Lurralde inves. esp.

21 (1998)

p. 121-154

ISSN 1697-3070

 

GEOGRAFIAS GUIPUZCOANAS DE LA MODERNIDAD (3)

ANONIMO DE 1569 Y ARNAUD D´OIHÉNART (1592-1668)

 

Recibido: 1998-09-01

 

 José Luis ORELLA UNZUÉ

Universidad de Deusto (San Sebastián)

Pº Mundaiz, 50. - San Sebastián

 

 

LABURPENA

 Aurreko artikuluen ildoari jarraiki, artikulu honek ere euskal geografia historikoa jorratzen du.

Zehazkiago, XVI. mendearen bigarren erdiko eta XVII. mendearen hasierako bi euskal autoreen lanak

 

ABSTRACT

As in previous articles this one handles with Basque historical geography. To sum up, it focuses on two Basque authors of the second half of 16 th. century and first years of 17 th. century.

 

RESUMEN

1. Anónimo de 1569. Geografía física. Geografía humana. Geografía económica: a) ferrerías; b) comercio y navegación; c) pesca; d) agricultura.2. Arnaud d´Oihénart. Vida. Obras. La concepción histórica: a) el método histórico; b) el objeto histórico.

Las ideas geográficas sobre Gipúzcoa: Guipúzcoa. Geografía física: a) la extensión de Guipúzcoa; b) las regiones; c) la Guipúzcoa vascona: Içurun o Pusito. d) los ríos de Guipúzcoa; Geografía humana. Geografía económica: a) agricultura; b) industria naviera; c) industria minera y ferrerías; d) pesca. Geografía rural y urbana.Geografía jurídica: a) las fuentes jurídicas; b) las instituciones. Geografía histórica: a) origen ultrapirenáico de Guipúzcoa; b) bajo el dominio del reino de Pamplona; c) bajo dominio castellano. Geografía eclesiástica. Geografía lingüística: a) estudio de los corónimos; b) Tubalismo; c) Vascoiberismo; d) Cantabrismo. Otras citas guipuzcoanas de Oihénart. Apéndices. Bibliografía.

 

1. ANONIMO DE 1569

Carmelo Echegaray en sus “Curiosidades bascongadas” nos aporta una descripción geográfica de Guipúzcoa del siglo XVI que la toma de Daniel CELLARIO FERRIMONTANO en su “Speculum Geographicum” publicado en Amberes, 1569 (1577 según otros), con el título de “Nova et exactissima descriptio nobilis provinciae Guipuscouae, in partibus Hispaniae sitae’. La obra de Cellario se compone de dos tomos en folio (42 x 29 cm.), e incluye un mapa de Guipúzcoa.

1.1. Geografía física

Afirma que Guipúzcoa era llamada vulgarmente la Provincia. Está situada en el lado septentrional de España. fronteriza con Galia. Comienza en Fuenterrabía, pero por la parte meridional está cercana a Cantabria. Se extiende dentro del mismo reino desde Oyarzun a San Adrián, siendo este poblamiento como el ombligo de toda la provincia y desde esta parte se extiende hacia el ocaso del sol mirando a Alava y en la parte occidental están las fronteras de Aramayona y de Bizcaya. Mientras que en la parte septentrional del Océano está Motrico que es el primer poblamiento de la provincia hasta llegar a Fuenterrabía. Tiene por lo tanto como circuito treinta y seis millarios.

Es una región de clima templado ya que en ella no se siente ni las molestias del frio ni los ardores vehementes del sol. Tiene un cielo húmedo e inconstante. Está en el sexto clima que pasa por el Ponto Euxino. La latitud o elevación está en San Andrés, el cual es el principio de la misma provincia por el Meridiano, con cuarenta y tres grados y medio, mientras que en San Sebastián tiene al menos cuarenta y cuatro y medio.

1.2. Geografía humana

Los hombres de esta región son ingeniosos, políticos, bastante cultivados, fáciles para emigrar, pero difíciles para ser apresados, amantes del honor, defensores de sus privilegios, acérrimos, agiles, animosos, muy diestros en manejar todo género de armas y proclives al ejército. De tal manera que siendo jóvenes cuando llegan a la edad de diecisiete años apenas hay alguno de ellos que no tenga espada, lanza o cuchillo, bombarda o ballesta, con las que se ejercitan asiduamente. Así que todas las veces que en la Provincia se hace una llamada a las armas o una inscripción para el ejército, como sucedió el año 1548, se alistaron más de mil en el espacio de tres días, llegando a trece mil hombres de los que la mayor parte eran escopeteros, fuertes, correosos, diestros con la mano y prontos para realizar cualquier empresa egregia, ya sea en el mar ya sea en el continente.

Las mujeres de esta región son bastante robustas, llenas de fuerza, con el cuerpo bien desarrollado, con buenas formas. Aunque están acostumbradas a los trabajos, no son por ello menos arrogantes.

Esta gente supera todas las dificultades, casi todas las veces con grande y admirable fortaleza. Y tiene en menos lo que a otros hombres produce terror ya sea en medio del mar ya sea en los montes nevados o con hielo.

Geografía económica:

a) ferrerías:

Las principales facultades y negocios de esta región están relacionadas con la venta del hierro y en su preparación, y esto precisamente, por la abundancia de montes y agua, por lo que las ferrerías que existen en este tiempo llegan a varios cientos, no contando las que están desiertas o en ruinas. Cada una de estas ferrerías, produce mil medidas de hierro en cada uno de los años. Por lo que la mayor parte de Hispania, de Galia, de la Germania Inferior, aun de Italia y muchas de las regiones orientales, como de las Indias tanto orientales como occidentales, piden hierro de esta provincia, lo mismo que toda clase de instrumentos, que ahí mismo se elaboran como rejas de arado, badilas o paletas de hierro para el fuego, mástiles para el tiro de los caballos y otras cosas tales. Igualmente producen todo género de armas preparadas tanto para herir y para atacar como para lavar las injurias, citando entre estas armas las lorigas, bombardas, arcobalenos, espadas y lanzas, tanto largas como cortas.

b) Comercio y navegación:

Tienen también gran abundancia del mejor “calybis” el cual principalmente se extrae de los reinos y regiones ya dichas.

Se construyen además en esta provincia las más grandes y bellas naves que surcan el orbe universo. No diré nada de aquella larga ruta a las Indias Occidentales y de aquellas que miran al Ocaso del Sol ya que también acompañan las restantes navegaciones de los habitantes de esta provincia hacia la tierra septentrional y muy fria que se llama vulgarmente Terranova, las cuales tierras por las continuas y máximas nieves y hielos se tienen como inhabitables.

c) Pesca:

En este lugar se matan no sin gran discernimiento, gran número de peces y grandes ballenas, de modo que su longitud puede ser de 30, 35 y aun de 40 codos, y a estas las cuecen y convierten en líquido en grandes cubetas y quitándoles la grasa, la traen en toneles todos los años a España y de aquí la llevan a Inglaterra, Galia y Bélgica.

Todos los años nevegan también más allá de Terranova, rodeándola y llegando al sol meridional y occidental, con gran número de navíos, de donde anualmente traen cantidad no pequeña de ¿cetaceos? estimada en más de mil ducados en cuanto mira a la mayor parte de Hispania.

d) Agricultura:

Toda esta provincia al ser montuosa y aspera, no está muy cultivada, sin embargo, los lugares que se cultivan son muy fértiles. No tienen viñas, sino pocas, en la parte maritima. Todos los habitantes, pero principalmente las mujeres, usan como bebida un licor sacado de las manzanas, que llaman “biceram” (¿sidra?).

2. ARNAUD D´OIHÉNART (1592-1668)

2.1. Vida

Nació en la casa de Pay-Adam el 7 de agosto de 1592, siendo hijo segundón del homónimo abogado y procurador del rey en Zuberoa, el cual estaba casado con Jeanne d´Etchart. Estudió derecho en la facultad de Burdeos, accediendo al grado de licenciado el 7 de setiembre de 1612. Ese mismo año fue elegido síndico por el tercer estado de Soule en la Asamblea de Sylviet, propuesto por los degans o delegados del Tercer Estado.

En estas circunstancias, la Corte de Lixarre le nombró su abogado en las disputas con los hugonotes. En julio de 1625 es nombrado por la Asamblea de Lixarre como delegado para representarla en París.

Como síndico debía velar por las franquezas, libertades y privilegios de su País, por el cumplimiento de las Costumbres, por la administración de las finanzas públicas y por la ejecución por parte del Consejo de los requerimientos y solicitudes de los suletinos.

En 1627 se casó con Jeanne de Erdoy. Por este medio accedió a la nobleza bajo-navarra y a la administración de un importante patrimonio. Desde ese momento podrá acceder como noble a las cortes generales de Mixe y Ostabat. De su matrimonio tuvo tres hijos: Gabriel, el heredero, Pierre que será cura párroco de Beguios y Jacques, jesuíta, que llegó a ser superior de Pau.

Fijó su residencia en Saint Palais, ejerciendo como abogado en el Parlamento de Navarra y como intendente de los bienes de la casa de Grammont.

Entre los asuntos que tuvo que defender a los suletinos estaban los altercados de frontera con el Béarn que al fin y al cabo no eran más que diferencias entre católicos y protestantes.

Fue hecho prisionero al defender el derecho de Soule que dependía de Burdeos, mientras que el Parlamento de Pau exigía que tanto Soule como Baja Navarra dependieran del Parlamento de Pau.

En las asambleas de la corte de Lixarre de 1628-1629 participó en la redacción de normas para el control de las celebraciones familiares con motivo de primeras misas, bautismos y funerales.

A partir de 1631 se despertó en nuestro autor un gran interés por los temas históricos.

Consultó fondos episcopales, monasteriales y de las cámaras de comptos en Bidaxe, Bayona, Pau, Pamplona, Lescar, Toulouse y París. Y con esta preparación en 1637 dió a luz en París la primera edición de su obra “Notitia utriusque Vasconiae”.

A partir de 1639 consiguió de Luis XIII, rey de Navarra y de Francia, la creación de una tribunal de primera instancia en Saint-Palais, para que se impartiera justicia a los bajo-navarros en lengua vasca. Arnauld fue nombrado senescal de Saint-Palais con la dotación de 60 libras.

Durante los años 1641-1644 permaneció en París con el objeto de reclamar ante el Consejo real la justicia sobre la venta del dominio real al señor de Troisvilles.

En esta ocasión pudo consultar los fondos de la Cámara de comptos reales, de la villa de París y del Colegio de Navarra.

Al morir su esposa en 1653, se dedicó con mayor ímpetu, a sus trabajos históricos y a su trabajo jurídico en temas litigiosos sobre diferencias entre los valles de Baigorri, Valderro y Valcarlos, lo mismo que entre el obispado de Bayona y los canónigos de Roncesvalles.

Hizo testamento en Saint-Palais el 8 de abril de 1667, desheredando a su hijo Pierre. Murió a fines de este año o a comienzos de 1668.

En resumen podemos afirmar que fueron dos los países en los que ejerció su trabajo jurídico: Zuberoa y Baja Navarra.

1) Comenzó ocupado en los asuntos de Zuberoa. A partir de 1618 fue síndico del tercer estado de Xübero-Soule por lo que conoció bien los usos, costumbres y leyes de este territorio. Por otra parte, defendió en el Parlamento de Burdeos los intereses suletinos atacados por los calvinistas bearneses, mientras proseguía su labor en la corte de Lixarre. Esta corte de Lixarre le nombró en Mauleón miembro de la comisión que debía investigar los movimientos hugonotes. En 1625 viajó a París para concordar con las instituciones francesas los derechos de la Corte de Lixarre.

2) También defendió los intereses de la Baja Navarrra: Tras el matrimonio con la noble bajonavarra Jeanne d´Erdoy en marzo de 1627 se domicilió en Saint Palais- Donapaleu, alternando el trabajo y la representación de los intereses suletinos y bajonavarros.

En Baja Navarra estudió la compilación de las leyes de este territorio que fueron promulgadas por el Parlamento de Navarra en Pau. Igualmente encabezó la creación de la senescalía de Donapaleu erigida por el rey Luis XIII en 1639 para impartir justicia en vascuence y en la que le sucedió su hijo Gabriel.

2.2. Obras

1625: Déclaration historique de l´injuste usurpation et retention de la Navarre par les Espagnols. Reeditada en 1745-1762.

1637: Notitia utriusque Vasconiae, tum Ibericae, tum Aquitaniae, qua praeter situm regionis et alia scitu digna, Navarrae regum, Gasconiae principium, Caeterarumque, in iis, insignium vetustate et dignitate familiarum stemmata ex probatis Authoribus et vetustis monumentis exhibentur. Accedunt Catalogi Pontificum Vasconiae Aquitanicae, hactenus editis pleniores. París. Segunda edición en 1656. Reproducción facsimil de la segunda edición. Estudio preliminar de Ricardo Ciérbide. Traducción del texto latino de Javier Gorosterratzu.Vitoria-Gasteiz, 1992.

1648: Mémoire touchant l´usurpation de la Navarre. También con el título: “Extraict d´un traicté non encore imprimée: Navarra injuste rea; sive de Navarre Regno contra ius fasque occupato. Expostulatio.

1657: Atsotizac edo Refranüac. París.

Correspondencia con M. Duchesne, geógrafo real, historiadores y otros sujetos de la corte.

2.3. La concepción histórica

Oihénart es un original historiador del siglo XVII y es el primer historiador del pueblo vasco. Es decir, fue un verdadero y original historiador en cuanto que asumió y desarrolló un verdadero método histórico y fue el primer historiador del pueblo vasco, en cuanto es el primer historiador que se plantea como objeto de su estudio a todos los pueblos de etnia y lengua vasca. Desarrollomos estos dos aspectos:

a) El método histórico de Oihenart:

Oihenart es un verdadero historiador en cuanto a su metodología. Intenta no conformarse con las crónicas y las historias escritas por otros sobre el tema; y aunque las conoce y las cita, busca algo más. Y para esto dedica gran parte de su tiempo a la búsqueda y transcripción de los manuscritos antiguos y para esto viaja y se traslada de un lugar a otro, de un archivo a otro. Recorrió incansablemente archivos y bibliotecas.

Muchas de sus cartas a A. Duchesne, a Jean Descordes, a P. Dupuy, a Scevola y Luis de Santa Marta, a Pierre Gaucher, etc. están orientadas a buscar información, a pedir aclaración, a conseguir un manuscrito o un documento de época.

Conoce y cita a otros historiadores contemporáneos suyos como Zurita, Morales, Mariana, Duchesne, Dupuy o Scaligero. pero se siente independiente para no seguir a los historiadores castellanos, aragoneses o catalanes al plantear un tema de gran calado como es el del origen del reino de Navarra ni a otros autores franceses al desarrollar la evolución histórica de las tierras del pueblo vasco.

Entre los autores contemporaneos de Oihernart conviene destacar algunos:

1) Geógrafos: BELLEFOREST: Cosmographie Universelle, a. 1575. Paul MERULA: Cosmographia geeneralis, a. 1605.

