Lurralde inves. esp

25 (2002)

p.

ISSN 1697-3070

GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA DEL SECTOR

 ORIENTAL DEL MACIZO DE CINCO VILLAS

Y ZONAS ALEDAÑAS

 

Recibido: 2002-09-03

Aceptado 2002-10-17

 

Pedro J. LOZANO VALENCIA

Miguel A. LOZANO VALENCIA

 

Universidad Del País Vasco-

Euskal-Herriko Unibertsitatea

Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología

 

Laburpena:

Bortziri mendigunearen ekialde eta alboko lurraldetako geologia eta geomorfologia.

Bortzirietako mendigunea Pirinioetako arlorik bitxienetariko bat dugu. Pirineo Axial edo zentraleko deituriko mendebalderantz aurkitzen den azken irtenunea hain zuzen ere, eta ezaugarri zehatz batzuk jasotzen ditu. Besteak beste: Euskadi Elkarte Autonomoko metaketa serienik zaharrenetarikoekin kontatzen du eta lurbarruko intrusioak eta diapirismo fenomenoak aurkezten ditu. Halaber hau guztiari, geomorfologia paregabeko bat gehitu behar zaio, Gipuzkoa mailan inon aurkitzen den erliebearen lerrokatze berezi bat. horrela unitate ezberdintsu batentzat jo daitekela esan dezakegu.

Hitz gakoak: Bortzirietako mendigunea, litologia, tektonika, Pireniar estiloa, Aldapak, Unitate geomorfologikoak, Gipuzkoa.

Resumen:

Geología y geomorfología del sector oriental del macizo de cinco villas y zonas aledañas.

El macizo de Cinco Villas se configura como uno de los sectores más originales del Pirineo. Supone el afloramiento más occidental del denominado Pirineo Axil o axial y cuenta con una serie de características como presentar las series sedimentarias más antiguas de la Comunidad Autónoma Vasca, así como fenómenos de intrusiones magmáticas, diapirismo, etc. A todo ello hay que sumarle la existencia de una geomorfología también original y una disposición del relieve que le hace configurarse como una unidad diferenciada del resto de la superficie de la provincia de Guipúzcoa.

 

Palabras clave: Macizo de Cinco Villas, litología, tectónica, estilo pirenaico, pendientes, unidades geomorfológicas, Guipúzcoa.

Abstract:

Geology and geomorphology of the Cinco Villas massif eastern sector and adjoining zones

The Cinco Villas Massif is one of the most original sectors in the Pyrenees. It is the most western outcrop in the so-called Axial Pyrenees and it has a series of characteristics such as having the most ancient sedimentary series in the Basque Country and magmatic intrusions phenomena, diapirism etc. In addition to the aforementioned, its geomorphology is also original and, as a result of the disposition of its relief, it is a distinguishable unit from the rest of the Province of Guipuzcoa area.

Keywords: Cinco Villas Massif, lithology, tectonic, Pyrenean style, slopes, geomorphologic units, Guipúzcoa.

 

                1.- INTRODUCCIÓN

 

El macizo de Cinco-Villas se configura como el afloramiento más occidental del Pirineo Axial. Sin embargo, esta no va a ser la única característica que le va a dotar de un carácter original. Por una parte, el sector más occidental del propio macizo recoge las series litológicas más antiguas de las que existen en la Comunidad Autónoma Vasca. Por otra parte, a esta larga historia geológica que comienza en la era primaria y termina en nuestros días, hay que sumarle la existencia de diferentes accidentes geológicos como son ciclos de sedimentación, orogenias, intrusiones magmáticas, metamorfismo de contacto y regional, fenómenos de diapirismo, una amplia red de fracturas, diversos elementos tectónicos como sinclinales, sinclinorios, etc.

Esta originalidad vuelve a ser patente a la hora de contemplar la Geomorfología. Por todo ello, la zona de estudio se configura como una unidad bien diferenciada del resto de territorios que la rodean.

No existen demasiados estudios sobre la Geomorfología del área, de manera que el presente trabajo pretende ofrecer una primera visión y descripción de las diferentes subunidades geomorfológicas existentes, junto a los procesos y morfologías, presentes y heredadas.

Por último, hay que añadir que el control estructural es el factor que más va a influir en la existencia del relieve existente.

2.- GEOLOGÍA

El área de estudio, geológicamente,  queda enmarcada dentro de lo que se denomina genéricamente como Pirineos Vascos. Concretamente, se halla en la parte más occidental de la Cadena Pirenaica. Son diversas las discusiones suscitadas sobre la extensión y límites de los Pirineos. Para algunos autores, esta zona sería su terminación occidental, para otros, sin embargo, los Pirineos no se acaban aquí, sino que transcurren más al Oeste.  Sin querer profundizar en discusiones, puesto que este no es el objetivo de nuestro trabajo,  lo cierto es que la zona que nos ocupa supone el último afloramiento de rocas hercínicas y cristalinas propias del Pirineo Axial. De alguna manera, se puede afirmar que estamos ante el reducto más occidental del denominado como Pirineo Axil, Pirineo Axial o Central. Hacia el Oeste, no volveremos a toparnos con litologías hercínicas o cristalinas hasta llegar a los materiales pertenecientes al Macizo Gallego-Asturiano.

Mapa de situación

MAPA GEOLOGICO

Uno de los rasgos más interesante y estudiado del Pirineo Vasco es su disposición en Arco. Esta forma arqueada puede afirmarse que le viene dada por la disposición especial que adoptan diversos macizos. Algunos autores hablan de un margen oriental que sitúan en el Macizo de Maladeta-Aneto,  macizo que recoge las cimas más altas de todo el Pirineo, transcurriendo por otros macizos como el de Ordesa-Monte Perdido, Vignemale, Etc. Su extremo más occidental quedaría situado en la Ría de Bilbao. La concavidad del arco queda dispuesta hacia el Norte. La primera vez que recibió este nombre fue en el estudio de RAT y FEUILLÉE (1971).

Este arco Vasco, recorre parte de los viejos macizos hercínicos Vasco-Navarros como son: Quinto Real, Aldudes, Peñas de Aya, Cinco Villas, etc.  También existen sobre la zona de trabajo materiales Mesozoicos y Cenozoicos que, sin embargo, se verán muy influenciados por su adaptación al zócalo hercínico.

El estudio geológico va a ser fundamental para entender la configuración de un paisaje que se justifica, en cuanto a su individualización y diferenciación con respecto a otras unidades paisajísticas de la Provincia de Gipuzkoa, de tal manera que se configura como una unidad especial, que por ello, no deja de contar con diferencias internas y una geodiversidad, ciertamente remarcable. Uno de los factores que va a servir para diferenciar diversas unidades dentro de la zona de estudio es precisamente la geología. Para empezar, la existencia de materiales con orígenes y procesos muy diversos y diferenciados: materiales hercínicos, materiales mesozoicos, materiales terciarios y materiales cuaternarios, Procesos orogénicos: orogenia hercínica, orogenia alpina, etc. van a originar una clara diversidad de unidades.

