Gipuzkoa en el siglo XVIII a la luz de la obra de

 Tomás López

© Juan Antonio Saez Garcia

 

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015, 27

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9 LA CARTOGRAFÍA TRAS TOMÁSLÓPEZ

Contemporáneo de Tomás López fue Vicente Tofiño de San Miguel (Cádiz,1732-San Fernando,1795). Militar de formación y matemático de vocación, fue llamado desde su ayudantía militar de Soria para ejercer la docencia en la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz, alcanzando al cabo de algunos años la dirección de la Escuela.

En esta época publica obras como el Tratado de Geometría elemental o el Tratado de Trigonometría rectilínea. En 1773 es ascendido a capitán de fragata, dedicándose con gran éxito a las observaciones astronómicas en el observatorio de Cádiz. Tras un período cumpliendo misiones en la mar, asciende a capitán de navío, recibiendo el encargo de cartografiar las costas españolas, formando el Atlas Hidrográfico de las costas de España y dos derroteros derivados de las observaciones de las campañas de trabajo de campo . Las cartas en él contenidas tuvieron vigencia hasta bien entrado el siglo XX , basándose muchas cartas posteriores en sus trabajos . En 1784 ascendió a brigadier y cinco años más tarde llegó a ser jefe de Escuadra. Parte de sus trabajos fueron incorporados en algunos de los mapas de Tomás López.

Paralelamente al ya citado Gabinete Cartográfico de la Secretaría de Estado (1795) fue creado el Cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos y la Escuela de Ingenieros Cosmógrafos del Estado (1796). En 1797 los trabajos hidrográficos realizados hasta entonces se reunieron en el llamado Depósito Hidrográfico, dependiente del Ministerio de Marina, y más tarde denominado Servicio Hidrográfico de la Armada, integrado en la Dirección General de Navegación del mismo Ministerio .

La necesidad de un mapa fiable de todo el territorio era ya incuestionable, pues Cassini había finalizado en Francia su Carte Géometrique. Juan López, en una escala mucho más modesta (1:2.400.000) publicó el ya mencionado Mapa de los Reynos de España y Portugal , incorporando los trabajos geométricos de los jesuitas Martinez y De la Vega.

La invasión napoleónica impuso la detención del intento de formar el mapa de cobertura estatal, y las únicas realizaciones se deben a las tropas extranjeras beligerantes en territorio español. Así, el 27 de febrero de 1808 se constituye en Bayona la Oficina Topográfica del Ejército de España, bajo la jefatura de Chabrier, que procedió a realizar un expolio de todo tipo de información topográfica, que pasó a engrosar el Depósito General de Cartas Geográficas, de planos y de Diseños Topográficos. A la par, tanto los Ingenieros geógrafos franceses como los oficiales del ejército inglés realizaron entre 1808 y 1814 numerosos trabajos cartográficos que corrigieron algunos de los errores de la cartografía de Tomás López.

Nuevos mapas que cubrían la totalidad de la Península se publicaron fuera de la misma, como es el caso del Mapa General de España y Portugal a escala 1:225.000 realizado por M. A. Calmet-Beauvoisin, que constó probablemente de 63 hojas, aunque muchas de ellas no han llegado a nuestros días. Otro mapa importante es el denominado Capitaine , publicado a escala 1:345.600, publicándose únicamente el cuadrante N.W. de la Península.

La Real Orden de 9 de junio de 1810 creó el denominado Cuerpo de Estado Mayor, poniendo a su frente al teniente general Joaquín Blake. Entre las misiones del nuevo Cuerpo se encontraban las relacionadas con la topografía y cartografía, así como el archivo de planos, croquis y descripciones geográficas. En las disposiciones dictadas por Blake se hace constar que todos los planos, croquis y memorias topográficas debían ir firmados por su autor o copista, expresando su empleo, Cuerpo y la fecha. Asimismo debían ir encabezados por la provincia y paraje que representaban.

El Cuerpo de Estado Mayor fue disuelto como tal en 1814, pasando su documentación a la Secretaría de la Guerra. Pero aquí no acaba la historia del Cuerpo, que fue vuelto a crear en 1823, disuelto al año siguiente y reconstituido nuevamente en 1836. Dos años más tarde es creado con carácter permanente mediante la Ley de 9 de enero de 1838. La formación de sus oficiales se realizó en la Escuela de Estado Mayor, fundada en 1842, en la que se impartieron asignaturas específicas relacionadas con la cartografía. Pocos años antes -1835- se había creado fuera de la milicia la Escuela de Ingenieros Geógrafos, constituyéndose igualmente el cuerpo de ingenieros civiles, formado inicialmente por cuatro inspecciones: Caminos, Canales y Puertos; Ingenieros de Minas; Ingenieros Geógrafos e Ingenieros de Bosques, pero las dos últimas no llegaron a funcionar y el peso en el progreso de la cartografía tuvo que ser asumida por los oficiales del ejército y por los ingenieros de Caminos y de Minas.

También en 1838 se constituye el denominado Depósito de la Guerra, dependiente inicialmente del Cuerpo de Estado Mayor, recogiendo las misiones de las secciones cartográficas del mismo. En 1847 se aprueba su primer reglamento, organizando dos secciones, una Geográfica y Topográfica y otra de Historia y Estadística Militar, a la vez que se establecían en él los medios precisos para realizar labores de imprenta.

