Lurralde :inv. espac.

N. 30 (2007)

p. 25-58

ISSN 1697-3070

 GEOGRAFÍAS MERCANTILES VASCAS EN LA EDAD MODERNA

LAS RELACIONES MERCANTILES Y MARÍTIMAS DE LOS VASCOS CON EL CONDADO

DE NORMANDÍA  DURANTE LOS SIGLOS XIII-XV

Recibido: 2006-09-08

Aceptado:2006-12-11

© José Luis ORELLA UNZUÉ

Universidad de Deusto (Campus de Donostia -San Sebastián)

Camino de Mundaiz, 50

 y

Universidad del País Vasco

Campus de Ibaeta (San Sebastián)

 

Laburpena

Euskal merkatal geografiarekin erlazionaturik dauden ikasketa batzuekin hastan gara, hain zuen Erdi Aroaren bukaeratik Aro Berrira doazenak. Hau da, euskaldunek (eta ez bakarik Gipuzkoa, Araba eta Bizkaiako merkatariek) itsas-erreinu eta subiranotasunekin zituzten erlazio geopolitiko eta merkataletan sakontzen saiatu gara. Lehenengo artikulu honetan itsasoz handiko garraio eta merkataritza zuzentzen zuen markatal erakundeen taula bat aurkezten dut. Ondoren, bigarren artikuluan, euskaldunek egoera geopolitiko berrietara egokitzean, herri bat lurganadutza ekonomiatik garrio eta merkatal potentziara aldatzeko egin behar izan zuten aldaketa juridiko eta soziala aztertzen dut. Lehenengo artikulu honetan ere, bibliografia zabal bat agertzen da, artikulu bakoitzean gero banaka zabaltzen dena. Ondoren, hurrengo artikuluetan euskaldunek merkatal trukeak oinarri direla, Inglaterra, Bretania, Frantzia, Normandia eta Portugaleko estatu eta subiranotasunekin izan zituzten erlazio politiko eta ekonomikoak azalduko ditut.

Palabras clave: Euskal herria, España, Merkataritza, Normandia, Garraioak.

Abstract:

We begin some studies related to the Basque commercial geography from the end of the Middle Ages to the Modern Period. That is, we try to study in depth the geopolitical and mercantile relationships of the Basques (not only of the merchants of Guipúzcoa, Alava and Vizcaya) with the maritime kingdoms and sovereignties. In this first article I present a chart with the commercial institutions that controlled the overseas transport and trade. Then in the second article I will study the legal and social change that the Basques needed to make, while they adapted to the new geopolitical circumstances, in order to change a country from a forming economy to a transport and commercial power. In this first article there is also a wide bibliography that is accurately elaborated in each of the following articles. In the following articles I describe the political and economic relationships that as a basis of commercial exchange the Basque had with some maritime states and sovereignties: England, Brittany, Normandy, France, Portugal etc.

Palabras clave: Basque Country, Spain, Trade, Normandy.

Resumen:

Geografía de Normandía. Normandía en su historia antigua y altomedieval. Desgranamos la historia de Normandía antes de la conquista romana, bajo los romanos, en la Alta Edad media. Los Vikingos o Normandos. Ducado de Normandía: lor primeros duques. El ducado de Normandía en la etapa medieval, en el siglo XI y en el siglo XII. El ducado de Normandía bajo Francia en el siglo XIII y durante la guerra de los Cien Años. Enfrentamiento entre el delfín Carlos y el rey Carlos II de Navarra y sus relaciones con Normandía. El reinado de Carlos VI y Normandía a principios del siglo XV. La resistencia normanda a los ingleses. Normandía se incorpora definitivamente al reino de Francia con Luis XI.

Palabras clave: País Vasco, España, Mercaderes vascos. Transportistas vascos. Instituciones mercantiles. Normandía.

1 Geografía de Normandía

Normandía es una creación de la historia porque no tiene una unidad geográfica definida. En efecto, ella se divide en dos regiones naturales bien diferenciadas y de origen geológico diferente que no se corresponden con la división entre las dos regiones normandas de Calvados y Orne que hacen de límite transversal de norte a sur.

Normandía tiene 3.200.000 habitantes, con un promedio de densidad demográfica de 107 habitantes por kilómetro cuadrado. Las principales ciudades son Rouen (385.000 habitantes, incluyendo los suburbios), que es actualmente la capital de Alta Normandía y antiguamente lo fue de toda la provincia; El Havre (247.000 habitantes); Caen (200.000 habitantes), que ahora es la capital de Baja Normandía; y Cherbourg (89.000 habitantes) Otras ciudades importantes son Alençon, Bayeux, Coutances, Dieppe, Évreux, Falaise, Honfleur, Lisieux, Mortain y Saint-Lô.

Actualmente Normandía es una región geográfica del Norte de Francia. La Alta Normandía (Haute-Normandie) está compuesta por los departamentos franceses de Sena Marítimo y Eure, mientras que la Baja Normandía (Basse-Normandie) está integrada por Orne, Calvados y Manche.

Sólo la Alta Normandía se ciñe al antiguo Ducado de Normandía que estaba situado en el norte de Francia, y ocupaba el área baja del río Sena, el Pays de Caux y la región oeste a través de Pays d'Auge hasta la Península de Cotentin. A esta región históricamente se le añadieron las Islas del Canal las cuales aunque pertenecen a Inglaterra son cultural e históricamente parte del Ducado de Normandía.

Las costas marítimas de Normandía presentan también aspectos diferenciados ya que la región está bordeada al norte por el Canal de la Mancha, mientras que se encuentran acantilados de granito en el oeste y acantilados de caliza en el este, que enmarcan grandes extensiones de playa en el centro de la región.

Las principales regiones naturales son: Pays de Caux, Pays de Bray, Marais Vernier, Vexin normand, Suisse Normande, Roumois, Lieuvin, Le Neubourg, Evreux, Saint-André, Pays d'Ouche, Pays d'Auge, Hiémois, Houlme, Bessin, Bocage Virois, Península de Cotentin y Avranchin.

Los cursos de agua que discurren por Normandía son el Sena y sus tributarios Epte, Andelle, Eure y Risle.

Los principales puertos marítimos de la época histórica de la Edad Media y Moderna fueron Rouen, Le Havre, Cherburgo, Caen, Harfleur, Saint Vaast, La Hougue, Fécamp y Dieppe.

Por otra parte y arquitectónicamente hablando, las catedrales, las abadías (tales como la Abadía de Bec) y los castillos son característicos del ex ducado histórico en el sentido que reflejan los modelos de la arquitectura normanda en Inglaterra.

Del mismo modo la arquitectura doméstica en la Alta Normandía se caracteriza por tener maderas a la vista que también evocan la arquitectura inglesa autóctona, aunque el cercamiento de las granjas del Pays de Caux corresponde más a una necesidad socio-económica y climática. Por el contrario la arquitectura autóctona de la Baja Normandía toma sus formas a partir del granito que es el material de construcción predominante en la zona. Esta piedra se extraía de Chausey que fue durante muchos años el lugar exclusivo de extracción de esta piedra ya que posee abundantes canteras de granito. Incluso se extrajo de allí el granito que fue utilizado en la construcción de Mont Saint Michel.

Si pasamos a describir otros aspectos de la geografía humana podemos afirmar que las catedrales de Normandía han ejercido gran influencia en circunstancias concretas relacionadas con cuestiones de fe y de ceremonias políticas. Mont Saint Michel fue un histórico centro de peregrinación y hoy día sigue siendo un centro de atracción paisajistica y turística.

Dentro de la geografía económica Normandía es el mayor productor de sidra de la región. También produce sidra de peras, pero en cantidades menos importantes mientras que hay poca producción de vinos. La variedad de brandy de manzana más conocido es calvados. La costumbre gastronómica llamada “trou normand” es una pausa entre el transcurso de la comida durante la cual los comensales toman calvados. Esta costumbre es practicada aun en muchos hogares. El Pommeau es un aperitivo producido mediante la mezcla de zumo de manzana sin fermentar con brandy de manzana.

2 Historia de Normandía:

Antes de la conquista romana:

La presencia humana en esta geografía está constatada en la prehistoria por los restos paleolíticos encontrados en la cueva de Gouym cerca de Rouen y por los monumentos megalíticos.

Entrando ya en la historia, la época céltica es la mejor conocida gracias a las investigaciones del abad Cochet. De este período es famosa la necrópolis de Pîtres que contiene una urna funeraria acompañada de armas. De la misma época se conserva otra necrópolis que se encuentra en Ifs en Calvados.