En cuanto a la realización del estudio geológico, este se va a basar en una metodología clásica para la investigación de los medios físicos. Estudiando variables como: litología, tectónica y una breve historia geológica.

2.1.- LITOLOGÍA

Dentro de la zona de estudio va a existir una gran variabilidad de materiales debido a la dilatada historia geológica que soporta. La columna estratígrafica recoge materiales que van desde las pizarras y grauwacas del carbonífero, hasta los coluviones, terrazas aluviales, etc., del cuaternario. Sin embargo, dentro de esta columna existen importantes hiatos sedimentarios que se corresponden con diferentes pulsaciones orogénicas.

Al stephaniense, en el cual aparecen datadas las pizarras y grauwacas que dominan el 65 % de la superficie de estudio y que se configuran como la base de la columna cronoestratígráfica, le siguen los materiales permotriásicos. Es lógico pensar que, al finalizar el carbonífero y, como consecuencia de las pulsaciones culminantes de la orogenia hercínica, desaparezca la sedimentación sobre la zona, dando paso a cierto periodo en el que dominan otros procesos, seguramente erosivos. El permotriásico recibe este nombre como consecuencia de la dificultad de su datación y de la probabilidad de que el último piso del primario y el primero del secundario, cuenten con las mismas características. En todo caso, el permotriásico aparece bajo la facies germánica, con un Buntsansdtein terrígeno, un Muschelkalk calcáreo, prácticamente inexistente en la zona de estudio, y un Keuper muy plástico, a base de arcillas abigarradas, yesos y afloramientos ofíticos. Este será el paquete de despegue para ciertas estructuras diapíricas.

Encima del Triásico aparece un Jurásico básicamente calcáreo, donde aparecen diferentes litologías entre las que destaca, por este orden: Carniolas, brechas, dolomías, margas, calizas bioclásticas, etc. Es por ello, que se puede considerar que la primera parte del Jurásico aparece bajo un ciclo en el que existe una cierta transgresión marina. Sin embargo, al terminar el Dogger y, durante todo el Malm aparecen litologías más terrígenas como: margas arenosas, lutitas rojas, areniscas silíceas, etc. Todo ello parece indicar la presencia de una cierta regresión.

En adelante, salvo excepciones, la realidad es que existe una gran variedad de materiales y se dan una gran cantidad de indentaciones de manera, que en localidades relativamente cercanas las litologías son bien diferentes. Sin duda, el que el viejo macizo hercínico de Cinco-Villas haya funcionado como un horst en diferentes épocas de la historia geológica, ha hecho que existan facies cercanas pero mixtas, de manera que, existían localidades cercanas a la línea de costa, otras perfectamente emergidas y por último, en las paleocubetas, localidades perfectamente sumergidas a cierta profundidad (Macizo del Uzturre).

El Cretácico inferior se va a caracterizar por la presencia de dos facies bien diferenciadas. La primera se denomina como Facies o materiales de implantación urgoniana y la segunda como Facies o materiales urgonianos.

La facies de implantación urgoniana aparece datada entre el Barremiense y el Aptiense inferior. Se corresponde con materiales que afloran en dos zonas muy determinadas: Las inmediaciones de Hernani y el Monte Uzturre. Mientras en el primer lugar aparecen unas grauvacas de tonos grises a negros, en el segundo lo hacen unas pizarras negras.

En cuanto al régimen de sedimentación; éste podría catalogarse como de una cubeta. El Monte Uzturre, en efecto, se configura como una verdadera cubeta, en un entorno tremendamente compartimentado con altos y surcos. Todo el área de estudio, en este momento, se dispone por encima del nivel del mar salvo una pequeña cubeta en las cercanías de Hernani y la cubeta de dimensiones más importante que supone el Monte Uzturre-Loatzo. La potencia, una vez más, va a variar, y lo va a hacer en dos direcciones; disminuye de Oeste a Este y de Sur a Norte, entre los 300 y los 50 m. En el Monte Uzturre puede contar con unos 75 m. De hecho, las grandes potencias se alcanzan fuera de la zona de estudio.

En lo que respecta a los materiales urgonianos “sensu estricto”, van a presentar normalmente una litología calcárea. Sin embargo, como Urgoniano se definen aquellas series calcáreas o incluso terrigenas, que se depositan durante el Aptiense y el Albiense inferior. Concretamente, sólo se va a dar una litología definida como calizas micríticas con rudistas y corales, masivas o con estratificación difusa. En este sentido, se trata de una caliza típicamente urgoniana, muy parecida a las calizas arrecifales que encontramos en los relieves más abruptos, elevados y representativos del territorio vasco como es el Hernio, Aitzkorri, Gorbea, Aralar, etc.

Durante el Urgoniano se mantienen las mismas condiciones sedimentarias que aparecían durante la época anterior. Sí que parece existir una transgresión bastante generalizada, lo que ocurre es que la actividad tectónica debió ser menos violenta que en periodos anteriores, dándose una calma que da lugar a la aparición de un mar somero, con aguas muy batidas y limpias y sin aportes terrígenos, ya que la contaminación de las aguas por aportes de este tipo dificulta terriblemente la implantación y crecimiento coralinos. Según parece, aunque sólo contamos con series urgonianas en el monte Uzturre debido a la transgresión generalizada, los lugares donde se dieran una sedimentación bien pudieran ser numerosos, lo que ocurre es que estas series nunca debieron ser demasiado potentes, de tal forma que han sido erosionadas y eliminadas posteriormente. Por lo tanto el ambiente de formación coralina, pasa por ser un medio nerítico donde además de existir aguas muy oxigenadas y poco contaminadas de aportes detríticos, se necesita una temperatura bastante alta. La potencia del banco calizo que aparece sobre el Monte Uzturre puede situarse en torno a los 40 a 45 m.

Por encima de los materiales de implantación urgoniana y los propiamente urgonianos, encontramos un tercer grupo denominado como: Materiales supraurgonianos. Se trata de un conjunto bastante potente de materiales fundamentalmente terrígenos, que quedan intercalados entre los últimos materiales urgonianos y los primeros materiales pertenecientes a lo que después va a ser definido como Flysch margoso o calcáreo del Cretácico superior.