2) Historiadores franceses: Gabriel CHAPUY: Historia de Navarra, a.1596, André FAVYN: Historia de Navarra, a. 1612.

Historiadores hispanos: Esteban de GARIBAY Y ZAMALLOA: Los XL libros del Compendio historial, Amberes, 1571; Esteban de GARIBAY Y ZAMALLOA: Ilustraciones genealógicas de los Catholicos Reyes de España, Madrid, 1596; Esteban de GARIBAY Y ZAMALLOA: Recopilación de las Cosas de Guipúzcoa; ZURITA: Anales de la Corona de Aragón, Zaragoza, 1610; Gerónimo BLANCAS: Aragonensium rerum commentarii, Zaragoza, 1588; BRIZ MARTINEZ: Historia de la fundación y antigüedades de San Juan de la Peña, Zaragoza, 1620.

Y así como busca el conocimiento científico en fuentes originales y manuscritas lo mismo que en autores de solvencia histórica, igualmente Oihenart huye de los autores que no se someten a las reglas de la crítica histórica, rechaza las fábulas y las creencias populares no razonadas y se aferra únicamente al amplio conocimiento que desarrolla el estudioso erudito.

En el libro II de su “Notitia” en los capítulos 6 al 10 desarrolla un tratado sobre la utilidad de las ciencias auxiliares de la historia. Presenta la necesidad de leer los textos históricos antiguos y valorarlos en los antiguos documentos, insiste en la necesidad del estudio de las fuentes diplomáticas, presenta los caracteres de veracidad y de autenticidad, reclama la autoridad de los documentos antiguos y la confirmación en su lectura por los autores seguros y por fin ve la necesidad de contrastar los datos, ya que los escritores tienen una tendencia a la exageración y aun a la mentira.

 b) El objeto histórico de Oihénart.

Además de haber asumido el método histórico, Oihenart es un historiador novedoso con respecto a los historiadores que le han precedido y esto por dos motivos principales: En primer lugar porque cree en una descripción histórica engrandecida por la descripción de los usos y costumbres de los pobladores, encuadrada en las instituciones que esa sociedad se ha dado, estudiada dentro del marco geográfico, desarrollada en las coordenadas económicas y por fin enraizada en la lengua y en la propia etnología. Entre las cualidades características del Oihenart historiador está su empeño en vincular la historia con la geografía de las regiones que pretende historiar.

En segundo lugar Oihenart es verdaderamente original por el objeto de su estudio histórico. Aunque está al servicio de los intereses del rey, resulta ser el historiador que encabeza una nueva escuela histórica vasca dentro de la corte de Enrique IV, rey de los Albret y que había llegado a ceñirse la corona de Francia. No se transforma Oihenart en uno más de los historiadores franceses. Proclama una nueva concepción de la historia vasca que pretende desvincularla de sus adherencias históricas beamontesas hispanas o agramontesas francesas, si bien su postura agramontesa no logra despojarse de toda referencia francesa. Más aún, pone todas sus energías en demostrar los derechos del rey francés al reino de Navarra. Los primeros escritos de Oihenart van encauzados a probar la pertenencia de Navarra a la monarquía de Enrique III de Navarra que luego llegó a ser Enrique IV de Francia.

En cuanto al objeto de su estudio histórico, la peculiaridad que Oihenart aporta es la de desbrozar con claridad y determinar el objeto de su narración histórica.

Es uno de los primeros historiadores que cae en la cuenta de la unidad de todos los pueblos de lengua vasca y así pretende historiar las dos Vasconias, las vasconias situadas a ambos lados del Pirineo. Por esto, relacionó Laburdi, Zuberoa y Gascuña, con el reino de Navarra, el condado de Aragón, y los territorios de Guipúzcoa, Vizcaya y Alava.

Y esta descripción historica de los vascos, la asume en su devenir histórico.

Recoge la tradición que sobre los vascos habían dejado las fuentes griegas y latinas, lo mismo que las fuentes y los autores medievales y los modernos que le habían precedido.El objetivo histórico que pretende describir, necesita algunos desbroces y por eso Oihénart deslinda a las Vasconias de otros territorios limítrofes. Y en primer lugar de Cantabria. A la hora de demarcar el objeto de su estudio histórico, Oihenart comienza describiendo los límites de Cantabria: “qui a Villafranca montium de Oca dictum ad portum Laredo nomine in Oceani Cantabrici litore positum excurrit statuimus” (Libro I, cap. 2). A partir de estos límites asignados a Cantabria, se pregunta sobre si conforman Cantabria las tribus orientales hasta el Pirineo. Aquí ha llegado Oihenart al objetivo de su estudio: Vasconia.

Y comienza estudiando la Vasconia ibérica de la que nos da Oihénart la primera respuesta novedosa. No es cantabrista, ya que separa a alaveses, guipuzcoanos y vizcaínos de los cántabros. E igualmente añade otra segunda novedad, Oihénart cree en la vasconización de las tierras limítrofes a los vascones romanos, tanto entre várdulos, caristios y autrigones como entre los habitantes al norte del Pirineo. Cree en la vasconización de las provincias limítrofes por los vascones durante los siglos VI al VIII.

Y a continuación afirma: “Vasconia olim sita erat ubi nunc Navarra” (lib.I, cap.7). Sin embargo, un poco más tarde, Oihenart afirma que son descendientes de los antiguos vascones tanto los navarros, como los jaqueses, los alaveses, los ipuscuanos y los bizcaínos entre otros pueblos al sur del Pirineo, mientras al norte de la cadena montañesa están los gascones y los vascos. Dice textualmente:”Vasconum populi, alii citra Pyrenaeum in Iberia, alii ultra Pyrenaeum in Aquitania sedes habent. Citra Pyrenaeum sunt Navarri, Jaccesenses Alavenses Ipuscuates et Biscaini. Ultra Pyrenaeum Gascones et Vasci” (Lib. II, cap, VIII). Por lo tanto será objeto de su estudio histórico la descripción de todos estos pueblos que conforman Vasconia. En la Vasconia aquitana distingue la zona Citerior incluída el Bearne, Bigorre y una región de Comminges con los vascos de Lapurdi, Baja Navarra y Zuberora y la zona Ulterior con el resto de la Novempopulania hasta el Garona habitada por los gascones.

Recapitulando podemos afirmar que el objeto del estudio histórico de Oihenart es Vasconia o mejor, todos los pueblos que la conforman. Sin perder de vista que estos pueblos estuvieron en estrecha relación con la Cantabria y con la Aquitania.

Lo que había sido una reivindicación territorial de Navarra para el rey Enrique IV, se ha transformado en un estudio nacionalista de Vasconia, de sus pueblos que bien pueden ser denominados parte de Cantabria. Y es una reivindicación territorial para Enrique IV entre otras razones porque para Oihénart el nacimiento del reino de Pamplona se focaliza en los años inmediatamente posteriores al 824 y porque nuestro autor hace primer rey de la monarquía a Iñigo Arista, oriundo del valle de Baigorri en la Baja Navarra.

Como dice Manex Goihenetxe, Oihenart da un salto cualitativo en la historia vasca al asumir: 1º el concepto de Vasconia como lugar geográfico que supera las fronteras estatales vigentes en su época entre Francia y España, aunque articula el “topos” en sus dos vertientes tales como “Wasconia citerior” y “Wasconia ulterior”; 2º a los vascones como habitantes de ese lugar; y 3º al euskara como lengua que hablan esos habitantes en ese lugar.

Más aún, se puede individualizar con Ricardo Ciérvide y consultando las referencis manuscritas, cuándo Oihenart concebió como objeto de su estudio histórico a toda Vasconia. Y Podríamos decir que la complexión de este objeto histórico es a partir de 1631.

2.4. La ideas geográficas sobre Guipúzcoa:

 Guipúzcoa: Y en primer lugar el corónimo de Guipúzcoa. Dice Oihenart: “La etimología de esta palabra es obscura, como la que más, de cuantas hay en los nombres propios de toda España. Si es lícito adivinar en cosa tan abstrusa y escondida, opinaría que procedió del pueblo de las Vibiscas de la Aquitania, cerca de Burdeos (según Plinio y Ptolomeo en los manuscritos de la Biblioteca Real de París, Ubiscas; pero Estrabón los llamó Yoscos), los cuales pudieron invadir esta región antes que lo ocuparan los Vascos, ya que no distaban mucho de ella”.

Geografía física

a) La extensión de Guipúzcoa

Nuestro autor no olvida el hecho de que el corónimo Guipúzcoa aparece como parte del reino de Pamplona que posteriormente se llamará de Navarra. Y siguiendo a Rogerio Hoveden dice “que la tierra del rey de Navarra comienza en el puerto de Huviarz y se extiende hasta el agua que se dice Castro, que divide la tierra del rey de Navarra de las del rey de Castilla”. Dentro de esta Navarra está situada Guipúzcoa.

Sobre la geografía física de Guipúzcoa dice:

Creo que ninguno que haya leído los geógrafos antiguos ignorará que en lo pasado se llamaba Vardulia. Sus fronteras son por el Oriente la comarca de Laburdi, que es tierra de Aquitania, de la cual le separa el río Bidasoa, por el mediodía el reino de Navarra y parte de Alava, y por el Océano Cantábrico por el Norte. Las escrituras del voto de San Millán, que he citado arriba, la circunscriben con fronteras algo más estrechas, que las que de ordinario suelen señalársele, a saber, siguiendo el río Deva hasta San Sebastián, con estas palabras: «Desde el río Galharraga al río Deva está comprendida toda Vizcaya y del mismo río a San Sebastián se halla toda Guipúzcoa».

“Creo yo que el linaje de estos pueblos de Autrigones, Caristios y Várdulos, había desaparecido, al igual que su nombre, en su mayor parte, y que su país había sido ocupado, desde la época de los godos, por algún pueblo fuerte y aguerrido”...”Parece más natural atribuir a los Vascones, vecinos suyos, la conquista de la Vardulia por el valor de las armas...Además ocurren otros argumentos no débiles para confirmar esta sentencia, sacados del nombre, de la semejanza de las costumbres y del uso de la misma lengua entre los dos pueblos...Cuanto se parezcan a los demás vascos en el vestido y costumbres lo saben los que en esas regiones han vivido mucho tiempo”. (Lib.I, cap.6).

Cuando Rogerio Hoveden, en la parte última de los Anales, prolonga el territorio del Conde de Bayona hasta el puerto de Huars, o Huviars, al que los moradores llaman ahora Oyarzun, indica suficientemente que en su siglo el río Bidasoa y el pueblo de Fuenterrabía y asimismo aquella población, que se llama Irún Uranzu estaba fuera de Guipúzcoa y que pertenecía al Condado, o Vizcondado, de Bayona.

b) Las regiones de Guipúzcoa:

La actual provincia de Guipúzcoa estaría formada por al menos dos zonas diferenciadas.

La primera podría ser denominada Pusito y la segunda Ipuzcoa.

Pusito sería la región oriental que según los cartularios de la catedral de Bayona tendría como principal población además de Fuenterrabía, a San Sebastián de Pusito. Toda esta región dependería de la diócesis de Bayona y formaría parte del territorio del conde de Bayona que se extendía hasta el puerto de Huars o Huviars, o rio Oyarzun y San Sebastián de Pusito.

Ipuzcoa sería la región más occidental de la ahora señalada y estaría dominada eclesiásticamente por el obispado de Pamplona mientras que políticamente por el reino de Castilla.

Según Oihénart esta tierra de Guipúzcoa: “se divide en regiones principales, que los moradores llaman Certanes, en lenguaje vulgar, y las separan por otros tantos rios. La primera región la regada por el río Deva; la segunda, la que se extiende por las riberas del río Urola; la tercera está bañada por el río Oria. Esta última supera a las otras dos por la extensión, y llega hasta los límites de Francia”.

c) La Guipúzcoa vascona:

 Içurun o Pusito fue parte de Aquitania: Para confirmar esta demarcación gográfica citemos las palabras del propio Oihénart (Lib. III, cap. 5): “Del lugar de la Vasconia o de la región de los Vascos y de las costumbres de este pueblo y de los antiguos soberanos, duques, y condes de la Vasconia citerior La Vasconia aquitana abraza dos pueblos, los gascones y los vascos. Podemos llamar Vasconia a la región de los vascos, aunque mucho ha está anexionada a la Gascuña; mas porque en lo pasado se distinguía de ella, y aún ahora difieren sus habitantes de los gascones y demás aquitanos en las costumbres, lengua y modo de vivir, no desagradará que primero se diga algo de ella. Está situada en aquel extremo y como en el ángulo de Francia, por el cual lado toca a España, hacia el occidente y septentrión, por el ocaso la cierra el Océano, al Mediodía el río Bidasoa y el monte Pirineo, por el Oriente, el Principado de Bearne, y tiene al Norte, en parte al mismo Principado y en parte los límites del Señorío de Agramont, el río Dour y la llanura circunvecina de Bayona. Su longitud es de cerca de cincuenta mil pasos, de veinticuatro mil la latitud. Se divide en tres partidos, el primero de los cuales es Labourd, el segundo, Navarra Baja, y el tercero, Soule. Labourd y Soule están bajo la autoridad del Prefecto real de toda la Aquitania: mas la Baja Navarra por el virrey del Bearne: aquellos dos obedecen al senado de Burdeos, ésta al parlamento de Pau...

Designaron a la Vasconia con el nombre de Vasconia citerior, el antiguo autor de la vida de Ludovico Pío, en el año 816, y el escritor de la Crónica de S.

Arnulfo Metense, en el año 836; pero es verosímil que sus límites fueron más dilatados que los de la actual Vasconia, y que comprendía también la comarca del Baztán, que ahora pertenece a la Navarra ibérica, y aquella parte de Guipúzcoa, que se extiende de San Sebastián a Labourd. Porque puedo probar con muchísimos antiguos documentos que aquella región fue administrada antiguamente por Vizcondes; de donde se colige que algún Conde ejerció allí el derecho de supremo mando. Mas ¿por cuál si no es por el Conde de la Vasconia o Gascuña? Además consta igualmente de muchísimas escrituras, que tanto en aquella misma comarca como en la región dicha de Guipúzcoa, que poco ha señalamos, se escribieron cuatrocientos años antes, las fórmulas forenses y las escrituras públicas, no en lengua española, sino en la gascona.

Además, no pocas veces, en la demarcación de los términos de las provincias, a menudo lo sagrado conviene con lo profano, y la división eclesiástica de las diócesis imita la mayor parte de las veces la división de las regiones. Como la diócesis dcl Obispo de Labourd abrazaba aquella comarca de Navarra y Guipúzcoa, de que tratamos ahora, no falta motivo para decir que tambien el territorio del Señorío de Labourd estaba circunscrito por los mismos límites.