El “De bello gallico” de Julio Cesar nos permite diferenciar a los pueblos que habitaban en esta región en el siglo primero antes de Cristo: los caleta con la población de Juliobona o Lillebonne, los veliocassi con Romagus o Rouen, los diablinti o baiocassi con Mediolanum o Evreux. Otras poblaciones prerromanas fueron Breviodurum (Brionne), Carocotinum (Harfleur) y Augusta (Eu). Sólo a partir del año 51 a. C. la región estaba ya sometida a Roma.

Bajo los romanos:

Cuando Augusto reorganizó en el 27 a. C. las provincias de la Gallia, el territorio de los Caleta y de los Veliocassi fue incorporado a la Gallia Lugdunense, mientras que el restante territorio se adhirió a la Gallia Bélgica.

La romanización se hizo patente en la zona a través de la construcción de las calzadas y de la instauración de centros locales de vivienda y ocupación. Igualmente se conservan restos de muchas villas romanas rurales como la villa de Sainte-Marguerite-sur-Mer cerca de Dieppe. También hay restos de templos como el “fanum” junto a Harfleur. Junto a Evreux se ha encontrado un asentamiento romano más complejo con foro, basílica, termas y dos templos.

Caída del Imperio Romano:

Ya desde el siglo II la costa fue asediada por los Sajones contra los que se lanzó en el año 198 la legión de Constanzo Cloro que se había asentado en Constantia (Cioutances) y que logró controlar la región o “pagus Costantinus” (Cotentin).

Con la reforma administrativa de Diocleciano, el territorio de Normandía fue designado como Gallia Lugdunense Seconda.

En la segunda mitad del siglo III de nuestra era, la región fue devastada por las incursiones bárbaras que quemaron muchos de los asentamientos romanos. Como consecuencia de esta entrada as sangre y fuego el miedo se materializó en el ocultamiento de pequeños tesorillos monetarios, más tarde encontrados.

También en este siglo III se dio la primera cristianización de la zona y fue consagrado Mellone como obispo de Rouen.

Con la desaparición de la administración romana a partir del año 406 p. C. los sajones se instalaron en la costa mientras que las villas rurales se abandonaron y los centros urbanos quedaron encerrados en sus muros.

Normandía en la Alta Edad Media:

En el año 486 Clodoveo, rey de los francos, controlaba las regiones entre los ríos Somme y Loira. Los francos se asentaron en Envermeu, Londinières, Hérouvillete y Duverend. Desde este momento histórico son de origen franco los topónimos con sufijos en –ville y en –court. Más tarde, y bajo los mismos francos el territorio se articuló en condados.

A partir de los siglos VI y VII apareció en la región el monaquismo con las abadías de Fontenelle (649), Jumièges (654), Pavilly y Montivilliers que estuvieron sometidas a la regla benedictina y que tuvieron extensos territorios bajo su jurisdicción.

Los Vikingos o Normandos:

A partir del 790 se pueden datar las primeras incursiones de los Vikingos o Normandos en las costas occidentales. Más tarde, estos mismos invasores pasaron el Canal de la Mancha y se internaron por los ríos fluviales al objeto de saquear monasterios o ciudades desprotegidos. Están datadas las incursiones normandas en Rouen (841) y Jumièges(845)de camino hacia Paris. A estas primeras incursiones de asalto y confiscación siguieron los asentamientos pacíficos vikingos a partir del 851, como por ejemplo en Boulogne-sur-Mer (858) y Chartres (885)

Carlos el Calvo concedió al caudillo bretón Salomón en el 867 el condado de Cotentin, a condición de que le ayudara en el control de los vikingos. Esta colonización normanda estaba integrada por aportes daneses, noruegos y suecos. Sin embargo, no fue colonización masiva y se centró especialmente en la región de Caux y en la parte septentrional de Cotentin y dejó su impronta en la toponimia con sufijos en –ot (casa), -beuf, -fleur, -bec, -lon, -dalle, -in, -y, -hou y –hougue.

Sin embargo esta llegada de pueblos vikingos convirtió al territorio en Normandía, es decir, la tierra de los Normandos. Los Normandos eran los hombres del Norte que vinieron y se asentaron en estas tierras. Y así por definición Normandía fue desde entonces el lugar en donde habitaron los Normandos desde comienzos de la Edad Media.

Estos nuevos recién llegados eran una mezcla de indígenas galos y vikingos invasores bajo el liderazgo de Rollon (Gange Rolf), quien sitió París y se apropió del área de Normandía a cambio de defenderla contra los ataques piratas, mediante el Tratado de Saint-Claire-sur-Epte en el año 911.

Ducado de Normandía: los primeros duques.

En el año 911 se firmó un acuerdo entre el normando Rollón y el rey franco Carlos el Simple por el que se les concedía a los normandos el territorio de la Alta Normandía a cambio de un juramento de fidelidad jurado en el año 940. Además Rollón se comprometía a defender el estuario del Sena y a la ciudad de Rouen de las incursiones escandinavas.

Pronto este territorio controlado por los normandos se amplió geográficamente incluyendo a Hiémois y Bassin (924) y a Cotentin y Avranches (933)

Así se instaló en la zona una organización territorial de mandos ducales cuyos protagonistas más conocidos en la historia fueron:

El ducado de Normandía en la etapa medieval.

Los sucesores de Rollón hasta Ricardo II tuvieron el título de condes de Normandía aunque reconocieron el “ban” y el vasallaje al rey de Francia. Sin embargo, y a pesar de este vasallaje los duques acuñaron moneda, impartieron justicia y recogieron los impuestos. Más aún, dirigían sus propios ejércitos y asignaban los cargos eclesiásticos, de modo que gozaban de cierta independencia con respecto al rey de Francia

Internacionalmente se relacionaron diplomática y familiarmente con otros reyes vecinos como con el de Inglaterra. Así Emma hermana de Ricardo I fue desposada con Etereldo I de Inglaterra. Por otra parte, los usos y costumbres de los territorios próximos aceptaron algunas instituciones de origen normando, como el derecho principalmente marítimo y el concubinato legal.

Como ya hemos señalado en el cuadro genealógico los principales líderes de Normandía fueron:

• 911-927 Rollón conde de Rouen, caudillo de los normandos.

• 927-942 : Guillermo I conde de Rouen y caudillo de los normandos.

• 943-996 : Ricardo I, conde de Rouen y caudillo de los normandos que tomó el título de duque de Normandía.

• 996-1026 : Ricardo II, duque de Normandia.

• 23 agosto 1026-6 agosto 1027: Ricardo III, duque de Normandia.

• 1027-1035 : Roberto I el Magnífico duque de Normandía.

• 1035-1087 : Guillermo II denominado al principio el bastardo y después el Conquistador, que fue duque de Normandía y luego rey de Inglaterra desde 1066 con el nombre de Guillermo I. El Duque Guillermo II engrandeció el territorio expandiéndose hasta el río Maine.

• 1087-1106 : Roberto II

• 1106-1135 : Enrique I

• 1135-1144 : Esteban de Blois, conde de Boulogne y de Mortain, rey de Inglaterra.

• 1144-1150 : Godofredo de Platagenet.

• 1150-1189 : Enrique II

• 1189-1199 : Ricardo I, Corazón de león, conde de Anjou y de Maine, duque de Aquitania y rey de Inglaterra.

• 1199-1204 : Juan sin Tierra, rey de Inglaterra.

• 1204-1216 : Juan sin Tierra intentó ser duque de Normandía, pero el ducado desde el año 1204 se había adherido a la corona francesa de Felipe Augusto.

• 1216-1259 : Enrique III pretendió ser denominado duque de Normandía hasta el tratado de París del año 1259. Los reyes ingleses siguieron controlando las Islas anglonormandas.

• Luego, durante la guerra de los Cien Años, los reyes ingleses reclamaron de nuevo la soberanía del ducado de Normandía. En efecto, fue el ducado de Normandía soberanía inglesa durante los años 1418 a 1450 bajo los reyes Enrique V y Enrique VI de Inglaterra.

El Ducado de Normandía en el siglo XI

Al comienzo del siglo XI Normandía estuvo relacionada a través de una extensa red de intercambios comerciales con los puertos de Europa occidental. Los mercaderes de Rouen frecuentaban los puertos de Londres a donde transportaban vino. Pero como a dicho puerto llegaban esclavos vendidos por los Vikingos se puede decir que el mercado londinense por estas circunstancias era de intensa circulación monetaria.