Bajo la denominación de “complejo Supraurgoniano”, se reconocen en la zona de estudio la denominada Formación Oiartzun. Ésta pertenece a la orla sedimentaria del macizo emergido de Cinco Villas, con lo cual, los materiales van a contar con un carácter más terrígeno, con una litología bastante grosera. Tras la deposición de las facies arrecifales y paraarrecifales pertenecientes al Urgoniano, se da una ruptura en la sedimentación que viene motivada, como anteriormente se ha comentado, por una pulsación tectónica. Se trata de la Fase Aústrica. Una vez más, tras la pulsación, a partir del rejuego de viejas fallas heredadas de las últimas etapas dentro de la orogenia Hercínica, se da el ascenso de una serie de bloques y el descenso de otros, es decir, se dan una especie de rejuegos configurando y compartimentando la zona en Grabens y Horsts. Este rejuvenecimiento de ciertos relieves, fundamentalmente del Macizo paleozoico, genera un aporte de grandes cantidades de material terrígeno que fosiliza o engloba las plataformas arrecifales típicas del Urgoniano.

Las litologías pertenecientes al Cretácico superior y englobadas por CAMPOS (1979) bajo el nombre de Flysch del Cretácico superior, aparecen de forma generosa orlando el macizo de Cinco Villas. Se trata de uno de los afloramientos más modernos y sin duda, uno de los más extensos del área de estudio. Discurre desde Irun, recorriendo diagonalmente, al igual que la falla de Ereñozu, el perímetro del macizo de Cinco Villas hasta llegar a la zona de Villabona, donde desaparece. Aunque nos encontramos ante una litología bastante homogénea, existen dos tramos bien diferenciados, por una parte, existiría un primer tramo que discurriría entre las localidades de Oiartzun y Villabona con dos facies bien representativas como es el denominado "Flysch calcáreo" y el "Flysch detrítico-calcáreo y el sector que discurre entre Oiartzun e Irun donde las diferencias entre las dos facies antes mencionadas no son tan patentes y la potencia es mucho menor que la que presenta el primer sector descrito. La edad del conjunto flysch detrítico-calcareo, está comprendida entre el Santoniense superior y el Campaniense.

Desde el Campaniense existe un importante hiato sedimentario justo hasta el Cuaternario, sin embargo, en el contexto regional que al Oeste de la zona de estudio podemos encontrar, sí aparecen los materiales de tránsito entre el Cretácico y el Paleógeno, así como toda la série paleógena.

Dentro del cuaternario existen diferentes tipos de materiales, por una parte, aparecen distintos depósitos aluviales, relacionados con los principales cursos fluviales, pudiéndose contar en el mejor de los casos, cuatro niveles claros de terraza. También existen una serie de depósitos coluviales, tapizando aquellas laderas de los resaltes rocosos más importantes, con bloques incluso decamétricos, y otros más finos sobre cualquier tipo de ladera. Por otra parte, aparecen otro tipo de depósitos, como regolitos, suelos y alteritas que se comentarán más extensamente dentro del punto referido  a la geomorfología.

2.2.- TECTÓNICA

La zona de estudio va a presentar una complejidad acusada debido a una serie de factores, como es la superposición de diversos periodos orogénicos, asi como diversas pulsaciones  de muy diverso carácter, dentro de cada uno de los periodos orogénicos. Además del diferente comportamiento de los materiales frente a las fuerzas, la existencia de una intrusión magmática, el acusado diapirismo registrado en algunos sectores, etc… complican el dispositivo tectónico.

En efecto,  sobre la zona de estudio se van a registrar dos ciclos de sedimentación y dos ciclos orogénicos fundamentales. Por una parte va a existir un primer ciclo de sedimentación, que culmina con la orogenia hercínica.  Esta orogenia va a presentar diferentes pulsaciones con lo que los materiales, en un principio, bastante plásticos, van a ir siendo plegados. Las últimas pulsaciones de la orogenia hercínica se consideran de carácter distensivo, de tal forma que la zona queda compartimentada por gran cantidad de fracturas, que en el futuro rejugarán con cada una de las pulsaciones registradas. Pero va a tener lugar una intrusión magmática y una deformación general de gran radio de curvatura, en forma de cúpula, a finales del Carbonífero y mediados del Pérmico.

Después de este gran periodo orogénico se va a dar otro de carácter deposicional, se trata del ciclo de sedimentación mesozoico que se prolonga desde finales del Pérmico hasta el tránsito entre el Eoceno y el Mioceno, momento en el cual, todos los materiales depositados durante dicho ciclo son plegados, dándose una diferencia notable de comportamiento entre los diferentes materiales. Recordemos que contamos con un zócalo, en parte cristalino y en parte metamórfico y una cobertera secundaria, sobre la que los esfuerzos tectónicos generan diferentes estructuras. Se va a añadir un grado más de complicación cuando, durante el ciclo de sedimentación alpino, en diferentes momentos, se dan pulsaciones prepirenaicas, de tal forma que las fallas tardihercínicas rejuegen una y otra vez, vigorizando los relieves y generando importantes periodos turbidíticos en la sedimentación registrada.

Por lo tanto, y en resumen, dos orogenias, dos ciclos de sedimentación, diferentes pulsaciones menores y una intrusión magmática, van a hacer que la zona presente una tectónica compleja, que muchas veces es difícilmente constatable y diferenciable, precisamente por la cantidad de fenómenos tectónicos diferentes que se dan sobre el área.

En lo que respecta al periodo de transición entre las etapas de pulsación hercínica y el inicio del ciclo de sedimentación alpino, se encuentra localizado un fenómeno intrusivo, por el cual, aparecen materiales graníticos, formando una especie de stock que se sitúa entre Peñas de Aia y Bianditz. Se caracteriza por dar lugar a dos grandes zonas; una externa de materiales más rápidamente cristalizados y una interna con granitos de cristales más pequeños, y por ende, de una cristalización más tardía o prolongada en el tiempo. Esta intrusión, a su vez, da lugar a un metamorfismo de contacto, con 2 zonas bien diferenciadas; una interior más fuertemente metamorfizada y un espesor de 25 metros, y otra exterior con un espesor de unos 300 metros. Se trata, así pues, de un metamorfismo térmico. Sin embargo, no es el único metamorfismo que aparece ya que los materiales hercínicos aparecen ligeramente metamorfizados por un metamorfismo de tipo regional.

La Orogenia Alpina se prolonga dando lugar a periodos de inestabilidad a finales del Triásico: pulsación eokimmérica, en el tránsito entre el Triásico y el Jurásico, Pulsación Neokimmerica, en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico, pulsación austrica, en el tránsito entre el Cretácico inferior y el Cretácico superior; pulsación larámica, en el tránsito entre el Mesozoico y el Cenozoico; pulsación pirenaica, que es la pulsación paroxismal en la zona, en el Eoceno; pulsación sávica transito entre el Oligoceno y Mioceno, etc... Hasta que se dan las fases Pirenaica y Sávica, fases paroxismales en la zona, tiene lugar otro tipo de pulsaciones menores de carácter distensivo que más que deformar las series depositadas como cobertera, funcionan haciendo rejugar las fallas tardihercínicas, que anteriormente se han caracterizado y descrito. De esta forma, se da una dinámica de bloques que ocasiona la elevación y subsidencia de diferentes sectores, generando un relieve en cubetas y paleoaltos.

