Lurralde :inv. espac.

N. 29 (2006)

p. ***-***

ISSN 1697-3070

 

 

LA COOPERACION MUNICIPAL EN EL BIDASOA :

DE LA ACCION LOCAL AL CONSORCIO INTERNACIONAL(1)

Recibido:

Aceptado:

Juan Cruz ALBERDI COLLANTES

 

Departamento de Geografía de la Universidad del País Vasco

Facultad de Filología y Geografía e Historia.

Francisco Tomás y Valiente, s/n

 01006 Vitoria.

juancruz.alberdi@ehu.es

LABURPENA: Behe Bidasoa eskualdeak, Irun eta Hondarribia Euskal Autonomi Erkidegoan eta Hendaia Aquitaniako eskualdean, hamarkada bat baino gehiago darama herrien arteko harremanak bultzatuz.. Guzti honen ondorioz ekonomi arloan eta Irun eta Hondarribiaren artean ematen dira lehendabiziko zangoak, nazioarteko Bidasoa-Txingudi Konsorzioa sortu arte. Elkarlanaren urte batzuk igaro ondoren emaitzak eta batera jarraitzeko nahia uka ezina da. Hala era, kanpoko diru sarreren gehiegizko dependentzia eta bi herrialdeen arteko lankidetzan sortzen diren gaindiezinezko traba administratiboak sortutako harremanen jarraipena kolokan uzten dute sortutako entitate hauek.

Hitz gakoak: herri lankidetza, garapen agentziak, Euskal Herria, mugen arteko lankidetza.

 

RESUMEN: La comarca del Bajo Bidasoa, que engloba a los municipios de Irun y Hondarrabia en el Comunidad Autónoma Vasca y a Hendaia en la región de Aquitania, lleva más de una década cultivando la colaboración intermunicipal entre las entidades que lo componen. Fruto de ello se dan los primeros pasos, en primer lugar en materia socio-económica y entre los ayuntamientos de Irun y Hondarribia para, a partir de la relación iniciada, avanzar en la colaboración internacional con la creación del consorcio transfronterizo Bidasoa-Txingudi. Tras varios años de trabajo los resultados obtenidos son incuestionables y la voluntad de materializar la colaboración evidente. Sin embargo, la excesiva dependencia de aportaciones económicas externas en el caso de la colaboración económica y de las dificultades administrativas originadas por la dificultad de materializar proyectos comunes regidos por legislación de dos estados diferentes está poniendo en entredicho la continuidad de la relación entre las entidades locales del Bidasoa.

Palabras clave: conurbación municipal, agencia de desarrollo, País Vasco, colaboración transfronteriza

ABSTRACT: The area of the Low Bidasoa that it includes to the municipalities of Irun and Hondarrabia in the region of Spain Basque Country and to Hendaia in the region of Aquitania it takes more than to one decade cultivating the collaboration between the villages that compose it. Fruit of it the first steps has been done, in the first place in socio-economic matter and between the city councils of Irun and Hondarribia for, from the initiated relation, to advance in the international collaboration with the creation of the international partnership Bidasoa-Txingudi. After several years of work the obtained results are unquestionable and the will to materialize the collaboration is increasing. Nevertheless, the excessive dependency of external economic contributions in the case of the economic collaboration and the administrative difficulties originate by the difficulty to materialize common projects governed by legislation of two different states is putting in risk the continuity of the relation between the local organizations of the Bidasoa.

Key words: villages’ collaboration, development agency, Basque Country, international partnership.

Con la integración de España en la Comunidad Europea se da inicio a un nuevo proceso con profundas implicaciones sociales y económicas. La desaparición de las fronteras estatales supone un paso fundamental en la liberalización de las transacciones económicas y en la consecución de un mercado común que, de manera progresiva, nos conduce a otro escenario económico-social.(1)

La desaparición de las aduanas, por tanto, impulsa una profunda transformación de las estructuras económicas estatales y regionales, conduciéndonos hacia un sistema más globalizado. Esta reconversión, sin embargo, es especialmente intensa en aquellos territorios y localidades que se habían desarrollado en torno a la actividad fronteriza y que ven ahora desaparecer la que había sido el motor principal de su economía. (2)

La bahía de Txingudi, que engloba a los municipios de Irun, Hondarrabia y Hendaia, se enfrenta a la necesidad de hacer frente a una crisis que no hace sino agravar la depresión y reconversión económica que el año 1992 sufría el País Vasco. La necesidad de responder ante la situación originada lleva a las diferentes entidades públicas a poner en marcha programas específicos dirigidos a reorientar la actividad de estas zonas. Se suceden iniciativas europeas, estatales y regionales pero son las instituciones locales, los ayuntamientos, los que comienzan a dirigir esfuerzos económicos y organizativos en la consecución del objetivo perseguido, el desarrollo de la bahía de Txingudi.

La diferente intensidad de la crisis económica a un lado y otro de la frontera, más agravada en el lado español y especialmente en Irun, municipio que concentra el tejido industrial y aduanero de la comarca, lleva a que sea esta zona la que comience a organizarse, creando en 1992 la Agencia de Desarrollo del Bidasoa, en aquel momento Adebisa y actualmente Bidasoa Activa. Su fundación responde a la necesidad de intervenir en la economía desde el ámbito local, en el que el territorio pasa a ser un agente de transformación social. Coincide con la creación de diferentes entidades de desarrollo tanto a nivel regional como estatal, que se entroncan en esta concepción del espacio económico y descubren el conjunto de recursos humanos, institucionales y de otra índole que dispone una Comunidad.

Por otro lado, a la par que se constituye la agencia, se observa la necesidad de superar social, cultural y políticamente la frontera del Bidasoa. La colaboración transfronteriza debe contribuir al diseño y gestión de la comarca y la necesidad de planterar una estrategia común se considera necesaria. De este modo se da inicio al Plan Estratégico del Bidasoa en 1993, en el que se engloba al municipio de Hendaia, para constituir en 1998 el consorcio transfronterizo Bidasoa-Txingudi entre los 3 municipios, una entidad surgida con competencias, presupuestos y con el objetivo de responder a las necesidades de la conurbación internacional del Bidasoa.

En este trabajo vamos a someter a estudio el funcionamiento de la colaboración en la bahía de Txingudi. Analizaremos las características de estas agrupaciones, su composición, funcionamiento, ámbitos de actuación y resultados, contrastando los datos obtenidos con la visión crítica de sus actores. Todo ello con el objeto de conocer el grado de dinamización e inserción en el tejido social y económico de las entidades que surgen a partir de la colaboración entre entidades locales.

1.- Aproximación geográfica a los municipios de la bahía de Txingudi

La comarca recibe el nombre de Bidasoa-Txingudi en referencia a dos accidentes geográficos fundamentales en su configuración como el es río Bidasoa y la bahía de Txingudi. Este río nace en los montes de Navarra y desemboca en la bahía de Txingudi marcando el límite natural entre España y Francia. Esta constituida por los municipios de Irun y Hondarribia, administrativamente en la Comunidad Autónoma del País Vasco, y el municipio de Hendaia, dependiente del Departamento de los Pirineos Atlánticos (Ver foto).

La función fronteriza que cumple ha afectado en multitud de aspectos de su configuración, desde la fundación de sus villas hasta su organización contemporánea. Su impronta actual queda reflejada espacialmente en dos modelos territoriales diferenciados y muy contrastados cuya máxima expresión se evidencia entre Irun y Hendaia. El primero con una urbanización muy densa y cierto caos organizativo consecuencia de un crecimiento acelerado y poco ordenado, mientras en Hendaia predomina la vivienda unifamiliar, la definición específica de usos y las actividades de turismo y ocio tienen una presencia histórica en su configuración.

La bahía de Txingudi y la conurbación del Bidasoa

Fuente: Bidasoa Bizirik. Año 2005.

Hondarribia para el año 1203 ya recibe de manos de Alfonso VII el titulo de Ciudad, señalando su ubicación estratégica y el carácter de recinto amurallado que para esta época tenía ya constituido. Ubicado en la margen izquierda del río Bidasoa, protegido al oeste con las estribaciones del monte Jaizkibel, desarrolla su casco histórico en un pequeño promontorio rodeado de murallas mientras, tras éstas, surge el barrio de la Marina, un poblado típico de pescadores que contrasta con la nobleza del casco medieval. Todo ello lleva a aportar a Hondarribia el título de Monumento Histórico Nacional. En la actualidad el municipio tiene una superficie de 28,8 Km2 y con cerca de 15000 habitantes desarrolla su función residencial, atrayendo a población que trabaja en Irun y en San Sebastián mientras las actividades turísticas y recreativas adquieren cada vez más presencia.

El dinamismo de Hondarribia queda patente en la evolución que presenta su población, con un crecimiento continuado y progresivo desde principios del siglo XX, en cierta medida independiente de la dinámica de la provincia o del municipio de Irun. Así, aunque incrementa la población en un 30% entre 1950 y 1970 coincidiendo con los años del desarrollismo industrial, su máximo dinamismo lo alcanza la última década, un momento en el que Guipúzcoa entra en una dinámica de crecimiento negativo. El emplazamiento de Hondarribia atrae población de otras localidades guipuzcoanas que fijan en este municipio su lugar de residencia mientras laboran en otro, con menos de un tercio de su activo trabajando en el mismo

Otro aspecto que le caracteriza es la importancia que adquieren las actividades terciarias, con más del 66 % de sus habitantes empleado en estas labores, junto a la significativa presencia de actividades primarias, especialmente pesca, que emplean a un 8% de sus habitantes. El paro (7,6% de la población activa) es sensiblemente inferior al de Guipúzcoa o de Irun (10,3%) mostrando una tendencia progresiva a su reducción al menos desde 1997.

Irun, al igual que Hondarribia también posee un legado histórico rico e incluso anterior, aunque ello apenas ha quedado reflejado en la estructura actual del municipio. Desarrollado principalmente sobre los aluviones originados por el río Bidasoa tiene una superficie de 42,8 km2. Entre los montes que rodean el municipio cabe destacar las estribaciones de Peñas de Aia al sur y Jaizkibel al oeste, junto a las estribaciones menores de Erlaitz y San Marcial.