Si del ámbito mercantil pasamos a describir el nivel social podremos decir que en Normandía no se conocía la servidumbre de la gleba ni se pagaban las “corveas” que los siervos estaban obligados a pagar a sus señores por la utilización de los mansos o tierras de labor. Sin embargo en otros niveles sociales la iglesia católica tenía una compacta organización jerárquica tanto entre el clero regular como en el secular. Por esta razón se asentaron con facilidad en estas tierras los monjes primero y luego las órdenes mendicantes. Dentro de las órdenes monásticas y en concreto de las abadías, sobresalieron la del Mont Saint Michel, la de Cerisy así como la de Fécamp reconstruida por Ricardo I y restaurada con la regla benedictina por Guillermo da Volpiano. Contemporáneas a los monasterios pero dentro de la organización del clero secular contamos con las ciudades episcopales entre las que sobresalieron Caen y Valognes.

El duque normando Guillermo II (1035-1087) fue denominado primero con el sobrenombre de “el bastardo” y, después, se le dió el título de “el Conquistador”, ya que siendo duque de Normandía conquistó el reino de Inglaterra. Por lo tanto a su título de duque añadió desde 1066 el mando de un reino por lo que fue denominado rey de Inglaterra con el nombre de Guillermo I.

Conocemos bien la vida de Guillermo el conquistador por la biografía escrita por Guillermo de Poitiers. El padre de Guillermo era Roberto I el magnífico que murió en 1035 cuando realizaba una peregrinación. A causa de esta intempestiva muerte el ducado entró en un proceso de revueltas que fueron cortadas de raíz por la intervención del rey de Francia Enrique I el año 1046. El nuevo duque tuvo que luchar hasta el año 1055 contra los caballeros feudales ambiciosos y parientes suyos hasta que logró la pacificación de su territorio con el matrimonio realizado con Matilde hija del conde de Flandes Balduino V. Por otra parte a partir de 1050 el rey de Inglaterra Eduardo el Confesor llamó y pidió ayuda repetidas veces a Guillermo de Normandía con el objetivo de hacer frente a las amenazas de los caballeros feudales. Y como no tenía herederos directos dejó caer que el duque de Normandía podría ser nombrado heredero. A la muerte de Eduardo el confesor, el 5 de enero de 1066, sin embargo, Haroldo Godwinson se hizo consagrar rey de Inglaterra en Westminster, mientras que en ese mismo momento Guillermo de Normandía desembarcaba en Inglaterra reclamando la herencia. El normando venció a Haroldo en la batalla de Hastings el 14 de octubre de ese mismo año, por lo que dueño del país pudo el 25 de diciembre hacerse coronar rey de Inglaterra en la abadía de Westminster con el nombre de Guillermo I.

Con la conquista de Inglaterra el duque Guillermo reforzó su poder en el ducado gracias a la riquezas conquistadas en el nuevo reino y a que la aristocracia normanda pudo adquirir muchos y grandes feudos en Inglaterra.

A la muerte de Guillermo I, sus hijos se dividieron sus posesiones. Guillermo II el Rojo se instaló en el reino de Inglaterra, mientras que Roberto II asumió el ducado de Normandía. Este nuevo duque participó en la primera cruzada. Pero a la vuelta de la cruzada encontró que el trono de Inglaterra estaba ocupado por el hermano Enrique Beauclerc, ocupación que tuvo lugar tras la muerte del rey Guillermo II.

El ducado de Normandía en el siglo XII:

Enrique Beaucler debió arrostrar las ambiciones de la casa de Bellêmes, la cual estaba aliada con el conde de Anjou y con el rey de Francia. Por otra parte la continuidad dinástica se vio amenazada con la muerte de su único hijo varón en un naufragio ocurrido el año 1120. Sin embargo, logró que la hija sobreviviente Matilde fuese reconocida como heredera del ducado y así en 1128 se pudo desposar con Godofredo Plantagenet, conde de Anjou y del Maine. Sin embargo, a la muerte de Enrique Beaucler en 1135 se abrió una nueva crisis dinástica. Dos eran los pretendientes a la sucesión: Godofredo Plantagenet y Esteban de Blois. Este último reivindicó el trono de Inglaterra y prestó juramento al rey de Francia como duque de Normandía, pero Godofredo Plantagenet lo venció en Rouen y en Arques en 1144.

A la muerte de Godofredo el ducado de Normandía fue heredado por Enrique II de Inglaterra que engrandeció sus posesiones por su matrimonio con Eleonor de Aquitania en 1154. Normandía no era más que una pieza integrada en el vasto imperio de los Platagenet que se extendía desde Escocia a los Pirineos.

A la muerte de Enrique II le sucedió Ricardo Corazón de Leon que fue hecho prisionero en 1193 a la vuelta de la cruzada tomando posesión del trono su hermano Juan sin Tierra, el cual se alió con el rey de Francia Felipe Augusto al que tuvo que ceder tierras y fortalezas en la parte este del ducado de Normandía, entre otras regiones, la de Verneuil. En 1194 el rey de Francia se apoderó de Evreux, Neubourg y Vandreuil y atacó la ciudad de Rouen. Al volver a su trono el rey Ricardo Corazón de León reconqusitó Verneuil y comenzó la construcción de la fortaleza de Château-Gaillard cerca de Rouen.

A la muerte de Ricardo Corazón de Léon en 1199 su hermano Juan sin Tierra se hizo coronar duque de Normandía en Rouen e hizo homenaje al rey de Francia por este ducado. El mismo rey inglés y duque de Normandía firmó el tratado de Goulet y se desposó con Isabel de Angulema. Pero este pasó desagradó al rey de Francia que desposeyó a Juan sin Tierra de muchas de sus posesiones en tierras consideradas francesas y que fueron dadas a Arturo I de Bretaña reservándose el rey de Francia la Normandía que en 1202 acrecentó con la región de Bray. En los últimos años de Juan sin Tierra como rey de Inglaterra fue abandonado de sus barones, perdió la fortaleza de Château-Gaillard (1204) y las ciudades de Caen y de Rouen, por lo que toda la tierra de Normandía fue incorporada al reino de Francia.

El ducado de Normandía bajo Francia en el siglo XIII:

Esta nueva situación de que Normandía estuviese unida feudalmente a Francia era anómala con respecto a los últimos siglos de su historia, ya que Normandía se había mantenido asociada con Inglaterra bajo los duques de Normandía y reyes de Inglaterra soportando una política hostil de los reyes de Francia hasta 1087, entre 1106 y 1144 y entre 1154 y 1204.

La consolidación de la posesión francesa de la Normandía tuvo lugar en la batalla de Bouvines el domingo, 27 de julio de 1214. El conde de Flandes, rechazaba los vínculos de vasallaje que le unían a Felipe Augusto. Para romperlos se alió con el conde de Boulogne, con el rey de Inglaterra Juan sin Tierra, y con Otón IV de Brunswick, emperador germánico.

El emperador tenía un asunto pendiente con el rey de Francia, que había apoyado a su rival, Federico II de Hohenstaufen. Como si se tratara de un duelo, Felipe Augusto aceptó el desafío. Se enfrentaba por tanto a Otón IV, que dirigía las tropas alemanas, mientras que las inglesas y flamencas estaban a las órdenes respectivas de Guillermo de Salisbury y Fernando. En conjunto formaban un inmenso ejército de 1.500 caballeros, 4.000 hombres a caballo y 20.000 infantes. El rey de Francia presentaba batalla con 2.000 caballeros, 5.000 jinetes de caballería ligera y 15.000 infantes.

El 2 de julio, el delfín Luis, hijo del rey de Francia a la cabeza de sus caballeros, había infligido una gran derrota a las tropas inglesas de Salisbury en La Roche-aux-Moines, Poitou, el segundo frente de ataque de la coalición. El 20 de julio, el rey de Francia se encontraba en Péronne. El 23, tomó la decisión de pasar a la ofensiva. El 26, tomó Tournai, donde se enteró de la presencia de Otón en Valenciennes. Eso suponía correr el riesgo de encontrar el camino hacia París cortado; de hecho, se intentó que así fuera. El 27 por la mañana, Felipe Augusto se dirigió hacia el suroeste, a Bouvines, en la llanura del Cambréis, que presentaba un terreno más favorable para desplegar su caballería. Otón se lanzó en su persecución con la intención de atacarlo cuando sus tropas estuviesen a uno y otro lado del puente de Bouvines, que cruza el río Marque. Pero había un traidor en sus filas: el duque de Brabante. Éste hizo que se advirtiera al rey de Francia del plan de su adversario. El rey envió entonces a sus ingenieros para que agrandaran el puente y sus tropas pudieran acelerar el paso.