Lógicamente, uno de los factores fundamentales para la comprensión de los fenómenos derivados de la Orogenia Alpina, va a ser la existencia de un comportamiento diferente entre un zócalo que ha sido ya deformado y fracturado anteriormente y una cobertera Mesozoica que va a ser deformada en este momento. Ésta última, es mucho más plástica que el zócalo y presenta, por ello, un comportamiento bien diferente. De todas las maneras, al existir un zócalo fundamentalmente de materiales metamórficos bastante plásticos, participarán activamente en las deformaciones alpídicas. Por lo tanto, no va a existir una gran disarmonía entre zócalo y cobertera, y la disarmonía que pueda darse estará motivada, en gran parte, por la aparición del Trias superior como paquete de despegue.

Entre las estructuras plegadas derivadas de la orogenia alpina habría que destacar las siguientes: El antiforme de San Narciso-Zubelzu, es lógico pensar que ya durante la orogenia hercínica pudiera aparecer esta estructura que presenta una orientación N70ºE, muy típica de los rumbos alpinos en la zona. También hay que destacar el Sinclinal de Goiburu y el anticlinal de Hernani-Andoain, ambos con una orientación muy similar a la que presentaba el antiforme antes mencionado. El otro gran grupo vendría representado por aquellas estructuras plegadas con rumbo NW-SE y E-W. Dentro de este grupo nos encontramos con el Sinclinal de Uzturre y el Anticlinal de Belaunza.

Sin embargo, como se ha comentado con anterioridad, la larga historia geológica y la existencia de un zócalo paleozoico, da lugar a una gran cantidad de estructuras falladas que, muy seguramente, ya existía al finalizar la orogenia hercínica, pero que con la orogenia alpina vuelven a vigorizarse y rejugar. Entre las estructuras falladas más importantes cabe destacar: la Falla de Aritxulegi, una falla de desgarre que separa el macizo de Peñas de Aia rompiendo en 2 partes el stock granítico. La Falla de Ereñozu, es quizás la más importante por su extensión y su significado geológico. Falla de tipo inverso que separa el Macizo de Cinco Villas del resto de los materiales. Otras estructuras falladas son: la Falla de Elatzeta, la Falla de Aristiburu, la Falla de Altamira, el complejo fallado de San Marcial, el complejo fallado de Irusta, la Falla de Otzazuloeta-Txoritokieta, la Falla del Orio-Urumea o las fracturas que jalonan el borde meridional de la zona de estudio, y que separan y orlan el contacto entre el Paleozoico y el Mesozoico. En general, todas estas fracturas son de compresión, y por tanto, inversas.

Originados en la misma pulsación orogénica son los fenómenos de diapirismo que podemos encontrar en el área de investigación. Como se ha comentado anteriormente, la existencia de un potente paquete plástico, como es el Keuper, da lugar a afloramientos de dichos materiales en forma de diapiros, más o menos regulares. Entre otras estructuras diapíricas habría que reseñar: el Diapiro de Oiartzun, el diapiro de Santiagomendi, y junto a él aparece el Domo de Fagollaga, una estructura, que aunque cuenta con materiales areniscosos y conglomeráticos derivados de la Formación Oiartzun, podría estar en relación directa con un proceso diapírico abortado. También son fenómenos diapíricos los afloramientos triásicos de Villabona-Tolosa y Berastegi.

En resumen, puede pensarse que el macizo de Cinco Villas se conforma como un verdadero Horst. Sin embargo, esta disposición en bloques levantados y hundidos no viene motivada por las deformaciones alpinas, sino que es heredada de etapas distensivas derivadas de movimientos dados en una época tardihercínica.

Por otra parte, la presencia de potentes series en algunas zonas y la existencia de zonas de ruptura y fallas, hace que por presión, los materiales del Trías superior emigren hacia estas zonas falladas donde aparecen en forma de diapiros. Lógicamente, habrá otros sectores donde la migración de los términos del Keuper haga que dicho sector no contenga este paquete de despegue, con lo que la cobertera se adapta perfectamente y pasivamente a las deformaciones del zócalo. Por ejemplo, al norte de la localidad de Oiartzun casi no aparece este paquete de despegue y las series Cretácicas se adaptan perfectamente a las estructuras derivadas del zócalo.

A rasgos generales, existe una gran solidaridad de la cobertera sedimentaria con respecto al zócalo; por ello, no se dan importantes ejemplos de aloctonías como los que aparecen en otras partes del Pirineo y del propio arco plegado vasco. Estamos, por lo tanto, ante un estilo denominado por algunos autores como “Pirenaico”. Se trata de un estilo muy típico por la aparición de pliegues-falla, en los que la influencia del zócalo es indudable. Éste, por lo tanto, controla la sedimentación, disposición y estructura de los materiales de la cobertera sedimentaria.

FIGURA 2. MAPA LITOLÓGICO

FIGURA 3. MAPA TECTÓNICO

3.- GEOMORFOLOGÍA

 

Como se ha visto en el punto dedicado a la geología, existe una gran diversidad de litologías que dan lugar a un diferente comportamiento teniendo en cuenta las fuerzas modeladoras externas, desde el granito más compacto de Peñas de Aia, hasta los materiales blandos del Keuper o los aluviales no diagenizados y susceptibles de ser erosionados fácilmente. Pero a ello, hay que sumarle la compleja tectónica que registra el área de estudio, teniendo en cuenta que la zona se compartimenta “grosso modo” por una gran falla, la falla de Ereñozu que divide los relieves escarpados, con fuertes pendientes de Peñas de Aia, Bianditz, Urdaburu, Adarra, Urdelar… y que pone en contacto materiales, fundamentalmente paleozoicos y triásicos, con el Flysch Cretácico. Dicha falla ha rejugado en diferentes ocasiones actuando como una falla inversa con el bloque levantado sobre los materiales del Macizo de Cinco Villas. Por su parte, el bloque hundido viene representado por los materiales del corredor Irun-Oiartzun-Astigarraga-Hernani-Urnieta-Andoain-Tolosa. Todo ello genera el estilo de plegamiento pirenaico caracterizado por el claro control estructural.

Aunque han existido diferentes acontecimientos geológicos de importancia, será durante el Terciario cuando la orogenia alpina deje perjeñado, en gran medida, el relieve o cuando menos los cimientos de las morfologías que ahora conocemos.