Agréguese que S. Eulogio, en la carta a Wilesindo, Obispo de Pamplona, aseguró que el río Arga (que baña a Pamplona) nace a raiz de los montes Pirineos, en los Puertos de Francia (entiende las profundidades de los montes, a los que llaman los naturales Puertos). Lo que favorece admirablemente a nuestra conjetura; porque es cosa averiguada para los que han recorrido aquella región, que los manantiales de este río nacen en aquellos montes, que por el lado de España, se hallan en la proximidad de la comarca del Baztán.

Ultimamente considero digno de advertir el caso de Arsio, Obispo de Labourd, que cuando se cuidó de escribir, hacia el año de Cristo 980, la historia de la diócesis de Labourd, en público documento, al fin de aquel documento publicó el nombre de W. Sancho, Conde de Gascuña, como Soberano que dominaba sobre aquella provincia, sin hacer mención alguna del rey de Pamplona o de otro de España; lo que ciertamente no se hubiera omitido, si en esta época, lo mismo que ahora, la parte principalísima de aquella diócesis hubiera estado dentro de las fronteras de España. Aquel documento, que ayuda no poco para conocer la antigüedad de aquella región, se encuentra copiado de este modo, en el Cartulario de la Iglesia de Bayona: «En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Yo, Arsio, indigno y humilde Obispo de Labourd, quiero poner en conocimiento de los sucesores y venideros los lugares, que dependen de nuestro obispado de Santa María de Labourd. Por esto aquí los escribimos con autoridad exacta y canónica, para que quizás (lo que no suceda) los Obispos, nuestros sucesores, o los Arcedianos, no se hallen en la duda, cuáles están bajo nuestra jurisdicción, o que la misma Iglesia Laburdense canónicamente adquirió con el auxilio y consejo público de los fieles en los tiempos antiguos. Pues no parece digno que exista algún fraude en la Santa Iglesia Católica Apostólica, sino la verdad que se exige siempre por el Autor del mundo y, porque no podemos testificar después de la muerte, dejamos escrito con auténtica autoridad y copia en pergaminos fidelísimos, para que, posponiendo toda inquietud los Prelados de la Iglesia Laburdense, posean en paz lo que encontraren testificado o sancionado con nuestro testimonio, y con lo que han de adquirir, o hubieren adquirido, restauren la misma Santa Iglesia Matriz en el honor prístino, y en lo posible la edifiquen con el tributo de los que se citan abajo. Todo el valle llamado Cirsio hasta la cruz de Carlos, el valle Bigur, el valle Erberva, el valle Ursacia, asímismo el valle Bazten hasta la mitad del puerto de Belat, valle de Larín, tierra llamada Ernania y San Sebastián de Pusico hasta Santa María de Arosth y hasta Santa Triana. Estos tenemos y poseemos en la jurisdicción de Santa María, Iglesia de Labourd, de modo que jamás se haga por algún Obispo o Arzobispo alguna contradicción o reclamación a nuestro sucesor, sino más bien afirmación. Esta estipulación y arreglo se hizo en presencia del Señor Arzobispo Auxiense, Odón, y de otros varones religiosos, clérigos y monjes, siendo Pontífice de Roma, Benedicto, reinando en Francia, el rey Hugón Magno, gobernando la Gascuña el Duque Guillermo Sancho. Sello del Obispo Arsio, que mandó hacer y confirmar esta carta. Sello de Odón, Arzobispo Auxiense. Sello de Gastón Céntulo, Vizconde, Sg. Lope Anerio, Vizconde Sg. de Ernando López, Vizconde de Acqs. C. Sello de Salvador, Abad de San Severo.

Si alguno quisiera contradecir, su oposición para nada valga, y si no desistiere, que el vencido caiga bajo el dictamen canónico del anatema».

d) Los ríos de Guipúzcoa:

Copiemos simplemente la descripción geográfica que de los ríos de Guipúzcoa aporta nuestro autor: “Deva, mencionado en los escritos de Ptolomeo y Mela, nace en los montes de Guipúzcoa, que tocan a Alava, en el territorio de aquel lugar, que recibe su nombre de Salinas, de las salinas cercanas, que en la lengua del país se dice Gatza, sal. Este río, atravesando por los valles de Leincio y Elgueta, e hinchándose con las aguas de otros tres ríos, que en su seno recoge, el primero, del valle de Aramayona, el segundo, de la villa de Oñate y el tercero, procedente de las fronteras de Vizcaya, por las tierras de Elgoibar y Mendari, y no lejos de la población de su nombre, Deva, llega al Océano. El Urola, naciendo en los montes de Segura, contiguo a Alava, y deslizándose por el valle de Legazpi, y por los pueblos de Azcoitia, Azpeitia y Santa Cruz de Cestona y por los límites del valle de Arrona, se lanza, en el mar, cerca del lugar de Zumaya. El Oria brota sobre el pueblo dc Cegama, no más lejos de una legua de distancia del monte Edito, que en aquellas comarcas es conocidísimo con el nombre de San Adrián, y rodeando por el pueblo de Segura, aumentado por la confluencia de tres ríos, que bajan de los montes de Alsasua, Valle de Areria y del monte Aralar y que recibe en su seno, toca a Alegría; de aquí se vuelve a Tolosa, a donde va al encuentro del río Araxes, el cual, descendiendo de los montes de Navarra, próximos a Larraun y Baraibar, mezcla allí sus aguas con el Oria; luego ambos, rodando por los campos de Usúrbil y Oria, cerca del pueblo de Oria, se sumergen en el Océano. Esta región de Oria, o Araxes, comprende otros tres ríos, Urumea, el Lezo y Bidasoa, en los cuales tenemos que buscar el Menlasco de Ptolomeo y el Magrada de Mela, los cuales, si asentimos al Villanovano, traductor de Ptolomeo, no constituyen dos ríos diversos, sino uno sólo, a saber, el que con el nombre de Bidasoa separa ahora a Francia de España. Pero a Ocampo y a Garibay les agrada entender el Menlasco de Ptolomeo por Urumea, el cual, saliendo de los montes de Navarra y deslizándose por los campos de Hernani, entra en el mar, cerca de San Sebastián. Mas Abrahan Ortelio prefiere que el nombre Menlasco se aplique al río, llamado por los guipuzcoanos Orio. Opinaría lo mismo si no obstara las distancias de grados, asignados por Ptolomeo al río Menlasco y al pueblo Oiason (el Idanusa u Oidassuna de Ptolomco), del cual no es difícil entender, deduciendo de las palabras de Mela, en el pasaje en que habla de Magrada, que es el mismo Fuenterrabía, o que estuvo muy cerca de su lugar. Pero ciertamente tenemos que reconocer (si no queremos tachar de erróneas las cifras de los números de Ptolomeo, o si no identificamos las aguas de Menlasco con las de aquel río, llamado por los guipuzcoanos el Río Lezo, el cual se derrama en el Océano, no lejos del puerto de Pasajes, después de haber descendido de los montes de Navarra y de haber atravesado los campos de Oyarzun) que Menlasco en nada difiere de nuestro Bidasoa, como tampoco del Magrada de Mela: porque los números de Ptolomeo no permiten que se le pueda aplicar al Urumea el sitio de Menlasco; ni es verosímil, que Ptolomeo, geógrafo tan eminente, olvidándose del Bidasoa y del Oria, principales de aquella región, haya mencionado el Urumea, rio pequeño.

Geografía humana

Dice de Navarra que es tierra abundante y bien poblada de villas y aldeas, en que mora gente valiente de esfuerzo y bien desenvuelta para toda cosa... Están los navarros ordinariamente bien hechos y son proporcionados, no de gran estatura, sino medianos, alegres, afables, sociables, de grandes fuerzas y ligereza, algo jactanciosos de sí, fieles, no de muy grandes y vivos ingenios hasta que son cultivados.

Trabajan mucho en aquellas cosas a que se aplican: son muy aplicados a la virtud, en  general muy amigos de sus costumbres y casi todos aplicados a unas mismas cosas.

Son muy sencillos y fuera de dobleces, tienen súbita y extraña cólera, llevándoles por mal en cualquier cosa...El carácter de los navarros es pronto y receloso y apegado a sus reyes...porque navarros y sus vecinos los vascongados...no sólo en las guerras comunes y ordinarias, sino en las luchas privadas, valerosos, hábiles y luchadores, no como algunos sospechan, por heredarlo de los Godos de España, sino por el vigor natural de la misma nativa raza”.

Hablando de los guipuzcoanos dice: «Tienen los habitantes las mismas costumbres que los vizcainos, usan de la misma lengua, son naturalmente ingeniosos, atentos, bastante cultos, fáciles de ganar, amantes del honor, acérrimos defensores de sus privilegios, ágiles, animosos, muy diestros en manejar armas de toda clase, inclinados a la milicia: las mujeres son valerosas, robustas, de verdad varoniles, apuestas y de elegante forma». Las sobredichas cosas, casi todas, se han sacado de Medina, el Hispalense, del libro De las cosas notables de España, cap. 131, y de Garibay, lib. 15, cap. 15.

Los guipuzcoanos y vizcaínos se dan poco a las letras, aunque no son ineptos para ellas, según proclama Garibay. Todos, por lo demás, son de ánimo arrogante u propensos a la cólera. También es propio de los dos pueblos (si bien es común con los demás Vascos) el ser ingenuos, francos e inclinados a la compasión, hacen algún tanto de ostentación, aborrecen la avaricia, no son muy afanosos por las riquezas, pero son muy impacientes para soportar la pobreza. Finalmente (lo que mucho les ensalza) entre todos los pueblos llevan la palma de una fidelidad inquebrantable hacia sus soberanos, familiares y amos.

Geografía económica

a) agricultura:

1. Metello Sequan., en el Espejo del orbe de la tierra, cuenta en general, de Guipúzcoa, Vizcaya y sus moradores las cosas siguientes: «Los dominios de Vizcaya y Guipúzcoa están encerrados dentro de los montes, y no tienen mucho pan ni vino. En algunos lugares hacen pan de mijo, que llaman borona, y lo comen; y beben, en vez del vino, un licor extraído de la manzana, al que llaman sidra; sin embargo, la mayor parte del país usa de pan y vino traído de fuera.

b) industria naviera:

Los montes ofrecen gran abundancia de material apto para la fabricación de naves, de las cuales se prepara de toda clase en esta región, mayor cantidad que en otras partes de España. Los varones de estas provincias son ágiles y belicosos y se les tiene como preferibles para la navegación a otras naciones.

Los guipuzcoanos hacen navegaciones anuales a aquella región de la América del Norte, llamado Terranova o Tierra de bacalaos, y de aquí traen abundancia de aquel pescado, que se llama bacalao.

c) industria minera y ferrerias:

En estas comarcas hay minas de hierro y acero, de que se extrae aquí tanta abundancia que basta para abastecer a muchos reinos». Y más abajo añade: «Hay en Vizcaya y Guipúzcoa trescientas fábricas de hierro, y en cada una de ellas se fabrican anualmente al menos mil pesos (que el vulgo llama quintales) de hierro y acero».

Navagiero añade, en este punto, que se extrae tanta cantidad de hierro y acero que cada año se hace una ganancia de 80 mil ducados.

d) pesca:

Los editores modernos de los Mapas Geográficos del Mercader añaden a esto: «Los guipuzcoanos se dedican muy intensamente a la navegación y negocian con la pesca de peces, llamados bacalaos y con la de las ballenas, cuya grasa exprimida y liquidada en vasos de bronce, y envasijada en barriles la exportan lejos y a todas partes, con el nombre conocido de Traia. Se fabrica también aquí sal en el lugar que se llama Salinas.

Geografía rural y urbana

Geografía rural: Destaca la abundacia de manzanas, de cuyo jugo se extrae la sidra de desagradable sabor, y que es tomada por los campesinos. La abundacia de maiz, del que se obtiene el pan llamado borona.

Geografía urbana: Las poblaciones de Guipuzcoa, que hay que recordar son tan sólo San Sebastián, llamado por los indígenas por corrupción, Donostia, Tolosa y Fuenterrabía.

Según Oihénart ciertos pergaminos del Cartulario de la Iglesia principal de Bayona, nombran a la villa de San Sebastián como San Sebastián de Pusico, cuando debía decir de Ipuzcoa.

Está situada San Sebastián en la misma orilla del mar; se le nombró antiguamente con el nombre de Icuro, según así le llama Sancho el Mayor, rey de Pamplona, en un diploma publicado en el Catálogo de los Obispos de Pamplona de Sandoval. Tiene a un rey tan grande por testigo preclaro de su antigüedad. Además se prueba que fue aumentado y restaurado por otro Sancho, también rey de Pamplona, apellidado el Sabio, mediante aquel diploma por el que concede a sus habitantes los privilegios del Fuero de Jaca.

Aunque no es grande la población, se distingue ahora por el ornato y la elegancia; es frecuentada por los viajeros y está fortificada por un puerto muy grande, que atrae a los que comercian por el mar; y con la fortificación ofrece, no sólo una estación segura para las naves, pero también facilidad para comerciar a los mismos mercaderes, por ser un punto a propósito; porque se halla casi en los límites de Francia y España.

Tolosa, situada en la confluencia de los ríos Oria y Araxes, es cabeza de los pueblos del territorio interior, y allí tiene su residencia principal el Prefecto o Magistrado, llamado por los españoles Corregidor. Se puede probar con instrumentos del 20 de abril de la era 1328, firmados por Sancho, que corren por las manos de los moradores de la villa, que fue fundada bajo los auspicios de Alfonso X y de su hijo Sancho IV, cerca ha de trescientos cincuenta años.

En la orilla del río Bidasoa (que corre aquí de los montes de Navarra por la comarca baztanesa), está puesta Fuenterrabía, no lejos de la costa del Océano: se le llama por algunos escritores latinos Fuente rápida, o rabiosa; atestigua Garibay, en el lib. 8, cap. 10 que los moradores del país le apellidaban en su tiempo Ondarribia; pero ahora le llaman Ondarrabia; y parece que así se le llama con voz vasca, por corresponderle eso al río, por su posición, como OndarYbaya, el último río. Porque es el último, no sólo de Guipúzcoa, sino de toda España, para los que van a Francia, y viceversa, de los que de Francia marchan a España, el último río, que se encuentra en Francia. Afirma Beuter, en el lib. I cap. 27, que la fundó el rey godo Suintila ¿pero quién creerá a Beuter en cosa tan antigua y remota de nuestra época, sin que haya testigo que lo declare? De cierto, no se presentan razones, que concedan la gloria de tan grande antigüedad a este pueblo; pues no se conservan rastros del antiguo pueblo, Oiasio, Oidasuna o Eason; aunque puédese colegir de Ptolomco y Mela que no se apropia mal a esta población su posición. Hoy es defensa poderosísima de España, situada esta parte, contra Francia. Alfonso IX (VIII), rey de Castilla, que quitó este pueblo con toda Guipúzcoa y Alava, a Sancho, rey de Navarra y último de este nombre, dió a sus habitantes los privilegios del Fuero de Jaca, que habían sido concedidos algunos años antes a la villa de San Sebastián por el padre de Sancho, y ordenó que la organización y los términos de la región se limitasen por los ríos Oiarzun y Bidasoa, por el monte Peña de Aya y por los pueblos, Lesaca, Belza e Irún Uranzu, por medio de un decreto que publicó sobre esto en Palencia el 18 de abril de 1241. Ptolomeo, confundiendo la población con el sobrenombre, llama Oiason al promontorio, que se halla encima de este pueblo. Plinio le llama Olarso, y Marciano Capela, Iarso. Todavía conserva vestigio de estos nombres el lugar denominado Oyarzun, distante dos leguas de Fuenterrabía; pero los vascos expresan con la palabra Ozarzo un objeto o un paraje silvestre. Guipúzcoa tiene, además del puerto de San Sebastián, otro puerto notable, conocido con el nombre de Pasages, hecho más por la naturaleza que por el arte, a unas cuatro leguas aproximadas del de San Sebastián, al oriente. Existen asimismo al Occidente otros dos pequeños puertos, Guetaria y Motrico, que llevan los nombres de sus pueblos.