Esta ciudad concentra la mayoría de las infraestructuras económicas de la comarca y, junto a ello, incrementa su peso poblacional, con 56601 habitantes en la actualidad. Al igual que otros muchos municipios industriales del País Vasco son los años desarrollistas, desde la década de los 50 hasta los 70, los de mayor crecimiento poblacional. Durante estas décadas Irun pasa de 15000 a 54000 habitantes, preferentemente emigrantes que llegan en masa estos años a la ciudad. La tendencia cambia en los años 80 y la población tiende a estabilizarse si bien, en los últimos años, se produce un incremento considerable hasta alcanzar la cifra de residentes actual.

A pesar de la presencia de cierto tejido industrial Irun es sobre todo una ciudad especializada en la actividad fronteriza. Principal paso de mercancías rodadas de la península ibérica, saca partido de su ubicación estratégica desarrollando todo tipo de servicios dirigidos a compañías de transporte, hasta el punto de convertirse en un núcleo de referencia en la distribución de mercancías a nivel estatal. Esta reorientación de la actividad aduanera que tradicionalmente ha ejercido el municipio le ha posibilitado, tras al menos una década de incertidumbre, recuperar parte de su pujanza económica anterior y incrementar nuevamente su población.

La especialización de la ciudad se manifiesta en el peso ocupacional de los servicios, que dan empleo al 63% de su población activa, mientras en el sector industrial trabaja el 23% y en la construcción el 12%. A diferencia de Hondarribia, dos tercios de esta población labora en el mismo municipio.

La evolución que han experimentado las cifras de desempleo son especialmente significativas en esta localidad. Si en 1997 se contabilizaban 3436 desempleados, el año 2003 la cifra se había reducido a 2378, un descenso considerable que, sin embargo, aún aporta tasas de desempleo altas, 10,34%, sensiblemente superiores a las de Hondarribia o a las del conjunto de la provincia de Guipúzcoa. Todo parece indicar que los problemas laborales se concentran cada vez más en la población mayor de 45 años, mientras los menores de 30 han reducido considerablemente su tasa de desempleo estos últimos años.

Hendaia, con 12966 habitantes es la tercera ciudad del consorcio. Al igual que Irun, su ubicación es estratégica, como nexo de unión del corredor que une la península Ibérica con Europa. Como consecuencia ha desarrollado una infraestructura de transporte considerable. Además, el emplazamiento del municipio, entre la marisma de Txingudi, el arenal y los acantilados de la costa, le aporta una riqueza paisajística y unas oportunidades de desarrollo turístico inmejorables.

Así, el municipio está divido en tres distritos urbanísticos: Hendaia-Playa, Hendaia-Pueblo y el área residencial, y en tres áreas económicas: estación del tren, área industrial y el puerto. Presenta un crecimiento importante y consecutivo, pasando de 7204 habitantes en 1962 a los 12966 que presenta actualmente. En su ritmo de crecimiento no hay aceleraciones o desacelaraciones importantes sino más bien una continua progresión, a pesar de la desmantelación aduanera que sufrió.

En la actualidad Hendaia se caracteriza por la diversidad de funciones que se desarrollan en su término. Entre éstas predominan los servicios, que dan empleo al 49,6% de su activo, dominando la rama del turismo y del comercio y, en su segundo lugar, el empleo en transporte y comunicaciones. También es destacable su desarrollo industrial, que aporta el 37,7% del empleo del municipio y que se ubica principalmente en el polígono Joncaux, en un lugar estratégico entre los dos nudos de comunicación rodada principales de la ciudad y que anteriormente a la desaparición de la frontera tenía la función de dar servicio al tráfico de mercancías rodado. Actualmente, las empresas ubicadas en las 33 Ha. del polígono generan 1450 empleos.

Como principal punto estratégico del municipio cabe señalar la estación y plataforma del ferrocarril. En este lugar se efectúa el trasbordo internacional de personas y mercancías, destacando especialmente el tráfico de productos siderúrgicos y de automóviles. En la plataforma se da empleo a un total de 700 personas.

Junto al transporte cabe destacar la actividad comercial municipal, distribuida entre el pequeño comercio que se concentra en el casco urbano y el comercio al por mayor y centro comerciales, concentrados en el polígono de Joncaux. Esta actividad se ve reforzada en época estival, momento en el cual Hendaia llega a quintuplicar la población residente. Cuenta con 22 hoteles, 7215 plazas de camping, 270 apartamentos turísticos y alrededor de 5000 residencias secundarias. Este turismo, sin embargo, se concentra en los meses de verano, siendo la estacionalidad uno de los problemas principales a los que actualmente se enfrenta la villa.

 

2.- La Planificación estratégica en las experiencias de desarrollo del Bidasoa.

Partimos en este apartado de la premisa asumida por autores y teóricos del desarrollo local que propugnan una nueva concepción espacial para modelos de intervención económica, en la que el territorio pasa a ser un agente de transformación social. En este sentido las agencias de desarrollo se entroncan en esta nueva concepción del espacio económico y descubren el conjunto de recursos económicos, humanos e institucionales que dispone una comunidad territorial. (3)

Bajo esta perspectiva nace la agencia del Bidasoa en 1992, Adebisa, englobando a los ayuntamientos de Hondarribia e Irun y en colaboración con el término de Hendaia. En un primer momento surge ante la necesidad de replantearse el futuro de este territorio, con una actividad económica ligada a su determinación geográfica como es la función aduanera que, con la entrada en la Unión Europea, se encuentra en proceso de desaparición.

 

2.1- Las agencias de desarrollo territorial en el País Vasco. De la teoría a la práctica.

La economía ha experimentado un vertiginoso cambio en las dos últimas décadas. Las crisis registradas, la revolución tecnológica y la globalización han abierto una nueva fase de desarrollo económico en la que territorios que antes eran prósperos entran en una fase de declive y reconversión mientras surgen áreas y sectores vinculados a los nuevos requerimientos tecnológicos. En términos generales se observa una nueva lógica de industrialización, más difusa y descentralizada, en la que las empresas de gran tamaño externalizan sus funciones y dan lugar a unidades más flexibles y especializadas.

La flexibilización de los procesos productivos condiciona las decisiones locales de las empresas, que dependen en mayor medida de factores cualitativos como la disponibilidad tecnológica, mano de obra cualificada, calidad ambiental…, creando una situación que dista enormemente de la anterior en la que la localización de la empresa estaba condicionada por la proximidad a las materias primas o por la cercanía al mercado. En la circunstancia actual el entorno socioeconómico de las empresas cobra una importancia inusitada. (4)

En este contexto, según señalan Plaza y Velasco (1999), se impone la cooperación entre los agentes económicos como requisito para avanzar. La influencia de los procesos locacionales de la capacidad innovadora de determinadas regiones, la relevancia de los intangibles empresariales o la necesidad de recurrir a redes integradas de servicios para la solución de los problemas de la empresa, han propiciado la cooperación privado pública como estrategia impulsora del desarrollo económico, donde una acertada actitud de las autoridades nacionales, regionales y locales puede marcar las diferencias con sus competidores. (5)

El reconocimiento de esta realidad ha influido en la notable relevancia dada por la moderna política económica al factor territorial y es en este contexto donde se enmarcan las actuaciones de las agencias de desarrollo de ámbito regional y local. A pesar de su variedad, se trata de organismos creados al amparo de la financiación pública para la promoción del desarrollo económico de un territorio determinado contando para ello con un nivel apreciable de autonomía en su gestión, diferenciándole de esta manera de la administración pública. Al mismo tiempo, la agencia se debe a la especificidad de la economía a la que sirve y su función es desarrollar el potencial endógeno del área en la que enmarca su actividad (ETXEBERRIA,1993).

En este proceso de desarrollo del potencial endógeno resulta necesario incluir a los ayuntamientos (6). Bastantes autoridades locales van asumiendo un papel activo en la creación de condiciones favorables para el desarrollo económico de su territorio. Preocupados por la crisis industrial que les afecta muchas autoridades locales han dado inicio a políticas activas, actitud especialmente visible en territorios con una estructura industrial madura y con niveles de actividad en claro retroceso, como ocurre en el País Vasco.

En este contexto de crisis es cuando el Gobierno Vasco crea en 1981 la sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI) y cuyos esfuerzos se encaminan a la creación de condiciones que potencien los procesos de renovación integral para la mejora competitiva de las empresas, diversificación de sus productos y potenciación de nuevos emprendedores.

Desde finales de la década de los ochenta, en un primer momento por iniciativa de las distintas Diputaciones, la Comunidad Autónoma del País Vasco experimenta una rápida proliferación de Agencias de Desarrollo Comarcal, especialmente en Guipúzcoa, donde la Diputación corre con los gastos de funcionamiento de las mismas.

Algunas de ellas, como señalan Plaza y Velasco (1999), tras dejar de percibir las ayudas tienden a desaparecer, mientras la gran mayoría continúan con su actividad, mostrando algunas un gran dinamismo, especialmente las desarrolladas en las tres capitales, la Agencia del Bajo Deba, Oarsoaldea y Bidasoa en Guipúzcoa y la de Baracaldo en Bizkaia. La función principal que acometen las agencias está dirigida a la erradicación del desempleo. Todas ellas desarrollan la labor de agencia de empleo, como sucursales del INEM y del servicio vasco de colocación LANGAI: imparten programas de formación ocupacional, de formación y empleo, de iniciación ocupacional y ejercen de intermediarios entre demandantes de empleo y las empresas. Tan sólo las que hemos señalado ejercen acciones encaminadas a la promoción económica. Esta actitud es debida a la presión social consecuencia del problema del paro pero también a la excesiva dependencia de la financiación externa, dirigida casi exclusivamente a programas de esta índole.

