Término
municipal: Arrasate ( Mondragón ).
Extensión
superficial: 73.425 m2.
Accesos:
Por la carretera GI-627
Transporte
público:
Autobús: líneas de las compañías La
Vergaresa (líneas Eibar-Vitoria; Bergara-Eskoriatza; Zumarraga-Eskoriatza;
Oñati-Durango; Oñati-Vitoria), Transportes Pesa (Oñati-Bilbao), Transconor
(Eskoriatza-San Sebastián), Jesús Jauregui Ibabe
(Aramaiona-Arrasate/Mondragón) y Compañía de Automóviles de Álava
(Eibar-Logroño).
Servicios
y equipamientos:
Casa de Cultura del municipio,
graderío en forma de anfiteatro, dotado del correspondiente escenario fijo
para actos culturales, representaciones teatrales, etc.
Prohibiciones
específicas: perros sueltos y bicicletas.
Elementos
notables: Palacio del s. XVII y su jardín-parque, significativo tanto
por la presencia de numerosos ejemplares de especies exóticas en la zona más
cercana al casco urbano del municipio como por tratarse de uno de los escasos
espacios en el que todavía se conservan restos del antiguo bosque mixto
caducifolio, prácticamente inexistentes en esta zona del término municipal.
Cartografía: Hoja 88-III
del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:25.000. Hoja 88-33 de la cartografía
a escala 1:5.000 de la Excma. Diputación Foral de Guipúzcoa.
El Palacio-Parque de Monterrón, de estilo barroco
(s. XVII), fue construido por el Marqués de Monterrón y conserva en su
interior importantes recuerdos de la historia del municipio, ya que en él se
han alojado personajes de la talla del rey Felipe V, la reina Isabel II, la
reina Mª Cristina y Cánovas del Castillo. Su fachada principal es de
sillería, mientras que las restantes son de mampostería. El hueco de la
puerta principal está rodeado de unas cadenas que significan la prerrogativa
de inmunidad por estar catalogado como palacio real.
Está ubicado en el barrio de Zarugalde, en el
límite septentrional del casco histórico de Mondragón (en euskara denominado
Arrasate), ocupando en tramos de ladera de diferente pendiente desde la calle
Licenciado Otarola hasta las ruinas de la antigua ermita de San Cristóbal,
junto a la que se ubica en la actualidad el nuevo cementerio del municipio
(zona de Altamira). La cota más baja del mismo se sitúa a nivel de la
edificación principal (palacio de Monterrón) a 212 m de altitud, mientras que
la más alta corresponde a las inmediaciones de la citada ermita, con 329,90
m.
El palacio, convertido hoy día en sede de la Casa
de Cultura del municipio, se integraba en una amplia finca que disponía tanto
de superficies ajardinadas en las proximidades del palacio como de
superficies boscosas, en el entorno lejano del mismo y desde éste hasta la
ermita citada. Convertido en la actualidad en parque público, la superficie
boscosa del mismo constituye uno de los escasos vestigios de vegetación
autóctona que existen en esta zona del municipio, ya que la mayor de la
vegetación primitiva característica (robledales de roble pedunculado) ha sido
sustituida por importantes extensiones de pinares de repoblación (pino
insigne).
El parque en su conjunto fue objeto de un proyecto
de urbanización (1984) que promovió una serie de actuaciones encaminadas a
una reconversión funcional de la finca de cara a su tratamiento como espacio
de uso público y su utilización para actos de tipo cultural mantenimiento y
mejora de los valores estéticos, histórico-artísticos, naturales,
ambientales, urbanísticos, etc. que dicho espacio poseía.
La estructura general que presenta el parque en la
actualidad permite su diferenciación en seis zonas, cada una de ellas con
diferente funcionalidad y relación con las contiguas.
La zona A
, corresponde a la “antesala” del parque. Está situada al borde de la calle
Licenciado Otarola y está constituida por la plataforma previa de acceso al
parque, comprendiendo el entorno del palacio y la zona de transición entre un
espacio típicamente urbano y un espacio “natural” como podría ser considerado
en su conjunto el parque.