En definitiva, la estructura geológica así como la litología que aparece en la zona, configuran la estructura interna o esqueleto del paisaje.  Pero esta litología y configuración geológica es matizada y perfilada por varios factores, entre otros el clima. El clima se pone de manifiesto en la acción de los agentes erosivos; viento, agua, temperaturas, etc., a partir de procesos mecánicos y químicos, matiza o modela la estructura geológica original.

Aunque la litología y la estructura geológica varían lentamente a una escala temporal de detalle, el clima que ha actuado no ha sido el mismo en los últimos capítulos de la historia geomorfológica del área de estudio. De hecho, las condiciones climáticas han evolucionado desde características más cálidas o más frías hasta épocas de mayor o menor pluviosidad, sobre todo, en el último millón de años donde el territorio ha pasado por épocas glaciares e interglaciares y las características de los diferentes parámetros climáticos han variado considerablemente. Por todo ello, sobre el área de estudio hay que tener muy en cuenta esta dinámica. Precisamente, sobre la superficie vamos a toparnos con una serie de formas y procesos activos hoy en día y con otros que son heredados de otras épocas y otras condiciones climáticas.

MAPA GEOMORFOLOGICO

3.1.- CARACTERIZACIÓN MORFOGENÉTICA

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente y habiendo recogido las características geológicas y climáticas de la zona, el siguiente paso es contar cuales son las acciones fundamentales que están modelando el relieve. Para ello, y como primer acercamiento a los procesos y acciones que actúan en la zona, se decidió seguir el método propuesto por WILSON (1969). En dicho método se combinan diferentes gráficas. Basándose en las temperaturas y las precipitaciones anuales del área de estudio, enmarcando la estación en un determinado sistema de procesos morfoclimáticos.

En lo que respecta a la metodología seguida para la zona de estudio, se han recogido las 6 estaciones que cuentan con los 2 tipos de registros. Estas son: Andoain, Hondarribia, Goizueta, Igeldo, Oiartzun y Villabona. Según las temperaturas y precipitaciones medias recogidas en las estaciones que se han enumerado anteriormente se obtiene la tabla 1 y las siguientes figuras.

TEMPERATURAS Y PRECIPITACIONES MEDIAS ANUALES POR ESTACIONES

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Andoain

Hondarribia

Goizueta

Igeldo

Oiartzun

Villabona

Temperatura media

14,3

14,1

13,6

13

12,7

13,5

Precipitación media

1.631,40

1.729

2.085,80

1.554,20

2.303,40

1.570,10

La temperatura media anual viene expresada en º centígrados, mientras las precipitaciones lo hacen en mm.

TABLA 1. TEMPERATURAS Y PRECIPITACIONES MEDIAS ANUALES POR ESTACIONES

FIGURA 4. SISTEMAS MORFOCLIMÁTICOS (WILSON 1969)

Como se observa en la Figura 4., 4 de las 6 estaciones quedan encuadradas dentro de lo que se denomina como: sistema templado-húmedo.

En efecto, como se observa, las estaciones de Andoain, Hondarribia, Igeldo y Villabona, quedan perfectamente encuadradas dentro de lo que es un sistema morfoclimático templado húmedo, con todo lo que ello significa. Por su parte, existen 2 excepciones como son: el caso de Oiartzun y el de Goizueta. Los registros termométricos de las 2 estaciones entrarían dentro de lo que es un sistema templado, sin embargo, quedan fuera de este marco, como consecuencia de lo elevado de sus precipitaciones. Por ello, vamos a denominar: templado hiperhúmedo, al sistema morfoclimático en el que se encuadran las 2 estaciones antes mencionadas.

Una vez que las estaciones quedan encuadradas dentro de un sistema de procesos morfoclimáticos, habría que continuar especificando cuál es la intensidad con la que actúan los diferentes procesos y para ello, se ha seguido la metodología propuesta por PELTIER (1950).

Como se observa en la Figura 5, todas las estaciones quedan encuadradas dentro de los procesos derivados de una acción química fuerte, categoría “E”. El hecho de contar con temperaturas suaves y una gran cantidad de precipitaciones, hace que los procesos dominantes sobre la zona de estudio sean los químicos, tanto sobre litologías calcáreas como silíceas. En este sentido varios serán los procesos de erosión química que luego también quedaran detallados. Hay que tener en cuenta que aunque las estaciones de Goizueta y Oiartzun queden fuera de la categoría “E”, esto no quiere decir que se sitúen bajo la influencia de otro tipo de fenómenos erosivos. Estas dos estaciones reciben unos niveles de precipitación muy elevados que sólo pueden acentuar, todavía más, la erosión química, puesto que la existencia de agua abundante, con unas temperaturas que no difieren de las que disfrutan el resto de estaciones, sólo puede dar lugar a una mayor potencialidad de procesos como la hidrólisis, hidratación, disolución, etc.

FIGURA 5 REGIONES DE METEORIZACIÓN (PELTIER 1950)

3.2.- PENDIENTES

Uno de los aspectos geomorfológicos que más van a caracterizar los paisajes son precisamente las pendientes. Por ello, parece conveniente realizar un estudio somero de cómo se distribuyen los diferentes grupos de pendientes sobre el área de trabajo.

Las Pendientes en la zona de estudio van a marcar, en gran medida, la división posterior en determinadas áreas o unidades geomorfológicas, aunque no va a ser el único elemento de división o caracterización.

Se ha optado por la elección de 5 clases de pendientes. De esta manera, se pretende sintetizar, en parte, gran cantidad de información que si se llegaran a contemplar más cantidad de categorías, podría resultar farragosa e inducir a errores considerables.

CLASE   PENDIENTE                                        OBSERVACIONES

 

1                             0-10%                                    Zona llana de suaves pendientes

2                             10-20%                  Zonas con pendientes moderadas

3                             20-50%                  Zonas con pendientes fuertes

4                             50-100%                Zonas con pendientes muy fuertes

5                             + de 100%                             Zonas escarpadas, Barrancos.

 

El método para la realización del mapa de pendientes ha sido el de intervalos móviles de DENNESS (1976), basado en la separación entre curvas de nivel mediante la utilización de una regleta graduada.

Como se observa perfectamente en la Figura 6, existen sólo tres zonas en las que aparecen pendientes de rango 5, es decir; zonas escarpadas. Estas tres zonas van a ser la zona Oeste del Monte Uzturre, el barranco de Endara y el Barranco de Irusta. Además, hay que observar que en general, existe una gradación en el porcentaje de las pendientes desde la zona axial o central, es decir; el macizo de Cinco Villas y el stock granítico de Bianditz-Peñas de Aia, donde se alcanzan las mayores cotas altitudinales y los mayores grados de pendiente, exceptuando los barrancos antes mencionados, hasta las zonas llanas que se corresponden con la frontera oeste y sudoeste del territorio y con las zonas deprimidas mencionadas con anterioridad y que responden a pendientes de grado 1. En medio existe una gradación con tres categorías que no se reparten al azar, sino que pasan de más fuertes a moderadas dependiendo de su posición zonal. Así, las pendientes de grado 2 se corresponden con las rampas o glacis antes mencionados y están cerca de las depresiones, mientras que las de grado 4 se acercan a la zona axial. En medio de estas dos se dispone una zona de transición con pendientes fuertes.