Además de Tolosa, entre las poblaciones no situadas en la costa, se nombran Placencia, fábrica incansable de toda clase de armas, que son exportadas de aquí a todas las regiones de España; y Oñate (que está sujeta a los Condes de Guevara) con su Universidad, que la hace esclarecida. Aquella empezó a edificarse en 1343, por orden del rey de Castilla, Alfonso XI; pero ésta es más antigua, y en tiempo de Fernando IV de Castilla y Luis de Navarra, llamado I Hutín, era ya fuerte y poderosa, si es la misma, que se denomina Oiñaz, en algunos documentos de aquella edad, existentes en el Archivo Real de París.

Geografía jurídica

 a) Las fuentes jurídicas:

 Oihénart es uno de los primeros iushistoriadores vascos, aunque desarrolla tanto las fuentes como las instituciones jurídicas de forma individualizada a cada uno de los territorios de Vasconia. Así en el libro II, capítulo 2 dedicado a los principales pueblos y ciudades de Navarra aduce sobre la concesión de fueros como la carta de fundación de Estella de 1090, tomándola de Juan Britz Martinez que a su vez la tomó del Archivo de San Juan de la Peña, al igual que completa este fuero a Estella con el diploma de Sancho hijo de García Ramirez y que lo toma del Archivo Real de París.

Igualmente aporta de Alfonso I el batallador el fuero de Sobrarbe dado a Tudela en 1116 tomándolo del archivo de la cámara de Comptos de Pamplona; del mismo modo transcribe un primer capítulo del Fuero de Sobrarbe concedido a la ciudad de Tudela en 1117, que luego Gorosterratzu lo traduce, la carta de población de Sangüesa dada por el mismo rey en 1121 y que la toma del Archivo Real de París, aporta la documentación sobre la fundación tanto de Sangüesa la vieja o Rocaforte por Sancho Ramirez como de Sangüesa burguesa a través de un diplomna de 1122; transcribe el fuero de Jaca dado al burgo de San Cernin de Pamplona en 1129, y la carta de población dada a Puente la Reina la nueva, por García Ramirez en 1131, sacándola del Archivo Real de Pamplona.

Otros documentos jurídicos vienen aportados por nuestro autor como cuando en el libro II, capítulo 9 presenta la confirmación de Carlos V en 1527 de los privilegios dados por los reyes a los roncaleses. Igualmente en el libro diez estudia el amejorameinto del Fuero de Navarra de 1320, aportando luego a continuación el Fuero de Navarra en el que se incorporan como fueros propios el de Sangüesa, Estella, Viguera, Viana, San Vicente, Garde, Amescua, Caparroso y Artajona.

Más aún, sabe nuestro autor articular los distintos fueros en familias y así habla de las familias de fueros de Jaca (como el fuero de San Cernin dado en 1129, el fuero de Lerín de 1365 o el Fuero de Roncal), de Calahorra (extendido a Funes, Marcilla y Peñalén), de Sobrarbe (dado a Tudela, Cervera y Gallipienzo), Daroca (dado a Peña y Cáseda), de Medinaceli (dado a Carcastillo) o por fin la familia del fuero Connacense (¿?) dada en 1163 a Huarte Araquil.

Siguiendo con los restantes territorios vascos se podría aportar aquí la investigación iushistórica de nuestro autor con respecto a cada uno de ellos. Pero centrándonos en nuestro objetivo respecto a los fueros guipuzcoanos dice nuestro autor: Desde entonces, viendo los reyes de Castilla la utilidad de los futuros servicios y la necesidad de la fidelidad de los guipuzcoanos, habitantes de aquel extremo de su reino, y en los límites de Francia y España, les concedieron muchas y singulares inmunidades y prerrogativas, dedicándose además a fundar muchas villas y pueblos nuevos, a reparar los antiguos y a engrandecerlos en su suelo y país. Porque encuentro que Guetaria y Motrico fueron restaurados y fortificados por el mismo Alfonso, en el litoral del Océano, y por su nieto Alfonso, ampliado Mondragón y fundado Vergara: Azpeitia tuvo su origen de Fernando cuarto, y Azcoitia lo tuvo de Alfonso nono (VIII), según aparece en las escrituras públicas. Es deber del Corregidor atender durante un trimestre a la resolución de los pleitos y al castigo de los delincuentes en cada uno de los pueblos. Salinas, Maya, Deva, Plasencia, Eibar, Elgoibar y Zumaya fueron declarados municipios por el mismo Alfonso IX  (VIII). Usúrbil reconoce por fundador a Enrique I, y Orio, Cestona y Villarreal de Urrechu, a Juan I.

b) Las instituciones:

También aporta Oihénart como buen iushistoriador estudios sobre las instituciones vascas. En concreto en el Libro II, capítulo V estudia las reuniones de los tres estados de Navarra y la ceremonia de Alzamiento de los reyes. Aporta de Carlos III el noble en 1424 la afirmación de que el donativo de las Cortes era voluntario y libre de los Estados y del Pueblo. Del mismo modo estudia cuándo y por qué causas se reunían las cortes, de cómo se elegía al rey, del juramento que se prestaba, etc. En el capítulo sexto de ese mismo libro estudia los diversos tribunales de justicia en Navarra y la jurisdicción de las Hermandades. Y así sucesivamente de las distintas instituciones jurídicas de los diferentes territorios vascos.

Pero centrándonos en las instituciones dice: No me consta si Guipúzcoa tuvo o no, antiguamente soberanos propios: sólo sé una cosa, que hubo algunos varones de la nobleza que se apropiaban el sobrenombre dc Guipúzcoa; porque Juan Briz, en la Historia Pinatense, lib. I, cap. 55, menciona a García Aznárez de Guipúzcoa y su mujer Galga, en la era 1063, los cuales donaron a los monjes del mismo cenobio el monasterio, denominado de Olazabal, durante el reinado de Sancho el Mayor, rey de Pamplona.

Sin embargo, yo creo que en esto los guipuzcoanos estaban en la misma condición que los alaveses, es decir, libres para elegir a su voluntad sus Señores, para caudillos o defensores; pues leo en Sandoval, en la Historia de las cosas de San Millán, que Lope Iñiguez, Señor de Vizcaya, obtuvo también el mando de Guipúzcoa y Alava, en la era 1120. Mas en siglos posteriores alcanzaron del rey Enrique IV, que no se les forzara en adelante a soportar el mando de ningún magnate, sino que se sometieran sólo a los reyes y a sus representantes, y que no fuera permitido a los reyes el abdicar el dominio de Guipúzcoa, ni el transferirlo a nadie.

Geografía histórica

Nuestro autor hace un recorrido sobre geografía histórica de la provincia, desde los romanos hasta su época.

a) Origen ultrapirenaico de Guipúzcoa:

Tomemos las palabras del propio Oihénart: “Si es lícito adivinar en cosa tan abstrusa y escondida, opinaría que procedió del pueblo de las Vibiscas de la Aquitania, cerca de Burdeos (según Plinio y Ptolomeo en los manuscritos de la Biblioteca Real de París, Ubiscas; pero Estrabón los llamó Yoscos), los cuales pudieron invadir esta región antes que lo ocuparan los Vascos, ya que no distaban mucho de ella. Tanto más me muevo muchísimo a creer esto que resulta evidente de la Crónica de Fredegario, cap. 33, y de la Historia de los Francos de Aimonio, lib. 4, cap. 13, que durante el reinado de los godos fue ocupada la Cantabria por los Francos.

También convenía que esta comarca (donde está la entrada de la Galia, o Francia, a la Cantabria), estuviese bajo su mando y potestad. Lo cual puede colegirse igualmente de las palabras de Fredegario y Aimonio, si se entiende exactamente. Porque, después de contar cómo Siseboto, rey de España, arrebató con armas la Cantabria a las tropas del Emperador Romano, que en ella habían sucedido a los francos, añaden muchos autores, que además el mismo rey expugnó otras muchas poblaciones en la costa marítima, y las destruyó, después de arrojar de allí a los godos, o de darles muerte, y que las fronteras de la soberanía de los godos se dilataron así por el lado del mar hasta los Pirineos. Con estas palabras, parece que señalaron bastante claramente la región de Guipúzcoa, que es la única que está unida a la Cantabria por el costado del Océano y el Pirineo. En este lugar, empero, es preferible copiar las palabras de Fredegario y Aimonio, en las cuales fundamos nuestra conjetura: «En aquel año, dice Fredegario, muerto Betterico, sucedió en el reino de España Sisebodo, hombre sabio y muy loable en toda España y lleno de piedad.

Pues peleó valerosamente contra la hueste pública, sometió la región cantábrica al reino de los godos, la cual habían poseído algún tiempo los francos.

Un Jefe, llamado Franción, que había regido a Cantabria durante algún tiempo, había pagado tributos, largo tiempo, a los reyes de los Francos. Mas como Cantabria había sido rescatada por los godos, de parte del imperio (como arriba se lee), vuelve a ser ocupada, y Sisebodo quitó al imperio romano muchas ciudades en la costa del mar, y las destruyó hasta los cimientos; y cuando los romanos eran despedazados por el ejército de Sisebodo, decia Sisebodo, lleno de piedad: «Desgraciado de mí, en cuyo tiempo se hace la efusión de tanta sangre. Libraba de la muerte al que podía socorrer. Se arraigó el reino de los godos en España por las costas marítimas hasta los montes Pirineos». Las palabras de Aimonio son estas: «Muerto el jefe Franción, Sisebodo arrebata la Cantabria a los soldados de Constantinopla y extiende por fin el reino de los godos hasta los montes Pirineos».

b) Bajo el dominio del reino de Pamplona:

Tras esta etapa de dominio imperial y galo, la que luego será provincia de Guipúzcoa pasó al dominio del reino de Pamplona. Nuestro autor lo dice con estas palabras: “Ahora, en lo que se refiere al derecho de dominio supremo, no dudo que casi siempre estuvo en manos de los reyes de Pamplona; ni doy mucha importancia a lo que asegura Garibay, en el lib. 10, cap. 8, del diploma del Voto de San Millán, que Guipúzcoa estaba en poder de Fernando, Conde de Castilla, en la era 972; porque prueban las cosas, que acerca de esto observó Morales, en lib. 16, cap. 16, que hay que dudar del valor de aquel diploma, y que no hay razón para apoyarse en él; y principalmente el hecho de que la batalla de Simancas (que constituye como la mies y materia del voto mencionado para este argumento), no se había dado aún en aquella era, sino cuatro años después, como enseña allí Morales. Además, aunque concediéramos a Garibay, que el diploma carece de vicio, no por eso sería verdad que Guipúzcoa pertenecía entonces a Fernando, porque Fernando la obligó a San Millán con igual voto que las tierras de su dominio; pues por estas palabras, que se añadieron al pié de aquel diploma pudiese entenderse que aquello fue hecho con la venia del rey de Pamplona: «Yo, García Sánchez, rey de todo el reino de Pamplona, presté asentimiento a tan grande devoción, y la parte de mi reino, que está más cerca del dicho monasterio, como arriba se notó, en aquella devoción introduje, y la confirmé devotamente con mis súbditos». Mas, que son antiguos los pergaminos de este diploma, aunque no están escritos en la era de la fecha que  ostentan, lo dije arriba, cuando hablé del río de Vizcaya, que baña a Bilbao, porque se hallan escritos en el antiguo Cartulario o Códice (llaman Becerro) de los documentos del monasterio de San Millán. Hay también un ejemplar de los mismos en el pueblo de Cuellar, escrito en lengua española, e inserto en el nuevo diploma de Fernando IV, rey de Castilla, expedido en Valladolid, el 21 de setiembre del año 1287, por el cual Fernando ratifica todas las cosas contenidas en aquellos pergaminos: por testigo de ambas cosas tengo a Sandoval en la relación de las cosas de San Millán”.

c) Bajo dominio castellano:

Tras la dominación pamplonesa o navarra, Guipúzcoa pasó a la jurisdicción castellana como lo confirma el mismo Oihénart: “Y en cuanto a lo que escribe el mismo Garibay, en el lib. 11, cap. 22 que también estaba Guipúzcoa bajo el amparo de Alfonso, rey de Castilla, en 1090, debió saber que esto había sucedido, porque, a la muerte de Sancho García, rey de Pamplona, a quien se le quitó la vida en Peñalén, en 1076, habiendo sido el heredero legítimo arrojado por fuerza, fue ocupado su reino, en parte, por el mencionado Alfonso y en parte por Sancho Ramírez, rey de Aragón. Y por esta causa «los navarros (lo diremos con las palabras de Rodrigo de Toledo), como acéfalos, andaban fluctuando entre Castilla y Navarra». Mas algunos años más tarde, habiendo sido restablecido en el ansiado reino el Infante Navarro, García Ramírez, volvió igualmente Guipúzcoa a su poder, y en la misma causa se mantuvo bajo sus sucesores, hasta el reinado de Sancho, último de este nombre.

Como éste se había ido al Africa y demorara allí mucho tiempo su estancia, ardiendo entre tanto la provincia en guerras, fue forzada, junto con Alava, a pasar al dominio y potestad de Alfonso IX (VIII), rey de Castilla. Desde entonces, viendo los reyes de Castilla la utilidad de los futuros servicios y la necesidad de la fidelidad de los guipuzcoanos, habitantes de aquel extremo de su reino, y en los límites de Francia y España, les concedieron muchas y singulares inmunidades y prerrogativas, dedicándose además a fundar muchas villas y pueblos nuevos, a reparar los antiguos y a engrandecerlos en su suelo y país.

Porque encuentro que Guetaria y Motrico fueron restaurados y fortificados por el mismo Alfonso, en el litoral del Océano, y por su nieto Alfonso, ampliado Mondragón y fundado Vergara: Azpeitia tuvo su origen de Fernando cuarto, y Azcoitia lo tuvo de Alfonso nono (VIII), según aparece en las escrituras públicas.