Cuando las tropas de Otón estuvieron a la vista, el cuerpo principal de caballería todavía se encontraba al otro lado del río y el tiempo apremiaba. El rey de Francia dispuso entonces su ejército en la orilla del río y Otón hizo lo propio con el suyo, en una línea paralela y frente a la del enemigo. Los franceses fueron los primeros en atacar y sorprendieron a la coalición en el momento de su despliegue, con la intención de atraparlos en una tenaza. Los 300 sargentos a caballo del obispo de Senlis rompieron la unidad de la línea enemiga. Les siguieron los caballeros de Champagne, que atacaron desde atrás. En ese momento, el principal cuerpo de combate de Otón se lanzó contra los franceses, entre los que se encontraba el Rey.

Ante el avance adversario, los franceses, en inferioridad numérica, fueron cediendo terreno. Las primeras líneas de infantería se deshicieron y una gran parte de la caballería francesa se vio obligada a retroceder. Felipe Augusto intentó reaccionar iniciando un contraataque, pero de repente se encontró solo y rodeado de enemigos. Un hombre armado con una podadera, cuyo garfio lo prendió por la armadura, lo descabalgó. Pero el rey volvió a ponerse en pie y un caballero le ofreció su caballo. En el campo de batalla reinaba la confusión. Empezó a anochecer y el cansancio empezó a hacer mella en el bando francés. En aquel momento Guillaume des Barres se lanzó con sus caballeros con la intención de apresar a Otón. Casi estaba a punto de conseguirlo, cuando su caballo resultó muerto. Otón emprendió la huida hacia Valenciennes, abandonando su bandera y a sus tropas. Vencieron los franceses.

El conde de Flandes y Guillermo de Salisbury cayeron prisioneros. El rey de Francia había corrido un gran riesgo al aceptar aquel desafío, pero con la victoria ponía fin a la coalición. Bouvines se consideró un auténtico juicio de Dios, un duelo entre “buenos” y “malos”, al que se llamó el “juicio de Salomón”.

Según Jean Favier, Bouvines es "una de las batallas decisivas y simbólicas de la historia de Francia". Para Philippe Contamine "la batalla de Bouvines tuvo, a la vez, importantes consecuencias y una gran repercusión". Otón perdió su corona y el Sacro Imperio Romano Germánico se desintegró. Fernando de Flandes pasó quince años en la prisión del Louvre. Desposeído de Normandía, del Maine, de Anjou de Touraine y de Bretaña desde 1206, Juan sin Tierra cesó sus hostilidades contra Francia, y reinó en Inglaterra.

Para salvar su corona, Juan sin Tierra, fue obligado a conceder a sus barones la Carta Magna (1215). Por la parte francesa la dinastía capetiana resulto reforzada, mientras que las recientes adquisiciones de Felipe Augusto (hurtadas a Juan sin Tierra), se consolidaron. El retorno de Felipe Augusto a París fue triunfal; estas celebraciones fueron aprovechadas por la monarquía, con gran abuso, para hacer una de las primeras manifestaciones de la unidad nacional. Después de Bouvines, la paz duró, en Francia, hasta 1337. Fue la "gran paz del siglo XIII".

Al día siguiente de esta batalla, Felipe Augusto fundó la abadía de la Victoria que fue anexionada a los dominios del obispo de Senlis en 1486. Pero como ya hemos indicado Felipe II Augusto de Francia la conquistó y consolidó su posesión entre 1202-1214 y desde este momento los reyes de Francia ligaron a Normandía no sólo a la política feudal sino también a la economía francesa, privándole del comercio de las lanas inglesas y de los vinos de Poitou y de Anjou.

La política del rey francés Felipe Augusto favoreció la integración del ducado en el reino, pero manteniendo las especificidades normandas. Por eso se confirmaron los estatutos de Rouen que conferían a los mercaderes de la ciudad el monopolio de la navegación en el río Sena, se mantuvo la institución del Senescal, la corte judicial y la administración del ducado juntamente con las costumbres normandas. El rey controló a sus vasallos pero dejó funcionar las instituciones del vizcondado. Por esto dejó a los capítulos catedralicios la elección del obispo, pero instituyó en toda la región a los “bayles” franceses.

Crecieron las ciudades, se dotó de nuevos muros a Rouen, se potenciaron las ferias, se desalaron las tierras y los cultivos se diversificaron en cosecha de verano y de invierno.

Bajo el reinado del Felipe IV el Hermoso se construyó en Rouen un nuevo puerto y un arsenal, se potenciaron las exportaciones de vino y grano y las importaciones de estaño, lana y telas.

El ducado de Normandía durante la guerra de los Cien Años:

Al final del siglo XIII se multiplicaron las revueltas. En 1281 el síndico de Rouen fue asesinado y las casas de los nobles saqueadas. El rey Felipe el Hermoso reaccionó suprimiendo el común de Rouen y quitando a los mercaderes el monopolio de la navegación en el río Sena hasta el año 1294. Las reformas monetarias de este rey colapsaron los rendimientos económicos de los burgueses que se sublevaron hasta que les fue concedida la primera Carta a los Normandos el año 1315 a la que siguió la segunda el año 1339. Con estos nuevos cuadernos legales aparecieron los Estados de Normandia que eran asambleas permanentes convocadas con el fin de regular los problemas financieros.

Cuando Felipe VI de Valois accedió al trono de Francia en 1328 se descartaba a otro pretendiente como era el rey de Inglaterra Eduardo III, nieto por su madre de Felipe IV el Hermoso. Cada uno de los dos tenía sus argumentos para optar a la corona. Entre los muchos avatares contrapuestos de la guerra centenaria, Eduardo III tuvo que prestar el homenaje por sus tierras continentales en 1331.

Felipe VI comenzó a tener dificultades con algunos nobles y en algunas regiones de su reino. Pricipalmente en Normandía ya que los normandos reclamaban el reconocimiento de la carta otorgada en 1315. Por dos veces el rey tuvo que reconocerles que no sería el único juez en temas de impuestos.

Para calmar los ánimos el rey eligió consejeros normandos como a Pierre Roger arzobispo de Rouen, al condestable Raoul conde de Eu, a Jean Malet, señor de Graville y a Guillermo Bertran, obispo de Bayeux. Más aún, en 1333 el rey de Francia escogió para su hijo Juan el título de duque de Normandía. Este tomó posesión de su cargo recibiendo los emblemas de su nuevo título en la catedral de Rouen. Sin embargo, los normandos siguieron comprobando que la administración del ducado se realizaba exclusivamente desde el rey y su consejo.

Por otra parte Eduardo III de Inglaterra tenía varios objetivos en el continente. En primer lugar salvar el control de la Guyena de donde importaba sus vinos y en segundo lugar tener una fluida relación con Flandes a donde exportaba su lana.

Por esta razón Eduardo III no renunciaba a sus derechos a la corona de Francia y para llevarlos a la práctica se preparó metódicamente. Obligó a sus súbditos a realizar el servicio militar a partir de 1334 y contrató personas que ejercieran la inteligencia sobre todo en Flandes.

Por otra parte Felipe VI imbuido por su mentalidad feudal pensaba en una conquista de Inglaterra para lo que necesitaba el apoyo incondicional de los normandos como les manifestó en la reunión de los Estados de Normandía en la primavera de 1339. Normandía tenía, por lo tanto que prepararse para la guerra naval.

Pero esta idea no era nueva. Desde 1294 Felipe IV el Hermoso había hecho construir un arsenal en Rouen. Además dos esclusas coordinadas relacionaban esta bahía con el Sena. Para dar respaldo a estas futuras exigencias bélicas marinos, carpinteros de ribera y capitanes formaron una hermandad internacional.

Desde esta fecha los normandos aportaron hombres. En concreto ciento cincuenta gentilhombres, cuatrocientos soldados y veinte mil marineros, que debían cubrir una flota de doscientas naves de las cuales tres cuartas partes debían fondear en puertos normandos.