En general, se puede afirmar que estamos en una zona donde dominan las pendientes fuertes y muy fuertes y sólo de forma muy reducida aparecen zonas planas o semiplanas, coincidiendo con los cursos fluviales más importantes del territorio.

FIGURA 5. MAPA DE PENDIENTES

3.3.- UNIDADES GEOMORFOLÓGICAS

Una vez encuadrada la zona dentro de un sistema morfogenético donde se dan unas características ambientales que desembocan en unos procesos y unas morfologías concretas y una vez que han sido marcados los rasgos generales del relieve, es necesario realizar o confeccionar una serie de unidades teniendo en cuenta, como elementos de diferenciación, cuestiones como las pendientes, los procesos, las morfologías, etc. Así, el enfoque utilizado como referencia a la hora de delimitar y describir cada unidad responde a una lectura primaria, casi evidente a cualquier observador, pues apenas hemos recurrido a técnicas de análisis para identificar las unidades que a continuación se pasa a describir.

3.3.1.-ZONA DE RELIEVES ABRUPTOS  SOBRE LITOLOGÍAS  GRANÍTICAS.

Englobado en esta unidad se encuentra básicamente el cresterío de Peñas de Aia que llega hasta la zona de Bianditz. Sin embargo, esta unidad se va a circunscribir al relieve abrupto y apuntado que ofrecen las paredes y agujas de Peñas de Aia, sin Bianditz y su prolongación con terrenos graníticos en formas más redondeadas y acolinadas. Se trata de un relieve muy abrupto, con pendientes que oscilan desde el 65% hasta más del 100%. Se trata de un cresterío básicamente desnudo de vegetación y suelos que más se asemeja a cualquier relieve alpino, que a una pequeña cordillera de apenas 850 metros. De hecho, las Peñas de Aia están integradas por 3 picos como son: Errolbide (838 m.), Irumugarrieta (806 m.) y Txurrumurru (789 m.). A éstos hay que añadir un interminable número de pequeñas cotas, también con forma de aguja y pequeños domos.

La zona está afectada por procesos derivados de la erosión química fuerte. El proceso que domina es la hidrólisis. A la erosión química se le añade la erosión mecánica a través de procesos como la incisión lineal, acciones gravitatorias directas o caídas libres, la arroyada concentrada y para terminar, aunque de forma más minoritaria y localizada en determinadas épocas del año, acciones de crioclastia. La existencia de un diaclasado ortogonal genera la individualización de una serie de agujas y picos dando lugar a una morfología escarpada y muy incidida que dota de cierta espectacularidad al conjunto. A  las aristas escarpadas y a los regueros fluviotorrenciales hay que añadir los canchales, muy reducidos, al pie de los acantilados, así como vuelcos por gravedad.

3.3.2.- INTERFLUVIOS ALOMADOS /  SUPERFICIES DE EROSION

La unidad 2 se sitúa en el límite oriental de la zona de estudio y representa su techo topográfico (Mandoegi y Urepel con 1.037 y 1050 metros s.n.m. respectivamente). Dichos montes se disponen sobre los materiales denominados “conjunto esquistoso de Cinco-Villas”. La litología dominante en esta unidad que da lugar a suaves interfluvios alomados son las pizarras carboníferas. Éstas, son relativamente fáciles de erosionar y generan una red hidrográfica densa y profundamente encajada. Pero las partes altas donde la erosión lineal derivada de la red hidrográfica, no ha sido tan fuerte, muestran interfluvios alomados. En efecto,  la erosión sobre estas pizarras crea unas líneas de cumbres redondeadas muy suaves, pero lo cierto es que no son exclusivas de este tipo de litologías pizarrosas. En la zona de Bianditz estos interfluvios alomados aparecen sobre los granitos y en ellos se pueden encontrar ciertos rellanos con suelos alteríticos de una potencia considertable; 2 a 5 metros.

Sobre esta unidad van a existir una serie de procesos, los fundamentales son los químicos: hidrólisis, disolución, hidratación y oxidación, que dan lugar a que exista una importante edafogénesis. Las formas del relieve responden mayoritariamente a superficies de erosión. Los relieves y cimas más importantes aparecen biseladas con altitudes que oscilan entre los 700-800 y 1.000 metros marcando las líneas de cumbre.

3.3.3.- VERTIENTES ACUSADAS DE FUERTE PENDIENTE PROFUNDAMENTE INCIDIDAS POR LOS ARROYOS.

Sobre las litologías del conjunto esquistoso de Cinco-Villas, aparece una forma del relieve caracterizada por interfluvios alomados ya vistos anteriormente y una red hidrográfica bastante densa y profundamente encajada sobre las pizarras dominantes. Este profundo encajamiento genera una intensa incisión lineal, y por lo tanto, unas laderas de fuertes pendientes que oscilan entre el 40 y el 60%. Esta unidad esta conformada, única y exclusivamente por las Pizarras y Grauwacas del carbonífero. Por otra parte, es la transición entre la unidad 2 de interfluvios alomados y los cursos o incisiones lineales de los arroyos, de tal forma que la geomorfología es la derivada de la dinámica de vertientes. La fuerte energía del relieve en esta unidad es la responsable de que los procesos fundamentales que tienen lugar sean los relacionados con el transporte en las laderas. Todo ese material generado en las partes altas llega hasta los cursos fluviales a través de diferentes procesos de transporte.

Los procesos son de origen químico y mecánico. Los primeros siguen siendo los que se observaban para la unidad 2, hidrólisis, fundamentalmente y otros como hidratación, oxidación, etc. En lo que respecta a los procesos mecánicos, éstos van a ser variados y eficaces. Desde aquellos que movilizan las partículas como el splash o el creeping hasta aquellos movimientos rápidos que desplazan incluso varias toneladas, como son los movimientos en masa, golpes de cuchara, etc. Además contamos con todo tipo de deslizamientos, desde planares, sobre las pizarras, hasta rotacionales; normalmente afectando solamente al regolito. Sin embargo, el proceso más abundante y generalizado es la solifluxión. Todo ello da lugar a una morfología global en forma de laderas muy pronunciadas, de fuertes pendientes y un relieve muy compartimentado.