Es deber del Corregidor atender durante un trimestre a la resolución de los pleitos y al castigo de los delincuentes en cada uno de los pueblos. Salinas, Maya, Deva, Plasencia, Eibar, Elgoibar y Zumaya fueron declarados municipios por el mismo Alfonso IX (VIII). Usúrbil reconoce por fundador a Enrique I, y Orio, Cestona y Villarreal de Urrechu, a Juan I.

Geografía eclesiástica:

El mismo Oihénart tiene su tratamiento específico respecto de la gografía eclesiástica de Guipúzcoa. Dice así: “La mayor parte de Guipúzcoa y todo lo comprendido entre los ríos Urola y Bidasoa estaba bajo la jurisdicción eclesiástica del Obispo de Bayona, de la  Vasconia aquitana; pero Felipe II, rey de España, consiguió, en tiempo de nuestros padres, del Sumo Pontífice un rescripto por el que se sustrajo del Obispado de Bayona la jurisdicción sobre Guipúzcoa, y se transmitió al Obispo de Pamplona. Conforme a su costumbre, Santiago Thuan explicó así erudita y elegantemente en el lib. 37 de la Historia de su tiempo, al año 1565, la causa de este rescripto: «Con ocasión del mal de la secta, que corría en Francia, se había pedido por el duque de Alba, en nombre de Felipe, que por decreto del rey se revocara la libertad de asistir a los sermones en los pueblos puestos en la frontera, para que el mal no se introdujera por contagio en las vecinas regiones, y muchos, atraídos por la proximidad, no se trasladaran con facilidad de una a otra jurisdicción; pero intermediando entre nosotros los protestantes, y exagerando la iniquidad de lo pedido con la publicación de un folleto, de ninguna manera se dió satisfacción al deseo del de Alba; sin embargo Felipe obtuvo después, con este color, del Pontífice, que Guipúzcoa y Vizcaya, antiguamente provincias comprendidas con el nombre de Cantabria, que estaban sometidas al Obispo de Bayona, que se substrajeran de su jurisdicción y diócesis, con gran desprecio e injuria del nombre francés». Que empero no concedió el Pontífice esto pura y definitivamente al Obispo de Pamplona, sino solamente con derecho fiduciario, mientras no cesara la plaga de la heregia, que entonces cundía por Francia, lo declara el escrito pontificio, cuya copia ha excluido de este lugar el deseo de la brevedad.

Los documentos antiguos del Cartulario de la Iglesia de Bayona, escritos en tiempo de Benedicto VII, Pontífice Romano, hacia el año de Cristo 980, demarcan los límites de esta diócesis, de parte de Guipúzcoa, el monte de San Adrián, al que llaman Santa Triana, y Santa María de Arosth, voz que no se aparta mucho de Urostili, que es lugar, que dista poco de la orilla del Urola y del pueblo de Azpeitia. La otra parte de Guipúzcoa, que se extiende del Urola al Deva, sometíase antes al Obispo de Alava, ahora la rige el Pontífice de Calahorra, lo mismo que a Vizcaya. El monte de San Adrián, que menciona el rescripto, por lo que mira a Francia, se partió por obra humana, para las necesidades de los que de allí y de aquí andaban en negocios”.

Geografía lingüística

a) Estudio lingüístico de los corónimos:

 Oihénart aprovechando sus conocimientos de la lengua vasca, intenta sacar conclusiones del nombre de las cosas y de los corónimos. Así describe el nombre de Navarra, derivándolo de Nava o llanura contigua a los montes. Igualmente hace derivar el nombre de Pamplona del nombre de Pompeyo al que se le añadió el sufijo vasco one o une, esto es locus. El nombre primitivo del hábitat era Iruña esto es “populus novus”.

Siguiendo el mismo procedimiento, aun cayendo en errores lamentables, estudia los nombres de Olite-Erriberri o pueblo nuevo, siendo Olite derivado de Ologuite o lugar abundante en pan hecho de avena; Puente la Reina-Garés, Burguete-Auritz, o Lumbier-Irunberri, etc.

Alava la deriva de la voz árabe Arab que significa desierto o del topónimo Alba, ciudad habitada por los várdulos siguiendo a Ptolomeo. Respecto a Vitoria no admite su derivación de Vélica, sino del Victoriaco fundado por Leovigildo, si bien se inclina por el nombre de Gasteiz.

Vizcaya equivale para nuestro autor a tierra montuosa y áspera. De ella dice que era vasca, por ser dependiente de Navarra.

El corónimo Guipúzcoa afirma derivar de Ipuzcoa, pero no se pronuncia por su etimología por considerarla obscura, como la que más, de cuantas hay en los nombres propios de toda España. Dice textualmente: ...La lengua española llama Guipuzcoa a Ipuzcoa, anteponiendo la consonante G, la cual suele juntarse a ciertas otras palabras, que comienzan por vocabulo, porque diece guevo, por huevo, guerta por huerta, guesa por huesa, Guesca por Huesca, ciudad, en todas las cuales es inútil la letra G. Los naturales del país, en su propia lengua, le llaman Ipuzcoa, y en los documentos antiguos este nombre no empieza más que por la vocal I; la cual, sospecho también, que estuvo traspuesta en ciertos pergaminos del Cartulario de la Iglesia principal de Bayona, donde nombra a la villa de San Sebastián, capital de Guipúzcoa, San Sebastián de Pusito, cuando debía decir de Ipuzcoa. La etimología de esta palabra es obscura, como la que más, de cuantas hay en los nombres propios de toda España.

b) Tubalismo:

Como ya hemos visto en los anteriores artículos sobre las geografías guipuzcoanas de la modernidad, un tema recurrente de los mismos, era entrar a tratar de los límites geográficos del vasco antiguo, lo cual significaba encarar una serie de temas recurrentes como el tubalismo, el cantabrismo y el vascoiberimso.

Aunque en la historiografía hispana, estos temas estaban relacionados entre sí en la práctica, no lo tenían por qué estar en la teoría, como lo demuestra el propio Oihenart, que soslaya como tema político el tubalismo, perfila el cantabrismo y trata del vascoiberismo.

Sobre la tradición histórica del Tubalismo habría que partir de San Jerónimo, al interpretar un texto de Isaias, en conexión con otro de Flavio Josefo. La cadena historiográfica pasa luego por las Etimologías de San isidoro, el “De rebus Hispaniae” de Rodrigo Ximenez de Rada, la Historia de Alfonso X el sabio y de aquí a otros cronistas e historiadores posteriores.

Esta tradición se vió engrosada por la falsificación de Annio de Viterbo a comienzos del siglo XVI, el cual afirmaba la venida de Tubal a Iberia. En este mismo siglo son de opción tubalista Ocampo en su obra “Los quatro primeros libros de la Crónica general de España” de 1545 y algunos años más tarde el guipuzcoano Esteban de Garibay.

c) Vascoiberismo:

 El paso de Ocampo a Garibay, del Tubalismo al Vascoiberismo, lo mismo que la continuación vasco-iberista por P. Merula, J.J. Scaligero, Andrés de Poza, B. de Echave, Ohienart, Moret, Larramendi, Masdeu, Astarloa, Erro, Hervás, G. de Humboldt, H. Schuchardt y Menéndez Pidal lo constata historiográficamente Julio Caro Baroja en varias de sus obras principalmente en la titulada “Los Vascos y la historia a través de Garibay”.

Oihenart se sitúa en la tradición vascoiberista pero no con los caracteres de reafirmación nacional hispana ni con los intereses de clase de los cristianos viejos contra los conversos o marranos, ni como medio de reafirmación de la hidalguía universal de los vascos. El objetivo de Oihenart es la construcción nacional vasca, describiendo geografías repartidas al norte y sur del Pirineo, entre dos sobernarías estatales enfrentadas. Y si se me apura podría decir que Oihenart realiza una historia haciendo una reclamación de las tierras irredentas de toda Vasconia, tanto ibérica como aquitana para la sobernía de la verdadera y legítima realeza navarra, ahora unida a la Corona de Francia. No hay que olvidar que Oihenart era un funcionario consciente y activo de la casa real navarra. Por este su decidido navarrismo agramontés fue tenido por sospechoso por la administración castellana beamontesa de Pamplona, cuando quiso investigar los archivos del reino de Navarra en Pamplona.

Oihénart en el lib.I, cap.13 dice a este propósito: “Creo que ésta fue la lengua de todos los pueblos montañeses, que vivían en el Norte de España, es decir, de los Vascos, Várdulos, Autrigones, Caristios, Astures, Cántabros, Gallegos y Lusitanos, pues que consta por Estrabón que todos estos pueblos vivieron con las mismas costumbres y que practicaron la misma norma de vida, es justo creer que también tuvieron una lengua común”.

Volviendo al vascoiberismo se puede asumir lo que afirma Bedialauneta: “lo destacable de su defensa del vascoiberismo lo constituyen los argumentos filológicos por él aducidos, que interesan a la lingüística románica y al debate sobre el léxico prerromano peninsular, proporcionando un largo listado de vocablos supuestamente hipano-vascos y procurando mostrar en su argumentación coincidencias tanto léxico-semánticas como fonéticas entre el castellano y el euskera, para demostrar la influencia o pervivencia de rastros de la segunda lengua en la primera”.

El estudio diacrónico de las lenguas francesa y alemana en los textos medievales, le da pie para travasar este esquema a la lengua latina, española y a la vasca, y de esta comparación concluir afimando las razones del vascoiberismo. Con la misma autora Bedialauneta ya citada podríamos decir: “Insistimos en destacar su modernidad metodológica en el hecho de que el autor suletino no sólo identifica fenómenos o usos fonéticos concretos sino que es capaz de la correspondiente generalización y abstración, hasta deducir lo que podriamos considerar un esbozo de ley fonética (a pesar de no identificar el contexto exacto del cambio, la posición intervocálica de la resontante lateral) que opera en la lengua, concepción lingüística como ya se ha dicho dependiente de las teorías scaligerianas, y se encuentra en las antípodas de los vascólogos predecesores, produciendo en Oihenart un salto cualitativo”. Y prosigue: “La originalidad de su argumentación es patente, reconduce la polémica vascoiberista hacia la discusión del léxico prerromano peninsular que cree fundamentalmente vasco”.

d) Cantabrismo:

También es éste un tema recurrente en la obra de Oihénart. Distingamos varios aspectos:

1) Cantabria:

Nuestro autor toma el estudio de este tema desde sus raices geográficas e históricas señalando lo que él entiende por Cantabria. Dice textualmente “aunque nosotros no podemos describir exactamente por todos los lados el lugar fijo de Cantabria, sin embargo nos atrevemos a afirmar que están en un grandisimo error los que la circunscriben con los límites de Vizcaya, Alava, Rioja y Guipúzcoa, ni una sola de las cuales deberá contarse como parte de ella: lo cual se hará claro a los que leyeren los libros particularmente de Ptolomeo, Mela y Plinio”.

Y luego más tarde dice: “en cuanto a lo que opinan Florian y los que le siguen, Garibay, Sandoval y muchos otros, que existió el pueblo, Cantabria, capital de la nación, situado en las márgenes del Ebro, no lejos de Logroño, afirmando que subsiste con su nombre, en el mismo lugar, en que se le fundó, nada de esto pertenece a la antigua Cantabria; por cuanto ningún autor de la Edad Antigua y Media menciona semejante población y consta, por lo que hemos dicho, que Logroño estuvo en lo pasado en los confines de los Berones y de los Vascos”. (Lib.I, cap.2).

El mismo Oihénart admite que “no siempre estuvieron los Cántabros en los mismos sitios” y añade: “sea lo que fuere, es lo cierto, que la Rioja y la comarca vecina, hasta la orilla del Ebro, llevó el nombre de Cantabria, ya desde el tiempo de los reyes godos... Rodrigo de Toledo y Lucas Tudense alaban el rey de Pamplona, Sancho García, nieto de Iñigo, de haber adquirido con armas a Cantabria, por haber conquistado a Nájera y Viguera” (Lib. I,cap.5).

Siguiendo con esta afirmación Oihénart niega que las guerras cantábricas se celebraron en Guipúzcoa contra Garibay (Lib.6, cap.27), que para apoyar esta tesis, identificaba los vocablos Vinio o Vindio, Medulio o Edulio, Segisama y Arracili, con los de Hirnio o Hernio, Menduria, Beizama y Arrexil que se conservan todavía en Guipúzcoa. (lib.I, cap.4).

2) teoría cantabrista:

Oihénart para afirmar la tesis de que el vascuence fue la lengua de los pueblos prerromanos norteños de la península cita en su confirmación a otros autores como el lib. I, cap.V de la primera edición latina de 1592 de “Joannis Marianae historiae de rebus Hispaniae libri triginta. Accedunt Fr. Josephi Emmanuanuelis Minianae Valentini continuationis novae libri decen de 1633, junto con la obra de L. Nuñez, de Ambrosio Morales y de “otros no pocos” que siguen a Garibay en la hipótesis cantabrista.

Otras citas guipuzcoanas de Oihenart

En otros muchos momentos de la obra, alude Oihénart a transmitir noticias de Guipúzcoa o de los guipuzcoanos. Recojamos algunas:

– De Fr.Prudencio de SANDOVAL: Historia del Monasterio de San Millán, toma Oihénart la noticia sobre el derecho que asistía a Guipuzcoanos, vizcaínos y alaveses para elegir a sus señores si bien bajo el dominio supremo de los reyes de Navarra.

– Oihénart cita a Jacques THUAN: Historiarum libri XVIII, Parisiis, 1604 apud Mamerti viduam para narrarnos la órden papal dada por Roma a petición del rey Felipe II, para sustraer al obispado de Bayona la jurisdicción de Guipuzcoa y tierras navarras afines y trasvasarlas a la de Pamplona.

– En Lib. I, cap.7, vuelve Oihénar a afirmar que parte de la actual Guipúzcoa perteneció a la antigua Vasconia. “En lo antiguo la Vasconia estaba situada donde ahora está Navarra, pero con fronteras más dilatadas que la actual Navarra; pues comprendía allende el Ebro, Calahorra y Gracurri (pueblo poco distante del lugar llamado ahora Alfaro), el antiguo Condado de Aragón, por el mediodía, por el norte llegaba hasta el Océano Cantábrico, del lado de Guipúzcoa, en el que se halla ahora Fuenterrabía”.

– En el Lib. I, cap. 11 dice: “El gran Scaligero, llama a la lengua vasca, cantabrismo y la cuenta entre las lenguas madres de Europa...Los franceses llamas Bascos o Basculos a los que hablan esta lengua; los españoles llaman con el nombre general de Bizcaya la región en que se halla este dialecto... La usan (la lengua vasca) a esta parte del Pirineo ahora la máxima parte de Navarra, toda Guipuzcoa, Alava y Bizcaya; al otro lado del Pirineo, los tres distritos, que se designan con el nombre de Vasconia o tierra de los Vascos, a saber, Laburdi, baja Navarra y Soule”.