El jefe de la expedición sería el propio rey flanqueado por su hijo Juan duque de Normandía. Como almirante de la flota fue nombrado Hugues Quiéret. Participaron también en la empresa marinos genoveses que señalarían la táctica naval.

Eduardo III aleccionado por sus espías tomó la iniciativa y ordenó una flota de doscientas cincuenta naves que atravesaron el canal de la Mancha el 23 de junio de 1340, día en que se enfrentaron las dos flotas enemigas. De la batalla sólo quedaron a flote una treintena de navíos de los doscientos de los que se componía la flota de Felipe VI. La batalla de la Esclusa terminó por lo tanto en un verdadero desastre en el que perdieron la vida veinte mil marineros y soldados. Fue la primera gran derrota normanda, pero, esta vez, al servicio de Francia. Desprovista la costa normanda de defensa quedaba al arbitrio de las fuerzas inglesas.

Es en este momento cuando resurge la personalidad de de Godofredo de Harcourt que será uno de los últimos defensores de las libertades normandas. La baronía de Harcourt había sido erigida condado en marzo de 1338 y Juan IV había llegado a ser el priner conde. Este conde tenía un hermano llamado Godofredo que era señor en Cotentin. Godofredo de Harcourt por razones políticas llegó a ser enemigo del rey de Francia, por lo que se alió con Eduardo III de Inglaterra.

Godofredo junto con otros señores normandos participó en un complot en Mortain donde varios señores tomaron la causa inglesa. Además tenían lazos de interés con otros señores bretones y flamencos. Godofredo se constituyó en el jefe de guerra de todos estos enemistados con el rey de Francia. En 1343 el territorio de Contentin se alzó en armas contra Francia.

El rey Felipe VI reaccionó con rapidez y brutalidad ejecutando a tres cómplices de Godofredo. Este hecho decantó definitivamente a Godofredo en el campo bélico anti-francés. Así que movido por su enemiga anti-francesa pasó camino de Flandes, llegando primero a Hainaut para ganarse aliados y luego a Inglaterra para ponerse todos al servicio de Eduardo III. Como aliado del rey inglés le aconsejó desembarcar en Normandía porque, según él mismo, todos los normandos, los bretones y los flamencos le eran afectos.

Como resultado de estos preparativos fue el desembarco de la flota inglesa con veinte mil hombres entre los que se contaban los apoyos normandos y de otros aliados en Saint-Vaast-la-Hougue el 12 de julio de 1346. Godofredo fue el guía de la expedición que tomó Valognes, Carentan y Saint-Lô. Poco después los ingleses y sus aliados se presentaron cerca de Caen que como capital de la Normandía occidental cayó rápidamente. De aquí el ejército pasó a tomar Lisieux y luego Elbeuf, yendo camino del Sena hacia París. Pero los franceses les esperaban en Crécy del Ponthieu. Las milicias de Rouen salieron al servicio del ejército francés, pero Eduardo III triunfó sobre Felipe VI. Pero Crécy quedará en la memoria histórica como una batalla fratricida porque Godofredo luchó en el campo inglés mientras que su hermano Juan IV caía en el combate en las filas francesas.

Tras esta batalla Normandía conoció una paz relativa, sólo turbada por la llegada de la mortandad con la peste negra. El nuevo rey de Francia Juan II el Bueno quiso ganarse a los normandos a toda costa y nombró a su hijo Carlos como duque de Normandía.

Este nuevo duque normando convocó a los principales nobles normandos para celebrar su investidura en el castillo de Rouen. Y entre los invitados estaba Juan V, hijo de la familia Harcourt y sobrino de Godofredo. En medio del banquete y violando la hospitalidad el 3 de abril de 1356 el rey de Francia rodeado de sus hombres mandó capturar a los principales comensales y entre ellos al rey de Navarra Carlos II conde de Evreux y a Juan de Harcourt junto con otros varios de sus compañeros. Cuatro señores normandos fueron decapitados sin proceso. Con este hecho de estrategia el rey de Francia quería abortar toda idea de independencia normanda, pero, sin embargo, con esta acción no hizo otra cosa que provocar una nueva revuelta a cuya cabeza se puso Godofredo de Harcourt.

La revuelta de la nobleza normanda recibió inmediatamente el apoyo de Inglaterra cuyo ejército desembarcó de nuevo en Normandía. El enfrentamiento de ambos ejércitos tuvo lugar en noviembre de 1356 y en este momento sucumbió en la batalla Godofredo de Harcourt, legando todos sus bienes al rey de Inglaterra, por lo que estas tierras normandas vinieron desde este momento a servir de base para el ejército inglés para los próximos veinte años.

Pocas semanas antes de la muerte de Godofredo de Harcourt fue hecho prisionero el rey Juan II el Bueno en la batalla de Poitiers y quedó en manos del Príncipe Negro que lo llevó primero a Guyena y más tarde a las islas. Quedó al mando de Francia el delfín Carlos que tenía cerca de veinte años. Ahora dentro de la guerra de los cien años se enfrentarán dos jóvenes caudillos: por una parte el delfín Carlos y por otra Carlos II de Navarra, conde de Evreux.

Enfrentamiento entre el delfín Carlos y el rey Carlos II de Navarra y sus relaciones con Normandía:

Carlos II de Navarra, conde de Evreux, poseía señoríos y ciudades en Normandía como Mantes, Meulan, Pontoise, Étampes y Mortain y por otra parte era amigo de los señores normandos sublevados y especialmente de Juan de Harcourt. Pero el rey navarro Carlos II se había desposado con la hija del rey de Francia que le ofreció en pago de dote las tierras de Coutances, Avranches, Carentan, Valognes y Cherburgo. Sin embargo el rey francés por discrepancias políticas le hizo encarcelar en la fortaleza de Arleux cerca de Douai. Pero entre Carlos II y Juan el Bueno los normandos prefirieron siempre al navarro sobre el francés.

Por la historia del reino de Navarra de José María Lacarra sabemos que muerto el rey francés Carlos VI de Valois en 1350 le sucedió su hijo Juan II que nombró a Carlos II de Navarra lugarteniente real en el Languedoc mientras le ofrecía en matrimonio la mano de su hija Juana en 1352.

El partido navarro en Francia tenía gran fuerza por sus posesiones en Normandía ya que podía facilitar el desembarco de los ingleses enfrentados con Francia en la guerra de los Cien años. El tratado de Mantes entre los reyes de Francia y de Navarra en 1354 favorecía al navarro que aprovechó la ocasión para asentar a gran parte de sus vasallos en la Normandía.

Con estos antecedentes descritos no es extraño conjeturar que Normandía fuera el escenario del enfrentamiento entre el rey de Francia Juan el Bueno y el rey de Navarra Carlos II. El rey navarro reivindicaba los derechos de  sucesión al trono francés ya que poseía en territorio normando el condado de Evreux. Carlos II que había engrandecido sus posesiones por el tratado de Mantes, fue hecho prisionero en el castillo de Gaillard en 1354.

Carlos II de acuerdo con Eduardo III de Inglaterra en la primavera de 1355 reclutó tropas navarras que embarcaron en Bayona rumbo a Cherburgo. La expedición dirigida por el mismo rey se componía de 2.000 hombres.

Para evitar la estrategia de pacto entre los ingleses y los navarros, Juan II envió embajadores a negociar con el rey de Navarra y se firmó en Valogne el 10 de septiembre de 1355 un tratado que confirmaba el de Mantes y se devolvían al navarro las plazas de Normandía que le habían sido arrebatadas y por las que Carlos II rindió vasallaje al rey francés en París.

El 5 de abril de 1356 estando cenando el rey de Navarra en el castillo de Rouen fue apresado junto con su escolta. Al día siguiente 6 de abril, sin juicio alguno, cuatro de los acompañantes navarros fueron ajusticiados y sus cuerpos colgados en la via pública de Rouen.

Este acto inhumano movió a los navarros a pasarse en bloque y se dejaron caer en brazos ingleses. El duque de Lancaster desembarcó en la Normandía y tras atravesarla, llegó a las puertas de París. Otro ejército inglés dirigido por el Príncipe de Gales subiendo desde Burdeos derrotaba al rey de Francia en Poitiers cayendo prisioneros el rey Juan II y su hijo Felipe que fueron llevados a Inglaterra.

A resultas de esta derrota Francia en medio de la guerra de los Cien Años, entró en un proceso revolucionario guiado por Etienne Marcel y luego por el movimiento de la Jacquerie. Era, por otra parte, el momento de exaltación del rey navarro Carlos II al que hubo que devolver los castillos y las plazas normandas confiscadas en diciembre de 1357.

