforman las paredes del valle. La continuidad del cantil se ve interrumpida por la presencia de arroyos; también aparecen algunos manantiales (fuente Sarona) y puntos donde rezuma el agua y que se encuentran ocupados por vegetación higrófila y cuya localización se sitúa en el contacto entre las capas calizas y las menos permeables margosas. Pueden apreciarse pequeñas manchas de hayedo en las laderas.

El camino continúa hasta llegar a un refugio que se encuentra cercado y que constituye la muga entre Alava y Treviño.

2. En este punto se produce la desembocadura el Barranco de Arrola en el río Ayuda en una zona de explanada. El itinerario continua bordeando este barranco hasta su cabecera. En la parte izquierda puede apreciarse la existencia de una serie de pequeñas coladas travertínicas asociadas al contacto entre calizas y margas. Asimismo, asociada al cauce del Barranco de Arrola se detecta la presencia de una terraza tobácea (+5-7m.) eminentemente calcarenítica, así como la precipitación actual de carbonatos en el fondo del barranco recubriendo pequeños restos vegetales como trocitos de tallos, hojas.., y con espesores en algunos casos considerables. En las paredes rocosas del valle aparecen pequeñas concavidades y abrigos que constituyen el reflejo de una karstificación intensa; éstos además crean las condiciones idóneas para el anidamiento de distintas especies de aves.

A medio camino en el ascenso del Barranco de Arrola, aparece un edificio tobáceo de importantes dimensiones. La complejidad de sus facies dificulta su catalogación en un tipo u otro de edificio, siendo posible que en el confluyan distintos tipos de dinámicas; en cualquier caso, hay un dominio de las facies biogénicas y en él pueden reconocerse con facilidad los restos de hojas, céspedes así como de moluscos que han quedado incrustados en la masa tobácea. Actualmente en el interior del edificio se está produciendo una circulación hídrica procedente de una surgencia situada en la ladera y que seguramente se halla relacionada con la antigua fuente de alimentación del edificio tobáceo. Este hecho está produciendo por un lado la destrucción de la acumulación a la vez que la generación de un edificio adyacente de menores dimensiones.

También asociados al fondo del barranco aparecen pequeños niveles de acumulación fluvial compuestos por cantos muy redondeados y que se corresponden con las "falsas terrazas" anteriormente comentadas cuyo área madre se encuentra en los conglomerados miocenos que se disponen en la cabecera del arroyo y formando faraIlones en las paredes del valle; a partir de estos cantiles se ha formado también un coluvión que tapiza las laderas.

En su cabecera el barranco presenta una ruptura de pendiente que es salvada a partir de una cascada travertínica semejante a las coladas estalagmíticas que aparecen en las cuevas. Está compuesto por cascadas carbonatadas recubiertas por musgos y en las que se registra una precipitación tobácea actual; además pueden apreciarse facies de penachos y flecos que señalan el claro carácter residual de las formaciones tobáceas actuales.

La vegetación de todo este sector está compuesta por el bosque mixto antes mencionado y cuyo desarrollo como hemos visto que está claramente limitado por factores geomorfológicos. Destaca en esta formación la presencia de ejemplares de tejos imponentes.

3. La parte superior está dominada por la planicie de Montecicos; aqui el camino es más impreciso ya que son muy abundantes las sendas para el ganado; debemos seguir hacia el sur hasta el siguiente barranco donde aparece un abrevadero de donde parte una pista. Nos encontramos en el dominio de los conglomerados mic>cenos cuya disposición tectónica da como resultado una topografía suave en la que domina el carrrascal y el quejigal, distribuidos en función de las características del sustrato, de tal modo que los carrascales se sitúan sobre los suelos más pobres y pedregosos dando lugar a masas muy clareadas entre las que se sitúan manchas de matorral formado por brezo, brecina y enebro. Los quejigales se localizan en las pequeñas hondonadas donde el suelo es más rico. Toda esta zona presenta un uso ganadero que convive con otro tipo de fauna compuesta por jabalíes, zorros y otros mamíferos.

El camino continúa hacia el sur y tras recorrer la cuesta de Santa Lucía enlazamos con el camino que va de Sáseta a Okina. Justo antes de llegar a este punto, el camino describe una curva cerrada en la que puede apreciarse la disposición de los materiales en la que alternan niveles conglomeráticos con otros arenoso-arcillosos.

4. Este tramo del itinerario supone el recorrido del río Ayuda desde las proximidades de Sáseta hasta Okina. En este sector el río atraviesa los materiales conglomeráticos generando un valle de paredes estrechas y morfología irregular como consecuencia de la alternancia de niveles de conglomerados más resistentes a la erosión y otros de naturaleza margosa o limoarcillosa. Las laderas de las dos márgenes del río están tapizadas por los cantos redondeados procedentes del conglomerado, conformando un coluvión de peculiares características.

El valle se ve interrumpido por la existencia de barrancos laterales de características semejantes a las del Arrola, aunque de dimensiones inferiores; a partir de ellos se canalizan las aguas procedentes de surgencias kársticas lo que provoca la presencia reiterativa de acumulaciones tobáceas del tipo de las descritas con anterioridad y que en algunos casos han sido alteradas por la presencia del camino. El cauce del río está formado por pequeñas irregularidades que conforman saltos de agua en los que también se ha detectado la precipitación actual de carbonatos. Sus márgenes están colonizados por una vegetación ripícola en la que abundan los sauces así como ejemplares salteados del resto de las formaciones que conforman el paisaje vegetal de esta zona.

Continuado el camino aguas arriba llegamos en primer lugar al refugio en el que desemboca el barranco de Arrola y finalmente al punto de partida situado en Okina.

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