En 1834 el catedrático de matemáticas Domingo Fontán (1788-1866) finalizó el original de la Carta Geométrica de Galicia que, apoyada en una red geodésica, constituyó una auténtica obra maestra de la época, replanteándose nuevamente la necesidad de disponer de un documento de similar calidad que cubriese la totalidad de España, sustituyendo de una vez por todas la cartografía de Tomás López. Por medio de un Decreto de fecha 23 de noviembre de 1840, el Gobierno reconoce la necesidad de un mapa, creando la Comisión Directiva del Mapa de España que fue totalmente inoperante.

Por esta época el pamplonés Pascual Madoz publicó su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y Ultramar y, a falta de un mapa que lo complementase, se puso en contacto con Francisco Coello y Quesada, ingeniero militar, con objeto de publicar el Atlas de España y de sus posesiones de Ultramar a escala 1:200.000 ó 1:400.000, que pronto se convirtió en un proyecto independiente del Diccionario. Comenzó su trabajo en 1841, finalizando las minutas de todas las provincias en 1855, apoyadas en las triangulaciones del litoral realizadas por el Depósito de la Guerra, Felipe Bauzá e I. Antillón, fecha a partir de la cual comienzan las labores de impresión; sin embargo se publicaron únicamente 32 provincias a escala 1:200.000, además de Canarias a escala 1:280.000. Cada hoja incluye noticias estadísticas, económicas e históricas del territorio representado.

En 1853 se crea la Dirección de la Carta Geográfica de España, con la intención de que el levantamiento de la misma se apoyase en una triangulación, cuya realización también era necesario acometer, pues solamente se disponía de la correspondiente a la costa. Francisco Coello fue designado director del Proyecto, permaneciendo a su frente hasta 1866 en que dimitió por disensiones con Narváez derivadas de la paralización del Mapa Catastral de España por masas de cultivo a escala 1:200.000 forzada por las presiones de los propietarios rurales, a pesar de que para dicho trabajo se había creado en 1859 la Escuela Teórico-práctica de Ayudantes.

La Comisión encargada de formar el Mapa estuvo constituida por militares procedentes de los cuerpos de Artillería, Ingenieros y Estado Mayor. La dirección los trabajos sufrió múltiples variaciones pues la Ley de Medición del Territorio de 5 de junio de 1859 la confiere a la Comisión de Estadística; en 1870 pasa a la Junta General de Estadística, dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros; en 1870 la dirección se transfiere al Instituto Geográfico y Estadístico, al frente del cual se colocó al Coronel de Ingenieros Carlos Ibañez e Ibañez Ibero. Las funciones del instituto civil fueron similares a las del Depósito de la Guerra, asignándosele trabajos relativos a la determinación de la forma y dimensiones de la Tierra, triangulaciones geodésicas, nivelaciones de precisión, triangulación topográfica del mapa y de catastro y pesas y medidas.

Inicialmente Coello pensó en la escala 1:100.000 como la más apropiada para la formación del mapa, pero Ibañez Ibero, con gran sentido de las necesidades futuras, prefirió la escala 1:50.000. La primera hoja del mapa, correspondiente a Madrid, se publicó en 1875 (hoja 599), la última tardó casi cien años en publicarse .

El mapa consta de 1.114 hojas, denominadas por un número y por el nombre de la población más importante representada en la misma. La proyección utilizada inicialmente fue la poliédrica, inspirada en la transformación del globo terrestre en un poliedro esférico de caras planas, con origen de longitudes en el meridiano de Madrid.

En 1879 tuvo lugar otro acontecimiento importante en la historia de la cartografía mundial como es el enlace de la red geodésica española con la de Argelia, dirigiendo la parte española Ibañez de Ibero, labor por la que fue nombrado Marqués de Mulhacén.

A pesar de la bifurcación de los trabajos cartográficos en una rama civil y otra militar, ambas han convivido en armonía y mientras el Instituto Geográfico y Estadístico -luego llamado Instituto Geográfico y Catastral y más tarde Instituto Geográfico Nacional- se ocupaba fundamentalmente de la confección del mapa a escala 1:50.000, en 1881 se aprueban las Instrucciones para los trabajos topográficos y estadísticos encomendados al Cuerpo de Estado Mayor, comprendiendo la ejecución de itinerarios, la formación del Mapa Itinerario de España a escala 1:200.000, levantamiento de planos de poblaciones, campos de batalla, sitios de plazas, reconocimiento de fronteras, etc. Cinco años más tarde, en 1886, se crea la Brigada Obrera y Topográfica de Estado Mayor con objeto de centralizar la dirección de los trabajos topográficos de interés nacional y, si bien no se interrumpió la tradicional formación de planos de los ingenieros militares, cuerpo del que siguieron surgiendo cartógrafos notables, sus trabajos se vieron restringidos al cartografiado de puntos concretos a gran escala, dejando para el Estado Mayor los trabajos de grandes extensiones a pequeña escala.

En 1865 el Depósito de la Guerra publicaba el Mapa Itinerario Militar, en veinte hojas a escala 1:500.000 y proyección Bonne. No disponía de información topográfica, pero puede considerarse como el primer mapa de España completo construido bajo un plan riguroso de observaciones sobre el terreno, ya que se aprovechó información procedente del levantamiento del mapa 1:50.000. Se editó por litografía a tres colores.

Ante la insuficiencia de la escala 1:500.000, y en tanto proseguían los trabajos del mapa 1:50.000, se acometió a partir de 1880 la realización del Mapa Itinerario a escala 1:200.000 , terminándose mediado el siglo XX.

 


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