– En el Lib. I, cap. 55, Oihénart rebate a Briz Martinez en su “Historia de la fundación y antigüedades de San Juan de la Peña y de los reyes de Sobrarbe, Aragón y Navarra...hasta que se unió el Principado de Cataluña con el reyno de Aragón”.

Zaragoza, Juan de Lanaja, Quartanet, 1620. cuando éste afirma que los señores aragoneses, lo fueran de Guipúzcoa.

– En el Lib. II, cap. 8, cita a Andrea NAVAGERO: “Il viaggio fatto in Spagna, et in Francia, del magnifico M. con la descritione particolare dei luochi et costumi delli popoli di quelle Provincie”. In Venegia, apresso Domenico Farri, 1563, a proposito de la extraccion de hierro y acero así como de la pesca en Guipúzcoa.

– En el Lib. V, cap. 28 Oihénart refuta a Esteban de Garibay y Çamalloa en su obra “Recopilación de las cosas de Guipuzcoa”, 2º edición al hablar del lugar en el que se celebraron las guerras cántabras que para nuestro autor ciertametne no fue en Guipúzcoa.

– Igualmente en el Lib.VI,cap.27 refuta a Esteban de Garibay y Çamalloa: “Los XL libros d´el Compendio historial...”, Anveres, 1571, por confundir Vinio-Vindio con Hernio, Medulio con Menduria, Sagisama con Beizama y Aracili con Arrexil, etc.

– En el Lib. X,cap.8 Oihénart rechaza la opinión de Garibay que defendía la pertenencia de Guipúzcoa a Fernando conde de Castilla en la era 972, argumentando que el mondragonés se basa en documentos de escaso valor.

– En el Lib.XIII, cap.2, sigue Oihénart a Ambrosio de MORALES: “La Crónica General de España”, Alcalá de Henares, en casa de Juan Iñiguez de Lequerica, año 1574, y en contra de Garibay, en la localización del monte Meludio en Guipúzcoa.

– Del mismo modo en el Lib. XVI, cap. 16 pone en duda la opinión de Morales inspirado en Garibay, acerca de la pertenencia de Guipúzcoa a los condes de Castilla.

– Por fin en el Lib. XXI, cap. 1 cita a Garibay: “Recopilación de las cosas de Ipuscua” lib. XXVII, cap. 40 en donde se nombra a Jimeno Garcés vizconde baigorritano, lo mismo que en el lib. XX, cap.15 en lo referente a la batalla de Beotibar de 1321.

 

Apéndice 1: Anónimo de 1569

 Publ. Daniel CELLARIO FERRIMONTANO en Speculum Geographicum. Amberes, 1569 (1577 según otros), en el apartado titulado “Nova et exactissima descriptio nobilis provinciae Guipuscouae, in partibus Hispaniae sitae”. Dos tomos en folio (42 x 29 cm.) incluyendo un mapa de Guipúzcoa.

 

Publ. Carmelo ECHEGARAY: Curiosidades bascongadas. Descripción de Guipúzcoa en el siglo XVI. “Euskal-Erria” XXVIII(1893)337-340.

GUIPUSCOA PROVINClA

 Provincia ac vulgo dicta Guipuscoa, in extremis Hispaniae finibus sita est a latere Septentrionali, ab Oriente vero spectat ad Galliam, incipiens a Fonte Arabum, Meridiem versus Cantabriam attingit, eodem regno accincta ab eo fere compendio de Oxarcum ad sanctum Adrianum, quod oppidum in hujus provinciae umbilico situm est, et ex ejus parte nonnihil tendens ad Solis Occasum, spectat quoque ad Alaban et ab Occidentali parte est Aramaione et Biscayae contermina, donec tandem desinat in Oceanum, qui eam a Septentrione alluit, a Motrico primo istius provinciae oppido, versus Fontem Arabum. Habet autem in circuitu triginta sex milliaria.

Hujus regionis hominis natura sunt ingeniosi, politici, satis exculti, ad alliciendum faciles, et qui difficulter cogi possunt, honoris cupidi, suorum privilegiorum defensores acerrimi, agiles, animosi, ad tractanda omnis generis arma dexterrimi, et ad militian proclives. Sic ut posteaquam juvenes decimum septimum aetatis annum attigerint, vix ullus est eorum qui non ensem habeat, hastam aut pilum, bombardam vel balistam, quibus se assidui exercent. Itaque quoties fit per provinciam ad arma conclamatio, vel militum conscriptio uti adcidit anno quingentesimo quinquagesimo octavo supra millesimum, coadunantur trium dierum spatio ad tredecim hominum millia, qui majori ex parte sunt schloppetarii, fortes, strenui, manuque prompti ad quodcumque egregium facinus, sive in mari, sive in continenti aggrediendum. Mulieres hic sunt valde robustae, planeque viragines, corpore bene habito, forma bona: licet laboribus assuetae, idcirco minus arrogantes.

Praecipuae regionis hujus facultates ac negotiationes sunt ferrariae, et mollae ad ferrum praeparandum comparatae, videlicet propter montium et aquarum commoditate, quae ferrariae sunt hoc tempore plures centum, his demptis quae jan vel desertae sunt vel in ruinam abierunt: quarum unaquaeque, mille ferri centenarios in annos singulos ut plurimum elaborat. Ideoque maxima pars Hispaniae, Galliae, Inferioris Germaniae, Italia quoque et Orientales regiones pleraque, India tam Orientalis quam Occidentalis ferrum hinc sibi petunt, nec-non omnis generis instrumenta, quae eo ibidem cuduntur, veluti vomeres, batilla, malleos equorum, et alia ejusmodi.

Item et omnis generis arma, tam ad laedendum, quam ad propulsandas injurias comparata, loricas, bombardas, arcubalistas, enses, longas et breves hastas. Habent insuper magnam copiam optimi calybis qui maxime expetitur a regnis et regionibus jam dictis. Fiuntque insuper in hac provincia maximae ad pulcherrimae naves, quibus universsum circumeunt orbem: ne quid dicam de longo illo itinere ad Indias Occidentales, et eas quae spectant ed Solis Ocasum deque coeteris navigationibus Incolarum hujus provinciae versus partem illam Septentionalem, frigidissimamque, quae Terra nova vulgo nuncupatur, quaeque ob continuas maximasque gelu concretas nives inhabitabilis perhibetur. Quas dificultates haec gens magna admirabilique animi fortitudine saepius superabit, et terrorem quem allis hominibus incuterent in medio mari gelu nibibusque obducti montes parvifecit: eoque loco interficiunt, non sine magno discrimine, magno numero cete et balenas adeo magnas, ut earum longitudo sit 30,35 et 40 cubitorum, easque coquunt et liquefaciunt in magnis ahenis, indeque pinquedinem eliciunt, et in cadis quotamis in Hispaniam deferunt, indeque in Angliam, Galiam et Belgicam. Navigant quoque singulis annis verplagamilleam Terrae novae paululum deflectentes ad Meridiem et Occidentem Solem, magno navium numero, unde annuatim adferunt quantitatem non paenitendam catharidarum ad estimationem 1000 et amplius ducatorum. quo majori Hispaniae parte prospicitur. Haec provincia omnis cum sit montuosa et aspera, non est usque adeo culta, quae tamen in ea loca coluntur valde sunt fertilia. Vineta non habet nisi pauca in parte illius maritima, omnes autem ejus habitatores praecipue vero mulieres utuntur pro potu liquore e malis expresso, biceram vocant.

Temperata maxime haex regio est, ut quae nec sentit frigoris molestias, nec Solis vehementes  ardores, coelo autem utitur humido et inconstanti. Subjacet sexto climati, quod ad pontem Euxinum transit. Latitudo ejus sive elevatio est ad Sanctum Andream (quod ipsius provinciae est principium a Meridie) cuadraginta trium graduem eum dimidio, et ad Sanctum Sebastianum, cuadraginta quatuor cum dimidio ad minimum.

 

Apéndice 2:

La descripción geográfica de Guipúzcoa en Oihénart: Arnaud D´OIHENART: “ Notitia utriusque Vasconiae” Vitoria-Gasteiz, 1992.

Libro II, Capitulo VIII: De los demás pueblos de la Vasconia ibérica, a saber, de los Alaveses, Vizcainos y Guipuzcoanos.

 

...La lengua española llama Guipuzcoa a Ipuzcoa, anteponiendo la consonante G, la cual suele juntarse a ciertas otras palabras, que comienzan por vocabulo, porque diece guevo, por huevo, guerta por huerta, guesa por huesa, Guesca por Huesca, ciudad, en todas las cuales es inútil la letra G. Los naturales del país, en su propia lengua, le llaman Ipuzcoa, y en los documentos antiguos este nombre no empieza más que por la vocal I; la cual, sospecho también, que estuvo traspuesta en ciertos pergaminos del Cartulario de la Iglesia principal de Bayona, donde nombra a la villa de San Sebastián, capital de Guipúzcoa, San Sebastián de Pusito, cuando debía decir de Ipuzcoa. La etimología de esta palabra es obscura, como la que más, de cuantas hay en los nombres propios de toda España. Si es lícito adivinar en cosa tan abstrusa y escondida, opinaría que procedió del pueblo de las Vibiscas de la Aquitania, cerca de Burdeos (según Plinio y Ptolomeo en los manuscritos de la Biblioteca Real de París, Ubiscas; pero Estrabón los llamó Yoscos), los cuales pudieron invadir esta región antes que lo ocuparan los Vascos, ya que no distaban mucho de ella. Tanto más me muevo muchísimo a creer esto que resulta evidente de la Crónica de Fredegario, cap. 33, y de la Historia de los Francos de Aimonio, lib. 4, cap. 13, que durante el reinado de los godos fue ocupada la Cantabria por los Francos.

También convenía que esta comarca (donde está la entrada de la Galia, o Francia, a la Cantabria), estuviese bajo su mando y potestad. Lo cual puede colegirse igualmente de las palabras de Fredegario y Aimonio, si se entiende exactamente. Porque, después de contar cómo Siseboto, rey de España, arrebató con armas la Cantabria a las tropas del Emperador Romano, que en ella habían sucedido a los francos, añaden muchos autores, que además el mismo rey expugnó otras muchas poblaciones en la costa marítima, y las destruyó, después de arrojar de allí a los godos, o de darles muerte, y que las fronteras de la soberanía de los godos se dilataron así por cl lado del mar hasta los Pirincos. Con estas palabras, parece que señalaron bastante claramente la región de Guipúzcoa, que es la única que está unida a la Cantabria por el costado del Océano y el Pirineo. En este lugar, empero, es preferiblc copiar las palabras de Fredegario y Aimonio, en las cuales fundamos nuestra conjetura: «En aquel año, dice Fredegario, muerto Betterico, sucedió en el reino dc España Sisebodo, hombre sabio y muy loable en toda España y lleno de piedad. Pues peleó valerosamcnte contra la hueste pública, sometió la región cantábrica al reino de los godos, la cual habían poseído algún tiempo los francos. Un Jefe, llamado Franción, que había regido a Cantabria durante algún tiempo, había pagado tributos, largo tiempo, a los reyes de los Francos. Mas como Cantabria había sido rescatada por los godos, de parte dcl imperio (como arriba sc lee), vuelve a ser ocupada, y Sisebodo quitó al imperio romano muchas ciudades en la costa del mar, y las destruyó hasta los cimientos; y cuando los romanos eran despedazados por el ejército de Sisebodo, decia Sisebodo, lleno de piedad: «Desgraciado de mí, en cuyo tiempo sc hace la efusión de tanta sangre. Libraba de la muerte al que podía socorrer. Se arraigó el reino de los godos en España por las costas marítimas hasta los montes Pirineos». Las palabras de Aimonio son estas: «Muerto el jefe Franción, Sisebodo arrebata la Cantabria a los soldados de Constantinopla y extiende por fin el reino de los godos hasta los montes Pirineos». Creo quc ninguno que haya leído los geógrafos antiguos ignorará que en lo pasado se llamaba Vardulia. Sus fronteras son por el Oriente la comarca de Laburdi, que es tierra de Aquitania, de la cual le separa el río Bidasoa, por el mediodía el reino de Navarra y parte de Alava, y por el Océano Cantábrico por el Norte. Las escrituras del voto de San Millán, que he citado arriba, la circunscriben con fronteras algo más estrechas, que las que de ordinario suelen señalársele, a saber, siguiendo el río Deva hasta San Sebastián, con estas palabras: «Desde el  río Galharraga al río Deva está comprendida toda Vizcaya y del mismo río a San Sebastián se halla toda Guipúzcoa».

Cuando Rogerio Hoveden, en la parte última de los Anales, prolonga el territorio del Conde de Bayona hasta el puerto de Huars, o Huviars, al que los moradores llaman ahora Oyarzun, indica suficientemente que en su siglo el río Bidasoa y el pueblo de Fuenterrabía y asimismo aquella población, que se llama Irún Uranzu estaba fuera de Guipúzcoa y que pertenecía al Condado, o Vizcondado, de Bayona. Guipúzcoa se divide en regiones principales, que los moradores llaman Certanes, en lenguaje vulgar, y las separan por otros tantos rios. La primera región la regada por el río Deva; la segunda, la que se extiende por las riberas del río Urola; la tercera está bañada por el río Oria. Esta última supera a las otras dos por la extensión, y llega hasta los límites de Francia. Deva, mencionado en los escritos de Ptolomeo y Mela, nace en los montes de Guipúzcoa, que tocan a Alava, en el territorio de aquel lugar, que recibe su nombre de Salinas, de las salinas cercanas, que en la lengua del país se dice Gatza, sal. Este río, atravesando por los valles de Leincio y Elgueta, e hinchándose con las aguas de otros tres ríos, que en su seno recoge, el primero, del valle de Aramayona, el segundo, de la villa de Oñate y el tercero, procedente de las fronteras de Vizcaya, por las tierras de Elgoibar y Mendari, y no lejos dc la población de su nombre, Deva, llega al Océano. El Urola, naciendo en los montes de Segura, contiguo a Alava, y deslizándose por el valle de Lcgazpi, y por los pueblos de Azcoitia, Azpeitia y Santa Cruz de Cestona y por los límites del valle de Arrona, se lanza, en el mar, cerca del lugar de Zumaya. El Oria brota sobre el pueblo dc Cegama, no más lejos de una legua de distancia del monte Edito, que en aquellas comarcas es conocidísimo con el nombre de San Adrián, y rodeando por el pueblo de Segura, aumentado por la confluencia de tres ríos, quc bajan de los montcs de Alsasua, Valle de Areria y del monte Aralar y que recibe en su seno, toca a Alegría; de aquí se vuelve a Tolosa, a donde va al encucntro del río Araxes, el cual, dcscendiendo de los montes de Navarra, próximos a Larraun y Baraibar, mezcla allí sus aguas con el Oria; luego ambos, rodando por los campos de Usúrbil y Oria, cerca del pueblo de Oria, se sumergen en el Océano. Esta región de Oria, o Araxes, comprende otros tres ríos, Urumea, el Lezo y Bidasoa, en los cuales tenemos que buscar el Menlasco de Ptolomeo y el Magrada de Mela, los cuales, si asentimos al Villanovano, traductor de Ptolomeo, no constituyen dos ríos diversos, sino uno sólo, a saber, el que con el nombre de Bidasoa separa ahora a Francia de España. Pero a Ocampo y a Garibay les agrada entender el Menlasco de Ptolomeo por Urumea, el cual, saliendo de los montes de Navarra y deslizándose por los campos de Hernani, entra en el mar, cerca de San Sebastián. Mas Abrahan Ortelio prefiere que el nombre Menlasco se aplique al río, llamado por los guipuzcoanos Orio. Opinaría lo mismo si no obstara las distancias de grados, asignados por Ptolomeo al río Menlasco y al pueblo Oiason (el Idanusa u Oidassuna de Ptolomco), del cual no es difícil entender, deduciendo de las palabras de Mela, en el pasaje en que habla de Magrada, que es el mismo Fuenterrabía, o que estuvo muy cerca de su lugar. Pero ciertamente tenemos que reconocer (si no queremos tachar de erróneas las cifras de los números de Ptolomeo, o si no identificamos las aguas de Menlasco con las de aquel río, llamado por los guipuzcoanos el Río Lezo, el cual se derrama en el Océano, no lejos del puerto de Pasajes, después de haber dcscendido de los montes de Navarra y de haber atravesado los campos de Oyarzun) que Menlasco en nada difiere de nuestro Bidasoa, como tampoco del Magrada de Mela: porque los números de Ptolomeo no permiten que se le pueda aplicar al Urumea el sitio de Menlasco; ni es verosímil, que Ptolomeo, geógrafo tan eminente, olvidándose del Bidasoa y del Oria, principales de aquella región, haya mencionado el Urumea, rio pequeño.