En lo que respecta a la promoción económica todas ellas pretenden cubrir el vacío que existe entre las empresas y las instituciones actuando de oficinas de información en un intento de atraer recursos económicos de los que ellas carecen a las zonas en las que éstas actúan. Profundizando en los campos de actuación de las agencias cabe señalar las siguientes medidas correctoras:

- Apoyo a la financiación: cabe destacar las ayudas que mediante subvenciones a fondo perdido y bonificaciones del tipo de interés aporta el SPRI.

- Creación de infraestructuras industriales, especialmente el programa industrialdeak (7), promovido por el SPRI y cuya misión principal es la construcción y gestión de pabellones industriales, facilitando el acceso a la instalación a cambio de una cuota reducida y en el que las agencias comarcales y municipales, aunque apenas participan, tienden a controlar su gestión (8). Junto a él, cabe señalar la puesta en marcha en algunas agencias de Semilleros de Empresas, centros en los que los adjudicatarios acceden a un local con todo tipo de servicios empresariales en régimen de alquiler subvencionado.

- Política Tecnológica y de Innovación, entre las que, además de los Parques Tecnológicos impulsados por el SPRI, cabe destacar la creación de Centros de Empresa e Innovación. Se trata de organizaciones encargadas de apoyar la creación de nuevas empresas innovadoras y de su seguimiento tanto en la fase de consolidación como en la de expansión en el mercado. La ayuda consiste en proporcionar a los emprendedores los servicios necesarios para que puedan poner en marcha sus ideas con las mayores garantías de éxito.

- Asesoramiento a empresas. Su fin es impulsar el acceso por parte de la empresa a los servicios externos de consultoría especializados, que permitan la mejora de su gestión empresarial y tecnológica. Generalmente apoyada por el SPRI, también algunas agencias poseen un servicio de asesoría con estos fines (9).

Como estamos observando, es el SPRI, junto al INEM en materia de promoción de empleo, los que están dinamizando las acciones que cada agencia comarcal o municipal materializarán posteriormente en su ámbito de actuación. Estas entidades, con mayor o menor dinamismo y éxito, se convierten en herramientas válidas para adecuar la política de desarrollo regional y nacional al ámbito local, aprovechando los recursos endógenos que cada área le aporta.

 

2.2- La Agencia de Desarrollo del Bidasoa, motor de la colaboración intermuncipal en el Bajo Bidasoa.

La agencia de Desarrollo del Bidasoa (Adebisa) se crea en Junio de 1992 a iniciativa de los ayuntamientos de Irun y Hondarribia y con el refrendo del Departamento de Economía de la Diputación Foral de Gipuzkoa (10). Se constituye como una Sociedad Anónima de capital público con el objeto de eliminar las dificultades y trabas administrativas que, en muchos casos, plantea la administración local. La agilidad y flexibilidad es otra de sus características permitiendo la consecución de los objetivos mediante la rápida ejecución de las decisiones de sus órganos. Por último, la sociedad permite un alto grado de permeabilidad en cuanto puede asumir las estructuras y medios existentes así como nuevas actividades en un futuro (11).

El objeto social con el que se constituye, según su primer presidente RICO DEL AMO (1994), radica en la promoción, potenciación y desarrollo de los recursos endógenos de la comarca. Estas actuaciones se integran dentro de una nueva concepción de modelos descentralizados de intervención económica en la que son los municipios, partiendo de una dimensión local, de una estructura y un mercado de trabajo diferenciados, los que deberían jugar un papel fundamental.

La constitución de Adebisa coincide con el desmantelamiento de la actividad aduanera en Irun, con una tradición de más de 150 años y de la que dependía una parte importante de la población activa. Asimismo, se materializa en una coyuntura económica de crisis generalizada, tanto a nivel comarcal, de Comunidad Autónoma, como en el ámbito internacional, erigiéndose el desempleo como el problema más acuciante de la sociedad. En este sentido, en el momento de la constitución de la sociedad, los datos de la encuesta de la población activa indicaban que aproximadamente el 24% de la población disponible para trabajar se encontraba en una situación de desempleo. Estos datos, diferencialmente importantes respecto a la situación de otros países o regiones comunitarias, revelan las deficiencias del tejido productivo, de buena parte de las medidas que desde la administración había puesto en marcha para la reconversión de esta zona y de una falta de adecuación del colectivo de desempleados a las demandas de nuevos perfiles profesionales. Por otro lado, dejaban en evidencia la necesidad de acometer nuevos modelos de intervención en políticas proactivas dirigidas a la generación de empleo (12).

Adebisa nace como una estructura flexible y permeable a los continuos cambios que se producen en su entorno económico, que debe adaptarse a los nuevos modelos y necesidades y que ha de sensibilizar a otras instituciones en el reconocimiento de lo local como alternativa a la dinamización del mercado de trabajo. Además tiene la virtud de ser una de las pioneras en lo que respecta a la implicación municipal a la hora de poner en marcha políticas de desarrollo económico local.

De hecho, el organigrama de la sociedad refleja su carácter local y municipal. Respecto a la intervención municipal es el ayuntamiento de Irun el que completa hasta el 80% de su consejo de administración y de su aportación presupuestaria, mientras Hondarribia tiene una participación del 20%, coincidiendo con la relación poblacional entre ambos municipios.

La agencia está dirigida por un consejo de administración que se corresponde en todos los casos con concejalías de ambos municipios y que depende de una Junta General compuesta por los alcaldes de las dos entidades municipales implicadas. El consejo de administración es el responsable político de la Sociedad Anónima y del equipo directivo, que cuenta con un consejero delegado o gerente de la agencia que cumple una labor de enlace entre el personal técnico y el consejo de administración y al menos 8 responsables encargados de los distintos programas que la agencia tiene en funcionamiento.

El trabajo de la sociedad, extensible a multitud de campos, se concentra actualmente en cinco departamentos distintos, además de la coordinación del consorcio transfonterizo que, aunque teóricamente independiente del devenir de la sociedad, su actividad es dirigida desde la misma.

El Departamento de Empleo, Orientación y Formación dirige sus actividades a mejorar el posicionamiento en el mercado laboral de aquellas personas que se encuentran en situación de desempleo en la comarca. A partir de un trabajo personalizado con diversas herramientas de orientación y formación, o mediante el impulso a programas experimentales, tratan de ofrecer respuestas adaptadas a las particularidades de cada persona. Entre otros servicios este departamento imparte cursos de formación ocupacional en diferentes áreas, organiza un servicio de orientación personalizado y dirige al mismo tiempo el servicio de colocación de la Agencia Pública de Empleo Langai.

El área de Prospección y Formación Continua tiene la función de responder a las necesidades detectadas en las empresas. Todavía hoy en día el tejido empresarial de la comarca necesita apoyo en su proceso de adaptación a las demandas actuales del mundo empresarial. En esta línea, este Departamento gestiona ofertas de empleo haciendo una labor de intermediación entre la oferta y la demanda, realiza labores de prospección entre las empresas detectando las necesidades más inmediatas de las mismas, organiza cursos de formación continua e incluso gestiona prácticas en las empresas.

Las actividades del Departamento de Economía, Estudios e Innovación se dirigen generalmente hacia la innovación y mejora de los servicios ofrecidos a empresas e instituciones de Bidasoa. Se trata de consolidar la transferencia de servicios, productos y tecnología de la agencia hacia el exterior. Al mismo tiempo, gestiona diferentes vías de financiación europea para proyectos de interés comarcal. Entre las acciones realizadas estos últimos años destaca la publicación de una revista empresarial para la comarca, la creación de un servicio de consultoría dirigido al apoyo y formación en gestión empresarial a empresas asentadas y de nueva creación, la transferencia de productos informáticos y herramientas multimedia y, especialmente, la dirección de más de una veintena de programas europeos.

En el área de autoempleo y centro de empresas, entre las labores efectuadas los últimos años destaca la puesta en marcha de un Vivero virtual, un revulsivo que permite adaptar su trabajo al ritmo de las nuevas tecnologías de la comunicación y confirma la necesidad de seguir investigando e innovando en las medidas de acompañamiento que se ponen al servicio de los emprendedores. Entre éstas destaca la apertura de una ventanilla única para la creación de empresas, un programa de promoción de nuevas compañías así como la inauguración de un centro de empresas en las que se facilita el desarrollo de pequeñas iniciativas, propiciando el empleo y la colaboración entre las allí ubicadas.

Finalmente, el Departamento de Turismo, además de las labores efectuadas por el servicio de información turística, participa de manera regular en diferentes eventos de promoción y ha realizado estos últimos años distintas iniciativas dirigidas al desarrollo de estas funciones, como la puesta en marcha de una Central de Reservas a partir de internet o la finalización del estudio estratégico de desarrollo del turísmo comarcal para los tres nucleos de Bidasoa-Txingudi.

Como se observa, el análisis de la distribución de los campos de trabajo de la agencia deja entrever cuales son los objetivos que aborda y que podemos resumir en el apoyo decidido a la promoción y desarrollo del tejido empresarial de la comarca, lucha contra el desempleo y formación en el ámbito laboral de su población activa. Entre las herramientas a poner en marcha cabe destacar la labor de orientación, información y asesoramiento a personas individuales y empresas sobre los proyectos a poner en marcha junto a las acciones de dinamización y sensibilización de la población local de cara al aprovechamiento de los recursos económicos que la comarca les ofrece (13).

 

2.3- Adebisa tras una década dedicada a la promoción del empleo

Si realizamos una retrospectiva temporal observamos que los objetivos y áreas de acción apenas han variado desde la consecución de la sociedad. Si el objetivo inicial, como hemos señalado, era combatir el alto índice de paro y la necesidad de adecuación del tejido empresarial de la comarca a las nuevas exigencias de un mercado cada vez más global y competitivo, las acciones emprendidas una década después continúan trabajando los mismos campos. De hecho, el organigrama de Adebisa en el 2005 apenas ofrece novedades importantes respecto al de 1993. Ese año eran tres los Departamentos principales: el de formación, el de promoción y desarrollo de empresas y el de estudios y planificación. Las acciones iniciadas también coinciden, como puede ser el vivero de empresas, las labores de información y asesoría, las labores de orientación y dinamización laboral o la puesta en marcha de políticas de empleo y agencias de colocación. Algunas todavía estaban en fase de estudio, entre otras, la necesidad de impulsar el turismo en la comarca. Ello no quiere decir que la agencia no se ha renovado, anualmente se realizan nuevos programas y el número de personal se ha multiplicado, sino que los objetivos y áreas de acción se han ido manteniendo y consolidando.