La zona B,
está compuesta básicamente por el palacio y las dependencias anejas al mismo,
entre las que se incluyen la terraza, el cenador, las caballerizas, etc,
elementos todos ellos vinculados al uso específico del palacio y como apoyo a
la actividad del inmueble en el exterior.
La zona C
comprende desde el borde definido por los accesos al parque y al palacio
hasta el sendero situado a cota aproximada de 242 m Esta zona posee un
desnivel máximo de 24 m, en una longitud de 110 m, lo que supone una
pendiente del 22%, si bien ésta no es uniforme, resultando como consecuencia
de ello una distribución irregular de los espacios aptos para actividades
específicas. Se trata de una de las zonas de mayor interés del parque, debido
no sólo a su actual configuración como área de estancia, dotada de las correspondientes
infraestructuras, lo que le confiere ser el área de mayor utilización por
parte del público, sino también por tratarse de la única zona que podemos
considerar ajardinada.
Entre los
elementos significativos de esta zona, merecen destacarse el graderío, los
estanques, las zonas de reposo, la iluminación y la propia jardinería.
El graderío
sigue el esquema de anfiteatro clásico y su diseño ha sido realizado
teniendo en cuenta la configuración topográfica del área, de tal forma que
está compuesto por una plataforma inicial de suave pendiente, totalmente
enlosada, y un graderío mixto de hierba-losa, ajustado a la ladera de mayor
pendiente.
Los estanques
existentes en esta zona son dos, el de los “Cisnes”, situado más cercano a la entrada del parque y
ornamentado con un pequeño puente que lo cruza de lado a lado, y el del Conde “Mateo Nicolás”, ubicado en un
nivel superior. Ambos se localizan en un entorno configurado como área de
estancia y reposo, integrándose además en la red de senderos del parque.
Si bien la totalidad del parque constituye un área
de estancia y reposo, es en esta zona donde existen unos lugares específicos
que, por su geometría y mobiliario (bancos, papeleras, etc.) constituyen
gratas zonas de estancia y reposo.
Por último, merece resaltarse en esta zona la jardinería. El parque que rodea al
palacio se modeló con posterioridad a su construcción, por lo que las
especies más longevas, mayoritariamente exóticas, no sobrepasan los 350-375
años. Sin embargo, la ubicación de los distintos ejemplares en esta zona
ajardinada (C) obedece sin lugar a dudas a un diseño previamente establecido,
intuyéndose que la mayoría de las especies fueron plantadas simultáneamente.
Fue precisamente su uso como jardín y las labores de conservación y
mantenimiento a las que como tal estaba sometido lo que ha permitido que los
ejemplares se conserven en buen estado. Entre las especies arbóreas exóticas
presentes, son interesantes las sequoias
gigantes y rojas, los tejos,
los cedros, los magnolios, las piceas, los tilos, las
wellingtonias y los cipreses, mientras en el estrato
arbustivo están presentes las aucubas,
el boj, las photinias y los laureles-cerezos,
todas ellas especies típicamente ornamentales de jardín. Mención especial
merecen las sequoias rojas (2
ejemplares) y la sequoia gigante
(1 ejemplar) localizadas en las inmediaciones del escenario fijo habilitado
para las representaciones. En buen estado fitosanitario y de conservación su
singularidad radica básicamente en el tamaño que alcanzan entre 38 m y 45 m
de altura, mientras que el diámetro de su tronco varía entre 11 y 18 m. Estos
ejemplares se encuentran catalogados como árboles singulares.
La zona D
es una zona de transición entre lo
“ajardinado” o “parque diseñado” y el comienzo de la zona de bosque natural,
pudiendo observarse que entre especies mayoritariamente autóctonas y típicas
de bosques mixtos caducifolios alternan algunas típicamente exóticas.
La zona E
corresponde al nivel superior del parque antes de llegar al límite superior
del mismo (ruinas de la ermita de San Cristóbal), tratándose de una zona que
posee las características propias de un bosque autóctono, típico bosque mixto caducifolio,
característico de la vegetación potencial de la zona, con dominio de roble
pedunculado como especie característica a la que acompañan otras especies
típicas de dicha formación vegetal como son el fresno, el castaño, alguna
encina, arces, algúna haya y cerezos como especies típicamente arbóreas y
acebo, rusco, madroño, etc. como especies que caracterizan y determinan el
estrato arbustivo.