Las poblaciones de Guipuzcoa, que hay que recordar son tan sólo San Sebastián, llamado por los indígenas por corrupción, Donostia, Tolosa y Fuenterrabía. Está situada San Sebastián en la misma orilla del mar; se le nombró antiguamente con el nombre de Icuro, según así le llama Sancho el Mayor, rey de Pamplona, en un diploma publicado en el Catálogo de los Obispos de Pamplona de Sandoval. Tiene a un rey tan grande por testigo preclaro de su antigüedad.

Además se prueba que fue aumentado y restaurado por otro Sancho, también rey de Pamplona, apellidado el Sabio, mediante aquel diploma por el que concede a sus habitantes los privilegios del Fuero de Jaca. Aunque no es grande la población, se distingue ahora por el ornato y la elegancia; es frecuentada por los viajeros y está fortificada por un puerto muy grande, que atrae a los que comercian por el mar; y con la fortificación ofrece, no sólo una estación segura para las naves, pero también facilidad para comerciar a los mismos mercaderes, por ser un punto a propósito; porque se halla casi en los límites de Francia y España. Tolosa, situada en la confluencia de los ríos Oria y Araxes, es cabeza de los pueblos del tcrritorio interior, y allí tiene  su residencia principal el Prefecto o Magistrado, llamado por los españoles Corregidor. Se puede probar con instrumentos del 20 de abril de la era 1328, firmados por Sancho, que corren por las manos de los moradores de la villa, que fue fundada bajo los auspicios de Alfonso X y de su hijo Sancho IV, cerca ha de trescientos cincuenta años. En la orilla del río Bidasoa (que corre aquí de los montes de Navarra por la comarca baztanesa), está puesta Fuenterrabía, no lejos de la costa del Océano: se le llama por algunos escritores latinos Fuente rápida, o rabiosa; atestigua Garibay, en el lib. 8, cap. 10 que los moradores del país le apellidaban en su tiempo Ondarribia; pero ahora le llaman con tres a Ondarrabia; y parece que así se le llama con voz vasca, por corresponderle eso al río, por su posición, como OndarYbaya, el último río. Porque es el último, no sólo de Guipúzcoa, sino de toda España, para los que van a Francia, y viceversa, de los que de Francia marchan a España, el último río, que se encuentra en Francia. Afirma Beuter, en el lib. I cap. 27, que la fundó el rey godo Suintila ¿pero quién creerá a Beuter en cosa tan antigua y remota de nuestra época, sin que haya testigo que lo declare? De cierto, no se presentan razones, que concedan la gloria de tan grande antigüedad a este pueblo; pues no se conservan rastros del antiguo pueblo, Oiasio, Oidasuna o Eason; aunque puédese colegir de Ptolomco y Mela que no se apropia mal a esta población su posición. Hoy es defensa poderosísima de España, situada esta parte, contra Francia. Alfonso IX (VIII), rey de Castilla, que quitó este pueblo con toda Guipúzcoa y Alava, a Sancho, rey de Navarra y último de este nombre, dió a sus habitantes los privilegios del Fuero de Jaca, que habían sido concedidos algunos años antes a la villa de San Sebastián por el padre de Sancho, y ordenó que la organización y los términos de la región se limitasen por los ríos Oiarzun y Bidasoa, por el monte Peña de Aya y por los pueblos, Lesaca, Belza e Irún Uranzu, por medio de un decreto que publicó sobre esto en Palencia el 18 de abril de 1241. Ptolomeo, confundiendo la población con el sobrenombre, llama Oiason al promontorio, que se halla encima de este pueblo. Plinio le llama Olarso, y Marciano Capela, Iarso. Todavía conserva vestigio de estos nombres el lugar denominado Oyarzun, distante dos leguas de Fuenterrabía; pero los vascos expresan con la palabra Ozarzo un objeto o un paraje silvestre. Guipúzcoa tiene, además dcl puerto de San Sebastián, otro puerto notable, conocido con cl nombre de Pasages, hecho más por la naturaleza que por el arte, a unas cuatro leguas aproximadas del de San Sebastián, al oriente. Existen asimismo al Occidente otros dos pequeños puertos, Guetaria y Motrico, que llevan los nombres de sus pueblos.

Además de Tolosa, entre las poblaciones no situadas en la costa, se nombran Placencia, fábrica incansable de toda clase de armas, que son exportadas de aquí a todas las regiones de España; y Oñate (que está sujeta a los Condes de Guevara) con su Universidad, que la hace esclarecida. Aquella empezó a edificarse en 1343, por orden del rey de Castilla, Alfonso XI; pero ésta es más antigua, y en tiempo de Fernando IV de Castilla y Luis de Navarra, llamado I Hutín, era ya fuerte y poderosa, si es la misma, que se denomina Oiñaz, en algunos documentos de aquella edad, existentes en el Archivo Real de París. No me consta si Guipúzcoa tuvo o no, antiguamente soberanos propios: sólo sé una cosa, que hubo algunos varones de la nobleza que se apropiaban el sobrenombre dc Guipúzcoa; porque Juan Briz, en la Historia Pinatense, lib. I, cap. 55, menciona a García Aznárez de Guipúzcoa y su mujer Galga, en la era 1063, los cuales donaron a los monjes del mismo cenobio el monasterio, denominado de Olazabal, durante el reinado de Sancho el Mayor, rey de Pamplona. Sin embargo, yo creo que en esto los guipuzcoanos estaban en la misma condición que los alavescs, es decir, libres para elegir a su voluntad sus Señores, para caudillos o defensores; pues leo en Sandoval, en la Historia de las cosas de San Millán, que Lope Iñiguez, Señor de Vizcaya, obtuvo también el mando de Guipúzcoa y Alava, en la era 1120. Mas en siglos posteriores alcanzaron del rey Enrique IV, que no se les forzara en adelante a soportar el mando de ningún magnate, sino que se sometieran sólo a los reyes y a sus representantes, y que no fuera permitido a los reyes el abdicar el dominio de Guipúzcoa, ni el transferirlo a nadie.

Ahora, en lo que se refiere al derecho de dominio supremo, no dudo que casi siempre estuvo en manos de los reyes de Pamplona; ni doy mucha importancia a lo que asegura Garibay, en el lib. 10, cap. 8, del diploma del Voto de San Millán, que Guipúzcoa estaba en poder de Fernando, Conde de Castilla, en la era 972; porque prueban las cosas, que acerca de esto observó Morales, en lib. 16, cap. 16, que hay que dudar del valor de aquel diploma, y que no hay razón para apoyarse en él; y principalmente el hecho de que la batalla de Simancas (que constituye como la mies y materia del voto mencionado para este argumento), no se había dado aún en aquella era, sino cuatro años después, como enseña allí Morales. Además, aunque  concediéramos a Garibay, que el diploma carece de vicio, no por eso sería verdad que Guipúzcoa pertenecía entonces a Fernando, porque Fernando la obligó a San Millán con igual voto que las tierras de su dominio; pues por estas palabras, que se añadieron al pié de aquel diploma pudiese entenderse que aquello fue hecho con la venia del rey de Pamplona: «Yo, García Sánchez, rey de todo el reino de Pamplona, presté asentimiento a tan grande devoción, y la parte de mi reino, que está más cerca del dicho monasterio, como arriba se notó, en aquella devoción introduje, y la confirmé devotamente con mis súbditos». Mas, que son antiguos los pergaminos de este diploma, aunque no están escritos en la era de la fecha que ostentan, lo dije arriba, cuando hablé del río de Vizcaya, que baña a Bilbao, porque se hallan escritos en el antiguo Cartulario o Códice (llaman Becerro) de los documentos del monasterio de San Millán.

Hay también un ejemplar de los mismos en el pueblo de Cuellar, escrito en lengua española, e inserto en el nuevo diploma de Fernando IV, rey de Castilla, expedido en Valladolid, el 21 de setiembre del año 1287, por el cual Fernando ratifica todas las cosas contenidas en aquellos pergaminos: por testigo de ambas cosas tengo a Sandoval en la relación de las cosas de San Millán, & 35. Y en cuanto a lo que escribe el mismo Garibay, en el lib. 11, cap. 22 que también estaba Guipúzcoa bajo el amparo de Alfonso, rey de Castilla, en 1090, debió saber que esto había sucedido, porque, a la muerte de Sancho García, rey de Pamplona, a quien se le quitó la vida en Peñalén, en 1076, habiendo sido el heredero legítimo arrojado por fuerza, fue ocupado su reino, en parte, por el mencionado Alfonso y en parte por Sancho Ramírez, rey de Aragón. Y por esta causa «los navarros (lo diremos con las palabras de Rodrigo de Toledo), como acéfalos, andaban fluctuando entre Castilla y Navarra». Mas algunos años más tarde, habiendo sido restablecido en el ansiado reino el Infante Navarro, García Ramírez, volvió igualmente Guipúzcoa a su poder, y en la misma causa se mantuvo bajo sus sucesores, hasta el reinado de Sancho, último de este nombre.

Como éste se había ido al Africa y demorara allí mucho tiempo su estancia, ardiendo entre tanto la provincia en guerras, fue forzada, junto con Alava, a pasar al dominio y potestad de Alfonso IX (VIII), rey de Castilla. Desde entonces, viendo los reyes de Castilla la utilidad de los futuros servicios y la necesidad de la fidelidad de los guipuzcoanos, habitantes de aquel extremo de su reino, y en los límites de Francia y España, les concedieron muchas y singulares inmunidades y prerrogativas, dedicándose además a fundar muchas villas y pueblos nuevos, a reparar los antiguos y a engrandecerlos en su suelo y país. Porque encuentro que Guetaria y Motrico fueron restaurados y fortificados por el mismo Alfonso, en el litoral del Océano, y por su nieto Alfonso, ampliado Mondragón y fundado Vergara: Azpeitia tuvo su origen de Fernando cuarto, y Azcoitia lo tuvo de Alfonso nono (VIII), según aparece en las escrituras públicas. Es deber del Corregidor atender durante un trimestre a la resolución de los pleitos y al castigo de los delincuentes en cada uno de los pueblos Salinas, Maya, Deva, Plasencia, Eibar, Elgoibar y Zumaya fueron declarados municipios por el mismo Alfonso IX (VIII). Usúrbil reconoce por fundador a Enrique I, y Orio, Cestona y Villarreal de Urrechu, a Juan I.

La mayor parte de Guipúzcoa y todo lo comprendido entre los ríos Urola y Bidasoa estaba bajo la jurisdicción eclesiástica del Obispo de Bayona, de la Vasconia aquitana; pero Felipe II, rey de España, consiguió, en tiempo de nuestros padres, del Sumo Pontífice un rescripto por el que se sustrajo del Obispado de Bayona la jurisdicción sobre Guipúzcoa, y se transmitió al Obispo de Pamplona. Conforme a su costumbre, Santiago Thuan explicó así erudita y elegantemente en el lib. 37 de la Historia de su tiempo, al año 1565, la causa de este rescripto: «Con ocasión del mal de la secta, que corría en Francia, se había pedido por el duque de Alba, en nombre de Felipe, que por decreto del rey se revocara la libertad de asistir a los sermones en los pueblos puestos en la frontera, para que el mal no se introdujera por contagio en las vecinas regiones, y muchos, atraídos por la proximidad, no se trasladaran con facilidad de una a otra jurisdicción; pero intermediando entre nosotros los protestantes, y exagerando la iniquidad de lo pedido con la publicación de un folleto, de ninguna manera se dió satisfacción al deseo del de Alba; sin embargo Felipe obtuvo después, con este color, del Pontífice, que Guipúzcoa y Vizcaya, antiguamente provincias comprendidas con el nombre de Cantabria, que estaban sometidas al Obispo de Bayona, que se substrajeran de su jurisdicción y diócesis, con gran desprecio e injuria del nombre francés». Que empero no concedió el Pontífice esto pura y definitivamente al Obispo de Pamplona, sino solamente con derecho fiduciario, mientras no cesara la plaga de la heregia, que entonces cundía por Francia, lo declara el escrito pontificio, cuya copia ha excluido de este lugar el deseo de la brevedad.

 Los documentos antiguos del Cartulario de la Iglesia de Bayona, escritos en tiempo de Benedicto VII, Pontífice Romano, hacia el año de Cristo 980, demarcan los límites de esta diócesis, de parte de Guipúzcoa, el monte de San Adrián, al que llaman Santa Triana, y Santa María de Arosth, voz que no se aparta mucho de Urostili, que es lugar, que dista poco de la orilla del Urola y del pueblo de Azpeitia. La otra parte de Guipúzcoa, que se extiende del Urola al Deva, sometíase antes al Obispo de Alava, ahora la rige el Pontífice de Calahorra, lo mismo que a Vizcaya. El monte de San Adrián, que menciona el rescripto, por lo que mira a Francia, se partió por obra humana, para las necesidades de los que de allí y de aquí andaban en negocios.