Los datos de la memoria de actividad que Adebisa publica anualmente son un ejemplo del nivel de consolidación de la agencia en el campo de las actividades de formación y empleo. Si tomamos como referencia la memoria correspondiente al año 2003 (14) podemos observar que alrededor de 600 personas habían realizado cursos de formación ese año mientras cerca de 4000 habían sido contactadas mediante los servicios de empleo de las que un total de 256 habían encontrado un puesto de trabajo a través de la agencia. Al mismo tiempo, 78 habían sido las empresas creadas mediante el programa de emprendedores con un total de 106 nuevos puestos de trabajo en las mismas. De igual modo también ha funcionado el servicio a las empresas asentadas, preferentemente el servicio de consultoría y los cursos de formación continua. El resto de proyectos, con la excepción de las acciones de promoción turística, apenas han contado con un reducido número de participaciones. Adebisa se nos presenta, por tanto, como una entidad especializada en la lucha contra el desempleo a través de agencias de colocación como mediante la formación de la mano de obra y el apoyo al empresario que inicia una actividad (15). Es una entidad desarrollada, asentada, con alrededor de 60 empleados de los cuales 20 son fijos y con un presupuesto que ronda los 2 millones de €, de los que ese año el 25% se correspondía con fondos propios (16).

Adebisa, sin embargo, se enfrenta a varios problemas estructurales. El más grave de ellos está relacionado con la que es su actividad prioritaria, la formación, promoción y lucha contra el desempleo, una labor que había sido delegada en manos de la agencia por el INEM pero que, en un momento en el que ya se ha acordado el traspaso de competencias al servicio vasco de colocación, LANGAI, todavía no se ha concretado la participación de la sociedad y todo parece indicar que este nuevo servicio no va a contar con la colaboración de estas entidades de desarrollo (17). De confirmarse este extremo queda en entredicho la continuidad de buena parte de los servicios que durante la última década a aportado Adebisa.

Por otro lado, es significativo que la sociedad no haya abordado campos fundamentales para el desarrollo de los municipios de la comarca, entre otros la promoción de suelo para actividades económicas, diseño de infraestructura turística o la gestión de nuevas áreas industriales (industrialdeas) que tanto se han desarrollado durante la pasada década en esta zona. Es evidente que los ayuntamientos no han compartido su capacidad de gestionar la calificación de suelo ni han cedido su potestad para organizar y promover el desarrollo económico en su territorio. Adebisa se ha centrado en combatir el desempleo mientras otras labores que podía haber desarrollado (PLAZA y VELASCO, 1999), como el asesoramiento genérico, prospección empresarial, gestión de polígonos industriales y dinamización ciudadana apenas han sido abordadas. La excesiva dependencia exterior de los recursos económicos de estas agencias condiciona su actividad y su futuro.

Uno de los campos más novedosos, diferente de la labor de promoción de empleo habitual en la agencias, es la apuesta por el turismo como símbolo de calidad de la comarca (18). Del estudio de esta área obtenemos una serie de conclusiones que nos ayudan a comprender las peculiaridades de la agencia. Para ello recurrimos a entrevistar a varios de sus responsables, de cuyo resultados resaltamos las conclusiones que se recogen a continuación.

En primer lugar observamos que la actividad prioritaria del área es la de ejercer de punto de información y promoción del turismo en la comarca. Para ello cuenta con una oficina de información en Hondarribia y acuden de manera regular a diferentes actos que se celebran en buena parte de la geografía española. Al mismo tiempo, toman parte en proyectos dirigidos a promocionar determinados recursos de la zona, colaborando en la creación de ofertas turísticas específicas (ciudades medievales, arqueología industrial, espacios ribereños,…). La promoción está dirigida preferentemente a un cliente de origen estatal si bien, junto al Gobierno Vasco, acuden a presentaciones internacionales celebradas en las principales ciudades europeas.

Tal vez, lo más llamativo de las funciones que realizan son aquellos aspectos que no son trabajos desde el área de turismo. Como hemos señalado, su función prioritaria es promocionar la comarca pero raramente intervienen en actuaciones o eventos comarcales que puedan constituirse en un reclamo turístico. En estos casos son los ayuntamientos, principalmente Hondarribia, el que desde su propia área de turismo municipal organiza las acciones que considera oportunas mientras la agencia se limita a informar sobre ellas. Esta realidad es indicativa de dos aspectos que consideramos importantes en la constitución de Adebisa:

- En primer lugar, observamos que los ayuntamientos no han realizado una cesión efectiva de sus opciones de promoción económica a la agencia sino que, y de manera individualizada, conservan aquellos instrumentos que les interesa. Al igual que con el turismo se produce la misma situación en materia de promoción de infraestructuras y suelo industrial, en la creación de servicios y en general, en la puesta en marcha de infraestructuras económicas (19).

- En segundo lugar, es reseñable la escasa implicación que Hondarribia tiene con la agencia. De las dos localidades que conforman Adebisa, el área que mayor interés tiene para Hondarribia es la de turismo mientras el resto de campos de trabajo están enfocados preferentemente a Irun, puesto que éste concentra la problemática social y laboral cuyas consecuencias pretende paliar Adebisa. Siendo así sorprende que Hondarribia no utilice la capacidad de la agencia para realizar acciones de promoción en su municipio. Es más, es significativo que incluso se plantee abrir una oficina municipal de promoción turística.

Otro de los campos trabajados en la entrevista es la relación del área de turismo con el Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi. El consorcio ha trabajado preferentemente el área cultural, deportiva y de ocio entre los tres municipios que lo componen. Junto a éstas también ha realizado acciones de promoción turística, acudiendo a ferias y editando folletos específicos. En este sentido, la colaboración ha sido importante si bien merece puntualizar varios aspectos.

En primer lugar, se trata de una colaboración reciente, que se ha concretado en la edición de información común de los tres municipios y en la participación con el Gobierno Vasco en las iniciativas de promoción de los productos que la consejería de turismo realiza. De manera independiente, tan sólo cabe destacar la presencia en una carpa propia en la feria de Fitur del año 2005.

En segundo lugar, cabe confirmar la participación tan importante de Adebisa en la promoción del consorcio. En el caso del área de turismo es Bidasoa-Bizirik la que aporta al consorcio todo el apoyo técnico y logístico necesario para que pueda poner en marcha sus iniciativas. El consorcio tan sólo cuenta con dos técnicos y un amplio campo a cubrir, imposible de abarcar con el trabajo de estas personas.

Una tercera apreciación es la escasa participación de Hendaia en las acciones de promoción intercomunitarias y ello, como es el caso, siendo el municipio que cuenta con la mayor infraestructura turística de la Bahía. Esta afirmación es corroborada en la entrevista si bien no es achacada a la falta de interés de Hendaia sino a la dificultad, a pesar de la estructura legal del consorcio, de mantener una colaboración entre sistemas administrativos tan diferentes. Hendaia no cuenta con apoyo Departamental ni Regional, la legislación del consorcio es Española y siendo tanto Adebisa como Bidasoa-Txingudi sociedades constituidas con capital público no pueden acceder a otros apoyos por la dificultad administrativa que ello conlleva.

De este modo, Adebisa se configura como una agencia que nace para combatir el alto índice de desempleo del Bidasoa, especialmente del municipio de Irun, y que una década después mantiene sus áreas de trabajo originales. En su proceso de desarrollo, además, ha abierto nuevas áreas de promoción económica y social, especialmente en el campo del turismo y la cooperación transfronteriza, convirtiéndose en un servicio de referencia para muchos ciudadanos de la comarca. Sin embargo, no lo ha sido en materia de planificación y desarrollo del futuro económico del área, aspectos en los que los ayuntamientos tan sólo han contado con la agencia a modo consultivo. Tampoco han diversificado, salvo excepciones, sus áreas de actuación hacia otros departamentos diferentes a los de promoción hasta el punto de cumplir la función de ventanilla de los programas impulsados por el SPRI o el INEM. Con ello su grado de dependencia exterior es muy alto y su continuidad queda en entredicho en el momento en el que la financiación exterior es cuestionada.

 

3.- Hacia la consecución del Eurodistrito: proceso de materialización de un objetivo.

Otra de las líneas establecidas en el proyecto Bidasoa-Txingudi es fomentar la cooperación transfronteriza. El objetivo de esta colaboración es el de dinamizar proyectos innovadores, atraer inversiones comunes y armonizar un modelo de desarrollo social y económico que pueda colaborar en el desarrollo de la comarca.

 

3.1.-El País Vasco ante la colaboración internacional.

Existen numerosos precedentes históricos de conexiones transfronterizas. A pesar del considerable papel que la frontera política ha ejercido como barrera y tamiz, flujos y relaciones entre un lado y otro de la frontera se han sucedido a lo largo del tiempo (FERNÁNDEZ CASADEVANTE, 1985). Como ejemplos se pueden citar el papel nada desdeñable del contrabando, la acogida de exiliados políticos, de los empleados que día a día cruzan la frontera para trabajar al otro lado, de la atracción comercial, turística y de ocio o de la escolarización de los niños en escuelas del otro lado de la frontera.

Esta situación es extrapolable a la mayoría de fronteras estatales europeas, y más aún desde la implantación de la Unión Europea y la consiguiente desaparición de las fronteras en 1992. En esta nueva estructuración de la “Europa sin fronteras” Euskal Herria (nos centraremos en la relación CAPV-Aquitania y el espacio correspondiente a la bahía de Txingudi) se localiza estratégicamente en el nudo o bisagra de diferentes ejes conformándose la denominada Rótula Vasca (DOT, 1994). Ofrece un pasillo natural en el eje Paris-Madrid, hacia el eje de la cornisa cantábrica y es la puerta hacia el eje del Ebro.