Carlos II renunciando a sus pretensiones a la corona de Francia apoyó a los ingleses. La paz de Bretigny de mayo de 1360 entre Francia e Inglaterra devolvía al rey de Navarra sus posesiones normandas. En 1361 Carlos II encomendó el gobierno de Normandía a su hermano Felipe y embarcó en Cherburgo rumbo a Navarra. Esta situación de las posesiones navarras en Normandía se mantuvo. En concreto en 1364 conocemos que el reino pirenaico tenía varias villas y castillos en la Normandía durante su guerra contra el rey de Francia.

Sin embargo, Carlos II tenía que atender simultáneamente a sus Estados de Normandía y de Navarra. Pero si quería defender los señoríos y ciudades normandas de las apetencias francesas su aliado natural era Inglaterra. Pero si quería salvaguardar sus fronteras del reino de Navarra su aliado tenía que ser Francia, máxime cuando la política castellana se hizo francófila.

Y es que la política internacional castellana cambió de forma radical en la guerra civil entre Pedro I y los Trastámara. Tras el pacto de Inglaterra con Pedro I de Castilla tanto ingleses como castellanos podían cerrarle los puertos cantábricos dejando incomunicada a Navarra de Normandía. Pero por otra parte el rey de Francia se inclinaba por pactar con Enrique de Trastámara.

En cualquier circunstancia internacional Carlos II tenía que tener expeditas sus comunicaciones con Normandía a través de Bayona (bajo dominio inglés) y los puertos cantábricos (bajo control castellano) y comprometerse lo menos posible en la lucha fraticida de Castilla.

Muerto en agosto de 1363 el infante navarro don Felipe que gobernaba Normandía, el rey de Navarra envió por mar tropas al mando de un caballero gascón denominado Juan de Grailly, el cual desembarcaba con sus tropas en Cherburgo con el objetivo de oponerse a las correrías que el delfín de Francia realizaba sobre las plazas de Normandía. Porque Francia había ocupado por sorpresa las plazas de Mantes y Meulan y perseguía y ejecutaba a los partidarios navarros.

Juan de Grailly concentró las tropas navarras en Evreux y junto con las Compañías inglesas se enfrentó con mala fortuna al ejército de Beltrán du Guesclin siendo derrotados los navarros en Cocherel en mayo de 1364. Comenzaba el reinado del antiguo delfín y regente Carlos V el sabio.

Coincidiendo con la llegada al poder del delfín Carlos, la situación del reino de Francia se desmoronaba: la moneda se devaluaba, la influencia de la peste negra crecía y las cosechas se malograron. La muerte campeaba por sus respetos por doquier.

El delfín no podía controlar el poder político ya que Ëtienne Marcel, preboste de los mercaderes de París, jugó el papel de gran señor y organizó una revuelta popular con la pretensión de hacerse dueño de la capital.

Pero Carlos II de Navarra al salir de la prisión y antes de encerrarse en Evreux pasó por París y en una asamblea popular se ganó a la población del Sena. Poco después Étienne Marcel fue asesinado por lo que el delfín recuperó parte del poder político y aun pactó un tratado de alianza en Pontoise con su rival Carlos II de Navarra.

En este tiempo la situación había cambiado en Normandía y había renacido un espíritu de resistencia contra los ocupantes ingleses. En Evreux Carlos de Navarra tuvo que navegar a dos aguas.

En 1360 en el tratado de Brétigny el rey de Inglaterra hizo varias concesiones al delfín de Francia y mientras que abandonaba sus pretensiones a la corona francesa recibía la seguridad de dominar Guyena, Gascuña, Poitou, las islas anglonormandas y Calais, pero con la condición de renuncia a Normandía.

Pero al delfín aún le quedaba en pie el problema navarro. Como sabemos el conde de Evreux tenía fuertes posesiones en Normandía como la región de Longueville en el país de Caux, el mismo territorio de Evreux, el Avranchin y el Contentin si bien los ingleses seguían controlando el castillo de Saint-Sauveur y el puerto de Barfleur. Sin embargo los franceses controlaban el centro del ducado y en concreto las villas de Caen y Rouen.

A la muerte de Juan II el Bueno en 1364 el delfín accedió al trono con el nombre de Carlos V y tomó como hombre militar de confianza al bretón Bertrand du Guesclin.

En estas inciertas circunstancias el rey de Navarra Carlos II fomentó revueltas populares pero fue derrotado por el ejército francés capitaneado por Bertrand du Guesclin que comenzó arrebatándole al navarro las plazas de Mantes y de Meulan para luego penetrar en Normandía. En la batalla de Cocherell el 16 de mayo de 1364 el ejército navarro guiado por Jean de Grailly fue derrotado y el jefe hecho prisionero.

El tratado de Avignon de 1365 entre Carlos II de Navarra y Carlos V de Francia venía a traer nuevos aires de paz. Por este tratado el navarro renunció a sus posesiones normandas como las plazas fuertes del Sena, lo mismo que Mantes, Meulan y Longueville en favor del rey de Francia recibiendo a cambio la ciudad de Montpellier. Carlos II dejaba de ser un fuerte señor normando. Más aún, en 1378 el rey francés le confiscará todos los restantes bienes normandos que le quedaban en la zona al rey Carlos II.

A la muerte del rey francés Carlos V el Sabio en septiembre de 1380 se ejecutó su última voluntad y el corazón del rey difunto fue llevado y depositado en la catedral de Rouen, la villa que le había sido siempre fiel en medio de las intrigas y rivalidades francesas, navarras e inglesas.

A la muerte del rey francés Carlos V la situación geopolítica general de Normandía era trágica, ya que al ambiente turbulento político y bélico se unía el aumento del índice del costo de la vida, la depreciación del valor de la moneda, el abandono del campo y el desdoblamiento de las aldeas y la ruina de los mansos.

El nuevo rey Carlos VI tenía doce años de edad cuando recibió la herencia de su reino que durante su minoría de edad fue administrado por los duques de Anjou, de Berry y de Bourgogne.

Los regentes convocaron en 1380 los Estados Generales de Normandía para reclamar a sus súbditos nuevos impuestos a cambio de refrendarles los privilegios institucionales del Ducado. Al año siguiente en 1381 les reclamó a los Estados generales el pago de un nuevo impuesto por fuego. Al año siguiente se gravaron las mercancías, el vino y las telas. Pero los regentes no cayeron en la cuenta de que este último paso era una violación de la Carta de Privilegios de Normandía. Los grandes mercaderes y vinateros de Rouen se sublevaron contra los nuevos impuestos. La revuelta concentró a doscientos campesinos que reclamaban la supresión de los impuestos por lo que se alborotaron contra los recolectores al repetir el viejo grito normando de “Haro” que dará origen a la revuelta.

Un importante burgués de Rouen Juan “Le Gras” fue nombrado rey de la ciudad. Era el 24 de febrero primer lunes de Cuaresma y el nuevo rey abolió todos los impuestos. Dentro de la revuelta, la muchedumbre abrió las puertas de las prisiones por lo que la violencia se adueñó de la ciudad. Al abad de Saint-Ouen se le obligó a renunciar a todos sus privilegios y los impuestos eclesiásticos fueron abolidos. La población armada atacó a la guarnición real.

Sin embargo la insurrección de Rouen terminó en fracaso mientras que en otras ciudades de Francia se imitaba la revolución.

El joven rey bajo la protección del duque de Bourgogne, regente de Francia, mandó ejecutar a seis rebeldes como castigo, después de que el propio rey había entrado con su ejército en Rouen. En represalia por la revolución se eliminaron las libertades comunales, las franquezas de las corporaciones fueron abolidas y se secuestraron los bienes de la villa.

Reunidos los Estados Generales de Normandía acordaron dar al rey las ayudas del vino y de los lienzos. De esta manera se llegó a restablecer el orden. Pero el regente se vengó de los normandos enviando comisarios y tropas. Se suprimieron las cartas de gracia y se encarceló a varios burgueses. Trescientos comerciantes y personas de la clase media fueron proscritos y aun condenados a muerte. El pago concejil de Rouen vino tasado en cien mil libras. Las corporaciones fueron desmanteladas. Por lo que en consecuencia la industria y el comercio se resintieron y los tradicionales contrincantes de los normandos, los parisinos, se quedaron con el monopolio del comercio fluvial.

