Gran parte de la correspondencia que circula
forma parte de envíos masivos (bancos, Administración pública, empresas de
publicidad, etc.) que no llevan sellos ni estampillas. El signo de
franqueo utilizado en estos casos consiste en una impronta de tinta,
generalmente de color rojo o azul, realizada por un franquígrafo o máquina
franqueadora (franqueo mecánico).
Estas máquinas se asignan a las empresas que lo solicitan, con la
condición de que la correspondencia deba depositarse siempre en una
oficina de Correos acompañada de una nota de entrega. No puede, por lo
tanto, ser depositada en los buzones.
La impronta generada por estas máquinas (figura 1) suele tener tres
partes. Una de ellas es un anagrama, texto o imagen relacionados con la
empresa o entidad. La segunda es un fechador en el que se indica la
oficina de Correos y la provincia. La tercera incluye las palabras España,
Correos y el valor facial correspondiente.
Las oficinas de Correos más importantes poseen máquinas de franquear de
uso público que suelen ser utilizadas por pequeñas empresas, trabajadores
autónomos o particulares que necesitan esporádicamente realizar de golpe
más de un centenar de envíos. La impronta generada por éstas máquinas
suele ser similar a las privadas, con la diferencia de que en lugar del
anagrama de la empresa aparece un lema propagandístico relacionado con el
propio servicio de Correos. La imagen (2) es reproducción de una
impronta (diciembre de 2004) de una máquina de franquear de uso público de
la oficina de San Sebastián , que publicita el servicio de reenvío postal.
Actualmente se utiliza muy frecuentemente otro tipo de franqueo que se
denomina “pagado”. La correspondencia acogida a este sistema lleva impreso
(imagen 3) un signo de franqueo consistente en la cornamusa, la
palabra España, la expresión “franqueo pagado” y el número de autorización
para emplear esta opción.
Cada vez que las empresas autorizadas para utilizar el franqueo pagado
depositan correspondencia en las oficinas de Correos deben entregar un
impreso en el que se especifica el número y clase de la misma. Al final de
cada mes Correos envía una factura por el importe resultante, existiendo
tarifas preferenciales si se cumplen determinadas condiciones.
La imagen (4) se corresponde con una impronta de un cuño que desde finales
del año 2006 se coloca en los envíos pagados en oficinas de correos.
Sustituye a los sellos de ventanilla (SFS), que desaparecen de las
oficinas de Correos de Gipuzkoa (considerada como provincia piloto a estos
efectos) y prácticamente supone también la eliminación de los ATM, que
sólo se expenden en las escasas máquinas que existen en algunas oficinas
de Correos.
La imagen (5) se corresponde con la impronta de tinta azul realizada por la
empresa colaboradora de Correos "Asmatu XXI" que incorpora
un código bidimensional matricial de control interno de tipo
Datamatrix. Cada una de las dos regiones que presenta el código que
nos ocupa (limitadas por dos rayas continuas y dos punteadas) permite
incorporar información numérica (hasta 44 caracteres ) o alfanumérica
(hasta 31 caracteres). En el ámbito de la distribución de correspondencia
se utilizan para la clasificación de la misma, generalmente incorporando
el código postal y otras informaciones. |