3.3.4.- ZONAS DE CRESTAS, CRESTONES Y HOG-BACKS ARENISCOSOS Y CONGLOMERÁTICOS.

La unidad 4 viene caracterizada por la aparición de relieves estructurales residuales que aparecen, fundamentalmente, sobre dos litologías concretas. La litología más extendida que da lugar a estos relieves estructurales y a estos modelados en cuesta,  crestas, y hog-backs son las areniscas y conglomerados del Buntsandstein. Por otra parte, existen materiales albienses que también propician este tipo de relieves. Se trata de unas areniscas cuarcíticas que aparecen única y exclusivamente en la zona de Arkale y que funcionan y se disponen de la misma manera que las areniscas y conglomerados antes mencionados. Todos estos materiales se caracterizan por su dureza. Lo cierto es que la disposición original de los estratos arenosos y cuarcíticos ha sido trastocada por la presencia del complejo sistema de fallas. De esta forma, aparecen relieves en cuesta muy compartimentados y hog-bags. Relieves como: Adarra (819 m.), Urdaburu (589 m.), Usadelartza (647 m.), Ondolar (428 m.), Udalar (808 m.), San Lorenzo (808 m.), etc. se sitúan como cimas de estos relieves estructurales y aparecen a una cota más elevada que el entorno.

Sin embargo, la importancia de esta unidad radica en que cuenta con unos depósitos al pie de las crestas. Dichos depósitos están compuestos por coluviones de rocas con tamaños desde decamétricos a decimétricos, fundamentalmente métricos, que aparecen emplastados. Estos grandes bloques parecen responder a paleoclimas más fríos y secos, de tal manera que, responderían a procesos de crioclastia y, en menor medida, vuelcos de gravedad, etc.

Estas areniscas y conglomerados están sometidos a diferentes procesos químicos y mecánicos. Sin embargo, su dureza es notable y por ello, en muchas ocasiones aparecen en resalte debido a la erosión diferencial. En todo caso, vuelven a actuar procesos como la hidrólisis, la hidratación, oxidación, etc. En cuanto a los mecánicos, éstos cuentan con procesos como la erosión eólica, de manera que pueden aparece microtafonis en las superficies verticales. También se encuentran gnamas en las horizontales, junto a la acción del agua y, en menor medida, crioclastia, aprovechando las numerosas líneas de debilidad, fundamentalmente pequeñas diaclasas y fallas.

3.3.5.- ZONA DE VERTIENTES DE PENDIENTE MENOS ACUSADA Y CON FORMAS MÁSTENDIDAS.

sta unidad queda integrada por aquellos relieves de transición de los relieves más abruptos como pueden ser los derivados de las unidades 1,2,3 y 4, hasta los relieves más tendidos como son los que comprenden las unidades 6 y 7 fundamentalmente. Estas zonas de tránsito se caracterizan por contar con unas pendientes más tendidas que las observadas hasta ahora, concretamente oscilan entre el 25% y el 50%. Esta unidad se dispone sobre litologías muy variadas como pueden ser los substratos areno-arcillosos del Buntsandstein, litologías Jurásicas e incluso cretácicas. Coincide básicamente con el borde cabalgante entre los materiales paleozoicos y los mesozoicos y se caracteriza por dar lugar a una serie de laderas más o menos tendidas.

Los procesos que aparecen sobre esta unidad van a asemejarse a los que se han descrito para la unidad 3. En este sentido, el factor que supone un cambio es el grado de la pendiente. Si en la unidad 3 las pendientes oscilaban entre el 50% y el 100%, en la unidad que nos ocupa, oscilan entre un 25% y un 50%. Lógicamente, los procesos más generalizados son los mecánicos, concretamente, el transporte de materiales ladera abajo. Como las pendientes son menores, es más difícil localizar procesos de deslizamientos y golpes de cuchara y el dominio le corresponde a los procesos derivados de la arroyada más o menos concentrada. Procesos de solifluxión, movimientos partícula a partícula como el splash o el creeping. Cuando estas laderas están ocupadas por explotaciones forestales, en momentos muy determinados de cortes a matarrasa, pueden darse momentáneamente, verdaderos regueros o rills. En todo caso, aparecen ciertas morfologías como pieds de vache, lóbulos de solifluxión, etc.

3.3.6.- MORFOLOGÍA EN COLINAS DE CIMAS PLANAS O REDONDEADAS  Y DE ESCASA  ALTITUD.

Esta unidad aparece, sin solución de continuidad, junto a la anterior y, a su vez, da paso posteriormente a la unidad 7 o zona de piedemonte y superficies de glacis. Se trata de todo un rosario de colinas, de escasa altitud que cuentan como característica fundamental, el hecho de estar modeladas, en su inmensa mayoría, sobre materiales calcáreos pertenecientes al Jurásico o Cretácico. De Este a Oeste, las primeras aparecerían en la zona de Oiartzun. Son las colinas de: Elizalde, Altzibar, Karrika, Ugaldetxo, Arragua que oscilan entre los 100 y los 150 metros. Más al Oeste nos encontramos con el afloramiento de calizas jurásicas de Santiagomendi, con 298 metros y, pegado a él el Domo de Elmillaga (274 m), conformando ambas colinas un relieve suave y poco elevado. También aparece en la zona de Landarbaso la colina que recibe este mismo nombre con 329 m y Lezonerrota con 296 m. Continuando por el corredor Hernani-Urnieta-Andoain, son innumerables las colinas existentes: Landarte 95 m, Bordalde 178 m, Anain 248 m, Atxetilun 407 m, Pardaki 320 m, Karrika 175 m, Goiburu 211 m, Irumugarrieta 285 m, Usamendi 384 m, Loatzo 633 m, hasta concluir  con el monte Uzturre de 730 m., el techo de las mencionadas colinas.

Gran parte de dichos relieves colinos tienen un sustrato calcáreo, afloramientos de poca superficie, salvo excepciones como Santiagomendi y Uzturre, identificados con escamas calcáreas del Jurásico y del Cretácico. Estas litologías calcáreas van a dar lugar a procesos y morfologías kársticas poco representativas por la reducida extensión dentro del área, pero diferentes y, por ello, reseñables. En superficie aparecen 3 tipos diferentes de lapiaz, el cubierto, semicubierto y, por último, el exhumado. Además, este tipo de litologías dan lugar a simas y grutas. Dentro de éstas se ha dado lugar a microformas como las concreciones calcáreas, estalactitas, estalagmitas, columnas etc. En lo que respecta a la morfología general de esta unidad, como se ha comentado anteriormente, aparecen unas formas en colinas de cimas redondeadas. En las no calcáreas aparece un dominio casi absoluto de la solifluxión con los típicos lóbulos y pieds de vache.