Por último, la
zona F corresponde al entorno de las ruinas de la antigua ermita de San
Cristóbal, en una zona topográficamente llana o de pendientes suaves. Dotada
por todo equipamiento con tres bancos, desde la misma se pueden divisar
bellas panorámicas del entorno lejano, entre las que destacan el valle del
río Deba aguas arriba de la localidad de Arrasate-Mondragón, zona altamente
industrializada en la que la mano del hombre se ha dejado sentir sensiblemente.
Podemos, dada su proximidad, acercarnos a visitar
el casco histórico de Arrasate-Mondragón, que se constituye como núcleo
original de la villa. En él se desarrollaron los primeros asentamientos
poblacionales, habiendo conservado su configuración urbanística prácticamente
intacta hasta nuestros días. Así, el casco histórico cuenta con una calle
principal, de trazado rectilíneo, y dos envolventes en forma de media luna,
siendo hoy día conocida como calle del
Medio por donde discurría en tiempos el antiguo Camino Real de Castilla.
Destacar asimismo la calle Ferrerías
en la que se establecieron los primeros ferrones, y la calle Iturrioz, de carácter básicamente residencial desde los
primeros compases de la vida urbana. Destacan la iglesia parroquial de San Juan, un templo con planta salón y
capillas laterales, dotado de portada gótica, capiteles figurados y otros
detalles significativos como los contrafuertes exteriores. Datada del s. XIV,
su torre y la sacristía actual fueron construidas en siglos posteriores (s.
XVII). En su interior, reseñar la sillería del altar, con una imaginería poco
común en el territorio, ya que algunas de las imágenes presentan actitudes
burlescas. Constituye el único ejemplo de sillería gótica del Territorio
Histórico de Guipúzcoa. En la actualidad, ha sido restaurada en su totalidad.
Situada justo enfrente de esta iglesia, configurando la Plaza Pública en la
esquina de la calle del medio y la calle Olarte Kantoi, se encuentra la casa Mendia, palacio urbano del s.
XVII, del cual es de destacar su hermosa galería, que se constituye como uno
de los detalles de mayor atractivo del conjunto.
La Plaza
Pública (o plaza mayor) fue habilitada en el s. XVII para dotar a la
villa de un espacio adecuado para la celebración de las fiestas patronales,
en las que los festejos taurinos revestían una especial significación. Fue
por este motivo por lo que para su construcción y habilitación fue derribada
toda una manzana de casas. En este mismo entorno y concretamente frente a la
iglesia se localiza el Ayuntamiento
de la villa. Construido en el s. XVIII y de estilo barroco-rococó, fue la
última fase del proyecto de habilitación de la plaza pública, trasladándose
con tal motivo el Ayuntamiento, entonces situado en la calle Iturrioz (nº 21)
hasta el lugar en el que se encuentra en la actualidad. El escudo que preside
la fachada principal es de Martín de Carrera.
Muy cerca de las edificaciones citadas, en la
calle Zerkaosteta, paralela a la calle Iturrioz, podremos acercarnos a visitar
los restos de las antiguas murallas de
la villa, existentes ya en el s. XIV y con más de seis metros de alto,
estaban dotadas de almenas y camino de ronda interior, conjunto que otorgaba
a Arrasate-Mondragón una posición defensiva estratégica ante los conflictos
que tuvieron lugar en la zona desde dicha fecha. Dichos restos se conservan
englobados en las viviendas actuales, aunque parte de los mismos pueden
visitarse por localizarse en los locales comerciales de la calle Zerkaosteta.
Por último, en la confluencia de las calles
Ferrerías e Iturrioz podremos admirar el denominado Portalón, que corresponde a la antigua puerta fortificada ubicada
en la salida de la villa a través del Camino Real por la zona de Gazteluondo,
que fue trasladada al lugar que ocupa en la actualidad debido a que la salida
de Gazteluondo en la que se encontraba originalmente no ofrecía condiciones
favorables (especialmente debido a la pendiente de la calle) para mantener su
carácter de salida de la villa.
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