Al final del período la revuelta fiscal del comienzo se trasformó en una lucha de los normandos por la conservación de sus libertades. Serán por lo tanto los ingleses los que sacarán las consecuencias de la cólera normanda.

El reinado de Carlos VI y Normandía a principios del siglo XV:

En noviembre de 1388 Carlos VI cumplió veinte años y se deshizo de la tutela de sus regentes. Comenzó su reinado poniendo orden en los negocios públicos. Pero la aparente inocencia del joven rey se transformó en furiosa locura al terminar una cacería en la Bretaña. Ante esta situación de enfermedad incurable tomó posesión del reino pero, como regente, el hermano del rey Luis de Orleáns.

Sin embargo el nuevo regente fue asesinado en 1407 y con este hecho sangriento se desató la lucha entre los Armagnacs y los Bourguignons. Y de este modo se instauró en Francia la guerra civil. Y en medio de los dos bandos enfrentados estaban los normandos

Al otro lado del canal de la Mancha en 1399 el duque de Lancaster destituyó a su primo Ricardo II y tomó para sí el poder real. Con Enrique IV los Lancaster sucedieron y reemplazaron a los Plantagenet.

Enrique IV se mostró prudente y preocupado por los problemas interiores del reino, pero a su muerte en 1413, su hijo Enrique V dio rienda suelta a su ambición aumentada por las revueltas y la guerra civil francesa. Los dos bandos franceses acudieron al rey de Inglaterra buscando su apoyo. Pero el rey inglés no se decantó por ninguno de ellos e hizo valer sus antiguos derechos a la corona de Francia.

La flota inglesa compuesta de 1400 navíos reunidos en Southampton el 12 de agosto de 1415 enfilaron camino de la ensenada del Sena. Harfleur capituló pronto. La caballería francesa fue desmantelada dejando en el campo de batalla siete mil muertos; y dos mil cautivos llenaron las cárceles inglesas y entre estos derrotados estaba Carlos de Orleáns que fue encerrado durante 25 años en la torre de Londres. Por lo que su ausencia dejó sin caudillo al bando de los Armagnac.

En consecuencia triunfaba el partido borgoñón que pactó con Enrique V en Calais y reconoció al rey de Inglaterra y a sus descendientes como herederos del trono de Francia. Tras esta paz, la conquista de Francia fue un paseo militar.

El rey inglés comenzó tomando Normandía occidental y estableció su cuartel general en Caen, mientras que eran expulsados o se exiliaban más de la mitad de sus cuarenta mil habitantes. Ante esta experiencia las ciudades de Bayeux, Argentan y Alençon se entregaron sin dificultad. La conquista de la región del Contentin se terminó en el otoño de 1418 y el rey inglés Enrique V pudo entrar triunfalmente en Cherburgo. Las tropas inglesas en los meses sucesivos terminaron por controlar la Normandía oriental ya que pronto se ocuparon las ciudades de Evreux, Louviers y Pont-de-l´Arche.

Rouen había caído bajo las fuerzas militares inglesas desde finales de julio de 1418. Pero los ciudadanos de Rouen se levantaron contra el poder inglés teniendo como jefe militar a Alain Blanchart. Sin embargo, la sublevación duró poco ya que tuvo que capitular el 19 de enero de 1419.

El resultado fue que el clan de los Armagnac perdió la ciudad que pasó a manos de los borgoñones. Poco después caía Dieppe y Eu. Por lo tanto durante el año 1419 toda Normandía estaba bajo el poder inglés con ayuda del bando borgoñón a excepción de Mont-Saint-Michel. Mientras que el delfín Carlos, joven de quince años, huía y se encerraba en París.

Enrique V, cuando tomó el mando de Normandía, no lo hizo como un conquistador sino como uno que tomaba posesión de una herencia largamente esperada, ya que se consideraba heredero de Guillermo I el conquistador y de los Plantagenêts.

Se volvía al reino que habían dispuesto los duques de Normandía y, por lo tanto, que se extendía en tierras a ambos lados del Canal de la Mancha. Para Enrique V la capital de todas sus posesiones ya no estaría ni en París ni en las islas sino en Rouen. Y para esto necesitaba restaurar la originalidad normanda, sus instituciones y sus libertades. Y toda esta restauración tenía un objetivo como era el que Normandía fuese puente de unión entre el reino insular y el continental.

Por el tratado de Troyes del 21 de mayo de 1420 Enrique V de Inglaterra se desposó con Catalina de Francia, hija del demente rey Carlos VI y en el momento del matrimonio se le prometió que a la muerte del rey francés la unión de ambas coronas es decir, la de Inglaterra y la de Francia. Los grandes cuerpos del Estado francés aprobaron la resolución. Es decir, tanto el Parlamento, como la Cámara de Comptos y sobre todo la Universidad de París dieron el visto bueno al acuerdo.

Como frutos de este matrimonio y esta pacificación podríamos señalar que los ingleses permanecieron con el control de Normandía y Guyena, mientras que sus aliados los borgoñones se quedaron con el control de Flandes, Artois, Picardía y el ducado y condado de Borgoña.

El delfín de Francia Carlos, con el apoyo de los Armañacs y de las tierras meridionales seguía refugiado en el centro de Francia, en el señorío de Berry, instalando además su Cámara de Comptos en Bourges y el Parlamento en Poitiers.

Pero la desgracia se extendió por los contrincantes de la Guerra de los Cien Años. En 1422 murieron ambos reyes Carlos VI y Enrique V. Cuando murió Carlos VI los ingleses proclamaron rey de Francia a Enrique VI. Para este momento el rey inglés Enrique V había muerto a sus treinta y seis años de edad el 31 de agosto de 1422, siete años después de haberse instalado en Caen. Dejaba un hijo de diez meses nacido de su matrimonio con Catalina de Francia y al que se le había impuesto el nombre de Enrique VI. Como era menor de edad cayó bajo la regencia en Juan de Lancaster duque de Belford.

Normandía se había convertido en la joya de la corona inglesa y por lo tanto durante la regencia del duque de Belford siguió siendo el centro de atracción del reino inglés. El regente estableció su capital en Rouen, donde presidía el Consejo que poco a poco quedó integrado sólo por consejeros normandos.

El duque de Belford creó la universidad de Caen en 1432 lo cual evitaba a los normandos que querían estudiar derecho el desplazarse o a París o a Oxford. Se crearon en Caen dos facultades jurídicas: la de derecho canónico y la de derecho civil. En 1437 se añadieron las facultades de Artes, Teología y Medicina. Con esto privaba a la Universidad de París de una de las naciones más dinámicas como era la normanda. Igualmente el regente distribuyó la administración de justicia entre Caen y Rouen. Es decir, administraba el ducado con dos capitales.

Sin embargo y a pesar de este protagonismo político e institucional la ocupación inglesa de Normandía en el terreno económico no conllevó sino fracasos. El regente intentó controlar el particularismo normando, suscitando el descontento de la población por los abusos fiscales. Más aún los ingleses exigieron a todo normando un juramento obligatorio de fidelidad a las autoridades e instituciones normandas. Todos los que realizaron este juramento pudieron permanecer en el país con sus bienes. Pero por el contrario los recalcitrantes se vieron obligados a abandonar el país y emigraron hacia Bretaña que era territorio autónomo.

Normandía en este comienzo del siglo XV recobró su vocación marítima y comercial. Exportó la sal y el vino de la Borgoña hacia Inglaterra, mientras que dirigía la sal, las telas y el vino de Burdeos hacia París.

Algunas ciudades normandas se enriquecieron como por ejemplo Dieppe, Rouen, Harfleur y Saint-Valéry-en-Caux. La Normandía burguesa creció, mientras que la Normandía rural no se aprovechó de la protección inglesa. La Iglesia y la Universidad escogieron el bando borgoñón y consideraron a los ingleses al menos como aliados y esto fue compensado por los ingleses con la designación y el ejercicio de altas funciones no sólo en el reino insular sino también dentro de la misma Normandía. Estos normándoos fieles a la obediencia inglesa fueron los que ejercieron el control de la administración judicial y financiera. El Consejo de Normandía estaba compuesto en 1422 esencialmente de normandos, si bien las funciones de bayles y de comandantes de fortaleza se quedaron en manos inglesas. A éstos pronto hubo quienes les denominaron como franceses renegados o colaboradores de la traición. Dos obispos de Evreux fueron cancilleres del regente Bedford. Muchos miembros del clero así como de la nobleza escogieron la colaboración con los ingleses.