Ante estos condicionamientos la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) ha incorporado o promovido una serie de asociaciones o instituciones de cooperación internacional (GALDOS Y RUIZ URRESTARAZU, 1995), algunas de ámbito más extenso, las denominadas macro asociaciones, y otras más ligadas a la frontera entre España y Francia y al ámbito vasco.

Dentro de las macro asociaciones encontramos representadas de una forma u otra o simplemente como integrante de ellas a las instituciones de la CAPV y Aquitania. Son las siguientes: Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE), Conferencia de Regiones Periféricas Marítimas (CRPM), Comisión Arco Atlántico, Asamblea de las Regiones de Europa (ARE), Comité de Regiones y Conferencia Regional para el Desarrollo del Sur de Europa Atlántica (SEA).

Por otra parte y dentro de las asociaciones consideradas más cercanas encontramos a la Comisión de Trabajo de los Pirineos (CTP), Protocolo de Cooperación Euskadi-Aquitania y Navarra-Aquitania, Convenio entre la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Distrito BAB (Biarritz-Angelu-Baiona) y el Consorcio Bidasoa-Txingudi.

En este sentido se debe subrayar la firma en marzo de 1995 del Tratado de Baiona, que supone un acuerdo entre los Estados francés y español que regula las relaciones fronterizas entre Colectividades Territoriales de ambos, sirviendo de apoyo y amparo jurídico para las relaciones transfronterizas entre las diferentes administraciones.

El Protocolo de Cooperación Euskadi-Aquitania (anteriormente Euskadi-Aquitania-Navarra y hoy en día reconstituido en dos: Euskadi-Aquitania y Navarra-Aquitania) nació para el intercambio de información sobre sus respectivas políticas en diferentes ámbitos como el económico y el social, para impulsar y promover la formación y la investigación, así como la revalorización del patrimonio cultural y lingüístico. En este sentido funciona un Fondo Común dentro del Protocolo, financiado a partes iguales entre la CAPV y el Consejo Regional de Aquitania, para la financiación de diferentes proyectos.

 

La Euroregión Euskadi- Aquitania

Fuente : MUÑOA GANUZA, J.M. (2001): La cooperación transfronteriza en Euskadi

Respecto al Convenio entre la Diputación de Gipuzkoa y el Distrito BAB, la realidad física y social del área urbana Baiona-Donostia ha determinado la necesidad de una cooperación por encima de las fronteras que logre estructurar y desarrollar dicho espacio urbano (GALDOS Y RUIZ URRESTARAZU, 1995). Se pretende potenciar el sistema de ciudades medias en la zona atlántica frente a los espacios europeos centrales y del Mediterráneo.

La Eurociudad vasca, tal y como se denomina, es uno de los nodos del Arco Atlántico en proyecto, de cara a competir o colaborar con las metrópolis europeas más prósperas, que además juega unas bazas propias de una región fronteriza, que le otorgan su carácter distintivos (SANSINENEA ICHASO, 2001).

Es en las regiones fronterizas, y más aún en los municipios en donde la cooperación transfronteriza adquiere un peso específico. Es el caso del Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi, que aglutina a los municipios guipuzcoanos de Hondarribia e Irun y al labortano de Hendaia. El Consorcio ha potenciado actuaciones que afectan a aspectos cotidianos de escala local, aquéllos que afectan a los ciudadanos de manera directa y diariamente.

 

3.2.- El consorcio Bidasoa-Txingudi, herramienta clave en el funcionamiento de la Conurbación del Bidasoa.

Con numerosos antecedentes en esta colaboración, el consorcio transfronterizo entre Hendaia, Irun y Hondarribia materializa un proyecto jurídico común con la participación de los tres ayuntamientos en un principio en tres campos, como son el turismo, la cultura y el ámbito social. Esta entidad además nace con el objeto de fomentar un desarrollo económico común impulsando actuaciones y estudios que puedan valorizar la comarca.

La realidad del Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi parte, por un lado, de la asunción del objetivo del Consejo de Europa y de la Unión Europea tendente a realizar una unión más estrecha entre los pueblos europeos y a promover la cooperación entre ellos como medio para contribuir a la construcción europea, y por otro, del convencimiento de que las relaciones mutuas entre los tres municipios contribuirá a la revalorización y al desarrollo de las zonas fronterizas (20).

Con estas premisas, los ayuntamientos de la comarca, a fin de impulsar y potenciar la cooperación y la actuación común, crean el Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi, mediante la firma del convenio interadministrativo de cooperación transfronteriza entre los municipios de Irun, Hondarribia y Hendaia el 23 de Diciembre de 1998.

La firma del convenio está precedida de una colaboración anterior. El primer antecedente de la misma data de 1990, año en el que se firma la Declaración Institucional sobre la comarca del Bajo Bidasoa ante el mercado único. Siguiendo las directrices de esta declaración de intenciones se pone en marcha entre otras acciones la elaboración del Plan Estratégico del Bidasoa en 1993, en el que se establecen las líneas de actuación a medio plazo para la dinamización y desarrollo económico de la comarca del Bidasoa. En dicho plan se apuntan acciones como la creación de un instituto de Transporte, Comercio y Marketing o la proyección de la comarca como único destino turístico. Estas iniciativas, sin embargo, quedan localizadas en el ámbito municipal y se materializan preferentemente en Irun. A pesar de ello, las Directrices tienen la virtud de abrir una línea de trabajo que materializará en la consecución de un convenio ese mismo año para la constitución del Eurodistrito Bidasoa-Txingudi (21).

La apertura de la frontera y la libre circulación de personas y mercancías constituyen retos y realidades a afrontar por los municipios de la comarca. Ante los retos presentados se ve cada vez más necesario crear el Eurodistrito como una instancia que coordine las estructuras administrativas e institucionales para reforzar la cooperación transfronteriza. Para tal fin se constituye un comité permanente en el que recae la función de realizar el seguimiento de los programas y proyectos en curso. Los objetivos del Eurodistrito vienen recogidos en el convenio para su constitución y pueden resumirse del siguiente modo:

- Coordinación en las políticas de ordenación y planificación territorial de cada ciudad.

- Elaboración de una estrategia de desarrollo económico

- Participación y coordinación de servicios comunes a nivel educativo, cultural, de capacitación profesional,… .

- Creación de vínculos en el ámbito del Eurodistrito entre organizaciones públicas y privadas.

- Fomentar el intercambio de formación.

Este primer paso institucional, sin estar avalado aún por un marco jurídico que posibilite la constitución formal e institucionalización de la colaboración, crea una dinámica de relación materializada en sucesivas reuniones y que acabarán finalmente dando la forma jurídica al Eurodistrito. Éste, además de una decidida voluntad política, es fruto de un desarrollo normativo que ha posibilitado la creación de un marco legal.

El primer paso en la materialización del marco jurídico necesario para la colaboración lo constituye el convenio Marco Europeo de Cooperación Transfronteriza de las colectividades o autoridades territoriales, que entró en vigor en 1981. El objeto del convenio Marco es el de facilitar y promover la cooperación transfronteriza entre colectividades o autoridades territoriales mediante la promoción de la conclusión de acuerdos necesarios pero estableciendo como límite el respeto de las competencias constitucionales de las partes. El convenio marco es objeto de al menos dos protocolos adicionales, en los que se viene a reconocer la posibilidad de crear Organismos de Cooperación Transfronteriza, además del reconocimiento del derecho de las colectividades territoriales de concluir acuerdos con autoridades o colectividades de otros estados.

El tratado de Baiona (1995) constituye el paso realizado por los Estados Español y Francés para facilitar la aplicación del convenio Marco Europeo. Se pretende dotar a las entidades territoriales de un marco jurídico adecuado para llevar a cabo la aplicación de la cooperación transfronteriza. El tratado de Baiona, con su límite de aplicabilidad territorial, establece el contexto legal concreto en el que se basa la experiencia del Consorcio Bidasoa-Txingudi, exigiendo el tratado la conclusión de un convenio entre las entidades territoriales que pretendan crear y gestionar equipamientos o servicios públicos y coordinar sus decisiones en los ámbitos de interés común, que se firma finalmente el 23 de Diciembre de 1998. El convenio, en principio, se firma con el objeto de cumplir los fines que de manera resumida a continuación describimos:

- Turismo. Entre otros aspectos se pretende realizar una oferta común de los tres municipios, seguir una política similar, promocionarse de manera conjunta, crear un centro de iniciativas dirigidas desde el mismo consorcio… .

- Cultura: promover el aprendizaje de las diferentes lenguas, realizar cursos de formación cualificante, realización de manifestaciones culturales… .

- Social: establecimiento de un servicio común de acogida de colectivos emigrantes con dificultades, puesta en marcha de una oficina de información social, asesoramiento a profesionales y ciudadanos sobre legislación social y sanitaria… .

- Desarrollo económico: creación de una célula de información, asesoramiento y de formación para los impulsores de proyectos, organización de transportes regulares fronterizos, favorecer el establecimiento de una plataforma intermodal y participar en su gestión… .

 

Los ayuntamientos de Hendaya, Hondarribia e Irun, por tanto, a fin de impulsar y potenciar la cooperación y la actuación común, crean el Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi como entidad asociativa de entidades locales con personalidad jurídica de carácter público.

Bidasoa-Txingudi tiene su sede en Irun y, por tanto, el derecho aplicable a las obligaciones de las partes que suscriben el presente convenio es el derecho español. Por consiguiente, las controversias jurídicas que en su desarrollo y aplicación se produzcan se resolverán ante la jurisdicción contencioso-administrativa española.