3.3.7. PIEDEMONTES Y SUPERFICIES DE GLACIS

Conforme nos dirigimos hacia el Oeste y descendemos de la anterior unidad, la de colinas, aparecen unas rampas con pendientes relativamente suaves, pendientes que oscilan entre el 15 y el 20% y que unen precisamente, la unidad antes mencionada de colinas con la siguiente unidad, la de fondos de valle. Este tipo de rampas aparecen tanto en la zona del Bidasoa-Txingudi (Irún), como en la zona de Oiartzun, hasta el corredor Hernani-Urnieta-Andoain, este corredor está modelado prácticamente única y exclusivamente, por este tipo de rampas de pendiente “suave”. Es concretamente en el anticlinal de Goiburu donde se registran estas morfologías y, por otra parte, la litología donde aparecen labradas coincide, en todos los casos, con el material del Cretácico superior, concretamente se trata del Flysch Cenomaniense-Campaniense.

Si esta unidad se caracteriza por este tipo de rampas, es por que está sometida a un proceso geomorfológico muy generalizado como es la arroyada, concretamente la arroyada laminar y difusa, aunque es la primera la que más abunda y da lugar a este tipo de morfologías. Esta arroyada laminar da lugar al modelado de extensas rampas suaves regularmente inclinadas. El agua circula ladera abajo, regularizando las laderas, depositando y transportando materiales dependiendo cual sea su competencia. De esta manera, existe una labor modeladora, pero sobre todo existe una labor de transporte de material hasta los valles, originado unos fondos de valle planos muy característicos.

En estas superficies se disponen una serie de pequeños barrancos, donde la incisión lineal de los arroyos va a ser el proceso dominante. También se pueden observar otro tipo de formas entre las que destacan, cuando el equilibrio de las laderas se rompe, deslizamientos planares y rotacionales, así como pequeñas cárcavas derivadas de la acción erosiva de los pequeños cursos fluviales que disecan esta unidad.

3.3.8.- VALLES DE FONDO PLANO, VALLES FLUVIALES CON TERRAZAS

Aunque la zona aparece drenada por un importante número de arroyos y ríos, las fuertes pendientes a salvar y el cercano nivel de base, hace que la red fluvial realice una gran labor modeladora. De todas las maneras, los cursos más importantes, al llegar a litologías deleznables, como las del Cretácico superior y Supracretácico (flysch fundamentalmente), pueden dar lugar a un modelado más abierto, con valles no tan profundamente encajados e, incluso pueden dar lugar a acumulaciones aluviales. Concretamente, van a existir 2 tipos de depósitos como son las acumulaciones de material fino que dan lugar a los fondos planos, sensu estricto”, y las acumulaciones de terrazas que aglutinan materiales finos que emplastan materiales de dimensiones más groseras. Sólo en 4 ríos van a aparecer las terrazas; el Oria, el Urumea, el Oiartzun y el Bidasoa. La distinción de los niveles es muy dificultosa puesto que los superiores, en la mayor parte de los casos, han sido fosilizados por derrubios de ladera. En todo caso, parecen distinguirse 4 niveles diferentes. Estos cuatro niveles se disponen a las siguientes altitudes: El primero o más antiguo y elevado; T4 lo hace a 18-22 m por encima del talweg actual y normalmente aparece fosilizado, emplastado y removido por movimientos y procesos de ladera. El segundo o T3 se dispone a unos 10-12 m sobre el cauce actual y puede ser hallado en muy pocos puntos y fosilizado o semiemplastado por procesos de ladera. El tercero o T2 se dispone a unos 5 m sobre el talweg actual y forma buenas extensiones con una morfología típicamente plana. Por último, el 4º nivel, el más actual T1, se dispone de 1 a 2 m por encima del cauce actual, es el más extenso y muestra una estructura y morfología similar al T2. Dentro de los propios cauces aparece todo un rosario de morfologías. Desde cauces braided, hasta barras y flechas.

En otros cursos más minoritarios aparecen los fondos de valle plano, con acumulaciones de finos, de potencias reducidas, entre 4 y 15 metros.

3.3.9.- ZONAS ESCARPADAS Y BARRANCOS MUY ENCAJADOS

Sobre la zona de estudio aparece una novena unidad que está compuesta fundamentalmente por 3 enclaves o zonas alejadas entre sí, pero que morfológicamente presentan las mismas características. Se trata de barrancos, absolutamente encajados: el barranco de Endara, el barranco de Irusta y, por último, el barranco del Monte Uzturre. Estos tres barrancos se caracterizan por presentar márgenes de altas pendientes, superiores incluso al 100%. También ambos se encuentran incididos por un curso fluvial que diseca el relieve y se encaja profundamente dando lugar a paredes verticales o cuasiverticales relativamente activas en cuanto a procesos geomorfológicos.

El barranco de Endara se instala sobre terrenos graníticos, al igual que el de Irusta, mientras el barranco de Uzturre aparece sobre materiales jurásicos y cretácicos y en él, además de la disección y encajamiento del río Oria, sí que parece ser fundamental la disposición estructural para entender el aspecto del relieve. En todos ellos aparecen procesos y morfologías derivados de las fuertes pendientes y la gravedad, además de atenuados procesos de crioclastia. Como consecuencia de estos procesos aparecen una serie de morfologías que van, desde pequeños acúmulos de arena por erosión química en las dos primeras unidades, hasta coluviones, agujas graníticas, marmitas de gigante en el cauce de los arroyos, mientras que en el Uzturre son más notables los canchales, paredes y desfiladeros por erosión diferencial y, por último, ciertas formas krásticas derivadas de su litología calcárea, entre otros, lapiaces y alguna pequeña dolina.

FIGURA 7. MAPA DE LAS UNIDADES GEOMORFOLÓGICAS

4. BIBLIOGRAFÍA

CAMPOS, J. (1979): Estudio geológico del Pirineo Vasco al W del río Bidasoa. Revista Munibe Nº 1-2. Sociedad de Ciencias Aranzadi. San Sebastián.

DENNESS, B. & GRAINGER, P. (1976): The preparation of slope maps by the movil interval method. Area,18.

FEUILLÉE, P. & RAT, P. (1971): Structures et paléogéographies pyrénéo-cantabriques. Institut francaise du petrol. Paris.

5. CARTOGRAFÍA

El mapa geológico de España, editado por el IGME, hoja 64, escala 1:50.000.

El mapa geológico de España, editado por el IGME, hoja 65, escala 1:50.000.

El mapa geológico de España, editado por el IGME, hoja 89, escala 1:50.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, escala 1:200.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 41-III, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 65-I y III, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 64-II, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 64-III, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 64-IV, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 89-I, escala 1:25.000.

El mapa geológico del País Vasco, editado por el EVE, hoja 89-II y IV, escala 1:25.000.