La resistencia normanda a los ingleses.

Pero la resistencia normanda a los ingleses no se debilitó en Normandía. El 30 de octubre de 1422 el delfín Carlos asumió el título de rey aunque sólo controlara Bourges. Pero Carlos VII había tenido la suerte de ver que su padre moría después de su rival inglés. El rey tenía veinte años pero era de aspecto triste y conservaba algunos fieles al norte del Loira en Vaucouleurs y en Mont-Saint-Michel. En 1424 el último residuo del ejército francés en Normandía había sido derrotado en Vernueil, por lo que toda Normandía pasó al bando inglés. La resistencia normanda a los ingleses era a la vez anticlerical y anti-burguesa.

Las indisciplinadas tropas inglesas cometieron muchos pillajes sin que se viera una reacción eficaz del regente Bedford. Se incrementó el número de resentidos y despojados de sus bienes. La riqueza que crecía en Normandía motivó un reajuste de los impuestos. También algunos eclesiásticos y nobles se unieron a los resentidos como el arzobispo de Rouen, Luis de Harcourt. También se unieron algunos armagnacs como Roberto de Carrouges, Luis Leclerc o Juan de Cintray. Todos estos no se enrolaron en la guerrilla, pero se hicieron notar por su escasa colaboración. Sin embargo, el duque de Bedford contaba con milicias colaboradoras. La resistencia se hizo notar en el Contentin, en Perche y en Bocage. Según la generosa política del rey Enrique VI todos los rebeldes tuvieron la posibilidad de someterse cuando lo estimaran oportuno. Esta política liberal se continuó hasta 1427. Por lo que pronto los resistentes al dominio inglés fueron considerados salteadores de caminos. Se primó la denuncia de los insurrectos. Los apresados fueron interrogados bajo tortura y luego condenados a muerte. Se instauró la represión.

La resistencia se encarnó en una doncella de 17 años de la familia Darc, nacida el 6 de enero de 1412. Juana se convirtió en un símbolo viviente de una cierta idea de Francia, sobre todo, tras la entrevista con el rey y la promesa que le hizo de ser ungido y coronado en la ciudad de Reims. La epopeya de Juana de Arco comienza en 1429 en el momento que asumió el grito de guerra de expulsar a los ingleses de Francia. Venció en Orleáns. A partir de esta victoria Juana ya no perteneció al dominio de la razón sino al de la fe. La doncella se convirtió en arma psicológica de guerra de Carlos VII.

En 1429 el rey fue consagrado en Reims. La doncella había cumplido su misión de hacer coronar al delfín. Pero la doncella fue hecha prisionera en Compiègne por las tropas de Juan de Luxemburgo, aliado de la causa borgoñona. La epopeya había terminado. Comenzó el proceso de persecución que terminó haciendo de la doncella una mártir.

Juana de Arco tuvo como enemigos no sólo a los ingleses sino también a los prelados y a los universitarios de París y de Caen. El proceso inquisitorial lo condujo Pierre Cauchon, obispo de Beauvais, ferviente partidario de Enrique V. A pesar de que Juana, aconsejada por su confesor Nicolas Loiseleur, canónigo de Rouen, abjuró de sus errores contentando con este paso a los prelados y a los universitarios, sin embargo, los ingleses querían su muerte. Pronto la condenaron como relapsa en un nuevo proceso y la condenaron a muerte. El 30 de mayo de 1431 Juana de Arco tras un largo proceso que se realizó en Rouen fue condenada a muerte y quemada.

A pesar de esta celeridad en el proceso y ejecución de Juana de Arco, pronto comenzó en el palacio arzobispal de Rouen el debate de su rehabilitación, declarando nulos el proceso y la sentencia.

Poco después de la muerte de Juana de Arco el rey Enrique VI, joven de diez años fue coronado en París. Pero esta ceremonia no paró el declive inglés en tierras francesas comenzando por Normandía. La resistencia se extendió teniendo como centro neurálgico el Monte de Saint-Michel. Las ejecuciones inglesas contra los insurrectos se multiplicaron. La inseguridad se hizo general. Los muertos en Caen o en el castillo de Rouen fueron considerados héroes de la patria. Sin embargo, un jefe popular, Le Caruyer, se fue adueñando paulatinamente de todas las plazas fuertes de la Normandía oriental. Una nueva catástrofe para la causa inglesa fue la muerte del duque de Bedford el 14 de septiembre de 1435. Una semana más tarde en Arras, el rey de Francia y el duque de Borgoña se reconciliaron. París se sublevó contra los ocupantes. Pronto se tomaron Harfleur, Evreux y se unieron a Dieppe liberada. La guerra fue atroz en Normandía.

La tregua general concluida en Tours el 28 de mayo de 1444 interrumpió durante cinco años las operaciones militares. Carlos VII reorganizó su ejército compuesto principalmente de infantería y de caballería añadiéndole un nuevo cuerpo de artillería.

Las imposiciones fiscales de los ingleses sobre Normandía seguían vigentes. Pero a partir de 1449 Carlos VII rompió la tregua y fue tomando, una a una, las ciudades mercantiles meridionales. El condestable de Francia, Arthur de Richemont, avanzaba por la península de Cotentin. La población se sublevó en Rouen y posibilitó el que Carlos VII entrara en la capital normanda.

Quedaba en manos de Enrique VI la fortaleza y el puerto de Cherburgo. En efecto, Cherburgo fue la última ciudad liberada el 12 agosto de 1450. El avance del ejército francés por el centro de la región señalaba la pronta liberación normanda de la ocupación inglesa. La cual, sin embargo, no se concluyó hasta el año 1450 tras la batalla de Formigny. De este modo Normandía fue de nuevo francesa tras treinta años de dominación inglesa. Los normandos se revelaron contra los ingleses sin sumarse ciegamente a la causa francesa. No quisieron cambiar una ocupación por otra.

Normandía se incorpora definitivamente al reino de Francia

Normandía en la guerra había perdido dos terceras partes de su población, teniendo a finales del siglo XV sólo medio millón de habitantes. Las villas, principalmente las costeras, habían sufrido menos. Pero las industrias pañeras de Rouen y de Caen estaban al borde de la ruina. El comercio periclitaba. La capital de Normandía, Rouen, desde 1435 había interrumpido su comercio con Inglaterra y no se relacionaba con París que estaba en manos francesas.

Se necesitaba una nueva clase social fundada en los agricultores enriquecidos y en los mercaderes. De este modo resurgió la Normandía del negocio fundada en la burguesía. Y con el comercio revivió rápidamente toda la economía normanda. Pronto se restauraron las catedrales de Évreux, Lisieux, Bayeux, Bernay, Falaise y Caen.

Carlos VII comprendió que los normandos eran muy amantes de sus derechos ancestrales y tradicionales, principalmente en materia fiscal. Así en 1458 confirmó la Carta a los Normandos admitiendo los “Estados” de Normandia. Se mantuvieron las instituciones autónomas, aun las erigidas por los ingleses como el Parlamento, el Senescal y la Universidad de Caen.

Cuando Carlos VII murió en 1461 los normandos esperaban ver reconocida una autonomía unida a la corona de Francia. Sin embargo, su sucesor Luis XI desconfiaba de las asambleas locales y odiaba a los grandes señores feudales. El nuevo rey, Luis XI, no quiso luchar contra los nobles normandos y por lo tanto legó la Normandía a su hermano Carlos el 29 de octubre de 1465 dándole el título de duque. El nuevo duque normando tuvo que enfrentarse al duque de Bretaña Francisco II que se instaló en Caen, secesionando el país entre diciembre de 1465 y enero de 1466. Luis XI tuvo que tomar cartas en el asunto confirmando la Carta de los normandos en 1467, confirmando que Normandía no podía ser dada a nadie en feudo porque pertenecía totalmente al dominio real. El joven Carlos tuvo que renunciar al ducado de Normandía recibiendo en cambio la Guyena.

Desde este momento Luis XI llevó consigo el anillo de oro, símbolo de la independencia o al menos de la autonomía de la nación normanda. Pero el 9 de noviembre de 1469 se destruyó el anillo ducal en Rouen. Ya no habría más ducado, sino que Normandía era integrada y hecha una provincia del reino de Francia, obedeciendo directamente al poder central. Los posteriores reyes de Francia desde este momento no fueron sino los herederos de la monarquía absoluta y centralizada de Luis XI.

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