El reparto financiero de los gastos de funcionamiento tiene lugar conforme a la siguiente distribución: ayuntamiento de Hendaya - 25%; ayuntamiento de Hondarribia – 25% y ayuntamiento de Irun – 50%. La incorporación de nuevos miembros al consorcio no queda cerrada y se apunta que ésta requerirá la aprobación y formalización de un convenio de adhesión en el que se incluirán las modificaciones estatutarias que correspondan. Al mismo tiempo el acuerdo no se plantea de una manera indefinida sino que tiene una duración de diez años desde la fecha de su firma.

Una vez firmado el tratado, el consorcio transfronterizo comienza a poner en marcha diferentes iniciativas encaminadas a desarrollar los objetivos propuestos. En términos generales destacan acciones en el ámbito de la cultura y el deporte, el impulso al proyecto de revalorización de la bahía de Txingudi y el avance en la puesta en marcha de acciones de promoción turística en las tres ciudades. Profundizando en las peculiaridades de cada campo, entre las acciones iniciadas cabe destacar lo siguiente:

 

- Turismo. La promoción conjunto ha sido el ámbito más trabajado con la ejecución de las siguientes actuaciones:

Herramientas turisticas: plano conjunto de los tres municipios, CD turístico multimedia, catálogo destinado a organizadores de visitas guiadas y agencias de viajes que trabajan para el segmento de grupos… .

Ferias: Bidasoa-Txingudi ha estado presente en las ferias en la que ha acudido la oficina de turismo de Hendaia y el departamento de turismo de Bidasoa activa, a través de las actuaciones realizadas por estas entidades.

 

-Valorizacion del patrimonio. Entre otras acciones cabe destacar la elaboración de una maleta pedagógica, la señalítica del circuito histórico cultural o la iniciativa “memoria viva del Bidasoa”, un estudio antropológico que recoge testimonios reales de colaboración transfronteriza a lo largo de la historia.

- Comunicación. Inserción de información en el periódico “bidaberri”, en la revista “vivir la bahía” y en la radio “Antxeta irradia”. Además se ha editado la revista Bidasoa-Txingudi, la agenda cultural de verano y el portal web del consorcio transfronterizo

- Promoción del deporte. La promoción del deporte es un ámbito de trabajo clave en las actividades desarrolladas por el consorcio, sobre todo en organización de eventos (selecciones de Txingudi, fiesta del deporte, marcha regulada para niños, día de Txingudi), grupos de trabajo por modalidades (modalidades de pelota modalidad de tenis de mesa modalidad de deporte náutico) y promoción de programas: la vuelta ciclista al Bidasoa: el descenso del Bidasoa con aletas, el memorial Lapuente de balonmano o el torneo de basket “ciudad de Txingudi”… .

- Cultura: folleto cultural, cursos de pintura, curso de teatro de calle, fotografia, conciertos Bidasoa folk… .

- Servicios sociales. Cabe destacar la realización del estudio, “los servicios sociales: Hendaya, Irun y Hondarribia” punto de partida para las acciones de colaboración transfronteriza en este ámbito.

Al mismo tiempo que se inician acciones en los campos señalados el consorcio va efectuando la realización del Plan Estratégico del Bidasoa, en el que se ha avanzado desde el año 2000 en las siguientes líneas:

- Selección de proyectos y ámbitos de intervención prioritarios.

- Contraste de los ámbitos de intervención e identificación de proyectos mediante la celebración de reuniones de grupos de trabajo en cada ámbito.

- Encuesta a la población de la comarca, con el objetivo de conocer su opinión sobre las actividades del consorcio y las áreas de intervención y proyectos prioritarios.

- Propuesta de elementos estratégicos y proyectos prioritarios.

Como resultado del mismo se señalan tres ejes estratégicos o áreas de intervención, que son las siguientes:

Eje 1. Comunicaciones, urbanismo e infraestructuras.

Eje 2. Turismo - oferta, gestión, promoción- e itinerario.

Eje 3. Deporte, cultura e información ciudadana.

Como podemos observar, son los dos últimos ejes los que se están desarrollando mientras el primero, seguramente el más interesante y complejo, todavía no ha sido acometido por el consorcio (22).

La puesta en marcha del estudio del Plan Estratégico 2000-2003 nos retrae en gran medida al que se elaboró, también con el nombre del Plan Estratégico del Bidasoa, en el año 1993. Este último se planteaba como un plan económico surgido de la iniciativa de los ayuntamientos de Irun, Hondarrabia y Hendaia, con la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Consejo General de los Pirineos Atlánticos y Consejo Regional de Aquitania. El actual contempla las acciones concretas a desarrollar y el Plan de Inversiones Plurianual asociado a su realización, elaborado a partir de la evaluación y priorización consensuada, entre agentes públicos y privados, de las opciones estratégicas existentes para el futuro de la comarca.

Dentro del listado de propuestas realizadas en 1993 coexistían proyectos en curso con meros esbozos de ideas que requerían de un tratamiento específico. Entre aquellas que se ejecutaron cabe destacar la realización de un centro integral de mercancías (Zaisa) insertada en la red europea de distribución, la promoción de un patrimonio público de suelo industrial con la creación de una sociedad pública gestora, la creación de un centro comercial con proyección supracomarcal o el desarrollo de puertos deportivos en localidades como Hendaia y Hondarribia. Otras sin embargo todavía hoy están en proceso de discusión, como es la construcción de un centro intermodal de mercancias. Pero lo que es realmente destacable es el número reducido de iniciativas concebidas para servir a las tres localidades. La mayoría de ellas se concentran en Irun, algunas otras en Hondarribia, mientras las que se pretendían materializar de manera conjunta no se han puesto en marcha. Podemos señalar que la comunicación con Hendaia a lo largo de los noventa ha sido fluida pero la colaboración económica y estratégica ha sido mas bien reducida.

El nuevo Plan Estratégico, como hemos observado, a diferencia del realizado una década antes, deja de priorizar las actividades económicas para centrarse en las funciones sociales, culturales, turísticas o deportivas e incluso en las necesidades que una conurbación transfronteriza como la del Bidasoa tiene en materia de infraestructura, de comunicación y de servicios públicos. Asimismo, el nuevo plan cuenta con la ventaja añadida de haber dado inicio a toda una serie de actividades paralelas entre los tres municipios impulsando de este modo una colaboración continua y estable. Éste, sin embargo, se enfrenta a la necesidad de superar la mera colaboración en determinados actos colectivos para pasar a una planificación de las actividades a desarrollar en la Bahía.

Otro aspecto a resaltar estriba en el análisis del funcionamiento diario del consorcio. Como se ha señalado, éste tiene su sede en Irun, concretamente en el edificio Kostorbe, en el mismo lugar que la agencia de Desarrollo Adebisa. De hecho, es Adebisa la que dinamiza las acciones del consorcio y el destino final de algo más del 80% del presupuesto que los ayuntamientos destinan a su dinamización. Por tanto, la labor de Bidasoa-Txingudi amplía el campo de actuación de esta agencia de desarrollo, trasladándola del mundo laboral a un campo más cultural y social.

3.3- El Bidasoa, ante la dificultad de superar la barrera administrativa de la frontera.

Hemos apuntado que la actividad del consorcio estaba ligada en gran medida a la de la agencia Adebisa hasta el punto de que era ésta la que le aportaba todo su apoyo técnico e incluso recavaba los fondos necesarios que necesitaba para su funcionamiento. Al mismo tiempo señalábamos algunas de las deficiencias que el consorcio tiene en su funcionamiento, especialmente la dificultad de coordinar administraciones que responden a dos realidades legislativas diferenciadas. A partir de la entrevista a varios responsables del consorcio Transfronterizo (23) vamos a profundizar en los caracteres de esta entidad y, sobre todo, acercarnos a la implicación real que, al menos hasta el momento, está teniendo la misma.

El primer aspecto a resaltar de su configuración es la figura elegida en la materialización del consorcio. Nace como una administración pública de carácter extraordinario, consideración que se produce por la necesidad que tiene de cumplir tanto la legislación española como la francesa. En principio, se regula en función de la legislación española pero todas sus iniciativas han de estar avaladas por la administración francesa, al ser un ámbito de actuación supranacional. Ello requiere un trabajo de coordinación interadministrativa muy importante y casi imposible una vez que se supera el ámbito competencial municipal.

En relación a su régimen interno, el consorcio esta gobernado por un Consejo General compuesto por los tres alcaldes junto a dos representantes de cada municipio. En este consejo cada persona tiene un voto, independientemente del presupuesto que aporte cada municipio (Irun el 50%). Sin embargo, para que un proyecto pueda ser iniciado necesita al menos el apoyo de dos de los representantes de cada villa, lo que en la práctica lleva a asegurar el consenso.

Si el Consejo toma las decisiones, es el Comité de Dirección el órgano encargado de poner en marcha las iniciativas adoptadas. Formado por representantes políticos, asegura el consenso municipal y organiza y dirige los grupos de trabajo y las comisiones en las que se reúnen a personas competentes de cada municipio y en cada una de las áreas que se han definido, un total de seis, con campos tan diversos como la educación o el turismo.

Para la puesta en marcha de acciones de promoción cuenta con la colaboración de Adebisa, agencia con la que mantiene un convenio de gestión desde la creación del consorcio y que le aporta todo el apoyo técnico necesario en la materialización de las iniciativas planteadas. En gran medida, aunque con una composición y objetivos diferentes, la coordinación del consorcio ha pasado a ser una actividad más de Adebisa, hasta el punto de que es desde las oficinas de esta entidad desde las que se da soporte físico a todas sus labores (24). Sin embargo, conscientes de la necesidad de crear una entidad diferencia de la agencia de desarrollo, en este momento se está valorando la necesidad de que sea el propio consorcio el que se encargue de toda la gestión que requiere su actividad, lo que supone una ubicación diferenciada y contratación de personal técnico propio.