1. Metello Sequan., en el Espejo del orbe de la tierra, cuenta en general, de Guipúzcoa, Vizcaya y sus moradores las cosas siguientes: «Los dominios de Vizcaya y Guipúzcoa están encerrados dentro de los montes, y no tienen mucho pan ni vino. En algunos lugares hacen pan de mijo, que llaman borona, y lo comen; y beben, en vez del vino, un licor extraído de la manzana, al que llaman sidra; sin embargo, la mayor parte del país usa de pan y vino traído de fuera. Los montes ofrecen gran abundancia de material apto para la fabricación de naves, de las cuales se prepara de toda clase en esta región mayor cantidad que en otras partes de España.

Los varones de estas provincias son ágiles y belicosos y se les tiene como preferibles para la navegación a otras naciones. En estas comarcas hay minas de hierro y acero, de que se extrae aquí tanta abundancia que basta para abastecer a muchos reinos». Y más abajo añade: «Hay en Vizcaya y Guipúzcoa trescientas fábricas de hierro, y en cada una de ellas se fabrican anualmente al menos mil pesos (que el vulgo llama quintales) de hierro y acero». Los editores modernos de los Mapas Geográficos del Mercader añaden a esto: «Los guipuzcoanos se dedican muy intensamente a la navegación y negocian con la pesca de peces, llamados bacalaos y con la de las ballenas, cuya grasa exprimida y liquidada en vasos de bronce, y envasijada en barriles la exportan lejos y a todas partes, con el nombre conocido de Traia. Se fabrica también aquí sal en el lugar que se llama Salinas. Y más adelante dice: «Tienen los habitantes las mismas costumbres que los vizcainos, usan de la misma lengua, son naturalmente ingeniosos, atentos, bastante cultos, fáciles de ganar, amantes del honor, acérrimos defensores de sus privilegios, ágiles, animosos, muy diestros en manejar armas de toda clase, inclinados a la milicia: las mujeres son valerosas, robustas, de verdad varoniles, apuestas y de elegante forma». Las sobredichas cosas, casi todas, se han sacado de Medina, el Hispalense, del libro De las cosas notables de España, cap. 131, y de Garibay, lib. 15, cap. 15. Navagiero añade, en este punto, que se extrae tanta cantidad de hierro y acero que cada año se hace una ganancia de 80 mil ducados.

Los guipuzcoanos hacen navegaciones anuales a aquella región de la América del Norte, llamado Terranova o Tierra de bacalaos, y de aquí traen abundancia de aquel pescado, que se llama bacalao.

Los guipuzcoanos y vizcaínos se dan poco a las letras, aunque no son ineptos para ellas, según proclama Garibay. Todos, por lo demás, son de ánimo arrogante u propensos a la cólera.

También es propio de los dos pueblos (si bien es común con los demás Vascos) el ser ingenuos, francos e inclinados a la compasión, hacen algún tanto de ostentación, aborrecen la avaricia, no son muy afanosos por las riquezas, pero son muy impacientcs para soportar la pobreza.

Finalmente (lo que mucho les ensalza) entre todos los pueblos llevan la palma de una fidelidad inquebrantable hacia sus soberanos, familiares y amos.

Libro III, CAPITULO IV Del lugar de la Vasconia o de la región de los Vascos y de las costumbres de este pueblo y de los antiguos soberanos, duques, y condes de la Vasconia citerior La Vasconia aquitana abraza dos pueblos, los gascones y los vascos. Podemos llamar Vasconia a la región de los vascos, aunque mucho ha está anexionada a la Gascuña; mas porque en lo pasado se distinguía de ella, y aún ahora difieren sus habitantes de los gascones y demás aquitanos en las costumbres, lengua y modo de vivir, no desagradará que primero se diga algo de ella. Está situada en aquel extremo y como en el ángulo de Francia, por el cual lado toca a España, hacia el occidente y septentrión, por el ocaso la cierra el Océano, al Mediodía el río Bidasoa y el monte Pirineo, por el Oriente, el Principado de Bearne, y tiene al Norte, en parte al mismo Principado y en parte los límites del Señorío de Agramont, el río Dour y la llanura circunvecina de Bayona. Su longitud es de cerca de cincuenta mil pasos, de veinticuatro mil la latitud. Se divide en tres partidos, el primero de los cuales es Labourd, el segundo, Navarra Baja, y el tercero, Soule. Labourd y Soule están bajo la autoridad del Prefecto real de toda la Aquitania: mas la Baja Navarra por el virrey del Bearne: aquellos dos obedecen al senado de Burdeos, ésta al parlamento dc Pau...

Designaron a la Vasconia con el nombre de Vasconia citerior, el antiguo autor de la vida de Ludovico Pío, en el año 816, y el escritor de la Crónica de S. Arnulfo Metense, en el año 836; pero es verosímil que sus límites fueron más dilatados que los de la actual Vasconia, y que comprendía también la comarca del Baztán, que ahora pertenece a la Navarra ibérica, y aquella parte de Guipúzcoa, que se extiende de San Sebastián a Labourd. Porque puedo probar con muchísimos antiguos documentos que aquella región fue administrada antiguamente por Vizcondes; de donde se colige que algún Conde ejerció allí el derecho de supremo mando. Mas ¿por cuál si no es por el Conde de la Vasconia o Gascuña? Además consta igualmente de muchísimas escrituras, que tanto en aquella misma comarca como en la región dicha de Guipúzcoa, que poco ha señalamos, se escribieron cuatrocientos años antes, las fórmulas forenses y las escrituras públicas, no en lengua española, sino en la gascona. Además, no pocas veces, en la demarcación de los términos de las provincias, a menudo lo sagrado conviene con lo profano, y la división eclesiástica de las diócesis imita la mayor parte de las veces la división de las regiones. Como la diócesis dcl Obispo de Labourd abrazaba aquella comarca de Navarra y Guipúzcoa, de que tratamos ahora, no falta motivo para decir que tambien el territorio del Señorío de Labourd estaba circunscrito por los mismos límites. Agréguese que S. Eulogio, en la carta a Wilesindo, Obispo de Pamplona, aseguró que el río Arga (que baña a Pamplona) nace a raiz de los montes Pirineos, en los Puertos de Francia (entiende las profundidades de los montes, a los que llaman los naturales Puertos). Lo que favorece admirablemente a nuestra conjetura; porque es cosa averiguada para los que han recorrido aquella región, que los manantiales de este río nacen en aquellos montes, que por el lado de España, se hallan en la proximidad de la comarca del Baztán. Ultimamente considero digno de advertir el caso de Arsio, Obispo de Labourd, que cuando se cuidó de escribir, hacia el año de Cristo 980, la historia de la diócesis de Labourd, en público documento, al fin de aquel documento publicó el nombre de W.

Sancho, Conde de Gascuña, como Soberano que dominaba sobre aquella provincia, sin hacer mención alguna del rey de Pamplona o de otro de España; lo que ciertamente no se hubiera omitido, si en esta época, lo mismo que ahora, la parte principalísima de aquella diócesis hubiera estado dentro de las fronteras de España. Aquel documento, que ayuda no poco para conocer la antigüedad de aquella región, se encuentra copiada de este modo, en el Cartulario de la Iglesia de Bayona: «En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Yo, Arsio, indigno y humilde Obispo de Labourd, quiero poner en conocimiento de los sucesores y venideros los lugares, que dependen de nuestro obispado de Santa María de Labourd. Por esto aquí los escribimos con autoridad exacta y canónica, para que quizás (lo que no suceda) los Obispos, nuestros sucesores, o los Arcedianos, no se hallen en la duda, cuáles están bajo nuestra jurisdicción, o que la misma Iglesia Laburdense canónicamente adquirió con el auxilio y consejo público de los fieles en los tiempos antiguos. Pues no parece digno que exista algún fraude en la Santa Iglesia Católica Apostólica, sino la verdad que se exige siempre por el Autor del mundo y, porque no podemos testificar después de la muerte, dejamos escrito con auténtica autoridad y copia en pergaminos fidelísimos, para que, posponiendo toda inquietud los Prelados de la Iglesia Laburdense, posean en paz lo que encontraren testificado o sancionado con nuestro testimonio, y con lo que han de adquirir, o hubieren adquirido, restauren la misma Santa Iglesia Matriz en el honor prístino, y en lo posible la edifiquen con el tributo de los que se citan abajo. Todo el valle llamado Cirsio hasta la cruz de Carlos, el valle Bigur, el valle Erberva, el valle Ursacia, asímismo el valle Bazten hasta la mitad del puerto de Belat, valle de Larín, tierra llamada Ernania y San Sebastián de Pusico hasta Santa María de Arosth y hasta Santa Triana. Estos tenemos y poseemos en la jurisdicción de Santa María, Iglesia de Labourd, de modo que jamás se haga por algún Obispo o Arzobispo alguna contradicción o reclamación a nuestro sucesor, sino más bien afirmación. Esta estipulación y arreglo se hizo en presencia del Señor Arzobispo Auxiense, Odón, y de otros varones religiosos, clérigos y monjes, siendo Pontífice de Roma, Benedicto, reinando en Francia, el rey Hugón Magno, gobernando la Gascuña el Duque Guillermo Sancho. Sello del Obispo Arsio, que mandó hacer y confirmar esta carta. Sello de Odón, Arzobispo Auxiense. Sello de Gastón Céntulo, Vizconde, Sg. Lope Anerio, Vizconde Sg. de Ernando López, Vizconde de Acqs. C. Sello de Salvador, Abad de San Severo. Si alguno quisiera contradecir, su oposición para nada valga, y si no desistiere, que el vencido caiga bajo el dictamen canónico del anatema».

 

BIBLIOGRAFIA

 a) Geografías contemporáneas:

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Paulus MERULA: Paulli G.F.P.N. Merulae. Cosmographiae generalis libri tres. Item Geographiae particularis libri quatuor. Quibus Europa in genere: speciatim Hispania, Gallia et Italia describuntur...Ex officina Plantiniana Raphelengiis, 1605.

Abraham ORTELIO-OSTELLO: Hispaniae Novae sive magnae recens et vera descriptio. Antuerpiae, 1579. Versión española en Amberes, 1588.

 

b) La conquista de Navarra según Oihenart:

 – “Declaration historique de l´injuste usurpation et retention de la Navarre par les Espagnols, a.1625.

 

– “Memoire touchant l´usurpation de la Navarre”. B.N. Col. Duchesne nº 598, folº 123 y ss.

Impreso con el título “Navarra injuste rea; sive de Navarre Regno contra ius fasque occupato.

Expostulatio”.

– “Extrait d´un traité non encores imprimé intitulé Navarra injuste rea, ac sive de Navarrae regno contra jus fasque occupato expostulatio A.O.M. (Arnaldi Oihenartii Mauleonensis”. B.

Nat. Fonds français 20157, Collection Dupuy 598, fols. 123-126, fols. 127-136.

– “Droict du Roy au Royaume de Navarre, rédigés de la main de Galland fils, maitre des requetes de la maison de Navarre, sont une reprise de Arnaud d´Oyhenard en sa notice sur la Guyenne”. B. Nat. Fonds français 16674, fols. 265-272.

– “Mémoire touchant l´usurpation de la Navarre par Mr Doyenart”. B. Nat. Fonds français 16674, fols. 317-322.

– “Discours concernant l´usurpation de la Navarre par Arnaud d´Oihenart advocat en la cour de Parlement de Navarre”. B. Nat. Fonds français 20157, fols. 272-276. cfr. V.Dubarat: Revue d´histoire et d´archéologie du Béarn et du Pays Basque (1910)579-586.

– “Déclaration historique de l´injuste usurpation et rétention de la Navarre faite par les Espagnols”. B. Nat. reserve Fontanieu, vol. 207, fols. 151-181.

– “Memoire touchant l´usurpation du royaume de Navarre, par Mr. Doyennart”. M. Français nº 16674, fol. 317.

– “Discours concernant l´usurpation de la Navarre. Par Arnaud D´Oihenart advocat en la Cour de Parlament de Navarre”. Comienza: “L´usurpation du Royaume de Navarre faite l´année 1512 par Ferdinand Roy d´Aragon et de Castille, sur le Roy Jean d´Albret et la Reyne Catherine de Navarre, est une des mauvaises et insignes oppressions que jamais Prince ait fait a un autre. Et neamoins les Espagnols sont si iniustes, qu´ils la veulent faire passer pour un acte de iustice...Et de plus ne se contenant point d´avoir rendu ces Princes malheureux pendant leur vie, ils veulent rendre leus memoire infame a la posterité, les publiants pour heretiques, schismatiques ce que leurs ennemis ont avance, contre leur consciencie et sans aucun fondement ni aparence de verite...”. M. Français nº 20157, fol. 272r-276v.

– “Relación de como el Rey de Castilla don Fernando el Catholico gano a Navarra” De mano de Oyhenart (251 fols.). Col. Duchesne nº 113, fols. 248r.

 

c) Bibliografía de la época histórica:

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CIORANESCU: Bibliographie de la literature française du Six Septième siècle, II. Paris, 1969.

CIORANESCU: Bibliografía francoespañola (1600-1715). Madrid, 1977.

GALLARDO: Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos. Madrid, 1888 GRAESSE: Nouveau dictionaire bibliographique. Leipzig-Paris, 1900.

LANSON: Manuel bibliographique de la literature française moderne (1500-1900). Paris, 1914.

NICOLAS ANTONIO; Biblioteca Hispano Nova, II. Madrid, 1788.

SALVA: Catálogo de la Biblioteca Salvá. Valencia, 1863.

VINDEL: Manual gráfico-descriptivo del librero hispanoamericano. Barcelona, 1954.

 

d) Bibliografía utilizada en el trabajo:

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Manex GOIHENETXE: A. D´Oihenart histoiren: Aspects de son profil social, politique, culturel.- Oihenoarten Langarren Mendenrena Euskaltzaindiaren XII. Biltzarra. Euskaltzaindia, Bilbo, 1994, pags. 497-508.

J.GORROCHATEGUI: Historia de las ideas acerca de los límites geográficos del vasco antiguo.

ASJU XIX-2 (1985)571-594 Renée GOULARD: Le livre I de la Notitia utirusque Vasconiae: La Methode historique d´Oihenart.- Oihenoarten Langarren Mendenrena Euskaltzaindiaren XII. Biltzarra.

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Revista Internacional de Estudios Vascos 1926-1929 Josette PONTET: Arnaud d´Oyhenart, sa famille et les nouvelles elites de son temps.- Oihenoarten Langarren Mendenrena Euskaltzaindiaren XII. Biltzarra. Euskaltzaindia, Bilbo, 1994, pags. 627-641.

E.RAMOS REMEDIOS: Consideraciones sobre el léxico pretendidamente vasco de la Notitia.- Oihenoarten Langarren Mendenrena Euskaltzaindiaren XII. Biltzarra. Euskaltzaindia, Bilbo, 1994, pags. 103-115.

J.SAROIHANDY: Oihenart contra Garibay y Morales. Revista Internacional de Estudios Vasos 13(1922)448-455.

José Ramón ZUBIAUR: Las ideas lingüísticas vascas en el siglo XVI: Zaldibia, Garibay y Poza.Mundaiz, San Sebastián, 1990.