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A tener en cuenta: |
El mercado y la pescadería de la Brecha son edificios
interesantes que fueron remodelados a finales del siglo XX.
Entre ambos existió un espacio libre, parcialmente ocupado
por un edificio destinado inicialmente a parque de bomberos, que desapareció en
la década de 1950.
Tras servir como espacio para la venta al aire libre directa por
parte de los productores agrarios, tras la remodelación de los dos mercados se construyó una
gran cubierta con paredes acristaladas de muy dudosas proporciones y función,
así como nefasta utilización.
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Actuaciones correctoras realizadas:
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Urgía la remodelación de este espacio cubierto intermedio
denominado "Espacio Cánovas".
Era frecuente su ocupación por varios puestos de venta de características poco
adecuadas (y en
ocasiones un pequeño carrusel), quedando la planta superior sin uso real.
El Ayuntamiento decidió actuar y remodeló en 2010 el edificio
reduciendo la superficie que ocupaba y su altura, pero respetando los cuatro
establecimientos comerciales que albergaba el edificio original. El resultado
final puede resumirse afirmando que el nuevo "edificio" presenta una muy
deficiente integración en la plaza que además dificulta las comunicaciones entre
los dos centros comerciales.
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Nuevas actuaciones correctoras propuestas::
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Se sugiere la supresión de los comercios allí instalados y la reducción del espacio cubierto al indispensable para el
establecimiento de comunicaciones verticales con el subsuelo, que debieran
ir cubiertas mediante una construcción ligera, de proporciones
adecuadas, estéticamente compatible con el entorno (o neutra) y de fácil
mantenimiento.
No obstante, se estima como solución más adecuada la
desaparición del edificio con sus accesos y comercios, siempre y cuando
la accesibilidad al subterráneo, cumpliendo la normativa vigente, fuera
practicable por los accesos actuales vinculados a los antiguos edificios
de mercado y pescadería
El apodo popular de Tupper (por Tupperware), ciertamente
despectivo en este contexto, que ha recibido el nuevo "edificio"
consagra su erróneo planteamiento, opinión en la que coinciden
mayoritariamente no solo los profesionales del urbanismo y arquitectura,
sino también la gente de la calle.
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