En relación a la labor que ha de ejercer el consorcio, a los campos de trabajo que se han desarrollado hasta el momento y a los que en el futuro se deberían de abordar, cabe apuntar que ha sido el área de ocio y deporte la más trabajada mientras las acciones en materia de turismo han sido reducidas y recientes. El resto de áreas consideradas estratégicas, como la de desarrollo económico o Bienestar Social, apenas han sido abordadas. De hecho, su labor principal ha estado orientada a actividades dirigidas al mundo escolar, preferentemente a la coordinación de eventos deportivos entre las tres ciudades que lo componen.

La participación y consulta a la ciudadanía sobre la labor que ha de ejercer el consorcio, necesaria para la correcta asunción por parte de su población de la necesidad de esta colaboración, ha sido hasta el momento deficitaria. A pesar de que en la realización del Plan Estratégico del Bidasoa se recoge mediante encuestas los ámbitos prioritarios que la ciudadanía preferencia, el documento resultante tiene un carácter indicativo para un consejo que toma la decisión final y que no tiene porqué coincidir con la presentada.

Las dificultades de coordinación interadministrativa son las responsables del escaso avance que en muchas de las áreas definidas se está produciendo. La dificultad principal parece establecerse en el retraso producido en la administración francesa, con un sistema muy centralizado y rígido, de difícil adecuación a demandas de colaboración entre diferentes administraciones. Cualquier acción en materia de educación, promoción económica, movilidad,… ha de contar con el aval nacional y esta labor no está contemplada en la legislación vigente, quedando a menudo apartadas (25). El desarrollo del consorcio en las actuales condiciones legislativas es muy difícil y su futuro dependerá del papel que la región pueda tomar en la administración francesa, un cambio anunciado aún sin materializarse. Sólo de esta manera se pueden abordar temas fundamentales para el correcto funcionamiento de una conurbación, como son entre otros la gestión de la movilidad, de los residuos, del saneamiento o la promoción y ordenación económica del área. Lo que parece evidente, según su personal técnico, es que los próximos años se definirá el futuro del consorcio. De sus resultados dependerá que la administración municipal siga apoyándolo.

La ventaja con la que cuenta el consorcio, a diferencia de otras entidades similares como el Eurociudad Donostia-Baiona o la Euroregión Euskadi-Aquitania es el interés manifiesto de las tres ciudades del Bidasoa por llevar adelante la colaboración. Frente a ello, las otras entidades presentan grandes dudas respecto a su continuidad, los resultados son reducidos, participan instituciones muy diversas y con distintos intereses, la complicación política es extrema y el logro de una unidad de acción consensuada se hace muy difícil (26).

El consorcio, por tanto, tiene un elemento a su favor como es el interés y la necesidad de colaboración que muestran las tres ciudades que lo componen. En su contra, sin embargo, la obligatoriedad de superar la barrera legal que supone traspasar el ámbito nacional.

 

4.- El Bidasoa ante la necesaria colaboración intermunicipal. A modo de conclusión.

La crisis económica internacional de los años ochenta tiene una especial incidencia en aquellas regiones estructuradas por un tejido industrial maduro, que se ven abocadas a una profunda reconversión en un proceso de adecuación a una nueva fase económica, en la que se observa una nueva lógica de industrialización, más difusa y descentralizada. El País Vasco sufre las consecuencias de esta reestructuración llegando a perder en una década la mitad del empleo industrial que tenía a principios de la misma. La situación se ver agravada en comarcas fronterizas, como la del Bidasoa, con la desaparición de la actividad aduanera consecuencia de la integración de España en la Comunidad Europea planteándose la necesaria reorientación económica de la zona.

En el nuevo contexto económico las decisiones locacionales de las empresas dependen en mayor medida de factores cualitativos que le aporta su entorno socioeconómico: capacidad innovadora, mano de obra cualificada, disponibilidad tecnológica… y en este escenario la actuación de los poderes públicos puede ser condicionante. En el Bidasoa las autoridades públicas afrontan la necesidad de hacer frente en la medida de sus posibilidades a la reconversión de su tejido productivo impulsando para ello la relación intermunicipal. La situación socieconómica grave, la peculiaridad aduanera y la puesta en marcha de iniciativas de cooperación transnacional convierten a esta comarca en un laboratorio para el análisis de procesos de desarrollo local.

Aunque la colaboración transfronteriza ha sido uno de los objetivos que la Agencias de Desarrollo del Bajo Bidasoa siempre ha trabajado, las acciones de promoción se inician entre los municipios de Irun y Hondarribia. La dificultad administrativa que supone actuar bajo la legislación de dos estados diferentes recomienda dar inicio a los programas de desarrollo entre los municipios de un lado de la frontera.

De este modo los municipios guipuzcoanos del Bidasoa crean una Sociedad Anónima dirigida a la promoción económica y se centra desde un primer momento en asumir los programas de desarrollo económico que las instituciones regionales (SPRI, Diputación, Gobierno Vasco) y nacionales (INEM) comienzan a aplicar a partir de la génesis de estas agrupaciones de desarrollo local. Las agencias se convierten, preferentemente, en un instrumento de entidades de ámbito territorial superior, especialmente para cumplir la función de agencia de promoción de empleo, a las que aportan estructura organizativa, conocimiento de la zona y participación e implicación de los agentes locales. Esta labor de ventanilla que ejerce Adebisa no es ni mucho menos desdeñable. Gracias a ella la comarca cuenta con unos servicios de formación, colocación, colaboración interempresarial y disponibilidad municipal muy activos, en constante relación con el tejido económico local y muy utilizados por la población de la comarca.

Las funciones de la agencia, sin embargo, no se reducen a las propias de una entidad de promoción de empleo. Prospecciones, estudios, promoción del turismo y de la imagen comarcal, actuaciones en materia de medio ambiente… son algunas de las acciones que han sido puestas en marcha desde Adebisa. Su preocupación por desarrollar las distintas posibilidades de progreso de la comarca le han llevado a participar en la mayoría de las labores de promoción del tejido económico del área, desde el diseño del centro de logística Zaisa hasta el planteamiento de nuevas zonas de promoción industrial. Del mismo modo, es de destacar la labor de la agencia en el impulso del consorcio internacional, hasta el punto de que ésta ha sido el soporte que ha necesitado para su puesta en funcionamiento.

Sin embargo, a pesar de la naturaleza activa de la agencia y coincidiendo con la línea general de actuación de las entidades de promoción en el País Vasco, sus acciones se han visto limitadas en ámbitos fundamentales para el progreso de la comarca. Así, aunque es cierto que Adebisa ha realizado muchos de los estudios de promoción de iniciativas de desarrollo en la comarca, la decisión recae en los ayuntamientos que actúan a menudo de manera individualizada. Éstos no han cedido ninguna de sus competencias en materia de planificación económica y ordenación territorial y han puesto en marcha las medidas que han considerado oportunas sin responder a un plan de la zona dirigido desde la agencia y consensuado entre los diferentes actores económicos que trabajan en la comarca. Es significativo que Adebisa actúe en la prospección, respondiendo a menudo al interés del ente local, pero no en la materialización del proyecto o en la gestión de la infraestructura económica resultante.

Las acciones de la entidad, por otro lado, tienen un interés diferente dependiendo de cada uno de los municipios. Mientras Irun actúa como motor y principal beneficiario de la misma la participación de Hondarribia no ha sido tan activa y ha estado dirigida preferentemente ha mantener la oficina de turismo en el municipio, un servicio eficaz, necesario en una localidad turística y aportado a un costo reducido para las arcas municipales. En las acciones de promoción y dinamización, que requieren la implicación económica del ayuntamiento, éste ha optado por realizarlas directamente, sin recurrir a la intermediación de Adebisa.

Finalmente, la excesiva dependencia de fuentes de financiación exterior y su dirección hacia medidas relacionadas con la promoción del empleo, además de limitar los campos de actuación de las agencias también comprometen su futuro. En un momento como el actual, en el que se está produciendo el traspaso de las competencias de empleo a las Comunidades Autónomas, se cuestiona el modelo de promoción que se apoyaba en las agencias y se apunta la pérdida de algunas de las acciones prioritarias de las mismas. Su futuro pasa por una reorientación de sus funciones y hace presuponer una mayor implicación económica de las instituciones locales, un aspecto que se antoja al menos complicado.

Si la pervivencia de algunos de los campos que Adebisa ha trabajado tradicionalmente comienzan ahora a ser cuestionados, el consorcio transfronterizo todavía no ha superado una primera fase de consolidación. De hecho, es Adebisa la que sostiene administrativamente, por acuerdo entre las distintas partes, las iniciativas que ésta ha materializado

Desde su creación, las acciones que el consorcio ha emprendido se han reducido a aquellos ámbitos que dependían exclusivamente de las competencias municipales y sobre aspectos relativamente sencillos, preferentemente la organización de eventos deportivos y culturales. Acciones más comprometidas, relacionadas con temas socio-económicos, no han sido abordadas por la dificultad administrativa que supone trabajar con la legislación de dos estados diferentes, generalmente con la francesa, que no contempla, a pesar de las decisiones adoptadas en el tratado de Baiona, esta posibilidad. A ello se le ha de unir el carácter centralista del Estado Francés, que retiene competencias en la mayoría de ámbitos sociales y cuya autorización se hace necesaria para iniciar cualquier acción internacional.

A las dificultades propias de la colaboración entre entidades locales de dos naciones se le une la necesidad de superar otro escollo de carácter local, como es la voluntad de los diferentes responsables municipales. Ha de existir una sintonía entre alcaldes y concejales responsables en torno al proyecto Bidasoa-Txingudi, aspecto en el que parecen actualmente coincidir, aunque no siempre ha ocurrido de la misma manera.

El consorcio Bidasoa-Txingudi es consciente de las dificultades de su funcionamiento pero también de la necesidad de madurar la institución creada o, de lo contrario, de liquidarla. Por ello ha decidido asumir la administración y la dirección de sus proyectos dándose un plazo de un quinquenio para abordar con éxito esta fase, lo que parece demostrar el interés de las entidades locales que lo componen. Aun así, se es consciente que su futuro dependerá de la actitud de la administración francesa y sobre todo, del ritmo que tome la anunciada asunción de competencias por parte de las regiones de este estado, aún por materializarse. Sin éstas, previsiblemente, el consorcio fracasará o quedará reducido a ámbitos de actuación simbólicos.

A pesar de las dificultades que tanto Adebisa como el consorcio transfronterizo han tenido que superar y tendrán que abordar en un futuro más o menos próximo no se puede negar que la colaboración municipal ha sido efectiva en la mayoría de los ámbitos que han sido abordados. El trabajo y la puesta en común es una realidad en esta comarca y, a pesar de los intereses particulares de cada municipio, se ha de reconocer que son muchas las acciones que se planifican conjuntamente. Al mismo tiempo, también es importante la concienciación de las autoridades locales respecto a la necesidad de adecuar y desarrollar la infraestructura económica del municipio, una responsabilidad a añadir a las que habitualmente son abordadas por la administración municipal.

 

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NOTAS

(1) Este artículo ha sido realizado en el marco de un Proyecto de Investigación sobre "Estrategias de cooperación y desarrollo sostenible en el País Vasco y Navarra" financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Referencia BSO2002-04233-C10-04).

(2) El apartado relativo a la colaboración internacional ha sido realizado con la ayuda de Joseba Arbaiza.

(3) Como señalan Caravaca y González (2001), “ llama la atención el nuevo papel atribuido al espacio como impulsor del desarrollo, pues, superándose visiones tradicionales y simplistas en las que era entendido como mero escenario que actuaba de soporte de los procesos sociales y económicos, se considera ahora como un elemento activo, que incide de forma importante en tales procesos. El medio, el entorno, el territorio como recurso, no sólo comparativo sino también competitivo, adquiere así un nuevo valor”.

(4) Como señalan Berroeta et al (1999), la capacidad de innovación de la empresa depende no sólo de sus recursos internos sino también y de manera importante del entorno institucional en el que se enmarca, por lo que la coordinación e integración del conjunto de actuaciones en materia de innovación y desarrollo tecnológico adquiere un papel central. Se trata de crear un entorno favorable y proclive a la innovación que tenga en cuenta el conjunto de factores que inciden en el territorio, desde aquellos de carácter más infraestructural hasta la existencia de redes locales de apoyo y promoción de la innovación.

(5) Según señala Méndez (2000), la construcción de un verdadero medio innovador capaz de promover el desarrollo exige combinar las innovaciones empresariales con aquellas otras realizadas en los planos social e institucional. En este sentido, el protagonismo que alcanzan los agentes institucionales para dinamizar el entramado económico y sociocultural es crucial a la hora de lograr un entorno innovador.

(6) Cabe puntualizar, sin embargo, que muchas de las iniciativas que se detallan escapan por su magnitud del ámbito municipal y es la región o comunidad autónoma el ámbito de actuación prioritario. Por ejemplo, como señala Etxeberria (1993), uno de los ámbitos con los que se pretende contribuir a crear un sistema competitivo y flexible se suele englobar en lo que se denomina apoyo a la innovación y al desarrollo tecnológico. Estas ayudas son básicas en la política de desarrollo industrial pero su nivel de actuación es preferentemente nacional o regional.

(7) Este programa tiene como misión la construcción y gestión de pabellones industriales que faciliten la creación de empresas. Las naves son modulables y se ofrecen dentro de los polígonos urbanizados en unas condiciones de alquiler con opción de compra.

(8) Son muy reducidos los casos en los que las agencias participan activamente en la promoción de suelo industrial. Según Plaza y Velasco (1999) tan sólo Oarsoaldea ha constituido su propia sociedad para la promoción de suelo industrial en cuyo capital participan SPRILUR y la Diputación de Guipúzcoa, además de la propia agencia.

(9) Por tomar otro punto de referencia, según Araujo et al. (2002), las principales tareas que las agencias de desarrollo del País Vasco llevan a cabo en relación con la promoción del empleo se pueden resumir de la siguiente manera: fomento de iniciativas empresariales y el apoyo a nuevas empresas mediante diversos instrumentos técnico o financieros; promoción de centros de empresas; acciones de formación, acciones de sensibilización del espíritu emprendedor; promoción y gestión de suelo industrial; promoción de escuelas taller y casas de oficio; coordinación de actuaciones con el resto de administraciones y agentes locales.

(10) Un origen, por otro lado, habitual en zonas con problemas estructurales graves. Por ejemplo, como señala Llusà (2001), la agencia de desarrollo local del Bages Sud también es creada a finales de los ochenta con el apoyo del INEM y de la Diputación de Barcelona, lo que permitió el desarrollo de nuevas políticas de concertación entre el sector público y el privado.

(11) Adebisa elige la forma jurídica que ya Debegesa (Bajo Deba) adoptó en su fundación en 1985, es decir, una Sociedad Anónima de capital público y constituida sin ánimo de lucro con el objeto de impulsar el desarrollo sostenible en la comarca (Balbás, 2004).

(12) Según señala Sese (1994), además de la coyuntura socio-económica de la comarca del Bidasoa otro de los aspectos determinantes para la constitución de Adebisa fue el crecimiento de diversos servicios y programas en torno al fomento de empleo y la formación iniciados en 1985 por el ayuntamiento de Irun, como era la formación ocupacional, la figura de dinamizador de empleo promovida por el INEM, un servicio de estudios, una oficina dirigida a la información y asesoramiento empresarial o el comité de empleo y formación promovido por el Gobierno Vasco, para los que se crea un departamento específico en el mismo ayuntamiento. Posteriormente se acuerda el ampliar el campo de actuación de este departamento a toda la comarca mediante la constitución de una sociedad instrumental.

(13) Unas funciones que se repiten en la mayoría de las agencias, incluso en comarcas o regiones con unas características y apoyos administrativos bien diferenciados de los que podemos encontrar en el País Vasco, como son las fundaciones comarcales creadas a través del PDC de Galicia, según recoge Doval.

(14) La agencia lleva publicando desde el año 1993 un informe anual en el que se recoge un resumen de cada una de las actuaciones que cada una de las áreas de Adebisa-Bidasoa Activa ha realizado durante el año.

(15) Campos, por otro lado, que coinciden con los que Cantarero et al. (2002) consideran como los más habituales de las agencias de desarrollo de España. Según los autores las agencias de desarrollo centran su actividad principalmente sobre tres colectivos: parados, emprendedores y empresarios, facilitando el desarrollo de nuevas ideas en su ámbito de influencia y reduciendo problemas sociales derivados de situaciones de desempleo.

(16) Los datos de aportación municipal son variables dependiendo del número de proyectos y de las partidas subvencionadas anualmente si bien esta retribución ha oscilado entre el 15% el año 1994 y el 28% el año 1999. Es más, una de las demandas prioritarias de la agencia, como ya señalaba Sese en 1994 era la necesidad de contar con un instrumento estable de planificación económica con carácter plurianual que delimitara las inversiones a medio y largo plazo.

(17) En la realización del trabajo recurrimos a la entrevista como método de valoración de las actividades que ejerce la agencia. Entre otros, entrevistamos al Teniente de Alcalde del ayuntamiento de Hondarribia, miembro de la Junta General de Adebisa y del consorcio Transfronterizo.

(18) A decir verdad, en el territorio de Guipúzcoa son las agencias de desarrollo las encargadas de potenciar el área de turismo en cada una de las comarcas, excepto en aquellas zonas que ya contaban con un servicio específico para tales fines, como en San Sebastián. Es más, sus acciones están en gran medida financiadas y apoyadas en el área de turismo del Gobierno Vasco.

(19) Sirva como ejemplo la escasa participación de Adebisa en proyectos fundamentales para la comarca, como el centro de transporte ZAISA, en el que ni siguiera participa como accionista, siendo el ayuntamiento de Irun, y la Diputación Foral sus principales accionistas.

(20) Para profundizar en los antecedentes y objetivos del consorcio consultar su pagina web: www.bidasoa-txingudi.com.

(21) Información recogida en el informe anual de Adebisa correspondiente al año 1993.

(22) De hecho es en este apartado donde se observa la principal necesidad de avanzar en la colaboración transfronteriza no sólo municipal sino y especialmente regional. Como señalan Ibarra e Ikardo (1997), una de las principales dificultades la constituyen las diferencias en los marcos jurídico, económico y cultural entre los territorios que podrían colaborar en la realización de infraestructuras. Otro de los escollos sería la funcionalidad de unión de áreas metropolitanas que caracteriza a las infraestructuras de transporte y comunicación.

(23) En este caso recogemos las aportaciones del Teniente de Alcalde del municipio de Hondarribia, miembro del Consejo General Transfronterizo y de uno de los dos técnicos contratados directamente por el consorcio.

(24) Si tomamos como referencia el presupuesto que el Consorcio Bidasoa-Txingudi aprueba para el año 2000 observamos cómo de un total de 62 millones de pesetas 45 millones son destinados tienen como beneficiario a la agencia de desarrollo Adebisa (www.bidasoa-txingudi.com. 2005).

(25) Realidad que contrasta con afirmaciones más optimistas, como las que realizaba Rubiralta (1997), que señalaba que “en la medida que la medida que las estructuras de estado-nación, principales responsables de la reducción del espacio pirenaico a una función secundaria y marginalizada como mera barrera fronteriza, se van disolviendo y se está poniendo fin, la mismo tiempo, a una etapa aciaga para el devenir de los Pirineos que se ha agudizado de forma especial en los últimos cien años, las perspectivas en dirección hacia una más intensa colaboración intrapirenaica van haciéndose realidad y, con ello, la unidad del mundo pirenaico puede volver a aflorar en toda su dimensión histórica”.

(26) Incluso a nivel regional las diferencias entre ambas comunidades son de difícil solución, entre otras, como señalan Ibarra e Ikardo (1997), la diferencia existente sobre los centros de decisión de Paris y Madrid, junto a las posibilidades de mejoras institucionales a través de acuerdos con potenciales decidores, inversores y financiadotes de los proyectos de interés regional.